La defensa de la persona y sus derechos son inviolables. Nadie podrá ser
condenado, ni privado de sus derechos, sin haber sido citado, oído y vencido en proceso legal ante juez o tribunal competente y preestablecido. Derecho humano por el que toda persona, durante un juicio o procedimiento administrativo, puede defenderse adecuadamente de cualquier alegato, acusación o prueba que se establezca en su contra. Es uno de los derechos que, a su vez, integran el derecho al debido proceso.
El derecho de defensa como una garantía procesal se encuentra íntimamente
ligado con la noción de debido proceso, tanto en la Convención Americana sobre Derechos Humanos (en adelante CADH) artículo 8 como en la Jurisprudencia de la Corte. Se presenta en este artículo una selección de pronunciamientos relevantes de la Corte IDH por medio de los cuales se han perfilado no solo el contenido del artículo 8 ut supra indicado, sino además de las nociones básicas que se contemplan como constitutivas de ese derecho de defensa.
En el ámbito internacional, la Corte Interamericana de Derechos Humanos, en
diversos precedentes, ha concluido que existe violación al derecho de defensa, cuando no se permite al imputado ejercerla, incluso en etapas previas a la propia acusación, es decir, en etapas prejudiciales o de investigación. No obstante, también ha aceptado que el Estado, para lograr establecer la verdad de los hechos, puede reservar en ciertos casos diligencias de investigación, siempre que busque armonizar los fines de la procuración de justicia con el derecho de defensa. Pero ha establecido, de manera categórica, que la notificación de los hechos o de los cargos debe siempre ocurrir de manera previa a la primera declaración del imputado.
De lo expuesto se derivan dos escenarios: uno, que permite al Ministerio Público
actuar en una investigación sin notificar de sus diligencias a la persona contra la cual, eventualmente, podría formular imputación; y otro, cuando la autoridad ministerial requiere, para integrar su investigación, de la entrevista del imputado o de la ejecución de algún acto de molestia directo contra su persona o sus bienes. Aún en casos así, en el marco constitucional y legal vigente en nuestro país, es difícil sostener que el Ministerio Público tenga la obligación de notificar de la sola existencia de la investigación al interesado, a fin de que pueda ejercer su derecho de defensa; en primer 0lugar, porque es posible que no llegue a formular imputación alguna en su contra, si se actualiza alguna de las causas que le permiten dar por concluida la investigación.
Por Consiguiente, nuestra defensa de las causas perdidas no está dedicada a
emprender ninguna clase de juego deconstructivo, del estilo de toda causa ha de desaparecer para ser eficiente como causa, Al Contrario, El objetivo es superar, con toda la violencia que se necesite, Pag.14 En defensa de causa perdidas
En la presentación de la Revista se afirma que la situación de la justicia en nuestro
país puede resumirse, en una palabra: ineficacia. Después de cuatro décadas podemos afirmar que todavía aspiramos a tener una justicia eficaz, esto es, rápida en su obtención, garantista en su realización y asumible en términos de cortes. Pagina 24 La evolución del Derecho Procesal a la Luz de Justicia.
Bibliografias
Francisco López Martín, (2011) En defensas de causas perdidas, España, Editorial
Akal, S.A.
Joan Picó i Junoy (2012) Revista del Derecho Procesal La evolución del Derecho Procesal a la Luz de Justicia,