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¿Sufres sobrecarga de trabajo?

Aprende a poner límites en el entorno laboral


A menudo, en nuestro ambiente laboral oímos frases
como “estoy sobrecargado de trabajo”, “siempre me lo
ponen todo a mí”, “estoy harto de que no me valoren en
este trabajo”, “me paso más horas en mi trabajo de las
que debería y no respeto mis horarios...” “es que no sé
decir no”. Estas afirmaciones suelen estar muy
relacionadas con una ausencia de límites en el trabajo y
es que establecerlos podría repercutir en numerosos
aspectos de nuestra vida personal, familiar y profesional,
aportándonos equilibrio y una mayor satisfacción. Así,
por ejemplo, a nivel personal, vamos a encontrar que
presentaremos una mayor satisfacción, confianza y
bienestar emocional; a nivel familiar, se puede destacar
una disminución de las disputas y una mejor conciliación;
y, en el ámbito profesional, un mayor rendimiento laboral
o una disminución del síndrome de burnout. Si nos cuesta poner límites, seguro que
no sólo es en el ámbito laboral. Empezando por el trabajo, estas pueden ser algunas
ideas útiles para empezar a poner límites:

• Permítete establecer límites. Muchas veces nos resulta difícil poner límites, a
veces porque consideramos que tenemos que ser perfectos, otras por miedo a
que nos rechacen o por las repercusiones laborales que pudiera tener. En
cualquier caso, el primer paso es darnos cuenta de que tenemos que ser más
asertivos e identificar exactamente dónde necesitamos fijar límites, en las
tareas, en los horarios, con algunas personas, ... Tras esa fase de identificación,
date permiso para tomar la iniciativa y decir no. El uso de técnicas de
asertividad será necesario.
• Ten claro tu rol, tus funciones y tus metas. Es frecuente que nos carguen
tareas que no son nuestra responsabilidad y que nos sobrecarguen afectando
a nuestra eficiencia y que, incluso dejemos de lado o queden con menor
importancia, aquellas que sí tenemos que atender. Para ello, es esencial saber
qué funciones nos corresponden y exactamente cómo se mide mi rendimiento.
Esto no quiere decir que debamos adoptar una actitud que torne del todo a la
nada de forma radical. Debemos permitirnos cierta flexibilidad y apertura a los
cambios que consiga llevarnos en ocasiones a la negociación de ciertas
condiciones como, por ejemplo, la participación en un proyecto que nos abra
puertas profesionalmente.
• Identifica lo no negociable. Si bien en el punto anterior hablábamos de cierta
flexibilidad en lo referente a fijar nuestras funciones, roles y metas, también es
importante saber ante qué no estamos dispuestos a ceder; y es que todas las
decisiones que tomamos implican una serie de consecuencias y compromisos
asociados. Por ello, tenemos que valorar tanto lo negociable como lo que no lo
es y pensar siempre que decimos que sí a algo, a qué le estamos diciendo que
no. Por ejemplo, si decimos que sí a horas extraordinarias, también estamos
diciendo que no a tiempo libre, de autocuidado y para dedicar a nuestra familia
que podría ser no negociable. Para ello, crear una lista de cosas no negociables
puede ayudarte a descubrir qué es importante para ti y facilitar su
comunicación.
• Expresa cómo te sientes asertivamente. En ocasiones es necesario
comunicar los límites de una forma clara. Sin embargo, no siempre es fácil
establecerlos ya que podemos tener miedo a comunicarnos de una manera
insegura o agresiva. Para ello, es importante entrenar nuestro asertividad. El
asertividad es la habilidad social para comunicarnos y defender nuestros
derechos e ideas respetando los de los demás. De este modo, si expresamos
los límites desde esta óptica vamos a hacerlo de una forma clara y respetuosa
evitando la agresividad y siendo, por lo tanto, menos incómodo para nosotros.
• Delega y prioriza tareas. Frecuentemente nos cuesta reconocer que no
podemos con todo, pero esto no es algo malo y no nos debemos sentir
culpables por ello. Hay que entender que nadie es un superhombre ni una
supermujer y que nuestro horario laboral no siempre se ajusta a todo lo que
tenemos que hacer, pero en ocasiones delegar y priorizar tareas es un punto
importante a tener en cuenta.
• Respeta tus tiempos. Aunque la vida laboral es imprescindible, no debemos
olvidarnos de que la personal es tan importante como esta para tener un buen
equilibrio y bienestar psicológico. Descansar del trabajo es, no sólo un derecho,
sino algo fundamental para poder desempeñar un buen rendimiento y evitar
patologías relacionadas con el medio laboral, como el cada vez más conocido
burnout. Sin embargo, el tiempo de descanso no se mide solo con el reloj.
Fundamentalmente se mide por la desconexión mental del trabajo y esto
requiere un ejercicio mental de dejar las cosas del trabajo en su tiempo y poner
la atención en lo que estemos viviendo en ese momento.

Por lo tanto, establecer límites es de vital relevancia en nuestra vida, y


especialmente en nuestro ámbito laboral. Estos límites servirán para mejorar
nuestro bienestar emocional y evitar que el ambiente laboral se presente como una
faceta dura en nuestra vida, ayudándonos a evitar sintomatología ansiosa-depresiva
como la asociada al burnout.

Fuente: Prevención Integral 3 febrero 2023


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