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Teorías del supuesto jurídico

▪ La teoría bipartita.
Los supuestos o hechos jurídicos lato sensu se clasifican en dos grupos: a) los
hechos stricto sensu y b) los actos jurídicos, de ahí su denominación de teoría
bipartita.
Los hechos lato sensu son la realización del supuesto normativo (cualquiera que
haya sido tomado por el derecho para condicionar el nacimiento de las
consecuencias jurídicas) y pueden abarcar no sólo un hecho, sino también una serie
de ellos: naturales o humanos, voluntarios o involuntarios. Por ello, según esta
teoría, el hecho jurídico en general o lato sensu puede ser un hecho jurídico stricto
sensu o un acto jurídico
De acuerdo con la definición de hecho jurídico, el hecho stricto sensu comprende
tanto los fenómenos naturales como las acciones del hombre si estas son
involuntarias, y aun las voluntarias, pero realizadas sin la intención de quedar
obligado, como sucede con los accidentes involuntarios o los delitos voluntarios
que se realizan sin querer el efecto previsto por la norma, que es la sanción del
delincuente.
Desde esa perspectiva, en el hecho jurídico puede haber voluntad, pero no
intención de lograr los efectos que necesariamente se actualizarán, los quiera o
no el sujeto, como en el hecho lícito, en los llamados cuasicontratos, o en los hechos
ilícitos civiles y penales; de aquí que el hecho jurídico se caracterice por producir un
efecto de derecho que no ha sido querido.
En el acto jurídico existen tanto la voluntad como la intención de crear,
modificar y extinguir consecuencias de derecho: derechos subjetivos Y
obligaciones; es decir, se origina en la voluntariedad.
¿Cómo se plantea la teoría?
Como un hecho en sentido amplio, lato sensu, ya que para esta teoría la realización
de la hipótesis de la norma puede ocurrir por un hecho o acto jurídico, englobado
en un hecho en sentido amplio.
Clasificación del supuesto jurídico en la teoría francesa o bipartita.
a) El echo jurídico/ strictu sensu: cualquier echo voluntario o involuntario, licito
o ilícito, del hombre
b) El acto jurídico
Criterio que adopta esta teoria
• La globalización es el criterio que adopta esta teoría ya que en todas las
realizaciones del supuesto son hechos en:
o Sentido lato
o Sentido estricto

Como se caracteriza el acto jurídico en la teoría


• Como un acto siempre licito y voluntario
• Intencional (siempre busca la creación de los efectos previstos por la norma).

▪ Teoría ítalo-germana o tripartita


La teoría tripartita de origen italiano divide la realización del supuesto jurídico en
tres categorías: hecho, acto y negocio jurídicos
• Al hecho jurídico en sentido estricto lo plantea como un suceso natural, ya
sea un hecho de la naturaleza o del hombre, pero sin la intervención de su
voluntad.
• Al acto jurídico lo define como una actividad humana voluntaria a la que la
norma atribuye consecuencias jurídicas, las desee o conozca el autor, o
las ignore o rechace; es decir, se crean con su voluntad o contra ella.
• Al negocio jurídico lo concibe como un acto lícito, siempre voluntario y
consiente, con la intención de hacer actuar a la norma para que se produzcan
los efectos previstos.
La teoría señala que el derecho tiene en cuenta como determinante para que se
produzcan los efectos es: en los actos jurídicos involuntarios, la acción del hombre
(incumplimiento) más que la voluntad, y en los voluntarios, lo determinante es la
voluntad (delito intencional). En el caso de los negocios, considera la voluntad
consciente y libre y la intención para crear, modificar o extinguir derechos y
obligaciones (contrato)

▪ Negocio jurídico
Puesto en circulación por autores alemanes y aceptada por italianos y españoles.
Muchos autores italianos y españoles difieren sobre el negocio jurídico pero entre
las más aceptadas se encuentra:
Díez Picazo: Es el acto de autonomía privada que reglamenta para sus autores una
determinada relación o situación jurídica, cuyo efecto inmediato consiste en
constituir, modificar o extinguir entre las partes una relación o una situación jurídica
y establecer la regla de conducta o el precepto por el cual deben regirse los
recíprocos derechos y obligaciones que en virtud de esta relación recaen sobre las
partes.
Los negocios jurídicos patrimoniales revisten especial importancia y están
regidos por los principios siguientes:
• Vigencia de la autonomía privada y de la libertad individual. Sólo en un
sistema de libertad y de propiedad privada puede existir el negocio jurídico
patrimonial; en sistemas absolutistas o de falta de propiedad, el negocio
jurídico es inconcebible, pues todas las transacciones de este tipo se
encuentran regidas e impuestas por el Estado. Así, las rentas forzosas o
los arrendamientos regulados podrán tener la apariencia externa del
contrato o del negocio, pero en el fondo son actos de autoridad y no negocios
jurídicos, en los cuales la autonomía de la voluntad debe tener amplio campo
para desenvolverse, e incluso crear actos o contratos no tipificados en
ninguna ley.
• Aplicación de la idea de conmutatividad del negocio jurídico. Debido a
que el negocio jurídico es un medio para la movilidad de la riqueza, y cómo
ésta ha de realizarse en un intercambio equitativo en el que una de las partes
no debe aprovecharse de la debilidad o ignorancia de la otra (esto es, no
debe haber lesión en el intercambio), el negocio jurídico constituye un medio
de justicia para ello.
• Observancia de la buena fe en la conducta: No es posible que las partes
sepan en todos los casos el alcance de su declaración de voluntad y los
efectos que el ordenamiento jurídico le atribuye, por lo cual debe haber un
principio general ético que regule la conducta: el principio de la buena fe
en el cumplimiento de las partes. Así lo han reconocido todos los códigos en
los que se ha establecido el principio de que las partes en un contrato se
obligan no sólo a lo expresamente pactado, sino también a lo que está de
acuerdo con la costumbre y la buena fe, tanto en el ejercicio de los derechos
como en la exigibilidad de las obligaciones.
• Protección a la seguridad del tráfico jurídico:
o Relativo a las partes, que consiste en la seguridad que se espera de
la palabra prometida, es decir, que el compromiso no ha de
romperse unilateralmente.
o Relacionado con las autoridades, que deben apoyar al beneficiado
con el pacto aun en perjuicio de otros, de tal forma que se pueda tener
la certeza de que, en caso de litigio, la sentencia protegerá
razonablemente a aquel cuyos derechos se apoyan en lo convenido
en el negocio jurídico que le sirve de base.
El negocio jurídico es el resultado de un orden jurídico y social que se apoya en
el poder de la voluntad privada, en la propiedad y en la certeza del comportamiento
ético de las partes y autoridades; es símbolo de las sociedades cultas de nuestra
época y pretende un trato equitativo entre las partes interesadas en lo que toca a
garantizar sus intereses.
El interés público está ausente en el negocio jurídico, pues en todo caso las
leyes sancionan con la nulidad los negocios que vayan en contra del orden público
y los intereses de la comunidad. Pero la función del orden jurídico siempre es
limitativa: no podría imponer a las partes el contenido ni el alcance de los derechos
que el negocio jurídico pretende crear o transferir. Puede decirse así que el orden
público es el marco dentro del cual se desenvuelve la autonomía de la voluntad .
Las disposiciones preliminares del Código Civil se observan cómo el interés público,
los intereses y derechos de terceros y la buena fe de las partes se toman en cuenta
en la interpretación de los contratos, al proteger a quien desea evitarse un perjuicio
ante el que sólo pretende obtener un lucro.

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