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MASCOTAS EN EDIFICIOS

APRECIACIONES DIVERSAS SOBRE EL PARTICULAR

1º) Si el Reglamento lo prohíbe específicamente habría que cumplirlo; no obstante existe jurisprudencia concreta
sobre casos en que personas en situación de soledad, han obtenido excepciones en sentencias judiciales, toda vez
que su mascota es su única compañía; es análogo a los casos en que en edificios que no son aptos para profesional,
varias personas han conseguido excepciones por la vía judicial (ya sea amparos o juicios ordinarios), siendo su unidad
funcional vivienda única y desarrollan la actividad en ella.

2º) El caso de los Reglamentos Internos es todo un tema; primero habría que ver el Acta de Asamblea que lo aprobó,
si fue realizada con las mayorías necesarias; recordemos que en los Reglamentos de Copropiedad se establecen esas
mayorías; y en algunos casos especiales, generalmente no se cumplen; y cabe recordar también, que existen
cláusulas reglamentarias y cláusulas estatutarias, que para ser modificadas, deben cumplir ciertas pautas y mayorías
para que su aprobación sea legal.

3º) Luego se observará si el original de ese Reglamento Interno está efectivamente firmado en todas sus páginas por
la mayoría requerida de copropietarios que lo hubieren aprobado; así y todo, como ese Reglamento Interno
generalmente NO SE IMPONE en cada traslación de dominio (como lo es el caso del de Copropiedad que sí se
impone), este Reglamento Interno puede no ser firmado por cada nuevo titular de dominio (y éste es mi caso), con
lo cual no quedo obligada a cumplirlo; toda vez que de la lectura, surge que me cercena derechos que no están
establecidos en el de Copropiedad, que sí aprobé al adquirir mi unidad funcional.

4º) Por último, y en pos de no llegar a una confrontación, sino a una solución lógica para ambas partes, la idea sería
tratar de hacer entender a quienes corresponda, que si bien es natural reglamentar ciertas cuestiones de
convivencia, (entiéndase horarios de descanso o mudanzas, uso de los sectores comunes, cuidado de las
instalaciones, etc.), y que ello debe ser redactado en un Reglamento interno, debe comprenderse también que esas
reglamentaciones NO DEBEN CERCENAR DERECHOS INDIVIDUALES consagrados en Leyes superiores o la
Constitución Nacional. Aquí se está cercenando el derecho a circular por los espacios comunes, a un can que por
deseo de su dueño, debe residir en la unidad funcional, que ES PROPIA Y NO COMÚN; con lo cual ese cercenamiento
de la circulación para llegar a la misma, se vería impedido, y por ende, viola los derechos básicos, descriptos al inicio
de este párrafo.

SUGERENCIAS PARA SOLICITAR A LA ADMINISTRACIÓN DEL CONSORCIO


A) Copia del ejemplar del Reglamento Interno, que esté firmado por los copropietarios que en su momento lo
aprobaron.

B) Copia del acta de Asamblea que lo aprobó.

C) Estas fotocopias pueden ser simples, pero se sugiere exigir al Administrador que las entregue FRIMADAS EN
CADA PÁGINA, ACLARANDO QUE CERTIFICA ASÍ SU AUTENTICIDAD.

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