You are on page 1of 4

Comentarios

Sin comentarios
Sé el primero en publicar un comentario
BTX IV
SHARE
TWEET

share
03 Balaam
Escrito el 25/12/2018

SHARE

TWEET

share

He hizo Israel un alto en Sitim, y el pueblo fue contaminado al prostituirse


con las hijas de Moab, las cuales invitaban al pueblo a los sacrificios de sus
dioses.

Y el pueblo comió de sus ofrendas y se postró ante los dioses de ellas.

Nm. 25.1-2

Es importante notar primeramente que, durante la cuarta generación del


cautiverio en Egipto, Dios no sólo consideró oportuno libertar a su pueblo (Ex. 3.7-
9) , sino también dar cumplimiento al anuncio de la Escritura respecto a los
habitantes de Canaán: Y en la cuarta generación serán devueltos aquí, porque
aún no se ha colmado la iniquidad del amorreo. (Gn. 15.16).
Dios se proponía así libertar a Su pueblo del yugo egipcio y al mismo tiempo
utilizarlo como instrumento de castigo, haciendo que la tierra de Canaán vomitara
a sus moradores a causa de la terrible maldad de sus pecados. (Lv. 18.24-30) .

En este marco histórico es precisamente que la Escritura da entrada al profeta


Balaam, un vidente alquilado por el rey de Moab, para que mediante una maldición
profética destruyera al pueblo de Israel.

Balaam constituye una figura singular del Antiguo Pacto pues, aunque era
extranjero y enemigo de los israelitas, se consideraba sujeto a la voluntad del Dios
de ellos.

Contrario al caso de Asiria, que sin saberlo llegó a convertirse en la vara del furor
de Dios para castigo a los judíos (Is. 10.5-14) , la Escritura describe a Balaam
como una persona consciente de su poder sobrenatural, pero que, no obstante, no
podría traspasar el dicho de YHVH (Nm. 24.13).

Pero, al igual que su contratante, Balaam es también un personaje peculiar porque


el aborrecimiento que siente hacia Israel manifiesta la oposición consciente de sus
propias visiones y profecías.

Vemos cómo, a pesar de que el motivo de su viaje desde Mesopotamia a Moab


fue motivado por la codicia (Dt. 23.4) , no pudo cumplir los deseos de Balac; y en
lugar de maldecir a Israel (bajo la natural desesperación del rey), no pudo abrir su
boca sino para bendecir al pueblo, y esto por cuatro veces consecutivas. Luego, el
enigmático vidente regresó a su hogar (Nm. 24.25) .

Sin embargo, la historia que nos interesa no termina aquí. De pasajes ulteriores
(2P. 2.15; Jd. 11; Ap. 2.14) inferimos que los desgraciados acontecimientos que
sucedieron a Israel en Baal-Peor luego de la partida de Balaam (Nm. 25.1-18) ,
fueron el resultado de un plan que urdió el malvado vidente cuando se dio cuenta
de que los israelitas no podían ser objeto de maldición por ningún rey de la tierra.

En todos estos registros bíblicos apreciamos que el deseo de este hombre por
destruir a Israel no era un sentimiento superfluo. El plan ideado por Balaam fue
urdido con inteligencia poco común y denota un profundo conocimiento, no solo
del carácter de los israelitas, sino de las debilidades del alma humana.

Las arteras instrucciones que este profeta alquilado transmitió al rey de Moab, se
llevaron a cabo de manera consistente y precisa, y finalmente lograron que Israel
perdiera su comunión con Dios. Con la pérdida de comunión, sobrevino la
separación entre YHVH e Israel, y con la separación sobrevino la pérdida de
poder... e Israel, vez tras vez, fue vencido por sus enemigos. Pero aún mucho
después de los acontecimientos de la conquista de Canaán, la figura de Balaam
permanece como símbolo vigente de advertencia contra la apostasía.
En el Nuevo Pacto se registran tres características de las acciones de Balaam: La
primera es su camino (no precisamente recto), el cual, según lo expresa el apóstol
Pedro, constituye un paradigma de todas las herejías de destrucción que, en
encubierto, están siendo constantemente introducidas por los falsos maestros con
el propósito de que la verdad sea blasfemada (2P. 2.1-22) .

La segunda es su error, que la Escritura menciona juntamente con el camino de


Caín, que representa al hombre natural religioso que cree en Dios y en una
“religión” según su propio pensamiento y voluntad, pero rechaza la redención
gratuita por medio de la Sangre (Jd. 11) .

El error de Balaam ha de distinguirse de su camino, y de su doctrina. Este error


fue su razonamiento: Basado en la simple moral natural, Balaam llegó a suponer
que, exhibidas ante Dios todas la maldades y pecados de Israel, Éste debía
maldecir a ese pueblo (Nm. 24.1) . Pero el vidente estaba ciego tocante a la más
elevada moral de la expiación, mediante la cual el Dios tres veces santo puede
mantener y fortalecer la autoridad y las terribles sanciones de Su ley, de modo tal
que Él permanece siendo justo al mismo tiempo que no ve iniquidad ni nota
maldad (Nm. 23.21) en aquéllos que justifica.

Finalmente, y de suma importancia para nuestro estudio, se encuentra la doctrina


de Balaam (Ap. 2.14) , que consiste en las instrucciones que el vidente dio a su
alquilador concerniente a (oígase bien): la única forma que el rey de Moab podría
vencer a sus enemigos.

El consejo era simple y directo: Lograr que los israelitas cohabitaran con mujeres
extranjeras. Después de la natural confianza que sobreviene a las relaciones
íntimas, las moabitas tendrían la libertad de invitar a todo el pueblo a las “alegres”
festividades de sus dioses. Una vez allí, entre el bullicio y el jolgorio... ¿qué mejor
cosa que una buena comida?

Entonces (y a esta altura el lector hará bien en observar cuidadosamente que la


acción a punto de sobrevenir es mucho más significativa que la fornicación
misma), los israelitas, después de comer los alimentos sacrificados a sus dioses,
se postrarían por ello, indefectiblemente, no ante los ídolos de Moab, sino ante los
demonios que están tras los ídolos, cometiendo el adulterio espiritual contra Dios,
y perdiendo así la santidad exigida como pueblo escogido y, obviamente, la unión
con Él.

Es digno de notar que, sin excepción, todo culto de adoración idolátrica es


seguido invariablemente por la acción de comer los alimen-tos previamente
ofrecidos en sacrificio. De esta forma, desde muy temprano, aún antes de entrar
en la Tierra Prometida, estos tristes hechos llevaron a Israel a cometer acciones
que terminaron arruinándola como nación.
pauseplay_arrow
volume_offvolume_downvolume_up
clear

You might also like