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o A & candice ‘Volumen I= VARIA COANESA © de las fonogeatin: Ayo, de Conta, José Manoel Lebredo Ferner, Ruth Rudeguce Flirez de ls ext lon autores Depesien legals AS-4,651-08 ISBN Volumen I 84-606-8552-%. ISIN Volumen I 84-6065-5995-8 ISBN Obs complet: #6639546 Impeine: Grifeas Rigel, S.A. Impeeso en Espa - Print in Spi ‘Queda expvesamence peubibida la epretaccin de texts yforogrfias no acorizales por sue autores, EL CASTRO DE.COANA. uw EL CASTRO DE COANA EL{aS CARROCERA FERNANDIZ. El Castel6n o Castrill6n es uno de los yacimientos més renombrados de a Cultura Castrefia del Noroeste; junto al de Briteiros en Poreugal y Santa Tecla en Galicia con- forman una eria mégico-culeural encepada, arraigada & infierada en el conocimienco y la mitologta de las socie- dades europeas. Por estas razones, ademés de su evocado- za imagen romantica, el castto es considerado por el pro fano como la expresion o simbolo de la Cultura Castrefia EI yacimiento esta situado sobre las pizarras de Luarea, que en esta zona se caracterizan por una gran uuniformidad de facies®, Bl poblado est enclavado en vuna zona de cambio de pendiente, préxima al frente de sierra, sobre una colina fruto de la erosién cuaternaris posterior ala superficie de la Rasa las pizatras son determinances en la configuracién del poblado. El sistema defensivo, la arquiteccura y las infraeseeucturas asociadas estén claramente-marcados por esa materia prima negra, esquistosa y dict La revisién de los materiales pétreos empleados en el castto evidencia la utilizacién, como veremos, de grandes cantidades de lajas de pizaeta, cantos rodados y, sorpren~ dentemente, de granitos?. Los cantos rodados, empleados cn la construceién de los hogares y en alguna otra fan~ cin térmica, se documentan por su contacto con el fuego con fuerte irisaciones y rubefacciones. La presencia de sgranicos y microgranites en Coaiia determinan un mobi- liario® singular y, @ la par, un esfuerzo de los habitantes del castro por caprar esa materia prima. " tain de Casto estan evra oma eal No obs, dre os eabsjon gue eclzames en el yciento ducine algunos af foralecis 3 travis destin aceacines seer in impor ua image i Imagen del Cat na, pars ele, explicit lostuit roi, ee croatian yen estas. i [avs ts yamine, Dich de os manera el objeriv ex sre co alata a ae cent de vecep i dev amplio eco gogo yoiinte menos conoci dns deen iver cone, ities, umes fa posi le sconce baci ts resigns aque es renemorasy pe com wa Haagen anise agus de sexablecee el equliio eb Tora Io ie se de was pias mg sins cs en ulin hieoy materi otic, y co escasb marl deco tmbidn se cece por a coe id ao teloite,bbavoscstdern, Dea pn le vita tong se pales sca al Ordviico Medi + Com datas tenet en cues, seater ve al fn de an des es de ores Hercinians, qe do luge a aparcin de algunos pgs sb ‘estes. epi sentomientn cde mest nai de rcs grata (patos). EL pluén de al yl pn de Salave merece clase por st ipo ‘inci teperurion Eis sinanienos present cascterice difeecias se marci In ween de ua won con eae de materi prima EL pte Boal sun gona etendencin aki evan un tej flonan san plac de Slave ecractetiza po et una gabon © gab= bred cla ce ny altera * La rangi com element deste ies monica rite mics sec desl y valoda nono apared de este eo, wa VARIA COARISA Maps googie y cote eon de Cay temo, Et planet fa pte dl taba “Medi, ‘cident asain y fe eaboeda poe Jo ade La fuente de aprovisionamiento de granito y micro- _granito se localiza en el entorno del actual concejo de Boal’, circunstancia que nos remite a imporcantes, cesfuerzos para la captacién de la referida materia prima’ bia el pbs fc del Historia de la investigaci6n Desde 1876 se vienen realizando trabajos intermi- tentes en el Castto de Coaita, Fue José Marfa Flérez y Gonzdlez quien en el siglo XIX comenz6 los trabajos de excavacién, dando una cumplida informacién en su “Memoria relativa a las excavaciones de El Castelln, en el concejo de Coaiia (Astutias)” La Memoria se divide en dos apartados firmados en fechas distintas dentro del afio 1878: En el primer apartado cuestiona Ia existencia de un castillo ~seytin la cradicidn— en el lugar del castro y valora Ia antigiiedad de las ruinas a través de compara- clones arquitect6nicas. El segundo apartado es el infor- * Bled lo eotcimienes yas prmgeicns npetuns deca Slave ci ct se spvsonaiena de mets prima geunitic,Avagse laces al Plt ce San rng des ast, pute ete mie i las muesteas pce de Crest er enenancn co i ainsi del Place Bly mo com as de Sa, Lo leet deiides ecient ta leer leptin eel mtr analindde Cndo, mientras que el Plain de Slave enn gab, " Oervamos un may prefs ps mization fk NS, 1 Kade hiya espesor que viene 0.25 ym, FLCASTRO DE COANA ws xpi se each oe rar de est manera as te we incicinyesropala al bes de ei To tnt a me sometido a la Comisién Provincial de Monumentos Histéricos y Artisticos de los teabajos de excavacién. Teniendo en cuenta que la excavacién se tealiz6 a principios del dltimo cuarto del siglo XIX, es un infor- ‘me escrupuloso en el que se aprecian importantes cono En estos trabajos hemos procurado, no sélo copiar fielmente cuantos objetos hallados pudiesen contribu esclarecer este asunto, sino que nos hemos propuesto fijar la posicién y sitio que ocupaban los mismos, cie- cunstancia, a nuestro entender, importantisima en tales nvestigaciones En el informe, el excavador va explicando las cacac- ceristicas de cada cabafia excavada y los objeros que en ellas fueron encontrados. No obstante, a nuestro juicio, Jos datos més importantes que se reflejan en la Memoria, son los concernientes a la observacién del cerrena y los references a lo que hoy algunos arqueslogos denominan arqueologia “off side” Asf, en este punto, se pueden entresacar importantes observaciones: “Estos guijacros debieron de ser transportados del fo Nawvia, distante dos kilmetros, pues en el riachuelo de Sartiou no se encuentra ninguno” “Una especie de pilar de basto geanito... Es de una sola pieza y no se concibe facilmente ni con qué obje~ to puido ser transportado a aquella altura, tanto por el enorme peso que representa, cuanto que hasta Boal, que disca unas tres leguas, no se halla en el pafs cal especie de granito, que difiere considerablemente del que en Navia se extrae, de grano mucho mas grueso, y que se descompone con bastante facilidad a la Posteriormente hemos hallado masas aisladas del mismo granito en el arroyo de Abarcunha, distance ‘media legua del Cascellén’ Como apéndice a la Memoria, Flérez inserta un apar: tado de planos y dibujos. Dentro de este contexto, esl: ta inceresance 1 represent topografia sencilla, que nos oftece una visi6n general de todo el yacimiento En 1940 publican G* y Bellido y Usfa Riu sus pri- meras notas sobre el Castro de Coa. Bn junio del afio 1940 escriben conjuntamente “Avance a las excavacio- res de El Castella de Coat’ Un més después, en Investigacion y Progreso, G y Bellido publicaré un pequeiio resumen del original antes citado. POBLADO DE COARA tasrvaiass Dieibucén y agonal pba de Cosi celica por Gas y li En la introduceién, los autores hacen referencia a las excavaciones anteriores y recogen Ia documentacién existente en la que se hace referencia y se cita el Castro de Coafia. ‘Tras una serie de consideraciones generales sobee el emplazamiento de los castros, producto de sus investi gaciones y excursiones por la zona, se centran en la situaci6n y descripcién del Castro de Coatia. En esta explicaci6n, diseccionan los materiales empleados, la técnica consteuctiva, la planta de las edificaciones, los alzados y Jos tipos de cubiertas. Los elementos de la cultura erial los distribuyen lazgos de caricter indigena, hallazgos cersmnicos lazgos de origen exético. Entre los hallazgos de carécter indigena, incluyen molines de pieda, redon- dos, de dos piezas, comparindolos con los que se ‘VARIA COARESA 940 encuentran en yacimientos ibéricos y celeas: “iguales a Ios hallados en toda la Peninsula tanto en yacimientos ibéricos como celtas y, como era de suponer, también en el resto de los casttos reconocidos en la regiGn del Navia", Ademés, asocian a este apartado grandes pie- dras con una 0 varias cazoletas a las que asignan una fancién concreta, “creemos se trata de piedras destina- das a molet 0 mayar E el apartado cermico establecen una clasificacién. glo a cinco tipos: Cerdmica a mano de color ocre amarillento claro, nal cocida, de ficilfraccura, con un espesor en torno a los 15 mm. Estos restos los asimilan a dnforas de tipo romano, -Cerimica hecha a mano, de colores que yan del siena al rojizo, con espesores que varfan de 6 a 12 mm. Presentan una pitina negra debida a la acciéa del Pat formes se Batis Ets peas foci pate de a “ar” del tmaicoees cn naa sand BL hallagn de este elemento, profwramen “cna, lana aac de os ivereigadoves spans y tambien de ou, cmp Emile Cares al que pectenece esa rptesenicecin de It si fuego. Dencro de este grupo aparecen algunos frag- mentos decorados (con lineas simples, dobles y a veces triples, cruzadas, resultando una red de rombos). Los cuellos de las vasijas se encuentran en general vueltos hacia -Fragmentos de pequefio tamaiio de color rojo ladri- lo, de pasta a veces muy basta, sin decoracién y de espe- sores muy variables. No se aprecia la forma ni el tama- fo de las vasijas a las que pudieron pertenecer. -Cordimica a torn soji decorada con zonas de lit rumente incisas, unas més gruesas y separadas y otras mis finas y prGximas; cruzéndose con ellas en sngulo aparecen otras Ifneas oblicuas (bruftidas). fina, de 5 mm. de espesor, as horizontales paralelas,lige- -Cerémica de mamelones. Es de tonalidad rojiza poco intensa, Los mamelones estén como pegados 0 sobrepuestos y se presentan situados en los vértices de tridngulos dibujados por dobles Lineas incisas. Entre los objetos exsticos (0 ajenos al ger), desta- can la escasen de esta clase de testimonios; los autores deducen de ello un contacto muy ligeto con el exterior Hacen resefia de cerémica sigillata (un fragmento lleva Ja marca IUCUNDI, alfarero de la Graufesenque), citan el ballazgo de una moneda de Quincilio (270-271) y se refieren la localizacin de un fragmento de un vaso de Vidrio policeomo realizado con técnica “mille fiori Garcia y Bellido y Urfa Riu adscriben el poblado a la Cultura Galaico-Portuguesa, de indudable abolengo céltico. Valoranda los hallazgos exéticos, antes mencio- rnados, apuntan: “no hay duda que puede desprenderse sin esfuerzo que el poblado del Castellén vivia en el ASTRO DE COANA us siglo I después de Cristo. No sabemos codavia cuando dejé de estar habitado, La monedita de cobre de Quintilio hallada en el interior de una de las chozas no cs atin bastante para sacar conclusiones, pues a mas de set un hallazgo tinico, su estrato, estando removido el interior de 1a cabafa, no lo conocemos, tanto menos cuanto que de ella misma salié el crocito de “mille fori”, todo entee lajas revueltas ‘También en 1940, G* y Bellido publica en Archivo Espatiol de Arqueologia, “El Castro de Coafa (Asturias) y algunas notas sobre el posible orien de esta cultura”. Sin cuda alguna, es el mismo trabajo que publicé con juncamente con Uria Riu en la Revista de la Universidad de Oviedo, si bien el articulo recoge una serie de ampli ciones y matizaciones que pasamos a resefar Cuando describe el complejo constructivo del sureste del poblado, se refiere a él denominandolo: “cémara pro- bablemente funeraria muy semejante a la descubierta en| 1930 en el castro portugués de Briteiros” y las relaciona y emparenta con las estelas oicomorfas, conocidas en cier- «as zonas célticas de Europa (Burgos, Regién del Mosela, Norte de Italia, ete.) y Asia Menor (Galatia). En el capitulo de hallazgos, cuando describe las piedras con una o varias cazoletas, las pone en con xién con ia molienda de algin producto mineral 0 vegetal; decanténdose, apoyado en Estrab6n, por el ‘uso como recipiente destinado a la trituracién de bellotas: “Mis a nosotros nos parece que su destino pudo ser la molienda de Ja bellota, de la cual dice Escrab6n, hablando precisamente de las tribus célcicas de la montafa (I, 3, 7), hacfan su pan después de seca y triturada, Sin embargo, ¢s el apartado en el que se hace men- ci6n a la cronologfa donde se recogen las precisiones mas ineeresantes, Después de una discusién en la que los principales argumentos de filiscién cultural y cronol6- igica son los tipos de plantas de las cabafias de los castros, Hega a la conclusién de que “el fondo racial de los habi- rantes de los casteos no es celta, pero si pudo recibir parte de su cultura y también de su sangre cuando la jnvasién celea eardia legé al rincén del NO de la Penfnsula portadora de una serie de adquisiciones cul curales adelantadas que modificaron y mejoraron el esca- so y pobre patrimonio cultural arcaizante de aquellos pueblos aborigenes pre-célticos que habitaban desde muchos siglos atris en el pais Después de encuadrar y asigaarle un aspecto céltico indiscutible a esta cultura, cronolégicamente la sieda “en as manifestaciones célticas que hacia los siglos III a 1 M6 VARIA COARIESA FL CASTRO DE COANA ur 71 EL CASTRO DE COANA =|, RECONSTRUCCION IDEAL DEL BARRIO EXTRAMUROS Seqiin A. Garcia Beli, 1942 ances dle Cristo y los dos posteriores se presentan en el testo no ibérico de la Peninsula” Para et Castro de Coafia, el autor, al no poseer ele- -mentos materiales claros con los que sentat la base de tuna cronologia anterior al cambio de Era, introduce e incenca manejar argumentos constructivos y de posicién en el plano del poblado *... pero en general puede decir- se que todas las cabafas excavadas son de época tardia, ya que fueron edificadas fuera de los mutos". Asi pues, hos hace suponer que el interior de la actépolis, desco. nocidlo, es mis antiguo y el sector excavado, extramuros, corresponde a momentos tardios,“.. ns testimonia que cuando las paredes de la gran vivienda cercana a la torte defensiva se desplomaron, por la causa que fuera (guerra, incendia casual), no habrian transcurtide muchos aiios después del reinado de Tiberio (muerto en el 37 después de J.C). Bsta cs la Gnica referencia cronolégica obtenida estratigeéficamente, Como se ve, coincide también por ahora con el hecho de que salvo Ia monedita de Quintilio (fines del siglo ID), eodos los hallazgos nos conducen al siglo I, todo lo mas al II, después de Cristo y no antes” Fn 1941 Juan Usia Riu publica, sin an soporte gei- fico preciso, “Pragmentos de cerdmica excisa en el Castellén de Coafia”. El autor, probablemente mediatizado por la reciente publicacién (1940) de M, Almagro “La cer mica excisa de la primera Edad det Hierro", intenta, mediante la publicacién de estas cerimicas, justificar una cronologia antigua y una filiaciéa con creta para El Castro: “nos parece se debe descartar ia posibilidad de que estos fragmentos respondan a un elemento Llegado a Asturias en la época de la prime. +a invasi6n céltica... Nos inclinamos més bien a con- siderar estos hallazgos de cerémica excisa como perte- necientes a la cultura céltica, en la que perduraria aquella técnica, bien por haber sido nuevamence importada por los invasores de comienzos del siglo VI 4, C. 0 porque al contacto con los descendlientes de los que penceraron hacia el afio 800, habra sido aquella técnica renovada”, Garcia y Bellido publica en 1942 “EL castro de Coaiia (Asturias). Nuevas aportaciones". Bl articulo «s una recopilacién y puesta al dia de los conocimientos sobre el yacimiento, con algunas modificaciones y afia- didos de los trabajos anteriores. El auror se reafitma respecto a la cronologia del poblado e incluso apunta que factores ancrépicos modi- ficaron el proceso de sedimentacién natural en la acré. polis, haciendo desaparecer codo resto de estructura pétrea, “creo que el poblado antiguo, anterromano, fue el que estarvo en la meseta casi plana y bien defendi- da naturalmente, que hemos dado en lamar aer6polis. Bate poblado, sin duct con easerio idéntico al del drea excavada, ha desaparecido integramente, pues la dicha -meseta fe terreno de cultivo desde tiempos muy atris”, A la par, sitia cronolégicamence los dos espacios cons. tatados del poblada, argumentando que los factotes que dleseneadenacon la ocupacion extramuros son producto lel binomio paz-presién demogrifica, "..pacificada la regién cintabro-astur, y habiendo erecido la poblacién por causa de esea paz, hubo necesidad de ampliar la ciu- dad y fue entonees cuando se vino a formar lentamente este barrio extramuros,.. Como lis circunstancias ya habfan cambiado totalmente y la vida era seguia gracias 4 [a autoridad tomana, el barrio recin nacido al pie de |a acrépolis no necesit6 ya defensas muricas ni forcifica- ciones militares” En el apartado donde se acupa de las “piedras con cazoletas", apreciamos un giro conceptual importance En este punto, el auror, aparcando los argumentos de carécter econdmico, pasa a relacionarlas con un riewal funerario y ast queda reflejado cuando escribe “Hoy ‘me parece mis verosimil, dentro siempre de lo hipo- Kético, que estos recipientes geaniticos, con una, dos 0 mds cazoletas u hoyes, eran probablemente urnas cine- ‘arias sencillas 0 méltiples, que se enterraban bajo el piso de la habitacién 0 quizé también se utilizaban como una mesa a modo de altar si sobresalfan de él. En las cazoletas se debfan colocar los restos incinerados del ser familiar; luego se debfan eapar con lajas de pizarra provistas quizé de tantos agujeros como hoyos”. Garcia y Bellido introduce como novedad un intento de reconstruccién grifica del aspecto y la vida del bartio extramuros del poblado’. Para esta reconstruccién o ana- Pardstasis, como él la denomina, utiliza datos arqueol6- ssic0s, pero, sobre codo, se apoya en comparaciones etno- srificas. Sus ” de la montaa galaico-astut-leonesa, ‘También, basindose en criterios idénticos a los enume- rados en el pairtafo anterior, calcula el ntimero de habit tes del castro en el momento de maxima ocupacién, “Es EL.CASTRO DE COANA M9 CASTRO DE COANA (ASTURIAS) PLANTA GENERAL @® TOARE RECTANGULAR, @® PUERTAESTE © RECINTO SACRO ® AcrOPOLIS © PUERTA DE ACCESO Plantes publica po Jon 1969. interesante caleulas el ntimeso de habitantes que el Castro cde Conia pudo tener en su momento de apogeo. Juzgando por el nimero de habitantes y caleulando, como témino medio, una familia de seis individuos para cada una, el barrio extramuros debi6 de albergar unos 450 6 500 indi- viduos. Como la acr6polis es de una extensidn tres veces mayor que la del barrio extramuros, suponiendo que cuvo un caserfo igualmente denso que el excavado a sus pies nos da poco mis © menos una pobiacién de 1.300 a 1.500 individuos que sumados a los 450 del barci ta un conjunto de unas 1.600 a 2,000 almas" extecior resul- Francisco Jordé divalga en 1969 El Castro en una pequesia guia. La dispone en cuatro grandes aparcados: inttoduceién, descripeién del castro, objetos encontra dos y los habirantes del castro a la inceoduccién Jord sittia geogrificamente El Castto, a la vez que apunta las transformaciones debidas al proceso de sedimentacién que sufri6 la ria de Navia. Su intencién es argumentar que el punto de cruce que hoy esté situado en Navia “se enconeraba en tiempos antiguos a la aleura de Porto (de portus = puerto)’ ‘Apunta que el origen latino ce Porto, la proximidad del Caserill6n, junto con la presencia del castro de Armental cn la orilla derecha del Navia, indican un vado 0 vadera y ua conerol del Navia en la parte media de su rfa, Como ‘onclusién a este apartado, Jord hace un breve repaso bibliogréfico de las investigaciones sobre el yacimiento. Tia desctipcién del Castro Ia estructura en tres secto- es esenciales: la acrépolis 0 fortaleza de la parte alta, los tnicleas utbanos y el recinto sacro. ‘A modo de prediccién y como justificacién de una imagen, Jordé aduce las grandes obras defensivas del Castro como una consecuencia légica de la expedicién de Bruto el Galaico (139 a. C.)y de las guermas de Augusto 150 VARIA COARESA PARTE PRIMITIVA 1. Comoro absidal 2. Piscina semioval. 3. Bonco, 4. Conales. 5. Restos de enlosado. PARTE RECIENTE 1. Antecémara, /- Cémara con falso béveda. Salido o la piscina. ‘Muro de sostén. 10. Piscina de granito (Despla- zada de su posicién original) |. Canal conductor del agua a la piscina, El recinto sacro. Plats dl “ein sc “lat” plc en Lp Joh rr EL CASTRO PECOANA 151 canera yalaicos, aseures y edncabros (30-19 a. C), dando por ental ol carieter pretromano del Casto, ‘Tras un andlisis de los elementos defensivos y de habitacién, Jordé se deviene en la descripeién del recin= to siete “el conjunto habia sido excavado en parte, pero ce ve completado con el descubrimiento del “horno”, Gesconocido hasta nuestros Gltimes trabajos, ha queda- do completo y semejante en cada una de sus partes a los forras monumentos conocids del mismo tipo (Briteiros, ‘Angas Suntas, Pendia, etc.). Con respecto all de Conia hemos de afiadir que presenta unas diferencias que ficil- iente se observan, se trata de que en Coafia el “horno” sti separado de la pequefia cimara y de la piscina, mientras que en Briteiros y Augas Santas los tres ele- ‘mentos forman una sola estructura”, ‘Como explicacién de la funcidn de estas construccio- nes, Jordé, apoysndose en los hallazgos de 132 jarticas votivas en Santa Marita de Augas Sancas, los relaciona con un culto a las aguas. Los canales para la circulacién del agua, la piscina, el horno, la c&imara y las jarcitas votivas serian los elementos litiirgicos de ese culto, El apartado en el que refiere los objetos encontrados lo divide en: piedras con hoyos, molinos, cerémica, monedas y ottos hallazgos. Jordé considera que las “piedras con hoyos” son atas oaltares domésticos y sus cavidades las compara con las “cazoletas" de ciertas insculturas de Galicia. “En Cosa, dada la existencia de un culto alas aguas, segtin dejamos dicho, es posible que estos hoyos se Henasen con aguas lustrales para alin culto doméstico” Jordé recuerda que la cerimica no es muy abundan- te, en parte por la presumible utilizacién de recipientes de madera, y que las raices de estos modelos de la Scyunda Edad del Hierro los tenemos que buscar en la Primera Edad del Hieero, coneretamente dentto de la etapa Hallstatt D 7. Alude también a la presencia de “terra sigillata” de los siglos Ty Id. C. En la subdivisién dedicada a las monedas, hace men- cin a un denario de plata de época de César y al abun- dante numerario de época de Augusto, con dos denacios| y varios bronces; sin dejar en el olvido un bronce de Tiberio (cufado en Bilbilis) y un gran broace de Claudio. Por éiltimo, hace referencia a una moneda de Quintilio 270-271 d.C). Como colofén a la Guia, Jordé introduce un “estado de Ja cuestiGn” sobre los habitantes des Castro, en el que va implicita una teoria general de la celeizaci6n del nor- oeste, que mis tarde desarrollari.. Retomando ahora, sélo parcialmente, su discusién, él parte de tn base de que In euleura material de los abitantes det poblado evidencia influencias eélvieas, pero se plantea una serie de inteztogantes: ccmo se ejercieron éstas?, fueron consecucncia de verdaderas invasiones?. El esquema de la presencia céltica en el notoeste lo organiza de la siguiente manera: Sobre un fondo de poblacién indigena no indoeuro- peo y aeldntico se superpondrian distincas oleadas cen- trocuropeas. Ba los siglos VIII y VII a, C, egarfan ele- ‘mentos proto-indocuropeos que influirfan en la forma- cin del Bronce Final Acléntico. Con posterioridad al siglo VI la zona norte suttifa los efectos de una primera celtizacién, resultando dificil dererminae su intensidad. Una segunda celtizacién comenzaria rate de la expedicién de Bruco (139 a, C.), bien por efecto de emigraciones de alunos de los pue- bios celtas de la Meseta, bien porque después de la con- uista los eomanos establecieron en estos tettitorios gran parte de sus tropas auxiliaes de procedencia céltics No obstante, Jordi se inelina por una celtizaciéa tar fa para todo el noroeste que afectaria principalmente a la lengua La Gufa antes mencionada fue reeditada en 1983. Conservé el mismo esquema, aunque se modificé el for- mato y se incorporaron nuevas foroyrafias, EL contenido apenas sufri6 cambios, si bien Jordé modifica sustancialmente su interpretacién sobre as piedras con cazoletas: “Por mi parte, las supuse como aras 0 piedeas en relacién con algiin rico doméstico, aun~ {que quiza sea mejor suponerles una finalidad econémica relacionada con la mincria del oro, sieviendo pata sepa- rar éste de la ganga de cuarzo al que se presenta wnido”. En al apartado reference al Castrillén de Coatia y sus habieantes, Jordé precisa, atin ms, su teoria sobre la cel- tizacién del noroeste. “Los pueblos que conquistaton los romanos ~galaicos, astures y cdintabros~ pudieron tenet tun Lenguaje en gran parte indocuropeo, pero no tuvie- ron nada en comin con los celtas hasta la legada de los romanos que vinieron durante las guerras de Augusto como mercenarios, formando parte de las “auxiliae” de las legiones. Mis que de una celtizacién debe hablarse de una romano-celtizacién, ya que los elementos célticos debieron de susticuir en gran parte al gran atimero de ascures, cfntabros y galaicos que perecieroo durante la guerra y matanzas posteriores..", En la revista PORTUGALIA (nova serie) escdn publicadas las Actas de Coloquio Inter-Universitario de 52 VARIA COANESA Arqucologéa clo Noroeste, Homenagem a Rui da Serpa Pinto, celebrado en noviembre de 1983 en Oporto, Bnere los articulos publicados esté et del Prof J. L. ‘Maya, "Habitat y cronologta de la Cultura Castrefia en Asturias", del que intentaremos substanciar el apartado referente al castro de Coafa Bl autor, después de hacer una breve referencia a los antiguos trabajos de excavacién en el poblado, pasa a escribir la campaia de 1982, dirigida por el Prof. Jord y de la que él fue subdirector. Los crabajos exhumaron una nueva cabafia, aunque indagaciones.posteriores del Prof. Maya pusieron de ‘manifiesto que esa cabaita habia sido excavada por Garcia y Bellido, si bien, en verdad, no habia sido incluida en ningtia plano, El apartado mas elocuente es el que el autor utiliza para establecer las precisiones cronolégicas referentes al Castro; analiza la cultura material del yacimiento y a partir de ella conereta su cronologga, Divide los hallazgos eu imprecisos, aumisméticos, cendimicos y atipicos: Califica de imprecisos un hacha de cobre, elemento mentado por Flérez; un supuesto fragmento de cerémi- ‘a excisa, publicado por Uria Riu; y “un fragmento de borde de una posible dnfora, pintacla en lo consetvado en. dos bandas horizoncales roja y anaranjada, hecha a corno y-con pasta fina y depurada, que corresponde a la tradi- cidn pinica”. A partir de esta filiacién, establece una correlacién de la pieza con producciones piinicas de Conimbriga, Santa Olaia y Tavarede, Indudablemente, sea formula le lleva a fijar cronologias anteriores al siglo Via.C. A partir de este antecedente, JL. Maya hace hi capié en Ta antigitedad de la fundacién de Coaia, poniendo en relaci6n la posiciGn estratégica del Castro y a exiscencia de explotaciones auriferas en cl Cabrucal, que, por su escast rentabitidad, las supone explotadas por los indigenas, En el apartado sobre numismética, alude a una moneda de Catisio (27-23 a.C.), un as de bronce de Tiberio, une moneda de Quintili, un denario de C y 1 César, un sestercio de Claudio, un denario de M. Acilio Glabrio del 54a, C. y tres monedas de Augusto. En el seno del andlisis cecémico, se valoran especial~ ‘mente las producciones finas. Se resefia una Drag. 29) silica, del taller de IUCUNDUS (54-68 4. C.); ana Diag. 29 hispénica, con metopas incluyendo péjaros (50-70 d. C.); una Rice. 9 ysalica (pre-flavia); une base cestampillada con TULLUS (Net6n-Trajano). Por regla general, abundan fragmentos de producciones hispat ‘eas representadas por Drag, 29, 30 y 37 (de borde almendrado y normal) y Ritt. 8, La cerimica de paredes finas (cuya cronologia se inicia a mediados det s. Id. C.) junto a los platos de barniz rojo pompeyano también estin presentes en este apartado. Por iltimo, J. L. Maya alude a piezas que define como “piezas que se apartan del dmbito de fechacién general”. A la mentada moneda de Quintilio, suma un cnenco de sigillata gis paleocristiana (con una fecha del 8. Wd. C0 posterior) y un fragmenco de cerdmica gris de aspecto altomedieval. La adicién de los apartados anceriores inevitable- mente lleva a las siguientes conclusiones: “la cronologia de Coafa, en espera de otros hallazgos més precisos, se podria retrotraer a los siglos VI-V a, C. Los siglos Hy I a. C. estarian representados por algunas de las cerémicas casteefas, diversas fibulas y construcciones antiguas que fueron modificadas més carde”. “EL siglo 1 d. C. y las primeras décadas del siglo II serian los mejor representados y de los que més infor- rmacién se tiene”. “Bn cuanto los sigios I (avanzado), Il y IV d, C. sevian un hiato hasta la presencia de la sigillata geis y la posible cerimica altomedieval y sugeriun algiin tipo de uso subsidiario y eardio del casero” Un esboxo, encontrado entre los papeles de Antonio Garcia y Bellido, de lo que presumiblemente iba a ser tun trabajo mas amplio fue publicado en A.E.A, en 1984 En esta pequefia nora se hace mencién a una hoja de pufal cardoromano procedente de Coatia: “La pieza, le hietro muy oxidado, aparecié sin ambiente arqueoldgi- o en los escombros de la muralla oriental del referido casteo aseuriana” Cinco investigadores fueron los que se ocuparon, hasta nuestra egada, de los temas relacionados con el castro de Coata Los trabajos de Flérez en el siglo XIX, a nuestro entender, muestran una concepcidn arqueolégica muy avanzada para su época; a pesar de la opinién de Garcfa y Bellido, quien llega a afirmar en uno de sus trabajos sobre Coafia que: “las casas o chozas del barrio extramu- 40s, antes de nuestras excavaciones habfan sido repetida- mente excevadas por los buscadores de eesoros. Estas rebuscas deben datar de tiempos inmemoriales, Por ellas CASTELON DE COANA bow rx = a anon PURE FH, es Ii ‘VARIA COANESA squediaron al descubierto parte de las paredes de las por lo que ya desde 1818 aparecen las ruinas de Coana citadas de vez en cuando por los eruditos locales. En 1877 se hicieron unas excavaciones pot Flérez, qutien se limie6 a repetir los procedimientos de sus antecesores menos ilustrados”, Estas afirmaciones nos parecen excesivas y fuera de Lazar por cuanto que Florez, haciendo alarde de una capa dad de observacin que por desgracia pocas veces se rep rey no solamente describe los materiales sino que se ince- tesa por las zonas ce captacién ce maceria peima y realiza tuna prospeccisn del encomo del astro, apuntando datos, significativos sobre el sistema econémico del poblado. Por otra part; las habilidades eéenicas de Flotez que- dan de manifiesto en cuanto que su forma de represen- tacidn de la topografia de conjunco del castro de Coatia no cs superada hasta la publicacién de la topografia de Coatia por F Jordi Gareja y Bellido y Uria Riu excavan juntos el yaci- micnto pero no sabemos si los motivos que los impulsan son los mismos, por qué se excava el castro de Coafa recién terminada la Guerea Civil?, zqué se pretende con los resultados de la investigacién arqueolégica’, zpor qué se absandona la excavacién?, Todas estas preguntas quedan un poco en el aire, peto todos sabemos que la arqueologia tiene innumera- bles connotaciones de orden politico; basta recordar, centre otras, las obras de Gustaf Kessinna, los trabajos de determinados arquedloges en busca de la identidad nacional para un determinado pueblo, la juseficacidn de conguistas militares a partir de crabajos arqueolégicas 0 los derechos con una base hist6rico-arqueolégica que argtifan los italianos para conquistar Malta, etc La época en que se excava Coafia, los objetivos apete- Cidos y el ripido abandono de los trabajos nos hace pen- sar que Ins excavaciones de los afios 40 en Coatia tienen un claro matiz politic. La excavacién de Coafta y el afin por demostrar el caticter céltico del poblado se cortesponde evidente- mente con la cortiente de investigacin de la época, cuyo trasfondo esta inmerso en las citcunstancias politi ‘as de Espa en esos momentos. En el mismo sentido de lo expresado, no tenemos que dejar de lado que Alemania en esos momentos eta una porencia hegemé- nica y que en los aftos 1940 y 1941 los ejércitos alema- res conquistanin gran parte de Europa. En otro orden de cosas, creemos que Gate‘a y Bellido y Uria fueron los primeros en darse cuenta de las carac= teristicas del poblado, wn tanto anémalas pars la con- cepciéa de la Cultura Castrefia de aquella época Albergaban Ja idea de encontrar los niveles prettomanos en la act6polis: "De la act6polis nada se ha podido exca- var todavia, habiéndola dejado de intento como pricipal objetivo de la proxima campafia". ;Por qué, si era tan imporcante la excavacidn de la ace6plis para la clatifica- .i6n cronolégica, no se excavé? Hoy sabemos, gracias a las investigaciones de J. L. Maya, que al menos parte de la “acropolis” fue excavada y no se publicé ninguna documentacién geifica ni escri ta: “AI parecer, las campafias de Garefa y Bellido en Goafia no se limitaron a 1940-1942, esto es, las conoci- ‘das por las publicaciones, sino que probablemente pro- siguieron durante 1943, aunque nunca llegaron a publi- «arse. Tales excavaciones debieron afectar a las viviendas del Barrio Norte que hoy vemos al descubiereo, pero no consta en la descripcién de los primetos afios, au sobre todo, alcanzaron a la “aerépolis” A modo de justficacién, creemos que esta documen- ‘acién no se publicé debido a un sentimiento de deséni- mo, impotencia ¢ incomprensién ante el andlisis de la cultura material que el interior de la “acrépolis” iba deparando; incluso ya habjan efectuado algin sondeo anterior con resultados poco alentadores: “En las catas que se hicieron sali6 un trocito de cerrasigillata”. Bn 1942 Garcia y Bellido ya tenfa perfectamence claro que el estudio de la aer6polis iba a plantear muchos pro- blemas y que seria imposible sostenee la presién demogré- fica como factor con el que poder arbitrar ceonologis dis- tlntas en los distintos sectores del poblado y no sabemos si «por claridad 0 confusién cuando publica: “Respecto a la fecha de estas viviendas me reafirmo en lo que ya parcal- ‘mente expuse; creo que el poblado antiguo, ancerromano, fuze el que estuvo en la meseta casi plana y bien defendida fnaturalmente, que hemos dado en Hamar acr6polis. Este poblaclo, sin ducla con caserfo idéntico al del dea excava- ‘la, ha desaparecido fnceggramente, pues la terreno de cultivo desde tiempos muy aetés". Entre 1959 y 1961 Jord excava en el poblado, ampliando hacia el Oeste lo ya excavado. En estos afios "Oru cnunstancia cs ques devia de I eee, essen asprin ie Gary Bel clas, Se crt dee je rei publi, ‘al ve uy seta pr Ia uz de eas anedos en argon apts, L taj, ateian + eestiones tana enins em dics (6 oo be de incall vax ELLCASTRO DE COANA bs se realizan, sobre todo, trabajos de consolidaciéa, que- dando el yacimiento cal como hey lo conocemos. “Asimismo, en esas fechas se dota al yacimento de un sis tema de guarderia Jordé insiste en las influencias célticas pero con una peculistidad: que esa celtizacién comenz6 con ta inva sién romana de estos cerritorios: "bien por efecto de emigraciones de algunos pueblos celtas de la Meseta, bien porque después de la conquista los romanos esta: blecieton en estos certitorios a gran parte de sus tropas auxiliares de procedencia céleica’ En 1982 J.L. Maya, durante un Curso Prictico de Arqueologia Protohist6rica dirigido ps cen el interior de la AcrOpolis. Por desgra habia sido excavado por Garcia y Bellido. el lugar ya A nuestra Ile a, el Casteo, su entorno y otras cie- an en consonancia con el prestizio que el yacimiento tenia y que tiene en nuestea sociedad. El easerfo en un equilibrio inestable se encontraba sus- pendido sobre un rapiz de hierba, perfectamente rasue rado?. Toneladas y coneladas de escombros, producto de las sucesivas excavaciones, modificaban la copografia nel asentamiento, Una planta cién de pino distorsionabs, imagen del y desde el Casteo. El acceso y la recepcién paca los visitantes no rcunian las minimas condiciones del castro y const aunque resguardaba, la de comodidad Como condimento affadido, el calor producido por la propagaci6a de la supuesta noticia de una intervencién arqueolégica en tun incendio de laderas del yacimiento cerminé en andes magnitudes. Una ripida inter 1 extinguié el fuego y la madera dafiada terminé donde estaba sentenciado que tenia que terminar, La configuracién que actualmente peesenta el yaci miento es producto de actuaciones programadas y de accidentes progeamados Tal como apuncsbamos, una mancha de pinos rodeaba toda la adera norte, Un acci- dente progeamado redujo a cenizas la pequeia mancha bboscosa y a punto eseuvo de ocasionar dafios mayores. A instancias nuestras, la Consejeria de Agricultura reali tin peritaje con el fin de determinar el estado en el que habfa quedado el monte, El cictamen fue el siguience: apne de marist, con cet eed del barr datz lon eluran telcos pers “umsa es adetis del Cc depts {kt ocendio ta cal els sets ees ee po de este momento, nuestro trabajo consistié en sar” y recuperar el cesped en toda la ladera norte. El era- bajo results arduo, maxime cuando se trata de trabajos fen ladera y con poca capa hiimica, ya que fue necesario regenerar el terreno a base de cal y fertilizances. Aniilisis y excavaciones recientes BI Castro ocupa en territorio de la parroquia de Villacondide et espacio de una pequefia colina que le confiere cierta posicién dominance sobre el entorna inmediato. EL Castro est dotado de un importante aparato defensivo en el que se combinan la defensa natural y la proteccién por medio de distineos trabajos de fortifica- cidn, La posicién topogrifica unida al cauce del arroyo. Xarriou, que discurre por la ladera norte del poblado y funcioné como foso natural, configuran la base naeural sobre la que se porencié el aparato defensivo, Una plataforma artificial sobre la que se levanta ta mitad norte del poblado modificé la pendiente original y elevs el terreno entre dos y cuatro metros. Estos tra- bajos, unidos a los aterrazamiencos que se conservan en el sector este, confieren al easteo una posici6n descollan- te sobre los flancos norte y este aludides Los costados oeste y sur, vulnerables, tienen un tri La presencia de larvas de Pissodes notatus..."A partir tamiento especial. Al menos un foso excavado en la roca, La igen iia ue ese cu rea, No chstans, 38 imagen cond, aia lab tp pw lo ue cesguiercamb sera eam parse yc, Hy a, exist cies de seri, dis 1 Con 0 VARIA COANSA In epoytafi ceal lel yasimien combinado con una muralla imponente, fueron supues- tamente utilizados como elementos distasorios. Con independencia de los comentarios vertidos con antelacién, la descripcién y valoracién del espacio que ‘ocupa el castro puede incurrir en distintas versiones": Cabrfa pensar, eal como apunts Garcia y Bellido, en un asentamiento antiguo, sobre la colina, que debido a la presiGn demogeifica se expandié pot la ladera noreste, ‘También resulta legitimo avencurae la definicién de dlos recintos coeténeos destinados a funciones distintas; asi, a “act6polis", convenientemente fortificada, se uti lizaria como lugar de aprisco de ganado y como posible reducto para épocas de conflicto o crisis Por otra parte, como supuesto, también seria facti- ble un desmantelamiento de las consteucciones primi- xenias del poblado que, levantadas con materiales perecederos, habrian ocupado el interior de la acr6po- La impos usenet pve de oases erro " Sieldominie de Fendi dees spo vo cmb inputs bares stereo Geta la "= Dissinuas circonstancn alte culkanes prop victeta ane pays abr con Ua Carp Ter confer as co dee de a tress deacon od a excombve qe, i vex eliinas a weet, pei irmen del Cate. vnfiguacin de lo yblados, 8 gu por Higuindel pie ub rv. ln rposcida de determines grins ue hsiranneesaia a ube so denna pars ua tafermasn lees del pie iano de alguns cto lime ep nent deserminido lo que Herbs amin de se na invest seguir et ear de "Pg 1s que Fe sometid el yacimien a nue te psn ace Ls rm de a detec, na er teil ect, ame lis. El espacio, cal como se puede ver en la actualidad, habria quedado rodeado por la muralla, y un poblado, con una concepcién distinta al anterior, condicionado, por la adopcién de un sistema econémico diference que determinaria, por ende, un tipo de construeciones dis- tintas!’, habrfa colonizaclo las laderas de la colina, Todos estos supuestos, a falta de las verdades esteati- gnificas que correlacionen los acontecimientos, pueden, set considerados y tenidos en cuenta La realidad arqueolégica que se desprende de los resul- tados de nuestras investigaciones en el yacimiento no aporcan nuevas hipétesis, no obstante, pueden, con aportes venideros,iluminar los rasgos 0 caracteristicas del enclave Partiendo de la incuicién, hoy probablemente equivor cada, que rontoneaba en nuestra cabeza y que presuponia que la excavacién en el castro de Conta resolveria algunos de los problemas de Ia cultura eastrefia, acometimos un intento de excavaci6n y adecentamiento del yacimiento! hl de un aerperaincavenictemente sal vin de ton grporen jc sama palo lcs traslormacione pebble he tuspichuo pore! Mine, Vil star comb fe mens en mi, bocoet. No obaante, conti sce al, etn 4 maf logo polos aimed el asta sion Fo resumen, Bl Princip asumis como propio el Page Arcuri de ln Cura el Navin y Bl Ministeti inv us dio y demesne sat La Camps To, A pare den bislleat ye dacanelmieo de le Adenia De maciets, De saci les vee oni, ‘Autoninca sobre hs pecalatdade circa asian conserva dl yt Be ELCASTRO DE.COANA 137 Tal como apuntibamos anteriormente, el Castro ‘estaba rodeado por escombreras, producto de sucesivas cexcavaciones. Esta circunstancia motivé la nevesidad de recuperat los perfiles naturales y propios de un yaci- siento que habia tenido su punco de inflexi6n, en cuan- toa la definicién de obras infraestructurales y de man- tenimiento, en el siglo Il d, C. Ast, nos propusimos recuperar la topografia especifica de una estacién arquicolégica sometida a los procesos de deteriora y de colapso natural, propios de su condicién. Con la inestimable ayuda del Ayuntamiento de Coafia, que puso a nuestra disposicién muchos de los ‘medios técnicos empleados, fuimos retirando dle mane- 1a controlada codas las escombreras hasta dejar libre el yacimiento de ta carga residual de Las distintas excava- Ciones arqueoldgicas. Atin hoy quedan restos de ellas en el sector oeste; las dificultades orogeéficas y el final de nuestra presencia en Coafa impidieron coneluir la rarea comenzada. El hueco de una pequefia cancera, abierta en el sector noreste del Castro con el objeto de extraer firme para la carretera que une la costa con Grandas de Salime, fue sellado con una parte de tas escombreras y asf se regularizé y recupers la ladera deteriorada Restadas las rafces de los deboles calcinados por el incendio referido y recuperada la copografia de la pen- diente, se procedié a la regeneracién de la misma, La recuperacién del suelo, mediante el abonado pertinente y la siembra, result6 lenta y se dilaré en el tiempo. El resultado es la imagen espléndida que hoy tenemos desde distintos puntos del entorno. I programa de excavaciones y sondeos realizados por nosotros son producto de las técnicas y metodolo- ia imperante en la época y asumieron las preguntas derivadas de una investigacién emergente y las nece- sidades de un proyecto de consolidacién integral del yacimiento. Los presupuestos de partida, conveniente- mente ordenados, se pueden cifrar de la siguiente manera! -Definicisn del siscema de forcificacién del Caste. -Evaluaci6n arqueolégica del area conocida como “acrépolis” -Relacién estratigrafica entre la dinica construccién ceseable del interior de la “acrépolis” y la muralla que delimica ese mismo espacio. -Excavaci6n de la ladera sueste, menos pronunciada «que otras, con el objeto de recuperar parte del caser‘o no excavado. -Valoracién del espacio conocido como “area sacra”. -Excavacidn de los sectores afectados por los trabajos de consolidacién del yacimiento?’, Retiradas las escombreras y valorados los indicios opogeificos, se planteé la posibilidad de la existencia de tun aparato defensive bastante més complejo que el observado hasta ese momento. Distintos sondeos 0 cor- tes estratigeificos, convenientemente localizados en el lugar por donde el acceso al poblado resultaba més fic, sacaron a la luz un gran foso excavado en la roca, La insistencia, unida a la necesidad de buscar un paso cohe- rente y diddctico desde Ia furuea Aula Arqueolégica, se vvio recompensada con el hallazgo del sistema original de acceso al Castro, La férmula para controlar entradas y salidas se ajusta a los patrones “clisicos”. Una calzada, primorosamente ejecutada con técnica “chapacutia’, sit- vi6 de via de ingreso!. Una puerta fortificada, en la que coinciden con un mismo propésito foso, torre y proba- ble ewespo de guatdia,separé en dos ambients al cia- do vial Fl érea conocida como “acrépolis", individualizada del resto del poblado por medio de un cinturén mutado, resultaba una incégnital®, A lo largo de distintas campa- jas fueron ejecutiindose todo un repertorio de sondeos, 1a mayor parte de ellos aparentemente infructuosos. Con. "Al scr de nuestra presencia ene yamine reer segue anes em pists yconcetraciones parcels qu seize ‘an La constrain sl Ale Ascii combi pel de ln pertinent vac sequela, a toati de bv cle acca pola pede sesler de capital iemporeanela yrs vent niet Si ewaidetanos que Ta imagen del bla que extn scaperaedcntspoe un seen lg La tomanzici,e vil reste eect ps ork loa l cre de sto, Bs conv, yl dir jemplon lo sean, ul entereariet eles aomindo ls vs de ts, EAMES, "fun a ctl erin en base ue inteprecancs com iments de a oz, Hl pai a pent y estan dl foi pense ‘nel ula intetcimada csc tel gue cm cplemento defen, Hy di, avin se ee compro ie el ono pemunece so one ‘seg amportante dean date wine Doe pte cela. Lac escavacinns sue epee esta erin de ssc” a actaraan I lai dete exp cn el so del pobad, Sin ener en casi tKacones mec peas se Ins iit de eta elias eet za eats as acesiades que eta de lives sa VARIA COANIESA Sei del ws que, exis pada menos pare vesteylsut ase ty dan ocecl eteeh eet queen il Independencia de haber sido un lugar utilizado como campo de cultivo!”, las exiguas estraigraffas recupera as" no aportaron ninguna luz sobre la uilizaciGn del recinto, La excavacién reseaté una calzada 0 camino en “chapacua” que recorre la “ace6polis” cle este aoeste, una ppequetia alberca o abrevadero en el oeste y los indicios de Jo que puede ser un pozo o aljibe, también en el ote Laconcepcién metodot6pica de la investigacidn se ajuse *6 a la potencia estraigrificainewida. Tal vee sea un extor de partida, no obstante, a nuestro entender la “acrépolis’ ‘queds suticientemente sondeada como para afitmar que, enor de las actuales estratigrafis, no existen indicios de luna ocupacién del lugar como espacio de habitacién, Los escasos metros cuadrados de excavacién realizados cn [a ladera sureste del poblado pusieron de manifiesto due la zona est intacta, que el caserio habia colonizado dicho espacio y que las fueuras investigaciones deberin contemplar la excavacién de este sector con el objeto de buscar estratigrafias que avalen o desmientan la secuen- cia cronolégico-cultural que nosotros establecemes. Sepatado del resto del poblado, en un ambiente ais- lado, se encuentran los restos de Io que alo lang de la historia de la investigacién se interprets como “trea sacra” y hoy es cansiderado como zona de batios, ° Adem decane kv un sett de la "sep svi te pitaems por le nstain d de a an ns En con Guns, a ese de cic dl cacy ei ee es ninco del Cost * La pov eteatgicn ex sediments Tose el exe sort alan scenery prblidad deste aa scene emnebigias ink tine corre tte Tan ts, Lt mat ni 10 plies ei is Kes se lp eae, I coer arguments or elo dev estate, liana ci bolivia ‘Aan dls su del pba Dep le rete oa de bs sane ‘as que dial sempre del Cato cay native ee pa ‘even mane er de a ee pists alto snl eee ce rn env; one de exci ven ete os esi fe scr pal pcan ema men, Aas Ani wail allay eg soli reams pools ce etnias cet tls sina dele lt anal ji on te Lares desi et rat snpes, La exci sc shun de lus eres. sn a pric ateal pla satin eo els tema sees, Ute peta foils, Fao y ape tore cn Ruan ano deen ejemplos mis trees del end eee, Calas, poet y probuble cepa de gsi, Bate conjuna espe 3 un renin cisia de aces =u blac, La ice este el pa fang deb ete cao, se il con un tami seGcil a "chao cubs. Pega ade as ede se sein mo de precies, la eeaca le che tojones oa nae pei I peoioni de lo etl pe tore dl sg elec que ie, fen Semis tia con ni el aac Imagen resultante de una exavacn en conde, Las ego Ive sm Tas puchs estates que avalon intento de estableee sectacie aimentligicorhatican.Tambice, cvenicnereate le ws satnsia is login elativus de Lo dsints acon evuetode Este tipo de edificios, por unas razones u otras, tie- nen xeancles problemas para ser interpretados. Son cons- teucciones singulares y singularizadas por sus construc- tores; normalmente ocupan una posiciéa al margen del caserio y sus potentes muros avalan le biisqueda de una solidee constructiva y de una estanqueidad térmica, Las primetas interpretaciones para este tipo de edifi- ios, al vez condicionadas por la falta de necrépolis alas «que asociar un ritual funerario determinado, los relacionaban con hotnos crematorios 0 con construc- ciones mareadas por un cardeter sacto. En la década de los cincuenta del silo pasado, varios investigadores, encabezados por Chamoso y Conde Valvis, se decantaron por una interpretacién higienista, ‘muy en la Ifnea del concepro romano del término, y cla- sificaron estos edificios como termales. Con poscerioridad, Almeida y Ferreira da Silva, a par- side varius excavaciones, certificaron su uso como baits. Ja interpretacisn y publicacién de la sauna de Ulaca por Martfa Almagro y Alvarez Sanchis como escenogra- fia para los ritos de iniciacién de cofradias de guerreros cuenta en In actualidad, sin ponerlo claramente de mani- fiesto, con bastantes seguidores. Tal como apuntibamos con antelacidn, desde el punto de vista ineerpretativo resulta inceresante la opi- nién de Conde Valvis sobre ef monumenco de Aguas: Santas como “un edificio pablice, de uso cermal, all modo de un simpie, un simplisimo hipocaustum’, Al mismo tiempo, analiza las conducciones de edificis y jusifica su career subterrineo afin de seuar- EL CASTRO DE COANA, 139 Pitan del exevackin aie eI "a inde Ua ccna le encnacdn y reer fperance en exe moreno La eves de eos Us infrmacicn de mers edison, lb sbligucin de i Emel pr ene rere estas, xi be compre tain del spi en eas sepnas yr pl se ica, dar ef calor; seialando Ia inviabilidad de la hipétesis de su uso como hornos erematorios dado su pequetio cam: fio y que s6lo aparezcan en determinados casros. “Tesisigualmente mantenida por Chamoso al sefalar Ja semejanza entre los cuerpos del monumento de Aguas Santas con la disposicién de la cermas de Pompeya. Almeida apunts que estos bafos, que aparecen en el con texto de la comanizacién inicial del noroeste, serfan de tipo sauna, siendo la cimara la zona mas importante del caificio, mientras que la “peda formosa” estaria destina- da a evitar la pérdida de calor interno, Los argumentos

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