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MOLA HIDATIFORME.

1. Concepto.
La mola hidatiforme o embarazo molar es la consecuencia de una alteración genética que se
produce en el momento de la fecundación. Se incluye dentro de las enfermedades trofoblásticas
gestacionales y representa la forma más benigna de las mismas. Se produce cuando el tejido que
normalmente forma el embrión y la placenta crece de forma anormal en el interior del útero
materno, dando lugar a unos quistes parecidos a un racimo de uvas blancas. Este crecimiento de
tejido anormal no es inicialmente notado por la mujer, la cual tiene todos los síntomas de un
embarazo normal. Hay tres tipos de mola:
o Mola hidatiforme completa. Es la más fácilmente identificable. Falta el tejido del embrión y
solo está presente el tejido procedente de una capa de la placenta, con sus anomalías
características.
o Mola hidatiforme parcial. Presenta al mismo tiempo características de placenta normal y
de mola hidatiforme completa. En algunos casos hay un feto, pero su desarrollo suele ser
anormal.
o Mola hidatiforme invasiva. Se comporta de forma agresiva y se incluye dentro de los
tumores trofoblásticos gestacionales.
Las molas parciales se diferencian de las completas por el estudio genético de sus cromosomas
(cariotipo), por su aspecto y por los síntomas que producen.
2. Etiología.
La fertilización anómala del óvulo por el espermatozoide induce el crecimiento anormal del
trofoblasto; las molas se caracterizan por poseer anomalías cromosómicas características en sus
células:
Las molas completas tienen un número normal de cromosomas, pero todos proceden del padre,
cuando lo normal es que la mitad de los cromosomas procedan del padre y la otra mitad de la
madre. Son como un injerto de tejido paterno en la madre. Se producen porque el espermatozoide
fecunda un óvulo “vacío” (que ha perdido o desactivado sus cromosomas) y los cromosomas del
padre se duplican. El tejido anómalo (que era el destinado a formar la placenta en condiciones
normales) crece en el útero y puede llegar a ocuparlo en su totalidad. Se sabe que los genes del
padre controlan en mayor grado el desarrollo placentario y que los de la madre están más
relacionados con el desarrollo del embrión. Así, el exceso de genes paternos da lugar a un
crecimiento exagerado de la placenta o de una de sus capas, en este caso el trofoblasto.
En las molas parciales, el óvulo suele ser fecundado por dos espermatozoides. Así, el ADN
paterno duplica al materno (las células tienen 69 cromosomas, son triploides). Los embriones
resultantes poseen defectos importantes y las células destinadas a formar la placenta son
anormales.
Los factores que pueden contribuir a un embarazo molar incluyen los siguientes:
o Embarazo molar anterior. La repetición de un embarazo molar ocurre, en promedio, en 1 de
cada 100 personas.
o Edad de la madre. Un embarazo molar es más probable en personas mayores de 43 años o
menores de 15 años.
3. Fisiopatología.
La mola hidatiforme puede llevar a una serie de cambios en el útero y en el sistema circulatorio
materno:
Alteraciones en la hormona hCG: Las células trofoblásticas en crecimiento liberan la hormona
gonadotropina coriónica humana (hCG) de manera anormalmente alta en la sangre materna. Esto
puede provocar síntomas como náuseas, vómitos y agrandamiento uterino más rápido de lo
normal.
Hemorragia y trastornos del flujo sanguíneo: El crecimiento invasivo del tejido trofoblástico
puede dañar los vasos sanguíneos y provocar hemorragia uterina. También puede causar
trastornos del flujo sanguíneo uteroplacentario, lo que puede afectar negativamente la oxigenación
y la nutrición del feto.
4. Epidemiología.
Sucede aproximadamente en 1 de cada 1500 embarazos y representa el 80 % de todos los casos
de enfermedad trofoblástica gestacional.
La frecuencia de embarazos molares en México es de 2.4 por cada 1,000 embarazos
5. Cuadro clínico.
Al principio, el embarazo molar se comporta como un embarazo normal, con falta de menstruación
y pudiendo aparecer náuseas matutinas. Sin embargo, cursa además con otros síntomas como:
o Sangrado vaginal esporádico (responde a esfuerzos), que no finaliza o es muy intenso, rojo
brillante y con coágulos. Es el signo más habitual y el motivo principal de consulta.
o Dolor fuerte, continuo, opresivo, en hipogastrio e irradia a espalda.
o Preeclampsia precoz.
o Hiperémesis gravídica.
o Hipertiroidismo (sensación de nerviosismo o de cansancio, taquicardias, sudoración,
pérdida de peso, insomnio, etc.).
o Útero de mayor tamaño que el esperado para la edad gestacional.
o Ausencia de latido fetal o de partes fetales.
o Quistes ováricos, generalmente en ambos ovarios. Se pueden complicar por rotura,
infección, torsión o hemorragia.
o Expulsión de vesículas parecidas a “uvas blancas” a través de la vagina, es un signo tardío
e infrecuente.
6. Diagnóstico.
La mola hidatidiforme se debe sospechar en cualquier mujer fértil con sangrado vaginal anormal
dado que, en la mayoría de las ocasiones, el cuadro clínico comparte es muy similar con la
amenaza de aborto.
Ante la sospecha de mola se debe solicitar una β-hGC, ya que está siempre elevada en la mola
hidatidiforme y sus niveles son generalmente más altos que los observados en embarazos
normales o en embarazos ectópicos para la misma edad gestacional. La β-hGC es muy sensible y
específica y se puede determinar en sangre y en orina. En los embarazos normales, aumenta
progresivamente hasta alcanzar valores de 100.000 mUI/ml entre las semanas 9 y 14 de la
gestación, cifras más elevadas para la misma edad gestacional sugieren una mola.
Cuando se detecta una elevación de la β-hGC está indicado realizar una ecografía, ésta aporta
información sobre el contenido uterino, el aspecto de los ovarios y una posible invasión del
miometrio. La ecografía vaginal es la que proporciona mejores imágenes y un diagnóstico más
precoz.
7. Tratamiento.
La sospecha de mola hidatidiforme (completa o parcial) es indicación de extraer todo el tejido
molar mediante un legrado para que desaparezcan los síntomas y para prevenir complicaciones.
La forma de realizar la evacuación de la mola depende del estado de la paciente, intensidad del
sangrado, tamaño del útero, edad de la paciente y de los deseos reproductivos futuros. La técnica
de elección es el legrado por aspiración. Las pacientes que no deseen más embarazos pueden
optar por la histerectomía, que disminuye el riesgo de complicaciones.
Seguimiento. Después del vaciado del útero, los niveles de β-hGC no descienden en muchas de
las pacientes con molas completas y en un número pequeño de mujeres con molas parciales, lo
que indica persistencia o recurrencia de la enfermedad trofoblástica gestacional, que puede ser
otra mola, una mola invasiva o un tumor trofoblastico gestacional. Por ello, se deben determinar
los niveles de β-hGC semanalmente hasta obtener 3 valores normales (< 5mUI/ml) consecutivos.
En general, se suelen alcanzar niveles normales de β-hGC a las 6-14 semanas de la evacuación
quirúrgica de la mola si no hay más problemas. Una vez alcanzadas 3 determinaciones normales
consecutivas, se recomienda continuar con una determinación mensual de durante 6 meses y
bimensual 6 meses más.
Anticoncepción. Durante el periodo de seguimiento es muy importante evitar un nuevo
embarazo, siempre que se haya conservado el útero, se debe utilizar un método anticonceptivo
fiable durante dicho periodo. El método anticonceptivo idóneo son los anticonceptivos orales
durante 6 meses si el riesgo es bajo, y durante12 meses si es alto.
8. Complicaciones.
Las principales complicaciones de la evacuación de la mola son la rotura uterina, la hemorragia, la
infección y el tromboembolismo pulmonar. Además de que podrían quedar restos de tejido molar
que continúen creciendo (neoplasia trofoblástica gestacional persistente), es más frecuente en
embarazos molares completos que en embarazos molares parciales.
Además, también puede traer problemas para futuras concepciones. Metástasis, aunque es raro,
las células tumorales de la neoplasia trofoblástica gestacional pueden diseminarse a otras partes
del cuerpo, como los pulmones, el hígado y el cerebro.
9. Intervenciones.
Educación y apoyo emocional:
o Brindar información clara y precisa sobre la mola hidatiforme, su tratamiento y posibles
complicaciones.
o Ofrecer apoyo emocional a la paciente y su familia, ya que la noticia de un diagnóstico de
mola hidatiforme puede ser abrumadora.
Monitorización y observación:
o Monitorizar los signos vitales de la paciente para detectar cambios en su estado de salud.
o Observar y documentar cualquier sangrado vaginal, dolor abdominal o síntomas inusuales.

Preparación para procedimientos:


o Explicar a la paciente los procedimientos que se realizarán, como la evacuación del tejido
trofoblástico, y responder a sus preguntas y preocupaciones.
Administración de medicamentos:
o Administrar medicamentos según las indicaciones médicas, como suplementos de ácido
fólico o vitamina B12 en casos de mola hidatiforme completa.
Seguimiento de la hCG:
o Ayudar a la paciente a comprender la importancia de las pruebas de sangre para medir los
niveles de hormona hCG y explicar cómo estas pruebas ayudan a monitorear la evolución
de la condición.
o Educar a la paciente sobre la importancia del seguimiento regular y las pruebas de hCG
después del tratamiento para detectar signos de posible persistencia o recurrencia de la
mola.
Preparación para la cirugía:
o Si se requiere una evacuación del tejido trofoblástico, explicar el proceso preoperatorio,
como la preparación para la cirugía y las restricciones alimentarias.
Cuidados postoperatorios:
o Brindar cuidados posteriores a la cirugía, como controlar los signos vitales, administrar
analgésicos según sea necesario y evaluar la incisión si se realizó una cirugía.
Apoyo en la toma de decisiones futuras:
o Discutir con la paciente sus opciones y deseos relacionados con la concepción futura y
proporcionar información sobre el tiempo recomendado para esperar antes de intentar un
nuevo embarazo.

10. Bibliografía.
https://www.redaccionmedica.com/recursos-salud/diccionario-enfermedades/mola-hidatidiforme
https://www.mayoclinic.org/es/diseases-conditions/molar-pregnancy/symptoms-causes/syc-
20375175
https://www.elsevier.es/es-revista-perinatologia-reproduccion-humana-144-articulo-aspectos-
geneticos-mola-hidatidiforme-S0187533715000369

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