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Orden en El Trabajo-Vida 2023
Orden en El Trabajo-Vida 2023
Plantillas
Pereza
Falta de autocontrol
Miedo al fracaso
Perfeccionismo
El problema de la procrastinación
La inconsistencia temporal juega un papel fundamental en la procrastinación en el
trabajo. Muchas veces, el trabajo que haces contribuye a proyectos o propósitos
más amplios de la organización. Pero dependiendo de cuál sea tu rol, ese objetivo
puede parecer muy lejano para tu trabajo diario. Sin un conocimiento profundo de
por qué tu trabajo es importante, es muy difícil motivarse y terminarlo.
Lee: Cómo crear una pirámide de la claridad en Asana gracias a los Objetivos
Lo ideal es que la visión sea algo que te apasione. Pero aunque no lo sea,
simplemente entender cómo se conecta tu trabajo con algo más amplio servirá
para que todo tenga más sentido. En vez de tener que combatir la
incompatibilidad temporal, ahora el trabajo, con el que normalmente
procrastinarías, adquiere un valor claro.
Céntrate en el impacto
Si el perfeccionismo es un problema, puede resultar muy útil tener una idea clara
del impacto que tiene tu trabajo. En vez de pretender perfección, céntrate en
finalizar las tareas que tienes a mano para apoyar los objetivos de la empresa de la
mejor manera posible. A continuación te mostramos a qué nos referimos:
Imagina que trabajas para producir una animación educativa para la página de
inicio de tu sitio web. Muchas personas verán ese trabajo, lo que hace que el
perfeccionista que hay en ti entre en pánico. Es el motivo por el que te centras en
el resultado y piensas en todos los que verán el video, en vez de enfocarte en los
objetivos y el impacto del video. El objetivo de la animación es comunicar los
beneficios de los productos de la empresa a personas que no están familiarizadas
con esos productos y el impacto es educativo. Si reorientas las prioridades en
torno al impacto, disminuirá la presión sobre el perfeccionismo y te pondrás
directamente a trabajar.
Lee: ¿Scrum es algo nuevo para ti? Qué es y por qué funciona tan bien
Será muy útil que dividas las piezas grandes en porciones más pequeñas porque
probablemente descubras que no eres responsable de todos los aspectos de una
iniciativa amplia. Por ejemplo, si escribes un ebook, eres responsable de hacer el
esquema, el borrador y la edición de los textos. Pero tal vez alguien más se ocupe
del diseño del ebook y quizás pueda haber un editor que lo apruebe. Al dividir la
iniciativa de “Crear un ebook” en varias tareas, no solo resulta más fácil empezar,
sino que además adquieres claridad con respecto a quién hace qué y para
cuándo.
Lee: Tu guía sobre gráficos RACI (incluye ejemplos)
Capturar todas las tareas pendientes es una táctica del método “Getting Things
Done” (GTD). Una vez que entiendes con claridad qué trabajo queda pendiente,
resulta más fácil organizarlo, establecer las prioridades y ponerse a trabajar.
Asegúrate de dar seguimiento al trabajo con una aplicación con lista de
pendientes, no con una lista de verificación escrita. Si bien puede resultar
gratificante tachar cosas de una lista, el seguimiento del trabajo en una aplicación
es útil para priorizar y ordenar el trabajo, para agregar contexto importante a las
tareas pendientes y para compartirlas con otros miembros del equipo.
Para elaborar una buena lista virtual de tareas pendientes, lee nuestro artículo
sobre los 15 secretos para hacer una lista de pendientes que realmente funcione.
Una vez que hayas capturado todas las tareas pendientes en una herramienta para
tal fin, confirma que cada elemento tenga una fecha de entrega. También es una
buena oportunidad para que identifiques el trabajo que no es prioritario. Si te
encuentras con alguna tarea de este estilo, difiere el trabajo hasta que tengas más
tiempo disponible o delégalo a alguien más.
No lo hagas una sola vez. Organiza rápido el trabajo al final del día y define las
fechas de entrega de las tareas nuevas. De este modo, cuando te pongas a
trabajar al día siguiente, estarás mejor preparado para finalizar las tareas.
El método “Getting Things Done” (GTD). Este método se basa en la idea de que
mientras más información tengas que seguir mentalmente, menos
productividad y concentración tendrás. En vez de depender de tu mente, la
metodología GDT propone almacenar toda esa información en una fuente de
referencias externa y bien organizada.
La técnica “Pomodoro”. Esta técnica propone alternar entre sesiones de trabajo
y de descanso. Una ‘pomodoro’ es una sesión de trabajo que dura 25 minutos,
después de los cuales hay un descanso de 5 minutos. Después de 4 sesiones
‘pomodoro’, se toma un descanso más prolongado. Al trabajar en secuencias
breves, es más probable que uno logre mayor productividad y mantenga la
motivación.
La regla de los dos minutos. Es una estrategia muy simple de gestión del
tiempo: si necesitas menos de 2 minutos para finalizar una tarea, hazla ahora.
Esta metodología se centra en las tareas pequeñas, con la convicción de que si
la quitas rápido del camino, tendrás más tiempo y más claridad mental para
poder abocarte luego al trabajo de alto impacto y terminarlo.
Del mismo modo que lo que sucede con otras habilidades de desarrollo personal,
dejar de procrastinar lleva tiempo. Si es un hábito que has desarrollado con el
tiempo, no puedes esperar que desaparezca de la noche a la mañana. En cambio,
dedícate con tiempo a generar claridad, para ti, pero también para tu equipo.
Lentamente, te sentirás más motivado para trabajar cuando puedas ver con
claridad por qué tu trabajo es importante.
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