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INTRODUCCIÓN

En el marco de la Guerra Fría el bloque capitalista es el que agrupa a los


países con regímenes próximos a Estados Unidos.

Contrariamente al bloque comunista, el capitalista es muy heterogéneo,


debido a las diferencias económicas entre países y a los nacionalismos
arraigados.

Las disidencias son muy importantes y no hay manera de «castigarlas».


La descolonización crea el Tercer Mundo, con países capitalistas que se
declaran mayoritariamente no alineados, e intentarán ser neutrales. Estos
países, en sus relaciones internacionales, tienen una política semejante frente a
los países ricos.

Algunos de ellos se hacen comunistas, como Angola, Somalia o Etiopía,


pero en general son neutrales.

A este bloque hay que sumarle todo América Latina. Son países donde
una guerra abierta entre los dos bloques, probablemente, desencadenaría una
guerra civil entre comunistas y capitalistas.

Japón se convierte en una gran potencia, que hace la competencia a EE


UU y Europa, y tiende a defender sus intereses.

El mundo árabe se unifica bajo el signo de su religión, en la Liga árabe,


y también será un motivo de disensión dentro del bloque. Además, tiende al
integrismo y lucha abiertamente contra Israel, que está siendo sostenido por
Estados Unidos.

En 1960 se funda la OPEP, que controlará los precios del petróleo, la


fuente de energía principal en todo el mundo. Pero su control tiene mayor
importancia para el bloque capitalista puesto que el comunista tiene sus
propias fuentes de abastecimiento.

En 1973 la subida del precio del petróleo desencadena una crisis


económica que afecta a todo el mundo capitalista, hasta 1986 en que vuelven a
caer los precios del petróleo.
LA EVOLUCIÓN DEL BLOQUE CAPITALISTA
Los efectos de la segunda guerra mundial.

La segunda guerra mundial ocasionó alrededor de 55 millones de


muertos, reducción de la producción industrial a la mitad, retroceso de la
actividad agraria y desaparición de los intercambios comerciales. Por el
contrario E.E.U.U. salió fortalecido y pudo superar las últimas secuelas de la
crisis de la Gran Depresión.

Las primeras medidas económicas de la posguerra se tomaron antes del


fin de la contienda. En 1944, los aliados occidentales se reunieron en la
localidad norteamericana de Bretón Woods y acordaron establecer un sistema
monetario internacional basado en el dólar. La Constitución del Fondo
Monetario

Internacional (FMI) para garantizar un comercio libre y mantener el


valor de las monedas y la creación del Banco Internacional de Reconstrucción
y Desarrollo (BIRF), para facilitar créditos a los países que lo necesitasen.

Los norteamericanos consolidaron su dominio económico sobre el


mundo occidental gracias a su destacada presencia en estas dos instituciones y
al uso del dólar como moneda de intercambio.

Entre 1945 y 1948, los EE.UU. efectuaron una primera ayuda a la


Europa destruida por la guerra a través de la Administración de las Naciones
Unidas para el socorro y la Ayuda (UNRRA) que consistió en el envío de
excedentes agrícolas y préstamos por valor de 16 millones de dólares que, sin
embargo, resultaron insuficientes.

Ante las urgentes necesidades de los países de Europa occidental y, para


frenar el avance del comunismo y consolidar su preponderancia, el presidente
Truman aprobó el Plan de Reconstrucción Europea o Plan Marshall.

Entre 1948 y 1952 llegaron a dieciséis países europeos casi 13.000


millones de dólares, la mayoría a fondo perdido, y se creó la Organización
Europea de Cooperación Económica1 para coordinar y hacer más eficaces
esas ayudas.
El éxito del Plan Marshall fue esencial para la reconstrucción de Europa
tras la guerra y en pocos años su productividad alcanzó niveles, en algunos
países, el cien por cien de antes de la guerra.

El sistema liberal capitalista se consolidó en Europa occidental siempre


bajo la vigilancia de los Estados Unidos, lo que impidió la expansión del
comunismo en Europa.

El crecimiento económico: la recuperación.

El éxito del Plan Marshall propició una larga etapa de crecimiento


económico hasta la crisis del petróleo de 1973.

a) Estados Unidos.

En Estados Unidos esos años se caracterizaron por el progreso técnico,


el empuje comercial por la generalización del dólar como moneda de cambio
internacional y el fuerte desarrollo empresarial, que convirtió en
multinacionales a muchas empresas estadounidenses.

Los altos índices de crecimiento de la inmediata posguerra se redujeron


bajo la Administración

Eisenhower -1953-1960- por la saturación del mercado interior y, como


consecuencia, aumentó el paro.

La actividad económica se reactivó entre 1961 y 1968 por el


crecimiento del consumo y un mayor intervencionismo de las
Administraciones demócratas de Kennedy y Johnson, que introdujeron
importantes medidas sociales para favorecer a los más desprotegidos.

A finales de los sesenta reapareció el paro, aumentó la inflación y creció


el déficit en la balanza de pagos. Europa occidental

b) Europa occidental

Europa occidental experimentó un notable desarrollo económico,


gracias a la ayuda norteamericana y a la aplicación de los principios
keynesianos de aumento de la producción y del consumo y del
intervencionismo estatal.
La República Federal de Alemania se convirtió en pocos años en la
primera potencia económica del continente. El llamado “milagro alemán” se
hizo realidad durante los mandatos de los cancilleres cristiano-demócratas3
Konrad Adenauer y Ludwig Erhard.

A la importante inversión norteamericana se añadió el tradicional


espíritu de trabajo y sacrificio de los alemanes, los acuerdos entre la patronal y
los trabajadores y la intervención del Estado en materias sociales, consagrada
por la Ley Fundamental de Bonn o Constitución de 1947.

En Francia, se impuso la nacionalización de empresas y la planificación


indicativa4 entre 1947 y 1972.

En el Reino Unido, los primeros gobiernos laboristas impulsaron el


sector estatal y una amplia política social, que se frenó bajo los mandatos
conservadores entre 1951 y 1964 y se reactivó con la vuelta de los laboristas
en 1964. El Reino Unido fue el país más inestable de Europa, desde el punto
de vista económico, y sus niveles de crecimiento resultaron inferiores a los
demás.

La causa se debió a la pérdida de sus colonias y la falta de renovación


tecnológica de sus empresas. En 1964 el primer ministro laborista, Harold
Wilson, se vio obligado a devaluar la libra esterlina.

c) Japón

El otro gran derrotado en la segunda guerra mundial conoció un


crecimiento económico espectacular desde 1950.

La explicación de este “milagro japonés”, se debió a la creación de


grandes grupos empresariales con apoyo norteamericano, a la profunda
renovación tecnológica, a la abundante mano de obra -bien cualificada y
disciplinada-; a la ausencia de gastos militares y al mantenimiento de una
moneda de baja cotización para favorecer las exportaciones.

Entre 1950 y 1966 tuvo el mayor índice de crecimiento mundial y su


PIB se multiplicó por 10.
Entre 1960 y 1970 duplicó la producción industrial.

Sociedad de consumo y Estado del bienestar: los años 60. La aparición


de la sociedad de consumo fue la principal consecuencia del crecimiento
económico en el mundo capitalista tras la segunda guerra mundial.

La estructura económica de estos países, con predominio de grandes


empresas, hizo posible que se elevaran los índices de productividad y
aumentase la necesidad de mano de obra.

Esto alivió el paro y permitió alzas salariales que posibilitaron un


incremento en el nivel de demanda de productos, que ni siquiera contuvo el
alza de precios.

El consumo se convirtió en el objetivo de todos, tanto de bienes


duraderos, como la vivienda, los automóviles o los electrodomésticos -gracias
a los créditos y a la venta a plazos- como de servicios y del ocio.

El Estado del bienestar aumentó los impuestos pero a cambio


redistribuyó mejor las rentas y asumió gastos sociales que antes dependían del
ahorro individual, con lo que buena parte del mismo se dedicó al consumo. El
elevado consumo provocó importantes transformaciones sociales.

Se consolidó una numerosa clase media, en la que la mujer se incorporó


al trabajo y los hijos tuvieron la opción de acceder a estudios superiores.
Aumentó el número de trabajadores en el sector servicios por la
terciarización5 de la economía.

Apareció una nueva elite social constituida por los directivos de las
empresas, los técnicos de alto nivel.

Y, con todo, surgió un nuevo tipo de vida y una mentalidad conformista


en la que primaba la búsqueda de la felicidad a través de un consumo cada vez
más sacralizado.

A mediados de los años sesenta surgió en las universidades europeas y


norteamericanas un movimiento de crítica contra el modelo de aparente
bienestar basado en el consumo.
En París la agitación estudiantil generó en 1968 una protesta de gran
envergadura, con manifestaciones y huelgas- contra la sociedad materialista y
conformista, conocida como el "mayo francés".

Esta actitud unida a las acciones de rebeldía contra la guerra de


Vietnam, el movimiento de los hippies o la aparición de nuevas tendencias en
los campos de la filosofía -H. Marcuse-, la música -los Beatles- la moda -la
minifalda- etc. pusieron en evidencia el rechazo a las fórmulas ce la sociedad
consumista y apuntó la idea de que el bienestar material no era sinónimo de
felicidad. 4. La crisis de 1973.

La pérdida de competitividad de las empresas norteamericanas en el


mundo, debido al acelerado desarrollo de la industria europea y japonesa,
había llevado a Estados Unidos a adquirir cada vez más productos baratos en
el exterior.

El déficit exterior norteamericano aumentó, por lo que, para hacer sus


productos más competitivos y favorecer las exportaciones, en 1971 el
presidente Nixon se vio obligado a devaluar el dólar y anular su
convertibilidad6 en oro.

Esto supuso un cambio en los tradicionales intercambios comerciales


basados en el dólar convertible. En 1973 corno consecuencia de la "guerra del
Yom Kippur”, los países árabes limitaron su producción de petróleo y
aumentaron sus precios en represalia por la ayuda occidental a Israel. Muchos
países, con economías basadas en los bajos precios del petróleo y sin otras
fuentes de energía alternativas, se vieron afectados.

Las áreas más perjudicadas fueron Europa occidental y Japón que


carecían casi por completo del “oro negro”. La coincidencia de la crisis
monetaria y la del petróleo provocó un retroceso generalizado en la economía
occidental.

Los efectos más inmediatos fueron la quiebra de numerosas empresas,


el aumento del paro, el crecimiento de la inflación, la aparición de nuevas
fórmulas corno la economía sumergida 7 y la sensación de fracaso del Estado
del bienestar. La economía occidental desde 1982.
Para buscar soluciones a la crisis se propusieron fórmulas basadas en el
modelo keynesiano que generaron una mayor inflación.

A principios de los años ochenta el neoliberalismo, modelo económico


propugnado por la Escuela de Chicago , fue aplicado por una nueva
generación de políticos, de ideología conservadora, como Ronald Reagan en
Estados Unidos.

Margaret Thatcher en el Reino Unido o Helmut Kohl en la República


Federal de Alemania.

Las principales propuestas del neoliberalismo fueron: • Aligerar el gasto


público por medio de la privatización de empresas y la reducción de gastos
sociales.

El descenso del gasto público se traduciría en una bajada de impuestos


que aumentaría la competitividad y rentabilidad de las empresas y la
capacidad de ahorro. • Reconvertir sectores no rentables, por la necesaria
adaptación empresarial a la revolución tecnológica que se estaba produciendo.

Ello supondría el cierre de empresas de tecnología anticuada y la


reducción de la mano de obra. • Contener salarios y liberalizar el empleo para
favorecer las inversiones empresariales y combatir el paro.

La aplicación del neoliberalismo -sobre todo en Estados Unidos y Reino


Unido- propició el crecimiento global de la actividad productiva, el alza del
consumo y el freno de la escalada inflacionista.

El principal efecto negativo fue el abandono de los gastos sociales, lo


que contribuyó a aumentar los índices de pobreza en los países más ricos.

Finalmente, no se produjo la esperada recuperación del empleo y las


tasas de paro elevadas o la economía sumergida comenzaron a convertirse en
fenómenos estructurales de las economías desarrolladas.
CONCLUSIÓN
Capitalismo Es una economía que mantienen las poderosas relaciones
que reduce a los trabajadores a ser menos autónomos a quien se les niega
el valory la dignidad de su trabajo que busca por encima de todo el
crecimiento de los mercados y de sus ganancias.

El capital es la propiedad que lo produce. Los mercados después de todo


brotan esporádicamente. Estas tendencias inexorables hacia una mayor
especialización y más complicadas formas decomercio, alimentación por
nuestro impulso universal de satisfacer nuestros deseos con el mínimo
esfuerzo y conducirán a un mercado, en que los trabajadores encontrarán que
es mejor cambiar su trabajo por un salario.

Estos incluirán por supuesto elementos como dirección y capital con


ganancias. El capitalismo permite a la gente poseer cualquier cosa que
produzca ganancia como el mercado libre y la competencia.

Los capitalistas buscan ganancias mientras que la competencia obtiene


menos ganancia. La competencia siempre tiene que rebajar los precios al
mínimo que el vendedor pueda obtener producción.

Mientras que los propietarios elevan el mercado libre en general en sus


propios negocios buscan limitar la competencia como puedan.

La gente busca satisfacer sus deseos con el mínimo esfuerzo, también


los empresarios buscan ganar el máximo del mínimo trabajo y riesgo.

Y el ingreso proviene del trabajo (como renta de la tierra o ingreso


de monopolio), Así los empresarios buscan capturar la renta donde quiera que
puedan.

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