You are on page 1of 11

DERECHO DE PROPIEDAD. CODIGO CIVIL.

En la actualidad, si queremos una casa o un terreno junto a la playa para vacacionar con la
familia y tenemos el dinero necesario, nada más fácil que buscar el adecuado, llegar a un acuerdo
con el vendedor y adquirirlo. Si el gobierno, de repente, aprobara una ley para limitar nuestro
derecho a la propiedad, lo veríamos como un ataque a nuestra libertad y nos opondríamos a ello,
pues estamos acostumbrados, al menos en la mayor parte de nuestro planeta, a considerar el
dominio absoluto sobre nuestras cosas como un derecho inalienable, tan solo acotado por la ley
en algunos casos muy específicos. Pero no siempre fue así.
El sentido de propiedad es casi tan antiguo como la humanidad misma. Desde que el ser humano
vivió en cavernas (que por cierto, no todos lo hicieron, tan solo los que tuvieron la suerte de
encontrar una sin habitar) supo lo importante que era contar con un lugar propio y se dispuso a
protegerlo de cualquier tipo de intruso al encontrarlo. Claro que en un inicio, se estableció una
limitante territorial conocida como “territorio de caza”, perteneciente a un grupo social
determinado, en el que no accedía ningún grupo o individuo ajeno que quisiera aprovechar de los
recursos disponibles, ya que éstos por lo general, no eran suficientes para sostener a más
personas. Simple cuestión de supervivencia. Pero también hay que tener en cuenta que no todos
los lugares dentro de la cueva eran iguales. Ya desde un principio hubo “lotes” mejores que otros
y el jefe siempre estuvo en el más alto. En un futuro, a esa división se le llamaría urbanismo.
Desde luego, esto no es algo exclusivo de nosotros.
En la práctica la mayoría de los animales desarrollan un instinto parecido. Se apoderan de un
territorio y lo defienden con todas sus fuerzas, ya sea solos o en grupo. Y los primates, con los
cuales compartimos un ancestro en común, son especialistas en eso, por lo que no es raro que
nosotros hayamos llevado ese instinto a niveles insospechados.
Con la aparición de la agricultura las cosas cambiaron. Los grupos humanos comenzaron a dejar
atrás el nomadismo para asentarse de forma definitiva en algún lugar. La agricultura permitió el
aumento poblacional al facilitar un mayor volumen de alimentos, pero también obligó al grupo a
buscar mejores lugares donde desarrollar sus nuevos conocimientos. Así es como surgen las
primeras ciudades, por lo general situadas a la orilla de algún río, pues éstos, además de
proporcionar abundante agua para los cultivos, permitieron desarrollar sistemas de riego así
como vías de transporte de alta velocidad, lo que también impulso el desarrollo comercial.
Dominio de la tierra
El dominio de un territorio adquirió un gran sentido de importancia, visto como símbolo de
poder. En las primeras civilizaciones se empezó a regular la posesión de la tierra, convirtiéndose
en la base de la estructura económica. Como ejemplo, se encuentra la ciudad de Sumeria,
considerada como la cuna de la civilización urbana, donde la tierra fue acaparada, por lo menos
de forma nominal, por el rey de la urbe, no solo como símbolo de su poder divino, sino también
como medio de control.
Lo mismo ocurrió en el Egipto faraónico, donde si bien existían tierras de propiedad privada, la
mayor parte de éstas pertenecían al monarca. Éste a su vez podía otorgarlas como recompensa a
sus funcionarios y/o nobles, quienes estaban autorizados a heredarla a sus hijos mas no a
venderla o dividirla, con el inconveniente añadido de que en cualquier momento el faraón se las
podía quitar. Y para aumentar su poder, el soberano era dueño exclusivo de todas las piedras que
servían para la construcción de los grandes templos y palacios, solo él podía regalarlas o
venderlas. De esa forma, existía un control casi absoluto de los bienes raíces en el Antiguo
Egipto, con lo que el faraón se aseguraba de que ninguno de sus súbditos acumulaba demasiado
poder para convertirse en un problema. Claro que no siempre lo lograron, pues hubo faraones
débiles que perdieron el control de la situación.
En general, este sistema prevaleció en las grandes culturas de Oriente, como China, Persia o la
India. Sin embargo, sería en Europa donde surgiría un modelo distinto. Los helenos (mejor
conocidos como griegos) tuvieron la mala suerte de habitar una pequeña y accidentada península
que no permitía el desarrollo de grandes imperios como en Egipto o Mesopotamia, lo que a su
vez impedía que surgieran reyes poderosos.
La cultura griega se basó en la polis, la ciudad, cuya área de dominio se extendía por lo general a
tan solo unos pocos kilómetros alrededor de sus murallas defensivas. Esta situación provocó que
los ciudadanos de las polis, sin importar su poder económico, tuvieran en general los mismos
derechos. Claro que también había esclavos, pero eso era parte del sistema económico de la
época. Al no haber un gobernante que acaparara toda la tierra para intereses propios, ésta pasó a
manos privadas. El Estado tan solo se reservó una parte para la construcción de los edificios
públicos, pero fuera de eso, la tierra era de quien pudiera comprarla.

Si nos trasladamos al sur del continente americano, veremos que en el otro gran imperio indígena
que existió a la llegada de los españoles, fue el de los incas; las cosas eran parecidas aunque con
una diferencia: las tierras del pueblo no eran comunales, pues a cada padre de familia se le
asignaba una extensión de tierra de acuerdo al número de hijos que tenía para que él las cultivara.
Durante el dominio español la mejor tierra fue acaparada por grandes hacendados que poseían
extensas propiedades agrícolas y que, tal y como sucedía en Europa, eran dueños de muchas
fincas urbanas.
Más tarde, regresando a México durante el siglo XIX, las tierras acumuladas por la Iglesia
Católica y las comunidades indígenas se les llamaron “bienes de manos muertas” y fueron
desamortizadas durante la Reforma, lo que paradójicamente ayudó al incremento de los grandes
latifundios en perjuicio de los pequeños propietarios, justo lo que los liberales querían evitar. Al
menos, los territorios rurales estaban de nuevo en el mercado y, por lo que se refiere a las
ciudades, se había terminado la época en que unas pocas personas eran dueñas de la mayoría de
las casas. Esto dio un renovado impulso al mercado inmobiliario en nuestro país y permitió el
rápido enriquecimiento de algunos de sus agentes.
Finalmente, ésta es la postura que consiguió triunfar. Aquellos años en que los faraones, reyes o
tlatoanis eran los dueños absolutos de la tierra quedaron atrás. Con las revoluciones burguesas
del siglo XIX quedó claro que la posesión de la tierra está vinculada a la libertad individual.
En la actualidad, la figura del rey fue sustituida por la de la Nación. Todas las tierras son de la
Nación. Pero esto solo significa que no pueden pertenecer a un país diferente. Fuera de eso, no
hay límite alguno a la propiedad privada.

LA PROPIEDAD es la facultad que tiene una persona (natural o jurídica) para disponer de
un objeto. Esto, siempre dentro de lo que permitan las leyes.
Es decir, la propiedad es la atribución de un individuo o empresa para poseer un determinado bien,
como un inmueble o un coche.
La propiedad puede aplicar a todos los objetos que cumplan con las siguientes características:
 Limitados: Debe tratarse de un bien que no sea ilimitado, como el aire, pues en este caso no
tendría sentido delimitar la propiedad a un individuo.
 Útiles: Esto significa que el bien que brindar algún tipo de beneficio a su propietario, ya sea
monetario o no. En este último caso, podríamos hablar de la simple satisfacción.
Cabe aclarar, sin embargo, que la propiedad también puede ejercerse sobre una cualidad o atributo
personal. Por ejemplo, una persona puede poseer una gran creatividad artística.
Asimismo, existe propiedad sobre bienes intangibles o inmateriales. De hecho, de ahí surgen
los derechos de propiedad intelectual que protegen a los creadores, tanto en el campo académico
como en el artístico.
DERECHOS DE LA PROPIEDAD
La doctrina jurídica, particularmente aquella con influencia latina (derecho romano) reconoce que
la propiedad está integrada por los siguientes derechos:
USO: IUS UTENDI: Derecho de uso. Se refiere a que la persona puede utilizar el bien para lograr
determinados objetivos. Por ejemplo, una maquinaria que sirve como herramienta en un proceso de
producción. Este derecho tiene sus limitaciones, pues imaginemos el caso de una fábrica. Su
funcionamiento no podría permitirse en una zona residencial por el nivel de contaminación sonora
y/o ambiental que puede generar.
GOCE O DISFRUTE: IUS FRUENDI: Derecho de goce. Así, el propietario tiene derecho a
disfrutar de los productos que genere el bien. Aquí podemos distinguir dos circunstancias:
o Cuando los frutos del bien son naturales, como el café que proviene de los cafetos.
o Cuando los frutos del bien son civiles. Por ejemplo, las rentas que se perciben por
el arrendamiento de un inmueble.
DISPOSICION: IUS ABUTENDI: El derecho a disponer o ius abutendi es el más caracterizado
y típico de los atributos del dominio, pues el uso y el goce son actos de administración, por cuya
virtud el dueño tiene la libertad de disposición tanto material como jurídica, consumiéndolos,
afectándolos, desmembrándolos o desprendiéndose de ellos a título oneroso o gratuito.
REIVINDICACIÓN: O IUS VINDICANDI es aquella mediante la cual el propietario recurre a
la justicia reclamando el objeto de su propiedad y evitando la intromisión de un tercero ajeno a
derecho (ej. recuperación de un bien, reconocimiento de la propiedad, etc.) al no extinguirse la
propiedad por el no uso, la acción reivindicatoria es imprescriptible. De nada le valdría
al dominus, en verdad, ser sujeto de la relación jurídica dominial y reunir en su titularidad el ius
utendi, fruendi y abutendi si no le fuese dada la posibilidad de readquirir el bien de quien lo
poseyera injustamente o detentara sin título. Por la vindicatio, el propietario busca el bien en
manos ajenas, va a retomarlo del poseedor, va a recuperarlo del detentor. No de cualquier poseedor
o detentor, sino de aquel que lo conserva sin causa jurídica o lo posee injustamente .
Los requisitos de la acción reivindicatoria son:
a) El demandante deberá ser dueño de la cosa.
b) Individualización del bien.
c) Que el demandado esté en posesión del bien.
Por tanto, entendemos por la reivindicación o ius vindicandi a aquella acción imprescriptible
interpuesta, como se señala en doctrina, por el propietario no poseedor contra el poseedor no
propietario, quien usualmente posee el bien sin causa jurídica alguna o injustamente. Los requisitos
de dicha acción, son:
a) que el demandante sea el dueño del bien;
b) que el bien esté individualizado, y
c) que el demandado esté en posesión del bien.
FORMAS DE ADQUIRIR LA PROPIEDAD.
Conforme señala el Codigo Civil:
Apropiación
Artículo 929.- Apropiación de cosas libres
Las cosas que no pertenecen a nadie, como las piedras, conchas u otras análogas que se hallen en el
mar o en los ríos o en sus playas u orillas, se adquieren por la persona que las aprehenda, salvo las
previsiones de las leyes y reglamentos.
Artículo 930.- Apropiación por caza y pesca
Los animales de caza y peces se adquieren por quien los coge, pero basta que hayan caído en las
trampas o redes, o que, heridos, sean perseguidos sin interrupción.
Artículo 931.- Caza y pesca en propiedad ajena
No está permitida la caza ni la pesca en predio ajeno, sin permiso del dueño o poseedor, según el
caso, salvo que se trate de terrenos no cercados ni sembrados.
Los animales cazados o pescados en contravención a este artículo pertenecen a su titular o
poseedor, según el caso, sin perjuicio de la indemnización que corresponda.
Artículo 932.- Hallazgo de objetos perdidos
Quien halle un objeto perdido está obligado a entregarlo a la autoridad municipal, la cual
comunicará el hallazgo mediante anuncio público. Si transcurren tres meses y nadie lo reclama, se
venderá en pública subasta y el producto se distribuirá por mitades entre la Municipalidad y quien
lo encontró, previa deducción de los gastos.
Artículo 933.- Gastos y gratificación por el hallazgo
El dueño que recobre lo perdido está obligado al pago de los gastos y a abonar a quien lo halló la
recompensa ofrecida o, en su defecto, una adecuada a las circunstancias. Si se trata de dinero, esa
recompensa no será menor a una tercera parte de lo recuperado.
Artículo 934.- Búsqueda de tesoro en terreno ajeno
No está permitido buscar tesoro en terreno ajeno cercado, sembrado o edificado, salvo autorización
expresa del propietario. El tesoro hallado en contravención de este artículo pertenece íntegramente
al dueño del suelo.
Quien buscare tesoro sin autorización expresa del propietario está obligado al pago de la
indemnización de daños y perjuicios resultantes.
Artículo 935.- División de tesoro encontrado en terreno ajeno
El tesoro descubierto en terreno ajeno no cercado, sembrado o edificado, se divide por partes
iguales entre el que lo halla y el propietario del terreno, salvo pacto distinto.
Artículo 936.- Protección al Patrimonio Cultural de la Nación
Los artículos 934 y 935 son aplicables sólo cuando no sean opuestos a las normas que regulan el
patrimonio cultural de la Nación.
Subcapítulo II: Especificación y mezcla
Artículo 937.- Adquisición por especificación y mezcla
El objeto que se hace de buena fe con materia ajena pertenece al artífice, pagando el valor de la
cosa empleada.
La especie que resulta de la unión o mezcla de otras de diferentes dueños, pertenece a éstos en
proporción a sus valores respectivos.
Subcapítulo III: Accesión
Artículo 938.- Noción de accesión
El propietario de un bien adquiere por accesión lo que se une o adhiere materialmente a él.
Artículo 939.- Accesión por aluvión
Las uniones de tierra y los incrementos que se forman sucesiva e imperceptiblemente en los fundos
situados a lo largo de los ríos o torrentes, pertenecen al propietario del fundo.
Artículo 940.- Accesión por avulsión
Cuando la fuerza del río arranca una porción considerable y reconocible en un campo ribereño y lo
lleva al de otro propietario ribereño, el primer propietario puede reclamar su propiedad, debiendo
hacerlo dentro de dos años del acaecimiento. Vencido este plazo perderá su derecho de propiedad,
salvo que el propietario del campo al que se unió la porción arrancada no haya tomado aún
posesión de ella.
Artículo 941.- Edificación de buena fe en terreno ajeno
Cuando se edifique de buena fe en terreno ajeno, el dueño del suelo puede optar entre hacer suyo lo
edificado u obligar al invasor a que le pague el terreno. En el primer caso, el dueño del suelo debe
pagar el valor de la edificación, cuyo monto será el promedio entre el costo y el valor actual de la
obra. En el segundo caso, el invasor debe pagar el valor comercial actual del terreno.
Artículo 942.- Mala fe del propietario del suelo
Si el propietario del suelo obra de mala fe, la opción de que trata el artículo 941 corresponde al
invasor de buena fe, quien en tal caso puede exigir que se le pague el valor actual de la edificación
o pagar el valor comercial actual del terreno.
Artículo 943.- Edificación de mala fe en terreno ajeno
Cuando se edifique de mala fe en terreno ajeno, el dueño puede exigir la demolición de lo
edificado si le causare perjuicio, más el pago de la indemnización correspondiente o hacer suyo lo
edificado sin obligación de pagar su valor. En el primer caso la demolición es de cargo del invasor.
Artículo 944.- Invasión del suelo colindante
Cuando con una edificación se ha invadido parcialmente y de buena fe el suelo de la propiedad
vecina sin que el dueño de ésta se haya opuesto, el propietario del edificio adquiere el terreno
ocupado, pagando su valor, salvo que destruya lo construido.
Si la porción ocupada hiciere insuficiente el resto del terreno para utilizarlo en una construcción
normal, puede exigirse al invasor que lo adquiera totalmente.
Cuando la invasión a que se refiere este artículo haya sido de mala fe, regirá lo dispuesto en el
artículo 943.
Artículo 945.- Edificación o siembra con materiales, plantas o semillas ajenas
El que de buena fe edifica con materiales ajenos o siembra plantas o semillas ajenas adquiere lo
construido o sembrado, pero debe pagar el valor de los materiales, plantas o semillas y la
indemnización por los daños y perjuicios causados.
Si la edificación o siembra es hecha de mala fe se aplica el párrafo anterior, pero quien construye o
siembra debe pagar el doble del valor de los materiales, plantas o semillas y la correspondiente
indemnización de daños y perjuicios.
Artículo 946.- Accesión natural
El propietario de animal hembra adquiere la cría, salvo pacto en contrario.
Para que los animales se consideren frutos, basta que estén en el vientre de la madre, aunque no
hayan nacido.
En los casos de inseminación artificial realizada con elementos reproductivos procedentes de
animal ajeno, el propietario de la hembra adquiere la cría pagando el valor del elemento
reproductor, si obra de buena fe, y el triple de dicho valor, si lo hace de mala fe.
Subcapítulo IV: Trasmisión de la propiedad
Artículo 947.- Transferencia de propiedad de bien mueble
La transferencia de propiedad de una cosa mueble determinada se efectúa con la tradición a su
acreedor, salvo disposición legal diferente.
Artículo 948.- Adquisición a “non dominus” de bien mueble
Quien de buena fe y como propietario recibe de otro la posesión de una cosa mueble, adquiere el
dominio, aunque el enajenante de la posesión carezca de facultad para hacerlo. Se exceptúan de
esta regla los bienes perdidos y los adquiridos con infracción de la ley penal.
Artículo 949.- Transferencia de propiedad de bien inmueble
La sola obligación de enajenar un inmueble determinado hace al acreedor propietario de él, salvo
disposición legal diferente o pacto en contrario.
Subcapítulo V: Prescripción Adquisitiva
Artículo 950.- Prescripción adquisitiva
La propiedad inmueble se adquiere por prescripción mediante la posesión continua, pacífica y
pública como propietario durante diez años.
Se adquiere a los cinco años cuando median justo título y buena fe.
Artículo 951.- Requisitos de la prescripción adquisitiva de bien mueble
La adquisición por prescripción de un bien mueble requiere la posesión continua, pacífica y
pública como propietario durante dos años si hay buena fe, y por cuatro si no la hay.
Artículo 952.- Declaración judicial de prescripción adquisitiva
Quien adquiere un bien por prescripción puede entablar juicio para que se le declare propietario.
La sentencia que accede a la petición es título para la inscripción de la propiedad en el registro
respectivo y para cancelar el asiento en favor del antiguo dueño.
Artículo 953.- Interrupción de término prescriptorio
Se interrumpe el término de la prescripción si el poseedor pierde la posesión o es privado de ella,
pero cesa ese efecto si la recupera antes de un año o si por sentencia se le restituye.
¿Qué es propiedad privada?
La propiedad privada son los bienes de cualquier tipo (viviendas, capitales, vehículos, objetos,
herramientas, incluso fábricas, edificios enteros, terrenos o corporaciones) que pueden ser
poseídos, comprados, vendidos, arrendados o dejados como herencia por personas naturales
y jurídicas distintas del Estado, es decir, por elementos del sector privado de la sociedad. Los
bienes de la propiedad privada no son enajenables bajo ningún concepto sin la voluntad
expresa de su dueño (excepto en los casos de nacionalización o estatización, llevados a cabo por
el Estado en pro del bien común), y hacerlo de cualquier forma constituye un delito punible
por ley. La protección de la propiedad privada es tenida por muchos como una de las tareas de las
fuerzas del orden público y del Estado.
Ejemplos sencillos de propiedad privada serían: los bienes inmobiliarios, el dinero en las cuentas
bancarias, los terrenos urbanos y los vehículos particulares.
Origen de la propiedad privada
Si bien ha habido dueños de las cosas desde los orígenes de los tiempos, a punto tal que en épocas
antiguas incluso los esclavos formaban parte de la propiedad privada de una persona poderosa, la
aparición de este concepto legal se construyó a partir del derecho Romano, en el que se
distinguía entre la res pública (la cosa pública) y los intereses individuales (privados).
Pero sería durante la Revolución Industrial y el advenimiento del capitalismo que este concepto
tendría enorme importancia, sobre todo en el discurso de político de la izquierda revolucionaria,
que la entiende como una forma de reparto desigual de las riquezas disponibles. La propiedad
privada es contraria a los fundamentos del comunismo y el socialismo, según los cuales los
bienes tendrían que ser en su mayoría de carácter público o comunitario.
La doctrina de pensamiento marxista (comunista) distingue de hecho la propiedad personal (de uso
necesariamente personal, como la vivienda o los enseres personales) y la propiedad privada
(entendida como el control por parte de una élite económica de los medios de producción).
Características de la propiedad privada
La propiedad privada se encuentra siempre sometida a las especificaciones legales del código
jurídico de cada nación, pero a grandes rasgos presenta las siguientes características:
Se somete al libre comercio. Cualquiera puede comprar o vender la propiedad privada, siempre y
cuando dicha transacción se haga según lo regulado en los códigos y ordenanzas civiles que
regulan la materia.
Es individual. La propiedad privada puede tener un solo dueño a la vez (a menos que sea
una empresa, que pertenece a diversos accionistas, pero cada uno posee un número limitado de
acciones distintas).
Es libre. Cada poseedor de una propiedad privada puede hacer con ella lo que quisiere, dentro del
marco de las leyes.
Está fuertemente tutelada. El sistema capitalista en general protege la propiedad privada
mediante leyes, organismos y acciones que impiden a cualquiera apropiarse de lo ajeno y que
contemplan reparaciones para aquellos cuya propiedad privada sea vulnerada por terceros.
Es perpetua. El señorío sobre la propiedad privada no se vence con el tiempo, y puede ser
transferido en caso de muerte del dueño a sus familiares cercanos o a quien éste en vida decidiera.
Otras formas de propiedad
Mientras que la existencia de la propiedad privada plantea la posibilidad de que un individuo o un
grupo de ellos se adueñen (enajenen) los bienes muebles o inmuebles disponibles en la sociedad,
otras formas diferentes de posesión surgen como alternativa, sobre todo por parte de los sectores
izquierdistas de la sociedad, comprometidos con la socialización y democratización de los bienes
considerados escasos.
Estas otras formas de propiedad son:
Propiedad pública o social. Aquella que le pertenece al Estado y a las instituciones que no tienen
un dueño.
Propiedad comunitaria. Aquella que le pertenece a una comunidad o una cooperativa social
organizada, es decir, a muchos individuos comprometidos no con el enriquecimiento personal sino
con el beneficio comunitario.
La propiedad pública
La propiedad pública se caracteriza por no pertenecer a un particular en específico, sino a la
totalidad de los intereses de los ciudadanos de una nación, representados en este caso por el
Estado. Esto no equivale a decir que lo público no es de nadie, sino que es realmente de todos.
En este sentido, los bienes públicos no pueden ser enajenados, es decir, no pueden pasar a ser de
alguien y arrebatársele a todo el resto del conjunto de la sociedad (excepto en los casos en que así
el Estado lo decida, es decir, la privatización).
Ejemplos de propiedad pública son los parques públicos, las vías públicas, los bienes del Estado y
las empresas públicas (muchas veces de servicios de primera necesidad, como electricidad, agua,
etc.)
EN LA CONSTITUCION: TITULO III CAPITULO III PROPIEDAD. - Liberalismo
propiedad y constitucionalismo son fenómenos prácticamente simultáneos en la historia. Y
fue precisamente en Francia donde los tres elementos se conjugaron en un período histórico
relativamente breve, la revolución liberal triunfa en junio de 1789 y en agosto de ese año se
conforma la Asamblea Constituyente, que da la Declaración de los derechos del Hombre y
del Ciudadano, cuyo artículo 17 establece Declaración de los Derechos del Hombre y del
Ciudadano artículo 17. Siendo la propiedad un derecho inviolable y sagrado nadie puede
ser privado de ella, sino cuando la necesidad publica legalmente justificada lo exija
evidentemente, y a condición de una justa y previa indemnización. Como se sabe más
tarde esta Declaración pasó a tener rango constitucional en Francia, Finalmente la gran
elaboración de la propiedad en los rasgos esenciales que hoy le conocemos, proviene del
Código Civil francés de 1804 dictado bajo el gobierno del gran revolucionario liberal que
fue Napoleón. A las Constituciones no les corresponde establecer las normas detalladas del
contenido y ejercicio de la propiedad materia harto compleja en el Derecho que
originalmente fue puramente civil pero hoy se ha extendido a muchos otros ámbitos, el
administrativo, el comercial, el inmenso y especializado campo de la propiedad intelectual
etc. Lo que procede sobre propiedad en los textos constitucionales es establecer sus
grandes principios que en nuestro concepto son los siguientes: La gran distinción entre la
propiedad privada y el dominio sobre los bienes públicos. En la Constitución de 1993 esta
diferencia no es totalmente clara en el texto, aunque sí en la ratio legis, y se halla contenida
en los artículos 70 y 73 respectivamente. El artículo 70 trata de la propiedad cómo un
derecho privado pertenezca efectivamente a personas de derecho privado o a personas de
Derecho público, que detentan sin embargo su propiedad como de Derecho privado, aunque
obedeciendo complementariamente a ciertas reglas del Derecho Administrativo, tal el caso
de los bienes de producción de ciertas empresas públicas. El artículo 73 por el contrario
se refiere a los bienes sobre los cuales existe dominio público sean o no de uso público.
Aquí dos aspectos conceptuales son importantes la diferencia entre dominio y propiedad y
la diferencia entre bien de uso público y bien que no es de uso público. La propiedad es
entendida en el Derecho contemporáneo como el poder de usar disfrutar, disponer, y
reivindicar el objeto materia del derecho. Si bien la manera como estos poderes específicos
de la propiedad son ejercitados varía de ámbito en ámbito, no es lo mismo disponer de un
bien mueble común, que, de una acción cotizada en bolsa, por ejemplo, los principios
generales son los mismos, la propiedad está a disposición del titular y puede y debe circular.
El dominio tiene más bien el sentido de pertenencia a alguien que ejerce el señorío y ya
estos vocablos dan el sentido de pertenencia histórica del concepto. De otro lado los bienes
de uso público son aquellos que están destinados a que los utilicen todas las personas
indistintamente, sin que ninguna de ellas pueda establecer un derecho individual o colectivo
exclusivo sobre dichos bienes. Los ejemplos clásicos de bienes de uso público son los
parques, las plazas, las calzadas, las veredas, los ríos, los lagos y el mar entre otros.
Hay bienes de dominio público que no son de uso público, Por ejemplo, los parques
nacionales que protegen a la naturaleza, los fondos marinos, los yacimientos minerales,
entre otros. Ahora bien, puede ocurrir que sobre ciertos bienes de uso público se establezcan
concesiones de aprovechamiento económico a particulares, Esto no significa que dichos
concesionarios puedan utilizar en exclusividad los bienes de uso público, según su destino
sino más bien que puedan recibir de su explotación, ciertas rentas que normalmente estarán
destinadas a mejorar su calidad o simplemente a establecer los usos públicos donde no
existen. Los casos más usuales son los de concesión del peaje de una carretera, o de un
puente al inversionista privado que los construya con la finalidad que se logre resarcir su
inversión, y obtener una utilidad razonable por ella. Estas concesiones sobre bienes de uso
público son reconocidas en el Derecho y se utilizan como un estímulo a la inversión en
ellos.
Artículo 70.- El derecho de propiedad es inviolable, El Estado lo garantiza, Se ejerce en
armonía con el bien común y dentro de los límites de ley. A nadie puede privarse de su
propiedad, sino exclusivamente por causa de seguridad nacional o necesidad publica
declarada por ley y previo pago en efectivo de indemnización justipreciada, que incluya
compensación por el eventual perjuicio. Hay acción ante el Poder Judicial para contestar el
valor de la propiedad que el Estado haya señalado en el procedimiento expropiatorio.
En realidad, el efecto de la Constitución de 1993 es restringir las causales posibles de
expropiación. La inclusión en su texto de la seguridad nacional es indispensable porque al
haber restringido la utilidad. La norma que la expropiación se hace previo pago en efectivo
de la indemnización justipreciada. La Constitución de 1993 trae tres modificaciones
importantes respecto del tema: El primero es que en la indemnización debe incluirse
compensación por el eventual perjuicio. El segundo que hay acción ante el Poder Judicial
para contestar el valor de la propiedad señalado en el procedimiento expropiatorio. El
tercero La ausencia de excepciones al principio de pago previo en dinero. Ellas figuraban en
el párrafo final del artículo 125 de la Constitución de 1979.
El derecho que tratamos tiene refrendación como no podía ser de otro modo en los
instrumentos internacionales Dice la Declaración Universal de Derechos Humanos. artículo
17 1, Toda persona tiene derecho a la propiedad individual y colectivamente 2, Nadie será
privado arbitrariamente de su propiedad. Están aquí los dos elementos centrales que las
normas de rango constitucional protegen a la propiedad desde la misma Declaración
francesa el derecho a la propiedad y la prohibición de privar arbitrariamente de él. El
primero es el aspecto positivo del derecho, el segundo es una protección en sentido
negativo.
La Convención Americana dice: Convención Americana sobre Derechos Humanos artículo
21, Toda persona tiene derecho al uso y goce de sus bienes. La ley puede subordinar tal uso
y goce al interés social. 2 Ninguna persona puede ser privada de sus bienes excepto
mediante el pago de indemnización justa por razones de utilidad pública o de interés social
y en los casos y según las formas establecidas por la ley.
La Convención repite la misma estructura ya vista en la Declaración Universal, pero en la
parte final del primer párrafo añade la posibilidad de que el uso y goce de la propiedad sea
sujetado al interés social. El concepto de interés social ligado a la propiedad ha
desaparecido de nuestra Constitución, Dice simplemente que debe ser ejercitada en armonía
con el bien común. En realidad, el bien común y el interés social son dos conceptos
flexibles estándar que pueden recibir contenido diverso según las ideas del gobierno que en
cada caso ejerza el poder. Lo importante es que la propiedad no es un valor absoluto, ni
puede serlo está subordinada al bien común de toda la sociedad. La Constitución establece
que la propiedad se ejerce dentro de los límites de la ley, Esta afirmación es muy importante
porque da pie a que existan normas reguladoras de la propiedad y que sean de segundo
rango por debajo de la Constitución, desde luego Desde el punto de vista jurídico la
propiedad es un derecho real de la persona sobre cosas. Es el derecho por excelencia porque
reúne en sí todos los poderes que puede ejercitarse sobre el bien materia de un derecho.
Dice el artículo 923 del Código Civil Código Civil articulo 923 La propiedad es el poder
jurídico que permite usar disfrutar disponer y reivindicar un bien Debe ejercerse en armonía
con el interés social y dentro de los límites de la ley. El usar consiste en servirse del bien si
es un cuaderno escribir sobre él, si una casa habitarla y así sucesivamente. El disfrutar
consiste en percibir los frutos y productos que ofrece la cosa. Los frutos son los provechos
renovables del bien sin que disminuya ni se altere su sustancia, artículo 890 del Código
Civil, Se subdividen en frutos naturales las frutas, por ejemplo, y civiles los alquileres que
da una casa. Los productos son los provechos no renovables que se extraen de un bien
artículo 894 del Código Civil Tales, por ejemplo, la transformación de la cebada en cerveza
o de la harina en pan. La regulación de los frutos y productos en el Derecho peruano se
halla entre los artículos 890 y 895 del Código Civil. El disponer consiste en entregar todo o
parte de los derechos correspondientes a la propiedad a un tercero para que se sirva del
bien. Cuando presto una casa estoy disponiendo de ella, Cuando la vendo o la regalo
también. No importa el tipo de acto de disposición sino el hecho del traslado total o parcial
temporal o permanente de los atributos de la propiedad todos o algunos de ellos.
El reivindicar es el recuperar el bien objeto de la propiedad de quien lo posee sin derecho a
ello, Es lo que se llama el derecho de persecución por excelencia del bien el propietario,
encuentra el bien de su propiedad y puede dirigir la acción reivindicatoria de carácter
imprescriptible contra quien lo tenga para que se lo devuelva. Desde luego si la persona lo
tiene legítimamente entonces, no podrá solicitarse la reivindicación hasta que se cumplan
los plazos o las condiciones que daban el bien a quien no era el propietario, por ejemplo, la
expiración de un contrato de alquiler. El artículo comienza diciendo que la propiedad es
inviolable a su turno como vimos la Declaración francesa dijo que la propiedad era sagrada.
El significado de estas afirmaciones consiste en que la propiedad no puede ser retirada del
propietario sin su consentimiento sino en ciertas circunstancias previstas en la ley el
abandono y la expropiación son dos expresamente mencionados en la Constitución.
El abandono consiste en la extinción del derecho de propiedad sobre predios que no han
sido poseídos por su propietario ni inmediata ni mediatamente la posesión inmediata se
hace directamente, la mediata a través de otra persona por encargo nuestro, Requiere un
cierto lapso que en el Código Civil es de veinte años.
Dice Código Civil artículo 968 La propiedad se extingue por el Abandono del bien durante
veinte años en cuyo caso pasa el predio al dominio del Estado. También la Constitución
hace mención al abandono de la propiedad predial en su artículo 88 que sin embargo está
restringido a las tierras agropecuarias Podría pensarse que al no haberse establecido de
manera expresa e inequívoca el abandono de la propiedad predial, en la Constitución es una
institución que no debe existir salvo el caso específico de los predios agrícolas debido a que
sí existe mención en el artículo 88 Nosotros consideramos que sería un error adoptar tal
punto de vista
Finalmente debemos hacer notar que la propiedad no está tratada solamente en el artículo
70 de la Constitución, Otras normas importantes de la Carta con las cuales debe
establecerse concordancia son: El derecho a la propiedad y a la herencia establecido en el
inciso 16 del artículo 2 El derecho a la propiedad sobre las creaciones intelectuales artísticas
técnicas y científicas establecido en el inciso 8 del artículo 2. La propiedad de las
instituciones educativas considerada en el artículo 15 La propiedad de los bienes que
constituyen el patrimonio cultural de la Nación considerada en el artículo 21. Las diversas
formas de propiedad que supone el pluralismo económico establecido en el artículo 60. La
propiedad de las tierras agropecuarias regulada en el artículo 88. La propiedad de las tierras
de las comunidades campesinas y nativas regulada en el artículo 89. La propiedad exclusiva
de las armas de guerra por el Estado y la confiscación de las que se hallen en poder de
particulares según el artículo 175.

You might also like