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METODOLOGÍA PARA LA DEFINICIÓN DE UNIDADES

TERRITORIALES DE GESTIÓN COMO INSTRUMENTO


OPERATIVO PARA LA TOMA DE DECISIONES
TERRITORIALES

BENEITEZ LÓPEZ, J. M.; MONTERO SERRANO, J.;


MARTÍNEZ DE ANGUITA, P.
Escuela Superior de Ciencias Experimentales y Tecnología. Universidad Rey Juan Carlos
C/Tulipán, s/n, 28933 Móstoles (Madrid)
jose.beneitez@urjc.es; javier.montero@urjc.es; pablo.martinezdeanguita@urjc.es

RESUMEN
El presente trabajo propone una metodología para la definición de Unidades Territoriales
de Gestión (UTG), basada en datos socioeconómicos y ambientales. Un SIG combinado con un
paquete estadístico se ha empleado para la integración, tratamiento de la información y
elaboración de las UTG.
Las UTG incorpora información cartográfica ambiental (erosión, productividad primaria
neta, capacidad general de uso agrario, calidad y fragilidad visual del paisaje, etc.) y
socioeconómica (utilización del suelo, propiedad del monte, áreas protegidas, características de
la población, etc.). Toda esta información cartográfica está a escala 1:50.000, en formato raster
con una resolución espacial de 20 x 20 metros. Las variables socioeconómicas fueron obtenidas
de las fuentes estadísticas (p. e. población y censo agrario) y fue desagregada a nivel inferior al
municipio con técnicas de Interpolación Areal y técnicas dasimétricas.
El desarrollo de estas herramientas mejorará perceptiblemente la capacidad de los
gestores del territorio para la toma de decisiones espaciales. La metodología desarrollada en un
Proyecto de Investigación financiado por la Comunidad de Madrid, se ha aplicado a la ZEPA
num. 56 Encinares de los ríos Alberche y Cofio

Palabras clave
Unidades Territoriales, Sostenibilidad Territorial, Planificación Territorial.

ABSTRACT
The present work proposes a methodology for the definition of Landscape Management
Unit (LMU), based on socioeconomic and environmental data. A GIS combined with statistical
package has been used for integration, data processing and elaboration of the LMU.
The LMU incorporate environmental cartographic information (erosion, net primary
productivity, Land capacity, Landscape visual quality and Landscape visual fragility, etc.) and
socioeconomic (land use, forest property, natural protected areas, population characteristic,
etc.). All this cartographic information is on 1:50.000 scale, in format to raster with a space
resolution of 20 x 20 meters. The socioeconómicas variables were obtained from the statistical
sources (p. e. population and agrarian census) and were released at inferior level to the
municipality with techniques of Interpolación Areal and dasymetric techniques.
The development of these tools will perceivably improve the capacity of the land
managers for the decision making. The methodology developed in a Research Project financed
by the Community of Madrid, has been applied to the SPA num. 56. Encinares de los ríos
Alberche y Cofio.

Keywords
Landscape Unit, Sustainability, Land use planning

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EL ACCESO A LA INFORMACIÓN ESPACIAL Y LAS NUEVAS TECNOLOGÍAS GEOGRÁFICAS PÁG. 1373-1385

1. INTRODUCCIÓN
Las áreas rurales españolas presentan unas estructuras muy complejas de
ocupación y usos del suelo, ecosistemas con un alto grado de diversidad ambiental, y
problemáticas específicas. Las áreas rurales proporcionan recursos, bienes y servicios
que los seres humanos utilizan, y es receptor de residuos e impactos. La pérdida de
funciones ambientales o de recursos es un grave problema socioeconómico porque
valores importantes (agua, suelo, etc.) se pueden perder o degradar como consecuencia
del agotamiento prematuro o la sobreexplotación.
En la actualidad existe, por un lado, una preocupación creciente sobre la situación
de las áreas rurales –abandono de cultivos, despoblamiento, falta de formación para
adaptarse a los nuevos sistemas de cultivo, falta de servicios sociales, etc.,–. Por otro
lado, una voluntad para mantener la calidad de la población que reside en las áreas
rurales, los valores naturales de nuestro entorno y combatir los problemas socio-
ambientales generados por el uso inadecuado de tecnologías y recursos.
Ante este desafío, la planificación territorial, dentro del paradigma del Desarrollo
Sostenible, busca una organización racional del territorio conforme a su capacidad, de
tal forma que permita el consumo responsable de recursos, el desarrollo óptimo de las
actividades humanas y la conservación de la naturaleza. Lo cual implica abordar tres
tipos de componentes: aspectos estructurales, los cuales necesitan largos periodos de
ejecución y tienen efectos a largo plazo. p.e. infraestructuras, formación de recursos
humanos, innovación tecnológica y conservación de recursos naturales; aspectos
productivos, es decir proyectos destinados a actividades generadoras de oferta de bienes
y servicios competitivos en los distintos sectores de actividad (agropecuarios,
industriales, comerciales y turísticos); y finalmente aspectos sociales, mejora de las
desigualdades sociales, generación de empleo, mejora del nivel de renta, proporcionar
servicios sanitarios y sociales, etc. La planificación integral de estas áreas debe alcanzar
tanto la utilización ordenada, eficaz y racional del territorio como la protección contra la
introducción de usos incompatibles que afecten a espacios de alto valor ecológico y
establecer usos ecológicamente idóneos.
En una perspectiva territorial integrada, la reducción gradual de las disparidades
regionales, la promoción del crecimiento en todo el territorio, la conservación sostenible
y la valorización de la diversidad y de las características regionales, son objetivos que
fomentan la cohesión social y económica, pero que al mismo tiempo, aumentan la
competitividad regional y nacional en su conjunto. Los agentes regionales y locales son
en gran medida responsables de salvaguardar y promover esta diversidad, que
constituye uno de los principales puntos fuertes y atractivos de Europa (Comisión.
2001.). Por ello, se deben articular herramientas que incorporen sus ideas e inquietudes
y al mismo tiempo, les permitan y les faciliten la toma de decisiones por parte de los
técnicos y gestores del territorio.
Hasta el momento no existe una metodología que permita obtener de manera
integrada, efectiva y operativa la definición de unidades equiproblemáticas
(socioeconómico-ambientales) de gestión, sobre las cuales realizar la distribución
espacial de los procesos y recursos territoriales y finalmente basar la toma de
decisiones. Por todo ello es necesario elaborar nuevas metodologías, integradas en un
SIG, con el fin de incorporarlas de manera efectiva en el proceso de OT y facilitar la
toma de decisiones a un nivel inferior al municipal y al menor coste socio-ambiental.

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METODOLOGÍA PARA LA DEFINICIÓN DE UNIDADES TERRITORIALES DE GESTIÓN COMO INSTRUMENTO OPERATIVO
PARA LA TOMA DE DECISIONES TERRITORIALES

Los SIG se han mostrado como herramientas eficaces para la planificación integrada del
territorio, permiten el cruce, superposición y reclasificación de mapas con diferentes
temáticas. Los SIG, una vez superado el uso de tipo inventario, se han transformado en
herramientas informáticas orientadas a sintetizar un gran número de variables y a
proporcionar modelos. Además, proporcionan cartografía, informes e instrumentos para
el análisis a los profesionales de la planificación, gracias a ello se facilita la
comprensión de los problemas identificados en el territorio. La cartografía temática que
se genera es de gran importancia al poder establecer las potencialidades y limitaciones
del espacio a ordenar. Así pues, parece evidente que el empleo de los SIG se hace
imprescindible en la planificación de áreas rurales, dada la complejidad de los datos y
modelos que intervienen en la toma de decisiones.
El objetivo de este trabajo es diseñar un marco conceptual para el desarrollo de
una metodología para la definición y caracterización de unidades socioeconómico-
ambientales de gestión a nivel inferior al municipio. Esta metodología incorporará por
un lado, una cartografía –a escala 1:50.000– del valor socio-ambiental y la contabilidad
económico-ambiental de cada unidad territorial. Esta metodología se enmarcará en el
contexto de la planificación y gestión sostenible del territorio; y se apoyará en Sistemas
de Información Geográfica (SIG), Modelos de Distribución Espacial, Técnicas de
Evaluación Multicriterio y Teledetección.
Esta metodología ayudará:
– A priorizar áreas por su valor social, ambiental o económico; y, sobre esta base,
en fases posteriores, obtener indicadores ambientales y de sostenibilidad, apoyándose en
el concepto de valor total definido para dichas unidades.
– A realizar las recomendaciones con criterios económico ambientales y tomar las
medidas necesarias para compatibilizar la conservación de la biodiversidad con el
mantenimiento de los usos tradicionales y definición de nuevos usos sin amenazar sus
actuales valores ambientales.

2. PROPUESTA METODOLÓGICA PARA LA ELABORACIÓN DE LAS


UNIDADES SOCIOECONÓMICO-AMBIENTALES DE GESTIÓN (USAG)
La planificación integrada puede definirse como el conjunto de decisiones sobre
los usos del suelo que se toman a la luz de las necesidades, actitudes y preferencias
sociales, económicas, políticas, ambientales, de la sociedad en un momento determinado
y con un criterio y objetivo preciso. La planificación de áreas rurales se debe apoyar en
los siguientes principios: constatación de su multifuncionalidad –p.e. ambiental,
productiva,–, lo que implica el reconocimiento de la amplia gama de servicios prestada
por la población rural y el medio ambiente; enfoque multisectorial e integrado de la
economía rural a fin de diversificar las actividades, crear nuevas fuentes de ingresos y
empleo y proteger el patrimonio rural; y, por último, las ayudas al desarrollo rural en
concepto de compensación por su posible falta de viabilidad económica.
Sin embargo, la aplicabilidad de tales principios no resulta una tarea fácil. Para
alcanzarlo se debe abordar metodologías que permitan la creación de unidades de
explotación–conservación del medio natural basados en el conocimiento científico de
los sistemas socioeconómicos y ecológicos y el aportado por los agentes de desarrollo y
población local. Estas unidades, que nosotros denominamos USAG, deben ser la base
para la propuesta de alternativas de cara a la toma de decisiones.

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Para alcanzar su definición, desde el punto de vista metodológico, se abordarán


varias etapas:
2.1 Conceptualización e Inventario Territorial
La conceptualización territorial (Figura 1) es el elemento básico para conocer y
caracterizar el sistema territorial sobre el que se debe actuar y, a partir de ahí, definir la
estructura sobre la que se va a proceder al inventario territorial. En este esquema
conceptual se incluirán todos aquellos elementos que caracterizan el medio, pero
evitando la acumulación de datos innecesarios que pueden llevar a un sobreesfuerzo
improductivo. Por ello, según los objetivos planteados, se dará prioridad a algunos de
los elementos sociales, ambientales o económicos o a la combinación de todos ellos.
Para el Inventario Territorial es necesaria la selección de los componentes
territoriales relevantes y llevar a cabo una selección de variables que se integran en cada
componente a escala 1:50.000. Esta etapa debe permitir que cada variable esté
localizada o espacializada en la cartografía temática, usando técnicas de modelado
espacial p.e. Areal Interpolation o técnicas dasimétricas para algunas de las variables
socioeconómicas.
Una vez realizada se recopilarán las variables abióticas (geomorfología, suelos,
clima, etc,); bióticas (vegetación y fauna) y socio-económicas (censos de población,
agrarios, etc.). Todas estas variables se integrarán (Romero-Calcerrada, 2002) para
obtener información derivada (la Capacidad de Uso Urbano, Agrario, Forestal,
Turístico-Recreativo, etc.) a partir del modelado espacial, estadística espacial o índices
espaciales de paisaje (Backhaus et al., 2002; Gomez-Sal et al., 2003; Gulinck et al.,
2001; Skidmore, 2002; Turner et al., 2001) a escala inferior al municipio. En esta etapa
juega un papel destacado y fundamental la valoración económica de los aspectos
ambientales, productivos y recreativos (tanto bienes de mercado como en su papel de
externalidades) de la zona de estudio desglosando su valor económico total en tres
aspectos: Aspecto productivo; Aspecto recreativo y Aspecto ambiental.

Figura 1. Esquema conceptual de los componentes necesarios para la definición de


unidades socioeconómico-ambientales

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METODOLOGÍA PARA LA DEFINICIÓN DE UNIDADES TERRITORIALES DE GESTIÓN COMO INSTRUMENTO OPERATIVO
PARA LA TOMA DE DECISIONES TERRITORIALES

Para aquellas variables necesarias pero que no existan o no estén actualizadas se


procederá a su levantamiento o distribución espacial. Para el levantamiento de variables
se emplearán: imágenes de satélite para la elaboración de cartografía temática
(Vegetación, Fauna, Hábitats, etc.) (Allnutt et al., 2002; Hansen et al., 2001), apoyados
con trabajo de campo; se utilizarán modelos de distribución espacial (Roy and Tomar,
2000; Saveraid et al., 2001; Yamada et al., 2003) basados en datos puntuales, obtenidos
con trabajos de campo (p. e. presencia / ausencia de especies) o datos gubernamentales
(p. e. estaciones meteorológicas).
El SIG resulta de inestimable ayuda para el análisis y tratamiento de la
información y para la elaboración de cartografía temática. Toda esta información se
clasificará y almacenará en bases de datos alfanuméricas, cartografía temática y
topográfica dentro de un SIG. En esta etapa metodológica, un SIG será empleado para
almacenar datos, su modelado espacial, análisis y síntesis de información, presentación
cartográfica de resultados, etc. También será soporte para implementar el Sistema de
Geo-Indicadores y la Valoración Socioeconómico-ambiental. La utilización de estas
herramientas de trabajo facilita la investigación, máxime cuando la información es
abundante, variada y de calidad. Su análisis, valoración y cartografía analítica y
sintética se debe orientar a facilitar la delimitación, definición y explicación de las
unidades que se realizarán en las siguientes fases metodológicas para establecer la
valoración funcional y las USAG.

2.2 Definición de las Unidades Socioeconómico-ambientales de Gestión (USAG)


La Definición de las Unidades Socioeconómico-Ambientales de Gestión (USAG)
homogéneas y equiproblemáticas– (Romero-Calcerrada, et al, 2005; Bailey, 2002;
Bojórquez-Tapia et al., 2001; Romero-Calcerrada, 2002; Van der Zee, 1996; Zonneveld,
1989) es el aspecto crucial para la toma de decisiones. El conocimiento y valoración –
cualitativa y cuantitativa– del territorio se debe orientar a resaltar las limitaciones,
establecer la capacidad de uso, la localización y detección de los bienes y servicios de
que dispone o proporciona el territorio. Igualmente se debe incidir en el medio
socioeconómico pues se considera que éste influye de manera importante y a todas las
escalas sobre la utilización del medio ecológico.
Las USAG serán la síntesis de la información primaria territorial (diversidad
biológica, ocupación del suelo, edafología, etc.) y secundaria o derivada (estructura del
paisaje, capacidad de uso, calidad del paisaje, etc.) contenido en el SIG que almacena la
información levantada en la etapa anterior. La modelización espacial en el entorno de
los SIG facilita la consideración simultánea de múltiples variables (sociales,
ambientales y económicas) y sus interacciones de cara a comprender el funcionamiento
integral del territorio y, especialmente, a la evaluación y planificación del mismo
(Espejel et al., 1999; Muller and Steinhardt, 2003).
En esta etapa será fundamental el papel de las nuevas tecnologías (SIG, Sensores
Remotos, etc.) (Banko, 2001; Weiers et al., 2004) y técnicas (Data Mining, Evaluación
multicriterio, modelos de distribución espacial, estadística espacial, etc.) para modelizar
la realidad, establecer unidades territoriales homogéneas y facilitar la toma de
decisiones (Barredo, 1996; Keisler and Sundell, 1997; Muller and Steinhardt, 2003;
Noss et al., 2002; Skidmore, 2002; van Lynden and Mantel, 2001).

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Las USAG serán definidas para cada aspecto que se considere interesante
gestionar y sobre los que haya que tomar decisiones (Figura 2). Estos aspectos serán
definidos mediante la consulta a los técnicos de las administraciones implicadas, así
como la incorporación de las opiniones a los agentes locales y población afectada. Así
habrá unidades de gestión especificas para la conservación del paisaje (Picher, A; et al,
2006), prevención de incendios forestales, protección contra la erosión (Gómez; et al,
2005; Gómez; et al 2006), producción forestal (Novillo; et al, 2006), la conservación de
lugares de especial interés para la flora o/y fauna (Novillo y Romero-Calcerrada, 2003)
(Figura 3), lugares que sean relevantes por su patrimonio histórico o arqueológico,
lugares con determinadas problemáticas sociales, etc. Es importante señalar que en
todas ellas se aplicarán técnicas para la valoración económica y contabilidad
económico-ambiental (Bateman et al., 2002; Brainard et al., 1999; Geoghegan et al.,
1997) para la asignación del valor económico a cada una de las unidades territoriales
definidas y su incorporación en la planificación del territorio. La teoría del valor
económico desarrollada por Pearce y Turner (1990) y Pearce (1993) a partir del
concepto de externalidad (Coase 1960) genera el marco teórico adecuado para delimitar
unidades homogéneas considerando en ellas su valor económico total (Constanza 1991,
Hartwick 1977, Tietemberg 1988, Daly 1989, Hausman 1993, Loomis 1995, Cummings
y Harrison 1995). Desde la década de los 90, se han realizado numerosas aplicaciones
en nuestro país a partir de Naredo (1993). Cabe destacar obras de Azqueta (1994),
Azqueta y Pérez y Pérez (1996), Campos (1999), Campos y Riera (1996), Rebolledo et
al (1994), Riera (1994 y 1995). Sin embargo, todavía no se han integrado estas
experiencias en el marco de la planificación territorial y la toma de decisiones.

Conceptualización e Inventario Territorial

Componente Social Componente Ambiental Componente Económico

USAG orientadas a la USAG orientadas a la USAG orientadas al


Protección contra la Erosión Conservación Flora y Fauna sector forestal

Figura 2. Ejemplos de USAG

La elaboración de un método cartográfico que permita integrar los datos relativos


a un determinado aspecto es fundamental en la definición de cada USAG (Figura 3). No
todo el territorio tiene el mismo valor de cara a la planificación. Su clasificación
permitirá identificar y describir diferentes áreas, en las cuales son homogéneas las
respuestas y capacidades de suministrar de forma sostenible recursos a los sistemas
humanos y soportar los impactos frente a las actividades humanas. Con la definición de
USAG se asegura que se conozca y proteja eficazmente el territorio según su valor
natural, social, económico y total; y se adecuen los usos y actividades conforme a la
capacidad de carga y de acogida para las distintas actividades. Sin duda la cartografía de
estas zonas será de gran utilidad a la hora de minimizar los impactos negativos y de
asegurar el uso compatible con la conservación. Por tanto, creemos que la definición de
USAG es un paso previo y fundamental en la reconciliación de la conservación con el
desarrollo.

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METODOLOGÍA PARA LA DEFINICIÓN DE UNIDADES TERRITORIALES DE GESTIÓN COMO INSTRUMENTO OPERATIVO
PARA LA TOMA DE DECISIONES TERRITORIALES

Las USAG deberán proporcionar la información esencial que ayude a la toma de


decisiones, permitiendo asignar la funcionalidad más adecuada a cada espacio, la
conservación de especies y hábitats de especial valor, etc. implicando un paso
importante hacia su sostenibilidad. Tampoco se debe olvidar que estos espacios son
dinámicos en el tiempo. Por tanto, las USAG debe ser revisada periódicamente –con
ayuda de Teledetección y SIG–, para adecuarse a las nuevas demandas, actualizar los
nuevos valores ambientales, etcétera.
La plasmación cartográfica de las USAG ubicará en el espacio los datos y valores
relativos al medio natural, social y económico, de tal manera que se ayuda a establecer
un diagnóstico de las áreas que cumplen los criterios de sostenibilidad y aquéllas que
deben mejorar. La aplicación de las metodologías desarrolladas permite describir las
relaciones entre usos de manera racional y traducirlas en función de niveles de aptitud
para la gama de actividades humanas. Disponer de un mapa de potencialidad e
idoneidad de las tierras será de utilidad para la propuesta de alternativas decidiendo –en
función de su aptitud– sobre qué áreas actuar. Si se tiene en cuenta que, en ocasiones,
será necesario usar o deteriorar algunos de los valores naturales asociados al territorio y
que, en otras, será obligado conservarlos, la tarea de decidir qué opción seguir sería
mucho más fácil con la ayuda de estimaciones cuantitativas de los beneficios y costes
socioambientales de cada alternativa. Asimismo, al disponer de información sobre la
funcionalidad del medio se puede conocer de forma aproximada qué actividades son
verdaderamente productivas en términos socioeconómicos y ambientales, ya que al
restar los impactos, pérdida de recursos y/o empleo que generan las nuevas técnicas
podemos acercarnos a la productividad real –no sólo económica– de estas explotaciones
o actividades económicas.
Índices de
Cartografía de Calidad Valoración de la
Vegetación Cantidad Vegetación
Distribución

Valoración Biológica
de Referencia
Índices de
Cartografía de Calidad Valoración de la
Fauna Cantidad Fauna
Distribución
Viabilidad de
Conservación
por Usos
Índices de
Valoración de la
Cartografía de Matriz de Calidad
Vegetación según USAG
Vegetación Amenaza Cantidad
usos propuestos
Distribución orientada a la
Conservación
Valoración Biológica de la Flora y
según Uso Fauna

Índices de
Valoración de la
Cartografía de Matriz de Calidad
Fauna
Fauna según
Amenaza Cantidad
usos propuestos
Distribución

Capacidad de Uso
(Urbano, Agrario, Forestal, etc.)

Figura 3. USAG orientada a la Conservación de la Flora y Fauna


Autores: Novillo y Romero-Calcerrada (2003)

Con la integración de todas las USAG definidas y el establecimiento de una


zonificación se estaría en disposición de elegir entre tres opciones: el desarrollo en
aquellas áreas donde los beneficios socioeconómicos sean positivos y se preserven los

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valores ambientales. La conservación, donde los valores ambientales sean altos, que
implicaría un uso limitado del territorio (actividades tradicionales, ecoturismo,
investigación, etc.). La preservación que sería mantener el territorio en su estado
«natural» actual. De la constatación de las disfunciones entre el uso potencial y el uso
actual del suelo se derivarán los conceptos de uso adecuado, inadecuado a corto plazo,
a medio plazo etc. que adquieren así una mensurabilidad que actualmente no tienen.
Desde esta nueva perspectiva, es posible establecer una determinada capacidad de uso y
una aptitud específica para los usos y niveles de intensidad de actividades humanas.
Conocer la capacidad de las USAG permite asignar aquellos usos sostenibles que
permitirán el mantenimiento de su funcionalidad. La zonificación –en áreas de
protección, de mantenimiento de usos actuales, y áreas con vocación o capacidad de
uso– facilitará la toma de decisiones y permitirá realizar unas Propuestas de desarrollo
de actividades con criterios de rentabilidad ambiental, social y económica,
compatibilizando los diversos usos con la conservación. Para ello, se tratará de
potenciar toda clase de usos compatibles ambientalmente viables y diversificar al
máximo el tipo de actividades buscando su complementariedad. La zonificación del
territorio permitirá conocer el grado de afección de las infraestructuras o actividades
humanas. Además servirá de referencia a la hora de proponer programas y proyectos
específicos de desarrollo. La correcta estructuración, vertebración y cohesión interna
evitará la aparición de zonas marginadas condenadas al despoblamiento o/y la perdida
de funcionalidad.

2.3. Validación de Resultados


En este tipo de metodologías es fundamental la validación de los resultados a
través de la consulta a expertos; cotejar resultados sobre el terreno, etc; así como
abordar análisis de sensibilidad. Como complemento de lo anterior se realizarán
reuniones con Técnicos de la Comunidad Autónoma para la Transferencia de
Resultados. Con ello, se discutirá sobre la operatividad de la metodología en la
Planificación Sostenible y Toma de Decisiones. Igualmente se estudiará la Viabilidad
de la incorporación del SIG diseñado a la Administración Regional.

3. DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES
El objetivo fundamental de la Planificación del Territorio debe ser corregir los
desequilibrios territoriales con el objetivo de mejorar la calidad de vida y, armonizar la
utilización de los recursos con la protección de la naturaleza. La mayor parte de los
planes de ordenación y las políticas de desarrollo, a pesar de los considerables recursos
destinados a las áreas menos desarrolladas no han sido suficientes para la eliminación
de las disparidades regionales.
Las USAG deben estar dirigidas a determinar el carácter, potencialidad y la
localización de los rasgos fundamentales de una región y a definir los medios de
ejecución y realización más eficaces, además de tratar cuestiones como la regulación del
uso del suelo y la agregación de las actividades socioeconómicas. Este planteamiento
permitirá caminar hacia una gestión racional y solidaria de los recursos, la distribución
equilibrada de usos–actividades, la creación y mejora de infraestructuras, etc. Todo lo
cual implica mantenerse en un punto de equilibrio plural e integrador entre el desarrollo
y la conservación.

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METODOLOGÍA PARA LA DEFINICIÓN DE UNIDADES TERRITORIALES DE GESTIÓN COMO INSTRUMENTO OPERATIVO
PARA LA TOMA DE DECISIONES TERRITORIALES

La visión de conjunto del territorio y la comprensión de las estructuras espaciales


y las dinámicas de funcionamiento que las determinan (plasmada en la
conceptualización territorial), tienen como fin último su aplicación en la racionalización
del uso del territorio y sus recursos por parte de la sociedad. La nueva planificación
debe proporcionar unas normas de dirección y control, acorde a los planteamientos,
desarrollo y ejecución de los agentes sociales de una entidad territorial concreta hacia
una visión conjunta de su zona. De esta manera estos conocimientos deben tener una
aplicabilidad en la planificación y la gestión del ordenamiento de las actividades
humanas en el territorio.
Si en la planificación territorial se quieren integrar estrategias de desarrollo
sostenible es necesario alterar el paradigma tradicional de planificación, e incorporar
actuaciones que asocien el desarrollo económico con el uso racional de los recursos
naturales, sin perder de vista la distribución social de los resultados. En este proceso
creemos que es fundamental la definición y creación de USAG.
La definición de USAG se ha orientado a la localización y caracterización de
áreas que plantean los mismos problemas de ordenamiento. Estas áreas se definen por el
análisis del territorio y su valoración funcional, lo cual permite la delimitación y
cartografía de las mismas. Estas unidades obtenidas no son más que una unidad
funcional dentro del territorio, que se auto–organizan en el tiempo y que están
estructuradas por elementos bióticos, abióticos y antrópicos, ligados por una trama de
relaciones de interdependencia. De esta forma, se puede lograr la caracterización y
mantenimiento de la diversidad funcional de los ecosistemas, con la idea de preservar su
capacidad de suministrar los bienes y servicios que sostienen a las sociedades. La
defensa de la funcionalidad del sistema supone un amortiguador frente a los impactos y
un seguro para la conservación, a largo plazo, de los servicios que los ecosistemas
prestan a los sistemas humanos.
La visión parcial o fragmentada de la explotación de la naturaleza genera graves
problemas de conservación. La clasificación y la cartografía de USAG a escalas
espaciales adecuadas se convierten por lo tanto, en herramientas básicas para
proporcionar estudios integrales de cara a abordar una planificación coherente. Con las
USAG cartografiadas será posible analizar las relaciones horizontales entre las unidades
funcionales definidas, y plantear criterios para estudiar y gestionar el medio natural y
sus recursos como una unidad integrada. Cada USAG posee una organización y
dinamismo particular –el cual se debe mantener– que determina su propia identidad
funcional y define, desde el punto de vista de la gestión y conservación, una integridad
ecológica característica.
El modelo de organización de las unidades que constituyen las USAG también
sirve para facilitar y simplificar la toma de decisiones relacionadas con las respuestas
que tendrán los ecosistemas frente a determinadas perturbaciones de origen natural y/o
humano. La planificación del territorio descansa sobre la consideración de las
limitaciones –insuperables y/o superables–, los recursos y sus funciones. Para cada área
se deben buscar soluciones adaptadas a unas características geográficas tanto naturales
como humanas y, además, a la naturaleza particular de los problemas que en ella se
plantean.
Finalmente, pensamos que estas metodologías integrales son buenos instrumentos
de planificación territorial, permitiendo conservar la diversidad biológica de aquellos

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espacios que son de interés a nivel regional, nacional e internacional y sentando las
bases de una gestión sostenible. Demuestran, por otra parte, que conservación y
desarrollo no son términos contrapuestos sino que son claramente complementarios y
que la etiqueta de “espacio protegido” moviliza nuevas oportunidades de desarrollo que
diversifican la economía tradicional del mundo agrario.
Los Sistemas de Información Geográfica se confirman adecuados para gestionar
el volumen de información ambiental requerido para el diseño de las USAG. Los SIG
resultan apropiados para almacenar y gestionar el volumen de información cartográfica
y alfanumérica con el objetivo de apoyar la toma de decisiones y la planificación
(Romero y Martínez. 2001). Sus avanzadas funciones de análisis agilizan la búsqueda
de soluciones a problemas concretos de planificación o permiten simular escenarios
sobre los que pueden plantearse estrategias de intervención. Igualmente se evidencia
una vez más la elevada utilidad de los Sistemas de Información Geográfica para
capturar, almacenar, recuperar información georreferenciada y expresarla gráficamente
en mapas. La facilidad de diseñar modelos cartográficos permite derivar información de
síntesis de gran interés para la Planificación del territorio. La cartografía generada
poseerá un gran valor a la hora de establecer las potencialidades y limitaciones del
espacio a proteger. Además supone una fuente excepcional en la creación de mapas
temáticos de síntesis, es un buen vehículo de comunicación para la población local,
afectada o interesada por la planificación de un territorio, así como un excelente soporte
gráfico de información geográfica.

AGRADECIMIENTOS
Esta comunicación es fruto del trabajo desarrollado en el marco del proyecto
Definición de unidades socioeconómico-ambientales de gestión como base para la
planificación territorial (GR/AMB/0937/2004), financiado por la D. G. de
Investigación de la Comunidad de Madrid. Por otro lado agradecer al Dr. Raúl Romero
Calcerrada las valiosas ideas y acertadas aportaciones con las que ha contribuido a la
mejora de este texto.

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METODOLOGÍA PARA LA DEFINICIÓN DE UNIDADES TERRITORIALES DE GESTIÓN COMO INSTRUMENTO OPERATIVO
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