Sandra viviana baquero rincón

Erika Paola soraca Mahecha

TALLER DE CRIMINOLOGIA

• QUÉ ES EL PRINCIPIO DE LEGALIDAD SEGÚN BECCARIA

El principio de legalidad, según la perspectiva de Cesare Beccaria, es un

concepto fundamental en la teoría del derecho penal y la criminología.
Beccaria fue un filósofo y jurista italiano del siglo XVIII, conocido por su
influencia en el desarrollo del pensamiento sobre el sistema de justicia
penal.

El principio de legalidad, también conocido como el "principio de legalidad

penal" o "nullum crimen, nulla poena sine lege" (ningún delito, ninguna
pena sin ley), se refiere a la idea de que un individuo no puede ser castigado
por un acto que no esté expresamente tipificado como delito en la ley. Esto
implica que la acción que se considera delictiva debe estar claramente
definida por la ley antes de que alguien pueda ser procesado y castigado por
ella.

El principio de legalidad también establece que la ley debe ser clara y precisa
en la descripción de los delitos y las penas, de modo que las personas tengan
la capacidad de entender lo que está prohibido y las consecuencias legales
de sus acciones. Además, impide que las autoridades penales apliquen
sanciones retroactivamente, es decir, que castiguen a alguien por una
conducta que no estaba prohibida en el momento en que se llevó a cabo.

El principio de legalidad según Beccaria defiende la importancia de la

certeza y la claridad de la ley penal, garantizando que las personas no sean
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castigadas arbitrariamente y que solo sean responsables por acciones que
hayan sido previamente definidas como delitos por la legislación vigente.

• QUÉ ES EL PRINCIPIO DE LEGALIDAD

El principio de legalidad, se refiere a un pilar fundamental del sistema de

justicia penal que establece que no se puede castigar a una persona por una
acción que no esté expresamente prohibida por la ley. En otras palabras,
para que alguien sea considerado culpable de un delito y sujeto a sanciones
legales, la conducta en cuestión debe estar claramente definida como un
delito por la ley en vigor en el momento en que se cometió la acción. Este
principio se resume en la máxima latina "nullum crimen, nulla poena sine
lege" (ningún delito, ninguna pena sin ley).

El principio de legalidad tiene varias implicaciones clave:

Tipicidad: Significa que la conducta debe ajustarse a una descripción

específica y precisa establecida en la ley. Si una acción no se encuentra
tipificada como un delito en la legislación, no puede ser sancionada
penalmente.

Reserva de ley: Solo un cuerpo legislativo (como un parlamento o congreso)

tiene la autoridad para crear leyes penales. Las autoridades ejecutivas y
judiciales no pueden crear delitos o aumentar las penas por sí mismas.

No retroactividad: Las leyes penales no pueden aplicarse retroactivamente,

lo que significa que una persona no puede ser castigada por una acción que
era legal en el momento en que ocurrió, incluso si la ley cambia
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posteriormente. Aunque debe tenerse en cuenta la aplicación del principio
de favorabilidad que corresponde a una excepción a la regla.

Certeza y precisión: La ley debe ser clara y precisa en la definición de los

delitos y las penas para que las personas puedan conocer y entender las
consecuencias legales de sus acciones.

Protección de derechos individuales: El principio de legalidad actúa como

una salvaguarda contra la arbitrariedad y el abuso de poder por parte del
sistema de justicia penal, garantizando que las personas tengan un marco
claro y predecible para su comportamiento y las consecuencias legales de
sus acciones.

El principio de legalidad es un concepto fundamental en el derecho penal

que busca asegurar la justicia y la protección de los derechos individuales
al establecer que nadie puede ser castigado por algo que no esté claramente
definido como un delito por la ley en vigor en el momento en que se comete
la acción.

• QUÉ DICE BECCARIA SOBRE LA PENA

Cesare Beccaria, un influyente filósofo y jurista italiano del siglo XVIII,

planteó una serie de ideas sobre la pena en su obra más conocida, "De los
delitos y las penas" ("Dei delitti e delle pene"). Las principales ideas de
Beccaria sobre la pena pueden resumirse de la siguiente manera:

Prevención del delito: Beccaria abogaba por un enfoque de la pena basado

en la prevención del delito en lugar de la venganza. Sostenía que el propósito
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principal de la pena debe ser disuadir a otros de cometer delitos similares y
no simplemente infligir sufrimiento al delincuente.

Proporcionalidad: Beccaria defendía la idea de que las penas deben ser

proporcionales al delito cometido. Esto significa que la gravedad de la pena
debe estar en consonancia con la gravedad del delito. Buscaba evitar
castigos excesivamente crueles o inhumanos.

Legalidad y certeza: Beccaria enfatizaba la importancia del principio de

legalidad, que establece que las penas deben estar claramente definidas por
la ley y ser conocidas por los ciudadanos. También abogaba por la certeza
de la pena, asegurando que las personas puedan prever las consecuencias
legales de sus acciones.

Humanidad en la ejecución de la pena: Beccaria se oponía a la tortura y

a los métodos de castigo inhumanos. Abogaba por la humanización del
sistema penitenciario y el respeto por la dignidad de los reclusos.

Racionalidad y utilidad: Beccaria argumentaba que las leyes penales y las

penas deben ser racionales y basadas en la utilidad pública. Esto implica
que las leyes y las penas deben tener un propósito claro en la prevención
del delito y en el beneficio de la sociedad en su conjunto.

Beccaria abogaba por un enfoque reformador en el sistema de justicia penal,

proponiendo que las penas deben ser proporcionales, racionales, humanas
y orientadas a la prevención del delito. Su obra influyó en la reforma de los
sistemas legales y penitenciarios en Europa y contribuyó al desarrollo de la
criminología moderna.
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• EXPLIQUE LA POSTURA DE BECCARIA SOBRE LA PENA DE

MUERTE

Cesare Beccaria, en su obra "De los delitos y las penas", abordó la cuestión
de la pena de muerte desde una perspectiva crítica y reformista en el
contexto del sistema penal de su época. Su postura sobre la pena de muerte
puede resumirse de la siguiente manera:

Beccaria se manifestó en contra de la pena de muerte en la mayoría de los

casos y planteó varias razones para respaldar su posición:

Ineficacia disuasoria: Beccaria argumentaba que la pena de muerte no era

efectiva como disuasión para prevenir el delito. Sostenía que la amenaza de
la muerte no disuadía significativamente a las personas de cometer
crímenes, ya que muchos delincuentes no evaluaban racionalmente las
consecuencias de sus acciones en el calor del momento.

Irracionalidad y crueldad: Beccaria consideraba que la pena de muerte era

irracional y cruel, ya que infligía un sufrimiento extremo al condenado sin
proporcionar un beneficio claro para la sociedad. Creía que los sistemas
legales deberían evitar castigos inhumanos.

Falta de reversibilidad: Beccaria también se preocupaba por la posibilidad

de errores judiciales irreparables en los casos de pena de muerte. Dado que
la vida de un ser humano no puede ser devuelta una vez que se ha ejecutado,
argumentaba que el sistema legal debería evitar tomar decisiones que no
pudieran corregirse en caso de un juicio erróneo.
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Papel del Estado y el poder punitivo: Beccaria veía la pena de muerte

como una manifestación extrema del poder punitivo del Estado y advertía
sobre el abuso de ese poder. Abogaba por limitar la severidad de las penas
y promover un sistema de justicia más justo y humano.

Si bien Beccaria era crítico de la pena de muerte, no la descartaba por

completo en circunstancias excepcionales. Reconocía que, en casos
extremos de amenaza a la seguridad pública, como la traición, la pena de
muerte podría ser justificable. Sin embargo, abogaba por su uso excepcional
y bajo criterios rigurosos, y siempre considerando la proporcionalidad y la
utilidad de la pena en términos de prevención del delito y beneficio público.
La postura de Beccaria sobre la pena de muerte se centraba en su ineficacia
como disuasión, su crueldad y la necesidad de aplicarla de manera muy
restrictiva y con cautela en el sistema de justicia penal

• Explique la postura de Beccaria sobre la cadena perpetua

Cesare Beccaria, el influyente filósofo y jurista italiano del siglo XVIII,

expresó su postura sobre la cadena perpetua en el contexto de su obra "De
los delitos y las penas". Su posición respecto a la cadena perpetua se puede
resumir de la siguiente manera:

Beccaria mostró preocupación por la cadena perpetua y otros castigos

penitenciarios prolongados en su obra. Sus principales argumentos y
preocupaciones fueron:
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Falta de proporcionalidad: Beccaria sostenía que las penas deben ser
proporcionales a la gravedad del delito cometido. La cadena perpetua, al ser
una condena de por vida, a menudo se considera desproporcionada para la
mayoría de los delitos en comparación con otros tipos de penas. Esta falta
de proporcionalidad iba en contra de su principio de justicia penal.

Inutilidad para la prevención del delito: Beccaria cuestionaba la eficacia

de la cadena perpetua como medida disuasoria contra el delito.
Argumentaba que la amenaza de una condena de por vida no
necesariamente impediría a los individuos cometer delitos, ya que muchas
veces los criminales no evaluaban de manera racional las consecuencias a
largo plazo de sus acciones.

Rehabilitación y reforma penal: Beccaria abogaba por un sistema de

justicia penal que enfatizara la rehabilitación y la reforma del delincuente
en lugar de la retribución y el castigo prolongado. Creía que la prisión
debería ser un lugar donde los infractores pudieran tener la oportunidad de
reformarse y reintegrarse en la sociedad.

Evitar el sufrimiento innecesario: Beccaria estaba preocupado por la

crueldad inherente a la cadena perpetua, ya que condenaba a una persona
a pasar el resto de su vida en prisión, privada de libertad y de la posibilidad
de redimirse. Consideraba que el sufrimiento extremo sin un propósito claro
y útil para la sociedad era inhumano.

La postura de Beccaria sobre la cadena perpetua se basaba en la

preocupación por su falta de proporcionalidad, su ineficacia como medida
disuasoria, su falta de enfoque en la rehabilitación y la posibilidad de infligir
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un sufrimiento innecesario a los condenados. Beccaria abogaba por un
sistema penal más justo y humano que equilibrara la necesidad de castigo
con la oportunidad de reforma y reinserción en la sociedad.

• Explique la postura de Beccaria sobre la tortura

Cesare Beccaria, se opuso firmemente a la práctica de la tortura en el

contexto del sistema penal de su época. Su postura sobre la tortura puede
explicarse en lenguaje académico de la siguiente manera:

Inmoralidad y crueldad: Beccaria consideraba que la tortura era una

práctica inmoral y cruel que violaba los principios fundamentales de la
dignidad humana. Argumentaba que someter a una persona a sufrimientos
físicos extremos con el objetivo de obtener una confesión o información era
inaceptable desde una perspectiva ética.

Falta de fiabilidad: Beccaria también cuestionaba la fiabilidad de la tortura

como método para obtener información precisa o confesiones veraces.
Sostenía que las personas somet

Cesare Beccaria, un influyente filósofo y jurista italiano del siglo XVIII, se

opuso firmemente a la práctica de la tortura en el contexto del sistema penal
de su época. Su postura sobre la tortura puede explicarse en lenguaje
académico de la siguiente manera:

Fundamentación ética: Beccaria basaba su oposición a la tortura en una

base ética sólida. Consideraba que la tortura era una violación flagrante de
la dignidad humana y de los derechos fundamentales de los individuos.
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Desde esta perspectiva, argumentaba que el uso de la tortura para obtener
confesiones o información era inaceptable desde un punto de vista moral y
ético.

Falta de fiabilidad: Beccaria también cuestionaba la fiabilidad de la tortura

como método para obtener información precisa o confesiones veraces.
Argumentaba que las personas sometidas a tortura podrían proporcionar
información falsa o incriminarse a sí mismas o a otros simplemente para
poner fin al sufrimiento extremo al que se las sometía. Esto, a su vez, podía
conducir a juicios erróneos y condenas injustas.

Legalidad y proporcionalidad: Beccaria abogaba por la legalidad y la

proporcionalidad en las penas y los métodos utilizados por el sistema de
justicia penal. Sostenía que la tortura no cumplía con estos principios, ya
que no estaba claramente definida por la ley y, además, imponía un
sufrimiento desproporcionado a los individuos en comparación con la
gravedad de los delitos que se investigaban.

Efectividad limitada como herramienta de justicia: Beccaria sostenía

que la tortura era ineficaz como herramienta para garantizar una justicia
efectiva. Argumentaba que el sistema legal debería basarse en pruebas
sólidas y procedimientos justos en lugar de depender de métodos coercitivos
y crueles para obtener información o confesiones.

La postura de Beccaria sobre la tortura se basaba en su oposición ética a la

práctica, su preocupación por la falta de fiabilidad, su incompatibilidad con
los principios de legalidad y proporcionalidad, y su ineficacia en el logro de
una justicia verdadera y equitativa. Estas ideas contribuyeron a la
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promoción de reformas en los sistemas legales y penitenciarios de la época
y siguen siendo relevantes en la discusión contemporánea sobre los
derechos humanos y la justicia penal.

• SEGÚN SU OPINIÓN Y TENIENDO EN CUENTA LA SITUACIÓN

ACTUAL DEL PAÍS, ¿QUÉ PENA A APLICAR CONSIDERA QUE ES
MÁS EFECTIVA?

La efectividad de una pena en un sistema de justicia penal puede depender

de numerosos factores, como la gravedad del delito, la cultura legal, las
políticas gubernamentales y las investigaciones científicas.

La elección de una pena efectiva debe basarse en un análisis exhaustivo que

involucre a expertos en derecho penal, criminología y políticas públicas, así
como en la consideración de los objetivos del sistema de justicia penal, que
pueden incluir la prevención del delito, la rehabilitación de infractores, la
protección de la sociedad y la restauración de las víctimas. Además, las leyes
y políticas penales deben estar en consonancia con los principios legales y
los derechos humanos.

En mi concepto las penas deben ser proporcionales con el daño y la

conducta penal ejercida por el sujeto activo de la conducta sea cual sea su
denominación en la relación con su participación en el ilícito, aunado a ello,
la pena privativa de la libertad resulta ajustada para los injustos graves, al
igual para quienes son reincidentes en la comisión de delitos. Ahora, en mi
concepto no la cadena perpetua ni la pena de muerte se ajustan a nuestro
ordenamiento jurídico y serán inviables.