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Taller de Lectura y Escritura en las Disciplinas

(TLED)

Módulo III

Natalia Bengochea
Susana Nothstein
Mónica García

Segundo semestre de 2023

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La monografía

La monografía es un género académico que demanda el trabajo con diversas fuentes bibliográficas y
el desarrollo de habilidades para exponer y argumentar por parte del estudiante. En este género, a
diferencia de los que hemos trabajado anteriormente, quien asume la palabra se posiciona frente a
un tema. Es decir, en el texto monográfico, se plantea una hipótesis que se pretende demostrar
respecto de una cuestión que nos preocupa o nos interesa analizar. Es por esta razón por la que la
monografía implica segmentos expositivo-explicativos, en los que se desarrollan las fuentes
consultadas, y segmentos argumentativos, en los cuales el enunciador implementa estrategias que
orienten al lector a llegar a la conclusión que se presente como válida.

Una monografía suele ser un instrumento de evaluación por medio del cual el estudiante no solo
deberá demostrar sus habilidades de lectura y escritura, sino que también tendrá que desarrollar su
mirada crítica y hacer aportes desde una posición personal respecto del tema y del corpus analizado.

Por lo general, un estudiante que inicia sus estudios superiores debe resolver monografías para
analizar un caso a partir de fuentes bibliográficas. Eso es lo que realizaremos, aunque de manera
acotada, como trabajo final del Taller de Lectura y Escritura en las Disciplinas.

Actividad 1

A continuación, le proponemos la lectura de un trabajo monográfico escrito en el marco del Taller


de Lectura y Escritura en las Disciplinas “Representación política, ¿una noción en crisis?”

Tras la lectura del texto completo, responda las siguientes preguntas:

1.1. ¿Cuántas partes presenta el texto? Enumérelas y explicite la función de cada una en relación con
el resto del texto.

Parte del texto Función

1.2. La introducción

Relea la introducción y responda:

a- ¿Cuál es el tema que se desarrolla en el texto? Enúncielo por medio de una breve
construcción.

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b- ¿Por qué es importante profundizar sobre este tema, según se enuncia en el texto? En otras
palabras, ¿cómo plantea la problematización del tema?

c- ¿Cuál es la cuestión que se intenta responder? ¿Se encuentra explícita en el texto?

d- En la introducción se encuentra alguna referencia al marco teórico que se empleará para el


análisis del caso. Identifique los párrafos en los que se presenta.

e- ¿Cuál es la hipótesis central que se intentará demostrar en el trabajo? Identifíquela en el


texto y reformúlela en una oración.

f- En este apartado del texto se incluyen otras funciones. Identifíquelas entre las que figuran a
continuación y márquelas en el texto.
 Desarrollo de los argumentos centrales
 Explicitación de los aspectos temáticos que se abordarán en el trabajo
 Esbozo de las conclusiones a las que se llegará
 Determinación de las partes/los momentos que tendrá el texto ( Partitio, según
Aristóteles).

g- En síntesis, ¿cuáles son las funciones de la introducción de un trabajo monográfico?


Enumérelas.

1.3. El desarrollo
a- ¿Qué apartados tiene el desarrollo? Complete el siguiente esquema de contenido con los
subtítulos correspondientes:

1- _______________________________________________________

2- _______________________________________________________

a-1. Al observar el esquema, responda: ¿con cuál/es de las funciones identificadas en la


introducción se vincula esta organización del desarrollo? Fundamente su respuesta.

b- Sintetice cada apartado del desarrollo en un argumento. Dicho de otro modo, formule un
enunciado que resuma la idea central de cada apartado, pensando en un lector que no haya
leído el trabajo.

c- En algunos casos, el/la autor/a trae a su texto voces ajenas. Seleccione al menos dos de ellas
y determine de qué manera las inserta y con qué intenciones en cada caso.

1.4. Las conclusiones

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a- Relea el primer párrafo de este apartado e indique qué aspectos de la introducción se
retoman. ¿Por qué cree que es así?

b- En el último párrafo de las “Conclusiones” se afirma:

En resumen, la película Irresistible se desarrolla en un contexto de crisis de


representación política: los habitantes de Deerlaken desconfían de sus representantes y utilizan
el sistema electoral para protestar y, fundamentalmente, satisfacer una necesidad común. Si
bien la película ficcionaliza una situación política de Estados Unidos, sería interesante analizar
hechos reales concretos para, en primer lugar, ampliar el panorama de las transformaciones que
han tenido, desde el siglo XX hasta el presente, los principios en los que se funda la
representación política. En segundo lugar, para discutir si estamos transitando una crisis de la
noción de representación o si esta noción requiere ser redefinida.

¿Cómo se relaciona este último párrafo con lo expresado en el primero del mismo
apartado? ¿Y con lo planteado en la introducción? Fundamente sus respuestas.

1.5. La bibliografía

a- ¿Cuál es el criterio que se emplea para citar la bibliografía utilizada en el trabajo?

b- Vuelva al texto y busque al menos tres citas. Identifique la referencia correspondiente en el


apartado “Bibliografía”.

TRABAJO FINAL

A partir de los textos leídos sobre representación política y del análisis de la película Las horas más
oscuras (2017), dirigida por Joe Wright y protagonizada por Gary Oldman, elabore un texto
monográfico que responda a alguna de las siguientes preguntas:

a. ¿Qué modelo/s de representante/s encarna Winston Churchill, según muestra la


película? Considere los diferentes tipos de representante y rasgos de la
representación.

b. ¿Qué tipo de representación predomina en la figura de Winston Churchill, según


presenta en la película?

c. ¿Winston Churchill actúa “responsablemente”? Analice desde la teoría.

d. Otra pregunta sugerida por el/la docente.

Para elaborar el texto solicitado, debería llevar a cabo diferentes tareas de planificación, escritura y
revisión textual. Le proponemos algunos ejercicios que contribuirán a realizarlas.

1. En relación con las tareas de planificación, resuelva las actividades que siguen.

1.1. Elabore el plan textual de su monografía.

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Tema: ________________________________________________

Importancia del tema: ______________________________________________________

_________________________________________________________________________

Cuestión: __________________________________________________________

Hipótesis central: ___________________________________________________________

__________________________________________________________________________

Marco teórico: _____________________________________________________________

__________________________________________________________________________

Aspectos temáticos: ________________________________________________________

_________________________________________________________________________

Argumentos:

1- _____________________________________________________________

2- _____________________________________________________________

Conclusiones: _____________________________________________________________

_________________________________________________________________________

Bibliografía: ______________________________________________________________

1.2. ¿Cuántos apartados debería tener este texto en función de los aspectos temáticos
seleccionados? ¿Qué subtítulo pondría a cada uno de esos parágrafos?

1.3. ¿En qué parte/s resultaría conveniente incorporar citas directas o mixtas? ¿Qué
trabajo supondrían su selección y su incorporación en el texto? ¿Qué recursos (conectores,
frases que vinculen el contenido de su texto con el de la cita) podría utilizar para conectar las
ideas?

1.4. ¿Qué otros conectores podría incluir en el texto y para qué?

2. En relación con las tareas de escritura, realice los siguientes ejercicios:

2.1. Sobre la base de los textos leídos en el corpus sobre representación política, construya el
marco teórico del trabajo. Para ello retome lo realizado en los trabajos prácticos anteriores.

2.2. Desarrolle los argumentos propuestos en el plan textual para comprobar la hipótesis. Para
ello, seleccione un recurso que permita justificar cada idea y escriba el argumento completo
en cada caso.

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2.3. Considere si es necesario incluir citas directas o mixtas de algunos de los textos leídos o
de la película. En este sentido, analice dónde podría incluirlas y con qué función: reforzar lo
dicho, ampliar, ejemplificar, etc.

2.4. Escriba la conclusión. Para ello,

a. elabore un párrafo por medio del cual retome los momentos prometidos en la introducción
e indique en qué medida se cumplió con lo que se había propue sto;
b. en otro párrafo, sintetice los argumentos desarrollados en cada uno de los aspectos
temáticos y su relación con la hipótesis central;
c. en un último párrafo, retome la cuestión y dé por comprobada la hipótesis, total o
parcialmente. En este último caso, haga proyecciones para futuras investigaciones.

3. Para la revisión del escrito, relea el texto elaborado y revíselo en función de las siguientes
preguntas:

¿El texto está organizado en una introducción, un desarrollo y una conclusión?

¿Se observa relación entre el título del trabajo y el tema?

En la introducción

¿Se exponen claramente el tema, su problematización y el propósito del trabajo?

¿Se hace referencia a la cuestión que intenta responder la monografía?

¿Está explícita y clara la hipótesis que se desea demostrar?

¿Se mencionan los autores y fuentes consultadas para el marco teórico?

¿Se mencionan los aspectos temáticos que se considerarán para el análisis de los textos?

¿Se desarrollan los conceptos en el marco teórico?

¿Es posible cumplir el objetivo propuesto para el trabajo o este resulta ambicioso en función de las
fuentes mencionadas y el género?

En el desarrollo

¿Se organiza la información en distintos apartados?

¿Se ha mantenido un criterio para la organización del desarrollo?

¿Se utilizan subtítulos? ¿Estos resultan adecuados?

¿Los aspectos temáticos y los argumentos se presentan jerarquizados según su importancia respecto
de la hipótesis?

¿Es clara la vinculación de los aspectos temáticos con las hipótesis que se enunció en la introducción?

¿Se emplean conectores y organizadores discursivos para relacionar los argumentos y los apartados?

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¿Son suficientes los argumentos que se presentan para justificar el punto de vista propio?

¿Los pasajes en los que el autor presenta su postura resultan convincentes?

¿Son claras las razones con las cuales intenta refutar la postura de otros autores?

En la conclusión

¿Se presenta un párrafo conclusivo para que el texto no termine abruptamente?

¿Se realizan comentarios sobre el recorrido efectuado en el trabajo?

¿Se sintetizan las distintas posturas consideradas? ¿Se vinculan entre sí?

¿Se retoma eventualmente alguno de los aspectos tratados en la introducción?

¿Se reformula la hipótesis?

¿Se cumple el objetivo propuesto en la introducción?

La construcción del enunciador

La monografía es un género académico que oscila entre los dos polos: expositivo/explicativo y
argumentativo.

¿Se construye un enunciador expositivo en el marco teórico, es decir, un enunciador que presente
la opinión de los autores considerados y delega la responsabilidad enunciativa?

¿Se construye un enunciador argumentativo en el desarrollo de la hipótesis, los argumentos y las


conclusiones?

¿Se articulan adecuadamente los fragmentos expositivos con los argumentativos?

Respecto a las citas

¿Las citas seleccionadas resultan pertinentes?

¿Aparecen “recortadas” o se realiza algún trabajo con ellas?

¿Se presentan las referencias bibliográficas completas de todas las fuentes citadas?

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Taller de Lectura y Escritura en las Disciplinas
(TLED)

Anexo
Módulo III

Natalia Bengochea
Susana Nothstein

Primer semestre de 2023

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1. Lea el siguiente fragmento del capítulo “Representación” del libro Elementos de teoría política,
escrito por Giovanni Sartori. Luego de leerlo resuelva las actividades propuestas:

Representación

Etimológicamente hablando, representar quiere decir presentar de nuevo y, por extensión,


hacer presente algo o a alguien que no está presente. A partir de aquí la teoría de la
representación se desarrolla en tres direcciones opuestas, según si se asocia: a) con la idea de
mandato o de delegación; b) con la idea de representatividad, es decir, de semejanza o similitud;
c) con la idea de responsabilidad.
El primer significado se deriva del derecho privado y caracteriza a la doctrina más estrictamente
jurídica de la representación; mientras que el segundo significado se deriva de un enfoque
sociológico según el cual la representación es esencialmente un hecho existencial de semejanza,
que trasciende toda “elección” voluntaria y por consiguiente a la propia conciencia. En el
significado jurídico hablamos con frecuencia del representante como de un “delegado” o de un
mandatario que sigue instrucciones. En el significado sociológico, por el contrario, decimos que
alguien es “representativo de” para decir que este personifica algunas características esenciales
del grupo, de la clase o de la profesión de la cual proviene o pertenece. En cuanto al tercer
significado —que nos lleva a entender el gobierno representativo como un “gobierno
responsable” —constituirá el objeto principal de nuestro análisis.
Aunque en este nivel estamos interesados solo en la representación política, esta permanece
siempre vinculada a la representación sociológica (o existencial), por un lado, y a la
representación jurídica, por otro. El vínculo entre representación política y representación
sociológica es particularmente evidente cuando hablamos de sobre-representación o de infra-
representación. Por ejemplo, no tendría mucho sentido denunciar el hecho de que los
trabajadores con frecuencia están infra-representados si no se atribuye importancia a la
representatividad (es decir, al criterio de la semejanza). No obstante, la distinción entre
representación política y representación existencial debe mantenerse firmemente. De otro
modo, cualquier sistema político podría reivindicar el ser representativo desde el momento en
que un grupo dirigente es siempre “representativo de” secciones o estratos de la sociedad.
El vínculo entre representación política y representación jurídica es parti cularmente evidente en
la doctrina europea —alemana, francesa e italiana—, que es casi unánime al afirmar que la
representación política no es una verdadera representación; y ello precisamente porque dicha
doctrina adopta la unidad de medida de la representación privada. En efecto, si no se postula
una heterogeneidad entre representación política y representación jurídica-privada, es casi
inevitable llegar a la conclusión de que ningún sistema político tiene derecho para declararse
como un auténtico sistema representativo. Por otro lado, la distinción entre representación
política y jurídica no puede traducirse en una ausencia de relación recíproca, aunque solo sea
porque la representación política está formalizada jurídicamente en las estructuras
institucionales de la democracia y constituye una parte integrante del constitucionalismo. […]

Responsabilidad y representatividad. Comencemos por la representatividad. En relación con


esta, la tesis es que nos sentimos representados por quien “pertenece” a nuestra misma matriz
de “extracción” porque presumimos que aquella persona nos “personifica”. Y el problema de la
representación se plantea —desde esta perspectiva— así: encontrar una persona que nos
sustituya personificándonos (etimológicamente que posea su máscara). Ahora bien, es cierto
que la representación ha nacido, históricamente, precisamente del seno de una pertenencia. Los

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miembros de las corporaciones medievales se sentían representados no porque eligiesen a sus
mandatarios, sino porque mandatarios y mandados “se pertenecían”. Como ha señalado con
precisión Gosnell, el latín impersonare se usaba en las corporaciones en el sentido en el que
nosotros decimos representar. “Es decir, poseer las características de alguien o de algo ha sido
siempre, parece, una connotación de la palabra representación”. Y cuando se vuelve hoy a
requerir una representación ordenada y expresada según criterios profesionales o de intereses,
el fundamento de esta instancia está ciertamente en el principio de pertenencia. Por lo tanto, es
totalmente verosímil que una persona se sienta mejor representada cuando el representante es
un alter ego, alguien “como él”, alguien que actúa como él actuaría porque es (existencial o
profesionalmente) igual a él. El hecho es que se puede muy bien plantear la hipótesis de un
parlamento que sea un perfecto espejo de similitudes de extracción y que, sin embargo, no
reciba de hecho las demandas de la sociedad que refleja. Y esto se explica porque el responder
responsablemente tiene —al menos en política— prioridad sobre la semejanza.
No obstante la tesis del “parlamento espejo” puede replantearse manteniendo que si la
representatividad no es, por sí misma, una condición suficiente, sigue siendo una condición
necesaria. La dificultad estriba en que mientras que una sintonía se instituye fácilmente en una
relación unívoca, de uno-a-uno, esto no sucede en una relación de muchos-con-uno (sobre todo
cuando los muchos son, en concreto, decenas sino centenas de miles). En el ámbito de la
representación política llegamos, por tanto, a un dilema: sacrificar la responsabilidad a la
representatividad, o bien sacrificar la representatividad a la responsabilidad. Pero esta
conclusión requiere un análisis más lento de la noción de la responsabilidad.
La idea de responsabilidad tiene dos caras: a) la responsabilidad personal hacia alguien, es decir,
la obligación del representante de “responder” al titular de la relación; b) la responsabilidad
funcional, o técnica, de alcanzar un nivel adecuado de prestación en términos de capacidad y
eficiencia. La primera es una responsabilidad dependiente; la segunda es una responsabilidad
independiente. En el primer sentido el representante hace las veces de otro; en el segundo
sentido se pretende del representante una “conducta responsable”, lo que equivale a decir que
su comportamiento se confía, en último término, a la propia conciencia y competencia.
Traduciendo esta distinción en términos políticos de ello se desprende que la expresión
“gobierno responsable” acumula dos expectativas distintas: a) que un gobierno sea receptivo, o
sensible (responsive), debiendo responder por lo que hace; b) que un gobierno se comporte
responsablemente actuando con eficiencia y competencia. Podemos llamar al primero gobierno
receptivo, y al segundo gobierno eficiente. La diferencia no es pequeña.
En nuestros asuntos privados inclinarse por la responsabilidad personal o bien por la
responsabilidad funcional no cambia mucho las cosas puesto que en todo caso el representante
tiene una sola tarea: perseguir el interés exclusivo del dominus de la relación, es decir, del
representado, sea cual fuere la suerte de los demás intereses. Pero cuando llegamos a la
representación política adquiere preeminencia otra tarea: perseguir el interés del todo, sea cual
fuere la suerte de los intereses particulares. Precisamente por esto la distinción entre la
responsabilidad dependiente y la responsabilidad independiente se convierte, en política, en una
distinción crucial, en orden a la cual cambia muchísimo que un sistema representativo se base
en una u otro cosa. Es sobre la base del propio margen de independencia, es decir, de
responsabilidad funcional, por lo que un gobierno tiene derecho a subordinar los intereses
sectoriales en la búsqueda de los intereses colectivos. Por el contrario, en el momento en que la
responsabilidad funcional cede el paso a la responsabilidad dependiente, es asimismo probable
que el interés general se sacrifique a los intereses parciales, con frecuencia contingentes,
contradictorios, e incluso “malentendidos”.

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No es paradójico afirmar, por lo tanto, que un gobierno responsable puede ser también un
gobierno altamente irresponsable. Cuanto más receptivo se convierta un gobierno, tanto menos
se encuentra en condiciones de actuar responsablemente. Por la tanto, se llega a un punto en el
cual la elección entre representatividad-sensibilidad, por un lado, y responsabilidad-eficiencia,
por otro, no puede eludirse. No podemos pretender que un gobierno ceda y al mismo tiempo
resista a las demandas de los gobernados. Para decirlo mejor, no podemos conseguir
simultáneamente más receptividad y más responsabilidad independiente.

Tipos de sistemas representativos


De todo lo anterior se desprende que los sistemas representativos pertenecen “grosso modo” a
dos tipos distintos, cuyos orígenes se sitúan, respectivamente, en Inglaterra y en Francia. El tipo
inglés de sistema representativo está basado en un método electoral uninominal que atribuye
un limitado margen de elección al elector y favorece un sistema bipartidista; mientras que el tipo
francés está basado sobre un método electoral proporcional que permite al elector un amplio
margen de elección y facilita los sistemas multipartidistas. El tipo inglés sacrifica la
representatividad del parlamento a la exigencia de un gobierno eficiente, mientras que el tipo
francés sacrifica la eficiencia del gobierno a la representatividad del parlamento.
Si el vocabulario de la política se pusiese al día, el tipo inglés de sistema representativo debería
llamarse sistema de gabinetes, y el término sistema parlamentario correspondería al tipo
francés. Sea cual fuere la terminología, en el gobierno representativo coexisten dos almas, dos
exigencias: gobernar y representar. El sistema inglés (y americano) maximiza el requisito de
gobernar, mientras que el sistema de tipo francés maximiza la instancia de un parlamento que
refleje.
Más concretamente, en los países con circunscripciones uninominales se vota para crear un
gobierno estable y responsable, y solo de modo subordinado un parlamento representativo. En
los países con un sistema proporcional se vota para crear un parlamento representativo, y s olo
de modo subordinado un gobierno. De este modo, puesto que las elecciones proporcionales
tienden a producir en el parlamento mayorías “libres” (no mayorías “impuestas”) resultarán
gobiernos no solo cambiables, sino también con una responsabilidad poco potenciada. Podría
decirse que en los sistemas mayoritarios la representación es menos fiel, pero llega más arriba,
hasta el gobierno; mientras que en los sistemas proporcionales la representación es más fiel,
pero tiene una proyección más corta, llega solo hasta la asamblea. Por lo tanto, de este modo se
pone en evidencia aquella representación que es “representatividad”, dejando por el contrario
en la sombra la representación que es “responsabilidad”. El discurso, pues, debe proseguir así:
en los sistemas mayoritarios los escaños no corresponden a los votos. pero la imperfección en la
representatividad está compensada por todo lo que se gana en claridad e inmediatez de
responsabilidad: durante toda la legislatura la responsabilidad es del partido de gobierno. Por el
contrario, en los sistemas proporcionales a tantos votos les corresponden, “grosso modo”, otros
tantos escaños en el parlamento, pero la división de la asamblea acaba por atenuar, si no por
hacer totalmente anónima, la responsabilidad de gobierno, o mejor dicho, de los gobiernos. Los
gobiernos cambian, las coaliciones gubernativas son distintas; y la cortina de humo producida
por la alquimia parlamentaria hace difícil la identificación de la responsabilidad. […]
En conclusión, un sistema representativo no puede existir sin elecciones periódicas capaces de
hacer responsables a los gobernantes frente a los gobernados. Sin embargo, de este modo se
institucionaliza únicamente la receptividad, es decir, una responsabilidad dependiente. Y esta
responsabilidad dependiente no debe ser tomada demasiado al pie de la letra; ésta postula
únicamente una “capacidad de respuesta”, una sensibilidad receptiva, provista de dispositivos

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de salvaguardia. Por lo tanto, un sistema político se califica como representativo en el momento
en que unas prácticas electorales honestas aseguren un grado razonable de respuesta de los
gobernantes frente a los gobernados. Esto no implica necesariamente la universalidad del
sufragio, pero postula que ningún sistema representativo puede estar basado únicamente sobre
la “representación virtual”. Por el contrario, un sistema político no se califica como
representativo si un solo jefe (sea monarca o dictador) reivindica en exclusiva la representación
de la totalidad. Si la función representativa no se confía a un cuerpo colectivo que sea bastante
numeroso para -y libre de- expresar diversidad de puntos de vista y de intereses, podemos
siempre decir que aquel sistema político está guiado por un jefe representativo, pero no es lícito
calificarlo como sistema de representación política.

Sartori, Giovanni (1992). Elementos de teoría política. Madrid: Alianza Editorial.

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2. Guía para analizar la película Las horas más oscuras (2017), dirigida por Joe Wright y
protagonizada por Gary Oldman:
2.1. Redacte un resumen de la trama de la película, haciendo foco la figura de Churchill como
representante político y su accionar.
2.2. Responda las siguientes preguntas para hacer una puesta en común y discutir en la clase:
a) Caracterice al representante, según propone Cotta. Para ello, considere los rasgos que todo
representante debe tener. En función de estos conceptos, analice la figura de Churchill.
Justifique los rasgos que encuentra en el primer ministro a partir de escenas o actitudes que
se muestran en la película.
b) Revise los estilos de representación que desarrolla Pasquino. ¿Cuál o cuáles identifica en
Churchill? Justifique su respuesta con escenas de la película.
c) La película muestra las presiones que sufre Churchill de parte del partido y de la oposición
respecto de la posición de Reino Unido debe tomar en la guerra. Explique la postura que
defiende Churchill y la que sostienen los demás.
d) ¿Cómo relaciona la posición de Churchill y la idea del bien común o interés colectivo que
persigue un representante?
e) ¿Se puede vincular la respuesta anterior con la idea de responsabilidad funcional de Sartori?
Justifique.
f) A partir de la hora y media de película se desarrolla una escena clave en la película: Churchill
viaja en subte y habla con ciudadanos. ¿Cómo puede explicarse esta escena a la luz de la
teoría? ¿Con qué nociones de los autores puede vincularse?
g) ¿Se puede decir que Churchill es receptivo y responsable a la vez o uno de estos rasgos
predomina? Justifique su respuesta.
h) ¿Cómo logra finalmente el apoyo de todos?
i) Seleccione tres escenas de la película en las que se pueda vincular lo que sucede con una
noción teórica propuesta por Cotta, Pasquino y Sartori. Complete el cuadro:

Síntesis de la escena Autor y concepto teórico Justificación de la relación


con el que se vincula entre escena y teoría

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3. Monografía para análisis

Representación política, ¿una noción en crisis?


Introducción
A lo largo del tiempo, los partidos políticos han financiado sus campañas electorales a través del
capital obtenido sobre la base de promesas. Este hecho trae aparejada una distorsión al momento
de satisfacer las necesidades de los representados debido a que la preocupación de los partidos se
ha centrado en convencer a la gente con promesas efímeras de votar a un representante particular;
promesas que, raramente, se traducen en situaciones y/o acciones concretas que resuelvan las
demandas de los votantes. Esto indica una crisis de la noción de representación política. Para
constatar lo anteriormente mencionado, es necesario evaluar cuáles son los factores que llevan a
dicha crisis.
El propósito de este trabajo, entonces, es analizar los elementos que indican una crisis de
representación política o una reformulación de la noción. Para cumplir con tal objetivo,
consideraremos los conceptos de representación política desarrollados en diccionarios
especializados: por un lado, la entrada de diccionario del profesor italiano de Ciencias Políticas
Maurizio Cotta y, por otro, la del politólogo y profesor español Juan Carlos Monedero. Tomando en
cuenta estas nociones, analizaremos algunas escenas de película Irresistible, de Jon Stewart, que
ilustran factores que manifiestan una crisis en la representación tal como esta noción es concebida
en las ciencias políticas. En Irresistible, los residentes de Deerlaken, agotados de recibir falsas
promesas por parte de los partidos que se hacían presentes solamente cada cuatro años, decidieron
unirse, utilizar el sistema y engañar a quienes decían velar por sus intereses.
El desarrollo, a través del que se propone fundamentar la hipótesis, está organizado a partir de dos
ejes temáticos: el nulo interés de las necesidades de los ciudadanos por parte de sus representantes
y el voto electoral como una herramienta de protesta.

La importancia de los intereses de los ciudadanos

Para poder comprender la implicancia que tienen los intereses ciudadanos para quienes los
representan, es primordial, en primer lugar, tener en cuenta el significado de la representación
política.
En su entrada del Diccionario de Política de Bobbio, Matteucci y Pasquino (1981), Maurizio Cotta
afirma que la representación política se encuentra en la posibilidad de controlar el poder político
atribuido a quien no puede ejercer dicho poder en persona. Con tal objetivo, los habitantes de un
territorio eligen a un representante, quien será el encargado de cumplir esa función de “apoderado”;
la elección es el mecanismo que regula ese control. Del mismo modo, en el Diccionario de Política
Crítico de Ciencias Sociales (2009), Juan Carlos Monedero expone que la representación es una
relación social, en la cual existe un dominante, el representante, que actúa en nombre de un
dominado, el representado. Agrega que este último tiene la posibilidad de controlar al primero a
través de elecciones que periódicamente se llevan a cabo.
En tal sentido, ambos especialistas concuerdan en que el representante/dominante debe velar por
los intereses del representado/dominado. De no ser así, los representados ya no confiarán en sus
representantes, situación que desencadena una crisis de representación que se manifiesta de modos
diversos, que van desde acciones concretas hasta la apatía por la política.

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En Irresistible, los políticos van a Deerlaken, según los habitantes, cada cuatro años, ya que se trata
de un estado pendular en el que buscan obtener triunfos que repercutan en estados que les son
adversos. De este modo, deseosos de poder, se postulan y promueven una serie de ideas que no son
más que promesas vacías para la gente del pueblo y que no velan por los intereses de los residentes.
El pueblo continúa teniendo los mismos problemas año tras año, dado que la situación se reitera
cíclicamente.
Esta circunstancia de desinterés por parte de quienes están al frente, políticamente hablando, lleva
a uno de los personajes, Diana, a idear un plan junto al pueblo. Este consistía en grabar un video en
el que Jack, padre de Diana, daba un discurso en disconformidad con las medidas contra los
inmigrantes ilegales del lugar impuestas por el alcalde. Este video debería ser visto por Gary, un
asesor político demócrata desesperado por los resultados adversos a su partido en las elecciones
presidenciales de 2016. Gary, al conocer el video, ve en Jack la posibilidad de tener un representante
de su partido en el estado péndulo de Deerlaken, hecho que –considera– favorecería a los
demócratas en las futuras elecciones presidenciales. Viaja al lugar y, luego de varias tratativas con
Jack y su hija Diana, logra que este acepte la postulación a alcalde. La carrera de Jack avanza y Gary
lo lleva a Nueva York para reclutar fondos que le permitan contar con recursos similares a los de su
contrincante: el alcade de Deerlaken de ese momento. Ambos candidatos parecían estar muy
parejos, pero el día de las elecciones solo se emiten dos votos, uno para cada candidato. Frente a la
sorpresa de Gary, Diana revela que todo había sido un montaje para obtener dinero que se había
desviado de la campaña electoral y utilizado para dar solución a problemas financieros diversos que
el pueblo tenía. Justifica la acción en el modo como los políticos no responden a los intereses y a las
necesidades de sus representantes.
En efecto, la escena ilustra una actitud por parte de los representantes que lejos está de velar por
los intereses de los representados. Estos advierten que la periodicidad en las elecciones no es
suficiente para ejercer el control sobre los políticos y, en consecuencia, elaboran una acción paralela,
alejada de la concepción de representación expuesta, del “aparato institucional”, en palabras de
Monedero. Ya sea que la representación se conciba más próxima a un vínculo jurídico, como la
plantea Cotta, o a una relación social, como lo hace Monedero, es evidente que existe una crisis de
representación cuando los actores involucrados incumplen los vínculos en lo que tal relación se
fundamenta.

El voto electoral: una herramienta clave

Históricamente, la representación política ha surgido de una crisis de las formas de gobierno


absolutistas que dieron lugar a sistemas democráticos y constitucionales. En ellos, los ciudadanos
eligen a sus representantes mediante elecciones periódicas que se pautan según la constitución y las
normas electorales de cada estado.
Es por este motivo que el voto electoral tiene una función sustancial al momento de decidir quién
será el próximo representante de los residentes de un espacio geográfico. En este sentido, Monedero
señala que las elecciones de un representante no son tomadas a la ligera por los ciudadanos, sino
que ellos son quienes eligen a la persona sobre la cual depositarán toda su confianza, para así ser
representados como unidad. Por su parte, Cotta afirma que el voto es el mecanismo que le pe rmite
al representado ejercer el control sobre el representante.
Ahora bien, en la película, son dos los postulados para alcalde: Jack, asesorado por Gary, representa
a los demócratas; Braun, alcalde en ese momento, representa a los republicanos, y cuenta con el
asesoramiento de Faith –quien ve amenazado el poder del partido. Sin embargo, ningún ciudadano

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de Deerlaken, salvo dos, emite su voto. El objetivo de este proceder es, en esencia, demostrar una
falta de confianza hacia los representantes, y tomar el control sobre el sistema de gobierno y,
fundamentalmente, de administración de recursos económicos. Esta situación sorprende
sobremanera a los asesores políticos, quienes ven desvanecerse su ambición por obtener el poder
máximo de control sobre el pueblo de Deerlaken.
Esta escena, de la que podrían buscarse correlatos en situaciones reales, pone en evidencia que el
voto, en lugar de un mecanismo de control, constituye un mecanismo de protesta. En consecuencia,
los ciudadanos no delegan la confianza en sus potenciales representantes, sino que la retiran; en
rigor, expresan un descontento hacia a los representantes que no les permite depositar la confianza
en ellos.

Conclusión

La representación política es, indudablemente y como lo señalan los teóricos considerados en este
trabajo, uno de los elementos clave de la historia política moderna. Se trata de una cuestión tan
delicada por el hecho de que es la esencia de un sistema democrático que, en caso de alterarse,
desata en una crisis más o menos profunda.
Tomando en cuenta lo que plantean los profesores Juan Carlos Monedero y Maurizio Cotta, es
posible afirmar que la representación política es amenazada desde el preciso momento en el que los
ciudadanos pierden toda confianza consignada a un representante. El objetivo principal de los
representantes debe ser exclusivamente la satisfacción de los intereses ciudadanos; en este sentido,
al no velar por sus intereses, los representantes pierden credibilidad. Esta situación se puede ver
claramente en la película Irresistible, donde el pueblo de Deerlaken pone en marcha un plan para
poder, así, resolver un conflicto que, a pesar de la significancia que tenía para el pueblo, no
preocupaba a los representantes.
Por su parte, el voto electoral toma un papel vital en tanto mecanismo de los representados. Puede
convertirse en un elemento de protesta, es decir, se altera su función cuando los beneficiados del
sistema son los representantes/dominantes en detrimento de los intereses de los
representados/dominados.
En resumen, la película Irresistible se desarrolla en un contexto de crisis de representación política:
los habitantes de Deerlaken desconfían de sus representantes y utilizan el sistema electoral para
protestar y, fundamentalmente, satisfacer una necesidad común. Si bien la película ficcionaliza una
situación política de Estados Unidos, sería interesante analizar hechos reales concretos para, en
primer lugar, ampliar el panorama de las transformaciones que han tenido, desde el siglo XX hasta
el presente, los principios en los que se funda la representación política. En segundo lugar, se puede
discutir si estamos transitando una crisis de la noción de representación o si esta noción requiere ser
redefinida.
Bibliografía

Cotta Maurizio (1981). "Representación política”, en N. Bobbio; N. Matteucci y G. Pasquino.


Diccionario de Política. México D.F.: Siglo XXI, 2008.
Monedero, Juan Carlos (2009). "Representación política", en R. Reyes (dir.): Diccionario Crítico de
Ciencias Sociales. Terminología Científico-Social. Madrid-México: Ed. Plaza y Valdés. Disponible en
https://webs.ucm.es/info/eurotheo/diccionario/R/representacion_politica.htm. (Fragmento)
Stewart, Jon (director), (2020). Irresistible [Película]. Plan B Entertainment, Busboy Productions.

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