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SUBSIDIO LITÚRGICO SEMANA SANTA Revisiones y Correcciones 2019
SUBSIDIO LITÚRGICO SEMANA SANTA Revisiones y Correcciones 2019
Para la
SEMANA SANTA
A manera de Prólogo
La celebración del Misterio Pascual, se actualiza cada vez que se celebra la
Santa Eucaristía, es decir, conmemoramos los misterios que nos dieron la
Salvación: Pasión, Muerte y Resurrección de Jesucristo, en espera de su
gloriosa Parusía.
Pero la Liturgia de la Iglesia, desde sus primeros siglos comenzó a celebrar
de manera mimética y anamnética este Misterio de Cristo Crucificado, Cristo
Sepultado y Cristo Resucitado, llegando hasta la configuración ritual que ahora
conocemos y celebramos para gloria de Dios y santificación de los hombres.
En las Celebraciones propias de la SEMANA SANTA, el ciclo litúrgico llega
a su culmen y al mismo tiempo a su fuente; es decir tocamos el corazón y la
razón de ser del Año Litúrgico en el cual, celebramos el Misterio total de
Jesucristo, desde su Encarnación y Nacimiento -ciclo Natalicio-, recorriendo
su vida pública -ciclo Ordinario- hasta llegar a su Pasión y Muerte, que traerá
como consecuencia lógica la gloriosa Resurrección y glorificación, junto con
el don de su Espíritu Santo -ciclo Pascual-.
El presente Subsidio Litúrgico, espera ser ayuda a las iglesias que se
disponen a celebrar los «misterios que nos dieron vida». Con la intención de ser
utilizado desde el presidente de la celebración, que desde su ser sacerdotal y bajo
un correcto Ars Celebrandi ayuda y ayudará a los fieles en su santificación; los
que sirven como Ceremonieros como ayuda para velar por este arte de la
celebración; los Monaguillos y el entero Equipo de liturgia, (animadores, coros…),
para que sepan que deben hacer y cómo deben hacerlo; e incluso hasta al
Sacristán que deberá prever y proveer lo necesario.
Realizado en la Cuaresma del año de la Misericordia 2016, y revisado en
2017 y con una nueva revisión en este 2019, corrigiendo el mayor número de
erratas posibles y otras correcciones que se vieron conveniente hacer.
Esperando sea éste de gran ayuda les deseo una activa y fructuosa
vivencia de la Semana Santa y del sacro Triduo Pascual y a la vez deseo de una
muy feliz Cincuentena Pascual.
CUARESMA MMXIX.
Recopilación y Elaboración:
Pbro. José Adrián Padilla González.
1
DOMINGO DE
RAMOS DE LA
PASIÓN DEL SEÑOR
2
Catequesis sobre el Domingo de Ramos
SE HACE MINUTOS ANTES DE LA MISA O PROCESIÓN SOLEMNE POR NINGUNA RAZÓN DEBE OMITIRSE
Cuestiones a prever
Qué forma ritual se irá a utilizar
Elegir un lugar propicio para iniciar la celebración con procesión. -Un templo menor o fuera
de éste, una plaza, lugar techado amplio, auditorio parroquial, calle amplia, ya lo dictará
una correcta hermenéutica litúrgica-. Se elegirá un lugar particular que haga las veces de
sacristía.
Los fieles ya portan su respectivo ramo en sus manos.
El celebrante llevará la Capa Pluvial -Color Rojo o en su defecto color festivo- NO LLEVAR LA
CASULLA, EN LA PROCESIÓN O ENTRADA SOLEMNE. SOLAMENTE EN LA ENTRADA SENCILLA
SÍ UTILIZARÁ LA CASULLA
El diácono si lo hay, porta la dalmática desde un principio.
Procesión Solemne
1. Faltando unos minutos se puede ir ambientando el lugar con una catequesis.
(Página 3).
2. Monición de inicio mientras celebrante y ministros se revisten en un lugar
adecuado, fuera del lugar que servirá para bendecir los ramos.
3. Se entona la antífona Hosanna Filio David (Hosanna al Hijo de David), u otro
canto adecuado.
4. Se inicia con el signo de la cruz y luego el celebrante saluda al pueblo con la fórmula
propia del domingo de ramos que aparece en el Misal Romano III edición o en
el Ritual de Semana Santa, en la sección del Ordinario de la Misa (p. 255).
5. El celebrante o si ve conveniente el diácono hace la monición que prevé el Misal
Romano.
6. El celebrante canta o proclama alguno de los dos modelos de la Oración de
bendición de ramos. Luego se rocían en silencio los ramos con agua bendita.
7. Monición para la lectura evangélica.
8. Se puede cantar la aclamación antes del evangelio propia de la cuaresma; el
celebrante se sienta en la sede preparada y pone el incienso en el incensario y si
hay diácono es bendecido para proclamar el Evangelio, luego se pondrá de pie.
4
9. El diácono o en su defecto otro presbítero o el mismo celebrante, proclama el
Evangelio de la entrada triunfal del Señor en Jerusalén.
CICLO A: Mateo 21, 1-11.
CICLO B: Marcos 12, 12-16 ó Juan 12, 12-16.
CICLO C: Lucas 19, 28-40.
Se puede hacer una breve homilía que explique el sentido de la procesión o bien se dejan algunos
momentos en silencio para la meditación personal de la Palabra de Dios.
10. Monición para la procesión.
11. Exhortación para iniciar la procesión por parte del diácono o en su defecto otro
presbítero, o el mismo celebrante, como aparece en el Misal Romano.
12. Inicia la procesión, indicando el siguiente orden.
a. Incensario.
b. Cruz Alta adornada y Ciriales. Adornados con ramos.
c. Lectores con el libro donde se leerá la Pasión.
d. Diácono con el Libro de los Evangelios.
e. Ministrantes o monaguillos
f. Si hay los concelebrantes
g. Sacerdote sólo
h. Coro
i. Pueblo.
13. Durante la procesión se entonan las antífonas y los salmos que propone el Misal
Romano, o bien los cánticos populares en honor a Cristo Rey, evitar cánticos
ajenos a estos.
14. Al llegar el sacerdote al altar:
a. Reverencia
b. Incensación
c. Va a la sede, depone el pluvial y se reviste con la casulla.
N.B. Se puede seguir este otro orden:
a. Se depone capa pluvial y se reviste de la casulla al pie del altar.
b. Reverencia e Incensación.
c. Va a la sede para proseguir la celebración.
15. El celebrante Canta o Recita la Oración colecta. No se dice gloria.
16. Prosigue la misa con la Liturgia de la Palabra.
5
Entrada Solemne
1. Reunión de algunos fieles en la puerta del templo y otros ya dentro del templo,
con sus ramos en mano. Los fieles que servirán con algún ministerio acompañan
esta procesión junto con el celebrante.
2. Catequesis minutos antes. (Página 3). En el momento que el celebrante sale de la
sacristía: Monición de inicio.
3. Se entona la antífona Hosanna Filio David (Hosanna al Hijo de David), u otro
canto adecuado.
4. El sacerdote se dirige al lugar de reunión usando la capa pluvial, no la casulla.
5. Se inicia con el signo de la cruz y luego el celebrante saluda al pueblo con la
fórmula propia del domingo de ramos que aparece en el Misal Romano III
edición o en el Ritual de Semana Santa, en la sección del Ordinario de la
Misa (p. 255).
6. El celebrante o si ve conveniente el diácono hace la monición que prevé el Misal
Romano.
7. El celebrante canta o proclama alguno de los dos modelos de la Oración de
bendición de ramos. Luego se rocían en silencio los ramos con agua bendita.
8. Monición para la lectura evangélica.
9. Se puede cantar la aclamación antes del evangelio propia de la cuaresma; el
celebrante se sienta en la sede preparada y pone el incienso en el incensario y si
hay diácono es bendecido para proclamar el Evangelio, luego se pondrá de pie.
10. Se proclama el Evangelio de la entrada triunfal del Señor en Jerusalén.
CICLO A: Mateo 21, 1-11.
CICLO B: Marcos 12, 12-16 ó Juan 12, 12-16.
CICLO C: Lucas 19, 28-40.
Se puede hacer una breve homilía que explique el sentido de la procesión o bien se dejan algunos
momentos en silencio para la meditación personal de la Palabra de Dios.
12. Monición para la procesión.
13. Exhortación para iniciar la procesión por parte del diácono o en su defecto
otro presbítero, o el mismo celebrante.
14. Inicia la procesión, indicando el siguiente orden.
a. Incensario.
b. Cruz Alta adornada y Ciriales. Adornados con ramos.
c. Lectores con el libro donde se leerá la Pasión.
d. Diácono con el Libro de los Evangelios.
e. Ministrantes o monaguillos
f. Si hay los concelebrantes
g. Sacerdote sólo
h. Coro
i. Pueblo.
15. Durante la procesión se entonan las antífonas y los salmos que propone el Misal
Romano, o bien los cánticos populares en honor a Cristo Rey, evitar cánticos
ajenos a estos.
6
16. Al llegar el sacerdote al altar:
a. Reverencia
b. Incensación
c. Va a la sede, depone el pluvial y se reviste con la casulla.
N.B. Se puede seguir este otro orden:
a. Se depone capa pluvial y se reviste de la casulla al pie del altar.
b. Reverencia e Incensación.
c. Va a la sede para proseguir la celebración.
17. El celebrante Canta o Recita la Oración colecta. No se dice gloria.
18. Prosigue la misa con la Liturgia de la Palabra.
Entrada Sencilla
1. Catequesis minutos antes. (Se encuentra páginas más delante)
2. Monición de inicio como de ordinario
3. El sacerdote se dirige al altar. Se entona alguna de las antífonas con su salmo, de
los que propone el Misal Romano, o bien los cánticos populares en honor a
Cristo Rey.
4. Llega al altar, hace la reverencia y va a la sede.
5. Se inicia con el signo de la cruz y luego el celebrante saluda al pueblo con la fórmula
propia del domingo de ramos que aparece en el Misal Romano III edición.
6. Se omite el acto penitencial y se canta o recita la Oración colecta.
Misa
1. Primera lectura: Isaías 50, 4-7
2. Salmo, al menos que se cante su estribillo: Salmo 21, 8 -9. 17- 28a. 19- 20. 23- 24.
3. Segunda lectura. Filipenses 2, 6-11
4. Aclamación para el Evangelio: Filipenses 2, 8 s.
7. Lectura de la Pasión.
CICLO A: Mateo 26, 14 – 27, 66
CICLO B: Marcos 14, 1 – 15, 47
CICLO C: Lucas 22, 14 – 23, 56
a. No se llevan ciriales, ni incienso, no se da el saludo, no se signa el libro, no se responde nada al
anunciarse la pasión.
b. Puede ser proclamado por tres lectores, dejando al Ministro Ordenado (presbítero o diácono) los
diálogos de Cristo.
c. Sólo el diácono pide la bendición como costumbre antes del evangelio.
8. Puede tenerse una breve homilía o si se cree oportuno guardar un momento de
silencio para la meditación de la Palabra de Dios. (Rúbrica 22)
9. Credo de los Apóstoles y Oración Universal.
10. Rito de Ofrendas.
11. Monición antes del prefacio y Prefacio -La pasión del Señor-
12. Prosigue la misa del modo acostumbrado.
13. Bendición sobre el pueblo como lo indica el Misal Romano III edición.
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Cosas a Preparar
PREVER:
Lugar de la bendición de los Ramos, convenientemente adornado,
Sonido.
C) EN EL PRESBITERIO:
2 Atriles para la lectura de la Pasión junto o cerca del ambón.
Casulla para celebrante color rojo.
D) EN LA CREDENCIA:
Todo lo necesario para la Misa.
8
MONICIONES PARA LA CELEBRACIÓN
INICIO DE LA CELEBRACIÓN
Para la Misa con Procesión
Dos acontecimientos celebra la Iglesia hoy DOMINGO DE RAMOS DE LA
PASIÓN DEL SEÑOR: la entrada triunfal del Señor en Jerusalén y su gloriosa
Pasión.
Por eso, recordaremos esta entrada del Señor en la ciudad santa de
Jerusalén con la procesión solemne, en ella alabaremos a Jesucristo con
nuestros cantos, reconociéndolo como Señor y Mesías; y después,
conmemoraremos con la Santa Misa, la Pasión del Señor, que se celebra en
este domingo último de la Cuaresma.
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MONICIÓN A LAS LECTURAS de la Misa
Esta introducción siempre se dice:
Hemos comenzado esta celebración recordando la entrada triunfal de
Jesús en Jerusalén. Ahora la Misa se centra en la conmemoración de la Pasión
del Señor.
Se prosigue como convenga
Opción 1: Monición única para todas las lecturas
El Siervo de Yahvé, del que habla el DEUTERO-ISAÍAS, sufre pero muestra
una confianza en medio del dolor. El SALMISTA, en un momento de dificultad,
recuerda la acción salvadora de Dios en el pasado para animar su confianza y
esperar la salvación. Esa misma experiencia la resume PABLO en el himno
Cristológico de la epístola a los cristianos de Filipo: Cristo, que se humilla
desde su condición de Dios, pero es exaltado por Dios como Señor. Este mismo
Jesús, Mesías humilde y pacífico, toma posesión de Jerusalén para manifestar
su verdadera identidad.
Escuchemos atentos el mensaje de la Palabra de Dios.
Opción 2: Moniciones para cada lectura
1RA LECTURA
Como hemos venido escuchando en la primera lectura de los domingos de
Cuaresma, la memoria de los momentos importantes de la Historia de la
Salvación, llegamos en este domingo a escuchar el tercer cántico del Siervo
de Yahvé, del DEUTERO-ISAÍAS. Un poema que nosotros vemos cumplido en
Jesús de Nazaret. Escuchemos atentos esta profecía de la Pasión del Señor.
SALMO RESPONSORIAL
En una experiencia de abandono, el salmista implora la misericordia de
Dios. Cristo hará suyas estas palabras en su muerte. Unamos nuestras voces a
la suya cantando:
2DA LECTURA
Escucharemos un precioso himno Cristológico, que PABLO recoge de las
primeras comunidades cristianas, éstas lo entonaban para profesar la
universalidad del sacrificio de Cristo. Pero también para exaltar al Señor, que
mediante su pasión dolorosa, ha visto restablecida la gloria que le correspondía
desde siempre.
Escuchemos ahora las palabras del Apóstol.
10
LECTURA DE LA PASIÓN
Con el corazón atento al Evangelio de la salvación, dispongámonos a
escuchar la proclamación de la Pasión de Cristo. Acompañemos con ánimo en
estos momentos a Cristo el Siervo Sufriente, como verdaderos discípulos suyos.
Puestos de pie, aclamemos a Cristo, presente en su Palabra.
PRESENTACIÓN DE DONES
Presentamos el pan y el vino, que se convertirán en el Cuerpo y la Sangre
de Jesús. En ellos ofrecemos nuestra vida, para que junto con Jesús, seamos
humildes y disponibles ofreciéndonos al Padre, para la salvación de nuestros
hermanos.
MONICIÓN DE DESPEDIDA
(Antes de la oración sobre el pueblo que manda el Misal Romano)
Hemos realizado la apertura de la solemne Gran Semana Santa que tiene
como finalidad, preparar la Pascua de una manera inmediata.
Ahora que hemos comenzado a celebrar este Misterio Pascual, tenemos
que seguir al Señor hasta el fin, sería inadmisible comenzar algo y no
terminarlo. Si faltamos a las celebraciones de esta Semana Santa, el Misterio
queda incompleto y rechazamos las gracias que Dios nos quiere regalar en esta
solemne conmemoración.
11
LUNES, MARTES Y MIÉRCOLES SANTOS
SON DÍAS FERIADOS DE CUARESMA, PROLONGAN DE ALGUNA MANERA,
EL AMBIENTE PRE-PASCUAL DEL DOMINGO DE RAMOS; LA TEMÁTICA ES LA
INMINENCIA DE LA PASIÓN -DE ELLO HABLA LA LITURGIA DE LA PALABRA DE
ESTOS DÍAS-.
SERÍA CONVENIENTE PRIVILEGIAR EL ACTO PENITENCIAL Y OTRAS
CELEBRACIONES PREPARATORIAS.
MONICIÓN INICIAL
Dentro de la Semana Santa, nos reunimos para celebrar a Cristo, Palabra y
Eucaristía. En esta celebración haremos el envío de los miembros de nuestra
Parroquia que irán como Delegados nuestros a la Misa Crismal para recibir
los Santos Oleos. Unámonos en el amor y en la participación de la gracia de
Cristo poniendo todo nuestro ser en esta acción litúrgica.
MONICIÓN A LAS LECTURAS
Escuchemos la Palabra de Dios que nos fortalece, nos invita a meditar y a
reflexionar en nuestra vida, para acercarnos a los misterios de nuestra
redención.
Si se quiere decir las demás moniciones, pueden tomarse las del Domingo de Ramos a excepción de las siguientes:
MONICIÓN FINAL
Antes de la oración sobre el pueblo que propone el Misal Romano.
La delegación parroquial llevará nuestro saludo y oración a nuestro
Cardenal-Arzobispo.
Nosotros, con recogimiento, vayamos a nuestros hogares para prepararnos
a las celebraciones de los días que tienen más significado para nuestra fe.
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Jueves SANTO
Rito para la Recepción de los santos oleos
N.B. ESTA CELEBRACIÓN SE REALIZA TOMANDO EL TIEMPO CONVENIENTE ANTES DE LA MISA IN COENA DOMINI,
NUNCA, POR NINGUNA RAZÓN SE HAGA DENTRO DE LA MISA.
MONICIÓN
En esta celebración, recibimos a los delegados de nuestra parroquia con los
Santos Oleos recién bendecidos y el Santo Crisma hoy consagrado para los
Sacramentos Pascuales.
En la Misa Crismal, el nuestro Arzobispo José Francisco Cardenal, de
manera ritual consagró el Santo Crisma, y bendijo el óleo de los catecúmenos
y el óleo de los enfermos, rodeado de su presbiterio y con la presencia y
participación de representantes de todas las comunidades.
Se ponen de pie y cantamos a nuestro Redentor.
El sacerdote o el diácono, revestido con la Capa Pluvial de color festivo y los ministros salen a recibir a los
delegados con las ánforas. Estos son acompañados por los catecúmenos -si los hay- que recibirán el bautismo
en la Vigilia Pascual. En la procesión se usa incienso, Cruz procesional y ciriales.
El coro cantará el himno -O REDEMPTOR-, que es propio y alabanza a Dios por los Oleos bendecidos, u otro
canto adecuado.
El celebrante con las manos extendidas canta o recita la siguiente oración que se irá intercalando con la
respuesta cantada de los fieles
ealmente es justo y necesario, es nuestro deber y salvación
darte gracias siempre y en todo lugar, Señor Padre santo, Dios
todopoderoso y eterno. R.
Porque al hacer a Adán a tu imagen y semejanza, le entregaste en
posesión la tierra, para que, colmado de tus bendiciones, con una
vida santa alabara tu santo Nombre. R.
14
A pesar de su pecado y de todas nuestras faltas, no nos retiraste para
siempre tus favores, sino que tuviste piedad de nuestras
debilidades. R.
Tú prometiste a Abraham y a su linaje la alegría de la salvación. A
David lo ungiste con el óleo de la alegría. A tus sacerdotes, en la
unción con el óleo santo, prefiguraste la unción del Espíritu
Santo. A la viuda de Sarepta le enviaste a tu profeta, no sólo para
ofrecerle el pan que necesitaba, sino también la abundancia del
aceite. R.
Nos enseñaste así que tu salvación no sólo nos da el perdón, sino
que también nos introduce en la participación de tu gloria. R.
Pero en Jesucristo tu amor llegó hasta el extremo. Él es el Ungido
sobre el cual reposó la plenitud del Espíritu. Él tomó sobre sí
nuestras debilidades y cambió nuestra amargura en gozo. Con su
Muerte en la Cruz nos entregó su Espíritu, para que, marcados
con el sello de hijos de Dios y unidos en un solo Cuerpo,
proclamemos su Muerte y Resurrección, mientras esperamos su
venida gloriosa. R.
Por eso, Padre santo, te pedimos humildemente, por mediación de
Jesucristo, Hijo tuyo y Señor nuestro, que hagas descender tu
bendición abundante sobre los que durante estas solemnidades
pascuales y durante todo el Año Litúrgico, participarán en tus
sacramentos. R.
TOMANDO Y ELEVANDO EL ÁNFORA DEL ÓLEO DE LOS ENFERMOS Y LUEGO LO COLOCA SOBRE EL ALTAR DEL
LADO IZQUIERDO Y PROSIGUE
A los que sufren, agobiados por la enfermedad, la debilidad o la
ancianidad, concédeles el auxilio de tu gracia; que por tu santa
unción y por la oración de tu Iglesia, reciban consuelo y
protección para el cuerpo, el alma y la mente. R.
15
TOMANDO Y ELEVANDO EL ÁNFORA DEL ÓLEO DE LOS CATECÚMENOS Y LUEGO LO COLOCA SOBRE EL ALTAR DEL
LADO DERECHO Y PROSIGUE:
A los catecúmenos, que han de ser ungidos con el óleo de la
fortaleza, concédeles sabiduría y fervor para que entiendan más
profundamente el Evangelio de Cristo, afronten con ánimo
esforzado los trabajos de la vida cristiana, y transformados en
hijos adoptivos tuyos, se alegren de formar parte de tu Iglesia
santa. R.
TOMANDO Y ELEVANDO EL ÁNFORA DEL SANTO CRISMA Y LUEGO LO COLOCA SOBRE EL ALTAR EN EL CENTRO Y
PROSIGUE:
A los que van a renacer del baño espiritual del Bautismo, o a ser
crismados con el sello espiritual de la Confirmación o del Orden
Sagrado, a través del santo Crisma, con el cual ungiste a tus
sacerdotes, reyes, profetas y mártires, infúndeles la santificación
de tu Espíritu, para que, convertidos en templos de tu majestad,
exhalen la fragancia de una vida inocente y agradable a ti. R.
PROSIGUE CON LAS MANOS EXTENDIDAS
A todos nosotros, concédenos que, llenos de júbilo por la
participación en los Misterios pascuales, y a todos los hijos
dispersos por el mundo, vivamos la paz y la unidad, en la
esperanza de vernos reunidos con María la Madre de Dios, y de
todos los santos. R.
Entonces, Padre, llegada aquella plenitud sin medida, brillando con
eterna luz, serás todo para todos, juntamente con Cristo en el
Espíritu Santo, por los siglos de los siglos.
R. Amén.
El celebrante inciensa a los santos Oleos y al altar.
Mientras tanto el coro vuelve a entonar el himno -O REDEMPTOR-
Después los oleos son guardados reverentemente en el lugar de su reserva.
El celebrante se retira a la sacristía por la vía más corta para prepararse para la misa In Cena Domini
16
JUEVES SANTO
MISSA
IN CENA DOMINI
INTRODUCCIÓN AL TRIDUO PASCUAL
17
Catequesis sobre el Jueves Santo
SE HACE MINUTOS ANTES DE LA MISA POR NINGUNA RAZÓN DEBE OMITIRSE
18
De todos modos, en el origen de la celebración del Triduo Pascual, dejó sentirse
también la influencia de la respuesta dogmática y litúrgica frente a la herejía arriana, que
negaba la divinidad de Jesucristo; reacción que supuso una atracción de la piedad de los
fieles hacia la persona de Jesús -Hijo de Dios e hijo de María- y de su vida en la tierra.
La liturgia del Triduo Sacro se funda en una unicidad que no se puede separar del
Misterio Pascual de la Pasión y Glorificación de Cristo. Cada momento del Triduo no
debe considerarse aisladamente, sino, en su relación mutua, de manera que toda su
celebración tiene como punto medular la santa Vigilia Pascual. El Triduo Sacro es pues,
una pascua celebrada en tres días.
La celebración del Triduo Pascual no constituye un simple recuerdo subjetivo de la
muerte y resurrección de Cristo. Al contrario, por medio de los ritos pascuales, la Iglesia
revive, los misterios salvíficos de la redención, participando de la pasión y glorificación
del Señor, y accediendo a los tesoros de la gracia obtenida a precio de su sangre.
Con la misa vespertina in cena Domini se abren las celebraciones del Triduo sacro.
La Iglesia de Jerusalén conocía ya en el siglo cuarto, una celebración Eucarística
conmemorativa de la Última Cena, momento de la institución de la Eucaristía,
Sacramento que actualiza el sacrificio de Cristo en la cruz. En los orígenes, esta
celebración se desarrollaba sobre el Gólgota, en la basílica del Martirión, al pie de la cruz,
y no en el Cenáculo; hecho que confirma la relación originaria de la celebración
eucarística con el sacrificio de la cruz. A finales de esa misma centuria, tal tradición era
ya vivida en muchas Iglesias occidentales, no obstante, habrá que esperar hasta el siglo
séptimo para encontrar los primeros testimonios en la Liturgia Romana.
La misa in cena Domini conmemora un triple misterio: La institución de la sagrada
Eucaristía, la institución del Sacerdocio de la nueva ley, y el amor infinito de Cristo por
los hombres con su mandamiento de la caridad fraterna, manifestado con el signo del
Mandatum o lavatorio de pies. Sin embargo, los dos últimos misterios encuentran su
fundamento en el Sacramento de la Eucaristía, fuente de todo don y máxima expresión
de la entrega.
Terminada la celebración, la Eucaristía es llevada de modo solemne hacia el lugar
de la reserva, para que los fieles puedan adorar al Señor, verdadera, real y
sustancialmente presente en el Sacramento. Los cristianos en este momento, son
invitados a la meditación y contemplación de los misterios de la Pasión y Muerte de
Jesucristo, al hilo de la lectura de los evangelios.
19
PROYECTO RITUAL
PARA TOMAR EN CUENTA:
EL SAGRARIO DEBE ESTAR VACÍO.
HAY QUE PREPARAR SUFICIENTES HOSTIAS PARA LA COMUNIÓN DEL JUEVES Y DEL
VIERNES SANTOS.
ADORACIÓN EN EL LUGAR DE LA RESERVA, LA CUAL NO DEBE PROLONGARSE MÁS ALLÁ DE
LA MEDIA NOCHE, Y DEBE HACERSE SIN SOLEMNIDAD, ES DECIR SIN LA CUSTODIA.
20
IV.- Liturgia Eucarística
11. Presentación de dones y de las ofrendas para los pobres. Durante este momento
debe cantarse el himno Ubi Caritas et Amor, ya sea en latín o alguna
traducción u otro canto que se haya inspirado en este himno.
12. Oración sobre las ofrendas.
13. Monición, Prefacio. Se usa Plegaria Eucarística I, con sus partes propias.
14.Rito de Comunión.
15. Después de la comunión, se deja el copón sobre el altar, para la comunión del
siguiente día.
16.Oración después de la comunión.
21
Cosas a Preparar
A CONSIDERAR
Los fieles que participan en el lavatorio de pies, deben reservar sus lugares entre los fieles,
nunca por ningún motivo en el presbiterio, puesto que no son concelebrantes, solo suben
a este para el momento ritual del Mandatum.
Decoración sobria en el templo, pero pónganse flores y otros adornos que se quiten
fácilmente. Igual el lugar para el Monumento de la reserva del Santísimo
Repique de campanas para el momento del canto de Gloria
A) EN LA SACRISTÍA:
Casullas y dalmáticas blancas (es loable el preparar la casulla de ordenación).
Incensario y naveta.
Un segundo incensario para el traslado del Santísimo.
Cruz alta y ciriales.
Evangeliario.
Varipalio.
C) EN LA CREDENCIA:
Campanas y matracas.
Todo lo necesario para la Misa Solemne
Jabón, agua, gel antibacterial y toalla (para el sacerdote al terminar el lavatorio)
Hostias suficientes para Jueves y Viernes Santos
Cálices con vino suficiente para la comunión bajo las dos especies. (acción
muy loable, especialmente este día)
Velo humeral o paño de hombros.
Misal Romano, Libro de Oración de los Fieles u Otros subsidios celebrativos.
22
MONICIONES PARA LA CELEBRACIÓN
Inicio de la Celebración
Nos hemos reunido para conmemorar la Cena del Señor. Celebramos la
memoria de la institución de la Eucaristía. Así, al caer la tarde en este día santo,
en gran intimidad con el Señor Jesús, como lo hizo en el Cenáculo, celebramos
lo que Él nos mandó hacer para tenerlo siempre presente en medio de nosotros.
Así pues nos adentramos en el Triduo Pascual.
Demos gracias por tanto amor que nos ha manifestado el Señor y gocemos
de ser dichosos invitados a la Cena del Señor.
CANTO DE GLORIA
Proclamemos hoy, antes de la celebración pascual, el himno en el que
damos gloria al Señor por su inmenso amor, porque nos ha otorgado su perdón.
Unamos nuestras voces al canto de los ángeles.
LECTURAS
Opción 1: Monición única para todas las lecturas
El pueblo judío celebraba la cena de Pascua, haciendo memoria de la
liberación de la esclavitud de Egipto; los cristianos celebran otra cena, la
Eucaristía, para conmemorar el gran acontecimiento de su salvación; con el
relato del lavatorio de los pies, del evangelista JUAN, adquiere también el
significado de que la Eucaristía es entrega del Señor por todos los hombres.
Escuchemos atentos el anuncio de la gran fiesta pascual.
Opción 2: Moniciones para cada lectura
1RA LECTURA
Por medio de la celebración de la Cena Pascual, Israel conmemoraba el
acontecimiento fundante de su identidad como pueblo: la liberación de la
esclavitud en Egipto, signo del amor de predilección de Dios. Jesucristo
también celebraba la Pascua y dará a esta fiesta un nuevo significado.
Escuchemos el relato de la primera pascua de Israel.
23
SALMO RESPONSORIAL
Con el Salmo 115 damos gracias a Dios por los beneficios que recibimos de
su generosidad. Respondamos cantando:
2DA LECTURA
De acuerdo con la tradición de la que PABLO también es heredero,
Jesucristo en la Última Cena, realizó el máximo acto de amor por la humanidad,
al instituir la Eucaristía. Esto nos ayuda a comprender lo sagrado de nuestra
Eucaristía.
Escuchemos a continuación el más antiguo relato eucarístico del Nuevo
Testamento.
EVANGELIO
También Jesús celebró, como los otros judíos, la comida del cordero en la
noche de Pascua. Pero Él le dio un nuevo sentido a aquella celebración. Quiso
dar a sus discípulos una muestra del amor inmenso que les tenía y de servicio,
al lavarles los pies.
Abramos el corazón al mensaje del Evangelio de JUAN: amar hasta el
extremo.
Puestos de pie, aclamemos a Cristo presente en su Palabra.
LAVATORIO DE PIES
El gesto de lavar los pies, está en estrecha relación con el misterio del
supremo servicio de Cristo a la humanidad. El celebrante, que preside la
liturgia en persona de Cristo, realiza el signo del servicio y del amor que
debemos prestarnos los unos a los otros, como una consigna para toda la
comunidad.
OFRENDAS
Se preparan sobre el Altar los dones del pan y del vino, pues por medio de
ellos, Jesús se hará presente en medio de nosotros, así el Señor renovará el
memorial de su Pascua. Con un corazón agradecido con Dios hagamos nuestra
ofrenda.
24
PREFACIO
Por tanto amor manifestado en Cristo, por la Eucaristía y el Sacerdocio,
demos gracias al Dios. Unámonos al celebrante en la que hace la proclamación
solemne de esta acción de gracias en el prefacio.
COMUNIÓN
Cada vez que comemos de este Pan y bebemos de este Cáliz, debemos
recordar las palabras del Señor: «Un mandamiento nuevo les doy: que se amen
los unos a los otros como Yo los he amado».
Acerquémonos con fe y reverencia y comulguemos su Cuerpo y de su
Sangre.
Monición de despedida
(AL FINAL DE LA ADORACIÓN QUE HACE EL CELEBRANTE MIENTRAS SE RETIRAN LOS MINISTROS)
Ha terminado la celebración de la Cena del Señor. Sin embargo, hoy no
se nos ha despedido como se hace habitualmente. Se nos da a entender así que
esta celebración del Jueves Santo está incompleta, que es tan sólo el inicio e
introducción del Triduo Pascual.
Ahora el altar y los espacios celebrativos se desnudarán, como signo de que
Cristo fue abandonado por sus amigos y despojado de sus vestiduras.
Recordemos que es contradictorio venir a Misa hoy Jueves Santo y no venir
los demás celebraciones de estos días santos. Acompañemos a Cristo, paso a
paso, en el misterio de su Pascua, de su tránsito de la muerte a la vida.
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PRIMER DÍA DEL TRIDUO PASCUAL
VIERNES SANTO
De la
PASIÓN DEL SEÑOR
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OFICIO DE LECTURAS Y LAUDES
MONICIONES PARA LA CELEBRACIÓN
Ambientación
Al despuntar el alba del primer día del Triduo Pascual, nos reunimos para
orar con la Iglesia y por la Iglesia, celebrando la Liturgia de las Horas, que es
la oración oficial de la Iglesia.
Por medio de los salmos, prestaremos nuestra voz a Jesús el siervo sufriente
de Dios, que ora al Padre en el momento máximo de su entrega y con las
lecturas y oraciones meditaremos el gran amor que Cristo nos tiene.
LECTURAS
LECTURA BÍBLICA
También la Palabra de Dios resuena en la celebración del Oficio Divino. El
acontecimiento de la Pasión del Señor, fue profetizado desde el Antiguo
Testamento, escuchemos con un corazón contemplativo los sentimientos que
la Sagrada Escritura recoge de la Pasión de nuestro Salvador.
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LECTURA PATRÍSTICA
A la luz de la sabiduría de los Padres de la Iglesia, ahora meditaremos el
misterio de la Pasión del Señor. SAN JUAN CRISÓSTOMO, nos recuerda el valor
sagrado que la Sagrada Escritura da a la sangre; de la Sangre de Cristo hoy
derramada nacen los Sacramentos que nos hacer renacer a una vida nueva.
Escuchemos atentos esta bella catequesis.
Invitación a Laudes
El oficio de Laudes, como oración de la mañana, nos habla siempre de la
luz y de la vida. ¿Cómo podremos cantar Laudes en este día de tinieblas y de
muerte? Pero ya que el sol no ha faltado ni siquiera hoy a su cotidiana cita
matinal, dispongámonos a cantar ahora la Pasión del Señor, que nos ha dado
la vida.
SALMO 50
El salmista reconoce su culpa y suplica la misericordia de Dios. Por eso en
el día en que Cristo muere, la Iglesia, presente en esta asamblea litúrgica,
implora al Padre, que aparte de su vista los pecados de la humanidad y que
conceda al mundo sentir el júbilo de la Pascua.
CÁNTICO DE HABACUC
El profeta espera y anhela ver las obras poderosas de Dios, pero la muerte
del Señor hace temblar de espanto, Pero a pesar de estas imágenes
horripilantes y a través del terrible terremoto de la muerte del Señor, Dios sale
a salvar a su pueblo; por eso nosotros, en el día de la angustia, tranquilos
esperamos el triunfo de la Vida.
SALMO 147
El salmista ahora entona una sentida acción de gracias; por eso que la
nueva Jerusalén, la Iglesia, glorifique al Señor, que es el constructor de la
historia; y nos reanime en la esperanza con la cercana resurrección de su Hijo.
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Catequesis sobre el Viernes Santo
SE HACE MINUTOS ANTES DE LA MISA POR NINGUNA RAZÓN DEBE OMITIRSE
El VIERNES SANTO, es el primer día del Triduo Pascual, jornada en que se celebra la
Pascha Passionis -Pascua de la Pasión-, como el paso del Hijo de Dios de este mundo al
Padre, su sufrimiento solidario con los pecadores para destruir el pecado del mundo: Su
muerte destruye toda muerte. El VIERNES SANTO constituye el primer hecho de este
paso. Este día se conmemora la Pasión y Muerte del Señor, de ahí surge la denominación
actual: VIERNES SANTO DE LA PASIÓN DEL SEÑOR.
Dos documentos de venerable antigüedad: la Traditio Apostólica y la Didaskalia
Apostolorum, confirman que era práctica común entre los primeros fieles un ayuno el
viernes y sábado previos a la celebración de la Vigilia Pascual.
Habrá que esperar hasta finales del siglo cuarto para encontrar, en Jerusalén, los
primeros esbozos de una celebración litúrgica de la Pasión. Se trataba de una jornada
dedicada íntegramente a la oración itinerante: Los fieles se reunían en el Cenáculo,
veneraban la columna de la flagelación, y acudían al Gólgota, donde el obispo
presentaba el madero de la Cruz. Durante las estaciones se leían profecías y evangelios
de la pasión, se cantaban salmos y se recitaban oraciones.
Los testimonios más antiguos de una liturgia del Viernes Santo en Roma, proceden
en cambio del siglo séptimo: Manifiestan dos tradiciones distintas, que han llegado a
través del Sacramentario Gelasiano -libro litúrgico del oficio presbiteral-; que consistía de
la adoración de la cruz, liturgia de la Palabra y comunión con los pre-santificados: Que
son las formas previamente consagradas. Y del Sacramentario Gregoriano -libro litúrgico
del oficio papal-; esta celebración se limitaba a lecturas bíblicas y a una plegaria universal.
El oficio romano actual, recuperado a partir de las reformas del Papa PÍO XII y del
CONCILIO VATICANO II, contiene elementos de ambos Sacramentarios: Proclamación de
la Palabra y oración universal, procedentes de la tradición papal o Sacramentario
Gregoriano; la adoración de la Cruz y comunión con la Eucaristía consagrada la tarde
anterior, procedentes de la tradición presbiteral o Sacramentario Gelasiano.
La teología del viernes santo es particularmente rica: Durante este día, la Iglesia
conmemora la Pasión de su Señor y Esposo, adora su Cruz, recuerda su nacimiento del
costado de Cristo, y por la plegaria universal, intercede por la salvación universal.
El Viernes Santo es, por tanto, para el cristiano, un día de esperanza y confianza en
Dios, aún en medio del dolor. Los sufrimientos de Cristo atraen la benevolencia del
Padre. La cruz, símbolo del patíbulo y de la ignominia, es adorada: El instrumento de
humillación se convierte en término de la gloria el Viernes Santo.
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El cristiano se encuentra, de modo especial, con la cruz, y recuerda así que, para ser
fiel discípulo del maestro, debe tomar su cruz de cada día, pues sólo la cruz es la
respuesta a las ansias de salvación y liberación de una humanidad que gime bajo el peso
de los pecados.
Por otra parte, en consonancia con la primitiva tradición de la Iglesia, el Viernes
Santo y, según la oportunidad, también el Sábado Santo, hasta la Vigilia Pascual, se
vive el sagrado ayuno de la pascua.
Según una antiquísima tradición, ni en este día, ni mañana Sábado Santo, se celebra
la Misa, ya que la Eucaristía de estos días es la de la Vigilia Pascual. Por eso, la
celebración que está por comenzar, no estará completa hasta que celebremos la
Eucaristía en la noche santa de la Resurrección del Señor. Se nos enseña así que no
debemos separar la Muerte de la Resurrección, que el Misterio Pascual de la Muerte y
Resurrección de Cristo es una unidad, que celebramos a lo largo de tres días. Muerte y
Resurrección constituyen el único acontecimiento redentor que nos salva.
La Iglesia no considera este día como de llanto y de luto, sino como día de amorosa
contemplación del sacrificio cruento de Jesús, fuente de nuestra salvación. Hoy la Iglesia
no hace un funeral, sino que celebra la muerte victoriosa del Señor, por eso la elección
de los colores rojos para las diversas celebraciones litúrgicas.
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CELEBRACIÓN DE LA PASIÓN DEL SEÑOR
Proyecto Ritual
COSAS IMPORTANTES A RECORDAR
ESTE DÍA NO HAY CELEBRACIÓN EUCARÍSTICA POR NINGÚN MOTIVO, NI SIQUIERA POR EXEQUIAS, LAS CUALES
PUEDEN CELEBRARSE EN EL TEMPLO PERO CON UNA LITURGIA DE LA PALABRA A UNA HORA CONVENIENTE.
EL ALTAR DEBE DE ESTAR COMPLETAMENTE DESNUDO .
DESPUÉS DEL MEDIODÍA SE HACE LA CELEBRACIÓN DE LA PASIÓN DEL SEÑOR, QUE CONSTA DE TRES PARTES:
A) LITURGIA DE LA PALABRA.
B) ADORACIÓN DE LA CRUZ.
C) SAGRADA COMUNIÓN
LA COMUNIÓN PUEDE LLEVARSE A LOS ENFERMOS POR LA MAÑANA.
NOTA IMPORTANTE: SI EN LA CELEBRACIÓN DE LA PASIÓN DEL SEÑOR, PARTICIPAN
ALGUNOS SACERDOTES, ESTOS DEBERÁN PORTAR EL TRAJE CORAL -SOTANA Y COTA O
ROQUETE-, POR NINGUNA RAZÓN DEBEN REVESTIRSE COMO SI FUERAN A CONCELEBRAR,
PUESTO QUE NO SE TRATA DE UNA CONCELEBRACIÓN, ÉSTA NO ESTÁ NI SIQUIERA
CONTEMPLADA REMOTAMENTE. SÓLO EL QUE PRESIDE LA CELEBRACIÓN LLEVA CASULLA.
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3.- Segunda Parte: Adoración de la Santa Cruz
PRIMERA FORMA DE PRESENTAR LA SANTA CRUZ
1. El diácono o un ministrante lleva la Cruz cubierta con un velo rojo al altar,
acompañada por los cirios desde la puerta de la iglesia al presbiterio.
2. El celebrante recibe la Cruz frente al altar.
3. Descubre el extremo superior, la eleva y canta ya sea él mismo o el diácono o un
cantor la invitación propia (Miren el árbol de la Cruz…) Terminado el canto se
arrodillan y adoran unos momentos. Luego se levantan.
4. Descubre el extremo derecho de la Cruz, la eleva y canta ya sea él mismo o el
diácono o un cantor la invitación propia (Miren el árbol de la Cruz…) Terminado
el canto se arrodillan y adoran unos momentos. Luego se levantan.
5. Descubre por completo la Cruz, la eleva y canta ya sea él mismo o el diácono o un
cantor la invitación propia (Miren el árbol de la Cruz…) Terminado el canto se
arrodillan y adoran unos momentos. Luego se levantan.
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3. Luego Se acercan procesionalmente a besar la Cruz en el siguiente orden:
a. Diáconos.
b. Otros sacerdotes si los hay.
c. Ministrantes que sirven al altar.
d. Lectores.
e. Equipo de liturgia.
f. Fieles designados.
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Cosas a Preparar
PREVER SI VA A HABER POSTRACIÓN O SIMPLEMENTE SE ARRODILLARÁN.
QUÉ FORMA DE ADORACIÓN DE LA CRUZ SE HARÁ.
SI LA ASAMBLEA ES NUMEROSA, DESIGNAR EL NÚMERO DE FIELES QUE HARÁN LA
ADORACIÓN A LA SANTA CRUZ.
A) EN LA SACRISTÍA:
Casulla roja. (Sólo la porta el celebrante, los demás sacerdotes portarán traje coral:
Sotana y Cota o Roquete)
Dalmática del mismo color para el diácono.
B) EN EL PRESBITERIO:
Altar desnudo
Sagrario vacío
Lugar de la postración, alguna alfombra, si conviene.
Atriles junto al ambón y libros para la lectura de la Pasión
C) EN LA CREDENCIA
Mantel
Corporal
Piscina o bien un cáliz con agua para purificar.
Platillos para la comunión
Misal Romano
Estolas rojas para los sacerdotes que están presentes para el momento de la
comunión.
D) EN EL LUGAR DE LA RESERVA:
Paño de hombros rojo o blanco
2 cirios encendidos (para acompañar al Santísimo al altar)
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CELEBRACIÓN DE LA PASIÓN DEL SEÑOR
MONICIONES PARA LA CELEBRACIÓN
INICIO DE LA CELEBRACIÓN
(CUANDO VA SALIENDO LA PROCESIÓN DE LA SACRISTÍA).
Toda la celebración de hoy es de contemplación, de silencio y oración. En
el momento en que los ministros se postren como singo de humillación, todos
nos pondremos de rodillas y oraremos en silencio.
LITURGIA DE LA PALABRA
Opción 1: Monición única para todas las lecturas
Celebramos la muerte triunfal de Cristo. El DEUTERO-ISAÍAS ofrece la
imagen de Cristo sufriente, cargado de todos nuestros pecados, para nuestra
justificación; el autor de la Epístola a los hebreos muestra a Cristo obediente
que se convierte en causa de salvación eterna; JUAN escribe el relato de la
Pasión, en clave de triunfo, presentándonos la entrega pascual de nuestro
Salvador.
Acojamos ahora el mensaje de la Pasión proclamada.
Opción 2: Moniciones para cada lectura
1RA LECTURA
Escucharemos del DEUTERO-ISAÍAS, el Cuarto Cántico del Siervo de
Yahvé; es una narración apasionada de los sufrimientos de este siervo, pero
también nos habla de su exaltación. Esta profecía tiene cumplimiento en
Jesucristo y en su pasión dolorosa.
Escuchemos esta profecía de la Pasión, y meditemos el mensaje de la
Pasión Proclamada
SALMO RESPONSORIAL
El su abandono en la cruz, el Señor Jesucristo clamó a Dios con las palabras
del Salmo 30. Hoy hacemos nuestra esa plegaria, para dirigirnos al Señor.
Respondamos cantando:
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2DA LECTURA
La fe de la Iglesia, -tal como nos enseña el autor de la epístola a los
Hebreos-, es que el Señor Jesús, es verdadero Dios y verdadero hombre, Él se
ha identificado del todo con nosotros, llegando al extremo de ofrecer su vida
en obediencia al Padre, para concedernos una auténtica liberación.
Sigamos escuchando la Palabra de Dios y meditando el mensaje de la
Pasión Proclamada.
EVANGELIO
Culminamos la escucha y la meditación de la Pasión Proclamada con el
evangelio de la Pasión del Señor.
Con el corazón atento a la Buena Nueva de la salvación, dispongámonos a
escuchar la proclamación de tan gran acontecimiento salvífico, en la triunfal
versión del evangelista Juan.
Puestos de pie, aclamemos a Cristo presente en su Palabra.
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DESPUÉS DE PRESENTAR LA SANTA CRUZ
La cruz fue escándalo para los judíos; para los griegos, locura y necedad;
para quienes no creen, piedra de choque. Para nosotros sus fieles, es la Cruz
gloriosa de la pasión que transfigura el drama del Gólgota en la hora de la
glorificación.
Nosotros los cristianos, en la Cruz vemos el instrumento por el que nos
llegó la redención.
Participemos ahora de la Pasión Venerada.
RITO DE COMUNIÓN
MIENTRAS SE VA EN BUSCA DE LA RESERVA
Continuamos nuestra celebración la tercera parte de nuestra celebración
con el Rito de la Comunión. Éste, tiene un estrecho vínculo con el misterio
de la Cruz gloriosa.
Aunque no celebramos la Santa Misa, no podemos resignarnos a privarnos
de la Comunión que nos pone en contacto con el misterio de aquél que es
nuestra Pascua inmolada.
COMUNIÓN
Nos unimos más íntimamente a esta conmemoración de la muerte del
Señor con la comunión. Recibiremos ahora el Cuerpo de Cristo, entregado por
nosotros en la cruz. Participemos con fe de la Pasión comunicada.
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SEGUNDO DÍA DEL TRIDUO PASCUAL
SÁBADO SANTO
SEPULTURA DEL SEÑOR
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Catequesis sobre el Sábado Santo
SE HACE MINUTOS ANTES DE LA MISA POR NINGUNA RAZÓN DEBE OMITIRSE
El SÁBADO SANTO, denominado por los cristianos de Oriente como el gran sábado,
honra el descanso de Cristo en el sepulcro, su descenso a los infiernos y su encuentro
con cuantos esperaban la apertura de los cielos.
Este día los cristianos se recogen en silencio, y mediante la oración y el ayuno,
esperan la resurrección del Señor. Por esta razón, la Iglesia no conoce reunión litúrgica
alguna, fuera de la celebración oficial y cotidiana de la Liturgia de las Horas u Oficio
Divino.
En los primeros siglos de la Iglesia, este sábado se caracterizaba por ser un día de
ayuno absoluto, previo a la celebración de las fiestas pascuales.
A partir del siglo XVI, con la anticipación de la Vigilia Pascual a la mañana del
Sábado Santo, el significado litúrgico del día quedó completamente deslucido; se le
denominaba -incorrectamente-, Sábado de Gloria, hasta que gracias a las sucesivas
reformas del siglo XX le han devuelto su originaria significación.
El Sábado Santo debe ser un día de intensa oración, acompañando a Jesús en el
silencio de la sepultura.
En apariencia, la historia de Cristo ha terminado; la causa de Dios se ha perdido,
pero Jesús, desciende a los infiernos para librar a los justos de la antigua Ley, en premio
a su vida de fe en las antiguas promesas mesiánicas.
El cristiano, unido a los dolores de Nuestra Señora, sabe que el silencio de Dios en
la historia es sólo aparente y se llena de esperanza para la vida futura.
Tiene una gran importancia en este día la participación en el Sacramento de la
reconciliación, indispensable camino para purificar el corazón y predisponerse para
celebrar la pascua íntimamente renovados.
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OFICIO DE LECTURAS Y LAUDES
MONICIONES PARA LA CELEBRACIÓN
Ambientación
Hoy, Sábado Santo, segundo día del Triduo Pascual, recordamos la
Sepultura del Señor.
Este día la Iglesia permanece orando junto al sepulcro de Cristo mientras
espera su gloriosa resurrección. Cristo realmente estuvo muerto, Él ha
compartido con todo ser humano la condición mortal. Cristo estuvo en el lugar
de los muertos. Por eso, el misterio de la muerte del Señor, ilumina el trance
de nuestra propia muerte y nos consuela a los que por ella hemos de pasar.
Mirar a Cristo pasando por la muerte y verlo después resucitado nos llena de la
esperanza de seguir nosotros también sus mismos pasos.
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LECTURAS
LECTURA BÍBLICA
También la Palabra de Dios resuena en la celebración del Oficio Divino. El
acontecimiento de la Sepultura del Señor, fue profetizado desde el Antiguo
Testamento, escuchemos con un corazón contemplativo los sentimientos que
la Sagrada Escritura recoge del reposo de nuestro Señor en la sepultura.
Escuchemos pues el mensaje de la Palabra de Dios
LECTURA PATRÍSTICA
Para los cristianos de Oriente, la glorificación de nuestro Salvador
comienza con el Descenso del Señor al Hades. Por eso en este día, se nos
propone leer un antiquísimo sermón griego, cuyo autor es ANÓNIMO. El
homileta recrea un intenso diálogo entre Cristo y Adán, explicándole el sentido
de su muerte y humillación para glorificarlo junto a Él.
Escuchemos atentos este venerable texto de la época de los Santos Padres.
Salmodia de Laudes
SALMO 63
La hora de Laudes recuerda la victoria de la luz sobre las tinieblas; de la
vida sobre la muerte. Pero en este día, el salmista hace resonar la voz de Cristo,
que en su lucha vence y aniquila el mal; los enemigos del Señor se han animado
al delito y lo han llevado hasta el sepulcro. Pero muy pronto, el mundo
proclamará la obra de Dios, en la gloriosa Resurrección de Cristo.
CÁNTICO DE ISAÍAS
El PROTO-ISAÍAS profeta, nos hace escuchar la voz de Cristo -en este cántico
proclamado siglos antes por el rey Ezequías-, se nos muestra su angustia
humana ante la muerte; así hasta probar las últimas amarguras humanas,
Cristo ha querido parecerse a sus hermanos. La resurrección es la respuesta del
Padre a la oración angustiada del Hijo amado.
SALMO 150
El salmista en la conclusión de todo el Salterio, hace una invitación a que
todo ser alabe al Señor. Cuando está más cerca la gran celebración Pascual,
empezamos ya a entonar cánticos con nuestras fuerzas, con arpas y cítaras, con
trompas y flautas, con todo el corazón, las obras magníficas del Señor que nos
salva.
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DESPEDIDA
ANTES DE LA ORACIÓN FINAL
Ha concluido esta Oración Litúrgica propia del Sábado Santo de la
Sepultura del Señor.
La Iglesia nos exhorta a permanecer en este segundo día del Triduo
Pascual en actitud de recogimiento y oración, guardando de ser posible el
ayuno.
Cristo dijo: «Al tercer día resucitaré». Ese día comenzará al caer la noche.
Participemos en estas celebraciones del día más importante del año.
Santifiquemos la fiesta más grande de nuestra fe.
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Tercer DÍA DEL TRIDUO PASCUAL
DOMINGO DE PASCUA
VIGILIA PASCUAL EN LA NOCHE SANTA
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Catequesis sobre la Vigilia Pascual
SE HACE MINUTOS ANTES DE LA MISA POR NINGUNA RAZÓN DEBE OMITIRSE
La Vigilia Pascual, en la noche santa de la Resurrección del Señor, es la madre de
todas las vigilias, así la llamó el gran AGUSTÍN DE HIPONA. En ella, la Iglesia espera en
atenta velación la Resurrección de Cristo, y la celebra en los sacramentos de la Iniciación
Cristiana: Bautismo, Confirmación y Eucaristía. Con la Vigilia Pascual, el Triduo sacro y
todo el Año Litúrgico, alcanzan su centro, el puente donde confluyen las celebraciones
anuales de los misterios de la vida de Cristo.
La celebración litúrgica de la Pascua del Señor se encuentra en los umbrales del
culto cristiano. Desde la generación apostólica, los cristianos conmemoraron
semanalmente la resurrección de Cristo, por medio de la asamblea eucarística dominical.
Además, ya desde el siglo segundo, la Iglesia celebraba una fiesta específica como
memoria anual de la Pascua, aunque las distintas tradiciones subrayen u otro contenido
del misterio:
PASCUA-PASIÓN: Que se celebraba el plenilunio de primavera, el 14 de Nisán,
según el calendario lunar judío, acentuando el hecho de la Cruz.
PASCUA-GLORIFICACIÓN: Que, privilegiando la Resurrección del Señor, se
festejaba el domingo posterior al primer plenilunio de primavera; esta última
práctica se impondría en toda la Iglesia desde comienzos del siglo tercero.
La Vigilia Pascual es el quicio de todo el Misterio de Cristo celebrado a lo largo del
Año Litúrgico. La noche santa culmina el Triduo Sacro. Dando inicio al Domingo de
Resurrección y al tiempo Pascual. La vigilia comienza cuando Cristo aún descansa en
el sepulcro y termina en la madrugada del gran día consagrado a la gloria de su
Resurrección. Por ello, su celebración debe acontecer una vez entrada la noche y que no
rebase el alba del domingo.
El contenido teológico de la Vigilia Pascual engloba, a un tiempo, el misterio de
Cristo salvador y del cristiano salvado. De aquí que, a los misterios de la glorificación de
Cristo y de la inserción del cristiano en su Misterio Pascual mediante los Sacramentos de
Iniciación Cristiana, se añade la espera de la Parusía o segunda venida gloriosa del Señor.
En la actualidad, la Vigilia Pascual posee una estructura litúrgica articulada a partir
de cuatro ritos de un profundo carácter simbólico: Lucernario o Liturgia de la luz, Liturgia
de la Palabra, Liturgia Bautismal y Liturgia Eucarística.
El Lucernario o Liturgia de la luz, encuentra su origen en el antiguo oficio así
llamado, lucernario, celebrando cada anochecer con la bendición de las lámparas. El rito
actual simboliza a Cristo luz del mundo, que con su muerte y resurrección vence a las
tinieblas del pecado. La Liturgia del Lucernario consta, de la bendición del fuego,
encendido del cirio pascual, la procesión con éste y el canto del Exultet o Pregón Pascual.
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La Liturgia de la Palabra consta de nueve lecturas. Las Lecturas del Antiguo
Testamento, que son siete, desarrollan los grandes temas de la historia de la salvación:
Creación -figura o anticipo de la nueva creación obrada por la muerte y resurrección de Cristo-;
Sacrificio de Abraham -figura de sacrificio de Cristo, con el que se sella la nueva alianza-, Paso
del mar Rojo -figura del bautismo-; la nueva Jerusalén, presentada con diversos
simbolismos en las cuatro profecías -figura de la Iglesia y del cielo-. Acompaña a cada
lectura un salmo y una oración que explica y subraya el significado de los textos, a la luz
del misterio de Cristo. Por su parte, las Lecturas del Nuevo Testamento, que son dos, la
epístola paulina se centra en el Bautismo, como sacramento de participación en la
Muerte y Resurrección de Cristo. El evangelio proclama los acontecimientos de la
mañana del Domingo de Pascua, siendo éste, el culmen de esta segunda parte.
La Vigilia Pascual, siempre se ha considerado un día consagrado al Bautismo. De
aquí que aun cuando no haya nuevas incorporaciones sacramentales a la Iglesia, la
Liturgia Bautismal deba siempre suceder a la Liturgia de la Palabra. Consta del canto
de las Letanías de los Santos, Bendición solemne del Agua Bautismal, Bautismo con sus ritos
ilustrativos, y si es el caso, la Confirmación; o cuando no hay Bautismos y se carece de
Fuente o Pila Bautismal, se hace una Bendición simple de Agua Lustral; pero en cualquier
caso se hará la Renovación de las Promesas Bautismales y se acompaña ésta con la aspersión
del agua, ya sea bautismal o lustral. Este último rito es un momento adecuado para
reavivar en los fieles la conciencia de que el Bautismo no es un rito pasajero, sino una
realidad permanente, una vocación a la santidad que ratifica toda su existencia.
La Vigilia Pascual y el entero Año Litúrgico, alcanza su cúspide con la Liturgia
Eucarística, máxima expresión del Misterio Pascual. La Oración sobre las Ofrendas
relaciona la Eucaristía con la nueva vida que nace de los Sacramentos Pascuales; el
Prefacio se centra en el misterio pascual de la muerte y glorificación de Cristo, y la
Oración después de la Comunión contempla a la eucaristía como el sacramento pascual
que dona y exige la caridad fraterna universal.
El CIRIO PASCUAL, es un elemento del que no podemos prescindir -aunque sea
una breve explicación-, por su valioso significado. El Cirio Pascual, no sólo es un elemento
de la Liturgia para el Tiempo de Pascua, sino que personifica al mismo Cristo Resucitado,
presente entre nosotros. Por eso se graba en él una cruz. Se pone la primera y la última
letra del alfabeto griego que son alfa y omega, porque Jesús es el principio y fin de toda
la creación. Se cincelan las cifras del presente año, porque Cristo vive Resucitado y salva a
los hombres de hoy, como a los de ayer y a los de mañana. Se ponen cinco granos de
incienso, que representan las llagas de la Pasión, sacrificio de olor agradable que Cristo
hace subir hasta el cielo. Al encender el Cirio, reconocemos a Cristo ha resucitado, que
vive glorioso para siempre y nos comunica su luz y su vida.
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PROYECTO RITUAL
I. Lucernario o Inicio solemne de la Vigilia
INDICACIONES GENERALES:
SE APAGAN LAS LUCES DE LA IGLESIA.
SE ENCIENDE EL FUEGO FUERA DE LA IGLESIA EN UN LUGAR ADECUADO, O BIEN EN LA PUERTA PRINCIPAL.
ALLÍ SE CONGREGA EL PUEBLO, O BIEN LOS FIELES YA PUEDEN OCUPAR SUS LUGARES DENTRO DEL
TEMPLO.
UN MINISTRO LLEVA EL CIRIO EN LA PROCESIÓN QUE SALE DE LA SACRISTÍA HACIA EL LUGAR DE LA
BENDICIÓN DEL FUEGO.
NO SE USAN NI CRUZ ALTA NI CIRIALES; EL INCENSARIO SÍ, PERO VA SIN BRASA ENCENDIDAS, ESTOS SE
TOMARÁN DEL FUEGO NUEVO.
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C. Canto Solemne del Exultet o Pregón Pascual
1. El celebrante va a la sede
2. El Cirio se deja en su lugar al lado del ambón, quedando entre éste y el altar.
3. Se pone incienso, sólo el diácono pide la bendición al sacerdote.
4. El diácono o presbítero inciensa el libro y el Cirio. Esta se suprime si es cantado
por un cantor.
5. Canta solemnemente el Pregón Pascual. (Bajo ninguna circunstancia será
proclamado sin canto, por eso al no haber diácono, lo canta el mismo celebrante,
u otro concelebrante o bien un cantor que esté bien preparado)
6. Todos permanecen de pie con las velas encendidas.
1. Todos se sientan
2. El sacerdote sentado en la sede, nunca de pie, invita a la asamblea al comenzar las
lecturas con la exhortación que viene en el Misal Romano.
3. Un lector proclama la lectura.
4. Se canta el salmo o al menos su estribillo.
5. Todos se ponen de pie.
6. El sacerdote dice una oración.
7. Y vuelven a sentarse
Se repite este orden durante hasta la sexta lectura o la que será la penúltima lectura que se
proclame del Antiguo Testamento.
8. Terminada la séptima o bien la última lectura del Antiguo Testamento, con su
respectivo salmo y oración, se hace una monición, el sacerdote o el diácono entona
solemnemente Gloria a Dios en el cielo…, que será cantado por el coro y la
asamblea.
9. Se tocan las campanas de la Iglesia, se encienden las velas del altar y se hace la
iluminación festiva del templo.
10. Después del canto Gloria, se canta o reza la oración colecta.
11. Un lector proclama la epístola.
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12. Terminada la epístola todos se ponen de pie excepción; el diácono (o salmista)
anuncia al celebrante el gozo del canto del Aleluya y el sacerdote o bien el mismo
diácono dirigiéndose al pueblo, entona solemnemente el “Aleluya”, repitiéndolo
tres veces, y el pueblo responderá tres veces, de manera alternada.
13. Un salmista canta el salmo aleluyático.
14.Para el Evangelio no se llevan velas, pero sí el incienso.
15. Se hace la Homilía.
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TERCER MODO: NO HAY BAUTISMOS, NI SE BENDICE LA
FUENTE BAUTISMAL. BENDICIÓN DEL AGUA LUSTRAL
Este rito es para las iglesias que no tienen pila bautismal ni celebrarán los bautismos.
1. Se le acerca al celebrante el acetre con agua.
2. Se omiten las letanías de los santos.
3. El sacerdote exhorta a los presentes.
4. Se hace la Bendición del agua lustral.
5. Sigue la renuncia a Satanás y la Profesión de Fe, todos encienden sus velas.
6. El sacerdote rocía al pueblo con agua bendecida. Terminada la aspersión todos
apagan las velas.
7. El sacerdote en la sede dirige la Oración Universal. Se omite el credo puesto que se
ha hecho la renovación de las promesas bautismales.
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Cosas a Preparar
INDICACIONES GENERALES:
ORGANIZACIÓN PARA QUE LOS FIELES TENGAN VELAS.
LUGAR DE REUNIÓN, TRAYECTO Y ORGANIZACIÓN DE LA PROCESIÓN.
LOS SIGNOS QUE SE HARÁN EN EL CIRIO.
EL CANTOR DEL PREGÓN PASCUAL, QUE POR ANTONOMASIA ES EL DIÁCONO.
LOS CANTORES DE LAS LETANÍAS.
PREPARACIÓN DE LOS BAUTIZANDOS, SUS PAPÁS Y PADRINOS (PARTICIPACIÓN Y LUGAR).
PROCLAMADORES DE LA PALABRA Y SELECCIÓN DE LECTURAS.
LA FORMA DE RENOVACIÓN DE LAS PROMESAS BAUTISMALES QUE SE VA A USAR.
APAGAR Y ENCENDER LAS LUCES A SU DEBIDO TIEMPO.
REPIQUE DE CAMPANAS PARA EL GLORIA.
REGISTRACIÓN DE LOS LIBROS A USAR (MISAL ROMANO, RITUAL DE SEMANA SANTA,
RITUAL DEL BAUTISMO YA SEA EL RICA O EL RBN, ORACIÓN DE LOS FIELES…).
a) EN EL LUGAR DE LA REUNIÓN:
Hoguera visible, de preferencia de puro pedernal (carbón).
Antorcha o mechas para encender el Cirio.
Punzón o estilete, 5 granos de incienso.
Tenazas para sacar las brasas de la hoguera.
Velas para los ministros.
Linternas.
b) SACRISTÍA O EL LUGAR QUE HARÁ SUS VECES
Cirio Pascual.
Incensario sin brasas.
Naveta con incienso.
Ornamentos dorados o blancos lo más solemne posible. Casulla para celebrante,
dalmática si hay diácono.
Misal Romano.
c) EN EL PRESBITERIO:
Candelabro digno adornado con flores naturales para el Cirio. Se pone a un lado del
Ambón no al centro del Altar.
Campanas.
Pila bautismal adornada con flores naturales
Recipiente con agua, adornado.
d) EN LA CREDENCIA:
Lo necesario para la celebración de la Misa Solemne.
Cálices para comunión bajo las dos especies
Lista de bautizandos, Ritual de Bautismo (RICA o RBN).
Hisopo y acetre para la aspersión.
Santos oleos, toalla, algodones, alcohol.
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MONICIONES PARA LA CELEBRACIÓN
I. LUCERNARIO
INTRODUCCIÓN
Ya entrada la noche, nos reunimos impacientes para sorprendernos con el
nuevo día. El tránsito de las tinieblas a la luz nos hace recordar a nosotros
cristianos, las hazañas que Dios realiza al pasar entre nosotros. Cristo, de igual
modo, atraviesa victorioso las aguas amargas de la muerte, y pasa a la luz
esplendorosa de su Resurrección, abriendo camino para salvar a todo el que
crea en Él. Celebremos, pues, a Cristo Resucitado, velando y cobrando ánimo
al vivir los signos de la liturgia.
PREGÓN PASCUAL
Escuchemos ahora con devoto silencio y con las velas encendidas en la
mano, el solemne anuncio de la Pascua, que (el diácono; el sacerdote; el cantor)
canta en el Exultet, gozosa y poética acción de gracias por la noche
bienaventurada de la resurrección de Cristo.
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II. LITURGIA DE LA PALABRA
Opción 1: Monición por secciones de Lecturas
N. B. NO SE HACE LA MONICIÓN ANTES LA PRIMERA LECTURA, PUESTO QUE EL CELEBRANTE YA LA HA
REALIZADO AL INTRODUCIR LA SEGUNDA PARTE DE ESTA VIGILIA. AL TERMINAR LA ORACIÓN DESPUÉS DE LA
PRIMERA LECTURA SE HACE LA SIGUIENTE MONICIÓN PARA HACER EN NEXO DE ESTA SECCIÓN.
CANTO DE GLORIA
Hemos concluido las lecturas del Antiguo Testamento. La historia de la
salvación con sus anuncios y promesas, llegan a su plenitud en Cristo. Por eso,
antes de proclamar las lecturas del Nuevo Testamento, glorifiquemos a Dios,
que nos ha redimido por medio de su Hijo.
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CANTO DEL ALELUYA
Vamos a entonar ahora el cántico que hemos omitido durante la Cuaresma
y que a partir de hoy resonará como signo de la alegría pascual. El diácono [o
bien: el salmista] anuncia al celebrante el gozo de la Pascua, y cantará por tres
veces el Aleluya y nosotros respondemos con gozo, esta alegría se verá
desbordada al aclamar al Señor resucitado.
SEGUNDA LECTURA
Escucharemos a continuación un relato que nos muestra la confianza
absoluta puesta en Dios por parte de Abraham. El sacrificio de Isaac es figura
de la pasión de Cristo. Aunque Abraham evitó el sacrificio de Isaac, Dios sí
entregó hasta las últimas consecuencias a su Hijo en solidaridad con la
salvación del mundo.
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TERCERA LECTURA
El Libro de Éxodo nos narra la salida de Egipto y el paso del Mar Rojo,
camino de la libertad. Este es el acontecimiento fundamental en la historia del
pueblo israelita y el mejor símbolo para todos los procesos de liberación de un
pueblo.
NB. DESPUÉS DE LA LECTURA NO SE DICE «PALABRA DE DIOS». POR ESO NO SE HACE MONICIÓN AL
INTELECCIONAL.
CUARTA LECTURA
El mensaje de los profetas es fundamental para comprender la historia de
la salvación. Terminadas las tres lecturas históricas, el primer pasaje del
DEUTERO-ISAÍAS nos habla de la fidelidad con que Dios nos quiere. A pesar del
pecado humano, continúa firme el amor de Dios, con símbolos muy expresivos
la hace saber el profeta en esta noche santa.
QUINTA LECTURA
El segundo pasaje del DEUTERO-ISAÍAS nos hace ver cómo Dios nos promete
una alianza renovada, que nos llevará a la vida. Después del castigo merecido
a causa de la infidelidad, promete a su pueblo el advenimiento de una era de
abundancia y de paz.
SEXTA LECTURA
El siguiente relato plasma el sentimiento del pueblo judío en el destierro y
el desempeño de la misión del profeta Baruc, que llama al pueblo a la
conversión y hace una invitación constante a buscar en la sabiduría la respuesta
al sufrimiento y a la desesperanza.
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SALMO RESPONSORIAL: SALMO 18
El que sigue los mandatos del Señor, encuentra su deleite en el
cumplimiento de la voluntad de Dios.
Por eso respondemos con el Salmo 18:
SÉPTIMA LECTURA
La última lectura del Antiguo Testamento es del profeta EZEQUIEL,
testigo, en el siglo VI antes de Cristo, del destierro del pueblo a Babilonia. De
parte de Dios él anuncia el perdón a su pueblo, y le promete un agua pura y un
corazón nuevo, una nueva creación y un nuevo espíritu.
CANTO DE GLORIA
Hemos concluido las lecturas del Antiguo Testamento. La historia de la
salvación con sus anuncios y promesas, llegan a su plenitud en Cristo. Por eso,
antes de proclamar las lecturas del Nuevo Testamento, glorifiquemos a Dios,
que nos ha redimido por medio de su Hijo.
EPÍSTOLA
Ahora pasamos a las lecturas del Nuevo Testamento, después del canto
festivo de Gloria. En el Nuevo Testamento encontramos el cumplimiento de
las promesas de la Antigua Alianza.
PABLO nos presenta en la siguiente lectura lo novedoso y peculiar del
cristianismo: La firme convicción en la resurrección de Jesucristo, de la cual
somos partícipes.
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CANTO DEL ALELUYA
Vamos a entonar ahora el cántico que hemos omitido durante la Cuaresma
y que a partir de hoy resonará como signo de la alegría pascual. El diácono [o
bien: el salmista] anuncia al celebrante el gozo de la Pascua, y cantará por tres
veces el Aleluya y nosotros respondemos con gozo, esta alegría se verá
desbordada al aclamar al Señor resucitado.
EVANGELIO
NB. SE DICE DESPUÉS DE HABER CANTADO EL SALMO ALELUYÁTICO.
Después de escuchar dos veces el relato de la Pasión, -Domingo de Ramos
y Viernes Santo-, hoy, ya en el Domingo de la Resurrección, se completa ahora
el segundo acto de la Pascua con esta Buena Noticia de la Resurrección.
El núcleo de la fe cristiana se encuentra en la manifestación del Dios hombre
que vence la muerte.
Abramos nuestro corazón al sorprendente anuncio de la Resurrección de
Jesús.
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RENOVACIÓN DE LAS PROMESAS BAUTISMALES
Encendamos de nuevo nuestras candelas, son el signo de la iluminación
bautismal que hemos recibido como hijos de la luz.
Junto con los candidatos al bautismo, renovemos llenos de alegría, nuestra
renuncia a Satanás, y nuestra adhesión a Cristo, mediante la profesión de Fe.
BAUTISMO
La Liturgia Bautismal de esta noche santa llega a su centro, como se ha
venido haciendo desde los inicios de la Iglesia; los catecúmenos serán
sumergidos en la fuente bautismal, para renacer como nuevas creaturas, que la
celebración del este magnífico Sacramento nos recuerde que debemos morir al
pecado para resucitar con Cristo.
RITOS EXPLICATIVOS
CUANDO NO HAY CONFIRMACIONES DESPUÉS DE BAUTIZAR SE AÑADE:
A los que han renacido a la vida nueva por la fuente bautismal, serán
ungidos con el Santo Crisma, para significar así su nuevo estado de consagrados
sacerdotes profetas y reyes.
EN TODOS LOS CASOS LA SIGUIENTE PARTE SÍ SE DICE:
Se le entrega a los neófitos, la vestidura blanca y el cirio. Para que
revestidos de Cristo, y hechos hijos de la luz, puedan caminar al encuentro del
Señor.
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LITURGIA BAUTISMAL SIN BAUTISMOS
PERO CON BENDICIÓN DE LA FUENTE BAUTISMAL
Comienza ahora la tercera parte de esta Vigilia: la Liturgia Bautismal. El
Bautismo tiene gran importancia en esta noche; las alusiones a las aguas
bautismales han sido frecuentes en la liturgia de la Palabra. Y es que el
Bautismo es el sacramento por el que nos unimos a la muerte y resurrección
del Señor.
Invocaremos en primer a Cristo y a los santos, para que sea santificada la
fuente bautismal en la que renacerán los nuevos hijos de Dios en la Pascua.
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Liturgia Bautismal sin bautismos, ni Bendición
de la fuente bautismal:
BENDICIÓN DEL AGUA Lustral
La Liturgia Bautismal renovará nuestro propio Bautismo, por él, volvimos
a nacer de nuevo. Somos cristianos porque queremos practicar la justicia del
reino y porque hemos recibido el don de la fe en el nombre del Señor.
Es noche de profesión de fe y de compromisos. Dispongámonos, pues, a
celebrar el don del agua de la vida.
Acompáñenos al celebrante que bendice el agua con nuestra plegaria
silenciosa.
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IV. LITURGIA EUCARÍSTICA
OFRENDAS
Junto con los recién bautizados [en esta celebración y] en todo el orbe,
celebremos también nosotros el memorial de la bienaventurada Pasión y de la
gloriosa Resurrección del Señor.
Cristo Pan vivo y Pascua de la Iglesia, nos ofrece su carne vivificada y
vivificante, fuente de la vida inmortal.
Unamos nuestras voces en el canto mientras [los neófitos] llevan las
ofrendas al altar.
PREFACIO
En verdad, en esta noche debemos dar gracias a Dios más que nunca.
Porque el misterio pascual de la muerte y la resurrección de Jesucristo es la
culminación de toda la obra de salvación que Dios ha realizado. Celebremos
pues exultantes y desbordados de alegría la Eucaristía culmen de todo el año
litúrgico, la gran Eucaristía de la Pascua.
COMUNIÓN
El Cuerpo de Cristo es nuestro alimento en el camino, la vida que alimenta
nuestra vida, y que le hace producir frutos de caridad, de justicia y de paz.
Comamos y bebamos el pan y el vino que dan vida: El Cuerpo y la Sangre de
Cristo Resucitado.
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Tercer DÍA DEL TRIDUO PASCUAL
DOMINGO DE LA
PASCUA DE
RESURRECIÓN
MISA DEL DÍA
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Catequesis sobre: Domingo de RESURRECCIÓN
SE HACE MINUTOS ANTES DE LA MISA POR NINGUNA RAZÓN DEBE OMITIRSE
Iniciada la celebración de la Vigilia de la Pascua, comienza la cincuentena pascual,
que conmemora la glorificación de nuestro Señor Jesucristo, la donación del Espíritu
Santo al mundo, y el comienzo de la misión de la Iglesia; al tiempo que anticipa la
plenitud de la gloria eterna en la consumación de los siglos.
El tiempo Pascual, constituido por los cincuenta días que transcurren entre el
Domingo de Resurrección y el Domingo de Pentecostés, constituyen un solo y único día
festivo: Un grandísimo Domingo.
El origen de la cincuentena pascual se confunde con la celebración anual de la
pascua. La pascua surgió, en efecto, en analogía al culto de Israel, como una fiesta que
se prolonga durante cincuenta días. A partir del siglo cuarto, esta primitiva unidad se
fragmentó, cuando comenzaron a celebrarse de modo histórico los acontecimientos
salvíficos que constituyen el misterio pascual.
La primera semana de la Cincuentena forma la Octava de Pascua, que se celebra
como una única solemnidad del Señor. Además de que por sus hondas raíces simbólicas,
esta semana es llamada -in Albis, en el rito romano-; ésta surgió en el siglo cuarto con el
fin de asegurar a los neófitos una catequesis mistagógica acerca de los divinos misterios
que habían experimentado en los Sacramentos de Iniciación.
El domingo que cierra la semana, el octavo día, constituye el día más solemne del
Año Litúrgico después del Domingo de Resurrección, y que el Papa SAN JUAN PABLO II
a partir del año dos mil lo llamó Domingo de la Divina Misericordia.
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MONICIONES PARA LA CELEBRACIÓN
INICIO DE LA CELEBRACIÓN
¡Verdaderamente ha resucitado el Señor! El que por nosotros padeció y
sufrió la muerte, hoy ha salido victorioso del sepulcro. Esta es la gran noticia
que hoy la Iglesia proclama en todo el mundo. Y nosotros nos llenamos de gozo
por la resurrección de Jesucristo. Desbordados de júbilo celebremos la
Eucaristía en el día de la Pascua del Señor.
LECTURAS
Opción 1: Monición por secciones de Lecturas
Con atención escuchemos la proclamación de la Palabra de Dios; Lucas en
los Hechos de los Apóstoles nos transmite la experiencia de los apóstoles
sobre la resurrección del Señor; Pablo, nos anima a celebrar con vivacidad y
corazón renovado la fiesta de la Pascua. Y escucharemos en el Evangelio…
[EN LAS MISAS MATUTINAS: el anuncio de la primera mañana de Pascua, el sepulcro
está vacío, Cristo ha resucitado, y Pedro es el primer testigo de esta buena
noticia].
[EN LAS MISAS VESPERTINAS: cómo Jesús ya resucitado camina con nosotros para hacer,
como hizo en otro tiempo con los discípulos de Emaús, explicarnos las
Escrituras y partir con nosotros el Pan].
EN TODOS LOS CASOS ASÍ CONCLUYE: Con un corazón agradecido escuchemos esta
Palabra que nos comunica el gozo de la Pascua.
SECUENCIA
Escucharemos la secuencia, un bellísimo himno poético y litúrgico propio
de nuestra liturgia romana, atribuido a Wipo de Burgundia, monje de la
onceava centuria; en el que con gloriosas palabras, invita a la alabanza por el
misterio de la Resurrección del Señor.
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Opción 2: Moniciones para cada lectura
1RA LECTURA
El libro de los Hechos de los Apóstoles es una óptima lectura para el
tiempo Pascual. Aquellos primeros cristianos fueron la comunidad de Jesús
Resucitado. El primer pasaje que leemos es el testimonio de Pedro, en casa del
pagano Cornelio, sobre la resurrección de Cristo. Escuchemos.
SALMO RESPONSORIAL
El salmo para este domingo no podía ser otro que el 117, el más pascual del
Salterio.
Manifestemos nuestra alegría y nuestro gozo cantando:
2DA LECTURA
Años Impares: Colosenses 3, 1-4:
El pasaje de PABLO en su epístola a los cristianos de Colosas es el más
apropiado para este domingo. Es breve pero denso y estimulante, buscar las
cosas del cielo. Escuchemos las palabras del apóstol.
Años Pares: I Corintios 5, 6b-8
El pasaje de PABLO en su epístola primera a los cristianos de Corinto es
el más apropiado para este domingo. Es breve pero denso y estimulante, nos
invita a celebrar la Pascua con la nueva levadura de nuestras obras.
Escuchemos las palabras del apóstol.
SECUENCIA
Escucharemos la secuencia, un bellísimo himno poético y litúrgico
propio de nuestra liturgia romana, atribuido a Wipo de Burgundia, monje de
la onceava centuria; en el que con gloriosas palabras, invita a la alabanza por
el misterio de la Resurrección del Señor.
EVANGELIO
Misas matutinas:
El Evangelio de JUAN nos presenta hoy a los primeros testigos de la
Resurrección de Cristo, quienes encontraron el sepulcro vacío el primer día de
la semana.
Misas vespertinas:
LUCAS, nos presenta a Jesús ya resucitado que camina con nosotros para
hacer, como hizo en otro tiempo con los discípulos de Emaús, explicarnos las
Escrituras y partir con nosotros el Pan.
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OFRENDAS
Celebremos el memorial de la bienaventurada Pasión y de la gloriosa
Resurrección del Señor. Cristo Pan vivo y Pascua de la Iglesia, nos ofrece su
carne vivificada y vivificante, fuente de la vida inmortal. Hagamos gozosos
nuestra ofrenda.
PREFACIO
En verdad, en este día debemos dar gracias a Dios más que nunca. Porque
el misterio pascual de la muerte y la resurrección de Jesucristo es la
culminación de toda la obra de salvación que Dios ha realizado en favor del
género humano. Celebremos pues exultantes y desbordados de alegría la
Eucaristía de la Pascua.
COMUNIÓN
Cristo nuestra Pascua fue inmolado, pero en la cruz alcanzó su
glorificación. Para participar de su vida divina, acerquémonos con alegría y
devoción a recibir la Sagrada Comunión.
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