que, a través de los amplios ventanales que abras,
se derrame la lumbre del sol
y haga brillar tus alas
mojadas por la lluvia
y aparte la opresión de la tormenta.
Sube en la tempestad,
nauta del Infinito;
pasa serenamente sobre el trueno del mar.
apaga sus bramidos con tu motor rugiente;
elévate entre los torbellinos del viento;
corta con tu timón
el vientre de las trombas
y opón al furor del huracán
tu corazón de mil caballos.
Elévate pronto, mi pájaro enorme;
los bárbaros cubren sus campos
de torres blindadas y quieren cerrar tu camino
con nubes de llamas y acero.
¡Remonta tu vuelo más alto,
que no lleguen a herir tu corazón!
Responde a la Muerte trazando en el aire
la curva sin fin de la Vida
y hacia la paz azul del Infinito
prosigue tu ruta triunfal.
Revista Grecia, Sevilla, nº 14, 30 de abril 1919, pp. 10-11.
LAMENTACIONES
Han talado los árboles del bosque;
arrasaron las mieses coronadas con el rubio esplendor de las espigas; encendieron el agua de los ríos con el tono siniestro de la sangre; en la noche, con trágicos incendios ocultaron la luz de las estrellas, y entre roncos lamentos de agonía una gloriosa juventud fecunda ha descendido al polvo de la muerte.
INVOCACIÓN A LA PAZ
¡Oh fruto del divino Paracleto!
ven a apagar el fuego que ha encendido en el alma del hombre la locura. Hermana del amor y la armonía, que renazca la dicha en el espíritu y el corazón airado ame de nuevo las serenas palabras fraternales; que tu ramo de oliva dulcifique esta inquietud mortal de la discordia y que triunfe en el alma el pensamiento de que todos los hombres son hermanos.
FRAGMENTO
Me encontraré esta noche en la ciudad lejana,
sin la luz de tus ojos ni el calor de tus manos; entre el bullicio alegre, por las extrañas calles [...] Y en mi alma se agota, sin cesar; el deseo de que el tren se detenga y volver a tu lado. El tren no se detiene. El tren sigue su marcha"
de "Romances de primavera"
EVOCACION DE LA DICHA PERDIDA
En el valle florido parecía
la blancura de nieve de la aldea un plumaje de cándidas palomas. ¡Oh los días de fiesta, por la tarde! Pasaban por las calles las muchachas coronados de flores sus cabellos y llevando en sus ojos luminosos el corazón radiante de ventura. Bajo el beso del sol, en primavera, los ancianos humildes recordaban el vigor de sus años juveniles, y mirando las fértiles campiñas pensaban en los báquicos lagares cuando en el suelo vierten sus topacios los racimos maduros de las vides. El Angelus rasgaba el rojo cielo; al són de las campanas vesperales los hombres regresaban del trabajo buscando calma en el hogar tranquilo, y erraba por el aire el eco alegre de una dulce canción, donde latía el corazón ingenuo de la infancia.
CARTA A ROGELIO BUENDÍA (Fragmento)
Rogelio, esta mañana de otoño he deseado
recordar las mañanas del otoño pasado cuando fuimos, glosando una misma harmonía con el ritmo y la luz de nuestra poesías por este luminoso parque primaveral donde nunca se pone amarillo el rosal [...]
A LOS HOMBRES DE BUENA VOLUNTAD
Desde esta noble tierra de la Gracia
donde reluce el agua del gran río bajo la paz de los olivos verdes, elevemos a Dios una plegaria por que concluya pronto esta tragedia que ha destrozado el corazón de Europa.
A LA REINA DE LOS JUEGOS FLORALES
[Envío a la reina de los juegos florales]
"Señora, que sois rosa y sois lucero
y en la Ciudad gloriosa de la Gracia sois entre todas las mujeres reina; pedid a Dios que para siempre acabe este triste reinado de la Muerte. Que al inundarse vuestros claros ojos con el trémulo brillo de las lágrimas, el corazón airado de los hombres se llenará de nobles pensamientos; y volverá de nuevo a ser el mundo aquel reino de buenas voluntades que anunciaron los coros del Empíreo en el milagro de la Noche-Buena"