Professional Documents
Culture Documents
opoyqur fap seoUSBIKD or Preamps uprroayuayd rp S81 6 3061 [@ woo pepreai e| sepioge op pepioeciea 8 seyoues ery al 'seiqeTed $2} 2p pepuouds & eojgias e exetoes Coord id ofapous [2 ‘aura wey of aruoureaqus & Poysouiny out 07 S0id22409 ap 2/109, ns oD ‘owssonuapeoe Pe ayuary “aivaureny PISOLND & epanibsng— ono & oun “fewuaUt + S0L0Bou27u £P “81B41Uspo ap ‘soso so} o oyunt asrouasap ap sarodonn, ean Solienbe & ayweyj rele 6 ugwiey eqeurepre *jso4 Bevo4b! 80) =P popigouwpou oj ‘yoquou viossuy puns 34 21 Ol, “@peons anb sod seyunBaid ap A apeons ani oj Bay Seren esRUPe ap ‘sewoyqoud se}29I9p ap peproedieo exsonu Ses A eiuouo aszebouoquy 2 se60u1e}u aisy *,Jo1t9 9 ouch 48} ‘ennieBsaaw pragoe © SeIMIOSqE SezaqI20 $e] UB woUnL as:e] seis C124 ‘seisendsox opueosng ‘opueBouiaquy ‘opuezreu, Biaoid sseleuesiuesap 2p rey ered sesoo se & aay seiou FiePs 8 wo tsodsipaid | sepouesep ap eye ag “eayLon pry foun on ap uaBew je ‘(esipnsed eoyrubis ou ant) eonyod gis Sg StbB uatee=npa ey anbiod ayvourojduns ‘ouBndord a, SUNON "alteonpa ¥aze e| ap ugizeziiod v| ouBhndoid orse tod ond FAip our ag “zoueaye ns e visa anb oyanbad oj ua vos 019s 383-2201 ink146 xegulel AnderEgg cuacién entre el intelecto y la cosa” (como algunos de- finen a la verdad). Lo que podemos hacer es tratar de dar explicaciones, pero sablendo que minca sabremos con certeza cual es la esencia de las cosas. Por todo esto ~y ef'relacion con el tema que nos ocupa, gcémo ensefiar?— se me ocurre que la mejor recomenda- cién que podemos hacer —y nos hacemos a nosotros mis- mos— podria resumirse en lo siguiente: cuando ensefies, ensefia de tal manera que ensefies a dudar de lo que ensefias. d. Qué, cémo y cuando hay que evaluar La evaluacién es una tarea que todos, de algtin modo, rea- lizamos cotidianamente en la vide; después de intentar produ- cir o realizar algo, o después de haberlo hecho. Con frecuen cia hacemos una valoracién {no sistemética, por supuesto) de lo que hemos logrado o de lo que hemos podido aleanzar, es decir, evaluamos los resultados de nuestra accién. Pero ide qué hablamos, cuando aludimos a la evaluacién? En cuanto tratamos de precisar el concepto de evaluacién y examinamos el empleo que se hace de él, constatamos que se trata de un término en su acepeién ampl jones como las dela Real Academia Espariola que es “sefialar el valor de una cosa de uno de los pri cién evaluativa —Scriven—, encontra- mos que para él evaluar es un “proceso por el cual estima- mos el mérito 0 valor de algo”. Asi pues —y siempre como una primera aproximacién—, podemos decir que evaluar es La planifcacién educativa ae una forma de estimar, apreciar, calcular, Evaluar es siempre, en Gitima instancia, un juicio de valor acerca de algo. Ahora bien, gcbmo se constituye un juicto de valor?..: Un Juicio de valor se hace o formula en relacién con ciertos fines considerados como buenos’ deseables. Este juicio se realiza conforme determinados esténdarés, que se comparan'con, datos e informacién pertinente. Dentro de la préctica educativa, la evaluacion es un instrx mento y es parte del proceso de ensefianza/aprendizaje; como tal imprescindible para apreciar el aprovechamiento de los educandos y para poder verificar en qué.medida se han conse- guido (0 no), los objetivos educativos previstos. Para el docen- te, es también un Instrumento para evaluar su propia interven- cidn educativa y reajustar, conforme a ello, las programaciones v actividades subsiguientes. Cualquier innovacién pedagégica en profundidad y cual- quier nuevo modelo de educacién presuponen reformular el sistema evaluativo. Este, en-su concepcién y en su préctica, de- pende de la concepcién que se tiene de la educacién y, de ma- hera particular, del proceso de ensefianza/aprendizaje. Adver- limos que, cuando decimos que hay que “reformular el-sisle- intos (como ‘cplenemoe més adelante), sino que la eva- * luacién debe reformularse como un aspecto de una concep- cién educativa global Desde el marco de la propuesta constructivista, el modelo curricular concibe Ja evaluacién como una actividad sisteméti- a y continua, que tiene un carécter instrumental, cuyos pro- pésitos principales son: * Ante todo, ser un insirumento que:ayude al creci- miento personal de los educandos, a través de la ayuda yorientacion que debe proporcionar, dentro del proceso de aprendizaje,PTE CTESYSUEUUTEEE ELS DTU SV ES GY | anya | ‘2s seyasue ep pepioedes ns @ | ‘nb of ua sopeonpa orcosd jop Jom 4 afezpuaide 3p oFacoud ns tue cuume jap 20pequaLiC ‘pup, «| A uefd un woo oprense ap wap | enBune ap eu} aur, «| ual un woo aon “sojuaqusjsoucs ep sepeiuaus| Be} 6 soared seuopsinb jpuprg {2 seayt198 Bp pots owoD| -de 0} & jeuoUpadoud of ‘Jory ooris}doweus sefezipuside| -cleouos of esBa1uy 2 apuaid | ®P lonuos ap euuoy wun «} woo owero ue spesBoyuy “uausexe fap ovuatwoU! Sepeppedeo ap ugreredies| re eran 95 ou conuUOS « 2p ongRaduro osszoid up «| | | | | “aqueyioduss azapistioo “ooiB9Beped 20sejoud jo anb & waryeubise 2} sofen un ‘our Js ue ‘oUIR 2p eureiBoxd jep sopjusiuos| enb 4 afezipuaice 2p osaooud | 50] 2p webuay enb oyuaywtoou | je epnte enb conpyeunog « 09 s0UBU © Jofet Fa UnBes 1 JIMPOXE f seuo;I72I—8 ‘eayisep ered ewarsys Uf) «| s4zqoppe un auay & ‘“sfoxpuasdy /osunyssua op oszz04d jap ap0g DUNST ys uo Ui | "3 ON | ‘sa NOQWOWOATWAS VT oer aoonpe uprsoaypund 07 ‘aiuatuanuod o| 4 feuorotranLiOD of ax}Ua ‘tenouas esainb 3 and of f epey as anb of axa ‘ofan of A onanu of asjua ee} “Ra wun ep 2Gpx9 A auodns (owss;u OBisu09 ueroejox UD Op? RP? [BP SOsauBo1d soy equarD Ua opuar¥ay oquaRUIpLL fa se30} “ezipuasce So| ap ojuayuur20U09 rOUaUI O Jo‘fetl ja UCD Opiense 2P Sopueohpa so| 2 enjena anb enyeonpa ugioninsut exdord 2] 10d sepeyned sauoyeypaize se] uoo seuoToTpesjuoo senU0> “82 UBpand 26 eonayid B| ua ‘sauoIonpoud seidord sns e ojzad “$21 wo9 souume So} 2p sosaiBosd so} @ oUIO} ua uotaenfena #1 #231u20 [P ‘anb stuanpe sowreronb ‘oBrequia wig seouunD f@PoUur j@ vo etuareyoo souaui o spur OnljenfeAd PULa}sIs UN % seferaueisns sojadse Soj‘repuayua onsonu ® ‘Uos soi] ‘zenouD oysaKdud oust [9 & sopeonpa |e ‘enyene anb fey ‘opueonpa jap sewape seas ¢ ‘afeztpuaice ja AenIene ap ge SBI eA UOHENZEN2 e anb auodns o}59 Opo] ‘sepeziiin seaiS9Bepad seibayense A soquawip 220xd so] 4 wnyrapLns owstus ja reULYLOD 0 soy pou “Bexi09 ‘rouayue of opo} ap wouansasti09 oWOD ‘y « “onneonpe osaooid ja ser0{aur 2 Bim) 9p ‘sopeziin sooiBoGeped sojusrunpasoid so} ap § seyasue ap opour [a ua uajsixe anb sojfey soy “Guusquise “seperap & afexpuaide op sapeynayip sey rejoo1eq « “umjnoyiino j@ ua wauodoid as anib safezipuaide so doo uprpRax 2 ou & oUNsTUL js 2 oy2ads—1 UOD sosatBod sms @ Uso} tua ‘opueonpa jap oILatuNpUaL fa xe10,oA « 28 -.2puy taoang wr150 Ezequiel Ander-Egg Qué pasa con Ia forma tradicional de evaluar? Si revisamos la préctica de la mayoria de los centros educa- tivos en lo que a evaluacién se refiere, nos encontramos con que la forma.més habitual de hacerlo ha estado centrada y re- presentada por el “examen” o “exémenes” que los alurmnos eben pasar. Estos exémenes son, sobre todo, evaluacién de productos ms que de procesos. Se probar el aprovechamiento de Ios alumnos. Esto ha permitido que la evaluaci6n se transforme en un instrumento de refuerzo y mantenimiento del verti aciones pedagégicas y, en algunos casos, como ejercicio arbitrario del poder. Pero por otra parte, la forma tradicio un factor de discriminacién y seleccién social que margina, ex- cluye y condena al fracaso escolar, a una clerla cantided de alurnnos, = Como consecuencia de la forma de evaluar, se producen distorsiones en el proceso educativo. Se ensefia, por el modo de proceder, la necesidad de verticalismo, de relaciones dicot6- micas jerarquizadas. El docente se transforma més en un juez que en un maestro; un censor més que un animador; con fre- cuencia reprime mis que estimula. En todo esto, durante el exemen el estudiante aparece como un interrogado en un pro- ceso en el que hay que encontrar lo que no sabe. Es més un acusado que un discfpulo al que se ayuda y acompatia en la aventura de aprender. Frente a la mt gran importancia qi pregunto: gcunto puede aprender un estudi todo el afio pasando exémenes?... Esto lo obliga a estudiar pa- ra el examen, no para aprender. Se ensefia y se estudia en fun cién de la evaluacién. Pareciera ser que lo sustancial no es aprender, sino aprender a hacer exémenes y hacerlos bien. No es lo mismo estudiar para preparar una prueba, que estudiar ication indiscriminada de pruebas y a la La plonificacién educctiva 1st ‘para saber y conocer una ciericla.o una disciplina. En algunos centros educativos, entre exémenes parciales, recuperaciones y finales, puede llegarse a una situacién en que cada alumno pase més de ci ‘otra parte, las formas tradicionales de evaluacion transforman Jos periodos de exémenes en un tiempo de tension sismos, colitis y fobias, hasta el punto de que las eval se transforman, en algunos casos, en una especie psicopedagégica, que llega a producir trastornos psicosomati- cos, pérdida de apetit es extrafio que.una edi “ceremonia obligada de la regurgitacién imptidica de los sa- beres que han deglutido”. Evaluacién, autoestima e imagen de si mismo En algunas circunstancias las consecuencias son peores ‘ain, por el deterioro que producen en i si mismo el evaluado fracasado. Decfar te parégrafo que evaluar es emitir un icio de valor. Ahora fluye negativamente en la autoestima de los propios alumnos, en [a imagen que tienen de s{ mismos. El educador debe dejar ~~ en daro, no con explicaciones sino con sus actitudes y com- portamientos, que una cosa es el valor de la persona y otra el valor de lo que puede aprender o no. No es extraiio que se produzcan cuadros depresivos, desequilibrios psicolégicos y hasta intentos de suicidio (y fio en algunos casos), como consecuencia de que el nfo o el adolescente no puede sopor- tar su fracaso, sobre todo ante sus propios padres, cuando és- tos le exigen notas brillantes y ser siempre “un alumno distin= guido”... (Qué lamentable, cuando un alumno tiene una ima- gen tan desgraciada de sf mismo, como consecuencia de los re- jar, en algunas ocasiones, in- © ay