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7 KaRL marx. €L RECOLECTOR De SefiaLes En cuanto 2 los hombres que aqui debo abandonar, 4a separacién de Heine es para nt la mds desegradabie. Me gustarlelievario en mi equipaje Karl Marx, 1844, en Paris Contra el parecer de toda Alemania y de todas las universidades de! arbe, diré que Heine es, para mi, el primer poeta aiemédn. Jonge Luis Borges, 1983, en Buenos Aires Las lecturas de Karl Marx, afio 1844 Sin lagrimas, en telares estridentes, tejemos y rechinamos los dientes. Alemania, tejemios en esta ocasién tu mortaja y le triple maldicién. Tejemos. Tejemos. Maldicién al Dios talso, al que rezamos mientras el frfo y el hambre aguantamos. En vano confiamos y esperamos; nos ha defraudado, mentido y engahado. Tejemos. Tejemos. LOS ASALTANTES DEL CIELO 13 Escaneado con CamScanner Maldicién al rey, al rey de los ricos, al monstruo que se traga a los peces chicos; que nos oprime, explota y esquila y que, como a perros, nos fusila. Tejemos. Tejemos. Maldicién a la Patria falsa y funesta, que s6lo 2 la vergienza se presta, que a toda flor precozmente aplasta y al gusano nutre en pudricién nefasta. Tejemos. Tejemos Vuela la lanzadera y cruje el telar. Tejemos con dedicacion y sin cesar Alemania de ayer, en esta ocasi6n, va aqui tu mortaja y la gran maidici6n, Tejemos. Tejemos. (Heinrich Heine, Tejedores de Silesia, 1844) Los prefacios El primer trabajo que emprendi pera resolver Jas dudas que me asaitaban... K. Marx, Prefacio de 1859 __ Cuando en 1859 Marx publica la Contribucién a la Critica de la Economia Polltica, siente la necesidad de trazar su biografia intelectual. En el prefacio de ese lioro decide entonces resumir los resultados generales de sus investigaciones. Marx tiene cuarenta afios. Hace casi diez que vive en la relativa tranquilidad de ‘a Londres industrial. Situacién propicia para un balance. L 14 Horacio GonzaAtez Escaneado con CamScanner sin embargo, en el Prefacio de 1859-as\ lo llamaremos de ahora en adelante ands interesante que el resumen de las conclusiones tebricas de Marx, hecho por 6! mismo, es la rara oportunicad de ver cémo él mismo relata los dversos momentos de su desarrollo intelectual. Con este excepcional y bien conocido documento en las manos, vamos 2 seguir paso a peso el itinererio de la formacién teérica de Marx, tal come él mismo lo labor. No es ése el iinico prefacio que nos interesa. El prefacio a la segunda edicién de Capital, escrito en 1873, en Londres, es otro documento de gran importancia, En cuanto a como el propio Mark juzgabe su formacién filosofica, es casi un equivalente ‘utobiografico del Prefacio de 1859. No tenemos nada semejante, escrito de su propio pufo, sobre su participacién y militancia politica. Es que sélo excepcionalmente Mark habla de si mismo en sus documentos piblicos. Pero cuando en ellos esté cerca de una autobiogratia, no nedemes desdetar Io que Marx dice sobre Marx. Aprovechar tan precicsas informa- clones y permitir que surja una duda~cuénto Marx se acerca a Marx cuando habla de si mismo- son los fines de este escrito. 4. La disciplina secundaria Mis estudios profesionsles eran los de Jurisprudencia, de fa que, sin embargo, s6lo me preocupé como disciplina secundana, al lado de la Filosofia y 1a Historia K. Marx, Prefacio de 1859 ‘Que desde muy temprano la Jurisprudencia no haya gozedo de les preferencias del joven Doctor Karl Marx fue un hecho de significacién dramatica mucho mayor {ue lo que 1 mismo da a entender cuando dice que se dedicé a ella “como discipi- ra secundaria". La cuestion de la vocacién de Karl fue una verdadera batella en Ia asa de los Marx. Los cimientos ideolégicos de una cuidadosa y sensible estrategla elaborada por el Doctor Heinrich Marx, su padre, dependian cesi exclusivament= de Keri pare prosperar. Para Heinrich Marx no habla side nade fécil dejar de llamarse Hirschel y acoptar LOS ASALTANTES DEL CIELO 15 Escaneado con CamScanner el nombre Heinrich. Era un ritual de conversién juridieamente permitido por lag leyes prusianas, que exigian previamente un cambio de identidad religiosa, No deb haber sido c6modo para Hirschel asumir el rito evangélico. Su hermano Samuel, at contrario, se volvié rabino, como todos sus antepasados inmediatos. Henriette, sy esposa, tambign era hija de rabinos. Pero no se puede decir tampoco que faltaran argumentos a Hirschel ante el tribus nal familiar. Desde 1827 el Estado prusiano prohibia por ley el acceso de los juctog 2 la administraciOn y a cualquier funci6n que exigiera contacto con Grganos pUblicos, {Qué debla hacer el abogado Hirschel? ;Cambiar de nombre y de religién! Asi, Hirschel transpuso fronteras ancestrales, abandoné raices antiguas. Era ahora un iniciador de linajes. ;Comprenderian eso sus hijos, particularmente Kari? 4Comprenderian en nombre de qué habla realizado su conversién? En el sentido ms profundo, en nombre de la administracién. En nombre de una nueva secuencia de su historia familiar, que deberfa desde entonces ser escrita con miras 2 hacer de sus herederos funcionarios talentosos y eficientes de la carrera administrativa del Estado prusieno. EI Doctor Heinrich Marx no era, sin embargo, una persona estrecha. Ni un tem- peramento burocratico. Hombre realista ~“alimentemos bien el cuerpo y el espiritu”, escribe a Karl-, pasaba largas horas en su biblioteca leyendo a Kant. Era un ceista. Hay Dios. Pero no hay Revelacién, ni importan las iglesias. Actuada simplemente considerando que lo que era bueno para él debia ser al mismo tiempo ley universal: el imperativo categérico de Emmanuel Kant. Asi habie educado a sus hijos. Bau- tizados en el rito evangélico, si. Exigencia administrativa. Pero, en el hogar, nunca se enfatizarian las précticas devotas. No faltaba al espiritu de Heinrich una saludable dosis de buen humor. Cuando Karl le escribié desde Bonn —fue ahi donde hizo los primeros afios de la carrera de Derecho- que pensaba dedicarse a la critica teatral, tomé la cosa en droma. Pero también, hombre tolerante, se dispuso a influir sin inhibir bruscamiente nada de lo que Saliera ce la voluntad intima de su hijo preferido. Solo coment6, no sin mordacidad pero ése era su estilo-, que Karl hacia muy bien en leer el Laccoonte de Lessing, obra maestra, egregando que slo debia tener cuicado de no volverse tun pobre bibliotecario, como habia sido el caso del propio Lessing Pero, para Heinrich, era evidente que el conflicto vocacional de Kar! era entre el Derecho, la Filosofia y el Arte. (En el Prefacio de 1859 Marx no manciona esta ultima posibilidad. Es un descuido en su recuerdo, pues la misma existia de manera manifiesta.) Pero eso no daberfa originar ningun problema. Lo mejor seria sin duda la carrera administrativa, porque ella darla una solucién al temperamente artistico 16 HORACIO GONZALEZ Escaneado con CamScanner de Karl. Combinaba mejor un alto funcionario ministerial que gustara de le lirica (0 que la practicara) que la lirica coexistiendo con el oficio de un abogado 0 un juez Poeta, pensaba Heinrich Marx, Karl no seria, Sus poesias no permitian engafiarse a ese respecto. Eran ejercicios decididamente precarios, rutines adolescentes, Sin embargo, varias cosas lo irtitaban en ese hijo que con tanta habilitad co- mentaba a Hegel, Lessing y Winckelmann (padres, estos dos iltimos, de la reflexién estética alemana del siglo xv y cuya intluencia habia atravesado el nuevo sigio) Inritacién suave, sutiles incomodidades de quien creia en el imperativo categbrico kantiano. Heinrich nunca dej6 de advertir a Karl sobre las consecuencias de lo que parecta ser un permanente vagabundear por los diferentes dominios de la cienecia, Y también sobre su aspecto descuidado y sobre su evidente preferencia por en- claustrarse en una habitacién s6rdida (pensiones de Berlin, donde Karl completé sus estudios juridicos), privandose de la convivencia mundana, Si esos rasgos per- duraran, entonces se podria considerar amenazado el perfil ideal de un funcionario ministerial. Ademés de que ese estadia en Berlin, discutiendo el legado tilosético de Hegel ~reunidos los jévenes catedréticos y privat-dazents en un Club de Doctores-, le salfa cara a la familia, que la costeaba Fue contempordnea a estas preocupaciones del viejo Heinrich Marx una bien ‘conocids carta de Ker! escrita en Berlin, en naviembre de 1837. En ella anunciaba rumbos, trazaba recorridos. Decia lo que Heinrich ya sabia: “siento el impulso de medirme con la filosofia... no es de ningun modo posible seguir sin la filosofia." En esa carta se lee también esta confesién: “me ligué cada vez més estrecha- mente a la moderna filosofia del mundo, de la que persata poder escapar”. La “moderna filosofie del mundo”: Hegel. Con esa lucha por “poder escapar” Karl estaba anunciando ~tenia diecinueve afios— un combate que, con diferentes matices yy resultados, se extenderia a lo largo de toda su vida. He aqui otre de las reflexiones que papa Marx tuvo que leer: “el propio objeto debe ser estudiado en su desarrollo”. Es imposible que el paternal Heinrich Marx no Pensara que en esa frase estaba actuando la poderosa paternidad filosdtica de Hegel sobre su hijo Karl. La vida, para Kerl, era la expresién de une ectividad intelectual Gnica que se menifestaba en todas las direcciones de la realidad: |a ciencia, el arte y las relaciones privadas. No es ciffcil imaginarlo en el Club de Doctores de Berlin pronunciando estos razonamientos, labrados por un Hegel que habie fallecido solo seis afios antes. Parecta evidente que Marx eligiria la Filosofia, o mejor, la Filosofia del Derecho. éEnfatizando qué?: (la Filosofia o el Derecho? De cualquier manere, este contlicto, ue siempre podia resolverse con un juste-milieu, era mucho mas tolerable que el LOS ASALTANTES DEL CIELO 17 Escaneado con CamScanner contlicto que 6, Heinrich, tuvo que soportar. No entre dos ciencias, sino entre dog religiones. Pero ésas eran verdaderes opciones, lo que no ocurtia con las que aby ve mostraban en las universidades, Allf todos hablaban mal de Federico Gulerme Il, rey de Prusia. Por qué no se acordaban de los tiempos del déspota Napoli ;Menos mal que Prusia habia triunfado sobre el aventurero corso! No perc'bian los jévenes que ahora, en el reino de Prusie, cualquiera tenia libertad para escribir 9 decir lo que se le ocurriera? El Doctor Heinrich Marx no tuvo oportunidad de ver como Karl concretaria su recortido intelectual (e incluso cémo, cinco afios después, no cualquiera tendria livertad para escribir). Murid en 1838, poco después de leer esa carta definitiva de Karl. No podia sospechar hasta qué punto su hijo mantendria por lo menos una fidelidad: su conviccién antinapole6nica. Y, como después veremos, Karl Marx no ej6 de pensar en lo que para él eran los remotes tiempos en su ciudadecita natal “Tréveris~ al escribir, en 1852, El Dieciocho Brumario, su pamphlet contra el otro Napole6n, cantemporaneo suyo, Luis Napoleén Bonaparte II ] El drama vocacional de Karl Marx tenia lugar en Berlin y repercutia en Tréveris, en la casa de sus padres, en la Calle del Puente. Ciudad pequefa, todevia con monumentos de su pasado romano (el pasado romano: otro de las temas de E/ Dieciocho Brumario, y no por casualided), cuando su nombre era Augusta Trevero- tum. Ciudad fronteriza, sobre las mérgenes del Mosela, Napoleén |a habla ocupaco durante la guerra Pero, por ahora, el fantasma napolednico actuaba apenas en el Nora tema para Karl. £1 estaba ccupado en poner la “ciencia administrative’, esto es, el Derecho, su “disciplina secundaria”, por lo menos a la misma altura en que se encontraban sus preacupacionas filoséficas ¢ historicas, como dirla veinte aos después en el Prefacio de 1859. En ese mismo Prefacio, veamos este famoso fragmento: “Al llegar a une determ! nada fase de desarrollo, las fuerzas productivas materiales de la sociedad se estrellan contra las relaciones de produccién existentes, 0, lo que no es sino su expresion juridica, con las relaciones de propiedad dentro ce las cuales se han desenvuelto hasta entonces. De formas de desarrollo de las fuerzas productivas, estas relaciones 52 convierten en obstéculos a ellas.” ay Boe se estrellan contra las elaciones de produccién! esuna iodine er las que Marx interpreta el proceso histérico: la enerel@ wiabiewae: oe contra los sistemas de clase. Pero lo que nos interes Haan ohcte masoh = telaciones de propiedad en una sociedad historioas fe las relaciones de produccién, que inmovilizan a los Dil "HORACIO conzaLez | temor de Heinrich. Escaneado con CamScanner ymbres en clases. En lo inmediato det ss Hee is) ex Social, es contra estas relaciones {Qué importancia podria tener este fragmento en una biografia intelectual de Karl Marx? Habituaimente, el comentario que se hace de este trecho es para recordar un Marx que comunica Un aspecto fundamental de su teoria con singular didactismo. Pero observemos este mismo trecho en sus consecuencias biograticas Podemcs pensarlo asf. Marx hizo su aventura intelectual, su itinerario educati- vo, yendo de las Ciencias Juridicas a la Economia Poitica. Esto es, un viaje desde la ciencia que estudia el significado juridico de cualquier relacién social hasta la ciencia que estudie cémo las fuerzas productivas estén asociadas a determinadas relaciones de propiedad. En ese vigje, encontré la ciencia que demuestra que las relaciones juridicas no explican nada por si mismas, y que deben ser explicadas por las relaciones sociales. Por lo tanto, si el “viaje de ida” de Marx fue de las Ciencias Juridicas a la Economia Politica, la explicacién cientifica recorreria el camino contrario: el “ser social”, el conjunto de fuerzas productivas y relaciones de propiedad de una sociedad, es lo que explicaria lo juridico. Contar su biografia (el camino de sus descubrimientos), para Marx, era, asi contar el camino contrario al que deberia recorrer la ciencia. Y, también, contar su biogratia intelectual suponia tocar implicitamente los puntos criticos que, dos décadas antes, habian sido los temas de su batalla voca~ cional. Ella fue trabada en una pulseada afectuosa, aunque drastica, con Heinrich, su padre. Heinrich Marx rompié un linaje intelectual rabinico para iniciar otra historia familiar, con vocaciones profesionales desarrolladas al amparo del Estado prusiano. Karl Marx, natural destinatario de los esfusrzos, esperanzas y maniobras espirituales de Heinrich-Hirschel Marx, rechazaria, paso 2 paso, ese modesto legado de adaptaciones a la realidad. Y también romperta con Tréveris. Con los afios, todo lo que se refiriera a su ciudad le evocaria el peso irritante de un clericalismo que él consideraba /a red invisible que aprisionaba a su familia. ;Y aquel iluminismo, aquel elegante deismo de su padre? No era para tomarlo en serio. Y si se tratara de detenerse en los recuerdos de Tréveris, mejor hacerlo a través de una pequefia remembranza sentimental: la imagen del alegre Karl atravesando todas las tarces las pocas cuadras que separaban su casa, en la Calle del Puente, ce la casa del Baron von Wastphalen, en la Calle de los Romanos. Alli, Kari escuchaba al viejo Ludwig von Westphalen pontificar sobre Homero y Shakespeare y observaba a Jenny, la hija del barén, completamente enamorado. LOS ASALTANTES DEL CIELO 19 Escaneado con CamScanner 2. El dificil trance En 1842-43, siendo redsctor de la Gaceta ‘me vi por primera vez en el difcil trance ge ‘opinar acerca de Ios lamados intereses, Revana, ha i. Mary, Precio da 1a El Barén von Westphalen tiene una familia de cuestionadores, escribié Heinrich Marx a su hijo Karl, Ademas, a Jenny von Westphalen le gusta envolverse en ung atmésfera de misterio. Eran frases tranquilizadoras destinadas a un preocupads Karl, Jenny, con quien éste mantenia un noviazgo “clandestino” desde 1836, habia decidido suspender la correspondencia Tréveris-Berlin, donde Karl continuaba sus estudios juridicos. Pero el viejo Heinrich no se equivocaba al suponer que era sélo la estretagia de una joven que ensayaba una roméntica protesta frente a la ausencia de Karl. Ella tenia 22 afios; él, 18. Heinrich Marx se neg6 a servir de intermediario, como pedia Karl, y pronosticé, con intuicién certera: “Jenny puade ser caprichosa, pero puedes estar seguro de que ni un principe podra distreeria de ti”. Cuando la correspondiencia comenz6 nuevamente a fluir, Karl ensayé las tiltimas habilicades de equella vena poética que Heinrich no se habia equivocado— no vol- veria a ser convocada en el futuro: “Al enlazerme profundamente a ti / se despejé mi mirada, / que asi pudo descubrir / lo que era apenas un deseo velado. / Aquello que mi espiritu / no habria podido alcanzar / entré directamente a mi corazén /a partir de tu mirada.” Era, puede decitse, la expresion poética de la idea de cue la mirada tiene primacia sobre la conciencia. Karl Marx y Jenny s2 casaron en la ciudad de Kreuzrach, en 1843, tras siete afios de un noviazgo que al comienzo no fue eprobado por el barén. Pero el “plebeyo" Karl consigui6 talentosamente robarle Ia hija. En su tesis de doctorado —Diferencias de ia Filosofia de la Naturaleza en Demécrito y Epicuro— Karl escribié una afectucsa Gedicatoria: era para Von Westphalen, a pesar de que en otras oportunidades haya Contemplado a |a familia de Jenny ~cuyo hermano Edgar fue su primer gran ami- Bo Con juicios més duras: “Familia absorbida por un aristocratismo banal... __Pero el casam ento sélo seria posible después de terminada la aventura periodis- {ica en le Gaceta Renana. En 1842, con veinticuatro afios, Karl Marx era el redactor Jefe, contratado por las liberales de Colonia, Se iniciaha en el periodismo de andlisis y oes 4m abcgaco recién graduado, ya habia lefdo toda la obra de Hegel y ‘Clamente la idea de naturaleza que tenfan los Griegos. Pero su principal 20 HORACIO Gonzatez Escaneado con CamScanner preocupacién tedrica era desentrafar la relacién de la filosofia con el mundo. Esta cuestién ya estaba presente en la tesis de doctorado y nunca lo abandonaria. La filosoffa busca su realizacion en el mundo y, en esa realizacién, se pierde, se vuelve “mundana”. Se pierde como reflexion, se encuentra como préctica, Pero al mismo tiempo, y por la misma raz6n, la realidad se vuelve “filosdfica”. E] pensamiento es tan capaz de resolverse en la accién como lo es el mundo de resolverse en el reconocimiento de los sujetos activos que en él se constituyen. La filosofia se ha perdido. Pero esa pérdida es su realizacién, pues cumple su misién de entregarse al mundo. La filosofla desaparece sélo porque es capaz de volverse préctica. A ella siempre le falt6 el mundo, el universo practico e histérico. El mundo es lo que la filosofia ~el sentido de las cusas~ siempre necesité Este tera de “la filosofta en ef mundo” va a acompafiar a Marx durante mas de cuarenta afios de actividad de critica, militancie y reflexién. Después, el mundoreci- birla una definicién més esmerada la flosofia edquitiria connotaciones de practica politica. Pero los términos de! problema -la realidad objetiva sometida a la critica de la raz6n— nunca cederian un palmo de terreno en la actividad de Marx. Es con este tema en su maleta que Karl se trasiadé de Berlin a Colonia, para editar la Gaceta Renana. Es ahi donde se vera en un “dificil trance”... Hans Wiethaus era el censor de! Ministerio Publico, en Colonia. Modesto fun- cionario, entre sus actividades estaba la de censurar la Gaceta Renana. E| nuevo rey, Federico Guillermo IV, habia aumentado el rigor con el que se juzgaban todes las publicaciones editades en el reino. Pero Wiethaus era tolerante con la Gaceta. Es un hombre digno, juzga Marx. Habia dejado pasar un articulo, redactado por el redactor-jefe, donde se trataba sobre el problema de los campesinos que racogian lefia de! suelo. La Dieta habia condenado esa inocente actividad como destruccién furtiva de los bosques. Los campesinos podian ser concenados por robo ‘s6lo por juntar del suelo a madera que necesitaban como combustible. Pero los campesi- nos hacian eso ejerciendo un derecho consuetudinario. La ley de la Dieta, rezona Marxen su articulo, sélo defiende los intereses materiales de los propietarios. Es la manifestaci6n de un Estado que ignora su deber de representer 2 toda la sociedad, que asume sélo la representacién de intereses privados y particulares y abandona los intereses generales de la sociedad, que se hace cargo de los intereses de una camada privilegiada de la poblacién contra otra camada més pobre. Este es Marx ante el “trance” de opinar sobre “los |lemados intereses materia les", como dice en el Prefacio de 1859. E| Estado todavia era para 6! una realidad unificadora de la sociedad, a condicién de que la representara en sus intereses generales y no particulares. Ese “trance” fue sin duda dificil, y la breve frase de LOS ASALTANTES DEL GIELO 21 Escaneado con CamScanner Marx en el Prefacio ilustra muy bien este segmento de su biografia intelectual, “Los liamados intereses materiales”, dice. Tenue ironia que indica el despracio con e| que la herencia hegeliana, dominante en los circulos académicos, interpretaba e| mundo de los intereses materiales. Era s6lo un mundo de “necesidades", un mundo fundado en la carencia, en el deseo. Cuando Marx escribié el Prefacio de 1859, utiliz6 el tono peyorativo apuntanto ciertamente quienes pensaban los dominios de la materia a través de la “superio. ridad del espiritu". Sin embargo, sélo é! podia saber cuanto costaba no mirer con desdén los “intereses materiales", cuanto costaba eso a todos aquellos jévenes que se reunian en el Club de los Doctores de Berlin, entre poderosos cigarros y generosas porciones de pimienta, para discutir la Logica de Hegel. Con todo, el “digno censor” Wiethaus aceptaria todavia la publicacién de otto articulo sobre “los llamados intereses materiales”. En él, Marx demostraba que lz penosa situacién en la que se encontraban los vifiateros del rio Mosela -situacién que conocia bien de cerca, pues también era hijo de ese rio~ no se debia a “causas natureles”, sino @ causas que era necesario buscar en la realidad social Estos articulos incomodaban a Ios funcionarios del rey. Al fin de cuentas, ¢no habia dicho el propio Federico Guillermo IV que “no deben existir ciertas hojas de papel entre el pueblo y el soberano"? Una censura més radical no tardaria en llegar. Prevenido sobre eso, Marx escribié que un movimiento politico podia ser censurado, pero no las ideas. Ellas eran demonios que sdlo era posible someter sometiéndose a.ellas. Puede verse aqui, de cuerpo entero, al Marx hegeliano del Club de los Doc- tores, y mucho menos al Marx que ya habia resuelto el “dificil trance” de opiner sobre cuestiones econdmicas. Decir que las ideas sélo son suprimidas cuando son incorporadas por zquellos que quieren suprimirlas es una versi6n libre del problema de la “realizacién de la filosoffa en el mundo”. De esta misma forma, la censura solo podria suprimir las ideas cuando la propia censura fuera suprimida por las ideas. Nadie proscribe iceas si no se somete a ellas. Nada desaparece a no ser cuando se “realiza en el mundo”. Indtil, pues, la censura. Pera dificilmente los griséceos Censores del rey -Wiethaus ya habia sido alejado- se mostrarian conmovidos por estas complejidades filostficas que Marx era capaz de percibir en la propia tarea de ells. Por otro lado, el tratamiento de la cuestién de la censura en términos de la relacién entre filosofia y mundo no conseguiria evitar algunes cificultades de la argumentacion de Marx. Ei escribird, también en la Gaceta Renana, que es ridiculo Suprimir ideas a través de la censura, pues las revoluciones, cuando estallan, nunca 22 HORACIO GONZALEZ Escaneado con CamScanner son provocadas por la libertad de prensa. Seria como suponer que el movimiento de los astros es producido por las lentes de los astrénomos. Tenemcs aqui al Marx que resuelve la cuestin pensamiento-mundo a favor del mundo, a favor de una realidad que existe independientemente de los instrumentos con los que es observada. Pero las ideas -también habia dicho Mare- eran “demo- nios” que desaparecian cuando el mundo se dejabe incorporar por ellas. Aqui, la misma cuestion se resolvia a favor del peso de las ideas. Es evidente entonces que Marx tenia dos visiones de por qué la censura era innecesaria, Primero, porque el mundo siempre se desarrolla independientemente de las ideas, tal como los astros existen al margen del telescopio. Las ideas importan poco. Si el proceso real tiene tal primacta... ipara qué, entonces, la censura? Y, segundo, porque -a diferencia de lo anterior- las ideas sdlo “desaparecen” cuando el mundo las convierte en su propia realidad. Si las ideas solo “acaban” cuando se “realizan” en el mundo... gpara qué, entonces, la censura? Este era el Marx que habia leido a Hegel “de cabo a rabo”, como dice en la carta @ su padre. El Marx que habia luchado para escapar de la “moderna filosofia", Pero que, en vez de escapar, no hacia sino luchar dentro de ella. Esta vacilacién, finalmente, acabé por desarrollar en é! un agudo sentido de la ironia. Quien duda pero permanece, ;qué es? Un irdnico. Karl es eso, un hombre que no quiere creer en Hegel pero que habla su lenguaje. Es el mismo Marx que, en este mismo pe- ricdo de la Gaceta Renana, observado por su amigo Moses Hess (con quien mas. tarde chocaria), es juzgado como le sintesis de Rousseau, Voltaire, Lessing, Heine y Hegel. Como un filésofo capaz de unir la argucia mas filosa al mas profunde rigor en el andlisis. Le cuestién de la censura de la Gaceta mostraba en accién al Marx filésofo in- terpretanci los datos politicos de la realided. En el Prefacio de 1859 Marx nos dice que el “dificil trance” era tener que opinar sobre economia ¢ intereses materiales por primera vez. Pero el trance de opinar sobre la censura no era menos dificil. Junto 2 los vifiateros del Mosela y a los campesinos que recogian lefia en los bosques, habia aprendido que el mundo material no sélo no era una forma inferior de la vida politica del Estado, sino que influfa decisivemente en las acciones de éste. Pero, al combatir politicamente a los censores del rey, se ponia en una situacién critica: al hablar ce politica, hablaba como filésofo, desautorizando la censura, ora porque la realidad es poderosa, ora porque nadie puede exterminar las iceas. Indiferente a estas especulaciones, el nuevo censor, Von Gerlach, estaba encar- gado de cerrar el periddico. La Gaceta Renana tiraba mas de tres mil ejemplares, y los medios politicos que la financiaban optaron por limitar su horizante critico para LOS ASALTANTES DEL CIELO 23 Escaneado con CamScanner adecuarlo a las disposiciones de la censura. En ese caso, el vibrante periodista- fil6sofo que redactaba el periédico debia ser convencido de moderar sus editoriales y articulos. ;Seria eso posible? Pero la Gaceta Renana fue prohibida definitivamente en abril de 1843, Los cen. sores del Estado prusiano la acusaron de propagar ideas vinculadas al liberalismo francés. Ante eso, Marx todavia tuvo tiempo de responder por escrito a los censores, atirmando que el periédico propagaba realmente el liberalismo, pero el liberalismo alemén. Habian pensado los censores lo que eso significaba? El liberalismo aleman pondria a Prusia a la vanguardia del desarrollo aleman. Marx pensaba en la unidad alemana dirigida por Prusia. Asi pensaban también los financistas del periédico, aunque sin el coronamiento filos6fico que Marx daba a esta propuesta Esta respuesta, evidentemente hecha en términos muy moderados -somos libe- rales y defendemos intereses de los grupos desposeidos, no por hostilidad a Prusia, sino en su beneficio-, parecia mas bien una hAbil jugada del joven polemista Karl Marx para defendar a la Gaceta de la orden de clausura que pendia amenazado- ramente sobre ella. Pero no era sélo eso. Era también una visién particularmente flexible de las alianzas con la burguesia liberal que deberian hacerse para unificar ‘Alemania en un sentido no absolutista. En el mismo escrito dirigido al Ministerio PGblico, Marx insistia en que la Gaceta Renana significaba de hecho una demostraciGn de la superioridad de la ciencia de la Alemania del Norte sobre la ciencia francesa. ;Cudl serfa la intenci6n de Marx al hacer esta afirmacién? {Simple astucia, téctica de sobrevivencia del periédico © conviccion muy firme sobre las respectivas “ciencias” —Ia filosoffa realizandose en e| mundo- de Alemania y de Francia? Muchos afios después Marx repetiria este ‘concepto, aunque no ya al servicio de la unidad alemana bajo la direccién de Prusia (incluso porque, cuando reitera es misma visién, en 1870, Alemania ya estaba unida por la clase dirigente prusiana, con la que desde hacia muchos afios que Marx ya no tenia vinculaciones).. 2Pero qué pensaba de esos acontecimientos de 1843 en 1859, cuando escribe el Prefacio con su biograffa intelectual? “En aquellos tiempos” -recuerda- “en que el buen deseo de ‘marchar adelante’ Superaba con mucho e! conocimiento de la materia, la Gaceta Renana dejaba traslucit un eco del socialismo y del comunismo francés, teflida de un tenue matiz filoséfico. ‘Yome declaré en contra de aquellas chapucerfas, pero confesando francamente, al mismo tiempo (...), que mis estudios hasta entonces no me permitian aventurar nin- Gn juicio acerca del contenido propiamente dicho de las tendencias francesas.” De este modo, al mismo tiempo que juzgaba al socialismo francés como una 24 HORACIO GONZALEZ Escaneado con CamScanner impostura -si ésa ere su opinién en 1843, no fue la misma en 1844, destacaba que todevia no habia hecho los estudios correspondientes para eveluar eso rigurosamente. Aqui se entrelazan el Marx anti-ut6pico y el Marx que se pronuncia sobre la base del “conocimiento estricto de la materia”. Escrito en 1859, este parrafo welve verosimil el escrito del joven Karl los censores prusianos sobre lz superioridad filos6fica alemana frente @ la filosofia francesa, vista como un vanguardismo initil. Sin embargo, es posible preguntarse: ;Marx queria 0 no continuar con la respon- sebilidad politica de la Gaceta? En ese momento, hizo todo para que el periédico no fuera alcanzado por Ia ira de los funcionarios prusianos. Intenté combatir la censura demostrando a relativicad filosética de ésta. Pero en el Prefacio de 1859 dice: “aproveché la ilusién de los gerentes de la Gaceta Renana, que creian que suavizanco la posicién del periédico iban a conseguir que se revocase la sentencia de muerte ya decretada contra él, para retirarme de la escena piblica @ mi gabinete de estudio". Ciertamente, era una “ilusién” pretender que el Esteda continuara to- lerando e! periédico opositor, pero de hecho Marx habia luchado para mantenerlo. Dieciséis afios después, interpreta toda esta situacién como un buen pretexto para retirarse 2 su gabinete de estudio, abandonando la escena publica. Es evidente que el Prefacio de 1859 fue escrito para presentar e/ libro que prefacia, la Contribucién 2 la critica de la Economia Politica, a una camada de lectores que deseaba tener en las manos un trabajo cientifico y no meras opiniones. Pero no es la Unica referencia de Marx a la politica como una realidad en fiujo capaz de interrumpir los estudios cientificos. ¢£I deseaba o no deseaba esas interrupciones? Cuando ellas son men- cionadas, sin embargo, parecen un accidente que viene a complicar un itinerario intelectual ya programado. En todo caso, cuando finalmente se prohibié la aparicién de la Gaceta por “falta de autorizacién previa", Marx no perdié el buen humor. E| argumento del censor no era veridico, pues la Gaceta tenia autorizacién. "Qué es lo que no tiene autorizacién para poder existir en Prusia... si hasta los perros necesiter ser autorizedos por la politica para salir a la calle? Pero estaba cansado, 0, mas que cansado, indignado. “Es imposible respirar el aire prusiano”, dice. Y se va. A Paris. LOS ASALTANTES DEL CIELO 25 Escaneado con CamScanner | ™~ 3. El asalto de la duda El primer trabajo que emprend cH Dara reste ‘cudes que me asaltaban ue una revisin ennee 3S criea de ig Mlosofta del derecto ce Hoge K. Marx, Prefacio de 1359 Marx todavia no ve @ Francia como una especie de Castillo de Elsinor, POF Cuyos, ambientes politices circularian espectros con tUnicas enmohecidas por el tiemp, Estamos en 1844, y Karl Marx es un emigrado mas que llega de Alemania a Paris, capital de utopias, hogar de los socialismos. Durante su estadia ~menos de un affo, pero un periodo muy rico en acontecimien- tos-, Marx pudlicé el unico nimero de la revista Anales Franco-Alemanes, junto a ‘Arnold Ruge. Ruge fue el primer compafiero tebrico de Marx. El compafiero perfecto todavia no habia aparecido, aunque circulaba cerca de ahi. Paris, sin embargo, propiciaria el encuentro definitivo de Marx y Engels. Ya se conocian, aunque sélo superficiaimente. ;Cémo habrian sido las cosas si Ruge hubiera resultado bien como compafiero de teorfas y quehaceres politicos de Karl Marx, como amigo, consejero, confesor, auxiliar doméstico, encargado de gastos y de préstamos? Es probable que hoy se dijera “Marx y Ruge”, tal como se dice “Marx y Engels” En la Francia de los aflos 40 estaban activos Louis Blanc, Blanqui, Proudhon, Lamartine. Representaban el espiritu socialista, entendido en sus mas diversas acepciones utdpices 0 astutas: como naturalismo, como industrialismo, como emancipacién de la mujer, como “nuevo cristianismo”, como abolicién de toda forma de propiedad... Para los politicos alemanes en Paris, sin embargo, la idea més seductora era la de un encuentro entre le Alemania de las luches filoséfices y la Francia de les luchas sociales y politicas. Heinrich Heine era uno de los paladines de esta idea, Habia sido miembro de la Joven Alemania, un grupo de escritores que aspiraba, al mismo tiempo, a preservar la identidad nacional y difundir el liberalismo. La Dieta alemana disolvié el grupo en 1835 y Heine se exilié en Paris. Fue, alli, uno de los primeros en anunciar el necesario ‘matrimonio entre la filosofia alemana y el espiritu emancipatorio francés. Reconstruyendo todos los temas anticristianos de la Joven Alemania, Heine cre, Como Ruge, que la sede y la cuna de una nueva Europa seria Paris. Ser nuevo era se sensual, pagano, helénico, hedonista. Nada de ascetismo, nada de cristianismo. 26 HORACIO GONZALEZ a a Escaneado con CamScanner Este Heine, que ameba Alemania y la maidecia, se consideraba un “soldado en la guerre de la humanidad”, Queria tejer mortajas para la vieja Alemania, pero, exilado, evocaba con nostalgia el humo del tabaco, el pan negro, las rubias hijas de los predicadores y el “Padre Reno". Pero Paris era la sede de un Nuevo Renacimiento. Heine fue quien preanuncié ese /eitmotiv de la generacién de Ruge, Marx y Moses Hess (que, como vimos, consideraba a Marx heredero de Heine, Hegel y Rousseau). Mezcla de poeta y pe- riogista, comentarista feroz de la ectualidad cultural parisina, Heine dejé el vasto recuerdo de sus juicios sumarios sobre las figuras de la época. Chateubriand era necio; Lamartine, corajudo; Victor Hugo, un falsario, inventado por Sainte-Beuve. iY Balzac? Este si, un gran patologo ce las almas. En Alemania, cuento de inviemo, escribié que la tierra pertenecia a los franceses ya los rusos, y el mar alos ingleses, pero que “en el campo etéreo del suerio somos nosotros, sin discusién, les que reinemos”. Nosotros: los alemanes. Paris era el suelo de una revolucion del espiritu politico. Pero siempre que ésta fuera fecundada por ‘aquellos que reinaban en el campo de os suefios. Arnold Ruge, a diferencia de Heine, era decididamente un Joven Hegeliano, Interpretaba el arte como conciencia superior de una época y la literatura como la forma libre de la sensibilidad politica, La creacién artistica no era solo compafiera de Ia revolucién. Era /a revolucién, no en el sentido roméntico, sino en el sentido del descubrimiento racional del deserrollo aut6nomo de la sociedac y del hombre. Pero coincidia con Heine en Ia alquimia para la constitucién de los nuevos tiempos: la ciudad francesa recibiendo una etérea inyeccién de cienc’a alemana. Marx venia del vano intento de demostrar a los funcionarios del reino de Prusia otra tesis: la del alejamiento de caminos entre la Alemania y la Francia filos6ficas. En Paris, sin embargo, fue un entusiasta de la confluencia politico-filoséfica entre Alemania y Francia. De ahi el nombre de la revista tedrica que Marx y Ruge dirigieron: Anales Franco-Alemanes. Serla la expresion de la alianza cientifica franco-alemana. Esta frase, precisamente, fue utilizada por el propio Marx cuando solicité la Participacion en la revista de Ludwig Feuerbach, el portavor de los Jévenes Hege- lianos de izquierda. “Usted fue el primero en expresar la necesidad de esa alianza", habia escrito Marx @ un Feuerbach poco dispuesto a participar de la experiencia. “Es mejor la accién silenciosa, es mejor no prociamar los principios en la primera embestida’, respondié el autor de La esencia del cristianismo. Si |as diferencias entre Marx y Feurerbach todavia no eran muchas, la cautela de uno y el deseo de embestidas del otro abrieron una brecha que nunca se cerraria Ludwig Feuerbach, tres afios antes de este intercambio de correspondencia con LOS ASALTANTES DEL CIELO 27 Escaneado con CamScanner Marx, habia publicado La esencia del cristianismo para devolver a la “esenci hombre" los deseos y valores que, aunque propios del desarrollo de la on = humana, eran proyectados y transpuestos como virtudes divinas, Pero e| cles Bis apenas una creacién compleja de una forma alienada del espiritu humano, al habia expropiado esas potencias creadoras para atribuitias a los dioses. La fllosoia debia devolver el hombre al hombre, fundando el humanismo y el materialismo aj mismo tiempo. En el mismo sentido, David Friedrich Strauss habia conmovido la teologia tradi. cional con su libro La vida de Jesdis: debido a la capacidad del desarrollo histérico de generar mitos, un Jests histérico fue sustituido por un Jess mitico, Los dogmas evangélicos no eran ya la carcel conceptual del proceso histérico, sino que eran explicados por éste. Bruno Bauer encontré asi las puertas abiertas para negar la existencia hist6rica de Jesus. La izquierda de los Jovenes Hegelianos habia sacado todas las consecuencias radicales de la visién de la historia como proceso que cons- tantemente renueva su stock de contradicciones, hasta encontrar sus protagonistes verdaderamente humanos. Era la filosofia volviéndose “mundo”, la filosofia como “guia” de la accién politica. Federico Guillermo IV, el rey de Prusia, se mantuvo atento al conflicto que oponia a romanticos y hegelianos de izquierda en las uni- versidades. Censuré periédicos, removié profesores y promovié a Schelling como jefe de escuela, tratando de construir una trinchera filosdfica contra el racionalismo. anticristiano y dialéctico de los vehementes neo-hegelianos, la izquierda triunfante, por lo menos en la universidad. La Paris de 1844 fue el escenario en que los J6venes Hegelianos intentaron la alianza con el socialismo francés. Eran filos6ficamente victoriosos en Alemania y politicamente exiliados en Francia. Nada mejor que uno de los versos de Heine en Los tejedores, poesia ya célebre a partir del momento en que fue publicada, para identificar los horizontes del programa estético-politico de los emigrados alemanes en la Paris de Luis Felipe de Orléans: “Vieja Alemania, tejemos tu mortaja”. Tejedores de mortajas eran Heinrich Heine, Arnold Ruge y Karl Marx. Este tenia entonces 26 aftos. Ruge era varios afios mayor. Heine tenia 47 afios. La revista proyectada, los Anales Franco-Alemanes, de la que salié un Unico numero, se volNié la desembocadura natural de los jovenes alemanes que querian desentrafiar “Ios Principios que el mundo habia deserrollado en su interior” La revista aparecié a comienzos de 1844 en Paris. Contaba con articulos de Mar sobre “La cuestién judia” y una “Introduccién a la critica de la Filosofia del Derecho de Hegel”, poemas de Heinrich Heine y de Georg Herwegh (el “poeta politico” pre ferido de Ruge), textos de Engels, de Moses Hess, de Arnold Ruge. Los franceses 28 HORACIO GONZALEZ Escaneado con CamScanner “coraz6n de! pensamiento critica”, desistieron de complementar ese cuerpo de la revoluci6n, del que los alemanes se consideraban la cabeza En “La cuestion judia” Marx afirmaba que la burguesia habia producido la emancipaci6n politica. Era necesario ir mas alla, producir la emancipacién huma- ra, Los “derechos humanos” serian asi desenmascarados como la simple mAscara juridica de la propiedad privada burguese. En la “Introduccién a la critica de la Filosofia del Derecho de Hegel”, su otro articulo, insistia en e! mismo problema. La emancipacién alemana no dependia de la burguesia, que habia perdido su chance de tener un "1789", Las viejas cadenas serian rotas por un nuevo “cerebro teérico”, el proletariado, aliado a la filosofia. Asi, como en Alemania estaba ausente la emancipacién efectivemente realizada por los burgueses, la revolucién seria al mismo tiempo la emancipacién de lo aleman (de los lazos medievales de la servicumbre) y la emancipacién del hombre (de los laz0s de sumisién burguesa que, si bien dan derechos juridicos formales, expropian al hombre “de la esencia del hombre”), Para Marx, su participacién en los Anales Franco-Alemanes significaba el co- mienzo del trabajo destinado a “resolver las dudas que me asaltaban’. Eso es Io que dice en el Prefacio de 1859, Dejemos entonces que é! mismo, en su autobio- gratia intelectual, nos diga cual era la duda y cuales los remedios para conjurarla, “E! primer trabajo (...) fue una revision critica de la filosofia del derecho de Hegel, trabajo cuya introduccién vio la luz en 1844 en los Anales Franco-Alemanes, que se publicaban en Paris. Mi investigacién desembocaba en el siguiente resultado: tanto las relaciones juridicas como las formas de Estado no pueden comprenderse por si mismas ni por la llamada evolucién general del espirity humano, sino que hunden sus raices en las condiciones materiales de vida, cuyo conjunto resume Hegel, siguiendo el precedente de los ingleses y franceses del siglo xm, bajo el nombre de ‘sociedad civil’, y que la anatomia de la sociedad civil hay que buscaria en la Economia Politica.” Revisar a Hegel. Era Hegel la duda que lo asediaba a Marx. En este parrafo del Prefacio de 1859 ya se encuentra la “forma definitiva finalmente encontrada” que adquirirén las relaciones Hegel-Marx, tal como éste mismo las interpreta. “La llamada evolucién general del espiritu humano” no exolice la vida social. Estado, derecho ¢ instituciones no son conceptos que van puntuando la marcha de una conciencia que se mueve @ partir de sus propias necesidades. Al contrario, es el “espiritu humnano” ~las relaciones pollticas y jurfdicas de cualquier orden- el que hunde sus raices en la sociedad, {Qué es la sociedad? En aleman se dice de la misma forma “sociedad civil" y “sociedad burguesa": birgerliche Gesellschaft, La sociedad es LOS ASALTANTES DéL CIELO 29 Escaneado con CamScanner to que e! propio Hegel habla defnido, en la Flasofie del Derecho, como o de la realidad conde individuos privados expresan sus necesidades « ri buscando satisfacerios a través de conductas econémicas, - Hasta ese afio 1859 en que Marx rememora su formacién inteletua ? 7 Prefacio, esta conceptualizacién es mantenida en gu originaria signticacion im 7 liana, Lo que cambia es el orden de le explicacién: es el desarrollo de la soci burguesa lo que explica el Estado y no el desarrollo del Estado el que exoica i sociedad burguesa. No era, en el sentido més riguroso del término, una rupturs con Hegel, sino una reubicacién en un orden de determinaciones diferente de ks mismos conceptos de le Filosofia de! Derecho. aHabrian sido suficientes estos elementos para conmover la relacion Marx-Ruge? No, cuando se observa que el lenguaje de Ios dos seguia siendo hegeliano, sj, cuando se observa que el reconocimiento de la sociedad civil como el “hogar” del conflicto de clases llevaba a Marx a concebir la revoluci6n como “social” y no como “politica”. Ruge buscaba permanentemente el “alma politica” de las situaciones de confrontacién. Mar, al contrario, desplazé la teoria ~como critica de la realidad- de lo politico hacia lo social. Asi, una insurreccién obrera con uso de violencia (como ocurrié en 1844 entre los tejedores de Silesia) era para Ruge un acontecimiento sin significaci6n politica, sélo revelador de la desesperacién de los tejecores. Para Marx, en esa violencia se podia observar no una manifestacién irracional, sino, al contrario, una verdadera comprensi6n del sentido de la historia. Los tejedores estaban més cerca que Ruge de las teorias sobre la revolucion. Al resolver las dudas que |o asaltaban, Marx no abandoné los términos del problema hegeliano: hay relaciones éticas, juridicas y politicas en una socieded. Y hay vida social material, en la cual los hombres producen sus condiciones de existencia. La cuestion era: zcuéles son las relaciones determinantes? Bastabe desplazar la determineci6n esto es, la creaci6n te6rica y la responsabilidad politica de la accién— de le conciencia histérica genérica hacia la conciencia proletaria, y as divergencias filosdficas no se harlen esperar. La amistad Marx-Ruge naufragé en le interpretaci6n filoséfica de una huelga de tejedores alemanes. Eran esos tejedores de Silesia los que hacian ~en la poesia de Heine- “volar le lanzadera”, tejiendo sin lagrimas el réquiem de la antigua Alemania 30 HORACIO GONZALEZ Escaneado con CamScanner 4. El canto de los gallos En mi pecho, el corazén aleman de pronto enfermd, Heinrich Heine, Cancién de Inviemo, 1844 1 dia de Ia resurrecci6n alemana serd anunciado por el canto del gallo francés. K. Marx, Anales Franco-Alemanes Los Anales Franca-Alemanes tenian su redaccién en la calle Vanneau 22, en Paris, domicilio de Marx. Alli quedaban la mayoria de los paquetes de la revista. Es que su piblico natural estaba en Alemania, pero el celo de la aduana filoséfica de Federico Guillermo IV se demostré efectivo en la meticulosa tarea de ir capturando uno a uno los ejemplares enviados de Paris. Los que quedaran, fueron vendidos personalmente por Marx. E1 habia ido @ Paris para publicar una revista que hablara de la emancipacién del hombre. Y ahora tenia que mantenerse con Ia venta de los numeros que quedaban en su poder. Francia y Alemania... En esta Gitima estaba la “cabeza filoséfica” del plan revo- lucionario europeo. La “cabeza politica” estaba reservads al proletariado francés, Sin embargo, cual era la “cabeza” que mereceria ser coronada con una responsa- bilided mayor, o por fo menos inicial, en el llamado a la revolucién? Si agregemos la “cabeza econdmica”, @ cargo del proletariado inglés, se puede percibir que Marx esta manipulando un cuerpo revolucionario europeo de cardcter tricéfalo. Tres cabe- zas, tres paises, tres proletariados, tres formas de conocimiento: filosotta, politica, economia... En ningin proceso las “tres cabezas” van pari passu. Por lo menos una a la sefial de partida de la revolucién. {Dénde estaria esa sefal? {En el pais mas avanzado filosdficamiente? ,0 en el pals més avanzado politicamente? Esto es, jen ‘Alemania 0 en Francia? Aparentemente, en Francia. En los Anales Franco-Alemanes se lee que la cabeza de la revolucién es la filosoffa. Pero que la revolucién alemiana (Alemania: sede de la filosofia) serfa anunciada por el gallo francés (Francia: sede de la politica). De esta forma, Marx diferenciabe revolucion y sefial revolucionaria. Esta altima podria ocurrir en cualquier lugar del sistema de naciones modernas. Ya veremos cémo, a lo largo de toda su obra periodistica y tebrica, Marx reconocis la sefial revolucionaria en los lugares mas diversos. La sefial revolucionaria tendria LOS ASALTANTES DEL CIELO 34 Escaneado con CamScanner con la revolucién en proceso la misma relacién que las apariencias o el fensm, tienen con la regularidad de las leyes productivas de la sociedad me ero una sefial de otfo tipo aparecio en la vida de Marx, a fines de 1844, Ma se encontré con Engels en Paris y ambos acordaron trabajar en comin. Ya se oe eolan de la experiencia de la Gaceta Renana, y Engels habia coleborado con tog vtnates, Ahora erael momento de hacer la “necrologia” de la izquerda hegsiana, esa “Sagrada Familia" del idealismo aleman... Era el momento de ajustar cuentas con Bruno Bauer y Max Stirner, principalmente. Pero también estaba Feuerbach... sno os verdad que su materilismo no consigue captar la propia realidad como accién, como practica, como relacién social? Los Jévenes Hegelianos, como Marx bromeaba, tanto crelan en la autocon- ciencia y en le revoluci6n como categor'a del espiritu, que eran capaces de ver la autoconciencia decidienda el contlicto de Oregon o la cuestién de las leyes de los cereales en Inglaterra. A partir de la comprensién de la manzana como idea, ellos después creaban la manzana como fruto natural. Asi se burlaba Marx de los Jove- mes Hegelianos. Todas estas ironias estarian presentes en La ideologia alemana. la Sagrada Famili, un poco anterior, escrita principaimente por Mar% también estaba repleta de mordacidad filos6fica. Junto a una formidable canticad de sarcasmos, ve La Sagrade Familia surgié la confirmacion del proletariado como agente objetivo de la trensformacién revolucionaria de la humanidad. El proletariaco Se constitula tn el momento en que la humanidad percibia que en las condiciones de vida de ce clase radicalmene oprimida se resumian todas las condiciones de vida posibles del hombre. Asi, suprimir las condiciones inhumenzs ce Ia vida social significaba suprimir al proleteriado como clase. En esa misma estadia en Parls, Marx esboz6 ideas semejentes en 10s manuscritos que redacté en sus largos cuadernos de anotaciones, en él afio 1844, conocidos como Manuscrites Econdmico-Filoséficos de 1844 (publicados casi cien afios des- pués de escritos). Los fragmentos filas6ficos de esos manuscritos afirmaban que | propiedad privada origina la alienacién del trabajo. El producto el trabajo se volvia tun “poder” independiente del trebajador, una “fuerza extrafia”, En el régimen de propiedad privada, la realidad del productor y del producto se escinden, creando un ilusionismo colectivo. Con la fuerza de imagenes invertidas, que es la fuerza de la ideologia o del sentido comin dominantes, el producto asume las propiedades de! verdadero sujeto. Mientras tanto, éste -el oroductor~ pierde su libertad espiritual, la energia isica yl felicidad de pertenecerse a si mismo. La alienacion del traba®, soi estaria en la actividad productiva deformada pot el capitalismo a través Je le apropiacién privada (por el capitalista) del propio producto del trabalo 32 HORACIO GONZALEZ Escaneado con CamScanner Estos Manuscritas, redactados en el lenguaje de Hegel y también de Ludwig Feuerbach, acentuaban que el punto de partida del conocimiento estaba en la accién real y en el ser objetivo de les sociedades. La consecuencia de la alienacién del trabajo (la “pérdida de la esencia del hombre”) era la aparicién de dos fuerzas ‘empiricas que enfrentaban al mismo tiempo “sus potencias espirituales”: el capital yel trabajo. Los Manuscritos eran notes de trabajo, artesanado de lectura, hipdtesis para futuras elaboraciones més rigurosas. Era asi como Marx trabajaba: tomando una infinidad de notas y realizando extensos fichajes de libros. Método propio de quien queria disipar las “dudas que lo esaliaban”. En las décadas siguientes, este “método de investigacién” estuvo permanentemente unido a la actividad intelectual de Marx, Sin él, E/ Capital no habria sido posible. Arnold Ruge, que ya habia roto con Marx, decia que Marx siempre queria escribir sobre el Gitimo libro que lela, Pero como seguia leyendo sin parar, debia hacer nuevos extractos de lecture, incesantemente. Despojada de Ia ironia, esta frase de Ruge es verdadera. Pero el irritado Ruge no comprendié que esos “extractos de lectura” eran parte de un proceso de in- vestigaciones en laboratorio -segiin diré después el propio Marx- que debia ser acompafiado necesariamente por un “método de exposicién” que, a diferencia del método de investigacién, pudiera reconstruir en la escritura la forma en la que la realidad compone los movimientos de sus contradicciones. A fines del afto 1844, Marx fue expulsado de Francia, por la intervencién del embajador prusiano ante el primer ministro Guizot. La expulsién no interrumpié nin- una de estas polémicas, pero demostré que los organismos de seguridad prusianos tenfan en |a mira al filésofo, cuya peligrosidad parecia comenzar donde terminaban ‘sus “extractos de lectura”. Con él fue expulsado Bakunin, con quien Marx se habia encontrado en Paris, ‘ocasion en la que no hubo pelea. Esta deberia esperar todavia veinticinco efios para adquirir los perfiles draméticos que tuvo. Marx, Jenny y Jenny (esta ditima, la primogénita, nacida junto con los Manuscritos) se fueron a Bruselas. Heine, también expulsado de Francia, no tuvo que ir con ellos. El poeta era muy conocido y la opinién ilustrada francesa -la misma que ni habia registrado la aparicion de los Anales Franco-Alemanes- hizo caripafia a favor del autor de Los tejedores de Silesia. Por fo tanto, Heine se queda. Karl se va. Para ellos, esta nueva estacion belga es como un vacio histérico, Bélgica esta fuera de los itinerarios filoséticos de la revolucién, que pasan por Alemania, por Francia o por Inglaterra. En Bruselas no ‘cantaban los gallos, LOS ASALTANTES DEL CIELO 33 Escaneado con CamScanner ag a 5. La critica de los ratones ‘ Abandonamos el manuscrito a le crtica ro retones, muy de buen grado, pues nuestro objeto pays esclrecer mestas propia ideas, oxtaba ya coat i . Mars, Pretecio de 1859 Febrero de 1845, Marx en Brusolas. Ahi preparard la artillera pesade contra p J. Proudhon, con quien habia discutido en Paris, pero conservando una expectativa favorable hacia el tedrico autodidacta francés. Al final, entonces, crefa que el gallo cantarfa en la Ciudad Luz, Por su parte, los “héroes filos6ficos” de la izquierda hegeliana sern contemplados con chispas de diabélica ironia en La ideologi alemana. Con La ideologle alemana Marx y Engels querian “ajustar cuentas con nuestra antigua conciencia filos6fica”, esto es, con la herencia de Hegel. El texto final es un festin para los espiritus mordaces. La ideologla alemana es uno de los puntos mis altos de la literatura polémice del siglo xx. La primera parte (la que hoy se lee) no es la que tiene mayor interés. Se afirma en ella que los hombres son el resultado de lo que producen y del modo en que lo producen. Esa es la “vida real”, el ser de os hombres, pero es propio de la “cdmara oscura de Ia ideologia” invertir esa realidad a favor de la primacia de la conciencia, En realidad, es el intercambio social entre los hombres lo que produce las formas de conciencia y el lenguaje, de acuerdo con cada fase del desarrollo de las fuerzas productivas. El mundo sensible no serie ast el resultado de la esencia de las cosas, sinc el producto del desarrollo social y de la industria. Ludwig Feuerbach, el contrario, entendia ese mundo sensible como un objeto inerte y exterior a la conciencie que lo percibe. Este es el tema de las Tesis sobre Feuerbach, escritas contemporéneamente a La ideologia alemana y encontradas por Engels junto a los manuscritos de ést@, Poco después de la muerte de Marx. En esas notas, escritas de prise, diré Engels tenemos el primer documento en que se fijé “la nueva concepcién del mundo”. Feuerbach es criticado porque su materialismo no supo desarollar “el lado activo del conocimiento”. ;Qué era ese “lado activo”? La practica social como critica de lt realidad, el conocimiento como accién, la filosofia “realizada” en el munco. Al n° dead ei humana come practica objetiva y como critica eet ee sate ach acababa Separando materialismo e historia. Esto es, ac je los objetos sensibles materiales de la sensibilidad incorporsda €” 34 HORACIO GonzALez Escaneado con CamScanner actividad humana. En Feuerbach, el materialismo impedia la accién. Era necesario un material'smo que permitiera la accién, pensaba Marx, y por eso la accién debe contener canocimiento, asi como el conocimiento debe tener en la accién su “lado activo”. Pero La ideologia alemana trata a Feuerbach con gran raspeto y lo defiende con- tra los ataques ce Sitrer y Bauer. Estos, ademas de “otros profetas del socialismo aleman’, son los blancos de las pesadas burlas de Marx (y de Engels), La mayor parte del manuscrito esté dedicada a ellos, en un tono jeranero y Parédico, cuya lectura proporciona un modelo de permanente interés sobre el uso radical de los mas vivos recursos polémicos. Estos estan a la altura de lo mejor Que haya inventado la retérica politica o filos6fica. Bruno Bauer es llamado “San Bruno” y Max Stirner, “San Max", y sus proposiciones filos6ticas son tratadas con jocoso desdén. Stimer también comperece a esta tragicomedia del pensamiento idealista alemén con el apodo de “Sancho Panza”. Por cierto, toda La ideologie alemana tiene un clima cervantesco, simulando un auto sacramental delirante, un procés-verbal escarnecedor y circense, una épera bufe que ironiza un concilio en el que sacerdotes chiflacos se lanzan a defender lo Absoluto. El libelo, magnitico e injusto, no encontré editor. Marx supuso, con justa razén, que los editores disponibles boicotearon Ja obra, “Ellos mismos son los representantes interesados de todas las tendencias que yo ataco”. Marx, entonces, zqueria 0 no queria editarlo? En el Prefacio autobiogrético de 1859 esta aquella frase: entregamos | manuscrito “a la critica roedora de los ratones", porque fue hecho apenas para nuestro propio esclarecimiento. Este es el momento en que debemos examinar un poco mas de cerca la concepcién que Marx tiene de la ciencia. El Fretacio de 1859 tenia por objetivo demostrar que las ideas de Marx eran fruto de “largos afios de concienzuca investigacién”. Marx queria que esos afios de investigaci6n y reflexién fueran resguardados de cualquier valoracién politica con la que se pretendiera juzgarlos. Aqui estén mis trabajos... ellos son producto do investigaciones largas y rigurosas. Esto nos dice Karl Marx. Y ellos no perderén, agrega, este cardcter cientifico, sea cual fuere el juicio que merezcan, y por mucho que choquen contra los prejuicios interesados de las clases dominantes. Y esa ciencia surgia de la “concienzuda investigacién” de un hombre cuye tra- yectoria era esbozada, por él mismo, en ese Prefacio. gPero no parece defensive, aqui, la actitud de Marx? Los prejuiciosos de las cleses dominantes, dice, pueden Pensar cualquier cosa, pero esto es una ciencia. Una ciencia sigue siendo tal por ‘mas que irrite a los interesados y por més que sus afirmaciones sean sometidas a LOS ASALTANTES DEL CIELO 35, Escaneado con CamScanner toda clase de discusiones. Y no es @ pesar de es0, sino precisamente por eso, gy continda siendo ciencia. ie Marx est8 diciendo, en este Prefacio de 1859, que la ciencia no pertenece gy 4mbito de los intereses de ninguna clase social. Las clases dominantes pueden irritarse con Ia ciencia, pero eso no quiere decir que ella surja en el ambiente qe deseos y preferencias de las clases dominadas. Una clencia esta por encima de las pasiones de una sociedad en lucha: es seg lo que Marx expone y defiende. Si las conclusiones de esa ciencia pueden interve, nir después en el conflicto social a tavor de intereses determinados, eso no quiere decir que ella tenga més vinculacién con la escena poltica que con gabinetes de estudios. E| Prefacio de 1859, 2 los cuarenta afios de edad de Karl Marx, tiene ese expi: cito propésito: separar el gabinete de la luche politica para que las luchas polticas puedian contar después con el auxilio de la ciencia producida por los estudiosos. Ese sentido es reafirmado en la cita de Dante: “Conviene dejer aqui todo preconcepto, conviene que se mate aqui cualquier miedo”. Es la inscripcién en las puertas dal infierno. Marx la utilize para ponerla en las puertas de la ciencie. Una ciencia relativamente auténoma del proceso politico es lo que Marx presenta enel Prefacio de 1859. 0, tal vez defensivamente, una biogratia intelectual motiveda por la busqueda del rigor y de la verdad al margen de las luchas sociales (y sus inevitables prejuicios). Marx da como garantia de su produccién tedrica el hecho de que gabinete de estudios y sociedad en luche son dos situaciones diferentes del comportamiento de los homibres, que separan al sabio de la politica. Cuando el sabio y la politica después se reencuentran, no pueden dejar de conservar los recuerdos de sus diferentes origenes: el saber y la lucha. Eso est en el Prefacio de 1859. Pero zdénde esté aquel Marx que, desde su més remota juventud, cuando estaba en luche contra -aunque dentro de- \a “moderna filosofia" (Hegel), solle decir que ‘era necesario realizar la filosofia? La filosofia vuelta real daba otra configuracion la relacién ciencia-sociedad. La teorfa se volvia fuerza material cuando era asumide por las masas, habia escrito en 1844, en los Anales Franco-Alemanes. Les teories existian porque se conciliaban con el modo de existencia de le realidad. La realidad existia porque, estands en permanente proceso, podia reconacerse como una exis tencia capaz de realizar las categorias tebricas del pensamiento, Para que entre '@ ‘teoria y lo real existiera este régimen de relaciones ~de manera de permitir que las masas conwrtiran I filsofia en “fuerza, era necesario que el conocimiento f=? producido por la misma realidad que él estudia. El conocimiento debla conten como premisa de su propia posibildad, la certezaefectva de haber sido prow? 36 HORACIO GonzALez Escaneado con CamScanner por el “movimiento de la realidad”. En este tipo de conocimiento, no tendria sen- tido poner la inscripcién de la Divina Comedia: déjese todo preconcepto antes de entrar... En el Prefacio de 1859, le idea de una ciencia sin preconceptos de clase es elaborada como niicleo de la bisqueda autobiogratica de Marx, en contraste con una ciencia que “brotarfa” del mismo suelo en que se sitdan las clases sociales modernas. "Los filésofos” habia escrito sin embargo Marx en uno de los articulos de la Gaceta Renana- “no emergen de la tierra coma los hongos... son el fruto de su tiempo. El mismo espiritu que construye los sistemas filos6ficos en el cerebro de los filésofos construye las ferrovias con las manos de los trabajadores”, Aqui, la ciencia ‘no “brotaba" del gabinete. Era algo asf como una ferrovia de la conciencia critica. iY La ideologia alemana? Fue escrita para ser publicada! No para los ratones. En la Correspondencia de Marx est4n las pruebas de estas ansias: el libro deberia estar en las librerfas alemanas como “arma de la critica” contra los “padres concilieres” del idealismo aleman. De la misma manera, en un movimiento complementario, el libro contra Proudhon deberia salir hacia Paris. :¥ que ocurrié con La ideologis alemana cuando aquella gran imprenta de Westfalia no publicé “los dos gruesos vollimenes in octavo del manuscrito"? Marx, el Marx de 1845, contempordneo de los acontecimientos, planteé claramente la cuestién. No fue publicado porque imprentas y libreros eran aliados de esa “ideologia alemiana” que se criticaba con tanta crudeza. Pero no es lo que dice en el Prefacio de 1859. En 1859 habla de los ratones. Fue con placer, dice, que entregamos el manuscrito 2 la “critica roedora de los ratones", porque é! apenas habie tenido la misién de aclarar nuestras propias ideas. Ante esos ratones, se trateba de “liquidar la conciencia filos6tica anterior”. Aqui, la interpretacisn cientifica triunfa sobre la interpretacién politica, Pero para eso habla que omitir que La ideologia alemana era un libro de combate politico, y que ése era el motivo por el cual fue escrito. ‘Sin embargo, el libro contra Proudhon, que ten'a el mismo sentido de La ideolo- gia alemana, no es consideredo como un combate autocritico con el propio pesado te6rico de su autor. La historia de esos dias lo absorbi6 con eficacia. Para garantizar ese efecto, fue escrito en francés, Como vimos, Marx distingua el método de investigacion del método de exposi- cién de los “descubrimientos cientificos”. Pero existia también en él un método de polemizar adecuado a la envergadura de su propésito: destronar necios y aventu- reros, pobres diablos que sofiaban con una Icaria de utopia, profetas ignorantes y autoridades que intentaban construir la Ciudad Ideal, El método para polemizar, en su propio brillo ret6rico, dedia contener el pasaje-en la frase- de lo Ideal a lo real: de les armas de la critica a la critica de las armas. LOS ASALTANTES DEL CIELO 37 Escaneado con CamScanner Este método estaba fundado en relucientes paradojas verbales, en aforism, permanentemente oponian la materia y el espirituen la exposicén, para demos, aque el “espiritu” estaba “prefiedo” de “materia. "No es la conciencia del homie la que determina su ser, sino su ser social el que determina su conciencia”, De ahi el prbloga de Miseria dela Filosofia, libro contra Proudhon: "El sehg Proudon tiene la desgracia de ser singularmente desconocido en Europa En Francs goze del derecho a ser un mal economista porque pasa por Ser un buen filets alemén, En Alemania disfruta del derecho a ser un mai ftisofo porque pase por Set uno de los mas vigorosos economistas franceses”. ¥ de ahi también el juego ge palabras del titulo, Miseria de /a Filesotia, respondiendo al libro de Proudhon, Fp. ‘Sofia de la miseria. Los elogios anteri de “pequefio-burgués” Ya no bastaba con ser un “pensador obrero”, pues el conocimiento cientitico no era un saber garantizado por ningin origen social, sino por el efectivo descubrimiento de leyes. Sin embargo, aunque dijera que el saber efectivo sobre la sociedad no surgia necesariamente de las files de los autodidactas obreros -como Proudhon-, Marx todavia no habia dado el paso de afirmar la relativa independiencia de la ciencia respecto a las luchas sociales, Proudhon ley6 y subray6 el libro de Marx contra él. La Miseria de la Filosoffaacu- saba a Proudhon de desconocer que las categorias econémicas son el producto del desarrollo histérico de las fuerzas productivas, La ciencia, aqui, estaba fundada en las propias condiciones del movimiento histérico. Las categorias del pensamiento eran producidas por los hombres, tanto como lo eran la pana, la seda y la gaberdina. Tal vez P. J. Proudhon haya querido responder a Marx. El ataque de éste era muy vigoroso, tanto como podia serlo cuando Marx intentaba “liquidar conciencias filos6ficas”, la suya propia del pasado o la de los “vacilantes” tebricos del movi- miento obrero francés. Aunque Proudhon fuera la gran figura de los medios obreres, en Francia y Marx un desconocido en Paris, el desaffo que venia de Bruselas era incisivo. Pero la respuesta de Proudhon nunca lieg6. De Proudhon respondieno Marx s6lo hay una carta anterior a la Miseria de la Filosofia, sugiriendo que Marx cual nuevo Lutero, estaba creando una nueva intolerancia. En La ideologia alemana, una de las “victimas” es Mex Stimer, el autor de £ Sinico, apologfa de la conciencia “aislada y espléndida” del hombre como recreador del Universo. No tiene limites la mordacidad de Marx contra el “ingenuo y put!’ Stirmer. Jenny Marx, @ quien le gustaba premiar a su marido con citas de Virgil (comparéndolo con el “alarido de un cuadripedo encadenado”), escribe a Karl una Carta intima, anterior a la polémica con Stier. En el inicio de esa carta see: "Mi 10S que eS a Proudhon dejaban lugar a la acusacién 38 HORACIO GONZALEZ Escaneado con CamScanner

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