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El pensamiento económico de Santo Tomás de Aquino: Tomismo vs liberalismo y

totalitarismo

Santo Tomás de Aquino fue un filósofo y teólogo con ideas políticas muy arraigadas a la
religión en la que creía (el cristianismo). Como pensador, comprendió que el mundo terrenal
descrito por Aristóteles y el mundo “del más allá” (que el cristianismo lo volvió más teórico), de
Platón estaban estrechamente relacionados entre sí y no podían separarse, pues si no las
decisiones políticas podían llevar a la sociedad al caos, al desorden y a los vicios más
sistemáticos y perjudiciales. Por ende, el liberalismo y el totalitarismo, para este pensador,
producirían estas graves consecuencias.

Para Santo Tomás de Aquino lo que naturalmente debe surgir en la sociedad humana es que se
delegue la cuestión del gobierno por el conjunto a unos cuantos. De esta forma, tendríamos el
principio representativo, lo cual es compatible con una monarquía. El ideal que Santo Tomás
busca es una sociedad cristiana con gobernantes cristianos. Sin embargo, mi opinión frente a
esto es una contraria: ninguna religión debe entrometerse en las cuestiones políticas. Debido a la
búsqueda incansable de la verdad, hemos pasado siglos creyendo en dogmas basados en ideas
totalmente metafísicas. Por ende, es menester alejar a la religión de la política porque no se basa
en pruebas científicas de la existencia de una divinidad y, debido a esto, toda estructura y
sistema religioso no puede tener una base sólida que sirva como fundamento. Esta es mi primera
discrepancia con Santo Tomás. Junto a este pensador, estoy en contra del liberalismo. Para
Rothbard, “la total libertad es el más alto objetivo político”. Esta afirmación defiende la
“libertad de”, la cual es totalmente distinta a la “libertad para” (que defiende el comunismo).
Santo Tomás busca una libertad positiva que tenga como fin la autorrealización del ser y critica
la libertad negativa que fundamentalmente contiene la “no interferencia de nada”. Aquí me
encuentro a favor de lo que defiende Santo Tomás, ya que la autorrealización del ser es la meta
u objetivo máximo que cada hombre debe buscar para encontrar su felicidad plena. Sin
embargo, para el pensador la autorrealización del ser también constituye una unión divina con
Dios después de la muerte. La virtud, que es un elemento fundamental en la filosofía de Santo
Tomás, juega un papel importante en el pensamiento político del pensador, “es propio de la ley
inducir a los súbditos a su propia virtud” son sus palabras. Mi opinión referente a esta cita es
positiva, pues sin virtud, no hay felicidad personal. Muchas políticas públicas actuales de
nuestro país nunca han tenido un enfoque para inducir a los súbditos a su propia virtud, sino que
se ha priorizado mejorar los asuntos del capital como la reducción de la pobreza, la
redistribución de la riqueza, el control del mercado, etc. Sin embargo, aunque un país sea
económicamente rico, nunca podrá llegar a su plenitud social si no se ha inducido a una
búsqueda de la virtud entre los ciudadanos.

En conclusión, comparto muchas ideas políticas con Santo Tomás, a pesar de que este pensador
esté en contra de un estado laico. Según mi punto de vista, el hombre puede autorrealizarse sin
un Dios ni un sistema de dogmas que le impongan ciertas reglas como las que fueron escritas en
la biblia. Asimismo, a mí parecer, Santo Tomás se preocupa por desarrollar una sociedad con
valores, principios y relaciones con el divino, por lo cual está en mi misma línea, puesto que una
sociedad actual muy inclinada inescrupulosamente al placer puede llegar al punto de
corromperse en todo ámbito.

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