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EL ROL DEL CUERPO EN EL APRENDIZAJE DEL LENGUAJE MUSICAL REFLEXIONES ACERCA DEL APORTE DE LA COGNICION CORPOREIZADA Marfa de la Paz Jacquier y Alejandro Pereira Ghiena Universidad Nacional de La Plata La teorfa del embodiment se centra en el estudio de la interaccién dinémica corporetzada del sufeto con el am- biente, yes a través de esta interaccién que construye sigmjficados. En este sentido, la cognicién no ocurre de {forma aislada en el cerebro, sina que surge en la acelin del sujeto en el medio, considerando la mente y el cuerpo ‘como una unidad. Las diferentes teorfas sobre cagnicién corporeizada pueden organizarse en dos grupos de ‘acuerdo al tipo de compromiso corporal que estudian. Por un lado, la corporalidad débil alude al compromisa in directo del cuerpo, es deci a las proceses de Imaginactén, recuerdo y observactén del cuerpo (especialmente del cuerpo en movimiento) Por otro lado, la corporalidad fuerte involucra un compromiso directo del cuerpo mediante la reallzactén de mo. vimientos explicltas. La educacién musical tradicional no ha considerado el ro! del cuerpo en la produccién de signiicadas musicales, e incluso, en algunos casos ha desalentado la realizaci6n de movimientos durante la ejecu- cidn de tareas de diferente naturaleza. A partir de estas consideraciones, nas proponemos reflexionar acerca del aporte que realiza la cognicién corporetzada en los procesos de ensefianza-aprendizaje del lenguaje musical y a percepcién en la formacién académica INTRODUCCION Frecuentemente, la educacién musical concibe la comprensién de la misica como un proceso que ocu~ rre en la mente del oyente y que es exteriorizado gracias a los conceptos y categorias que nos provee la teoria musical. Sin embargo, este modo de entender el aprendizaje del lenguaje musical deja de lado una amplia gama de practicas de significado y desestima los posibles modos de comunicar la comprensién musical de los que disponen los estudiantes (Pereira Ghiena y Jacquier 2007). La construccién de signi cados musicales involucra el contacto que la persona tuvo con la mésica a lo largo de su vida, a través de diferentes experiencias tales como tocar un instru- mento, cantar, bailar 0 moverse con la miisica, escu- char, etc. Todo esto forma parte de un conocimiento que puede prescindir de la teorfa musical, pero que a avez puede vincularse con los aspectos teéricos para el estudio de la miisica, proporcionando un sentido vivido a los significados musicales. Dentro de este marco, focalizaremos el movi 'miento corporal como parte de la experiencia musical y el modo en el que ese movimiento modifica, enri- quece, y complementa dicha experiencia. Hemos ob- servado que la educacién musical formal habitual- mente no incluye practicas de este tipo, e incluso, en algunos casos, desalienta la realizacién de movimien- tos durante la efecucién de tareas de diferente natu. raleza, Con el objeto de analizar y reflexionar acerca del rol que tiene el cuerpo en el aprendizaje musical, en primer lugar, presentaremos los postulados mas relevantes de la teorfa de la cognici6n corporeizada y sus derivaciones a la explicacién de la experiencia de la masica; en segundo lugar, expondremos los fun- damentos de la inclustén del cuerpo en la educacién musical, basados en una perspectiva experiencialista de la cognicién; en tercer lugar, esgrimiremos algu- nos ejemplos de movimiento corporal explicito vin- culado a la comprensién y ejecucion musical; en ‘cuarto lugar, debatiremos acerca del movimiento corporal implicito ~imaginado, observado, recordado - vinculado a la comprensién y audicion musical, es- ppecialmente desde la teoria de la metéfora conceptual de Lakoff y Johnson, Finalmente, concluiremos este trabajo reseflando los aportes que puede realizar el embodiment a la teorfa y la metodologia de la ense- fianza del lenguaje musical en contextos académicos, LA COGNICION CORPOREIZADA La ciencia cognitiva clasica se cimenta en la oposicién mente-cuerpo, donde la mente es considerada una entidad etérea y el cuerpo, un soporte material inde- pendiente que sélo es funcional y organizativo. Asi, los procesos ‘mentales’ (razonamlento, conceptuall- zacion abstracta) son considerados procesos cognit vos de alto orden, y los corporales (percepeién, emo- ciones, actividades motoras) corresponden a proce- 0s cognitivos de ‘bajo orden’ (Gibbs 2006; Gomila y Calvo 2008), Para la teorfa clasica, las representacio- nes mentales son un producto de la mente que invo- lucran ideas, conceptos e imagenes mentales repre- sentando los objetos del mundo exterior. La cogt ign se reduce a un procesamiento de la informacion a modo de un algoritmo, como lo concibe la mirada computacional-representacional de la mente. No obstante, el post-cognitivismo planteé la necesidad de abandonar el modelo anterior, en el que la cognicién podria resumirse a una computacién abstracta, para pensar en una cognici6n interactiva, corporeizada y situada (Gomila y Calvo 2008). El JACQUIERY PEREIRA GHIENA nuevo paradigma de la cognici6n corporeizada (Gibbs 2006; Johnson 2007; Leman 2008; Lakoff 2008) su- pone una mente que no esta alslada del cuerpo, sino que constituye un todo experiencial; en ese sentido se desarrolla el concepto mente-cuerpo como una uni- dad, Autores como Damasio, Jeannerod y Singer (cl- tados por Leman 2008) muestran que los avances neurocientificos aportan evidencia de que ya no puede sostenerse la escisién entre mente y cuerpo planteada por Descartes, sustentando la concepeién de una mente corporeizada. De acuerdo con Johnson, “el significado no reside en nuestro cerebro, no reside en una mente descorporeizada. El significado requiere un cerebro funcional, en un cuerpo vivo que se com: prometa con el medio ~que es tanto social y cultural, como fisico y biolégico.” johnson 2007, p. 152) Segiin Clark (2008) el embodiment debe ser considerado como un modo natural de cognicién, de acuerdo con nuestra naturaleza de cuerpos pensantes inmersos en un contexto social. En este sentido, la cognicién corporeizada no es un modo particular de cognicién, sino el modo natural en que comprende- mos nuestra experiencia en el mundo. [_ Enssintesis, a teorfa del embodiment se centra | en el estudio de la interaccién dinamica corporeizada del sujeto con el ambiente, y esa través de esta inter | accién que construye significados (Gomila y Calvo | 2008), “Los estudios en cognicién musical corporet- [ zada se basan en el supuesto de que existe una rela- dn estrecha entre los rasgos de la mitsica, ye! modo en que es experimentada por el sujeto a través de su mente y su cuerpo como un todo indivisible. La expe- riencia musical tiene un efecto directo en nuestro cuerpo, y esto nos permite construir significados a través de la accién corporal (Leman 2008). EI significado en la miisica es sentido-experi- mentado y corporeizado (Johnson 2007): la misica es sign ficativa porque puede pre- sentar el flujo de la experiencia y del senti- ‘miento humano y el pensamiento en concreto, en formas corporeizadas, y esto es significativo en su mds profundo sentido. Un hecho funda- ‘mental acerca de la miisica es que llama a nues- tro sentido vivenciado de la vida” (p. 236). Leman (2008) propone un enfoque basado en la accién que permite dar cuenta de las précticas de significado musical fundadas en el movimiento cor- poral. De acuerdo con este enfoque, la misica, enten- ida como formas sénicas en movimiento, impacta en nuestro cuerpo y en nuestra mente dando lugar a una significacién corporal basada en la realizacién de acciones subjetivas, que facilitan el compromiso cor- poral directo con la mtisica, Estas acciones pueden presentar diferentes formas y calidades, pueden ser movimientos espontineos o planeados, naturales 0 convencionales, e incluso pueden representar carac- teristicas estructurales de la misica, Siguiendo la idea de Meteyard y Vigliocco (2008) las diferentes teorias sobre cognicién corpo- elzada podrian organizarse en dos grupos de acuerdo al tipo de compromiso corporal que estu- dian, Por un lado, la corporalidad débil alude al com- promiso indirecto del cuerpo, es decir a los procesos de imaginacién, recuerdo y observacién del cuerpo (especialmente del cuerpo en movimiento). Por otro Jado, a corporalidad fuerte involucra un compromiso| directo del cuerpo mediante la realizacin de movi- mientos explicitos. Mas adelante nos detendremos en cada uno de estos dos grupos, brindando algunos ejemplos vinculados a la educacion musical EL CUERPO EN LA EDUCACION MUSICAL La educacién musical no se ha ocupado de pensar cual es el rol del cuerpo en los procesos de compren- sién musical. Esto puede observarse, por ejemplo, en la practica de ensefianza instrumental académica, donde es frecuente que los docentes intenten trans- mitir posturas determinadas que no perturben los aspectos técnicos eliminando todos aquellos movi- mientos que no sean necesarios para la produccién de sonidos, pero de este modo, podrian restringir la experiencia musical del ejecutante y limitar la comu- nicacién de la expresién musical. Asimismo, en la ensefianza tradicional del lenguaje musical la utiliza- cidn del movimiento no es mas que un recurso didée- tico del docente para representar algunos aspectos de la musica, por ejemplo, movimientos ascendentes y descendentes de la mano para representar alturas de una escala (quironimia), palmeo del ritmo, etc. Sin embargo, muchas veces este tipo de estrategias no resultan exitosas para la comprensién de la misica por parte del estudiante porque resulta desvinculada de su experiencia de la misica (Vargas et al, 2007), En general, el andlisis auditivo musical ha estado asociado a'una actividad mental descorporelzada, basada en la idea de que la comprensién auditiva es un proceso intelectual que ocurre en el cerebro. Por el contrario, algunos trabajos recientes so- bre recepcién musical y educacién auditiva en el aprendizaje académico de misica sefialan la impor- tancia de la experiencia musical en la comprensién formal de la miisica -la miisica como un significado sentido~ (Shifres 2007, 2009). Este enfoque expe- riencialista de la educacién musical rescata la valora- ci6n del cuerpo y de las respuestas emocionales, y remarca la nocién de misica como ejecucién. En cuanto a la valoracién de las respuestas emocionales, frecuentemente relegadas en el ambito académico, se considera que son una parte esencial de la experien cia mas directa con la miistea y que reflexionar acerca de ellas permite resignificar la descripeién teérica de la misica. En lo concerniente a la valoracién del ‘cuerpo, se cree que involucrarse con la audicién desde lo corporal implica no sélo comprometerse ‘actitudinalmente sino también vivenciar el signifi- ‘cado de la misica, Asi, se intenta que los estudiantes incorporen las respuestas corporales como estrate- gias de comprensién: por ejemplo, cantar la meloda los bajos de la obra que se esta escuchando, marcar ‘con movimientos manuales ascendentes y descenden- tes el contorno de una melodia, balancearse 0 acom- pafiar corporalmente la musica como una experiencia del paso del tiempo, bailar, palmear algin elemento ‘temporal (pulsaciones, ritmos, ostinatos, etc). Al isto tiempo, estas respuestas corporales podrian constituirse en modos de comunicar la comprensién ‘musical que van mas alld una respuesta tradicional ‘como es la escritura convencional de la miisica. En ‘concordancia con esto, la concepcién de miisica como ejecucién propane trascender los limites del texto (de la partitura) y del andlisis estructural en la explica: cién del significado musical; esta idea sefiala que en lavivencla de la masica intervienen una multiplicidad de factores, entre los que se cuentan las caracteristi- cas temporales propias del acto de ejecucién. CORPORALIDAD FUERTE Se ha observado que existe una amplia gama de mo- vimnientos corporales que son desplegados durante la cjecuclén musical - movimiento del tronco, cabeza y cextremidades, gestos faciales, ete. ~ y que no forman parte de los movimientos «fectores 0 productores de sonidos (Davidson 2001, 2007; Davidson y Salgado Correle 2002; Lépez Cano 2005). En las cltimas décadas, mumerosos estudios se han ocupado de observar las relaciones entre el movimiento corporal realizado por los ejecutantes, la estructura musical de la obra ejecutada y la significacion musical emergente (Davidson 1993, 2001, 2007; Thompson y Luck 2008; Cadoz y Wanderley 2000; Luck, e¢ al, 2009; Toiviainen, et al, 2009}, Aun cuando la funcién del movimiento no efector en la ejecucton no esté total- mente resuelta, estos estudios han sugerido que la actividad motora que acompafa, ical ‘ei Tnformaei. ante del. estrucura masta de, ae En un estudio de caso realizado sobre los mo- vimientos explicitos producidos por la cantante Annie Lennox durante una ejecucién, Davidson (2001) en- contr6 diferentes tipos de movimientos corporales: los adaptativos ayudan a la autoestimulacién del can- tante y pueden exhibir caracteristicas personales y estados internos; los reguladores permiten sincroni- zar y coordinar la ejecucién entre los misicos; los ilustrativos y emblemdticas estan destinados a apoyar la narrativa del texto de la cancién; y los movimientos de exhibicién se utilizan para mostrarse o lucirse ante la audiencia, por ejemplo, bailar con los miisicos 0 \ | a obra, como de las intenciones expresivas del ejecu- “J EL-ROL DEL CUERPO EN EL APRENDIZAJE DEL LENGUAJE MUSICAL scerearse al borde del escenario y pedir al publica gue palmee. De aeerdo con Davison, ls movimien- ths reguladores,Hustrativos de exbibcin estan Claramente orentados halal audencla o hada los Inisiee, mientras que los movimientos adaptatvos seorlentan hala el interior del individu Bn el ambto de la educacion muscal formal, tos estudlantes de misica despltegan una gran cant. dad de movimlentos corporales cuando realize a. ress vinculadas ala ejecueén y aa audlcin musical Parcilarmente se he observado que muchos Mov Inleeosrealzados durante tareas de lecura eantada & primera vista parecen estar vinculados com as €3- Tacerstias Iustcles de la melodia lida (Petra Giiena 2008, 20093. Por empl, algunos movimlen- tos que acompafiaban la elecucioncoinldlan perfec- tarente cont nivel de estructura metriea 0 con el fitmo de la melodl, otros refjaban el contorno Imlbalco dal fragmento cantado, entre otros. i bien estos movimlentos.parecleran ser redundantes. © fnnecesaros paral ealizacion dela area, ya que no tienen un rl efector del sonido, podria extar cum: Bliendo una fone epstimica, es deci, mejorando Tos procesoscognitvos empleados para resolver Ia tareny de este odo, favoreciendo el desempefio de Tor estudiantes (Perelra Ghiena en prensa). Esta dea permite econsiderarlafunlon del movimiento co orl obser, Te otorga un ro central al com- Fromiso corporal en los procesos de significacién musical, En este sentido, el estudio del movimiento” corporal explo como ‘sha mhaifestacion de Jan = aor eer ae Tente podria ayuda tes a conprener el rol de cietp tee dria ayudar. | a elecucion y | UNA CORPORALIDAD DEBIL Como sefialamos arriba, la corporalidad débil involu- cra procesos de imaginacién, recuerdo y observacién del cuerpo y de su movimiento. Wilson (2008) pro- pone la idea de una cognicién corporeizada cjf-line para explicar que, por un lado, las acciones corpora- les no necesariamente estén ligadas a lo que de- manda una situacion determinada, y que, por otro lado, no es imprescindible concretar la accién, sino que podemos pensar-acerca-de una accién en un determinado contexto como una ayuda para el propio razonamiento. De este modo, tener la capacidad de imaginar o de inventar nuevas acciones, sin la necesi- dad de ejecutarlas, amplifica las posibilidades del pensamlento corporeizado. De acuerdo con la teoria de la metafora de) Lakoff y Johnson (1980), a partir de nuestra expe-/ Hlencia corporal con el medio configuramos abstrac-| clones (esquemas-imagen} que nos permiten com: prender el mundo y desenvolvernos en él. Estas con-| figuraclones constituyen la base de nuestra compren- sin en términos espaciales, nuestros procesos per- | JACQUIER Y PEREIRA GHIENA ceptuales y nuestras actividades motoras (Johnson y 2007). La activacién de los esquemas imagen da lugar | a un proceso metaférico que se denomina mapeo | entre dominios de la experiencia. Asi, empleamos el | conocimiento proveniente de un dominio experien- ial mas conocido ~dominio fuente- para estructurar y comprender otro dominio menos conocido ~domi- io meta-(Lakoff y Johnson 1980; Gibbs 2006; Johnson 2007; Clark 2008; Lakoff 2008). Es decir, ‘estas metiforas basadas en lo corporal tienen un rol fundamental en el pensamiento y razonamiento humanos, pues permiten emplear los conceptos bisi- | cos originados en la experiencia corporal para enten- | der otros dominios de la experiencia. La neurociencia sustenta estas ideas al explicar que existe una informacion neuro-imaginada donde el planeamiento mental activa determinadas reas motoras denominadas de alto orden atin cuando no hay actividad motora explicita. La mayor parte de los procesos cognitivos de alto orden se basan una si- ‘mulacién 0 emulacién parcial de procesos sensorio- motores mediante la reactivacién de los circuitos neurales que participaron en la accién del cuerpo y cen la percepcién (Lépez Cano 2005; Johnson 2007; Anderson 2008; Lakoff 2008). Segiin Johnson y Larson (citados por Johnson 2007), todo nuestro pensamiento y nuestro razona- miento basados en el movimiento musical y en el espacio musical heredan la légica interna de las ‘metiforas basadas en lo corporal. Particularmente, la experiencia del paso del tiempo puede ser compren- dida metaforicamente como movimiento en el espa- cio, partiendo de la idea de que nuestro cuerpo inter- acta con el medio moviéndose en el espacio. El mo- vimiento y la experiencia de movimiento conforman la base del pensamiento abstracto acerca del tiempo. De alli que la miisica, como experiencia temporal, pueda ser comprendida segin nuestra experiencia espacial (Martinez 2005; Johnson 2007). En el marco del aprendizaje musical, es intere- sante observar cémo es exterlorizada la comprension metafdrica de la miisica a través de expresiones ver- bales porque da cuenta del mapeo entre dominios de la experiencia, Por ejemplo, cuando los estudiantes Intentan dar una explicacién de cémo experimenta- ron el paso del tiempo en la misica desde la audici6n, frecuentemente emplean expresiones como ‘cuando pasa la estrofa, cambla el clima, ‘luego viene un tema contrastante’, ‘més adelante se percibe una intensifi- cacion de la tensién’, ‘al acercarnos al final, todo se resuelve'. Aqui, el empleo de la metafora lingiifstica fs significativo porque esta basado en metiforas conceptuales originadas en una experiencia corporal (Lakoff 2008). Entonces, el significado musical no es + Estas expresiones lingoisticas se vinculan especialmente a dos metéforas conceptuales: 1a metéfora del tempo en ‘movimiento, y la metéfora del observador en movimiento, Ver Martinez (2005) y Johnson (2007) meramente verbal o linguistico, sino que es un sign!- ficado corporeizado (Johnson 2007). La comprensién metaférica de la rmisica, espe- cialmente del tiempo musical en la experiencia de audicién, también se puede propiciar a través de una representacién grafica presentada en el transcurso de la misica, pues se pondrian en marcha ciertos es- ‘quemas-imagen que permiten entender la sucesién ‘temporal de eventos como una sucesién espacial de los mismos. Entonces, presentar en la clase una es- tructura de agrupamientos o una linea contorneada (Simulando los ascensos y descensos de la melodia, con cambios de grosor de acuerdo a la intensidad, etc) que vaya apareciendo progresivamente y en concordancia con el tiempo real de la obra, enriquece Ja experiencia al reforzar visualmente ‘el despliegue del tiempo en el espacio’ (Jacquier 2008; en prensa). En un estudio empirico sobre la incidencia de Ja imaginacién espacial del tiempo en la comprensin temporal de la mtisica, se encontré que tanto la reali zacién del gesto de marcacién de compas (compro- miso kinético explicito) como la observacién de una animacién que imitaba ese movimiento corporal (compromiso corporal indirecto) permitieron una mejor comprensién de la temporalidad de la obra musical. El movimiento realizado o percibido activa el proceso metaférico permitiendo la conexin cuerpo- pensamlento (Jacquier 2009). CONCLUSIONES Como hemos mencionado, tradicionalmente la educa- ccién musical formal no ha tenido en cuenta el rol del cuerpo en el aprendizaje del lenguaje musical, des- cuidando y reduciendo la posibilidad de construir significados musicales a partir de la experiencia cor- poral. Sin embargo, los estudios recientes en cogni- cién musical corporelzada brindan un novedoso enfoque que sustentan la inclusién del cuerpo y del movimiento corporal en los procesos de ensefianza- aprendizaje de la miisica Siguiendo esta linea teérica, se ha comenzado a estudiar la incidencia del compromiso corporal dl- recto e indirecto en la comprensién musical. En este sentido, se propone que los movimientos explicitos podrian funcionar, por ejemplo, como acciones que mejoran los proceso cognitivos empleados para resolver tareas de lectura cantada a primera vista, colaborando con la adquisicién de esta habilidad que se busca desarrollar en el miisico profesional. Asi- mismo, se postula que la imaginacién del movimiento como comprensién metaforica de la miisica nos per- mite pensar cémo transcurre el tiempo musical, y comprender auditivamente la temporalidad de una obra. Por todo esto, es deseable que las précticas de enseftanza del lenguaje musical promuevan activida- ddes que den lugar tanto a la realizacion de movimien- tos como a la imaginacién y a la evocacién de la expe- riencia de los mismos para que el aprendizaje sea significativo. musical, y prestar ateni ‘es dar lugar a.una practica de significados enriquecida y ampliada, que trasciende los limites de las practicas educativas que sobrevaloran la escritura tradicional de la misica como inica manera de la que disponen los estudian- tes para expresar la comprensi6n. Plantear la ensehanza del lenguaje musical desde el enfoque corporeizado permitiré crear un puente entre los conceptos y categorias de la teorfa ‘musical y la experiencia de la miisica mas inmediata que tiene el alumno, al mismo tiempo que propiciard mayores posibilidades de que los estudiantes com- prendan la misica, Por ello es fundamental conside- rar el movimiento corporal como parte de una expe- riencla significativa de la misica, en tanto modifica, enriquece y complementa dicha experiencia. REFERENCIAS Anderson, M. (2008). Cap. 21: On the grounds of (x)- grounded cognition. En P. Calvo y T. Gomila (Ed) Handbook cf cognitive science. An embodied approach San Diego: Elsiever Ltd. Pp. 423-435. Bickhard, M. (2008) Cap. 2: Is embodiment necessary? En P. Calvo y T. Gomla (Ed.) Handbook cf cognitive science ‘An embodied approach, San Diego: Elsiever Ltd: Pp. 29- 40. adoz,C, y Wanderley, M. M. (2000), Gesture - Music, Paris: ream - Centre Pompidou, Clark, A. 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