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Barranquilla, 24 de agosto de 2023

Señor
GUSTAVO PETRO URREGO
Presidente
República de Colombia
Bogotá

Respetado señor presidente:

La Constitución de 1991 planteó la descentralización del Estado, entre otras


maneras mediante las transferencias directas de recursos a los entes territoriales
para que pudieran cubrir las necesidades básicas de los colombianos de forma
equitativa y eficaz. Este principio constitucional sufrió dos grandes reformas -la
primera en 2001 y la segunda en 2007- que generaron una lenta y sostenida re-
centralización del gasto y de la inversión pública, como lo ha argumentado Julian
Lopez Murcia en su libro “Re-centralización en Colombia” (2022).

El fortalecimiento del Sistema General de Participaciones (SGP), que es el


instrumento principal de la descentralización fiscal y administrativa de la Nación y
además la herramienta clave en el cierre de brechas de cobertura para servicios
básicos, devolvería, como lo esbozó la Carta Magna, cierta autonomía a los entes
territoriales y a los rectores de los colegios públicos, que también reciben fondos
insuficientes con repercusiones en: infraestructura educativa mal mantenida,
servicios públicos no pagados, alimentación escolar insuficiente y suspensiones de
clases nocturnas o de metodología flexible, todo lo cual incide en baja cobertura y
calidad.

En años recientes se ha evidenciado la pérdida de valor del SGP, mientras en 2003


este representó el 40.5% de los ingresos corrientes de la Nación, 20 más tarde, en
2023, sumó 21.3%. Esto sucede porque la formula que calcula estos recursos,
modificada en la reforma del 2007, ni siquiera garantiza que las transferencias
crezcan al mismo ritmo de la inflación.
La consecuencia es una brecha creciente entre los recursos recibidos del SGP y los
costos reales de la prestación de servicios como la educación. El déficit lo cubren
los entes territoriales con recursos propios que deberían destinar a otros usos
consignados en sus competencias legales, como: calidad educativa, entorno
urbano, educación superior, enseñanza para el trabajo, transporte sostenible y
mejoramiento del espacio público, parques, vías, entre otros.

En este sentido, propongo la necesidad de calcular y apropiar los recursos del SGP
para sectores sociales básicos (salud, educación y saneamiento básico), no de
acuerdo a una fórmula que no refleja la realidad, sino a los costos de cada sector
financiado por estas transferencias. A corto plazo esto se puede hacer de manera
discrecional, mientras el Congreso de la República debate una ley orgánica. Esta
medida agiliza, de paso, la ejecución eficaz del presupuesto de la nación y la
dinámica de la economía en todo el país.

Garantizar los recursos básicos del SGP dejará los cimientos sólidos de un Estado
que de manera eficiente y autónoma, va resolviendo sus necesidades y generando
desarrollo inclusivo, como lo postula válidamente el plan de desarrollo de su
gobierno.

Espero que estas reflexiones sean útiles y de buen recibo.

Con el mismo respeto,

JAIME PUMAREJO HEINS


Alcalde de Barranquilla

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