cién de Los Zendales, Coronas y Chinampas, y Guardiania de
“Huitiupén en 1712, tl como han legado hasta nosotros a través de
relacion de fray Gabriel de Artiga y de los expedientes del Archivo
‘General de Indias, he decidido yo también, después de haber investi-
‘gado diligentemente en las fuentes primarias, escribiras en otro or
‘den afiadiendo fantasia ¢ imaginacién, querido Mario, para dar a
‘conocer el peculiar arraigo que tuvieron entre los indios tzltales y
taotzles las ensefianzascristianas de los fails dominic.
El otro prologo se eseribié hace casi dos mil afios y dice asi
‘Aunque muchos han intentado narrar ordenadamente las cosas que se
hhan verficado entre nosotros, tal como las han transmitido los que
desde el principio fueron testigs oculares y servidores de la Palabra,
Ihe decidido yo también, después de haber investiga diligentemente
todo desde los origenes, esribirelo por su arden, iustre Te6filo, para
‘que conozcas la soldez de las enseftanzas que as recibido.
‘Son los primeros versiculos del Evangelio de san Lucas. Vigueira
confiesa al final que un dia estando en la iglesia de Cancuc lo
confundieron con un sacerdote. Ciertamente es el evangelista de
Maria de la Candelaria
Carlos Herrejon Peredo
I Colegio de Michoacén
ROGER, Bartra, LI Oficlo Mexicano, México, Grijalto, 208 pp
El Oficio Mexicano es una coleccién de quince ensayos, casi todos
eseritos en los tiempos turbulentos de antes y después de las eleccio-
ries de 1988 y publicadas en periédicas y revistas nacionales. Los
tensayos estan divididos en dos grupos, el primero dedicado a la
169
critica de insttuciones culturales y el segundo al andlisis de la crisis
de la cultura politica mexicana. En ambas partes hay amplias refe-
rencias a tro libro de Barra, La Jaula de la melancotia (Grialbo
1987), Podriamos contemplar El Oficio Mexicano como un comple-
mento y un contexto de aque!
En La Jaula de la melancolia Bartra desconstruye textos que
versan sobre el cardcter nacional del mexicano. Enfoca de manera
specifica las caracterizaciones intlectuales de la cultura popular y
mediante el punto y contrapunto de narrativa imaginatva y critica
offece una vision plural y posnacional de a cultura popular y de Ia
‘metamorfosis de las identidades en México, De manera semejantc,
1 Oficio Mexicano esta dedicado a la desconstruccién de creacio-
nes insttucionales de imAgenes del nacionalismo que sustiuyen y
bstaculizan la formacién de una cultura nacional y el desarrollo de
tuna nueva cultura civil
‘Sin duda muchos han de escandalizarse, ya sea de la derecha,
centro o izquierda, fente a una eritiea cultural que se sitia en una
fase tardia del desarrollo del capitalismo para descalificar al socia-
lismo realmente existente (“*herido profundamente”” por el
“despotismo estatal”, 29) y contemplar el creciente desarrollo en
México de “tecnoestructuras”” que desplazan el control jerirquico y
establecen una nueva vigilancia pandptica que rebasa ‘los marcos
ciudadanos (y nacionales)" (125). Bartra mismo proclama en la
Introducidn a fos ensayos que lo que “nos queda” es “la ironia y
‘humor para sobrevivr.” La suave patria se vuelve una dulce triste-
7, una jaula de la melancolia
'No obstante, Bartrainsiste en que “seguimos buscando terca-
mente un sentido justo a la sociedad humana” (16). La bisqueda de
Barta esa partir de una critica cultural ya desarrollada en La jaula
de la melancolia, Sigue a Gramsci en abogar por el desarollo
nacional-popular dela cultura, un desarrollo que requiere que “los
sentimientos populares —o atribuidos al pueblo— sean revividos 0
apropiados por la intelectualidad” (La jaula, 230). El hilo que
conecta todos los ensayos de Ei oficio mexicano es la eritica de la
170