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Definitorio Extraordinario OCD

Lisieux, 28 de agosto-2 de septiembre de 2023

Colaboración entre Provincias


Religiosos al servicio de otra circunscripción

Reflexiones y propuestas

“Nuestra Orden está integrada por Provincias —es decir, partes las más inmediatas de la
Orden— debidamente erigidas, con un número de casas suficiente para promover de forma adecuada
nuestra vida, bajo la autoridad de un mismo Superior mayor, y también para hacerla presente en
algún territorio, con la convivencia comunitaria, el régimen y las pertinentes iniciativas apostólicas”.
(Constituciones 144).

La autonomía jurídica y vital de las Provincias se ha mantenido a lo largo de los siglos. Al


mismo tiempo, siempre ha habido diferentes formas de colaboración entre ellas, especialmente para
proyectos misioneros en los que a menudo han participado religiosos de más de una Provincia. En
casos de particular necesidad, además, las Provincias han pedido y recibido la ayuda de otras
provincias con religiosos que han pasado al servicio de ellas.
Esta práctica, sin embargo, cambió considerablemente alrededor de la década de 1990. El
declive numérico y el debilitamiento de las antiguas Provincias, especialmente en Europa, junto con
el rápido crecimiento de las circunscripciones jóvenes en la India y otras regiones, han favorecido la
creciente presencia de religiosos de una circunscripción en el territorio de otra.
Frente a este nuevo fenómeno, la Orden ha tratado recientemente de regularizar las diversas
situaciones creadas. Así, en 2004, el Definitorio recordó el principio de territorialidad, aunque aceptó
la posibilidad de fundar una casa en el territorio de otra, con ciertas condiciones y sobre todo con el
permiso de la Provincia local y del Definitorio.
Más tarde, en 2012, el Definitorio dio indicaciones sobre la cesión temporal de una casa de
una Provincia a otra Provincia y, al mismo tiempo, recordó las normas previstas para el paso de
religiosos de una Provincia al servicio de otra.
En 2017 se retomó el tema, que fue objeto de un diálogo profundo en el Definitorio
extraordinario de Ariccia. Posteriormente, el Definitorio general tomó decisiones para evitar la
presencia de religiosos solos al servicio de las diócesis en el territorio de otra Provincia y para
regularizar la presencia de comunidades de una Provincia en el territorio de otra.
En 2020, analizando la situación, se vio que había más de 200 religiosos fuera del territorio
de su propia Provincia, en diferentes situaciones: además de los que estaban regularmente al servicio
de otra circunscripción, había alrededor de 50 religiosos en 15 casas confiadas a otras Provincias, y
más de 120 religiosos en el territorio de otra Provincia, de los cuales alrededor de 80 en 18
comunidades más o menos estables (pero a menudo sin los permisos necesarios) bajo la jurisdicción
de la Provincia de origen, y alrededor de otros 40 religiosos solos al servicio de algunas diócesis
(más de la mitad en Alemania y unos cuantos en los Estados Unidos).
Después de un período de diálogo y discernimiento con las Provincias interesadas, el
Definitorio general continuó el proceso para adecuar la situación a los principios y la legislación de
la Orden. Se decidió que las casas confiadas a otra circunscripción deberían volver a la jurisdicción
de la Provincia local y que los religiosos presentes en ellas deberían pasar al servicio de la Provincia
local. Con respecto a las casas iniciadas por una Provincia en el territorio de otra, se abrió un diálogo
para encontrar un camino a seguir: insertándolas en la Provincia local o suprimiéndolas.
Tres años después, podemos acoger con satisfacción los pasos que se han dado hacia la
regularización, aunque todavía no son suficientes. Las casas confiadas a otras Provincias han vuelto
a la jurisdicción de las Provincias locales. A los religiosos solos al servicio de las diócesis no se les
permitió renovar sus contratos (al menos veinte de ellos abandonaron la Orden). Para algunas casas
en Provincias extranjeras que tenían una consistencia comunitaria y se habían iniciado con los
permisos requeridos, se otorgó una prórroga de 6 años (hasta 2026) para encontrar una solución
adecuada; las otras casas, sin embargo, se decidió que tenían que cerrar en diciembre de 2022.
Por otro lado, se mantuvo la posibilidad de los convenios entre Provincias, adaptándolos
mejor a las normas de la Orden. De esta manera, se han elaborado y aprobado quince convenios entre
Italia Central y Manjummel, Karnataka Goa y Andhra Pradesh, entre Lombardía y Kerala del Sur,
entre la Provincia Ibérica y Manjummel y Tamil Nadu, entre Sicilia y Madagascar, entre Portugal y
Malabar, entre Navarra y Colombia, entre la Provincia Anglo-Irlandesa y Filipinas, entre la Provincia
Ibérica y Aviñón-Aquitania (para Senegal), etc. Casi todos ellos están vigentes hasta diciembre de
2023 o junio de 2024.
La mayoría de los convenios actuales tienen dos debilidades, que deben discernirse
seriamente:
- Por un lado, algunos de ellos todavía se refieren a conventos concretos, y en la práctica se
ha mantenido la tendencia a crear comunidades de religiosos de una sola Provincia
extranjera;
- Por otra parte, los convenios suelen prever una compensación económica a la Provincia
de origen, directamente vinculada al número de religiosos a servicio, hasta el punto de
crear la impresión de que se trata de una especie de salario de trabajo.

Dada la situación actual y teniendo en cuenta los principios que regulan la vida de la Orden,
el Definitorio general considera necesario abordar la colaboración entre las Provincias de una manera
diferente. La forma más clara y sencilla sería sin duda disociar la ayuda a las Provincias que necesitan
religiosos de la ayuda a las Provincias que tienen necesidades económicas.
Por lo tanto, proponemos algunos criterios fundamentales y un modelo de colaboración en el
que se hace un acuerdo para cada religioso que pasa al servicio de otra Provincia, siguiendo las
indicaciones previstas por las Normas Aplicativas 135-137.
En cambio, se debe encontrar otro camino para ayudar a las Provincias que necesitan ayuda
económica, fomentando y coordinando la generosidad y la solidaridad entre las Provincias de la
Orden (Constituciones 32: “Las Provincias y las casas fomenten entre sí la comunicación de los
bienes temporales y contribuyan con generosidad al socorro de las necesidades de la Iglesia y de los
pobres”; Normas Aplicativas 254: “El Definitorio socorra con los bienes de la Orden, en la medida
de sus posibilidades y según los casos, las necesidades de aquellas Provincias que padecen penuria
o acometen empresas que requieren ayuda especial. Procure también que una parte de los réditos se
destine a las Misiones.”).
CONVENIO DE COLABORACIÓN
ENTRE PROVINCIAS DE LA ORDEN DE LOS CARMELITAS DESCALZOS

Principios que deben tenerse en cuenta


cuando los religiosos pasan al servicio de otra Provincia

1. Toda colaboración entre Provincias debe basarse en el sentido de comunión en nuestra Orden y
conducir a una misión común (cf. Constituciones 81). Los principios fundamentales de nuestra
identidad carmelitana deben permanecer en el centro, en particular la vida comunitaria y la
vinculación de cada uno de los frailes a una conventualidad y a un superior mayor.
2. El paso de un religioso al servicio de otra Provincia sigue las reglas establecidas en los números
135-137 de las Normas Aplicativas. Necesita el consentimiento de los dos Provinciales y la
aprobación previa del Superior General.
3. Los religiosos que salen de su propia Provincia para pasar al servicio de otra lo hacen con espíritu
misionero y evangelizador y al mismo tiempo de pertenencia a la Orden.
4. En un territorio determinado solo hay una presencia de la Orden, unitaria, coordinada, coherente,
con un proyecto aprobado por el capítulo provincial y aplicado por el gobierno provincial.
5. Ninguna casa de una Provincia puede ser confiada jurídicamente a otra Provincia. Incluso en el
caso excepcional de que todos los miembros de una comunidad fueran de otra Provincia, la casa
en todos sus aspectos pertenece a la Provincia local.
6. El Superior Mayor es el Provincial del territorio. Los miembros de otras Provincias son
considerados miembros al servicio de la Provincia receptora, y llevarán a cabo su vida y
actividades como cualquier otro miembro de la Provincia.
7. El religioso al servicio de otra Provincia debe insertarse plenamente en el contexto de la Provincia
que lo acoge.
8. El paso de un religioso al servicio de otra Provincia no está vinculado a una comunidad específica.
La conventualidad le es dada por el Provincial que lo acoge.
9. Para todo lo que concierne a la economía, el religioso al servicio de otra Provincia sigue las
mismas normas de la comunidad en la que es conventual y de la Provincia que lo acoge.
10. La permanencia de los frailes al servicio de otra Provincia normalmente no será inferior a tres
años ni superior a nueve años.
11. Un religioso a servicio de otra Provincia no puede ser reclamado por su Provincial mientras dure
el tiempo establecido en el acuerdo.
12. Sólo por razones serias, cuando sea necesario, los frailes al servicio de otra Provincia pueden
anticipar su regreso a su propia Provincia con el consentimiento de ambos Provinciales.
CONVENIO DE COLABORACIÓN
ENTRE PROVINCIAS DE LA ORDEN DE LOS CARMELITAS DESCALZOS

Paso del religioso N. N., de la Provincia B


al servicio de la provincia A

1. La Provincia A y la Provincia B de los Carmelitas Descalzos promueven este acuerdo de


colaboración orientado al trabajo común para la consolidación del Carmelo en los territorios de
la Provincia A.
2. La Provincia A es consciente de la tarea que se le ha confiado, como a todas las Provincias de la
Orden, de promover la vida y la expansión del Carmelo en los territorios donde está llamada a
trabajar. Al mismo tiempo, al no poder contar solo con sus propias fuerzas, acoge con gratitud la
contribución de otras Provincias, que pueden compartir el mismo objetivo con ella, en particular
la Provincia B. Esta colaboración no está destinada solo a las obras pastorales, sino ante todo a
la vida y al testimonio carmelitano.
3. Por medio de este acuerdo, el religioso N.N., de la Provincia B, pasa al servicio de la Provincia
A, por un período que comienza después de obtener la aprobación del Superior General y termina
el //.
4. Para una posible renovación, se redactará un nuevo acuerdo. La permanencia del religioso al
servicio de la Provincia A no será normalmente inferior a tres años ni superior a nueve años.
5. El religioso permanece incardinado en su Provincia madre, pero será considerado miembro al
servicio de la Provincia A con todos los derechos y deberes previstos por nuestras Normas
Aplicativas 135-137.
6. De acuerdo con estas Normas, el religioso a servicio gozará de la voz pasiva y activa en la
Provincia A. Por lo tanto, puede ser elegido para cualquier cargo, con el consentimiento de su
Provincial de origen (NA 135b).
7. Por otro lado, el religioso tendrá voz pasiva en todas las elecciones del Capítulo Provincial y del
Consejo Provincial de la Provincia B (NA 135a).
8. El Provincial A asignará la conventualidad al religioso.
9. Por razones graves, cuando sea necesario, el religioso puede anticipar su regreso a su propia
Provincia con el consentimiento de ambos Provinciales.
10. El Provincial A, en consulta con el Provincial B, puede remitir al religioso a su Provincia de origen
por razones graves o por insuficiencia manifiesta para la tarea prevista.
11. Los religiosos a servicio gozarán cada año de un período de vacaciones como los otros religiosos
de la Provincia A.
12. La Provincia A correrá con los gastos ordinarios de los religiosos a servicio y también se encargará
de ofrecerles el seguro nacional de salud.
13. Las enfermedades serán tratadas en el país donde se encuentra el religioso, para casos
normales. Cualquier retorno al país de origen requerido por enfermedades graves será acordado
caso por caso por los respectivos Provinciales.

Provincial A Provincial B

(firma, sello y fecha) (firma, sello y fecha)

Superior General

(firma, sello y fecha)

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