You are on page 1of 7
Educar: saberes alterados DUCAR: SABRES ALTERAD - i Entre la ciencia ficcion y la politica sin yl extructura del conocimiental Variaciones sobre la desaparicién de lo escolar Los efectos de la educacin, Bueno mit. Sociologia dela rancmisn ca Gabriela Diker = Madrid, Moraa peultura, Madrid, Visor. se Del saber sabi al saber ens Pork, Teachers College Pres 16, Buenos Aires, Losada B Barcelona, Geis eligico [1895}, Buenos Aires, Gora Todo ol problema dl discurso sobre e znos Aires, Paidds. fin (el de la historia en particular) estriba = Barcelona, Octaedro en tener que hablaral mismo tiempo del ducacion en el tiempo, México, Teilas) mis alli del fin y de la imposibilidad de fd! sistema del aul, en Reval iar por Ba Jeaw BAUDRILLARD, La latin del fn mnie para algunos angus mador da Introduccion vefanza, Barcelona, Gedisa, evaluacin de los sistemas educatic ds tarde o més temprano iba a ocurrit. La hipétesis de que estamos asis- inguez y Antonio Gémez (comps yy i cee rericls se letalan ete eee Eo ee nas educativos, Barcelona, Pomares ‘Gdn confluyen otras tantas hipstesis lanzadas desde distintos campos discipli- La escuela como maquina de educa pares al ruedo de los debates sobre el objeto mundo contempordneo: la liquidez lad, Bucnos Aites, Paidds. ‘como metifora para describir la transitoriedad, la desregulacién, la liberaliza- Madrid/México, Siruela/Fondo de icidn de los mercados, la precariedad de los vinculos, etc. (Bauman, 2005), | ‘caida de los universales (entre ellos, los derechos, entre ellos, el derecho a la edu- cclona, Laces ‘eacién) (Zizek, 2005), el declive del Estado nacién como institucién dadora de eres, Sentido (Corea y Lewkowicz, 2005), el desmantelamiento de las sociedades dis- le utopia. Un siglo de reformas de la iplinarias (y sus instituciones) y el transito hacia las sociedades de control s Econdmica (Deleuze, 1995), el fin de la infancia (Postman, 1994; Lewkowicz y Corea, 1999; Narodowski, 1999), el debilitamienco y/o la pluralizacién de las fuentes de autoridad (Fcessel, 2005), la imposicién del principio de flexibilidad en la actual etapa de desarrollo del capitalismo (Sennett, 2000), la emergencia de un ) individuo «apoyado solamente en si mismo» (Ehrenberg, 2000), la desaparicién 2 [1949], Buenos Aires, Teoquel. n ducacion e investigadar en Universidad de Buenos Aires. sefianza y Curriculum, de la posibilidad misma de la experiencia (Agamben, 2003), la fragilizacién y proliferacién de las identidades (Zizek, 2005; Bauman, 2005), la extensién 150 EDUCAR: SABRES ALTERADOS ~ SATIE LA GRNCIA RCKION Y LA POLITICA En telacidn con el rema del remiten tan de cerca a la cucstidn porque da cuenta de una escuela qu formas y/o en su funcién social), p parecer; en segundo lugar, porque cuyo marco la pedagogia concibié resolvia (y debia resolverse) el ingre Sin embargo, aunque esperab podamos afirmar con certeza que la evidente es que «a por mis». La pregunta que nos formulffiny saterialidad de los sistemas escolar smativos,Jeyes, presupuestos yobvia ‘es que dia a dia siguen sumandose el wéxodo masivo del hogar a la esc Scuelas. Qué interpela de la escuela cién de la posibilidad de que la edu formatos diferentes a los de la esce entonces no es si efectivamente la & ¢ la justeza o no de las hipétesis a Habida cuenta de que la cuestic distintas formas bajo las cuales fa presentado: la ficcidn, la proposicis relacién con eada tina, incom Beaker yen qué. como ed ad La ualguiea de las dos hipotesi. Reservareman ue postulan la desaparicién tanto de su dea excuela también ens mara Benes ATERADOS y Ia informa conocimiente 1), por men= cién ha desa- histricas que de emergen- os rasgos que [saber Estos ar y, con cllay mergié en un cuestién que, nis, ponen a s al presente 0 de los limi la escuela en! ela informa medios como 2 instirucién or las tecno= gat los cam onablemente y plausibles, noligico, las ates pedagé- le los efectos » de los efee= fos sobre la a imagen de ajo distintos que definiisn| y 2002), Esco (1999), Pines quellas hips aun cuando > Berne CIENCIA COON Y LA POLITICA 151 En telacién con cl tema del seminario, es indudable que pocos asuntos femiten tan de cerca a la cuestin de la alteracién como este: en primer lugar, porque da cuenta de una escuela que, de tan alrerada (en sus propésitos, en sus formas y/o en su funcién social), podria convertirsc cn otra cosa 0 incluso desa- Bpatecer; en segundo lugar, porque altera las coordenadas técnicas y politicas en scuyo marco la pedagogia concibié durante Tos ilimios casi ees siglos que se sesolvia (y debfa resolverse) el ingreso de las nuevas gencraciones a la cultura. Sin embargo, aunque -esperable, el anuncio tiene algo de inverosimil. ‘Mientras los sistemas escolares sigan registrando una expansién sostenida en ue serdn significadas, las escuelas en el firth. nos alli pene ‘entendemos que ¢s el modo en que séi¥sce recuerdo-el=punto en el que se enlazast, por un lado; la certeza'de qué nos deparavun futuro sin escuelas y, por otro, nuestro presente escolar En un conocido y muy breve cuento que lleva por titulo «Cuanto nos Desde ya, no intentaremos aqui establ divertiamos», Isaac Asimov describe una sociedad ubicada en el afio 2! Ia que cada nifio tiene en su casa un «maestro automdtico» que transmie cono cimientos, solicita tareas y evalia segiin una progresién ajustada a la edad y administrada por el «inspector del condado», El maestro se «enciende» de lunes a viernes en el mismo horario, ritmo este dispuesto por cada padre, aunque sobre la base de una conviccidn (aparentemente generalizada) de que los nifios ‘aprenden mejor si estudian con un horario regular», La maquina se encuen: tra en una de las habitaciones de la casa a la que denominan aula! Los protagonistas del cucnto, Tommy y Margie, se encuentran con un. libro que habla sobre la escuela. La sorpresa de los nifios es doble: sorpresa ante el libro impreso en papel porque «las palabras se quedaban quietas en ver de desplazarse por la pantalla» (Asimov, 1992:142). ¥ sorpresa también porque el uuela muy diferente a la que ellos conocfan. En aquellas escuela tenian maestro, aunque sno era un maestro normal. Era un hombre (142); y; por lo tanto, podian ayudars tos, jugar) y no funcionaba en el h tian todos los nifios. libro describe un: todos aprendian juntos lo mismo siempre que tuvieran la misma edad on los deberes, hablar de ellos, ir y venir jun sino en un edificio especial al que asi 5. Véase, acerca de cémo pucde imaginarse el aprendizaje en el futuro, Perenoud (2001), See LA CIENCIA FICCION Y LA POLITICA Hacia el final del cuento, Margie debe uelals, le indica que el maestro ya solicita a la nifia que inserte las tare piensa con nostalgia «que los nifios deb impos. Pensaba en cuanto se divertiam Bence Adm wn de! més gran. quien loges ig mcd Prarsibs varias décadas después (solo ros clectrénicos), sorprende y conmu por fuera del formato escolar. Que: lOS siaestro-méquina parece un detalle ingens cxialided, acelin atl oa espacio especifico, la distribucién de posi “5 la concepeién de infa dfientacién de la educacién infancil, lageetia lacion y calificacin, etc. Ni que hab smaesio,tarea,caificacin, inspector se scuela tal como la conocemos habri ar los distintos componentes de No hay nada de apocaliptico enesti ‘a, No hay casi alteracin en la forma esa poco en la imaginacién pedagigica. Aceon ‘pula casi como una obligaci6n inheresey futuro no puede haber escuelas), pero baa nostilgico y actitico del recuerdo. E escuela va a desaparecer, la escuela no ei lato se utilice tanto en las escuelas om ema oiteratura de ciencia ficcién d ras tradicionales convicciones acer neceria de escuela en el futuro como peel Detengimonos ahora en otto pedagogo, Philippe Perrenoud ( “Academia de etnografia extragalicts itd firmado por un «socio-explorador ai tamiento masivo de enfermedades intemal neta habitado del sistema solar». sm escuela actual que nos propone Perrenaal Gque nos separan del socio-explorados. im directamente de otro planeta, En relacion con el tema que nos lieratura de ancicipacion— prevé cfoc enel futuro... aunque no en la Tierra Os UA CENCIA COIN ¥ LA POLITICA 153 Hacia el final del cuento, Margie debe obedecer a su. mamé que, al grito de Escuclalr, le indica que el macstro ya se encendié. Frente a la miquina que le Gcita a la nifia que inserte las tareas de aritmética del dia anterior, Margie Ensa con nostalgia «que los nifios debian de adorar la escuela en los viejos pos. Pensaba en cuanto se divertian» (143). Siendo Asimov uno de los mas grandes escritores de ciencia ficci6n del sighs endo él quien logré imaginar-muchos de los avanees tecnoldgicos a los que mribé varias décadas después (solo en este brevisimo relato, los robots, los 9s electrnicos), sorprende y conmueve su limite para imaginar la educacién fuera del formato escolar. Que los nifios se educaran en sus casas con unt o-méquina parece un detalle ingenuo frente’a todo lo que permancce: la dualidad, la regulacién estata, la organizacién del tiempo, la asignacién de un 0 especifico, la distribucién de posiciones de saber y no saber, l curric: Bcolar, la concepcidn de infancia y, por tanto, el papel de los adultos en la tacién de la educacién infantil, las relaciones de auroridad, las tareas, la eva f6n ycalificacién, etc. Ni que hablar del vocabulario que utiliza: escuela, aul, etre, cared, califcacién, inspector seguirian siendo, en ese futuro en el que la Eucla tal como la conocemos habria desaparecido, palabras adecuadas para Sgnar os distintos componentes de la situacién de ensefianza y aprendizae. jo hay nada de apocaliptico en este futuro post-escolar que el relato ilus- No hay casi alteracién en la forma escolar de transmisién del saber, ni tam- jen Ia imaginacién pedagégica. Ademés, la desaparicién de la escuela se for- la casi como una obligacién inherente a la literatura de anticipacién (en el © no puede haber escuelas), pero la sentencia se anula por efecto del tono Igico y actitico del recuerdo. Es como sis al mismo tiempo, afirmara: la vaa desaparecer, la escuela no deberia desaparecer. Quiza por ello, este 0 se utilice tanto en las escuelas primarias para trabajar con los nifios el sliteratura de ciencia ficcién»: después de todo, no altera ninguna de nucs- tradicionales convicciones acerca de la escolaridad, tanto por lo que perma- eeria de escuela en el futuro como por lo que se afioraria de ella Detengimonos ahora en otro relato futurista, esta vez, producido por un ogo, Philippe Perrenoud (2005). Se trata de un informe dirigido a la Eademia de etografia extragalicticar fechado el 1° de abril del afio 2482. Ei firmado por un «socio-explorador independiente» y lleva por titulo «El tra- unto masivo de enfermedades infantiles en el planeta Kafka», «nico pla- habitado del sistema solar. Fl distanciamiento de la mirada sobre la la actual que nos propone Perrenoud es radical: no solo por los 500 afios nos separan del socio-explorador, sino también porque la mirada proviene ectamente de otro planeta. En telacién con el tema que nos ocupa aqui, el relato ~fiel al mandato de la a de anticipacién— prevé efectivamente que la escuela va a desaparecer ef futuro... aunque no en la Tierra. De manera algo indirecta, el informe nos noticia de que los sistemas escolares habrian desaparecido en el planeta del q proviene el «explorador independiente» después del siglo xx, cuando surgen las medios de aprendizaje instantineo. En la Tierra, en cambio, estos se mantic cinco siglos después, aunque ya no con el propésito de asegurar la instruccié masiva, sino para tratar una extrafia e imprecisa enfermedad con la que parecen nnacer todos los nifios, especialmente en las sociedades mds ricas. Sobre esta idea general, el lector podrd imaginar todas las derivaciones que pueden extraerse de la analogia entre el sistema educativo y un sistema masivo de tratamiento de una enfermedad infantil. Solo enumeraremos aqui algunas de las que el texto propone: la enfermedad con la que nace coda la poblacién infan- til no es mortal ni sus sintomas se padecen durante la infancia; no obstante, ¢s grave, dado que, si no se recibe tratamiento a tiempo, «impide al individu devenir completamente adulto» (13); la hospitalizacién masiva de los nifios se realiza en hospitales de dia préximos por lo general al hogar y debe iniciarse obligatoriamente a los seis afios de edad; el tratamiento esti dividido en etapas anuales aparentemente ade fas a los distintos estadios de la enfermedad, aur que el tratamiento no presenta muchas novedades, por lo menos, en los prime ros seis afios; en algunos casos, cuando el tratamiento falla, el nifio debe repet la misma etapa un aio més; durante los primeros afios, los nifios son confiado: 1 médicos generalistas que administran sus distintas fases; cada médico es res ponsable de alrededor de veinticinco enfermos, que debe someter al tratamien «asi todos los dias de la semana, varias horas por dia, durante todo el afo; los médicos manifiestan su insatisfaccién por los resultados del tratamiento y res ponsabilizan a la organizacién hospitalaria y a la administracién central que les provee a todos los mismos medicamentos, aunque ellos saben que algunos ind Viduos requeririan un tratamiento particular, adaptado a su enfermedad; si quieren cambiar algo del tratamiento, deben hacerlo por su propia cuenta, a pesar de que no disponen de tiempo; otros médicos, en cambio, se resignan sos teniendo que, cuando una enfermedad es tan generalizada, no puede esperar que se curen todos; por su parte, en privado, los aé iertos aspectos del tra nistradores admiten que miento son indtiles para una parte de los enfermos, a pesar de lo cual prefieren seguir aplicindolo de manera homogénea para evitar problemas con las familias. Baste este muestrario para dar una idea de la deseripcién aguda, irénica y faralmente desalentadora del sistema escolar que lanza Perrenoud «desde> el futuro. Quied por defecto profesional, el pedagogo se muestra mucho menos condescendiente con la escuela que el cientifico y escritor, Isiac Asimov. Tam- bién sin duda porque escribe este texto casi medio si tiempos en los que la esperanza en el valor redentor de la escuela resulta cada ver més dificil de sostener', Lo que en cualquier caso nos lo después de aquel, en eresa destacar es que 6. Asimov esribe «Canta nos divestamos: en el aho 1951 lentador no radica en la idea de ro. Todo lo contrario. El proble ostener inalterado el sistema esc 10 de la poblacién infantil (para ed ro se ubique en un futuro tan leja sdad que, en la petspectiva de Perre > siglos mas. Para no deja or despevenide no hubiers captad nal del relato el explorador intergal més tarde hubiera podido exist fs nifios, un sistema tan absurd!» (1 Los dos relatos a los que nos refers sobre el futuro y sobre el modo de ver aparece en ambos casos inal HV abrariamente pa lo mismo es evidentemente un pro bilidad del fin de la escuela como tam Ea escuela debe desaparecer Si hubo un momento en la discusién p scucla tomé forma y ocupé un lug ublicacién del famoso libro de Ivan Il envel aio 1970, as criticas de Illich a los efectos del cional de la sociedad industrial, son bien tan servicio o mercancfa, la generacién de ificaciones, la enajenacidn, la sustraccion No pretendemos aqui detenernos es que nos interesa es sefialar que la persp fos setenta contra la solide de los sistem paricidn de Ia escuela no se plantea en: 2 2 ocurrir) ni tampoco en un regist rriendo)’. Por el contrario: se sabe ques de crisis, la escuela goza de buena salad 7. En este sentido, titlo del libro no revultado de trabajo conjunt nfandirnos. Aunque tiene

You might also like