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FRANCISCO RIC + HISTORIA Y CRITICA DE LA LITERATURA ESPANOLA at POCA CONTEM Ni i" os ey Eur FRANCISCO RICO HISTORIA Y CRITICA DE LA LITERATURA ESPANOLA 8/1 EPOCA CONTEMPORANEA: 1939-1975 PRI SUPLEMENTO SANTOS SANZ VILLANUEVA Ait { i “8 CRITICA, 202 La porsta ese hueco de adentro que se os apices. [..] {Donde eabe entonces It poesia? En este interogant est el quid de todo el hacer podtico de Pran- ‘sco Pino, Su desarrollo desemboca en un poeta pleno, de contrasts abso- Ios, de un vapuleo dio, y de comtenides vanguardistas poco comunes. [Estamos ante un post con voz sugerentey propia También nox sorprende tun posta de extremes sempre con la tentacignieonolasta al lado compo 5o- Iuclén: «jCascad esos videos! rad los museos! Fjrasgad esos libros!» trams, fnalments, en la raza lingstica del verso, base de la nse tsfocién constante del poeta y,paradsjicamente, su clemeto mis Sorpre- sivo y orginal, Si la poesta de Francisco Pino manifesacign, m0 {quede en su obra imitada 2 una mera referencia o c6meda atta inma- nent. Que el poeta pir el tempo no es nada rao puesto que habia las “rmusarafas; lo rar seria que el proceso podtico se conviruera en feria, 6 decir, que se comunique # modo de sofsma. Pino, que es consciente de ste resgoy d la ambivalnciapotica, busca, ambicionay conradictora- fmente, una comunicacion distil: un vero nuovo y veraz que, a su e2, transfer unverslmente toda la magia, todo el empuje musical y pete fue hay en la poeta, {Cémo se acerea Pino al proceso comunicativo? De tres formas con la palabra, a pesar de la palabra, yen ausencia de la palabra. No podemos decir con rigor que estas Sean tes etapas en st obra van- guarista, Simplemente se desarrollan de manera simulténes, al me nos en su plantearaient filosofico. La primera vendria dada por el aso, més 0 menos tradicional, de la palabra, desarrollada en un es- pacio lineal y que el mismo poeta encuadra bajo la denominacion de (Curso. En total, unos diecisiete libros comprendidos entre 1925 y 1973, Bl tatamiento empirico del poema a través de Ia palabra, ni aguf ni en cualquier ot sitio, es objeto de pacto alguno por parte del autor. La palabra vive el sobresalto del poeta y el frenazo de la propia limitacién expresiva. Por eso aparece desde el principio ‘como agotando su curso, como impaciente por llegar a una meta que atin no se define pero que ahi ests presente de alguna manera. Es ‘una palabra inserta en un lenguaje también inmateral, El poema apenas roza la realidad de un idioma gastado: se posa, se dira que levita: «{D6nde esta la vor del aire? / Ti la escuchas. Es silencio. / Sus palabras son las nubes,/ la luz y el viento sus verbs». [..] “Tado esto constituye en la obra de Pino una parte sustancial que denomina Crisis, y que viene determinada por un nuevo sentido postico desarollado en doce libros, Algunos de estos libros como As rors 203 Textos econdmicos, Solar o Antisalmos, nsables para ‘comprender el desarrollo de la poesfa exper Jy cietaestética ‘vanguardista de ltimos del xx. ANTONIO PIEDRA, “Mencepes ACLLONA LAS POETAS En la poesia femenina de estos aios es donde se ve sin velos el ‘despertar més virulento de la autoconcieneia existencial de la mujer poeta, provoeando una oleada, un seismo desconocido antes y des- pues de ese momento, pero si el cual nada serfa lo que es, pues en ELinconsciente eoletivo del lector, y del lector-autor, se halla ya in- ‘eleble Ia expresién postica més marcada y disfana de la literatura femenina espatols. (.] ‘Conforme se va recuperando la vida literaria en Expat la pre sencia de la mujer se va haciendo més intensa y personal. Ya no sélo se oyen las voces gue hilvanaban la historia rasgada por la guerra. Nacen nuevas promesas, poetas jévenes. Tras el liderazgo pionero de Carmen Conde, con una ereaciGn que va convirtiéndose fen paradigmatica, van sumindose entre Ios aos 1944 y 1950 otros, rombees que se consolidarén cone! tiempo, como los de Celia Vi- fas (Trigo del corazén, 1946), Pura Vizquer (Margenes veladas, 1944, En torno a la voz, 1948), Elena Martin Vivaldi (Escalera de Luna, 1943), Chona Madera (EI voleado silencio, 1944), Susana March (Poemas de la Plaza Real, 1945; Andiente voz, 1948), Pino Ojeda (Niebla de suefo, 1947), Mercedes Chamorro (Ramo de ro- meros, 1945), Maria Beneyto (Cancién olvidada, 1947), Ana Inés Bonnin (Fuga, 1948; Poema de las tes voces y otros poemas, 1949: Luz de blanco, 1952), Angela Figuera (Mujer de barro, 1948; Soria, ‘pura, 1949), Dolores Catarineu, Luz Pozo y el conmovedor y con- fesional Céntico de Maria Sola (1950) de Josefina Romo. En torno Mercedes Aina oa posi esr por ajc en prinera pogo ‘Zuri so 1093), iors pots. . 208 La Poesia ‘estas fechas se gesta la mayor crisis de conciencia de las letras fe- ‘meninas, Hace explosin la tradicién recoleta y contenida del pasa- do, se desborda esta lirica en una busqueda permanente de identi- ad, se apuran hasta las utimas cenizas las posibilidades que Ia rehumanizacién y el neorromanticismo existencalista brindaban ya Por fin plenamente a los poetas. Paralelamente se vive una ciertaconciencia de grupo, Las auto- ra se rednen a leer sus poemas, a compatr sus tertulias. Aletea una cierta complica en la dedicatoria de sus poemas. Se aquilatan los clea temdticos mis constantes de sus obras, Tadas miran hac fuera, su integracin en las corrientes del momento es total, y 6s jgualmente absoluta la solidez de su individualidad asumida como tuna existencia en proceso de revsién. Durante estos aos el flujo cexistencialistaalcanza a toda Ta literatura en general. Pero hay una ‘obra en concreto que sefalaindeleblemente la tendenciaexistencial de la poesia femenina de posguerra, El segundo sexo de Simone de Beauvoir. Sus preguntas cuestionan la esencialidad femenina y des- de esta identidad autorrefleja se proyecta el yo podtico. i la pregunta por el «ser-de-mujer» condicions intelectualmen- ‘te esta lirica, el magma incandescentey agitado de la poesia de pos- ‘guerra termina de ser la ocasi6n ideal para que el desarraigo se ex- Drese sin restrcciones y sin fonteras. Los factors extaliterarios se ‘ruzan prodigiosamente con 1a capacidad misma de canalizacion postica. La mujer vive doblemente la desorientacin y la deriva de ‘su época, Su mundo exterior se tambalea a sus pies tras las guerras, la destruccin y el absurdo invasor de la muerte. Su mundo interior trastabillay se deshace al repasar su historia, su destino y su sent 4o vital. Es al enfrentar su propia tradicién cuando Ia poeta de esta época modela, asume y supera la pertenencia Temenina a una tradi- cin postica. Fn las obras sucesivas de Carmen Conde: Pasidn del verbo (1948), Ania de la gracia (1943), Mi fn en ef vento (1947), Sea la uz (1947), Sobre todo en Mir sin Een (1947, va execendo la potentsima voz que texpresa como verdaderatrageiael dolor de suexstncia de mujer sentido fencame viva eLa fuente de mi pao no se rstaa nunca. / Yo evo la en tas por rafes de silos, /y ellos me ls cogen, las hunden, la levantan / ra zara siempre alas fosas dl lao.» Esta especie de acondismos, de lengusie dels concienciafement sepuird vigeote durante los fos cinuenta. Tras la solemnidad iblica de Las roetas 205 Maer sin Edén —epopeys sin precedeates sobre la historia de la mujer, proyectda como tensgn ene la condens a su propio cuerpo por 8u tet upable y In mitiicaidn exatada desu ser divinizado—, otras auroras hha indagado por caminosdiveros en el mito de so existenca. La bls queda des dentidad indaga en su corporeidad,en su funcién social © en sentido histcco,resultando sv obra la afirmseidn de su yo poetic de tjeres. Es el caso del romanticism de Susana March (Esta mujer que ‘oy, 1959), la concencia miiple de a pluraliad dela espace en Maia eneyto (Ene on el tempo, 1951; Chara mitiple, 1954, Poemas de ‘luda, 1956; Tera vin, 1956), «Esta mujer dl hueco tbo / que siem- re fy seria / se despert6 del suo profundo de Ia especie para bus- at plena In, eaminos.» La marginaidn socal de Ta mujer impotemte fn Angela Figura, «jQué vale una mujec? Para qué sive / una mujer vie endo en puro grit’, y Ia improntarelpiosa de Maria Reyes Fuentes en Demi hasta el hombre (1958) Por ello, st intentamos buscar una mayor nitidez de la presencia femenina ene las voces anaigadas o desaragadas, s en estas d- timas donde suena con mas fuerza y oiginaldad. El pattismo de lo humano se vive en una doble diesen, hacia lacircunstanciaexte ‘io y hacia Ia propia interirida. Al cambiar la década, Angela F fuera (Venda por el Angel, 1950; El gvito init, 1952; Los dias tras, 1953; Vipera de la vida, 1953: Beleza cruel, 1958) dard riesira de una insrci perfects, y poco fecuente de wna manera fan agida, ene el compeomiso con la realidad y la angusta exis- tencia. Creciendo en st denuncia social sus poemas preseatan el selloindeleble de un antbelicismo materal en contra de todas las sructrasalienantes para el hombre. Desde Belleza cruel su obra Se depura y squilats,convitndose en la vor mis represetaivay ‘conocda dela tendencia socal de los alos cincuent. Pero hay tam- ‘ign otros nombres csi desconocidos y de singulaisima calidad. A sas de lo soil sn desprenderse auaca de una raigambreintimis- ta surge la obra de Maria Beneyo,(.] TL poesia de estos afore varia, sca, iy evoluva, no se ciera sobre si misma, nose caeja enue su propia potica, peo des- cubre el mundo que habia silenciado, Desde el grcilesismo, asta la procs desaragads, a comprometida, rligiosa, hasta Hega al so ial, Iapoesa femenina se mute de ls nquietades de sus das. Re dcr a poesia femenina a un apartado de capialo, como han hecho tans historias de nuestra trata, es un imperdonabl eror cul

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