You are on page 1of 15

Colegio Manuel Belgrano

BIOLOGÍA
4to. Año CN, CS, EyA
(Prof: Mariana Rizzi)

SISTEMAS DE NUTRICIÓN Y
EXCRECIÓN

PARTE III: SISTEMA DIGESTIVO

Alumno/a:
………………………………………………………

………

1
SISTEMA DIGESTIVO
El aparato digestivo contribuye a la homeostasis degradando los alimentos de
manera que las células del organismo puedan absorberlos y utilizarlos. También
absorbe agua, vitaminas y elimina desechos.

Los alimentos que ingerimos contienen gran variedad de nutrientes, que se


utilizan para formar tejidos y reparar los dañados. Los alimentos son también
imprescindibles para la vida porque constituyen la única fuente de energía química.
Sin embargo, la mayoría de los alimentos que ingerimos consisten en moléculas que
son demasiados grandes para ser usadas por las células. Por lo tanto, deben reducirse
a moléculas lo suficientemente pequeñas como para entrar en las células, proceso
conocido como digestión. Los órganos que intervienen en la degradación de los
alimentos forman el aparato digestivo.

GENERALIDADES DEL APARATO DIGESTIVO

Dos grupos de órganos componen el aparato digestivo: el tracto


gastrointestinal y los órganos digestivos accesorios.

El tracto gastrointestinal o tubo digestivo, es un tubo continuo que se extiende


desde la boca hasta el ano. Entre los órganos del tracto gastrointestinal se incluye la
boca, gran parte de la faringe, el esófago, el estómago, el intestino delgado y el
intestino grueso. La longitud del tracto gastrointestinal medido en un cadáver es de 9
metros. En el individuo vivo es mucho más corto porque los músculos de las paredes
de los órganos del tubo digestivo tienen un tono basal permanente (contracción
sostenida). Entre los órganos digestivos accesorios se hallan los dientes, la lengua, las
glándulas salivales, el hígado, la vesícula biliar y el páncreas. Los dientes colaboran en
la degradación física de los alimentos y la lengua participa en la masticación y la
deglución. Los otros órganos digestivos accesorios nunca entran en contacto directo
con los alimentos, sino que producen y almacenan sustancias que pasan al tracto
gastrointestinal a través de conductos; estas secreciones contribuyen a la
degradación química de los alimentos.
2

Básicamente, el aparato digestivo realiza seis procesos:

1. Ingestión. Este proceso implica la incorporación de alimentos sólidos y


líquidos por la boca.
2. Secreción. Cada día, las células del tracto gastrointestinal y de los
órganos digestivos accesorios secretan un total de 7 litros de agua,
ácidos y enzimas hacia la luz (espacio interior) del tubo.
3. Mezcla y propulsión. Mediante la contracción y relajación alternadas de los
músculos de las paredes del tubo digestivo, se mezclan el alimento y las
secreciones y éstos son propulsados hacia el ano. La capacidad del tracto
gastrointestinal de mezclar y transportar el material en toda su longitud
se denomina motilidad.
4. Digestión. Mediante procesos mecánicos y químicos convierte a los
alimentos ingeridos en moléculas más pequeñas. En la digestión mecánica
los dientes cortan y trituran los alimentos antes de la deglución, y luego
el músculo del estómago y del intestino delgado se encargan de
mezclarlos. De esta manera, las moléculas se disuelven y mezclan
completamente con las enzimas digestivas. En la digestión química,
grandes moléculas de hidratos de carbono, lípidos y proteínas de los
alimentos se dividen en moléculas más pequeñas. Las enzimas digestivas
producidas por las glándulas salivales, el estómago, el páncreas y el
intestino delgado se encargan de llevar a cabo estas

3
acciones. Pocas sustancias pueden absorberse sin digestión química.
Éstas comprenden las vitaminas, iones, colesterol y agua.
5. Absorción. El ingreso de los productos de la digestión en las células
epiteliales que revisten la luz del tracto gastrointestinal se llama
absorción. Estas sustancias absorbidas pasan a la circulación sanguínea o
linfática y llegan a las células de todo el organismo.
6. Defecación. Los residuos, las sustancias indigeribles, las bacterias, las
células descamadas del revestimiento del tracto gastrointestinal y los
materiales digeridos pero no absorbidos en su trayecto por el tubo
digestivo abandonan el cuerpo a través del ano en el proceso de
defecación. El material eliminado constituye la materia fecal o heces.

BOCA

La boca, también denominada


cavidad bucal u oral, está formada
por las mejillas, el paladar duro, el
paladar blando y la lengua.

Las mejillas forman las


paredes laterales de la cavidad bucal.
Están cubiertas por piel en el exterior
y por una mucosa en el interior. La
pared anterior de la boca está
formada por los labios. Éstos son
pliegues carnosos que rodean la
abertura de la boca. Mientras que el
paladar duro –la parte anterior del
techo de la boca- está formado por hueso y se halla revestido por mucosa; establece
un límite óseo entre las cavidades bucal y nasal. El paladar blando, que representa la
porción posterior del techo de la boca, es un tabique muscular en forma de arco entre
la orofaringe y la nasofaringe.

Pendiendo del borde libre del paladar blando hay una masa muscular cónica
llamada úvula (uva pequeña). Durante la deglución, el paladar blando y la úvula se
elevan y ocluyen la nasofaringe, lo cual evita que los alimentos y los líquidos
deglutidos ingresen a la cavidad nasal.
4

Glándulas salivales

Las glándulas salivales liberan a


la
cavidad bucal una secreción llamada
saliva. Habitualmente, se secreta
suficiente saliva como para humedecer
las
mucosas de la boca y la faringe y
mantener limpios la boca y los dientes.
Cuando los alimentos ingresan en la
boca,
aumenta la secreción de saliva que lubrica
y disuelve los alimentos e inicia la
digestión química.

La mucosa de la boca y la lengua contiene glándulas salivales pequeñas que se


abren directa o indirectamente, a través de pequeños conductos, a la cavidad bucal.
Sin embargo, la mayor parte de la saliva se secreta en las glándulas salivales mayores,
que no están contenidas en la mucosa de la boca y cuyos conductos desembocan en
la cavidad bucal. Hay tres pares de glándulas salivales mayores: las glándulas
parótidas que se localizan por debajo y delante de las orejas; las glándulas
submandibulares (o submaxilares) que se hallan sobre el piso de la boca y por detrás
de la mandíbula; y las glándulas sublinguales que se encuentran por debajo de la
lengua y por encima de las glándulas submaxilares.

La composición química de la saliva es del 99,5% de agua y 0,5% de solutos.


Entre estos solutos hay iones, como sodio, potasio, cloruro, bicarbonato y fosfato y la
amilasa salival, la enzima digestiva que actúa sobre el almidón.

Dientes

Los dientes son órganos digestivos accesorios localizados en la mandíbula y el


maxilar superior, en cavidades denominadas alveolos. Las cavidades alveolares están
revestidas por la membrana o ligamento periodonto que fija el diente a las paredes
alveolares. Un diente típico tiene tres regiones principales: la corona, la raíz y el
cuello. La corona es la parte visible sobre el plano de las encías. En el alveolo se
insertan entre una y tres raíces. El cuello es
la porción estrecha que une la corona y la
raíz cerca de la línea de las encías.

La dentina de la corona está


recubierta por el esmalte, que consiste
principalmente en fosfato y carbonato de
calcio. El esmalte es más fuerte que el
hueso, en efecto, es la sustancia más
fuerte del organismo. Sirve para proteger
a los dientes del desgaste que se produce
durante la masticación. También protege

5
de los ácidos que pueden disolver fácilmente a la dentina. La dentina de la raíz está
cubierta por el cemento, otra sustancia similar al hueso. Que fija la raíz al ligamento
periodóntico.

Por dentro de la dentina, se encuentra un espacio que está relleno de pulpa, un


tejido conectivo que contienen vasos sanguíneos y nervios.

Digestión mecánica y química en la boca

La digestión mecánica en la boca es el resultado de la masticación, en la cual los


alimentos son manipulados por la lengua, triturados por los dientes y mezclados con
la saliva. Esto lo reduce a una masa blanda, flexible y fácil de deglutir denominada
bolo. Las moléculas del alimento comienzan a disolverse en el agua de la saliva, una
actividad importante porque las enzimas pueden actuar sobre aquellas sólo en un
medio líquido.

La enzima amilasa salival contribuye a la digestión química en la boca iniciando la


degradación del almidón. Los hidratos de carbono de la dieta son monosacáridos y
disacáridos o polisacáridos complejos como el almidón. La mayoría de los hidratos de
carbono que ingerimos son almidón, pero sólo los monosacáridos pueden pasar al
torrente sanguíneo. De este modo, el almidón y los disacáridos ingeridos deben
degradarse a monosacáridos. La función de la amilasa salival es comenzar con la
digestión del almidón desdoblándolo en moléculas más pequeñas como el disacárido
maltosa.

FARINGE

Cuando loa alimentos se


degluten,
pasan de la boca a la faringe, un
conducto con forma de embudo
que se
extiende desde las coanas u
orificios
posteriores de las fosas nasales,
hasta
el esófago por detrás y la laringe
por
delante.

La faringe está constituida por


músculo y revestida por mucosa y
comprende tres partes: la nasofaringe,
la orofaringe y la laringofaringe. La
nasofaringe interviene sólo en la respiración, pero la orofaringe y la laringofaringe
tienen funciones tanto digestivas como respiratorias. Los alimentos ingeridos pasan de
la boca a la orofaringe y la laringe; las contracciones musculares de estos segmentos
ayudan a propulsarlos hacia el esófago y de allí al estómago.

6
ESÓFAGO

El esófago es un tubo muscular colapsable, de alrededor de 25 cm de longitud,


situado por detrás de la tráquea. Comienza en el límite inferior de la laringofaringe y
atraviesa el tórax por delante de la columna vertebral. Luego pasa a través del
diafragma por un orificio y termina en la porción superior del estómago.

El esófago secreta moco y transporta alimentos hacia el estómago. No produce


enzimas digestivas y no cumple funciones de absorción.

Los alimentos se movilizan desde la cavidad bucal hacia el estómago mediante el


acto de tragar o deglutir. La deglución es facilitada por la secreción de saliva y moco y
en ella participan la boca, la faringe y el esófago. La deglución se produce en tres
fases: 1) la fase voluntaria, en la que el bolo alimenticio pasa hacia la orofaringe; 2)
la fase faríngea, el paso involuntario del bolo a través de la faringe hacia el esófago y
3) la fase esofágica, también involuntaria, en la que el bolo pasa del esófago al
estómago.

La deglución comienza cuando el


bolo es forzado hacia la parte
posterior de
la cavidad bucal y la orofaringe
mediante
el movimiento de la lengua hacia
arriba y
hacia atrás contra el paladar, estas
acciones constituyen la fase voluntaria
de la deglución (imagen 1 y 2). Con el
paso del bolo a la orofaringe,
comienza la
fase faríngea involuntaria de la
deglución (imagen 3). El bolo
alimenticio
estimula que el paladar blando y la úvula
se muevan hacia arriba para cerrar la
nasofaringe e impedir la entrada de los
alimentos y el líquido en la cavidad nasal.
Además, la epiglotis cierra la
comunicación con la laringe, lo cual evita
que el bolo entre en las vías respiratorias. El bolo se desplaza a lo largo de la
orofaringe y la laringofaringe y, una vez que el esfínter esofágico se relaja, pasa hacia
el esófago.

La fase esofágica de la deglución (imagen 4, 5 y 6) comienza cuando el bolo


entra en el esófago. Durante esta fase, los movimientos peristálticos, provocados por
la progresión de contracciones y relajaciones coordinadas del músculo de la pared del
esófago, impulsa el bolo hacia adelante. En la porción del esófago inmediatamente
superior al bolo, las fibras musculares se contraen, estrechan la pared y fuerzan el
bolo hacia el estómago. A medida que éste se aproxima al extremo del esófago, el
esfínter esofágico inferior se relaja y el bolo se mueve hacia el interior del estómago.
El moco secretado por las glándulas esofágicas lo lubrica y reduce la fricción. El paso

7
de alimentos sólidos y semisólidos de la boca al estómago dura entre 4 y 8 segundos;
los alimentos muy blandos o líquidos pasan en 1 segundo aproximadamente.

ESTÓMAGO

El estómago es un ensanchamiento con forma de J del tubo digestivo, localizado en la


cavidad abdominal, por debajo del diafragma. Conecta el esófago con el duodeno, la
primera porción del intestino delgado. Como los alimentos se ingieren más
rápidamente de lo que el intestino puede digerir y absorber, una de las funciones del
estómago es servir como una cámara de mezclado y reservorio de los alimentos.
Después de la ingestión de éstos, el estómago fuerza a intervalos convenientes una
pequeña cantidad de material hacia la primera porción del intestino delgado.

El estómago tiene cuatro regiones principales: el cardias, el fundus, el cuerpo y


el píloro. En algunas regiones del tubo digestivo, en la capa muscular que forma las
paredes del mismo, pueden encontrarse engrosamientos musculares circulares,
similar a anillos. Estas estructuras son conocidas con el nombre de esfínteres. Los
esfínteres se contraen o relajan, y así actúan como válvulas que regulan el pasaje del
alimento de un órgano del tubo digestivo al otro. El cardias y el píloro son ejemplos de
esfínteres. El cardias rodea el orificio superior del estómago. La porción redondeada
que está por encima y hacia la izquierda del cardias es el fundus. Por debajo del
fundus se extiende la porción central del estómago llamado cuerpo. La región del
estómago que lo conecta con el duodeno es otro esfínter llamado píloro.

Digestión mecánica y química en el estómago

Algunos minutos después de que los alimentos entren en el estómago, se


producen cada 15 a 25 segundos movimientos peristálticos suaves llamados ondas de
mezcla. Estas ondas maceran los alimentos, los mezclan con las secreciones de las
glándulas gástricas y los reducen a un líquido llamado quimo. Mientras continúa la
8
digestión, ondas de mezcla más vigorosas comienzan en el cuerpo del estómago y se
intensifican a medida que llegan al píloro. El esfínter pilórico normalmente se
mantiene casi, aunque no del todo, cerrado. Cuando los alimentos llegan al píloro,
cada onda expulsa periódicamente 3ml de quimo hacia el duodeno a través del
esfínter pilórico, fenómeno conocido como vaciamiento gástrico. La mayor parte del
quimo vuelve hacia el cuerpo del estómago, donde las ondas de mezcla continúan. La
onda siguiente empuja el quimo nuevamente hacia adelante y fuerza su salida hacia el
duodeno. Estos movimientos hacia adelante y hacia atrás del contenido gástrico son
los responsables de la mezcla en el estómago.

El líquido gástrico es muy ácido debido a la presencia de ácido clorhídrico


secretado por las células de las paredes del estómago. Su acidez destruye muchos
microorganismos de los alimentos. Las paredes internas del estómago están
recubiertas por una gruesa capa de moco que impide el contacto de las sustancias
irritantes contenidas en la luz con las células gástricas.

La digestión enzimática de las proteínas comienza en el estómago. La única


enzima encargada de digerir proteínas del estómago es la pepsina (proteasa). Esta
enzima separa uniones peptídicas entre aminoácidos y desdobla una cadena proteica
de varios aminoácidos en péptidos de menor tamaño.

Otra enzima del estómago es la lipasa gástrica, que desdobla triglicéridos de


cadena corta de las moléculas de grasa en ácidos grasos y glicerol.

En el estómago se absorbe sólo una pequeña cantidad de nutrientes porque las


células gástricas son impermeables a la mayoría de los materiales. Sin embargo, se
absorbe agua, algunos fármacos y el alcohol.

Después de 2 a 4 horas de haber comido, el estómago ya vació su contenido en


el duodeno.

INTESTINO DELGADO

Desde el estómago, el quimo pasa al intestino delgado. Los procesos más


importantes de la digestión y absorción de los nutrientes se producen en este órgano
tubular largo, como consecuencia de lo cual su estructura se encuentra especialmente
adaptada para estas funciones. Sólo su longitud ya provee de una enorme superficie
para la digestión y absorción y esa superficie se incrementa aún más por la presencia
de vellosidades y microvellosidades.

El intestino delgado tiene la forma de


un tubo que mide 6 a 8 metros de largo y
alrededor de 3cm de diámetro. Comprende
dos regiones: el duodeno y el yeyuno
íleon.
La primera parte es el duodeno de 25
cm de largo. Está ubicado a continuación del

9
estómago y tiene una forma fija y curva
semejante a la letra C, en cuya cavidad se
aloja la cabeza del páncreas. En él, se produce la parte más importante del proceso
digestivo, pues recibe los conductos que provienen del páncreas y del hígado, que
aportan las secreciones cuya acción es fundamental en la digestión. Una vez que el
quimo procedente del estómago llega al duodeno es atacado simultáneamente por
tres jugos digestivos: el pancreático, la bilis y el jugo intestinal, que lo transforman en
un líquido llamado quilo.
El resto del intestino lo constituye el yeyuno-íleon, largo tubo cuya extensión y
diámetro varían de acuerdo a sus contracciones. Para adaptarse al interior de la
cavidad abdominal está replegado sobre sí mismo, formando numerosas asas que son
muy movibles y cambian continuamente de forma y de lugar.

Para que la absorción tenga lugar, los alimentos que habían comenzado su
digestión en la boca y en el estómago, deben terminar este proceso y de esta forma
obtener los nutrientes que los constituyen. En el intestino delgado ocurren la digestión
mecánica y la química.

Digestión mecánica en el intestino delgado

Existen dos tipos de movimiento en el intestino delgado: segmentación y


peristáltico. Las segmentaciones consisten en contracciones localizadas de mezcla que
tienen lugar en las porciones del intestino distendidas por el gran volumen del quimo.
La segmentación mezcla el quimo con los jugos intestinales y pone las partículas de
alimento en contacto con la pared intestinal para su posterior absorción; no impulsa el
contenido intestinal a lo largo del tubo digestivo. Gracias a este tipo de movimientos,
el quilo se desplaza hacia adelante y atrás.
Luego de la absorción de la mayor parte de los alimentos, lo cual reduce la
distensión del intestino delgado, la segmentación cesa y comienza la peristalsis. Este
tipo de movimiento permite el avance del contenido intestinal hacia el intestino
grueso.

Digestión química de los alimentos en el intestino delgado

En la boca, la amilasa salival comienza la digestión del almidón. En el


estómago, la pepsina convierte a las proteínas en péptidos (pequeños fragmentos de
proteínas) y la lipasa degrada a los lípidos. De esta manera, el quimo que entra en el
intestino delgado contiene hidratos de carbono, proteínas y lípidos parcialmente
digeridos. La digestión se completa en el intestino delgado con la acción conjunta de
los jugos intestinal, biliar (proveniente del hígado) y pancreático (secretado por el
páncreas).

El páncreas secreta la enzima denominada amilasa pancreática que termina de


digerir a los hidratos de carbono (almidón y glucógeno) convirtiéndolos en
monosacáridos, que el intestino delgado puede absorber.

10
Las enzimas del jugo pancreático –tripsina (proteasa), continúan la degradación
de péptidos que se habían generado en el estómago a partir de las proteínas. Los
aminoácidos resultantes pasarán a la circulación sanguínea al ser absorbidos.
Los lípidos más abundantes
de la
dieta son los triglicéridos. La
lipasa
pancreática se encarga de la
digestión
de las grasas, pero antes de
poder ser
digeridos, los lípidos deben
experimentar la emulsificación,
proceso en el cual los grandes
glóbulos
de grasa se fraccionan en gotitas
microscópicas llamadas micelas,
gracias a la acción de las sales
biliares
presentes en la bilis. La bilis es
producida por el hígado y almacenada
en la vesícula biliar. Cuando el quimo
llega al duodeno, la vesícula se contrae
y libera bilis. La emulsión aumenta la
superficie de contacto de las grasas con las lipasas, enzimas encargadas de su
digestión. Los ácidos grasos y el glicerol obtenidos en este proceso digestivo,
atraviesan la pared intestinal y pasan a la circulación linfática a través del vaso
quilífero (o vaso linfático).
En el duodeno también ejerce su acción digestiva el jugo intestinal, secretado por el
mismo duodeno. Este jugo contiene enzimas que degradan a los disacáridos (hidratos
de carbono parcialmente digeridos, como la maltosa, lactosa y sacarosa), estas
enzimas son la maltasa, lactasa y sacarasa y transforman a estos alimentos en
monosacáridos. También contiene dipeptidasas.

Absorción de los nutrientes

Una vez finalizada la digestión de los carbohidratos, los lípidos y las proteínas
en moléculas de estructura más sencilla y de menor tamaño, su absorción se produce
en el yeyuno-íleon. De esta manera los productos de la digestión pasan a la
circulación general y son distribuidos por todo el organismo a través del sistema
circulatorio.

La especialización de la pared interna del intestino delgado favorece el proceso


de absorción porque presenta una enorme cantidad de prolongaciones en forma de
dedos microscópicos, cuyo número se calcula en 5 millones. Estas estructuras son las
denominadas vellosidades intestinales y miden alrededor de 1 milímetro de largo. A su
vez, poseen en la superficie de las células que las forman prolongaciones
citoplasmáticas llamadas microvellosidades.

11
Tanto las vellosidades como las microvellosidades contribuyen a aumentar la
superficie interna del intestino delgado que se calcula que en el hombre puede llegar a
300 m2, lo que aumenta considerablemente la superficie de absorción.

Las moléculas simples que resultan de la digestión de los hidratos de carbono,


proteínas, lípidos y otros polímeros orgánicos son absorbidas a través de las paredes
de las vellosidades. Los monosacárido, y la mayor parte de los aminoácidos, son
absorbidos mediante transporte activo. Estos nutrientes ingresan en los capilares
sistémicos y la sangre los distribuye por todo el cuerpo. Las grasas,

degradadas a ácidos grasos y glicerol y resintetizadas, son empaquetadas en


quilomicrones que ingresan en el sistema linfático.

1
2
Los aminoácidos y monosacáridos
absorbidos, son transportados por la
vena porta hepática hacia el hígado,
donde serán almacenados y liberados
posteriormente al torrente sanguíneo a
través de la vena suprahepática.
Mientras que los lípidos, contenidos en
el sistema linfático, descargan en la
circulación sanguínea, a través de la
vena cava superior, mediante la vena
subclavia izquierda.

Regulación de la glucosa en sangre

En los vertebrados, la concentración


de glucosa en la sangre permanece
constante gracias a las actividades del
páncreas y el hígado. En el hígado,
la glucogenogénesis convierte el exceso
de monosacáridos en glucógeno, que se
almacena en los hepatocitos (cells. del
hígado). Cuando el cuerpo requiere
glucosa, la obtiene a partir del glucógeno,
mediante la glucogenólisis.

La absorción o la liberación de
glucosa por parte del hígado está
determinada principalmente por hormonas
que mantienen constante la glucemia:
insulina y glucagón, producidas por el
páncreas.

INTESTINO GRUESO

El resto de quilo no absorbido es conducido al intestino grueso por los


movimientos peristálticos del intestino delgado. El intestino grueso es la porción
terminal del tracto gastrointestinal. Las funciones del intestino grueso son, sobre todo,
la de completar la absorción de la mayor parte del agua que contiene el quilo,

13
producción de ciertas vitaminas, la formación de las heces y la expulsión de éstas del
cuerpo.La mayor parte de su longitud recibe el nombre de colon y el segmento final
de 15 cm se denomina recto, el cual termina en el ano.

En el interior del colon habitan diferentes poblaciones de microorganismos que


conforman la “flora intestinal”. Un ejemplo de estas poblaciones es la compuesta por
bacterias Escherichia coli. Las poblaciones de organismos microscópicos obtienen sus
nutrientes a partir de la transformación de los materiales no digeridos por el
organismo, especialmente la celulosa de las fibras de ciertos alimentos de origen
vegetal, ya que el sistema digestivo carece de enzimas digestivas que degraden este
material.

La actividad bacteriana produce vitamina K y varias del grupo B, esenciales


para el organismo y, cuya incorporación a través de la dieta resulta deficiente. Estas
vitaminas son absorbidas por la mucosa del intestino grueso y luego pasan a la
circulación sanguínea.

A su vez, los microorganismos intestinales inhiben el desarrollo de otros que


pudieran llegar a este órgano y causar enfermedades.

Como consecuencia de la absorción de sustancias y la actividad bacteriana se


forma la materia fecal o heces compuesta por un 75 % de agua y un 25% de
sustancias sólidas: celulosa, bacterias muertas, materia inorgánica, grasas y proteínas
no digeridas, células epiteliales desprendidas. El color de las heces se debe a la
degradación de los pigmentos biliares.

Los movimientos peristálticos masivos del colon mueven el material residual de


una porción a la siguiente. De este modo, la materia fecal es llevada y almacenada en
el recto, cuya distensión inicia el reflejo de defecar. La contracción voluntaria de los
músculos abdominales provoca la defecación a través del ano, cuyo orificio está
controlado por dos esfínteres, uno interno involuntario y otro externo voluntario.

14
BIBLIOGRAFÍA UTILIZADA

∙ Curtis, H. y Barnes, N. Biología. Ed. Médica Panamericana. Bs. As. Séptima

edición. 2013.

∙ Tortora; Derrickson .Principios de Anatomía y Fisiología. Ed. Médica

Panamericana.11ª Edición.

∙ Alberts. Biología molecular de la célula. Ediciones Omega. 5ta Edición.


15

You might also like