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4 Numerus Clausus en Los Derechos Reales - Gunther Gonzáles
4 Numerus Clausus en Los Derechos Reales - Gunther Gonzáles
o II
EL PRINCIPIO DE NUMERUS CLAUSUS
DE tOS DERECHOS REAIES. PACTOS
PROHIBITIVOS Y RESTRICTIVOS
DE DISFRUTE O DISPOSICIÓN
111
I. LA CATEGORIA DE LOS DERECHOS REALES COMO
PRODUCTO DE LA GENER ALIZACIÓN Y ABSTRACCIÓN
IURÍDICA. SUS VENTAIAS
En el Derecho romano arcaico, todos los derechos sobre las cosas
se reconducían necesariamente a la propiedad, pues no se concebía una
figura distinta. La visión era fundamentalmente naturalística, pues el
derecho se identificaba con la cosa misma, por tanto, ser titular del dere-
cho era 1o mismo que ser titular de la cosa. En tal contexto, los actuales
derechos limitados eran modalidades del do¡ninio, por consiguiente, las
servidumbres de agua o acueducto (las más antiguas) constituían un
derecho de propiedad sobre la franja del terreno; o el usufructo era un
dominio divididolt34l. solo, con posterioridad, Ia cosa material fue objeto
de división jurídica, y cada porción (pars dominil) constituyó un dere-
cho real distinto, limitado, que coexiste con la propiedad. En virtud de
tal evolución, se terminó reconociendo situaciones jurídicas construidas
sobre la base del dominio que recibieron el nombre de "modificaciones
de la propiedad»lr35l, Estos nuevos derechos debieron echar mano del
razonamiento analógico.
113
GuNrupR GoNzerps BennóN
I136l «El dominium es, cor¡o ciaramente expone P. GROSSI, e1 presupuesto 1ógico e históri-
co de los llamados iura in re aliena.La concepción del dominio en el Derecho romano
es, ante todo, la máxima expresión de la libertad y de la preeminencia del pater y, por
e1io, la esencia del objeto del dominio es, por su propia naturaleza, absoluta y Pura.
Esto explica que en el derecho clásico no existieran propiamente derechos reales sobre
cosa ajena, y su posterior construcción se debió concretamente a las exigencias de la
economía en general y del tráfico jurídico negocial; estableciéndose como límites al
dominio y, por consecuencia, sujetos a una tipicidad formal y funcional, dependiente
de la idea abstracta y completa de dominio, sustrayéndose por esta razón a la auto-
nomía privada cualquier posibilidad de eventuales creaciones o innovaciones de los
tipos cárrados admitidos en el sistema": ROMÁN GARCÍA, Antonio. La tipicidad en
los derechos reales,Edilorial Montecorvo, Madrid 1994, p.26.
lr'71 BIONDI, Biondo. Le servitú prediali nel diritto romano, Giuffré Editore, Milán 1969,
Pp. 4-s.
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a
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Guxrupn GoNzelrs BnnnóN
116
a-
ir4{l Los tipos de relaciones jurídicas son "tipos-figuras normativas" surgidos en 1a realidad,
Puesto que se relteren a contenidos de regulación clasificados de cierto modo, y a los
que también se les puede llamar "tipos jurídico-estructurales'l Algunos de ellos son
producto de la ciencia del Derecho, aunque la mayor parte de ellos deben su origen
al tráfico económico. cuando el legislador los ha regulado, es porque ya han existido
antes en la realidad de la vida, habiendo el legislador reconocido su valor jurídico
mediante la aprobación de un conjunto de reglas que se estimaron más adecuadas a
su naturaleza. El legislador no los "inventó'l sino que los'descubrió": LARENZ, Karl.
Metodología de la ciencia del derecho, Op. Cit., pp.456-457.
tr45i Una ampliación del sistema de tipos estructurales se logra mediante
las "series de ti-
pos'l En este caso los tipos que son afines entre sí, pero que, no obstante, han de dis-
tinguirse, se alinean de modo que las cosas comunes y las dilerencias sean notorias.
Al asignar su lugar a un "tipo'en la "serie de tipos'] se destacan los rasgos que les son
característicos, pero también los que 1o unen con tipos vecinos. El valor cognoscitivo
del tipo, como una forma de pensamiento, radica en que noticia claramente 1os rasgos
particulares contenidos en el tipo, 1o que hace comprender la llamada "naturaleza de
1as cosas". Es una forma de pensamiento que se aleja del mero concepto abstracto. Pero
el sistema "tipológico" no es suficiente para hacer visibles las ideas jurídicas y pautas de
valoración generales que están por encima de los complejos de regulación particula-
res; para ello es necesario volver 1a mirada a los principios jurídicos: Ibid., pp. 461-465.
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GuNrupn GoNz¡.rrs BennóN
3.1 PRECEDENTESHISTÓRICOS
El Derecho romano era esencialmente liberal y,por ello, no permitía
las vinculaciones del dominio, ni la excesiva concurrencia de derechos
sobre los bienes. En tal sentido, fuera de la propiedad, solo se admitía un
breve elenco de derechos reales (numerus clausus), tales como las servi-
dumbres, la superficie, los derechos de garantía y la enfiteusis, esta última
de origen griego y que solo fue recibida muy tardíamente en Roma[1a6].
Iraol El Derecho antiguo no reconocía más cargas sobre la propiedad que las servidumbres,
pero tan limitadas que no podían constituir un peligro para la propiedad, pues se extin-
guían con la muerte del beneficiado (ejemplo: usufructo). En cuanto a las servidumbres
admisión a fin de impedir
!rediales, dado su carácter permanente, era preciso limitar su
que la propiedad quedase vinculada. Por este motivo, los juristas romanos establecieron
li regla de que solo eran válidas las servidumbres prediales cuando estuviesen origi-
nadas por el destino económico del fundo dominante. En buena cuenta, el propietario
podía árruinarse individualmente, pero no podÍa arruinar la propiedad ni al propietario
iuturo, ni disminuir el valor absoluto de la propiedad: IHERING, Rudolf von. EI Espíritu
del Derecho Romano (Abreviatura), Marcial Pons, Madrid 1997 pp. 16l-162'
'
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Er pptNcrpto DE NUMERUS c¿Ausus DE Los DERECHos REALES
lrail 'A veces, había varios dueños sucesivos, desde el cultir.ador hasta el príncipe. Esta
estructura de los derechos reales sobre las cosas fraccionaba el goce econón-lico de
los bienes a1 distribui¡ las rentas conseguidas con el trabajo y el capital de un único
empresario entre una pluralidad de titulares de dudosa )egitimación, al par que desani-
maba la iniciativa productiva del empresario agrícola y el tráfico de 1os bienes, tanto a
causa de la incertidumbre de los derechos como de la certeza de no obtener el duerio
inferior para sí el resultado total de su esfue¡zo':LACRUZ BERDE]O, José Luis y otros.
Elementos de dereclto civil,Tomo Ill-1': Posesión y Propiedad, José Maria Bosch Editor,
Barcelona 1990,p.22.
t1{8) Idéntica terminología se conserva por el artículo 70 de nuest¡a Constitución de 1993r
"El derecho de orooiedad es inviolable..ll
r'4'g1 COMPORTI, Marco. Diritti reali ín generale, Giuffré Editore, Iv1ilán 1980, pp.209-210.
Sobre este tema, es bastante expresiva la Exposición de motivos del Código Napoleó-
nico de 1804: "En el Antiguo Régimen, la distinción entre personas privilegiadas y no
privilegiadas, nobles o plebeyos, entrañaba, en relación con los bienes, una multitud
de distinciones que han desaparecido y que ya no pueden revivir. Cabe dccir que las
cosas eran clasificadas como las personas mismas. Había bienes feudales y no feudales,
bienes sirvientes y bienes Jibres. Todo esto ha dejado de eústir; no hemos conservado
más oue las servidunrbres urbanas v rústicas oue el acercamiento de los hornbrcs hace
indispensables, y que derivan de los deberes y de las atenciones que son únicos en
poder hacer posible la sociedad. Al hablar de las dif'erentes clases de bienes, hernos
distinguido el simple uso del usufructo y el usufructo de la propiedad. Hemos enu-
merado las diversas especies de rentas y derechos que pueden entrar en el patrimonio
de un particular": PORTALIS, Jean Etienne Marie. Discurso preliminar al Código Civil
francés, traducción de I. Cremades y L. Gutiérrez-Masso¡r, Editorial Civitas, Nladrid
1997,pp, 89-90 (el subrayado es nuestro).
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Gu¡¡Tu¡n GoNz¡,rEs BnnnóN
irsol Sin embargo, la intención del codificador, muy clara como se aprecia de la anterior cita
de Portalisl ha chocado con la evolución posterior. En la actualidad, por ejemplo, la
mayoría de la doctrina francesa se muestra favorable a la libre creación de los derechos
reaies (Marty y Raynaud, Atias, Larroumet, Derrupé). También debe mencionarse el
antiguo fallo de la Corte de Casación, de t 3 de febrero de 1834, llamado Caso Caque-
tardl en el que se discutió la validez de un derecho sobre los árboles separado de 1a
orilla. La migistratura avaló el pacto con la siguiente afirmación: "Los articulos 544,
546 y 552 del-COdigo Civil son declarativos del derecho común relativo a la naturaleza
y a lás efectos de lJ propiedad, pero no son prohibitivos. Ni estos artículos, ni ningu-
na otra le¡ excluyen las diversas modificaciones y descomposiciones que el derecho
ordinario de propiedad es susceptible tener'l El Decreto del Registro, de 04 de enero
de 1955 ha validado de alguna manera la opinión favorable al numerus apertus, Pues
indica que todos los derechos reales inmobiliarios son objeto de publicación (art. 28);
por el cóntrario, la ley de 23 de marzo de 1855 prohibía la publicación-de los derechos
ieales sui generii: TERRI, Franqois y LEQUETTE,Yves. Los grandes fallos de la juris-
prutlencii civil francesa, Librería Ediciones del Profesional, Bogotá 2005, traducción
de Marie Louise Crepy Chabot, pp. 289 ss.
Ir51l COMPORTI, Marco. Diritti reali in generale, Op. Cit., p. 211.
tts4 ROMÁN GARCÍA, Antonio. La tipicidad en los derechos reales, Op. Cit. pp.96-97.
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t--
Er pRlNcIpto DE NUMERUs c¿AUSus DE Los DERECHos REALES
t"tt DÍEZ PICAZO, Luis. 'Autonomía privada y derechos reales'l En W.AA. Libro en
Homenaje a Ra?nón María Roca Sasfre, Colegios Notariales de España, Madrid 1975,
Tomo I, p.299.
trsll "Mientras que los derechos personales son infinitos en relación al reconocimiento de la
figura general del contrato y del acto ilícito, los derechos reales son típicos. Son pocos y
bien definidos. Ya en el derecho romano constituyen una categoría cerrada y limitada:
t21
GuNrupR GoNz¡.rps BennóN
son acluellos reconocidos como tales y no otros. La autonomía privada puede extender-
se libremente en el áurbito de los contratos, así conro cunrplir los miis variados actos
ilícitos, pero no puede atribuir a una relación eiectos reales que no estén admitidos
por la 1e¡ A la extensión de los vínculos fundiarios, que se origina en el relgimen feu-
dal, se opone violentamente la rer.olución francesa; sucesivanrente Io hacen tarrbién el
código napoleónico 1'los que lo han seguido, que retornan a Ios tipos de derechos rea-
les reconocidos por el derecho romano": BIONDI, Biondo. Las sen'idwnlrrr.s, Op. Qlt.,
pp.74-75.
f lssl "Mientras que en Ia constitución de un derecho personal, el agente vincula su propio
patrimonio, y es libre de hacerlo porque no se sale de la esfera de 1a libertad que 1a 1ey
le atribuye a cada sujeto, en la constitución de un derecho real, la cosa se encuentra en
una determinada situación de manera objetiva. En este campo se detiene Ia autonomía
privada, ya que el interés general impone la necesidad de que los vínculos de una cosa
sobre todos los fundos, no se dejen a la libre iniciativa de los particulares": Ibíd., p. 75.
r56l
I
Con.rporti considera que la problemática de1 nwnerus clausus es diversa de aquella de
la "tipicidad'i En tal sentido, e1 primero atiende a la exclusividad de las fuentes que
originan el derecho rea1, que se reduce al ordenartiento jurídico. Por tanto, este es un
problerra, principalmente, de política legislativa (¿quién crea los derechos reales?, ¿1a
ley o los particulares?). En cambio, el segundo trata sobre la determinación del con-
tenido del derecho real, esto es, el tipo de situación jurídica que e1 sujeto puede elegir.
Esta última responde a una cuestión estructural, esto es, la relación entre el poder y
el bien. No obstante la distinción, el propio autor considera que ambos principios son
interdependientes (COMPORTI, lvlarco. Diritti reali in generale, Op. Cit., p.216). Por
el contrario, otro sector doctrinal (por ejemplo: Alessandro Natucci) señala que esta
distinción peca de artificiosa y ninguna utilidad se obtiene de ella (Cit. ROMÁN GAR-
CÍA, Antonio. La tipicidad de los derechos reales, Op. Cit., p. 108).
llsTl "Las alusiones al dominio útil y directo se nutrieron de los desarrollos doctrinarios de
los romanistas medievales (siglos X-XIII) sobre las desmembraciones del dominio. Al
ser titular pleno de un bien, el propietario quedaba facultado para descomponer sus
poderes (usar, disfrutar, disponer, poseer) y asignarlos a otras personas. Este régimen
de asignación de derechos pennitía 1a coexistencia simultánea y el entre-cruzamiento
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EI- pRtNcIpro DE NU¡¿ERUs c¿Ausus DE Los DERECHos REALES
de varios derechos-habientes sobre un mismo bien. Hacia el siglo XI, por ejemplo,
los derechos sobre Ia tierra enfeudada se encontraban divididos. Por un lado, el señor
feudal era el titular de un derecho de propiedad y por el otro el vasallo e¡a un usufruc-
tuario, pero con cada vez más poderes fácticos sobre el predio': GUEVARA GIL, Ar-
mando. "La propiedad agraria en el derecho colonial'. En PRIORI POSADA, Giovanni
(Editor). Estudios sobre la propiedad, PU CB Lima 2012, p. 27 6.
IIs8l ROMÁN GARCÍA, dntonio. La tipicidad en los tlereclns reales, Op. Cit., p. 83.
lrsel Ibid., pp. 85-87.
lt60l Sobre este terna, Diez Picazo llega a la conclusión que el derecho de propiedad es
absolutamente típico: o es .la suma de facultades amplias pobre un bien, o ya no es
propiedad, pues se translorma en un derecho distinto. Desde tal prer»isa, el profesor
t23
GuNrHEn GoNzer-rs Bennó¡¡
español también infiere que la libertad de los particulares para configurar los derechos
reales solo comprende a los llanrados derechos reales lir-nitados o sobre cosa ajena.
Por el contrario, en el campo de los derechos reales de garantía sí impera Ia tipicidad
y el número cerrado, 1, ello porque- esos derechos imponen un privilegio excepcional
a la natural condicitin de igualdad de los acreedores para concurrir en el patrimonio
cornún del deudor: DÍEZ PICAZO, Luis. "Autonomía privada y derechos reales'l En
VV.AA. Libro en Homenaje a Ramón lvfaría Roca Sasfre, Colegios Notariales de Espa-
ña, Madrid 1975, Tomo I, pp. 329-330.
ll6l l MURILLO,.NIaTía de los Angeles. "Numerus Clausus vs. Numerus Apertus: ¿cuál es el
sistema que conduce a la eficiencia?'l En I¿¡s et Veritas. Ret,ista de Ia Facultad de Dere-
cho y Ciencias Políticas de la Universidad de Lima, No 27, Lima, enero-junio 1997, pp.
196 y ss.
Algún autor ha ensayado el siguiente argumento: "Otro de los grandes errores que
conlleva 1a distinción entre derechos reales y personales, es suponer que 1as relaciones
jurídicas llamadas reales, por el hecho de ser oponibles por n.randato legal, deben ser
frnitas ¡ en consecuencia, los individuos no pueden crear otras más, pues podrían
violentar el interés de la colectividad. Pues bien, teniendo en consideración el carácter
de oponibilidad de una relación jurídica no es otorgado por la ley sino por los me-
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-
canismos de publicidad, tanto para de¡echos reales como derechos personales (una
propiedad o una hipoteca pueden ser igualmente oponibles a un arrentlamiento o un
contrato de opción), e1 mantenimiento de una lista ccrrada de derechos reales no cur¡-
ple ninguna finalidad": PIZARRO ARANGUREN, Luis. "Un estudio preliminar sobre
la modificación integral del Libro de Derechos Reales del Código Civil de 1984'1 En
VV.AA. El Derecho Civil Peruano. Perspectivas 7'Probletnas ActLtales, PUCP, Lima 1993,
p.217 . La tesis de PIZARRO recusa la distinción entre derechos reales y obligacionales
(propone reemplazarla por la distinción entre relaciones oponibles y no-oponibles), y
si ello es asi, según é1, el principio de numerus clausus carece de sentido. Sin embargo,
el autor no se ha dado cuenta que su tesis es una petición de principio, pues e1 car.nbio
de denominación lleva exactamente al mismo sitio: los derechos reales son oponibles,
y los obligacionales, no. Este es un buen ejemplo de argumento absurdo.
t1631 ALVARFZ CAPEROCHIPI,
José Antonio. Curso de Derechos Reales, Edito¡ial Civitas,
Madrid 1986, Tomo 1,p.20.
t'6{l Cuando el dominio se dividía en dos -1o que sería factible mediante el numerus aper-
fus-, un esforzado productor y capitalista no podía tener el esfuerzo íntegro de su
trabajo, y debía compartirlo con un me¡o rentista. La historia nos muestra con toda
claridad las inconveniencias de la libertad absoluta en la configuración de los derechos
sobre los bienes; así tenemos que 1os problemas generados por la división económi-
camente ineficiente de diversas titularidades sobre un mismo bien fue la causa prin-
cipal por la que el legislador optó por eliminar la enfiteusis en el año lgll (Ley 1447),
con lo cual se dejó en libertad a los propietarios para que puedan circular los bienes
sin gravámenes perpetuos: CUADROS VILLENA, Carlos Ferdinand. Derechos Reales,
Cultural Cuzco, Lima 1995, Tomo lI, p. 241 . En la misma 1ínea, debe recordarse que el
Código Civil de 1936 eliminó los censos consignativo, reservativo y enfitéutico -que sí
estaban regulados en el Código de 1852-, con lo cual prohibió su constitución a partir
de ese momento, en virtud del runnerus clausus de 1os derechos reales.
t25
GuNrusn Go¡rzerps BenxóN
Ir6sl BIONDI, Biondo. Le servitú prediali nel diritto romano, Giuffré Editore, N{ilán 1969, p. 4.
lt66l GUEVARA GIL, Ar¡nando. "La propiedad agraria en el derecho colonial'l En PRIORI
POSADA, Giovanni (Editor). Estudios sobre Ia propiedad, PUCB Lima 2012,pp.279-280.
It67l Laexcesivalibertadenlaconfiguracióndelassituacionesjurídicasreferidasalaexplo-
tación de la tierra hizo que se mantenga por mucho tiempo las formas de servidumbre
personal: FIGALLO ADRIANZÉN, Guillermo. Derecho Agrario Peruano, Gráfica Ho-
rizonte, Lima, s/f, p. 224.
t168l «La temporalidad de los derechos reales de uso de cosa ajena, salvo e1 caso especial de
las servidumbres que merecen comentario aparte, está basada en dos valores que exce-
den el espacio de1 particular: la consolidación de los bienes en propiedad de particula-
res, para fomentar la circulación de la riqueza y la necesidad, como ñn del derecho, de
evitar los naturales focos de conflicto que se generan con la titularidad de dos o r¡ás
derechos, reales o personales, respecto del r¡ismo bien": ALESSIO ROBLES, lvliguel.
Temas de Derechos Reales, Editorial Porrúa, México 2012,p.37. Lo curioso es que este
autor recusa el principio de numerus clausus, pero no se da cuenta que los argumentos
que é1 mismo utiliza para justificar la temporalidad de los derechos reales limitados
son los mismos que hacen peligroso que esos derechos puedan multiplicarse al libre
albedrío de los propietarios.
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EL pnlNclplo DE NUrvf¿RUs :LAUSUS DE Los DERECIIos REALES
social.
YÉLEZ SARSFIELD, autor dei Código Civil Argentino, justificaba el nume nts clausus
en que la multiplicidad de derechos reales sobre unos mismos bienes es fuente fecunda
L
I
t27
I
GuNrHsn Go¡.rzelcs B¡.nnóN
t28
l-
El art. 999 define el usufructo como derecho que confiere las fa-
cultades de usar 1, disfrutar temporalrnente un bien ajeno, sin afectar
su sustancia, sin embargo, la norma agrega que: "pueden excluirse del
usufructo determinados provechos y utiliclades", por lo cual, el contenido
legal del usufructo puede sufrir una variación por voluntad de las partes.
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GuNrrien GoNzRLss Bennó¡r
lrTsJ Cit. ALVAREZ CAPEROCHIPI, José Antonio. Curso de dercclrcs reales, Op. Cit., p. 20.
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EL pRrNctplo DE NUMERus c¿AUSr/s DE Los DERECHoS REALES
131
GuNrurR GoNzeLps BannóN
¿Qué naturaleza tiene este derecho real?, ¿se le puede considerar típico?
La jurisprudencia registrallrTel consideró admisible la figura, pues, "en el
Derecho comparado se le reconoce eficacia de absolutividad u oponibilidad".
Nuevamente el argumento no es convincente, sin embargo, la solución es
sintple: el derecho de sobreelevaciónlrsol (enajenación o reserva de "aires")
tiene suficiente base de apoyo en el artículo 955 Cclt8ll, por el que se
pennite una propiedad separada del suelo, lo que ocurre en los casos del
régimen de propiedad exclusiva y común (propiedad horizontal) o super-
ficie, aun cuando en la práctica, normalrnente, la hipótesis se refiera a ia
primera figura. Por tanto, la "venta de aires" da origen al nacimiento de
un objeto de derecho autónomo, sobre el que recae Ia propiedad sobre la
unidad exclusiva, ya delimitada pero de futura edificación, que se somete
al régimen de propiedad exclusiva o común.
de 1998.
tt80l Éste puede definirse como aquel derecho que tienen los copropietarios de un edificio
sometido al régimen de propiedad horizontal para continuar la edificación a partir del
último piso, siernpre que las condiciones arquitectónicas del edificio, y las regiamenta-
ciones urbanisticas 1o permitan: BONETTO DE CIMA, Angela y BORTOLATTO DE
SZPEINER, Ana María. "L¿ cláusula de reserva de sobreelevación y la ley de propiedad
horizontal'l En VV.AA. Estudios de derecho civil, Editorial Universidad, Buenos Aires
1980, p. 68.
{18rl La norma presupone la separación del dominio entre distintas plantas cuando afirma
que: "El suelo o el sobresuelo pucden pertenecer total o parcialmente, a propietario dis-
tinto r¡ue el dueño del suelo".
t32
Er pnt¡¡cIpIo DE NuMERT/s c¿AUsus DE Los DERECHos REAT.ES
lr82l «8. Por 1o tanto, conforme a lo señalado por el registrador, al haber quedado registrado
los aires que le corresponden al departamento N. 308 en la partida matriz, en prin-
cipio resulta suficiente la constancia consignada en el asiento relativo al reglamento
interno en el sentido de que a las secciones ubicadas en el tercer piso le corresponden
la reserva de aires para futura construcción conforme a la descripción que consta en
la memoria de independización. Sin embargo, este Colegiado estima que al tratarse de
una edilicación sujeta al régimen de propiedad exclusiva y común en la que se confi-
gura el sistema de inscripción de pluralidad de folios que implica que las secciones de
propiedad exclusiVa consten registradas en una partida de independización que está
vinculada con la partida matriz en la que corren registradas las zonas comunes, no
existe obstáculo para que se publicite en la partida relativa a la sección de propiedad
exclusiva que le corresponden ios aires reservados para futura edificación que queda-
ron registrados en la partida matriz'i
133
GuNrHEn GoNzar-¡s BennóN
134
EL pRINcTpIo DE NUMERUS CI,AUSUS DE LOS DERECHOS REALES
de la cuota, aun cuando las partes hayan identificado ese porcentaje con
un sector de suelo, entonces se admite la inscripción de Ia transmisión,
sin embargo, la cláusula de conversión de la cuota en superficie concreta
se considera de efectos meramente obligacionales, por lo que este pacto
queda agazapado, sin eficacia real frente a terceros. Por tanto, no se
reconoce que el acto traslativo de la cuota ¡ simultáneantente, el acto
traslativo del espacio, tengan, ambos, eficacia real, pues ello haría nacer
una contradicción. Sin embargo, el tema puede tener una solución práctica:
dotar al citado pacto del carácter de partición, que sí es acto inscribible,
pero con efectos diferidos por virtud de una condición suspensiva, que
podría cumplirse con la autorización municipal de sub-división. Esta
construcción dogmática pemite una triple ventaja: primero, mientras no
exista la independización, el adquirente de cuota ya inscribe su derecho
en el registro; segundo, la partición está consumada en forma irrevo-
cable, por lo que no se necesita de un segundo acuerdo de voluntades
que podría frustrarse por mala fe del vendedor; tercero, la partición se
encuentra lista para inscribirse en cuanto se obtengan los requeritlientos
técnico -regist rales.
6. De conformidad con el art. 170 del Código Civil el acto juridico se interpreta
de acuerdo con su causa, es decir, según el fin o resultado económico-individual
pretendido o querido por las partes; y en tal contexto, es claro que la interpreta-
ción negocial lleva a sostener que la causa o finalidad de los sucesivos contratos
materia del presente títu1o versa fundamentalmente sobre un objeto físicamente
determinado, y solo accesoriamente sobre las acciones y derechos.
Ahora bien, cabe señalar que sÍ es posible que un acto jurídico trate de manera
principal sobre la transferencia de acciones y derechos, en cuyo caso la estipula-
ción tendrá por objeto una cuota o porcentaje del bien cotnún, y en Ia que sub-
sidiarianlente se consigna que dicha cuota corresponde a un espacio fisico, para
cuyo efecto se requiere que este pacto sea considerado de carácter obligacional o,
en su defecto, deducirlo de la cornún intención de las partes, tal como ocurre ell
los casos en que la cláusula se establece con sentido futuro, esto es, que la transfe-
rencia de la porción concreta no tiene efectividad actual, pues se encuentra supe-
ditada a la posterior partición material del bien. Demás está decir que la situación
planteada en este considerando no se presenta en el título evaluado'.
El texto completo de la resolución puede verse en la obra: GONZALES BARRÓN,
Gunther. El nuevo derecho registral,20 edición, Caballero Bustamante, Lirna 201 1 ,
Tomo II.
135
GuNrH¡R GoNzerE,s Ben nóN
tr8.1l Cit. ROMÁN GARCÍA, Antonio. La tipicidad en los derechos reales, op. cit., p. 152.
ltrtl Se propone la siguiente cláusula: "Los copropietarios expresan su voluntad irrevocable
deiormular puiticiót del bien común en los términos que constan en la memoria
descriptiva y plrno inserto, por lo que la sección 1 se adjudica en dominio exclusivo
ai copiopietario A, y 1a sección 2 se adjudica en dorninio exclusivo al copropietario B.
Esta iláusula tendri efectos obligacionales hasta que se apruebe la resolución munici-
pal de sub-división o hasta que se produzca la independización registral por cualquier
ótro mecanismo, en cuyo caio el pacto tendrá eficacia real inmediata y automática. Ta-
les hechos (sub-división o independización) tienen, por tanto, el carácter de condición
suspensiva de los efectos reales de la particiónl
t36
El pntNctplo DE NUM.ERUs cLAUSus DE Los DERECrlos REAr.Es
{1861
Para el caso del usufructo se dice otro tanto: "El derecho que en este caso se trar.rsmite
(por la cesión del ejercicio) es personal, dado que el usufru«uario no pierde su calidad
de tal. Por eso mismo la cesión carece de vocación registral": URBANEJA, Marce-
lo Eduardo. "Usufructo inmobiliario: aspectos notariales y registrales'l En LAMBER,
Rubén A. (Director). Usufructo. Aplicaciones civiles y comerciales, Editorial Heliasta.
Buenos Aires 20 I 1, p. 240.
187]
[
Demás está decir que es válida e inscribible la transmisión parcial de superlicie "pro-
cuota', por cuya virtud, an.rbos superficiarios tienen la facultad conjunta de levantar
el ediñcio.
En ese sentido, los ante-proyectos de Código Civil de 2OO5 y 2006. Este último propu-
so el siguiente texto sustitutorio del actual art. 882: "Salvo disposición legal distinta,
mediante acto jurídico se puede establecer la prohibición de disponer o gravar, hasta
137
Gu¡rrsrn GoNzeLss B¡,nnór.t
por el plazo máximo de diez alios, reduciéndose cualquier exceso al plazo indicado'l
En la misma línea, la reciente propuesta de reformas de 2011, que ha dado lugar a un
proyecto de ley de enmiendas del Código Civii (2012).
i'"1 GÓI,{EZ GÁLLIGO, Francisco Javíer. Las prohibiciones de disponer en el derecln espa-
nol, CRPIv{E, Madrid 1992, p. 28.
{'eol IbÍd., p. 33.
Irerl Dicho sistema se sustenta en el principio de libertad lundiaria y libre intercambio de
los bier.res, con lo que se trata de irnpedir la amortización de la propiedad y la multi-
plicidad de cargas y gravámenes; por su parte, busca facilitar el comercio de los bienes
y el cálculo de los adquirentes (DIEZ PICAZO,Luis. Fundamentos de Derecho Civil
Patrimonial, Editorial Civitas, lvladrid I 995, Tomo I, p. 319). Jerónin-ro González alega,
a este propósito, que las prohibiciones de disponer atentan contra los principios de no
amortización de la propiedad, el carácter absoluto de los derechos reales y la natural
embargabilidad de todos los bienes; en suma, estas prohibiciones de disponer engen-
dran situaciones jurídicas ambiguas ¡ por ende, conflictivas (Cit. CABALLERO LO-
ZANO, /osé lt{aría. Las prohibiciones de disponer. Su proyección como garantía de las
obligaciones, José María Bosch, Barcelona 1993, p. 25). García Pastor también rechaza
las prohibiciones por conside¡ar que son contrarias a la libre circulación de los bienes,
obstaculizan la ejecución de los créditos y restringen el principio de responsabiiidad
patrimonial universal (Cit. Ibíd., pp. 25-26).
138
Er- pnrNctpro DE NUMERUs c¿Ausus DE Los DERECHos REALES
de los pactos que impiden enajenar o disponer (art. BB2 CC). Ambas
prescripciones normativas están vinculadas.
Ile2] "La repulsa en principio de las prohibiciones voluntarias de disponer es lógica. El pro-
pietario puede desprenderse de Ia facultad de goce y establecer limitaciones a su do-
minio, de suerte que se traduzcan en derechos ajenos, pero es absurdo permitir que
el disponente de un derecho subjetivo ampute al adquirente la facultad de disposición
del mismo sin razón alguna seria ni beneficio para nadie. La ley no puede permitir
este aniquilamiento o muerte de la lacultad de disponer de los derechos patrimoniales,
apartándolos del tráfico jurídico. En el mundo dei Derecho, conro en el físico, nada
debe perderse sin beneficio de nadie ni consecución de un fin razonable. Por ello la
limitación más insignificante ha de redundar en benehcio de Ia colectividad o ha de
traducirse en una ventaja, provecho o beneficio de otra persona. La prohibición de
disponer impuesta caprichosamente, o sin justa causa que la motive, no ha de poder
provocar ventaja alguna, pues en ella solo hay que ver una destrucción infundada de
una facultad jurídica (...) La prohibición de disponer adultera o desnaturaliza el do-
minio o derecho real y provoca una situación anormal, porque entorpece el comercio
juridico separando del torrente circulatorio bienes cuya caracteristica es su enajena-
bilidad":ROCA SASTRE, Ra¡nón María, ROCA SASTRE-I\'IUNCUNILL, Luis María
y BERNA i XIRGO, loan. Derecho Hipotecario,9o edición, Editorial Bosch, Barcelona
2007, Tomo Y, pp. 642-643.
lre3l ARIAS SCHREIBER, Max. Exégesis del Código Civil Peruano, Tomo V WG Editor,
Lima 1993, p. 33, se rnuestra a favor de Ia libre circulación de los bienes y, en conse-
cuencia, contrario a todas las cláusulas de prohibición de disposición o gravamen. De
la misma opinión es CUADROS VILLENA, Carlos Ferdinando. Derechos Renles, Op.
Cit., Tomo I, p. 58.
t39
GuNrse n GoNzer-ps BennóN
I le1]
PIZARRO ARANCUREN, Luis. "El Código Civil Peruano y la contratación actual'l
En VV.AA. ¿Por c1ué hay que cantbiar el Código Civil?,UPC, Lima 2001, p. 62.
Sinlil¡r opinión, en la misma obra colectiva, mantiene: BULLARD, Alfredo. "Sobre el
Código Civil y los dinosaurios'l En Ibid., p. 26.
l re5l
Cuando se'inoclifici' un de¡echo real tipificado, en realidad se está creando uno nue-
vo: ALTDi{lNI, )orge Horacio. "El numerus clausus en los derechos reales". En VV.AA.
Oódigo Civil Peru¡no. Di¿z Años. Balance y Perspectivas, Universidad de Lirna, Lima
1995, p. {lQ.
La libertad sólo puede existir dentro de los lín.rites determinados por el hecl.ro de que
cada uno puede pretcnder una libertad igual. Además, la libertad no puede compren-
dcr actos antijurídicos, pues tal libertad aniquilaría el Estado de Derecho en que se
apoya Ia libertad cle todos. Todo derecl.ro de libertad encuentra su lÍmite en el derecho
de libertad c1e los dcr.nás y en los deberes que e1 Derecho impone a cada uno en res-
guarrto de la paz juríclica: LARENZ, Ktri. Derecho Justo. Fundamentos de ética iLtrídica,
tlarlucción de Luis DíezPicazo, Editorial Civitas, Ivladrid 1985, p. 62.
1.+0
Et pRtNctpro DE NUMERus c¿ALrsus DE Los DERECrros REALES
Por otro lado, debe tenerse en cuenta que los pactos prohibitivos de
disposición y gravamen son de interés notorio Ce las clases financieras
y bancarias, muy dispuestas a aumentar su poder a trar.és de la imposi-
ción de cláusulas sin ninguna negociación. JQué hará el deudor cuarrdo
se le condicione el otorgamiento del préstanto a la previa restricción rie
su libertad de disponer? Este tema no es teórico, v una moclifrcaciór'l
de la Ley General del Sistema Financiero realizada en 2002 api-rntaba
en tal sentido, pues declaró nulas las llamadas "cláusulas de restiicciórr
contractual»lte7). La doctrina europea 1'a había advertido que el ttt!rt?-t'Lts
apertus (lo que incluye la permisividad de las cláusulas proi-ribirir.:rs dc
disponer y gravar) es un aliado del poder financierolresl, cn clctrirrtcnti>
de los más débiles. Nuestra historia reciente confinla este aserto,leel.
1,11
Guxrspn GoNz¡.lrs Bannóu
142
Er pnlxctplo DE NUMERUs c¿Ausus DE Los DERECHos REALES
Por otro lado, el ejemplo citado podría ser aprovechado por aquellos
que pretenden "discriminar" a sus vecinos, pero no por razones de ruido
o similares; sino, por cuestiones de raza o status social. En efecto, es
conocido que en las playas del sur de la ciudad de Lima existen sectores
de viviendas que se han constituido como "asociaciones", por lo que la
entrada de nuevos "asociados" -en realidad: "propietarios"- está condi-
cionada a la declaración de aceptación por parte de la "asociu.i¿;rr"tzozJ.
es decir, en forma indirecta se ha logrado burlar la prohibición directa
de la le¡ por lo que en la práctica se han establecido restricciones del
poder dispositivo de los propietarios, pues cualquier acto de este tipo
debe ser previamente "autorizado". Por tanto, las cláusulas prohibitivas o
restrictivas de disponer, sin más, serían el pretexto ideal para discriminar
y "controlar a nuestros vecinos"; Io que obviamente no puede merecer
tutela jurídica algunatzo:1.
12021 En otras experiencias jurídicas, los derechos reales también han sido desplazados
por la constitución de personas jurídicas que se encargan de administrar el áomplejo
inmobiliario con Lrna gestión más flexible que en el caso de la propiedad (TpirnÉ,
Frangois y LEQUETTE ,Yves. Los grandes fallos de la jurisprudencia clvil
francesa, c)p.
.l20rl. cit., p.296). En el caso peruano, empero, la finalidad práctica no parece ser la mismi.
En forma increíble existe una doctrina que avala la áiscriminación velada: "De esta
manera, el titular de una sección de propiedad exclusiva no se obliga a no transferir
el derecho- real que ostenta, sino que se somete a respetar un procedirniento previo
Para que el posible adquirente de dicho derecho sea evaluado. Es decir, simplemánte se
Iimita la libertad de contratar en lo referido a la elección de las persona, .on lo, qr. ,.
pretende contratar, ya que, en caso el órgano calificador no apro6ara la transferencia del
derecho a la persona sometida a evaluación, el titular de dicho derecho deberá escoger a
otra persona a la cual transferir su derecho": TORRES ÁLVAREZ, Hernán. 'Aplicaiión
de las cláusulas de inalienabilidad en los reglamentos internos de propiedad hórizontal:
el caso de las habilitaciones urbanas de uso vacacional para pláyai En yyAA. Libro
Hotnenaje a Felipe osterling Parodl, volumen I, palestra gditorls, Lima 200g, p. 404.
Aquí la pregunta sería: ¿por qué la junta de propietarios de la casa de playa quiere
entrometerse en la venta privada de un inmueble? ¿eué va a evaluar, el iolor dá piel,
la cuenta bancaria o ambo¡ elementos del potencial comprador? Es evidente que esta
cláusula de inalienabilidad se funda en un fin ilícito, pués contraviene los principios
t43
GuNrupn GoNzeI-¡s B,tnnóN
r44
EL pn.tNctpto DE NUMERUs cLAusus DE Los DERE,cHos REALES
[20s]
AVENDAñO ARANA, Francisco. "Límites convencionales de la propiedad'l En
PRIORI POSADA, Giovanni (Editor). Estudios sobre lu propiedad,PUCP,Lima 2012,
p. r27.
[206] E1 término "enajenar" comprendería todo acto que implica una modificación jurídica
del derecho, tal como vender, donar, constituir un usufructo o instituir el régimen de
propiedad exclusiva y común.
145
GuNrurn GoNzeL¡s BennóN
t46
EL pnlNctplo DE NUMERUs c¿Ausus DE Los DERECHos REALES
En el Perú se ha entendido que la reversión opera por acto unilateral del donante, sin
causa objetiva alguna; en cambio, en el Derecho comparado, se entiende que es nece-
sario pactar un hecho objetivo, que aunado a la voluntad del donante, desencadene el
efecto. Así, por ejemplo, es usual que Ia reversión opere por premoriencia del donata-
rio, con lo que se busca evitar que los bienes donados terminen antes de tiempo en la
familia del donatario.
La doctrina española se muestra conforme con esta posibilidad: "En el Derecho de su-
cesiones y de las donaciones, se ha definido el modo en tono descriptivo de la siguiente
147
Gu¡¡rHrR GoNz¡.r-Es Bennóu
148
t=-
Et pnrNclpto DE NUMERus c¿AUSUs DE Los DERECHos REAr_Es
de una excepción más del BB2, aunque de carácter relativo, por el plazo
fijo y que solo es aplicable a un acto de disposición concreto: la partición.
149
GuNrnpn Gouzeres BennóN
150
El pnructplo DE NuMERUS cLAUSus DE Los DERECHos REALES
151
GuNrngR GoNzeLss BannóN
152
Er pRINclpto DE NUM,ERUS c¿AUSUs DE Los DERECHos REALES
Ahora bien, ¿cuál podría ser el interés serio y legítimo que justi-
fique la adopción de cláusulas que impidan la transferencia, gravamen
o afectación de las acciones?
Las sociedades anónimas se han construido tipológicamente, desde
la perspectiva del legislador, como organizaciones eminentemente capita-
listas, en las que las cualidades personales del socio no tienen relevancia,
153
GuNrsrR GoNzelr,s BenxóN
r54
EI- pRltsctplo DE NUMERUs c¿Ausus DE Los DERECHos REALES
Diritto commerciale,urET, 12' edición, Turín 2006, a cura de carlo Angelici y Gio-
vanni Battista Ferri, p. 298.
f221) DLEZ PICAZO, Luíi. Funrlamentos de Derecho Civil patrimoniat, Op. Cit., Tomo III,
pá9.32r.
f,,sI COMISIÓN REVISORA DEL CÓDIGo CIVIL. Exposición cIe Motivos
oficiaI deI Có.
digo Civil de 1984 - Libro de registros públicos, publicada como separata éspecial en el
diario oficial el 19 de noviembre de 1990, p. 19.
12261 Por el contrario,
eri España, por ejemplo, la jurisprudencia de la Dirección General de
los Registros y del Notariado ha denegado en múltiples oportunidades la inscripción
de todo pacto que establezca limitaciones, como los de no arrendar, o que disminuyan
o restrinjan directa o indirectamente las facultades del dueño de la finca hipotecada,
en cuanto atacan en más de 1o necesario el goce y libre disponibilidad de los inmue-
155
GuNrsrn GoNzerps BennóN
explicaremos enseguida.
bles, además de obstaculizar el destino y función social connaturales a las propias fin-
casResolución DGRN, de27 de enero de 1986. He aquí la decisión (GARCIA GIL,
Miguel y GARCÍA GIL, Francisco )avier. lurisprudencia Registral, Civil, Mercantil e
Hipotecaria, Librería Bosch, Barcelona 1989, p.949):
"Considerando que el primero de los defectos de la nota hace referencia a si es inscribi-
b1e en los libros iegistiales el pacto por el que 1a Entidad hipotecaria o quien le suceda
en la titularidad de la finca hipotecaria, está obligado a no arrendarla sin autorización
escrita de1 Banco prestarnista.
Considerando qr. h, sido reiterada la doctrina de este Centro en el sentido de que
no cabe la inscripción de todo pacto que establezca limitaciones u obligaciones, que
como la de no ariendar unida a la sanción del posible vencimiento anticipado en caso
de incumplimiento, disminuyan o restrinjan directa o indirectamente las facultades
dei dueño de la finca hipotecada, ya que además de atacar más allá de lo necesario
su goce y libre disponibiiidad, obstaculizan, por otro lado, el destino y función social
connaturales a las propias frncas (...)"
r56
EL pRINcIpIo DE NU¡IERUs C¿AUSUS DE LoS DERECHoS REALES
157
GuNrrr¡R GoNzRrps BennóN
I"¡ AVFNDAÑO VALDÉZ, )orge. "La propiedad en el Código Civil'l En PRIORI POSA-
DA, Giovanni (Editor). Estudios sobre la propiedad,PUCP, Lima 2012, p. 118.
r58
EL pn.tNctpto DE NUMERUS c¿AUsus DE Los DEREClros REALES
1228)
AVENDANO ARANA, Francisco. "Lin.ritaciones convencionales de la propiedad'l En
PRIORI POSADA, Giovanni (Editor). Estudios sobre la propiedad, PUCR l-ima 2012,
p. I31.
El art.926 mantiene la redacción anacrónica por la cual los actos o pactos "se oponen
159
GuNru¡n GoNzens BeRnóN
a tercero cuando están inscritos'] pero ello no perrnite asu¡rir qur- la rel¡renci¡ se.l ¡
cualquier tercero, incluso genérico o indeterminado, ¡ru.'s ello implicaria adopt¡¡ ]¿
inconveniente solución del registro constitutivo. En electo, una interpretación literal
podría concluir que el pacto solo surte ef'ecto frente a tercero (cualquiera que sea)
cuando esté inscrito; por lo que la falta de registro haría que su eficacia sea limitada
a la relación inter-partes, por tanto, la conclusión sería que se trata de una c1áusu1a
obligacional. Por el contrario, nosotros sostenemos una interpretación coherente con
el sister¡a general adoptado por el Código Civil, y que por lo demás es lo más justo:
los derechos reales nacen por efecto del solo consenso o por la perfección del título
(art. 949 CC). De esta forma, la sola existencia del acto o negocio hace que el derecho
real, o el pacto con ef-ecto análogo, surta efecto frente a todos los terceros, sin excep-
ción; no ob-stante, e.sta situación puede n'rodificarse si el titular del derecho no inscribe
su adquisición, por lo que podría enfrentarse a un tercero que si inscriba un titulo
ir.rcompatible (arf.2022, 1'CC). En tal caso, el primer comprador, por ejernplo, queda
desplazado por el segundo comprador, en virtud de la regla del registro declarativo.
Por tanto, nuestra interpretaciór.r se inclina decididamente porque el derecho o pacto
real surta efecto frente a cualquier tercero, aun no-inscrito, salvo cuando se trate de
tercero inscrito que sea titular de algún derecho sobre el mismo bien, en cuyo caso
este último.se sobrepone al no-inscrito:ADROGUÉ, Manuel. "El tercero registral'l En
ADROGUÉ, ManueI; GUTIÉRREZ ZALDIVAR, ÁIvaTo; ÁRRAGA PENIDO, NfaTio T.
AMUY, |uan Carlos. Temas de Derechos Reales, Plus Ultra, Buenos Aires 1986, p. 300,
que 1o denomina "tercero registral latino'l Así, el art. 926 gana en racionalidad I' se
vuelve coherc'nte con el resto del sisten-ra. Por tanto, la desafortunat-la redacción de esia
norma, compartida por otras similares en el mismo Código, debe entenderse asi: "/as
restricciones a la propiedad establecidas por pacto no surten efecto cuando se oponen u
un tercero (inscrito Lle título oneroso y ltuenafe)".
160
Et pRrNctpto DE NUMERUs c¿AUsus DE Los DERECHos REALEs
161
GuNrs¡n GoNz¡.lrs Bennór¡
t23rl La homologación judicial es el acto que propiamente produce la eficacia del convenio.
Véase: PLÁCIDO, AIex. Manual de derecho de familia, Gaceta Jurídica, Lima 2001, pp.
193-194.
t62
Er pntNcrpto DE NUMERus c¿AUsus DE Los DERECHos REALES
163
GuNTurR GoNzerrs Bn«nóx
1232j Sobre el particular, puede verse un reciente artículo nuestro que explica la definición
de "potestad" y de "libertad o priviiegio": GONZALES BARRON, Gunther. "Teoria del
derecho real construida a partir de la Constitución i En Gaceta Constitucional, Gaceta
furídica, N' 56, agosto 2012, pp.234-236.
t64
I
Et pRINctpIo DE NUMERus c¿AUSUs DE Los DERECHos REALES
La primera, indica que los dos padres, cónyuges, anticipan a favor del
hermano (l), herrnano (2) y hermano (3) un conjunto de bienes. Luego,
se agrega que la porción que le correspondería al hermano (4) ha sido
distribuida entre los hermanos (1) y (2), por virtud de la incapacidad <ie
aquel (4) para adrninistrar sus bienes, comprometiéndose ambos hermanos
(t) y (z) a sostenerlo mientras viva, y que luego de su fallecinriento, esa
parte se redistribuirá entre los otros tres hermanos.
165
GuNrnsR GoNzer,ss BennóN
t66