E] tema de la soberania
en el discurso de los
movimientos juntistas de
La Plata y La Paz en 1809
Maria Luisa Soux
Introduccién
La conmemoracién de los Bicentenarios del 25 de mayo y el 16 de julio de
1809 en Chuquisaca y La Paz, respectivamente, ha puesto nuevamente en
el debate el tema del proyecto politico que se presenté en lo que algunos
historiadores han Hamado revoluciones, otros, gritos libertarios, y finalmen-
te otros, movimientos juntistas. El uso de cada uno de estos términos no es
casual, ya que representan precisamente la visién que se tuvo en la construc-
cién historiografica de lo que estos movimientos implicaron. Algunas pregun-
tas como gfueron revoluciones?, y si es asi, gen qué sentido lo fueron?, zfue-
ron movimientos que buscaban la independencia o era verdadero su apoyo a
Fernando VII?, fueron movimientos para crear juntas, como hicieron otras
ciudades y pueblos en la metrépoli?, ¢qué implicaba crear juntas?, se hallan
en el centro del debate y sin mayores posibilidades de llegar a un acuerdo
frente a posiciones que mantienen una visin ligada atin a la construccién
de la nacién.
En el presente articulo se buscar4 responder a algunas de las preguntas ante-
riores a partir del andlisis de la utilizacién de tres conceptos que se hallan en
los documentos del movimiento': el de soberanfa, el de patria y el de nacién.
cory en La Paz, Bd. Phra,
fates que a del 16 de jl
tanto, el debate secular acerea de st el Hamad “primer grit ibertrio” se do en naw otra ciudad
‘ms radical que elds 25 de mayo se asa en premisas falas y ha sido una construcesn que ha sk wz eel contest
elas lachasregonales dl siglo X18in:
1 Cat6lica Bolivi
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repiiblica independiente.
1, El soberano y sus stibditos
El proceso de transfo
construcci6n de la ciuc
macién de los vasallos en ciudadanos, es decir, de la
“tadania, dentro de un proceso paralelo de separacis,
co iol se dio en lt mayor parte de la América espafiola debido a
ea metro oe hechos produeidos en Espaita en 1808: la invasion na,
conor apresamiento de la familia real en Bayona, por un lado; y i
esnica ¥ n
eee de juntas que reasumian la soberanfa, por el otro.
constitueién
En el primer caso se trataba del rompimiento de una monarquia absolutista
que, a pesar de las modificaciones introdueidas en el siglo XVIII por los reyes
Borbén, mantenian los prineipios de la soberanfa real; en el segundo caso se
manifestaba una aceidn que si bien se hallaba asentada en la antigua tradi-
cién espaiola, inclufa un nuevo elemento de modernidad: la del surgimiento
del pueblo soberano*.
La relacién de vasallaje establecida entre los stibditos y el soberano implica
ba una relacién casi personal, en la cual todos se igualaban frente al Rey, y
esta estructura de lealtades debia ser representada de forma continua. Cada
acontecimiento relacionado con el poder real que se producia en la metré-
poli era ocasin para renovar esta lealtad de los stibditos americanos. Asi
por ejemplo, el nacimiento o la muerte de un miembro de la familia real, el
matrimonio del rey o la llegada de un nuevo virrey, implicaban para la pobla-
cin una renovacién del pacto mondrquico y de Ia lealtad y vasallaje hacia
el Soberano. Esto se manifestaba a través de proclamas, fiestas y rituales’
En estas representaciones piiblicas, los distintos grupos que conformaban lt
nen z oe en gremios y cofradias, reconocfan su vasallaje @ pa
sana en que Kes elas que mantenfan una relaci6n paternal
weer cane rn leis et
debia ser demostrada pablicamense fog oo cometin de sentiment
representacién y ; er l honiemte, debia ser representada. Lésleamentey
srupos dela secant aa cram también la oportunidad para que los div ers
nial mostraran su poderio politico y econémico.
2 Rams tn
an ae Ga: Madea
1992 p. 87, combi tamt me
nial a ndata enn oi ie deat
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otos, describe numtosos acto de este tipo en la cad sie
set, en 1687, ont com la partisan del aya,
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. primers parte
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ano IX. capitulo 13).2. La soberania popular en La Plata
tuando en 1808 se dieron los conflictos en la metrépoli, se puso en prueba la
relacién del monarca y sus stibditos, Inmediatamente que se supo en Chareas las
noticias del motin de Aranjuez, el cambio de rey y la invasién de Napoledn a la
peninsula, todos los cuerpos, autoridades y vecinos se apuraron en organizar las
juras a favor de Fernando VII, reafirmando de esa manera el pacto mondrquico.
Las fiestas de jura, como la que se dio en Oruro, mostraron claramente la per:
tencia del pacto, la lealtad de los stibditos y el reconocimiento de la soberanfa en
el monarea'; sin embargo, cuando se produjeron los hechos de Bayona, la rela-
cin cambié fundamentalmente. Si bien a lealtad hacia el soberano se habia ma-
nifestado de manera publica en las ciudades y villas al momento de jurar lealtad
a Fernando VII, la situacién de vasallaje empez6 a modificarse rapidamente en el
pensamiento y el discurso de la poblacién americana luego de reconocer que este
rey, al que pocos dias antes le haban jurado lealtad, habfa sido obligado a abdicar
a favor de un extranjero advenedizo al que nadie reconoefa ya como soberano.
Frangois Xavier Guerra, al tratar este punto en su articulo “El ocaso de la
monarqufa hispdnica”, sostiene que la abdicacién de Bayona abrié la crisis de
la monarqufa y el comienzo del proceso revolucionario. “Lo que se produce
entonces -sostiene- no es un cambio de dinastfa provocado por la extincién de
una familia reinante, ni por la victoria de un pretendiente sobre otro en una
guerra civil ni la rebelién del reino contra su rey, ni siquiera la conquista por
otro monarca ...Como lo sefialaran todos, patriotas espafioles y americanos,
se trata de un caso de fuerza pura, ejercido no sobre un enemigo vencido, sino
sobre un aliado, es decir, una traici6n, tanto mas grave cuanto que afecta a un
rey cuyo acceso al trono unos meses antes habia sido acogido en ambos conti-
nentes con la esperanza entusiasta de una regeneracién de la Monarquia
La anterior situaci6n provocé un undnime rechazo a José Bonaparte y, como
consecuencia, la acefalia del poder politico. La monarqufa se vio privada no
slo de su maxima autoridad, sino del centro que articulaba todos los vineu-
los -de acuerdo a los principios de antiguo régimen- y la relacién directa que
se establecia entre los vasallos y su soberano. De acuerdo al mismo Guerra,
se produjo una situacién de cataclismo.
Surgié entonces el principio de la retroversién de la soberanfa a los pueblos,
principio desarrollado ya varios siglos antes por pensadores como Sudrez y
Mariana, ademds del jusnaturalismo, e implementado con diversas variantes
durante las guerras comuneras de Espaiia y las luchas en los Pafses Bajos du-
rante el siglo XVI°. A partir de estos principios, el vacio de poder y Ia falta de
legitimidad de José Bonaparte rompfan los principios del pacto monarquico,
por lo que la soberanfa retornaba a sus iniciales poseedores, los pueblos. Sin
44 Marco lien Avila: Sucesos de lager de la independencia de ato 1810 capiulos dela historia colonial de Oru.
Coleccion Cuarto Centenario de la fndnoion de Oruro,IPEA, IEB, ASD, La Pa,
S. Frangois Xavier Guerra “El ooaso de a mo
tando a naciin,Iberoaméric Silo XI
6 Sobre ste ema yer as has de Jot Can Charamonte:“Mcasoes dl nt peri” en Amin y Guta opi
PCE, Sm. pp AS-112, de nice Quljada: "Las ds tradicones. Soberana popular imaginarioscompartidos en el stundo
Ihapanteu ch la gpoca das grandes revoluciones alias” aime Rodeigues (coord) Rewolucin,bndependencla y tat
nuceus nacioner de América, Ed MAPERE Tavera, 2008,
11ica Boliviana
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12
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r de que los principios eran eae Ae haw
embargo, y a aria que vencer muchos obstaculos, bi os
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: Chareas a raiz de posiciones diferentes fre
ee paral de soe eoalipodr ae Bonaparte
Pree of peeaioamente a partir de si los pueblos eran susceptibles q
cl debate sui present a parti de os pueblos eran muscu
Seer ie ce ose a areel pacto. El tema
ees eee ia Eee -el Virrey desde Buenos Ain
fe moan ae Junta de
eae que juridica, ya que consideraban que é
toridad soberana en representacién del monarea ausente, cout
en su tron La positon de os oidores yc seal, reundos en
cr ferent: exigian que para tomar ana medida como la
virrey era indispensable que llegara una nota de alguna autori
explicara la situacién en Espaiia :
VII habia dejado al General de Napoleén, Murat. como nie
Gubernativa de Bspatia e Indias en Madrid, y que desde al
trictamente legal, era esta Junta la que eje
oidores, era la Junta Gubernativa de Mad,
por delegacién del Soberano legitimo y
Taban tumultuatia, Sobre este punto y
NLE a este
id, con,
No erg
8 y el Pre.
Sevilla, mas
sta “ejercia ay.
vo y suplantadg
el Real Consejo,
solicitada por e|
idad legitima que
mismo Fernando
mbro de la junta
Punto de vista es-
rcia la autoridad soberana’, Para los
rid la que ejercia el mando supremo
no la junta de Sevilla, que ellos conside-
rgumenté el Fiscal Lopez Andreu:
Claro como esté que aquella junta tumuttuaria y
on sentido legal, y que no puede ejercer actos de soberania seguin las leyes pri-
mordiales de la monarquia, ni siquiera conforme a los estatutos constitutivos de
sronpbsesiones, jevemente las palabras, implicaba un cambio fundamentay
modificaba sino
everett ja soberania de los pueblos, base del pacto mo,
en el concepto: el pase hacia el concepto de la soberanta popular o dey
narquico con ef $a mas bien en los conceptos politicos modernos que
pueblo, de se esl siglo XVIII. Bs a partir de este andlisis que se puede dar
surgieron a chate surgido sobre los origenes de la doctrina sustentada
tuna respuest
por los doctores de Charcas. .
sliz puede ser observado en la declaraci6n del Real
I word Iuego de la prision de Garcia Pizarro y la toma del poder por parte
‘tela Audiencia rebelde. En esta primera manitestaci6n del nuevo gobierno,
ela : i ;
126 de mavo de 1809 declaraban que asumian el mando de Chuquisaca’
Este imperceptible de
argumentando:
“Acordé la correspondiente acta graduando de subversivo el contenido de dichos
manifiestos (los enviados por Carlota Joaquina), y dando un testimonio de fide.
lidad cuyo Documento de orden del Seo Virrey borré 8. E. por su mano alar.
mando con este echo la desconfiansa priblica, y cuando el Real Acuerdo se acaba
de reunir para los fines indicados principiaron las prisiones de los Seftores Mi-
conmocion6, y habiendo el Tribunal toma-
isegarla, como el Excelentisimo Sefior Presidente hubiese
Negado al extremo de obstaculisar a los habitantes, a peticién de estos no pudo
menos el Real Acuerdo de reasumir el mando, y dictar otras aquella Noche y los
dias siguientes para tranquilisar, y devolver el sosiego, lo que consiguié dando
cuenta a las Superioridades, y a la Suprema Junta Central...!2
nistros ... motivo porque la Ciudad
do providencia para s
EI documento es claro. Por un lado, el mando Jo reasume la Audiencia a
peticion del pueblo de Chuquisaca y para evitar el desorden; por el otro, se
da cuenta del hecho a la Suprema Junta Central, que es reconocida como la
representante legitima del rey. Se percibe, entonces, que si bien la Audien-
Gobernadora reconoce a la Suprema Junta, el origen de su mando no
oa. desde arriba, de un nombramiento dado por el Soberano, sino de la
petici
peticion de los mismos habitantes. Asi, de forma atin tibia, se establecta la
soberania popular en Chareas,
3. El tema de la soberania en la Junta de La Paz
vee
aes Gr “s después del anterior movimiento y su Junta Gobernado-
la Virgen del Caer e oy la ciudad de La Paz. Aprovechando la fiesta de
mento en defen del ae dio de ese aito, se produjo un nuevo levanta-
de un eabildo abc Fy Preso y en contra de las autoridades locales. Luego
° apresaron al Gobernador Intendente y al obispo.
documentos emanados del cabildo al dia siguiente de
maba la fidelidad a Fernando VII, la igualdad entre es-
Uno de los prime:
la subleva
On reafirr
* Chao en Just, 666-667, Resaltado aver,paiioles y patricios: “...que se entienda que unos y otros somos hijos de esta
misma patria donde se hallan nuestros hogares...”; y la subordinacién a las
leyes, ademas de resaltar la lealtad de los indios, “igualmente leales a su
majestad a quien han servido y sirven con toda fidelidad”. De esta manera,
se percibe que el cabildo, a pesar de su apoyo a la celebracién del Cabildo
Abierto, mantenfa la fidelidad al soberano, haciendo hincapié mas bien en la
igualdad entre todos los habitantes de “la misma patria”.
Dias después se creé la llamada “Junta Tuitiva de los Derechos del Rey y
del Pueblo”. El uso de los términos “Tuitiva” y “Derechos del Rey y del
pueblo”, posibilita también un andlisis mas profundo en relacién al tipo de
pensamiento politico que se halla por detras. En el primer caso, es clara la
intenci6n de establecer una tuicién, dentro del concepto juridico de tutela
frente al que no puede gobernarse por sf mismo, es decir, que ante la prision
del Rey, es la Junta la que ejerce la tuicién para gobernar; en el segundo
caso, se establece esta tuicién sobre los derechos del Rey, lo que implica r
conocer la soberania real, pero también la de los derechos del pueblo. Es en
te punto donde se percibe més claramente la insercién de un pensamiento
de nuevo régimen. Ya no se trata de “los pueblos”, como se presenta en el
sistema de antiguo régimen en la denominacién de “pueblos, ciudades-pro-
vincias, reinos, coronas”, sino el Pueblo, con maytiscula, que se identifica
ya con la Nacién moderna’,
es
El Cabildo Gobernador elabor6 otro documento central, conocido como “Es:
tatuto Constitucional” o “Plan de Gobierno”, promulgado el 21 de julio, por
el que se creaba precisamente la Junta Tuitiva, En este documento de diez
puntos, que no ha merecido un mayor estudio por parte de los historiadores
-salvo Roca- se muestran ya varios elementos de una nueva concepcién poli-
tica, centrada en el concepto de la Soberan{a del Pueblo’.
Luego de establecer con claridad la intencién de obtener una mayor auto-
nomia frente a Buenos Aires, ordenando que no se remita a esa ciudad el
numerario de las Cajas Reales, Ia junta emite una orden para que se envien
misivas a todos los cabildos y autoridades de los virreinatos del Perit y del
Rio de la Plata, explicdndoles “los objetos justos y leales que ha tenido este
pueblo para realizar este nuevo gobierno”. En este punto se perciben dos
concepciones diferentes sobre pueblo; en un primer momento se trata pre-
cisamente de la poblacin de La Paz, aunque posteriormente, cuando trata
de la necesidad de defender los derechos de América contra las pretensiones
1 documento, que puede lterpretare
hgares como die el document,
13 Giten Roca, p. 26, La que no queda claro es el coneepto de patria que se
tan como la pata espaol o como la patra equi, La Paz, donde se halla "naestos
Toa ee salen inane dctomi dela ain eel imagiaro spenoareien0" een.
ae oes a an pate desde ego XVI cuncepundo como la Tera Jone un ba nc
ean ee assem acd aparece pro tance un lo ll, dey eerie,
aoa ae at ee hbo De est ane, ste dble sen sii pars intent tnt dies
TERRE ERIS umcrie omo la luca Tos epailes peinulare cont lo franeses
11 Gera: "bl eas de a monary expal”. 126
15 Gra: Marna independents. p32
ton nota de pl de pha, Noe, qu naz este document, ie qc prs el inet ar ems, gue basse
Eon oes Spats Contato fa adn em cl documento Be el io NIX. Por exe
oa a et ucmcne como Pan de gic, tear fa des fa 0 wine ei16
iviana
Slica Bol
late
Universidad (
Ia princesa del Brasil, el eoncepto de pueblo pasa a designar “al cuerpo
de la princes sil,
sapetable de la América”.
re vo del Plan de Gobierno, por su parte, establece Ia organizacign
BI punto cine va con los siguientes términos: “Se formard una junta que
de la Junta Ta Nepresentante del pueblo, para que por su Srgano se expon.
hard las veces de Top (el eabildo gobernador) sus solicitudes y derechos,»
gan cote ilustre oot enoia y equidad sus intentos”. Y més adelante ordey),
seni ee aequete y subordine a las autoridades constituidas, precisa.
ao eeeea ehunta Representativa y Tuitiva de los derechos del Pueblo”.
En el punto nueve, de una forma que rompe eae con los Principios de
antiguo régimen acerca de la existencia de dos reptiblicas, se dice: “Pide este
puchlo que se retina al congreso representativo de los derechos del Pueblo,
tin indio noble de cada partido de las seis subdelegaciones que forman esta
provineia de La Paz cuyo nombramiento se hard por el subdelegado, el cura
y el cacique de las cabeceras de cada partido..."
va con la utilizacién de términos de la modernidad, establece en
‘iguiente:
Finalmente,
el punto diez lo s
No intenta més este pueblo que establecer sobre bases sélidas y fundamentales,
la seguridad, propiedad y libertad de las personas. Estos tres derechos que el
hombre deposita en manos de la autoridad publica, deben ser representados por
todo el decoro y dignidad que se debe; de la invulnerabilidad de éstos, se sigue
inmediatamente la tranquilidad y buen orden de la sociedad, y mientras no se
fomen las precauciones para sostenerlos, nacen las crisis politicas que desorga-
nisan y trastornan las instituciones sociales”.
En el discurso, en el cual queda claro el tema de la soberania popular apa-
rece un elemento mas del nuevo régimen: los derechos individuales. Para
cl autor del Plan de Gobierno, que fue casi con seguridad José Antonio Me-
dina, los principios fundamentales de seguridad, propiedad y libertad son
Postulados individuales que el hombre deposita en manos de la autoridad
publica. En este punto nos encontramos mucho més cerca de las ideas de
la modernidad
Un tereer documento, que ha motivado una serie de andlisis, debido a posi-
ciones fundamentalmente regionalistas, es la Hamada tradicionalmente “Pro-
clama de la Junta Tuitiva”?’
Del anal
sis realizado
Por Roca de las diferentes versiones del docume!
s s ion im
tomaremos en cuenta
icamente dos, que fueron escritas de forma compro-
17 Farina se halls en Archivo Genel de a Nacin, de Bun
‘Manuel Maria Pint y Cares Pose Se FS ha sido publicado por varios autores, entre ells
no in ste cas se tabaja con la version publica en fons Liss Roca op. PP
18 Roc» 64
19 Roca. 8S.
2 Fa prot fut por el mui
ime ab depentncn mga ae el
fran uc nga net nk tg meet
ets cement iar dn a
XIX para demoserar que ef movimiento jst
ceno silo iz. El tera fe abordal oe
100, desea Ix nvr
a Roca publics el libro 1809. dole analiza tab
Pence sno un ema de ston #08 PrOCeOs dierent anagdnees tog eames ue HIbada en 1809". Se trata de dos versiones que, si bien guardan similitud en la
forma, contienen diferencias que nos ubican precisamente en dos discursos
totalmente diferentes: uno de fidelidad al Rey y el otro de una visién de auto-
nomia e inclusive de independencia. En este andlisis no tendremos en cuenta
la disputa que hubo sobre si el documento proviene efectivamente de la Junta
Tuitiva o fue escrita en Chuquisaca -que fue el centro de la discusién regiona-
lista-, sino c6mo un mismo texto, que tiene pequefias diferencias entre las dos
versiones, puede ser presentado como dos discursos totalmente diferentes.
Mas alld de las diferencias de lenguaje que pudieran presentar ambas ver-
siones, los puntos centrales de divergencia entre ambas se presentan en los
siguientes parrafos:
En la primera versi6n:
Ya es tiempo pues de elevar hasta los pies del trono del mejor de los monarcas, el
desgraciado Fernando VII, nuestros clamores, y poner ala vista del mundo entero,
los desgraciados procedimientos de unas autoridades libertinas.
Ya es tiempo de organisar un nuevo sistema de gobierno fundado en los intereses
del rey, de la patria y de la religion, altamente deprimidos por la bastarda politica
de Madrid.
Ya es tiempo en fin, de levantar los estandartes de nuestra acendrada fidelidad...
En la segunda versién:
Ya es tiempo pues de sacudir yugo tan funesto a nuestra felicidad como favorable
al orgullo nacional del espariol.
Ya es tiempo de organizar un nuevo sistema de gobierno fundado en los intereses
de nuestra patria, altamente deprimida por la politica bastarda de Madrid. Ya es
tiempo, en fin, de levantar el estandarte de la libertad en estas desgraciadas colonias
adquiridas sin el menor tieulo y conservadas con la mayor injusticia y tiranéa.
En la primera version:
Valerosos habitantes de La Pas y de todo el imperio del Perti: relevad vues-
tros proyectos por la ejecucién, y aprovechaos de las circunstancias en que
estamos.
No miréis con desdén los derechos del rey y la felicidad de nuestro suelo, No perdais
jamés de vista la unién que debe reinar en todos para acreditar nuestro inmarce-
sible vasallaje, y ser en adelante tan felices como desgraciados hasta el presente.
En la segunda version:
Valerosos habitantes de La Paz y de todo el imperio del Perti, relevad nuestros
propésitos por la ejecucién, aprovechaos de las circunstancias en que estamos,
no miréis con desdén la felicidad de nuestro suelo, ni perddis jamés de vista la
unién que debe reinar en todos, para ser en adelante tan felices como desgracia-
dos hasta el presente.
1 fue plead por Manuel Bara Pinto en 109; aud (erin No.3 para Ross)
| Archivo General de la Nac, Existe otro documento, muy pareido ala veri 3, que
‘secon de manuserios de la Biblioteca Co ‘Unwersidad Mayor de San
rimero (version No. 1 para
se encuentra en forma original
Se alls en un expeiente dela epoca, en
1718
at
ivian
1 Boli
id Catélice
Universid:
ion espresa con claridad la fdelidad a Pema
Ilaje, y se inserta en. la tendencia que primo en las juntas
vasa en América frente a la invasion napolegniog .
“ “Viva el Rey, muera Se
ie an discurso que sigue el lema de "Vivi el Rey s MUEFA el nl go
trata tanto de u ‘ede sustraerse de la queja frente a cf oridades libertine
bierno”, como Pr a defensa del rey frente a la “bastarda politica de ig"
como de una are piemo de José Bonaparte que reinaba desde esa ciudag
did”, es decir,
¥ de la segunda version es totalmente diferente. Han desapareg; ido
BI diseurso de od rey, a la fidelidad y al vasallaje debido al monarea, yp
todas las ase lucha contra las malas autoridades sino contra las basey
se trata ya de ae en si, “adquiridas sin el menor titulo y conservadas con
del sistema co si, “adquiridas sin el me
la mayor injusticia y tirania”. En Ja misma, la “bastarda pol
itica de Madria”™
puede ser entendida como el gobierno napoleénico, pero también como Ia
metrépoli y su dominacién colonial.
Bl diseurso de la primera vers
VII y la relaci6n de vasall
formadas tanto en Espati
Puede la segunda versién ser tomada como un discurso del nuevo régimen,
de la existencia de una soberania popular? Si bien no habla de ciudadanos, nj
de igualdad, ni del pueblo soberano, el uso de términos como “Estandarte de la
Libertad” o “despotismo injusto” -éste tiltimo aparece en el primer parrafo en
ver de “jeles déspotas”, como se halla en la primera versién- puede mostrar un
discurso que se acerca més a concepciones de la modernidad, No se trata ya de
oponerse a un comportamiento despético sino a un sistema politico injusto.
Conclusiones
En las proclamas y panfletos, pero también en los documentos oficiales, po-
demos ver que yaa fines de 1809 el discurso liberal y moderno ha prendido
en la Audiencia de Chareas. Prineipios como la soberanfa del pueblo y los
derechos individuales, asi como el concepto de nacién, aparecen en los do-
cumentos de forma cada vez mas frecuent:
Esta comprobacién nos lleva a sostener que las juntas de Chuquisaca y de
La Paz no fueron revolucionarias tanto por querer modificar la esencia de la
relacién con la metr6poli y menos aun en el sentido de querer la indepen-
dencia, va que ambas se dieron bajo el discurso de fidelidad a Fernando VII.
Pero si fueron revolucionarias en la perspectiva de generar un nuevo lenguaje
politico, basado fundamentalmente en el concepto de la soberanfa popular.
De esta manera el movimiento si fue revolucionario al generar un paso hacia
Ja modernidad politica,
nie, xiao dat
r Aiscors lbera en 1809 fae en ram parte
dos manner 2" Pecos en ta esta etapa, sin emia. fe eo