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Fernanda Casfillo Velasco


Comunidad Andílucla
Santiago de Chile. Chile
1992/1 ggí
Reforma del Estado y desarrollo humano en América Latina
J O A N PRATS I CÁTALA
Direaor del Instituto Internacional de Gobemabilidad, Catedrático de Derecho
y Economía, ESADEy Universidad Ramón Llull de Barcelona

REFORMA DEL ESTADO Y DESARROLLO rios: "del^tivas", "incompletas", "imperfectas", "ne-


HUMANO: UNA CORRELACIÓN PROBLEMÁTICA ocorporativas" o hasta "autoritarias". Los reiterados
Ya cerca del segundo centenario de su emancipa- latinobarómetros muestran una opinión pública que,
ción, nuestras todavía jóvenes repúblicas latinoame- aunque valora sobremanera la democracia como ré-
ricanas enfrentan el desafío sistémico de (a) cons- gimen político, se muestra extremadamente crítica
truir la democracia, (b) generar economías de mer- con la particular democracia vigente.
cado en las que basar un crecimiento firme y
duradero y (c) ir forjando un sistema social equitati- Ciertamente que las situaciones nacionales son muy
vo. Este triple desafío conforma las dimensiones po- diversas y que este escrito sólo puede tomarse como
lítica, económica y social del desarrollo humano. Se im aporte más al debate regional en curso. Aún así
presenta, además, en un tiempo histórico nuevo, quisiéramos formular y discutir una proposición que
que plantea sus peculiares exigencias y que se cono- nos parece de validez general, a saber, que las dificul-
ce como globalización, mundialización, internacio- tades y potencialidades de la democracia en la Amé-
nalización o era de la información. rica Latina de hoy no pueden verse sólo ni predomi-
nantemente en términos de la tensión tradicional
Suele decirse que la mejor virtud de las democracias entre democracia y autoritarismo, sino en los más
es que sólo pueden sostenerse mediante su cuestio- amplios y complejos de búsqueda de l^itimidad so-
namiento y perfeccionamiento permanentes. Esto es cial para realizar la transición a un nuevo modelo de
especialmente cierto de las jóvenes democracias lati- desarrollo.
noamericanas, cuya espléndida y reciente floración
no empece el reconocimiento de que ningima de En América Latina, habida cuenta de los déficits
ellas se encuentra todavía en pimto de no retorno, de desarrollo humano existentes, toda acción de
son bastantes las que se hallan estancadas y el fantas- reforma del estado apoyada por la cooperación in-
ma de im nuevo tipo de crisis e involución planea ternacional tendría que hallarse sólidamente fun-
sobre no pocas de ellas. Desde la academia y la opi- dada en su contribución efectiva al desarrollo hu-
nión mediática suele calificárselas con adjetivos va- mano. En términos de cooperación internacional.

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el desarrollo humano es el fin, las políticas, progra- ca, cuyo fundamento es la "racionalidad instru-
mas o acciones de reforma del estado, sólo un me- mental" facilitada por las disciplinas del planea-
dio, entre muchos otros, para el fin que realmente miento y de la "ordenación científica del trabajo";
importa. ¿Cómo podemos saber si determinados (c) el carácter técnico y científico que se postulaba
proyectos de reforma del estado contribuyen efec- de la reforma administrativa suponía que la misma
tivamente al desarrollo humano? y sus beneficios de desarrollo económico y social
eran pertinentes y podían arraigar tanto en el pri-
La correlación entre reforma del estado y desarro- mero como en el segundo y el tercer mundos, con
llo humano es problemática tanto a nivel práctico independencia del tipo de régimen político vigen-
como teórico. A nivel práctico, existe una concien- te en cada país. Hoy sonroja pensar en la ingenui-
cia difusa de que los ingentes recursos aplicados dad y oportunismo que subyacía a todo este tipo
desde hace ya décadas a este campo, han produci- de aproximación. Pero los riesgos de repetirla bajo
do resultados mixtos, si no desalentadores. En par- fórmulas más sofisticadas no han desaparecido.
ticular la reforma administrativa de los 60 y los 70,
en la que tanto invirtió América Latina, ha dejado Los años 80 y los primeros 90 registraron la preva-
préstamos aún no pagados, escuelas y facultades de lencia intelectual y política de una correlación ne-
administración, organismos administrativos de re- gativa entre el estado latinoamericano existente y
forma y hasta organizaciones intergubernamenta- el desarrollo humano. Las políticas puestas en mar-
les sobre el tema; pero no consiguió apenas despa- cha, especialmente tras la crisis de la deuda y el fra-
trimonializar nuestras administraciones ni mejorar caso de los intentos de ajuste heterodoxos, se orien-
su eficacia y eficiencia, su transparencia, su previsi- taron a enfrentar la crisis fiscal del estado y a asegu-
bilidad, su sometimiento a la ley, el acceso a las rar los equilibrios macroeconómicos: políticas
mismas de los ciudadanos, y la responsabilidad de monetarias antiinflacionarias, políticas de equili-
sus autoridades y funcionarios. Cuando llegó la brios presupuestarios, de privatizaciones y desregu-
gran crisis de los 80 resultó que las jóvenes admi- laciones, de reducciones drásticas de empleo públi-
nistraciones públicas latinoamericanas tan trabajo- co y de descentralización territorial fueron las más
samente construidas a lo largo de las dos décadas características de este tiempo. Estas políticas, gene-
anteriores, en lugar de ser un recurso del desarro- radas en el contexto del llamado "Consenso Was-
llo, habían pasado a formar parte de la agenda de hington", respondían más a una lógica de estabili-
problemas. zación que propiamente de desarrollo. Sólo los dis-
cursos más radicalmente "neoliberales" asumieron
Gran parte de la responsabilidad corresponde al ti- que la retirada del estado al rol de garantía del
fK) de aproximación intelectual entonces adopta- equilibrio macroeconómico y de facilitación de la
da. Los supuestos teóricos de la frustrada reforma actividad privada vía liberalizaciones, privatizacio-
administrativa fueron: (a) la reforma del estado nes y desregulaciones, sería condición suficiente
consiste en crear las organizaciones públicas necesa- para provocar el desarrollo de una economía de
rias para el desarrollo económico y social y en ges- mercado vibrante. Estos supuestos han sido am-
tionarlas eficaz y eficientemente; (b) esto es princi- pliamente desmentidos tanto por los hechos como
palmente una tarea técnica o de expertos, no políti- por la teoría.

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EL ESTADO, OTRA VEZ

A finales de los 90 hemos presenciado una revalori- racional, así como de equidad internacional, son as-
zación del rol del estado en el desarrollo humano. pectos nuevos e irrenunciables del concepto actual
Tras la laboriosa construcción durante los 60 y los de "desarrollo humano".
70 de las organizaciones públicas del estado populis-
ta y de sustitución de importaciones, y tras la durísi- Nuestras ideas acerca de qué, quiénes y cómo se pro-
ma desconstrucción de las mismas desde la lógica del duce desarrollo humano también están cambiando
ajuste de los ochenta y primeros noventa, a finales de rápida y significativamente. La "nueva riqueza de las
los 90 asistimos a un nuevo planteamiento: la nece- naciones" se ve hoy en fiínción principalmente de la
sidad de reconstruir el estado para el desarrollo. De calidad de sus instituciones y de sus capacidades de
hecho así ("reconstruyendo el estado") iba a llamar- acción colectiva. Sólo éstas dan razón de las posibili-
se inicialmente el informe del Banco Mundial para dades de aprovechamiento y desarrollo de los recur-
1997 que acabó adoptando el título "El Estado en sos naturales, financieros, infiaestructurales, de co-
un Mundo en Transformación". nocimiento o himianos disponibles. El mejoramien-
to permanente de las instituciones y las capacidades
NECESIDAD DE NUEVOS ENFOQUES de acción colectiva (que incluyen conceptos tales co-
MÁS POTENTES Y MODESTOS mo los de cultura cívica y política o el más reciente
Hoy es una convención respetable enfatizar que "si de capital social) se considera como la condición ne-
han fracasado los intentos de producir desarrollo só- cesaria para lograr im desarrollo himiano sostenible a
lo desde el estado, también fracasarán los que pre- largo plazo.
tendan hacerse sin él". Esto no significa ningima
vuelta pendular a las ideologías estatalistas y de "ra- Desde esta concepción, los actores del desarrollo ya
cionalidad instrumental" de los 60 y 70. De hecho, no pueden ser sólo las organizaciones gubernamen-
con los muchos fi-acasos y pocos éxitos del camino tales y del sector privado lucrativo: contrariamente,
recorrido, hemos aprendido bastante. En realidad, la creación de cultura cívica y capital social positivo
con las palabras "desarrollo" y "estado" estamos de- exigen la organización y la acción comunitaria. Fi-
signando y suponiendo conceptos, teorías e ideolo- nalmente, se abandonan los supuestos del desarrollo
gías muy diferentes a los característicos de otros mo- duro del tipo "sangre, sudor y l^rimas", que justifi-
mentos de la "reforma del estado". caban el sacrificio de toda una generación en aras de
las fiíturas, y se sustituyen por aproximaciones más
Nuestros conceptos acerca de qué es y qué produce "blandas" y realistas, más basadas en lo que Popper
el desarrollo han cambiado significativamente. Las llamó la ingeniería social gradualista consistente en
grandes metas del desarrollo se han ampliado e inte- ir remediando el sufi'imiento observable y en ir cre-
grado: no sólo queremos crecimiento, sino partici- ando condiciones para expandir las posibilidades de
pación equitativa en los fi-utos del crecimiento, lo la gente.
que exige participación efectiva en el proceso de de-
cisiones que afectan nuestras vidas; nuestro concep- Todo esto ha tenido consecuencias importantes en el
to de equidad también se ha ampliado: las dimen- planteamiento de la reforma del estado. En primer
siones de género, de respeto a las minorías culturales lugar, comienza a comprenderse la distinción enae el
y étnicas, de equidad medioambiental e intergene- estado como sistema institucional y el estado como

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sistema de organizaciones públicas. La clave de la bién a reconocer que, aunque todos los actores pue-
distinción -que no podemos exponer en los límites den influir, ninguno es capaz de controlar plena-
de este trabajo- se encuentra en la distinción con- mente ni la velocidad, ni la dirección ni los resulta-
ceptual entre instituciones y oiganizaciones así como dos precisos de la reforma del estado.
en la comprensión de la naturaleza sobredetermi-
nante que la instítucionalidad pública tiene sobre el Todo lo anterior permite adoptar una aproxima-
potencial de rendimiento de las organizaciones esta- ción mejor fiíndada que la tecnocrática tradicional,
tales. En pocas palabras, los roles y el rendimiento de pero también más modesta. Nuestro conocimiento
las organizaciones estatales no son libremente dispo- acerca de qué reformas, por quiénes y cómo, proce-
nibles; contrariamente, se encuentran ampliamente de hacer en un estado concreto para favorecer el de-
sobredeterminados por el tipo de instítucionalidad sarrollo humano es un conocimiento inevitable-
pública existente, es decir, por las reglas y normas mente imperfecto. Quienes pretenden reformar el
-formales e informales- que establecen los fines, lí- estado desde algunas supuestas verdades científicas
mites, actores, procedimientos y formas de participa- últimas oscilan entre la charlatanería y el ridículo.
ción en la acción colectiva, así como por los corres- Nuestro conocimiento imperfecto ha de completar-
pondientes modelos mentales, actitudinales y valora- se necesariamente con suposiciones, hipótesis e ideo-
rivos que prestan Intimidad, permiten la vigencia y logías cuyo único mérito es que todavía no han sido
dificultan el cambio de tales reglas y normas. De to- "falsadas" o desmentidas por las evidencias y que de-
do lo cual se deduce una conclusión operativa im- beremos cambiar inevitablemente desde que tal "fal-
portante para nuestro tema: si la instítucionalidad sación" se produzca. Lx)s acontecimientos que obli-
pública es el marco de incentivos de las organizacio- garán a estos cambios libarán fatalmente aunque no
nes públicas, cualquier reforma de éstas sólo será po- podemos anticiparlos ni en el cuánto ni en el cuándo
sitiva y duradera en la medida en que contribuya a ni en el cómo: de ahí la necesidad de transparencia y
reformar también positiva y duraderamente el fondo de flexibilidad, sin las cuales es imposible ganar la efi-
o marco institucional en que la organización se in- ciencia adaptativa, que es la prueba final del verda-
serta. Toda verdadera reforma del estado ha de ser, dero cambio institucional. Obviamente, no pocas
pues, a la vez, organizativa e institucional. implicaciones se siguen de todo esto para el plantea-
miento, implementación y evaluación de las políti-
Este reconocimiento echa por los suelos la preten- cas y proyectos de reforma del estado.
sión de convertir la reforma del estado en una ope-
ración mera o fundamentalmente técnica así como NECESARIAS HISTORICIDAD
la correspondiente pretensión de someterla a una ló- E INTEGRALIDAD DE LA REFORMA
gica de cambio perfectamente planificado. No hay DEL ESTADO: CRITERIOS PARA
cambio positivo en el estado sin cambio en los jue- LA FORMACIÓN DE AGENDAS
gos, mentalidades y equilibrios de poder sociales, es Una vez se acepta el enfoque institucional, la refor-
decir, sin cambio social positivo. Esto equivale a re- ma del estado aparece como un "hacer la historia"
conocer la inevitabilidad de la política en la reforma de cada país, tarea imposible sin el involucramien-
del estado y a superar la "falacia tecnocrárica" que es to y protagonismo de los propios nacionales. Al fi-
el pasaporte al fracaso en este campo. Equivale tam- nal reformar el estado para el desarrollo humano es
EL ESTADO, OTRA VEZ

elevar sensiblemente el nivel de las reglas y las ca- mente por el líder o emprendedor. Hay límites más
pacidades de la acción colectiva, lo que es imposi- allá de los cuales se produce la manipulación o el
ble sin líderes y emprendedores políticos y sociales error que conducirán a todo lo contrario del desa-
que cambien las percepciones dominantes y cons- rrollo. El conocimiento de la historia producida por
truyan las coaliciones necesarias para establecer y los historiadores -tan imperfecto, falible y reflexivo
mantener duraderamente las nuevas reglas, mode- como cualquier otro conocimiento social— tiene,
los mentales y capacidades de gobierno. Las mejo- pues, mucho que aportar al planteamiento de la re-
res prácticas de administración y gestión pública forma del estado. Los sistemas institucionales que
son el acompañante obligado de este proceso, pe- vertebran una sociedad no son una camisa de fuer-
ro, por sí mismas, no pueden determinarlo. La ca- za, pero tampoco pueden cambiarse como quien
pacidad gerencial es compañera necesaria del cam- cambia de camisa. La historia pone constricciones y
bio institucional, pero no contiene en sí el impul- "dependencias de senderos" cuyo desconocimiento
so necesario para el mismo que corresponde a otros siempre ha acabado produciendo más mal que bien.
roles y capacidades: los propios de los genuinos lí-
deres y emprendedores políticos y sociales. Pero la reforma del estado no procede sólo de inda-
gar de dónde venimos sino de plantear hacia dónde
Todo el saber actual sobre liderazgo revela que el vamos. Fijar sentido de dirección es otra gran res-
aprendizaje social de nuevos y mejores modos de ha- ponsabilidad de los liderazgos. Para ello es necesario
cer colectivo -instimciones y organizaciones- es im- afKjyarse en el pensamiento mejor actualmente dis-
posible sin líderes y emprendedores y que éstos son ponible sobre los roles del estado para el desarrollo.
siempre y a la vez "hacedores y contadores de histo- Aunque de este conocimiento no se desprende lógi-
ria". Lo que no son desde luego es "historiadores". camente un curso de acción universalmente válido
Son hacedores y no pensadores, pero para hacer ne- para toda reforma nacional concreta (la diversidad,
cesitan reconstituir la historia de su comunidad de complejidad y pardcularidad de circunstancias exi-
referencia: la historia del pasado que fimda la iden- gen del buen "juicio político" que nunca es sólo ni
tidad y la autoestima, la historia del presente que principalmente deducción de principios abstraaos),
muestra desafíos y oportunidades que demandan re- sí resulta útil para descartar hipótesis, supuestos e
formas, y la historia del futuro mejor posible que inferencias ya fiJsadas, es decir, para evitar perseve-
permite movilizar energías, sumar adhesiones y su- rar en errores ya descubiertos (sin que esto nos pro-
perar tensiones. La clave del liderazgo se encuentra cure ninguna garantía de no estar incurriendo en
en la "credibilidad" derivada principalmente de la nuevos errores).
coherencia entre la historia narrada y las acciones y
capacidades reconocidas. Pasado, presente y fiíturo; No procede aquí exponer el nuevo pensamiento so-
política y técnica, se entremezclan en el relato o "re- bre reforma del estado en América Latina. Sí relevar
tórica" del cambio, necesarios para ganar la legitimi- algunas de sus características con claro impacto en la
dad y apoyo necesarios para hacer historia. manera de formular y poner en práctica políticas y
programas de reforma del estado. En primer lugar,
Aunque la historia se reconstruye permanentemen- de la naturaleza institucional e histórica de toda ver-
te tal reconstrucción no puede ser hecha arbitraria- dadera reforma se desprende que su viabilidad y sos-

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tenibilidad exigirán que tanto la elaboración como rentes de los aspectos políticos, económicos y socia-
la implementación (y la necesaria reelaboración en el les de la reforma del estado. Por lo demás, avances
proceso de implementación) del programa de refor- actuales en la teoría del desarrollo (X)nen de mani-
ma cuenten con la participación de todos los actores fiesto que la viabilidad y sostenibilidad de las refor-
Y grupos de interés concernidos. Seguir con el pro- mas económicas exige reformas políticas para hacer
ceso tecnocrático tradicional, en el que la transpa- posible la construcción de las coaliciones y las nue-
rencia y participación han sido mínimas en el mejor vas instituciones y capacidades requeridas por las re-
de los casos, impide la "apropiación" de las reformas formas económicas. Del mismo modo, las desigual-
por aquellos que tienen im derecho de veto sobre las dades sangrantes y el riesgo de desintegración social
mismas y cuya colaboración resulta imprescindible dificultan la adopción y aplicación de las decisiones
para su implantación efectiva. Hay algo más grave requeridas para mejorar y extender los mercados. En
todavía: supone que un pequeño grupo político-bu- fin, la falta de reformas políticas que mejoren la
rocrático nacional, apoyado quizás por expertos de transparencia y la participación de los diversos sec-
la cooperación internacional, poseen toda la infoma- tores sociales perpetúa la asignación ineficiente e in-
ción relevante para decidir "racionalmente" sobre el justa de los recursos públicos y privados, sin que las
contenido y el curso de aplicación de la reforma. Es- consecuencias negativas de crecimiento y de inequi-
to es condenarse al fracaso de antemano (si es que al- dad puedan ser superadas mediante la sola elevación
guna vez importó realmente el que las reformas se de las "capacidades gerenciales".
produjeran). Cualquier verdadera reforma del esta-
do implica un cambio de nuestros modos de hacer La formulación de una visión o agenda país de re-
colecdvos, de nuestras mentalidades y de nuestras forma del estado es el residtado de combinar la per-
competencias. Después de todo lo que ha llovido, cepción histórica que ha producido el presente con
creer que ¡xxlemos hacer todo esto "por decreto" la visión del estado necesario y posible para el desa-
(como parodiando el viejo despotismo ilustrado del rrollo humano. Llegados a este pimto, hacemos una
"todo para el pueblo pero sin el pueblo") constituye inferencia consciente afirmando que para América
un delirio intelectual, si no la coartada de todas las Latina hoy el desarrollo humano significa: (1) a ni-
inconfesadas limitaciones y oportunismos políticos vel político, avanzar la democracia mediante el desa-
y burocráticos. rrollo de actores, instituciones y capacidades que
permitan la más amplia participación de todos los
Otro supuesto fuerte del pensamiento actual es que sectores sociales en las decisiones colectivas; (2) a ni-
las acciones de reforma del estado si bien han de vel económico, construir mercados eficientes, inter-
plantearse e implementarse singularmente han de nacionalmente competitivos y de amplia base social,
responder a una visión y a una coordinación inte- y (3) a nivel social, luchar contra la pobreza y la ex-
grales. Si las reformas no se justifican por sí mismas, clusión, garantizar la cohesión social, y avanzar en la
si el único criterio de valoración final es su poten- equidad incluidas sus dimensiones de género, étni-
cialidad para producir desarrollo humano y si éste es cas e intergeneracionales. Casi todas las políticas y
un concepto integrador de dimensiones políticas, programas relevantes a estos efectos tienen impli-
económicas y sociales, pierde toda fiíndamentación cancias de reforma del estado, pues casi todas presu-
el planteamiento desconexo y hasta en lógicas dife- ponen o exigen cambios en las instituciones y capa-

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cidades de los seaores públicos concernidos. En re- tonomía y responsabilidad del estado frente a los
alidad, la reforma del estado viene a ser como la ma- grupos de interés, a impedir la captura de los apa-
triz derivada y viabilizadora del conjunto de políti- ratos públicos por algunos de éstos, a mejorar la
cas de desarrollo humano. transparencia, la participación y la responsabili-
dad, superando la clientelización, el patrimonia-
La construcción de esta matriz o visión integral con lismo y la corrupción. Todas estas medidas son re-
capacidad orientadora debe hacerse formidando formas de democratización, pero no son reformas
preguntas sencillas ¡jero de respuesta compleja y meramente "políticas" pues van a impactar y se
problemática: encuentran condicionadas por las realidades y re-
a. la primera es comprender los actores, las fuerzas y formas de las esferas económica y social;
los modelos mentales que han producido históri- d. la cuarta es qué reformas podemos impulsar para
camente las instituciones y capacidades estatales fortalecer las instituciones y capacidades estatales
defectuosas y limitadas que debemos reformar f>e- necesarias para ampliar y fortalecer los mercados.
ro no podemos reformar |X)r simple voluntad o La construcción de un sistema legal y judicial cier-
decreto al hallarse sujetas a una "dependencia de tos y creíbles en su aplicación; la definición, ga-
sendero" que no se puede desconocer; rantía y asignación eficiente de los derechos de
b. la segunda es conocer los desafíos y oportunida- propiedad; el establecimiento de agencias y mar-
des que cada país enfrenta actualmente, las políti- cos regulatorios garantizadores del equilibrio entre
cas y capacidades colectivas necesarias para aliviar intereses públicos y privados en el ejercicio de ac-
y mejorar la condición presente y para ganar un tividades económicas con fuertes "fallos del mer-
futuro de mayores posibilidades para la gente, cado"; la facilitación de las infraestructuras de
concluyendo en las instituciones y capacidades es- transporte y comunicaciones; el fomento y defen-
tatales requeridas para viabilizar tales políticas; sa de la competencia; el fomento de la iniciativa
c. la tercera es qué podemos hacer aquí y ahora (ha- económica y la eliminación de barreras y cargas
bida cuenta de nuestra historia y de nuestras nece- para la formalización, así como el apoyo a la em-
sidades, del conocimiento intelectual disponible y, presa para acceder a la formación gerencial, la
sobre todo, de las correlaciones de fiíerza y de las ciencia y tecnología y la información de mercados;
capacidades existentes) para avanzar la democra- el fomento y defensa del empleo y la mejora de la
cia. Para formularse esta pr^unta es necesario regulación de los mercados de trabajo; el manejo y
asimiir la democracia como ideal o valor inma- la sostenibilidad de los equilibrios macroeconómi-
nente que obliga a su perfeccionamiento incesan- cos; el buen manejo de las políticas y procesos de
te. La reforma del estado, vista como creación de integración e internacionalización..., exigen insti-
capacidades e instituciones para avanzar la demo- tuciones y capacidades ^tatales en cuya institu-
cracia, aparece indisociable entonces de la reforma ción se empeñan, aunque desde muy diferentes
de los partidos políticos, del r ^ m e n eleaoral, del puntos de partida, la mayoría de nuestros estados.
fítunciamiento político, de la sujeción efectiva del Las dificultades que encuentran estas reformas
ejecutivo a la ley y al derecho, de la reforma meri- proceden de que no son neutrales política y social-
tocrática del servicio civil, de la descentralización mente. Todas ellas, aunque acaben mejorando el
y, en general, de cuantas tienden a fortalecer la au- rendimiento económico conjunto, suelen tener

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perdedores claros y ganadores más difusos; razones que la simple razón no entiende. Las accio-
e. finalmente, tenemos que preguntarnos qué insti- nes específicas de reforma del estado pertenecen al
tuciones y capacidades podemos ir desarrollando reino de la acción y plantearlas y ejecutarlas sólo
en nuestros estados para luchar contra la pobreza, desde el reino del pensamiento es condenarse a la
salvar la cohesión y avanzar la equidad social. La inoperancia. Esta afirmación tiene fundamentos
respuesta es mucho más amplia que la "agenda so- epistemológicos sólidos y consecuencias importan-
cial" tradicional. Prevenir la criminalidad, mejo- tes para el planteamiento de las acciones específicas
rar la policía y el sistema de prisiones, facilitar el de reforma y de la cooperación internacional a las
acceso a una justicia penal fiable; mejorar la asig-
nación sectorial y territorial del gasto público so-
cial; mejorar las infi^estructuras y servicios socia- REFORMA DEL ESTADO Y TRANSICIÓN
les básicos; mejorar la educación y los servicios de HACIA ECONOMÍAS DE MERCADO ABIERTAS
salud; desarrollar políticas afirmativas de defensa «Una de las conclusiones más interesantes del neo-
de la infancia y las mujeres; reconocer y defender instítucionalismo económico es que la política y la
los derechos de las comunidades indígenas..., to- economía están inextricablemente relacionadas y
dos estos y otros objetivos exigen el desarrollo de que no podemos explicar el desempeño económico
instituciones y capacidades de las que en mayor o de luia determinada sociedad sin considerar esta re-
menor medida carecen la mayoría de nuestros pa- lación» (Nordi: 1991).
íses y para cuya construcción parece necesario de-
sarrollar nuevos actores -los agentes públicos no Algimos han llegado a proponer que el verdadero
estatales de los que habla Bresser)- y nuevas for- objetivo del análisis económico sea el descubrir los
mas de articulación institucional entre ellos y los arr^Ios institucionales que subyacen a todo sistema
actores gubernamentales en un espacio público de producción e intercambio para concebir otros al-
ampliado y renovado (Niuia Cunill). ternativos y viables que mejoren el desempeño econó-
mico coleaivo, nada de lo cual puede hacerse sin in-
El que la reforma del estado debe responder a una troducir el análisis polírico (Fuentes Quintana: 1994).
visión o matriz integral (la agenda país de reforma En realidad, en toda sociedad se da un modo espe-
del estado, si se quiere, a desarrollar por diversos go- cífico de relacionamiento entre la política y la eco-
biernos a lo largo del tiempo de más de una genera- nomía que constituye el principal determinante del
ción) no significa que en la misma puedan conte- desempeño económico. En las sociedades actuales la
nerse programas o cursos de acción que sólo necesi- parte del PIB gestionada por los gobiernos y la ubi-
tarían de su {wsterior aplicación mecánica. Esta cuidad y dinamismo de las regulaciones impuestas
suposición confunde el carácter orientador con el por éstos contienen las claves más determinantes del
imposible carácter prescriptor de las visiones o agen- desempeño económico. La teoría macroeconómica
das i n t ^ a l e s . Esta confiisión es imo de los vestigios nunca resolverá los problemas que confronta a me-
del viejo pensamiento tecnocrático y planificador nos que reconozca que las decisiones adoptadas en
que aún sigue concibiendo la acción reformadora el proceso político afeaan críticamente el funciona-
como la simple aplicación de un sistema de pensa- miento de la economía. Esto sólo puede hacerse me-
miento. Se resisten a aceptar que la acción tiene sus diante una modelización del proceso económico-
EL ESTADO, DTHA VEZ

joAíj [-RAis I CAIALX I AB


polítíco que incorpore las instituciones específicas tipos de "expropiación" potencialmente realizables
afectadas y la consiguiente estructura del intercam- por mayorías legislativas coyuntvu^es. En igual sen-
bio político y económico (North: 1991). tido, la sumisión del Ejecutivo a la Ley garantizará
firente al riesgo de que a través del {xxler reglamenta-
El mensaje del neoinstitucionalismo económico es rio y de los aaos administrativos puedan modificarse
de buena nueva para la democracia liberal: en las arbitrariamente las delimitaciones de derechos reali-
condiciones actuales las instituciones necesarias para zadas por los legisladores. La ordenación de la fim-
definir y garantizar los derechos individuales reque- ción pública conforme al servicio de mérito asegura-
ridos para el mayor y mejor desarrollo económico rá que los fiíncionarios a pesar de hallarse subordina-
no sólo son compatibles sino que son las mismas ne- dos jerárquicamente a los cargos políticos se hallan
cesarias para disponer de una democracia duradera principalmente subordinados a la Ley y no pueden
(M. Olson: 1993). El razonamiento es sencillo: da- incumplir ésta flagrantemente pretextando orden je-
da una asignación eficiente de los derechos de pro- rárquica en contrario. En fin, la existencia de una ju-
piedad (que no consolide sino que impida capturas risdicción capaz de revisar y de anular las decisiones
de renta en el proceso político-económico), las per- reglamentarias y administrativas y de declarar la res-
sonas y las organizaciones para ser económicamente f>onsabilidad civil, penal y administrativa de las au-
eficientes necesitamos un gobierno seguro que res- toridades y fiíncionarios cerrará el sistema de garan-
pete los derechos individuales y que genere un en- tías de los ciudadanos y de las empresas frente al ries-
torno de respeto a la propiedad ganada y de cumpli- go de arbitrariedad, discrecionalidad inflmdada o
miento de los contratos a través en última instancia il^alidad de las autoridades ejecutivas. La existencia
de una justicia imparcial. de Tribunales civiles, penales y laborales indepen-
dientes, imparciales, íntegros y competentes garanti-
La economía no puede funcionar eficientemente sin zará también que los intercambios entre particulares
un sisterria legal que resulte, en primer lugar, cierto y se produzcan conforme a las normas y que se desa-
confiable, lo que sólo puede conseguirse a través de rrolle una cultura cívica de valoración del Derecho
la construcción de la institucionalidad inherente al que vaya eliminando los "contravalores" de nuestra
Estado de Derecho. Es difícil hacer inversiones sig- peor historia del tipo "hecha la ley hecha la trampa".
nificativas en capital fijo y a largo plazo sin s^uridad
jurídica, a no ser que se trate de inversores que cuen- Nada de lo anterior es sencillo, pues excede a la me-
ten con la protección de los arbitrajes internaciona- ra aprobación de leyes formales, que "se acatan pero
les y del poder de represalia último de algún estado no se cumplen". Sin garantía de cumplimiento de la
importante. Obviamente la seguridad jurídica será ley no hay Estado de Derecho verdadero. Y ello su-
mayor cuanto de mayor legitimidad goce la ley, lo pone un proceso laborioso y confliaivo pero pro-
cual abona un sistema de representación política que metedor de construcción institucional a través del
garantice efectivamente la participación del conjun- cual se van reformando los sistemas representativos
to de los grupos de interés en la elaboración de la le- y las administraciones electorales, se van ampliando,
gislación. La sumisión de los legisladores a un orden democratizando y cohesionando los partidos políti-
constitucional superior también garantizará a los cos y mejorando el sistema de su financiamiento, se
ahorradores e inversores frente al riesgo de diversos van fortaleciendo los L^slatívos y la garantía de ca-

BO
EL ESTADO, OTRA VEZ

lidad de las leyes, se va estableciendo un servicio ci- noticias para los demócratas. Pero para éstos la de-
vil meritocrático acompañada de una jurisdicción mocracia se justifica, ante todo, por ser un proyecto
contencioso-administrativa alcanzable por toda la moralmente superior de convivencia cívica y de de-
ciudadanía, se van independizando y prestigiando sarrollo humano. Esta última afirmación exige im
las demás jurisdicciones, se va reconociendo el dere- mínimo ajuste de cuentas con las posiciones de in-
cho de todos los grupos de interés a organizarse y a dividualismo radical del neoliberalismo y de sus co-
disponer de voz en los procedimientos legislativos y rresfMDndientes versiones politológicas. Porque vivi-
administrativos, se van construyendo catastros, re- mos todavía tiempo de exacerbación del individua-
gistros de la propiedad, registros mercantiles y agen- lismo y de desconfianza hacia la comunidad. La
cias supervisoras a caigo de funcionarios profesiona- teoría del comportamiento humano prevalente tan-
les, imparciales y competentes... Necesitarnos una to en economía como en politología se centra en in-
larga marcha a través de las instituciones cuyo es- dividuos y organizaciones que tienden a maximizar
pléndido resultado ha de ser el surgimiento o el for- sus intereses y preferencias a través de intercambios
talecimiento de verdaderas economías de mercado y o interacciones en un contexto institucional consi-
de democracias genuinas que conjuntamente pro- derado como exógeno a tales intercambios. Desde
voquen procesos de eliminación de la pobreza y de esta visión llevada casi al paroxismo por la escuela de
la exclusión e impulsen la construcción de la ciuda- la "elección pública" la gobernabilidad democrática
danía y la comunidad nacional. consiste fundamentalmente en competir, negociar,
construir y mantener coaliciones y formar e imple-
A pesas de ser radicalmente popperianos, nadie nos mentar políticas. La cohesión social se limita a una
quitará la convicción de que, frente a las promesas agregación equilibrada y estable de intereses, resul-
siempre fallidas de todos los populismos, la mejor tante de la fuerza y posición relativa de los actores
política social será siempre dar "voz y veto" a los po- relevantes. La prevalencia de la metáfora del inter-
bres en todos los procesos de decisiones coleaivas cambio entre individuos y organizaciones maximi-
para asegurar que no se les discrimina económica- zadores de utilidad (fundamental si no exclusiva-
mente ni se les excluye políticamente ni se les mani- mente económica) devino prevalente en los 80 y ha
pula socialmente a través del manejo arbitrario de los posibilitado la invasión de todos los ámbitos de la
peanuts del gasto social. Por ello el aseguramiento de vida social por el análisis económico. Hasta la de-
la transparencia de la gestión pública, el fomento de mocracia tratará de entenderse como "mercado po-
la organización y participación de los intereses socia- lítico", e igual perspectiva se aplicará al análisis de la
les más difusos (consiunidores y usuarios, jóvenes, educación o la familia. Muy recientemente un espe-
mujeres, comunidades étnicas y culturales...) y la culador y filántropo conspicuo ha denunciado esta
presencia de la mirada atenta de unos medios de co- pretensión y el "fiíndamentalismo de mercado" que
municación plurales completan democráticamente implica como el verdadero enemigo actual de la so-
la relación antes enunciada de las instituciones del ciedad abierta (Soros: 1999).
estado meramente liberal de derecho.
No desconocemos las af)ortaciones interesantes de-
La ventaja económica comparativa de las institucio- rivadas del análisis económico a realidades sociales
nes del estado de derecho democrático son buenas consideradas hasta hace poco extraeconómicas. Pero

JOAN PRATS I CATALA I 51


sí debemos combatir el reduccionismo de dichas re- culo de intereses, al considerarse intercambios
alidades a su dimensión meramente económica, apropiados o debidos, en base a la posición y al
considerándolas como el resultado de meros inter- propio concepto de lo que es socialmente necesa-
cambios entre maximizadores de utilidad. No des- rio (Walzer: 1983). Disponemos en América La-
conocemos que la metáfora del intercambio ayuda a tina experiencias positivas de "convivencialidad" a
captar aspectos fundamentales de la vida política y nivel local, que no deben descartarse, sino resca-
social ni que su insistencia en la construcción de sis- tarse y apoyarse como palancas de capital social
temas bien diseñados para la producción del inter- tremendamente válidas como motores de desa-
cambio político ha ayudado no poco a la compren- rrollo endógeno.
sión y el manejo de la acción colectiva. Considera- c. En determinadas circunstancias im sistema políti-
mos, sin embargo, que esta perspectiva sólo puede co meramente basado en el intercambio, aún fun-
ser útil debidamente criticada, modificada y com- cionando de modo técnicamente perfeaa, podría
pletada. Y ello principalmente por las siguientes ra- conducir a resultados indeseables desde un punto
zones (March y Olsen: 1995): de vista moral (Polanyi: 1944). Un número cre-
a. La insistencia en la búsqueda de un equilibrio que ciente de filósofos políticos insiste en la necesidad
resulte eficiente en términos paretianos, lleva a en- de un criterio moral para la acción colectiva. Para
fatizar los intercambios entre los aaores existen- ellos la gobernabilidad democrática debe contri-
tes, sin considerar su disparidad inicial en cuanto buir no sólo a un intercambio equilibrado y esta-
a riqueza, poder y competencias. De este modo la ble entre actores desiguales, sino también a la jus-
consideración de la aceptabilidad de las jjosiciones ticia. Ello implica búsqueda de nuevos equilibrios
de partida se sacrifica a la búsqueda de intercam- entre actores e intereses, guiada por ima idea de
bios aceptables. Las cuestiones de redistribución justicia y solidaridad que va más allá de la mera
tienden así a situarse fiíera de la agenda. Pero tam- cohesión social. No hay garantía de que la distri-
bién se exagera la importancia de los ciudadanos bución de la virtud se corresponda con la distri-
de hoy en detrimento de los del fiíturo. Todo lo bución de la riqueza, el poder y la comf)etencia
cual resulta especialmente relevante para América (Sen: 1990). Olvidar esto puede condenarnos a
Latina donde los sistemas de propiedad forjados agravar el modelo de dualización generado en la
históricamente no reflejan "asignaciones eficientes Colonia, lo que acabará siendo incompatible con
de derechos" ni mucho menos equitativas, por lo la gobernabilidad democrática de nuestros países.
que partir de los mismos difícilmente generará ni d.El enfatizar los intercambios para la maximiza-
eficiencia económica ni cohesión social. ción del propio interés tiene desde luego la venta-
b. No todo el intercambio social puede entenderse ja de la consistencia con aspectos reales de la na-
realizado libremente y desde la lógica de la maxi- turaleza humana, pero tiene la desventaja de in-
mización. Existen esferas integrantes de la digni- centivar estos aspectos de nuestra naturaleza.
dad y libertad personal excluidas de la lógica del Algunasfilosofi'associales sitúan el cálculo egoísta
intercambio, en base a convenciones constitucio- como la base e toda construcción social sana. Pe-
nales e imágenes de la propia identidad personal y ro otras consideran que tal base es una clara auto-
social. Por otra parte, numerosos intercambios se limitación de la motivación humana. Si creemos
producen al margen de su voluntariedad y del cál- que no existe una naturaleza humana inmutable.
EL ESTADO, OTRA VEZ

sino que ésta es el resultado fluido de un proceso convivencia, compasión, igualdad, dignidad y liber-
de evolución social, el diseño de las instituciones tad, traducidos en proyectos personales integradores
políticas no puede partir de una naturaleza huma- un sistema de deberes y de un sentido de responsa-
na inconmovible, sino de la responsabilidad por bilidad por la comunidad.
construir instituciones que incentiven su evolu-
ción positiva hacia mejores equilibrios entre el Pocos liberales auténticos han salido al paso de los
propio interés y el interés general (March y Olsen: excesos del neoliberalismo latinoamericano con tan-
1995; Soros: 1999). Fijar la naturaleza humana ta clarividencia como Julio María Sanguinetti: «El
en el modelo meramente "mercantil" no sólo es triimfo del liberalismo sobre el comunismo es políti-
una coartada para la defensa del status quo sino co, es económico; pero el liberalismo es una filosofía
una renuncia al progreso humano, que carece de no ima doctrina. Sin embargo se ha caído en el re-
fundamento histórico. duccionismo de concebirlo como una mera política
económica porque su victoria se produce en pleno
Las consideraciones anteriores nos parecen especial- auge del llamado neoliberalismo, una concepción
mente relevantes para América Latina porque dados que comienza por defender ciertas tesis interesantes
los niveles existentes de dualización, exclusión y de- sobre la moneda, reclama luego la reducción y mo-
sigualdad y las tradiciones populistas, caudillistas, dernización del estado y termina en una glorifica-
corporativas y autoritarias todavía presentes, enfocar ción deísta del mercado. Así la religión del estado es
aquí la construcción de la gobernabilidad democrá- sustituida por la del mercado; lo que antes se le pe-
tica desde una teoría del neoliberalismo individua- día a aquél ahora se le pide a éste; exorbitando sus
lista radical no parece el mejor camino. Entre otras roles naturales. El estado no podía ser industrial, co-
razones porque en la mayoría de nuestros países la merciante, hotelero, planificar la vida privada y ase-
gran tarea pendiente es la construcción de la comu- gurar por ese medio la felicidad individual. Pero el
nidad nacional y la ciudadanía plena. Y ello no po- mercado tampoco puede, eliminada toda regulación
drá hacerse sin poner en primer término la cons- de la vida económica y reducido el estado a su míni-
trucción de unas instituciones que, partiendo del re- ma expresión, asegurar que habrá equilibrio en la so-
conocimiento del valor de los mercados, no los ciedad y atención de aquellas necesidades de los más
convierta en deux ex maquina sino que reconozca pobres que la moral ambiente reconoce como pri-
sus limitaciones y su radical insuficiencia para en- mordiales» (Sanguinetti: 1994). El mercado y los va-
frentar los retos globales que la región tiene plantea- lores meramente individuales elevados a valores úni-
dos. El desarrollo de los mercados puede ayudar, pe- cos constituyen hoy quizás el mayor riesgo para las
ro no garantizará por sí solo la construcción de ima democracias y para la sostenibilidad de los propios
ciudadanía plena, libre y responsable. Esto exigirá mercados.
de otros valores adicionales, integrantes de los que el
Pnud llama el desarrollo humano. Gobernabilidad La construcción de las instituciones de la democra-
democrática es, pues, también construir una cultura cia y el mercado orientada por los valores de la soli-
cívica que no se agote en los valores de eficiencia, daridad tendrá que hacerse desde el conocimiento
productividad, competitividad y realización indivi- de nuestras constricciones históricas y de los desafí-
dual, sino que abrace otros como los de solidaridad. os que la globalización o mundialización plantean a

JOAN PRATS I CÁTALA I 53


las democracias actuales. Si no se tiene en cuenta es- en otras palabras, el papeleo y el formalismo se hi-
to último corremos el riesgo de construir las demo- cieron sistémicos con el patrimonialismo, la cliente-
cracias que los países avanzados se encuentran re- lización y la inseguridad jurídica: los costos de tran-
construyendo desde los desafíos de la globalización. sacción se dispararon obviamente (Schmitter: 1971;
Schneider: 1991).
LA GLOBALIZACIÓN APREMIA
LA REFORMA DEL ESTADO La ola de democratización vivida por América Lati-
Costó casi todo el primer siglo de vida indepen- na a partir de los 80 y la aplicación casi paralela de las
diente para constituir lo que Manuel García Pelayo políticas del Consenso Washington, aunque han me-
llamaba "^ estados inoculados" en tanto que todavía no jorado sensiblemente los indicadores de libertad po-
fiíndados sobre una nación y una ciudadanía uni- lítica y las capacidades de manejo macroeconómico,
versales y completas articuladas conforme a un siste- no parece que hayan conseguido revertir suficiente-
ma de derecho. Tanto a lo largo del período de de- mente las tendencias patrimonialistas y clientelares
sarrollo hacia fijera que llega hasta los años 30 como proflmdas de la cultura {X)lítica. Algunos indicadores
en el de desarrollo hacia dentro que entra en crisis de desarrollo institucional han mejorado tal como
en los 70 y se desmonta en los 80, con independen- hemos tenido ocasión de exponer, pero otros han
cia de la naturaleza democrática o autoritaria de los permanecido estancados. Un factor que debilita ex-
gobiernos, lo que caracteriza el orden institucional traordinariamente la competirividad internacional
latinoamericano es la pervivencia del sistema patri- de nuestras economías sigue siendo la inseguridad
monialista burocrático, clientelar, caudillista y per- jurídica general. Es cierto que de ella pueden escapar
sonalista, corporativo, en que la esfera económica y los grandes inversionistas internacionales con el apo-
política se confunden y que sólo es capaz de integrar yo en cláusulas de arbitraje internacional y en último
aquella parte de la población estructurada en corpo- extremo del poder de represalia de sus respectivos go-
raciones o redes clientelares, condenando al resto a biernos. Pero la inseguridad jurídica impone costes
la exclusión y la marginación y, en las condiciones insalvables para la inversión de las medianas empre-
de alta volatilidad económica características de toda sas extranjeras y para el desarrollo de pequeñas y me-
la historia de la región, la mayoría de las veces tam- dianas empresas nacionales bien insertadas en la glo-
bién a la pobreza. A pesar de los intentos, especial- balización, que habrían de constituir las nuevas cla-
mente del perído llamado "burocrático-autoritario" ses medias productivas y la base social de una política
por construir una tecnocracia que gozara de auto- nacional de internacionalización.
nomía frente a los grandes grupos de interés econó-
mico y social, lo cierto es que los principios buro- En esta falta de desarrollo institucional se halla uno
crático-weberianos sólo consiguieron penetrar en al- de los mayores riesgos de las actuales sociedades lati-
gunos enclaves de algunos estados. El conjimto del noamericanas del tiempo de la globalización. Esta
aparato político-administrativo siguió sometido a la falta de seguridad jurídica no afecta determinante-
lógica patrimonial tradicional. La acción del estado mente a los grufws de poder tradicionales que con-
sufrió de lo que en relación a Brasil Schmitter ha lla- servan el manejo del proceso político ni constituye
mado «sobreburocratización estructural» combina- un obstáculo insalvable para los grandes inversores
do con «infraburocratización de comportamientos». internacionales. Todos estos grupos y sus asalariados
EL ESTADO, OTRA VEZ

cualificados en cada país van a quedar estructural- Sin desarrollo institucional casi fatalmente volvere-
mente conectados al proceso de globalización. Pero mos a insertarnos mal en la economía internacional.
al continuar deteriorándose el tejido de clases me- La internacionalización en curso no elimina la auto-
dias originado durante el desarrollo hacia adentro y nomía de los estados a la hora de decidir políticas y
al no acabar de surgir en número suficiente nuevas estrategias de inserción. La internacionalización por
clases medias por el carácter imperfecto e incomple- lo demás afecta muy desigualmente a los diversos
to de los mercados, im porcentaje cada vez mayor de sectores económicos y no impide sino que plantea la
la población puede verse obligado a vivir en la in- urgencia de construir mercados internos completos
formalidad y los más audaces y menos escrupulosos y comf)etitivos (A. Ferrer: 1998; Bouzas y Ffrench-
pueden optar por insertarse en la "globalización in- Davis: 1998). Tampoco puede perderse la perspecti-
formal" representada por todos los tráficos ilícitos. va de que estamos entrando en un tiempo histórico
El deterioro ético derivado de la "mercantilización" nuevo dominado por la economía de la información
de casi todos los ámbitos de la vida personal y colec- o "sin peso" y por profundos procesos de transfor-
tiva no ayuda a frenar este proceso. El desgarra- mación cultural y social que exigen respuestas polí-
miento nacional y la ingobernabilidad que de todo ticas e institucionales que sólo comenzamos a ba-
ello pueden derivarse ya no son meros temores. rruntar y que habrá que ir explorando por ejemplo
en la línea sugerida por los pensadores y {xjlíticos de
El desarrollo institucional no es, pues, un lujo de los la tercera vía (Castells: 1998; Giddens: 1999). Toda
países ricos del que pudieran prescindir los países esta inmensa y estimulante tarea sólo puede ser rea-
pobres en sus estrategias de desarrollo. Es una condi- lizada por los estados nacionales o, mejor, por go-
ción necesaria para que surjan mercados interna e biernos capaces de construir coaliciones suficientes
intemacionalmente competitivos, para que sean cre- para impulsar proyectos auténticamente nacionales
íbles los procesos necesarios de integración regional, a la vez que abiertos a la integración y la solidaridad
para que los pobres puedan acceder sin discrimina- internacional.
ciones a las aaividades produaivas, para que se mul-
dplique el tejido de pequeñas y medianas empresas Como muestra la experiencia chilena, a mayor co-
insertadas en la economía global, para que se desa- hestón y fortaleza del mercado interior, mayor grado
rrolle un modelo educativo coherente con una eco- de autonomía en la decisión de las estrategias de in-
nomía productiva, para que se supere la confusión y ternacionalización. De ahí la urgencia con que los
se restablezca la autonomía y la interdependencia chilenos, crecientemente conscientes de las limita-
entre las esferas política y económica, para que se ciones de su por lo demás exitoso esfuerzo de desa-
amplíe la base fiscal y para que se desarrolle una cul- rrollo, están planteando la necesidad de nuevas re-
nira tributaria coherente con una ciudadanía mo- formas y fortalecimientos institucionales y en espe-
derna y solidaria. Todo esto obviamente exige más cial de las capacidades reguladoras de los estados, sin
que el desarrollo institucional. Pero éste aunque no duda el signo más distintivo de la clase de estado
es condición suficiente sí es condición necesaria pa- exigido por el nuevo entorno de desarrollo (Lahera:
ra la producción de todos los procesos relacionados 1999). Cuando los mercados son muy incompletos
y con ellos del avance y sostenibilidad de nuestras to- e imperfeaos y las sociedades muy dualizadas, la
davía incipientes y problemáticas democracias. globalización puede reforzar la fragmentación y ha-

J O A N PRATS I CÁTALA I 55
cer inviable la democracia. Pero esto no será un efec- tercer mundo; el a t a m i e n t o de los modelos y las
to fiítal de la globalización sino de nuestra propia in- discusiones sobre el desarrollo; el auge y cuestiona-
capacidad de poner en pie proyectos nacionales de miento del neoliberalismo; la globalización econó-
desarrollo humano que aunen la democracia con los mica; el incremento de la brecha Norte-Sur; los pro-
mercados competitivos y eficientes y con la cohe- blemas de recesión y desempleo en los países del
sión y solidaridad social para la mejor inserción de Norte... Imperceptiblemente el concepto de coope-
todo ello en un nuevo orden global. ración se ha ido diluyendo hasta el punto de no ver-
se a muchas veces asociado al de desarrollo» (Maria-
DIFICULTADES POLÍTICAS no Valderrama). El Gamité de Ayuda al Desarrollo
Y DIFICULTADES INTELECTUALES de la OCDE ha tratado de hacerse eco de estas trans-
DE LA COOPERACIÓN INTERNACIONAL formaciones, uno de cuyos signos más preocupantes
A LA REFORMA DEL ESTADO procede de la j>érdida general de confianza de los
«La cooperación aisladamente considerada no existe: ciudadanos de la OCDE en la eficacia de la ayuda.
lo que existe son intereses políticos concretos que No es que la población no considere importante se-
mueven a la comunidad internacional a emprender guir o hasta aumentar la ayuda, sino que considera
ciertas acciones, cuya articulación constituye lo que que no existe capacidad institucional para garantizar
ha dado en llamarse cooperación económica. Cual- que ésta se traduce efectivamente en desarrollo. De
quier intento de separar este fenómeno del contexto la crítica ni siquiera escapa ya la acción de las ONGs.
político en el que se produce es una simplificación
ingenua en el mejor de los casos. Vista en profiíndi- La crítica se encuentra presente en los medios de
dad, la cooperación económica sólo es una parte de comunicación, a veces con tonos radicales. En
la política internacional contemporánea» (Enrique agosto de 1994, Newsweek exponía las razones por
Iglesias). Si tuviéramos espacio para recapitular bre- las que calificar la cooperación como neocolonialis-
vemente la historia de la cooperación al desarrollo mo: su influencia en la formulación de políticas, el
comprobaríamos cuan juiciosas son las consideracio- uso de caros expertos internacionales en vez de na-
nes que acaban de exponerse. Sigue siendo ingenuo cionales, el uso con fines comerciales de los fondos
considerar que la cooperación internacional se mue- de cooperación y el dato de que la mayoría de los
ve desde el interés exclusivo por el desarrollo hiuiia- recursos financieros fluyeran hacia el Norte. The
no. Hay una economía política de la cooperación in- Economist en su edición del 7-13 mayo de 1994 ca-
ternacional que nos revela actores, tramas de intere- lificaba la ayuda internacional como una promesa
ses, conflictos e interdependencias o, en nuestro vacía o una coartada para obtener objetivos nacio-
lenguaje, un marco institucional o sistema de incen- nales de seguridad o de comercio. Para los editores
tivos de cuya calidad depende la mayor o menor efi- la ayuda internacional se forjó en el contexto de la
cacia de la cooperación para el desarrollo humano. guerra fría y se utilizó siempre para los objetivos na-
cionales de política exterior; hoy continúa utilizán-
«En los 90 hemos entrado en una fase nueva de la dose para subsidiar exportaciones a favor de com-
cooperación: hemos presenciado el fin de la guerra pañías transnacionales, de construcción y de hordas
fi-ía, el desgarramiento del antiguo bloque soviético; de consultores; no creen en la reforma institucional
el descrédito de los nacionalismos populistas en el de la cooperación, por lo que proponen su congela-

se
EL ESTADO, OTRA VEZ

ción o reducción a cambio de la disminución de los Lo que parece estar en marcha es una transforma-
aranceles a la importación de productos de los paí- ción más que un abandono de la cooperación inter-
ses en desarrollo... nacional al desarrollo. Aunque las fiíerzas que mue-
ven esta transformación son contradictorias, quere-
El Comité de Ayuda al Desarrollo (CAD) de la mos remarcar aquí que el desenlace positivo no
O C D E ha emprendido diversos estudios sobre la podrá obviar un problema de naturaleza intelec-
opinión pública de los países donantes en relación a tual: qué tipo de conocimiento es necesario para el
la cooperación internacional. A pesar de la presión desarrollo y quiénes lo poseen o pueden adquirir y
ejercida por las ONGs y demás sectores políticos y han de ser los consiguientes protagonistas del mis-
burocráticos interesados, se constata tanto en la mo. Todo el esquema de la cooperación tradicional,
opinión pública como en las autoridades políticas aún en gran parte vigente, se basó en la ilusión de
una pérdida de prioridad del desarrollo y una pér- que los exjjertos -internacionales y nacionales- po-
dida de confianza en la capacidad de la coopera- dían obtener todo el conocimiento necesario sobre
ción. Esto genera una doble presión: f>or un lado, qué era necesario y posible hacer en cada momento
se demanda la reforma drástica del sistema institu- para producir desarrollo y sobre cómo hacerlo. Hoy
cional de la cooperación internacional, que se per- hemos descubierto que el conocimiento experto es
cibe establecido sobre supuestos poco apropiados; limitado y necesariamente defectuoso, que el cono-
por otro, se congelan, reducen o retrasan los fondos cimiento necesario para el desarrollo humano se
comprometidos para la cooperación al desarrollo. halla disperso entre el conjunto de actores y, sobre
Aunque las situaciones y posiciones de los países todo, que el éxito en la conducción de la transfor-
donantes son muy diversas, del escepticismo se pa- mación en que consiste el desarrollo depende de un
sa a veces inadvertidamente al cinismo y algunos tipo de conocimiento que no es conocimiento ex-
actores acaban manejando los fondos meramente perto, sino posesión de habilidades y capacidades
para la maximización de su particular función de para dirigir la acción colectiva, la cual no puede ob-
utilidad. Así las cosas el CAD recomienda: (a) defi- tenerse por investigación o estudio sino sólo a tra-
nir objetivos más claros y específicos para las políti- vés del aprendizaje desde la acción y para la acción.
cas de desarrollo y mejorar la comunicación al pú- Ésta es la sabiduría característica de los líderes y
blico tanto de las mismas como de su evaluación y emprendedores públicos, a la que la sabiduría de los
de las lecciones aprendidas; (b) reorientarla educa- expertos puede ayudar y complementar pero nunca
ción para el desarrollo tanto en los países donantes substituir.
como en los beneficiarios para mejorar la compren-
sión de los desafíos, dificidtades, capacidades re- Las evaluaciones realizadas por el CAD de la OCDE
queridas, éxitos y fracasos de los distintos proyec- y por otras Agencias arrojaban hasta hoy una lec-
tos, tratando de comprometer más decisivamente a ción: la ayuda ha sido un factor importante de desa-
estos efectos al sistema educativo y a los medios de rrollo para los países que han sabido ir construyendo
comunicación; (c) proceder a una mejor gestión de las instituciones capaces de incorporarla a sus pro-
los programas de desarrollo y a un rediseño del sis- pios marcos o estrategias de desarrollo a largo plazo;
tema institucional y organizativo en el que éstos se cuando esto ha faltado, la ayuda se ha movido entre
producen. la irrelevancia o el detrimento para el desarrollo.

J O A N PRATS I C A T A L A I 57
Pero en materia de govemance los datos son más alar- rroUo institucional para el desarrollo humano y que
mantes. Una reciente investigación de Knack (1999) para que sea efectiva tendrán que renovarse no sólo
1 1 ^ a la conclusión de que, con la cooperación tra- los marcos y capacidades institucionales de los bene-
dicional, los mayores niveles de ayuda erosionan la ficiarios sino también los de la propia comunidad de
calidad de la govemance medida por los índices de donantes (Elena Martínez: 1999).
calidad burocrática, corrupción y estado de derecho,
y que esta correlación n a t i v a parece haberse forta- REPENSANDO LA COOPERACIÓN
lecido más que debilitado tras la guerra fría. Estos INTERNACIONAL A LA REFORMA
hallazgos permiten obtener unas primeras conclu- DEL ESTADO
siones tentativas en materia de política de ayuda en «El desarrollo representa una transformación de la
lo que a la calidad de h, govemance se refiere: sociedad, un movimiento desde las relaciones tradi-
• Si hasta hoy sabíamos que la eficacia de la ayuda cionales, los modos tradicionales de pensar, los mo-
depende de la calidad de las políticas y de la mag- dos tradicionales de tratar la educación y la salud, los
nitud de la brecha institucional, ahora sabemos métodos tradicionales de producción..., hacia for-
que la brecha institucional se amplía con los ma- mas y vías más modernas... El Consenso Washing-
yores niveles de ayuda, por lo que deberemos re- ton vio el desarrollo como poco más que la solución
plantearnos la ayuda integral y transversalmente de una serie de problemas técnicos difíciles acompa-
para que toda ella contribuya a ir cerrando la bre- ñada de la remoción de ciertas barreras (por lo gene-
cha institucional. ral impuestas por los estados). Hecho esto, el desa-
• Los esfiíerzos de reforma deben tratar de idenrifi- rrollo vendría por sí mismo. Esta aproximación -que
car las formas de despolitización de la distribu- enfátiza la retirada de los gobiernos para permitir el
ción de rentas procedentes de la ayuda, lo que nos fiíncionamiento de los mercados) comparte en reali-
enfrenta con los sistemas de incentivos no sólo de dad muchas de las premisas de la planificación indi-
los gobiernos nacionales sino también de las cativa de los 60. Ambos modelos vieron el desarrollo
agencias de cooperación. como la solución de un problema de programación
• La mayor parte de la ayuda debe canalizarse hacia dinámica, focalizado en el nivel de capital (cuya
el fortalecimiento de las instituciones o capital so- principal variable de conffol era la asistencia y los
cial y consiguientemente no sólo de los gobiernos préstamos externos) y en su asignación entre los dife-
sino de los agentes sociales y de los nuevos agen- rentes sectores. La fidta de capital y la asignación sec-
tes emprendedores así como a nuevos sistemas de torial ineficiente eran consideradas las causas princi-
relación entre ellos. pales de las diferencias entre la India y los Estados
• Finalmente, cuando la ayuda llegue directamente Unidos. Unos aigimientaban que para resolver el
a los gobiernos se aconseja su aplicación directa al problema era necesaria la planificación; otros que la
fortalecimiento del presupuesto o al alivio de la economía de mercado descentralizada era la mejor
deuda (Knack 1999). manera de encontrar la solución» (Stíglitz).

Lo anterior debería ser bastante para advenir que la El cambio en que consiste el desarrollo no puede
cooperación técnica al desarrollo que el siglo xxi re- imponerse desde afuera. No hay desarrollo sin cam-
quiere va a estar fiíenemente arraigada en el desa- bio en los modos de pensar y de actuar, y la perso-
EL ESTADO, OTRA VEZ

ñas, aunque pueden ser forzadas a adoptar cienos la meritocracia de los funcionarios de gestión finan-
comportamientos y utilizar ciertas palabras, no pue- ciera... Todos estos cambios implican cambios en las
den ser forzadas a cambiar su modo de pensar. Para relaciones sociales, de poder y de mentalidades, ade-
que los programas de desarrollo produzcan mejores más de exigir nuevas e imprescindibles competen-
instituciones y capacidades es necesario que sean he- cias de manejo técnico. Creer que todo este proceso
chos suyos por una coalición suficiente de actores de cambio puede ser diseñado desde el conocimien-
nacionales capaces de impulsar sosteniblemente las to experto constituye mero delirio o una coartada
transformaciones del caso. Las prácticas de coopera- tecnocrática.
ción que descansan en las "condicionalidades" más
que en la interiorización, participación y compro- Estamos cansados de visitar países con historias, de-
miso, pueden tener efectos perversos inesperados. safi'os y oportunidades, coyunturas, correlaciones de
«En vez de aprender cómo razonar y desarrollar ca- fijerzas y capacidades de liderazgo diferentes, es de-
pacidades analíticas, el proceso de imponer condi- cir, con potenciales de cambio muy diferentes, en
cionalidades socava tanto los incentivos para adqui- los que, sin embargo, vemos en ejecución los mis-
rir esas capacidades como la confianza en la habili- mos programas y políticas de desarrollo, lo que se
dad de usarlas. En vez de implicar a amplios explica sencillamente porque fiíe el mismo equipo
segmentos de la sociedad en el proceso de discusión de asesores el que elaboró los proyectos de los dife-
del cambio -incentivando con ello el cambio en el rentes países. Como no puede ser menos, a la hora
modo de pensar— refiíerzas las relaciones jerárquicas de ponerlos en práaica, estos programas acaban pa-
tradicionales. En vez de fortalecer a quienes pueden reciéndose unos a otros como los huevos a las casta-
actuar como catalizadores del cambio en esas socie- ñas. El daño mayor es que actuando así se impide
dades, se demuestra su impotencia. En vez de pro- que crezca la capacidad nacional para pensar y po-
mover el diálogo abierto que es central en toda de- ner en práctica los programas apropiados para la si-
mocracia, se argiunenta que tal diálogo es innecesa- tuación singular de cada país. Se sigue alimentando
rio cuando no contraproductivo» (Stiglitz). la ilusión de que los países avanzados ya disponen de
las mejores soluciones y práaicas que se trata sólo de
Cambiar significativamente el estado, p>or ejemplo, conocer y replicar en el suelo patrio, es decir, la fija-
transformando positivamente el procedimiento de d a tecnocrática.
elaboración, aprobación y ejecución de los presu-
puestos, implica mucho más que superar las dificul- Para superar esta situación hacer falta mucha más
tades técnicas de construcción y manejo de una ad- honestidad, rigor, compromiso y modestia por parte
ministración financiera integrada. Implica pasar de de las agencias de cooperación y sus expertos. Unas y
la opacidad a la transparencia del proceso, de la dis- otros están sometidos a un sistema de incentivos, que
crecionalidad a la necesidad de motivación de las no procede exponer aquí, pero que tienen perfiles
decisiones ejecutivas, de la exclusión a la inclusión o negativos muy preocupantes. En particular es preo-
voz de grupos de interés tradicionalmente margina- cupantes la irresponsable competición entre las
dos, de la irresponsabilidad a la responsabilidad por agencias para ver quien consigue influir no se sabe
el manejo presupuestario, de la siunisión a la auto- muy bien para qué. La descoordinación de la acción
nomía de los órganos de control, del clientelismo a de los "donantes" se hace a veces patética y se tradu-

JOAN PRATS I CATALX I 59


ce en el "insuflamiento" de proyectos de reforma en sustituir a los actores locales y deteriorando las ca-
unos sectores del estado que son incompatibles con pacidades nacionales. Si reconoce en cambio que,
la lógica institucional que inspira los que se desarro- a pesar de su experticia y compromiso, posee ine-
llan en otros sectores de la acción pública. Es como si vitables limitaciones e imperfecciones de conoci-
el carro del estado que ha de tirar del desarrollo na- miento acerca de los cursos de acción viables, sus
cional pudiera armarse con un carburador nórdico, alternativas razonables y los efectos de unos y
un cigüeñal gringo, unas meditas alemanas... otros, se ofrecerá como recurso valioso para un
proceso genuinamente nacional, transparente y
Hay que seguir avanzando en la economía política ampliamente participativo, de formulación y apli-
de la cooperación para disponer de mejores funda- cación de programas de desarrollo. Esto no impli-
mentos con los que orientar la reforma institucional ca ninguna sumisión cómoda para las autoridades
de la cooperación internacional exigida por la opi- nacionales. La posición del experto debe gozar de
nión pública de los países desarrollados y en desarro- suficiente independencia para señalar las limitacio-
llo. No se puede seguir pretendiendo que en visitas nes e incertidumbres inherentes a las propuestas
de en torno a un mes se pueden elaborar diagnósti- nacionales, recabar la necesidad de consulta y parti-
cos, diseñar proyectos, imponer condicionalidades y cipación amplias y, sobre todo, apreciar los produc-
programar la ejecución de todo ello solamente con tos y resultados derivados de la implementación de
las autoridades políticas coyunturalmente responsa- los proyectos, aprender de los mismos y recomen-
bles. Si los mejores expertos del mundo pretendieran dar la modificación y, si procede, la cancelación de
hacer esto en un país desarrollado provocarían una los programas.
reacción espontánea entre la hilaridad y la indigna-
ción. El tejido social con el que hay que tratar es una No hay buenos programas de desarrollo sin que su
materia sutil cuya comprensión y mejora exige sen- formulación y conducción se hallen presididas por
sibilidad, percepción, finura, conocimiento del de- lo que Isaiah Berlín llamaba el buen juicio político,
talle, compromiso, disposición al reconocimiento de el cual se halla y produce fuera del ámbito del cono-
errores que es la única fuente verdadera de aprendi- cimiento experto, aunque éste podría contribuir a
zaje, habilidad para la interacción y conducción co- su surgimiento reconociéndolo y tratando de cola-
lectivas... Todo esto sólo se encuentra o sólo puede borar con él en vez de sustituirlo. Lo que importa
brotar de las propias fuerzas de desarrollo endóge- para f)ensar y dirigir las acciones de desarrollo apro-
nas. Nadie que no quiera, pueda o sepa desarrollar- piadas a cada situación es la comprensión de la si-
se, será desarrollado. tuación en su singularidad, de los hombres, aconte-
cimientos y peligros particulares, de las esperanzas y
Una vez hemos reconocido las limitaciones e im- los miedos concretos que intervienen aaivamente
perfecciones del conocimiento experto y la necesi- en un determinado momento y lugar. Damos con-
dad del compromiso y el protagonismo de los ac- fianza a determinadas personas no por sus calidades
tores nacionales, el papel que queda para la coope- intelectuales sino porque les atribuimos buen ojo,
ración internacional es importantísimo. El experto sentido y olfato político, porque creemos que no
internacional que pretende saber qué hay que ha- nos defraudarán cuando vengan los momentos de
cer y cómo acabará indefectiblemente tratando de tensión y conflicto, porque confiamos en su sentido
EL ESTADO, OTRA VEZ

de ponderación y equilibrio necesarios para mante- cualitativo más que de lo cuantitativo, de lo especí-
ner las coaliciones necesarias y no generar antE^o- fico y singular más que de lo general; es una especie
nismos innecesarios. El don intelectual que poseen de conocimiento directo, distinto a una capacidad
estos individuos es una capacidad para integrar una para la descripción, el cálculo o la inferencia; es lo
amalgama de datos constantemente cambiantes, que se llama variadamente sabiduría natural, com-
multicolores, evanescentes, solapándose perpetua- prensión imaginativa, penetración, capacidad de
mente... en un esquema único y verlos como sínto- percepción, y, más engañosamente, intuición, como
mas de posibilidades pasadas y futuras. Su compro- opuestas a las virtudes marcadamente diferentes
miso no es diseccionar, correlacionar datos y formu- -admirables como son- del conocimiento o saber
lar teorías, sino sentir y vivir los datos, discernir lo teórico, la erudición, las capacidades de razona-
que es importante del resto, y determinar lo impor- miento y generalización, el genio inteleaual... No
tante en función de las oportunidades que determi- creemos que estas capacidades o sabidurías prácticas
nados datos revelan... Es un sentido acerca de lo puedan ser propiamente enseñadas (Berlin).«

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J O A N PRATS I C A T A L X

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