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Capitulo 2 Inconsciente afectivo ¢ inconsciente cognoscitivo ‘Trataré en este estudio de Jos problemss del inconsciente y de la conciencia tal como se los encuentra en el estudio de 1a teligencis, de 1a representacién y de las fanciones cognc jvas, porque pienso que estos pr inconsciente afectivo. Mi prop« sna novedad en las teorfas psicoaneliticas ni de , puesto que, si bien soy algo herético desde este sta, no es éste el lugar para explicar la raz6n. rio, estoy convencido de que legard el dia en que jendos 2 fusionarse en una teoria general que me- ‘2 ambos y los corregira. Es éste el fururo que conviene cexistir entre ambos. El problema de las estructuras LaQWRONMBNM se caracretica por sus || géticas con sus cars -11- 38 JEAN PIAGET (catexis), segin_ las relaciones dcta‘es sa estructura)sea que se wate de eiquemas de accién elementales, de fos Tos vinculos que establecen con , el por qué de su intensidad, mis 0 menos fuerte 0 dé twales, etc F ido y por la complicacién de sus entreccuzamientos Por el conteati 05 Son mas o menos consciences, en el sentido de que x sabe mis o menos lo que piensa de un objeto o de ua problema y conoce aproximadamente sus propias opiniones mis que a los incionemiento de Ia inteligencia, pues este ESTUDIOS DE PSICOLOGIA GENETICA 39 Sa la reflexién sobre el problema de las “Hasta aqui el pensamiento del sujeto esté ditigido por estructuras cuya existencia ignora’y que solamente lo que él es capez de hacer (es decir, la extensidn y los limites de su poder de resolver problemas) sino también lo que esta obligado a hacer (es decir, las relaciones logicas necesatias que se imponen a su pensamiento). En wna palabre, J estructura. cognoscitiva es el sistema de conexiones que el por ende, en un con- junto de escructures y de funcionami snorados por él salvo en sus resultados. Porconsiguiente, tiene una razén profunda Ia verdad que ince Younes en s0 epoca bajo la forma de una paradoja: “el pénsamiento es una acti- lad inconsciente del espirina”, Con lo que queria decir que, n el yo es consciente del contenido de su pensamiento, ignora las razones estrucrurales y funcionales que Jo obligan a pensar de cal manera; nismo intimo que dirige el pensemiento. ‘Lo que sosteago no se limita inicememte al pensamiento del nifo, y se encuentra no sélo en codo adulto sino también curso del desarzcllo del pensemiento cientifico. Es por han razonado obedeciendo de Ia existencia de tal estructura, que todos reconocen hoy dia como fundamental, De la misma menera Aristoreles, al crear Ia Iégica con un esfuerzo de reflexién sobre la manera como él Ae 10 de otra forma, ignora el meca- / 2 JEAN PIAGET mismo razonaba, as{ como sus contempordneos, tomé con- ciencia de ciertas estructuras més simples de la légica de clases y dal silogismo. Pezo lo que es muy interesante es que no tomé conciencia, al mismo de todo un conjunto de estructaras que él mismo utilizaba y que son Ja Jégica de las relaciones; esta toma de conciencia cfecrué en el siglo x1 con los trabajos de Morgan, Pero si sacede esto en el nivel del pensamiento tano de cuyos objetivos es precisamente el estudio de las estruc- roras, mucho més sisteméticamente se enconcrard esta incons- ciencia en todas las owas formas del pensamiento, tanto en el caso de! pensamiento natural del adulro normal pero no espe- del miento espon- neo y siempre creador que caractetiza al nifio en Jos diferen- tes niveles de su desarrollo. Contensémonos con un sol plo en el nifio: el de Jas estruceuras de transi alrededor de los 5 6 6 afios se muestran al nifio dos ‘Aes menor que B, luego la var sicivided que se ap de problemas diferentes, canto en el orden causal como en el orden matemético © légico. El sujeto mismo no sabe que ha constrvido tal estructura y cree haber razonado de igual ma- neta. Conioce todavia menos aquello sobre Jo cual se apoys ésta estructura (agrupacién de relaciones) ni cémo o por qué Gia se ha hecho necesaria para él; en una palabra, tiene coa- CGencia de los resultados que obtiené pero ninguno de Las estrucruras de este pentamiento siguen siendo inconscien- tes en tanto estructuras. Llamaremos globalmente inconsciente cognoscitivo a estos mecanismos, por su estructura y fun- cionamiento. patent et tt =19- gsrupios DE PsicoLocia GENETICA 2 La toma de conciencia de le accién propia yy las represiones cognos Examinemos ahora algunas acciones perticulares del s no ya en cuanto estén sometidas a estructuras subyacen tn canto Son contenides manifiestos, para emplear 1a rermino Yrevdisna, y que deberlan ser conscientes, puesto que wen simplemente un aspecto del f ro un sector de este fu sar que, incluso en este problem ny senecal ficil existen, pot dhe pommaros comps ies uno de 108 Mayors descubrimientes del psicozs plo de accién particular de facil toma de con Ta que consiste en lanzar un objeto ha- sta distancia. Los més pequefics que sdedor de los 4 afios, dicen que se ja y que si se les ha obligado a ponerse hac’ ‘mismos se han dado vuelta para mantenezte frenre a ella, Veamot ahora qué pasa oo aturalmente sin haber preguntado antes las cuestiones citadas, Jo que excluye toda sugerencias. Se da al nifio una honda de les "una bola atada a una soga que st hace sirar ton el brazo para lanzarla en seguida en la direccién de up blanco. Se comienza sin colocar ningiin blanco y ¢! nifo:se Givierte en girar Ia bola atada a la extremidad de le soga 5 @ anzarla. Verifica que parte de un costado y en general, inclu s0, que parte en la prolongacién del sentido de Después de esto se coloca una caja a 3 6 5 my el nif bastante répidamente, 2 partir de los 5 aiios 2 ve Ip eaja lanzando Ia bola de un lado (si Ia superficie de rou han puesto ciém se considera como un reloj marcaria 9 horas y Ia caja se encontratia situada frente a las 12 horas). Una vez hecho esto se felicia al nifio, que cecomienza muchas veces, y 58 Je pregunta én qué lugar ha soltado la bola. Se produce entonces una reaccién curioss. Los mas jévenes pretenden que Ja han lanzado exactamente delante de ellos (alrededor de las 6 horas) y que la bola ha partido en linea recta de las 6 horas a las 12 hores (diémeteo del ciculo de rotacién) y de Jas 12 horas a ta caja. Alrededor de los 7 w8 afos el sujeso afirma que ha soleado Ja bola a las 12 horas, es decie, frente a la caja; alrededor de los 9 6 10 aos se observan a menudo compromisos: Ia bola partié de las 11 horas 0 10 y media; sélo a los 11 6 12 afios el ait inmediatam aque Ia bols parti6 tangen mente Ia accién que da en el Blanco pero le afios antes de que tome conciencia de a en el inconsciente algunos movi- intencionales de la conducta que ynadas por (Sn) es, empero, fac El nifio se representa su propia accién como dis tiempos: hacer girar la bola y luego lanzacla hac mientras que sin este blanco suelta cl mévil en cualquier lugar. Pero, para la para que legue al blanco supone tun trayecto perpendicular a la caja, es decir, que parte justo Cuando se le pide que describa su accién la \égicamente, en funcién de esta idea preconcebide y no quiere ver que, en realidad, ha procedido de otra me- hnera. De esta manera deforma 0 aparta, incluso, un obser- vvable en funcién de la idea que se ha forjedo y que le parece ser la ‘inica correcta. Podrian citarse muchos otros ejemplos anélogos. Cuando aga por si mismo, 0 por imit , @ proyectar con srupios pz psicotocia GENETICA % ano 0 dos dedos una peloca de ping-pong sobre ua plano horizontal, de manera que ella vuelva inmediatamente hacia ‘tris, no quiere ver que la ha hecho girar hacia acrés desde su partida y cree comprober que gira bacia adelante en el comienzo y que ella misma cambia de direccién. Més‘aun, ‘ceando el nifio cs pequesio y empuja con una varilla un objeto tomindolo de costado, n0 ve que:es él mismo quien le imprime, 2 la vez, el movimiento de rotacién y de cas: laci6n. Para explicar estas lngua: ‘5 deformaciones de Ja toma de aparentemente, muy ¢ mente lo que ha hecho y se limita a no retener més que 1o aque le parece inteligible. Pero creemos que esta intespretacién ¢s insuficiente. No es verdad que el nifio no haya retenido nada de sus acciones exitosss (movimiento tangencial de Ja bola lanzada por la honda, rotacién inversa de Ia bola de ping- pong, etc.); el nifio ha comprendido lo esencial pero mediante la accién y fo por el pensamiento, ¢s decir, por el esquema sensorio-motriz y no por el esquema representative, De todas proyectiles, etc, lo sabe en funciér perceptivo-motor pero nunca de una de un cierto aprendi manera innaca. Por owa parte, en este caso, el problema subsiste: cpor qué algunos esquemas ser sorio-motrices se hacen conscientes por una ccaduccién en conceptos representativos, y aun verbales, mientras que otros contindan siendo incons- cientes? Es asi porque estos tltimos son contradictorios con ciertas ideas Consciences anteriores (por ejemplo, que se ha de estar frenie al blanco para alcanzarlo con una bola 0 que Ja peloca de ping-pong no avanza girando hacia atrés, etc.) y que el esquema sensoriomotriz pensado y la idea preexis- ‘éate son, por tanto, incompatibles. En este caso, el esquema ino puede rema de conceptos conscientes ys por consiguien a, puesto que los concepros, ‘en ranro son conscientes y han sido ya aceptados desde hace “s JEAN Placer tiempo, perenecen s un rango superor al esquema de aci6 Por otra parce, not encontramos aqui en una madi ay comparable a lade fa represi afectiva: cuando un sense, to 0 una impulsién se encuentran en conttadiccién com ins fentimientos 0 tendencias de rango superior (proveniontes del supery6, ex.) se eliminan gracias a dos tipos de proceso una represiéa coascieate o una represion inconsclene, Osan. vemos 4 un mecanismo andlogo sobre el tereno cognoscivey se trata de una represién inconsciente en este caso, En efecto, 41 nifio no ha hecho al comienzo una hipéresis consciome para Tuego descartarla. Por el contrat, ha descartado Ie an de coniencia det exquem, et desis, hu ceprimido el eszueme deI campo de conéiencia antes de que penetre bajo la forme concepeualizadsy-veremos en seguida que no Hay ova ine ma posible, puesto que, in agen mental se refisre siempre a wa concept “Bite mecaniimo de represién cognoscitva es, sin duds, més general que la toima de conciencia de la accion, ws doce de Jos esquemas seasorio-momtices. En el nivel neurologic K. Pribram ba mostrado que al contacto de muchos inpas ta mecanismo de regulacién conical retiene unos, que ve fa vierten en estimulos, y descerta ue enton a viene cet OOS, que entonces no pul. aos El mecenismo de la toma de concientia __HI sentido comiin posee una idea completamente insufi cient, para no dec errénea, de In toma de eoneeaci wn aiianto se la representa como tina expecie de iluminatién one royectaria lain sobre cealdades basa entones excuse 2a cambi ds, como une lps o une Lena gu se eaciende en un rincén cualquiera y que, brascomene ee ot ug, Hota : ats, bce todo visible, sin modificr en nada ls pesiciones en let ral clones de los objeos. Pero la toma de conciencis at mate “15- ESTUDIOS DE PsicoLOGIA GENETICA “a ris que esto, pussto que contiste en pasar ciertos elementos iano inferior inconsciente 2 un plano superior conscien- “J# QUE estes dos niveles no podrien ser i ‘serlo no habria entonces problema y el paso gue no es el caso, La toma de conciencia constituye, pues, una reconstrucciéa sobre el plano superior de To que rz organizado, pero de otra forme, en el plano ink dor evestiones versin, entonces, sobié Ta pillidad Rincional de esta reconstruccién y sobre su. procedimi “Desde er panito de vista de la utilidad funcional, Claparéde ‘habfa puesto en evidencia que Ja toma de conciencia se pro- doce en ocasién de una desadaptacién, porque cuando una conducta esti bien adaptada y funciona sin dificultades no bey razén para buscar p analizar conscientemente los mecenismos. Por eso es ficil descender répidamente una escalera sin repre- senterse cada movimiento de las piernas y de los pies, pero si se intenra haceslo te puede, incluso, comprometer el Sito de la accion, En una de ouestras investigaciones, A. Papert hizo caminar 1 nidos en cuatro petas pidiéndoles lvego que describiéran los movimientos de los pies y de las menos. ‘Los nifios més pequesos dan un modelo irrealizable: las dos manos avanzan 2 la vez, Inego los dos pies, erc.; después viene un modelo posible, peto no utilizado: los dos miembros de Ia izquierda, luego los dos miembros de Ja derecha, etc., ya los 10 w 11 afios sélo las dos terceras partes de los nifios liegan a describir bien lo que han hecho, La Sra. de Papert, antes de exponer estos resultados en uno de nuestros Simposios, habia solicitado a nuestros honorables invitados que se presta- ran a Ja experiencia y olvidaran por un momento su dignidad de adultos, que no marchan, en general, mas que sobre sus piesnas. Los fisicos y psicélogor analizaron cottectamence ‘sus movimientos, pero los Iégicos y mateméticos los recons- ‘tuyeron deductivamente siguiendo el segundo esqueme. Es decir, si una accién bien adaprada_no_tienenecesidad de toma de conciencis es porque esti ditigida por regulaciones escructural. 36 JEAN PIAGET sensorio-motrices suficientes que pueden automatizarse. Por lo ‘cuando es necesario una regulacién activa, lo que supone elecciones intencionales entre dos 6 més posibilidades, hay toma de conciencia en funcién de estas mismas necesi- dades, ye lo que vemos. en_los ejemplos citados preceden- remente. Ea cuanto al procedimiento estructural, la reconstruccién que constituye Ja toma de conciencia consiste en una concep- sualizaciéa, El inconsciente cognoscitivo no posee, en efecto, conceptos en tanto represencacién, y Ia ides misma de “repre- sentaci6n inconsciente” me parece contradictoria aunque sea cortiente: el inconsciente esta ocupado por esquemas sensorio- smaotrices 0 esquemas operatorios ya organizados en estrucruras BErO QUE Gxpresan slo lo que el sujeco puede “hacer” 7 20 lo que él piensa. Asimismo, desde el punto de vista afectivo estd equipado con tendencias con cargas energéticas, es decic, con esquemas afectivos o caracceriales, ercérera. Dicho esco, 1a reconstruccién concepmalizada que carac- @ la coma de conciencia puede ser desde el comieaz0 ce cuando no se encuentra inhibida por alguna contra- . En caso contrario, es desde un comienzo deformance y lacunar y Inego se completa poco a poco gracias a auevos sistemas conceptuales que permizen superat las contradicciones por integracién de los datos dencro de nuevos sistemas. Catarsis y memoria Ese proceso de la roma de conciencia cognoscitiva recuerda aquello que los psicoandlisis han denominado “catarsis", que 6s, a Ia vez, una toma de conciencia de los conflictos afectivos y una reorganizacién que permite superarlos. Yo no soy com- petente en pricoanilisis y deseo ser prude: que la catarsis es mucho més que una simple iluminacién, sino no se comprenderia su accién rerapéuticd: 6) por lo ESTUDIOS DE PsICoLoGiA GENETICA 47 tanto, una reintegracién y una solucién de los conflictos gra cias a una nueva organizaci6n. (Pero de dénde-proviene esto? Erikson sostavo al respecto una cesis muy interesante: el presente afectivo esti bien determinado, como lo mostré Freud, por el pasado del individuo, pero el pasado est rees- ructurado sin cesar por el presente. Esto es profandamente cierto para Jos sistemas cognoscitivos y es por ello que la roma de conciencia, en parte, es siempre una reorganizacién yao wna traduccién o una evocacién, Pero la tesis de Erikson comporta, entonces, una eleccién entre Jas dos interpretaciones posibles de la memoria y, més precisamente, la necesidad de adoptar la segunda interpreta. cién. La primera consisee en considerar Jos recuerdos como almacenados tal cual son en el inconsciente, donde Ia evo- cacin iria a buscarlos voluntariamente, sin que por ello se modifiquen o se reorganicen. La segunda interpretacién, por Jo contrario, admite que toda operacién de la memoria de evocacién comporta una reorgani licho de ocra_ma- era, la memoria trabaja como un historiador que, apoyandose sobre algunos documentos, siempre incompletos, reconstruye el pasado en parte deductivamente. ‘Ademés, la existencia de cecuerdos falsos es suficiente paca justficar esta segunda teoria, puesto que se presentan a la con- Ciencia con las misnas caracteristicas de vivacidad o de reali- dad aparente que los verdaderos recuerdos. Yo, por ejemplo, tengo un recuerdo visual muy preciso, muy detallado y muy vivo de haber sido objeto de una tentativa de secuestro, cuan- do todavia era un bebé en un cochecito. Veo todavia una serie de detalles precisos sobre el lugar de la avenrura, la lucha entre mi nifiera y el ladrén de nitios, 1s Hegada del agence , de mas gente, etc. Pero cuando tuve 15 afios la nifiera escribié a mis padres diciendo que toda esa historia ba- bfa sido inventada por ella y que las lastimaduras en Ia frente hhabian sido provocadas por ella misma, ett. Dicho de otra ‘manera, yo habja escuchado alrededor de los 5 6 6 afios Ia -16- 8 JEAN PIAGET * parracién de este secuestro, en el cual crefan mis padres, y apoydndome sobre este cuento fabriqué un cuento visual que dura todavia hoy. Se trata aqui, entonces, de una reconstruc- ‘Gén, aunque sex falsa, y si el evento hubiera sido real, y Jos recuerdos por consiguiente verdaderos, es muy probable que lo bubiese también reconscruido de 12 misma manera, puesto que no existe todavia memoria de evocaciin sino solamente memoria de reconocimiento en un bebé en su co- checito. ‘Nos hemos ocupado entonces de analizar con B. Inhelder y E. Sinclair? el mecenismo de ls memoria en el curso del desarrollo del nifio y hemos encontrado que hablaa muy netamente a favor de la reconstruccién, Se muestra al aio tana setie ordenada de 10 vasillas de camaio decreciente, que se limita a mirar un insrante, y que ao las ha ordenado él ‘amo, Después de una semana se le pregunta qué e¢ lo que hha visto y se encuentran diferentes niveles de recuerdos: 4) algunas varillas que son todas igusles, b) pares grande- equelo, etc, c) ios grande-medio-pequefio, d) series cov rectas pero muy cortas y ¢) serie entera. Se ve agui que lo gue ha sido regiswado en In memoria no es el dato percep- tivo objetivo, salvo en el caso €), sino Ia idea que de él se hace cl sujeto. Después de 6 meses, el 74% de los sujeros presen- taron ua ligero progreso en relacién al secuerdo precedente y, nacaralmente, sin que se hubjere mostrado otra vez el mo- elo, Algunos sujetos pasaron da a) a 5), algunos d= 5) a ¢), tercétera. Se puede admitir, pues, que el recuerdo-imagen cons- ‘icuye solamente un simbolo que tepresenta un esquema, aqui tun esquema de seriaciéa. Ahora, este*esquems en 6 meses ha hhecho algunos progresos y el simbolo imagen que lo weduce se ha visto obligado a conformarse « su nueva forma Es evidente que todo recuerdo no progresa de esta manera y que en la mayoria de los casos hay degradaciéa, pero en + Mimo 2d TS) selligence Pars, Presses Universtazes de France. 1968 [ESTUDIOS DE PSICOLOGIA GENETICA 0 todos los casos se obs de servir para solucionar algunos conflictes cognoscitivos. Por ejemplo, en una figura asi: alguna esquematizacién y ésta pue- wYyv 10 percibe la igualded numérica de Jos elementos infe- y supetiores (4 y 4), de Jo que podsia concluis que la igisud de las dos lineas deberfa ser la misma, Pero, para longired deben tener las mismas extre- ‘que en su recuerdo, la W se com: pleta por otros trazos hasta el momento en que las dos extre- fnidades coinciden, Es éste un ejemplo mis que muestra Ja parte que cocresponde 2 la zeconstruccién en la memoria. ‘Todos esios hechos tienen 1a caracteristica de hacernos mas prudentes en la vsilzacién de los recuetdos de Ia infancia, puesto que si ya en el dominio cognoscitiva la memoria es ‘una reconstruccion mis o menos adecuada, es evidente que 1 intervencién de procesos afectivos de wodo tipo (con la reconstruccién seré tanto més compleje. Se wes, todo un estudio comparedo sobre les del recuerdo. Alicros, exc. deberia ha ransformaciones afectives y cognoscitivas Bl problema de los extadios Je de estadios sobre Ins relacio- el desarrollo cognoscitivo durante el periodo sensorio-motiz y los trabajos de Fread, incluyendo los estadios que é1 mismo ha distinguido en el curso de este perfodo, Sefitlo, por ejemplo, los anélisis de D. Rapaport Se han emprendido ona res entre nnestros andl -17- 3 JEAN PIAGET yal esnuio excelente de Wolti?, asi coun ef spéndice de Cobliner a la iltima obra de Spitz” ‘Pero en lo que concierne a los estadios freudianos y los ios, un resultado de cierta importancia fue Th. Gouin-Décaire en Montreal sobre les el desarrollo cognoscitivo del esquema del fneate” y la evolucién de las “celaciones de objeto", en et sentido freudiano del término.* ‘Yo habia mostrado que un objeto que desaparece del campo perceptive del bebé no se concibe como élgo petmanente $20 3 lo busca deirés de una pantalla allf donde acababa de Zesapatecer. De alguna forma, por ast decir, se ha reabsorbi 1 aveva reaccién estaba en rela- telaciones de objeto y que, de spondencia entre estas dos for- ‘mostrado, por otra parte, que el pjero dodo de permanencia (cognoscitiva) ere otro y ao un objeto inanimado cualquiera y an icd después esta hiptesis, que 20 Freposabi mis que sobre Ia observacién de un solo ‘Otras correlaciones pueden ser observadas entree cognosctivos y afectivos; por ejemplo, hacia los 7'u 8 afios se desarrollan elaciones nuevas de reciprocidad, en el sencido légico de! término, en conexién con la formacién 4 raciones reversibles. Ahora bien, en cl dominio de los senci- imiencos morales se constaran en este mismo nivel un debi tmiento de los efectos de superyé y de la eurorided en beneficio j + POH, Wolff: "T hel, Delaehaur et Niele. 1962, ~18- ESTUDIOS DE PSICOLOGIA GENETICA * procided moral o afecva. Asimismo, en el nivel de ls adoles- ja cuando aparece 1a insercién del individuo en la vida Social de los adultos, exisren celaciones entre las cransfor- maciones afectivas y cognoscitivas. Pero de esta méltiple convergencia no se podsia concluir, naruralmente, que las construcciones cognosctivas generari, Ine modificaciones afectivas. Pero tampoco creo que éstas son tas que determinan aquélls, como los psicoanalistas podrian aan centados a ceeet a priori (ver Tas antiguas investiga: SJones de Odier® al respecto). Es verdad que la afectivided © mos privaciones pueden ser causn de aceleraci6n o retardo cn el desarrollo cognoscitivo y Spitz lo mostré en anélisis télebees, pero esto no significa que Ja afectividad engendre, fi que aun modifique, ls esrucruras cognoscidivas, cuya nece- idad sigue siendo irinsece. En efecto, los mecanisenos afec- tivos y cognoscitvos son siempre indisociables, aunque distin« tos, lo que es evidente si unos corresponden a una enerpétics y orros a estructuras, Pero la conclusién de rodo esto es que existen codavia muchos problemas por resolver y que conviene pensar, desde ‘reacia de una pricologia general que se Ocupe, Simulténeamente, de ios mecanismos descubiertos por ¢l psico- anilisis y de los. procesos cognoscitives, puesto que él tipo de compsraciéa a que nos hemos referido antetiormente no hhace més que comenzar y parece ser rico en promesas. © Gh, Odier: angoite ot le pentte seapinne. Newchicel, Dachau & (Niestlé 947. (N. del T.

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