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N. TE. WRIGHT Editorial Verbo Divino ‘Avenida de Pamplona, 41 31200 Estella (Navarra), Espafia Teléfono: 948 55 65 11 Fax: 948 55 45 06 batep://www.verbodivino.es evd@verbodivino.es Titulo original: The Resurrection of the Son of God. ‘Traduccién: José Pedro Tosaus Abadta, ‘con la colaboracién de Ana y Beatriz Millén Risco. © 2003 Nicholas Thomas Wright. Published by Society for Promoting Christian Knowledge. © Editorial Verbo Divino, 2008. Es propiedad. Impreso en Espafia - Printed in Spain. Fotocomposicién: NovaText, Mutilva Baja (Navarra). Impresién: GraphyCems, Villatuerta (Navarra). Depésito legal: NA. 1.209-2008 ISBN: 978-84-8169-801-5 WIMENLS se Puede © oa ci ealizadas desde la toler ©0M0 una intel 245 fol? © jones realizacas d Ologia paulina ea ligne see g sinistetio de Jestis. La relativa on St les trade a caser, de! iones igo arcadamente con 1 intensa y fundamental na del material, a fe ro largo y ancho de fg ; Sistencia en {a vetiOn & Jos ctistianos no hubier: Patezca iso ito, arerial que perteneciera a la tis, al menos fre gn parecen sheet alee . Aung ae ienen su vida propia en la ‘ © NO siemps joc, que tienen St propia en Ia tradicién Constante de la hei aes A porcionan prucbas de que, en todo uy its radicién paleocristiana, la creencia en | mn buen dmbita i i fa Fesurreceify, “iana comriente, que se situaba (en el abanica de |, histor ey dentro del judafsmo y (con el judaismo como vo ‘i ion del fariseismo. Hay signos de que esta creencia ie pmo pan fue quedando remodelada, sélo un poco, pores al elo! . y también por los acontecimientos en los que éste 5, sis) fa el a enseRanza € Vio envu 6, la resurreccién en Juan ellos Hevangelio de Juan, tan diferente de los sinépticos, se asemeja iytambién a Pablo) en este aspecto: da testimonio del cardcter central y de lyrica variedad de las ideas sobre “la resurreccién” en una tendencia aparte dd cristianismo primitivo. Como Lucas, pero a su propia y peculiar man saan ha dejado que temas “de resurreccién” se oigan en diversos pun cuerpo de su evangelio, y los examinaremos con mis detalle cuando co sideremos sus relatos pascuales en nuestro capitulo 17. La vida nueva que uedaré consumada en la resurreccién como tal ejerce una influencia re “wspectiva sobre el presente, y hace ya lo mismo en el ministerio de Jests eas que Juan introduce, Aunque esto es objeto de ganas hae a oe que sus lectores sigan una nae de i signos : cues ato de la conversién del agua en vino en ie len idad ie d séptimo', La resurreccidn de Jestis acontes bone Mejor le decitnoslo dos veces, “el primer dia de la a a, “anera de interpretar esto es como el comienzo Ue © NN Viernes, el sexto dfa de la semana, Jestis compue™ ” "2: “Mirad, el hombre!” (19,5), haciéndose eco ce ler buen a nueva creacion Pilato, . * in del . j PG 42s. "by oS ejemplos del mismo fersmeno, of NTPC als Vege tema, cf. p.ej, Lincoln 1998, con més bib. ‘fra, cap. 17. ON EN EL CRISTIANISMO PRIMITIVO, LA RESURREC 546 género humano en. el sexto dia de la creacion En la cruz, Jestis termi ; na e ihe encomendado hacer (17,4), y acaba con el greg = bajo que el padre nad | : hh ei (retelestai, “ests cumplido”, 1 9,30), que cortesponde a fa compleci® dela creacién como tal". Sigue a continuacién, como en Génesis, un dig . ie la crea 4 : ‘Fescanso, un dia de sébado (19,31) y legos Han todavia Ries Magdalena viene a fa eumba “el primer dia dela seman’. Retomar Mari Men exe punco en el capteulo 17 inf pero para lo que ahora ny, .rvamos la importante consecuencia para una lectura del ¢, rerio piblico de Jesis se debe entender como | td oscung interesa obset vange la. com. lio de Juan: que el minis is : plecién dela creacin original, yl resurteccion, como el comienzo de la nus, eeerl evangelio entero es una especie de preparacién para la Pascua, y en varios puntos contiene signos de la resurreccién que cabfa esperar EI primero de los signos, en efecto, lleva su propia insinuacién las bo. das de Cand tuvieron lugar “al vercer dfa”, lo cual no podia de dejar de re. cer eeos intensos para cualquier lector paleocristiano. En un punto poste. tor del mismo capitulo, Juan levanta otra sefal indicadora que apunta en la misma direccién: Jess explica su espectacular accién en el Templo con Jo que los circunstantes entienden como una prediccién de la destrucién y reconstruccién de éste (palabras que aparecen en la sesién nocturna ante U sanedrin y en las burlas junto a la cruz, dentro de la tradicién sinépt- ca): “destruid este Templo, y yo lo levantaré (egero auton) en tres dias?™ Viene a continuacidn lo que los lectores de Juan Ilegan a reconocer como un malentendido y una interpretacién tipicos: {Jn 2] *Los judeanos le contestaron: “Han sido necesarios cuarenta y sts atios pata edificar este templo, gy ti vas a levantarlo en tres dias?”. "Pero él estaba hablando del “templo” de su cuerpo. "Por eso, cuando Jestis fue rest citado de entre los muertos, sus discfpulos recordaron que habfa dicho esto, y creyeron en las Escrituras y en las palabras que Jestis habfa dicho. Esto debiera bastar para acallar el viejo rumor de que la teologia de Juan estaba completa con la vida y muerte de Jestis, y que en realidad no neces!- taba presentar a Jestis resucitado corporalmente de entre los mueztos™. Fl CE Gn 2,1-2, donde synteleo se aplica dos veces a la complecion de la cro originaria en el dfa sexto, antes de que Dios descanse el séptimo. © Jn 2,195 cf. Mc 14,58/Mc 26.61; Me isasrM 270 Pej. Evans 1970, 116 (seguido por Selby 1976, 117): “Es do, en el Cuarto Evangelio no hay lugar pata relatos pascuales, puesto que sin o exaltacién ya ha tenido lugar. No obstante, y sin duda por deferencia I dicién cristiana, el evangelista proporciona tres...”. ‘También 120 (el “enorm’ realismo” de las apariciones resulta sorprendente en contrasce con Ia precedente NE™ bretacién de la resunecién como una “acensinespdcal al Pace) J 20) On una refucacion bastante contundente de esta lines saimiento, Véase 1% Menken 2002, 198-2004, que sina el origen de esta copii es Dodd 1953: 4416 striccamente hablan- a asec LA ESPERANZA RECENT RADA (1) 547 ; 1 sig : jody derecho a ce og ha Wt Se defo que de ei presente sista del Templo ese conompide y aerate que muerte y resurreccidn de Jess ser el meio fel re led par hace a nova on vind dee ne ere gran parte dc evangelio, aqullo que hasta el momemee ee a Eig del Templo se vaa llevar a cabo eno sussive melon ob oa. La resuteecign va inaugurar un mando fee sTealo del Templo va a hares abierto de manera nueva a todos sin excep- ae independientemente le su procedencia geogrdfica 0 étnica®., Gas comprendieron rapidamente los sumos sacerdotes después de la resurrec- or zso as acciones de Jets esabanapuntando efertvamente ho gan futuro en dl cual todo quedarfa cambiado, y en el cual el Templo en ur sera “eliminado” ™. Juan esté ya indicando a sus lecors qu i Pa crién de Jets ha inaugorado, en efecto, el nuevo mundo lgaen- remmetio (le ah, como ca Lucas, la importanca de “ter ens Es epiicomo parte del proceso de apropiarse de la trascendencia dela Pas wa en cl cual la bendicién divina largamente esperada se va 2 drramar aes tados los pueblos. Con esto no estamos lejos de la crencia de Pablo, congue cetamente con un talante y un tono muy diferentes. juan dice aqul que la resurreccién ers ja propia deiat ba yal La resurreccién en Juan sigue siendo presente y futura, y debemos cponernos a los intentos de allanar esto marginando Ia insstencia “fut 12’ o haciendo excesivo hincapié en la “escatologia realizada”. Por supues- ‘o, para Juan, como para Pablo, es verdad que la “vida eterna’ no es sim- plemente futura, sino que se puede disfrucar ya en el presente’. Alguns de ls afirmaciones més sorprendentes de esto en todo el cristianismo pri- mitivo se encuentran en el discurso del pan de vide; pero estén también intercaladas con promesas acerca del futuro definitivo, de les cuales no se pueden separar: [Jn 6] "Esta es Ja voluntad del que me envi6, que ne pierda nada de vodo cuanto me ha dado, sino que lo resucite en el dltimo dia. “Pues & la vo- luntad de mi padre, que todo el que vea al hijo y crea em Al tenga vida ecer- na, y yo lo resucitaré en el tiltimo dia... _ Nadie puede venir a mi siel padre que me Sucitaré en el ultimo die envid no To atrac; y yo To ce a de 4 no muera. jen coma “ mn vivird “Este es el « baja del cielo, para que qu f pan que baja del cielo, para que quien ; Yo soy el pan vivo que ha bajado del cilos quien come eat de las diversas fiestas (Pascua: 7, Hank en el cap-10)- 12,25.505 17,25. "CE imi jaan . p.ej. Jn 4,19-24; y el cumplimiento, en Juan, ae ap. 6 y en los ate 12519; Tabernéculos, en el 8P- nyt 1145-53, 2 Jn 3,150 36; 414.26; 5,39: 627.40.47-54:68: 10285 y aera venidera yg 5 an Wwe nh A RESURRECCION EN BL CRISTIANISMO PRIMIT ye L 548 para siempre (4 arg es mi CAINE (cis ton aiona, es decir, hasta | ira fa vida del mundo... e ne y bebe mi sangre tiene vida e *Quien come mi carne Y a Yo iltimo dia. | citaré en el : bm Esto combina sin esfuerzo y a la perfeccién lo que algunos e, : ss eeeneado separat, a saber, Los significados futuro y Presente den" sa ia, Asta lz serfa err6neo ver el Famoso pasaje de capi oe nupeda de-un tipo de “resurreccién’ diferente al que una en el resto de Juan: tn 5} En vera en verdad os dig, guines oye mi pa J envié tienen vida eterna; no incurren en jucie 4 oct rmuerte ala vida. "En verdad, en verdad o digo ue Ie horny yet agen quelos mustos cin la vor del ij de ig? nes la oigan vivirdn. “Pues, lo mismo que el padre tiene vida en s mise conceddo al hijo que también dl tenga vida en si mismo. "Yl beast” coridad para ejerctar el juici, porque es el hijo del hombre "Ny. = prendais de esto; pues llega la hora en que quienes estin en la tanta su vor, 8 saldrn fuera: quienes obraron bien, a la resurzeccién de sk quienes obraron mal, a la tesurteccién de condena, ey 0 5, ONtrat, Se puede decir sin temor a equivocarse que, de haber encontrado exepe saje en uno de los apécrifos, no habrfamos tenido problema alguno en: nearlo més 0 menos exactamente con muchos otros pasajes que predes ‘a resurreccién final, sefialando al mismo tiempo que formatia pare & grupo de los que afirman que los malvados serén resucitados junto cons justos para que puedan ser condenados en su existencia humana plena que no se desvanezcan simplemente sin tener que verse enfrentados propia maldad*, Sin embargo, también aqui se escucha, aunque see p** Cialmente, la nota del cumplimiento presente: en el versiculo 24, quies* due describe la escatologfa In doctrina de Pablo de la jus, ando ya su luz, sobre el tiempo que le veces de la gente ante Jestis, de fe o de eacciO'™ esentes de stt destino futuro. En est signs Po blo. En efecto, la peniiltima frase imo fda de Juan, est muy préxima a ina por la fe royert acid Lahistoria de la resurreccién de Lézaro en yna de las narraciones mas impresionantes de |, unt {ones canSnicas de Jests™. Contada con temente en las hondas emociones humanas insertas en el relato, ests j al- wpente lena de importancia teolégica. Lézaro, por supuesto, gem ci muerte a tipo de vida que tenfa antes, ranudando actividades wines tales como fomar parte en una cena (12,2). Incluso se encuentes enfen, fado a amenazas de muerte debido a su valor como prueba en telacion con el poder de Jestis (12,9-11). Juan 11 es, por supuesto, as conservadas en las pre- la mirada puesta constan- La historia empieza con la recepcién por parte de Jestis de un mensa- jeen el que se le dice que Lézaro esté enfermo, tras lo cual Jestis se queda | con toda intencién donde esta en lugar de acudir en su ayuda (11,1-6). | Como queda claro mds tarde (11,41-42), Juan pretende que el lector en- tienda que Jestis sabia desde el principio que Lazaro morirfa y que, en res- puesta a la oracién, él serfa capaz de resucitarlo. Esto se convierte luego en una vivida concrecién de las promesas de los capftulos 5 y 6 (con la salve- dad de que Lazaro seguird siendo mortal y un dfa volverd a morir). Cuan- do Jestis les habla a los discipulos de regresar a Judea, y concretamente a Betania, les dice que Lazaro “se ha dormido”, pero que él va a “despertar- le’ La reaccién de los discfpulos, que toman lo de “dormir” al pie de la le- tta, pone de manifiesto que, para Juan al menos, como para Marcos en la historia de la hija de Jairo, ésta no era una metéfora de la muerte tan ha- bitual como para no dejar margen para una explicacién'®. el cuarto dia que Lézaro ha estado 11,17.39). Seguin todas las habria empezado a des- ave que atravie- Cuando Jestis llega a Betania, es ya én la tumba. Se insiste en esto por dos veces ( ©Pectativas normales, para entonces el cadaver hab Componeise, y esto proporciona un elemento dindmico clave dus 5 ‘lz historia, Cuando, pese a la advertencia de Marta acerca «© 0 0° slculo 39), se aparta rodando la piedra de la boca de la rumba (Juan apunts 5 Je (Jn 4,46-54) presenta alguns analogies i tF cl ue el mu- ‘oria sinéptica de la hija de Jairo, y la insistencia cna! echo dc que elm 4 a punto de morir pero “vivird” (vv. 47.49-5051.59) a 'ulacién més completa es la historia de Lzaro. Jn 11,11-16, con la [historia anterior del hijo del nob! ‘acho est rmutlacic eae sae LA RESURRECCION EN EL CRISTIANISMO PRIMITIVO 550 LA RES p : aqui hacia delante, a ka historia final de aes Jest hace ie oracién de accién de gracias (versiculo ; E zr tendamos que no habia oor, Jess sabe que su oracién, p cuestién de llamarlo fuera, desatatlo y devolvero ala vida normal. Ey medida en que esto apunta, pues, hacia ee aot lo a lo hace ee importantes diferencias, ademés de paalelismos. No hizo falta que nan desatara la moraja del cucxpo de Jess, y sucedieron varias cosas més pag demostrar que, sea cual sea cl significado de la propia resurseccién dee sis, es de un orden diferente que la de Lazaro. Juan pretende que el lea vea este incidente como una sefial indicadora (peto s6lo como una ser} indicadora) de lo que ha de venir. Pronto ung Juan quiere Para que Lg. Este sentido de Ia accién de Jestis en Betania, que apunta hacia delan. te pero también trae repentinamente al presente el logro del futuro, noe permite entender el didlogo que a continuacién se establece en el capitule Un 11) *Marta dijo a Jestis: “Seftor, si hubieras estado aqui, no habri muerto mi hermano. *Pero aun ahora s€ que Dios te concederé lo que le pi das", Jesis le respondié: Tu hermano resucitaré”, “Marla replied: “Sé que resucitaré en la resurreccién del iltimo dia”. Entonces Jestis le dijo: “Yo soy la resurreccién y la vida. Quien cree en mf, aunque haya muerto, vivités quien esta vivo y cree en m{ no morird para siempre (eis ton aiona, es deci, hasta la era venidera) {Crees esto?”. "Ella contesté: “Si, Sefior, yo he creido que td eres el Mesias, el Hijo de Dios que tenfa que venir al mundo”. La resurreccién futura queda claramente afirmada; la “vida eterna” pre- sente ¢ inmortal, que anticipa esa resurreccién, esta al alcance de todo el gue cree. A quien cree se le da una auténtica identidad nueva en el pre sente, tuna vida que en lo sucesivo no motiré nunca; en otras palabras (ut- lizando la manera en que Juan lo dice en otro lugar, el creyente posee)= desde este momento, una vida inmortal que ¢s don de dios, que sobre viré a la muerte y serd recorporeizada en la resurreccién final, Esta es la es uesta més detallada de Juan a la serie de preguntas que planteamos 2c ca de las creencias del siglo I sobre la resurreccion, Aunque guatdé Eprtespondencia de diversas manetas con lo que hemos encontrado en blo ¥ los sinépticos, la manera en que se expresa sigue siendo peel i hasta ella se expl Pebvoe ed alas as ida” cab toa mds detalladamente, y con un lenguaje diferente surreccién” como metéfora de alpo ene on de fe en Jestis como el Mesias, aquel a quien ¢ d®s Yertadero ha cnviado, y con la posesign ya de la "vids de la era vente” de la cual esa fees distintivo probstorio, toe Jestis se puede asi decir ny i resurrecign” en persona, lo cual significe dos ceva: que en vil = Su obra presente personas como Lizaro pueden ve nesueitadas par oN LAESPERANZA RECENTRADA (1) 551 gar una vida corporal normal, y que quienes creen en é| tienen ya I sag era venir, y también que en virtud de d, especie i ccié : fe en vir~ qud de su proxima resurteccién personal, todavia tendré lugar “la a st wr gin de los muertos” en el sentido desrito en el capful Sigue a continuacién, en el momento final del ministerio pai ‘ : ° esis en Jerusalén, un dicho que guarda estiech, Ptiblico de leg a cortespondencia con las cxigencis sindpticas para un discipulado en el cual se pone en pelig a sida misma, y también con el andlisis paulino del cuerpo resucitedee [Jn 12] "Jests les respondié: “Ha llegado la hora bre ea glorficado. "En verdad, en verded 0 digo, si eae eae en terra y muere, permanece solo; pero si muere, da mucho frat “Cuica ama su vida la perderd, y quien odie su vida en este mundo la conservara para lavida de la era venidera (eis zaen aionion, “para la vida evemna’), “Quien me sirva debe seguirme; y donde yo esté, allf estard mi servidor. Quien me sirva gerd honrado por el padre”. Esto pone la teologfa previa en una dificil situacién: la de seguir a Jestis por la senda que en ese momento debe andar, la senda cuya mejor ana- logia es la muerte y una nueva vida que da fruto, la de un grano de ti- go'™, Este pasaje mira retrospectivamente a las diversas referencias previas que en el evangelio de Juan se hacen a la “hora” que habia de venis, que en este momento el lector entiende que esté llegando en los acontecimientos dela muerte y resurreccidn de Jestis; y mira después a la exigencia que se plantea a Pedro de seguir a Jestis, aun cuando esto signifique su propia muerte", Hay aqui ese significado multiple de resurreccién que hemos visto en ottos lugares. En primer lugar, significaré una transformacién, como la de la semilla en planta. En segundo lugar, es algo que Jestis debe cxperimentar primero, y sus seguidores mas tarde, En tercer lugar, en vir- tud de este proceso, la persona o las personas en cuestién no sdlo serdn res- catadas de la muerte a una nueva vida, sino que “darén mucho fruto”. Es importante, y apunta a otro paralelo con el pensamiento paulino, que es- ‘2s palabras se pronuncien en respuesta a una peticién por parte de algu- nos griegos de ver a Jestis (12,20-22). No se nos dice que Jestis Ilegara a hablar con los griegos en cuestién; més bien entendi su peticion com> Un Signo de que el tiempo se estaba acercando répidamente, y y2 eee lege- do, en que en virtud de su propia muerte y resurreccién, el muni bee "©, no meramente Israel, pasarfa a estar bajo el dominio salvifico del dios de Israel, » alos martires, ef. 4 Mac 172g, | Cor 1536s. Para la idea de que Dios “honra” wy] 21.19.22. Sobre la “hora cf 2 421-23: 5:25.28: nat Presente pasaje, 12,275 13,15 16,325 1741+ 8,20; y, después LARESURREOCION EN BL CRISTIANISMO PRIMITIVO 552 Hlevaa los discursos de despedida de los capitulos 13.17, nos densa cextura de ensefianzas, advertencias y promesa, ort a mse I “tice reiteradamente a sus discipulos; en ese momento ya Si ‘sea se lo dice ree parecer, 10 que dio origen a la opinién gener! alipadteses te Juan, la muerte y Ia resurreccién de Jestis se han de eae se ‘mo un proceso de “ira ciclo", por deci a, 9° i 0 tender simplemente : i inte detallac i que por tanto las apariciones pascuales basta idas y explicitamen, te corpéreas son, en sentido estricto, Innes Pero tal opinin ng capta el sentido de los textos. En Juan 20 se establece una distincién plicita entre la vida resucitada que Jestis posee ya y el “subir al padre” que P davia no se ha producido (20,17). Aqui esta a la vista la secuencia com. pleta, porque Jess esté preparando a los discipulos para el estado final en el cual no estard ya personalmente presente de la misma manera que lo ha estado hasta ese momento (y lo va a estar, fugazmente, tras su resurrec. Gién), De ahi la insistencia en el Espiritu que se enviar4 para dar a cono. cer la presencia de Jestis de una manera nueva, con todo lo que eso su. pondré desde el punto de vista de la guia y la ensefianza. Esto nos ica. Esta es, a mi parecer, la mejor manera de entender el pasaje acerca de las “moradas” preparadas para los discfpulos: “En la casa de mi padre hay muchas moradas. Si no fuera asf, jos habs dicho que voy a prepararos un lugar? *Y si voy a prepararos un lugar, volveé y os llevaré conmigo, para que poddis estar donde yo estoy. Ouras referencias a “la casa de mi padre” remiten claramente al Templo y ¢s probable (especialmente dado que los judfos solian concebir¢ Templo como el lugar donde cielo y tierra se encuentran) que Jesis ext utilizando Ja imagen de las numerosas estancias del gran compo ¢e! Templo como una representacién de las muchas “habitaciones” que Proporcionarén en el mundo celestial del cual el ‘Templo esa la ver eat valente terreno y punto de interseccién'™, La palabra que aqut equiva ‘orada” es mone, tétmino emparentado con la palabra meno, “pert cer’, palabra jodnica frecuente y de gran peso que compendia la idea 4? gue el ereyente pone su domicilio en o con Jestis". El significado no fad ein embatgo es el de lugar temporal de descanso, si &P* : iajeros se reponian durante un viaje. Algunos com me 13,1.3.33.36; 14,12.28; 16,5-7.16-22.28; 17,1113. wi Btans 1970 (vase supra, 546), ne 4S del padre” pact de mi padre”: cf, Le 2,49; Jn 2,16. Filén Som. 1.256 usin evidence a aie etertse al cielo; 1 Mac 7,38 hace referencia a una mone 22090 Pardlrasis inves Bt Pata vivir dentro del Templo (la NRSV “que no vivan mis 6 Pe. Lagetttiva del griego me dos autois monen, “no les des ut "I 138s; 4,40; 6,56; 8.31.35; 14,10; 15.4-16. yo LA ESPERANZA RECENTRADA (1) 553 gn su intento de poner de manifiesto ese significado, han sefial: {at Sra denor aul un sentido de progres, ned mere aa 1 nider,peto sin percatarse de que los parcels rte dee ener pocalipica ud son aquellas pases que habla dea ended de se conserva las alas hasta el is def sure fi na aoe manera de entender las “moradas"de exe passe es como eeu donde quienes han muro pueden ajay deca Its prerinos ene Templo, no en el curso de una peregrinacidn que os Prat adelante dentro de la vida de un “ilo” incorpéeo, sno haya ; te aguardan [a resutercion que est todavia por ear | so nos leva a la promesa que, con visiOn retrospectiva, se puede t- mar como una referencia més concreta a Pascua: {Jn 16] *En verdad, en verdad os digo, vosotros llorartis y gemiréis, pero el mundo se regocijar4. Vosotros estaréis tristes, pero vuestra tristeza se con- vetirs en goz0. "Cuando una mujer va a dar a luz, siente tristeza porque le fa legado la hora; pero cuando el nifo ha nacido, ya no recuerda la wisteza, porla alegria de haber trafdo un ser humano al mundo. *Pues lo mismo vo- fotros: de moment, estéis tristes; pero volveré a veros, y vuestro corazén se regocijard, y nadie os quitard vuestra alegria. Exc parece que se cumple claramente en las narraciones pascuales (20,20). 1a promesa de que “veran” a Jestis de nuevo (16,16-19, que este pasaje ex- no es ni mucho menos una simple referencia a la venida del Espiri- tusen ningiin otro lugar se habla de dicha promesa como de un “ver” al Sefor. Parece que ofmos discurrir juntas dos o tres cosas (que Juan separa- mds tarde) formando un solo conjunto conciso de promesas en favor de los discipulos. Dentro de la teologia propia de Juan, es importante, pot si puesto, como realidad clave, que Jestis ha ido en ese momento al padre y haenviado el Espiritu sobre sus seguidores, sobre quienes han creido en él. Pero dentro de ella también es importante que con la resurrecciém, y cuane do los discfpulos ven de nuevo a Jestis después de su muerte, ha despunta- dola nueva creacién, ha llegado el octavo “dia” de la creacién de dios, y en ‘se momento todo se va a hacer nuevo. La nueva creacién es, para Juan. ractamente eso: nueva creacién, la renovaci6n de “todas las cosas” que fue- ‘on hechas por la Palabra en primer lugar (1,3). Pascua es el momento <2 pli) 456, PiPB!80: pe. Westcott 1903, 200; negado ps por Hah aresli2e) Guan Battet sefiala J Hen, 39.4 y 2 Hen. 61.2 como referencias a mora inv Eph Pase de 1 Hen como pc en 1 Zens 2 1 os lgare oat 2 Bar. 30.18, (ve 306s., 212, 213), las “cémar i mas guardan ls Se cael ca de a reurecion Pare signal (ang go? alojamiento temporal, f. p.e}- Cartén 1.12.1; Paus. 10.31.75 : ctipcién de Hierdpolis) LA RESURRECCION EN EL CRISTIANISMO PRIMITIVO 554 ue la luz verdadera (1,5, of 20,1), porqu En otras palabras, desde el Prélogo en adelante, ea ha ad vier ia maeaores en un camino cuyo destino sefialado es la Pascyy, PO retro ital cielo tras la muerte”. La vida que Jests tiene en este moment con el padre, que envia el Espiritu para oh la vida {intima de padre | «hijo con los discipulos (17,20-24), es la vida desde cuyo intetior ley «tubo asa debido tiempo aquello que el padre le Confié ya, a saber ean | citar a los muertos a una vida nueva (5,25-29). Tambi ions = Goal cuadro que Pablo esbora del futuro. Es un conjunto de promesisiy | fe muchos aspectos, que no se puede allanar reduciéndolo a una ei, tualizada “escatologfa realizada”, o a una expectativa platonizada de lain, mortaidad, sino que permanece firmemente ascneada dentro de lis fon. temas de la teologia judia de la resurreccién y dentro de las coordenada: paleocristianas de la tedefinicién de dicha teologia en torno a Jess mismo brilla on las tinieblas sin que sea posible ext, een él estaba la vida’ (1,4, cf.5,26), Bila Juan, de hecho, proporciona otro testimonio sélido y llamativo, junto con Pablo y la tradicién sindptica, del cardcter central de la “resurreccién’ dentro de la vida y las tradiciones de la iglesia primitiva. Digamos lo que digamos acerca del valor histdrico de su evangelio ~y no ha sido ée el tema del que aqui nos hemos ocupado-, debemos afirmar que las tradiciones de las que Juan fue heredero, y el modo en que las configuré y las present6, mantienen la postura de la creencia paleocristiana en la resurreccién en el extremo judio del abanico de creencias existentes en el mundo antiguo 2 ese respectos y, dentro del judafsmo, mantienen la opinién farisaica de una resurreccién corporal, al tiempo que le dan un matiz y un colorido consi- derables. Para Juan, la “tesurreccién” no es nunca una simple metéfora de Ja presente vida espiritual, aunque sus planos més amplios de significado ciertamente incluyen ése. Cuando Jestis dice “Yo soy la resurreccién y |? vida? abre varios estratos de redefinicién: una vida nueva en virtud ¢& la cual quedan en el presente al alcance de la mano posibilidades nuevas: 1* Vida de la era venidera” se adelanta al presente para que los creyentes Pu dan disfrutarla yay tengan la garantia de que perduraré a través det muerte corporal hasta entrar en el futuro de dios; “vida eterna” se“ [iste Por decilo ast, en otra manera de hablar de un estado interme ee ca La promesa de una resurreccin final quedo - ¥ Jestis es presentado como aquel en toro al cual La idea de que Jest Le Ge Jess resucita a los muertos es muy rara en el cristin re im eur atte dentro dela lnga tradicin iconogréfica nf con Oriente, se dif el tumba. Esta tradicién, en la mayoria de los C50 yedat plasmada ne, cifundié, no obstante, con amplitud suficiente come P una escultura anglosajona de la careal de Bristol, | LA ESPERANZA RECENTRADA (1) 555 das estas redefiniciones. Con Juan, como con Pablo y los sing historiador se ve enfrentado a a pregunta: gpor qué lo dijo de ene : re modo, gue enc abrigaba que pueda proporcionar una explicacién tet cra tanto de su reafitmacién como de su remodelacin de ata dicién judla? 7, la resurreccién en los evangelios: conclusién si ponemos entre paréntesis las narraciones pascuales de los cuatro evanglios, qué encontramos sobre el tema de la resurreccién? Una am- fia variedad de insinuaciones e indicadores, diseminados alo largo de to- Moe los modos posibles de analizar las tradiciones primitivas, que hablan deja resurreccién de la propia resurreccién de Jesis y de la de todo su pueblo- como el futuro prometido, Hemos examinado los diversos acen- Prey pasajes en los diferentes autores y tradiciones, pero podemos fil mente juntarlos de nuevo a modo de resumen. Cuando situamos la ente- ve radicién evangélica sobre el mapa de las creencias relativas a la vida después de la muerte que esbozamos en los capitulos 24, resulta eviden- os de decir acerca de Juan, su lugar esté con la op y; dentro de la opinién judia, con los fai an) frente a las otras diversas te que, como acabarn nidn judia frente a la paganas seos (y otros que de acuerdo con ellos estal opciones. Sin embargo, no sélo encontramos una incidencia significativamente nds alta de la resurreccién como tema, en comparacién incluso con aque- los autores de la época del segundo Templo que eran entusiastas de ell (hecho ésee que requeritfa de por sf un comentario). Ademés encontrarhos una evolucién y tedefinicién de ella, no demasiado diferente (aunque ha- bitualmente expresada de otras maneras) de la que encontramos en. Pablo. “Resurreccién” sigue significando, en dltimo andlisis, el don que al final dios hare de una-nueva vida corpora a todo su pueblo (y en el caso de Juan 5, de una nueva vida corporal incluso para quienes son resucitados con el fin de que escuchen su propia condenacién) . Pero también se puede utilizar de manera afin al desarrollo de los usos metaféricos

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