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Kregg Hetherington LA REGULACION DE LA VIDA EN LA ERA DE LOS MONOCULTIVOS \ Centro de Estudios Antropolégicos 1) de la Universidad Catélica (CEADUC) Biblioteca de Estudios Paraguayos - Vol. 130 i Introduccién Gobernar en el Antropoceno En la madrugada del 15 de junio de 2012, un destacamento de policias antimotines fuertemente armados se dirigié a una ocupacién de tierra ais- lada en el distrito de Curuguaty, en la region noreste de Paraguay. Los efectivos fueron recibidos por una pequefia delegacin de una organi- zacién local de campesinos sin tierra que habian luchado por ejercer su derecho a establecerse alli durante generaciones'. En los Gltimos tiempos, la lucha se habia intensificado debido a la creciente escasez de tierras, que los bosques practicamente habian desaparecido y a que los propie- tarios de grandes establecimientos rurales que decian ser duefios de la tierra estaban empezando a plantar soja, un cultivo que en Paraguay se asociaba con la aniquilacién de un determinado modo de vida rural. Las tensiones se habian agudizado porque el gobierno nacional de entonces, encabezado por el presidente de izquierda Fernando Lugo, habia anun- ciado que priorizaria el bienestar rural, la reforma agraria y la regulacién medioambiental. Sin embargo, ahi estaba la policia, armada como para !r a la guerra, arremetiendo contra un campamento precario de familias al borde de un pequefo monte. Es imposible precisar como se inicié, pero subitamente comenzé un tiroteo que dejé seis oficiales de policia y once campesinos muertos, y de- cenas de personas heridas o encarceladas. En pocas horas, la “masacre de Curuguaty” se transformé en una crisis nacional, y hacia el fin de semana, el presidente fue destituido en lo que sus simpatizantes denominaron un “golpe parlamentario”. Los activistas rurales estaban anonadados, Era dificil aceptar que un presidente al que consideraban un aliado hubiera permitido un desalojo tan violento. A partir de ese momento, tendrian que enfrentarse a un con- 1 En Paraguay el término ‘tampesing no es de clase, sino que es también una categona de identidad. ee eco A Sor TAREGLIACON DELAMION EN AETADELOSNOCLLTC | fro enel que no tenian ningtin aliado, Elnuevo presiden- te, que asumié el cargo al dia siguiente, se abocé de inmediato a anular te a rapulaiones que Lugo habia promulgado en materia de uso de ne acy material genético que erat fundamentales para el auge de Fee yo que expresaba su amistad con los productores de soja, ‘cultivos contra Tos campesinos sin tierra. ‘igual que con cualquier otro incidente de este tipo, hay muchas ma- eras de narrar la historia, muchas formas de deseribir a los personajes principales y deatribuirresponsabilidades, Los tribunalesintentaron ela porar su version de la historia por medio de un juicio, pero siete afios des- piés se desestimaron todos los cargos. Los campesinos y los abogados de derechos humanos declararon que el juicio habia sido una farsa desde el No obstante, detrs de su fracaso, hay otra posibilidad: la ma- sacre de Curuguaty no se ajustaba al estilo de relato en el que las personas y sus intenciones ocupan’ el centro de la escena. Si bien, eee se traté de un incidente delictivo, los actores también fueron intérpretes de una tragedia mucho mayor y mas compleja, cuyos contomos estaba siempre presentes, aunque fueran dificiles de distinguir En los primeros afios de la década de 2000, los activistas rurales co- menzaron a componer esa narrativa mas amplia, que giraba en torno a ‘una idea simple: “Ia soja mata’. Esas tres palabras se utilizaban como eslogan, se pronunciaban a viva voz en las marchas y se escribian en pan- cartas y muros en todo Paraguay. Pero también evocaban una lista cada ‘vez mas extensa de muertes de seres humanos y de otros seres de las que la soja podia ser responsable. La masacre de Curuguaty encajaba perfec: tamente en ese relato, pues confirmaba los temores de que, a medida que se extendia su cultivo, la soja privaba a los campesinos de la posibilidad de cosechar y de vivir de sus propios cultivos, socavaba el proyecto de implementacién de un estado de bienestar efectivo e impedia imaginar un gobierno que respondiera a sus intereses. En este libro se narra la historia de la soja, de la soja que mata, de la formaen que transformé la vida de los paraguayos, humanos y no hums nos, de cOmo generé una respuesta del gobierno y de por qué esa respues texto mas sinies! principio. [INTRODUCCION | ta fracasd estrepitosamente. Como toda etnografia, esta es una historia local, una historia de personas y de plantas, de tramas ecolégicas y de poder, y del esfuerzo de un pequeno grupo de funcionarios que, con ma- gros presupuestos y escasa experiencia, trataron de hacer las cosas bien. También es una historia regional sobre los proyectos latinoamericanos de revitalizar la politica de izquierda a comienzos del siglo XXI y de la for- ma en que esos intentos fueron desbaratados por rivales politicos mas cinicos y destructivos. Por iiltimo, es una historia profundamente global, un capitulo de un siglo de monocultivos en expansién, de destruccién de los ecosistemas al servicio de un modelo de vida en particular. Como muchas otras historias sobre el Antropoceno, esta trata de la dificultad de utilizar al gobierno para mitigar los problemas que el propio gobierno cre6 durante una época que se desvanecié rapidamente, en la que parecia que el bienestar de las personas podia alcanzarse gracias a las promesas de crecimiento ilimitado. Por qué “soja”? Este proyecto comenz6 para mi hace afios, cuando estaba viviendo en Paraguay y trataba de entender lo que significaba la frase que pronuncia- ban mis amigos campesinos: “Ia soja mata’. Una de las personas que mas esfuerzos hizo para hacerme tomar con- ciencia fue Na Costanza, una activista que vivia en una parcela de dieci- séis hectireas situada sobre el camino a Carmelitas?. En su campo, como en los de otros que se consideraban a si mismos campesinos, habia una combinacién de cultivos para vender y para la propia subsistencia, rbo- les frutales y monte. Cuando yo iba a visitarla, su marido solia estar en el campo junto al mayor de sus doce hijos ocupandose del algodén, los ma- nies, el maiz, los porotos y la mandioca. Na Costanza tenia tiempo para Conversar y tomar tereré entre los pollos, los cerdos y el resto de sus hijos, Xo iba a visitarla porque ella era amable e indulgente con mi mal guarani ¥ Porque nunca se cansaba de hablar de las injusticias. Y también porque ‘me contaba historias interesantes sobre la soja Ella fue una de las prime- 2 _‘Hetheropn Beans befor the Law: 3 Ra Coan es un eud6nina algal que todos os nombres personas uiados ‘@cepcién delos de las figuras publicas. os es ey am RADELOSMONOCUETIVOS | jones: AU AOONOE AONE Ae ieee i imentos procesados con una variedad de El cardcter incontable del sustantive “soja” usaban en Fer eent re aglutinantes. Mas allé de In vise la planta de manera oie a 5 oj permit rete funciones, sag fase tsaba en Ia fabricacién de pegamento, grasa, ma- esas cosas sin especificar de qué forma ern respons ee a la soja de todas a oma, plisticoindeo, cement, Hts estabilizador unidades? 2Estaba constitida por granos g por silos » maguiinara, © Sy eS Nee ee eee compas tansnacionleso productos? (rig que lo produces ganado, Cuando los granos de soja Ce een Pence aes Soe 0 el herbicida Roundup con el que dremaneieconstii eee eaves de corral decerdoy el sector de Ue ests interogantes urea enna cee siren nfs oubsin psi xstrsnla | glow ap ome ave Taoty Maron denomia per ‘0 millones de toneladas de algo distribuido de forma masiva que desafia la capacidad de las perso- dial de alrededor de 35 into afi tras afio nas de conocerlo pero que, sin embargo, sigue presente, ejerciendo una jue trasciende el con: Asi conte convierte a la soja que mata en un agencia q el control humano!!. Asi pues, en este libro, no tra~ Pecan) toa la soja como un cultivo o una mercancia, sino como un personaje cuya forma de ser en el mundo era suficientemente compleja para parecer a veces benigno, otras veces, aterradory otras, absolutamente inescrutable. produccién anual mun soja, una cifra que ha ido en aumer ‘Todo Jo mencionado anteriorm a actor social, politico y medioambiental complejo. Bn conversacione® Te Jas que sola mantener con Na Costanza la soja no era solo un objeto, sino ina referencia a‘algo “una fuerza, tun proceso'o un desorden s0~ que desafiaba radicalmentellareificaci6n. Por {estaba lentamente, avanzaba al ritmo del Jecay los casos de cancer. En la capital, La primera parte del libro, “Personajes del elenco’, cuenta la histo- ria del surgimiento de la soja como actor politico en la escena nacional paraguaya. En ella, también se plantea que la soja es un personaje del tambié cial de mayor envergadura~ Jo general, su violencia se mani ‘olor desagradable, la expansion t6xi l Gonde se formulaba gran parte de las politicas regulatorias, muchos acti- ‘Antropoceno que adopta dos formatos especificos. El primero es literal vistas entendian el alcance estructural de la industria, de la forma en que el Antropoceno es una época de monocultivos, Al igual que otros cultivos transforméal Paraguay en una frontera extractiva para la acumulacién de extensivos mecanizados, la soja desempena un papel en el cambio clima- habjan visto u olido tico y Ia extincién masiva. Requiere deforestacién, un proceso que afecta riqueza en otra parte. Pero pocos de esos activistas tun campo de soja, De modo que a medida que circulaba entre campest: nos y sus aliados urbanos, “la soja mata” era una frase increiblemente pplisémica que, segtin el contexto, era sindnimo de pérdida de tierras, en- fermedades, deforestacion, cambio climdtico, neoliberalismo, trabajado- res migrantes, capitalismo global, imperialismo brasilefio, agronegocios, manipulacién biolégica, violencia, pobreza, injusticia y la desaparicién de 70 Roundup es. con mucha el plaguicida més importante utilizad en el cultne dela soja. Eel nombre que usa Ja capacidad del suelo de absorber carbono. La soja hace un uso intensivo de energia, requiere grandes cantidades de combustible, fertilizantes y plaguicidas, y se destina a la industria cérnica mundial, un sector en ex- pansién que se cuenta entre los que producen mayores emisiones de ga~ ses de efecto invernadero", La soja también es responsable de la extineién todoun modo de vida, onsante paraelgliosato generico unherbicidadeamplo expec Si bien osparaguayosactualmeneti lean otras wersiones genésicasdegifsataporuna cuestién decoherencia,youso Roundup para todo. orton peas bene concepne ii en cera media forma en quel so yo noes excrete lua alae a ontloga orienta a objets de Morton, porue a menosen el aso dela soja yl Eta con sidero que la indeterminacin de los objets es elcionaly se crresponde mejor conf eoria delaconred. Setnelinfoeme mis reciente del Crupontrgubernamental de expertas sobre elcambiclimatcnelusode latiera representa el 2394 de las emisiones de gates de efecto ineradero del mundo La deorestacion yl «rade ganado son las actividades que mis contibuyen a esas emisiones (ase PCC cambio cmt it ier), El wanspore ex responsable del 143 de as eisiones Estascifasnohablan prsisolas pero fk Ore © Duty Mi, Thad. ‘ash Lreayy Donan, Sy Background En 200, ola represent el 65% del alimento animal tne a represen el 65% deal imal 6 es chee iris upton ae Sond ight al Gin He de Searle nebl ene erp mnie. amare rico" 9 Noa, on become hr 3 dela: | eucoeieNo DELASOVA AREGUACONDENANT Ned sata”, La capacidad de Lugo para enfrentarse bastante limitada, pero design6 a una cantidad ge tas en altos cargos para que analizaran qué podan regulatorias del Estado agricola. ai izo para referirme a estos activistas devenidos fun. Le a ear de a olin qu a8 ergs oa canvas eon Lugo, es el Gobierno de Ia Soja. Sus oe ene poder fueron un experimento regulatorio que puso prueba Ia hipotesis de que sar do fuerte para frenar los excess del sector sojero, Es0s nuevog aararios se concenzaban en la Secretaria de Medio Ambiente Mi. aan josahd Pablicay ienestar Socal el Instituto de Bienestar ura {UR), yen el oscuro y controverido Servicio Nacional de Calidad y Sani dad Vegetal y de Semullas (SENAVE)®. Estuvieron cuatro afios tratando ile desoubritla manera de abordar los problemas causados por el auge de Ia soja valéndose del recopilacin de datos y as facultades regulatorias asignadss a aus organisms. Pero el entusiasmo y' la ambicin de estos funcionarios activistas excedian los limitados recursos disponibles “proyecto de Estado”, como denominaban esos activstas a su ini ciativa giraba en tomo a cuatro ideales que conectaban a movimientos politicos de izqulerda y de centro. El primero de estos ideales era la so- Claldemocracie, que defendia un papel intervencionista del Estado para Ja promocion del bienestar (salud publica, educacién, beneficios jubila~ torios y acceso a la tierra) y la justicia social (inclusién social y derechos medioambientals y laborales) El segundo era lo que en la década de 1990 fos autores denominaban modemizacién ecol6gica, que proponia aque los dios medioambientales podian resolverse mediante el estuclio Ia idea de que la soja ja era, desde luego,’ “a hacer desde ls trincheras 9 Panna pamenrzado del rai deg con areforma agrariay el blenestar ural ease Exve> moana Fogel A Canora cer aed Benes unl BR ps denoninae tao de Desai raly del Teta Sibir actual el eometioyseambiro algunos de lostitulos para adaptarlosaos tiempos {cermin despa dea paltrabienestar'y emp por sero) as furciones dela” ‘id combiaron muy poea Como este bro avanzay retrocedeen el tie refiero me -ComoIBR para yarartizarlacoberencia. ; pemaetere my rer ying ‘aticalen Venezuela Bolivia e [inerRoouccion | yy la regulaci6n’. El tercer ideal era la transparencia, construtida sobre la ‘base de Ia nocién de que la desigualdad y la violencia eran, principal- ‘mente, consecuencia de la corrupcién y la ineompetencia de los gobiernos anteriores, males que se eliminarfan con una reforma institucional®. Y el cuarto era la reafirmacién de la soberania nacional, en particular; frente a Estados Unidos y Brasil, dos paises a los que desde hacia tiempo se acu- saba de tener una cierta injerencia imperialista en tos asuntos internos de Paraguay. En cada una de las cuatro dimensiones, los activistas pensaban que su proyecto de Estado podria paliar, o hasta frenar, el avance de la soja. La soja era un obstaculo para el bienestar social, y los campesinos sentian que necesitaban un Estado que los protegicra. La soja era un depredador ambiental que el Estado debia regular para impedir que siguiera destru- xyendo el medio ambiente, La soja era el resultado de la corrupcion poli- tica, y una vez. que hubiera un gobierno incorruptible que efectivamente aplicara la legislacion medioambiental, se reducirian los excesos atribui- dosa esta planta. ¥ la soja era producto del imperialismo de Brasil, ya que quienes plantaban la leguminosa eran mayormente migrantes brasilefios que vivian cerca de la frontera. En palabras de los activistas, el Estado paraguiayo estaba “ausente” en esa zona y, si se reafirmaba la soberania nacional, los paraguayos recuperarian el control de la soja y su poder de destruccién, No deberfa sorprender que la promesa de la regulacién estatal fue- ra demasiado dificil de cumplir. Numerosos antropélogos han sefialado las cualidades mégicas del pensamiento estatal, la forma en que crea una nocién de unidad y coherencia alrededor de la amenaza de la violencia, mientras que, en la prictica, esa coherencia se desvanece continuamente 22 ‘Emin modemizacin eco et soca a pensadoes camo Uh Beck (La soda dling) ‘Anthony Giddens (Maem etd lo), vase ambign Sue "Casal Theory and Contemporary EvronmentalSacclogy: Par hors del surimsnt del golem maderista en el pensamieno amy ‘bint fase en especial Mathews esti stare Amal nranmentlty 23 ease brahamsen, Dsiplning Den ora Culhot. The Dems shes Hetherington, Gla autos 24 Durante lapresdenciade Lug esto seconcretsenparicalrenlapolticnenergtcay larenegocacdncon vesiene de un ratado energético usuario err Bray Paraguay centadoen la epes de ip. Para Un andlsismisdetaladgutce och, dopo. ICION DELAVIDAEN LA ERA DELOS MONOCULTIVOs | costemvoDELASOIA AECL mitipley contradictoria®. Morton describe el Estadg que de manera similara la Soja Paraguaya, par. Tados y enningin lado a la vez; es imposible de situarig vappieto, peroa a vez es imposible pasarlo por alt, ¢ contol Por opto ipo de agencia brutal™. Y es mis 0 menos as, una entdad con Feeno de la Soja: una promesa resplandeiente que como esa at acempantanando‘en fos detalles, en las viscosas relacio- Pore tos y en las crecientes complejidades de la Pere ajtoseinstrumentos Y nue tenia por delante. ce Ios problemas que le esperaban al Gobierno de la Sja ya raiianantipado en los fracas de las polities agrarias anteriores ia ene Uno de e308 facasos, que ocurrié apenas iniciado el ea almente revelador. En 2000, el gobierno habia Setar cores Roundup Ready, una variedad e de los granos de soja Prokop al campo paraguayo. Siguiendo el eemplo de Bee ica las ome de Brasil, el presidente en ejercicio suspendié tluno de cualquier semillatransgénica hasta que se estudiaran sus ries- gos medioambientals. No obstante, unos aitos después el Ministerio de Agricultura reconocié que al menos el 90 por ciento dea soja cultivada en terrtorionacional pertenecia a la variedad Roundup Ready, de modo que e la totalidad de los cultivos era ilegal. La aoe Gy fan fa Jos funcionarios empezaron a referirse a la soja Roundup ian “la soja Maradona’, er alusién a la habilidad del faroso jugador de fitbol de eludir a la defensa de cualquier equipo rival y a su {triunfo controvertido en el Mundial de Fitbol”. Asi como el famoso gol echo con la “mano de Dios” dejé en ridiculo las reglas del juego del fut- bol a soja Maradona tenia poderes que, para bien o para mal, dejaban en ridiculo la soberania del Estado paraguayo. Sin duda, existen razones alejadas deo sobrenatural porlas cuales la prohibicién nunca se cumpli, pero ninguna de ellas es totalmente responsable de las dificultades que ‘gener lasoja en materia regulatoria durante la presidencia de Lugo- jeto, Por 35 Cn The Mee ste, Tasi The Magic of th State; Das y roe Anthropol nthe Margins of the Se: Hanseny Stepps Stes cf maginatin i 25 Moree. pent 2 ein Tet cerigs ens EE J INTRODUCCION | En realidad, el Gobiemo de la Soja siempre estuvo amenazado por la posibilidad de que el concepto mismo de regulacién en el que se basaba estuviera trastocado, Como tantos funcionarios me comentaron duran- te mi trabajo de investigacién, aunque trataran de encontrar la forma de poner freno al sector sojero, les preocupaba que, en realidad, se hubiesen Visto forzados a hacer exactamente lo contrarioy que estuvieran actuando como funcionarios de un Estado sojero, de manera andloga a un Estado petrolero dependiente de una iinica industria destructiva. Los encarga- dos de implementar regulaciones querian usar sus cargos para proteger el derecho de los ciudadanos a vivir bien en un ambiente saludable, pero a menudo se encontraban protegiendo a la soja, aplicando leyes con las que se buscaba fortalecer este cultivo y promover su expansi6n. Quizds el problema no fuera tanto la ausencia del Estado como la captura regulato- ria 0, peor atin, que todo el aparato regulatorio hubiera sido ideado por el sector sojero al servicio de sus propios intereses* El titulo del libro, El Gobierno de a Soja, pretende evocar esa tensién, ya que puede interpretarse de dos maneras, como una entidad que controla lasoja o que es controlada por ella. Por momentos, era posible mantener esos dlos proyectos separados y, en esos casos, utilizo nombres distintos para marcar la distincién: el “Gobierno de la Soja” hace referencia a los intentos regulatorios para limitar la expansién de la soja, mientras que el “Estado sojero” hace referencia al modo en que el sector sojero utilizaba al Estado para promover su expansién. No obstante, a menudo, era muy dificil percibir la distincién. Por ejemplo, era frecuente que se compara- ra al Paraguay con Argentina, donde el auge de la soja ostentaba casi el mismo predominio en la economia nacional. En Argentina, durante los ‘gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner se decidié no poner limites a la soja, sino aplicarle un impuesto elevado y destinar el dinero percibido a beneficios de bienestar social. El modelo era similar al que aplicaban los gobiernos de izquierda de la region en materia de petroleo, gas y mineria, modelo que los ambientalistas criticaban por considerarlo una forma de 25 Estedobevnclodescnceraneeoca uno de os debates fundamentlesdela socologt jurdicaylacien- ‘apoltic steorlasdelinterts pbicodeauerdocon lascalsel xtadofuncion en for dl ben comin enconraposii conlas rors cle a captura regulator sen ascualesh [ELCORERNO OT a mo’, Pero si bien muchos paraguayos defendian ¢] m, un conjunto de dindmicas de cardcter hist6rico, territory as posturas a favor y en contra de la soja'en Parsee dificiles de coneiliar. y ‘Comenzé entonces a circular a idea de que los instrumentos del pocter estatal no servian para resolver el problema en cuestidn. Esa incapacidag ‘a veces era existencial, como en el conflicto entre el Gobierno de Ia Soja Yel Estado Sojero, pero la mayor Parte del iempo era mas mundana, un tema de pragmatismo regulatorio”. La reglamentaci6n es la aplica- {mundo real y, al igual que en un tribunal, la brecha jtuaci6n real se transforma en él lugar del juicio, onde a norma ylasituacién deben converse en espejos una delaceay fam brochay la discrecion que otorga al fiscalizador a) abogado o al juez on uno de los espacios fundamentales para el gercicio dé os poderes ‘extraordinarios, es decir, de la soberanifa"!, Pero en Ia medida en que esa a ete ratio enpaeialeerrancons brechaieae setracciones y las realidades-, el pragmatismo regulatorio muestra que ta prcticajuridica se desarrollaa través de un despliegue Progresiva de respuestas entre funcionarios, politics, abogados, ciucladanos y muchos seres no humanos con intereses propios. En él Gobierno de la Soja, hasta burocrética més insignificante, como Ia de un fiscalizador que eseribe un informe, podria formar parte de un largo juego, una guerra de posiciones por el futuro de la nacién. Con cada paso regullatorio, se trataba de cambiar las condiciones bajo las cuales tendria que actuar un conjunto no previsto de futuros actores, sabiendo en toclo momento qv® biros actoresy olros proyectos, que funcionaban a distinto ritmo y en dis= tintos marcos temporales, tambien afectaban esas condiciones futuras™ “neoextractivist delo argentino, y étnico hizo que | fuesen mucho mas probl cin de leyes en el centre una norma y unas Ia acci En consecuencia, el aparato del Estado siempre parecia estar desfa~ sado respecto del fenémeno que los funcionarios activistas trataban de 3 iran cmt sl lara, noon de pragatismo regulator est desrollaca en Hetherington, Gerla Adios se inspira ¢ les. Th Netvorknd Oat, ull, Comment Paper eel se 31 Das TheSignatue ofthese Sobel i construc atu perfect de a aborreguldora, vas Balestera A Future History of Water [INTRODUCCION | El siguiente es un ejemplo trivial: Ios fiscalizadores rurales eran empleados sindicalizados cuya jornada laboral finalizaba a las tres de la tarde; de hecho, los informes de las inspecciones tedactados después de ‘esa hora no tenfan validez legal. Los activistas, que esperaban que los fiscalizadores trabajaran un poco més, solian quejarse porque “a soja no Esas pequefias Iuchas respecto de como laciones, del crecimiento de las plantas y mplicaban més por el lento avance de los cuidar regular®. deja de trabajar a las 15 hora: pensar los tiempos de las regul del trabajo de las personas se con procesos judiciales. En el tiempo que Hlevaba sembrar Ios granos, {a plantacién, cosechar la soja y venderla (alrededor de cuatro meses) era dificil para un organismo regulador completar una respuesta: identificar el problema, hacer una denuncia oficial, dejar que avanzara el debicio pro- ‘eso y, finalmente, sancionar al productor. Entretanto, todo el proceso po- ja frustrarse por un nimero de conspiraciones tramadas dentro del g0- biemo o la economia global entre las esporas de hongos en los campos de cultivo de soja de Brasil. Los granos de soja iban y venian, y Ia ley se tomaba su tiempo. Y también ocurria lo inverso: las regulaciones cambi ban junto con las interpretaciones legales, y los encargacos de aplicarlas la soja continuaba expandiéndose, sobreviviendo iban y venian mientras | a inspecciones, causas judiciales, elecciones, escandalos, masacres ¥ gol- pes de estado, experimento del Gobierno de la Soja culmind en una serie de Elgran je Curugua- acontecimientos dramaticos ¢ imprevisibles. Tras la masacre di ty, Lugo fue derrocado y sus funcionarios, separados de sus cargos. Se ron muchas de las normas del gobierno derrocado y se destru- ficiales. No era la primera vez que fra~ facil decir que la toma violenta suspen yeron numerosos documentos of casaba un proyecto de gobierno, y seri de Estado era una mera iteracién de una larga tradicién paraguaya. Pero ‘entos tienen peculiaridades, y sus fracasos dejan restos. 10 de la Soja, esos restos storia de la destruceion todos los experim Inmediatamente después de la caida del Gobiern proponfan una nueva forma de analizarla larga his agraria. i _Ehermino Uesfasade est tomado de Morton, Dur Elen? Agrobiopolitica ‘Uno de los hechos curiosos del drama del Gobierno de la forma en que visibilizé a los organismos burocréticos que ante, 1s permanecido en la oscuridad, mostrindolos como lugares de py Pain fensionessubyacentes. El mas importante fue el SENAVE, la agent, sanitaria que se encargaba de la sanidad vegetal. EI SENAVE es yn, Tos organismos ténicos del Estado que normalmente escapaa latent ciudadana. Entre sus funciones se encuentran la de garantizar que jg vendedores de semillas cumplan las normas de germinacn, que los pry ductores agricolas espeten las normas relativas alos vientos para la die persién de sustancias quimicas y que no ingresen a través de las fromteras productos agricolas que puedan contener plagas vegetales. Puede parecer aburrido, pero este tipo de organismo es un componente fundamental de todos los regimenes agricolas modemos. Sin él, es imposible participar ‘en los mercados internacionales, aunque raramente surge en los debates populares sobre problemas agrarios y, menos atin, en conspiraciones para derrocar gobiernos. Visto desde hoy, no sorprende que la actuacién del Gobierno de la Soja en el SENAVE fuese tan polémica. El relato de lo que intentaron hacer en el organismo y de su fracaso crea a una perspectiva ideal para explorar el auge de los monocultivos modemnos y los desafios que plantean. La historia de la regulacién fitosanitaria en el mundo se asemeja a la biopolitica clasica, término empleado por Michel Foucault para descri- bir las précticas que surgieron en los siglos XVIII y XIX para controlar la vida de las personas™. Para Foucault, la biopolitica inauguré un periodo de control de la vida a nivel de la poblacién, a la que se podia ayudar a Prosperar a través de intervenciones territoriales en materia de salud y Produccién o dejar morir. La regulacién fitosanitaria opera con la misma \ogica: es una manera de controlar las poblaciones de plantas de cultivo Fe iin ttiteriodeterminado y de asegurarse de que las cond ‘adecuadas para que prospere la agri No sorprende que las formas de esc apareran oonimademete ls is Ferre ome ina arenas concen de incremento en Repoiecs Ee [anTRODUCCION | Ja densidad de las poblaciones humanas que dieron origen a la salud pai- blica también requerian que se garantizara la produccién de alimentos a ‘gran eseala. Los monocultivos de cereales que emergieron en esa época ‘eran tan vulnerables a las plagas como las poblaciones humanas en las ciudades lo eran a las pestes y los dos requerian intervenciones estatales a una escala que trascendia la de una nica parcela de cultivo. Hasta principios det siglo XX, no era raro pensar en es0s dos proble- mas juntos, no solo porque formaban un sistema singular relacionado con la seguridad alimentaria, sino también porque habia muchas analogias {que circulaban entre fa regulacién fitosanitaria y la salud pablica. Cada tuno promovia la salud controlando la reproduccién, matando formas de vida invasivas y limitando el movimiento de organismos infectados 0 sus- ceptibles mediante el establecimiento de fronteras, cuarentenas, barreras y zonas de transicién. Cuando se introdujeron los agroquimicos moder- nos (el equivalente fitosanitario de los medicamentos) para la época de la Segunda Guerra Mundial, esas técnicas favorecieron el auge masivo de la produccién agricola mundial conocida como la Revolucion Verde. SSi bien los estudiosos contempordneos empezaron a ubicar la salud hu- ‘mana y la salud animal y vegetal en categorias esencialmente distintas, la Revolucién Verde siempre estuvo justificada en téminos biopoliticos, en cuanto proyecto para “alimentar al mundo” que reinventaba una pobla- iin objetivo a escala mundial". Pero si bien creé las condiciones para el surgimiento de una nocién universalista del bienestar de las personas, la Revolucién Verde también participé en una nueva oleada de colonialis- mo violento, pues necesitaba destruir bosques y poblaciones nativas para crear espacios para la produccién a gran escala de plantas particularmen- te agresivas. Tal como propongo en la tercera parte de este libro, la Revolucién Ver- de también coincidié con un giro epistemolégico en la forma en que los europeos concebian la biopolitica, lo que llev6 a la extrafia ausencia de la agricultura en los textos de Foucault y sus seguidores. Hasta la Segunda Guerra Mundial, se pensaba en los regimenes sanitarios de los seres hu- ‘manos y de las plantas dentro de un tinico marco. Sin embargo, después 3 Galathes . vez mis se los consideraba dos marcos totalmente g Jugara un punto ciego en la forma en que se encqy aby stay los Unt de la guerra, cada tintos. Ese giro dio 2 al bienestar de las personas. En tanto que construfan estados dle bien obustos sobre Ia base del crecimiento inclustrial, Europa y dos alentaban a los paises latinoamericanos y asiati desarrollo de laagricultura argumentando que asi, con el tiempo, estarign preparados para emular al Norte. La historia conocida de la biopoitg baultaba, en gran medida, que los estados de bienestar del hemisferig Norte se apoyaban en las fronteras extractivas violentas que se abrian en otras partes del mundo a expensas dle otras formas de vida, fn respuesta esta dificultad te6rica para analizar las relaciones entre Jeadministracién de la sanidad humana y vegetal, comencé a referirme al conflicto relativo a la soja en el SENAVE como un conflicto “agrobiopoli- tico”. En una genealogia mas amplia de configuraciones agrobiopoliticas, se aprecia claramente que el auge de la soja es, en muchos sentidos, una continuacién de acontecimientos previos (de hecho, muchos analistas ha- blan de la segunda Revolucién Verde)®. Por ejemplo, la mayoria de los campesinos que se quejaban de la soja se habian beneficiado antes del auge del algodén, Cada uno en su momento, la soja y el algodén habian beneficiado a una gran cantidad de personas y, de acuerdo con distintos pardmetros, habian sacado al Paraguay de la pobreza. No obstante, en ‘otros aspectos, la soja y el algodén eran completamente diferentes. Antes de la década de 1990, los pequerios productores a menudo protestaban para obtener acceso a los plaguicidas, sosteniendo que su bienestar de- pendia de la aniquilacién de los distintos organismos que afectaban al algodén. Para la época en que asumi6 el Gobierno de la Soja, muchos de 0s mismos movimientos reclamaban no que el Estado protegiera sus cultivos, sino que el Estado los protegiera de los cultivos de otros, de la ae Para un grupo reducido de poblacidn que iba en aumento, especie invasora en todo el sentido de la palabra, algo ex- 26 Sobelaseund Retain 37 Enelndec de Desire 38 Ting A Threatto Holocene Resurgence’ En. Stig | ivraopuccion | trafioa la naci6n y un ataque a su soberaniay bienestar, La falta de respuesta adecua, fra paces Por parte del Gobiemo de la Soja a tos aparatosestatales contemporineos pars tains cr ae tener del Antropoceno. Como sefiala Anna ‘Thing lon mencnceeomais ntropad © sefiala Anna Tsing, los monocultives son una representacién emblemstica de eapitalismo tard, espacios de muerte industrial que pretenden simplificar la vida en sus formas mds escalables y mercantilizables*. También son un fracaso de la imaginacion, producto de una parilisis evidente de la forma en que coneebimos la naturaleza, lo que Vandana Shiva denomina, con notable acierto, “monocultivos de la mente”. Mi propuesta de la agrobiopolitica va en la misma direccién, es decir, es una forma de abrir historias agrarias no canénicas que ofrezean tuna apreciacién diferente de las relaciones que se ponen en juego en la agricultura mundial y del papel perverso que los Estados-nacién juegan cen esas relaciones. Los organismos como el SENAVE son, en defintiva, Ios gestores de un sistema mundial de eliminacién masiva de insectos, maleza, hongos y cultivos despreciados por el capitalismo global. Deeste modo, esos organismos pasan a ocupar el centro de un debate mucho mas amplio sobre las relaciones entre agricultura, colonialismo, ecocidio y genocidio. La etnografia en el Antropoceno En este libro, se narra la historia de c6mo los dilemas del Antropoceno desafian las formas convencionales de gobernar. Presentan también desa- ffos a las convenciones tedricas y narrativas de la etnografia. Una de las funciones de la teorfa en las ciencias sociales consiste en proporcionar un lenguaje coherente para describir fendmenos complejos y asi trascender los fendmenos propiamente dichos, Pero si bien mi argumentaci6n sigue esa tradicién de anilisis, casi desde el principio del proyecto supe que un enfoque tradicional quedaria desfasado del fendmeno que yo estaba es- tudiando. Podria intentar diagnosticar o evaluar el fracaso del gobierno, hth Yn ray apne lvoe Paiao- enum lrming quer tlio porque palabra plantar eva unaagrabopltic dea particular quenunea sehaaplcadoa aso ae” pero el ejerccio seria deshonesto. La evaluacién -Ia idea ¢, v i la clave del © que F aloseingulares del fracaso.erala clave del éxito Futuro~pareci tony yblema en cuestion. ign " taenvergadura del prol sste libro comparte los recursos interpre ‘Asi pues, si bien c ia ceonomia politica 1s estudios de Ta ciencia y Ia teenologi ¥0S oy iowa foucoullana, no pretence resolve las bien conocidag Ya itr esos enfoques mediante una nueva sintesis® El libro conga artes cada una de elles dedicada al andlisis de un problema ae A erent. En la primera parte, planteo el interrogante de cémo se cu ia soja. nla segunda parte, analizo las razones por las cuales el} ce de la Soja obtuvo un resultado opuesto al esperado. Y en la tercera ma en una historia mucho més larga y exploro las razones val ‘me centro ‘ales of Gobierno de la Soja es sintomatico de la Era de los Monocultiy Fn cada una de las partes, se despliega tn lenguaje analitico distinto a bordarlos temas propuestos. Asimismo, las tres secciones evocan distin. tos estados de énimo que atravesaban los activistas y funcionarios, Para Inotapa previa alas elecciones presidenciales que gand Lugo, me detengy ena sensaci6n generalizada de injusticia agraria que caracterizé la poli fica rural cuando la soja se convirtié en antagonista del bienestar rural. Para el periodo del Gobierno de la Soja, analizo la lucha cotidiana por concretar la gran promesa de regulacién que surgié tras las elecciones. Y para el periodo posterior a la caida de Lugo, describo el pesimismo quese apoderé de las mismas personas y movimientos politicos, y que trajo una sensaciOn de inevitabilidad perdurable. nee Pe se ce cada uno de estos tres marcos, la coherencia eae ee pep, parcial, y las relaciones entre los capitulos 1» ge oo Flere Imente laxas E libro discurre por una serie de ee nace cn reer aTcaciones particulares que nunc por completo. Si uno de los objetivos de una etnografia & 40 racials de ones, setter 0 especial lastradciones de estudies sobre campesinos 73s siete cee cea Patel, Stuf and Stared: Moore, Capital nthe web U8) | vrmopUCcION | ‘evocat Ia experiencia de sus personajes principales, lo que en parte Pre [oes que el lector perciba la lucha de los funcionarios y los activistas iprender su propia condicién inestable. Cada proyecto que se ini Fiaba quedaba inconcluso en cierta medida, cada nuevo imperativo obli- saa a redefinir el marco de acuerdo con el cual se entendia al Gobierno Af Ia Soja. Muchos proyectos quedaban sin terminar, muchas preguntas ‘edaban sin responder porque las personas eran removidas de sus car gos los registros se perdiany las nuevas crisis se devoraban Ios marcos ‘Rterpretativos. Con el fin de evocar todo esto, en cada capitulo se narra tina historia 0-una parabola con personajes diferentes. Pero, ademas, 108 {apitulos son deliberadamente breves y terminan antes de que Yo loBF® = jtar los numerosos cabos sueltos. En ese sentido, el libro es un intento de captar el Antropoceno en la escritura, mediante experiments con los jes, las herramientas, las escalas¥ los ritmos existentes a través de “'_ Al igual que sus protagonistas, el sino que sim- tencl porcom qui lenguj tuna serie de situaciones en cascada’ Iibro nunca presume de encontrar una respuesta definitiva, plemente trata de seguir el hilo de sus objetos. zn las cfencias sociales, hoy en dia, son frecuentes los intentos de re- presentar los muncos como miitiples y heterogéneos. Pero una breve Comparacién ayudaria a ilustrar cuanto mds inestable es el mundo del Gobierno de la Soja que la mayoria de esas representaciones, no solo en el plano ontolégico, sino también en el conceptual. Uno de los modelos que fomé para este proyecto es The Body Multiple, el extraordinario texto de ‘Annemarie Mol, que sostiene que no solo las cosas son ontol6gicamente miiltiples, sino también que nuestros esfuerzos por comprenderlas con- Soja, a menudo tribuyen a su multiplicidad®, Durante el Gobierno de la senti que esta era la versin mas esperanzadora de una intervencién tec nocrética. Tal como afirma Mol, hay momentos en que la multiplicicad. de objetos técnicos funciona. En el caso que estudia Mol, distintos espe cialistas médicos de un hospital holandés producen distintas versiones re libra tenia tres eemplosespecticas en mente de obras que tataban et es Imetopedi, Ting, The Mushroom atthe Ea ofthe Wor Fortun,Poming aionesen el conceptodecapitla, permitendo 4 Cando comencéa planar es problema ds complejidad Raf ‘Genomics Sibien son muy dsintos, os tres pesentan i ‘ques objetosyrelatosemeran coma mosaiosen ugar de como desripcionessinguares, 42 Mol, TheBody Malle geegeee ce Ip Slerwcecisres. Sa posal Cees cnommesdiferenay: inicos y los patélogos acttian coordinadamente en la creacién de tema lo bastante coherente para diagnosticar y tratar a los pacienan tuna eficacia razonable. Es dlecir que, a pesar de trabajar con una nate ‘a miltple inestable, logran producir algo que podriamos catalogs’ bienestar para los pacientes. Mi optimismo respecto de que la gobema medioambiental podria funcionar de manera similar me conect6 con jc funcionarios que eran mi objeto de estudio, que sabian que la tare, -° Jas tareas~ que debian realizar seria monumental y, sin embargo, pensy, ban que valia la pena intentarlo, de forma fragmentacla pero coordlinada, usando las herramientas y la capacitacién de las que dispusieran®. Sin embargo, cuando el Gobierno de Ia Soja terminé con tna masacre yun golpe de estado, finalmente qued6 claro por qué la analogia no tenia sentido. Tal vez ese modelo de crear bienestar dentro de una multiplici. dad coordinada podia funcionar en un hospital de un pais rico, donde las pricticas del conocimiento divergentes estan respaldadas por un proyec- to exento de controversia. Pero en un campo donde el bienestar de una poblacidn se logra a expensas del bienestar de otra, donde el desarrollo de ciertas plantas depende del aniquilamiento de otras y donde todos Jos actores estdn enredados en una antigua lucha por el control no solo de los recursos, sino también de los organos responsables de su redistri- bucién, los fundamentos para la coordinacién son mucho mas endebles. Seria valido también seftalar que las practicas de bienestar que tienen en 1 hospital holandés no estan separadas por completo de la violencia que se desata en otros paises, Ese hospital depende de una historia de colo- nialismo que extrae recursos de lugares como Paraguay y los transporta a lo largo de antiguas rutas de navegacién coloniales hasta el puerto de Réterdam. Estas cuestiones no estén ausentes de la politica holandesa. De hecho, en 2014, un grupo de expertos holandeses public un informe en oF fa oe no sin preocupacién, la creciente resistencia a los mono” Eee ear eay pax Ja economia holandesa dependia de alrede- le toneladas anuales de s 4 Paralaseniasylos di ‘Social iect Methods oja paraguaya™. Pero esas orto teplatorios erpleados desta forma, vas en especial Law Ruppert"THe Devices Ballestera The Futire pent story of Water, onus, 5 Spe Satyr fen ry forthe Netherlands, TINtRODUCCION | preocupaciones, por lo general, no afectar Enfermedades funciona a nivel local sol posible permanece fuera de la escena inal hospital, y la tarea de tratar lo porque la violencia que la hace En el Gobierno de la Soja no habia espaci productores agricolas y los funcionarios en conspincones arto nivel, cOmplices de la destruccién que pretendian mitigar. La soja no es un objeto de representacién miltiple, sino un hiperobjeto que prospera en un laberinto violento de extraccién neocolonial. En este libro se muestran algunas formas en las que, a veces, las practicas gubernamentales hacian aparecer a la soja como algo que se puede conocer o controlar. Es sor prendente, por ejemplo, la medida en que la infraestructura del gobierno pretende garantizar la posibilidad de medir e informar de manera fiable el contenido de humedad de una determinada muestra de granos de soja Pero para quienes desean medir los efectos en el bienestar del olor de los. herbicidas, la relacién entre el tamafio de los campos de cultivo y el des- empleo, 0 incluso el aumento en la incidencia de cancer cerca de los soja~ Ies, los instrumentos de medicién son mucho menos fiables. Estas medi- ciones son mas dificiles de conocer, porque dificultan la separacién entre Jas cuestiones de qué objetos se miden y quién controla los instrumentos que definen esos objetos 0 Ia historia de quién maté a quién para obte- ner el control de esos instrumentos. Estas dificultades no necesariamente tornan imposible la medicién o las regulaciones, ni condenan al fracaso a toclos os experimentos de gobierno similares, Pero sf transforman al Gobiemo de la Soja en el ejemplo aleccionador de cudn problematico se ha vuelto el terreno de la experimentaci6n.

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