En esta etapa y según se vaya diversificando la dieta, se disminuirá la
cantidad de leche, aunque se recomienda mantener al menos dos raciones de lácteos diarios (un máximo de 500 ml al día). El consumo de leche de vaca por encima de 500 ml/día después del primer año de vida se asocia con deficiencia de hierro y por lo tanto a anemia en los bebés. Aunque cabe señalar que se puede sustituir parte de la leche por otros productos lácteos como un yogur, quesos y derivados. Pero recuerda que los yogures deben ser sin azúcar y que los quesos mejor que mejor sin son tiernos y no muy grasos. A su vez, para evitar posibles problemas con la dentición, lo ideal es que el pequeño vaya dejando el biberón para pasar a tomar leche en vaso o taza. ¡Seguro que le hace mucha ilusión ver su tacita nueva!
Aparte de la leche y los otros lácteos que hemos comentado, es
importante y muy necesario ofrecer una variedad de alimentos nuevos al bebé. Si tu pequeño siente curiosidad por lo que tú comes, siempre que sea apto para su edad, deja que pruebe un poco. A estas edades se definen los gustos, por lo que es normal que quiera probar cosas nuevas.
Además, es básico que los bebés coman a diario cereales, ya sean de
avena, trigo o arroz, se los puedes preparar en la papilla o si aún no lo ha dejado en su biberón, ya que le aportan hierro y otras vitaminas y minerales. También es necesario que tomen al menos 2 porciones de vegetales, una o dos porciones de fruta, de 50 a 100 gr de carne o pescado y que una o dos veces a la semana se sirva a la mesa legumbres.
El Arrepentimiento Que Lleva A La Salvación Debe Incluir También Un Cambio de Pensamiento Respecto A Quién Es Jesús y El Lugar Que Debe Ocupar en Nuestra Vida