You are on page 1of 95
Nosotras... y la piel Seleccién de ensayos de Alfonsina Storni Compilacién y prélogo Mariela Méndez Profora de inglés Ito de Educacion Superior O. Costin, ‘Rosari), Maer (C) on Literaranecomparada, Unicef ‘Masccusrs, Amber Graciela Queirolo ae wi) Alicia Salomone Profor de bisoria (UBA), Magiser (C.) en Hisora, Universidad de Seige de Chile “ee ALE: © 1919, 1920, 192, Alfons Sot (© 1998, Marie Méndt, Grrl Qua, Alc Sloane © Deer elicion 1998, Ae Alea, Aur, S.A, Bez S860 (1437) Bueno ies. Sno 5.8 en os Ma ate ‘Bena a 4 dec Sno hile, Cle Jr Vana 33,1130 Monee Ugsy Erno dienes ‘rr ee 855, ar de Sos Po, Bain Freer Cod gil 28, Aan, Pgany Prd Sm ge 73 Jess Ma, Li, ei ea elec ainda ay 11.723, ry de Ene Sed 0 Fog de en a je Tega eis: soar pe de lg Sr ‘ine ci: nvm de 1958 ‘sei ie ‘eri ern es Seip pom wane 2099 Sy Ro Pb Indice Prélogo 9 ‘Agradecimientor 15 Scleccigndeensayos 17 Revista La Nora 19 Feminidades (28/3/1919) 2 Compra de maridos (4/4/1919) 25 Nosotras..y a piel 546/19 28 Feminismo perfumado 21511919) 32 Un baile familiar (9/5/1919) 34 Diario de una nifia intel (231511919) 38 Historia sintérca de un traje tailleur (30/5/1919) “4 Un libro quemado 27/6/1919) 49 Las poetisas americanas (18/7/1919) 92 Un acto importante @5/711919) 58 Carta de una engafiada (29/8/1919) 65 {Quin es el enemigo del divorcio? (5/9/1919) 69 Los detalles; el alma (19/9/1919) 76 ‘A propésito de as incapac relativas de la mujer (io/1o/1919) 83 ‘Los defectos masculinos 24/10/1919) 92 En contra de la caridad (4/11/1919) 96 Diao La Nactow ” Las erepusculares (30/5/1920) 101 Las mujeres que trabajan (20/6/1920) 105 [a impersonal (27/6/1920) 109 La costurerita a domicilio 171920) La madre (11/7/1920) La médica (18/7/1920) La emigrada (1/8/1920) 125 El amor y la mujer, (22/8/1920) 129 La inreproch: 133 ‘Existe un problema femenino? (2619/1920) 137 Las lectoras (17/10/1920) 142. La complejidad femenina (4/1920) 146 Un simulacro de voto 112/920) 150 Por qué las maestras se casan poco? (13/3/1921) 154 La mujer como novelista @7i3n921) 159 La mujer enemiga de la mujer 22/5/1921) 163 Bl varén (12/6/1921) 167 ‘Tijereteo (19/6/1921) 171 Una carta (24/6/21) 17 ‘Trazos BiocRAFICOs 183 Prego Los trazos de Alfonsina en estos ensayos iné- ditos que aqui reunimos y prologamos asumen hoy tuna releyancia que a la vez sorprende y confunde. Sus reflexiones aparecen atravesadas por una lucidez cxl- tica frente a un discurso moderno que relega a las rnclado en el cuerpo, la naturaleza y el mundo domésticoprivado. Alfon- sina se ubica dentro de una contracorriente de voces femeninas y feministas que surge desafiando tales encasillamientos y se manifesta en la busqueda de la inclusién plena de las mujeres en el espacio publico, desde un rol de sujeto activo. Los articulos de esta antologia corresponden a la primera etapa de una escritura ensayistica que Seomi prolong6 a lo largo de toda su vida y de la que poco se sabe; produccién que toma forma en colabo- raciones periodisticas, comentarios literarios, confe- rencias y entrevistas’. De ese primer periodo, hemos seleccionado una serie de articulos que se publican centre 1919 y 1921, en las secciones fémeninas de la revista La Notay del diario La Nacién. Estos espacios de enunciacién, restrictivos e ideologizados en rela- sido des baer pte contac en Bia sonia de rey Lees oa Neca de a try Us Boos es, oe 10 cién a lo que se considera femening, son los que Al- fonsina busca constantemente subverti. Ella se apo- dra de esos lugares y desde ahi comienza, oblicua- mente, una tarea de diseccién —de demolicién’— de representaciones de lo femenino y lo masculi- no, de costumbres, de instituciones, en definitiva, de las ideas y_précticas dominantes acerca del “sex” y “deber sx” de cada género-sexual en el contexto de sit epoca. POS pn cris, con contradiccién, Alfons desi- ticula el guién preescrito y busca aflanzarse en un nuevo saber-mujer, un nuevo escribir-mujer. Voz a contramano, escribe desde y hacia las mujeres, desde su experiencia de la diferencia sexual’, apelando a una serie de estrategias discursivas mitiples y heterogé- reas. Una de ellas consiste en echar mano de esos _géneros que el canon literario considera menores,co- ‘mo las crénicas periodisticas, cartas, manifiestos, re- latos aucobiogrificos; géneros que, por su cardcter ambiguo, limitrofe, entre la fiecin y la realidad, en- tre lo piblico y lo privado, histéricamente han per- rmitido la instalacién de discursos eritcos de mujeres cen el seno de la cultura androcéntrica. "lia nt sn nip aia econarise paced smi y desu abn poco un coactri en de 1930 GE Alonion Sore “Auda, pers een San Jo de {Gana Res At I, Ton 2, N® 2, lige 32938, a de 1950 Pie Vn dso iporeaca de aj oe co suc is mic cn ce de on akg iene ep ‘Eacson cps de di cnet eu pried ifr a dete del rman et dics y en cocci dew ead 4 ‘dh Cf Pc Vi, lain apd, Ce, Unientt de Veni 191 ple 155 u Simulténeamente, Alfonsina se desliza de uno 2 otro texto asumiendo miltiples voces, desdoblén- dose y construyendo nuevas identidades. En ocasio~ nes e5 Tao Lao, en otras es Alfonsina; a veces, Julieta ‘Mercedes 0 una nifa. Construye asi su discurso desde una perspectiva dialégica, polifonica, en el sentido de Bajtin’,jugando con lo que él mismo llama reacen- suaciones paréicas¢ irénicas del discurso masculino dominance. Esa través de estas extrategias como Alfonsina inscribe una mirada provocedora, irdnica, politica, frente a una cultura que subvalora la produccién in- telectual de mujeres o la encierra dentro de una li ratura femenina, en la que s6lo se percibe la expresién de lo intimo/privado. De esta manera, Alfonsina re- siste el intento de apropiacién, de dominacién de la mujer como “otro” por parte del discurso masculino hhegeménico. Es por esto que la consideracién de sus. textos en prosa, su gesto subversive, puede también ser un camino para reinterpreta la producci6n litica desde la cual se canoniza a Alfonsina como poetsa del ‘Ahora bien, zde qué habla Alfonsina en sus textos? En muchos de ellos, se refiere al cuerpo feme- ino, presenténdolo a través de imagenes que eviden- cian su carécter politico: es el cuerpo bello que hay que oftecer en el mercado matrimonial, es el cuerpo encorsetado por la moda, es el cuerpo-traje desgasta- do de la mujer trabajadora, es el cuerpo descubierto que amenaza la moral pabliea. Ast, Alfonsina pro- ja Ban, blend epic de Dia Foo de Cobar Bane, Mic, 1986 2 blematiza, ironiza los discursos disciplinarios que cir- culan desde el Ambito médico, politico, publcitaio, y ubican al cuerpo femenino como factor desestabi- Tizante, en el contexto de aguda conllictividad social de la segunda década del siglo’ ‘lfonsina recorre, asimismo, los espacios ur- banos de la naciente modernidad portefia. Su mira- dda femenina, minoritaria (en el sentido de Deleuze Guattaris, que hace minoria frente al poder) muestra ‘otras cartograflas posibles. En estas nuevas topogra- fias, pone en escena, asumiendo un rol de mediado- 12, a es0s sujetos excluidos de la “fiesta de la moder- nidad””, cayas voces no estén representadas o estén subvaloradas en el mundo de la alta cultura. Su mi- rada descubre o desvela cuerpos ocultos y cuerpos sociales opacados o estereotipados por el discurso dominance. En este sentido, estos textos completan la mirada que nos ha llegado del perfodo a través de la visién sesgada, por ejemplo, de Evaristo Ca- rriego 0 el tango, y que la historiografa atin no ha revisado. Asi desfilan ante nosotras/os, la costurerta a domicilio (imposible eludir a ionia dirigida a Ca- rego y su costureita que dio aguel mal paso.) las -maestras que se casan poco, las telefonistas, las mu- 7 Kalen New, “The Marion of Fein: Age hn 191619267 en Wome and Ps atin Amerie Sonar ‘on Fm ad Car Lain nr, Unie of alia Pes, Bek 195, ge 7489. Gil Dee y Fe Guna, Kf, or nel me a, Més, 1978 can cpa eae coma wn deplzaicnn de een de “rnd de oer” iia Mall eran. “Bd po ander” en cle Calo, dee madera pormadomie, EL (Cop Aa, ee, Bence Ai 1993 pp 794 3 jeres migrantes, las empleadas domeésticas, las acua- relists de pincel menor, las cientificas y profesiona- les, las artistas y las inteleceuales. Pasando por lareinterpretacién de los cuerpos 1 de las topografia sociales de la ciudad, su discurso también se ancla en el compromiso con una politica feminista que, sin embargo, escapa a un ficil encai lamiento. Fsta se enmarca en un determinado con- texto, signado por la lucha a favor de los derechos ivilesy politicos femeninos y el reconocimiento de la ‘equiparacién intelectual de hombres y mujeres. Su pPropuesta, no obstante, va ms allé de la mera reivin- dicacién y apunta a un cambio sociocultural més amplio que dé lugar a una nueva sociedad, més de- ‘mocritica y justa, tanto en términos de género sexual ccomo de clases sociales. Podemos concluir ast que los ensayos de Al fonsina cobran intensa vitalidad en un momento co- ‘mo el actual, en que los estudios de género nos propo- nen una nueva via para releer la historia de nuestra sociedad y su cultura. En este sentido, trascendiendo su €poca, Alfonsina se asoma a los debates que nos cocupan en este fin de siglo. Mariela Méndec, Graciela Queirolo y ‘Alicia Salomone 4 [BIBLIOGRAFIA, Maan Barmy, Plena del pote de Daily, Fondo de Cul- "ura Econdmica, México, 1986 Masai Besa, "Bend por modeendad" en Nicol Casu- Mo, I debate moderidedpasmoderided, Fl Cio por Ao, A edi, Buenos Aire, 1993, Bibiogfie argentine de Arey Les, Fondo Nacional de as Ares Tetra, Buenos Ale, 1953, Jur BUT “Varaions sobre sexo y gato: Beavot, Witig y Foucul’ en Sela Bebabiby Drcils Cote, Tl fini “ynari rca, aiions Mons El Magosnitn, Vena, 1990. Gis Datzozey Feu GUATIAR, Kf Por wna Bier menor, Ess, Mésio, 1978 (Gwin Kimsrtce, "The Journalism of Alfoasin Sten. A New “Approsch o Women’s Hisry ia Argentina’, en Women, Cure ten Plies in Latin America. Seminar on Fein and Cale fn Lavin Americ, University of California res, Bethel, Las og, 1990. Daina Miscuern, “Majees eminimo yIneaun’ en David ‘Vilas (dincoe) istorii de eau agetng, Tomo Vik "Yegoyen eure Borges y Ae (1916-1930), Conuapano, Boe- os Ais, 1986, arian Newnes, “The Medemizaton of Feminine: Argetina 1916-1926, en Women, Culture, and Polis Latin Americ. Seninar on Eominiom and Cale in Latin Americ, Univer of California Pres, Bereey, 1950 Jost Luts Rovano ¥ Luts ALBEITO Roveno (eto), Hira de eure sgl, Abel, Buenos Ass, 1983, Beatni2SA0, Un medenidad peifrica Bueno Aies 1920 1930, ‘Naews Visi, Buenos Ais, 1988 Jou SCOT, "Enero: una categoria lpr lands hiecico", ‘Marts Lamas, H gee le contri alr dee dice sexu, rune UN, Meio, 1996 rn Viou, A fie singular, Cede, Unies de Vena, 1991 Agradecimientas Queremos manifestar nuestra gratitud hacia Alejandro Storni por el material que nos failed y por autorizarnos a publicar los textos de Alfonsina. Mario Salomone fue una persona clave en nuestro trabajo, asi como Liliana Maghenzani, quien nos permitié. consultar el archivo del diario La Nacién, y Pablo De Rosa que, con una enorme paciencia, nos ensefié a coperar la “méquina de los microfilms”. Reynaldo Sie~ tecase y Valeria Satas nos aconsejaron en la prepa- racién de la edicién, el doctor José Marfa Monner Sans nos asesoré legalmente. Darcie Doll y Natalia Cisternas aportaron ideas para el prélogo. Agrade- cemos también a la doctora Carmen Norambuena Carrasco, directora del Instituto de Estudios Avan- zados de la Universidad de Santiago de Chile, quien dio apoyo a este proyecto. Finalmente, Erick Gon- lez Lozoya y Gustavo Wymerseberg nos brindaron conocimientos informaticos y apoyo moral; sin su ayuda este libro no habria sido posible. Seleccién de ensayos Revista La Nore’ "Tos arcule secondo from pba em a scion Fein y Vin Femi Feminidades, 28 de marzo de 1919 El dia es gris... una lluvia persistente golpea los crstales, ademas he venido leyendo en el camino cosas de la vida de Verlaine. A la pregunea ze usted pobre? que me han dirigido, siento deseos de contes- tar; Emis, hago versos...Pero en ese preciso momen- to miro la luz elécrica y me sugiere una cantidad de cosas: la época moderna, el siglo en que nos move- ‘mos, la higiene, la guerra al alcohol, las teorias vege- tarianas, ete. En un instante he comprendido que debo vi- vir en mi siglo; mato, pues, el romanticismo que me hhan contagiado el dia Ilwvioso y Verlaine y escogien- do mi més despreocupada sonrisa (tengo muchas), contesto: Regular Emit... voy viviendo. Entonces el Emir me propone: {Por qué no toma usted a su cargo en La Nori la seccién “Femi- nidades”? He dirigido al Emir la més rabiosa mirada {que poseo (tengo muchas). ‘También de un golpe he recordado: Charlas femeninas, Conversacién entre ellas, Femeninas, La sefiora Mistero... todas esas respetables secciones se ofrecen a la amiga recomendada, que no se sabe dén- de ubicar. Emir —protesto— la cocina me agrada en mi casa, en los dias elegidos, cuando espero a mi novio y yo misma quicro preparar cosas exquisitas. Es el Emir entonces quien entra en fastidio; sme habla, me dice no sé euintas cosas... Creo que rmezclados a sus explicaciones vienen unos discretos clogios. Me he convencido de que el Emir, para su seccién “Feminidades", quiere un genio. Pienso que ‘ese genio soy yo misma; me miro en mi espejo de ‘mano para comprobar si yo soy yo. Noto que, en efecto, estoy sin modificacién. Bien, pues: me resuelvo por la seccién “Fe- rminidades”. No quiero echar culpas a nadie. Los otien- tales son fatalistas; Martin Fierro también lo era. luego el sexo femenino es resignado por habito. Si os hubieran dicho, hace dos meses, que en las préximas eleeciones una mujer seria votada, hu- bierais refdo, porque no hubierais sospechado jamés que, de pronto, asi como un hongo brotado después de la Iluvia, la doctora Lanteri hubiera puesto a prucba la galanteria masculina. La doctora Lanteri, persona de mi amistad y imi respeto, es mujer que ha dado pruebas de una gran originalidad. Siendo médica, y teniendo su consultorio siempre atestado de clientes, resolvié un buen dia cerratlo¢ itse a vivir de lo que le producia un cria~ dero de gallinas que ella atendia personalmente. ‘Mujer capaz de este rasgo no ha trepidado en cexponerse en las plazas piibicas a la malevolencia de una buena parte del pueblo elector. Yo soy una curiosa nacida 2B ‘Asi pues, cuando vi anunciada la candidatura de la doctora Lanter, resolvi investigar caso por caso Ia opinién personal de la mayor parte de los hombres {que conozco. tengo a quienes su rasgo parecié digno de todo encomio, otros lo hallaron grotesco y ridiculo. Sin embargo, entre mis amigos personales, yo no cuento con un buen muchacho de veinte a trein- ta afios, de cintura de avispa y brillosacabellera, de pocas letras y gentles modos, primera figura de sa- ‘20s, dulce acariciador de manos blancas al compas de un bailable. ‘Anduve, pues, ala pesca del hombrecillo per- fumado, ardida en amor clvico, deseosa de penetrar a través de opiniones distintas el pensamiento del pais, hhasta que tropecé con él Conocerloe itme: curiosidad fue uno. —:Qué opina usted de la doctora Lanter? —Que es fea —me contest. ‘Me hizo tanta gracia que me estoy riendo todavia. ramente a satisfacer mi Las sefortastelefonistas estin de huega. Creo que es una huelga justa. Estas pobres muchachas ga ‘nan una miseria y tienen un trabajo antipitico. Sin embargo, nosotras debiéramos estar re- sentidas con la sefiorita telefonista. Nos consta que a las personas del sexo femenino nos atienden con cier- 1a displcencia. 4 ‘Tengo una amiga que, cuando quiere obtener comunicacién répida, la hace pedir con su hermat cs verdad que su hermano tiene una vor bien tim- brada y que, posiblemente esa vor adquirird, a través del hil, sonoridades simpiticas. Pienso también que la pobre muchacha que atiende el conmutador, agriado el cardcter por la mis- :ma tensién nerviosa de su trabajo, se ha de sentir mo- Jestada cuando una voz femenina, aguda o hiriente, le da en el eimpano. Debe ser por eso que, de vez en cuando, si tuna persona femenina espera comunicacién, en vez de aquélla, suele sentir una descarga, en el tubo del teléfono, capaz de dejara sorda.. Serta de desear que esta huelgaarreplara hasta esa pequetia antipatia de sexo. Nada le costarfa 2 la sefiorita telefonista no hacer esas picardias molestas y a la persona femenina ser menos impaciente y gritar menos al pedir comu- nicacién; esto ¢s si no tiene a mano un hermano de dulce vor, cosa dificil de fabrca, asi, en un momento para tan liviano uso. Sea como sea, deseamos toda clase de mejoras a la seftorita telefonista Aifonsina Storni ‘Compra de matidos, 4 de abril de 1919 ‘Amigas: Las cosas valen por su escasez. Ima- fginaos a cuinto pagariamos el litro de agua si no abundara y qué profundo desprecio tendrfamos por loro, relumbroso y feo, si se lo encontrara como los terrones las piedras. Cualquier cosa, la més bella, lega a hacerse ‘vulgar, cuando es abundant, y a pasar desapercibida. Cualquier cosa, a més pobre, la més vulgar, adquiere tun valor extraordinario cuando muchos la soicitan y no alcanza para todos. El valor de las cosas pues, tuna cuestién de relatvidad y puede regirse por la ddemanda y la oferta {Os acordais de aquellos eélebres ratones del sitio de Paris? [No es mi propésito hacer aqui una enume- racién histérica de los valores fabulosos que han alcanzado, en ciertos momentos, determinadas cosas, ppeto recuerdo, de paso, lo que todos sabemos (sin intentar comparacién con el objeto que motiva estas Iineasjoh, no!) para justifica,siquiera con un hecho, lo que afirmo. Y¥ es, oh mis buenas amigas, que después de esta guerra hemos quedado en abrumadora ‘mayorfa femenina.. Y es que... los hombres estén a punto de adquirir el valor de aquellos terribles roedores. 26 ‘Andan palabras amenazadoras por el ambien- tc; algunos han dicho: “poligamia” y el eco ha con- testado recatadamente: “;Cruz diablo”. Yo no sé, francamente, qué es lo que ha- Algunas amiguitas mias piensan que la pa- labra “solterona” debe desaparecer del dieciona- rio, porque es la més antipética de cuantas se les ccurrié inclur allfa los venerables padres y maes- twos de la Real Academia; nada hay que lae con suele de sospecharse largas y estiradas, con un par de lentes montados sobre la nariz, una dulce bol- sita de bilis a mano y dedos giles para pellizar sobrinos. ‘Otras piensan lanzarse por las sendas de la actividad masculina y olvidarse por completo de ls ra- tonesyy de los hombres. (Se entiende que, de los hom- bres, como maridos) Un buen niimero, sin embargo, confia ain en cierto juego de ojos, sonrisas y manos, de resultado infalible, que habré de conducirlas, pese ala escase, al florecdo altar, entre melodiosos acordes, angelitos rubios y virginal corte de preciosas muchachas y més inceresantes muchachos. Yo, por mi parte, sin comprometer opinién definitiva, pienso que también esto puede resolverse en gran part, por el procedimiento de la demanda y Ja ofera, resultando asf favorecida la poseedora de mejores caudales. Creo que no seré dificil que mafiana veamos tun aviso asf: “Joven poscedora de medio millén de pesos, alta, elegante, de fina educacién y mejor cara, 27 No dudo que, legado esto, se formardn 250 ciaciones de muchachas pobres para... tirarse al rf. Alfonsina Storni Nosotras... y la piel, 25 de abril de 1919 Siguen las estrellas en el firmamento, la tierra continga dando vueltas; después de la noche viene el dig; al dia lo sucede Ia noche... van los tios por la misma pendiente... alos hados gracias, los Andes es- tin de pie todavia... Creimos, por un momento, que habfan oci- trido cosas fundamentales pues habréis de ver que algo nuevo hay bajo el sol: se ha descubierto no sé qué intima relacién entre la moralidad femenina y la pick se lo ha descubierto ahora, en pleno siglo veinte, cuando ya nos permitlamos, las osadillas, de- cir en voz alta que conocemos a un escritor que se lama “Monpassant”. Oh desgracia! Correremos desde hoy mismo hacia las tien- das, pediremos muchos metros de tela para hacernos vestidos especiales, usaremos pesado velo en la cara, ros pondremos guantes de dos centimetros de espe- sor en las manos. Oh desgracia mayor! Iremos al teatro con aparatos para taparnos los ofdos y lentes ahumados en los ojos... iremos al teatro Hevando en las manos los cuentos de Blanca Nieve, Barba Azul y la Cenicienta por la calle sin alzar los ojos, no miraremos a ningén la- do cuando vayamos por las aceras e inmoladas en «se plidico sacrificio cacremos vietimas de un auto veloz. 29 {Oh romantica y pura muerte de una nifia del siglo veinte! ; Todo eto nos aa ged primero una dis icién municipal prohibiendo a los bailarines que {parercan ene lad con lt pirat smal segundo una liga de sefioras contra la moda, pata evi- tat los excess del descubiero, Resulea, pobres de nosotras, que mucha parte de aignida yl pur femeninos lo enemos en il, a la que no podemos ni lucir ni mirar sin que Mth moe sf dole ‘Nunca hasta hoy se me habfa ocurrido pensar que féramos una cosa tan amorfa como lo que aquel hecho da a entender. Hasta hoy yo habja pensado que la moral femenina era mucho més profunda, mds valiosa, mds completa. ‘Mc habia permitido sofiar que podtamos ir a tuna sala de espectéculos y resucitar a la Grecia ma- ravillosa en un pidico desnudo... habia creido que tenfamos el derecho de ir a los muscos y olvidarnos de todo ante la presencia de un mérmol perfecto, habia sofiado con que eso era tan nuestro como el agua que bebemos... Habla creido que de esa sen- sacién de arte resurgirfamos elevadas y paces de entender la divinidad, capaces del perdén, ddl sactficio, de todos los més grandes sentimientos humanos, y he aqui que los hombres descubren en. la piel y en el desnudo las propiedades de Satin y {quieren salvarnos, oh protegidas mujeres, de sus ma- léficos peligros, poniendo entre Satin y los ojos tuna malla de seda muy transparente, muy fina, muy sugestiva. ee Ce 30 ¥ esta magnifica liga contra la moda? Es una especie de frazada de lana para ahogar fas llamas que pueden desprenderse de un cuello Gentiles sefioras: wo opino que lo peligroso es al cuello, y si su piel delicada y bella es un estorbo para la tranguilidad del mundo, hay que hacer una liga para cortar todos los cuellos hermosos, pero las frazadas estin mandadas a guardar.. Reunirse en un salén, hacer wna lista de la comisiGn directiva, tomar una taza de ¢é, hacer un inofensivo comentario, es cosa que todos los dias hhacen las mujeres y los hombres, porque algo debe hhacerse para que pase la vida lo més répidamente posible. Pero emprenderla en cétedra severa contra la ‘moda, por ejemplo, mientras se descuidan problemas fundamentals de la vida, en el sentido econdmico y educacional, me parece lo mismo que ponerse a va- ciar el mar con un mal jatito de nif. Oh, el mundo esté muy perdido; eso lo sabe- ‘mos ya. Hace siglos que se repite... Pero no hay que confiar en regeneraciones realizadas entre cuatro y cinco de la tarde, a palabras sonoras y buenas intenciones. Las regeneraciones, si vienen, se anuncian ‘mak: rayos y trucnos las preceden, diluvia mucho. Las regeneraciones van al corazén, a los pul- rmones, a los érganos vitales de la economfa humana, ¥-de por sla piel se regenera Es frecuente que para cura barros y granos de 1a pic, se atienda al aparato digestivo o a la composi- cin de la sangre 31 La moda, sefiras, és un simple y liviano sar- pullido inofensivo las més de las veces. Pero si el celo nuestro es tanto, es bueno con- sultar la opinién de los médicos y analizar prolija- mente el organismo. Afonsina Storni Feminismo perfumado, 2 de mayo de 1919 Las épocas de transicién han dado siempre productos hibridos de aspecto desagradable. Hay un animal que sive de eslabén entre los mamiferos y las aves: el omitorrinco, Posee este animal pico de ave, one huevos y es mamifero, Este feo producto z0olégico me ha hecho re- cordas, por asociacién de ideas, a cierto producto hi- brido del feminismo. Por defensora que sex de los derechos de la ‘mujer; no puedo menos que encontrar desagradable cierto elemento que emerge del feminismo y que, bien considerado, no es més que una combinacién toxpe de |a vieja habilidad ferenina con retazos intelectuales. Este perfumado feminism pone feos borro- res en una causa que necesita un sobrio valor moral para imponerse. Pongamos por caso: una sefiora se siente lena de vigor masculino; quiere viajar como petiodist, y consigue, de un diario, un carnet que la acredita co- mo repérter del mismo. Esta sefiora no ha hecho en su vida otra cosa que lustrarse las ufia, pero posee una ilustracién su- ficiente para no hacer un del todo deslucido papel. Sale esta sefiora de su palsy va a los limitro- fs, a cuya prensa saluda, en vista personal, en nom- bre del diario que representa, 33 La sefiora es bella y cuando el talento se le acaba, emplea graciosamente los ojos, dice cuatro co- ss nebulosas, inventa extravagancias, s¢ le escapan cstulteces... En fin, su persona femenina triunfa en nombre de un feminismo que ella se inventa, pues tales artes nacieron con Eva, y el verdadero feminis- ‘mo que busca la dignificacién de la mujer, que tiende a elevarla por sobre el instinto, sufte una baja, mien- tras que la activa dama logea un articulo en un diario © revista, y ef mundo sabe que existe sos como el presente no son la exepein; ‘muchos asi o muy parecidos suceden; sin embargo, consuela pensar que en todos los movimientos huma- nos ocurre y ha ocusrido y ocurrits lo mismo, ‘Mientras los convencidos luchan por impo- netlo seria y noblemente, elementos de especulacién los aprovechan para su lucimiento personal. No creo, desde luego, que la mujer, po el he- cho de salir de su hogar haya de perder su natural gra- cia femenina; pero, de que la conserve sin violencia a que la mancje oscuramente, sesgando el feminismo, hhay una larga diferencia que los menos avezados ca- zan al vueo... Alfonsina Storm Un baile familiar, 9 de mayo de 1919 Celebra la familia de Paglota, un aconteci- ‘miento de nota: las bodas de plata de los troncos principales de sta sagrada asociacin: la familia, Desde las primeras horas de Ia mafiana, las dos nifias de Paglota, con los rizos atados, bajo una linda cofia de muselina, han movido de un lado a ‘otro trastos y muebles. El amplio comedor de la casa ha sido trans- formado en sala de baile; sillas de dos 0 tres clases rodcan el perimetro de la habitacién; sobre la pared principal luce un plano negro torturado a diatio por los blancos dedos de las gentiles muchachas. ‘Una de las habitaciones da al patio, en donde se han distribuido macetas con helechos y plantas de adornos; otra conduce ala pieza donde se ha dis- puesto el lunch, dormitorio habitual de las niias de Paglota, que han debido correr sus camas desarmadas hasta la despensa. Quince dias hace que la feliz noticia corre centre las amiguitas del barrio; el diario de la parro- quia lo ha anunciado en noticias sociales. Se sabe {que concurritin muchachas y muchachos de buenas familias, Las nifas de Paglora estrenan vestidos, si bien no han podido hacer lo mismo con los zapatos, alos que les han dado una mano heroica de cera negra. 35 Las medias de seda han suftido también una ligera reparacién: algunos puntos “escapados” han si- cdo hibilmente compuestos con una aguija de crochet. Desde las 6 a las 7 de la tarde han empleado enc peinado, que, en verdad, resulta clegante. La mamé y el paps, modestos burgueses, an puesto sus mejores galas. 7a Pu anf veda ha tad un buen nc nada falta; estin brillances los rostros e impacientes las alas ‘A eso de las nueve empieza a sonar con fre- cuencia el timbre... Ilegan las chicas de la otra cua dda, las primitas de Flores, la familia de Rossi, algu- nos muchachos solos, et. Poco a poco el grupo se anda, la casa se llena de gente.. . see sas diet media eamos “a grand complet En la sala de baile unas quince chicas de lin- das cabezas, empolvadas caras y trajes claros, esein sentadas en fila, charlando en vor baja. ; En un angulo, cerca del piano, como hojas -vicjascortidas por el viento, se han agrupado algunas ‘mamis en trajes, generalmente negros. En el patio, asomando las caras, oh, entre insipidas y juveniles, ‘unos veinte muchachos fuman y hablan de caballos, de tangos, de filos y otras cosas Entre las nifias concurrentes, cuatro 0 cinco tocan el piano y una de ellas arranca con un tango brioso que pone a los muchachos del patio con las ppiernas como sobre pilas de Volta. Dirigen las muchachas insinuantes miradas hacia la puerta que da al patio.. Asoman por ella seis. 6 siete rostros, pero la atraccién es atin insuficiente para moverlos y el tango pasa, acaba, sin ser balado. 36 Después de un momento de charla se hacen ‘nuevas presentaciones, entran algunas personas més, y la misma nia hace salar el piano bajo un fox-trot. Esta ver el joven Paglotaelige una compatiera « inicia la danza. A la tercera picza hallan ya ties 0 ‘cuatro parejas, ya las once y media, no caben ya en el salén y algunas salen al patio. Se urnan las chicas en la ejecucién de as pie- zas bailables que se reducen a tangos, two-step, fox- troty algén vals Boston, Danzan habilmente la mayor parte de los concurrentes; de ver en cuando se advierte a un mu- chacho empefiado en comunicar agilidad a su pesada Y torpe compafera, 0 a otro revelar, a pesar de sus esfuerzos, sus habitos de cabaret. Si'se mira a un muchacho no hace falta mirar 4 los demés: todos dan un aspecto de uniformidad especial. Es el mismo cabello tirado hacia atrés y bien lustrado y dominado a base de substancias grasas; es la misma corbata, el mismo talle, a misma conver- sacién, las mismas ideas. Hijo acaso de un saca bocado que los re- corta de un golpe de la vida y los arroja alos bailes familiares? Las chicas, por lo menos, tiene cada una su pequetia personalidad... sta tiene una linda sonrsas aquélla maneja bien el piano, la otra atrae por su cabeza rubia; al olfato simple dan la sensacién de haber iniciado su propio capullo. ‘Nos quedamos pensando por qué esta dif rencia, cuando son de los mismos hogares, de la mis- ‘ma educacién, de iguales costumbres.. 37 Hiallamos una respuesta sencilla: una mujer de 18 afios ¢s ya una mujer; un hombre es una cosa insubstancial a esa edad, y ni siquiera tiene lo que aquella posee por instinto la gracia. rae ae mac segumos 2 oe Barnes, nfiiga- bles, cadenciosos, heroicos. ‘Aceso de las doce y media se pasa al lunch. Ali los muchachos adquieren verdadera per- sonalidad... y no es extrafio que algunas muchachas pierdan ka suya, Dos horas mas de baile y un caliente choco- late reconfortador y oportuno. Después, de nuevo el tango, el two-step, el fox-trot, la muchacha pesada, el muchacho que casi sofocaa la compafiera. Empiezan a pesat los parpados de las graves seforas de negro; unos primeros, otros después, inician el desbande. Pero atin quedan ocho, diet parejas que no ceden ante la fatiga ‘A las seis de la mafiana la sala de baile esté vacla Las sills en desorden, el piano abierto, algu- nas flores caldas en el piso Flota en el aire un olor a polvos, a perfumes, a cosméticos, a brillantina a seres de raza blanca.. Suefian las muchachas cosas raras; comentan Jos muchachos pequefos detalles. Nada. Un baile honesto de familia Mis peligrosos que esto suelen ser ciertos ver- sos de mujer. Alfonsina Storni Diario de una nifia iméil, 23 de mayo de 1919 Esta mafiana al levantarme me he acordado de ue alguien dijo que un hombre completo debe en la Vida tener un hijo, planear un drbol y escribir un libro. Yo no suelo ser muy afecta a seguir los pen- samientos de nadie, pero éste me ha gustado... Son tan verdes las hojas de los érboles...renen tantas ho- jas... Algin dia me voy a entretener en contar las hhojas que tiene un érbol He pensado también que una mujer comple- ta debe escribir su diario: todas las grandes mujeres lo hhan hecho asf; més ain, algunas se hicieron grandes después de publicar su diario... Desde hoy, pues, empiezo a escribir mi diario: pondré en él todos mis pensamientos intimos, mis te- ‘mores, mis afanes... lo mds importante que me ocusra Empezaré por hoy.. {Qué me ha ocurrido hoy? Nada. He estado contenta todo el dia. 'No me he aburrido. {Ab, me olvidaba! A las tres de la tarde senti tuna fuerte puntada en un pic. ‘Serk esto de mal gusto? {Tendré algo que ver el buen gusto con la psi- cologfa? Lo pensaré seriamente, i | | 39 Primavera de 191... He recibido esta tarde, de mi amiga Mochita, tun decélogo interesantisimo. Resulta que se ha cons- tituido una “Asociacién secreta de las nifias inles pro defensa de sus intereses. La Asociacién ha formulado un programa completo y sus sometidas deben aceptar este de- eblogo: 1 Cazar novio sobre todas las cosas. 26 No ponerse a la caza en vano. 30 Santificar las “fiesta. 4° Honrar Oro y Lujo. 5° Matar callando. 6 No hurtar a la amiga un novio pobre. 7° No estornudar (sobre todo detante de los hombres, porque las chicas se ponen muy feas) '8° No deslizar falsos testimonios sino en un clogio y no mentir cuando una pueda set descubierta see yy No desea el marido de a amiga antes de que aquél enviude. 10° No codiciar més que aquello que se pue- da obtener salvando el honor. (Aqui siguen accesorios del decdlogo, con de- talles muy interesantes.) Medio: El decdlogo no esté mal, pero esta Mochita es tun poco descocada... zA quin se le ocurte probibir que se robe un novio pobre? {Hay cada desco de hacer ganar dinero a los fabricances de tintal Y escribo esto porque creo que esta franquera ria expresa mi intima psicologia y no debo olvidar- 40 me de la receta para transformar una nia inctil en una gran mujer. Noviembre 4 Vengo de la reunién secreta: he salido con- vulsionada... ‘Tengo 25 afios.. [Horror Desde mariana heme a la caza de un hombre, pequeio o grande, delgado o grueso, rubio 0 more- no... el pafs necesita mi concurso maternal. Dios mio, inspirame. Noviembre 6 La cleccién del traje es una cosa muy im- portante para la caza del novio (esto dicen los acce- sorios del decilogo). Ast, pues, para la fiesta de ‘mafiana debo clegir bien: el rosa me queda mon ‘mo; mis ojos brillan més, resalta la negrura de mi caballo. sane iBl blanco! Ob, el blanco me queda divi- no... parezco uno de los angelitos que danzan en el cielo bajo los érboles lenos de panecillos de oro. Pero cl lil. el lila es mi color predileco.. lias eran las ojeras de Margarita Gautier. (Podemos hablar de Margarita Gautier por- aves aepinis) Esto no entra en el decélogo, pero ;por qué no hemos de hace unas exapada il decloge? 4a {No dicen que en las mujeres todo son “es- capadas"? “Me decido pues por el vestdo lil. Ah, pienso ahora que tiene un escote demasiado pronunciado. Voy a consultar los accesorios del decdlogo: “Es prefeible que el escote sea discreto: la sgsa es muy importante en la caza del novio.” Sf; le afiadiré dos centimetros de gasa al es- cote, porque colijo (sta palabra es muy poco usada ‘entre las nifias), porque colijo que los centimetros son cost muy grave en la vida femenina. ;Si habréesctito yo halago digno de una gran mujer? Noviembre 7 ‘Ah, he sufrido una fabieta.. Cet anoche haberlo apresado ya. lo cre pot Usé con discrecin de las nociones adquitidas cn la Asociacién secrete. Pero estoy convencida ahora de que tropect con un tlingo Después de las primeras escaramuzas empez6 a observarme como si me tuviera debajo de un mi- croscopio. {UR Estos profesionales son unos insoporta- bles, Se les ha dado ahora por las grandes cos. Han perdido la sencillez de coraz6n. No son capaces de sentir st, a primera vista, una pasign ava- salladora,ciega. ;Quién me diera hallar hombres como los de cotzos tiempos! a iEntonces si que el decdlogol... ‘Oh, pero no desespero de hallar mi media smitad. Me vengaré... Odio a los hombres con biseurfy microscopio. Noviembre 9 Hace algunas semanas que no toco mi dia- Fo... los das van pasando uno a uno... estoy un poco aburrida. eyes ‘Ayer vino a verme Mechita; me dijo que el decélogo le ha dado gran resultado. Se casa este verano. Y se casa bien. iQué encanto de chica! Hace dias hizo poner como lema de la Aso- ciacién secreta esta sentencia: “la mujer ha nacido para desarrollar una accién moral y educadora iNa lo creo! Diciembre 20 Estoy nerviosa febrciente.. un mes més empiczo los 26 afios... " ‘Que tarde estipida! Llueve, Diciembre 25 ‘Tengo un gran programa... alas sierras nos vamos...y va con nosotros... jOh!, me guardo el nom- 4B bre. hay cosas que no deben ser profanadas.. Sobre todo, el pudor.. “Ayer nos han dado en la Asociacién secreta nuevas lecciones; las cosas todas se vuelven cada dia mis diftciles, Hay que avanzar. Las cosas se modifican. Es imposible no se- guir el conjunto de estas cosas. Enero 15, iBurekal jLo pesqut... lo pesquél Es un Hombre oid. abedo, humana venidera; es un hombre lo que he pescado... (Oh, dioses, os ruego que no lo confundais con un grill.) Enero 25 Diario mio; me despido de ti por unos ‘Al decilogo me debo.. He dejado ya de ser una mujer: soy un deci logo en accién. ia a dia, noche a noche, me debo a la epe- sicién sagrada: el 1°: Cazar novio sobre todas las co- sor E129 ete Por la copia Alfonsina Storni UNIVERSITY OF EVANSVILLE LigraRes Historia sintética de un traje tailleur, 30 de mayo de 1919 Cietta mafiana la epidermis de una oveja em- pezé a esponjarse en inmaculados vellones. Poesia pura, pucs, es mi abolengo, si bien a través de méquinas,tintas, tjeras y agujas haya perdi- do mi condicién primitiva para convertirme en un clegante trae walleur. Caralogado, marcado a precio fijo, me colga- zon de dos biazos de madera y vivi apretajado entre ‘otros vestidos unos cuantos dia. Pronto empezaron a sacarme con frecuencia de mi encierro ‘Cuando lo hacfan escuchaba voces femeninas ¥ pasaba a cubri brazos perlumados y tibios. Un buen dia me arrollaron, me envolvie- ron, me ataron y fui ransportado a través de la gran ciudad, " * Cuando me vi libre de mi ineémodo encie- ro, ul colgado nuevamente en dos brazos de madera y me dieron por habitacién un ropero muy mono, donde me deci a continua abutiendome, Al dia siguiente de mi encierto vi que, frente a ‘un espejo, una dulce mujereia rubia se cubria conmigo, Yo me senti feliz porque euve la intuicién (los trajes somos muy perspicaces) de que me echa- sfa a corter mundo y podela ver muchas cosas in- 45 ‘Cuando yo eta pequefio y vivia adherido a la epidermis de una oveja, of decir a un pljaro que no ‘onocia cosa més curiosa que el género humano. Este péjaro (como todos los péjaros) se refa de Jos hombres que era un portento; pot eso cuando me vi sobre una representante de aquel, me senti profun- damente alegre y me dispuse a no perder ninguna cnsefianza ‘Con esta dulce mujercita rubia yo no aprendi casi nada; salia conmigo, por las mafianas, a hacer compras, nada més, y nada me fue revelado en las frases que en esa tare le ofa ‘Después se me encerraba en el ropero y todas mis observaciones quedaban vedadas. Sin embargo, aprendi con ella cosas muy in- teresantes sobre el afer. St; pude observar que el alfiler es una cosa aguda como una lengua, liviana, reemplazable, bara- ‘3, abundante, Fl alfiler cambia un pliegue sin alterarlo, acorta un vestido sin cortarlo, cubre momentines- ‘mente un imperfecto irremediable. TB aller cose sin coser, aregla sin arreglas, aa sin ata; el alfileres una cosa de quita y pon, segiin fel momento y la oportunidad; segiin la hora y el P° a aller se hunde en el ejido sin dejar seis deello.. No hay cosa més irresponsable que un afles ‘su hermana, a agua, es mucho més sera; deja puntada y sobre todo, nudo; me detengo en ello porque yo soy hijo de Ia puntaday la conotco bien en cambios ‘apenas hijastro del alfiler, ya que éste me toma y tne deja, me aust yaflja con verdaderaimpiedad. 6 He pensado alguna vez si mi primera ductia, aquella dulce mujercita rubia, se pareceria en algo a los alfileres, pues los tenfa en abundancia y parecta amarlos; pero no pude darme una respuesta, pues al [poco tiempo de tenerme experimenté los honores de la imprenta y, bajo dos diseretasiniciales, fui puesto en venta en fa seccién “sefioras” de un gran diario De las manos de aquella dulce criatura pasé a ors no menos Blanes bien lg ms deeds, Desde el momento que estuve en ellas empeza- ton a darme un fuerte traqueteo:cargaban conmigo a la ‘mafiana y no me abandonaban hasta la noche, sino uno que otro dia a la semana, sobre todo los domingos, ‘en que suftia las torturas de la plancha y la bencina, ‘Andaba en tranvia cuatro veces por dia y en las conversaciones que alli escuché, hube de cercio- rarme de que los pdjaros tenfan razén al hallar suma- ‘mente curioso al género humano. Desde el primer momento noté en mi nueva duefia una cosa a la que no estaba acostumbrado; su resistencia a sujetarme con aller. Una noche entera me tuvo cosiéndome y descosigndome broches, hasta no necesitar de un solo alfiler. ‘Mi cuiosidad qued6 picada y resolvi atisbar en sus conversaciones el por qué de esta resistencia. Una vez of decile a una nifa que debia ser st hija, pues la Iamaba mami: “Desde que tu papacito ‘muri, no me queda tiempo para entretenerme con alfileresy ti debes aprender desde ahora a no usatlos; el alfiler es tan inmoral como una mentira; lo que no quiere decir que a veces no sca necesario un alfiler para prender cosas que han de tirarse luego, como 47 tuna flor, por ejemplo, pero cuidadiro con que vuelva a encontrarce un alfler en una enagua’. ‘i bien los trajes suclen ser perspicaces, no logeé entender del todo estas palabras; pero me con- formé pensando en la opinién que los péjaros tienen de los hombres. En compafia de esta sfiora observé cosas muy raras: como un trae ve por los cuatro costados, hube de notar que mi duefia provocaba a su espalda son- risas indefinidas. ‘Una vez of decir: *;Viuda y de treintaafos". Otra vez escuché: “Regresa a su casa a las nueve de la noche”. ‘Mi duefiatenfa una singular mania: y era un rmovimiento de cabeza de derecha a izquierda; observé Gque los comentarios se productan sisteméticamente después de aquel movimiento. ra come empoco eso entender ie, reso ‘i requetir, una vez que estaba en una plaza, Ia opi- ‘ién de un pajaro, pero és, despistado acaso por los procedimientos febriles a que yo habia sido sometido, fo reconocié el velén de lana de su amiga, la oveja, y se alejé de mi en un despreciativo silencio. "He de confesar que Fui presa de profunda tis- teza al lado de esta mujer: oraba con frecuencia y apretaba sobre su pecho dos cabezas rubias de las cuales me quedaban adheridos cabellos. ‘Allos dos afios de usarme fui descosido, cor- tado y rehecho de nuevo, y me encontré vistendo a tuna adorable chiquilina.. ‘Esta es la época mds feliz de mi historia. Los trajes son sensibles ala inocencia como nadie puede figurirselo. = = = 48 Cerca del corazén sin dobleces, los tajes sien- ten descos de ser la virtud misma para hacer la ino- cencia incorruptible. Correteando con la nifia, muchas veces, por los campos, he encontrado a las blancas ovejitas y he ‘irado el cielo azul cuando vivia adherido a su epi- dermis. Lo tinico que me apenaba en aquella época cra ver que cada dia resultaba més estrecho para mi poscedora, que crecla de manera extraordinaria. Un dia no pudo ya usarme.... Lo sent! mucho, porque me habia acostumbrado a querera y a tener le piedad. ;Era tan inocente y tan bell... Y cémo recordaba yo las sonrisas indefinidas.. las conversa- ciones de los tranvis. Desde que la nifia me abandon6, ademés, se incensificé mi decadencia: partido en pedazos, des lachado, wij, he io pando poco a poco al én ‘Ahora me encuentro entre montones de des- perdicios: a veces un papel escrito me hace compafia. y entonces me entretengo recordando a los hom- bres... algunos pedazos mios e han podrido del todo en la tierra y vuelven a entenderse con los péjaros sosteniendo animadas discusiones sobre el género humano; pero los péjaros no quieren cambiar de opinién. Alfonsina Storni Un libro quemado, 27 de junio de 1919 La palabra ferinista, “tan fea", aun ahora, suele hacer cosquills en almas humanas. ‘Cuando se dice “feminist”, para aquéllas se encarama pot sobre la palabra una cara con dientes dsperos, una vor chillona. ‘Sin embargo no hay mujer normal de nues- twos dias que no sca mds 0 menos feminista Podré no descar pasticipar en la lucha politica pero desde el momento que piensa y discute en vor alta las ventajas o errores del feminismo, es ya femi- nista, pues feminismo es el eerccio del pensamiento de la mujer, en cualquier campo de la actividad. Bs pues la razonadora antifeminista una fe- ‘minista, pues slo dejaria de se tal, no teniendo opi- nién intelectual alguna. Fs curioso consignar que en los patses de ha~ bla castellana las primeras feministas —suprimidas reinas y damas de corte influyentes en politica— an sido monjas, las que, por dedicarse a una vida de si- lencio y de cultura religiosa, pudieron ensiquecer su espiritu en las lecturas sagradas y escribir y publicar sus oraciones, versos, 0 comentarios. Pero el prejuicio antifeminista es antiguo. ‘A Tetesa de Jess, que se habfa permitido co- smenar el Cantar de los Cantares en piginas inmot- tales, su confesor hizole quemar aquel libro y sibese = 50 51 de las maravillas literatias que contenta, por algunas ‘opiasaisladas que en poder de una monja quedaron. Dice de esto Fr. Gerénimo Gi “Entre otros libros que escribié (se refiere a ‘Teresa de Jesis) era uno de divinos eonceptos y atisi- ‘mos pensamientos del amor de Dios y de la otacién y otras virtudes heroicas, en que se declaraban mut ‘has palabras de los cantares de Salomén, el cual li bro, como pateciese a un su confesor cosa neva y peligrosa, que mujer escribiese sobre los cantares, ee ‘mandé quemar movido con celo de que (como dice San Pablo) callen las mujeres en la iglesia de Dios, co- mo quien dice, no prediquen en pilpitos, ni lean en cétedras, ni impriman libros. "Bien creo que si este confesor hubiera lefdo con atenciéa todo el libro y considerado la doctrina tan importante que tenla, y que no era una declara- ‘ign sobre.cl Cantar de los Cantares, sino conceptos de espititu que Dios le daba, encerrados en algunas palabras de los cantares, no se lo hubiera mandado quemar, Porque asi cuando un sefior da a su amigo tun precioso licor, se le da guardado en vaso riquisi- ‘mo, asi cuando Dios da a las almas tan suave licor como el espirtu, le enciera, as més veces, en pala- bras de la Sagrada Escrtura "Permitié el Divino Maesto que una monja ttasladé del principio de este libro unas pocas hojas de papel, que andan escritas a mano y han legado a ‘mis manos con otros muchos conceptos espirituales ue tengo en cartas que me envi6 escrtas de su mano Irinama venerable Made y muchos que supe de u boca, en todo el tiempo que la traté como su confe- sor y ptelado, que fueron algunos afios, de que pu- dicks hacer un gran libro..” Hie aqui cémo una gran obra literaria ha sido perdida para el espiritu humano por un prejuicio ne- tamente antifeminista. ‘Sabemos ya que desde el punto de vista mo- demno, filossfico, diré, las Sagtatas Escrituras son antifeministas, y las leyes por las que nosotros nos regimos, inspiradas en gran parte en aquella, anti- feministas tambien. : Pero toda mujer que entrara a consideraras, en pro o en contra se volveria feminista, porque lo jue por aquellas le esté negado es pensar con su ca- tere por algunas de das, obrar con su volunad ‘No entto a discutir aqut los fundamentos de esta prohibicién. Me limito a exponer un caso se ‘ruccién, en el campo del are. le de des- Alfonsina Storni Las poetisas americanas, 18 de julio de 1919 En nuestro continente la poesla se parece ala vegetacién tropical: si no muy til, si no muy soba, ss abundosa y desalifiada, rica en ramas y hojas y preparando, claro est, algin fruto, Esto es en Ia poesia, que es la rama de las letras cultivadas con més éxito por la juventud pensante del continente: otras ramas estin a me- dio regar todavia, aunque algunos brotes aislados apantan, Y hay razones para que asf sea: una poesia se hace en un momento dado, se la pule luego, si se la pule, y el trabajo estérerminado, La novela, el drama, ‘exigen ya una dedicacién constante, un trabajo de conjunto, una disciplina mental més severa, y el am- biente no esté para eso: se vive a saltos, se adquiere tuna cultura liviana, se distribuye la vida en distintas solcitaciones amenas,y el cerebro se unta de pereza y se rebela ante trabajos de aliento para los cuales tam- poco hay estimulo, En mujeres y hombres acontece ello; més vi- siblemente atin, en mujeres que en hombres. De las que escriben o escribieron en el con- tinente, las que han tenido, hasta ahora, resonan- cia en estas tieras y en Espatia han sido las que lo hhan hecho en verso, nos referimos a algunas, por 53 Empezaremos por el Unuguay: tiene éte a Delmira Agustini, tan ampliamente difundida y co- rmentada como poco comprendida. elmira Agustini con toda la apariencia ver- bil de una fuerte sensualidad femenina, es profunda- mente espirtualista: Ab, 11 cabeza me asusth. Fluia Della tad la vide, pareca |No sé qué mundo andnimo y nocturne dice la magnifica poetisa en un hondo pensamiento, Ge ev la consecuencia de una conmocién espiiual. Ia sensualidad pura no podsia dictarle jamés estos ‘ersos nacidos de una contemplacién pastoral, depu- tada através de las ms finas mallas que pudiera tener tun alma femenina, Y esta frase: Mi alma os frente a alma como el mar fente acide. Y esta otra: “Aly los euerporcedieron, mas las alas rencadas Som el mds inerincado nudo que nunca fut Y¥ tantas otras, y toda su obra que expresa una naturalezavigorosa y profunda, pero cuya finalidad es sorprender el espcitu,aislado a través de la materia Hn a ama vecina Replica ein Mara Fugenia Vaz Ferreira, de temple masculino y fuerte cabraign. Las Luis ue hace vemos dues y 54 sentidos, aunque su actividad mental halle campos més propicios en la critica y en wabajos metodoldgicos. Y finalmente acaba de surgir Juana de Tbar- bourou, que publica su primer libro de versos “Las Lenguas de Diamante”. La prologa Manuel Galvez ue, si no acierta en todo lo que dice, le rinde justi- cia y la sefiala al continente como una revelaci6n, He aquf una de sus més caracteristicas com- posiciones. Fosrrva Glotoma por las moras tempraneras Es noche cuando torno ala alqueria Cansada de ambular durante el dia Por la selua en procura de morera. Radiante, sascha y despeinada, Con un gajo de aromo en la cabeza, Parezco una morena satresa Por la senda de acacias extraviadas. Mas me asata el temor ardient y vivo De que me siga un fauno en la penuonbra Tan cerca que mi oldo ya columbra Eleco de su paso fugitive Y busyo corriendo palpitante y loca De miedo, pues tan priximo parece (Que mi gajo de aromo se esremece Rozado por las barbas de su boca Sigue Chile, con Gabriela Mistral, que no ha publicado atin ningin libro, lo que nos impide com- 55. pletar jucio sobre ella. Por lo que suelto hemos lefdo la ubicamos en primera linea ambi En Chile estén, con la Mistral, Sara Hub- net, de la que tampoco conocemos mas que al- fms cosa asada; Aida Moreno Lagos, que me ha hhonrado espontineamente con su amistad y de la que poseo, manuscritos, exquistos y dulees versos sé de otras aun, cuyos nombres he visto comenta- dos peto cuya obra no he tenido oportunidad de YY llegamos a nosotros por qué no? Ta odes nue no ha de se tanta que nos prohiba hablar de las argentinas. Fsti Delfina Bunge de Galvez, que se aparca de todas las demés porque escribe en francés y por ser cspitiea cristiano militant Delfina Bunge de Galvez es indudablemente un espirtu sutiliimo, hondo: el perfume que des- prenden sus versos aquieta tempestades, dulcifica dolores; en Simplement y en La nouvelle Maison, sus dos libros de poesia, el alma de un poeta intimo nos conmueve y nos sustrae al ruido bullanguero de las calles; entramos con ella al templo, y paganos senti- -mentales, sabemos arrodillarnos, si no ance su Dios, ante su alma sensitiva, transparente. Della hemos traducido algo que aqut repro- ducimos: INSOMNIO La ciudad en silencio ya repose dormida, Yo sola esty despierta, porqué, porqué mi vidal 56 Ob, luna que te dices mi hermana; depén Entonces, tus consuelos sobre mi corazin, {Pero quill. No me excuchasy 1 amarilla cara Escondes en la nue mds sombrla'y més rara El vienso como un alma huge, desaparece; Nada siento en la noche; ni una boja se mece. Oh silenio de samba, oh silencio que aterra. Por qué Wenas de lta la desolada tierra? Ruidos...excucho.. Un perro ecudlide que abora En la sombra nocturna, sin porgué, lora y loa. Ob yo quiero pensar; saber, y no sé nada, Por qué lora ese perro ena noche enlutada? Yo no st qué dolores el pobre pero lors

You might also like