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: (4 NZ 7) morons eo .= balance fuera de Ja naturaleza donde Ja funcién sexual se define biolégicamente como un exceso de la excrecién, psicolégicamente como un prurito nacido de un yo en el mite de su eficacia. La teorfa nos interesa en tanto que manifiesta que toda ciencia Hamada psicolégica debe estar afectada por los ideales de la sociedad en la que se produce, no ciertamente porque nosotros la remitamos a lo que la literatura nos ensefia sobre las manifestaciones del sexo en América, sino mas bien por lo que se deduce de ella al tomarla al pie de la letra, a saber: que los animales mecénicos que se estan montando un poco por todos lados con el mecanismo del feedback, pues ya ven, se agitan y sufren por sus necesidades, no dejaran de manifestar dentro de poco nuevas ganas de hacer el amor. Désignemos la carencia subjetiva que se manifiesta aqui en sus correlates culturales por la letra c, simbolo al cual es posible darle cualquier traduccién que parezca convenirle. Este factor escapa tanto a los cuidados como a la critica, mientras el sujeto se satisfaga en 4 y asegure la coherencia social. Pero si el efecto de discordancia simbélica que Hama- mos la enfermedad mental, Iega a disolverlo, seria nuestra tarea restaurarlo. Es deseable, por ende, que el analista lo haya, aunque més no sea minimamente, superado. Por eso el espiritu de Freud estard algin tiempo todavia en el horizonte de todos nosotros, porque también, agradecién- dole a Anna Freud el habernés recordado una vez més la amplitud de sus puntos de vista, nos alegramos de que Lévine nos informe que algunos, incluso en América, lo consideran, al igual que nosotros, amenazado. EL MITO INDIVIDUAL DEL NEUROTICO Texto establecido por Jacques -Alain Miller EL mito individual del neurbtieo fue wna confer rencia dada en el Colegio filossfico Jean Wahl EL texto fue difundido en 1953, sin ln aprobacién de Lacan y sin aber sido corregito por éh. (ef. Esertos, The. 72). EL interbe del Psychoanal ciones necesarias. La presente version, releida por @l autor, ocupard por lo tanto, el lugar de la “mucva ” anuunciada en 1966, que no fue hecka, La traduccién realizada por la Sra. Martha Evans debe aparecer en una préxima edicign de la evista JAM, Septiembre de 1978 Voy a hablarles de un tema que debo realmente calificar de nuevo y que como tal es dificil. La dificultad de esta exposicién de ningin modo le es intrinseca. Ella se debe al hecho de que trata de algo muevo que tanto mi experiencia analitica como Ja tentativa que hago, en el curso de una ensefianza llamada de seminario, de profundizar la realidad fundamental del andlisis me han permitido percibir. Extraer esa parte original fuera de esa ensefianza y fuera de esa experiencia, para hacerles sentir su alcance, entrafia dificultades muy éspeciales en Ia exposicion. Por eso les pido de antemano indulgencia por si quizd aparece alguna dificultad en la captacién, al menos en un primer abordaje, de lo que sigue. I El psicoanilisis, debo recordarlo como preémbulo, es una disciplina que, dentro del conjunio de las ciencias, sé nos aparece con una posicién verdaderamente particular. Se dice a menudo que ella no es una ciencia hablando estrictamente, Jo que parece implicar por contraste que ella es simplemente . ou anb of & earsmostp owe Jap |p ‘erour onsaeur fp [a :oure Jp JP s9 amb “eorsHy ensanu op ugiovurpap vy 10d opesog Anui afewosrad 289 9p uorotsod 2 ‘orafns [a Noo woTQqUIIS UOPE[AX BI UD ‘eUNSepur[D 1se9 exOUeUE 9p ‘“SOpout Spe) ap azatubpe “eonypEUR eyI093 FL sod epefouax seo & epeppa aytisuremgas euuoy vun ofeq ‘nb 01ue) w2 ‘OUISTUN vISTPITE J UD seIoUEpIoUT sns pour A ‘ofour radeo wip vpeo opuuod sou vonoeid ensenu “uorsuoulp kno wofeu eun A ‘epepesBop axdwors“oxped jap vase vs anue epipusi vise euustur vouoHodxa ey -orped pep windy vy ap ‘soperedss sopemos seroueystmoxo ¥ epedy yamb ‘ey219009 uopEpeisap vYOp op uoDUNy ua ardurats yIS9 ‘UpIeA OWI “3 oad {qeouasa oopoquns zojea um uoD oyofns Te eMoUIA ‘axped yp woo pepypal v[ 9p opounisyur sod ‘onb yeyusur anb| souopeuoy svso ap omsodord e resyydwiafe greyuowuy anb epuatadxa ap soypay ap atias eum ¥ Aoy gxix9j92 3, comme ap 10a tm auon ‘odipg ap ofsjduioo jp sa anb “vanofqnsiowt uous! 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Nv que instituye en Ja dimension de las relaciones humanas fandamentales a quien esta en la ignorancia y que lo prepara para lo que puede Hamarse el acceso a la conciencia, incluso ala sabiduria, en la toma de-posesion de la condicion humana. Si confiamos en la definicién del mito como una cierta representacién objetivada de un epos o de una gesta que expresa de modo imaginario las relaciones fundamentales caracteristicas de cierto modo de ser humano en una época determinada; si lo comprendemos como la manifestacién social latente o patente, virtual o realizada, plena o vaciada de su sentido, de ese modo del ser, es indudable que podemos volver a encontrar su funcién en la vivencia misma de un neurdtico. La experiencia nos proporciona, en efecto, toda suerte de manifestaciones acordes con este esquema y de las que puede decirse que se tratan, hablando estrictamente, de mitos; se los mostraré con un ejemplo que creo es de los mas familiares para todos aquellos de entre ustedes que se intere- san en estas cuestiones, que tomaré de una de las grandes observaciones de Freud. Estas observaciones se benefician periddicamente con un recrudecimiento del interés en la ensefianza, lo que no impide que uno de nuestros eminentes colegas manifestase reciente- mente respecte -aellas Io escuché de su boca— una suerte de desprecio. La técnica; decfa, es en ellas tan torpe como arcaica. Después de todo, esto puede sostenerse si se piensa en el progreso que iemos realizado tomando conciericia de Ja relaci6n intérsubjetiva, y slo interpretando a través de las relaciones que se establecen entre el sujeto y nosotros en la actualidad en las sesiones. ¢Pero mi interlocutor debia llevar las cosas hasta el punto de decir que los casos de Freud estaban mal elegidos? Puede decirse, ciertamente, que todos son incompletos, que para muchos se trata de psicoandlisis detenidos, de fragmentos de andlisis. Pero esto mismo deberia incitamos a reflexionar y a preguntamos por qué’Freud hizo. El mito individuat a esta eleccién. Esto, obviamente, si confiamos en Freud. Y es necesario confiar en él. Esto no es decirlo todo, como prosegufa aquel que emitia los comentarios que les he relatado, que seguramente esto tiene al menos el cardcter alentador de mostramos que basta con un granito de verdad en algtm lado para que ésta legue a hacerse transparente y a surgir pese a los obstaculos que la exposicién le opone. No creo que sea ésta una vision justa de las cosas. A decir verdad, el drbol de la practica cotidiana le ocultaba a mi colega la dimension del bosque que surgi de los textos freudianos. Elegi para ustedes ‘el Hombre de las ratas” y creo poder justificar en esta ocasion el interés de Freud por este caso. ul Se trata de una neurosis obsesiva. Pienso que ninguno de > los que han acudido a escuchar la presente conferencia deja de haber ofdo hablar de lo que se considera como la raiz y la estructura de esta neurosis, a saber, la tension -agresiva, la fijacin instintiva, etc. El progreso de la teoria analitica colocé en el origen de nuestra comprensién de la neurosis obsesiva una elaboracion genética extremadamente compleja y, sin duda, tal elenfento, tal fase de los temas fantasmaticos imaginarios que tenemos el habito de encontrar siempre en Jilisis de una neurosis obsesiva, se vuelven a encontrar en la lectura del “Hombre de las ratas”. Pero este lado tranquili- zante, que siempre tienen para quienes leen 0 para quienes aprenden, los pensamientos familiares, vulgarizados, enmasca- ra quizés al lector la originalidad de esta observacion y su caracter especialmente significativo y convincente. Este caso toma su titulo, como saben, de un fantasma realmente fascinante que tiene, en la psicologia de la crisis que pone al-sujeto al alcance del. analista, una funcién evidente de desencadenamiento. Es el relato de un suplicio ns orga “souorouny sns ap snes v ofseysodap v9 amb so] 2p ‘oynarunfox jap sopuoy so] ‘opueSnf ‘xeprdeyp onb sousur ru spur tu ozty oy “seur[qord ‘soopnd sourma1 ua xeureyy apand as onb of ‘reypur vious ns 9p osmo fp us foam auped 1g sefpueyrodux eyonur 9u9y 2eYUIeZ OUT Jap O1UZUIEPE O10 “quoted onsonu apie) spur vras anb oya{ns uaaol je epungord exoueut op s1uoureo1 Quorssadan ‘omynre 01120 vuenus onb vzmb voqdur eum uornedsr Ano ‘ofonf aysa org ‘opeplajo A ouvfo] ouro> canny wer off ap wren as aonb uoises0 epeo us eUNYe A euepxa opreur fo A ‘epurl cored a1qod uaaof eun ap ‘oquatureseo [ep sojue oysnf fopreut ns oanase opepuord weno e epHoAIp uotsnye eu sey soft zy :sosodso soy axyuo o8o[emp un uD aisisuoo aonb oBon! op apadse wun so ‘fear o199e un sod sepemnoua osnyour uadared { uaig uapuonus 9s o1diound us anb ‘seuosied sejso annua soqugndedy SEU SeuIOIG Se] 2p UN A “aIpEUT ve] op OPEL PP sond'giso of8nsord 1g “ofty ns e roa} # uea anb us oyusui0W [p we vIpyousq 2s onb ye] vos vuistur uorsenus ef A EpIA ap sompour soj 29a BI B QuIode a[ A eson8inq embreiol vy wo opeagya spur oynur orpour un v 290uD}0d 1ofna ns :osofeIuIA ojuotureses un eurey] 98 anb of 199% ap UoLDIsod ua Ex1UODUD os aiped ais “o1slus je sod ordyosap oongdums oxquioy pp san ¥ eiqumysta as anb euoDUDAUOD afeuosiad un woM -oduios oyfuq ap A oyesap ap vppzour wun A sosuerodurayu0> sns ap ewinso x] us ausUeMUDd opour ap eyEdutOse Oo] UOIOEN] -eaap e1sa1 “eueNU 0189 onb ‘euOstAT 03 fe o1d ‘pepuoIne ap rou Z| Woo “,eyogns,, Anur opuats omnBis amb & exose> ns ap oztiaruros Te FeSyoqns any azped ye onb asioqes aqaql ssoaped soy 9p worm vj wesyToads> anb sofsex op oxsumu oy ap orepr pe sod zrempurey wopipen vf ue ¥pruLO} vis oral [oP UPI FT | ap oyuaTureuapeouasap [2 Uoo epemoutA ensngue y] 9p UOPNJOSs x e OWOD eB Teno [e opreuSeun oyuoumnfie Jo ‘valsosqo ugrsuayarde ues8 Rs 9p Offoxresop ap oun opeyss P ‘Iaqes B ‘oseD ns UD op e penpraypus 033 ps -qiu: 2jusumorfopered spur ‘oonyuisenmy spur ‘oquadupUOD seur owos aoarede anb of o> ‘uoeunoysuen ap EmUTIy zun ap soxen e o[qmysp yzmMb A vspad Anu uopeps ‘eur sous} vynsar ‘sorped sns op worm ef uoremysnns2 anb sojequaurepuny soxer[fUNey soUOpEIEI se] Joqus ev “eHOItyaId ns tse emp A ounsep ns ‘ozofns Jp owarunseU Jo OrpIsoad anb jeurSti0 wore isuoD ey “so8opoNse soy ETS ap wETqEY anb us oppuss ja ua ‘zou gnb r0d2— uorejaisuo> eT “onttare o8[e 10199] opor e vjussoad 91 98 A ‘oseo op PepyeUBBuo e o4SIsUOD O159 UY “souoponpap ap ates ee] eum ap sejqorun sey ofeq vpepoa yisvouvuniod ‘oalsinastp 42399369 ns ‘opiqap ‘pepisa vAno ‘ugDeNsouIsp eB] & UOISRTar ua BoUspIAg ap pepuoniadns syueiqumyssp eun r9us1 spend xenonied ‘oseo un onb asio9p apand ejnautoas ua onb opour ourstur [2p 59 ‘osvo aso 9p pepleynonsed ey sory anb orf “ey1091 B] Epor sow -osq10uBt 1s ooo aytoUIeI9ex9 “pepLEnonted ns u2 operpnass gas aqop osvo epeo ‘ofeiqns of aidurays pary owloD “osvo PP pepuemonsed vuranxe ey ap afims jediund sprit ns anb prigiaiad as eytiaye emi99] epor ua anb omnes Kors2 anb outs ‘0019 of Ou O[9S ON gS9A2IUT Ns Opor 9pIss1 OT us anb amep 219M? “UOISPAINSqO B] ap OSD [P uD SeUID sosorsuMU ua Fenuoous & dafanA as A s[sornou eUN ap oUIsTUTULIOI2p PP e109) vf ered Perouas> sTuUDUMEUAI sa UISEIUET AST 19a soutazoqap emmonnso AND UOTTEIOGETD UN epor anIS a7] censnfue vy euosns A seursy sns ezyenjoe onb ored ‘stsomau ns eusproussep ou aonb ‘opeufosey rox10y 9p opeis> un orafns je wa vooaord oe]ar a3s9 9p eUPNOSD woud eT “osomU -afur sousur 0 spur oanisodsip un ap ompaut rod ‘operoydns [pp ox002 Jo ua ‘Saye sorpour 10d epeyoxo ‘eer eu ap ‘uowmonponnuT z[ uo aisisuio9 anb 4 ‘pepuqayso viopepiaa eum 2p osnput ‘reBuls upovUTUINE eUN ap fYoUDG 2s axduro1s anb N soyxos & souopouaeo1ut tw “4 Intervenciones y textos ak Nv honor, incluso su vida, al menos en el sentido de su carrera, del papel que pudo seguir teniendo en la sociedad, a la intervencién de un amigo, que le presté la suma que debia reembolsar y que result6 de este modo su salvador. Se habla atin de ese momento como de un episodio verdaderamente importante y significativo del pasado paterno. Asi es entonces como se presenta la constelacién familiar del sujeto. El relato sale pedazo por pedazo en el curso del anilisis, sin que el sujeto lo una de ningé modo con nada de Jo que: ocurre en el momento actual. Es necesaria toda la intuicién de Freud para comprender que estén alli los elementos esenciales del desencadenamiento de la neurosis obsesiva. El conflicto mujer rica/mujer pobre se reproduce exactamente en la vida del sujeto en el momento en que su Padre lo empujaba a casarse con una mujer rica y es entonces cuando se desencadena la neurosis propiamente dicha. Apor- tando este hecho, el sujeto dice casi al mismo ticmpo: “Le digo agué algo’ que ciertamente no tiene ninguna relacion con todo lo que me ocurrié”. Entonces, Freud se percata de inmediato de la relacién. Lo que se ve, en efecto, sobrevolando panorémicamente la observacion, es la estricta correspondencia entre estos cle- mentos iniciales de la constelacién subjetiva y el desarrollo Ultimo de la obsesién fantasmética. ¢Cual es este desarrollo filtimo? La imagen del suplicio engendré primero en el sujeto, segin el modo del pensamiento.propio del obsesivo, toda suerte'de temores, a saber, qué’ese suplicio pudiera serle infligido un dfa a las personas que le eran mas queridas y, principalmente, o bien a ese personaje de la mujer pobre idealizada a la cual le consagra tin amor cuyo estilo y valor propio veremos enseguida —es la forma misma del amor de la que es capaz el sujeto obsesivo— o bien, mAs paraddjicamente aim, a su padre que, sin embargo, ha muerto ya’ en ese momento y se ve reducido a un personaje imaginado en el més alla. Pero el sujeto se vio levado finalmente a comporta- El mito individual 45 mientos que nos muestran que las construcciones neuréticas del obsesivo terminan a veces por confinar con las construc- nes delirantes. Se encuentra en la situacién de tener que pagar el precio de un objeto que no es indiferente precisar, un par de antegjos que le pertenecen, que se le perdieron en el curso de las grandes maniobras durante las cuales se le hizo el relato del suplicio en cuestion y en la que se desencadend Ia crisis actual: pide el reemplazo urgente de sus anteojos a su éptico de Viena —pues todo esto ocurre en Ia antigua Austria-Hun- gria, antes del inicio de la guerra del 14— y por un correo expreso éste le envia una pequefia encomienda que contiene el objeto. Ahora bien, el mismo capitan que le contd la historia del suplicio y que lo impresiona mucho por cierta ostentacion de gustos crueles, le informa que debe reembol- sarle su costo aun teniente A, que se ocupa de los asuntos del correo y que se supone ha desembolsado Ia suma en su lugar. En tomo a csta idea del reembolso la crisis conoce su desarrollo iiltimo. El sujeto se hace un deber neurdtico de reembolsar la suma, pero en ciertas condiciones muy preci- sas. Se impone este deber a si mismo bajo Ja forma de un mandamiento interior que surge en el psiquismo obsesivo, en contradiccién con su primer movimiento que se habia expre- sado bajo la forma “no pagar”. Hélo aqui, por el contrario, vinculado consigo mismo por una suerte de juramento, “pagar a A”. Ahora bien, se percata muy rapido que este imperativo absoluto nada tiene de adecuado, ya que no es A quien se ocupa de los asuntos del correo sino un teniente B. Esto no es todo. En el momento mismo en que todas estas clucubraciones se producen en él, el sujeto sabe perfectamen- te, como se descubre luego, que en realidad tampoco le debe esa suma al teniente B, sino sencillamente a la sefiora del correo, que tuvo la amabilidad de confiar en B, sefior honorable que es oficial y que se encuentra en los alrededo- res, Sin embargo, hasta el momento en que Ilegar4 a confiarse soxs squawaqeam uspuedxo 2s anb us oxsen pp rozjed ap saudrsezado seso op wand e orgy] a8'peno ej UoD A ‘rena pepimiprey ey ezuaioers onb ootorey 10/9 ap wDxsqUNE | uo ‘sexqorieu: se] op osino [> WO ‘oxUODUD anb upesod ap eiuatans eum ‘erqod zofnur ee eureoUD o2{ns Jap 21NDaT q0ysiy ef Uo onb ofeuosiod un ows ‘euistur vuTEp Es9 EpEU ‘red s9 ou 091109 fap Bue z FIS9 2puop IBN] Je I94Jor op ojofns fo auan aonb aruezipeuey asap [ap ore{qo [> anb fox949 ue ‘exsonu valsosqo sISHO ¥] Ud eres} 2s anb ap soperusurepUTy soypoy sof ap womezipunjosd vy “soeuoroUNy souOrsEpar seiso op Bun UpeD ap sopeUIULIO souMULD? so] ap OLquIEox9}Ut un owzo9 ise o8fe soureamsqo ‘o1afns [> sod operoxresep euisermey Jop IOUOTUE [> ud ‘usq eIOYY “eoU afar eT od aaqod zofnut ey ap uoKMINsns ‘topMAsNs axped Jp EHOISTY, vp uo Avy ‘ono 10g “epnap ns xesjoquisax opnd vounu A —[eu Guo eHOISTY Uf U2 OsoLYSTUE OpUDIS anfis jen oF~ o81ue [e fequosus v oma vouNU anb sap HMO sond ‘ofa fe wopepar ue oxped [ap epnap eun uafo [2 wa soursuar ‘opr um fog “eouspua? e199 9p Opnuss je Ue LoYrpoUT yf “ey{NI0 woo) e[[> Us exUaNoUD as onb yemBneut worvpes ef auaUr -ei9e¥9 sousut Oo seu aonpoidar anb vruoutaza9 wun PUDIS9 ua euod anb ap oypoy jp aiuourajduns so oN goomputseruey ioe ouanbod aisa e oonyur saxpreo ns ep and? 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Para extinguir la deuda, de algtin modo hay que devolverla, no al amigo, sino a la mujer pobre Ys por esta via, a la mujer rica que lo sustituye en el argumento imaginado. ‘Todo ocurre como si los impasses propios de la situacin original se desplazasen a otro punto de la red mitica, como si To que no estuviese resuelto aqui se reprodujese siempre alli. Para comprender bien es necesario ver que en la situacion original, tal como se las he pintado, hay una doble deuda. Existe por un lado la frustracién, incluso una suerte de castracion del padre. Existe, por otro, la deuda social nunca resuelta implicada en la relacién con el personaje, en un segundo plano, del amigo. Esto es algo muy diférente de la relacién triangular considerada como tipica en el origen del desarrollo neurotizante. La situacién presenta una suerte de ambiguedad, de diplopia; el elemento de la deuda esté colocado en dos planos a la vez y es, precisamente, en la imposibilidad de'hacer que ambos planos se retinan donde se juega todo el drama del neurdtico. Al intentar hacerlos recubrirse el uno con el otro, realiza una operacion giratoria, nunca satisfactoria, que nunca Hega a cerrar su ciclo. En efecto, esto se produce en la continuacién de las cosas. Qué ocurre cuando el hombre de las ratas se confia a Freud? En un primer tiempo, Freud substituye muy directa- mente sus relaciones afectivas con un amigo que cumplia un papel de guia, de consejero, de protector, de tutor tranquili- zante, y que le decia regularmente, luego de haber recibidé la confidencia de sus obsesiones y de sus angustias: “Nunca hiciste el mal que crees haber hecho, no eres culpable, no le prestes atencién”. Freud es colocido pues en el lugar del amigo. Muy rapidamente se desencadenan fantasmas agresi- vos, No estan ligados imicamente, lejos de eso, a la substitu: cién de Freud al padre, como la interpretacién de Freud mismo tiende sin cesar a manifestar, sino mas bien, como en el fantasma, a Ja sustitucién del personaje Hamado la mujer El mito individual 49 rica por el amigo. Répidamente, en efecto, en esa especie de corto delirio que constituye, al menos en los sujetos profun- damente neurdticos, una verdadera fase pasional en el interior mismo de la experiencia analitica, el sujeto empieza a aginar que Freud no desea nada menos que darle su propia ja, con la cual fantésticamente hace un personaje dotado de todos los bienes de Ja tierra y que se representa en la forma bastante singular de un personaje provisto de anteojos de bosta en los ojos. La substitucién pues del personaje de Freud Por un personaje ambiguo, a la vez protector y maléfico, al que le endilga anteojos que marcan suficientemente la rela- cién narcisista con el sujeto. E] mito y el fantasma aqui se remen, y la experiencia pasional vinculada con la vivencia actual de la relacién con el analista, da su trampolin, por el rodeo de las identificaciones que ella entrafia, a la resolucién de cierto mimero de problemas. He tomado aqui un ejemplo muy particular. Pero quisiera insistir sobre lo que es una realidad clinica, que puede servir de orientacion en la experiencia analitica; hay en el neurético una situacion de cuarteto, que se renueva sin cesar, pero que no existe en un plano tinico. Para esquematizar digamos que tratindose de un sujeto de sexo masculino, su equilibrio moral y psiquico exige la asuncién de su propia funcion; hacerse reconocer como tal en su funcién viril 'y en su trabajo, asumir sus frutos sin conflicto, sin tener el sentimiento de que es algéin otro el que lo merece 0 que él mismo no lo tiene més que por casualidad, sin que se produzca esa division interior que hace del sujeto el testigo alienado de los actos de su propio yo (moi). Esta es la primera exigencia. La otra es la siguiente: un goce que se puede calificar como pacifico y univoco del objeto sexual una vez que éste ha sido elegido y le es concedido para toda la vida. iPues bien! Gada vez que el neurdtico logra o tiende a lograr, Ia asuncion de su propio papel, cada vez. que se vuelve sod e8aqj ‘uorg vatiapay so anb wiopeiuvous uoaol vse ap 02 suaiuaqnosep Jp 10d opeayexo ‘ouros saottoyUa ByUIND SON “ses -ordure semMIUaAe sns sePOI UD OUTUeD [> ez;MoeISqo ‘oAIsAONS 0] da fonb uorrqryosd eun ouos ugroIppeur eys9 aBoow “exp -eystmbuos viousosapope e] ap uoDentesur ey epor uD s9ou0TUD foyfeep ugzer ws oN ;,afousmoy ns ngr2a anb viownd 2D niun20 2 vioWSsap D] ang) “so1gy soso osduors vind unas souppoyy,, :201p 4 apuaidios soy epurorr] ssouoqug “osoq own [ap epuaad ey ‘einyse Bf “eye e ap a] anb 4 afore as aonb zaa el & eBanz a] “uanof arqod x arqos 20vq J anb soSexyso sol ap emacs ¥ spensiad % epeompap vaso onb ‘orsouoy ses bred o3nyse ope[seurap oood un afeuosted ‘euewioy eum 2ush epuINy v3 “epewOD Jas ap eudd BI o[ea BUDIS9 PT “sorqey so] Wo osaq je ausuTPPadsa Anur ‘rofmur eu woD osooM oquaruoisoe poy ¥ aioyor as anb of us ‘epuron] vpeurey] v| ‘sorouoque sexu sns ap oun od [9 aqos wpEYDS OPIS 2qey onb ugrorppemt ey resodns onrunod 9y eg “wBpesou uex3 unl ‘epra ns ap epeztreae eoodg eum Bsey QAIDSUOD fend e[ 10d ‘uong eorspa od uorsed ns ap orposida a1qaygo Jo soouo1wa sumo 4 ‘oBingsensg Ua aata ‘Souk sopra auaT 2y120F m0 ‘seqex Se] ap a1qIOY [oP seIDUEPYZUOD sey UD sopEZLOTEA Spul soprezary seuLa2 So[ ap ON so ‘o1DaJ9 UD :o]UDUTEENIGTE oBten. soy as oN {,popuse & vysa0g,, ua eure sou 2189 anb ‘om0p ap prausanf ey ap orpostda un ap wren ag ereIaNIT Uuopoy ee o ¥Is90d ef ¥ :o1UDUO}Ip Anu Uapio UN 9p eur) UN ¥ a¥byyau 98 anb oxad , sozms sx ap auquopy,, [ap wo!eaiasqo ¥] ¥ouvosoo Anut Ose UN UY 9159 WOO greUIOY, “o1UNEd [> OD Bouax2Y0o ns sopeNsoM £ o[duisf> ONO sopEH wIDISMy -odipg ap ofb|dwios jop xemSuein ugpezneuio, zy 2p sopiSins sajewortpen seuronbso soy tmfas onb [p ered optara A osoinBir sy oyanut opour un ap ‘ose ns ap soeurfizo sopep renprarpus oan 1p “uemonsed se ojafns ye appsipnsour apond, s}uoutbrapepion spuop ie sq -soitoped stur op soejar sdf“ offs ap sod -wafa sosorsuinu o8uay, -ojduiof 10d souans soy ua ‘senu10} seno ofeq ugiqurer enuosua apand as aonb oxod ‘seuseyuey ap euLios ¥[ ofeq o1uamoUr ns uD Ip sa] opdutal> O4n9 seon TU souopeuHO] SoTUDIOJEp Se[ ITA NS Opor uaxaIMbpe pend jo woo ugpypar ua ‘oonomou [op eurexp fp 29eK spuop ooNsystoreU oqarueyqopsep ep jepadss Anur eumoy vss ofeq sq -sonposdas as asseduur Pp 4 epusysnc ns uoo vyuoUL UD aqUDIs os ou ‘seDUDy -uguoo sns 4 sapepuejnonied sns stumse apand ou ‘eouaata udord ns ap eiany ‘opmpoxe suas as yg ‘s1uaurexpepiaa 12 89 ON “eBay ns uD natA 9p 4 opunu Jo us opesuaserdax ap var, ey eBajop 2] 2159 V ‘TeIOUL uoIoepr onb o3ue; uD won systoreu UOPEPSr BUN UZIqUIeE} FUN TEND [2 UOD afeuosiad um ope ns & sooarede aa apuop —arquioy um ap ose fp 189[9 anbiod— pepyuma edoid ns ap & jepos uopuny eidosd ns ap HOIOUNSe Bf UD “BUDpED eI 9p OULANXD OO |p UD S99U0IUD $9 “pepraisues ns ap peprm vy renuosue v osqon ered ozianysa ‘un sey oxofns Jo “epta ns 9p zey eNO UD ‘opey un 10d ‘Ig “[euoUr uapio ap ugIovoYUsp! eun vey efnduis of anb 4 uorsed sow yop fe o8opeue ofsa un uos “eoryinserey souDUI 0 Spur eIouEUI ap wfouTesop as anb ‘epezreapt sousut © syut uoised eun ap o1afqo so anb A ossund je e[qopsop onb afeuosiod un viuasaud as ‘ope, ono 10g “ormourneut un ap 0 uopear eun ap a1en as eA ‘SoumyBa] svur soynouta soy [erouss uo aun [eno pp uo ‘oulxosd seu so af aonb «pepyear xokeur auan fp ered anb yenxos ameuoured ye seyrurey syur opow [ap ¥apor anb ugisemue ap eme [> so —opredqed vied oofns [op [ear wpIA ef wd OUI wuIseIUEZ Jo UD Ou BA ‘rexjua eIseq— oongmau pp eSopoosd ey us sueroedumt oy “augod walnu 0 vou. winw ewxoy ef ofey mbe :e1q, -opsop a8 ‘enxas axeupured [p “o1a{qo Jp ‘opeurunrorop [E1908 orxa1u09 ns uo uo!eIsayrueur eidord ns ap opepuny warq OT >P emBase 2s onb z9a epeo ‘oursrur Js ¥ oonugpr opour unsye ap nN sopxay & souopousasoruy os 52 Intervenciones y textos primera vez a superar la prohibicion y siente la ebriedad de su triunfo, Iuego de la aprehensién de algo més fuerte que sus propias interdicciones interiores asumidas. Este es uno de los episodios mas enigméticos de la vida de Goethe y no menos extraordinario que el abandono de Federica. También los Goethesforscher —al igual que los stendhalianos, los bossuetistas, se trata de gente muy particu- lar que se vinculan con uno de estos autores cuyas palabras han dado forma a nuestros sentimientos y dedican su tiempo a urgar los papeles en los armarios para analizar lo que el genio puso en evidencia— los Goethesforscher estudiaron este hecho. Nos han dado toda clase de razones, cuyo catélogo no quisiera hacer aqui. Es cierto que todas tocan esa suerte de filisteismo que es correlativo de tales investigaciones cuando ellas se desarrollan en el plano comin. Tampoco esta exclui- do que haya siempre, en efecto, alguna oscura disimulacion de filistefsmo en las manifestaciones de las neurosis, pues en el caso de Goethe se trata de una tal manifestacion, como se Jos mostrarén las consideraciones que ahora voy a exponer. Hay un nimero de rasgos enigmaticos en el modo en que Goethe aborda esta aventura, dirfa casi que la clave del problema se encuentra en sus antecedentes inmediatos. Para decirlo btevemente, Goethe, que vive entonces en Estrasburgo con uno de sus amigos, conocia desde hace largo tiempo la existencia en una aldea de la familia abierta, amable, acogedora del pastor Brion. Pero cuando va all rodea de precauciones cuyo caracter divertido nos cuenta en su biografia. A decir verdad, al examinar los detalles, no po- demos dejar de asombrarnos de la estructura verdaderamente tortuosa que revelan. Ante todo, cree deber ir disfrazado. Goethe, hijo de un gran burgués de Francfort, que se distingue entre sus camara- das por la soltura de sus modales, por el prestigio de su atuendo, por un estilo de superioridad social, se disfraza de estudiante de teologia, con una sotana muy especialmente El mito individual 53 raida y descosida, Parte con su amigo y a lo largo de todo el trayecto no hacen més que reirse a carcajadas. Pero, obvia- mente, le resulta muy fastidioso a partir del momento en que la realidad de la seduccion evidente, deslumbradora, de la joven, surgida en medio de esa atmésfera familiar le hace comprender que si quiere mostrarse con todo su atractivo y en su mejor forma debe cambiar lo més rapidamente posible ese asombroso disfraz, que para nada lo favorece. Las justificaciones que da de este disfraz son muy extrafias. Evoca nada menos que el disfraz que vestian los dioses para descender en medio de los mortales; él mismo sefiala que en el estilo del adolescente que era entonces esto parece indicar, més que infatuacion, algo que confina con la megalomania delirante, Si observamos en detalle las cosas, el texto de Goethe nos muestra cuél es su opinion al respecto. Los dioses al disfrazarse buscaban sobre todo evitarse disgusts, en suma, era un modo de no sentir como ofensiva la familiaridad de los mortales. Los dioses lo que més arriesgan perder cuando descienden hasta los mortales es su inmortalidad y la timica manera de escapar a esa pérdida es, precisamente, poniéndose a su nivel. En efecto, se trata de algo semejante. La continuacin lo demuestra ain mejor, cuando Goethe retorna hacia Estras- burgo para volverse a poner sus hermosos atavios, no sin haber experimentado, un poco tardiamente, su falta de delicadeza al presentarse bajo una forma que no era la suya, habiendo engafiado asi la confianza de esa gente que lo acogié con encantadora hospitalidad; verdaderamente se en- cuentra en el relato la nota misma de lo gemiitlich. Retoma entonces a Estrasburgo. Pero, lejos de ejecutar su deseo de retomar pomposamente vestido a la aldea, no encuentra nada menor que substituir su primer disfraz por un segundo, que toma prestado del mozo de una posada. Se Presentard esta vez disfrazado de un modo atin mas extraiio, més discordante que la primera vez y ademas maquillado. Sin -[euororpen ep as anb ef ap ayuaxayrp ayueyseq emjonnso eu ap sa soonomMau Soy ap [EIA UTSENAIS BI ap soPepTTGnosur sey ua ‘sosseduit soy uo [eIWaUTEepuTY We) ONEMIDVEND eUDISIS [7 AL “varquoav ns 9p vonyuseuys ‘ees uopyodsuen “ppPYyoTEM 2p ONwIA Jap PuOIIY epHouos nur e{ UOD ‘OMI 10d EpETEUDS “eyBopeUE 2] opuadnfour ‘soamovdwr 9 sostoamp saqfesp sono 10d opeuuuos vis ‘uoponAsUCD eu oUt epider uoroIsodxe zun uo sapi2cared apand onb oxnbe onb uviea ‘om20p ap o1xa} ja UBIO! 1g “UODENYS ¥] 2p voNTUT eMonNss vy zezoydui0o v austA anb “eouspog ap a[gop jp “euRuaY wun yye dey onb undos oiod ‘emusae visa op [ersusd uoroezneuio; ve] anb seu ayou e7s9 sapep opand on ‘eiour ey LezueoTe ap opertiqisodun 9A as ‘oustut Js ua O73 Tearasard 2p ‘akrefnoura ou 9p oasop— sep opnd ay as anb souozex se] sepo “soqustoar9 a1durors uorony Jou 989 ap uoTEZTTeAr ET ® oyoadsax soxouiay sns nb —ayp209 ap o1xa1 [9 UD EpeoIpUL yiso UQDMIASNs 9p ugHoU ef seAnMnsns seuLOy op oda oporzod o1qures ua soureeoad sou “eisureq ns reanbuesy 980 211905 anb ap sgndsop oppnpord véey as ‘PeUsyO UODIpPUr e{ ap ozmyosy Jp Operteasy soqey Jo onb ‘owuoyut -eiueouasap jo anb ap sols] -opueuypap vx cfs uo!epar vaso sand ‘ofony oniis onb oy vreyso}ruew of owloo ‘oparut duap aIuSUIa[gIsUDS AnPY gISe MIZE ayI20D gnb 104? ss penpraypuy o1p 1 soonomou [ap seonyur souoseysazTUTEUE se] U9 O12! hs [9p [HOS -rod uopouny ef ap oxtiotureyqopsep Jo Uptoar eqeureyy OA anb OL ap onsior Jo uo vorqn as A ugronesasd wun oulo9 aqUaUEpUNY -oxd spur oyanur ous ‘oBonf un owoo op9s Ou “pepsdA U2 ‘2091 aoe 9g ‘ofeqap 1od susUIEZO8I Outs ‘eyojoa; ap auepmss [ap [PAT e woop a6 wsmbIs u “pepion stoop v soaneorusis spur A spur z9A epED vUOs 38 offanf a1s9 oxed ‘oBanf jap oueyd Jo uo eso> yl E9009 “pNP soyx99 & souojouoqsotuy ws 36 Intervenciones y textos mente: el deseo incestuoso por la madre, la interdiccin del padre, sus efectos de barrera y, alrededor, la proliferacin més 0 menos lujuriosa de sintomas. Creo que esta diferencia deberia conducimos a discutir la antropologia general que se desprende de la doctrina analitica tal como ella ha sido ensefiada hasta el presente. En una palabra, todo el esquema del Edipo debe ser criticado. No puedo dedicarme a ello esta noche, pero no puedo empero dejar de intentar introducir aqui el cuarto elemento que est en juego. Planteamos que la situacién més normativizante de lo vivi do original del sujeto moderno, bajo la forma reducida que es Ia familia conyugal, est4 vinculada con el hecho de que el pa- dre resulta ser el representante, la encarnacién, de una funcién simbélica que concentra en ella lo que hay de més esencial en otras estructuras culturales, a saber, los goces pacificos, o mas bien simbélicos, culturalmente determinados y fundados, del amor de la madre, es decir, del polo con el cual el sujeto esté vinculado por un lazo, para él, incuestionablemente natural. La asuncién de la funcién del padre supone una relacion simbélica simple, donde Io simbélico recubriria plenamente lo real. Seria necesario que el padre no sea solamente el nombre-del-padre, sino que represente en toda su plenitud el valor simbélico cristalizado en su funcién. Ahora bien, esta claro que este recubrimiento de lo simbélico y de lo real es absolutamente inaprehensible. Al menos en una estructura social como la nuestra, el padre es siempre, en algdin aspecto, un padre discordante en relacién a su funcién, un padre carente, un padre humillado, como dirfa Claudel. Hay siem- pre una discordancia marcadamente neta entre lo que ¢s percibido por el sujeto en el plano de lo real y la funcién simbélica, En este intervalo yace lo que hace que el complejo de Edipo tenga su valor: para nada normativizante sino, es el caso mis frecuente, patogeno. Esto nada dice que nos haga avanzar demasiado. El paso siguiente que nos hace comprender aquello de lo que se trata Elmito individual 37 en la estructura cuaternaria, es éste, que es el segundo gran descubrimiento del psicoanilisis, no menos importante que la funcién simbélica del Edipo: la relacién narcisista. La relacion narcisista con el semejante es la experiencia fundamental del desarrollo imaginario del ser humano, En tanto experiencia del yo (moi), su funcién es decisiva en la constitucion del sujeto. ¢Qué es el yo, sino algo que el sujeto experimenta primero como algo que le es ajeno a él mismo en su propio interior? Es primero en un otro, més avanzado, mas perfecto que él, donde el sujeto se ve. En particular, ve su propia imagen en el espejo en una época en que es capaz de percibirla como un todo, mientras que é mismo no se experimenta como tal, sino que vive en el desasosiego original de todas las funciones motrices y afectivas que es propio de os primeros seis meses después del nacimiento. El sujeto tiene siempre de este modo una relacion anticipada con su propia realizacién, que lo rechaza a él mismo a un plano de una profunda insuficiencia y da fe en él de una rajadura, de un desgarro originario, de una dereliccién, para retomar el término heideggeriano. Por eso, en todas sus relaciones imaginarias se manifiesta una experiencia de la muerte. Experiencia sin duda constitutiva. de todas las manifestacio- nes de la condicién humana, pero que aparece muy especial- mente en la vivencia del neurdtico. Si el padre imaginario y el padre simbélico, por lo general, estan fundamentalmente diferenciados, esto no sdlo se debe a la razén estructural que les estoy indicando, sino que surge también de modo histérico, contingente, particular para cada sujeto. En el caso de los neuréticos, es muy frecuente que el personaje del padre, por algiin incidente de la vida real, esté desdoblado. Ya sea que el padre haya muerto precozmente, que un padrastro lo haya sustituido, con el que el sujeto se encuentra fécilmente en una relacién més fraterna, que se comprometeri naturalmente en el plano de esa virilidad celosa que es la dimension agresiva de Ia relacién narcisista. “(any sewn) ., 342177 syayy,, :owistqe ox8au [a ua ‘soraiqe solo soj oo ‘asnfieums ap soz oDunuosd onb seproouco Anut seaqered svsa uoo ‘eon yfeue erouapadxo er ap a10ser fp “eu zy ‘aqa0g ap asesz UN OD ‘s9ouOIUD “gIq “eIqo nS 21qQos atpecy ap oioruesuad jap erousngut ve] ap opey je ‘e097 ood s9 0359 o1ad ‘ounsop ns opIposp odwion owstu je eEqey, A sootpaur sorpnaso sns uo opezuyy erqey of y1905 ap seuisod soj ap vinio9j Bf anb oYouooar proxy “ouerpnoy oyusTUEsuad P ope) aiuouepeupsoenxs opeumme ey: epinia epuasaid ns spd ‘ugroendsur ns sod ‘anb asii29p apand ayi20p aq ‘ojduiof ap opmayy ® aypou visa afen ‘oquposo ‘epeu sod ou uamnb v atpa0p aso 10d eperounuord vaqured vuny.2] ap omsiBor ye uoiq seu avouayed eien as anb of ap opjanby -eordun onb of ovodure tu a8txa sisyrpue 1p anb of o1s9 $9 ou ‘orusuresnBos ‘o19q “93 op oxse un ofendup] ono ua eurey as nb 4 ojoqurrs yap A exqered ¥] ap Uapz0 [op sa anb off sa wor vonyyeue euauodxe e] ua erpaur mbe anb op anb xpap sunooey vied operseutap anstsut anb e}zqey ON, ‘ousepour aiquioy [op PopsHD9eIwD EIIUAIST XD pranoe ef ‘oqes B ‘oonosnou Jp UoTseUOS e] auEUreydure 6s empyaypug ore 1a wradns anb o8fe ‘ond oop visey ‘yzmb 4 ‘oonosmau Ppp uoreunos B us eIEN as anb ew] 2p ETP ap so 4 oo1dspe vurexp [pp vanogTeIp e[ us 2onponut as anb vy epeuiseut > eHeUgeuN oyonur vf ausMpeNs, sy ~eHUUey “epeutseUL puoMM P] ap FEN 9S WIsIsPoreU UODEPaX e[ Ue ‘019}9 UT “epeufeurr vos anb sond o1ressoau So ‘samusnequios ep PHF fe vypusiap 98 oonagpep o1wstuaow pp sond ‘epeztfeat eas ou auonur ef anb ouessoau so ‘eprured op ound ns reuror o198 tue vpond ‘onsard omd ap eyony ef ap ‘Syanut E EYDM PI 3p eono9[ep ef anb wzed ‘opos ap sgndsoq “pHa wo soonyuisyes qovsueuod onb soysay sounsqe op wun vp ‘orusuOUr ns ua osndxa se[ as owo> je} ‘oulsisoreu Jap BHOm EL anb asiioop apong “a1uefoures ns Woo wo}ejar B] Ue ezrTEUY bs suquioy Pp [eno [2 xod osaiBord jap yePurs> oss0720 “Te “rout uorerpeut ef ap Xopoparye seurEuMY suOLETAX Sel OP LS cojousuiouay eT xpor AINsUOD Ue OpEdIsay BIgey ou eUBTaBI poistyerom ¥ ‘roure Jap ugpuing & waquyed e] ap woTUNy zone] e so anb ugiouny Eun ‘oxped Jap vIsuaIsTX® e[ woo ‘openqusce vdey eueIpnay vyx097 e amb op samy ~FopeMpaur cquswape omos aqiqpouos squoures>9jI9d so ayONUL eT -aqronur zy $9 anb sojopugiorp spor iso guvuBtsap of “UaIq Song goIUsWO|P OITEND [2 5 TAD? ‘opreoeisop aonb syur inbe sourasey ony wisp emo wf uo arueyodur sum OOTUIpUIP OLuOHIOP [9 sog0uoasep sa Opsouoasap 4 orafns Jap BHOIsTY eI UD 21qe13 “ayufar sq “oon yur OYaTHEND [P UI FUILIN 0759 OPO, “FPS ‘epuadoy ef uo jefouaso wi Jaded un wfanf anb ‘tenuous v oF jana rounu 4 opfoouossap oSrure 9s 4, 57104 Su] ap 24qwOHL, |? ua ouios ‘ofture un ap wien 3s yur sof a8 owoD ‘opnusur e Angy “Tear eioueut 9p za Be ouwoUD vy A oorIoquts opout ap EHOW uorepp By Foznponut oursreay ofeuosiod pp onb vas eA “wopepion BI 69 OW BA onb ‘oxpeuI eNO reypumey odnud je 0s9908 opep uedey EpIA PI 9p supuEsuNorTD se] anb & ‘opparedesap e&ey anb | aupeu ey eas UA sosxo € souoppusasasuy as

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