You are on page 1of 20
| FANNY COSANDEY y ROBERT DESCIMON, L'absolutisme en France. Histoire et historiographie, Paris, Seuil, 2002, conclusién, pp. 273-297. pen Traduecién del francés: Fabién Alejanco Campagne.” Conclusi6n. Hacia una relectura del concepto de absolutismo. 1 - Lo que esta en juego en los debates sobre la “antigua constitucién monarquica”. £1 absolutismo desoparecié de manera estrepitosa hace doscientos ahios, y su experiencia histérica se encuentra prdcticomente muerta en el espitilu de nuestros contempordneos. A lo sumo, Ia palabra todavia evoca ‘algunos vagos malos recuerdos, ecos de los combales asociados a la Revolucién de 178%, 0 incluso lejanas asociaciones con olras_mal atamadas palabras terminadas en "smo", como totaltarismo. No existe fazén para no estorzamos en comprender y pensar este régimen de la Francia y de la Europa de olros tiempos. sPero como encarar la tarea? ‘Algunos ondlisis historicos se han apropiado de la cullura y de los fargumentos polticos de los hombres del pasado per medio de una La presente traduccion se reaiza exchsivamente para uso intemo de los alumnos de la Céledia de Historia Moderna, Facuted de Flosofia y Letras, Universcdod de Buenos Altes juio de 2014). ooutome en France Tra cup) Pagina 1 operacién de “extraitamiento" que reconoce Ia distancia existente entre Glos" y “nosoltos". Asi se logra explicar, junto a Bodin, Bosuet © Jacob Nicolas Moreau, por qué el absolutsmo nunca fue un despotisino, por que a cuestion de Io liberlad del rey condicionaba ia libertad de los subdios, tlc En este caso, sin embargo, el peligro reside en Ia excesiva empatia {Que se logra con las juslifcaciones del propio régimen. Olros andiiis del Gosolvtimmo olorgan plena confianza a los conceptos de las, ciencias Sociales ya las enseftanzas de la experiencia histérica e ideolégica del Siglo XX, que pretenden iuminar de manera retrospectiva el sentido del pasado! puede de esa manera entenderse, por ejemplo, observando las, Bracticas ceremoniales, cémo los rituales funcionaban como olra forma Bosible de expresor ef derecho, En este caso, el peligro reside en una Sbreinterprotacion extrahia al espiitu de los fenémenos estudiacos. Recordemos que él arte de la hisloria. si queremos esauivar los Grocronismes y las confusiones, consiste en distinguir 1) las aproximaciones femic de las 2) aproximaciones efic!, 0 dicho en otras palabras, 1) Ia Tecuperacién de los modes de pensar y de actuar de los hombres del fpazado en los términos elaborados por ellos mismos, de 2) los métodos ¥ cnceptos elaboradas por las ciencias sociales y humanas en sy desarrollo. permanente? 1 problema de la “conslilucién consuetudinaria” nos proporciona el ejemplo més caracterisico de la mezcla de eslos dos fipos de Gproximacion, que resulta necescrio emplear de manera concomitante pero sin perder nunca de vista sus diferencias. EI hecho de que el término ‘consiilucion’ tuviera ya un sentido poltico especifico en Ia lengua de los siglos XVIy XVIl en nada nos autoriza a considerar que en aquella época ya exisia a ciencia del derecho corstitucional -que en la actualidad vontinga teniendo sus fundamentos anciados en el pensamiento del Siglo Ge las Luces y en 41 proceso de redaccién de las consiituciones escrits? No rewita cottecto funcamentar nuestros conceptos e intereses cogritivos 1G parti de las praclicas polticas de regimenes que no compartian los frismos valores ni las misma técnicas de poder que las nuestras. La cuesti6n Ge la “onligua constitucién monérquica” sin dudas concentra en si misma fos principales desafios intelectuales que subyacen a la nocién de absolutism. En el presente, |e hermenéutica! detecta una ligaz6n infrinseca, una Compicided fundamental ene la monarquia absoluta y el modelo de la Jercera Republica.’ Bajo esta lima, el poder legisiativo dominaba al ejecutivo, encargado tan sélo de poner en practica Ia ley: y al poder judicial, dotado de una avtoridad en algén sentido nulo segon la célebre ———— Tabsoutisme en France. Tad Fablan ampasne (storia teoria de Montesquieu, pues sv forea consistifa en aplicar la ley sin ninguna Clase de afiadidura.é Monarquia absolula y epublica a la francesa Coincidian en el “absolutismo de Ia ley’, como les gusta decit a los Constitucionalistas de nuestros digs, El parentesco entre ambos regimenes fen esencia residia en dos particularidades comunes: la primacia acordada. la ley positiva como insirumento de accién sobre el mundo paltico y Social, y a falta de una verdadera constitucién en el sentido moderno de! éimino. 61 articulo XVI de la Déclaration des dioits de 'homme et du citoyen de 1789 seholaba la ausencia de consitucién en la antigua monarquia. en cuyo seno los derechos no estaban garantizados ni los poderes separados, Pero incluso estas garantias no les parecen totalmente Suficientes a muchos conslilucionalistas. Un jursta desconocido, editor de! libro que Francois Olivier Martin publicé en 1988 a través la editorial Loysel sostuvo lo siguiente: “dle 1875 a 1946, Francia vivid sin constitucién, 5610 bajo la interpretacin de leyes orgénicas voladas inmediatamente después del fracaso de la restauracion de 1873, y més tarde, en ol Contexto del régimen provisorio de Vichy."’ La tentativa de Jules Ferny de "poner a la Republica por encima de! sufragio universal” y de insttuir una Consiitucién de hecho, intocable por el poder legisativo, culminé en un fracaso.® A porlir de ‘entonces, las leyes organicas sélo pudieron ser revisadas e interpretadas por los parlamentos, sin intervencién alguna de! oder judicial. Desde nuesira perspectiva presente, un sistema poilico con ‘estas caratcterisicas se nos aparece como itemediablemente anticuado. EI paradigma republicano francés? hoy resulta tan estérl como el paradigma de la monarquia absolute. Desde nuestra visi6n historiograitica, la cisis de paradigmas politicos heredada de la historia de Francia tuve consecuencias fundamentales. La ruptura insitucional decisiva que presenta la Consftucién de la Quinta Repibilica implicé un cambio en las intereses cognitivos de los juristas, La antigua tradicién afimaba que el rey, bajo la monarquia, el parlamento 0 la repoblica, creaba el derecho haciendo Ia ley. En la actualdad, ta ley deviene derecho gracias a la intervencién de los jueces y del control de consfitucionalidad ejercido por el Consejo conslilucional, existente en Teoria desde 1958, aunque en la prdctica @ partir de la decision 71-44 DC do! 16 de julio de 1971, Baste también un control de convencionalidad que confia al juez administativo la vetificacién de la compatiblidad de las leyes con los lratados intemnacionales."° £1 respeto a la constitucion se. expresa en el cardcler Intocable de principios que se conciben como fundacionales, incluso naturales." La ley volada por el parlamento se ha transformado en un eslabén secundatio en la jerarquia de normas: cuando Un legislador vota una ley, ignora cual sera a posterior la interpretacion ‘Tabsolurome on France. Trad Fabian Campagne (Historia Moderna, FFyLUBA) Paginas que de Ia Carta Magna hard el juez constitucional interviniente. Por lo {anto, es Ia actividad hermenéutica del Consejo consftucional la que. Gricamente determina la legalidad de Ia ley. Dos consecuencias de esta Fevolucién del derecho contempordneo francés: primero, el derecho consfitucional, entendido como disciplina, aleanzé un desorrallo Considerable; segundo, los jurstas ponen chord et acento sobre el control de consiifucionalidad, que ellos han transformado, en funcién de sus esfiuciuras mentales, en una operacién perenne © ahisiérica. De esta manera, los hislotiadores del derecho del presente desplazaron su centro: de interés del problema de Ia ley, que obsesionaba a los jurisconsultos bajo. €l Antiguo Régimen, pero también a las escuelas liberaies y fradicionalistas de la historia de! derecho de los siglos XIX y XX, para concentrarse en la ccuestién del control de conslitucionalidad, ! santo gral del poder lagiimo, Desde una perspectiva politica, sin embargo, las consecuencias prdcticas van incluso més allé: ya no resulta tan evidente que la ley sutja de la voluntad general: el puebio sigue siendo soberano, pero de formas cada. ‘vex més oblicuas. Como la concepcién actual de los derechos del hombre: los hace detivar de! derecho natural, a pesar de su insltucion histérica durante el sigio XVill, en los Estados Unidos y en Francia hemos posado de una concepcién aulopoitica de la democracia 4 nivel nacional, @ una: concepcién proteciora, conservadora, limitanle de las innovaciones legisltivas por considerdxselas potencialmente peligrosas. Ya no se piensa: 2 la democracia como el libre poder del pueblo, sino como la ‘organizacién natural de la sociedad liberal. 61 cambio pacifico por medio del suttagio universal y de Ia ley se ve entonces fan deslegitimado como el ‘cambio por medio de la violencia. &l proyecto revolucionatio de 1789 esté desacrediiade, pero también la idea, sin dudas ingenua aunque lranquitzante, de que el mundo podtia combiarse para mejor gracias al establecimiento de buenas leyes por parte de los antiguos reyes 0 de los Fepresentantes del pueblo en las republicas modemas. Heredada de la Revolucién. "la creencia en el gesto decisvo e inaugural de los hombres, bajo pleno dominio de sus destinos", durante mucho tiempo aliments Ia usion mayor, que es la de la polfica de la voluntad,"'2 “Uigar la liberiad a Ia ley implica inssie en la existencia politica de las libertades: a partir de Turgot, los liberales vieron all una amenaza para los derechos." E! absolulsmo de a ley siempre ha representado un peligro ora e! pensamiento liberal: en ultima insiancia, la verdadera garantia de los derechos de! hombre seria la inexistencia de los derechos del cludadano. Tocamos aqui una de las cuestiones nodales més radicales de. a concepcion contempordnea de les derechos del hombre y de su postulada universalidad, concepcién en cuyo seno estos derechos se ligan —————— Tebsoluisme en France. Tra Fabian Campagne (Hstaria Moderna FFyL.UBA) ~~ Pigina€ la tradicién hobbesiano, es decir a la monarquia absoluta antes que a ia Declaracién de 1789. Marcel Gauchet identifica los peligros que entraha una concepcién semejante: “en nombre de la democracia, [nvesta sociedad] lo da Ia espalda a la exigencia democratica suprema, la de gobemarse a si misma. |...) En algon momento fuluo el ideal del ‘utogobiemo reloinard al Cento de atencién, como punto de apoyo indispensable del sistema, como una de esas dimensiones de la generalidad publica y de la unidad colectiva repudiadas por las ‘spiraciones del momento." Estos cambios ideolégices mayores explican por qué Ia nocién de ‘absolutism ya no interesa a los jurstas ni a los historiacores. La confusion latente de conceptes lleva incluso a clertos liberales a hablar de “absolutsme revolucionario” para designar al Terror. &1 absolutism deviene, entonces, una simple etiqueta despreciable. 2- gPensar el absolutismo? Parlremos de definiciones algo aforisticas, y en cualquier caso dinémicas, de lo nocién de absolutismo, para citar de inmediato algunos andisis mas circunstanciales y estadisticos. Recién entonces nos abocaremes a la reconstuccién intelectual de un concepio cuyo uso demasiado corriente fen ocasiones difculta fa aprehensién de su génesis y de sus alcances. Recorclemas la feliz definicion propuesta por J. S. Bromley en 1957: “en el ‘absolutisme principesco la idea de estado absorbs la idea de sociedad" sin embargo, hasta el Siglo de las Luces "estado" y “sociedad civi funcionaban ‘como singnimos en el discurso poitico."” La formula relleja, también el axioma que tan querido resuitaba para los monarcas, y al que Luis XV hizo un importante aporte en el Discours de (a flagellation en 1766. No habia legado atin el fiempo de coracterizar al estado y a la sociedad come entidades diferentes y hostiles. La definicién de Bromley expresa entonces una corstante, hipolélica, cuyos términos ~"sociedad” y “estado"- necesitan en rigor de verdad historzarse. Result licito, entonces, disentir de Ia vision de este historiador. Asi, Emmanvel Le Roy Ladue sostuvo: “en sintesis, la monarquia clésica aparecia, en tanto expresion de poder y soberania, como una imagen hiperbélica de la sociedad global!" Esta afimacién traduce el sentimiento fundamental de los actores politicos de} Anliguo Regimen, basado en la idenificacién del estado monérquico absolutism on France. Trad Fabian Campagne (Wistoria Moderna, FEVL-UBA) Pagina S con la sociedad civil, ja conviccién de que el rey era representative del reino y guardidn de los equllbrios y de las relaciones sociales.” Més alla del contexto social, quizés resulte necesario ponemos @ buscar Una definicién puramente politica del absolutismo. Lopidario, Richard Bonney propuso la siguiente: “liberlad del monarca en la préclica en relacian a los frenos insfitucionales que pesaban sobre su poder." Esta (efinicign insiste en el quebranto durante el ejercicio de la monargyia de {os limites juricicos que ella misma se habia impuesio. La perspective de Bonney es profunda, porque permite repensor el cordcter de la Sconsiitucion" monérquica, en el sentido metatérico que le oforgamos, en tomo a la cuestién de la libertad del rey. El Antiguo Régimen lanzaba uno: ‘apelacién permanente @ un fey libre que actuaba liberaimente en felacion a sus stibcitos libres, “Es la felicidad de las monarquias que quienes for digen sean libres cuando son bondadosos". le explicaba el canciller Séguier a Luis Xl? Percibimos aqul toda la ambigledad coracterisica de Una liberalidad que podia mutar en caridad, una coridad ofientada a los ices y poderosos transformados en beneficiarios de los impuestos pagados por los pobtes y los débiles.”! Pero la libertad del rey no debesia limitarse c fb libetalidad. €n 1a definicién de R. Bonney, se trataba de un hecho poliico. En 1404, el Presidente del Porlamento de Pars, Jacques Auguste Ge Thou, dedicaba sus Hislorae sui temporis a Enrique IV, como ‘Garadecimiento por haber dado a Francia *junto con Ia paz, dos cosas ue se ienian por incompatibles, la monarquia y fa libertad” {haciendo referencia al emperador Augusto. el Presidente de Thou afirmabs en latin: “ibertatem et principatum").2 La cuestién fundamental de la libertad det rey envolvi Ia de la libertad de los sObaitos, Era el rey de gracia quien fibremonte distibuia favores y daba nacimiento a los privlegios. que por tehonces funcionaban como una forma arcaica de las iberlades poblicas. Los privilegios beneficiaban sobre todo a las élites, y de hecho son sus ‘emanaciones cristocrdticas las que se hallan en el origen det fiveralsmo police. Por contraste, el rey de las leyes fundamentales era un “monarca frdquina", que importia justicia mediante su sumision a las leyesy Fegiomentos que él mismo habia dictado. La oposicién entre las fevocaciones de juslicia y las evocaciones de gracia traducian esta “Oposicién en la prdctica cotidiana del Consejo Real. Un monarca que séIo Glerciora como rey de justicia se ariesgaba a converlise pronto en un monarca perezoso, en un rex idiofa. Los franceses no habrian considerada Venigjosa la existencla de un principe semejante, que practicaba Ia pollica como si se tralara de un asunto reglado y previsible, ahogando asi Cualguier esperanza de reforme del rein, de una renovacién cuyo Contenido, todavia de fverle corte mesiénico hasta Ia inupcién de las ——— Tobsotuisme on France. Tad Fabian Campagne (storia Moderna, FPyL-UBA) —Pégin revoluciones cieniiicas del siglo XVIe3, expresara una creencia no ertica fn el progreso humano. Es por ello que cada inicio de reinado traio Consigo Ia promesa de un porvenir mejor. El absolulsmo debe definise ante todo como una dinéimica2 El motor del movimiento que impulsaba los lagros del régimen era la poitica del {gobierno real. EI absolulsmno era, por lo tanto. un sistema voluntarista al ave la leoria bodiniana de la soberania le olorgaba consistencia tedrica. Pero Cuondo la reaieza comenz6 a desacializarse ~y supone que el edicto de Fonlainebleay de 1685 debe verse como un punto nodal de esta mutacion-, el sentido general que los sUbditos daban a la accién de a monarquia comenz6 @ expresorse en términos radicalmente nuevos. En 1a ‘Asamblea Consliluyente, en 1789, el debate, por momentos voicado mucho més hacia el pasado que hacia un fuluro por entonces incognosciole, siguié cenlrandose mucho tiempo en el formidable problema de las uslficaciones titimas. En tanto constitucionalisla, Michel Troper realiza #1 siguiente planteo en felacién ol andlsis propuesto por Frangois Furel: “su tesis, que desconsa sobre el presupuesto impicilo de que los revolucionarios procedieron dogméticamente extrayendo hasta las vitimas consecuencias légicas de tuna serie de principios considerados como absolutes, se sustenta en dos ideas diferentes pero ambas inexaclas: primero, que desde la perspectiva de los consltuyentes el rey fue privado de la soberania desde el momento fen que pasé a considerérselo un poder constituido: segundo, que siendo la soberania indivisble, debia confiarse por entero a una autoridad Unica, Que no podia ser otra que la Asamblea, La primera de estas ideas svele ‘nalizare de manera superficial, y por lo tanto es necesaria clanficarla los Consiituyentes distinguian el poder consliluyente, es decir, el poder de hacer ¥ modificar Ia consitucion, de cualquier oto, por caso, de los poderes constituidos que no podian sino actuar dentro de los limites de las Competencias que les habian sido acorcladas. Esta distincién implicaba de manera nalural que, si la soberania era el poder de hacerio todo, los poderes constituides no eran soberanos. Sin embargo, resulta erréneo oncluir a partir de ello que el rey, siendo meramente un poder constivide, no era soberano, y que por Io lanto la soberania debia encamarse en ja ‘Asamblec. Pues 6l cuerpo al que nos estamos refiiendo aqui no es la Constituyente sino el dxgano legislative eslablecido por la Consttucién. La ‘Asamblea Legislative también era un poder consiluido y no resullaba més soberana que el rey, siempre segin la definicién que entiende por soberania [a facultad de hacerlo todo. En cuanto a la segunda idea, ta indivisiblidad de la soberania no podia sostenerse sino se precisaba el Tabsolutame en France. Trad Fabian Campagne (Hkzorla Modema, FVL-UBA) Pagina? sentido Ultimo del conceplo. Siguiendo el desarrollo de Cané de Malbers, puede attibuise a la idea de soberania cinco sentides distintivos: 1) Ia Calidad del estado que resulta independiente de cualquier ofra potencia ‘exterior 0 interior: 2) la cualidad del érgano que esté més allé de cualquier ot0: 3) el poder del estado, es decir, la suma de todo lo que estado puede hacer; 4) el poder que, en el estado, esta mas alld de otros, es decir, lo potestad legisiotiva: 5) la cualidad del ser, titular de un poder, que justice fa de la autoridad que ejerce en su nombre el poder legislativo. Hasta acé Cinco senfides posibles de la nocién de soberania. Lo que complica el panorama es que, tal como lo ha mostrade Carré de Malberg, todos estos Senlidos se confundion bajo la menaraquia absolute, desde el momento Que el rey era soberano bajo todas las acepciones del término. Elo torna Gifiel desde nueso presente cistinguirlos 0 diferenciarlos, Esta Gircunstancia nos impide aprehender dos ideas imporiantes. En primer Tugor, que la indivisiblidad de la soberania no es de ninguna manera una tosis Retedada del absolutism; la tesis de Ia indivisibiidad no sypone que no se debe dividir la soberania; en realidad, sélo se trata de una: proposicion analiica: desde la perspective de algunos de los sentides que fe le alibuyen, la soberania resulta efectivamente indivisible, es decir, no Se la. puede [raccionar aunque nos esforcemos en hacerlo. Por otro lado. fampoco es cierto que Id soberania siempre {ue concebida como indivisible. Lo era, evidentemente, en relacién con tos sentidos 1, 2 y §: pues Sl en esios casos intentérames dividi la soberania, simplemente la Gesttuliamos. Asi si separames entre diferentes personas la calidad de tstar por encima de todo, nadie en definitiva se hallaria en dicha sityacion. De la misma manera, si distibuimos entre varios el poder de hacerio todo, dichas autoridades se neutralizarian unas a otras." La circunstancia que parece confirmar Ia interpretacién de Troper en periuicio de la de Furel, es la incoherencia de las descripciones que bajo el ‘Antiguo Régimen pretendian dar cuenta de la autoridad absoluta de los reyes. incluso en el caso de Bodin (1576), cuya definicion no terminaria de imponerse en Francia hasta la aparicién del libro de Le Bret (1632), no resulta inflecuente que se site a la soberania en la persona del monarca pero también en ofros lados. La metdfora comporaliva daba cuenta de tuna cierla plaslicidad empleada por jos partidarios de un gobierno més propenso a compartir sus decisiones o de un Consejo Real inctementado.® Los pensadores de a monarquia absoluia no resultaban necesariamente més coherentes que los constituyentes de 1789. "Si el monorca se identificaba con su cargo, gpor qué los olfos funcionarios no podtian hacer lo mismo? En este caso, los Sefiotes feudales, los magistrados y los jetes de las cotporaciones estarian en condiciones de funcionar como autoridaces —————$— Trbeolutime on France. Trad. Fab Campagne (Historia Moderna, FFyLUBA)—Pigina® absolutes en lo que respecta al ejercicio de sus poderes, como la monarquia lo hacia en sv propio Gmbito.”2" Es importante, entonces, plantear el problema “constilucional” teniendo en cuenta el “sentido practico” del absolutismo. 3-Elsentido practico del absolutismo. Raros son los hisloriadores contemporéneos que osan proponer definicién © descripcion experimental del absolutismo. J. Russell Major ‘ensaya una, sin embargo: “por monaiquia absolula yo entiendo un régimen en é! cual no existe ninguna limitacién teética a Ia autorided det rey, excepto la impuesta por las leyes divinas y naturales, y por un pequenio ndmeto de leyes fundamentales, lo que le permite al monarca controlar los, lazos verlicales necesarios para asegurar la cohesion de la sociedad, y Gisponer de un ejercito obediente y de una burocracia de! tamano suliciente como para permilile imponer su voluntad bojo circunstancias normales. Luis XIV hizo realidad une monarquia con estas caracterislicas en la década de 1670, pero para ello debié comprar Ia cooperacion de los lideres de la sociedad y atender a numerosos intereses, sin lo cual no hubiera alcaneado dicha posicién: es mds, habia tenido que enfrentar Una resistencia subversiva a su poder."® También se atreve a definr el absolutismo Jeffrey K. Sawyer: “los estucios sobre el absolutisme francés de ordinario ponen el acento en uno de estos, ‘cuatro ferrenos: {7} las insituciones polticas: (2) el cambio ideolégico: (3) las eskucturas sociales: (4) la vida cultural. Respecto del primero, y fomando en consideracién la totalidad del aparato destinado al gobiemo real, las funciones militares, administrotivas y fiscales se vieron cada ver més ceniralizadas en la persona del pxincipe 0 en la de algunos de sus mminisitos. Respecto del segundo terreno, la ideologia que pretendia fundamentar un poder real sin rival se conslruyé a parti de una mezcla de ideas jurdicas por opesiciOn tanto a Ia idea del gobiemo represeniativo como a Ia de los limites morales que la Iglesia pretendia imponer a la aulotidad politica. Respecto del fercer terreno, Ia centralizacion estatal y sus jusificaciones ideol6gicas crecieron sobre el terreno de una realidad social cuyos recursos supremos fendian a concentrarse en las manos de: funcionatios reales o de grupos de mercaderes y financistas que tenian llegada directa a los buréctatas. En relacién con el cuatlo terreno, ol gobiemo en parle tuvo éxito porque se presené a si mismo como producto necesatio del inmulable ordenamienta legal, moral y social de Tabsolutime en Fronee Trad Fablin Campagne (istoria Moderna FFVLUBA) Pagina Francia, emergente de una jerarquia eterna cuyo origen ditimo era Ia voluntad de Dies, y que aqui absjo se propagaba a partir de la monorquia. Esta profongacién hallaba una imporlante expresion en Ia puesig en escena de las ceremonias de estado y de Ios rituales pubicos Ge proclomaban el lugar de la monarquia dentro del estado. Todos estos Glomentos del absolvtismo existian en la Francia de principios del siglo XVI ‘Sin embargo, la periodzacion planiec un problema. Si se consideran las insftuciones poliicas de la Boja Edad Media como punto de referencia, los gobiemos de Francisco | (1515-1547) o Enrique Il (1547-1559) parecerian Raber evolucionade ya hacia un claro absolutismo. Elrégimen centralizado y elicaz edificado por Envique IV (1589-1610) tas el denumbe de a Gutoddad real bajo Enrique Il (1574-1889), offece quizd un ejemplo todavia nas conlundente. Sin embargo, si fomamos como punto de comparacién Gl apoges del absolutsme ~el regimen de Luis XIV entre 1660 y 1700-, los (goblemnos de Enrique IV y de Luis Xl (1610-1643) iremediablemente se nos ‘aparecen como poco desarroiados.""! Estas cuidaddosas desctipciones adoptan como criterio el grado de eficacia administrativa clcanzado por el gobiemno. Es por lo tanto su Senfido practico el que permite juzgar al absolutsmo. Lo que también se ecesia al finalizar un recontido historiogratico es deinear un estado de Ia Cueslién, Esta operacién ya fue realizada en 1976 por Wiliam Church. El fgfon historiador estadounidense rendia_homenaje a la *sintesis memorable” de Emest Lavisse. Al respecto afimabo: “a pesar de su Coractor demasiado general, Io tesis de Lavisse que sostenia que Luis XIV llevé a su perfeccién a la monarqula absoluta tornéndola ail mismo tiempo incapar de cuaiquier desorrallo ulterior, sellando de esa manera su destino, ‘ain no ha sido tebatida de manera convincente |...). Continga siendo Verdad que Luis XIV establecié Ia forma definiva y final del gobierno mondrquico hasta la Revolucién.”% No estoy fan seguro de que Ia ‘durabiiddad que Luis XIV buscé olorgatle a su obra no enirara en isis mucho antes de lo que habitualmente se supone.® Sin embargo, con fecuencia las investigaciones sobre la monarquia centradas en fa figura del "gan rey" han tendido a banalizar su régimen, es decir, « reducitio a Una mera tradicién, fam nova fam antiqua {lan nueva como antigua) segiin una inlerpretacién iileral de las eyes fundomentles, el fracaso de la prelension del gran rey de converir a sus bastardos en herederos de Ia Corona, pretension que hubiera reducido a la nada al absolutismo tal ‘come Io habian construido los legistas, adquiere desde esta perspectiva Valor simbélico. Las "lormalidades de las prdcticas” (Michel de Certeau denomina csi a los cambios que se producen “en a esfera de las prdcticas, gracias a una serie de funcionamientos nuevos que todavia no ——— Trbsolutisne en France. Trad. Fabian Campagne (Histria Moderna, FFyL-UBA) Pagina 0 se ven acompaiades por expresiones leéricas apropiadas}* produjeron Un nuevo absolulsmo que, por primera vez, fendid a adquitir los caracterisicas de una conslitucién consuetudinaria @ ta ingles, aun ‘cuando las soluciones politicas adoptadas fueron las contrarias.* Tras el i de justice de 1717, las leyes fundamentales concluyeron una mutacion ideolégica que las empujé hacia la esfora de la costumbre. Fue entonces Que se expuso publicamente el misterio limo de la menarauia: “Esperamos que Dios, que guarda a la Casa de Francia desde hace tantos siglos, desvie por su bondad las desgracias que la previsién del difunto rey fraté de evitarnos, Pero si la nacién francesa llegara alguna vez a expetimentar estas desgracias, corresponded a la nacion misma eporatias gracias a la sabiduria de su eleccion.” i preambulo del edict de 1717 contione una de las primeras cilas de fa palabra “nacién" en el sentido modemo del término, Este develamienio de los *mistetios de! estado” es, por cierto, una de las consecuencias de su desacraiizacién, Una desccralizacién que valoraba posiivamente la pretension de Lois XIV de elevar al trono oss bastards legitimados, nacides del “doble ‘adultetio", simbolos mismos de la impureza_ de Ia impiedad a los ojos de! Duque de Saint Simon.” Tales constataciones invitan @ una historzacién radical de la nocién de ‘bsolutismo, Es la operacién a fa que se dedica Adrianna Bakos. quien se intereso por los paradigmas fundacionales de la tradicion francesa de ia monerquia absolvla a través de un recotide de hotizontes, fextromacamente completo: “una gran parte de los trabajos recientes ‘consagrados al Antiguo Régimen, buscaron desatiar las interpretaciones ‘adimitidas sobre [a naturaleza del gobiemo francés. Los especiaistas han comenzado a cuestionar de manera perlinente el esquema que rastrea la implacable emergencia del absolutismo en la Francia modema. Segin teste esquema, en el franscurso de los siglos XVI y XVII Francia pasé de un ‘gobiemo que feposaba sobre funcamentos consensuales, aunque eilistas, 1G un gobiemo que eradics todo vestigio de pariicipacién. 1 punto Culminante de este proceso, por el cual las préciicas conslilucionales mediavales resullaron erosionadas y fueron teemplazadas por un dsposiivo absolutisia, se ubica en tiempos del gobiemo de Luis XIV, simbolizado por la apéciite declaracién "el estado soy yo." Los procesos que desembocaron en la Revolucién Francesa son una _ampiia demosiracion de la fragiidad del sistema absolutsta, hecho confrmado por el cataclisma revolucionario mismo. No hay ninguna duda de que una interpretacién ton simplsta dabe ser tenida por sospechosa. Al mismo tiempo, las mejores intenciones revislonisias pueden derivar en una futiosa locura. Bl malestar creciente que provoca el término “absolutismo” es una Tbsoluisme en Prone. Trad Fablan Campagne stor Modemo, FFVL-UBA) Pagina cuestién debatida. Los historiadores de la Francia modema buscaron ator ‘1 problema del absolutismo de dos maneras diferentes. Prestaron gran tencién a la cuestién de si el gobieno alguna vez funcioné como monarquia absoivia en la practica, Partiendo de los aportes de Fistoriadores locales y regionales, los especiaistas han recogido testimonios convincentes sobre Ia incapacidad de la corona de extender su autoridad: ‘0 interior del reino. Oos irabajos inssieron sobre el faccionalismo que paralzaba el ejetcicio de la monarquia absoluta incluso en su mismo Centio poltico. Muchas de estas tenfativas revisionistas se concentraron en el reine de Luis XIV, bajo Ia hipétesis de que durante Ia segunda milad det siglo XVII Francia estuvo muy cerca de ser gobemada por una monarguia absoluta, Los historiaciores también. concentraron sus energias en Ia ueslin mucho més problemética de la definicién del fenémeno. Una cosa @s analzar las definiciones contemporéneas propuestos por los Infelectuales absolutisias, y olra proceder a una definicién modema que fesponda a la exigencia de un esquema institucional retrospectivo. En Conjunto, las tentativas de definicién de la teoria del absolutismo resultan menos frecuentes entre los historiadores especializades que los estudios Gedicados al ejercicio del absoluismo en la esfera prdclica. Por el contrario, os especialstas en los regimenes Tudor y Estuardo no han dudado en proponer, al menos desde la década pasade, definiciones de éminos como absolutismo y realeza de derecho divino. €s evidente que cexisten grandes diferencias entre la teoria y la prdctica absolutistas. Es més, ‘aun cuando leguemos a la conclusion de que el absolutsmo jamas exis fen Francia, de todos modes cabsia discutir el términe en tanto conceplo disculido por pensadores polices y polemisias. Después de todo, es un concepto que resulta congruente con la sociedad de la Edad Moderna y con Ia vision que de la cuestién tenian los propios contemporaneos, @s decir, quienes vivian bajo su supuesta autoridad. Mas ‘Gun, [os historiadores de Ia actualidad definen al absolutsmo de manera. muy rigid. Para los jurislas que vivion en el perfodo temprano-moderno, poder absoluto significaba algo bastante diferente de lo que la mayor arte de los especialstas quieren decir cuando caiifican como absoluto el {gobiemno de la Francia durante los siglos XVII y XVIlL Por otto lado, cabe. recordar que “absolvtsta” no era una palabra empleada durante la Edad. Moderna, Poder absoluta es el 1érmino al que se recuria en el lenguaje de la €poca para hacer referencia a un tipo de gobiemo que compertaba a la vez elementos de consentimiento ¥ limites. Absoluismo no significaba gobierno arbitrario porque tanto las leyes naturales como las fundamentales eran por todos consideradas como limites al accionar de los goberantes. Desde esta perspectiva, muchos podiian sentirse tentados a sostener que “absolutisia” y “consttucionat” no son adjetivos que remitan —_——— $$$ —— ———_____— Trabsolucsme en France. Trad Fabian Campagne Historia Moderna, FFVLUBA) Pagina 12 @ realidad tan diferentes después de todo. Claro que un argumento Semejante implicaria ignorar las diferencias que los pensadores politicos contemporéneos percibion entre ambos términos. Si Jean Bodin y George: Buchanan en el siglo XVI, 0 Pierte Boyle y Pierre Jurieu en el XVIl, concebion ‘ambas nociones como antagénicas, debemos lomar en consideracién sus puntos de visla, Por ello, si a pesor de todo sequimos aferrandonos a Ia existencia de un absolufismo durante el Antiguo Regimen, se toma imperative no perder de vista que la nocién de poder absoluto como. descripcién aplicada por los contempoxéneos a su propio gobierno suid ‘muchos cambios a lo largo del tiempo. Mientras que el acento puesto de manera coracterisica sobre las autolimitaciones de la monarauia se mantione constante durante os siglos XVI y XVI el equiltio entre los flcances del gobieino monérquico y el cartcler restrictive de las eyes naturales y Tundamentales también fue mutando con el paso del iempo. A lo largo del siglo XVI, el balance entre la autoridad del rey y sus limites legales se fue alterando de manera piogresiva en beneficio de la primera, Ble resultado se consiguié restiingiendo el campo de la ley natural y mas, tn de las leyes fundamentales. No puede sorprendemos que el retrato de Luis XI disehiade por los absolvtistes, que siempre habia sido adulador, deviniera cada vez mds elogioso a medida que el siglo fue avanzando, ‘especialmente tras el advenimiento del Rey Sol." Desde la perspective del proceso reflexivamente descompuesto por A. Bakos hasta en sus menores matices y conttadicciones, sla figura de Luis XI no deberia ser, entonces, Ia piedra de toque para festear Ia evolucién. ‘absolutista en su conjunto, © quizés de la monarquia misma, al menos desde el punto de vista de los representaciones elaboradas por sus infelectuales orgénicos? Si juntamos las aproximaciones de Church y de Bakos, ol devenir del absolufismo parece desarrollarse entre Ios dos reinados fundacionales de Luis x! y de Luis XIV, tanto en lo que respecia a la préclica como @ Ia teoria de gobierno. Luis XI colocé: los fundamentos del edificio absolulista, y Lus XIV lo ransformé de tal suerte que cambié su naturaleza. Después de este ulimo monorca, la doctrina politica de la monarguia absolute, ampliamente desacralzada, ya no two la copacidad de renovacién que sus principios fundacionales expresaban, de cara a una accién administrativa proliferante y dificil de pensar a partir de una categoria Unica, Las jusificaciones de la monarquia se mantuvieron inalteradas, pero sus modos de gobierno respondieron cada. ‘vez menos a los principios establecidos para legiimarta. 1o reflexién sobre el sentido practice del absolute no nos permite escapar al interrogante sobre el grade general de adecuacin de la absolutism en France. Trad Fabian Campagne (Wistoria Moderno, FEVL-UBA) Pigina 3 poltica mondrquica « la doctiina absolutisa. La puesta en contexto de las préclicas de poder debe también fener en cuenta Ia hisloricidad de las teorias: antes de Ia revolucion que supuso la definicién de soberania legisladora propuesta por Bodin, la monarquic absolvia carecia de medios culturales adecuados para pensar de manera plena la leaifimidad de su accién, En este sentido, ef absolutismo no podia perfeccionase: hasta integrar osu funcionamiento la idea bodiniana de soberania. El tiempo de Incubacién fue necesatiamente prolongado, sobre todo en el contexto de las querras civiles de religion, Resulta mas que evidente que faigunos reyes lendieron a pensar que su accionar poliico debia por necesidad trascender el cuadro de Ia legalidad mondrquica. Pudieron ‘yetse incitados por la filosofia misma del derecho divino, pero también por @ regimen que favores que trataban de instaurar como modo de gobierno, en un contexto general de clientelos y fidelidades nobilarios que tenian al rey como el prolagonista mas poderoso, sin dejar por ello de ser Un protagorisia més entre otros, Es en casos como el que analzamos donde resulta posible hallar frazos fundamentalmente no absolutistas en el tjercicio del poder monérquico. & sentido préctico del poder puesto en préctica por un principe como Enrique Ill parece haber respondido a principios netomente exka-absolutstas. Primeta especiiicidad que de manera verosimil resulta un _anacronismo: la corte confinv6 siendo un Universo en cuyo seno Ia justicia, en el sentido en que la entendian los magistades, no tenia cabida, E| santo de los santos del poder real se Consideraba por jo tanto mas allé de la ley positive, animado solamente por Ia ley viviente encamada por el rey. Segunda especificidad, que ‘aparece como una tentacién universal de los poderes personales: Enrique: Wl buscé duplicar los érganos ordinatios de gobiemo confiando responsabilidades de gobieno a sus favatios. £1 gobieno ya no fue ejetcido por profesionales de la guera, Ia juslicia o los finanzas, sino dreclamente por corlesanos poco imbuidos del legalismo teérico de la dochina absolutisla, "La marginalizacién de! Consejo de Estado” y el "desdoblamiento" de la administracién de las finanzas péblicas en beneficio de los amigos del rey que tuvo lugar bajo Enrique ill, muestian hasta qué punto el reinado de esle soberano innovador fendi a alejarse de los principios tradicionales de la monarquia absolvta.*? La adecuacién de las praciicas y de las jusiiicaciones podia, entonces, resullar ‘extremadomente débil, Se comprende que los histoiadores que exploran teste vasto cone de sombras relalivo a las préclicas del poder, no sientan a menudo la necesidad de recurtr al concepto de "absolutismo". Sin embargo, estas conslataciones empiticas no deberian afectar la pperfinencia del conceplo en su estera propia de valider. Trabsolucame on France Tad Fabian Campagne Historia Moderna FFyLUBA) Pagina 4-Teniativa de sintesis. {Al término de un recorrido historiogratico complejo, puede parecemos que ‘i concepto de absolusmo lodavia esté, en gran medida, en proceso de Consituccion. En este tarea, los hstoriadores han oscilado entre dos criticas, Convergentes, que sin embargo detivan de aproximaciones intelectuaies adicalmente enfrentadas: la los jurstas franceses, en la tradicion de Frangois Olivier-Martin, y 1a los sociélogos alemanes, en a de Norbert Elias. ‘Ambas cortientes han relativizado de manera radical fa historicidad del concepto. La temporaldad de los jurstas de la escuela tradicionaiista es siempre una realidad inmévil desde su perspectiva, la monarquia absoluta 1no €$ sino un principio, una idea casi plalénica, cuyo desarrollo histérico en nadia atecta su esencia inmutable. Por su parte, el emipo de los sociblogos: resulta estructural, incluso estructuralsta: se traa de una heramienta pensada para describir sistemas cuya légica aparece como impermeable & los cambios que para los histodadores se hallan en el centro mismo de su interes, Nos hemos auto-osignado Ia farea de desplegar sobre un fienzo imaginario| €l desarrollo racional de la nocién de absolutismo.*° E1 absolutismo se Consiluyd @ partir de diversos estrates que se superpusieron, sin que el ‘olvide recubriera nunca las coniribuciones mas anjiguas, que permitieron ediicar este conjunto complejo y helerogéneo, incluso helerécit. li) El.derecho romano puso a disposicién de los legistas de fa Edad Media una panoplia de méximas sobre las que lrabojaron para fundamentar la autoridad del papa. y luego la de los principes seculares, en particular a través de la asimllacién de Ia ley a la persona del rey. La monarauia se consivy6, entonces, como un Fégimen esencialmente legilino. lil) La nacionalzacién de estas méximas desembocaron en el ‘adagio “el rey de Francia es emperador en su reino”, que fundé laindependencia de esta monarquia respecto det Imperio. Ill) La teologia y 6! derecho canénice contribuyeron a dar forma a la idea de! poder dividido entre una potestas ordinaria yuna potestas absoluta, jusificando, en el limite mismo de Io legitimo, los avances del rey sobre Ia ley comin, Tabsolutime en France. Trad Fablan Campagne (Witoria Moderna, FFVI-UBA) Pagina 1S IV) te Iglesia proporcioné et modelo y la doctrina de una teoria corporativa de Io realeza, en cuyo contexto el rey apareci ‘Como [a "cabeza" y el reino o los sobalitos como los “miembros Bio. teoria tuvo dos consecuencias perciurables: Ia Fepresenlacién del reino tendlé a concentrarse en |a sola persone poltica del rey: y la continvidad dinasfica alcanz6 su plena jusificacion (Io que permitié exclir las pretensiones de los reyes de Inglaterra al frono francés). (V)__ La tadicion bibice oforgé difusion of dicho de San Pablo “no exislo poder que no provenga de Dios (Romanos, 12, 1). Lo naturaleza de esta fransterencia y el rol que en ella le cabia al pueblo pasaron a formar parte de Ia esfera de los “misterios det Estado", En el siglo XVII, la consulta a los sUbbaitos, por intermedio Go los esiados generales © provinciales, divine progresivamente Gxlraha al espinty de los inslituciones reales, aunque no, en realidad, a sus prdcticas. vi) De estas evoluciones derivé la teoria del derecho divino de los feyes y de [a “transferencia inmediata’, que. por una: transposicion diel de fundar sobre la teologia, hizo det principe el representante de Dios en el reino. La independencia de Francia ‘en relacion al papado también quedé fuertemente establecida. {a sactalidad de fa persona real se vio reatimada tras el cese de los Guorras de Religion, "El estado ya no esté en la iglesia”, es Ia “iglesia la que esiéi en el estado” [vll)_ Lo soberania de Jean Bodin {Los ses ibros de fo Repiibica, 1576) ‘olorgé su expresion l6gica a la doctiina que aseguraba al rey el monopolio de Ia ley posiva. Por la misma época, el conceplo de ley Tundamental emeraid y afimé su piyralidad en too a Ia fransterencia estatvtaria (“ley sélica") y a la inallenablidad del dominio de la corona. La formula “la soberania es tan indivisible ‘como el punto lo es en geometria”, cortiente incluso antes de Ia Bublicaciin del fro de Le Bret (La Souveraineté du roi, 1632). Bermilié que la teoria del absolutisme legara o su apogeo. vit) Las condiciones estaban dadas en el sialo XVII para que se creara tun aparato de estado capaz de comenzar a Hlevor a Ia préctica gubemamental las teorias sobre e! poder real. La monarauia se ‘Gpoyé de manera indisociable sobre las corporaciones 0 colegios —_—— Tamolutame en France Trad Fablan Campagne (iistoriaModerna, FFy-UBA) Pagina 16 de funcionarios y sobre delegados {los comisarios) investicos con Imisiones especificas y al mismo tiempo durables, La coexistencia de un gobierno ordinario [publico y pre-burocrdtico) con un ‘gobierno extraordinario (cuyas jusfificaciones se anclaban en las ecesidades domésticas) resultaba indispensable para el Gbsolutisme. La “monarquia adminisrativa” aparece como Ia realzacién concreta de la "monarquia absoluia’ (XX) El “dinastismo propietario" de Luis XIV resume y cristaliza todas Estas evoluciones poilicas, en la medica en que una légica de forden civil, impensable sin las. transformaciones flosoficas.y ientficas de! siglo XVII obliteraron las anliguas concepciones Cristianas sin fomattas por completo perimicas. En el cu'so del siglo XVll, tue este uilimo y discrelo cambio de énfasis el ave ebiité el aleance del concepto de absolufismo, mejor adaptado a una monarquia de justicia, leolégicamente pensada, que a ia monaravia ‘administrative, cuyos fines comenzaron ai remitr a Un uliltarsmo desprovisto de cualquier dimensién frascendente. Durante décadas, los tistoriadores analizaron con solidez todos los elementos de la monarquia absoluta que hemos identificado. Pero también se llegé asi a una contradiccién evidente: mientras que ios detalles del regimen se conocian a la perfeccién, fallaba una apropiada \ision de conjunto del fenémeno. | absolutsmo es hoy un concepto cuyo Signiicado no resulta avloevidente, Como en toda evolucién tistérica, la Teconstitucién del pasado resulta imposiole sin ignoramos la existencia de visiones del mundo entrentadas. Conviene en particular alejarse de los Cortientes que nos inducen a oponer Ia herencia de la antigua monarquia de la Revolucién y la republica, "Existen dos categorias de franceses que nunca comprenderdn la historia de Francia. Los que se riegan a vibrar ante ef simple recuerdo de las consagraciones reales que tenian lugar en la coledial de Reims, y los que jamds se emocionarén leyendo el relato de la Fiesta de la Federacién del 14 de julio de 1790. Poco importa Ia orientacién presente de sus preferencias. Su impermeabiidad las expresiones més elas del entusiasmo colectivo basta para condienarios."! $i se trala del “absolutismo", como también del “Antiguo Regimen’, les fempos manérauico y repubicano del _devenir francés resuitan inseparables, en la medida en que la hermenéutica de la Francia modema, 0 lo que es lo mismo, las capacidades interpretativas que los historiadores ponen en accién, estén fuertemente determinadas por este mismo devenir. Sin monarquia absoluta, nada de reptblica. Se puede —— Tetsolurisme en France. Trad Fablan Campagne (Historia Moderna, Fyi-UBA) Pagina? Jomentar que la Revolucién {o su violencia) tuvieron lugar, pero lo que no Se puede 6s pensar coma si dicho evento jamas hubiera sucedido. Podemo: lamentamos de que Francia no sea ni Inglaterra ni Estados Unidos, pero no podemos ignoror que sus respectivas experiencias histfeas hen sido muy disfinas. El objeto “absolulismo” debe enlonces ‘prehendese no como un hecho dado de antemano, con el que los Rutotiadotes se lopan en los archivos, “sobre el terreno”, sino como un problema de milfiples facetas, cuya resolucién remiird siempre ila esfera de lo especulativo. En el pasado, muchos hisloriadores se referenciaban con Ia aproximacién tnitora @ la historia de Francia, tal como alguna ver Ia enunciora Mare bloc. fundador de la escuela de los Annales, Hoy en dia, ja historia ya no Se esctibe meramente segin los pxincipios racionalistas formulados por los Boies tundadores de la Kadicién hisloica francesa. La “monarquia Fsoluta® no fornd parte de los “lugares de la memoria” sabiomente Fecopilados por Pierre Nora y la piéyade de historiadores reunidos para tol Comptia, Oloiguemosie a Nora Ia Uitima palabra: “desde el momento en Gue nos negomos @ encerrar lo simbéico en un dominio particular, con el Gbjeto de defini a Francia como una realidad en si misma simb6lica, Quedan obierias los vias para ensayar una historia completamente Giorente. Memoria: no un simple recuerdo, sino la economia general y Ia Gaminsracién del” pasado por el presente. Enlie Ia opresiva imprevisblidad de un futuro infiritamente abierto y Ia incémoda mnulliplicided de un pasado que recupera toda su opacidad, el presente Geviene Io categoria esencial para defini la imagen que tenemos de nosotros mismos."* —_— Tanluimesn Fronce Trad Fabln campagne Historia Moderna, FEyL-UBA) — Péyina 38 NOTAS FGA ind + nds i pie Koh emer Lins’ tee fs {OSES ser antec ale os Torte Se oem SS ee necaprammcrmimeranroe Seana gut las 89 Br ocean 1. ost iho ai ON dames ln ees A Soe me mate So ee eee tee eee es Titty elcome 108, trees cette om Specramedene heed ‘Situ! on Pas LODE 198 p 10614 ego tree ge ma chin on atten ert Se ee ered Sores eee Uae aime ‘ranges Sra cine le wtp ave excep de Tt cupectanigen a nam oe TEiecematoeet absolute en Prance. Trad Fablan Campagne (Historie Moderva, FyL-UBA) vase ti Pn Paes Ente ket aR iy Ae oy ot eet resat 19 ced Bryer» Ata Whar a Nae Pench ‘ae hoetaarae seat ta ste manera eee ee 3 See clan ros eee ee ce eis ia eS Sania eee oer eee matonerie Sena ee bv aummnne ome sgoereanefeigetomurmnrbi i ural oe eto ‘Sp vate a sig 234237 mr ne oe Mena ase econ Weekes SEES sg in ee ‘ie prt oe tama Cc pt ‘Select yaaa, Se, Weer Meter 0" Powe a 31 et Sawn, Fined Fon Pap, Prpepind. aes ane teeta ‘Fre ey acy oC Po Np. Pagina 19 sr uy ed en eS rete sieht reemeaats {srr onsen csi “St inc van nar anatase car Pion rip sib iepwret inp se MP mance foes Hes, Loe Now Yo picseraattegat te Ieee gpa ava Secon SE coe cremate Eoeornn tabs mete ara, cg intra ee ica i. i igor tres Ey Sete eee eee = aad cee Spi uetiecctneierte Erie er emanate eae Nem Geena cae eae Pe eae est

You might also like