Es verdad que en ciertos momentos puede ser de gran ayuda darles a los hijos
pequeños un dispositivo móvil para que se entretengan en una sala de espera,
en una reunión de adultos o simplemente mientras mamá prepara la comida… el problema es que de ahí a que esto se convierta en una necesidad casi permanente para que ellos estén contentos, hay solo un paso. Cada vez empiezan a pedirlo más y más y si no se les entrega pueden mostrarse realmente alterados siendo incapaces de entretenerse con nada más. Hay padres que no logran detectar estas situaciones a tiempo, ya que por desgracia están inmersos en su propia adicción a las pantallas y porque es una forma de tener a sus hijos contentos y entretenidos. A continuación, algunas conductas que nos hacen saber que es momento de frenar la situación: Se muestran malhumorados e irritables cuando no tienen un dispositivo móvil y se calman mágicamente cuando llega a sus manos. Algunas actividades cotidianas se ven alteradas como la hora de comer o acostarse debido a su necesidad de jugar con ellos. Buscan cualquier momento para tomar el dispositivo sin ser vistos y pueden llegar a mentir si se les pregunta si lo han usado. Dejan de disfrutar actividades que antes les gustaban mucho como pintar, hacer manualidades, juegos al aire libre, etc; y todo el tiempo añoran que se les permita jugar con el móvil o la tablet. Se dejan de interesar en jugar o socializar con otros niños en momentos en que podrían hacerlo, pidiendo jugar con su pantalla. Consejos para ayudar a niños con adicción a la tablet o el móvil ¿Cómo podemos evitar que esta situación siga creciendo y se convierta en una verdadera pesadilla? Aquí tienes algunos consejos para intentar solucionar esa excesiva dependencia de los niños a las tablet, móviles o videojuegos: Únete a él: No podemos esperar que nuestros hijos pequeños se desenganchen de los dispositivos móviles, si nosotros no lo logramos; de modo que esta es una gran oportunidad también para ti, para disfrutar mucho más los momentos a su lado y sacar la creatividad que tienes dentro. Recuerda que solo serán niños por poco tiempo… disfrútalos. Anticípale lo que vendrá: Es importante que le hagas saber cómo serán las cosas de ahora en adelante, no es necesario usar frases como “Nunca más” o “Se acabó para siempre” …. Puedes explicarle de forma tranquila que ya no va a jugar tanto con la tablet, o que ya no podrá usar el móvil de papá y mamá con tanta frecuencia. No es necesario que le des largas explicaciones acerca del porqué de la decisión; los niños muy pequeños aun no lograrán entenderlo por más convincente que seas. En vez de eso, puedes decirle que han decidido que es lo mejor para él, porque hay cosas más divertidas con las que puede jugar. Elige un buen momento: Normalmente los niños pequeños juegan más con los dispositivos cuando están en casa, de forma que puedes buscar un fin de semana en el que tendrán actividades divertidas al aire libre y mucha estimulación para hacerles saber las nuevas reglas. Pon a su alcance nuevos materiales que puedan ser divertidos y ayúdalo a elegir alternativas: Carteles, pinturas, plastilinas, bloques para armar y cosas divertidas en las que pueda entretenerse en momentos que normalmente utilizaba para jugar con los dispositivos. Si por ejemplo estaba muy acostumbrado a mirar la tablet durante la comida inventa juegos con las palmas, canciones o adivinanzas que le ayuden a no pensar en él. También puedes leerle y actuarle cuentos, lo que seguro disfrutará y sentará las bases para que desarrolle a futuro gusto por la lectura. Quita la tentación de enfrente: Obviamente si el niño tiene la tablet o el móvil a la mano, será más fácil que sienta el deseo de jugar con él, de forma que trata de mantenerlos fuera de su vista por un tiempo. No lo regañes ni castigues si se muestra enojado por la falta del dispositivo: Es un hecho que habrá momentos en que podrá mostrarse frustrado y enojado por no tener lo que desea, dale tiempo, dile que entiendes que esté enojado y muéstrate abierto a ayudarlo a buscar nuevas alternativas. Sé paciente: Si estableces límites claros, te mantienes firme y le ayudas a pasar los primeros días que serán difíciles, en poco tiempo ni pensará en ello. Todos los niños pueden ser muy felices y disfrutar sus días sin necesidad de tener un dispositivo móvil en sus manos que ya para eso habrá mucho tiempo… El truco para saber si un niño siente demasiada dependencia por las pantallas lo encontramos en un reciente estudio elaborado por La Asociación Americana de Psicología (Apa-Psycnet) en donde se destacan ciertos signos de alerta que los padres deben tener en cuenta. Lo importante es detectarlos a tiempo. Lo sabremos contestando a estas preguntas (los psicólogos que realizaron el estudio se las plantearon a más de 200 padres y madres): 1. ¿Ha perdido su hijo el interés por actividades que no sean pantallas? 2. ¿Tienen problemas para dejar de jugar o consultar el móvil? 3. ¿Está pensando en su actividad preferida (videojuegos, tablet...) todo el tiempo? 4. ¿Es lo único que los pone de buen humor y se enoja de forma irracional cuando se ve obligados a apagar o desconectar? 5. ¿Su uso aumenta con el tiempo? 6. ¿Se escabullen o miente para usar pantallas? 7. ¿Interfiere con las actividades familiares? 8. ¿Causa problemas para otros miembros de la familia? A todo esto debes añadir el tiempo que tu hijo pasa delante de las pantallas a la semana (o al día). Es válido para niños entre 4 y 11 años. Para saber qué nivel de dependencia tiene tu hijo por tablet o videojuegos, suma las respuestas afirmativas y valora también el tiempo que tu hijo pasa delante de las pantallas. A partir de ahí reflexiona sobre la dependencia de tu hijo con tablet, smartphone o videojuegos. Si respondes sí a todas las preguntas, es evidente que tu hijo tiene un claro problema de dependencia. ¿Es o no es una adicción la dependencia de los niños a las pantallas? Sin embargo, este mismo estudio pone en duda la palabra 'adicción a las pantallas'. Aseguran que no está claro que esto sea una adicción, como sí lo son muchas otras que generan riesgos en la salud física y psicológica de la persona. El alcohol, el tabaco, la droga, crea adicción, por ciertos ingredientes que generan en el cuerpo una necesidad imperiosa de volver a consumirlos. Pero.... ¿los videojuegos? ¿Las pantallas? No es algo que se consuma de forma física. No son ingredientes que entran en contacto con nuestro cerebro. Es tal vez una dependencia 'emocional', no física. Dentro de este estudio, los psicólogos entrecomillan la palabra 'adicción'. En otras ocasiones prefieren utilizar el término 'uso problemático', en la medida en el que esa dependencia puede afectar sobre todo a la conducta del niño y a su relación con los demás. Sea adicción o uso problemático, recuerda que a partir de 2018, la adicción o dependencia a los videojuegos pasa a catalogarse como enfermedad según la Organización Mundial de la Salud, quien ya se ha encargado de modificar su lista de enfermedades para acoger a esta reciente problema que puede llegar a afectar a un niño o adolescente a nivel emocional, de la conducta y psicológico (e incluso, en casos más severos, físicos). Y recuerda que los videojuegos y las nuevas tecnologías no son malos: solo lo es el uso incorrecto que se hacen de ellos. Estas preguntas, por cierto, también serían válidas para los padres.