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*LA LEY COMO JUEZ Y PARTE*

«7 
¿Qué diremos, pues? ¿La *ley* es pecado? En ninguna manera. Pero yo no conocí el
pecado sino por la ley; porque tampoco conociera la codicia, si la ley no dijera: No
codiciarás. 

Mas el pecado, tomando ocasión por el mandamiento, produjo en mí toda codicia; porque
sin la ley el pecado está muerto. 

Y yo sin la ley vivía en un tiempo; pero venido el mandamiento, el pecado revivió y yo morí. 
10 
Y hallé que el mismo *mandamiento* que era para vida, a mí me resultó para muerte…»
(ROMANOS 7:7-10)

*Ley* = νόμος = se pronuncia “nómos” = ley (mediante la idea de uso prescriptivo), generalmente
(regulación), específicamente (de Moisés, también el evangelio), o figuradamente (un principio).

*Mandamiento* = ἐντολή = se pronuncia “entolé” = mandamiento, orden, es decir prescripción


autoritativa.

Otra forma de traducir el verso 10 versa así: _«La Ley, que debía servir para la vida, fue causa de
muerte para mí.»_

Pablo ve en la Ley, el mandato divino, un dispositivo que juega como juez y parte del mismo
problema. _Nemo sibi sit judex_.

«En una heredad, que estaba inmediata a una viña nuestra, había un peral cargado de peras, que ni
eran hermosas a la vista ni sabrosas al gusto. No obstante, eso, juntándonos unos cuantos perversos
y malísimos muchachos, después de haber estado jugando y retozando en las eras, como teníamos
de costumbre, fuimos a deshora de la noche a sacudir el peral y traernos las peras, de las cuales
quitamos tantas, que todos veníamos muy cargados de ellas, no para comerlas nosotros, sino para
arrojarlas después, o echarlas a los cerdos, aunque algo de ellas comimos. En lo que ejecutamos una
acción que no tenía para nosotros de gustosa más que el sernos prohibida.» *(Confesiones, Agustín
de Hipona)*

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