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Adrian Mercado Reynoso Et HEREJE Angelelli: un obispo entre la construcciény la delacion aca Reynosa Ain Gustavo There: Age un cp entela conte lactacin. 1a ‘lad utc de Boos hee: Tal, 2013. Wensrese7 sers26 ‘ofa dela 2 Catone. hue TURMALINA ‘eet rman 2013, Buenos Aes Arges Istnovegr-tser-26 toi Taman echo el dept que previene ay 11723 Para sugerencis coments ace del contenido Seta ‘cana lfonediortaurmalina com miriam com creer iSesid ory rote recaranene ‘spen indice | fusio ad exterior. TI. Ad usum nostrorum Eantum HL. Laiguana. 1V,Linguarum confusio ¥ Boni pastors exemplum VI. Ad detsimentacognoseenda. ‘Vil. La ica de una paz terrena. ‘VI Quale questione? 1X Stimulus pastorum X.Voxpopuli, vox dei. XI. Magna est veritas. XI Ahijuna, qué tera ‘IIL “Omnia vinit amor” XIN, Mathesis universal XV. Meditations. XVI Unurn imperium, una lex XVIL Tantanacuy hufunacuy huncay... XVI, Oium profanium mundus... XIX. Vendlicatiofinium, XX. Corpus seperatum ML Extrema ratio se ‘XSIL El artista. XIN, Ponchos eolorados... XXIV, Conformista yreformisas.. -XXV. Pacem in ters XVI Perfectae caitats. XXVII. Donu dei esse XVII Trajes a medida XD SussexsA.. XXX. La promesa del Vietcon, XXXL. Rhetorieaimitanda ono : XXXIL Luomo nuovo della periferia a. ‘XXXII Videmus per spaeculum. YOCKIV: Deus optimus MAXIMUS een XXXV Omnes accusatore damesticoliberast XXXVI Interpretationis problema... SOOXVIL. Mutat mutandis. XXXVI Milenovecentosettentase XXXIX. Ant factum est XL Fara ecclesiam nulla salus XL Millenovecentonovantatre. Post sexfptum, eas eees “Bl interrogatorio ha coneluido. El acusado, reo confeso, seré conducido a Avion, donde se celebrard el proceso definiivo, para la escrupulosa salvaguardia de la verdad y lajusticia. Y solo después de ese proceso regular serd quemado. Ya no os pertenece, Abbone, y tampoco me pertenece ami, que solo he sido un humilde instrumento de la verdad. El instrumento de la justicta, ‘estd en otto sitio. Los pastores han cumplido con su. ‘eber, ahora es el turno de los perros: se debe separar la oveja infectada del rebano, y purificarla a través del fuego. [..] Dura pasién y humilde calvario los de aquel ‘quien, comomi pecadora persona, Dios ha llamado a reconocera la vibora donde esta anide. Pero el ejerc de esta santa farea ensea que no solo es hereje quien. practica a herejia a la vista de todos.” ‘Le manuscript de Dom Adsom de Melk; traduit en francais dapris Vedition de Dom Mabillon, siglo XIV, ent Umberto Eco, I nome della rosa, Milan, Bompiant. “El objetivismo, que reduce las relaciones sociales 1 sus verdades objetivas sobre las relaciones de fuerza, ‘olvida que esta verdad puede ser representada por un efecto de mala fecolectiva de la percepeién encantada ‘que las transfigura en relaciones de dominacién, auto- ridad y prestigio legtimas! Pierre Bourdieu, en Revista Herramienta, rim. 52, Buenos Aires. ' Effusio ad exteriora Una maftana del aio 1992, ef autor de este texto espera que lo atiendan en un despacho de la poderosa ‘rganizacién sindical Asociazione Catdlica di Lavoratori Italiani (ACLI de Piazza Navona, en Trieste, Italia Yalo hhan hecho pasar adentro, pero una seitora —que parece ser la asistente delapersona quehaidoaver—le indica ‘en un italiano coloquial que espere. El autor se saca la ijeve del sobretodo y se reprocha no haber practicado ‘en un buon italiano las palabras que le dird a Paolo, Grassi, director dela ACL. Lacharla que sigue es efusiva. El extranjero se explaya con soltura, gran cantidad de detalles y un importante despliegue de recortes perio- disticos. Tras unos veinte minutos de conversacién, el anfitrin le dice: —Eseriba algo. Unas cion péginas explicando lo que sucedié. Elauditado—que como todo argentino cree que st comarca es el centro del mundo— le contesta: —Pero usted es una persona que puede llegar a la Santa Sede y.. —Lo entiendo —interrumpe sutilmente—. Usted dice que no fue un accidente carretero y quelo mataron los militares y los policias. Si, eso digo. —Pues si escribe conténdonos a nosotros, los ita- 1ianos, o que sabe, podria diferenciar esa muerte de los ‘relnta mil compatriotas suyos o los diez mil chilenos 0 len mil salvadorefios —dice Paolo, mirando la parva, de documentos, recortes y fotos que hay sobre st escri torio—. Digo —contintia—, usted debe entendemos. A Italia, a veces, sela considera en el mediterréneo como, ‘unfato dela cvilizacién al que concurren files crstianos. ‘ortodoxos, paneslavos, macedonios, dilmatas, turcos, palestinos, kurdos, egipcios dela iglesia copta cientos. ‘de magrebies del norte africano que vienen con sus ‘denuncias, Por eso, hagame caso, escriba una crénica, corta, breve, de este piamontés llamado Angele... De La Rioja, jvero? Asinace este ensayo, una cronica de acontecimien- ‘tos del pasado que insistiré en que hubo un complot de varias personas para matar a una persona publica y hhacer pasar dicha muerte por un accidente. 2 w Ad usum nostrorum tantum ‘Lacerraduradela puertade ingreso ala casa estaba dura, como sin uso, Juan enteé desganado tras abrirla Suhijo, junto con otros familiares, intentaba infructuo- ‘samente motivarlo con comentarios sobre el proyectado asador y otras yerbas, como si quisiese quebrar el vacfo ‘mobilario e imaginario de una casa como esa, recién ‘construida en el Barrio Mercantil por el Sindicato de Empleadas de Comercio con fondos del Instituto de Vivienda, Era amediados de 1976. —Soy un traidor —murmuré Juan, como si hablase para adentro. Papa, terminala. No pensés solo en vos. Somos empleados piblicos y ya nadie nos va abasurear. Ahora yo tengo trabajo de policfa y Maricla es empleada de Tentas generales de la Provincia, No fue tu problema. Ellos supieron y saben lo que hacen, sino, no nos hu- bieran dado esta casa. El padre no pudo no recordar lo que habia pasado cinco meses antes: —Hola, Juan, habla Roberto —Ie dijo al teléfono el cencargado de G-14 del grupo de tareas del Batallén de Ingenieros de Construcciones 141. Trasuna breve pausa, pregunt6—: ,Cuando sale Sataneli? —dijo sin enfatizar B Ja interrogacién, como si el interlocutor esperase ser demandado, —Hoy, Hoy vuelve della ciudad de Chamical. Alas cuatro de la tarde, lega al obispado. LLuego, sin mediar saludo, corts. “ m Laiguana Agustin era un militar derrotado. Concebfa que si vida no fuera feliz. Hablamos de su vida ‘eivl’ aunque su idea de civilidad era diferente a la moderna. Haba integrado una familia a su vida militar 1o que lo hacia portador de una irreductible integridad afectiva, aun en. ‘su condiein de aleohidlico y frmaco dependiente. En su vida privada no tenia intereses particulars ajenosal mundo laboral,y es lo convert en un perfeccionista del trabajo. Se encontraba en La Riojaprecisamente por trabajo. A pesarde su especializacién —ligada a cursos de posgrado vinculadosal mar—, le habfan dado un nuevo destino alejado de las olas, casi en un desierto y a més de mil kilémetros de su origen. Su gran autoestima le devia que pocas personas tengan sus nervios de acero, esenciales para la profesién. Atribuia su éxito laboral a dichos nervios. Desde el lugar donde estaba podia ‘apreciar toda la planicie con la imagen de la ciudad! de CChamical en el fondo. El calorlo estaba matando, Nadie Je habia informado en Bahia Blanca que en La Rioja el sol picaba fuerte incluso en invierno, Se preguntaba si To que hacia ali tenia relacion con lo que habia apren- dido en los cursos de adiestramiento como comando de grupos técticos (ahora vulgarizado como “grupo de tareas") al cual pertenecfa, Su respuesta era negativa, 15 Nada tenfan que verlos manejos de explosivos ya fquerra subacustica, en los cuales se sentia un especia- Ista, con aquelo que realizaba ahora. Es deci: espar ‘Su tarea era vigilar con unos sofisticados instrumentos de telemetriainstalados en una loma estratégica del centro de la plane riojana Mira los movimentos de todos los automéviles ce las semidesércascarreteras asus pes. Sin embargo, una duda lo pasmaba, Desde paso de los servicios de inteigencia de la Marina & Jos del Estado, las informaciones de las operaciones se volvan “secretosde Estado! con el consecuenteretaceo {de a informacién general Noimportaba; “el militar no piensa, obedece! se afiemaba, repitiendo la ima de Jaescucla deMarinaen donde habia estudiado. En igor, procedia meticuloso. leer las Grdenes que le habian impartido, El subofical y sus dos hombres debian — seginestableta la orden excita mar el paisaje de Jos Llanos poroscatlejos de rayos inrarrojes durante Jas veinticuatro horas del diay, en efecto, informar por radio en calidad demaxima urgencia el vistamiento de los siguientes automéviles: un Renault blanco patente 04367, una camlonea Pla mulcarg patente FON60S7, vast sucesivamente hasta totalizar cuatro unidades, todas pertenecientes alos guerilleros ‘subversivos: Extranamento, no habia indieaciones sobre el nombre del grupo terrorista al que pertenecian; ni siquiera un ‘buroeritico “NI (que en la jerga operacional de los servicios significa “no identiicado”), No importaba, sein se confirmaba en solo un renglén, que “eélulas de organizaciones subversivas”estuvisen infiliréndo- se en esta region. Entonces, 2por qué habian asignado tuna mision tan simple a una escuadra especial de los GT (grupo de tareas)? Después de todo, la vigilancia por binoculars, veinticuatrohoras sobre veintcuatro, frau procedimiento ya clsico de las operaciones de 16 seguimfento, algo que podta perfectamente levara cabo ‘eldespacho de inteligencia de cualquier arma: Marina, Acrondutica 0 Ejéreito, —No me engafian —pens6—, esto es la caza a un dirigente. No esté dicho en ninguna parte que los “servicios; ‘aun los cuadros dirigenciales, deban saber por quéhacen. Jo que hacen. Esti claro que, por lo menos en el joven, ‘Agustin, subsistia un animal racional, con mas sangre {fa que la de sus superiores. Cuando uno de sus cole- {gas instalados en el mirador le pregunts por qué habia entrado al SIDE (Servicios de Inteligencia del Estado), lerespondié: “Porque este trabajo me gusta. No era esa la respuesta comiin de los veteranos del espionaje macartista de un pais latinoamericano, més propensosa frases de tipo “porque odio el comunismo” ‘al aserto épico “porque amo a la patria’: No. Esta era una generacién de nuevos oficiales bien pagados, de familias no divorciadas, que hacian suya en carne y hhueso la visién clausewitziana de que la guerra era la continuacién de la politica por otros medios. Los mili tares de la generacion de la década de 1970 no se iban. ‘2 quedar fuera de la historia, sino que harian historia, Yque historia. v Linguarum confusio El eligioso tomé en sus manos el diccionario que decfa en letras rojas "TTALIANO\TEDESCO e instinti- vvamente Io abri6 en la primera pégina, ena cual habian ‘escrito con pluma a tinta lo que sigue: E: Angellell. Pontificia Universita Gregoriana di Roma, Via Mazzini 5, 00189, RO, ‘anno 1950. Alleer el texto, elreligioso recordé por unos segun- dos sus afios de estudiante de licenciatura en Derecho Canénico en Roma, Italia, Rememord su tesis de doc- torado —inspirada en la validez de la dogmética en el cristianismo oceidental— y también el impacto que Je habia provocado en su retina —apenas arribado a Roma— la vision de un ejéreito de personas montadas ‘en bicicletas vestidas con largos atuendos de diferentes ‘congregaciones, grises y negros, diferentes y similares entre si. Pensé en lo lejano que estaba aquel tempo de Ja praxis cotidiana que ahora realizaba como obispo de la pobre provincia de La Rioja. Pobre, entiéndase, 18 ‘metaféricamente hablando, porque aquino se discutfan ‘ise estudiaban la dogmatica reigiosay el pensamlento dgico. Es decir que en esta parroquia no era posible ‘cultivar el pensamiento abastracto, simplemente porque Ja vida procuraba otras prioridades més mundanas; se necesitaba comer y levar el pan diario al hogar. Existen ‘muchas justificaciones para la allenacién humana — pens6—, yrenacen en nuevos argumentos, con miievos mpetus iasideas del cardeter contemplative del nativo rojano, que mas que contemplativo es prictico, y més. {que prctico, pragmiético. Volviendo en si, abrié el diccionario por la letra V >uscando una palabra. "Bien —se dijo a sf mismo—, vergemeinschajt es una expresién que en castellano podria traducirse como ‘comunidad yes por cierto muy diferente a vergesselschaft, que quiere decir asociacion™ 1 obispo continué con su lectura y su meditacién bajo el pareén del costado de la iglesia catedral, uno de Jos ugates mas templados del predio. Sabfa que disponia ‘deunas dos horas antes de comenzar de nuevolareunién ‘con sus colaboradores més intimos y, no obstante, slempre dedicaba sus momentos libres ala apasionante lectura que desde joven culivaba in exiremus. Nada de textos sacros: los escritos que maslo apasionaban eran los del fas alemanes (y, como si fuese un pecado. inconsciente, nadie refera sus preferencias). Admiraba de los alemanes su pluralidad y cardcter mitteleuropeo. Era un convencido de que los germanos tenfan la rigu- rosidad l6gica que les faltaba alos latinoamericanos. Continuaba esforzéndose en la lectura de Binleitung, 4 Die Wirrschaftsethik der Wellreligionen, de Max Weber, "Me creo joven —pens6—, pero yahe perdido lafacilidad. de lectura que tenia unos aftos atrés’ Se habia voleado al pensamiento weberiano cuan- do era un estudiante adolescente, como via de escape ” epistemolégica para no ser un materalistafilosétfica- ‘mente asumido y politicamente incompatible con su actividad pastoral. Las ciencias sociales, pensaba, no pueden proponerse establecer Ios factores causales de ‘un fenémeno; pueden solo individuar las condiciones. que lo hacen posible. “Para esome sirve Weber —decfa Angeleli—, alos _marxistasno selosdebe tratar de convencer diciendo que Dios existe y que el Espiritu Santo es la gracia de Dios, por clerto, verdadero. Se los debe convencer diciendo que lo que ellos llaman lucha de clases es el resultado cde una multiplicidad de factores econémico-sociales ligados a a violacién delos derechos, alos derechos de Joshombressobre as cosas ala violacién delos DD.HH., ces decir ala falta-inexistencia-ausencia de casa, trabajo, pan y un salario digno’ Ese parecia ser el sentido de la religiosidad en é1 Lareligién era un medio, un compromiso. Ser religioso cera comprometerse con una serie de valores, principios y derechos emanados del evangelio y bregar por su ‘cumplimtento. Los valores son intrinsecos a la natu- raleza humana como lo son contrarios a la autoridad Instituida. Nada maslejano ala metafisicareligiosatipica, de una orientacién més “ritual que ética, mis profana ‘que mundana’ que haba caracterizado a la Iglesia de ‘uz y espada que habian llevado cinco siglos atrs las. ccarabelas de Colén, v Boni pastoris exemplum Juan Aballa volvé aa cocina de aiglesia con una precisiin de segundos, guardé surelojde bolle yacto ‘eguido retin la pava de agua caliente que estaba por bulliz abia que paraelobispone habia ‘cosa mas fera’ {que el mate con agua hervida. El eonocia los gustos de sujefe. Por algo se hacfa llamar en sus fiestas familiares (Weon aire de alarde) el “colaborador” del “monsenior? Y aunque se dirgia a él sempre en tercera persona, ‘cuando estaban solos le deta afectuosamente “Pela ‘Juan siemprelo escuchaba con una atencién devo- clonal, solo que generalmente no entendia muy bien lo quel decta. Su edad y su ignorancia genérica sobre te- ‘nas abstratosno minaban su cortesia deasentr siempre alo que elobispo deciay darleinvariablemente a razén. Frente a l, Angele se desataba y pensaba en voz alta. Le gustaba a cara de entendedor que ponfa juan. Con sa cara se artimé juan con un mate humeante para el ‘obispo, que continuaba con su lectura de Weber. —ts asf —le dijo a Juan—, son rigurosamente 16- ficos yracionales. Tanto que ellos son los que crearon ‘Auschwitz. —Es madre. iY ti sabes qué cosa es Auschwitz? to —Ie contest6—, son unoshijosde buena 2 —Claro que si —respondié Juan—, son unas mé- 4quinas de coser alemanas buenfsimas, Mi abuela tenia tuna que hizo traer de San Juan. Una palabra “en dificil” era suficente para que el anciano la asociara alo que siempre habfa visualizado con una maquina. No, Juan, esa es una Singer. Yo no te hablo de tuna maquina de coser, que aparte es inglesa, y no ale- mana. Yo te hablo del Apocalipsis terrenal, del campo de exterminio de Auschwitz. De una de las més grande catistrofes de Ia civilizacién occidental y cristiana. Un ‘campus donde las cimaras de gas funcionaron por més. de tres afios y donde se calcula que fueron asesinados. ‘msde cuatro millones de personas, sabes por qué? Por guid, el antiseritismo no es una forma cualquiera de racismo; tal vezno sea ni siquiera racismo en el sentido, propio y limitado del término. Es, més vale, el terror, la locura ciega y violenta que la razén humana prueba de frente a la materia inteligente que osa resisttle '—Pero es de tontos matar a una persona porque es juudia —interrumpié Juan— vos viste,Pelau, la cantidad de judios que estén acé, en la calle Mitre y.. —Exterminar un hebreo tiene otro significado —in- terrumpi¢ bruscamente el sacerdote, intentando sacara Juan de su practicismo innato—. Piensa: para el Tercer Reich, matar a un hebreo era como para la dictadura argentina matar a un comunista. Sf, piénsalo as. Todos Jos totalitarismos tienen un significante; lo que en Eu- ropa es ser judio, en América Latina es ser comunista 2 vl ‘Ad detrimenta cognoscenda losef viajé @ Romaen treny, entre visitas de amigos ‘de Hannover, se ocup6, previo paso por su casa pater- na, de buscar un texto de licenciatura sifperior, de su aautorla, sobre uno de los autores que lo obsesionaban desde hacfa afios, Saba que tenia millones de libros ast disposici6n; la mayoria copias originales ymuchos miles deinéditos y manuscritos, Pero tenia en mente un texto desus proplos manuscritos, que ningunos de sus miles deasesores seria capar de encontrar. Era un texto sobre Max Weber, que habia escrito a sabiendas de que, una ‘ver desarmado y recluido el marxismo-leninismo delos Ambitos educativos privados y piblicos europeos, ahora le habia llegado el tuo a la racionalfdad-materialista \eberiana, Para ello habfa que impedir que el credo del derecho romano —esa magistral procreacién del ‘odo can6nico— cayeraen manos equivocadas, Toda st vida se habia obsesionado con a idea de que los textos. esctitos eran armas de doble ilo y de queno valfan sino ‘en funci6n del sujeto lector: su alma de plumista despé- tico habia entendido que las masas eran esencialmente maleables a influencias y credos, y que —en cuanto, brutas y alienadas—necesitaban de gufas. De alli que lapardbola del pastor y sus ovejas, aprendida ~como le {gustaba recordar~a sus dulces tes afios, leesultase una 2B descriptio natura tan evidente que no era palpable en. Ja modernidad, “La gente es como un rebao de avejas ‘que hay que gular y euidar”Y sobre él caia la mision de quien debe gular guardar,proteger El saber —lahistoria Todemuestra— estaba reservado a un mintisculo grupo de personas, mayoritariamente no expuestas. Desde ‘otro punto de vista (0, tal vez, desde el mismo), siem- ‘pre habia visto con particular interés los dice dei libri prohibit o cédigos de libros censurados por la Iglesia del Medioevo, porser, bisicamente, un listado de libros ddesestabilizadores de lo instituido —con tanta efectivi- ‘dad— que pervivid por cinco siglos. El libro prohibido ‘generaba un eventocolectivo, un imprentero y un editor ‘asustados, y un autory un libro censurados, Detenerse en si efectioamente ciculaba 0 no con libertad era una ‘cuestién secundaria. Habia un bonus track en la prohi- bieién, un surpluso plusvaloren a censura institucional, ‘de un libro: el peso de lo simbélico en la construccién, de lo social como un sistema estable de significacién, que, segiin Iosef, volvia absurcos los planteos liberales de que la censura generaba més adhestén por aquello, de lo prohibido. ‘Mientras reflexionaba sobre eso Josef tuvo que cam- biar de tren, Tras el cambio en a estacién austriaca de Klagenfurt, via Venecia Mestre, el tren fue puntual. La proximidad de la frontera italiana fue el aliciente que, ‘comosifuese un autémata, aparté de sus pensamientos, Jos temas sobre los que venfa reflexionando, para po- nerlo en una actitud meditabunda. Sabfa quehabia sido amado a Roma a ocuparse de vatios temas delicados, dela multiple politicaeeclesialeo politica de la Iglesia, entre los que destacaban dos asuntos de similares ca~ racteristicas y archivados en un mismo dossier. Tales archivos versaban sobre movimientos segregacionistas, catélicos. Elprimerodeeellos, sobre la autodenominada 2 Ielesia Catblica Apostiica dela Repiblica Popular China, yel segundo, sobre la llamada Teologia de la Liberacién. Tosef sabfa que sobre la primera entrarian en juego la iplomacia y el juego dela politica estatal eclesial san~ jonando, excomulgando y otorgandoreconocimiento, negociando y renegociando con el Komitem ypolitburo de Pekin el otorgamiento de visas y pasaportesyybienes inmuebles, sobre todo a los monasteriales sinuados en territorio chino, Pero el segundo asunto era algo distinto: la Teologia de ta Liberacién se habia extendido hacia. afuera de las fronteras eclesiales y civiles; tratar con ellos era muy diferente a tratar con un iinico régimen como degli autorictariregimiichinessi. Se propagaba por varios paises y nadie sabia con precision cémo abor~ darloy abortarlo, Pero algo debia hacerse, y de manera, turgente. Lo mejor era saberlo todo sobre ellos: cusles eran sus ees programéticos y bases de financiamiento; {quiénes eran sus lideres; cudles eran sus jurisdicciones y.dénde, desde cudndo y c6mo reclutaban adeptos. Con esa informacién, se podia llegar a desarrollar una, politica de contencién. Vaya monumentae tarea. Josef Teniaen a cabeza dos frentes: uno era.el teol6gico, don- de habia que escribir enciclicas de confrontacién para ‘condenar a un enemigo que, a diferencia de los chinos, no tenia interlocutores validos ;Quién desplegarfa la, accién politica sobre el terzitorio® ,Quiénes, en otras palabras, serian los cuadros eclesiales que informarian ‘yplantearian altemativas sobre lo que habria de hacer? Yuna vez hecho el diagndstico, squién ejecutaria el plan de contencién’ losef Ratzinger sabia que tenia que informar al Papa para dar testimonio sobre lo que debia hacer la corporacién, Por las charlas cotidianas que tenfa con el Pontifice, conocia los humores y defectos decharla del anciano; yeomidas, sabia qué le agradaba y qué no le agradaba, 5 sabfa qué enfatizary qué papeles con drdenes de Estado levaele para que firmara. No més cargos vaticanos que ‘ocupat, la mayoria de ellos los ocupaban personas de ‘confianza; ahora habia que debia pasar ala accién,de- fender! cristiandad dela amenazade los movimientos insurgentes ysusadeptoseclesiales. Suponta que jams tendfria fuerza numérica para imponerse en el consejo, pero crefa que la meticulosa construccién de adeptos en lugares claves del Vaticano le otorgaria en el nuevo siglo el acceso a la mayoria de recursos burocraticos y lealtades para ser elegido 61 mismo Papa unos anos ‘después. Un Papa aleman. El religioso de importantes competencias intelec- tuales, nacido en Baviera, poseia una especial posicién ‘deol6gica muy marcada por su pasado reciente en la Segunda Guerra y una Alemania dividida por la guerra fia, En 1999, habia ingresado a las Juventudes Hitle- rlanas,y una vez militarizado, fue uno de los llamados. Flakhelfer-ayudantes de atilleria antiaérea. Selo destin6 ala proteccién de|a fabrica de BMW en Traunstein, en lasafueras de la muchas veces bombardeada Mich. En, 1944, comenz6 suentrenamiento bsico en Hungria, cu pada por el Reich, ytom6 parte enel Reichsarbeitsdienst, {que era un servicio de defensa alemén de antitanques. Ratzinger, sin objecién de conciencia, combatié hasta ‘que fue hecho prisionero por soldados aliados en un ‘campo cerca le Ulm en 1945, situacién que le valié ser un ferviente antisoviético. Tendré después un amigo, Wojtyla, con quien compartiré sus dilemas con el euro- comunismo, que lo ayudaré en su carrera eclestéstica, ‘como su “alma gemela” en el combate al comunismo ‘como articulacién contrahegeménica —ergo poltica—, yen temas coincidentes como el rechazo del control, ‘de natalidad y los cambios tales como la eorientacion, dela liturgia y las modificaciones en lo ordinario de la 2% ‘isa, introducides por Pablo VI. Ambos, Carol Wojtyla y Joseph Ratzinger, consideraban que lo mas grave era la Teologia de la Liberaci6n, esa organizacién catélica ‘queavanzaba, in crescendo, identiticando alos piadosos pobres con el compromiso social cristiano de la fe y, sobre todo, en colaboracién en las nuevas estructuras de poder revolucionario que surgieron en América La- tina detrds del ascenso de la Revolucién cubana. Anios después, losefelegiria un nuevo nombre. Se llamaria Benedicto XVI seria el primer Papa alemén. 2 vit La ética de una paz terrena “Fl pdrroco de la vecina localidad de Famatina, pa- dre Pucheta, ydos de sus ayudantes fueron brutalmente golpeados por un grupo de nueve individuosen el pueblo de Santa Cru: ‘Asi informa el diario provincial del dia 5 de marzo de 1973, Siempre en primera pagina, continda: “Los detenidos Romero, Bestani, Chumbita |.] todos ellos, son peones temporarios de la finca ‘Huiracocha’ de propiedad del Dr. Humberto Romero’: {jAquel hecho podria pasar inadvertido? jEra un acontecimiento polical? ;La agresién a un hombre reli- ‘loso contribuyeareafirmar el rol milenariode lareligion, ‘como componente esencial de Ia vida social colectiva, (mas que individual)? £1 hecho de que golpearan a un ‘cura en una provincia del norte argentino eta, per se, un fenémeno para tomar en cuenta, mucho més en una regién eatdlica tradicional y pobre. Aquello estaba lejos, (también per se) de ser un acontecimiento de delincuen- ‘la comin. En efecto: qué puede inducir a un grupo de obreros del campo a golpear premeditadamente a un sacerdote? (dicho sea de paso: jno es dificil imaginar ten el plano de lo simbélico cultural que una poblacion, catélica agreda a golpes de pufto a una persona que se viste con una ata negra y se hace llamar “padre”?). 28 Cuando se le pregunt6 al mismo pérroco sobre las razones de la agresién, fue preciso y parco: “Hayen este. aasunto un wasfondo [..). Es una consecuencia de una, de las cuestiones sociales mas angustiantes y el hecho. €en sisolo tiene una finalidad intimatoria Siguiendo el rzonamiento del hombre de ages, ‘era absurdo buscar la causalidad en el evento en s{(aun- ‘que, como veremos, hubiera sido diferente valoracién, para el sistema gcultural? de significaciones sociales si ‘este sujeto lo hubieran golpeado por ser un “aurdoe infltrado" que venia aromper con nuestras radiciones). ero jcudlera la cuestién social nominada ala que hhacfa referencia el agredido? Muy simple: en el mundo, rural se llama cuestiOn social ala posesién de tierras y legislaci6n laboral campesina. Fs “la” gran cuestin.. ‘Veamos el cuadro de situacién. En Ja zona donde se desarrollaron los hechos, gobernaba un latifundista Instruido que intufa que este pérroco era una punta de lanza en la prédica a favor de la reconquista de los. derechos laborales de los peones de campo, ya que, i bien lalegislacién existia ena préctica era letra muerta, ‘riz de su no aplicacién en esa parte del pais. La con- ‘lusién puede parecer obvia: uno de los latifundistas Instig6 alos peones para que amedrentaran al intruso que predicaba algo diferente a las condiciones de vida ciulturalmente condicionadas por décadas, a la que se lama derechos sociales. Aunque la conclusién no sea tan obvia, el conflictoes evidente: a mayor capacidad de incidencia de la prédica clasista (ocho horas de trabajo diarias, pago del almuerzo, dia de descanso, pago por ‘enfermedad, licencia por maternidad, etc), mayor esa posibilidad de tener inconvenientes en la cosecha de los 60,000 kilos de nuez de la "Huiracocha’ Para entendernos: el acontecimiento no fue un evento aisiado, ni un conflicto normativo judicial (“la Fe posible noaplicabilidad dela legistacion labora), sinola ‘manifestacién de un conflieto estructural (terra, capital, trabajo y clases sociales). Veamos lo que por conilicto estructural pocemos entender. Santa Cruz de la Sierra no es un pueblo, sino un pequerto valle que noes prevalentemente drido gracias ‘aun rio de vertiente que lo atraviesa. Hay allf una gran. finca frutihorticola con 140 heetdreas regacdlas por el ro; ‘unas cuatrocientas personas viven de la actividad de la finea. DecirSanta Cruz noes hacer referencia a un niicleo turbano, sino a un “lati{undio; no solo porsu presencia, fisica, sino también por las relaciones sociales, econd- ‘micas, culturalesy (como veremosmés abajo) misticas, {que le fueron impuestas a la finea Huiracocha por el ‘grupo humano que genéricamentellamamos “poblado’ Lahistoriamitoldgica de Santa Cruz (es decir, aque- tia contada por los lugatenos y transmitida folelorica- ‘mente de boca en boca) cuenta que todo comenz6 a ‘mediados del siglo pasado, cuando las cuatrocientas. personas de entonces (sf, siempre son cuatrocientas) ‘quisieron “que uno de sus hijos se ordenara sacerdote debido a que nunca habfan tenido a un jefe espiritual ‘del lugar, es deci, de la Costa’ El elegido (siempre se- ‘gin la version de los ugarerios) fue un muchacho dela {importante familia Romero. Como se necesitaba dinero ‘para cubrirlos gastos de estudio del joven seminarista en Santiago de Chile, todoslos vecinos entregaron parcelas. yy derechos de agua a la familia del joven, con el fin de Gestinar el producto de su explotacién a ese propdsito. ‘Once afios después, se supo que el costerio habia abandonado el seminario chileno en etcual se preparaba, para ordenarse, Nunca se supo el porqué de su crisis ‘vocacional, Sise supo, en camblo, quelasterrascedidas ho fueron jamds restituidas y quedaron integrando el Jatifundio hasta hoy. 30 ‘A diferencia dela historia mitica,lahistoriaobjetiva, (esdecir, aquella que tiene los criterios de verificabilidad tempiricay causalidad) indica grosso modo que en eual- quer comunidad rural del noroeste argentino, aquellos {que tienen la tierra tienen el poder V el pueblito de Santa Cruz no era la excepcidn. Dicho de otro modo: en el interior dela provincia, ‘aquellos que tienen los derechos de posesién de gran- des extensiones de tierra (con sus correspondientes. ‘cénones de rlego) tienen sine qua non el poder que les brinda el dinero ya instruceién para pagar abogados y ‘escribanos de la Capital, que les procuren lo que deno- ‘minaremos la apropiacién legal de esas tiertas. Dicha apropiacién asume sus variantes pintorescas, como la de profesionales pagados parala busqueda de la docu- ‘mentacién, identificacién de las personas a sobornar y laconsiguiente tramitaci6n que establezca, en el plano. ‘hormativo, que tal senor acupa esos terrenos desde hace ‘mas de veinte afios (esté uridicamente establecido que {quien ocupa una ierra por mas de veinte aos pasa aser su propietario). Por el contrario, no existe casi ninguna, familia campesina del centenar de pueblecillos con los, ‘medios yl capacidad para contrarrestar en el Instituto dela Propiedad Inmueblela voluntad de los poderosos. Nadie diciendo, por ejemplo, “estas parcelas son mias porque estamos aca explotindolas desde hace teinta, ‘cien aftos" Es aqui donde se divide en dos sentidos el ‘curso delos eventos, dondelo legal yo no legal quedan, totalmente desconectados. Algunos hablarn negligen- temente de la legtimidad o ilegitmidad dela propiedad de la tierra fer. Después de décadas de *saneamiento. juridico; cientos de campesinos riojanosse encontraron. con el discurso oficial de “ti puedes explotarlas tierra, pero estas son de Otro" Ese Otro tenfa la capacidad ma. terial yjuriica de concentrar losminifundios que desde 3 siempre pueblan los vallesy serraniasriojanos, Angetell, tonseiente delos sobornos que recibian los encargados delos entes estatales evaluadores de la situacién dete- rnencias de tierras,incluy6 esta problemética a su praxis, religiosa,instando a los curas a instrulse al respecto. ‘All recibié la primera insinuacién de que volvieran a ‘sus parroqulas, “Me dicen: los curas al templo. Yo digo ‘que no —dijo Angelelli—, que los curas deben estar allé donde se juega el destino temporal de! hombre ui Quale question? La ‘euestin social” de la propiedad de las ierras existe desde los tiempos de la ocupacién espariola. Los. espaiioles daban a los seftores pertenecientes al vir rato por linaje familiar 0 tradicién militar “derechos hereditarios para usufructuar una determinada cantidad de hectéreas, generalmente improductivas, y slempre ‘en detrimento de los antiguos habitantes originarios 0 pueblos de indios hasta entonces ocupantes de esos pe- ‘quetios vals fériles que surgen como oasis en medio de las desérticas mesetas riojanas. Las llamadas “mercedes reales de tierras” eran concesiones de ierras que otorga- bala corona en el marco del derecho indiano (es dectt, cl derecho castellano aplicado en América y Filipinas), Los beneficiarios eran llamados “beneméritos” porque ‘ayudaban con sus fortunas y apoyos al fortalecimiento. del régimen colonial, Casi un centenar de mercedes de tierrasse dieron en La Riojay contribuyeron a crear una ceasta de "sefiores dela terra Veamos un sintéico cuadro de la composicién de las tierras por aito de concesién, ddenominaci6n del predio terrtorial/hacienda/estancia yterrateniente/titular de la tierra: 3 [Gregorio de rane be alo de Baron delete Tuan Nuner Pere sods Pande ns de Cabra fecumnan Pn. i Cant aa alge de nay Ciena man Pedros Aa Cd Malle Vian y Guan Domingo de Cast Bazin nee Has Nicos Dah Banu Nicole Gi i lt Pedio Snes de as Walden cam Mas villsne Guzman on Encban de Nira Cast Anion Remose Talla ee {us Vilaaney Tee oN Manvel Galton luan Sincere Sv ea ena frurnecls dei fine de Alamo isco Nir de anes Sa dro de as Minas —[Tenent nacn Aer stools de Biz Disdetar Dia de a tide er sobes de han Gules de Waa Sn ai de a a eds Prentiss muta. Tove aoe de Medina Mona azine de Velsco Wilt MC i cls de Baca Sana hos Manuel erage Sea ae deen rampstacha feat [ox Raia Neca [Amana Ajmpay | Pedro Nos de ive Noguere Hos Pence Out ‘ubico as de leer Mt a i Miri Anas A i Snags Ar a ic Ga Msi idaaTela|—[sipat Tel Coches in dees ade at dor Montoro ret de focampa {Gre Dominge Orie de amps —| Con Sebain de Soma Macs Dono Or de Ocampo Nicos Ge Caan Temente de Anda sana Piifane Machines std Also les Fseniao Pons Utmost ane a sin omer Sebel Baranco OG Jost elo fen ands del Mora at i eubesanci ga Temas Pov de oi asta Mor Caen Pde evs artoomd ie Acs Chaar Hes Cama penal an de Dis A Fa Fe ‘Como puede apreciarse, una vez instaurada la re- piblica se continué concestonando tierras(lallamadas “mercedes patria”); estos derechos siguieton en vigor yen la mayoria de las casos cada “derecho” sobre una. {gran extensidn se subdividi6 por herencia en miiltiples, Tacclones hasta llegar, en algunos casos, a minifundios ¥ parvifundios. En los artiugios det derecho moderno argentino se produjo el siguiente fendmeno: un sujeto compraba varios derechos de pequetias parcelas de tierras con los cuales se presentaba acto seguido ante Jos organismos estatales e iniciaba un expediente que epermitira “sanear” sus derechos ytansformarse con ¢l tiempo en su propietario privado. ste tiltimo parece ser el camino que se siguié en. ‘el valle del Bermejo, camino al cual Santa Cruz no fue ‘jena Sin embargo, esto solo no explica la complejidad dela “cuestién social’ Con la llegada de la modernidad, cl propietario dellatifundio adquirié un rol determinante ‘cuando, en términos temporales (y aunque duela decir Jo), arribé Ia democracia, que para muchos no quiere decir una manifestacion dela voluntad popular sino el réglmen més idéneo para la ocupacién legitima de los cargos en el Estado, ‘En 1927, y porrazones ajenasal contexto, las presio- nes estatales para el saneamiento de los titulos adqui ridos sobre el campo se hicieron cada vez mas fuertes cen toda la Nacion, Fue nada menos que un “ingeniero ‘agrénomo” quien en 1928 saned lafinca Huiracocha. Se ‘amaba Luis Vallejo transfirié a su hermano, abogado, la propiedad del latifundio. Este profesional, entonces. latifundista, fue electo senador nacional en 1946 por un. ‘expartido laborista, entonces tumultuoso y desorgani- zado, que evocaba la clase obreray que fue, dehecho, el ‘movimiento que permitié la entrada de los desposetdos. falas mayores instituciones del Estado (antes en manos. 6 de los poseedares de la renta). El peronismo, con este senador latifundista entre sus filas, fue quién aprobé el “Estatuto del Pe6n de Campo" en 1948. El caolicismo, al ‘gual que el peronismo, se sumia.en sus contradicciones. ‘de sumandato ideoldgico ylaadhesién o rechazode las, clases dominantes. x Stimulus pastorum Esteestatuto era desconocido cuando Angelell entré ‘como obispo de la didcesis riojana, y sin duda fue uno de los estandartes de prédica por la “justicia social’ a {avor de los campesinos ignorantes de las conquistas, laborales conseguidas hacia décadas y, hasta entonces, letra muerta. ero yaen 19701os latfundistas comenzaron averen ‘ada sacerdote o monja (como ya velanen cada maestro de escuela desde inicios del siglo) un peligro latente y desestabilizante de la escala de valores rural El senador de Santa Cruz (sin duda una de las fi- ‘guras caudillistas de la década 1950) tuvo uns hija que se despos6 con un miembro de la familia Romero. Asi, Ja Huiracocha, propiedad Vallejo Romero, se convirtié fen el epicentro de la golpiza de 1973, que, como dice tl diario, tuvo como protagonistas alos peones de esa finea, por una parte, yal sacerdote y sus colaboradores, por la otra. {,C6mo modificar este cuadro complejo? Mejoraiin, {:c6mo modifcario en términos realisias? Angeleliicom- prendié que la ignorancia era un elemento a erradic ‘aunque llevase tiempo, La diferencia entre un latifundista, Yun minifundista no es solo que uno es rico y el otro, pobre. Al primero, el tiempo lo favorece; e latifundista, 38 ‘manda @ sus hijos ala unlversidad y estos son quienes ‘usan su instruceién en beneficio de la familia, hecho {que seria legitimo si no fuera porque dicho beneficio, resultaba en perjuicto delos minifundistas, una expresion ‘que a esa altura resultaba ir6nica aplicada a la mayorla, de los campesinos, El obispo conocia los limites del idealismo, "De buenas intenciones, el mundo esta leno’ La historia dela civlidad no era el resultado solo de la lucha entre 1 Bien y el Mal, sino también de la contraposicién del Jdealismo con el ralismo. Por una parte la promesa, la Jucha, a innovacién y tal vez la autocritica, la correc- ién, la autopunicién; por otra, la prudencia, la razén de Estado, la jerarquia, la diferencia. El, como todos los hombres de la Iglesia, hablaba y argumentaba en términos y sintaxis metafsica, pro no por ello perdia el sentido de lo real. Después de todo, ;qué cosa era la realidad? La realidad riojana era la problemética de una fuerza productiva —Ia tierra—de a cual dependian directamente 45.000 catdlicos que vivian y morian coti- ddlanamente en el campo riojano. dentificado el problema de la posesién de terras, 1 Coneilio Vaticano II haba dado a la Iglestariofana el ‘basamento ideoldgico para una accién “en favor de los pobres’ pero ;por dénde comenzar? El Consejo Presbite- ral, érgano colectivoeclesial en dondeel obispobuscaba el consenso para su accionar, fue explicito: el principio deresolucién era nel subjectum, es decir, esencialmente subjetivo, ycon un solo significado: concientizar sobrela necesidad de justcia social en un émbito de profundas Injusticias. En términos précticos, se recomendaba la creacién dela Escuelas Rurales en toda la provineia para, censefarles a leery escribir alos campesinosy darles en. las manos el estatuto del peén de campo, junto con el cevangelio, ey Con a creacién de una veintena de escuelasrurales, el Consejo Presbiteral reedité sin saberlo el principio sarmientino fluministay laico de educar al pueblo so- berano, “Todo lo dems vendré solo’ x ‘Vox populi, vox dei Enel teléfono, el presbitero continu diciéndole: —Le digo que fue asi, al padre Pucheta lo golpearon hasta hacerl salir sangre de la narz, junto a los demas “changos' —{Eists seguro de que no exageran? — Estamos seguros —respondi6—, yle pedimos que vuelva a La Rioja. El silencio del obispo, de pie y con el teléfono en ‘sus manos, contrastaba con lo eno quel sonaban las palabras del relato de lo sucedicio en su diécesis. Para era increible, Con asombro y haciendo un esfuerzo, cl obispo pregunt6: —Dime quiénes fueron. El hermano del duefio de la finea y algunos de ‘sus peones, mandados por TFP. ‘Aleseuchar esas iniciales, murmuré: Seftor... haz de mun instramento de tu paz. Junto con el obispo y desde el otro lado de Ia linea, cl presbitero prosiguié Alli donde haya odio, que yo ponga el amor; alli donde haya ofensa, que yo pong el perdén; allt donde haya discordi, que yo ponga la unlén; alli donde haya ‘error, yo ponga la verdad. — 8 =| _Aténitos, los sacerdotes que se encontraban oca- sionalmente en la misma sala donde el obispo estaba al teléfono, comprendieron la prédica de la oracién a San Francisco de Asis, y sin mediar ninguna palabra, Continuaron todos juntos... —.. que alli donde haya tnleblas, yo ponga la luz; porque dando es como se recibe, perdonando es como ‘se recibe perdén, y muriendo... es como se resucita a la vida nese momento, Angelell seencontraba juntocon, otros sacerdotes ylaicosen un conventoeen lassierrasde la provincia de Cordoba realizando un retito espiritual de una semana, Fue alli donde recibié aquella llamada, telefénica, y su interlocutor, el secretario del Consejo, ‘organizé la respuesta institucional. Inmediatamente después de los sucesos, se convocd al Consejo Presb teral de la provincia, Se reunieron los 42 sacerdotes y Jas 17 monjas ditectoras de los institutos de devotas, que representaban el cuadro de los cuatro decanatos enios cuales se dividia administrativamente la didcesis riojana. Ya reunidos en la parroquia de Cochangasta, redactaron un documento final que, manteniendo al, margen al obispo, intentarfa sin lograrlo, identificarlas cautsas del ya establecido conflicto social en el cual los religiosos estaban comprometidos. También, por pri- ‘mera ver, denunciarfa en forma indirecta la existencia, de instigadores de atentados en contra de la accién de Ja Iglesia. Se sabia que entre los decanatos habria uno {que se opondria ablertamente a la linea pastoral que solo” favorecia a los pobres. Ello provocé un docu- ‘mento genérico y ambiguo que presentaba un recurso. 4 la actualidad de Evangelio y un evidente parangon, tent la actividad incomprendida de los pastores, des- ide Moisés en Egipto al padre Pucheta en Santa Cruz, Decia el documento: “La primera lectura nos describe 2 la situacién de angustia que vive un Moisés enviado de Dios/Yahvé a su pueblo, para operar su liberacién de la esclavitud de los egipcios’ Asi ley6 el padre Gémez desde el pilpito de la catedral el domingo 5 de marzo, de 1972: "Un Moisés angustiado ante la actitud de su pueblo que, anorando ‘las cebollas y los ajos de Egipto, se rebela contra los designios de su Dios. Un pueblo que responde segti criterios inmediatistas y de pequefios intereses perdiendo la perspectiva de su gran mision liberadora en el mundo’ Eldocumento era durisimo con el colectivo catdico amado “pueblo riojano’ tanto ricos como pobre. Ese pueblo que piensa en cebollas que le dan de comer los cesclavistas y no en la libertad que le promete Moisés. Noes diffe entender, no obstante la meditada escritu- ra, que el problema de la conciencia y de la memoria ‘estaba extremadamente presente en el discurso leido ‘en la catedral y transmitido simulténeamente por la, emisora radial LV 14 a toda la provincia. Todos sabian que al padre Pucheta lo habfan acu sado de ser un zurdo, un subversivo; pero todos sabian también que, aunque a verdad era otra, no obstante era parte del imaginario humano de un pueblo queno tenfa ninguna pretensién de abandonarlo por el momento. Elparadigma della fe delos autores del documento Jos traicionaba en conclusiones que no necesariamente se correspondian con esa realidad imaginaria popular. Creian los religiosos que el discurso profético era tn discurso de Verdad (de verdad total, bsoluta) que no, necesitaba de pruebas. A la larga, se pensaba, as ca- Jumnias caerian por si solas. Elepiteto “subversive” era una variante de las tantas acusaciones que los profetas recibian por divulgar la palabra de Dios. La incompren- sidn por parte dela colectividad al usar dicho término cera igual a la que habfa recibido Moisés por parte del a pueblo de Israel, Dicho andlisisera,alaver, el imitede Ja visién judeocristiana del mundo. ‘Angelelli era mds pragmatico. Fl “caso Pucheta’ significaba una intimidacién que, en efecto, tenfa dos ‘causas: una inmediata y otra mediata. La causa inme- ddiata era que la“Huiracocha’ no queria pagar los 1.980 ‘pesos mensutles a sus jornaleros, y Ia causa mediata era la instigacién directa del TEP a cometer actos de violencia contra la accién pastoral de la Iglesia riojana, ‘Angelelli redact6 un documento que titulé *Re- flexiones de un acto de violencia’ que invitaba a mirar mis allé del episodio: [Santo Padre Paulo VI nos orienta todo el ano 1976 con ‘lem: “Si guleres la paz trabaja por la justia en el que ‘Se condensa Ia vida ya gran trea del hombre yde toda ‘verdadera comunidad. Aqui e sintetzala Vida yla Mision tle todo cristiano y dela Iglesia, Coneretarent,tratar de Tevarl a larealidad de La Raj significa que debemos tra bajar por a Liberacion de todo hombre iojan y de dos los lanos. Esto supone que no seremos una comunidad, fratema sno trabajamos para elimina los obstéculos de la verdadera paz qu son las nfusticis, rut del egtsrno del hombre y de las estructura y sstermas que el hombre mismo construye en la sociedad. Sin duda, y mas claramente que el documento presbiteral, el obispo siempre proclamaba la violencia, ‘como consecuencia de Ia injusticia social. Por eso no se lamentaba de la violencia en si: no habra paz hasta ‘queno exista justicia. Habfa renunciado teologicamente ‘responder a la violencia con violencia, como Cristo ‘mandaba, pero.no haba renunciado nise lamentaba del ‘combate que e libraba por una recompensa, fuera esta, ‘elparaiso ouna sociedad més usta. Dios lo querfa, Cristo ‘queria que la Iglesia fuera el instrumento de “Su paz, la paz del Evangelio. ¥ese instrumento del cual élerala “4 ‘autoridad lucharia por laeliminacién delas estructura igeneradoras de esa injusticia germinadora de odio. ‘Como en todo combate, habrfa slempre dos fuerzas: ‘una, las ovejas del rebaio del Seftor y sus pastores,yla, ‘tra, sus pecadores, encamados en la metifora de las ‘ovejas descarriadas. Esta iglsia local parque se sabe pecadora en ss mlembros [eInace el esfuerzo de amar y carinar eon su pueblo y siesde su pusblo.es ambien cuestonada entre otras cosas por cedreela pligrosaideoldgicamente, por eedrsela en ceionessubversivas; por crersela media en donde no debe, por ereérsela demasiado preocupada por el “hom ‘bre perdondo el sentido de lo sobrenatural por eeérsla negativa en sus relaclones con los podere pblicos, por cretrsola "Yercermundist Hasta aqui, la diagnosis Pero la violencia se genera- bay cultivaba en un sujeto colectivo que, politicamente, lievaba adelante la desinformacién: ciudades, jueces, establishment organizaciones paracieticales: {.-lenteeotros:Amingua, Olt, la misma Famatins, San Blas eos Sauces, Suriyaco, los barrios de a cludad,usures05, ‘rogas, Informant’ "sndleatos,insttuclones laeas que rohan amir na revision yrenovacin cone, ares. tes, capa sotematias de calumriasla presencia del *Novimiento” Rural de Acca Catélea en nuestro Interior delaprovinca: problemas enosllanosypronunciamientos ‘el Decanato,digae lo mismo del Decanato Oeste. Preo: ‘upacion porgut la iglesia habla demasiado de los pobres Y de los que suffen, de los “sn voz" Presencia de los TP ‘toda lo orquestado, ofcalmentey por algunos grupos. Sinos detenemos un poco, leeremos que las acu- saciones son inusitadamente graves. El disenso en el Interior de su misma reign, la catica, y en su mis. ‘ma didcesis del Decanato Oeste lo convencieron de la 45 necesidad de no negociarelsilencio que, por otra parte, nadie propuso. El cuadro era muy confuso, yde esta confusién, como veremosms adelante fueron mayor- ‘mente responsables los aparaos represivos del Estado, {que actuaron a través de sus “informantes”ligados a los servicios de inteligencia, No obstante, hemos dicho ya que el fraccionamiento del eatolicismo del noroeste Argentino no fue ntid, excepto en dos organizaciones ortodoxas catdicas fundamentalistas: el Movimiento Rural de Accién Catélica (MRAC)y Tradicin, Familiy Propiedad (TFP), mis espectacular por su capactdac!de ‘maniobrasy recursos. Tanto MRAC como TFP pertene- ‘ian a la autollamada Iglesia Catélica Argentina (ICA), corriente mayoritaria del Opus Dei, seccidn argentina, {que contaba con una potentisimainfluencia enlasFuer- as Armadas, patios politicos ysindicatos, que leg6 ‘ colocat a tino de sus miembros, José Lépez Rega, ex jefe dela Policia Federal dela provincia de Buenos Aires, secretario personal del general Perén y fundador de la testemente notoria Triple A (la Alianza Anticomuntsta Argentina) como ministro de Trabajo y Previsién 4Por qué é!? {Por antioligérquico solamente? O, sobre todo, por ser redlago, es decir, un obispo coautor ypracticante de la nica doctrina teoldgica catélica no ‘eurocentrista. Lavapuleada Teologia dela Liberacién fue la primera produccién teoldgica te6rica con el poten- cial de partir de la autoctonia del discurso y los valores populistas latinoamericanos, que vio a Europa lena de luchas internas e incapaz, desde hacia siglos, de conocer y padecer las necesidades culturales y eligio- sas del Tercer Mundo. El razonamiento de partir de la praxis popular fue intolerable parala visién del mundo {que puignab el Vaticano. Al principio, la burocracia de la Santa Sede entendié a la Teologia de la Liberacién ‘como un movimiento religioso controlable, y tuvo que pasar un tiempo hasta que, dadas demasiadas mues- {ras de su autonomfa, aprecis su peligrosidad. Roma no ¢s Jerusalén; es la Sede del profeta que dictamina respondiendo @ una llamada divina (segtin decian los. ‘ortodoxos), pero también de la llamada de la jerarquia ‘eclesidstica, Del sucesor de Pedro al ilimo de sus obis- pos, nadie puede abandonar la potestas 0 excluirse del ropaje de la readmisiGn de la propia legitimidad por fuera de la visiOn eurocentrista del Vaticano. Y fue des- de Europa que partis su excomulgacién, a través de a7 algunas precisas realidades “orgénicas” eclesiales (de Jas 6rdenes religiosas, confraternidades sacerdotales yy asociaciones Iaicas). Concretamente: el Opus Del y Ja Logia 2 fueron los grupos catélicos mundiales que trabajaron para quebrar algo muy preciado y tan bien descripto por Weber: el sentido de identidad colectiva, catdlica. Bajo el obispado de Angeleli, a identidad co- lectiva del catolicismo se dividié y se quebré, cuestién que, de hecho, marginé suaccién pastoral, puesto que el ‘obispo invirté toda su energia en legitimarsus acciones ‘en el marco de la catolicidad. La Teologfa de la Liberacién no puso en discusién Jainfalibilidad del Papa (entre otras cosas, porque teolé- sgicamente no era tan ingenua para dar asus detractores hherramientas para que la pudiesen acusar libremente de blasfemia), sino que el aggormento de la iglesia ter ‘cermundista ponia de relevancia los esfuerzos continuos dela religidn catblicaa fin de la manutencién del orden 0 status quo, y étes. “Con un oido en el pueblo y con lotro en el evangelio’ Un enunciado radicalmente innovadory dindmico que proponia estar al tanto de lo ‘que sucedia en a sociedad terrenal sin olvidar que sil tevangelio era el mismo (immutabilitais ab aeterno) en todas partes del universo, diversos eran sus feles inter locutores. A modo de ejemplo: los fieles dela Piazza di San Pietro del Vaticano son distintos de los campesinos riojanos del Tinkunaco. xi jAhijuna, qué tierra ‘Yn en los orfgenes coloniales det noroeste del pais se puede encontrar una complementariedad entre el desarrollo de los ligopolios por el control dela produc- ‘ci6n agricola (nue, olivo y vid, por una parte, y came: ‘vacuna, por otra) el régimen politico zonal imperante, Desde la época virreinal hasta principios de este siglo, el modo de produccién condicioné objetivamente la vida politica de varias provincias nortefas, al punto tal que cuesta encontrar la distincién entre lo econémi- co y lo politico, o privado y lo piiblico, tipica de toda poca republican, Los terratenientes, generalmente ‘con rango militar, ean defacto los agentes politicos. El condicionamiento de los poseedores de la tierra sobre el sistema politico era casi total: un politico de suceso, ‘bien era uno de los terratenientes, obien alguien que ‘contaba con el apoyo de ellos. En el campo del resto de Argentina, después de la Segunda Guerra Mundial, se impulsé la introducei6n de Ja organizacién industrial altamente racionalizada que ‘con el tiempo gener oligopolios fuertemente mediados por la regulacién estatal como Swift para las cares y Bunge & Born para los cereales (en abierta eompeticién ‘con entes estaales como la Junta Nacional de Carnesy la hunta Nacional de Granos).Sibien estaera arealidad oy dominante, nolo fue en su totalidad. En términos espa- ciales, existfan amplias regiones como la del Noroeste y Cuyo (grandes como Austria, Suiza y Checoslovaquia) ‘que diferian ecolégica y socialmente de la pampa hit ‘eda, Por supuesto, dicha diferenciacién se extendia, ‘también ala organizacién de la producci6n rural. Esta variante en el seno del capitalismo agricola Introdujoasu vez, yaen la segunda mitad desiglo, nume- rosas tensfones entrelos productores yel sistema politico, {que se concretizaron en la transgresion del sistema de legislacion social que defendia decididamente al traba- jador de campo en el marco de defensa del movimiento ‘obrero por parte del welfare state argentino, Dicho de otro modo, el Estado de bienestar argentino daba al trabajador rural elestatus de asalariado’ perfectamente compatible conelcardcter de a produccién intensiva de apampa argentina, pero noastcon el campesino riojano, ‘Como veremos, la cuestién estructural del carter neofeudal del capitalismo agricola del noroeste argentino yas tensiones que generaba en el interior del régimen politico provincial (con un Estado provincial incapaz de regular una dels fuerzas productivas la terra, omejor, a sus propietarios,ylimitindosea declamaciones formales a favor del aumento del nivel de vida de laspoblaciones rurales) serdn fundamentales para entender el sentido de la inmovilidad u omisién de organismos estatales ‘administrativos 0 judiciales. Estructuralmente, el elemento intrinseco de la produiccidn extensiva de las plantaciones de olivares y ‘nogales (y en menor medida los vinedos) se funda en Ja condicin inicial de la mano de obra barata (dicho, fen otros términos: del bajo costo de la remuneracion, salarial de la fuerza productiva del trabajo). Lafase dela ‘cosecha de las antedichas plantaciones necesité de una ‘explotacion intensivade “braceros' Este cuadro implicé 50 a millares de familias dedicadas unos cuatro meses al aoalacosecha deuva onuezmedianteel acto manual, de la recoleccién, actividad que, en la mayorfa de los ‘casos, era su tinico ingreso anual. Enladécada de1970, este proceso se autoalimentaba de una manera dattosa. Fl precio de laproduccidn rural, ‘era casi siempre bajo, lo que representaba una relacion, simétrica: a mayores ingresos de los propietarios delas plantaciones, menores eran los de sus obreros. Lo da- FDoso no era, stricto sensu, que los propietarios pagasen jornales a nivel de subsistenciafisiolgica (esa ya era la regla noescrita), sino que con el constante aumento dela poblacién aumentaba la demanda laboraly se abarataba Ja mano de obra, lo cual desalentaba la introduecién, de tecnologfa (de riego, de cosecha, etc), disminula la Introduccién de valor agregado en el producto final y desvalorizaba el precio de lo producido, Campesinos para el riego por acequias durante todo el afi, como, para cualquier otra tarea, existian a montones; yaunque la reteibucién por el valor del trabajo fuese irrisoria © ‘legal, esto no signified un problema hasta la Megada, de unos nuevos sacerdotes, j6venes e insobornables, ‘que dejaron de hablar solo de Dios para preocuparlos “por lo queno les tenfa que interesar’ En ese momento ‘comenz6 el desacuerdo, caracterizado porla manifiesta, Incapacidad de la oligarquta rural para entender la ac- cidn religiosa por fuera de lo mitico y ritual: para ellos, los salarios de los campesinos o su instrucciGn escolar pocoy nada tenfan que ver con a misa del domingo, los Pbautismos o la bendicién de los hogares. st xi “Omnia vincit amor” F17de marzo de 1972fue un diatempladoy con vien- tos suaves que rozaban los nogales dela finca mientras. Jos peones se dedicaban al deschampe de las acequias. José Mendoza era un hombre joven, instruido y con ‘gran experiencia en el trato de las personas, debido a suanterior cargo de jefe de personal delascuadrillas de ‘macheteros en lazafra dela cana de azicar dela vecina, provincia de Tucumén, El Tucu, comole decian, pasaba algunas veces a inspeccfonar las labores de os peones fen calidad de capataz de la Huiracocha. Aquel dia, se detuvo frente al plantel de los peones, llamé a unas {quince personas sobre las casi treinta presentes y les, ordené abandonarmomenténeamente las tareas. Tenia {que hablarles de un asunto. Una vez reunidos todos, el ccapataz comenzé a hablar de la eficiencia laboral y de lanevesidad de no legar al trabajo borrachos, precisan- do que aquellos que se mostraran més disciplinados y feficaces tendrian algunas “ventajas” para la proxima eosecha, siendo una de ellas la prioridad de llevar a trabajar sus hijos yaumentarla paga diaria con el50% por cada hijo que ayudase a la recoleccidn de la nuez “con canasto propio" Los obreros pensaron que era ‘uno delos clésicas discursos de reproches y prebendas destinadlos a amedrentatlos, pero Mendoza reclamé la atencidn y dijo: Como ustedes saben, enero y febrero se pags {quinentos pesos al mes porque no hubo tanto trabajo. Bueno, este mes le pagaremos mil pesos. Pro no todo estén bonito —agreg6—.Quien quieracontinuarenla ulracocha deberd hacernos un favor:el proximo nes 13 de marzo vendrin unos inspectores de la Capita, y ‘quien quiera seguir trabajando deberé decile a estos inspectores que acé se ana 1690 pesos al mes, y aquel ‘queno lo quiera decir que odigaahoraabiertament, asi ‘a sabemos quién es quién, y vaya buscando sus cosa, Porque se deberd “andar a cambiar" dela Hulracocha. ‘Con esto dio por finalizada lachasla y conmind @ tos peones a volver a sus labors. 53 xv Mathesis universalis Recapitulando, tenemos aqui que los obreros de una plantacién de nogales estaban obligados, bajo riesgo de licenciamiento, a declarar frente a los inspectores fiscales que ganaban un salaro superioral que percibian regularmente. Mds allé de lo anecdético, por primera ver en los casi treinta afios pasados de la conquista de la normatividad laboral, aquellosignificaba un sintoma, tardfo del arrbo del Estado de bienestar, manifestado cen Ia presencia de los inspectores de la Subsecretaria, dde Trabajo yPrevisiin Social del Estado provincial. gPor quéentonces, después de tanto tiempo? ;Por que justo en esa coyuntura el ente estatal organizaba un viaje de inspeccién en toda la regién costena? La respuesta era nequivoca: el mismo obispo Angeleli habia presionado ‘hasta lograr el viaje inspeccionario destinado a evaluar Jas condiciones laborales de cientos de campesinos bra- ‘eros, con el fin de sacar a luz la evidente gravedad de las condiciones de explotaciénalas que se encontraban, sometidos. Para lograrlo, el obispo se habia contactado ‘con el gobernador interventor de facto que ladictadura de Lanusse habia puesto en La Rioja, el comodoro dela aaerondutica Luchessi ‘Noobstante los propietarios delas fincas yahabian. ganado un aio, una cosecha, exactamente once meses. sa desde ‘el acta” del 15 de mayo de 1971, fecha del mag- nifico contragolpe de TFP que asest6 a Angelelli. Qué habia sucedido en equella fecha? Elescribano Pedro Oscar Rojo tenia un nuevo ele- ‘mento para jactarse de ser uno de los més reputados profesionales de la regién. Desde Buenos Aires habjan contratado sus servicios para labrar un acta. Como buen formalista, el eseribano se preocupaba solo por cumplit alpie de a letra los requisitos legales para cumplimentar cualquier tramitacién, sin preocuparse por una eva- luacién previa de las intenciones de sus clientes, Pero aquel trabajo tenfa elementos como para, al menos, ser calificado de insélito, empezando por ellugar en donde se debia labrar el documento: una finca de nogales. Se ‘encontraba alli, ena Huiracocha, redactandoa méiquina, ‘un documento en el que se decfa expresamente: Losabojofimantes [| denuncianalossacerdotesy religo- ss de Santa Crue de la Serra bajo el cargo de inctacien 2 lavolencia | eoneluyendolaacuacion notarial N'37 en donde Certfica: en carter de notaro titular con rgisuo [N“16 del distito notarial del Oeste rojano que as frmats) ‘que oba(n) en ef documento adjunto que leva mi slloy firma, indvidualizados con log N* 1 al 11 son auténicas y fyeron pucstas en mi presencia por lls) personals) cuyos

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