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Silo - Tips - Un Drama Bien Parisino
Silo - Tips - Un Drama Bien Parisino
Alphonse Allais
Capítulo I
Donde se traba conocimiento con un caballero y una dama que
el parroquiano!
Rabelais
En el momento que comienza esta historia, Raúl y Margarita (un bello nombre para los
amores) estaban casados desde hacía cinco meses aproximadamente.
Raúl, una bella tarde, escuchando a Margarita cantar el bonito romance del coronel Henry
d’Érville:
Raúl, decía yo, se había jurado que la divina Margarita (diva Margarita) no pertenecería
jamás a otro hombre que no fuera él mismo.
El matrimonio hubiera sido el más féliz de todos los matrimonios, sin el mal carácter de los
dos cónyugues.
Por un sí, por un no, ¡crac! un plato roto, una bofetada, una patada en el trasero.
Por todos esos ruidos, el Amor huía afligido, esperando, en la esquina de un gran parque, la
hora siempre cercana de la reconciliación.
Entonces, besos sin número, caricias sin fin, tiernas y bien informadas, unos ardores de
infierno.
Era posible creer que esos dos cochinos se peleaban sólo para darse la oportunidad de hacer
las paces.
Capítulo II
(Poema de amor)
Ellos habían ido al Teatro de Aplicación, donde representaban, entre otras piezas, La Infiel,
del señor de Porto-Riche.
Inaugurado con ese tono, la conversación no podía terminar sino con las más lamentables
violencias recíprocas.
En el coche que los trajo de regreso, Margarita tomó placer en rascar sobre el amor propio
de Raúl como si fuera una vieja mandolina fuera de uso.
Por eso, no bien entrados en la casa, los combatientes tomaron sus posiciones respectivas.
Con la mano levantada, la oreja dura, el bigote como el de los gatos furibundos, Raúl
caminó hacia Margarita, quien comenzó a sentir que no las tenía todas consigo.
Margarita huyó, furtiva y rápida, como hace la cierva al esquivar a los cazadores.
Capítulo III
please”
Capítulo IV
(Palabras de mi conserje la
“Si usted desea, una vez por azar, ver a su mujer en excelente humor, vaya entonces, el
jueves, al baile de los Incoherentes, en el Molino Rojo. Ella estará allí enmascarada y
disfrazada de piragua congolesa. ¡Al buen entendedor, pocas palabras!
Un amigo”
“Si usted desea, una vez por azar, ver a su marido en excelente humor, vaya entonces, el
jueves, al baile de los Incoherentes, en el Molino Rojo. Él estará allí enmascarado y
disfrazado de templario de finales de siglo. ¡Al buen entendedor, pocas palabras!
Una amiga”
Mi querida amiga, dijo Raúl con su aspecto más inocente, voy a estar forzado de dejarte
hasta mañana. Intereses de la más alta importancia me llevan a Dunquerque.
Capítulo V
Auguste Marin
Los ecos del Diablo encerrado han sido unánimes en proclamar que el baile de los
Incoherentes revistió este año un resplandor desacostumbrado.
Por toda respuesta, la Piragua apoyó su pequeña mano sobre el robusto brazo del
Templario, y la pareja se alejó.
Capítulo VI
-Perhaps, sir”
Henry O’Mercier
6
Capítulo VII
George Auriol