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UNIVERSIDAD PEDAGÓGICA

NACIONAL

Licenciatura en Educación e
Innovación Pedagógica

MÓDULO 9 / UNIDAD 1
SEMANA 2

Actividad 3. Apuntes del saber y la acción


educativa

Pedro Alonso Hernández García

20/05/2022
EL SABER Y LA ACCIÓN EDUCATIVA

Todo aquello que surge realmente en el aula es magia, es arte que el


docente realiza para hacer lo que más le gusta. Dar lo mejor de él para que sus
pupilos aprendan de todo aquello que él lleva preparado. Es muy enriquecedor y
motivador cuando un docente deja el alma en su trabajo, que todo lo que hace lo
hace con el corazón en la mano.

Cuando se habla de acción educativa, es muy importante reconocer que va


más allá de solo estar frente a un grupo e intentar dar juna clase y que los niños
medio aprendan. La acción educativa intencionada permite tener logros que fueron
planeados para su aplicación. Es decir, hay una intención y una razón de ser de
aquello que se lleva en la praxis educativa.

Todo docente debe tener muy en claro su papel ante los alumnos, ante la
sociedad en sí. No se debe olvidar que hay un compromiso, no solo en el aula,
sino también en la sociedad, porque aquello que es enseñado dentro del aula
debe tener impacto en la sociedad y, esto, se logra, cuando hay una acción
educativa intencionada.

Es tener en claro el camino que se va a seguir, a dónde se quiere llegar y


porqué se quiere tener ese resultado. Por lo tanto, la acción educativa es una
acción que es totalmente consciente y pensada, encaminada al cumplimiento de
objetivos, metas y fines que son sumamente valiosos para el desarrollo de las
personas (Romero, 2004, p.9).

La educación o bien, el hecho educativo, no es seguir un camino sin rumbo;


es un camino muy bien trazado con todos aquellos recursos que van a permitir
llegar al final del trayecto con los elementos necesarios para el desarrollo del ser
humano. Es decir, la educación debe ser pensada, planificada, aplicada, valorada
y reorientada. Para esto, es muy importante la planificación de la educación desde
el ámbito que se trabaje. Desde la planeación educativa hasta la planificación
didáctica, esta última, es en donde se recae el trabajo plasmado en programas
educativos, es en donde se cristaliza lo que en un momento surgió como una idea,
propuesta, etcétera.

De acuerdo con lo que menciona Romero (2004), toda aquella actividad


referente a la educación se tiene una condición previa, es decir, la elaboración de
un plan de acción que permita criterios y referencias de carácter
fundamentalmente axiológico (p.12).

No se tiene que olvidar que el papel del docente es fundamental en todo lo


que acontece en el aula, en la acción educativa, ya que, es imprescindible su
función en la acción educativa. Es él uno de los actores involucrados en poner en
práctica lo planeado, planificado y racionalizado para cumplir con los objetivos
plasmados.

Resulta interesante darse cuenta de que muchos docentes al momento de


concluir su preparación docente y egresar de una escuela normal, llegan a un
momento de confort en donde solo llevan a cabo lo que ellos piensan que tienen
que hacer frente a un grupo. No es algo verdaderamente malo, ya que es algo que
saben hacer, pero, el compromiso con la educación es mayor e implica una
profesionalización de los maestros para que la acción educativa intencionada
tenga mayor peso. Su actuar frente a los alumnos se significativo para cada uno
de ellos.

La profesionalización docente es muy importante siempre y cuando es


concretado en el trabajo áulico, ya que de esta manera se le da importancia que
requiere la acción educativa en el logro de los aprendizajes. Con esto, va de la
mano con todos aquellos saberes pedagógicos que el maestro debe tener. Y es
que si, se habla de educación, precisamente es la pedagogía quien te da las
herramientas para su estudio.
Para Romero (2004), la profesionalización debe valorarse de acuerdo con
lo siguiente:

“Su profesionalidad no debe evaluarse sólo mediante la razón técnica


(competencias técnicas, habilidades, conocimientos), sino también, y sobre
todo, de acuerdo con los criterios de la razón práctica (entendimiento,
argumentación, diálogo). La práctica educativa participa de las tensiones de
la acción social y el profesor, en consecuencia, debe asumir un compromiso
ético y político (p.29)”.

Uno de los conocimientos fundamentales de todo docente, es el de ser


especialistas en pedagogía, el conocimiento pedagógico está orientado por una
racionalidad epistémica y una racionalidad instrumental. La Pedagogía sería la
ciencia especializada en asegurar las condiciones de posibilidad, mediante el
recurso al saber de acción generado por esta ciencia, de los procesos y factores
involucrados en la práctica educativa (Romero, 2004, p. 1).

Así pues, el tener saberes pedagógicos lleva a los docentes a una acción
educativa eficaz, totalmente racional, deliberada, consciente y con fines claros, en
donde la praxis se convierte en un arte llena de resultados favorables en la
educación del ser.

Cada individuo es único e irrepetible, su formación y educación se ha visto


inmersa en diferentes contextos y personas que han influido en la conformación de
su identidad. Por tal motivo, cada docente tiene hábitos, actitudes y valores que
tienen impacto en su quehacer educativo, siendo ejemplo para muchos alumnos y
ética será de gran importancia en este trabajo. Como servidores públicos hay un
compromiso muy importante no solo en el aula, sino ante la sociedad y lo que
estos dicentes pueden aprender y llevarlo la práctica.
Como profesionales de la educación, no solo se educa en conceptos y
habilidades, se educa también, en valores y actitudes que impactan en la sociedad
y en la convivencia sana de un grupo de personas.

Se puede concluir, que de acuerdo con la profesionalización y saber


pedagógico, el docente con la globalización tiene muchas fuentes de donde
obtener información. La importancia radica, en la pertinencia de la selección de
aquel conocimiento que realmente resulte fructífero para su implementación.
Teorías que es importante analizar y tener siempre presente aquellos sustentos
pedagógicos sobre los que se rigen los programas educativos.
REFERENCIAS BIBILIOGRÁFICAS

Romero P. C. (2004). Racionalidad y conocimiento pedagógico: el saber «para la


acción», en: Conocimiento, acción y racionalidad en educación (pp. 57-81).
Madrid: Biblioteca Nueva.
Romero P. C. (2004). Teorías de la acción y educación: paradigmas y enfoques.
En: Conocimiento, acción y racionalidad en educación (pp. 117-146).
Madrid: Biblioteca

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