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RUNA YACHAI

La socialización infantil y la lógica


de la subsistencia entre los pueblos
indígenas del Ecuador
José Yánez del Pozo

RUNA YACHAI
La socialización infantil y la lógica
de la subsistencia entre los pueblos
indígenas del Ecuador

2003
RUNA YACHAI
La socialización infantil y la lógica de la subsistencia
entre los pueblos indígenas del Ecuador
José Yánez del Pozo

1ª Edición Ediciones Abya-Yala


Av. 12 de Octubre 14-30 y Wilson
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E-mail: editorial@abyala.org
www.abyayala.org
Quito-Ecuador

Autoedición: Ediciones Abya-Yala


Quito-Ecuador

ISBN: 9978-22-331-2

Impresión: Producciones digitales Abya-Yala


Quito-Ecuador
Impreso en Quito-Ecuador, julio 2003
CONTENIDO

INTRODUCCION................................................................................................................. 7

Capítulo I
Hacia la comprensión de la socialización en el norte andino............................................. 11

Capítulo II
El aprendizaje para la subsistencia........................................................................................ 25
2.1 Pucarapamba, del pueblo de los warankas.................................................... 25
2.2 Puesitús - Panecillo, del pueblo de los puruháes .......................................... 42
2.3 Cocotog, del pueblo de los kitus .................................................................... 68
2.4 Caluquí, del pueblo de los kayambis ............................................................. 98
2.5 San Pedro, del pueblo de los otavalos............................................................ 113

Capítulo III
El rito y la fiesta en la socialización indígena....................................................................... 135
3.1 Los ritos de iniciación..................................................................................... 136
3.2 La fiesta y las identidades ............................................................................... 145
3.2.1 El carnaval de Waranka ...................................................................... 146
3.2.2 Las fiestas de San Juan y San Pedro ................................................... 156

Capítulo IV
Conclusiones .......................................................................................................................... 165

ANEXOS................................................................................................................................. 175

BIBLIOGRAFÍA ..................................................................................................................... 173


INTRODUCCIÓN

¿Cómo aprenden los niños los valores nas actuales, herederas de tradiciones mi-
y las tradiciones con los cuales, luego, los lenarias, socializaban, comunicaban sus
hombres y las mujeres de un pueblo deter- valores y educaban a sus hijos, a fin de de-
minado desenvuelven su vida? ¿Es posible terminar si algunas de esas maneras y con-
seguir, aunque sea a grandes rasgos, algu- tenidos podían ser retomados por la es-
nos de los procesos de esos pueblos a lo cuela bilingüe. Debido al hecho de que,
largo de la historia, sin caer en determinis- desde un inicio, entendimos que estába-
mos ni en esencialismos innecesarios? mos frente a pueblos muy antiguos, le di-
¿Podemos delinear los elementos genera- mos a la investigación un carácter emi-
les de esta lógica de subsistencia, de esta nentemente etnohistórico y testimonial.
sabiduría o runa yachai, transmitida de En este sentido, el objetivo se cumplió ple-
generación en generación, y con la cual los namente. En estas páginas podemos se-
pueblos han sobrevivido durante siglos en guir de cerca la lógica étnica, o más preci-
condiciones adversas? Precisamente para samente aún, la presencia innegable de un
responder a estas y a otras preguntas, pre- verdadero runa yuyai o pensamiento andi-
sentamos ahora los resultados de una in- no, concretado en una runa yachai o sabi-
vestigación realizada hace varios años y duría indígena empleada por cada uno de
que puede ayudarnos a entender mejor los los pueblos estudiados, en una porfiada
procesos seguidos por varios pueblos de la continuidad, readecuada en cada una de
nacionalidad quichua. Propuesta al co- las rupturas impuestas por la innegable
mienzo con el simple tema de la socializa- condición de la dominación.
ción indígena para la escuela bilingüe inter- De esta manera, lo que empezó como
cultural ha sufrido, como siempre sucede una simple preocupación por unas cuan-
con todas las investigaciones, un proceso tas comunidades andinas, sueltas y aisla-
de cambios interesantes. das, con poca probabilidad de ser conside-
Según las primeras ideas discutidas radas como representativas, ha terminado
con los directivos del Proyecto EBI (Edu- siendo una muestra válida del pensamien-
cación Bilingüe Intercultural, convenio to andino ecuatoriano en su nacionalidad
MEC-GTZ), allá por los años 80 y 90, pa- quichua. Luego de los acontecimientos de
recía necesario descubrir y sistematizar las protagonismo indígena vividos por nues-
maneras en las cuales las familias indíge- tro país en los últimos años, los principa-
8 / José Yánez del Pozo

les resultados de la investigación cobran de esas maneras, de esa lógica tan proba-
nueva vigencia. Una vez conseguida la da, por parte de las nuevas generaciones?
aceptación de la presencia indígena en el Para contestar esta pregunta tan cen-
escenario nacional, se hace necesaria una tral en el estudio, presentamos a continua-
aproximación profunda a cada uno de los ción cinco casos donde el pensamiento
pueblos, anteriormente denominados et- andino, comunicado por siglos, de gene-
nias. Solamente en la medida en que en- ración en generación, aparece bastante
tendamos los procesos específicos de los claro. Los warankas (también conocidos
pueblos, podremos tener una idea mejor como los chimbus) y los puruháes del
de lo que denominamos pensamiento an- centro del Ecuador, originariamente veci-
dino general. nos en la geografía y en la cultura, presen-
Develar las diferencias al interior de la tan prácticas diferenciadas, especialmente
nacionalidad quichua ecuatoriana fue un por las circunstancias del hábitat urbano
reto asumido precisamente para potenciar en el que, en el estudio, encontramos a los
todas y cada una de las características es- puruháes. Los kayambis y los otavalos del
pecíficas de los pueblos del norte andino. norte del país son también muy vecinos,
Tal vez a algún lector demasiado angustia- pero no por ello -¿ o precisamente por
do por la falta de salidas concretas a la si- ello?- dejan de manifestarse como diferen-
tuación de crisis social y política en que tes. El último pueblo es el de los kitus de
vivimos, le puede parecer que con más di- las cercanías de la capital, los que casi ab-
ferencias estamos propugnando más divi- sorbidos por la gran ciudad-mercado, ma-
siones. Nosotros, en cambio, pensamos lo nifiestan aún su propia especificidad. Jun-
contrario. Es un clamor mundial el actual, tas estas comunidades, juntos estos pue-
el rechazo a las homogenizaciones mani- blos nos dan una idea bastante precisa de
puladas, y la demanda por ser diferentes. lo que denominamos pensamiento andi-
Con más conciencia personal de perte- no, sabiduría andina socializada informal-
nencia a un pueblo específico con una vi- mente por generaciones.
gencia histórica ancestral, posiblemente Luego de una aproximación teórica y
podamos construir organizaciones más metodológica a las condiciones del norte
sólidas que no se desmoronen ante los pri- andino, donde se produce esta socializa-
meros embates ni sean fácilmente engaña- ción y aprendizaje, presentamos en sínte-
das por falsos líderes. Nos parece que lo sis la información etnohistórica y testimo-
que sigue en juego es la supervivencia to- nial de cada pueblo, recogida al momento
tal –la reproducción biológica y cultural- de la investigación. Como se verá, una
de la gente concreta que, desde tiempos constante siempre presente es el desplaza-
muy antiguos, viene ensayando maneras miento de la gente de un piso ecológico a
creativas de subsistencia en condiciones otro, de un sitio de trabajo a otro. Posible-
difíciles. ¿Cómo se ha dado el aprendizaje mente algunos sectores vinculados a la es-
Runa Yachai / 9

cuela, especialmente, estén en desacuerdo nas, las comunidades, maestros, niños,


con este planteamiento por considerar mamás y papás con los cuales hemos tra-
que se está favoreciendo la migración y el bajado –y por cuyos intereses seguiremos
abandono de un modelo de comunidad trabajando en donde quiera que nos en-
prácticamente autosuficiente y aislada. In- contremos– puedan hacer uso de este ma-
dependientemente de los nuevos procesos terial. Confiamos también en que los de-
socioeconómicos que explican las últimas más pueblos del Ecuador y del mundo an-
oleadas migratorias dentro y fuera del dino, se decidan a incluir algunas de las
país, creemos que ésta es una práctica sos- ideas aquí presentadas en los programas
tenida desde tiempos inmemoriales. Tanto escolares, a fin de disminuir la brecha y el
este tema como todo el manejo de la his- desconocimiento mutuo que aún sufri-
toria específica y general de los pueblos mos.
será precisamente materia del enfoque ge- Quisiera, en primer lugar, agradecer a
neral que adopte la escuela indígena y la las personas concretas, especialmente a los
escuela ecuatoriana en general. En el capí- niños que ahora ya deben ser hombres y
tulo tercero presentamos dos maneras de mujeres grandes, que trabajaron con no-
manifestación de la identidad y su trans- sotros en cada comunidad y que saben
misión a las futuras generaciones: los ritos que su causa más profunda es también la
de transición en el ciclo vital y la celebra- nuestra. Igualmente, agradezco a la GTZ
ción de las fiestas. Una profundización (Sociedad de cooperación alemana), espe-
mayor de algunas de las ideas de esta pu- cialmente a Matías Abraham, por haber
blicación, especialmente enfocadas a la re- confiado en el autor y haber auspiciado
flexión sobre la sabiduría indígena en esta investigación. Finalmente, va mi reco-
cuanto filosofía andina, se podrá encon- nocimiento a los directivos del Programa
trar en otro estudio del autor (Cfr. Yánez de Educación Bilingüe Intercultural (EBI)
del Pozo 2002). por haber propiciado el espacio para la in-
Los usuarios de este material –noso- vestigación.
tros los investigadores hemos sido los pri- Cuando nos comprometimos a reali-
meros– podrán aceptar, completar o re- zar la investigación, todos y cada uno de
chazar lo que aquí se expone. Ya decía al- los miembros del equipo de trabajo, nos
gún connotado profesor universitario que vimos interpelados en nuestra misma ads-
un libro es como un hijo que uno engen- cripción o pertenencia étnica y cultural,
dra y cuida los primeros meses y que se con tanta o mayor fuerza que lo que supo-
ofende si algo malo encuentran en él, pero níamos estaba ocurriendo en los indíge-
que después crece y se defiende práctica- nas concretos, cuya lógica de superviven-
mente solo porque aprendió a hacerlo, cia y cuyas maneras de comunicar sus va-
precisamente, de sus padres. Confiamos lores a los niños, pretendíamos rastrear.
sinceramente en que los pueblos indíge- Procedentes de varias jurisdicciones geo-
10 / José Yánez del Pozo

gráficas y culturales, debíamos dar cuenta lidad final recae en el autor. A más de una
no solamente de realidades ajenas, sino de década de realizada la investigación, cree-
realidades familiares, algunas de ellas vivi- mos que más y más gente piensa que es
das por nosotros mismos. Alberto Velás- necesario idear un tipo de escuela que re-
quez y Jaime Chávez del pueblo de los ota- presente, respete y enriquezca a todos los
valos, Rocío Rojas y Dimitri Madrid de miembros de las diferentes lealtades que
antiguos orígenes kitus, y José Yánez del conforman la sociedad. Los niños actuales
Pozo, de ascendencia chimbu-waranka, –indios, negros y mestizos y blancos– me-
decidimos ensayar un trabajo multiétnico recen éste y muchos esfuerzos más en la
y multidisciplinario, precisamente en al- tarea común de continuar en la construc-
gunas de nuestras propias zonas de ori- ción de un país de muchas sangres y mu-
gen. Aunque debo agradecer y reconocer chos colores.
el valioso aporte de cada una de las perso-
nas del equipo, es obvio que la responsabi- Arlington, VA noviembre del 2002
Capítulo 1
HACIA LA COMPRENSIÓN DE LA
SOCIALIZACIÓN EN EL NORTE ANDINO

El tema de lo andino sigue, no hay du- “no estamos proponiendo la necesidad de


da, en “plena moda”. Se habla de cultura prolongar la utopía andina… otro desen-
andina, tecnología andina, religiosidad lace podría avisorarse si a la mística mile-
andina, lingüística andina… Inclusive a narista se añade el socialismo moderno
con su capacidad para producir, organizar
niveles más generales el reto de la Comu-
programas estratégicos y moverse en el
nidad Andina de Naciones, como instan- corto plazo de la coyuntura política” (Flo-
cia de integración regional, no ha perdido res Galindo, 1989: 417; 419).
vigencia dadas las condiciones del mundo
actual. 2. Lo “nor-andino” ya reclamado por
Pero, ¿qué es realmente lo andino? Frank Salomon (1981: 1989) como una
El concepto parece superar la alusión invitación a desprenderse de las generali-
directa a los grupos indígenas habitantes zaciones realizadas a partir de los estudios
de las estribaciones de la cordillera de los de los andes centrales. Esta idea está reto-
Andes para extenderse a todos los indíge- mada por Sánchez-Parga (1986; 1989;
nas de zonas que, en términos generales, 1990) para quien el reto, además de plan-
fueron ocupadas por el Imperio de los In- tearse en el sentido de “desperuanización”
cas, y, lo que es más interesante aún, a sec- de la utopía andina, también exige una
buena caracterización de la comunidad
tores blanco mestizos y negros que, junto
nor-andina.
a los indígenas, vamos buscando la con-
Más concretamente, Galo Ramón
formación de nuevas identidades en rela-
(1990: 34) propone las siguientes particu-
ción de igualdad.
laridades de las sociedades norandinas
Podemos decir que el tratamiento de respecto de los Andes Centrales:
lo andino admite dos niveles: “a. La diferencia de sistemas económi-
1. Lo “pan-andino” que tiene su origen cos… de intercambio, compartiendo… el
en los análisis intelectuales peruanos, es- control vertical de los pisos ecológicos.
pecialmente, que se han planteado el tema b. La vigencia de sistemas lingüísticos
de lo andino desde un punto de vista ge- de filiación macrochibcha, paralelos al
neral. Las publicaciones de Burga (1988) y “runasimi” que le sirvieron de base, dán-
Flores Galindo (1989) tienen ese matiz, dole al Quichua norandino esa particula-
aunque claramente este último autor, re- ridad fonética y gramatical que posee has-
cientemente fallecido, insiste en que ta ahora.
12 / José Yánez del Pozo

c. Sistemas sociopolíticos que evolu- de nuestro país ha hecho posible, desde


cionaban a la construcción del Estado… muy antiguo, la constitución de
no… tanto /por/ la hegemonía del control
territorial sobre otros señoríos… sino en “una zona de intensa integración transe-
rrana… con la ideosincracia de incluir una
el control del intercambio, de las rutas, de
vasta gama de tierras que tienen en común
los centros de articulación, obrando con
un patrón de costa pacífica, selvática, sie-
sutiles alianzas emparentamiento que
rra y selva interior… diferenciada de los
buscaba crear una clase interseñorial que Andes Centrales”. (Salomon, 1989: 46).
se separaba lentamente de la sociedad.
d. Una relación distinta entre Sierra, Nuestra hipótesis central es que desde
Amazonía, Ceja de Montaña y Costa carac- esos tiempos antiguos hasta nuestros días,
terizada por su fluidez y enorme simetría”. cada una de los pueblos, al interior de la
En este sentido no hay duda de que Nacionalidad Quichua, ha procedido se-
nuestros estudios deberían ir buscando la gún esa misma lógica.
especificidad de lo norandino. Reconoce- Las condiciones de dominación han
mos todo el bagaje etnohistórico, cultural ido variando, los obstáculos para una au-
y sociopolítico que tenemos en común togestión sostenida siempre han estado
con los Andes Centrales. Muy necesario, presentes, sin embargo, los pueblos per-
por ejemplo, nos parece el rescate del pen- manecen. Más que de resistencia, bien po-
samiento de Guamán Poma de Ayala y del dríamos hablar de capacidad de duración,
Inca Garcilazo de la Vega como dos posi-
en condiciones adversas, de las relaciones
ciones a la vez contradictorias y comple-
e inter-relaciones intra e inter-étnicas.
mentarias frente al fenómeno de la tem-
Esta visión de procesos étnicos tiene la
prana conquista. Igualmente, la revisión
ventaja de permitirnos una comprensión
de los levantamientos peruano-bolivianos
(O’phelan G, Scarlett 1988) no hacen sino más dinámica y diferenciada de los pue-
confirmar el gran espíritu de lucha del blos indios y no indios. Porque, si bien es
movimiento indígena andino desde siem- cierto que, a veces, resulta fácil agrupar a
pre. Posiblemente, en este mismo sentido, todos bajo el solo nombre de “indio” o de
haga falta una reagrupación del mismo “mestizo”, no es menos cierto que al inte-
movimiento y de otros movimientos fren- rior de cada grupo hay muchas diferen-
te a la exaltación del sistema capitalista a la cias.
que actualmente asistimos. Posiblemente la autoadscripción a un
Y por supuesto, la comunidad andina grupo étnico específico esté en proceso de
ecuatoriana, la cultura andina mantiene construcción y comprensión a partir
tantos rasgos similares con todo lo andino siempre de la identidad de base que sigue
que sería iluso plantear originalidades ab- siendo la comunidad para el caso indígena
surdas. y el pueblo o barrio para el sector mestizo.
Sin embargo, es una verdad que la ubi- No hay duda de que las condiciones
cación histórico-geográfica de gran parte socio-económicas del tipo de capitalismo
Runa Yachai / 13

imperante determinan mayor pobreza y nica, entonces, podemos autoidentificar-


peores situaciones para la vida. Conseguir nos gruesamente como personas de fami-
el alimento diario, un mínimo estado de lias indígenas, mestizas o negras.
salud, algún tipo de educación, instruc- Sin embargo, esta autoidentificación la
ción, un lugar para vivir, así como algún calificamos de gruesa porque, a su vez, hoy
momento para distraerse a partir del tra- por hoy no se da una sola identidad indí-
bajo que se tiene, van resultando cada vez gena, negra o mestiza sino una multiplici-
más difíciles para un mayor número de dad de identidades y lealtades más locales
personas. o regionales.
Lo que intentaremos será rastrear las Además, está el problema de que debi-
continuidades posibles que cada pueblo do al desprestigio en que han caído algu-
nas identidades, hay personas indígenas,
frente a determinadas rupturas. En ese
por ejemplo, que luchan por cruzar la
contexto entenderemos y explicaremos la
frontera étnica y ubicarse en el mundo
socialización a los niños.
mestizo. Algunos, a lo mejor, lo han con-
La separación que hacemos entre el
seguido, pero ¿a qué precio? Otros, tal vez
Aprendizaje para la subsistencia y el rito y
nunca lo logran precisamente porque los
la fiesta obedece solamente a una necesi- mestizos se encargan de impedirlo.
dad metodológica. De hecho, en la vida Este punto precisamente se refiere a la
real las personas y los grupos siempre se adscripción: ¿qué piensan los otros de
presentan como entes totales y totalizan- mí?, ¿de nosotros? Porque no hay duda de
tes que en cada momento de su vida se que la identidad resalta en la oposición, en
manifiestan ante sí mismos y, especial- la cual se principalizan tales o cuales ca-
mente, ante los otros como entidades con racterísticas.
identidad. Puede ocurrir a veces que nosotros
Según Barth (1976), las fronteras étni- –como de hecho pasa con gran parte de
cas no se expresan mediante las esencias y los mestizos– no tengamos una claridad
las sustancias de las personas o los grupos, grande sobre nuestra propia identidad; los
sino según un proceso social de autoads- otros se encargarán de recordárnoslo y así
cripción y adscripción. por el estilo.
La primera consiste en que, personal- Sin embargo, ésto que parece ser muy
mente, en términos generales me caracte- complicado a niveles grandes o nacionales
rizo como un hombre o como una mujer no lo es tanto a niveles más locales y con-
que pertenece a una determinada familia cretos.
que, a su vez, pertenece a un cierto grupo Con nuestros estudios de caso –las
étnico opuesto a otras personas y familias cinco comunidades y sus ritos y fiestas–
de diferente grupo étnico. tratamos de hacer el seguimiento a sus di-
En un país como el Ecuador y, espe- ferentes niveles de identidad. De allí po-
cialmente, en aquellos sectores donde se dremos tratar de sondear de qué manera
da y se ha dado este tipo de oposición ét- ésta o estas mismas identidades se trasmi-
14 / José Yánez del Pozo

ten a las nuevas generaciones. La coyuntu- Y en este proceso, el papel que le toca a
ra es favorable a mayores autoidentifica- la escuela puede ser decisivo. Para contri-
ciones, aparentemente, aunque no en to- buir a ella, creemos que nuestra tarea con-
dos los casos, como lo veremos. siste en presentar los aspectos principales
Hemos recurrido a la fuente etno-his- de estos procesos y realidades que nos sir-
tórica en cada una de los pueblos a fin de van de contexto o de conjunto de condi-
determinar algún tipo de continuidad que cionantes donde se han puesto en práctica
haga posible entender mejor los compor- determinados mecanismos de aprendizaje
tamientos actuales. Esto de ninguna ma-
y socialización, de generación en genera-
nera quiere significar que todo deba expli-
ción. El momento privilegiado que vive la
carse por los orígenes o las esencias, sino
nación ecuatoriana y cada una de las na-
más bien por el uso actual, la posición re-
lacional con respecto a los otros grupos. cionalidades puede, por primera vez, po-
Lo anterior quiere decir que no buscamos ner en las manos del pueblo la dirección y
“lo puro” en ningún caso, porque sería el control de sus propios procesos.
una ilusión, algo inexistente. Las culturas De las particularidades anotadas por
indígenas actuales se entienden solamente Ramón, podríamos entresacar las siguien-
a partir de sus propias manifestaciones y tes que creemos que aún tienen vigencia
problemas; de raíz histórica, sin duda, pe- en la cultura andina, referida a nuestros si-
ro de enfrentamiento actual, también. tios de investigación:
En el tema de la identidad, por supues- 1. La utilización de diferentes medios
to, también está presente esta continuidad o pisos ecológicos, no solamente en cuan-
y esta ruptura actual. Más aún cuando, to aprovechamiento de propios recursos
por el proceso de dominación capitalista, sino, inclusive, en cuanto posibilidades de
no sólo que el trabajador se aleja, se aliena complementación del ingreso con lo ga-
de su propio producto, sino que se aliena, nado –en dinero y en especies– en los lu-
se aleja o tiende a negar su propia identi- gares de migración.
dad. Y aquí podría cumplir un papel deci-
Así, en nuestro estudio tendremos
sivo la “coyuntura indigenista” actual: ha-
oportunidad de demostrar de qué manera
cer posible la autovaloración, la reapro-
los campesinos de las provincias de Imba-
piación de la identidad indígena y como
reacción, también, hacer posible la reapro- bura, Bolívar y Pichincha, tienen un siste-
piación de las otras identidades mestizas, ma de complementación de su economía
negras, regionales o locales. en el sentido en que tradicionalmente ha-
Esta tarea de reapropiación étnica y brían procedido sus antepasados.
social deberá atravesar, por supuesto, tam- 2. En cuanto a los sistemas sociopolíti-
bién por la satisfacción de las necesidades cos necesarios para conseguir esto, pode-
básicas. Quién sabe si una mayor consoli- mos decir que persisten las alianzas sutiles
dación grupal pueda incidir sobre la cali- y la conformación de una clase “interse-
dad de vida, tan deteriorada actualmente. ñorial”, algunos de cuyos miembros se es-
Runa Yachai / 15

fuerzan por no separarse de sus bases, a las jo de los recursos”; “conservación de la na-
cuales dirigen y orientan. turaleza”, “autogobierno”. Para todo esto,
Sobre el carácter de la organización in- el movimiento indio plantea una serie de
dígena encontramos varias posiciones. pasos: reformas en las constituciones,
Sánchez-Parga (1986; 1989; 1990), por alianza con otros sectores para “la des-
ejemplo, ha insinuado el carácter específi- trucción del actual sistema capitalista y la
co de la organización indígena ecuatoria- anulación de toda forma de opresión so-
na en el sentido de ser un “poder comu- cio-cultural y explotación económica”.
nal” y no “societal”, de un acendrado fac- En esta tarea de “construcción de una
cionalismo que confluye mediante alian- nueva sociedad plural y democrática basa-
zas para desarrollar ciertas estrategias de da en el poder popular”, el papel que jue-
lucha dentro –no contra– el estado capita- gan las organizaciones nacionales y regio-
lista y que podría dar pistas para que los nales parece ser decisivo. Estas organiza-
grupos indígenas exijan sus fueros dentro ciones nacionales, según nuestro modo de
de la sociedad nacional.
ver, se enfrentan al duro reto de combinar,
Sin embargo, luego del levantamiento
adecuadamente, los planteamientos polí-
de Junio de 1990, especialmente, y de la
ticos generales con la consideración no só-
capacidad de interlocución del movi-
lo de las nacionalidades sino de las etnias
miento indio, son los mismos dirigentes
nativos los que han planteado actualmen- o pueblos más locales, base de la organiza-
te su propia estrategia de lucha. Así, en el ción regional.
Encuentro Continental de los Pueblos In- Pensamos, entonces, que esta estrate-
dígenas (Declaración de Quito, 1990) po- gia corresponde a la antigua práctica polí-
demos leer: tica norandina de no aceptar fácilmente
ninguna hegemonía y ninguna acción
“Los pueblos indios tenemos un carácter conjunta sin que medie, primero, una ade-
específico como nacionalidades, pueblos o cuada alianza entre sectores. Esto, por su-
naciones de acuerdo a la denominación
puesto, supone un buen nivel de conoci-
que tomemos en cada país… la mejor de
ellas es quizá la de pueblos indios que tie- miento y respeto para las particularidades
nen derecho a la autodeterminación”. (pp. de las etnias, a fin de conseguir la real ad-
10-11) hesión a los planteamientos generales.
La organización indígena nacional, se
En el documento en mención se indi- enfrenta, además, a la necesidad de imagi-
ca, además, la necesidad de recorrer un ca- nar propuestas legales, sociales, políticas y
mino de aclaración teórica sobre el tema educativas que hagan posible la concreti-
de la autodeterminación aunque desde ya zación de las demandas en un sistema co-
se la entiende como “plena autonomía en mo el actual. De esta manera, estudios so-
los marcos nacionales”, “control de los te- bre el derecho consuetudinario o la expe-
rritorios, incluyendo el control y el mane- riencia de otros países con comunidades
16 / José Yánez del Pozo

autónomas pueden ayudar a viabilizar de- consolidadas según las épocas y las condi-
mandas como la autodeterminación o el ciones. (CONAIE, 1989; Ramón, 1987).
control de tierras o territorios. Según Andrés Guerrero (1981), una
Con una población indígena concen- vez quebrados los lazos que ataban a la co-
trada o dispersa, con vínculos fuertes con munidad andina a la hacienda o al pueblo
la población mestiza o negra, la organiza- blanco-mestizo, se produce una progresi-
ción también debe partir de las actuales va diferenciación campesina, lo cual, sin
condiciones nacionales, referentes a varios embargo, no quiebra del todo la comuna.
aspectos. Esta se reafirma –aunque también experi-
Con respecto a la tierra, la principal menta severas crisis en ciertas zonas– co-
reivindicación del movimiento indio, es mo la estructura de poder interno en lo
evidente que las dos reformas agrarias rea- económico y en lo social, asumiendo las
lizadas en esta segunda mitad del siglo XX diferencias que, por otra parte, existían
no han tenido la capacidad de transfor- desde bastante antes.
mar realmente el sistema de tenencia de la Por otra parte, la reafirmación comu-
tierra injusto y forjado a lo largo de los si- nitaria, o sus crisis, incluye necesariamen-
glos. te los procesos de vinculación con las ciu-
Marco Jaramillo (1983: 172 y ss) hace dades o con sectores más desarrollados del
una evaluación general de la reforma agro.
agraria ecuatoriana. Se favoreció al sector Tradicionalmente, las Ciencias Socia-
les Ecuatorianas han considerado que este
terrateniente; el área distribuída hasta
nuevo proceso migratorio, iniciado con
1976 –y que, en general, podría seguir
fuerza en la década del 70, aparece como
siendo válida dado el detenimiento de la
una consecuencia directa de la situación
Reforma Agraria– alcanzaba tan sólo a
agraria, por una parte, y como una de-
850.000 hectáreas para 64.000 familias; se
manda de mano de obra para la moderni-
liberó la mano de obra del trabajo preca- zación y la industrialización, por otra.
rio; la modernización del campo favorece Se han empleado tres criterios para
tan sólo a un pequeño grupo de empresa- clasificar las migraciones: la duración, los
rios; los campesinos, aún los que tienen destinos urbanos y rurales y la condición
pequeñas parcelas, no reciben crédito ni de los migrantes. (Velasco, 1985: 36 y ss).
asistencia técnica. Según el primer criterio la migración
Frente a esta tendencia estatal capita- puede ser definitiva (de colonización, de
lista –reforzaba por varios planes de “aten- urbanización) o temporal (periódica, oca-
ción al agro” vía DRIS, FODERUMA, po- sional o diaria).
lítica crediticia ínfima y algunas políticas En nuestro trabajo tendríamos el caso
culturales como la alfabetización– la po- de una migración definitiva y de urbani-
blación indígena, por su parte, ha presen- zación con los campesinos de Chimbora-
tado varias formas de resistencia y adecua- zo en Quito; los casos de Pucarapamba,
ción con organizaciones más o menos San Pedro y Caluquí serían migraciones
Runa Yachai / 17

temporales y periódico-ocasionales, y los rrasco y Lentz (1985), se habrían plantea-


comuneros de Cocotog, migración diaria. do varias teorías para explicar las causas
Un segundo criterio, el espacial, tiene de la migración en América Latina. La teo-
en cuenta las áreas rurales y las urbanas. ría de la modernización, según la cual se
Según esto, se dan migraciones campo- daría un continuum folk-urbano, parece
ciudad (de campo a ciudad pequeña, de tomar al fenómeno como un proceso de-
ciudad pequeña o mediana a metrópoli, masiado mecanicista entre dos sociedades
de campo a ciudad mediana o grande), de prácticamente autónomas: el campo y la
ciudad a ciudad o de campo a campo; y ciudad. La teoría psicologista pone el
los de ciudad a campo. Para nuestros fi- acento en los procesos de “aculturación” y
nes, podemos decir que las comunidades deja de lado causas y procesos más estruc-
de Imbabura arrojan su fuerza de trabajo turales. La teoría de la descampesinización
tanto a ciudades pequeñas como Otavalo insiste demasiado en la lógica capitalista
e Ibarra, a ciudades grandes como Quito y que absorbe la mano de obra campesina.
a sectores agrarios como Salinas. Los co- Igualmente la teoría de la dependencia
cotenses y los chimboracenses trabajan en puede pecar por presentar a los actores so-
Quito. ciales como seres casi inertes que se some-
Los pucarapambeños salen al sector ten a leyes demasiado rígidas.
agrario del subtrópico y el trópico, a Qui- Frente a estas teorías, se propone la in-
to o a ciudades pequeñas de la misma pro- terpretación de que ante la insuficiencia
vincia, como Chimbo. de recursos agrícolas y el agudo proceso
Un tercer criterio se refiere a la condi- de minifundización, las unidades domés-
ción de los migrantes. Desde ya podemos ticas se ven forzadas a expulsar temporal o
adelantar que, en el caso de Cocotog, la mi- definitivamente parte de la fuerza de tra-
gración diaria involucra a toda la familia en bajo a fin de poder reproducir el conjunto
edad activa: hombres y mujeres sin distin- de su vida social. Por supuesto que dentro
gos de grado de instrucción, o mejor aún, de una estructura social capitalista con
en búsqueda de mayor educación, en algu- efectos alienantes, los efectos que se hacen
nos casos. Su ocupación “formal” e “infor- sentir no son solamente de carácter eco-
mal” se ubica plenamente en la ciudad. nómico sino también sobre la cosmovi-
En el caso de los chimboracenses, la sión y la cultura.
ciudad habría absorbido a todos los En lo referente a las actividades reali-
miembros de la familia, mayoritariamen- zadas por los “migrantes”, especialmente
te. En Pucarapamba, San Pedro y Caluquí, en las ciudades, es evidente que su estudio
la migración sería selectiva en cuanto a reviste gran actualidad tanto por la masa
edad y sexo. de trabajadores que representa, cuanto
Dentro del mismo tema de la migra- por el potencial político que tienen.
ción, algunos autores han tratado de com- Desde la teoría de la marginalidad
prender las causas de la misma. Según Ca- –dejada de lado por su incapacidad expli-
18 / José Yánez del Pozo

cativa del desempleo y las pobres condi- Con respecto a los cambios que deba
ciones de vida– se accede a la teoría de la sufrir el estado capitalista, estamos segu-
informalidad. ros que vamos a ser testigos de grandes
Según el informe Kenia (Rogiero, transformaciones, especialmente por las
1990) las características principales del presiones del mercado internacional y por
sector informal serían: las reagrupaciones que están sufriendo los
países y los gobiernos. La pregunta es, ¿en
“1. ausencia de barreras para entrar en beneficio de quiénes realmente?
esa actividad. El investigador citado (Rogiero, 1990)
2. utilización de recursos locales de fá- propone la siguiente fórmula que intenta-
cil acceso. ría explicar las angustias de cada hogar por
3. propiedad familiar de la empresa. equilibrar sus ingresos con sus necesidades:
4. escala de actividad discreta.
5. mano de obra inferior a cierto nú- Ih x Nh = It = n
mero de personas (8-10)
6. capacitación no oficial sino realiza- Esto quiere decir que el ingreso por
da “de padres a hijos”. hora (Ih) por el número de horas trabaja-
7. mercados competitivos en los cua- das (Nh) debería ser igual, a largo plazo
les la depresión del precio permite (de lo contrario la unidad tendería a desa-
la actividad.” parecer como tal), al ingreso total (It) el
cual a su vez es mayor o igual que las ne-
Si bien este enfoque ha tenido la vir- cesidades (n).
tud de superar la orientación desarrollista Precisamente por el aumento de las
y negativista de la teoría de la marginali- necesidades, por el modelo de vida impor-
dad puede, a su vez, presentar ciertos pro- tado y por efectos de la misma crisis, el
blemas: la terminología no da cuenta de la trabajador se ve obligado a alargar su jor-
inmensa gama de actividades “no forma- nada de trabajo, a “invitar” a que más
les”, como la economía “informal” incrus- miembros de la familia se integren al tra-
tada en los más altos niveles de la formali- bajo “informal” y a recurrir cada vez más
dad (el narcotráfico, por ejemplo). a actividades no mercantiles (parcelas,
Por otra parte, aunque el planteamien- huertos animales domésticos, ayuda mu-
to de De Soto (1987) pueda tener el méri- tua, reciprocidad y redistribución).
to de llamar la atención sobre las poten- Para nosotros es obvia la relación
cialidades de estos “pequeños empresa- campo-ciudad (centro moderno de pro-
rios” sojuzgados por el estado “mercanti- ducción) –campo que, a la vez que impide
lista”, no parece que el optimismo pueda que la brecha entre ingresos y necesidades
ni deba ser exagerado ni siquiera ante la se agrande, funcionaliza las pequeñas acti-
posición exitista que manifiestan algunos vidades (éste parece ser el término alter-
migrantes. nativo a “informal”) a un modelo de desa-
Runa Yachai / 19

rrollo concentrador que, hoy más que la sociedad indígena y cada sociedad étni-
nunca, parece apuntalarse. ca, ha ensayado una propuesta de vida.
Ahora bien, aunque estemos de acuer- Dentro de este contexto general, según
do en considerar estos procesos generales su mayor o menor grado de inserción en
del sistema como fundamentales para la la estructura capitalista del mercado, las
comprensión de la estructura del nivel so- familias indígenas organizan el manejo de
cial e institucional en que ocurre la socia- los recursos y productos según su propia
lización, nos interesa también resaltar la lógica, es decir, en orden a la subsistencia
continuidad propia de cada pueblo. Por antes que a la acumulación, integrando
este motivo es que planteamos el estudio tanto los propios recursos cuanto aquellos
de cada caso como representativo de la ló- conseguidos en otros lados.
gica de cada etnia. Dentro de esa lógica En este sentido, la familia y la comuni-
–probada y comprobada a lo largo de los dad –en cuanto redes de afinidad y reci-
años y sometida a una nueva prueba en la procidad– aparecen como el segundo ám-
actual crisis –los pueblos concretos han
bito de la socialización. El conjunto de fa-
aprendido a subsistir y a reproducirse.
milias, al interior de las cuales los niños
En este contexto, no podemos, sin
crecen y “se educan” (en el sentido de en-
más, llamar “migración” a procesos ya em-
doculturación o aprendizaje de la cultu-
pleados desde antiguo en un sentido no-
ra), conforma la comunidad, inclusive en
randino, aunque debamos utilizar el tér-
mino, en el sentido de “movilización para el espacio urbano, como es el caso de los
el trabajo”, por no haber encontrado aún chimboracenses en Quito. Estas familias
otro mejor. cumplen los siguientes papeles (Chiribo-
En el intento de caracterizar mejor al ga, 1985: 40).
sujeto social indígena, tarea en la cual mu-
“1. legitimación de valores, modos y
chos –entre ellos la misma organización
prácticas indígenas.
indígena –estamos empeñados, propone-
2. representación política y defensa
mos el estudio de varios pueblos al inte-
3. gestión social de los recursos natu-
rior del pueblo quichua, poseedores de
rales fundamentales y de otros ne-
una lógica propia de sobrevivencia y de
cesarios para la reproducción
identidad también diferenciada.
4. cohesión social e ideológica que ge-
Precisamente, por eso es que en nues- nera un sentimiento de identidad”.
tro estudio hemos considerado a la orga-
nización amplia de carácter étnico social De esta manera, podemos ver cómo las
como el primer ámbito de la socialización familias indígenas reunidas en una comu-
del niño y el marco general dentro del cual nidad –o en una asociación– reproducen
se desarrolla prácticamente toda la vida de valores propios, adhieren a su organiza-
la persona. Dentro de un conjunto de es- ción especialmente en la disputa con otras
tructuras básicas de la sociedad nacional, instancias de representación, planifican la
20 / José Yánez del Pozo

utilización y/o búsqueda de nuevos espa- y con la comunidad, como a grupos con
cios o recursos –inclusive con la toma de grupos, comunidades con comunidades,
haciendas como en el caso de Pucarapam- productores con productores y a produc-
ba o Caluquí todo lo cual les da un senti- tores con consumidores, mediante el flujo
de bienes y servicios entre las partes inte-
do de identidad que, precisamente, confi-
rrelacionadas.” (37)
gura una personalidad social opuesta, o
por lo menos diferente, a aquella que actúa Estos deberes y derechos, que varían
mayoritariamente en la sociedad nacional. según el grado de relación y vinculación
Esto, por supuesto, no significa que las entre las personas, pueden también incluir
crisis intra e interfamiliares estén ausen- gente de otros grupos étnicos, como ocu-
tes. Precisamente por la presencia de una rre generalmente con el compadrazgo. En
“clase interseñorial”, por la crisis econó- uno y otro caso, lo que se busca es asegu-
mica que se agudiza, por la imposición de rar, de alguna manera, el acceso a recursos
nuevos modelos de familia, no son raros siempre escasos.
los conflictos de parentesco. Posiblemente Igualmente, la noción de redistribu-
estos conflictos se relativizan a la hora de ción, entendida como la “costumbre de re-
emprender juntos la tarea de la supervi- partir lo que se tiene entre todos”, es, sin
vencia, pero siempre están presentes explí- duda, el reconocimiento de que existen di-
cita o simbólicamente. ferencias entre unos y otros; sea porque se
El parentesco real (por la sangre o el ha accedido a distintos bienes en el campo
lazo matrimonial) y el parentesco ritual o, porque por la migración, por ejemplo,
(por el compadrazgo) sigue cumpliendo, se posee bienes materiales que la mayoría
una función insustituible. A esto se debe- no tiene.
rá añadir el conjunto de relaciones de ve- Especialmente para la concretización
cindad, especialmente en los sectores más de la redistribución aparece la fiesta. En su
cercanos al modo de vida urbano. momento, veremos como el Carnaval y
Este es el ambiente que aprehende el San Juan son los espacios de la redistribu-
niño: familia grande con conflictos, veci- ción por oposición a otras fiestas de carác-
nos, una sociedad étnica que difícilmente ter menos indígena que pierden esta con-
deja solo al individuo para todo el proce- notación o la readecuan.
so de reproducción a cambio del cumpli- En la tarea de descubrir la lógica étni-
miento estricto de ciertos roles y respon- ca de sobrevivencia a largo plazo, se podrá
sabilidades. argumentar que las familias actuales no
Estos mismos lazos de parentesco se re- tienen conciencia de su pasado remoto,
fuerzan tanto por las relaciones de recipro- que su memoria se agota en pocas genera-
cidad cuanto por las relaciones de redistri-
ciones atrás o que, a lo más llega solamen-
bución. La reciprocidad, según Meyer, es
te hasta sus “ancestros incaicos”.
“una relación social que vincula tanto a A nosotros nos parece, sin embargo,
una persona con otras, con grupos sociales que la experiencia acumulada durante si-
Runa Yachai / 21

glos, se refleja precisamente en la lógica de ideológicas determinadas, cuyas caracte-


la subsistencia existente y en una identi- rísticas generales las asumimos.
dad en proceso de reapropiación frente a Dentro del nivel institucional, ubica-
otras identidades. En este sentido, la es- mos la organización comunal o étnica, ca-
cuela indígena está, sin duda, llamada a da uno de los pueblos tratados.
“completar” la memoria popular y a reto- De sur a norte hemos escogido:
mar concientemente la experiencia de ca-
da pueblo. 1. El pueblo de los warankas, repre-
De cualquier manera, consideramos a sentado en la comunidad de Puca-
la escuela –campo intermedio entre el ni- rapamba, actual provincia de Bolí-
vel social general y el nivel interrelacional var.
comunitario– como el tercer ámbito de la 2. El pueblo de los puruháes, origina-
socialización, que será abordado extensa- rios de la provincia del Chimborazo
mente por nosotros en otro estudio. y actualmente habitantes de los ba-
Creemos que tanto la organización ét- rrios populares de Quito, provincia
nica, como la comunidad y la escuela, de Pichincha.
apuntan o deben apuntar hacia la confor- 3. El pueblo de los Kitus de la comu-
mación de un tipo de hombre o de mujer nidad de Cocotog, en la provincia
que, en las duras condiciones actuales, de Pichincha.
puedan ser capaces de subsistir y de rea- 4. El pueblo de los Kayambis de la co-
propiarse de elementos de su identidad munidad de Caluquí, en la actual
que les permitan comunicarse con su pro- provincia de Imbabura.
pia gente y con el resto de la sociedad. 5. El pueblo de los otavalos de la co-
Si queremos sintetizar los elementos munidad de San Pedro, en la misma
que intervienen en la socialización, los provincia de Imbabura.
profesores alemanes Dietter Geulen y
Klaus Hurrelman (1990: 30) nos propo- Estos grupos étnicos pertenecen a or-
nen una “teoría comprehensiva de la so- ganizaciones regionales, formales o no
cialización” que, en términos generales, (niveles institucional e interrelacional),
coincide con la nuestra. Para ellos, donde encontramos a las familias y a las
comunidades.
“La socialización debe ser entendida como
El presente estudio solamente llega
el proceso de la génesis y desarrollo de la
hasta los niveles institucional e inter-rela-
personalidad en interdependencia con el
ambiente social y material transmitido por cional. La socialización producida en la
la sociedad”. etapa escolar, como ya hemos dicho, y la
que se refiere a la personalidad, (nivel in-
El nivel social ecuatoriano (dentro de dividual) no se considera en este estudio.
América Latina y dentro del mundo) tiene Luego de escogidas las comunidades,
unas estructuras económicas, políticas e con algunas de las cuales habíamos mante-
22 / José Yánez del Pozo

Cuadro Nº 1
Teoría comprehensiva de la socialización

Nivel
Interrelacional
Runa Yachai / 23

nido ya una larga relación, procedimos a Sobre el uso extensivo que hemos he-
una exposición franca y directa de los ob- cho del testimonio, queremos también
jetivos de nuestra investigación tanto a las proporcionar una explicación adicional.
asambleas de las organizaciones regionales La Historia Oral, considerada por algu-
y locales como a las familias seleccionadas nos, inclusive, como una nueva disciplina
al azar y a los maestros de las escuelas. (Joutard, 1986), viene en nuestra ayuda
Empapados de la teoría y de las princi- para estudios como el presente. Esta área
pales líneas metodológicas de la denomi- del conocimiento trata de estudiar el pasa-
nada Investigación Participativa (Fals do de los pueblos, mejor aún, de las deno-
Borda, O., 1984; Gianotten, Vera, 1989: minadas minorías, cuyo punto de vista no
Rodrígues Brandao, 1986) desde el co- ha sido tomado en cuenta realmente en
mienzo, fue nuestra intención no ocultar ningún tipo de historia escrita y oficial.
nada de lo que hacíamos. Durante varias Recurre como metodología principal al
etapas de este proceso pudimos permane- pensamiento vivo, vertido a través del tes-
cer en cada una de las comunidades, con- timonio que la persona rinde sobre su
versando informalmente con los papás y propia experiencia o sobre aquella que
las mamás, con los niños más pequeños y otros le contaron.
los más grandes, con los maestros y los di- La Historia Oral se engancha inevita-
rigentes. Pudimos, igualmente, aplicar al- blemente, y más en nuestro continente,
gunas pruebas a los niños sobre varios as-
con el mito donde la cronología puede ser
pectos así como asistir a algunas de las cla-
“poco precisa”, y donde el tradicional “cri-
ses y revisar varios de los textos y cuader-
terio de verdad” empieza a ser cuestiona-
nos. Las charlas largas y amenas sostenidas
do. De esta manera, se reconstruyen histo-
con los maestros nos ayudaron a entender
rias cortas e historias largas como las de
su problemática de profesionales y perso-
este estudio que pueden dar luces sobre
nas embarcadas en un proceso nuevo y di-
fícil pero supremamente interesante. La los movimientos indígenas actuales. (Ri-
formación y el desarrollo de los niños y las vera, 1982).
niñas parecen ser motivos suficientes co- Para una mejor comprensión de esta
mo para convocar a padres de familia, di- disciplina, la podemos dividir en dos
rigentes y maestros hacia el mejoramiento grandes ramas:
de la escuela indígena. Posiblemente las 1. La Literatura o Tradición Oral, que
expectativas sean demasiado grandes para ha sido muy prolífica en cuanto a colec-
lo que realmente se está haciendo. Pero es ciones de cuentos, leyendas, mitos creen-
interesante tener en cuenta el fenómeno: cias y concepciones…
los papás, movidos por una honda preo- 2. La historia oral propiamente dicha,
cupación por el porvenir de sus hijos, no que generalmente ha sido utilizada en las
recelan frente a quienes les proponen algo Ciencias Sociales más bien como técnica
y cumplen con lo ofrecido. de recolección de datos en forma de histo-
24 / José Yánez del Pozo

rias de vida, historias familiares o historia el vocabulario y el significado de la mayor


laborales. Precisamente, en nuestro traba- parte de los testimonios. Aún a riesgo de
jo, de las investigaciones de Carrasco y dificultar la comprensión pensamos que la
Lentz (1985), hemos tomado el testimo- manera de hablar propia de las personas
nio de MANUEL para lograr una com- entrevistadas expresa también, de alguna
prensión mejor de los puruháes. Una sub- manera, su identidad.
clasificación aclaradora también se hace En el capítulo sobre el rito y la fiesta
cuando se habla de autobiografías (Matos consideramos que el conjunto de testimo-
Mar, 1974) o memorias colectivas (Yánez nios que hemos recogido arroja muchas
de Pozo, 1986; Males, 1987; Oré, 1982). luces sobre uno de los temas centrales: la
La Historia Oral no puede prescindir identidad y su transmisión.
de la Etnohistoria porque debe revisar la La gente de las cinco comunidades tie-
documentación escrita necesaria para la ne una manera propia de presentarse a sí
comprensión mejor de la situación actual misma. Esta o estas maneras son necesa-
expresada en el testimonio oral. Igual que riamente aprendidas por las nuevas gene-
no puede prescindir de otras ciencias co- raciones para continuar así con la repro-
mo la misma Historia, la Antropología o
ducción social en un proceso siempre re-
la Economía. Por momentos, puede acer-
novado y enriquecido. De la información
carse, hasta casi confundirse con el Perio-
recogida en la investigación, presentamos
dismo o las Ciencias de la Información e,
en este estudio algunas reflexiones sobre
inclusive, desde este punto de vista, ha da-
do origen a varios clásicos del cine o la Te- ritos y fiestas. Con ellos, la comunidad –y
levisión (Cfr. serie RAICES). el pueblo o la nacionalidad, según los ca-
A pesar de su novedad y de algunos sos– se recrea a sí misma, como dijimos
problemas (subjetividad, veracidad, repre- pero también se presenta, por contraste,
sentatividad…) aún no resueltos, la His- ante los otros grupos diferentes.
toria Oral está llamada a tener un gran de- Hay aspectos que sirven, de manera
sarrollo en la época actual, de resurgi- más directa, hacia el interior de la comu-
miento de las “minorías”. nidad: por ejemplo, el rito. Pero hay otras
Según estos criterios nosotros hemos manifestaciones, como la fiesta, que ad-
recurrido a la Historia Oral cuando hace- quieren su mayor relevancia cuando se
mos uso de múltiples testimonios sobre el oponen a la fiesta del otro grupo, a veces
trabajo. Han sido historias orales, espe- peleando los mismos espacios y tiempos.
cialmente infantiles y juveniles que nos Por este motivo en este estudio, con algu-
han facilitado la comprensión de la socia- nos ritos y varias fiestas, intentaremos de-
lización para la subsistencia. mostrar cómo se manifiesta y se reapropia
En cuanto al lenguaje, digamos que la identidad y cómo se la transmite o se la
hemos procurado mantener la estructura, aprehende.
Capítulo 2
EL APRENDIZAJE PARA LA SUBSISTENCIA

A lo largo de los tiempos y bajo dife- expropiación de algunas de ellas por parte
rentes circunstancias, cada uno de los del Estado, en lo que aparece como uno de
pueblos ha ensayado una lógica de sobre- los momentos críticos del enfrentamiento
vivencia. Esta ha sido transmitida a las jó- Estado - Iglesia en la provincia de Bolívar,
venes generaciones hasta nuestros días. Si dado que muchas de las tierras afectadas
bien es cierto, otras maneras de socializa- pertenecían a las comunidades religiosas.
ción provenientes de los grupos occiden- Tal hecho se reafirma en la manera cómo
tales y de la escuela tienen cada vez mayor la mayoría de los comuneros se refieren a
peso y atractivo, creemos que la lógica de la propiedad hereditaria de las tierras que
sobrevivencia de cada una de las etnias si- actualmente poseen.
gue aún vigente. Esto es lo que pretende-
“Compré del banco en tiempos de parcela-
mos demostrar con los siguientes estudios
ción, en tiempos de parcelación compré, al
de caso.
banco compré. El banco, el gobierno-ban-
co quitó a las madres monjas en tiempos
2.1 PUCARAPAMBA del pueblo de los
pasados; todo este cerro, todo el cerro ha-
warankas
bía sido, en tiempo de mi madre, cerro de
las madres monjas; todas las haciendas.
La comuna de Pucarapamba se ubica
Entonces, El Espino, este Gramadero, Ca-
al nor-oriente de Guaranda y pertenece a
chi Yacu, fueron hacienda; estas haciendas,
la parroquia de Guanujo, en la provincia todos estos cerros había sido de las madres
de Bolívar. Se encuentra a 3.600 metros de monjitas, entonces, el cerro de estas ma-
altura, en el límite de la zona interandina dres monjitas el gobierno quitó y se hizo
con la zona paramal. Limita, al norte, con dueño, puso en parcela y vendió; vendió
el páramo de El Arenal; al sur, con las co- hasta la loma de atrás, desde el cerro de
munidades de Illangama y Carbón Tsini- arriba a 300 sucres la cuadra, vuelta, abajo
pamba; al este, con el Río Quindihua que hasta Chinipamba vendieron a 400 sucres
la separa de la comunidad de Quindihua la cuadra, y de aquí para abajo a 500 sucres
Chico y; al occidente, con las comunida- la cuadra han dicho. Vendió el gobierno,
des de Corazón y Marcopamba. vendió el banco quitando a las madres
monjas.
Todo el sector se caracterizó por la
presencia de haciendas. En las primeras El gobierno quitó de una manera disimu-
décadas del presente siglo se produce la lada, porque las madres monjas eran ricas.
26 / José Yánez del Pozo

En tiempos de las madres monjas los indí- huas, zanahoria blanca, además de la ce-
genas, esta gente del cerro pagaban una bolla blanca y las calabazas. El cultivo del
pensión o arriendo. Así hemos vivido, pe- haba, la quinua y la cebada han ido desa-
queña pensión seguían pagando, pagando, pareciendo por el empobrecimiento pau-
entonces no sé como el gobierno quitó a
latino del terreno, producido por el mo-
las madres monjas. ¨
nocultivo, la escasez o la mala calidad de
(Andrés Chacha 98a) los abonos, sobre todo los químicos, y las
dificultades técnicas adicionales, como los
En cualquier caso, toda la zona se fuertes vientos, que obligaban a sembrar
transformó en pequeños minifundios que el haba en diciembre para adelantarse a las
empezaron a ser heredados por sucesivas corrientes del verano.
generaciones. Actualmente en la comuna Por las características topográficas de
viven cerca de 35 familias que poseen un la zona, que presenta buena cantidad de
promedio de 1 a 3 cuadras de tierra por
pendientes, el trabajo se realiza con aza-
núcleo familiar.
dón o yunta; sólo en las planicies se utili-
La primera generación de propietarios
za el tractor comunal. Dada la escasa can-
provino de zonas aledañas como Pucará.
Hoy la mayoría de los padres de familia tidad de terreno que cada grupo posee, el
son nativos de Pucarapamba, aunque trabajo familiar es suficiente para garanti-
unos pocos provienen de Quindihua o zar la producción mediante formas de so-
Illangama (vía matrimonio). lidaridad, especialmente el prestamanos.
Una caprichosa formación rocosa, al “…Por lo general sembramos papas en es-
oriente de la zona, hizo que la comunidad ta comunidad, cuando hay posibilidad, el
inicialmente se denominara CUNGARU- melloco y la mashua, en mínima cantidad
MI, como aparece en los mapas del INEC. sembramos las habas. Dicen que antes ha-
Solamente a partir de la consecución de su bía una buena producción, actualmente el
personería jurídica los indígenas rebautiza- viento no deja producir. La labor agrícola
ron a la comuna como PUCARAPAMBA. se hace solamente a mano, ni siquiera se
“Cai uranillapi, pucara jaca tiashcamanta hace con yunta. El terreno no es tan duro
pucarapamba nishpa catishcallami. Chai- para trabajar con azadón. Los cultivos de
mi pucara, pucara ninllami, Escuelata sha- papas se hacen con abono químico que ac-
yachishpacarin ña Pucarapamba nishpa tualmente ya nos costó 8.200 sucres cada
catinacurcallami. Jacamanta shina Pucara- quintal. Esto avanza para una sementera
pamba shutirirca” pequeña, por no tener dinero sembramos
solamente eso. No intercalamos la siembra
(Feliciana Guamán 70a)1 de papa, es decir sembramos solamente la
papa”
El eje de la producción agrícola son los
tubérculos: papas, ocas, mellocos, mas- (Laura Chida).2
Runa Yachai / 27

La crianza de ganado vacuno es limita- milias del sector, aún las de “mayores po-
da por la escasez de pasto y no pasa de una sibilidades”, están inmersas en estos flujos
o dos cabezas por familia. A ello se suman poblacionales.
algunos borregos y, en raras ocasiones, un Son dos los períodos en que las salidas
caballo. La comercialización se realiza en aumentan: a) los meses de mayo y junio,
la misma comunidad (con intermedia- b) los meses de agosto, septiembre y octu-
rios), o en las ferias de Guaranda y, espe- bre. Particularmente, en esta última etapa,
cialmente, de Ambato. Con la leche de las la movilización es mayor e incluye un
vacas se elaboran quesillos destinados más buen porcentaje de niños de todas las eda-
a la venta que a la alimentación. A su vez des. No obstante, durante todo el año, y de
la lana de los borrego, estimula varias for- acuerdo a las necesidades particulares, son
mas de artesanía. comunes las salidas semanales (de lunes a
viernes).
“Con la lana de borrego confeccionamos Las zonas de migración son la zona
chalinas, fachalinas, anacos, ponchos de subtropical de la provincia, las Naves y
uso personal y familiar. Por no saber otras Echeandía; Babahoyo y Ventanas en la
cosas no podemos hacer otro tipo de ropa. provincia de Los Ríos. Allí se vinculan co-
La producción de lana de oveja es en míni- mo jornaleros (400 sucres + comida) a las
ma cantidad lo cual limita para poder ven-
plantaciones de café, cacao, arroz y otros.
der la misma. Como tenemos poquísimos
borregos, entonces la producción de lana “Me separé de mi primer esposo, después
es en mínima cantidad, cantidad que sirve me casé con el segundo, él se migra a tra-
solamente para hilar y hacer tejer con los bajar en la costa, trabaja en lo que a bien
que saben”. encuentre: desmontando, cogiendo café,
en la cosecha de arroz, etc. Yo también voy
(Laura Chida, 37 a). a la costa en el mes de agosto cuando nos
enganchan para cosechar el café, pero en el
La producción agrícola sirve en su ma-
mes de mayo no puedo ir. Sólo en el mes
yor parte para la alimentación. Una pe- de agosto voy con mi esposo, dejamos a los
queña cantidad se destina al trueque, para niños con mi mamá aquí mismo, en esta
obtener maíz y trigo, sobre todo en la re- casa, así aprovechamos las vacaciones que
gión de San Miguel y Chimbo. dan a los chicos de la escuela. Nosotros
Para completar sus ingresos económi- trabajamos en Echeandía, Ventanas, nada
cos, los comuneros salen a buscar nuevas más.”
fuentes de trabajo. En su mayoría son
(Laura Chida)
hombres, padres de familia, a los que lue-
go se sumarían los hijos varones jóvenes y, Al interior de la sierra, las salidas se
en algunos casos sus mujeres y niños. En orientan a Ambato, a Latacunga y, en es-
cualquier caso, siempre se tratará, de sali- pecial, a Quito. Este flujo se desarrolla en
das temporales. Actualmente todas las fa- los períodos anterior y posterior de las
28 / José Yánez del Pozo

movilizaciones a la Costa. En Quito bus- donde los niños pudieron aprender en los
can trabajo en los sectores de la construc- dos idiomas. En ese tiempo los mayores
ción o como cargadores. estuvieron aprendiendo recién en la terce-
Parece ser que, aunque en la capital ra parte de abecedario de unificación, de
pueden conseguir un mejor jornal (2-3 alfabetización, de unificación quichua…
Por el logro de la comunidad anterior-
mil sucres diarios en un “buen día”), los
mente se funcionaba con el nombre de
campesinos de Pucarapamba en su mayo- Cunga Rumi, después se funcionaba con el
ría prefieren migrar al subtrópico por la nombre de Pucarapamba y el Centro Ata-
diferencia de gastos y utilidades entre los hualpa… Este centro funcionó desde 81
dos sectores: mientras en la costa el traba- hasta 84. En el 84 se formó el Cabildo de
jo incluye alimentación y vivienda, en la Pucarapamba”.
capital deben gastar en esos rubros vitales.
El cabildo es el centro de la vida comu- (Manuel Chacha Chacha 35a)
nal de Pucarapamba. Pese a su reciente Actualmente, la comuna es dirigida
formación (1984), sus dirigentes son por- por este testimoniante, Manuel Chacha,
tadores del consenso. En la constitución un dirigente relativamente joven, con ex-
del cabildo confluyeron: a) La necesidad periencia en educación bilingüe, origina-
de la comuna de obtener la personería ju-
rio de Quindihua y casado con Juana Co-
rídica para contar con un instrumento
les de Pucarapamba. La comunidad es fi-
que legalice, ante las entidades públicas y
lial de la Federación Campesina de Bolívar
privadas, sus pedidos colectivos y b) la
(FECAB-RUNARI) y su actividad es in-
constitución, en el año 1980, del centro de
tensa. La organización comunal es el espa-
alfabetización Atahualpa por iniciativa de
cio en el que se conoce, discute y resuelve
un compañero que se había formado en la
experiencia de la “RUNACUNAPAC YA- sobre las necesidades económicas, educa-
CHANA HUASI” de Simiatug. Unos po- tivas, recreativas, de infraestructura, etc.,
cos comuneros habían aprendido ya la lu- de los comuneros. Por el cabildo pasan
cha por la educación bilingüe. Este espa- desde la preparación de las comparsas pa-
cio de organización será la base de consti- ra el carnaval de Guaranda, la organiza-
tución del Cabildo. ción de los cursos de alfabetización, los
problemas de la escuela, hasta la forma-
“Ellos llevaron el funcionamiento de la es- ción de la Junta de anticuatreros con su
cuela bilingüe. El compañero Segundo propio reglamento, para proteger a la co-
Guaranda Vayas estuvo trabajando en la muna de la voracidad de los abigeos y ga-
comunidad de Pucarapamba, era compa-
rantizar una justicia que, aunque no es
ñero nativo de aquí… estuvo en Simia-
tug… en el instituto de Simiatug estuvo oficial, si resulta inmediata.
durante dos años. Estuvo prestando sus la- Desde su formación, el cabildo ha re-
bores aquí en Pucarapamba, donde los ni- cibido ayuda de un programa extranjero
ños estuvieron aprendiendo muchas cosas, llamado Plan Internacional o Plan Padri-
Runa Yachai / 29

nos, que financió el entubamiento del cual la comunidad de Pucarapamba, se-


agua y proporciona regularmente, semi- gún nuestro modo de ver, sería fiel repre-
llas, fungicidas y abonos, a más de conse- sentante. Según Espinoza,
guir una buena cantidad de ahijados.
“Los Chimbos quedaban entre los Chono
En el último tiempo, la preocupación
y los Puruháes, lo que vale decir entre
central del cabildo es la posibilidad de la
Guayaquil y Riobamba” (148).
compra de la Hacienda Echeverría (así la
conocen), ubicada al Oriente de Pucara- Esta posición intermedia les ha signifi-
pamba y colindante con la comuna de El cado a los waranka –y a los demás pueblos
Corazón. Este hecho, motiva la conversa- allí asentadas– tanto su privilegio como su
ción diaria de los indígenas y obliga a los desgracia. Privilegio, por la posibilidad
dirigentes a una acción unitaria y cuida- siempre presente del aprovechamiento de
dosa. Las dos comunidades, desde agosto varios pisos ecológicos para la subsistencia
de 1990, han decidido ejercer una presión y desventaja por el estatus marginal que
conjunta sobre la hacienda, a fin de apro- este sector ha tenido frente a otros polos
vechar su tierra de la mejor manera.
de desarrollo.
Por lo demás, la totalidad de los comu-
Ya desde tiempos preincaicos, el apro-
neros formalmente se reconoce como ca-
vechamiento ecológico ha sido posible por
tólica aunque en una comunidad adya-
la gran diversidad de climas, producto del
cente (Marcopamba), haya ya un centro
mercado contraste orográfico. Desde el
evangelista.
Nos encontramos, entonces, frente a frío intenso de 3.500 metros de Salinas de
una comunidad andina, en donde la es- Tomabela hasta el calor de la zona subtro-
tructura de poder tiene una fuerte centra- pical de Balzapamba. Caluma o Echean-
lización en el Cabildo, el que garantiza la día. La sal y la lana y las papas de la zona
persistencia del consenso para cualquier fría, el maíz de la zona templada, y las fru-
decisión. Las relaciones de parentesco, la tas y los maderos y el algodón del subtró-
reciprocidad y la redistribución se mani- pico, con una inmensa variedad de anima-
fiestan concretamente en mecanismos de les, habrían hecho posible la vida de estos
trabajo colectivo como la minga, o las ce- antiguos habitantes.
lebraciones del carnaval. El nombre Chimbo es importante, es-
¿Siempre fue así? Aunque los comune- pecialmente en referencia al Chimborazo,
ros no sean conscientes de ello, ¿se podría verdadera pacarina (lugar de origen)o
encontrar una cierta continuidad con res- huaca (espíritu protector)de los Chimbo-
pecto a la experiencia más antigua? waranka.
Para responder a estas preguntas, re- Cieza de León (citado por Espinoza
currimos a algunos datos etnohistóricos 153) dice, con relación al significado de la
referentes a todo el grupo étnico, conoci- palabra chimbu, usada en el sentido de se-
do actualmente como waranka dentro del ñal o distintivo:
30 / José Yánez del Pozo

“Cada uno de los naturales de estas pro- les entre ellos. También poseían una len-
vincias y todos los más linajes de gentes gua general. Sus diversas parcialidades
que habitan aquellas partes, tienen una se- controlaban y defendían un territorio que
ñal muy cierta y usada, por lo cual en to- lo reputaban como suyo. La endogamia y
das partes son conocidos”. diversos ritos y mitos integraban a sus
componentes y los afianzaban con un sen-
Por supuesto que esta palabra puede timiento de individualidad. No se hacía la
considerarse del Quechua general pues guerra entre ellos”.
parece ser que este pueblo no tenía una
lengua propia y que la suya era la misma Entonces, si bien no había un estado
que la de los puruhá (Espinoza 162). El (o “reino”, o “señorío”), si se daba alguna
sentimiento religioso gira en torno al estratificación jerárquica entre runas y
monte CHIMBORAZO. principales.¿Qué ocurrió cuando llegaron
los Incas?
“Su auténtica traducción al Castellano es Según Cabello de Balboa (320) y Jijón
cerro nevado de los Chimbo. Por eso le y Caamaño (236) “fue el Inca Tupac-Yu-
rendían una gran veneración y culto. Le panqui, padre de Huayna-Cápac, el que
sacrificaban muchachas vírgenes, hijas de sometió a estas gentes que andaban altera-
nobles; también ganado, arrojándolo al das por la conquista”. Así que para evitar
volcán. Precisamente dicha huaca tenía sus cualquier tipo de rebelión ubicó en Chim-
rebaños, cuyas cabezas, en 1.581, aún pas- bo a los mitmas Guayacondos y otros de
taban intocadas por los nativos. Todo lo
Cajamarca, de entre los Cuzco, Guayllas.
hacían con la finalidad de que el taita (o
(Espinoza 170—171). Precisamente, el ca-
huanacu o jirca) Chimborazo no desatara
helada ni granizadas sobre sus semente-
pitán Guamarrica –después Don Lorenzo
ras”. (Espinoza 167) de Guamarrica– y los Guayacondos ubica-
dos en Guamarrica (actual San Lorenzo) y
Como lo veremos después, la impor- en Chapacoto (actual pueblo de la Magda-
tancia del Chimborazo se mantiene hasta lena) se diferenciaban de los naturales o
ahora al relacionarla precisamente con la llajtayos con los cuales mantenían discor-
más grande fiesta de la zona, el Carnaval. dias nunca superadas.
En cuanto a su organización política, El eje del problema era doble: por una
es interesante anotar que, según Espinoza parte, demostrar que nunca los naturales
(1988), no parece que los Chimbos consti- estuvieron sometidos a los mitmas, por
tuyeran una sociedad centralizada en tor- más que los incas hubieran tenido esa in-
no a una sola autoridad tipo señorío. tención política (los denominados totri-
cut o tucuiricuc = gobernador).
“Las fuentes escritas accesibles permiten
colegir que entre los Chimbo no existió “Fueron mitimaes puestos por el inga allí,
ninguna autoridad centralizada. Pero sus porque los naturales de aquella provincia
integrantes tenían una cultura común… no se alzasen…”(Mateo Inca Yupanqui,
valores, costumbres y creencias universa- 1565 en Espinoza 176).
Runa Yachai / 31

Además era necesario para el Inca, el encomendero, Pero los indígenas fueron
obligados a suministrar el siguiente cama-
“que los oriundos del pueblo tuvieran pre- rico a cada uno de ellos, por separado:
parados y expeditos los bastimentos nece-
sarios para los guerreros imperiales que – 50 fanegas de maíz
defendían el sistema implantado por los – 25 fanegas de trigo
Incas. Cosa imprescindible en una época y – 50 carneros de Castilla
en una zona cercana a otra muy convulsio- – 12 puercos
nada, principalmente en lo que toca al área – 12 cargas de sal, de 2 arrobas cada una
Cayambe y Carangue” (Espinoza 178). – un ave los días de abstinencia
– 20 huevos en los mismos días” (Espino-
La otra parte del problema radicaba en za 222)
que los naturales hasta bien entrado el S.
XVI –ya durante la Colonia– reclamaban Estos datos hablan por sí solos de la
el derecho sobre la tierra de la zona “con- inmensa producción de maíz, trigo, sal y
cedida / por el Inca al mitma Guayacondo animales domésticos que los chimbo-wa-
GUAMARRICA / unicamente en usufruc- ranka estaban obligados a desarrollar.
to y no en propiedad”. (Ibid. 189) En cuanto a la tributación conviene
Esta querella –ventilada en Lima y en hacer la siguiente precisión: sin la presen-
Madrid–, fue resuelta en favor de los natu- cia del cacique como intermediario para el
rales. Pero no en la práctica, porque el des- cobro del tributo no hubiera sido posible
pojo de las tierras por parte de nuevos esta explotación. Por eso es curioso como
amos, blancos y criollos, se fue agudizan- tanto caciques naturales como mitmas pa-
do en los siglos XVII y XVIII hasta llegar a recen competir por el cobro y remisión del
la República. tributo con el fin de legitimar su autori-
El despojo se entiende mejor cuando dad ante el señor. Como lo señala Sánchez
se analiza el establecimiento del obraje de de Albornoz (100) “la del cacique era una
Chimbo en 1560 (“primer obraje de la Au- tarea delicada e ingrata”: en la mitad de la
diencia de Quito”) que demandaba una comunidad y la administración debiendo
gran cantidad de lana para la confección fidelidad a ambos lados. Tal es también el
de jergas, paños y frazadas “que parecían caso del Cacique Masalema de Santiago
de felpa”. (Costales 82).
Igual papel cumplían los doctrineros En el siglo XVIII la capital de la juris-
que, por su parte, demandaban ingentes dicción paso de Chimbo a Guaranda con
camaricos (regalos). Veamos un ejemplo. el fin de facilitar el comercio entre Rio-
bamba, Bodegas (Babahoyo) y Guayaquil.
“Los doctrineros de Santa María Magdale- Con esto, aparece clara la vinculación en-
na de Chapacoto y San Miguel de Chimbo
tre las tierras del Ande y el subtrópico pa-
cada cual recibía un salario de 300 pesos
ra el trabajo y la producción en ingenios,
de plata corriente y marcada, más 50 pesos
para vino y cera. Les pagaba directamente al comienzo.
32 / José Yánez del Pozo

Ya para esta época la pugna entre na- Chillanes (1960), Echeandía (1987) y Ca-
turales y mitmas había desaparecido. Se- luma (1991).
guramente se habrían producido mezclas Las primeras décadas del siglo XX se-
y alianzas que unificaban a todos los indí- rán determinantes para el ulterior desa-
genas frente a blancos, criollos y mestizos. rrollo de la provincia. Como bien lo seña-
Debido a la baja calidad de los terre- lamos en otro trabajo, el aislamiento será
nos, era la arriería la actividad más renta- la marca de esta provincia.
ble de mestizos pobres e indígenas. Entre
“Limita con las provincias de Chimbora-
la Sierra y la Costa, con los tambos bien zo, Cotopaxi, Tungurahua, Guayas y los
distribuidos y las mulas bien preparadas, Ríos, a pesar de lo cual el aislamiento al
se recorrían grandes extensiones que, in- que ha sido sometida durante muchos
clusive, llevaba la producción hasta Lima, años ha configurado su propia caracteriza-
de donde traían pisco, sal, algodón, pesca- ción. Diversos factores han contribuido a
do o aceite, así como cacao, arroz, pan y su abandono; entre los más importantes
sal de Bodegas. (Espinoza 234). podrían anotarse la exclusión del servicio
La presencia de varayucs o alcaldes in- del ferrocarril, el abandono de la Vía Flo-
dígenas durante el tiempo colonial y parte res y la casi total ausencia de caminos veci-
nales”. (Yánez del Pozo, 1978: 76)
del republicano nos ayuda a entender me-
jor el carácter de la organización indígena Tal situación, persistió a lo largo del si-
muy localizada y difícilmente sometida en glo. Pese al relativo acelerado desarrollo
grupo grande a una sola autoridad por capitalista que ha experimentado la for-
más que fuera del mismo origen étnico. mación social ecuatoriana, a partir de la
Un último detalle puede ayudarnos a década del 60, nos encontramos en esta
entender mejor el presente. Nos referimos zona con un escaso crecimiento indus-
a algunas costumbres como aquella de re- trial, limitado desarrollo de los centros ur-
cibir a los visitantes con cantos y danzas, banos y una tendencia porcentual estable
con ropas especiales y turbantes (Ibid de la población en las zonas rurales.
235) que, aunque parece haber sido co- Para comprender mejor el contexto
mún a muchos pueblos de la Audiencia de más cercano en que habría que entender la
Quito, en esta zona bien podría ser uno de socialización actual ubiquemos las tres zo-
los antecedentes de la fiesta del Carnaval, nas principales de esta región. Cada una
verdadera carta de presentación del pue- de ellas tiene sus especificidades tanto en
blo chimbo-waranka. las características de las haciendas locali-
En el año de 1884, la Convención Na- zadas allí, como en el tipo y las formas de
cional crea la Provincia de Bolívar que ad- producción dominantes.
ministrativamente cuenta ya para esa épo- La primera zona, ubicada al norte se
ca con tres cantones: Guaranda, Chimbo y caracteriza básicamente por la producción
San Miguel. Luego se crearán los cantones agrícola de cereales de altura tubérculos a
Runa Yachai / 33

la vez que una leve ocupación pastoril. Los dios en toda la Zona Norte de la Provincia.
productos salen a la venta en los mercados Pucarapamba, nuestra comunidad de es-
internos y hacia Ambato y la Costa, aun- tudio, se ubica en esta zona.
que un elevado porcentaje se consume La segunda micro región (central)
dentro de las mismas comunidades. Mu- aglutinó mayor número de haciendas pe-
chos de estos grupos sociales viven al bor- ro de menores dimensiones: muchas de
de de la zona de páramo por lo que la pro- ellas fueron parceladas y vendidas directa-
ductividad de la tierra es muy baja dado mente por los dueños a las comunidades.
que trabajan en condiciones difíciles por Ello probablemente contribuyó a estable-
la propia topografía del terreno y las incle- cer niveles de mayor diferenciación entre
mencias del tiempo. las comunidades e, incluso, dentro de cada
La característica fundamental de la zo- una de ellas; esto permitió, posteriormen-
na norte de la región, lo que administrati- te, a algunos grupos indígenas la adquisi-
vamente corresponde a las parroquias de ción –vía compra– de terrenos en la Cos-
Facundo Vela, Salinas y Simiatug, ha sido ta, el Oriente y sectores paramales de la
la presencia de grandes latifundios que misma provincia. Administrativamente
con extensiones superiores a las 30.000 comprende las parroquias de Guanujo,
hectáreas abarcaron territorios desde los Veintimilla y Julio Moreno del cantón
páramos hasta el trópico; sobresalen dos Guaranda, San Simón y los cantones de
haciendas: Matiaví de Salinas de la curia Chimbo, San Miguel y Chillanes.
de Guaranda y Talahua, de la familia Cor- “En esta zona se da una forma peculiar y
dovez. bastante generalizada de tenencia de la tie-
La presencia de estos espacios de po- rra: muchos agricultores, medianos o pe-
der terrateniente ha incidido enormemen- queños, poseen a la vez terrenos en el sec-
te en todas las comunidades del sector y de tor serrano y en el costeño, y cuidan ambas
todo Bolívar. La toma de Talahua, por propiedades, trasladándose de una zona a
ejemplo, conmovió al movimiento indíge- otra en los tiempos de mayor actividad
na de la zona y, aún hoy, es frecuente en- agrícola. La producción es de monocultivo
contrar, en conversaciones con los comu- intensivo de cereales: trigo, cebada, maíz.
neros, referencias a esta jornada de lucha. El sistema de rotación es muy limitado,
constituyendo la irregularidad topográfica
Con relación a las propiedades de la curia,
un factor limitante para los rendimientos-
los testimonios de los viejos dan cuenta de ”.(Yánez del Pozo, 1978: 80)
un proceso de expropiación que probable-
mente tiene que ver con la revolución al- Como se puede comprobar, entonces,
farista. En todo caso, y aunque con dife- aún los sectores mestizos hacen uso de la
rencia de tiempo, la disolución de estos denominada microverticalidad o aprove-
pequeños “imperios” es una de las causas chamiento de diferentes pisos ecológicos
de la generalizada presencia de minifun- cercanos, para su subsistencia. Además,
34 / José Yánez del Pozo

conviene recordar que la zona central to y producción “SALINAS Ltda.” se ha


agrupa a la mayor concentración blanca y orientado hacia el desarrollo económico y
mestiza de la región, un sector de la cual social, en una zona de prominente presen-
controla el poder económico y político cia hispanohablante, los habitantes indí-
desde hace mucho tiempo. Es en esta zona genas de Simiatug han optado por una lí-
donde, generalmente, ha madurado un nea intermedia entre la educación y la
sentimiento racista no sólo contra el indí- conciencia étnica y el desarrollo de su gen-
gena, sino también contra el “aldeano”, ha- te. La vigencia de la organización FUN-
bitante de los lugares considerados menos DACION RUNACUNAPAC YACHANA
importantes que los urbanos. Los habitan- HUASI así parece demostrarlo. El proceso
tes de Pucarapamba se desplazan con bas- seguido por la organización, especialmen-
tante regularidad a Guaranda, Chimbo o te en lo referente al desarrollo de las escue-
San Miguel por motivos económicos, ad- las, ha tenido repercusiones regionales y
ministrativos y religiosos. nacionales. (Cfr. Allauca, 1986; López,
La tercera micro región se ubica fun- 1989; Caiza, 1989; Yánez-Rojas, 1989).
damentalmente al occidente, con produc- Hacia el centro de la provincia la uni-
ción subtropical; su variedad ecológica y dad de guanujos y yacotos no siempre ha
diversificación productiva la han converti- sido fácil. De condiciones diferentes a las
do en el sector de mayor movimiento eco- del norte, la organización ha atravesado
nómico y comercial en la provincia, en una serie de crisis. De la lucha por la tierra
una relación intensa con el resto del lito- de los años 70 la FECAB (Federación de
ral. Como ya lo dijimos, es principalmen- campesinos de Bolívar) parece también
te esta zona la que recibe la mano de obra haberse enrumbado hacia el apoyo a la
pucarapambeña, especialmente en ciertas educación indígena como uno de los pun-
épocas del año. tales del desarrollo sostenido. El carácter
Entre estas 3 zonas, desde antiguo y de liderazgo de verdaderos “alcaldes” o va-
hasta ahora, se da un verdadero sistema de rayucs como Taita “Conejo” Chela o Taita
relaciones complementarias que hacen el Virgilio Agualongo posiblemente aún no
marco real de la socialización en la región. ha sido evaluado con suficiencia. Entre las
¿Cómo se han conformado las organi- dos organizaciones hay un cierto nivel de
zaciones y movimientos sociales y étnicos coordinación y distancia que reafirma la
en cada una de estas zonas? Veámoslo rá- antigua práctica de los chimbus, de tener
pidamente. “no sólo un jefe sino varios”.
Los antiguos Tomabelas del norte, En cuanto a la organización de los chi-
ubicados especialmente en Salinas, Simia- llanes parece ser que ésta se da a niveles
tug y Facundo Vela, han experimentado más locales y de comunidad –como ocu-
un notable proceso de organización. rre siempre en todos los sectores en una
Mientras la cooperativa de ahorro y crédi- primera instancia– y más bien en relación
Runa Yachai / 35

con los vecinos puruháes como, por otra ascender socialmente como “persona edu-
parte, sucedía desde muy antiguo. cada”, para los indígenas, aunque no se
Junto a estas organizaciones indígenas descarte este camino, parece también im-
de lo que podríamos denominar los chim- portante trabajar todos y enseñar a traba-
bo-waranka, los waranka - hispanos pre- jar a los niños para subsistir en grupo. Es-
sentan un panorama bastante más desola- ta puede ser la generalización que puede
dor. Alejados de sus raíces más antiguas, hacerse precisamente a partir de la investi-
recargados con muchos prejuicios de todo gación hecha en la comunidad de PUCA-
tipo parecen enrumbarse hacia modelos RAPAMBA del pueblo de los chimbo -
de vida de carácter consumista, individua- waranka.
lista y arribista. Por supuesto que es un De la información obtenida de las 22
grupo que merece ser diferenciado ade- familias entrevistadas, concluimos que el
cuadamente. No es lo mismo la gente his- promedio por grupo es de 6.7 miembros,
pana del pueblo de Simiatug que emigra en un modelo familiar que fluctúa entre la
rápidamente a Ambato “escapando del familia extensa y la familia de tipo nuclear.
avance indígena” que los sectores terrate- Consideramos como familia extensa a
nientes de las cabeceras cantonales que se aquella que incluye tres generaciones por
agrupan en un “frente de defensa de la lo menos: padres, hijos y nietos, por opo-
propiedad”. Las condiciones de vida de sición a la familia nuclear que incluye so-
unos y otros varían notablemente. Aun- lamente a padres e hijos. Esta fluctuación
que, curiosamente, la coincidencia entre se puede explicar porque la posibilidad de
los dos precisamente aflora en cuanto acceder a los recursos, tanto dentro como
oposición a la presencia y actividad de un fuera de la comunidad, se va haciendo
movimiento indígena cada vez más fuerte. más difícil en el estilo anterior dada la ca-
Precisamente por la fuerza de este movi- rencia del recurso tierra, fundamental-
miento, organizado a escala regional y na- mente.
cional, el grupo de gente blanca y mestiza Un hecho importante en la conforma-
que controlaba el poder económico y po- ción de la familia de Pucarapamba es la
lítico ha tenido que ceder espacios de po- presencia de hijos sin padre o de madres
der, como la alcaldía de las mismísima ca- solteras. En las 27 familias analizadas te-
pital provincial y otras posiciones igual- nemos 12 hijos en esta condición, que cre-
mente importantes. cen bajo el cuidado de la madre y, princi-
Como es obvio suponer, cada uno de palmente, de la abuela. Sin haber profun-
estos grupos étnicos tiene una particular dizado mucho en este momento de la in-
perspectiva sobre el futuro de sus hijos. vestigación sobre las causas de este fenó-
Así por ejemplo, mientras que para los meno, podemos observar que la gente no
hispanos, el ámbito escolar, y educativo en parece hacerse problema por la presencia
general, será el que se principalice a fin de de estos niños. No solamente que se cons-
36 / José Yánez del Pozo

tituyen en apoyo invalorable para las acti- ción cada vez mayor a las actividades de la
vidades del grupo familiar, sino que caben familia. En la casa cuidan a los hermanos
muy bien en la idea indígena de tener wi- menores, les visten, les dan de comer, pue-
ñachishkas o hijos adoptados informal- den cocinar, lavar su propia ropa y tomar
mente cuando así las circunstancias lo de- a su cuidado directo animales domésticos
mandan. como cuyes, gallinas o puercos.
Las familias así constituidas se dedican A partir de los 7 - 8 años, los niños y
a la agricultura y al pastoreo, aparte de la las niñas dedican gran parte de su tiempo
realización de varias actividades dentro de al pastoreo de ovejas en los valles más ba-
la casa. Además, se ven obligadas a migrar jos, cerca de los ríos o en las quebradas. A
como ya lo dijimos, a ciudades serranas, medida que crecen un poco pueden ir so-
como Quito y, principalmente, a sectores los con los animales a las zonas más altas,
del subtrópico y el trópico. Como es ob- consideradas como más peligrosas. Por ser
vio, los niños necesitan aprender, desde el pastoreo la actividad principal de un ni-
muy pequeños, estas dos estrategias –den- ño en su segunda infancia, hagamos una
tro y fuera de la comunidad– para asegu- descripción más amplia de esta tarea.
rar la sobrevivencia del grupo. Los niños salen entre las 7 y las 8 de la
Una vez formada la pareja, general- mañana, generalmente cuando sale el sol.
mente estable y generalmente unida en Cada pastor va por diferentes partes, se-
matrimonio, los ojos están puestos en los
gún su conveniencia y buscando donde
niños que nacen. El parto se realiza en la
haya más hierba. No sacan a las ovejas re-
misma comunidad, con la ayuda de la fa-
cién paridas porque no pueden caminar.
milia y algunas señoras parteras. El perío-
Las ovejas parecen conocer el camino pa-
do de lactancia, se mantiene hasta los dos
ra buscar su comida. Los perritos ayudan
años, generalmente. Como ocurre en las
otras comunidades, el control de los esfín- a los niños en el pastoreo realizado, sin ne-
teres no necesita de una enseñanza especí- cesidad de castigo a las ovejas. Los niños
fica. Al niño, desde que empieza a gatear y llevan su machete o un palo. El machete es
a caminar, se le pone una especie de ana- afilado en un hierro y sirve para cortar la
quito o falda pequeña –a niñas y a niños– paja. Para desamarrar las ovejas de las es-
que le da bastante libertad de movimien- tacas se requiere cierto cuidado a fin de
tos. que las ovejas “no se asusten”.
Antes de los 5 años de edad, los peque- Se llega hasta los 4.000 - 5.000 metros
ños ya están en capacidad de dar de comer de altura donde el viento sopla fuerte e
a los animales en la casa, acompañar a su impide tenerse en pie. Se necesita conocer
madre a cortar la hierba, e inclusive, a car- bien el terreno para no perderse, guarecer-
garla. Progresivamente, los niños y las ni- se del viento o de la lluvia y poder obser-
ñas por igual experimentan una vincula- var el rebaño.
Runa Yachai / 37

A la hora de la comida o cucahui los Un personaje que acompaña siempre a


pastores extienden su poncho y allí ponen la labor del pastor es el LOBO, sobre el
lo que llevaron, generalmente arroz, tosta- cual los niños cuentan varios cuentos y le-
do o papas, todo lo cual comparten sin yendas y que, por motivos de espacio, no
disputas. Después del cucahui los niños incluimos en este trabajo. Las ovejas re-
queman el pajonal, lo cual también re- gresan solas al corral, hacia las 4 de la tar-
quiere de conocimiento. El juego –de pe- de, como si verdaderamente supieran el
lota hecha de pajas o cogiendo pajaritos o camino.
de juegos aprendidos en la escuela– es co- Aparte del pastoreo, los niños deben
sa muy común. Cuando son niñas o jo- ayudar en la agricultura. Pueden ya en la
vencitas, tejen o hilan mientras pastorean. segunda infancia manejar bien el azadón,
El conocimiento sobre las ovejas y to- la pala y las técnicas básicas de la siembra,
do lo relacionado al pastoreo no es nada el aporque, el deshierbe y la cosecha. Es en
simple. Se lo aprende desde muy niños de esta edad que se aprende de la viejísima
la enseñanza de los adultos y de la obser- práctica del grupo, el sistema de utiliza-
vación y socialización entre los mismos ción vertical de los pisos ecológicos de la
niños. Los pequeños y las pequeñas, desde comunidad y de toda la región. En el caso
una edad temprana, sabe cosas como la de las niñas, es a la edad de 8 a 9 años que
concepción y el hecho de que en cada re- empiezan, no ya a aprender a hilar o a te-
jer, sino a hacer algunas prendas de su
baño solamente deba haber un solo ma-
propia ropa.
cho, que el embarazo dura 6 meses y que
Aparte de esta tarea muy específica no
las ovejas tienen una sola cría dos veces al
parece darse una socialización muy dife-
año. Conocen las condiciones mejores pa-
renciada por sexos para el trabajo comu-
ra el parto y el cuidado de las ovejas pari-
nitario. Es una práctica común que todos
das y de las ovejas tiernas que combinan la
los niños sepan hacer de todo. Desde un
leche con la hierba para su alimentación. punto de vista foráneo, es curioso, inclusi-
Saben, igualmente, que hay varios tipos de ve, oír a Segundo Pedro Chacha (12 a) que
hierba: rigris, tañina, ulcua, cuyuchuna, nos cuenta cómo él “se levanta y cocina y
pucalihua, pasto, pimba, de las cuales las su mamá le ayuda porque su hermana
mejores –cuya semilla se compra en Gua- mayor (14 a) no quiere cocinar. El mismo
randa– son la rigris, la ulcua y la pasto. Sa- va a traer agua y leña para la única olla
ben, por fin, que hay dos tipos de ovejas que utiliza para la primera comida. Des-
más comunes en la zona, las merino y las pués va a dormir un poquito y luego se le-
bastión y que la carne de la oveja es fresca. vanta, come y ata a los animales y muda a
Sin contar por supuesto, todo el conoci- los caballos con su hermano (9 a) para
miento, aprendido especialmente por las después ir a lavar su ropa. Cuando está en
niñas sobre las técnicas del trasquile, el hi- la escuela, al volver, cocina caldo de papas
lado, el teñido y el tejido. y colada de dulce. Después de comer lava
38 / José Yánez del Pozo

los platos, juega con la pelota, les da de be- Caimanta, huaquinpica, chuscupura rina-
ber a las vacas y muda a las ovejas y a los ta yachanchic. Mishucunahuanllami mis-
caballos para luego volver a cocinar la me- hu shimipi rimanata yachanchic.
rienda”. Echeandiapica, pai amucunapac huasipi
Posiblemente no sea éste el ritmo dia- causanchic. Paicunallatac micunata cun.
Ña shuc, shuc ricsishpa ña pushashpa,
rio de este niño, pero nos hace ver la dedi-
pushashpa ricpica ña rinchic; ñuca taita
cación de un varón a las tareas domésti-
ricsishcarca, chaimanta catishpa rircani.
cas, así como al cuidado de sus hermanos Paica ñaupaimanta purishca. Taitahuan
y de los animales grandes. Estos mismos purina puririasha nini. Paillaca yalli
niños –especialmente los varones– hacia upiashpa purin: ñucaca mana upiana ya-
los 10 o 12 años, y a veces antes deben chanichu, ashacuta, piticullata.
acompañar a sus padres a lugares de la Cullquitaca mana shuhuanchu. Calzun
Sierra o a la Costa como migrantes tem- ucucupi huacaichinchic.
porales, que buscan los productos y el di- Mishucunaca paisano nishpa cayan. Ñu-
nero en otros pisos ecológicos. canchicca sintirinchic, llaquirinchic paisa-
Así tenemos que Segundo Nicolás Ti- no nishcamanta, runa nicpi.
banlombo Baéz de 20 años nos cuenta: Canchispachamanta, quimsa pachacamac
llancanchic; chaupi punchapica ishcai pla-
“Chimbo3 llactaman munani purinata; to caldu, shuc platu arruz caranata yachan
chai llactapica illan mosco; urapica yapa amucunaca. Aichatapash caran.
tian. Chaiman mana amañarinichu; pun- Echeandia llactamanca, tucui llactacuna-
chuta surcushpa, sombrerotaca mana sur- manta rinata yachan: cai Quindihuamanta
cunichu. rinata yachan, caimanta rinata yachan,
Corazonmanta rinata yachan, ura Illanga-
Echeandía llactapica, caina huata ganarca- macuna rinata yachan, Larcaloma rinata
nimi cinco mil sucrecuta simanapi, cai yachan, tucui comunidadmanta rinata ya-
huatapica chuncata ganashcanimi sema- chan. Mana macanacunchicchu, mashiya-
napi. rinata yachanchic, yanaparinchic. Chim-
Chai cullquihuanca rupacuta rantini, ucu borazomantapash rinata yachan. Ambato
micunacucuna. lado rinata yachan.
Puchucai cutipica, ushutata rantircani, Runa causaita munanchic, mishucuna lla-
shueter. Mamamanca na curcanichu. quichicushcamanta. Junio quillapica, runa
Huanpracunaman shuetercuta rantishpa jatari tiacpica, ñucapash rircani Guaranda
curcanimi. llactaman. Tucui aillucuna tantanacushpa,
Tucuita gashtani, mana huacaichinichu. jahua ñancunapi, rumicunata shitashpa,
Allapata ranticapacca na pactan. Echean- tutacuna puñushpa purircanchic, jahua
dia llactapica huaquinqui ruzaipi purini, Ayora nishcapi, ama antahua yallichun.
machitihuan. Huaquinpica chancatapash, Chaipac quipa rircanchic, Guaranda llac-
maquitapash cuchushcanimi, yapata ya- taman tucuicuna tantalla. Chaimanta, au-
huar llucshirca, ñucallatac janpita ran- cacuna tiashca, bombata callpachirca as-
dishpa janpircani. hata. Mancharcanchicmi. Tucuicuna chai-
Runa Yachai / 39

pi, avanzarircanchic; chaimantaca, mashi pecialmente en la experiencia de sus niños


profesor Germán cachac tucurca, chai- y jóvenes.
huanca ña cariyarcani, mana mancharcani
ña. Quimsa cuitista shitarca chaillapitac. “Mamahuan4, taitahuan causacuni; huau-
Chaipica achcacuna carcanchic. quihuan subrinahuan cai Chimbo llactata
Tsalacunaca ashata manchac layacuna car- ricsini, chaimanta ricsini ura cunuc llacta-
ca. Tristillatac ricurcani. Paicunaca mana ta, Quevedocaman ricsini, Quevedo, Ven-
micunata usharca. Yacutapash mana cha- tanas, Echeandia, chaita ricsini.
rircachu, usharca. Yacutapash mana cha- Chunca chuscu huatayucmanta puridur
rircachu, parquicunamanta llapishpa mas- cani, cunanca ishcai chuncata charini; ca-
hicunaca purirca. llari cutipica taitahuan llucshircani. Calla-
Huaquinpica yuyani ñucanchicta mishu- ri cutipica, uchilla cafe murucunata japin-
cuna llapinca shinapash asha shinchillami capac, llucshinata munarcanimi, cullqui-
canchic, chaimanta mana llapincachu. cuta munashpa; shuc minchapica sucta
Cunanca Pucarapambamanta, Curazon- patsacta ganarcarcani, micunantin, puñu-
manta ña chai jazinda allpata mañacun. nantin. Quimsa minchapi ticramurcani.
Ñuca taitapash yaicurca, socio can. Shina- Chai Echeandia llactata rircani.
pash mana cuncachu yanchicca. Cada tan- Chai llactapica tucui llactata rircani, mu-
tanacuipi, colaboraitaca, colaboranchic. yucuna tian; naranja, cai fruta aguacati,
Shamuc huatacunapica escuelapi yacha- tucui laya mishqui muyucuna tian. Paicu-
chinata munani, imacuna, chai mutsuric naca mana ñucanchic shinachu, chicancu-
lai yachashcunapi ñucaca munani yacha- na can, mishu shimipi riman.
nata. Yachachiccuna mana gracia yacha- Huatapica quimsa cutin, chuscu cutin rini.
chiccuna carca; chaimanta chai cunuc llac- Carnavalpac shuc quillata rini, chaipac
taman purishca, mana rini. Cai huata pir- quipaca Agustuta rini, pichca mincha.
dini. Nocturna purircani puritaca… Llan- Chai quipaca talvis mana ticrashachu.
caimanta na cati usharcani. Cai cunuc Cunanca Chimbo llactaman rishcani, gra-
llactaman rinataca saquishca yuyacuni nucuta apamuncapac nishpa, caiman pa-
Chimbo llactaman rinata munani pero paman shamuc mishucuna huillashca.
mana unaitaca shuc minchacu, shinaculla- Chaicuna cayachicpi rircani. Cuzichaman
tac, rinata munani. cayachirca cai llactamantaca quimsami
Yachacunata munani, ashatahuanca mu- rircanchic. Shuc minchata dimorarcan-
nani escuelapi yachachincapac. chic, shuc posadata charishpa puñurcan-
Huarmitaca manarac charinichu; munai- chic; ni shuc latuta pagan, mana cullquipi,
taca munani jahua shunculla, shinapish granucuta ganancapac, trigucuta, rircani.
manarac mashcacunichu. Shamuc huatapac tigrasha.
Echeandia, Chimbo llactapica mana cau- Sinchi llancaimi can; cuchushpa, aparish-
sanata munani, caipi nasirishcamanta”. pa purina can. Sucta pachapi jatarini, chai-
mantaca, canchispachamanta chuscuhu-
Este rico testimonio puede ser com- rascaman, usishuan tantalla cuchunchic;
pletado con el siguiente en este interesan- chaimanta, aparina canchic. Sinchimi; ma-
te mundo del trabajo en Pucarapamba, es- na coshtalpi aparina canchic, shinchimi;
40 / José Yánez del Pozo

mana cushtalpi aparinachu can. Chai cu- Los niños salen con sus padres, fami-
chushcacuta, huascapi churashpa huan- liares y amigos y con ellos aprenden las
cushpa aparina, parvata rurashpa, cutin técnicas del trabajo basándose en la obser-
tucui tucui tucuchishpa maquina tian, vación y la repetición. El incentivo de ga-
chai trillan. Ñucanchicca marcashpa ma- nar dinero y de llevar cosas para la casa es,
quinapi churanalla canchic. Pulvucarin
sin duda, también importante. Creemos
sincaman yaicun. Uncucupica chaillapitac
japinchicmi”.
que, al menos para el varón, la salida su-
pone un paso clave en la socialización,
(Segundo Tibanlombo 20 a) tanto más que la salida también incluye
siempre personas de la misma edad, con
¿Qué podemos aprender de estos testi- las cuales compartir todo, desde la comida
monios y de la observación realizada? hasta el cuidado por la salud.
Parece ser que las mujeres salen menos La relación entre los warankas, los pu-
a trabajar fuera porque tienen que dedi- ruhaes y los panzaleos en el lugar de tra-
carse al trabajo doméstico, al cuidado de bajo parece ser buena y un gran elemento
los niños, al pastoreo y al cultivo del terre- de unidad es el uso de la lengua Quichua.
nito. En la zona caliente nos encontramos con
Hay unas pocas familias que han podi- “la dormida” y “la comida” que, sin duda,
do comprar pequeños pedazos de terreno, generará lazos de bastante cercanía entre
tanto en Julio Moreno (Guaranda) como indígenas de todos los lados y entre algu-
en Echeandía, siguiendo la práctica del nos mestizos de origen serrano o costeño
control de varios pisos para diferentes y todos los trabajadores conocidos peyo-
productos. rativamente como “paisanos”.
En la zona subtropical se puede ganar En todo caso, los jóvenes warankas en-
más y eso da para ahorrar y llevar a la ca- tienden que están en juego 2 maneras de
sa. El dinero se lo invierte especialmente vivir que son distintas, donde una de ellas,
en comprar cosas para la casa (comida) y ha llevado las de ganar hasta ahora. El
en ropa. En Guaranda y en Chimbo no se mismo nombre “paisano” o “runa” lleva
gana en dinero sino en granos, muy nece- una carga de desprecio que entristece el
sarios para complementar la dieta. Es una espíritu del indígena. Aunque esto está
zona muy cercana sin la presencia de algu- cambiando a raíz del movimiento indíge-
nos problemas de la Costa (moscos, calor, na nacional y regional, aún se puede notar
enfermedades). La relación entre chimbo- cierto recelo en los grupos de diferente
waranka y waranka-hispanos aparente- origen étnico.
mente es de “trueque” fuerza de trabajo- Ante la necesidad de trabajar, los niños
granos, pero habría que profundizar el y los jóvenes tienen que dejar la escuela, lo
grado de explotación que, sin duda, debe cual generalmente les preocupa. Por ello,
haber, en esta actividad de largos años. hablan de volver a la escuela y aprender
Runa Yachai / 41

más e, inclusive, de enseñar si fuera posi- reas domésticas –incluyendo el hilado– los
ble. varones deben aprender otro tipo de téc-
Para terminar el estudio de esta comu- nicas: las del trabajo con la hoz, el mache-
nidad, sinteticemos rápidamente las ma- te o la soga. Para la realización del trabajo
neras concretas en las que los chimbo-wa- de cosecha de granos, roce o carga, el jo-
rankas han procedido y proceden en la so- vencito generalmente acompaña a su pa-
cialización de sus nuevas generaciones a dre del cual aprende todo.
fin de enfrentar todos juntos el reto de la 4. Asimismo, al igual que en tiempos
sobrevivencia. antiguos, los actuales chimbo-warankas se
1. Desde tiempos preincaicos han de- enfrentan con otros pueblos por la propie-
mostrado una gran capacidad para la uti- dad y el uso, especialmente de la tierra.
lización de varios pisos ecológicos cerca- Tuvieron que luchar contra los mitmas,
nos y lejanos. Si en la antigüedad esa utili- los primeros hispano-ecuatorianos y ac-
zación se circunscribía al corredor entre tualmente contra otros hispanos. Para ca-
chonos y puruháes, es decir, entre Guaya- da época, desarrollaron una estrategia es-
quil y Riobamba, ahora se han visto obli- pecífica: Contra los incas intentaron un
gados a extender su actividad hacia zonas deslinde total frente a los mitmas, que du-
más lejanas como Quito o Puerto Quito ró hasta bien entrada la colonia. En ese
–este último lugar, especialmente por par- tiempo, igualmente, aunque sometidos a
te de los “yacotos”–. (Yánez del Pozo, obligaciones gravísimas como el trabajo,
1978) el tributo y el camarico, desarrollaron
2. Al interior de la comunidad, los ni- nuevas técnicas para la producción de
ños varones y mujeres se capacitan para nuevos productos. Inclusive la arriería, en
todas las tareas domésticas: preparación manos de los hispanos pobres y de los in-
de los alimentos, cuidado de los niños dígenas, ha de entenderse como parte de
tiernos menores, cuidado de los animales esta misma estrategia general de sobrevi-
domésticos, lavado de la ropa, la partici- vencia. Por otra parte, como ya dijimos, la
pación en las tareas agrícolas progresiva- actividad de varayucs o alcaldes indígenas
mente y el pastoreo como actividades habría hecho posible el mantenimiento de
principales. la unidad aillu para enfrentar juntos, a ni-
Para el desarrollo de estas tareas no vel muy local, las condiciones difíciles.
parece haber la práctica de castigos muy En tiempos de las haciendas, bien po-
fuertes en los primeros años, aunque si demos hablar de una continuidad en la es-
después, en la etapa escolar, posiblemente trategia que se concretiza mejor en los ac-
porque la escuela estimula el aspecto lúdi- tuales momentos, en que las condiciones
co del niño en detrimento del cumpli- parecen estar dadas para un cambio cuali-
miento de sus obligaciones. tativo. No parece que va a ser muy fácil,
3. Al comienzo de la adolescencia, sin embargo, por cuanto los intereses y las
mientras las niñas se dedican más a las ta- lealtades parecen estar muy polarizadas. El
42 / José Yánez del Pozo

hecho de que Tomabelas por su lado y comodidad sino simplemente continuar


Guanujos y Yacotos por el suyo, hayan ya con lo que sus mayores, desde tiempos
protagonizado movilizaciones importan- muy antiguos han tenido que enfrentar: la
tes por la tierra pero sin que necesaria- lucha por conservar su vida y su cultura.
mente tengan que fundirse en una sola or-
ganización, o el hecho de que ambos sec- 2.2 Puesitus -Panecillo del pueblo de los
tores hayan participado en el levanta- Puruhá
miento general o la lucha por la educación
Llegar a la comprensión de cómo los
bilingüe intercultural de una manera es-
niños indígenas, hijos de los puruháes de
pecífica también nos habla de la misma
la provincia del Chimborazo en la ciudad
práctica política antigua; “inclusive a nivel
de Quito, experimentan el proceso de so-
intraétnico trabajamos juntos pero cada
cialización supone reconocer la existencia
grupo según su especificidad”. Este tipo de
de tres fuentes de conocimiento, de elabo-
alianzas “sutiles” es importante de tenerse
ración cultural y de recodificación. Estas
en cuenta, no solamente entre indígenas
fuentes son a. La cultura puruhá - quichua
sino también con los hispanos, en el caso
de la Provincia del Chimborazo, b. Los re-
de la escuela, por ejemplo. Y esta actitud
ferentes culturales y el conocimiento ad-
“aliancista” –que no excluye el enfrenta-
quirido por las familias migrantes, que
miento cuando es necesario– también es
permanecen por extensos períodos de
aprendida por los niños en su proceso de
tiempo, en grandes ciudades como Quito,
socialización.
c. los propios conocimientos que los niños
Los niños, pues, desde muy pequeños,
integran a su proceso de aprendizaje y que
desde las espaldas de su madre, van cono-
provienen de las experiencias propias en el
ciendo y comprendiendo su papel especí-
contacto con la ciudad.
fico dentro de la familia y la comunidad.
Los niños que estudian en la escuela
Tanto en la minga, en la salida a trabajar
“Alejo Sáenz” de El Panecillo, por ejemplo,
fuera, en la reunión comunal como en la
son portadores de estos tres referentes: en
toma de una hacienda. El niño participa y
ocasiones, algunos elementos culturales,
aprende actitudes, gestos, palabras. Mien-
simbólicos, lingüísticos aparecen perfecta-
tras su madre hila o su padre habla; mien-
tras los hombres sacan un tractor caído y mente diferenciados; en otros, en cambio,
las mujeres sirven la chicha, los chiquitos se superponen, provocando manifestacio-
permanecen sentados y los más grandeci- nes muy específicas y de difícil diferencia-
tos juegan persiguiéndose unos a otros. Se ción.
da tal asimilación por la piel y en todo el Se trata de establecer, pues, la línea de
ambiente que, el crecer, no pueden menos continuidad de la cultura puruhá - qui-
que exclamar: “Runa causaita munanchic- chua que, a pesar de los nuevos impactos,
mi” o “Caipi causasha nini caipi nasirish- se mantiene vigente en la transmisión cul-
camanta”.5 Y esto, sin duda, no significa tural. Con seguridad quienes piensan que
Runa Yachai / 43

lo andino es una pieza de museo, querrán las calles aledañas de este mismo mercado,
encontrar sesgos culturales inamovibles en otras calles del centro, en Iñaquito o en
en la conducta del niño hijo de estos mi- visitas casa por casa en barrios como La
grantes. Por el contrario, quienes pensa- Tola o la Colmena.
mos que, como cualquier cultura, la andi-
“Algunos venden por ferias, algunos ven-
na está en constante proceso de elabora-
demos por las calles; por ejemplo, otros
ción y avance, buscamos encontrar la ex-
vamos por El Ejido, por el aeropuerto, por
plicación de esos cambios para poder des-
la Colmena, por la Magdalena o, por dis-
cubrir las nuevas estrategias de supervi- tintas partes ¿no?, por Marín, o por San
vencia del indígena en la ciudad. Carlos, todo eso, ¿no? Vuelta otros nos va-
Las personas con las cuales hemos rea- mos, eso depende en las ferias, ¿no?, por,
lizado nuestro trabajo en Quito son puru- ejemplo, la América, la Vicentina o domin-
há - quichuas de la provincia de Chimbo- gos al mercado “Carolina” o, todo eso, ¿no?
razo cuyos hijos estudian en una escuelita o sábados, algunos compañeros van a la fe-
bilingüe intercultural ubicada en la parte ria libre ¿no? todo eso, ¿no?. Eso. Algunos
baja de El Panecillo,en Quito. compañeros quedan los Sábados, vuelta,
Aproximadamente 60 personas se han aquí en el mercado San Roque, quedan
agrupado en la Asociación “Alejo Sáenz”; comprando, todo eso, ¿no?¨. (Alberto Ilbis
todos son del sector de la Hacienda Puesi- Guamán, 35 a)
tus, Parroquias Licto y Flores del Cantón
Alrededor y dentro del mercado de
Riobamba. Ellos mismos, entre otras acti-
San Roque, se han ido estructurando ver-
vidades, han impulsado la creación y apo-
daderas redes de pequeños saloncitos y tu-
yo a la escuela bilingüe intercultural, la
única en su género en Quito llamada tam- gurios a los que se acercan los migrantes
bién “Alejo Sáenz”, en honor al héroe indí- organizados por comunidades o sectores.
gena de los tiempos de Eloy Alfaro (líder Allí encuentran a sus coterráneos, inter-
de la revolución liberal de fines del siglo cambian experiencias, organizan su traba-
XIX). jo y discuten sus problemas. Es la otra ca-
La mayoría de los adultos y los niños ra, en el mismo centro histórico “patrimo-
está vinculada a los denominados “secto- nio de la humanidad”, de una ciudad que
res informales” de la economía, “pequeños sólo aparentemente se moderniza.
activistas”, los llamaríamos nosotros, que La mayoría de estos puruháes viven en
trabajan como vendedores ambulantes, las zonas aledañas al mercado Toctiuco, La
pequeños comerciantes o albañiles. El Libertad, el Calo. Todos estos sectores
mercado de San Roque es el centro de sus “marginales”, con escasos servicios y ubi-
actividades en Quito. En el se abastecen de cados en zonas altas de la ciudad, presen-
las mercaderías traídas por los mayoristas tan un ritmo propio de funcionamiento.
para, posteriormente, comercializarlas en Revisemos un testimonio:
44 / José Yánez del Pozo

“La hora de salida es también, nosotros, hay cosita nosotros, vuelta, podemos apro-
bueno, de aquí acabamos de hacer las vechar, ¿no? alguna cosita de trabajar, al-
compras, todo eso ya, a las 8,8 y media, no- guna cosa, vuelta, en la casa nosotros,
sotros ya nos repartimos en los sitios que vuelta, hallamos un día hacia la semana.
nos pertenece a nosotros, ¿no? Ya, por Otros por Panecillo, acá al Tuctiuco Alto y
ejemplo, nosotros tenemos carrera por La Libertad viven; tres grupos somos ya.
donde es de andar ya, eso depende, vuelta, Nos hecho, pues, casi la mayoría vivimos
ya, las cosas, llegamos, depende que hemos arriba en La Libertad.
acabado, ¿no? y algunos compañeros lle- Un poco bajo el arriendo no más, para
gan a las 4, a las 5, las tres, las 7 de la no- igualar por aquí por los centros, la cuarta
che, las ocho como, como nosotros vivi- parte.
mos arriba en la cima de la Libertad para Hace tiempos que era poco menos precio,
atrás ¿no?, como, bueno, carros hay hasta que los han comprado, tres personas que
de noche, pero casi la mayoría llegamos de tienen sus casitas.
noche, de noche ya no hemos podido aca- Hoy poco menos precio arriendos: y hay
bar breve depende en los entriegos que no otra cosa que, hay suficiente amplio ¿no?,
pagan o, todo eso, hemos tenido poquito para poder vivir para nosotros arriba ¿no?,
problema y tenemos llegar de tarde pues, y vuelta, bueno, aquí no hay pues, ¿no?,
¿no?. amplio. Todo eso no hay pues, vuelta, arri-
ba ya como así tenemos terrenito más o
Vuelta, como los compañeros venden, al- menos de amplio para poder responder,
gunos compañeros venden acá por abajo, poder respirar, todo eso ¿no? y enseñar
por la, por Santo Domingo, por acá por la pues, la gente arriba todo eso y poquito el
Alameda, todo eso, andan rodeando, pues
arriendo también es poco, poco más me-
¿no? y, según depende de la suerte, tam-
nos conveniente, todo eso, ¿no?
bién ¿no? si venden poco más rápido y así
Vuelta, aquí, futa! un cuartito más o me-
avanzan a las casas también, más rápido
nos 5 mil, 6 mil, 10 mil para eso uno no se
ya, las 4, las 3 algunos depende, ¿no?; así
puede avanzar pues, arriendo, comida,
hemos podido trabajar.
vestuario todo eso ¿no?. Vuelta arriba si es
Nosotros no hemos tenido ninguna afilia-
conveniente pues ya sea, uno como somos
ción todo eso, El descanso depende a uno
familia todo eso, mas por arriba ¿no?; unos
¿no?, por ejemplo, uno se puede descansar
de la provincia de Chimborazo, otros de la
así media semana, un día, o un Domingo o
provincia de Tungurahua, de, de, de, este
un Sábado, eso depende de uno ¿no?, por
de, de Cotopaxi, todo eso ¿no?, casi la ma-
ejemplo.
yoría viven puro gente indígena no más
Ya nos cogimos aquí en el mercado algu-
¿no? y vivimos tranquilamente, pues, ¿no?,
nas cositas de para vender, ya nos realiza-
no hay ningún problema, naada, nada ha
mos a jugar. De algún trabajo ya, por
habido hasta ahorita ¿no? como ya vivi-
ejemplo, de repente días, no hay las cosas
mos tiempo todo eso ¿no?. Ya tenemos
¿no?, no hay que comprar y nosotros tene-
luz”.
mos ir regresando de ley a las casas, eso no
hay que vender, todo eso, vuelta, cuando (Alberto Ilbis Guamán)
Runa Yachai / 45

Ubicados en barrios pobres de Quito, también… no podemos dejar allá las tie-
especialmente en el Panecillo, la Libertad, rras, todo aunque sea un poquito tenemos
El Placer o Toctiuco Alto, arriendan sus y, todo eso, y medio raro estamos aquí,
cuartitos pequeños y baratos. Combinan bueno algunos tienen sus propiedades,
bueno estamos más o menos, ¿no? Vuelta,
su intenso trabajo por los barrios de la ca-
algunos no tienen, así con huahuitos todo
pital con algún juego de voley o sus sesio- es difícil trabajar; y, vuelta, allá también no
nes de comunidad. El “pequeño activista” dan pues así producción en que nosotros
no tiene un horario fijo ni para trabajar ni sostener todo eso ¿no?, y por ejemplo es-
para descansar. “Depende de la suerte” en tando allá no más en el campo nosotros no
medio de un ambiente hostil. Por este mo- podemos sacar de ninguna manera para
tivo, parece ser que en medio de la gran nosotros”. (Alberto Ilbis Guamán)
ciudad: encontrar un lugar para “respirar
“Me da pena de la tierra… y como
más amplio” entre indígenas de varios
aquí tengo una casita… también ni aquí
pueblos, significara un gran alivio. De
no puedo dejar ni allá también…”
nuevo, como en siglos anteriores, Quito,
Es un testimonio muy sentido de una
convertida en un punto de encuentro in-
aparente dualidad de mundo, pero que a
terétnico para la sobrevivencia, acoge a
nosotros, más bien, nos parece una prue-
tanta gente diferente.
ba muy clara de la continuidad del pueblo
Sin embargo, la ciudad no es el único
puruhá, que aún está vigente en la sociali-
espacio de acción de los puruháes. El ba-
zación infantil. Intentemos demostrarlo.
rrio, el mercado, el lugar de trabajo son, a
Puesitús, la comunidad de donde pro-
la vez, espacios de comunicación perma-
cede la mayor parte de la gente es una co-
nente con el lugar de origen de los viajeros munidad, como tantas, del pueblo Puru-
que, en una u otra dirección, mantienen la há, y bien podría considerarse como re-
red. Por regla general ellos deben estar presentativa de la lucha que este pueblo ha
presentes en las fiestas o actos importantes sostenido, a lo largo de los tiempos, para
de la comunidad en la que, además, como sobrevivir.
dueños de pequeñas parcelas de terreno, Según el investigador Frank Salomon
deben sembrar. Cuando no sucede así, de- (1980)
ben apoyar a las familias en las épocas en
que el trabajo en el campo requiere de “en comparación con las del área de los
mayor cantidad de mano de obra: Chillos, las unidades políticas puruháes se
ordenaron en estructura jerárquica más
“Bueno eso yo, yo me he salido de allá de unificada. Entre los Puruháes… había un
Chimborazo, todo eso, con fin de trabajar, solo “cacique principal”, Don Gaspar Ti-
todo eso, me he salido, pero yo, yo si, si me que” (281).
siento muy raro, me da pena de la tierra,
todo eso, y como aquí tengo una casita, to- Este cacique Tique, gobernaba desde
do eso, también ni aquí puedo dejar, ni allá Guayllabamba (cerca de Riobamba) para
46 / José Yánez del Pozo

organizar el cultivo del maíz, las papas, los “El papel de los nobles fue el de un direc-
mellocos y la quinua. La carne provenien- tor, y administrador de los bienes comu-
te de la cacería de venados, conejos y per- nales (de las “islas”) y, no de un “hombre
dices completaba la dieta. grande” quien hace “regalos” de su riqueza
personal…”
Sobre el maíz, es interesante resaltar
que “en la Región Puruhá, ya no se locali- (Salomon, 1981: 294)
zaron en la llajta sino en tierras selectas
para el maíz, a cierta distancia de ella… No todos los productos pertenecían a
Adquirió cierto matiz de “archipiélago” la esfera de los tributos a los señores (sola-
(Idem 285). mente lo eran el maíz y las llamas). Esta es
una prueba más de que “los mandatarios
He aquí una diferencia histórica fun-
étnicos hicieron la transición del cacicaz-
damental con las otras etnias norandinas:
go a una forma estatal de organización”
el carácter de “archipiélago” de los Puru-
(Salomon, 1981: 284).
háes. Se llama archipiélago al sistema de Cuando llegaron los Incas, profundi-
producción que tiene varias “islas” dedica- zaron y aprovecharon el sistema de archi-
das a determinados productos a cargo de piélago, que ya tenían en otras partes del
diferentes grupos humanos, mas o menos Tahuantinsuyo. Para ello, los mitmakuna
distantes. Para el cultivo del maíz, estaba o trabajadores forzados en sitios lejanos a
destinada gente especializada en localida- sus lugares de origen, ubicados en cada
des selectas como Píllaro (cerca de Amba- una de las “islas” cumplieron un papel
to), por ejemplo. Para el pastoreo de las lla- fundamental. Precisamente, sobre esta
mas tenían una “mita piramidal”, lo que época de transición entre Puruháes y es-
quiere decir que las obligaciones del cuida- pañoles –o sea la época incaica– Paz de
do de los animales se organizaba jerárqui- Maldonado nos deleita con esta sabrosa
camente. Estos dos productos –maíz y lla- crónica:
mas– parecen haberse constituido en el tri-
“Es tierra templada (que) está al pie del
buto principal de los Puruháes a los Incas. volcán llamado Chimborazo, que quiere
Si continuamos con la caracterización decir en su lengua Inga “cerro nevado de
de archipiélago del señorío Puruhá, pare- Chimbo”, al cual tienen en grande venera-
ce ser que había kamayujkkuna o cuida- ción y lo adoran, aunque no a lo descu-
dores también especializados en tres pro- bierto, pues dicen nacieron del. Sacrifica-
ductos fundamentales: el algodón en ban en este cerro muchas doncellas vírge-
Chanchán y Chillacoto, la sal en Tomavela nes, hijas de señores, y ovejas de la tierra, y
otras echaban vivas; y hoy día hay muchas
y la coca en Huambaló. Todos estos pro-
al pie de la nieve, a las cuales no matan los
ductos eran divididos entre los kamayuk- indios ni llegan a ellas para hacerles mal,
kuna y el señor étnico el que, a su vez, los por decir que el dicho volcán les echaría
redistribuía entre todos los que habían heladas en sus sementeras y granizos. No
trabajado. tienen fruta ninguna; traen la que hay de
Runa Yachai / 47

Penipe Pallatanga, Chimbo y del Embarca- no por la puerta, sino por la culata de la
dero, donde tienen sus hortelanos. El di- casa. Sus mugeres van luego por las rozas y
cho volcán del Chimborazo dista deste cerros y otras partes por donde ellos solían
pueblo una lengua y media; salen de él tres andar, a buscarlo y lo llaman en aquellos
o cuatro arroyos de agua que llevan dife- lugares por su nombre y le dicen todas las
rentes vías. Dicen los indios que el volcán cosas que con ellos solía pasar; y esto di-
del Chimborazo es el varón y del Tungura- ciendo cantando y derramando muchas
hua es la hembra, y que se comunica yen- lágrimas porque su llorar es cantando. Te-
do Chimborazo a ver a su mujer y la mu- nían por uso en tiempos pasados y si lo
jer al marido, y que tienen sus ayunta- pudiera ahora hacer sin que el sacerdote lo
mientos. Son abundantes de maíz los des- sepa, lo hacen que cuando muere algún
te pueblo, y de papas; no tienen arboleda Señor Principal, le amortajan en una tiana,
ninguna; tienen todos cercadas por rozas ques una banqueta en que se asientan los
de maíz y casas con cabuya, de la cual se señores caciques y bailan alrededor de él,
hace mucha xarcia para los navíos de la beben mucho y se emborrachan, y después
mar del sur y del norte. Es la principal lo entierran en hueco debaxo de tierra así
granjería que tiene y con ella van al em- sentado. La lengua que habla es la puruay,
barcadero de Guayaquil y traen sal en gran que es la suya propia, y de todos lo más la
cantidad y hacen de ella mucha plata en general del Inga, que tiene por más pulida;
rescate que tienen. Cuando el maíz está ya y los mitimas que son de Condensuyo,
cuajado, hacen una gran borrachera y ar- questa junto al Cuzco, hablan unos con
man a un indio muy dispuesto a uso de otros su lengua de aquella tierra. Todos
guerra el cual se va con sus armas y una visten de lana de Castilla, y algunos de al-
honda por los cerros que hay alrededor y godón que traen de las calientes. Conquis-
dando bozes diciendo que si hay alguno tó el Inga estas tierras antes que entrasen
que se quiera matar con él, que venga, y los españoles en ella, y tuvo batalla en este
como no hay nadie que le responda vuelve pueblo de Sant-Andrés junto a él media le-
victorioso a la borrachera y dice que el gua más arriba a un llano y defendió la en-
campo está seguro; y luego él y los demás trada al señor que gobernaba este pueblo,
beben hasta que se emborrachan. Cuando que se llamaba Montaña, y prendiólo el
se aficiona algún indio o alguna india que Inga y llevólo al Cuzco y allá murió. Dejó
sea doncella o dueña, vase a casa de sus pa- el Inga por capitán y su gobernador a un
dres della y lleva leña, paja y chicha, y pó- señor que se decía Toca: y después, un hijo
nese a la puerta de afuera y llama y salen del Inga se decía Atahualipa, que mataron
los padres de la moza y díceles que él quie- los españoles en Caxamarca, lo mató a es-
re bien a su hija, que se la dé, de allí trae le- te Toca, porque no le obedeció. Después le
ña para que se caliente y paja en que se sucedió don Francisco Capo, ques ya
acueste y chicha para que beba, que se la muerto y tiene subcesor y heredó su esta-
dé por muger, que él le servirá, hará sus ro- do su hermano don Hernando Chala. Fue
zas y guardará la puerta y le hará otros ser- hijo del Toca don Hernando Cupi…”.
vicios. Cuando algún indio muere en algu-
na casa, la desamparan y sacan al difunto, (Costales, 1990: XVIII-XX).
48 / José Yánez del Pozo

De esta crónica de 1582 podemos sa- to-canto prolongado de las mujeres que
car algunas características de la vida de los “cantan la vida del muerto”.
Puruháes: Su lengua fue el Puruhay y según
De la relación con el Chimborazo Aquiles Pérez (1969: 116) pudo haberse
–”cerro nevado de los Chimbo”- quedan formado de la unión del Jíbaro, el Colora-
hasta ahora algunos aspectos del carnaval do, el Cayapa y el Atacameño. La tarea de
de los chimbo-warankas, un pueblo muy la investigación de topónimos y antropó-
cercano a los puruháes. Volveremos sobre nimos recién ha empezado. Ojalá algún
este tema en el capítulo sobre los ritos y las día se pueda tener más datos para saber
fiestas. más sobre la herencia de la lengua Puru-
La característica de archipiélago, ya hay. Dos datos más sobre la lengua: hablan
descrita anteriormente, podemos encon- la lengua del Inga, en su versión Chinchay,
trarla en la crónica cuando se nombra los que se había extendido, inclusive, antes de
pueblos relativamente lejanos de Penipe, los Incas. Además el Aymara era hablado
Pallatanga, Chimbo e, inclusive, el Embar- por los mitimaes, traídos desde el Altipla-
cadero (Guayaquil). Obviamente que la no. Este último dato es interesante a la ho-
costumbre de organizar la producción ra de comparar instituciones puruháes y
permanece hasta ahora. Lugares como aymaras, como el matrimonio y las mita-
Quito o las plantaciones, pueden conside- des. (Aguiló 1985: 17) o las etapas de desa-
rarse verdaderas “islas” del actual archi- rrollo del niño. (Ochoa, 1984). En nuestra
piélago puruhá. zona de interés, en la antigua parroquia de
El maíz y las papas, sin duda, fueron y Licto (que incluía a Lanlán-Flores y a Pue-
son el eje de su alimentación, de su siste- sitús), Aquiles Pérez menciona el topóni-
ma productivo, y de su ritualidad. La refe- mo PUESITUS como “del Páez: puesa,
rencia a la ausencia de árboles en la zona fuego y tuuch, barriga”. (Idem 247), como
le ha dado pie a Federico Aguiló para ha- para indicar la complejidad y el grado de
blar de que este hecho habría configurado confluencia encontrada en la región.
hasta ahora la cosmovisión puruhá (Agui- Por medio de esta crónica podemos
ló, 1985). darnos cuenta, además, de las duras reac-
Otras costumbres, como la manera de ciones frente a la invasión incaica. En este
“conseguir mujer”, con un “mediano” o re- punto, hay una aparente confusión sobre
galo especial, siguen el mismo modelo que el señor Puruhá que enfrentó al Inca. ¿Fue
hoy se da. Igualmente, el desafío frente a Montaña?. ¿Fue Tique? ¿Toca? Quien haya
supuestos contrincantes para una pelea, sido, fue derrotado y con ello –dada la es-
especialmente bajo los efectos del alcohol. tructuración política unificada diferente a
(Cfr. Documental “Los hieleros del Chim- otros señoríos– todos los puruháes fueron
borazo”). sometidos al Inca.
En cuanto a las costumbres funerarias, Esta situación tuvo su variación cuan-
bien podemos hasta hoy asistir a un llan- do la encomienda dio paso a la hacienda.
Runa Yachai / 49

Para el caso de Puesitús encontramos el en una cosecha de cebada, trigo, ellos me-
dato de que los Agustinos –1843-1889– te- tían gente con una grosería. Si no salía, es-
nían en posesión, mediante Mad, (Moda- te mismo día sacaban la prenda, entrando
lidad adquisición desconocida) la hacien- a la casa de los pobres indígenas que éra-
da (Marchán 521). mos, quitaban una prenda, azadones, pi-
cos, así; apenas asomaba uno con herra-
Aurelio Cordovez aparece como pro-
mienta, se llevaban ellos para tener en la
pietario en 1915 (Marchán 201). Luego hacienda. Yo salía a las cuatro, a las tres de
viene Ezequiel Merino y sus herederos la mañana; dormía a las ocho o a las siete
desde 1920, de lo cual ya tienen memoria de la noche, con todos los animales, que yo
algunos testimoniantes. La hacienda Pue- les aseguraba. De eso no hacía caso el pa-
sitús de la familia Merino fue adquirida en trón, decía que esto, que no has ordenado
gran parte, por la familia Baldeón. Allí se a la gente, que esto que el otro. A mí me
ubica el testimonio de MANUEL: pagaba al año cien sucres, y ahí estuve sir-
viendo un poco, casi ocho o nueve años
“Como de edad de unos seis o cinco años creo que serví a los Baldeones.
creo que me he quedado de mi padre. Ha
fallecido mi padre, no me acuerdo tam- (Carrasco - Lentz, 1985: 89)
bién como ha fallecido, con qué enferme-
Así, parece ser que Manuel, que traba-
dad, no sé nada yo. Y mi mamacita ha co-
jó en la hacienda de los Baldeón entre los
gido toditos los terrenos, hasta la casa en la
comunidad, todito ha botado vendiendo 6 a los 14 años más o menos en la década
como decir, nosotros quedamos en la calle. de los años 50, tuvo que trabajar como
De ahí mi mamá se casó con el que es mi una especie de “pagador” a los demás tra-
padrastro, y con mi mamá no quedó na- bajadores. De esa época recuerda muy
die, ninguno de sus hijos: uno en una ha- bien grandes penalidades y maltratos, que
cienda, otro en otra hacienda, así los tres se constituyeron en los principales recuer-
que éramos, y en las haciendas nos cria- dos de su socialización infantil.
mos después de que se casó mi mamá. Frente a ésta y otras explotaciones an-
teriores hubo muchas rebeliones. Vamos a
Así quedé cuando era chiquito me crié en
referirnos al recuerdo de Alejo Sáenz que
una hacienda, aquí donde los Baldeones.
permanece en este pueblo y cuyo nombre
Yo era bien maltratado, era muy jodido
ahí. Yo llegaba a nueve años de edad y es-
llevan tanto la escuela como la asociación,
tuve trabajando en la hacienda. En verdad, donde hemos realizado nuestro trabajo.
que me iba yo a ordenar a la gente, me Luego de los levantamientos de Licto de
mandaba a mí que vaya a pagar sucre a 1764 (Moreno 1976) y de 1803, cuando
persona indígena, a los mejores trabajado- ocurrió la lucha de Fernando Daquilema,
res pagaban dos sucres, a los huambritos Alejo Sáenz es el cabecilla de las protestas
cinco reales de sucre pagaban. Con la gro- indígenas contra el pago de los diezmos
sería mandaban a trabajar a la gente. An- (Albornoz, 1988). Tanta es su ascendencia
tes, ellos sacaban treinta o veinte personas ante la población indígena que el mismo
50 / José Yánez del Pozo

general Alfaro lo eleva a la categoría de Por la expresión tan sentida, bien pue-
General de la República “en atención a su de uno imaginarse cuánto habrá sido el
patriotismo y a sus relevantes servicios sufrimiento, del cual, en alguna medida,
prestados a la causa de la libertad y de la vino a liberarles Eloy Alfaro. A pesar de los
raza” (Idem 41). ideales del Viejo Luchador, las relaciones
Sáez participa activamente contra los de explotación siguieron en el sistema de
conservadores y parece haber influido hacienda. Creemos que, también entre los
mucho en el ánimo de Alfaro para que de- puruháes, como lo planteamos para el
cretara leyes a favor del indígena, como el pueblo de los cayambis, habrá funcionado
Decreto Ejecutivo sobre el Concertaje de el denominado “pacto social asimétrico”,
Indios, de abril de 1899. Será por este mo- según el cual, el patrón tenía que cumplir
tivo que, no solamente en esta zona sino con su parte y los indígenas con la suya a
en otras, como Cayambe, (Yánez del Pozo, fin de mantener el sistema.
1986) el recuerdo de Alfaro permanece En las décadas del 50 y del 60, luego
tan grato y tan vivo. Lo llaman “amu Alfa- del derrumbamiento del sistema de ha-
ro”. “runa Alfaro” o “Yaya Alfaru”. cienda en la zona, la situación del mini-
“Yungamanta shamushpa ñucanchicta fundio obliga a éxodos progresivos y ma-
quishpichircanqui chita barba, yaya Alfa- sivos de los puruháes. Algunas son salidas
ru. Puca cinta, caraju huayrapi caparishpa. temporales a las plantaciones costeñas, co-
Gatazupi jatarirca piña cari, caraju… cu- mo el Ingenio San Carlos, y otras son sali-
ruchupacunaman catacuyta callpachirca das más prolongadas a Guayaquil y Quito.
Guamote cancha tiupe (sic) Sáes runa, Dado que los puruháes de la investiga-
Guamán runa, quishpi quillacata (sic) ja- ción son habitantes de la “isla” de Quito,
pirca runata quishpichingapac… Pagui,
conviene referirnos a algunas experiencias
pagui, yaya Alfaro campis runashi cangui
que nos ayuden a comprender la lógica de
chaymanta hatun llaquihuan ñacanchicta
(sic) quishpichircanqui. Au caraju… ay, sobrevivencia de este pueblo en lugares
caraju”. (Voluntariamente viniste a liberar- alejados de su comunidad.
nos, barbitas de chivo, padre Alfaro, con El testimonio de Manuel, migrante de
una cinta roja, gritando con el aire. En Ga- la misma zona, pertenece al grupo de ex-
tazo se levantaron los hombres bravos, ca- periencias que podrían llamarse de éxito
rajo, que hicieron correr a los conservado- bastante “individual”. El siguiente testi-
res. En Guamote, el indio Sáez, el indio monio, tomado de una investigación he-
Guamán recibieron el papel que daba la li- cha sobre los migrantes de la zona y orga-
bertad a los indios… Gracias, muchas gra-
nizado por nosotros según las diferentes
cias padre Alfaro porque también tu eres
actividades realizadas por la persona que
indio. Por eso es que nos libraste del gran
sufrimiento…). habla, es una buena muestra de la evolu-
ción que sufren los indígenas que salen de
(Albornoz, 1988: 54-55)6 sus comunidades en busca de trabajo.
Runa Yachai / 51

El cargador queño, huambra todavía. De ahí asomó un


paisano, le digo: ¿Dónde queda Pedro
“De ahí, una familia a mí me trajo ya para Moncayo y Sucre?”, y me dice: “Estoy yen-
Quito. Era la familia Guamán. Vine a Qui- do allá mismo, vamos!”, y ahí me va tra-
to y ya me enseñé aquí; creo que tenía ya yendo a mí. Mi tío ha estado así mismo
catorce o trece años. De ahí, seguí aquí buscando, yo ya no asomé y el busca y bus-
hasta conseguir el trabajo. Aquí en este ca; y otros tíos más que vivían ahí, lo mis-
tiempo pagaban, dos reales, cargando bul- mo. Después ya no me perdía yo tampoco.
tos: para qué voy a mentir. Aquí era la co-
mida, todo, era barato. Aquí en el merca- El cosechador de arroz
do, un plato lleno daban por seis reales
creo en este tiempo, seis reales y cuatro Mis tíos eran de la comunidad y estaban
reales, uno veinte creo que costaba el al- en Guayaquil trabajando, trabajando así
muerzo. Era la primera vez que venía a la solamente una temporada, dos meses, un
ciudad y me decía mi familia que solamen- mes. Iban a trabajar cuidando los carros
te viendo la loma del Panecillo regrese de que cargaban arroz, andaban cargando así,
donde quiera. Yo no salí con familiares y a la cosecha de arroz iban todos. De ahí
propios, yo salí sólo de la hacienda. Como me llevaron a la cosecha de arroz, a un
mi hermano vivía acá con mi mamá, otro punto que se llama piladora Santa Rosa.
hermano tengo en Guayaquil, solito me vi- Allá me llevaron y estuve trabajando ahí
ne. Ya no me enseñé en la hacienda y le ro- también. Estos señores que me querían a
gué a la familia Guamán que me traiga pa- mí, porque yo era buen ayudante, hacía
ra acá. Creo que me cobró esta vez de Rio- mandados, cualquier cosa; me daban de
bamba a Quito dos o tres sucres el pasaje. comer almuerzo de ellos y decían que no
Estuve un año y cuatro meses, y de ahí me vaya, que aquí ya lo vamos a hacer tra-
vuelta me fui a Guayaquil. bajar a usted, que solamente cuide aquí a
los trabajadores, nada más. En el arroz es-
El cuidador de bodegas tuve casi unos tres o cuatro meses no más,
no estuve mucho. En ese tiempo pagaban
Allá en Guayaquil yo trabajaba con un tío quince sucres, igual que los mayores me
cuidando los carros que llegaban a cargar pagaban. Pero era de cargar por bultos,
arroz. Venían los carros, cargaban el arroz con todo, como la cebadita que hay, con
que llegaba de los barcos, y yo únicamente todo para sacar; trabajo duro era ese tra-
esos cuidaba; mi tío vuelta pagaba aparte. bajo. Ahí ya también salí, ya había sido po-
Cuando recién fui a Guayaquil, ahí si me co más grande, regresé de Guayaquil.
salí perdiendo un día enterito. Bajaba por
el Salado, vuelta regresaba por ahí mismo El frutero
y no me localizaba. Yo vivía en este tiempo
en Pedro Moncayo y Sucre, y anduve per- Vuelta me enseñé aquí en Quito. Estando
dido todito el día desde las seis de la maña- así entré vuelta donde un señor a trabajar;
na. Mi tío dice “Vamos para que trabajes, es frutero, tiene negocio de frutas. Estuve
solo cuidando la bodega”, yo me atrasé un casi dos años con ellos; ahí yo andaba en
poquito y ya perdí a mi tío. Yo era más pe- viajes, traíamos de Santo Domingo, de
52 / José Yánez del Pozo

Chone, todas las frutas, naranjas, todo, pa- van a dar trabajo, de repente vayan a ma-
ra vender vuelta aquí; andaba de viaje, y tarme o algo. Todos éramos de Riobamba
ahí ya no me quisieron soltar. Esos fruteros los cinco que íbamos, y el uno al otro nos
ahora son compadres para mí. preguntábamos ¿a dónde nos llevarán?. De
ahí en la Villa Flora, que eran entonces la
Estando así, vuelta me fui a la tierra. Como fábrica, nos dice: “Ya bájense huambritos,
no tenía yo padres, me fui donde mi padri- quieren trabajar, vamos para que vean”.
nito, tiene su casita, todo eso, y ya no me Quedamos viendo, mirando, pero era una
enseñé allá en la tierra, vuelta me regresé suciedad este trabajo, como que se hubie-
acá a Quito. Y ya salí de donde los fruteros ra regado sangre, o alguna cosa. Era el ma-
que estuve trabajando. Me conseguí traba- terial, la cascarilla esa. Dijimos: “Pero en
jo en esta fábrica. esta suciedad, qué hemos de trabajar?!
¿Con estas ropitas será de trabajar?” le di-
El obrero de la curtiembre
go. “No”, dice, “aquí cada seis meses le da-
Entonces yo estuve viviendo acá en la 5 de mos un uniforme, pero si es que se ense-
Julio. Yo era ya casado, recién casado venía, ñan a trabajar. “Pero ¿cuánto pagan?”, diji-
allá en la tierra me casé. Pero yo no me crié mos nosotros cinco paisanos, “¿Cuánto va
vuelta allá, ya estuve por acá. Con mi mu- a pagar?”. Dice: “A doce sucres diarios y si
jer veníamos; como teníamos un cuñado acaso enseñan nosotros les damos aquí al-
mío que trabajaba en el Municipio, vivía guna cosita”. Pero ese tiempo no había to-
aquí en la 5 de Julio, todos veníamos, yo davía catorceavo, treceavo, utilidades de
con mi señora, todos veníamos acá donde los guaguas, no había en ese tiempo.
mi cuñado para vivir. En eso, como recién
Ahí me quedé trabajando, en toda la sucie-
que venía, conseguí este trabajito y ya con
dad de los cueros. Todo el material que ve-
eso que había me quedé aquí. nía, cascarilla que se llamaba, eso igualito a
Yo estuve parado en la 24 de Mayo un lu- la sangre quedaba. Se manchaba así en la
nes de mañana y no conseguí empleo. camisa, en el saco, se quedaba como sangre
Martes me bajé a buscar el trabajo, ya se y no salía eso ya. Ese día con zapatitos que
me voy, puchas!!, qué va a valer tarde para
hacía feo sin trabajo uno que de dónde va
salirme; ese tiempo no ha dado ni par de
a coger la plata. Entre las once de la maña-
botas, ni nada, uno mismo comprando za-
na ya no encontraba trabajo. Estuve para-
patillas, botas, lo que quiera. Así que esa
do, parado y tas que bajan de una camio-
semana me pagó doce sucres el día, y des-
neta dos señores, que son los dueños de la de el martes semana completa me pagó. Ya
empresa, y dice: “Vea huambrito, ¿no quie- era mejor. En esa semana se fue llevando
res trabajar?, “Si”, le digo “¿qué trabajo es?, más de unos siete creo de aquí de la 24, y
¿Dónde?” “Solo vamos!” dice, y me llevó, no se enseñaban; unos trabajaban medio-
entre cinco personas fuimos. Con miedo día, otros trabajaban el día, y así seguían
me voy a ver qué trabajo es. Yo pensaba co- no más saliendo y saliendo. Cuántos de
mo eran gringos, como no son nacidos gente que ha entrado en esta fábrica, pero
aquí, no son ecuatorianos, yo pensaba que no ha enseñado del olor, tremendo olor
nos llevan a una parte lejos o que no me que apestaba, tremendo.
Runa Yachai / 53

Yo me enseñé en la fábrica, ya estuve dos aguantado aquí en la fábrica que estoy, ya


meses. A mí me estaban pagando dieciséis el dos de enero cumplí dieciséis años, ya
sucres diarios, en tres semanas me subió camino diecisiete este año. Y ahora ya no
de golpe a dieciséis sucres, de doce sucres cogen más trabajadores, no hay entrada
me subió. allá desde hace tiempos; unos pocos que
entran, ya se quedan más bien a trabajar,
En ese tiempo no preguntaban demasiado, se enseñan. Más antes no enseñaban. Qué
no preguntaban nada. Ahora ya es más se iban a enseñar! Si era más grande que
asegurado todo: la libreta militar, certifica- así una casa, y había huecos por todos la-
dos, todo. Yo para entrar en este tiempo ni dos donde enterraban el cuero ya todo pe-
la cédula no tenía yo. Después ya para afi- lado, y era una suciedad que apestaba.
liar al seguro me pidió la cédula; ahí recién
comencé a sacar los papeles. Ahora tam- Yo fui del que le pela el cuero. Con eso
poco es fácil conseguir empleo, no pueden otros trabajadores enterraban en las co-
conseguir. Uno que llegue del campo, co- chas que eran grandotas y tapaban con es-
mo viene con chiquitos, con todo, no pue- ta cascarilla, que traían de San Lorenzo y
de conseguir trabajo en una empresa. Di- molían en un molino; igualito que sangre
cen: “Este indio, para qué viene, o para qué quedaba eso. En una cocha entraban mi l a
traen, botando los terrenos por no traba- mil doscientos cueros, y ahí metían agua y
jar, estos son vagos.” Vuelta cuando yo me ya para seis o siete meses salía ya curtidito
fui a trabajar: “De dónde es usted?”, me di- el cuero, ya suela. Eso sacábamos nosotros,
cen. “De Provincia de Chimborazo”, le di- de ahí peleábamos, de adentro, la cascari-
go. “Yo necesito a esta gente”, dice, “ésos lla. Después yo estaba en la sección de sue-
son bien trabajadores”. Y de ahí, cuando ya la, porque hay pintores, hay de suela, hay
me conocían los gringos, decían ¿”No ten- de máquinas, tantos sectores que hay. Ahí
drá otro paisano que traiga? Pero igualito lavábamos la suela, sacábamos la suela, to-
como usted, que trabaje, que rinda, yo no do ese material para entregar no más; y así
necesito gente vaga que son de aquí, yo ne- trabajé casi unos seis años o cinco años
cesito gente del campo”. Así que llevé a un creo trabajé. De ahí poco a poco por esca-
pariente mío, asimismo no se enseñó; se lafón seguí así. Fui después desclavador,
pegaba sus copitas porque no se aguanta- estirando las suelas con unos clavos con
ba el estómago con esa suciedad, de que punza; eso ahora es ya más moderno, hay
apestaban feo los cueros, y de ahí salió, yo unos ganchos y unas planchas con huecos.
me quedé solito en esta fábrica. Después al Y ahorita estoy en un punto que se llama
Pedro también yo mismo le puse en la fá- sector de tope. Esa es una plancha de va-
brica, y a otro familiar también le puse. por así que sale, entonces metimos para
Casi unas seis o siete personas puse, pero adentro como una plancha y ahí salen ya
no se enseñaron y salieron. El único yo so- templaditos los cueros, y se va para aden-
lito me quedaba. De ahí le llevé después a tro. De ahí sacamos, vuelta metimos otro
este huambrito, el Lema que decimos, y él cuero, así pasamos. Ahora tengo es un tra-
sí ya está enseñado, ya creo que esta diez u bajo bien limpio, ahora hasta más moder-
ocho años creo que está ya. Yo me he na es esta fábrica, antes si era una sucie-
54 / José Yánez del Pozo

dad. Así he sufrido yo por acá, ya camino a seis sucres, y trescientos y doscientos su-
diecisiete años. crecitos se ganaba en cada cajón. Yo cogía
seis, siete cajas para un día y rápido acabá-
Hace poco yo estaba ganando casi diario bamos de vender. Ahora está carísimo. La
195 sucres; antes era dieciocho sucres, pera ahorita creo que está mil ochocientos
veinte sucres, después cincuenta sucres. o mil novecientos el cajón, y no carga mu-
Poco a poco me ha seguido subiendo. cho, máximo tiene es setecientas o seis-
Ahorita estamos casi cerca de trescientos, y cientas peras.
con el mensual pasamos de 3000. Ahorita
semanal cojo 2.935 sucres, aparte de eso es Ahora vuelta con mis compadres mismos
librecito de los guaguas y de la antigüedad, voy al Camal; me voy con otro carrito, co-
cogimos eso cada mes aparte, subsidio fa- mo a la madrugada, a las cuatro, a las tres
miliar, subsidio de antigüedad, como yo ya me salgo con el carro a que no me cojan
tengo diecisiete años, todo eso tienen que los policías, porque no tengo licencia, na-
pagarme. De eso más, ahora en mis vaca- da. Este año estoy pensando sacar, porque
ciones también me han dado. Antes en va- ya tiempos que aprendí siquiera a mane-
caciones con 3 mil sucres, cuatro mil su- jar, con mis compadres mismos. Ellos tie-
cres salíamos; ahora este año, casi, casi, nen dos carros. De ahí salgo a las tres, a las
quince mil sucres nos dieron. Como asi- cuatro de la madrugada, me voy con carri-
mismo pagar arriendito, comida, todo, no to con la fruta, todo; ahí ya parado no me
se alcanza muy bien. dicen nada ya. Los sábados en el Camal,
domingo vuelta a Iñaquito, por ahí anda-
Otra vez, frutero… con los compadres mos vendiendo. De eso me pagan trescien-
tos sucres diarios, más la comidita. Cada
Estando ya trabajando en la fábrica, anda-
fin de semana, y también en vacaciones,
ba yo también en el negocio. Cuando ya no
con ellos mismos salgo a trabajar. Así des-
ayudaba aquí a los señores que son com-
de el viernes tarde ya mandan a llamar pa-
padres, yo andaba con papas en vacacio-
ra ordenar, sea papaya, piña, todo eso, me
nes, alquilaba la camioneta o de repente
entregan a mí y yo vendo así veinte, trein-
con unos amigos iba a vender las papas.
ta mil, quince mil, según que ese día que se
Ahora está ya poco caras las papas, antes,
venda. Eso yo entrego, toda esa plata, a mi
el otro año que pasó, cogía la papa chola a
me pagan trescientos, sólo eso, y para el al-
doscientos, a ciento ochenta sucres el saco
muerzo cincuenta. Cuando no cocinan
y yo vendía a quinientos, a cuatrocientos
breve ellos, para la merienda, casi total me
sucres. De una semana creo que saqué la
pagan cuatrocientos. Son buenos ellos, co-
ganancia más de diez mil sucres, en una
mo ellos mismos me criaron, y de uno de
semana, si salía la ganancia. Sí es bueno el
mis guaguitos yo les cogí de compadres.
negocio, sino es que ahora está caro las co-
sas. Antes la manzana, un cajón costaba, de El chofer
Ambato, manzana buena, cajón grande,
costaba trescientos, doscientos cincuenta; Yo de ahí me aprendí poco poco siquiera a
eso cada manzanita se vendía a cinco, a manejar los carritos. Ya hace tres años va a
Runa Yachai / 55

ser compré un carrito y salió poco malo, En la casa que arrendamos sabemos estar
más que todo la máquina. Devolví ahí hablando quichua de todo; más bien de
mismo el carro y hasta ahora no viene a castellano poco. Mis guaguas también sa-
devolverme toda la plata, dos mil me debe. ben quichua, pero no hablan clarito como
Compré en treinta y cinco mil en ese tiem- nosotros que salimos desde el campo.
po y me fui a Baños con ese carro. Buen Ellos toditos son nacido aquí, aquí mismo
carro, como sea, pero la gasolina me jaló estudian, ya no hablan como uno que ha-
ida y vuelta creo que seiscientos sucres. No blamos más rápido. Ni yo mismo vuelta, si
sé qué también estaría, yo me quiero salir voy para allá para el campo, preguntan al
ya a hacer carreras, siquiera alguna cosa vuelo así y yo no puedo responder en se-
que rinda el carro, yo que quiero salir y no guida. “¿Cómo está la mujer?, ¿cómo están
prendió ni más. Vino el dueño, dijo que si los guaguas?”, todo eso preguntan, vuelta
quiere o no quiere, yo le devuelvo la plata. uno ya no se iguala como antes. Claro que
Parecía una trampa, como ya alguna cosa de entender, entendemos todo, pero, no sé,
propia de ellos, pondría en el carro algo, yo vuelta, enseguida responder. En la casa sí
no sé. Pero yo ya dos mil había gastado en hablamos; tengo una mayorcita que tiene
el carro, y yo devolví y él me atajó los dos unos ochenta y cinco años, por lo menos,
mil como si no quisiera dar. Yo hasta aho- o unos noventa años casi ha de tener, que
ra no le he localizado a él, vendería este ca- es la mamá de mi señora; todavía vive la
rro, no sé. Devolví, y ya con eso ni proble- mayor y aquí tenemos, y ella si no habla
ma no tengo. nada de castellano.

La mujer y los hijos La vivienda

Yo tengo seis hijos. Unito no quiso estu- Con mi mujer, los guaguitos y la mayorci-
diar más, está descansando este año: hice ta que es mi suegra, vivimos aquí en Pane-
esfuerzos; pero ahora si no quiere qué más cillo arrendando no más. Aquí como son
puedo hacer; cosa que se largó a Guaya- buenos señores, aquí vivo en esta casa. An-
quil. Allí trabaja con mis compadres frute- tes vivía en otra casa; pero ya de repente
ros que son, con ellos está trabajando, con tenía compromisos, o a alguna parte lar-
ellos anda. Ahí mismo la comidita, ahí garme, parece que se enojaban o parece
mismo todo, y el semanal creo que está pa- que se ponían bravos, porque yo convivía
gando a ochocientos. Mi compadre tiene ahí mismo ayudando a ellos. Yo dije más
todo ahí, tiene bodegas, carros, todo eso. bien: “Busquemos otro cuarto”. Estos se-
Mi mujer vuelta no trabaja; así en la casa ñores de ahora me querían bastante, que
no más, con los guaguas. Como están en la pare donde ellos, y parece que son buenos
escuela los guaguitos, ella cocina el al- estos mayorcitos. Quinientos sucres me
muercito, y les espera hasta que vengan las pedían de arriendo. Del medidor de luz,
guaguas. Sólo a veces, el sábado, el domin- según qué me caía, hasta ciento veinte,
go, mi señora cogía alverjas así, aguacate, y doscientos sucres de luz, pago aparte, pero
en la misma bodega de mis compadres sa- es mi medidor mismo, propio es. El agüita
be estar vendiendo pero días ordinarios no no pagamos. Quinientos sucres, pero un
sale. cuartito no más así pequeño, no grandote.
56 / José Yánez del Pozo

En el campo sí tengo mi casita, pero terre- permitas, límpiale todito el cuerpo de ella.
nos no tengo. Desde que conseguí este tra- Yo no me creí en esas pendejadas, no creía
bajito y sigo trabajando aquí, ahora a lo en eso que dicen que mal de caballo, que
menos ya no salgo mucho para Riobamba, pendejadas. Pero de las iras, bueno, con to-
así cada año no más. Y ya no me enseño do llegué acá a la casa, limpié con dos es-
arriba en la comunidad. Tengo allá mi ca- permas y en seguida bajé a Santo Domin-
sita, para ir para allá de repente que me go a coger el carro a Sangolquí.
voy a pasear, así no más. Ahora recién en
Quito estoy en una cooperativa de vivien- Aquí en Sangolquí ha habido un buen
da, quizás me lo entreguen el lote. hombrecito, bien mayorcito, bien bueno.
Ha sido compadre de sangre para mi com-
La mujer enferma pañero, compadre ha sido para ellos, ellos
han sabido hacer curar, hacer limpiar la
Tuve un problema, que como mi señora casa, todo eso. De eso llegué, le mostré. Ahí
estaba enferma, dos años estaba sólo en- llega mi compañero y dice que somos
ferma la señora, y yo gasta, gasta, gasta compañeros de trabajo, y el mayorcito di-
donde los doctores; como ella no es afilia- ce: “Bueno, siente, traiga la esperma para
da, nada, gasta donde los doctores, que es- ver”, ve y dice: “Si hoy tarde no hace curar
to que el otro. El de ahí de la Bahía, ese usted, va a perder a su señora, está mal, ya
doctor: “Ya con estas inyecciones, ya con se va acabando la vida. Si es que quiere que
estas pastillas, ya han de calmar, ya no ten- vaya, vaya a traer un carro y yo me voy”.
ga ningún miedo, no ha de pasar nada”. Yo Asoma ahí una camioneta, a esa camione-
gastaba la plata sin miedo. Hice préstamo, ta le rogué, enseguida vino y a las ocho de
saqué fondo de reservas, del banco que te- la noche ya estuve vuelta aquí en la casa
nía depositado hasta eso le saqué; más de con él. Cómo llegar donde don Taita Dios,
setenta mil sucres en esta enfermedad le oiga! Llegó y le dio poco de aguas de reme-
boté. Y no ha sido una enfermedad limpia, dio, le hizo la limpia, todito, y ella a las diez
ha sido de pendejada. Ya ella estaba exten- de la noche ya estaba comiendo. El mayor-
dida en los pies, ya no podía ni levantar, no cito sólo chupando le sacó, chupando.
comía ya, una semana ya no comía. Por la Otros le he oído que con trago, eso no, no
guagua no podía ir a dejarle en el hospital, es trago, nada de trago, sólo tabaco y dos
nada, sólo donde los doctores. huevos para ir botando en el camino; re-
ventó todo eso. Y mi señora se puso bien,
De ahí un amigo que trabaja junto conmi-
para qué no más. Yo gastando donde doc-
go dice: “ ¿Por qué andas sufriendo?. Estás
tores, yo por un lado, por otro lado, ya me
apenado o algo andas”. Ahí pongo a con-
enviudaba. Ha sido bien bueno el mayor-
versar con ellos, y ellos han tenido uno que
cito, y no ha sido carero. Los otros son ca-
así hacen atender en el campo. “¿Qué tiene
reros, de cinco, seis mil, diez mil, éste na-
dolor?” dicen. Le digo: “Todito el cuerpo
da, nada. “Cuánto es? pregunto, dice: “Yo
está secado, todito seco está, ya no puede
no cobro, usted mismo verá”, y salió a an-
ni levantar de la cama, así está. Dice ánda-
dar por el cerro. Está bien atrasado el po-
te ahorita mismo, anda a coger las dos es-
bre hombre, cobró mil quinientos nada
Runa Yachai / 57

más. Y yo he gastado en los médicos, que puede depositar y puede coger mejor casa,
esto que el otro, que inyecciones, que sacó con garage y con todo. Nosotros, de dónde
un poco de sangre para hacer exámenes, vamos a pagar; esa casita que dijo que ten-
gastando donde esos doctores, aquí con el ga cuarenta y cinco mil depositados, esa
Jaramillo que dicen, acá abajo, este decía: casa, creo que salía dos mil ochocientos
“Puf, mañana está sanita ya ella, ya para por ahí salía mensual pagar. Fuera de eso
mañana va a estar sanita”, y mas peor iba. ahora qué van a dar con todo luz, con to-
Ahora ya no se ha enfermado más, para do; uno mismo ha de ser de hacer poner,
qué Diosito, hasta ahora nada, nada, no todo eso, qué va a alcanzar. Eso sí, como
siente ni dolores, más está engordándose quiera voy a ver que haga un préstamo en
un poco, y de parto también enfermó bien, Caja del Seguro, todo eso hay que ver. Ahí
recién el 24 de diciembre no más bauticé al estamos luchando; cómo también seguire-
último guaguito mío. mos.

Otra vez la vivienda La escuela


En esa enfermedad yo me acabé todita la Ahorita es un año que vengo asistiendo a
plata; saqué de un lado, saqué por otro la- la escuela. Cuando recién vinimos acá, ahí
do, ya no había ya dónde conseguir la pla- me daba pereza, así como llego a casa soli-
ta. Y eso me perjudicó en la cooperativa. to del trabajo me daba pereza, cansado es-
Yo quise hacer es con Caja del Seguro y no taba. Ahora estoy contento estudiando,
quieren aprobar. El terreno es regalado co- poco a poco, y ya no da pereza, nada. De
mo decir, por acá a este lado en la Solanda, repente perdimos sí. Este jueves mismo te-
más arriba del Mercado Mayorista, toda nemos ya sesión en la fábrica, ya no tene-
esa pampada; el terreno no nos cuesta na- mos de alcanzar, y así de repente que me
da, solamente la construcción de la casa voy a alguna parte, a regresar, siempre al
que se paga. Eso me fui a preguntar en la centro alguna cosa a hacer de eso no más
oficina, me dije puede ser que con la Caja de repente estamos faltando, faltando. Con
del Seguro para pagar que me descuenten mis hijos sé estudiar poco a poco en la ca-
en gerencia, para no estar con problema y sa; mis guaguas ya saben, ellos me enseñan
esto que el otro. Aquí para unos papeles poco a poco. Siempre vuelta la cabeza ya es
andé durísimo, cosa que del trabajo falté. Y de mayor, que no se entra rápido, ya no es
primero eran seis mil sucres que tenga en como una criatura que aprende más rápi-
el banco, después ya puso a doce, después do. Yo no he entrado antes a la escuela
a quince, así tanto poco a poco iba subien- nunca, no me he dado al estudio nada. Yo
do, ahora lo menos como está caro todas llegaba nueve años de edad en la hacienda
las cosas. Dijo cuarenta y cinco mil a tres- estuve trabajando y ahí sólo era trabajar,
cientos treinta mil, creo que fue la casa nada de educar. Antes no había escuela, no
más baratita; de ahí hay de cuatrocientos, había alfabetización, no había nada. Una
hay de ochocientos mil, pero de dos pisos, escuela que era lejos, era como decir sólo
todo eso nos explicó. Pero el que tenga, entre ellos; a uno pobre campesino que
claro que puede depositar la plata no más, querían ni para dar una banca: “Este indio
58 / José Yánez del Pozo

tiene que sentarse allá”, así decían en la es- La política


cuela que había. “Este indio para qué está
estudiando, éste que vaya a pastar los bo- Yo de política no le sé nada. Todos cuales
rregos, que vaya a ver los animales, que va- es lo mismo, así es. Entra otro, peor, entra
ya a hacer chacra, no a estudiar”. Y así, yo otro, más peor, y a los más buenos siguen
hasta poco tiempo atrás solamente yo sa- matando más bien. Ya ve a Roldós, el fina-
bía es mi nombre, los compañeros me en- do, que él, hubiera hecho alguna cosa, ra-
señaron a firmar. Mi primera cédula saqué pidito lo mataron. Ahí en la fábrica todos
analfabeto no más. están diciendo que la 9 o la 3. Pero aquí al
León si ni quieren oirle, si hasta muertos
Hasta que el Antonio ya se vino a Quito, ha habido donde ha estado León. Y él tam-
porque siguen viniendo viniendo de allá bién que ha sido millonario, dueño de tan-
del campo, y él que es estudiado dijo: “Por- tas fábricas, grandes fábricas azucareras,
qué no puedes aprender, todavía si es jo- ese es millonario, ha sido estudiado en el
ven; que estar siempre preguntando por extranjero, según que he oído, todo eso
ahí los números, que dice y que esto y que conversan. Yo creo que no ha de ganar el
el otro”, y entré a la escuela, algo para León, quién también ganará?
aprender, poquito poquito sí me está en-
trando ya. El Antonio ha ayudado bastan- (Manuel N., 43 años, en Carrasco - Lentz,
te, como pariente que es de nosotros, y no- 1985: 88-89, subtítulos nuestros)
sotros también ayudándole a organizar y
todo eso. Aquí siempre sabemos ayudar a
Manuel es un puruhá que representa
los compañeros que siguen llegando. A él bien la lógica étnica que intentamos en-
yo le ayudé buscando cuartito, le hice po- contrar. De una u otra manera, están pre-
ner medidor, como tengo amistades bas- sentes los lazos de parentesco, como algo
tantes aquí. Un paisano que es de Riobam- muy importante, en la vida de Manuel.
ba trabaja en la Empresa Eléctrica con un Aunque su padre murió y su madre se ca-
gerente, él, Dios le pague, nos ayuda tam- só con otra persona, su tío le ayuda en
bién bastante a nosotros aquí. Y el Antonio Guayaquil. Igual su cuñado. Una vez casa-
estaba una semana enterita que estaba po- do acude a donde su padrino. Sus compa-
bre sin luz, esperma no más estudiando dres fruteros tienen mucha importancia
ahí. De ahí no se quién avisaría y me llega- hasta el presente.
ron donde mí, dice: “Usted dizque conoce
A lo largo de todo el testimonio, se
a Torres, dé hablando usted mismo”. Digo:
“Conmigo es una semana que va en segui-
puede notar la manera como Manuel
da nos dan el medidor”. Ahora ya tienen su aprende a trabajar, siempre en condicio-
medidor propio de luz, yo les ayudé como nes difíciles; las condiciones de la hacien-
es familia para nosotros. Y él sabe ayudar a da, la dureza de ser cargador, cosechador
educar y organizar. de arroz o frutero. La mayor dificultad que
Runa Yachai / 59

nos relata es la referente a la curtiembre La experiencia de Manuel, individuo


que, inclusive, ahuyenta a otros trabajado- con relativo éxito en la ciudad, se comple-
res. Allí aprende una técnica y otra hasta menta con la de los puruhá-quichuas or-
llegar a ser un trabajador apreciado. Este ganizados en Quito. Revisemos rapida-
sería un ejemplo –no siempre ocurre así– mente el testimonio de Alberto Ilbis Gua-
de un migrante que tiene éxito con sus mán, de 35 años, vicepresidente de la Aso-
trabajos, siempre a base de mucho esfuer- ciación “Alejo Sáenz”, que completa su
zo y dedicación. El carro y la casita, serían pensamiento ya iniciado anteriormente.
parte de este “éxito” en su vida.
Un punto que debemos resaltar es la La organización
enfermedad de la mujer; luego de un ver-
“Bueno, compañero, buenas tardes, aquí a
dadero peregrinaje por los consultorios
nombre de la Asociación “Alejo Sáenz” y a
médicos, con el consiguiente gasto de di- todos los compañeros les agradecemos por
nero, le aconsejan acudir a donde un cu- haber venido a visitar nuestra asociación;
randero. Allí encuentra la solución a su mi nombre es Alberto Ilbis Guamán, vice-
problema y, además, pensamos, la reafir- presidente de la Asociación “Alejo Sáenz”.
mación en su identidad indígena, de muy De lo que hemos formado la asociación es
rica experiencia en la medicina tradicio- ya año y más va a ser, pero, nosotros tenía-
nal. mos una organización más adelante, he-
Otro elemento que demuestra su iden- mos formado, todo eso.
tidad es el uso del idioma Quichua, aun-
Anteriormente teníamos una organiza-
que reconozca que “ya no habla como los
ción todo como estamos así, organizando
otros”. Igualmente, se siente en la obliga-
ahora, así mismo teníamos, no estuvimos
ción de ayudar a los nuevos migrantes a asociados pero, ya no era de jurídico nada
fin de disminuir la angustia que experi- pero, así nosotros teníamos ya organiza-
mentan en la nueva situación como una dos todos ya así, todo, todo, sea campo, sea
prueba, además, de la lealtad y solidaridad aquí en la ciudad.
étnicas, aunque la vinculación directa con
la comunidad sea más bien débil. Bueno, aquí a mí, a unos compañeros, que
¿Qué quiere Manuel para sus hijos? nos apoyen todo eso y compañero aquí,
Pareciera que estuviera muy interesado en usted conoce al compañero Juan Illicachi.
que sus hijos estudien, aunque la vida le Todo eso, y teníamos una oportunidad de
que apoyen todo, eso, y todos los compa-
haga ver que la necesidad de trabajar se
ñeros, los socios que están ahorita, y todo
impone al estudio. Sin embargo, por su
eso, teníamos una organización que apo-
propio bien y por el de sus hijos, ahora yen, todo eso, ¿no?
Manuel estudia y está contento. Dice que
no sabe de política, pero creemos que él Algunos trabajan así como de albañiles,
como individuo y como gremio tiene una tienen su oficio y algunos trabajamos así
posición crítica bastante clara. como vendedores ambulantes.
60 / José Yánez del Pozo

Todos somos migrantes de la provincia de Yo me he salido a buscar la vida, así desde


Chimborazo y como aquí en Quito vivi- edad de unos 12 años algo así, trabajaba en
mos allá en la provincia de Chimborazo Guayaquil, todo eso, tanto que me casé, to-
¿no?. Así nosotros visitamos todo eso, o do eso. Ya me comencé a trabajar aquí y, ya
sea que nos volvemos siempre ¿no? Tanto no me ido casi mucho allá, ¿no?, allá no
aquí como allá. De la parroquia Flores- me he ido no; bueno, me ido a visitar a mis
Licto, Puesitús Grande somos. Aquí creo familias a la provincia de Chimborazo, to-
que estamos ya más de unas 60 personas, do eso, y no volvido, todo eso, más vivimos
somos asociados ya. aquí ¿no?

Las “islas” de la comunidad De allá hemos venido casi la mayoría ¿no?.


Tanto aquí a Quito, tanto allá a Guayaquil,
Aquí en un año, nosotros nos vamos a vi- así a Ambato, todo eso, bueno algunos en
sitar unas dos veces o según que tengamos Riobamba mismo, eso depende de su em-
tiempo, ¿no?, según como tengamos, eso pleo, su trabajo, algunos así tanto vivimos
depende del trabajo, si algunos tienen tra- aquí, así de vendedores, de albañiles, de to-
bajo fijo ¿no?, no pueden ir ¿no?, esperar al do. Su oficio que ellos sepan y así mismo
año que den las vacaciones y algunos co- viven allá en Guayaquil, en Ambato, en
mo nosotros así vendedores ambulantes, Riobamba, ¿no?
nosotros nos vamos, sin pensar, a visitar la
familia y así mismo demoramos un poco y La relación Quito - Puesitús
unos 15 días, 8 días allá y vuelta tenemos
que ya volver a buscar la vida ¿no?. Como no venimos votando todo, no, todo
así, no esta todo votado ahí, sino que la fa-
Si, ha sido un problema la necesidad allá; milia siempre estan ahí trabajando y como
bueno, más que todo, la pobreza. Había te- todo, ¿no?, cuidando la casa, terrenitos que
rrenos, pero puro cangahua; no da pro- hay unos lotecitos así trabajando, ¿no?, y
ducción nada, y, más que todo ¿no?, antes nosotros nos vamos de aquí por ejemplo a
había de los hacendados, todo eso ¿no?, unos 3 meses o 4 meses; tenemos que vol-
ahora como quitan y todo eso no venden. ver vuelta! trabajando hasta que se pro-
Los terrenos ya no existen para uno no duzca algo que hemos hecho, ¿no?. Y así
más, sino para distintos, unas haciendas, mismo a las cosechas, y así, vuelta, trabajar
salen para unos miles de personas ¿no?, y otra vez, tenemos que ir allá, ¿no?, por
como nosotros tenemos unos lotecitos de ejemplo nosotros no venimos botando de
terreno, un lotecito, dos así, no produce una, ¿no?, ahí que se quede, ¿no?, nosotros
nada, ya nosotros no tenemos así terrenos tenemos que estar, ya tenemos unas fechas
bajo del agua, del regadío de agua nada de fijas ya, en qué mes no más tenemos que
eso ¿no?, tenemos unos terrenitos así pra- volver o en qué día, ¿no?, eso nosotros te-
dera, cangahua, eso ya no produce nada, nemos que ir obligatoriamente tenemos
nada. Nosotros hemos salido por la necesi- que ir allá a ver el terreno a ver a la fami-
dad de trabajar a buscar la vida, todo eso. lia, todo eso, ¿no?.
Runa Yachai / 61

Allá también tenemos, tanto que hemos debe trabajar. Este es como estar un traba-
formado aquí, nosotros tenemos otra or- jo inconveniente, pero no hay más que,
ganización, ahí tenemos casa comunal, más que aguantar, más que soportar eso.
cancha, su iglesia católica, todo, todo, ¿no?.
Vuelta allá también viven así como esta- La venta
mos aquí, todos dirigentes también viven
Nosotros vendimos todo, todo que… eso
allá, todos los dirigentes, todo todo son
también depende en el tiempo en que vie-
responsables allá; y también nosotros so-
ne. Por ejemplo, ahorita es tiempo de fru-
mos responsables allá también, nosotros
tas, usted sabe que todo es, todas las cosas
tenemos que reconocer todo lo que se está
trabajando allá y todo si es apoyo de algún de las frutas, usted sabe, ¿no?, todas las fru-
dinero, en algunas cosas, todos estamos a tas vendemos nosotros, frutas de Ambato,
la orden para allá; y si alguna cosa que no- cuando es tiempo de frutas de la Costa
sotros podemos saber da viendo acá, la di- también, las mandarinas, unas guabas, to-
recta, y nos convoca todo eso y tal, noso- do eso, ¿no?, mangos, todo, todo lo que
tros vamos todos todos la asociación. viene, ¿no?

Los problemas de la ciudad Vuelta cuando no hay todo tiempo de las


frutas, vuelta vendemos, ¿no?, por ejem-
En la ciudad nosotros eh, bueno lo que re- plo: tomates, cebolla, alverja, fréjol, limón,
clama los municipales son los permisos. todo eso, ¿no?, todo todo, depende de los,
Como nosotros no hemos tenido permisos todo lo que es legumbres, ¿no?, vuelta,
para poder trabajar, ¿no?, porque recién cuando ya es tiempo de las frutas!, manza-
estamos aprovechando porque ya hemos nas, peras, claudias, todo, ¿no?
hecho todos esos trámites no nos han da-
do, todo eso. Como este año, como este Vuelta, cuando ya se acaba eso, vuelta
año acabamos de hacer los trámites justo cuando llega el tiempo de las frutas de la
se acabó el año y, vuelta, para este año, ya Costa: mandarinas, guabas, naranjas, todo
estamos, vuelta, en esos trámites, todo eso eso, ¿no? partes de la costa, ¿no?, eso noso-
y, tenemos que sacar los permisos para que tros vendimos y todo eso, para nosotros
nosotros podamos trabajar tranquilamen- para poder desenvolver, para nuestra fami-
te para que no, no nos moleste, ¿no?, ese es lia, todo eso pues ¿no?.
el problema de los municipales, ¿no?, por-
Nosotros compramos aquí, como acá lle-
que ellos exigen los permisos, exigen sus
ga, pues, directamente, acá vienen, por
sitios que podemos trabajar nosotros.
ejemplo de Ambato, de todas las provin-
Otra es la cuestión de las mujeres más que cias, aquí es el paradero, ¿no? y nosotros
todo, con huahua, con todo en la calle es tenemos que coger aquí, para nosotros po-
difícil. En una calle que circulan carros, de der vender en menor; nosotros tenemos
diferentes personas, de otros países; enton- que coger aquí, por mayor, eso por saco,
ces hay bastante diferencia, para nosotros por bultos o por cajas o lo que sea, ¿no?, o
trabajar así en la calle. Porque este trabajo por cientos lo que sea, pero el asunto es
para mí, no es un trabajo digno como se aquí, aquí tenemos que coger, para noso-
62 / José Yánez del Pozo

tros rodearse a los sitios que ya sabemos una cosa que donde nos más, quienes no
¿no?, cada cual tenemos sus sitios ya, sus más son más dueñas de las verduras, noso-
recorridos todo ya. tros que aprovechan en eso, ¿no?, por
ejemplo, algunas ya vienen, pues ¿no?, re-
Como es la capital grande pues, usted sa- vendonas todo eso, segundo dueño y ven-
be, problemas nunca hemos tenido nada, de poquito conveniente siquiera unos cien
nada de eso cada cual sabe que la gente no menos en las cosas, ¿no?, así pues nosotros
es uno no más o dos no más, para que sa- podemos ya, vuelta, nosotros también así
quemos problemas es eso ¿no?, de eso no para poder vender, un poder vender un
hemos tenido ningún problema. poquito menor que venden otros, ¿no?, ya
nosotros podría vender un poquito más
Algunos venden por ferias, algunos vende-
rápido, por ejemplo, si nosotros cogemos
mos por las calles. Por ejemplo, otros nos
así alto al día porque, por ejemplo, si una
vamos por El Ejido, por el aereopuerto,
caja de limón saldría a unos diez sucres ca-
por la Tola, por la Colmena, por la Magda-
da limón nosotros no podríamos vender
lena, por distintas partes, ¿no? Por Marín,
ni una caja ni al día, por ejemplo, si a no-
o por San Carlos, todo eso, ¿no?, vuelta
sotros nos costaría unos 3 sucres a 4 sucres
otros nos vamos, eso depende de las ferias,
cada limón ahí si podríamos ya vender rá-
¿no?, por ejemplo, la América, o Vicentina
pido, rápido poder, bueno ganando poco
o domingos al mercado “Carolina” o todo
se acaba rápido y se vende más.
eso, ¿no?; o sábados algunos compañeros
van a la feria libre no todo eso, ¿no?, eso al- Por la organización de nosotros y por es-
gunos compañeros quedan los sábados fuerzo de nosotros hemos tenido lograr
vuelta aquí en el mercado San Roque, que- agua todo eso y bueno, alcantarillado no
dan comprando todo eso, ¿no? tenemos, cada cual sus pozos ciegos, ¿no?
La ganancia depende de las cosas que se El trabajo de los niños
coge también, ¿no?; eso depende del traba-
jo también, ¿no?, por ejemplo, uno puede Los niños también trabajan, algunos niños
coger poco, bastante, resulta, más o me- están en la escuela a la tarde, ¿no? vuelta,
nos, uno puede coger una cajita, dos caji- algunos niños están a la mañana, ¿no?, por
tas, también resulta según, eso depende se- ejemplo salen a la mañana ya de la escuela
gún coge la mercadería, ¿no? a las 12:30, a la una se van a ayudar a las
mamás, todo eso, ¿no?, vuelta los niños
Para coger una cosita más o menos bueno, que están a la tarde en la escuela están ayu-
nosotros tenemos que madrugar, ¿no? po- dando así mismo hasta las once, las doce,
quito, unos cien, unos cincuenta, unas co- ¿no? la ventita ayudan a la mamá y todo
sas menos, ¿no?, eso, nosotros coger un eso, ¿no? Si ayudan los niños también co-
poquito conveniente, para poder ganarte mo hemos enseñado, pues, ¿no? que traba-
algo que merezca nosotros, ¿no?, si no, no- jen todo eso y no estesen así vago no, bue-
sotros, cogiéramos así la cosa que piden no, claro, que ya cuestión de estudiar ellos
ellos, ¿no? porque nosotros no podría ha- tienen que preocupar de estudiar y todo
cer nada, nosotros tenemos que buscar
Runa Yachai / 63

eso ya cuando acaben de estudiar que ayu- ciones urbanas cuanto por la diferente vi-
den, todo eso y sino tanto en la casa tanto sión religiosa. La Asociación “Alejo Sáes”,
en el trabajo también, pues, ¿no? sin perder su vinculación real y estrecha
(Alberto Ilbis, 35 años) con la comunidad, afronta los problemas
concretos de la nueva situación.
Con el testimonio de Alberto Ilbis en- Entendemos este caso no como “mi-
tendemos mejor el proceso de adaptación gración definitiva” sino un “casi archipié-
de este grupo de puruhá-quichuas a su vi- lago” típico puruhá. Imposibilitados de
da en la ciudad. acceder a todos los recursos en el propio
Son un grupo de personas originarias medio o con exódos demasiado tempora-
mayoritariamente de Puesitús Grande que les, estos puruháes han optado por un
han conformado su propia asociación, di- nuevo asentamiento.
ferente de otro similar que existe en el sec- Las causas claras de su salida están en
tor, pero conformada por indígenas evan- la escasez y mala calidad de la tierra, pro-
gélicos. Esa organización se llama RUNA- ductos de varios siglos de abuso e injusti-
CUNAPAC YUYAI. Según nos cuenta el cia social. Insistimos en que no es una
mismo Alberto, “migración definitiva” porque se muestra
“ellos son religiosos y, bueno, antes si he-
muy vigente la relación con la comunidad
mos reunido, todo eso, ¿no?, hemos pedi- que se expresa porque allá quedan todavía
do así local, antes de conseguir este local- tierra, familia, costumbres y organización.
cito que tenemos, hemos podido, todo eso, “Nosotros no hemos venido botando de
y los compañeros luego pensaron mal, una, no?”… “también somos responsables
¿no?, ellos pensaron que nosotros hemos de allá”, dice Alberto. Y son responsables
de quitar el local, van a ganar la asociación no solo del cultivo, sino de los problemas,
de “Alejo Sáes” todo y pensaron mal los trámites y cuotas de su comunidad.
compañeros y no nos prestaron ni una se- En cuanto a los niños es obvio que
sión más y de ahí retiramos nosotros ya, ya
también ellos están en relación con la co-
casi no llevamos con ellos y como nosotros
arrendamos este localcito aquí y todo eso
munidad. Hacen visitas más o menos fre-
bueno pagamos todo eso y ya no, no he- cuentes, conocen a la gente, participan en
mos ido, como no quisieron pues ya, todo las fiestas. Más aún, la misma organiza-
eso, y ya para que mos de ir pues ¿no?, ellos ción en Quito está preocupada por con-
también tienen aparte la organización y trarrestar los estímulos diferentes que los
nosotros también tenemos aparte la orga- niños reciben en la ciudad.
nización, compañero”.
“Y bueno, eso, nosotros tenemos que se-
(Alberto Ilbis Guamán) guir enseñando de nuestra vida, pues,
¿no?, es como nosotros hemos criado todo
La identidad puruhá sufre un grave eso y para que no nos dejen, pues, todo ca-
resquebrajamiento no tanto por las condi- so, nuestros recuerdos, nuestros trabajos y,
64 / José Yánez del Pozo

bueno, a eso nosotros tenemos que dedi- ¿Lo están consiguiendo realmente?
car y ellos también tienen que aprender, Tendríamos que hacer un seguimiento
pues, ¿no?, como nosotros nuestros tiem- más detenido a la vida de los niños para
pos no podemos dejar, pues, todo ¿no? evaluar, por ejemplo, el impacto de la tele-
Claro, bueno, eso también depende de los visión en sus cabecitas tiernas. De lo que si
niños ¿no?, algunos, así tanto radio, tanta podemos estar seguros es de que los pa-
televisión todo eso y, bueno acostumbra- dres y los niños trabajan duro para subsis-
mos ¿no?, como es en la ciudad y bueno, tir, especialmente como ambulantes. En
eso también no podemos dejar, todo eso y cierto momento, hasta hay la conciencia
bueno. de que están realizando un trabajo poco
digno, pero que “hay que aguantar”.
Bueno sobre todo ese problema, hablamos
En referencia especial a la venta de
en la sesión de la asociación para que no
suceda todo eso, todo ese error con nues-
productos en los puestos del mercado o
tros hijos, para poder llevar un poco más como ambulantes (“rodeando”) está la
adelante con los niños, por lo menos algo, necesidad de saber las épocas convenien-
un pasito más, porque si nosotros viviéra- tes para comprar y para vender, los pre-
mos libremente cada uno así sin realizar cios, las vueltas poder aspirar a una míni-
sin nada, sin trabajar se destruyen nues- ma ganancia. Como dijimos en la intro-
tros hijos, este, sin educación, se va ocasio- ducción no podemos considerarles margi-
nar muchas cosas, muchos problemas has- nales, ni informales. Son pequeños acti-
ta puede salir gentes o cualquier o asaltan- vistas, que ocupan la mano de obra de su
tes así ¿no?, porque pueden armar en los familia con capitales muy pequeños y con
vicios, ese problema que no suceda, pues.” una capacidad admirable para manejar las
(Alberto Ilbis) reglas del mercado.
Los niños puruháes en Quito también
Y nos parece que no son solo “recuer- trabajan. No se les permite que “estesen
dos” de la comunidad. Es una presencia vagos” en palabras de Alberto. Aparte de la
viva de algunos elementos de la cultura tarea de estudiar, considerada también
andina puruhá en la vida diaria: Se inten- muy importante, chicos y chicas desde los
ta hablar en Quichua, se está consciente de 5 - 6 años tienen la responsabilidad de
los peligros –deculturación y vicios– que ayudar a sus papás en las labores de la ca-
se ciernen sobre los chicos. sa y en el trabajo remunerado de la venta.
No es que se rechace el radio o la tele- El siguiente cuadro nos pone frente a
visión: “Estamos en la ciudad y tenemos las actividades productivas realizadas por
que acostumbrarnos” parece ser la idea. los padres de familia y los niños de la es-
Pero, “sin dejar lo nuestro”. cuela “Alejo Sáes”.
Ocupaciones productivas de los niños de la escuela “Alejo Sáenz” de El Panecillo

PRIMER GRADO

PADRE MADRE TRABAJO


Nº NOMBRE EDAD SEXO DIRECCION NOMBRE TRABAJO NOMBRE TRABAJO DEL NIÑO

1 Martha 7 F Panecillo Daniel María Mercado San Roque Ayuda a mamá


2 María 9 F Libertad Julián albañil Ma. Martina Mercado San Roque Ayuda a mamá
3 Ana 7 F Placer Juan Ma. enfermo Ma. Josefa Mercado San Roque Casa
4 Ma. Apolo 7 F Panecillo Miguel albañil Petrona Mercado San Roque Ayuda a mamá
5 Cristina 7 F Panecillo Pedro Manuela Mercado San Roque Ayuda a mamá
6 Rosa 9 F Panecillo Leandro muerto Rosario Mercado San Roque Ayuda a mamá
7 Ma. Rosario 10 F Panecillo Calixto muerto Ma. Mercedes Mercado Ipiales Ayuda a mamá
8 Ma. Juana 8 F Panecillo Leandro muerto Ma. Rosario Mercado San Roque Ayuda a mamá
9 Edwin 7 M Panecillo Cornelio cargador Ma. Antonieta Cargadora Ayuda a mamá
10 Luis 8 M Panecillo Lorenzo cargador María Mercado San Roque Ayuda a mamá
11 Francisco 7 M Panecillo Pedro vendedor Manuela Mercado San Roque Cuida a hermana
12 Francisco 9 M Panecillo Miguel albañil María Mercado San Roque Ayuda a mamá

SEGUNDO GRADO

1 Fabiola 7 F Panecillo Julián Tierra Juana Tierra Ayuda a mamá


2 Felipa 9 F Panecillo Pedro ayuda a mujer Manuela Mercado San Roque Ayuda a mamá
3 José Manuel 8 M Libertad Francisco ayuda a mujer María Mercado San Roque Con el papá

TERCER GRADO

1 Aurora Ma. 9 F Placer Juan Fábrica Ma. Josefa Mercado San Roque Ayuda a mamá
2 J. Carlos 11 M Panecillo Ma. Isidora Lustrabotas
3 Segundo 12 M Panecillo Cornelio vende María Mercado San Roque Lustrabotas
4 Jaime 10 M Panecillo Daniel Catalina Cantina Vende alverja

CUARTO GRADO

1 Ma. Dolores 13 F Libertad Julián albañil Ma. Martina Ambulante Ambulante


2 Ma. Rosario 12 F Panecillo Julián albañil Ma. Martina Ambulante Ambulante
3 José Manuel 12 M Panecillo Leandro Profesor Ma. Rosario Mercado Lustrabotas

QUINTO GRADO

1 Ma. Elena 10 F Placer Juan Ma. Obrero Josefa Ambulante Ambulante


2 Juan Carlos 12 M Panecillo Pedro Ambulante Manuela Ambulante Lustrabotas

Datos: Encuesta Socio-económica, Abril 1990


Elaboración: PISII
Runa Yachai / 65
66 / José Yánez del Pozo

De los 23 niños de la Escuela, encues- a trabajar. En familia somos tres (papá,


tados en Abril, 17 trabajan como ambu- mamá y él). Vivimos en el Panecillo pa-
lantes. La mayor parte de ellos ayudan a gando 3.000 de arriendo, luz y agua, no te-
sus mamás, que tienen un puesto fijo en el nemos televisión.
mercado de San Roque y fluctúan entre 7 Desde los cinco vendía en San Roque, ven-
y 14 años, niños y niñas. día solito, era bonito. Después mi mamá
Aquí está un aprendizaje directo para me dijo que me vaya a la tierra a cuidar de
ayudar a la subsistencia de la familia, me- mi abuelita porque no puede pastar los
diante la venta de productos. Está el caso borregos. No le extrañaba ni a mi mamá ni
significativo de José Manuel, de 8 años, a mi papá. De ahí vuelta, me trajo mi ma-
que con su padre Francisco, “rodean” en El má y vine a limpiar zapatos. Solito lustra-
Ejido. Ya nos podemos imaginar el apren- ba con un cajón. Lustraba en San Roque a
dizaje vivido, experimental, entre padre e 60 sucres, desde las siete hasta las cinco, se-
gún la escuela también, ganaba mil qui-
hijo, en medio de los carros que paran en
nientos; no me quedaba nada y le daba a
la Avenida 6 de Diciembre. Sus momentos
mi mamá. Sabía andar con mi amigo Se-
de comida y de cuentas, las preguntas del gundo, jugábamos fútbol. La gente me tra-
niño, algunas de las cuales, tampoco po- taba bien. Los días domingos lustrábamos
drán ser respondidas por el padre. en el estadio y no cobraban la entrada. Iba
Los demás niños se lanzan solos a la a lustrar, limpiaba y veía, a veces me hacía
competencia entre vendedores. El estímu- 2.000 sucres o 2.500 así. Lustré zapatos al-
lo está en que la familia contará con ese gunos meses, de ahí mi mamá me dijo que
ingreso para unos días de comida y entre a la panadería acá en el Panecillo. La
arriendo. panadería es de mi tío, me paga 9.500 por
Hay un pequeño grupo de niños que semana. Mi tía guarda la plata y dice que
no venden sino que lustran zapatos.5 Es me va a dar botando en el banco, trabajo
desde las 7 de la noche hasta las 10.
otro tipo de aprendizaje en una actividad
que tal vez depende mas del clima, de la Cuando lustraba los zapatos tenía que
competencia, del sitio de trabajo y de la guardar bien los cepillos porque me roba-
dedicación misma que el muchacho pon- ban unos huambras para vender; de estos
ga. Se da el caso aleccionador del mismo trabajos me gusta más trabajar en la pana-
maestro Leandro, cuya esposa vende en el dería, porque gano más plata. Cuando sea
mercado y cuyo hijo es lustrabotas. grande estoy pensando trabajar en la pa-
Es interesante también el testimonio nadería. Ahora con lo que gano en la pana-
de Juan Carlos Yungán, que luego de ser dería ya puedo escoger mi propia ropa. Yo
hablo más en castellano porque estoy en-
vendedor y lustrabotas ahora es panadero.
señado, quichua se hablar menos. Me gus-
“Nací en la comuna Santa Rosa, sector Pu- ta más la ciudad porque me gusta trabajar;
nín. En Quito vivo 3 años; vine con mi en Santa Rosa no me gusta, porque se sabe
mamá y con la familia diciendo que vamos ensuciar mucho la ropa.
Runa Yachai / 67

Ya no puedo trabajar bien en el campo núan en Quito y en la comunidad con la


porque me estoy olvidando. Lo que me práctica de la minga.
gusta hacer es trabajar. El día sábado y do-
mingo trabajo vendiendo en San Roque, se “Aquí en Quito si como nosotros hemos
hace 5.000, gano 1.500 que guardo. tenido lograr esa escuelita, hagamos la
fuerza de nuestras mingas, ¿no? que han
(Juan Carlos Yungán, 11 años) ayudado poco, pero nosotros si hemos he-
cho mingas sobre eso, la limpieza, todo
Este niño ha tenido varias experiencias eso, ¿no? Eso, eso ha organizado la asocia-
familiares laborales. Su mamá, sus tíos, su ción de Alejo Sáenz, como todos somos
abuelita, son sus parientes más cercanos. asociados tenemos que ir a trabajar toda la
Las hizo –las hacen aún– de vendedor y de escuela, aunque una basurita que hay que
lustrabotas y, por fin, de panadero. limpiar estamos a la orden sobre lista, te-
Como lustrabotas debía saber combi- nemos que trabajar ahí. Vuelta allá en la
nar adecuadamente el trabajo bien hecho comunidad también hay directivos, como
hay todo eso y, ahí también, ahí hay más
con el juego de fútbol y con el cuidado de
trabajos que aquí, ahí vuelta responde la
sus instrumentos de trabajo tan apeteci- directiva, trabajan a la una vez o a la sema-
dos por otros huambras lustrabotas. na dos veces, ¿no?, ahí hay muchas cosas
Le gusta mucho trabajar –tal vez más que hacer; por ejemplo: arreglo del cami-
que la escuela– porque puede ganar pla- no, arreglo de la escuela, ahora que esta-
tita. mos cerca de acabar una casa comunal,
Parece –habría que verlo más profun- ¿no?, eso sobre la casa comunal, todo eso,
damente– que no le gusta el campo por- están trabajando allá y nosotros también
que se ensucia. ¿Tanto o más se ensuciará ya hemos colaborado lo que para allá por
con las tintas o la harina? Posiblemente, ejemplo unas colitas, unos pancitos, para
unos almuercitos, todo eso. Como no esta-
sucede que algunos valores empiezan a
mos trabajando allá ¿no?, nosotros man-
entrar en crisis, especialmente entre los damos en dinero, alguna comida, todo eso,
niños y adolescentes sometidos a múlti- ¿no?, para que no a nosotros que, que no
ples influencias, de las cuales los padres es- dejen, ¿no?, para que no borren a nosotros
tán muy conscientes, como dijimos. de la comunidad, ¿no?, sino nos dicen que
Con relación a otros niños, digamos no trabajan todo eso y solo nosotros tra-
que, aparte del trabajo que realizan fuera bajamos y todo eso y para que no digan
de la casa, algunos deben quedarse en el eso nosotros estamos a la orden cualquier
cuarto, cuidando a sus hermanitos meno- necesidad pidan la directivas de allá de la
res. Esto y el resto de obligaciones domés- comunidad estamos en orden nosotros.
ticas como barrer, traer agua, cocinar o la- (Alberto Ilbis)
var, deben hacerlas todos los niños a fin de
“no ser vagos”. Como se puede ver, la presencia de la
Herederos de un sistema muy antiguo minga sigue viva aquí tanto como en la
de ayuda mutua, mayores y niños conti- comunidad. Es admirable este paralelismo
68 / José Yánez del Pozo

entre minga o ayuda mutua entre lo que manejar, no impide la resistencia y la re-
pasa en la ciudad y lo que pasa en la co- producción social y cultural?
munidad.
“Nosotros necesitamos los delegados que
Obviamente, los niños aprenden a co- nos apoyen a unas gente indígenas, a unos
laborar “para no ser borrados”, “para que barrios marginados, todo eso, ¿no?; vuelta
no hablen”, en una necesidad de sobrevi- comenzando, claro que nos lavado, un ha
vencia conjunta, en este doble mundo re- lavado cerebro, ¿no?, que hasta entrar todo
ferencial de su vida. dice, vuelta cuando está dentro de todos
asuntos que han…, eso es el problema que
“¿Sobre si nos gusta vivir en ciudad sólo? hacen ellos, así por ejemplo reconoce solo
Algunos si están pensando en ir allá para a la gente rica, gente; vuelta a un gente
vivir, pero, como ya digo como ya están campesino, gente de barrios marginado
enseñados aquí, todo eso y, casi no mucho, eso no reconoce mucho, ¿no?
como la verdad que nosotros no estamos (A. Ilbis)
dejando pues, ¿no?, ya que estuviéramos
todo eso para no regresar, nunca ¿no?, co- ¿Surgirán, de entre los mismos indíge-
mo estamos va y regresa, va y regresa y va nas, estos “delegados lúcidos que inter-
no, no creo que ni tanto allá como acá no preten el sentir étnico de los indígenas
podemos señor nosotros dejaríamos allá “urbanos” del Ecuador?
también sería un orgullo, ¿no?, como eso,
nuestras comunidades, nuestras herencias, 2.3 Cocotog del pueblo de los kitus
no podemos abandonar no, porque siem-
pre tenemos que alguna vez, algunas veces, La comuna de San José de Cocotog se
como quiera ¿no?, eso es problema de no- ubica al nororiente de Quito, a 10 minutos
sotros… que se quede abandonada la co- de San Isidro de El Inca, desde donde un
munidad, eso no pasaría poder, eso como
rudimentario camino vecinal empedrado
ya digo, que no estamos dejando todo eso,
¿no?, al dejar sí, claro si pasaría eso ¿no?,
se abre paso en dirección nor-oriente ha-
bueno como algunos han querido hacer cia el enorme valle que rodea la ciudad. El
eso, todo eso pero nosotros como la orga- primer punto de encuentro es Llano Chi-
nización no va pasar eso y estamos en or- co, parroquia rural cuyo nombre responde
den sea aquí o sea en la comunidad. con precisión a las características topográ-
ficas del terreno. De allí sólo habremos de
(A. Ilbis) continuar un ligero descenso de cinco mi-
¿Son personas de dos mundos con un gra- nutos en dirección sur-oriente por un ca-
do de esquizofrenia vital y mental?, ¿O mino de tierra para llegar a la “vía” García
más bien es la cultura quichua - puruhá Moreno, una recta de cuatro kilómetros
que desde hace bastantes siglos sigue viva que finaliza en el sitio conocido como JA-
y recreándose en diferentes “islas” de un TUNÑANPUNGO, (puerta del camino
archipiélago que, por más que sea difícil de grande) vértice occidental de Cocotog.
Runa Yachai / 69

El anejo, ubicado en el límite de la me- Cuadro Nº 3


seta de Quito con el Valle Interandino o Distribución de los habitantes
Central, limita, al norte, con la quebrada de la comunidad de San José de Cocotog
Tantaleo, que lo separa de Llano grande; al POR EDAD Y SEXO
Sur, se divide de la cabecera parroquial Edad Hombres Mujeres Total %
–Zámbiza– en la quebrada Chaquishca- Menores de un año 33 35 68 3.84
huaycu; al occidente, con el Barrio Gualo 1 a 4 años 92 94 186 10.51
5 a 14 años 259 251 510 28.81
(Jurisdicción de Llano Chico) y; al orien- 15 a 44 años 360 370 730 41.24
te, con el río Guayllabamba desde la de- 44 y más años 130 146 276 15.59
TOTAL 874 896 1770 100.00
sembocadura de la Quebrada Chaquish-
cahuaycu, en dirección al Norte hasta la FUENTE: Encuesta realizada por el Comité de Salud, Coco-
tog, 1989
confluencia de la quebrada Tantaleo en el ELABORACION: Proyecto de investigación
mismo río.
Cocotog se encuentra entre los 2400 y
Este cuadro nos permite visualizar los
2500 metros, en una planicie con ligeros
porcentajes de los grupos de edad. La po-
declives y rodeada de innumerables que-
blación económicamente activa a niveles
bradas cuyos nombres aparecen constan- “oficiales” se ubica a partir de los 14 años,
temente en la conversación diaria de los sin embargo, en nuestro estudio intenta-
comuneros. Así, la quebrada Tantaleo tie- mos demostrar que ya a los 5 años (y an-
ne su vértice norte en la hacienda Pugyo y tes, inclusive) el niño participa en la pro-
se continúa con los puntos denominados ducción, como algo considerado bastante
Sucus Huayco, Inga, Huala y Tantaleo. natural en la vida de la comunidad que so-
En su límite oriental –como ya señala- cializa al niño, mediante la asignación de
mos– corre el Guayllabamba; del vértice varias responsabilidades.
CAYSAN hacia el sur –se conocen los si- El analfabetismo declarado alcanza el
guientes puntos: Cashauco, Lumauco, 40%. Sin embargo, nos parece que esta ci-
Urauco, Tituañauco y Chaupiuco. Este úl- fra es bastante relativa, si tomamos en
timo se encuentra en dirección sur-orien- cuenta que muchos de los comuneros que
te con el sector de TACPI, parte de la que- señalaron tener educación primaria, cur-
brada Chaquishcahuayco; de aquí hacia el saron sólo hasta segundo o tercer grado,
Occidente, la nomenclatura de los coco- hace muchos años y con serias dificultades
tenses ha establecido los siguientes secto- para aprender a leer y escribir en castella-
res: Paquiuco, Uchucunalla y Cullala Chi- no, un idioma diferente al suyo. Esta difi-
quito. cultad poco a poco va siendo superada
El anejo tiene actualmente una pobla- por los jóvenes que se encuentran en un
ción de 1770 habitantes según el censo de espacio más “abierto” a la influencia urba-
marzo de 1989. Su distribución, por edad na, en el que el quichua sufre un serio re-
y sexo, es la siguiente: troceso.
70 / José Yánez del Pozo

Cuadro Nº 4
Grado de instrucción en los grupos de 15 a 44 años y 45 y más años

POR EDAD Y SEXO

Edad Hombres Mujeres Instrucción

Primaria Secundaria Superior Analfab.

14 a 44 360 370 442 246 20 22


45 y más 130 146 173 103

TOTALES 490 516 615 246 20 125

FUENTE: Encuesta realizada por el Comité de Salud, 1989


ELABORACION: Proyecto de investigación

Podemos adelantar que la escuela, tan- entre 22.000 y 40.000 sucres en 1989. Los
to la de la comunidad como la de Zámbi- salarios más altos y más bajos se ubican
za o Quito, está acelerando este “retroce- entre 4.000 y 20.000 y 66.000 a 124.000
so” del idioma nativo y de toda la cultura sucres de ingreso mensual y corresponde
quichua. al 8 y al 4% de PEA del anejo respectiva-
En cuanto a la ocupación, los hombres mente. Es probable que el rubro más bajo
en su mayoría son empleados municipa- de ingresos haya sido declarado por los
les, de los departamentos de Saneamiento adolescentes que se vinculan a trabajos
Ambiental y Obras Públicas y jardinería temporales en la construcción como peo-
del Municipio de Quito. Además, son jor- nes o como aprendices en talleres artesa-
naleros, albañiles, carpinteros, obreros nales, lo cual hemos de tener en cuenta
textiles, choferes, cerrajeros, tapizadores, para nuestro estudio de la socialización.
pintores y sectores informales; un 2.7 de- Por último, y en lo que tiene que ver
claró ser jubilado. En cuanto a las mujeres con el tipo de material para la construc-
casi todas se dedican a los quehaceres do- ción de vivienda así como su tenencia ad-
mésticos –en los que se incluyen la agri- juntamos el cuadro Nº 4. Debemos sólo
cultura y el cuidado de animales. Aquellas acotar que, en el casillero tenencia, vemos
que trabajan en la ciudad, lo hacen como marcado un interesante dato: PRESTADA
trabajadoras domésticas, el 5.2% del total 29 (7.4%) que corresponde a mecanismos
de la PEA. Otras acompañan eventual- de solidaridad familiar para con las pare-
mente a sus compañeros en las denomina- jas más jóvenes de la comuna que después
das chauchas.7 de un tiempo darán paso a la práctica de
Precisamente en lo que hace relación la neolocalidad o casa diferente para la vi-
al ingreso familiar: el 60% declaró ganar da del matrimonio joven.
Runa Yachai / 71

Cuadro Nº 5
Estructura de vivienda, disposición de luz eléctrica
y huertos familiares en la comunidad de San José de Cocotog
Material Nº de vivienda Porcentaje

Ladrillo-adobe 250 63.94


Bloque 110 28.13
Mixto 31 7.93

TOTALES 391 100.00

Tenencia Nº de vivienda Porcentaje

Propia 298 76.21


Arrendado 29 7.42
Prestada 64 16.37

TOTALES 391 100.00

Luz eléctrica Nº de vivienda Porcentaje

SI 336 85.93
NO 55 14.07

TOTALES 391 100.00

Huertos familiares Nº de vivienda Porcentaje

SI 330 84.40
NO 61 15.60

TOTALES 391 100.00

FUENTE: Encuesta realizada por el Comité de Salud, 1989


ELABORACION: Proyecto de investigación

Un problema serio de esta comunidad servicios del tanquero, 69 mediante la red


es la carestía de agua, tanto más que se en- municipal y 31, con la red comunitaria.
cuentra ubicada en esta parte del altiplano (Comité de Salud, 1989).
de Quito, tradicionalmente árida y con es- En cuanto a la tenencia de la tierra,
casa pluviosidad. aunque no tenemos datos precisos, pode-
De las 391 familias de Cocotog, 196 mos decir que cada familia posee entre 4 o
tienen que sacar el agua de las quebradas; 5 cuadras en la comunidad (“huerto fami-
bajo la responsabilidad directa de las mu- liar” según la encuesta). Algunos, además,
jeres y los niños; 96 se abastecen con los son dueños de pequeñas propiedades en
72 / José Yánez del Pozo

Oyacoto (Calderón), Cayambe o, lo más a) No hubo excesiva presión demográ-


alumbrador, en Nanegal, del norocci- fica de una población dedicada fun-
dente. damentalmente al cultivo del maíz.
Y decimos “alumbrador” por cuanto b) Los nichos ecológicos de esta zona
este hecho nos remite de lleno a una ca- se hallan dentro de un corto radio
racterística histórica de todo este pueblo, alrededor de los centros altipláni-
que al igual que los otros, ejerce el control cos. Gracias a la estrechez mencio-
microvertical de varios pisos ecológicos. nada la gente de cualquier piso po-
Veamos rápidamente como ha funciona- día alcanzar otro en uno o en pocos
do el sistema a lo largo de los siglos. días.
Como ya lo expusimos en la parte in- c) No hay un piso autosuficiente que
troductoria, es cada vez más claro que los ofrezca todos los productos necesa-
habitantes de los “Andes de Páramo” (co- rios. Siempre fue necesario el inter-
rrespondientes al actual Ecuador) presen- cambio.
tan una serie de manifestaciones diferen-
tes a aquellos que han habitado en los An- Para el pueblo de los Kitus es intere-
des de Puna. Es, otra vez, el tema de lo no- sante recordar cómo pudo haber sido la
randino como algo específico. Debido a la ubicación de las diferentes llactacuna o
exagerada estrechez del callejón interandi- comunidades regionales en tiempos ante-
no, según Salomon (61). riores a los Incas, según Salomon (88).

Cuadro Nº 6
Esquema de las divisiones subregionales de los señoríos étnicos de Quito

II.A: Valle de los Chillos


II.B: Valle de Machachi
II.C: Altiplano de Quito

III.A: Explanada de Cumbayá


III.B: Cauce y orillas del río Guayllabamba

IV.: Bocas de montaña

V.A: Yumbos del norte


V.B.: Yumbos del sur
Runa Yachai / 73

De una forma gráfica podemos obser- aprovechamientos de los nichos adyacen-


var de qué manera se había dado la distri- tes a las llactakuna, con relativa autono-
bución poblacional al interior de la hoya mía de cada cacicazgo”. Según esto, nin-
de Quito, donde cada una de las comuni- gún cacicazgo ejercía dominio fuera de su
dades regionales actuaba en relación con pequeña región. La relación parece haber-
las demás para su reproducción material y se dado vía penetración en las otras zonas
social, y donde, por supuesto, también se o por un acceso indirecto en el “intercam-
incluyen las zonas de los YUMBOS, indios bio centralizado” realizado probablemen-
ubicados en las estribaciones occidentales te en Quito, ubicado adecuadamente en
de la hoya de Quito. equidistancia a todas las subregiones espe-
Salomon (1981:94 y ss) hace una ex- cialmente a los yumbos del norte y a los
tensa descripción de cada una de las zonas del sur.
y subzonas. El valle de los Chillos (II.A) El maíz fue el pan de cada día8, pero
con su producción de maíz y madera: el también un gran alimento ceremonial. Es-
valle de Machachi (II.B) con su excepcio- pecialmente importante era la fiesta de la
nal abundancia de papas; el altiplano de cosecha del maíz, que, por fuerza de la
Quito (II.C) –de notoria variedad ecológi- presión española, parece haberse encu-
ca– especializado en tubérculos al sur y en bierto bajo el estandarte del Corpus
la cacería de pájaros en los lagos de Aña- Christi (Junio). Habrá que ver cuándo es-
quito, en el norte; la explanada de Cumba- ta fiesta central se desplazó a Septiembre,
yá (III.A), con bastante maíz y, especial- San Miguel, donde se realizaba el baile del
mente, con frutas y vegetales, además, con Yumbo o yumbada, en alusión posible-
sus ancestrales fuentes termales. El cañón mente, a la época de mayor relación con el
y los adyacentes del Río Guayllabamba noroccidente.
–precisamente donde se habrían ubicado Para nuestro estudio es particular-
Zambiza y Cocotog– con algo de maíz y mente importante la ceremonia del RU-
bastante cabuya. En esta zona, Pomasqui TUCHIKUY (o primer corte de pelo) en
“es el principal regalo de esta ciudad, por conjunción con la luna o la celebración de
las huertas que en sí tiene” (Salomon 109). la pubertad masculina o en la “pompa fu-
Los YUMBOS del norte, con el de ají, el neraria”, tan conocida hasta nuestros días
maní, el maíz, la yuca, los camotes y las jí- entre los indígenas de este pueblo. En to-
camas, la guadúa, la miel, los aguacates, las das estas ocasiones estaba presente el
lúcumas y los palmitos; los yumbos del maíz, cocido o como chicha, como señal
sur, con el algodón, la pesca y la miel. ritual de deferencia a diferencia del maíz
Entre todas estas pequeñas regiones, crudo; y como señal también de estatus
insistimos, se debió haber aprovechado entre los grupos de jerarquía.
muy bien del sistema microvertical. Udo Una nota muy curiosa y actual, ya to-
Oberem (1981) no hace más que reafir- mada en cuenta por Salomon (1981: 134)
marlo cuando nos habla de los “múltiples es la que se refiere al consumo de “cuzus”
74 / José Yánez del Pozo

(gusanos) y “catsos” (escarabajos) así co- 1. Productos de la propia llakta, espe-


mo “caracolillos”. Todo esto, unido a los cialmente el maíz y los tubérculos
pájaros, las perdices y el cuy, completaba controlados por caciques y comu-
la dieta; aunque parece ser que, según la neros, en un ideal de solidaridad y
división social entre los caciques y sus fa- lealtad.
milias y el pueblo llano, era notoria la di- 2. Productos de los bordes de la llakta,
ferencia en el consumo de carne, como de caza y recolección utilizados por
signo de prestigio. los caciques.
La relación con la zona yumbo para el 3. Productos de “bienes exóticos” (sal,
aprovisionamiento del algodón, la sal y el ají, algodón…) de la zona de los
ají, parece haber sido muy común. En yumbos que reflejaban la capacidad
cuanto al algodón, es interesante el dato de cada zona de acceder autónoma-
sobre la artesanía textilera especialmente mente a ellos.
en el Valle de los Chillos con la fibra traí- 4. Productos caros procesados (cuen-
da desde la tierra yumbo. El vestido ade- tas, mantas, hachuelas) asociados al
más, como en otras partes, jugaba un pa- poder personal de los nobles.
pel importante en la identificación de los
grupos.9 Las maneras como parecen haber cir-
Los otros productos como la sal y el ají culado estos productos (Salomon, 1981:
también venían de la tierra yumbo; cuida- 181) se habrían concretado en dos meca-
ban de que no les faltara nunca, aunque nismos fundamentales en tiempos prein-
hubiera escasez de víveres. caicos. Los productos “populares de los
La coca era traída desde otras tierras grupos 1 y 3 se los podía adquirir median-
como Pimampiro o Ambuquí o desde la te intercambio en el tianguez, una especie
nación Quijos. Su producción parece ha- de mercado que bien pudo haber estado
ber sido monopolizada por los caciques ubicado en algún lugar de la zona central
con sus consiguientes beneficios. de Quito (¿San Francisco?). Allá acudían
Algunos objetos como “collares de tanto la gente común como los mercade-
moscas”, “brazaletes de plata”, “chaquira res especialistas llamados mindalaes que
de oro” parecen tener su origen en la Cos- también estaban encargados de la comer-
ta. Estas y otras prendas de prestigio como cialización de los productos de las catego-
las “cuentas coloradillas, las hachas y los rías 2 y 4. El tianguez, por supuesto, no ex-
mullos reflejaban también la estratifica- cluía el comercio casa por casa, llakta por
ción social en este pueblo. llakta, si así hubiera sido necesario.
En síntesis, y siempre según Salomon El asunto de la organización política
(1981: 153-155) podemos encontrar cua- general de esta zona, según el mismo Salo-
tro grupos de productos fundamentales: mon (1981: 208 y ss), permanece aún obs-
Runa Yachai / 75

curo. Sin embargo, luego de examinar to- Por otra parte, una idea que ahora si
dos los documentos y argumentos, el mis- aparece más clara es la de que Quito, como
mo autor concluye: centro de un tianguez importante en esos
tiempos y como capital administrativa y
“El asunto general de la alianza regional si- económica en los tiempos subsiguientes,
gue todavía oscuro, y sólo se puede abar- ya constaba como un punto de referencia
carlo hipotéticamente. Pero parece que el vital para toda la gente. Esto es decisivo en
mundo político de las comunidades aborí- la hora de entender tanto los “procesos
genes se debe imaginar como una estruc-
migratorios” actuales a la capital como los
tura concéntrica de tres capas. La llajta co-
mecanismos de socialización empleados
mo tal formaba una capa interior, contro-
para cumplir con estos procesos.
lando un grupo de zonas contiguas dentro
de una determinada subregión. /A este ni-
Hacia fines del siglo XV, los Incas hi-
vel posiblemente se ubicaba el cacique/10. cieron su incursión en el norte andino,
Una segunda cara era el anillo exterior de Tupac Yupanqui, Huaina Capac y Ata-
las comunidades aliadas con sus vínculos hualpa como representantes de la “etnia
regulares, directos, recíprocos y no necesa- cusqueña” tienen, en realidad, muy poco
riamente políticos/ cacicazgos autónomos, tiempo (30-40 años) para consolidar ver-
el conjunto de los cuales habrían dado co- daderamente su imperio en las tierras del
mo resultado lo que estamos denominan- norte.
do Etnia Quitu/. Finalmente, el mundo ex- Se produce, como en los demás casos,
terior estaba limitado sólo, por el alcance un contacto conflictivo entre las etnias o
de las operaciones mindalá, las cuales ga- pueblos locales y los Incas. En el caso que
naron acceso a objetos exóticos valiosos y nos ocupa nos topamos con el problema
también porque podían explorar en busca de que Quito ha sido siempre estudiada
de potenciales alianzas. En los tiempos como la “segunda capital de los Incas”. Se-
preincásicos, si la evidencia de cerámica es gún Salomon (1981: 216 y ss), el “otro
confiable, los contactos remotos de Quito Cuzco” no significa necesariamente una
alcanzaron el Sur y el norte de la Sierra réplica de la ciudad imperial. En ese senti-
también, entrando en todas las cuencas del do, más consolidada estaba Tumipamba
altiplano (Meyers 1976: 181-2), y la evi- (Cuenca) a la llegada de los españoles. En
dencia de la presencia Siccho y otavalo en cambio, Quito, como hemos dicho, aparte
las llajtacuna circunquiteñas implica que de ser un tianguez importante no parece
perduró hasta la colonia. Además parece
haber estado muy poblada. Los indicios
haber existido un enclave de territorio
arqueológicos de tipo incaico son muy es-
neutral o seguro en el tianguez, donde las
casos. Más bien,
relaciones pertinentes a todos estos tres ra-
dios, podían ser mezclados bajo la super- “la importancia de Quito derivó de su lo-
visión benigna pero interesada de los cuer- calización estratégica antes que de su sta-
pos mindalaes regionalmente eminentes”. tus político o demográfico”
(Salomon, 1981: 213)11 (Salomon, 1981: 220).
76 / José Yánez del Pozo

Las fortificaciones, que se encuentran la transportación de materias en bulto:


de manera considerable, se debieron, tal mindalaes y sus cargadores, ejércitos y los
vez, el ambiente de guerra (primero entre rebaños de llamas que llevaban suminis-
los caranquis y los incas y luego entre los tros del Estado.
incas y los españoles). Una cuarta clase de tránsito consistía de
Un rasgo incaico importante fue el sis- las pobres familias que no movilizaban
tema de caminos y tambos, presentes en más que solo sus viandas…
toda la zona, por los cuales fluían por “lo
menos cuatro clases de tránsito… (Salomon. 1981: 228-235)

la primera fue la de los viajeros privilegia- Estas instituciones incaicas, especial-


dos, administradores “orejones” y simila- mente las tres primeras fueron amplia-
res, quienes viajaban en una rampa al esti- mente utilizadas por los españoles.
lo de CUZCO… Transcribimos un gráfico para poder
apreciar mejor tanto los tambos como las
La segunda fue el tránsito de los chaskiku-
fortificaciones en torno a Quito. No cons-
na o “chasquis”, corredores a remuda del
correo inca… ta el tambo de Zámbiza, pero parece que
también fue importante entre Quito y
Una tercera clase de tránsito era aquella de Guayllabamba.

Cuadro Nº 7
Reconstrucción esquemática de la red de caminos prehispánicos
Runa Yachai / 77

Un hecho que vino a convulsionar de- cuentro” de tres culturas: la nativa, la in-
finitivamente el esquema poblacional na- caica y la hispana.
tivo fue la presencia de mitmakuna o mi- Si bien, hay documentos para probar
grantes forzados en la región de Quito. la adhesión que produjo la resistencia in-
Los chachapoyas, los cañaris, los wayacun- caica frente a la invasión española, (por
dos, los huancas y los angara se asentaron parte de algunos mitmakuna, por ejem-
especialmente en el Quinche y Pomasqui. plo), más parece haberse generado una se-
Otros como los huamachucos, lupacas, rie de reacciones locales anticusqueñas
huampus y chuquimancas se asentaron en dado que el Imperio Incaico estaba asen-
Urin Chillo, Cotocollao o Añaquito. La tado sobre un cúmulo de alianzas muy dé-
biles y, tal vez, sobre uno que otro abuso.
nobleza inca y algunos artesanos se asen-
Algunos caciques vieron en los europeos
taron en alguna parte de la ciudad. El tri-
la oportunidad de librarse de los incas.
buto, ya presente entre los Quitus, se pro-
Muy conocido es el caso de los cañaris, ab-
fundizó con los cusqueños. surda o apresuradamente tildados de
“Las reglas de la tributación seguían las “traidores” en la historia oficial.
normas usuales sobre el aprovisionamien- En nuestra zona de estudio es muy in-
to de materias primas / principalmente dicador el caso de DON PEDRO DE
maíz, leña…/ y bienes capitales por parte ZAMBIZA. Él fue un varayuc o alcalde de
de la autoridad política y la clasificación de naturales, un poder que mediaba entre los
la caza como una categoría aparte… la in- españoles y los señores de las comunida-
troducción del trabajo textil, utilizando fi- des aborígenes, con un papel importante
bra animal… son cambio importantes”. no sólo en la extracción de mano de obra,
sino también en asuntos religiosos y mili-
(Salomon, 1981: 252)
tares, y en la creación de reducciones y pa-
Así pues, en menos de medio siglo, la rroquias.
impronta incaica en territorio quiteño fue “Su eficiencia /la de la institución de caci-
importante. El vestido, el uso del Quichua cazgo/ en ese período, y su sobrevivencia
–hablado en todas partes, pero no por to- por tres siglos posteriores, se debe a su re-
dos ni en todas las ocasiones-, la geografía lación histórica con estructuras netamente
sagrada que incluía la división en urin o indígenas. La tradición política originada
parte baja y anan o parte alta, e inclusive por estos primeros exponentes de un po-
una división cuatripartita incipiente ta- der concrético resultó enormemente dura-
wantin posible de encontrarse en Quito, dero, y dejó su huella hasta en la estructu-
completan el cuadro de esta presencia po- ra social actual”.
lémica de los cusqueños. Y decimos polé-
(Salomon, 1989: 33)
mica por la cadena de reacciones antiin-
caicas y proespañolas que se sucedieron en Esta mentalidad y actuación, ¿tiene vi-
el período corto pero decisivo del “en- gencia en el movimiento indígena actual?
78 / José Yánez del Pozo

Los dirigentes, ¿se ven obligados a cumplir na tenía para los Incas. En todo caso, lue-
esta función de mediadores siguiendo una go del sangriento suceso –solo equipara-
tradición de varios siglos? Los niños indí- ble al episodio de Yahuarcocha– Don Pe-
genas, ¿aprenden las “ventajas” de este po- dro fue distinguido como Alcalde de natu-
der concrético en la comunidad y en el rales del Urinsaya que iba desde el centro
grupo étnico?, son preguntas que nos de Quito hasta el partido de Otavalo.
planteamos a propósito de las afirmacio- Para Salomon (1989: 38), bien puede
nes de Salomon. pensarse que la resistencia a los Incas –si-
En el caso de Don Pedro, su poder se milar a la de los Huancas en Perú– habría
asentó, además, sobre la sangre de 4.000 animado a trasladar el asiento de Santiago
Quitos, Pillajos y Collahuazos, asesinados de Quito, en las cercanías de Riobamba, a
por la Inca, por la política prohispana de San Francisco de Quito, en la ubicación
su padre. actual.
“Como está este testigo escribiendo los su- Don Pedro, así como los demás aliados
cesos de la conquista de esta tierra y otras de los españoles debían vestir como hispa-
cosas tocantes a ella ha averiguado con nos, ser cristianos y hablar castellano no
mucho número de indios viejos ancianos como signo de derrota sino “estratagema
de ella que el dicho Don Marcos Suquillo política”. En este sentido, parece ser im-
padre del dicho don Pedro de Zámbiza y portante el papel jugado por el colegio
otros caciques naturales Quitos, Pillajos y franciscano de San Andrés, que sirvió co-
Collahuazos acudieron luego que llegaron
mo centro importante de educación y cas-
a esta tierra el adelantado Don Sebastián
de Benalcázar con gente que venía a con- tellanización de los nobles.
quistar esta tierra, a dar la paz al dicho Una mediación entre las ideas del rei-
adelantado y que esto fue causa para que no hispano y las de la redistribución y re-
con más suavidad se allanase esta dicha ciprocidad nativas no debe haberle resul-
tierra, y que por esta obediencia que había tado nada fácil a Don Pedro. Abrumado
dado el dicho Don Marcos Suquillo y los por tareas que iban desde la construcción
demás caciques un capitán, de Atahualpa de la infraestructura, el cobro del tributo y
Inga llamado Rumiñahui, pasó a cuchillo la defensa militar hasta un plan de reubi-
en la quebrada de San Antonio de Pomas-
cación de trabajadores en sitios distantes
qui más de cuatro mil indios de los indios
Pillajos, Zámbiza y Collahuazos de que como las minas de Zaruma, Don Pedro se
hubo mucha disminución de los dichos sentía en la necesidad inevitable de contar
naturales”. con el apoyo de los régulos locales.
Don Pedro y los caciques, ¿obtenían
(Probanza f. 93-94 en algún beneficio, a cambio de su proceder?
Salomon, 1989: 35).
Parece que si o, tal vez, veían a ésta como
La matanza pudo haberse realizado en la única posibilidad de resguardar algo de
Pomasqui por la importancia que esa zo- la manera de vivir de su pueblo.
Runa Yachai / 79

“La vara de justicia, en mano de caciques, más apreciada por los conquistadores,
no carecía pues de un doble significado. pues el tributo de los indios, pagado en
Era instrumento de explotación, y a la vez productos agrícolas y textiles no solamen-
señal de apoyo a ciertas instituciones étni- te les proporcionaba lo necesario para su
cas que permitían a las comunidades resis- sustento, sino que además les ofrecía la po-
tir la fuerza explosiva de la explotación. sibilidad de comerciar el excedente, lo que
Fortaleciendo los cacicazgos por el acceso posibilitó el inicio de una economía de
que le daba una base de cacicazgos por el mercado”.
acceso que le daba una base de “hacienda”
europea, aseguraba sus comunidades co- (Borchart de Moreno 223)
mo corporaciones políticas”.
La escasez de víveres, debida al descen-
(Carrera – Salomon 1989: 61) so de la población indígena, y su consi-
guiente tributación, hacia fines del siglo
Por estos motivos, parece ser, que en la XVI obligó a los europeos a dedicarse a la
memoria de los viejos de Zámbiza, el re- agricultura y a la ganadería. Para ello se
cuerdo de los varayuc no es negativo. ¿Po- estableció la institución de los mercados
demos nosotros condenar a Don Pedro? de tierras. A través del Cabildo, poco a po-
Ese no sería el punto. Para lo que nos sir- co los españoles se van apropiando de la
ve su figura y otras similares es para dar- “tierra baldía”, se casan con mujeres indí-
nos cuenta que nuestra historia no es li- genas, o compran tierras a los caciques.
neal ni pintada en blanco y negro; hay tan- En este espacio no podemos enumerar
tos claroscuros que, aunque complican las pequeñas y grandes propiedades del
aparentemente el análisis, nos vuelven corregimiento de Quito, pero sí nos referi-
más críticos, a la vez que más permeables remos brevemente a otros elementos de la
a dejar de lado ciertos mitos que pudieron producción. La textilería ligada a la agro-
hacer cumplido un papel en su momento, pecuaria era decisiva en el norteandino.
pero que ahora deben ser reconsiderados. Descuellan el complejo de Chillo y el de
Una vez terminada la primera etapa de Cayambe. La producción de textiles, a su
la colonia, entramos, de lleno, en la cons- vez, estaba muy ligada a las instituciones
titución de la fuerza de trabajo para los del yanaconaje o trabajo servil, y la mita o
servicios de la ciudad de Quito, así como trabajo forzado por turnos. Estos trabajos
para el trabajo en las haciendas. obligatorios se realizaban especialmente
Previamente, conviene hacer alusión a “en las haciendas de sembradío, en las es-
las encomiendas y a los repartimientos de tancias de ganado mayor, en el cuidado de
los rebaños o hatos de ganado lanar y en
indios donde, varias veces, hay referencias
los obrajes” (Jorge Juan y Ulloa, 1918: 1:
a “las provincias de los yumbos”.
290).
“En los primeros años de la colonización, Uno de los obrajes o talleres textiles es-
las encomiendas fueron la recompensa taba ubicado precisamente en el pueblo de
80 / José Yánez del Pozo

Zámbiza. No era posible escaparse de este cuela, a la cual asisten en una gran mayo-
sistema de imposiciones. Aparte de la ría, ayudan en las tareas agrícolas a sus pa-
obligación del trabajo estaba la obligación dres así como en los quehaceres domésti-
del pago de deudas. El concertaje, precisa- cos, el cuidado de sus hermanos pequeños
mente, era la “coacción hecha a los indios y de los animales domésticos.
sobre la base de un constante endeuda- La recolección de hierba para los cuyes
miento, para obligarles a permanecer co- es conocida como herbar y es un mecanis-
mo fuerza de trabajo estable en las hacien- mo generalizado de socialización infantil
das y obrajes”. (Borchart 257). para el trabajo. Niños desde 2 ó 3 años
De toda esta dura experiencia históri- acompañan a sus madres o hermanitos
ca de los Kitus, ¿qué les queda como pue- mayores a la “hierbada” donde hacen lo
blo que aún lucha para sobrevivir? El caso que pueden. A los 6 ó 7 años los niños son
de la comunidad de Cocotog, visto espe- ya unos expertos en esta actividad, con un
cialmente desde la perspectiva de los ni- conocimiento grande sobre todo lo refe-
ños, puede ayudarnos a entenderlo. rente a cuyes y conejos, su crecimiento y
COCOTOG, sin ser tierra de hacienda reproducción, su alimentación y curación.
ni tampoco comunidad de barrenderos de Estos mismos niños se dedican tam-
la ciudad o capariches12, parece no haber bién al pastoreo de los chivos, como una
podido escapar a lo que siempre ha veni- actividad muy importante.
do haciendo todo el pueblo de los kitus: el Patricia (16a.), Betty (13a.), Elsa (10a.)
trabajo agrícola dentro y fuera de la co- y Xavier (9a.) salen a las 7 de la mañana
munidad y el servicio a la ciudad de Qui- con sus 12 chivos, algunos de ellos con
to sea como peón o trabajador, sea como nombres como VIQUI, CHOCOLATIN,
moderno mindalae o comerciante. Vea- NEGRA… Luego se junta Marta (8a.), su
mos esto brevemente a fin de resumir có- prima, que no vive con su papá, y que lle-
mo ha sido el proceso de aprendizaje para va sus 14 chivos.
la subsistencia de este admirable pueblo. Las dos manadas no se confunden.
La comunidad –con un promedio de Fueron parte, junto a otro rebaño de 15
4-5 cuadras por familia– sigue cultivando chivos que cuida Esperanza, de un gran
en la actualidad maíz en combinación con rebaño de la abuela que murió hace 3
fréjol, alverjas, sambo o zapallo. Las habas, años. La señora llegó a tener hasta 80 chi-
la quinua y el chocho casi ya no se culti- vos y le gustaba bajar con sus chivos y sus
van, con el consiguiente perjuicio para el nietos a la quebrada de PAQUIUCU, don-
equilibrio dietético. Bajo el sistema de tra- de encontró la muerte.
bajo comunitario, llamado en idioma na- Al comienzo, el rebaño grande era pas-
tivo minga o rantinpac, las familias orga- toreado por turno por las 3 familias, pero
nizan la producción. luego se dividieron. Patricia empezó a
Los niños y las niñas, en la segunda in- pastorear desde los 6 años con su abuelita.
fancia, según el tiempo que les deja la es- Betty desde los 8 con su tía y asimismo El-
Runa Yachai / 81

sa. Xavier desde los 5 con su mamá. Aho- comida es comunitaria: arroz, papas,
ra todos gozan con el pastoreo, especial- “fresco solo”, naranjas; luego viene el jue-
mente Betty y Martha. go: cogidas, rondas, escondidas donde es-
Los chivos van adelante, los pastores tá presente la competencia y el deseo de
atrás y los perros –CHAVO y LASSIE– al ganar. Con el cansancio, se muestran inte-
fin de todos. Se baja lentamente por la es- resados en escuchar cuentos, cosa que lo
carpada quebrada, al ritmo de los chivos hacemos con mucho placer.
que comen “todo lo que se les presenta”. De estos cinco niños, dos de ellos estu-
Hay un chivo que se tuerce la pata y lo cu- dian en Quito: Patty en el colegio Manue-
ran. Su balido tiene eco en los otros chivos la Cañizares y Xavier en la escuela Sucre.
y en las grandes montañas. Elsa y Marta están en la escuela de Coco-
Según nos cuentan los niños, en la ma- tog y Betty, que ya terminó sexto grado,
nada hay varios machos que a veces se pe- debe ir a un curso de corte en Zámbiza.
lean entre ellos. Luego del apareamiento Al igual que estos niños, los adultos,
viene el embarazo que dura 6 meses. El sus padres y abuelos, a una cierta edad,
parto es único o gemelar y ellos lo presen- también fueron pastores. El siguiente tes-
cian con frecuencia. Al mes de nacidos, los timonio nos ayuda a entender mejor este
chivitos ya pueden comer sólos. espacio privilegiado de socialización.
Los chivos son para comerse con
arroz, fritos o en caldo. El cuero se vende a “Yo desde que comencé, me comencé a
pastar cuando tenía exactamente 5 años:
los otavalos para carteras. La leche sirve
yo entré a la escuela a los 7. Yo andaba a
para la gripe, y el excremento como abono pastar desde los cinco años con tres; y solo
para las propias tierras aunque a veces se yo pastaba porque yo también tengo her-
lo vende también. manos pero ya todos eran más mayores
De Zámbiza viene gente a comprar los que mí y se iban y no regresaban quizá a la
chivos que valen entre 8 a 10 mil sucres casa; ¿no? Entonces, y de ahí, me fui cre-
(1990). Mientras los chivos pastan solos, ciendo, creciendo hasta que yo pasté du-
los niños lavan su ropa en un riachuelo rante 5, diez, siete años. En los 7 años que
bastante sucio, donde están ubicadas va- pasté teníamos 23. Tonces todo eso eran y
rias personas –también hombres jóvenes– teníamos los chivos en un terreno al partir,
que lavan. nada más.
Mientras estamos junto a ellos, los ni- Me acuerdo que nos encontrábamos con el
ños pastores nos hablan de sus cosas, su Miguel Tipán y el José Ramirez. Con él, so-
escuela, sus padres y sus problemas, sus mos compañeros. Y el Miguel Tipán ya es-
enamorados y enamoradas, y nos cuentan tá en la Universidad. Entonces con él nos
algunos cuentos del lobo. íbamos a las quebradas. O sea nos ponía-
Luego ellos, semidesnudos, se bañan mos en un sitio donde, inclusive, nos llevá-
sin ningún recelo. Ya en la pampa se preo- bamos ollas para cocinar allá porque no
cupan de que los chivos hayan subido. La había tiempo para cocinar en la casa. Nos
82 / José Yánez del Pozo

llegábamos y enseguida era, por las mis- edades, con los cuales se juega, se pelea, se
mas a pastar, ¿no? Tonces llevábamos ollas habla, y se aprende también.
y llevábamos de la casa cebollas unos, Observar a los animales, en todos los
otros arroz, otros sal. Agua como había ahí momentos de su ciclo vital desde la con-
mismo, pues. Cuando llovía asentaba en cepción hasta la muerte, es la base para
las cochas y cuando no, teníamos que traer
que estos niños aprendan no solamente lo
de un riachuelo que se llamaba abajo TAC-
PI. Y así pasábamos cocinando, una olla
relacionado con los mismos animales sino
teníamos escondida abajo: tonces con eso también los grandes rasgos de la vida hu-
hacíamos la comida y después si a jugar. mana. Son actividades que forman al indi-
De ahí jugábamos asímismo, la mayoría viduo en todo el sentido de la palabra.
era fútbol, bolas y planchas, ¿no? o los ti- Junto al conocimiento específico para el
llos que era tradicional también en ese en- pastoreo, está también la oportunidad de
tonces, ¿no? Como no teníamos dinero y la relación entre muchachos sin el concur-
nuestros padres no tenían. so de los mayores. Las experiencias pue-
den ser tan fuertes que quedarán marca-
Yo salía, ese, soltando del corral a la una de
la tarde aproximadamente y regresábamos das para toda la vida. Son muchas horas
a las siete en la noche, a veces seis y media, las que estos niños y niñas pasan juntos y
pero lo regular era pasado las 6 de la tarde. en circunstancias de total libertad. De esta
Llegábamos de noche a la casa. manera, el trabajo infantil del pastoreo,
más que una carga pesada se convierte en
Cuando íbamos a pastar, llegábamos, sol- una etapa de la vida que combina adecua-
tábamos y una vez en la quebrada simple- damente la obligación con la diversión.
mente teníamos que ver que no salga a los Las charlas son largas y los juegos tam-
llanos a comerse los maíces y, de ahí si
bién. Los juegos varían, sin duda, desde los
ellos pasaban sueltos”.
más tradicionales como los tillos o juego
(Juan Alvaro, 32 años) con las tapas de las gaseosas, hasta los más
modernos aprendidos en la televisión o en
Luego de haber acompañado nosotros la escuela.
mismos a los niños pastores y de haber es- El ambiente geofísico difícil y seco ha-
cuchado este testimonio, podemos hacer ce que los chivos se encaramen por las pe-
las siguientes reflexiones: ñas más empinadas en busca de la comida.
El tiempo dedicado al pastoreo es un De esta observación, sin duda alguna, los
espacio grande en la vida de la persona, chicos, aprenden el valor que se necesita
entre los 5 y los 15 años. La actividad se para vivir su propia vida igualmente desa-
realiza en relación con una persona ma- rrollada en un ambiente duro y hostil.
yor, madre o abuela, de las cuales se escu- Junto al cuidado de los chivos, la reco-
cha muchas enseñanzas, cuentos y leyen- lección de gusanos y caracolillos es una ta-
das. Es también el momento de la interre- rea necesariamente encomendada a los ni-
lación con otros muchachos de similares ños. Es curioso anotar, en este punto que,
Runa Yachai / 83

mientras en tiempos preincaicos, estos ali- Yo he andado muy poco por ahí. Mas vale
mentos estaban destinados a los nobles, en en este tiempo me voy por… por ahí, tam-
la actualidad tienen el “estigma” de comi- bién era de cargar así mismo en achanga-
da desprestigiada en la sociedad quiteña. ra, ambos brazos, cogidos con atamba di-
Por otra parte, y como ya hemos di- cho y cargado en la cabeza también con
cho, el pueblo de los kitus se caracterizaba atamba; puesto cualquier cosita en la es-
palda, para que no maltrate la espalda. Y
por la convivencia entre varios señoríos
así también acomodadito era de cargar y
semiautónomos pero no autosubsistentes. venir cargado de Nanegal Grande a Yun-
Unos y otros se necesitaban para inter- guilla”.
cambiar productos en el tianguez de Qui-
to a través de los especialistas mindalaes. (Sebastián Acero, 50 años)
Y una de las subetnias, indiscutiblemente
Tanto el intercambio de productos, co-
eran los YUMBOS de Norte y del Sur. Su
mo la posesión de propiedades en esas zo-
producción de algodón, sal, ají era parte
nas, reafirman el modelo andino de con-
ineludible de la vida de toda la zona.
trol vertical de varios pisos ecológicos.
A medida que los tiempos avanzan, la
relación de las comunidades circunquite- “Mi madre fue una de las, ha sido pues,
ñas con los yumbos permanece tanto en el una de las que se dedicó a este comercio
ámbito material como en el ámbito sim- porque sus padres fueron los que iniciaron
bólico. Un ejemplo de esto último es la y ellos como hijos tenían que hacer éso,
¿no? Mas no creo que sólo era una relación
fiesta de la yumbada de San Miguel, que
de comercio no; no creo que según yo ten-
hasta hace muy poco tiempo se celebraba go entendido, mi madre que me ha dicho
con gran solemnidad. es que allá tenían sus propiedades y enton-
La vinculación material, por otra par- ces allá producían y traían para acá”.
te, es motivo de recuerdos muy vívidos. El
(Gonzalo Guamán 29 años)
siguiente testimonio es un ejemplo de
esto. Así, este joven, actual presidente del
“Lo más andaban a Nanegal a sacar las car-
Cabildo, está convencido de que, ellos co-
gas, maqueños y papaya que se sacaba a mo hijos tenían que hacer eso, es decir,
Chaupicruz. A, espaldas venían hasta Yun- acompañar a sus padres, hacer producir la
guilla, de Yunguilla traían en los burros, tierra caliente, cosechar, cargar y vender.
venía hasta llegar a Chaupicruz, ahí ven- Todo un proceso de aprendizaje duro que
díamos. Ya vendiendo en Chaupicruz, ve- las anteriores generaciones tenían que ha-
nía no más a la casa para ir otros días vuel- cer para subsistir.
ta para encontrar. Después de 4 ó 5 días, Ubicados otra vez en la comunidad,
vuelta iba de aquí, asímismo para encon- encontramos un nuevo espacio de apren-
trar allá en Yunguilla. Eso dicen yumbo, dizaje para la subsistencia. Nos referimos
yumbo en Quichua. al cultivo y procesamiento de la cabuya.
84 / José Yánez del Pozo

“Más antes, digamos, antes trabajaban, di- más de un mes, cogiendo así y salía bas-
gamos, en, netamente, en la cabuya. Y con tante ¿no? Eso se mezclaba con la cebada.
la cabuya, digamos, se confeccionaban las
alpargatas. Ahora hay una persona que se Se cocinaba desde la tarde, toda la tarde y
dedica a eso. la noche hasta la mañana con el arroz de
cebada y eso se iba a vender.
Comúnmente se le llama el penco blanco
allala, malo pues; se le corta, digamos, las Inclusive extranjeros. Yo más me acuerdo
hojas y por medio de una tabla y otra cosa de norteamericanos porque ellos sabían
más, se le saca la pulpa y queda la fibra, que es remedio y eso es un remedio para el
pues, se comienza a hacer una especie de resfrío y eso mi padre sabía curar. Yo me
sogas, digamos, hacer una como lazos y acuerdo que mi padre estuvo preso, ¿no?
terminado eso, pues, se les une, digamos, y por eso, porque decían que está estafando,
queda completado, digamos, el trabajo nada más a la gente, que no era ningún re-
del, de las alpargatas. Eso sería”. medio. Y había una señora, no sé, no re-
cuerdo el nombre, ni el apellido, pero el
(Angel Romero, 30 años) hijo era un abogado. La señora ya era una
mayor, que sufría con las rodillas, que no
Sogas, alpargatas, costales hechos de la podía pararse, pero era del frío. Entonces a
fibra de la cabuya, llamada en quechua mi padre le había comprado varias veces y
tsawar, son la muestra clara de la produc- no se sanaba. Tonces hacía hervir el, según
ción propia del pueblo de los kitus. mi padre, era el dulce puro, líquido, sin
Inclusive, el famoso TSAWAR MISH- arroz de cebada. Tenía que hacer sudar a la
QUI (dulce de cabuya), utilizado como persona enferma con canela, ishpingo y
bebida, como licor, o como remedio y clavo, hasta que esté solo al vapor y con eso
buscado “hasta por extranjeros”, se con- sanaba del resfrío. Y le han estado curando
serva en el recuerdo y en la práctica de los solo ellos y de ver que no se sanaba le co-
Kitus. gieron preso a mi padre diciendo que esta-
ba estafando. Se fue mi padre y le sanó”.
“Yo desde muy pequeño me gustaba an-
dar juntos con mi padre, ¿no?, porque mi (Juan Alvaro, 50 años)
madre no podía ir tenía que coger el dulce
Con lo que además de reforzar la tra-
porque si no se coge la mañana para la tar-
de ya no vale, está agrio.
dición centenaria del tsawar y sus propie-
dades se está demostrando una vez más la
Sacábamos el dulce en maltas y vendíamos íntima relación entre padre e hijo, la
en la ciudad. Siempre se ha vendido en la transmisión de los conocimientos experi-
Cuenca y Rocafuerte. mentales y comprobados y la credibilidad
El dulce se coge de aquí, de los pencos y absoluta que el hijo manifiesta frente a la
solo se pagaba, en ese entonces, yo creo experiencia paterna.
que se pagaba en sucre o cinco reales por En lo que tiene que ver con la relación
cada malta, y esa malta aguantaba unos de la comunidad de COCOTOG (o de
Runa Yachai / 85

cualquier comunidad de la “periferia”) 1. La venta de productos en el mercado


con la ciudad de Quito, esta mutua depen-
dencia no ha hecho más que mantenerse y Quito, especialmente en algunas épo-
adoptar nuevas formas. No pensamos que cas del año, reasume como pocas ciuda-
sea una novedad la salida de los miembros des, su papel de gran mercado. El tianguez
de la comunidad a la ciudad. Lo hicieron de San Francisco de etapas anteriores se ha
en tiempo de los primeros Kitus, en la extendido a toda la ciudad ante la preocu-
época de los Incas, bajo la dominación de pación de los urbanistas. Gente de varios
los Españoles y de los hispanos y lo siguen pueblos, ecuatorianas y extranjeros, adul-
haciendo ahora. Intentar una “vida comu- tos y especialmente niños, compran y ven-
nitaria”, sin la relación con Quito para to- den, asaltan o persiguen, gritan y ofrecen.
da este pueblo, es una ilusión, un sin sen- Estos “pequeños activistas” se ingenian de
tido. Inclusive, el planteamiento de que la mil maneras para colocar su producto. Se
expansión de la ciudad es la única causa podría hacer tranquilamente la lista de
para los problemas de los Kitu-runas, tie- productos, de los especialistas e interme-
ne que ser matizado. Habrá que ver qué diarios (Cfr. Moya, Alba, 1984) y a la vez la
sucede en los años próximos cuando la procedencia geográfica y étnica de cada
autopista al nuevo aeropuerto pase por la uno de los pequeños y grandes comer-
comunidad. La gente teme la desintegra- ciantes.
ción. Nosotros creemos que simplemente Así, la ciudad, más que cosmopolita en
será un nuevo reto. el sentido de urbe mundialista o moderna,
Especialmente a partir del S. XVII mejor podría ser conceptuada como mul-
(cuando empieza la consolidación de la tiétnica y pluricultural, gran síntesis del
hacienda y el papel del cabildo citadino país entero.
organiza más “racionalmente: la mano de Los cocotenses, mejor aún, las coco-
obra indígena) se da una relación de sim- tenses venden en el Mercado Central, en
biosis, de “relación social asimétrica”, de San Roque o en el Camal. Venden, como
“pacto social conflictivo” entre indígenas y dijimos, su propia producción o, cada vez
blanco mestizos, que perdura hasta nues- más, hacen el oficio de revendedoras, con
tros días. ¿Quién aprovecha a quién en es- alguna utilidad.
te “pacto conflictivo”? Se debe hablar sólo “Antes sabía vender trayendo de Nanegal
de la funcionalización a los intereses del las cositas. Después aquí había granitos
capitalismo? propios, que sabía ir llevando a vender, de
Veamos como los cocotenses, buenos repente había una gallinita así… ahora ya
representantes de este pueblo, y ubicados no hay, ahora hay que ir comprando a ven-
en varios tipos de trabajos en la ciudad, der. A veces se pasa bien, a veces mal. Mal
manejan las reglas de este pacto, a fin de se pasa con el chapa que no dejan que ven-
entresacar algunas reflexiones referentes al da, no dejan. Lleva todito lo que está com-
prando, lleva preso… ¡no! ¡Ahora no! An-
aprendizaje para la socialización.
86 / José Yánez del Pozo

tes llevaba preso a las personas, a las perso- Fieros ladrones, semejante habían roba-
nas llevaba; ¡Ahora quita! ¡Quita lo com- do!, ¡roba, roba!, decían… Pero a mí no
prado! ¡Todito quita! Ahora no está, no es- me han robado.
tá quitando, para que venda está cobran-
do. A otras personas llevaban y solo pa- Cuando estábamos comiendo, uno había
gando multa saben dejar. estado calladito atrás y cogió aretes y co-
rrió. Marido tan. “¡No tengas pena!” dijo,
Con las amigas, algunas de aquí mismo “yo he de comprar!” y n compra. ¡Tiene
son, se conversa de que hemos vendido o
que comprar!.
no hemos vendido. No quieren comprar
¡no sé que tan será! Así dejando se van, Zámbiza no más, cuando estaba tomando
preguntando, tanteando la funda se van! la cola otra vez salió así, amarradito se ha-
dejando, no compran mucho. bía caído la plata y un chiquito rápido se
Siento por que no vendo. Elé bien está, en- cogió y se robó como tres mil sucrecitos”.
fundado. No quieren ¿Cuándo acabaré?, (Angela Gualoto, 60 años)
digo. ¿A qué hora llegaré a la casa?
De testimonio de la señora Angela po-
No me pongo brava yo tan. Si quiere com-
demos hacer las siguientes reflexiones:
prar, compra. Algunos señores si tiene, así,
respeto. Yo le digo: –”Ha de valer más que
Una vez que se terminan o, al menos,
sea real, ofrecele pues señor”, le digo. De decrecen las condiciones favorables para
ahí regresa parado y así saca billete, yo el comercio con la “tierra de los Yumbos”,
¿por qué me voy a enojar? Se vende, se la gente necesita profundizar las relacio-
vende ya! Qué va a tener envidia, ¡no! si nes comerciales con Quito; necesita un lu-
vende, vende, si no compra, ahí queda. gar a donde llevar sus propios productos o
un lugar donde revender lo ya comprado.
Ahora con mi netita estoy saliendo, de va-
Esta parece ser una actividad específi-
caciones está, y estoy saliendo. Si le gusta
ca de las mujeres y por lo tanto un espacio
salir, conmigo quiere. La mamá de repente
sale. Antes salía, antes cuando estaba solte- de socialización específico. Es la abuela, la
ra, si salía desde chiquita conmigo. Hasta madre y la nieta; tres generaciones de mu-
Camal andaba yo. Camal tan salía, pero jeres que deben saber manejar las reglas
ahí no se vende bien. del mercado en pequeña escala: “A mi nie-
tita si le gusta salir”, dice la abuela. La nie-
Antes trabajaba arriba, San Roque, si ven- ta no solamente es la compañía de la
día ¡Ucha ladrones si que…! Solita ya no abuela, sino también la sucesora en las ac-
subo arriba, sólo Mercado Central nomás;
tividades del comercio. Se necesita saber
si vendía arroz de dulce, así cargada con la
mantita, así pilcheando a dos reales ven-
de los precios, de la calidad de los produc-
día. tos, de los mejores sitios de compra y ven-
ta, de las mejores horas del día para ven-
En San Roque, Marín vendía. Pero ahora der, de las características de los mejores
Marín todo cierran. clientes, etc.
Runa Yachai / 87

Junto con la actividad, que supone in- plo, está considerado como más peligroso.
dependencia en la relación con personas O el del Camal, como más competitivo. Se
de la comunidad o de fuera de ella, tam- prefiere el Mercado Central, tal vez más
bién está el hecho del manejo del propio tranquilo y conocido.
dinero, lo cual le concede a la mujer un La realidad del ladrón merece un co-
cierto poder dentro del hogar. De hecho, mentario aparte. Se lo ve como un agresor,
por otras referencias, sabemos que en el pero no parece haber, en el testimonio por
mundo indígena es la mujer la que funda- lo menos, un juicio explícitamente negati-
mentalmente maneja todo el ingreso y vo que se oiría en boca de otras personas.
ello le concede un papel y una responsabi-
lidad que no tienen otras mujeres de otros 2. Empleadas domésticas y trabajos fe-
sectores. meninos en la construcción
El aprendizaje de la relación con la au-
La costumbre de tener empleadas do-
toridad hispana –policías, intermedia-
mésticas viene desde tiempos muy anti-
rios– se da en medio de una constante vio-
guos. Ellas son chicas jóvenes, algunas de
lentación y abuso. Saber manejar esas re-
ellas niñas aún que se ven obligadas a
glas y saber enseñarlas a las nuevas gene-
abandonar la casa de sus padres y su co-
raciones también es parte de la tarea dia-
munidad para trabajar sirviendo a los pa-
ria.
trones blancos en las ciudades grandes y
Igualmente, se aprende la relación con pequeñas. El caso de las empleadas do-
los compradores hispanos algunos de los mésticas en Quito es particularmente im-
cuales son respetuosos y otros, no. Frente portante por la abundante presencia de
a la agresividad “tradicional” de las vende- los burócratas, los estudiantes y la gente
doras, la señora Gualoto opone el respeto que refuerza su estatus cuando dispone de
y la capacidad de convencimiento en tér- muchachas de servicio doméstico. Junto a
minos tranquilos. ellas encontramos a niñas y jovencitas
La relación entre vendedoras, posible- que, junto a los hombres, trabajan en
mente de varias etnias y procedencias, obras de construcción. Los testimonios si-
tampoco resulta fácil “por la envidia”; pe- guientes nos hablan de estos trabajos y sus
ro mayor parece ser la oportunidad de peripecias.
conversación y aprendizaje mutuo sobre
aquello que les une que es la compra- “Yo fui empleada doméstica. Aunque no
me pasó nada a mí, a otras compañeras si
venta.
les trataban mal y trataban de abusar de
En la lógica de muchos vendedores se
ella. A otras no les pagaban, solamente una
da la rotación por varios mercados según pequeña cosa, una propina.
el sistema de ferias. En nuestro caso con-
creto, parece que influyen otros elemen- Yo si creo que, de la injusticia en el trabajo
tos. El mercado de San Roque, por ejem- de empleada, se puede llegar a la prostitu-
88 / José Yánez del Pozo

ción. Le insultan a uno los patrones, di- Ahorita me levanto a las 6, pero cuando
ciéndole “india”, “longa”. hay clases, a las cuatro y media para man-
dar a la escuela a mis huahuas. Después
Tal vez les falta a las compañeras, que tra- me quedo sola y arreglo la casa. Voy a des-
bajan en las casas, hacerse respetar por los
yerbar con mis comadres y amigas que me
hombres. Los hombres tienen que respe-
ayudan. Llevo arroz, cola, chicha, mote y
tarnos aunque seamos pobres, porque so-
como con las amigas. También les regalo
mos personas. Falta conocer las leyes, or-
en granos.
ganizarse, así…”
(María Ramírez Pumisacho, 32 años) Vuelto de tarde, pero llego antes que mis
hijos (de la escuela de Quito) y mi marido.
“A los trece años me fuí a Quito y fue por- Dejo cocinando la comida más grande del
que mi papá se quedó sin trabajo y por eso día. No me gusta comer de mañana. Mi
no pude entrar al corte ni yo ni nadie. To- suegra si come sopa pero no mi marido ni
dos salimos a trabajar. mis hijos ni yo.
La primera vez trabajé en Las Palmas en La plata del trabajo, una semana cogía yo,
una construcción. Me llevó el marido de otra mi mamá y todo era para ropa.
mi prima, a barrer y a poner masilla en las
puertas. El me enseñó y no fue tan duro. Mi mamá era de anaco, pero a mi no me
gustaba. Si tengo un anaco. Mi marido se
Lo que más me acuerdo es que, a veces, en aficionó, de disfraz tengo para la escuela.
otras partes, eran malos, ordenaban como
a hombres. De todo me acuerdo. A Quito salgo cada 8 días, para vender y
para pasear un poquito”.
Me juntaba con las vecinas y nos íbamos a
trabajar juntas. Ahora se oyen cosas que (Rosa María Gualoto, 30 años)
antes no se oían. Ganaba 12 sucres diarios,
sin comida. Nos tocaba llevar arroz, can- Estas son dos mujeres jóvenes que,
guil, todo frío. A los 16 años ya comía con desde muy temprano, debieron trabajar
mi tía que trabajaba en el Batán porque le fuera de la comunidad. La una como em-
ayudaba a lavar los platos. Cerca del traba- pleada doméstica, la otra en una construc-
jo de la construcción nos vendían comida, ción.
ni había que comprar. Como es sabido, a una empleada do-
Apenas me casé con mi marido, a los 19 méstica no siempre se le paga lo justo ni se
años, el ya trabajaba dos años en el Muni- la trata bien. El abuso y la discriminación
cipio y él ya no quiso que trabaje porque son el pan de cada día. Saber defenderse
estaba sola y mi compañera se casó pri- del irrespeto y saber exigir sus derechos es
mero. un aprendizaje duro que la mujer indíge-
El trabajo de Quito, en la construcción, era na debe afrontar desde muy pequeña.
duro y cuando empezaba en los llanos era En el caso de la obrera están presentes
más duro. varios elementos interesantes: el enganche
Runa Yachai / 89

y el aprendizaje a través de un miembro de y, ahí, en la oficina, entonces, nos dio ese


la familia, la ayuda con la tía, la compañía trabajo del Municipio, de barrido.
con la amiga, la plata con la mamá.
Toda la vida he trabajado en Municipio.
Para ambas, el matrimonio cambia sus Hasta más de 8 años trabajé en barrido, de
vidas. Ahora serán sus maridos los que ahí trabajé en recolección de basura.
afronten el trabajo fuera de la casa, mien-
tras ellas concentran mayoritariamente Ya en el trabajo del Municipio ya es segu-
sus energías en el cuidado de los hijos y en ro. Ya ese trabajo es fijo. Por eso más se in-
el cultivo de la pequeña parcela. La venta teresa todo un siempre ya en Quito, en
cada 8 días es una necesidad y un paseo. Municipio que en cualquier otra empresa.
El rechazo al anaco va en la línea del Ya sabe que es seguro. Pero en cambio aquí
cuestionamiento a las maneras tradicio- en esta tierra, como por agricultura no re-
nales de vestir y a la ocultación de la iden- sulta mucho, para alcanzar para las fami-
lias; entonces con el trabajo de Quito si al-
tidad.. Dejar la costumbre de la comida
canza, ya más o menos.
matinal de la suegra es también cuestionar
las tradiciones y acomodarse a las nuevas A mi toda la vida me ha gustado. Más bien
condiciones. siempre toda la vida en el trabajo con los
¡Todo cambia! ¿para bien o para mal? compañeros, desconocidos, conocidos, so-
mos amigos y así andamos felices.
3. Los trabajadores del Municipio, de las
instituciones, de las fábricas, de los jardi- También andamos en el Sindicato del Yavi-
nes rac y nos llevamos bien.

Por el Tubito13 sabemos pasar no más, no


Los testimonios que presentamos a
entramos. Eso es un poco feito.
continuación nos refieren directamente a
una de las formas más antiguas de la rela- Ahora toca salir a las cinco y media de la
ción entre las comunidades circunquite- mañana. Más antes sabía salir a las 3 de la
ñas y la gran ciudad. A pesar de que Coco- mañana. Se iba a pie al Inca. Casi no había
tog no entra en la lista de comunidades carros. Era de salir a pie, bien por Zámbi-
que por siempre han proveído a la capital za, o bien por Gualo.
con mano de obra para la limpieza, el tra-
Vivía en Quito, por hacer de estudiar a mi
bajo en las obras del municipio y en los
hijito, tenía cuartito también arrendado
jardines, va en la misma línea. vivía. Pero no pienso nunca dejar Cocotog.
SEBASTIAN: “En barrido y en recolección Porque he nacido en Cocotog, porque
de basura estoy trabajando desde el 53. Yo siempre no quiero desamparar de mi tie-
salí a buscar trabajo, me encontré con un rra, porque hay que pensar siempre donde
amigo, me llevó con los altos jefes que ha- he nacido. No hay que resentir a nuestra
bía conocido, entonces, ahí nos hablamos tierra.”
90 / José Yánez del Pozo

MUJER DE SEBASTIÁN: “En el cemente- leía plano. Trabajé en el Templo de la Pa-


rio hay que despedir ya. Hay que querer, tria. Ahí he subido a la Atalaya mismo en
hay que amar eso, ir a alguna parte, pero ir, la época de las inundaciones ¡Qué frío!
venir, así si. Pero no vivir en otras partes, Trabajaba con capuchas. Después entré a
no pienso. No sé que Dios me destinará a la Politécnica y ahora que comparo el tra-
mi pobre. bajo, esto es trabajo también, pero antes
era con tareas, en el otro trabajo se sabía
Ya ve cuando era guambra en las construc- del arte, para mi casa el bodeguero me hi-
ciones trabajaba. A veces iba así, cambeo zo el plano y yo la estructura.
por Pambamarca, por atrás de Cayambe
eso por ahí, cambeo cargando pondo, mal- Nunca tengo problemas con mi jefe, so-
ta (tipos de botijas)”. mos amigos, jugamos fútbol todos los
días, ni problemas nada. Somos 700 em-
(SEBASTIAN ACERO, 60 años) pleados, pero no hay problemas, nos cam-
JOSE: “Yo trabajaba en construcciones. biamos juntos, hacemos el asado por año
Cuando me casé mi suedro me llevó allí a nuevo, por el día de la Politécnica, a mi ca-
la Poli. Me faltó estudio para entrar a la Bi- sa no han venido, los que son de Cocotog
blioteca, por eso fui. sí, somos 6, nos llevamos bien, no hay des-
precios, hay compañerismo, si fallece al-
Los que trabajaban conmigo antes eran jó- guien vienen todos, así.
venes. Acá ya eran todos mayores. Poco a
Soy miembro activo de la Asociación le
poco me fui haciendo amigos y ahora les
respaldamos al nuevo rector, si nos pagan
aprecio.
al día, con los años ha ido mejorando el
Antes a los 17 años con mi cuñado me fui. sueldo.
Era fierrero, armábamos las lozas y las co-
En la Comunidad antes trabajaba más; ha-
lumnas de El Globo, de Snalme, de la Clí-
ce 8 años trajimos la luz, el trámite duró 2-
nica de Especialidades.
3 años, la gente no colaboraba porque eran
Un recuerdo que tengo era de un hombre incrédulos, yo era el secretario de la comu-
de dos cabezas que vimos los trabajadores. na y me apersoné para estos trámites, ya se
¡Me impresioné! inauguró la luz en el Comité del Pueblo
cuando el alcalde era Alvaro Pérez y luego
Después trabajé en Ministerio del trabajo, aquí 300 mil sucres costaba cada medidor,
por la Contraloría, Granda Centeno. El de eso dimos 20 mil cada uno, pusieron
Tiempo. Yo conocí al señor Granda Cente- postes, ahí si, luego ya tuvimos luz, des-
no. pués trabajé por el transporte. Antes venía
la Cooperativa de Llano Chico, cobraba 2
De tres golpes enderezábamos las varillas, sucres y decían que era caro, después 5 su-
solo el filo quedaba torcido. cres; dos veces al día venían, estando así ya
algunos aquí tenían camioneta, luego los
Trabajé en San Carlos, Cemento Selva Ale-
de la Mitad del Mundo que cobraban 10
gre, CEPE. No fui maestro mayor, pero ya
sucres, los de Llano Chico vinieron hasta
Runa Yachai / 91

acá por 10 sucres, ahí se formó la compa- rros. Y después otro bus se fue y mató a
ñía con 12 unidades. Se fueron los que te- mucha gente. Y ya no hay sino solo dos ca-
nían camionetas a una reunión que se hi- rros.
zo. Yo no tenía ni la casa. Los que tenían
camionetas iban a comprar busetas. El que Queríamos sólo gente de aquí, pero ahora
menos se orinaba por una buseta. Me eli- buscamos de otro sitio, estamos buscando
gieron presidente, el permiso de operacio- socios de otras partes.
nes, no nos daban pronto. Un Bermúdez
había sido gerente de la Cooperativa Qui- Hace falta organizar de otra manera el
to-Equinoccial, al saber que cobraban 10 transporte, porque no hay gente de salida.
sucres los de la Mitad del Mundo les ha-
En la iglesia también he participado. Últi-
cían la vida imposible; en Tránsito había
mamente no, me he dedicado al hogar, mi
soborno! Bermúdez sobornó y no nos ha-
señora se ocupa de aquí; antes cuando tra-
cían caso.
bajaba para la Comunidad no tenía pro-
Yo tuve la suerte de conocerle al Presiden- blemas con mi mujer, pero yo mismo veía
te de la Cooperativa Los Libertadores del que dejaba de lado la casa; actualmente en
Valle de Capelo, de ahí, yo quería una bu- la iglesia si he estado activo porque mi hi-
seta… busqué la gente que respalde, nos jo hizo la Primera Comunión. Los de CE-
acompañaron de Zámbiza porque iban a DECO (una organización no guberna-
venir por ahí, a 8 sucres, 12 unidades. El mental) tenían mucha actividad. En otros
camino era malo, los carros se iban a la sitios no se ha visto ánimo: siempre doy
Comisión, mil problemas. El padre Froilán cuotas si piden, si voy a colaborar cuando
nos ayudó, hicimos una marcha. En cinco se presente. Por ejemplo en el agua. Le in-
carros llenos fuimos. Ahí, Alfonso Simba- sultamos al Guamán por el trabajo, pero
ña, el era el presidente de la Comuna fui- creo que estaba mal informado porque me
mos al Ministerio de Gobierno, en ese supo explicar. Mi esposa no se opone en la
tiempo de Hurtado y Galo García Feraud, participación pero hace falta más tiempo
el nos recibió; le explicamos todo; nos dió pero me gusta participar; por pueblo hace
el permiso y se llamó Transportes San José falta sacrificar. Cuando llego de Quito a la
de Cocotog, Cooperativa Limitada; yo se- casa, no le ayudo, estoy cansado y no pue-
guía loco por una buseta, pero nunca tuve do colaborar con los niños y con la casa,
una buseta, ya estaba todo, muchos socios pero si voy a atender al pueblo.
no tenían carros, y era alto el pago del tic- Me llamo José Amores Guachamín, soy
ket y no se aumentaba el capital; del bolsi- huérfano desde hace 17 años, mi madre
llo poníamos, dos años funcionó la Coo- fue experta para la mano dura. Tengo dos
perativa; hubo accidentes primero una bu- hijos, de ellos siento alegría porque son va-
seta, sin muertos, se dañó el carro, era muy rones, pero tristeza y qué pensar porque
duro, lágrimas; nunca vimos rodar a nues- son revoltosos.
tra gente… después otra buseta sin muer-
tos, después se fué el bus. Ahí me desani- Los indígenas reclaman sus derechos pero
mé. Fue el fracaso mayor, vendieron los ca- no respaldamos porque en nuestro cora-
92 / José Yánez del Pozo

zón sentimos el respaldo, pero los dirigen- hoy en Verano es difícil, pero, un primo
tes no incentivan; la gente indígena debe verá, yo antes criaba pollos, mil así, pero
organizar y desparramados no logramos dos veces perdí todo; sabiendo, mi primo
nada. también sabe, pero se ha perdido total-
mente. Otros se han preocupado, han ve-
A lo mejor es despreocupación de los diri- nido para que les asesore, pero a otros no
gentes, deben trabajar para que se de-
les interesa, todo estoy viendo.
muestre nuestra cultura, intercambio en la
música, en la danza, no ha habido ni en el Solo mi familia trabaja, otros la mayoría
fútbol participación porque a la final “so- alcoholizados, menores que mi ya están
mos indios”; me queda la obligación de temblando, sólo llenos de hijos.
enseñarles Quichua (a los hijos). Usted me
sorprendió cuando entró hablándome en Si me gusta el trabajo colectivo, pero tam-
Quichua. bién el personal.

En mi pueblo la juventud se ha dedicado al Cuando yo era niño enseñaba el trabajo


deporte, salud, amistad, confraternidad, agrícola, sembrábamos maíz y daban bue-
pero aquí es como un vicio; mi papá se de- nos choclos.
dicaba a echar arado, pero yo no puedo
No puse aquí en esta escuela a mis hijos,
enseñar a mis hijos porque no tengo bue-
había mal ejemplo, el director andaba con
yes; ahora hijos están en el fútbol. Recién la profesora.
casados, no tienen animalitos, todo es el
estadio y la chuma. En la escuela de mi hijo en Quito dan edu-
cación vial aunque no dan agricultura. Mi
Yo he seguido esa línea de animalitos, pero mujer, pobre, entró al colegio sólo para
más tecnificado. Mis abuelos tenían cuyes parir.
en la cocina, pero yo criadero de raza me-
jorada. (José Amores Acero, 32 años)

Nuestras mujeres no tienen profesión pero JUAN: “Ahí es cuando me comprometí a


con esto nos ayudan. Y otros pobres no ha- casarme, a esa edad unos 16 años por
cen nada, no trabajan juntos; con el mari- cumplir, ya tuve a mi esposa que es hoy,
do en el estadio y después tienen envidia, nos conocíamos y ahí es cuando ya me de-
van insultando. Hay pobres, no hay po- cidí a casar, tonces dejé el trabajo de con-
breza! trolador y mi suegro como es jardinero me
llevó a trabajar en los jardines, a más de
El deporte es deporte no es borrachera. eso yo más antes sabía trabajar de jardine-
ro, ¿no?, cuando era más niño, de nueve
Estas ideas comparto con mis concuñados años, mi cuñado me llevaba y me ense-
y aceptan. Por ejemplo mi cuñado que tie- ñaba.
ne el bus, ya de tanto verme, también tra-
baja, tiene crías de cerdo, ellos también y Tonces salíamos al centro pues entonces
sus hijos también, igual las razas de cuyes; había casas, como existen hasta hoy casas
Runa Yachai / 93

con césped, arreglábamos las flores, todo personas que realmente le traten bien,
lo que estaba mal ese era el trabajo todo. donde que le den, pues, toda clase de aten-
ciones, daban, pues, si se iba desde de ma-
Yo me acuerdo de que yo trabajaba solo en ñana, daban café, a eso de las diez daban
la casa de la familia del almacén Ricky, el un refrigerio y almuerzo. En muchas de las
dueño de ese. La señora se llamaba Rosa, a casas, pues, se trabajaba hasta antes de la
ella le conocí por Rosa. En esa casa trabajé hora del almuerzo, claro que naturalmen-
en la Avenida El Inca, cerca de la Iglesia El te nos daban café, y nos trasladábamos
Carmelo, ahí tenía la casa, entonces él, esa luego, pues, a otros sitios, o sea, a otra ca-
es la casa que más me acuerdo, ¿no?, de así sa donde, digamos, llegábamos justo al al-
de nombres no me acuerdo mucho. muerzo. También nos daba risas, si era así,
pues, ¿no?, pero nunca había, como le digo
Realmente a mi nunca me ha ido mal, yo
pues, maltrato, pero siempre había este,
he visto a otras personas ¿no? que pasan
pero por lo menos de todas las casas, en
mal ¿no?, pero realmente toda mi vida por
una sí. Si no daban nada el trato era bue-
eso estoy agradecido a Dios pues, no ha si-
no; pero ponían el pretexto de que no te-
do malo el trato, en casa que me ido me
nían muchachas o, a veces, no había. En-
han dado de comer, me han dicho “tóme-
tonces no habían preparado la comida con
se aunque sea una cola”, pero nunca he pa-
tiempo y no daban nada. O sea, ponían ese
sado mal, o sea que lo que he trabajado he
pretexto ¿no? Pero muy rara vez.
cobrado y todo ha estado bien, y si yo tra-
bajaba primero con mi cuñado he dicho (Juan Alvaro, 30 a)
que mi cuñado no va a venir que me pague
a mí, bueno, “tome entonces”, no nunca he CESAR: En ese entonces me fui ganando
pasado mal, por eso digo que nunca he pa- 20 sucres diarios; con mi papá mismo pues
sado mal, hasta ahorita, no. me fuí a trabajar. El trabajo me ha gustado
porque también antes de entrar ya a traba-
El trabajo así es simple, digamos ¿no? Es jar directamente con mi papá, de ahí ya en
un trabajo suave que no implica la utiliza- construcción, ¿no?, trabajar a tiempo
ción de fuerza mayor ¿no? En lo relaciona- completo, asimismo los sábados y domin-
do a la remuneración, pues, en ese enton- gos que ya había oportunidades pues yo
ces me pagaban siete sucres diarios, dado, andaba trabajando también con mi papá,
pues, a que era muy pequeño y más que sino propiamente albañil, porque usted sa-
todo poco podía hacer yo ¿no? Es como be…
usted sabe, pes, la mayor parte de gente
con posibilidades económicas son las que Eran unas pequeñas chauchitas que cogía
disponen de jardines pues adentro de las mi papá, para sábados y domingos no más
casas ¿no? Entonces se trabaja con gente, ¿no? o sea que a veces, en día y medio ya se
digamos, rica. Los nombres no los podría terminaba un pequeño trabajito que se ha-
recordar no, pues. cía. Tonces, pues, yo ya más o menos, sabía
y me gustaba ¿no?, y me gustaba porque
Para el trato, bueno, eso había tenido de hasta ahora le doy, por ejemplo aquí en la
bueno mi tío, pues, conseguir trabajos con casa cualquier cosita que hay que realizar,
94 / José Yánez del Pozo

pues, lo hago. Tonces pues claro que impli- pre uno se va aprendiendo poco a poco, se
ca un poco mayor la utilización de la fuer- le va demostrando que sabe, entonces ahí
za, pues uno primeramente se va de peón, si. Tonces de ésto de chaupi, pues ya pasé,
¿no?, uno de peón pues tiene el famoso ya era albañil.
CHAUPI (el que no es todavía maestro al-
bañil reconocido) que le dicen. Ya a los dieciocho años más o menos ya era
albañil.
Eso es medio albañil, ¿no?, o sea que ya es
un poquito más que un peón. Un peón Estaba también ahí en la Universidad Po-
pues de que se encarga es de hacer masilla pular pues usted sabe que ahí hay cursos
y de pasarles ladrillo. Y al ser uno chaupi, para maestros. Tonces estaba ahí, ahí me
pues, ya se coge el bailejo, se aprende a gustó, ahí estaba un año no más, me salí,
asentar los ladrillos o a enlucir o a hacer en la que aprendí así o sea a medir los pla-
cualquier otra actividad, ¿no?, ya va impli- nos y esas cosas. Entonces me gustaba eso
cando un poco de responsabilidad, porque porque mi aspiración, o sea, era cuando
un peón no implica la responsabilidad en estaba estudiando, o sea llegar a ser el
la construcción misma, en la edificación maestro de obra, ¿no?, como vulgarmente
¿no?, pues, como uno se encarga solamen- se llama maestro mayor. El responsable di-
te en pasar, pues, no es la responsabilidad, recto de la construcción. Tonces, pues,
¿no?, salga bien el trabajo o mal hay que siempre pues he tenido esa, ese aspecto
decirle al maestro, al albañil. Tonces, pues, pues, de dejarme ganar cariño por los je-
se pasa a ser chaupi así. fes. Me llamaba pues para hacer, para en-
señarme a leer planos. Sabía el bastante…
Sea para eso no se necesita que tenga el más que todo, pues, mi aspiración era esa,
tiempo, para esto solo con verles aprende pues mi papá con la experiencia, yo con el
¿no?, sino quiere poner de parte uno, o sea estudio, llegar pues a ser los dos y trabajar
ya ahí si hay que tener una visión digamos conjuntamente ya con una obra en la
ya, dedicarse dedicarse porque no toda la construcción. Tonces, pues, no sucedió eso
vida va a estar de peón siempre. Voy a y me llegó la hora de salir de ahí, pues,
aprender a hacer algo, por ejemplo, voy a porque asimismo con el tiempo, pues, ya
aprender a hacer una pared, tonces claro no me gustó, que ya se empezaron a edifi-
que de peón uno también se le coge, se le car tremendos edificios, porque anterior-
va ayudando entonces aprende, ¿no? Ton- mente máximo eran de unos cuatro pisos
ces porque en una construcción, fíjese us- algo así. Tonces eso era fácil, tonces eran
ted, es una compañía donde trabajaba, en seis, siete piso, tonces la altura ya no me
donde entré a trabajar yo, que era del ar- gustó.
quitecto Luis Donoso, claro que él dirigía
las construcciones, ¿no?, o sea nosotros Vi una temporada como se cayó él, un edi-
trabajábamos bajo el mando de él. Tonces ficio que recién estaban construyendo, que
como éramos gente conocida, digamos así, solamente las varillas pero aún no estaba
tonces no le ascienden directamente a al- fundida la loza, tonces falló algo toda una
bañil, digamos no, dicen: “como va a sa- red de columnas vi que cayó, tonces ahí
ber”, tampoco digamos, ¿no? Tonces siem- había fallecido una persona pero no direc-
Runa Yachai / 95

tamente en el trabajo, ¿no? Tonces con eso con relación a nuestro tema: al aprendiza-
ya, fue a una ya, o sea ya había que pensar, je para la subsistencia.
tonces tenía que proyectarme hacia otro”. Todos empiezan muy jóvenes en su
(CESAR GUAMAN, 35 a) vinculación con el mercado laboral de
Quito. Algunos inmediatamente después
GONZALO: “Actualmente yo trabajo en de haber terminado la escuela, aunque es
una fábrica textil. La fábrica Nylon Durex. obvio suponer que la observación y el in-
Nosotros, la organización en sí, hoy somos terés por el trabajo de los padres empeza-
independientes, ¿no?, porque más antes ba bastante antes.
pertenecíamos sí a la CEDOC, la organiza- A la hora de conseguir el puesto, es un
ción sindical. Pero al ver tantas cosas que miembro de la familia, el padre, el tío… el
no nos gustaron tuvimos que abrirnos y que sirve de contacto para entrar al traba-
ahora somos independientes. jo; la misma persona que desde antes les
había iniciado en los mecanismos necesa-
Actualmente desempeño la Secretaría Ge-
rios para el desempeño de las labores.
neral del Comité de la Empresa, de ahí de
la fábrica Nylon Durex, de 20 trabajadores. Antes de llegar a la actual ocupación a
De aquí, de Cocotog somos seis. la que, en general, consideran la definitiva
y “fija”, tuvieron que pasar por varios tra-
Había gente que me imagino que ya traba- bajos, acumulando mucha experiencia
jan más de 25 años. Y uno de ellos, que es que hasta ahora les sirve.
un pariente de mi madre, fue el que me lle- De una manera más o menos explícita,
vó a trabajar allá, ¿no?
aluden a una buena relación de amistad
¿De los otros? Creo que se inició por uno entre trabajadores, lo que es muy valorado
que primeramente había entrado como al- como estímulo necesario para la dura la-
bañil a construir esa empresa. Luego de lo bor. Tal fuerte es este compañerismo que
cual, pues, le vieron a lo mejor, que era un señor un poco mayor nos contaba:
buen trabajador y le atajaron. Después
fueron ingresando, digamos, pues, solo la “Cuando dejé el trabajo /en el Municipio/
familia así de él: el hijo, el sobrino, luego el tristeza daba, ya estando fuera, triste. Por-
hijo del sobrino y así. que allá se ríe, se toma, se anda sí haciendo
las cosas, entre trabajadores mismo, ¿no?
Yo trabajo ahí doce años y entré a los die- Así acordando, ese maestro era bueno, ese
cisiete años más o menos”. señor era bueno, era bueno; así decíamos”.

(GONZALO GUAMAN, 29 años) (MANUEL LOACHAMIN, 65 años)

Estos han sido cinco testimonios de Sebastián representa la continuidad


hombres relativamente jóvenes (29 - 45); del servicio prestado por gran parte de la
cinco maneras de “ganarse la vida y el pan zona marginal de la ciudad; la limpieza de
para los hijos”. Veamos algunas constantes la urbe. Son famosos los capariches sin los
96 / José Yánez del Pozo

cuales Quito estaría más sucia aún de lo gente de la comunidad en los problemas
que generalmente aparece. En este tipo de de la luz y el transporte y es crítico frente
trabajo, el aprendizaje y la socialización se a los jóvenes. Tiene intenciones renovado-
da no precisamente en términos de la es- ras en cuanto a la agropecuaria. Su mujer
tética y ornato de la ciudad, sino funda- trabaja muy duro en una chanchera, pero
mentalmente, con relación a las vidas mis- sus hijos –que estudian en Quito– no pa-
mas de los barredores, recolectores, basu- recen ayudarle mucho, aunque él está or-
reros y minadores. gulloso de sus “varones traviesos”, de quie-
Sebastián parece no querer este oficio nes oímos algunos chistes típicos del esco-
para su hijo, por lo cual hace el sacrificio lar urbano y tele adicto; parece que hace
de hacer estudiar al niño con un “cuartito un gran esfuerzo por la “educación citadi-
arrendado”. Sin duda alguna que este es un na de sus hijos”.
asunto central en nuestra investigación. JUAN, el jardinero trabaja desde niño
No podemos sostener, sin más, que los pa- con su cuñado que le enseñó el oficio. No
trones de socialización y aprendizaje son se queja del trato de las personas y está
los mismos de antes. Como en muchos muy agradecido “por las atenciones y la
otros casos, se produce el enfrentamiento comida”. En el trabajo de jardinería se in-
entre un estilo de vida considerado dema- sertan muchos niños y jóvenes que ad-
siado duro y desprestigiado y la aspiración quieren ese “oficio independiente”.
a otro tipo de trabajo, mediante la educa- CÉSAR es un caso interesante. Apren-
ción. Habrá que ver cómo funciona esto dió la albañilería en las chauchas o traba-
en términos de la transmisión de valores jos extras de fin de semana de su padre. Su
entre los padres y los hijos. Posiblemente proceso fue de peón a chaupi o aprendiz,
se produce, en la mayoría de casos,una para lo cual hubo “que poner atención y
amalgama, una sabia inclusión de valores dedicarse”. A los 16 años ya fue albañil.
de orígenes diferentes, que no alteran los Quiso ser maestro de obra, quiso juntar la
elementos centrales de la identidad étnica experiencia del papá y el estudio de él, pe-
Un dato importante del testimonio de ro no pudo, “por el peligro” o posiblemen-
Sebastián y, especialmente del de su mujer te porque el ser bachiller ya le llevó por
es el hecho de que no dejarán Cocotog otros lados. Ahora trabaja en el agua pota-
porque la tierra se ha de resentir. Aunque ble del Municipio. Fue dirigente del Co-
todos tengan que salir a trabajar en Quito, mité de Salud y del Cabildo. Los hijos es-
la tierra, incluido el cementerio propio, tudian en la escuela de Cocotog.
siempre ejercerán una fuerte presión para GONZALO, presidente de la Comuna
volver. por 2 años consecutivos, es el caso de un
JOSE es un joven muy inquieto. Traba- dirigente obrero y campesino. Conoce el
jó duramente como herrero hasta llegar a manejo de las relaciones con las institu-
la Escuela Nacional Politécnica. Fue diri- ciones, aunque conoce que es difícil la
Runa Yachai / 97

convocatoria a los comuneros. Los hijos una verdadera instancia de coordinación


también están en la escuela de Cocotog. de las diferentes actividades.
El asunto crucial, como ya lo insinua- Al interior de la comuna tienen vida,
mos antes, es saber si los niños de esos tra- además, pequeñas organizaciones como el
bajadores, que estudian tanto en Quito Comité de Salud, el Comité Pro-cemente-
como en la comunidad, van a realizar los rio, la Liga Deportiva, la Banda “Jesús del
mismos o similares trabajos que sus pa- Gran Poder”, el Centro de Producción Po-
dres. Pareciera que los padres no quisieran pular, la Iglesia Católica, la Iglesia Evangé-
eso. Ello explica su gran preocupación lica, el Comité de Padres de Familia. Cada
porque sus hijos estudien en la ciudad o una de estas organizaciones tiene vincula-
en Cocotog según una lógica nueva, muy ción hacia afuera con el Sacerdote, el Pas-
de acuerdo con las circunstancias actuales. tor, el Médico, los profesores o institucio-
La incertidumbre sobre el futuro de estos nes de desarrollo como CEDECO.
niños, sin embargo, no parece aclararse Frente a situaciones de “definición ét-
por el lado de la escuela. Por lo tanto la so- nica” como la exigida por el levantamien-
cialización de los chicos para la subsisten- to indígena de junio de 1990, las personas
cia con relación a los trabajos de sus pa- de la comunidad parecen haber tenido
dres, pensamos que también está presente, respuestas más bien personales o de pe-
especialmente en referencia a los trabajos queños grupos. Aunque se reconocen co-
más “libres” como la jardinería o la albañi- mo indígenas “que no pueden permanecer
lería. indiferentes ante el sufrimiento de otros
Además, en previsión del futuro pro-
indígenas” (Oswaldo Acero - José Amores)
pio y de los hijos, hay gente como JOSE
y aunque hayan manifestado algún interés
que propone innovaciones agropecuarias.
por informarse mejor del movimiento in-
Otros ejemplos de proyectos innovadores
dígena regional o nacional, sus buenas as-
intentan también disminuir la incerti-
dumbre frente al futuro de los hijos. Por piraciones aún no concretaban al mo-
ejemplo el Centro de Producción Popular mento de la investigación.
ha empezado ya a incursionar en la cría ¿Podríamos encontrar en los testimo-
mejorada de chanchos, cuyes y conejos. nios una continuidad con la política em-
Oswaldo Acero tiene ideas y experiencia pleada por los antiguos señoríos étnicos
en el cultivo de frutales y en la apicultura; quiteños de autonomía política e interde-
Luis Cóndor construye cocinas para la pendencia económica?
gente y así por el estilo. En el sentido de considerar a Quito
Parecería que solo hiciera falta una o como un gran mercado, sí. Y en el sentido
varias organizaciones que den cauce a es- del intercambio de productos entre varias
ta serie de inquietudes de interés comu- subetnias para la subsistencia, también.
nal. Aunque el Cabildo tiene alguna capa- Sin embargo, el tipo de trabajo que de-
cidad de convocatoria, dista mucho de ser sempeñan especialmente los hombres,
98 / José Yánez del Pozo

con horarios muy rígidos tiende a desarti- der y apreciar mejor los valores de este
cular los intereses comunitarios, bien po- pueblo transmitidos de generación en ge-
co estimulados desde la gran urbe. neración hasta los tiempos actuales.
Si a esto añadimos el papel “desindige- En tiempos preincaicos,
nizador” de la escuela tendremos el con-
“el cacicazgo cayambe utilizó tanto el esca-
texto en el cual se desenvuelven estos ni-
lonamiento microvertical, como la diversi-
ños descendientes de los kitus, definidos y
ficación productiva en un mismo piso
autodefinidos –casi siempre– como indí- ecológico introduciendo modificaciones o
genas. aprovechando las diferencias naturales”.
2.4. Caluquí del pueblo de los Kayambis (Ramón, 1987: 51)

Caluquí se ubica al sur-oriente de Im- De esta manera, la zona de páramo era


babura, en una zona cercana al límite con destinada para la cacería o la leña –sólo en
la Provincia de Pichincha. Administrativa- tiempo de las haciendas esta zona se con-
mente se adscribe a González Suárez, Pa- virtió en territorio de pastoreo o de culti-
rroquia rural del cantón Otavalo. vo de habas o cebada–, la zona del valle,
Limita al norte con la Comunidad de para la producción de la papa y el maíz, y
Gualacata y la carretera panamericana; al el valle caliente, para el cultivo de frutas
sur, con el páramo y la laguna de Mojan- como el capulí o yuyos como el “guaca-
da; al occidente, con la comunidad de To- mullo” y, luego, para la coca y el ají.
Esta utilización inteligente, de por lo
cagón y; al oriente, con las comunidades
menos cinco niveles, pudo ser mantenida
de Mariscal y Tupigachi. El sector de ma-
en tiempos incaicos, luego de la gran pug-
yor concentración demográfica se inicia al
na de la cual damos cuenta después.
lado izquierdo de la carretera Panamerica- Con los españoles, entramos en la fase
na y se extiende en una franja longitudinal de consolidación de la hacienda que según
hasta la mitad de la ladera del cerro Ya- Galo Ramón (1987:120) tuvo una demora
naurco. Tal situación ofrece a sus habitan- de por lo menos 150 años, durante los
tes un paisaje privilegiado conformado, cuales hemos de comprender tanto “la ini-
entre otros elementos, por la laguna de ciativa colonial que va imponiéndose en la
San Pablo y el volcán Imbabura. correlación de fuerzas y la de las respues-
Ubicada en el extremo norte del terri- tas e iniciativas indígenas, que muestran a
torio de los kayambis, consideramos a es- una sociedad activa que resiste en todos
ta comunidad como una buena muestra los terrenos, aprovecha resquicios y mati-
de un pueblo que ha seguido un proceso za fuertemente las imposiciones de los in-
duro y difícil a lo largo de los siglos. Un vasores”.
breve recorrido histórico con los datos Entender esta doble dinámica –el con-
que tenemos a mano nos ayudará a enten- quistador europeo frente al conquistado
Runa Yachai / 99

cayambi– es sumamente importante pre- nada “economía étnica” encaminada a sa-


cisamente para no caer en simplismos y tisfacer la exigencia de tributos exigidos
para entresacar de esta lectura aquellos por los españoles. Este tipo de economía
mecanismos utilizados por los más anti- se realizaba en pleno funcionamiento del
guos cayambis en el contexto de la domi- cacicazgo y según todas sus redes de rela-
nación y que, según creemos, parecen ha- ciones, sólo que articulada a las necesida-
ber subsistido hasta ahora, mediante una des del mercado.
inteligente socialización a los niños.
Aunque el mecanismo no es privativo “El tributo que deben pagar los cayambe-
de este pueblo, bien podemos decir que la ños privilegia tres tipos de productos: los
política empleada por los caciques de Ca- textiles de algodón (mantas o camisetas),
yambe es un claro ejemplo de sagacidad los productos agrícolas tradicionales del
indígena. Los caciques valle alto y los pecuarios (aves, puercos)
que, vendidos en almoneda pública en
“mostraron en todo el período gran habi- Quito, permitían cubrir el tributo im-
lidad para aprovechar adecuadamente la puesto”.
situación generada, sacando ventaja de
controlar mindalaes, yanas, indios sujetos (Ramón, 1987: 126)
y mujeres, logrando una intensa relación
con los españoles”. Este tipo de economía se organizaba
según un calendario de actividades que
(Ramón, 1987: 122)
diseñaba estrategias diferentes según el
Tal vez más que en los otros sectores, producto. Para el caso de los textiles, el ca-
aquí parece tener explicación la denomi- lendario habría sido así:

Cuadro Nº 8
Calendario textil en Cayambe

Producto Fecha Lugar

Cosecha del algodón Noviembre En la cuenca del Mira


Desmonte y transporte Marzo-Abril En Caranqui y Cayambe
Escarmenar
Hilar Mujeres y hombres de
Tejer Mayo-Julio Cayambe
Tributo escalonado Agosto Quito
En combinación con Agri-
cultura de subsistencia Enero

Fuente: Ramón (1987: 128-129)


Elaboración: Proyecto de investigación
100 / José Yánez del Pozo

Pensamos que esta idea de organizar vigentes en este pueblo, que socializa a sus
calendarios según los productos para la niños en el aprendizaje de este tipo de “re-
subsistencia general sigue vigente, como sistencia”.
lo veremos más tarde. Antes de ejemplificar lo que afirma-
Otro mecanismo de resistencia o de mos, veamos unos pocos elementos histó-
utilización del sistema colonial fue el he-
ricos más. La posesión de la tierra, hacia
cho de que la encomienda “no logró en la
1696 (S. XVII), aparecía de la siguiente
Sierra Norte controlar directamente el
aparato productivo, que incluso generaba manera:
algunos excedentes que se escapaban a los
encomenderos y eran apropiados por los
productores indígenas de algodón y coca”
(Ibid. 131). Según el mapa, más de la mitad de la
Cuando a fines del S. XV y comienzos tierra del pueblo cayambi estaba en manos
del XVI, la hacienda empieza a consoli- de los religiosos, como es el caso de los
darse, ante la necesidad de captar todo el mercedarios en Pesillo (Cfr. Yánez del Po-
excedente indígena no logrado por la en- zo, 1986) y los agustinos, donde precisa-
comienda, los cayambis imaginaron por lo mente trabajaban los habitantes de CA-
menos cuatro formas de resistencia. Según LUQUI.
Ramón (1987: 134-136), estas formas fue- Como es sabido, tanto en esta zona co-
ron: mo en la otras del estudio, el uso que ha-
cían los señores étnicos de los diferentes
1. El mantenimiento de un territorio grupos y subgrupos era el que sostenía la
étnico distinto del español. economía. Los europeos así lo entendie-
2. Las relaciones de parentesco al inte- ron desde el comienzo y lo que hicieron
rior del trabajo hacendatario. muy sabiamente fue utilizar el sistema de
3. El mantenimiento de algunas insti- trabajo existente Tres formas de trabajo
tuciones como los mindalaes, a tra- institucionalizado parecen haber servido
vés de las cofradías, como una for- mejor a los intereses de los europeos: la
ma sincrética de resistir. mita o trabajo obligatorio, el yanaconaje o
4. La rebelión misma, acudiendo entre sistema de trabajo servil y el sometimien-
1666-67 a un dirigente sincrético to de los llamados indios forasteros.
que combina adecuadamente lo ca- El uso de la fuerza de trabajo indígena
por parte de los europeos no era una tarea
yambi, lo inca y lo europeo.
fácil. Se tenía que establecer un acuerdo
Podríamos decir que el territorio y su entre las dos partes, por más que éstas es-
lucha por él, el parentesco, la institución tuvieran en condiciones de una gran desi-
de la fiesta y la rebelión misma continúan gualdad. De acuerdo a Ramón ( 235) “en-
tre el hacendado y los indígenas se habría
Runa Yachai / 101

Cuadro Nº 9
CAYAMBE: Ubicación de las principales haciendas en el siglo XVII,
tras la visita de A. Ron en 1696

Ramón (1987: 162)

llegado a establecer un pacto social con- continuas usurpaciones de territorio de las


flictivo”, que, obviamente generó una acti- que eran víctimas; a cambio de ello, los in-
tud indígena, tal vez la única posible. dios se obligaban a trabajar esas tierras,
entregando una significativa renta, siem-
“Los indios homologaron al terrateniente pre y cuando el hacendado les garantizara
con el cacique, aceptando, por tanto, que su reproducción social, el pago de sus obli-
las tierras eran formalmente del hacenda- gaciones tributarias con el Estado colonial,
do, buscando entonces plantearse un pac- el funcionamiento de sus formas organiza-
to social: el hacendado como dueño for- tivas y redes de parentesco, de modo que la
mal de la tierra garantizaba hacia afuera, hacienda, por dentro, se convertía en un
hacia la sociedad colonial la integridad te- territorio comunal de reproducción”.
rritorial de esos predios, gestión indispen-
sable y necesaria para terminar con las (Ramón, 1987: 235)
102 / José Yánez del Pozo

Lo conflictivo del pacto, precisamente, Sobre todo el funcionamiento de la


se origina en la distinta racionalidad de un hacienda y su relación con los “dueños”,
pueblo y otro: la concepción sobre la pro- los indígenas cayambis recuerdan o han
piedad de la tierra así como la posibilidad oído hablar bastantes cosas; veámoslo con
de una relación de acuerdos elementales dos testimonios.
en una asimetría cada vez más acentuada. El primero es de Ernesto Valladares,
La violencia desatada en contra de los catequista e historiador campesino de Pe-
indígenas y comprobable en toda la zona sillo de 57 años que, de su puño y letra, y
(cfr. Yánez del Pozo, 1986) por parte de los con sus propios “errores” gramaticales, es-
hacendados, paradójicamente, se asentó cribe:
en algunos de los esquemas de producción
de la sociedad indígena como la microver- “Antiguamente vivían unidos entre la raza
indigina y la raza mestiso la raza mestiso
ticalidad. Con esto, por supuesto, lo que
vivían formando una comunidad en la
conseguían era especializar la actividad y
misma hacienda bajo el mando de los Pa-
aumentar la eficiencia. A partir de ello, in- dres Mercedarios y más patrones arrenda-
clusive, parece haberse graduado la vio- dores, esta unión de razas eran de distintos
lentación. partes, unos eran llegados del norte, y
Veamos el caso de la hacienda de otros eran llegados del sur hasta Colom-
Guachalá que posiblemente se parecía a bia, cómo también abían partidarios de
la de San Agustín, a donde perteneció Ca- agricultura en Turucucho mesclados entre
luqui. raza indigina y raza mestiso bajo el mando
Lo primero que salta a la vista en el de patrones.
gráfico, y que responde a lo que hemos di-
La raza indigina eran huasipungueros eran
cho, es la práctica de la microverticalidad muy poquitos luego después entraron más
al interior de la hacienda, con diferentes huasipungueros, forsosos, y obligados de
zonas y trabajadores especializados. los patronos, siendo los mismos hijos de
En todas estas zonas de producción, es los huasipungueros antiguos.
en la de los obrajes donde se produce la
mayor conmoción. Allí, el patrón no tran- Anterior año 1700 y 1800 más anterior ha
za y desde allí se proyecta la imagen de los sido vivienda los incas entre sector San
más crueles castigos de la época, algunos Francisco y puente viejo, de La Chimba y
Santa Rosa, de Pucará y Cascatola. Luego
de los cuales aún son recordados con hon-
después vinieron posicionantes llamado
da amargura por los viejos cayambis (Cfr.
Andón Guatemal resibido como posicio-
Yánez del Pozo, 1986: 125). Como bien lo nante eredero, él formaba campamentos en
anota Ramón (1987: 27), el individuo cas- distintas partes cómo en el llano rumico-
tigado quedaba convertido en huaccha, rral, en huagracallo, y en la qué es hoy Ha-
huérfano, sin familia, sin núcleo de paren- cienda, sólo era campamentos de paja, el
tesco, pobre, el último en la escala social terreno era pajón y morates, terreno culti-
del mundo andino. vo muy poquitos partes en partes porque
Runa Yachai / 103

Cuadro Nº 10
Hacienda de Guachala Siglo XVIII

Ramón (1987: 241)

no tenían erramientas de fierros por eso no huashmo, hasi abía distintos erramientas
podían cultivar el terreno, solo utilizaba de madera.
erramientas de madera algo de piedra, pa-
las que llamaban hualmo, reja de madera. Luego llegaron los padres mercedarios
traídos por los españoles abansaron rreco-
Arados de madera sin reja, los conosemos rrieron la Sierra del Ecuador llegaron en
hasta hoy, y palas de madera, lo llamamos las comunas y posicionantes bisitaron a los
104 / José Yánez del Pozo

posicionantes luego siguieron bendicien- maron las escrituras en pergamino, las es-
do las tierras, y personas, al jefe Andón crituras de Andon Guatemal es quedado y
Guatemal le bendecieron y se casó con do- sacado por un criado y a llevado a la pa-
ña Zarubia, pero no llegaron a tener hijos, rroquia Angochahua y desaparecido en
pero quedaron ya los peones, llevaron el Guanopamba o Mariano Acosta”.
apellido Guatemal.
(Yánez del Pozo, 1986: 57-58)
Estos padres, recibieron las tierras con en-
gaño, primer lugar por dar misa y bendi- Según Valladares, los caciques y los in-
ción, y siguió dando misa, y como pago cas no habrían significado una ruptura o
fue entregando tierras. Los linderos eran trauma para la población, más bien se los
por el Norte en ventanas chico, con Angla reconoce como jefes naturales. No sucedió
Cusin, por el sur en Sn Domingo de Can- lo mismo con, los españoles-mercedarios
tón Cayanbe, por el Oriente, el río Arturo que con el engaño a Guatemal, cacique
y del Nevado Cayambe, por el occidente el histórico - mítico de Pesillo, se apodera-
paramo Cusin. ron de toda la tierra. Guatemal no tuvo un
Estos eran los márgenes de la tierra. Luego
hijo carnal sino miles de hijos pesillanos,
formaron haciendas, en las haciendas for- que han convivido y conviven con los
maron comunidades trayendo gentes de la mestizos, como en tiempos antiguos.
costa y Sur, principalmente de la ciudad de El testimonio de Julio Cabascango, de
Guayaquil, como familia Cadenas familia unos 50 años, se refiere así a la hacienda de
Novoa así distintos familias son traídos los San Agustín.
padres.
“En tiempo de las haciendas aquí toda la
Los padres con la inquietud de hacer co- gente trabajaba como yanaperos (peones),
nocer la ciudad de Guayaquil al Andón e inclusive hasta las mujeres, los niños ha-
Guatemal lo llevaron a Guayaquil, abido ciendo sus trabajo de cuidar terneros, de
comendarios muerto por los secuestrado- cuidar el establo, de hacer el lavado. Las
res. En ese tiempo no abia, bias corrosables mujeres en el ordeño, de ser cocineras, sir-
andaban a pie y caballos hacían muchos vientas y así mismo ser del patrón o sea
días en caminar, andaban en grupos nó so- muchachas del patrón y los hombres espe-
los porque abia muchos secuestradores, lo cialmente en el trabajo agrícola. Todos los
llevaron al Andón con mucha inquietudes, días de la semana se ha trabajado en esas
a conocer la ciudad enseñar la religión Ca- épocas sin remuneración ninguna. Solo es
tólica y saber donde tienen oro, etc. conocido que el patrón entregaba en tiem-
pos de finados, en San Juan o en Año Nue-
Los padres al regreso ya eran dueños de la vo una pequeña ración o una porción de
tierra, poque el mismo Dueño Andón productos, digamos, sea maíz o cebada o
Guatemal entrego algo de partes de la tie- papas y así mismo en tiempo de finados o
rra, haciendo conocer los márgenes, y for- en San Juan les daba comprando así unas
Runa Yachai / 105

dos varas o dos metros de liencillo para gran ruptura se dio con la presencia de la
que el hombre se haga su calzón o su ca- hacienda. Siempre estuvo firme la presión
misa; pues en esa época no se usaba ni ca- de parte indígena para que los españoles y
misa sino que chusmas (una especie de ca- criollos hacendados cumplan su parte del
misa sin mangas) Entonces y para las mu- pacto social conflictivo, del cual hemos
jeres darles fachalinas (chales)y que se ha- hablado.
gan una camisa.
Una segunda gran ruptura vino con la
Reforma Agraria que hizo posible la “libe-
La gente ha sido maltratada por parte de ración” de cientos de cayambis que sin su-
los mayordomos o mayorales que siempre ficiente tierra o con pedacitos de mala ca-
llegaban en esa época para con los arren- lidad (“territorios étnicos”), luchan por la
datarios conjuntamente. Ha habido, o sea,
subsistencia sea al interior de la comuni-
abusos, como se dice, maltratos físicos y
así mismo violaciones a las compañeras dad con algún tipo de control microverti-
mujeres y es por eso hay algunos compa- cal, sea con su vinculación al mercado ca-
ñeros indígenas a quienes nosotros llama- pitalista.
mos de “media sala”; son más blancos, co- Actualmente, Caluquí y todo el pueblo
loraditos”. cayambi, se encontraría en esta segunda
gran ruptura, buscando angustiosa y de-
(JULIO CABASCANGO)
nodadamente recuperar algo del territorio
Según este testimonio del dirigente de que les fuera arrebatado y donde ya no se
Caluquí, asesinado el 31 de Marzo de 1991 reeditaría el “pacto social” anterior; al me-
en Huaycopungo, el principal trabajo era nos no en las mismas condiciones.
el de yanaperos, “ayudadores” del patrón Ocurra lo que ocurra en el futuro de la
en los más variados “servicios” y trabajos. zona, en Caluquí ya se están formando las
A cambio de ello, el patrón estaba en la nuevas generaciones, según mecanismos
obligación de cuidar el territorio y de dar- concretos que trataremos de presentar.
les algunas cosas para San Juan, lo cual no En la comuna viven actualmente 665
siempre lo hacía de buen agrado. Parecie- indígenas distribuídos en 147 unidades fa-
ra que con esas dádivas, el patrón se sentía miliares con un promedio de 4.58 miem-
con derechos para abusar tanto de la gen- bros por cada núcleo. Todos los comune-
te, en este pacto social hasta hace poco vi- ros están emparentados por vía directa o
gente y que, entre otras cosas, también ha por el compadrazgo que ha multiplicado
dado origen a los indígenas “media sala” o las redes familiares. Si a ésto sumamos que
mestizos. los matrimonios, en su mayoría, se con-
En síntesis, pues, la historia de este cretan en el mismo espacio comunal, con
pueblo presenta varios momentos claves a indígenas de lugares cercanos (Cajas, Gua-
los cuales llamamos rupturas, por los lacata, Pijal Alto, Tupigachi, etc.) y, en re-
cambios bruscos que vinieron. La primera ducidos casos, con personas de sitios mas
106 / José Yánez del Pozo

distantes (Cayambe, Tusa, Pimampiro), En cambio, en la zona alta, la produc-


encontramos que las familias mas jóvenes ción es comunal dado que se realiza sobre
continúan llevando los apellidos hereda- la propiedad colectiva. En este caso, dirigi-
dos de sus ancestros y que, sin mayor omi- dos por el cabildo, los campesinos siem-
sión son los siguientes: Cabascango, Fon- bran papas, habas y cebada.
te, Cuascota, Tauca, Gualacata, Paisano,
Tocagón, Chicaiza, Chicota, Cuatucuango, “El trabajo aquí se mantiene comunitario
en las tierras comunales. En la producción
Males y Quilo. El sistema ancestral de pa-
todos tenemos derecho a igual trabajo. Se
rentesco, pues, sigue vigente y en él se pro- divide al momento de la cosecha, de acuer-
duce la socialización. do al trabajo, a veces, algunos se atrasan;
La tenencia actual de la tierra, en cada tenemos que igualarnos y dividir todos
grupo familiar, fluctúa entre las 0 y 5 cua- iguales: papas, habas, cebadas para que no
dras a las que habrán de añadirse aquellas haya resentimientos. Esos tres productos
que son explotadas colectivamente en las son los que más hemos sembrado”
zonas altas, por ser de propiedad comu- (JULIO CABASCANGO)
nal. Sobre éstos lotes se construyen mo-
destas viviendas de adobe, teja y piso de En 1990, los comuneros sembraron 40
tierra cuya distribución física respeta el quintales de papa. En los últimos años es-
modelo de construcción tradicional. En ta actividad ha sido subsidiada con fondos
los extremos (minoritarios) están la choza provenientes de la Fundación europea
con cubierta de paja o la casa de bloque Brethren Unida, que entrega dinero para
con techo de cemento o eternit. la compra de semilla, abonos y otros insu-
Los terrenos de la comunidad de Calu- mos.
quí se ubican entre los 2.150 y los 3.900 En cualquiera de los dos casos, la ren-
ta obtenida es el resultado de la diversifi-
metros. En la parte baja encontramos la
cación de funciones del grupo familiar,
propiedad de cada grupo familiar que
que debe garantizar, al mismo tiempo: 1.
–como ya expresamos– fluctúan entre las
La cobertura de la mano de obra que se
0 y 5 cuadras. En ésta zona, la producción
desplaza en los flujos migratorios. 2. La
de ciclo largo se concentra en el maíz y el mano de obra necesaria para el trabajo en
fréjol, alternando con la alverja en el ciclo los lotes familiares así como para el traba-
corto. La producción no esta mecanizada jo comunitario llamado prestamanos y
y se utiliza el arado como la forma prima- otras formas de solidaridad e intercambio
ria de preparación del suelo. Los produc- con los otros núcleos y 3. La presencia de
tos finales se dedican al autoconsumo, al representantes del grupo en las mingas co-
intercambio y muy limitadamente, a la co- munales de las zonas altas.
mercialización en Otavalo, González Suá- Estas prácticas de la utilización de va-
rez o con los comerciantes particulares. rios pisos ecológicos ceranos conocida co-
Runa Yachai / 107

mo microverticalidad, por un lado, y de la Con referencia al pastoreo, que es una


racionalidad campesina, centrada en la manera más con la cual los niños de Calu-
ayuda mutua, por otro, bien podrían ser la quí aprenden y contribuyen a la subsisten-
continuación, sólo que en condiciones di- cia general, presentamos el testimonio de
ferentes, de aquellas utilizadas por los an- la niña Teresa Cuascota Cabascango de 11
tiguos cayambis, a lo largo de los tiempos. años.
La producción agrícola se completa
“Yo aprendí a pastar desde los 5 años, me
con la crianza, en pequeña escala, de ani-
enseñó mi abuelita, andando a pastar con
males domésticos como: gallinas, puercos, mi abuelita enseñó; nos íbamos arriba a
cuyes, conejos, etc. que ayudan a comple- Pagolo. Yo voy a pastar solita desde la
mentar la dieta y a garantizar la capacidad muerte de mi abuelita a los seis años.
de que el grupo familiar responda a sus Siempre me he ido a pastar a Iura-Rumi,
compromisos sociales: priostazgos o res- Pucyuco; por ahí hay bastantes flores.
ponsabilidades familiares para pasar las Ahora me voy a pastar todos los días con
fiestas, bautizos, matrimonios. La tenencia 24 borregos. Me voy ajuntando con las
de borregos y vacas (que en las familias amigas, con la Juana. Allá arriba jugamos,
más acomodadas no supera las diez cabe- cogidas, ollitas (marcando y comprando).
Me voy a pastar a las 7 y regreso a las 3 de
zas) obliga al pastoreo doméstico que, co-
la tarde. Voy con cucahui (refrigerio) de
mo norma general, basa su éxito y conti-
arroz con pan, con carne. Mi mamá me
nuidad en el trabajo de las mujeres y los prepara. Arriba no han robado, del corral
niños. se han robado. El lobo se ha comido dos
En referencia especial a los niños diga- borregos tiernos. Yo si tengo miedo al lo-
mos que algunas de las labores de la casa, bo, dizque sabe morder. Yo llevo el perro
son desempeñadas por niños y niñas a para ayudar; Nigro si llama, Tarzán otro.
partir de los 5-6 años más o menos. En la Los perros saben hacer volver borregos. A
investigación realizada, los miembros del mi si me gusta pastar. No me pagan para ir
equipo hemos sido testigos de como en al- a pastar porque es de nosotros borregos.
Mi abuelo sabe cortar la lana a los borre-
gunas casas y durante muchas horas del
gos, yo no. Yo, a mis hermanos y amigos
día, los niños permanecen solos. Ellos de-
chiquitos, sé llevar a pastar.
ben encargarse de varias responsabilida-
des importantes como cuidar los animales A veces arriba sabemos cocinar habas con
domésticos, cocinar o cuidar a los herma- papas. Nos gusta pastar cuando hay sol. Yo
nos menores. En el caso de que, por jugar si tengo algunos borregos que me gustan
generalmente, estas labores hubieran sido más, cuatro son. Allá arriba hace bastante
descuidadas, cuando regresan sus madres, viento. Los borregos toman agua en pucyu
(vertiente), les hacemos tomar a la una de
pueden castigarlos con insultos o con pe-
la tarde.
queñas varas. “Así los huahuas aprenden a
no ser ociosos”, dice una mamá, justifican- Cuando el lobo se comió los dos borregos
do estos pequeños estímulos. mi mamá me castigó a mí, me pegó a mí”.
108 / José Yánez del Pozo

De este testimonio, representativo de nos cuenta su vida de trabajadora domés-


la socialización para el pastoreo en este tica.
pueblo, entresaquemos las siguientes
“Mi papá es albañil, tengo 10 años; 4 her-
ideas: manos tengo. Yo trabajé en González Suá-
Teresa aprendió a pastorear con una rez recién en estas vacaciones. Allá me voy
persona mayor, en este caso su abuelita, a a cocinar, a lavar a barrer. Me voy a la casa
partir de los 5 o 6 años. Tiene un horario de la Señora Luisa, ella me paga S/. 400 el
más o menos fijo, que debe combinar con día. Trabajo de 7 de la mañana a 6 de la
las tareas de la casa y con la escuela, cuan- tarde. Ellos son marido y mujer. Ellos tie-
do tiene que ir allá. nen en la casa perros, chanchos, cuyes, co-
Como estímulos positivos para esta la- nejos.
bor podemos anotar la comida preparada Antes de esto me fui a Cayambe; pasé ahí
por la mamá o cocinada por los pastores dos meses, estaba en la escuela y pedí per-
en el páramo, el juego con los perros y con miso. Me fui a cavar las papas. Me llevó la
los amigos y hermanos, así como el hecho señora Lupe de González; ahí me pagaban
de las flores y el sol. No está de por medio, S/. 400 al día y me daban comida. Trabaja-
como no podía ser de otra manera, un es- ba desde las seis hasta las cuatro. Yo cavaba
tímulo económico. La niña está conscien- papas, cogía, cocinaba. Trabajábamos 10:
ahí mismo dormía en una carpa. No me
te que, a su edad, no está en capacidad de
hacía frío.
hacer determinadas actividades referentes
a las ovejas como el cortar la lana o el cas- También después de Cayambe trabajé en
tramiento. Olmedo, cavaba papas y cogía. La señora
La presencia de animales como los pe- Lupe mismo me llevó. En Olmedo me pa-
rros con nombres, que “saben hacer volver gaban S/. 500 y me daban de comer. Dor-
a los borregos” o el lobo que “se ha comi- mía en la carpa mismo, hacía frío y íbamos
entre cinco, me fui un mes y cobrando me
do dos borregos tiernos” y por lo cual “mi
vine. Me trataban bien, decían que cave,
mamá me castigó” es un hecho cotidiano
que coja, que cocine. A mí me gustaba tra-
de seguridad y susto, que siempre está pre- bajar allá porque era bueno. Trabajaba con
sente en el aprendizaje y práctica del pas- la Amelia Criollo, mi amiga de aquí atrás.
toreo. Iba también mi abuelita. Los otros tam-
Sin embargo, los cayambis de Caluquí bién eran de Caluquí, allá hablábamos en
también deben desplazarse fuera de la co- Castellano; unos compañeros GUANGU-
munidad para dos tipos de trabajos: el ser- DITAS sabían hablar en quichua, no en-
vicio doméstico de las mujeres y la cons- tendíamos que decían.
trucción y otros trabajos en Imbabura o A mi lo que más me gusta hacer es cocinar,
Quito. lavar, barrer; a mi no me gusta ir a traer le-
En primer lugar, escuchemos a la niña ña o ir a traer agua, porque es fiero. Cuan-
Elvia Cacuango Chicaiza, de 10 años que do iba a cavar me gustaba coger. No me
Runa Yachai / 109

gustaba cavar. Con la plata que me paga- y a sus hermanitos. Si pudiera escoger no
ban compraba zapatos, ropas. Algunos da- saldría a trabajar, pero ¿puede escoger
ban a mi mamá. Pero más me compraba. realmente?
Cuando sea grande quisiera cocinar, lavar, En el caso de los hombres, este despla-
planchar. A mí me gusta Cayambe. Me zamiento los lleva, en orden de importan-
gustaba la comida, hacían arroz, sopa, qui-
cia, a Quito, el Valle del Chota, Otavalo,
nua, cebada. Porque las señoras eran bue-
Salinas y Cayambe; en dichos lugares bus-
nas. Yo si extrañaba la casa. Un poco extra-
ñaba más a mi mamá y a mis hermanos. Si can trabajo como albañiles, cargadores o
me dicen que trabaje aquí o en Cayambe jornaleros. Los desplazamientos a Quito,
yo trabajaría aquí”. sea para el trabajo en las empresas cons-
tructoras sea para cargar en los camiones
¿Qué nos enseña esta pequeña de 10 de la Fábrica Cemento Alegre, les reporta
años? un ingreso diario de 1500 sucres sin comi-
La gente mestiza de González Suárez, da. Por su parte, el jornal en el Valle del
especialmente señoras, “engancha” a las Chota y Salinas, es cuantitativamente me-
niñas para llevarlas a trabajar en Cayambe nor aunque incluye la comida.
u Olmedo. Esta niña habla Castellano y se El centro del “flujo migratorio” más
siente diferente de las “guanguditas” (indí- importante es Quito, ciudad a la que via-
genas del pueblo Otavalo) que hablan jan el lunes en la mañana para retornar el
Quichua. Realmente se siente cayambi- viernes en horas de la tarde o noche; por
huarmi, similar tal vez, pero no igual a las las características de su crecimiento urba-
otavalo-huarmi. no, la capital es una fuente de trabajo se-
Le pagan S/. 400 - S/. 500, diarios por gura durante todo el año.
lavar, cocinar, barrer, tareas que si le gusta Los desplazamientos a las zonas ca-
hacer y que, seguramente, las hace bien lientes de Imbabura tienen relación con la
luego del respectivo aprendizaje en su ca- temporada de siembra, cosecha, procesa-
sa. Algo que no le gusta es traer agua, o le- miento de la caña de azúcar; por esta ra-
ña “porque es fiero”. Tampoco le gusta ca- zón, son más ocasionales y suponen un
var las papas, sino recogerlas. mayor tiempo de permanencia. De todas
Siente que le tratan bien. Va con su maneras, la concurrencia a este sector,
amiga y eso le significa compañía y segu- probablemente tiene que ver con la segu-
ridad. Duerme, come, trabaja donde le di- ridad de encontrar ocupación en los me-
cen, sin hacerse mucho problema. Sabe ses en que la fuerza de trabajo llega a sus
que cuando crezca deberá seguir haciendo niveles más altos. En este período también
lo mismo o cosas similares. se presentan las condiciones más adecua-
Es capaz de “sacrificar” la escuela para das para las primeras vinculaciones de los
irse al trabajo. Con la plata que gana com- niños y los adolescentes quienes también
pra sus ropas y sus zapatos aunque a veces se logran ubicar, aunque con jornales más
le da algo a su mamá. Extraña a su mamá bajos.
110 / José Yánez del Pozo

¿Cuál es la experiencia concreta de los Me quiero ir a Quito, para ganar psss. Aquí
niños y jóvenes en estos trabajos. ayudo a sembrar así, no es de ganar, aquí
Rafael Cabascango de 14 años, nos re- no pagan plata.
lata su historia de pequeño gran trabaja- Aquí yo manejo el azadón, la yunta, arar.
dor migrante. El cerro me gustaba. Daba pereza. Cuando
iba con los borregos, iba leñando leñas. No
“Tengo 14 años y trabajo desde los 11. Mi sé que me gusta más, trabajar o estudiar.
papá me enseñó a sembrar, cavar, así. Sabía Estudiar!”
tan pastar borregos. Después me llevaron
al valle. Ahí sabía limpiar la caña, cortar la Sin embargo el jovencito Rafael ya ter-
caña con machete. Mi papá, me enseñó a minó su época de estudio. Estuvo hasta
manejar el machete. Hacía fuerte calor
quinto grado y ahora debe trabajar. Ni si-
allá. Trabajaba desde las 7 hasta las 5. Me
gustaba más limpiar la caña. Tenía miedo
quiera puede escoger. Debía pastorear
de las culebras y no me gustaban los mos- aunque no le gustaba. Debe quedarse a
cos. El dueño era uno de Ibarra. Por quin- ayudar en la casa aunque bien quisiera ir a
ce días pagaba S/. 4000; daba comida. Casi Quito a ganarse la platita. Debió también
entre 10 trabajábamos, casi toditos como trabajar en el Valle como su rito de inicia-
yo; algunos eran de aquí, otros de ahí aba- ción en su largo camino de trabajador. Su
jo. Los jefes a veces nos hablaban, de ahí, papá le enseñó a utilizar bien el machete,
pegar no pegaban. Por un mes así vivía en como una técnica muy necesaria para el
una choza, allá dormíamos. No salía a Iba-
trabajo y la defensa.
rra. Con la plata compraba, ropa, sal, man-
teca.
Siempre ha trabajado con muchachos
de edad similar con los cuales sin duda,
Pero no me gustó ese trabajo. Era duro y el habrá hablado, peleado y planeado. Insus-
dueño, fuerte sabía hablar a las gentes. tituible manera de socialización entre
Después fui a Quito, a trabajar en cons-
gente de la misma edad; los mismos pro-
trucción de casa como peón, mi cuñado blemas y las mismas aspiraciones.
me llevó. La fascinación de Quito no creemos
que sea solo económica. ¿Será la multipli-
Era en San Carlos. cidad de posibilidades de todo tipo? ¿Será
Todo mismo gustaba de Quito. El dueño la oportunidad de encontrarse con gente
era el señor Flores. Ganaba semanal 9.000 diferente? La gran ciudad así aparece co-
sucres más comida. Trabajaba entre 4 así 6. mo un ámbito privilegiado de socializa-
A mi me gustaba la casa, salía a pasear con ción “para el bien y para el mal”, como el
compañeros. gran tianguez de antaño, ahora reformu-
lado y modernizado.
Casi dos meses como peón trabajé.
A pesar de que adultos y niños salen a
Después ya vine a Calderón. Ahora mi pa- trabajar fuera, su principal referente sigue
pá no manda, hay que trabajar diciendo. siendo la comunidad.
Runa Yachai / 111

¿Cómo funciona la comunidad –”te- Presidente del Comité de agua potable; se


rritorio étnico”? reciben informes de la marcha de otros
En el orden político, en Caluquí, el ca- organismos que pese a su relativa autono-
bildo constituye el centro a partir del cual mía responden al organigrama jerárquico
se organiza la vida comunitaria. Se reali- que otorga todo el poder al cabildo. Nos
zan asambleas generales ordinarias el pri- referimos a la existencia en Caluquí de un
mer día de cada mes con una asistencia equipo de fútbol, del grupo de música Ru-
promedio de 80 a 90 jefes de familia miñahui (dirigido por el presidente), del
(58.62%) y, más allá de las sanciones re- comité de padres de Familia de la Escuela
glamentarias que el consenso ha estableci- Tomás Ribadeneira (presidido por el se-
do para los ausentes, la participación ma- cretario del Cabildo) y del taller de tejidos
yoritaria de los comuneros en este evento también conducido por un miembro de la
se realiza porque sus resoluciones tienen directiva central.
que ver con todos los ámbitos del hacer El cabildo, pues, se constituye en el eje
cotidiano del cual no puede excluirse nin- central de esta comunidad cayambi, hecho
guna unidad familiar a riesgo de ser mar- que posiblemente no es muy frecuente en
ginada por el colectivo. otras comunidades de este mismo pueblo
En efecto, en dichas asambleas se dis- que sufren progresivas desestructuracio-
cute y resuelve sobre aspectos relaciona- nes.
dos con el trabajo comunal (organización Probablemente la “unidad religiosa”
de las mingas semanales) o con la educa- católica contribuye, de alguna manera, a
ción, las finanzas, la construcción de obras esa relativa unidad.
de infraestructura comunal, la relación
con otras organizaciones u organismos “Quisieron entrar sí. O sea la Visión Mun-
públicos y privados, etc., todo lo cual con- dial quiso entrar, pero nosotros aquí no
tribuye al éxito de sus convocatorias. hemos permitido que entren y hagan divi-
La conformación del cabildo responde siones, nosotros conocemos la situación
a la curiosa amalgama con la que se es- que ha atravesado otras comunidades, el
tructura el poder en las comunidades an- caso de Tocagón, de Agato, de Compañía
dinas pues, si bien se respeta la norma ju- mismo, un fin os problemas. Tonces noso-
rídica para estratificar la dirigencia, a la tros hemos dicho: “no”.
vez integra puestos que responden a la tra- En el aspecto de la religión hemos dicho
dición cultural de la comunidad o a nece- que dentro de la comunidad no debemos
sidades coyunturales más específicas. Por estar peleándonos por credos, lo que cada
esta razón el día en que se eligen presiden- uno crea. Por ejemplo una organización
te, vicepresidente, secretario y tesorero cristiana, la OCTE ha entrado ¿no?, y así
también se nombra a, caparidor o anun- mismo otras organizaciones no han entra-
ciador, a diez miembros de la Ronda, al do acá.
112 / José Yánez del Pozo

Hay un solo compañero que participa de Y es esta interrelación la que ha permi-


la pentecostal, el resto todos somos de la tido integrar la comuna al movimiento in-
misma religión, todos nos entendemos, dígena de Imbabura con el que ha com-
creemos que las divisiones no son para no- partido éxitos y fracasos, obteniendo una
sotros. Como indígenas debemos mante- valiosa experiencia que ha favorecido la
nernos unidos y entendernos en todo as- cohesión interna. Por este motivo, sus di-
pecto sea religioso, político o social”.
rigentes son reiterativos al referirse a su
(JULIO CABASCANGO) proceso unidad, hecho que los permite
evitar que sus relaciones políticas, sociales
Con relación al aspecto político regio- o religiosas puedan devenir en escisiones
nal digamos, que la comunidad es parte de como las que ha sufrido otras comunida-
la historia de la Federación de indígenas y des.
campesinos de Imbabura (FICI) a la que Pero la cohesión y la capacidad de
se vincula en la década del 70; algunos de convocatoria del Cabildo también deben
sus miembros han sido parte de la FICI o ser explicadas a la luz del vigoroso proce-
de sus organismos regionales. Revisemos so de movilización que los indígenas de
este testimonio: esta zona han desarrollado en el último
año y que tienen que ver con su participa-
“Desde 1978 he estado así mismo como
ción en el levantamiento indígena de ju-
secretario del Cabildo; en el año 80, o sea,
ya me pusieron que entrara a trabajar co-
nio de 1990 y en la lucha actual por la tie-
mo alfabetizador hasta el 81 - 82 y de ahí rra.
he estado como presidente de la Unión de En efecto, los caluqueños junto a otras
Comunas de González Suárez, dos años. comunidades del Sur de Imbabura tuvie-
Un año he estado en la FICI mismo, estu- ron una participación activa en Junio y en
ve en el ECUARUNARI y luego regresar los conflictos presentes que, precisamente,
acá a la comunidad a estar como presiden- reviven uno de los elementos de la resis-
te del cabildo dos años y actualmente co- tencia de siglos: la rebelión.
mo secretario y asimismo estoy dentro de
la directiva de la FICI. Eso para uno se ha “Incluso nosotros hemos tenido aquí en
avanzado capacitando de a poco en las esta zona de Gualacata un enfrentamiento
mismas reuniones o cursos o seminarios con los militares, en la cual, a un compa-
que siempre se realizan… Es un trabajo ñero le golpearon y, asimismo, a un militar
que llevamos coordinadamente con otros le quitaron el casco y últimamente el go-
compañeros mas que todo desde la base. Si bernador de Imbabura nos insiste que el
no, un dirigente, sino tiene relación con su casco tiene que ser devuelto. Tonce asímis-
mo otro enfrentamiento en a cuña de
base, casi no tiene representatividad, por-
Huaycopungo… la gente indígena mismo
que no hay apoyo para cumplir con las ta-
el arma que tiene es el palo, entonces se ha
reas”.
defendido ¿no?; incluso a un militar casi le
(JULIO CABASCANGO) han desbaratado ¿no?, ahí en Huaycopun-
Runa Yachai / 113

go… yo si quiero decir que la organización que no solamente deben aprender a sobre-
indígena no está ya con más ganas de vivir diariamente, sino que deben apren-
aguantar sobre el mismo aparato estatal der a ser dirigentes y combatientes, cree-
que ha venido es arrinconado al pueblo in- mos, que en esta vez, la primera, en condi-
dígena y un poco discriminado racial- ciones tal vez favorables.
mente”.
Y con estos hechos, como ya lo diji-
(JULIO CABASCANGO) mos, también se está intentando reformu-
lar las condiciones del “pacto social con-
Como se puede observar, la trascen- flictivo” en una sociedad que no avanza al
dencia, ideológica de estos hechos es tal ritmo que la mayoría quisiera.
que ha tenido la virtud de imprimir con- ¿Podrán lograrlo los huahuas de
fianza a la lucha indígena y fortalecer or- ahora?
gánica y políticamente a las organizacio- ¿O será que los terratenientes y sus
nes y a sus dirigentes. fuerzas paramilitares que acaban de asesi-
En Caluquí, concretamente, este efecto nar a nuestro principal testimoniante, Ju-
se vio multiplicado puesto que la comuni- lio Cabascango, lograrán imponer una vez
dad también está inmersa en la lucha por más sus condiciones en este pacto?
la tierra aledaña al lago San Pablo, objeti- De todas maneras, las actuales y las fu-
vo en el que han coincidido también co- turas situaciones de este pueblo se consti-
muneros de Gualacata, Tocagón, Huayco- tuyen en los condicionantes más claros del
pungo Grande, Huaycopungo Chico, Ma- proceso de socialización infantil de las ge-
riscal y San Francisco de Cajas. neraciones presentes y venideras.
Esta coyuntura ha multiplicado las
manifestaciones de solidaridad entre los 2.5 San Pedro del pueblo de los otavalos
miembros y, adicionalmente, ha obligado
a la comunidad a mantenerse en un “esta- La Comunidad de San Pedro se ubica
do de alerta” contante para defender las al noroccidente de la ciudad de Cotacachi
conquistas. Por tal razón se han multipli- y pertenece a la parroquia rural El Sagra-
cado las rondas nocturnas, el control de la rio. Sus límites son: al norte, la comunidad
gente que entra y sale de la comunidad y la de Cercado y la hacienda Tunipamba; al
solidaridad con otras comunidades empe- sur, la comuna de Azaya; al oriente, la ha-
ñadas en luchas similares. cienda Ocampo y, al occidente, Imantag y
Con lo cual los cayambis y otavalos re- el volcán Cotacachi.
viven la antigua confederación del Norte, El centro poblacional se halla en la mi-
esta vez ya no contra los Incas, ni contra tad de la ladera oriental del Cotacachi. Su
los españoles de la hacienda sino contra única vía de comunicación con la cabece-
otros hispanos en una lucha, que de por sí, ra cantonal es un camino vecinal transita-
también se constituye en otra escuela de ble para los vehículos sólo en el verano.
formación para las nuevas generaciones Por este medio, la movilización dura 20
114 / José Yánez del Pozo

minutos; caso contrario –si se la realiza a adobe, de piso de tierra y cubierta de paja
pie como es lo frecuente– se requiere de o teja. Actualmente es notoria la construc-
una hora. ción de nuevas casas debido a que la curia
En San Pedro viven 100 familias con de Ibarra está auspiciando un proyecto de
un promedio de 6.2 habitantes por núcleo vivienda y hace préstamos de 75.000 su-
(sobre una muestra del 25% de la pobla- cres por familia para la adquisición de
ción). La mayoría de los adultos mayores bloques, arena, cemento, varilla, teja y ma-
–especialmente las mujeres– es analfabeta dera. El préstamo debe ser pagado en tres
o tiene un nivel escolar que no rebasa el años e incluye una donación de 15.000 su-
tercer grado. En los jóvenes y niños este cres para cada una de las 20 familias ins-
indicador disminuye enormemente y la critas en el plan. Adicionalmente, cada
escolaridad llega al sexto grado sin que, las asociado ha establecido el compromiso de
expectativas educacionales tengan la posi- poner la fuerza de trabajo para levantar las
bilidad de tener continuidad en la secun- nuevas viviendas. Habrá que evaluar si es-
daria (apenas existe un bachiller). En la tas nuevas construcciones corresponden a
actualidad hay una sola escuela, “Nazaco- un patrón cultural nativo o si, por el con-
ta Puento”, adscrita al proyecto de educa- trario, suponen una ruptura más.
ción bilingüe intercultural EBI. El nivel La dieta alimenticia es básicamente hi-
preescolar es cubierto por un centro del drocarbonatada y últimamente se ha visto
sistema denominado de huahua huasis, o afectada por la reducción de la siembra,
jardines de infantes indígenas, equipado y los cambios climáticos y la escasa irriga-
financiado por Visión Mundial. ción de las zonas agrícolas más altas.
El Quichua es el idioma de comunica- Al igual que las demás comunidades
ción en todos los grupos etáreos, incluídos de este pueblo, San Pedro experimenta al-
los niños. El Castellano se habla muy po- gunos problemas de salud, mayoritaria-
co, aunque es utilizado como idioma de mente resueltos por sus propios agentes
contacto por los adultos vinculados al tra- como los yachac o curanderos y las parte-
bajo fuera de la comunidad. El aprendiza- ras.
je de esta segunda lengua se inició en las Según el modelo de comunidad andi-
haciendas de la zona y continuó en la ciu- na propuesto al comienzo de este trabajo,
dad. En el caso de los niños, este conoci- tenemos que San Pedro asume las siguien-
miento se adquiere a través de la escuela o tes características generales: Es un conjun-
de sus padres. Por último, se evidencia la to de familias –las más antiguas son los
presencia al monolingüismo quichua en Guandinango, Farinango, Lanchimba,
las mujeres adultas y en los ancianos. Chávez y Morales a las que posteriormen-
El grueso de la población se ha con- te se han adscrito, por matrimonio, los
centrado en la zona más baja de la comu- Quilca, Inga, Morocho, De la Torre, De la
na, en donde se levantan viviendas de Cruz, Sánchez, Bonilla y Panamá– ligadas
Runa Yachai / 115

entre sí por lazos de parentesco y compa- ciencia de pertenencia a una etnia regio-
drazgo. Controlan más o menos 5 ó 6 cua- nal (Otavalo-Quichua) no sea muy expli-
dras por familia para la siembra de maíz y citada aún, nos parece necesario hacer un
algo de fréjol y alverjas, especialmente pa- breve recorrido histórico por lo que ha si-
ra el autoconsumo. do el proceso seguido a lo largo de los si-
Aparte de la tierra familiar, la comuni- glos, por este pueblo a fin de descubrir su
dad trabaja colectivamente para la pro- “lógica étnica de sobrevivencia”. Las refe-
ducción de papas en las zonas más altas, rencias a los cayambis –ya tratados– com-
hasta el páramo, bajo la coordinación del plementarán la información dada ante-
Cabildo. Los productos de estos dos pisos riormente.
ecológicos se complementan con otros Este recorrido histórico, al igual que
traídos del Valle del Chota o de Quito a los que hemos hecho con el resto de pue-
donde deben salir en busca de salario. blos, solamente pretende rastrear la base o
De esta manera se podría hablar de los elementos de continuidad que este
una verdadera microverticalidad heredera grupo étnico puede expresar en medio de
de la practicada desde hace muchos años, varias rupturas, impuestas por las condi-
aunque reformulada y readaptada a las ciones socio-económicas y políticas de ca-
nuevas condiciones. da época.
Estas familias, mediante un sistema de Esto, por otra parte, nos ayuda a ubi-
reciprocidad entre quienes acceden a ma- car y analizar mejor la comunidad en
yores o diferentes recursos por la agricul- cuanto ámbito de la socialización infantil,
tura o por el salario, logran un mínimo de en una comunidad de tipo más agrario
condiciones para su subsistencia. Un mo- como San Pedro o en una de tipo más tex-
mento fuerte de este sistema de reciproci- til como las que quedan en las cercanías de
dad es la fiesta de San Juan que, además, Otavalo (Peguche, Agato, etc.).
da ocasión para redistribuir productos o Las formas de organización social en el
recursos acumulados, en medio de un cú- norte andino, como ya hemos dicho, de-
mulo de símbolos y rituales. ben ser entendidas en función del concep-
De esta manera, los comuneros logran to de señoríos étnicos o cacicazgos que
una identidad de base con su comunidad fueron formas de ejercicio hereditario de
de la cual se sienten parte activa, aunque la autoridad basadas en identidades étni-
con sus altos y sus bajos.14 Creemos que cas definidas en orden a un “ethos aristo-
el niño aprende a vivir en su comunidad crático”. El poder de control del señorío es,
mediante una serie de mecanismos obser- sin embargo, reducido y reflejaría una so-
vados, imitados o enseñados desde tem- ciedad en proceso de estructuración (Mo-
prana edad. reno, 1981: 96-98).
Sin embargo, este aprendizaje, como En el norte, los señoríos habrían pro-
miembro de una comunidad no termina venido de grupos migrantes de los Caya-
en los límites de la misma. Aunque la con- pas, Colorados, Cuniquerres y Telembíes,
116 / José Yánez del Pozo

descendientes de los Chibcha-Barbacoa habrían sido: la Cuenca del Guayllabamba


(Grijalva 57) que se asentaron en la exten- al sur, habitada por los Cayambis, Otava-
sa cuenca ubicada entre los ríos Guaylla- los, Mitimaes (del norte y del Sur) e inclu-
bamba al Sur y Mira al Norte en la época so Quitus. Al norte, la cuenca del Chota-
correspondiente a los legendarios Caras Mira en la cual también encontraríamos la
de Juan de Velasco (700 a 800 a. C.) o la fa- confluencia de Otavalos y Carangues; al
se Urcuquí de los arqueólogos (Ramón, oriente la Cordillera Real a través de la
1987: 40). cual se realizaba el intercambio comercial
Su economía debió basarse en sistemas con Quixos, Cofanes y Coronados y; al
microverticales15 lo que les permitió di- Oeste, la cordillera Occidental, y el pueblo
versificar la producción agrícola en zonas de Lita con el que sostenían un comercio
calientes (algodón, coca); en zonas tem- activo16 que, a veces, se interrumpía por
pladas (maíz, fréjol) y en zonas frías (pa- los afanes anexionistas de los Otavalos
pas, camotes). La dieta se complementaba (Ramón, 1987: 23-29).
con la caza eventual de venados, conejos, En correspondencia a la similitud de
perdices, tórtolas, patos, churos, catzos o matrices culturales, toda la zona tuvo un
la pesca de preñadillas (Grijalva 63). Este idioma común, en el que se encuentran
modelo no se orientó solamente al auto- vocablos de lenguas vecinas. Esta afirma-
consumo sino que también se caracterizó ción no niega el acelerado proceso de qui-
por un intenso intercambio comercial chuización que se desarrolla en el norte
que, mediatizado por la diplomacia min- andino luego de la llegada de los incas y en
dalá, abarcó los señoríos de toda la cuenca los primeros años de la conquista españo-
y las naciones que limitaban con ella. la, (Grijalva 139).
Todos los autores creen que la cuenca Los cacicazgos suponían un espacio de
tenía límites muy elásticos, dado que és-
aceptación “voluntaria” del poder y de la
tos, más que a espacios geográficos, res-
pondían a formas de penetración cultural, autoridad del cacique por parte de los
lazos familiares o tratados comerciales miembros de base de las comunidades. Es-
que, de acuerdo a cada coyuntura, presen- to volvía innecesaria la coacción de las éli-
taban numerosas variaciones: tes para garantizar su hegemonía en un se-
ñorío determinado.
“El nivel socio-político de un señorío étni- En efecto, la autoridad emanaba de la
co no implica tampoco la existencia de un
territorio demarcado con fronteras fijas; vinculación genealógica del cacique a los
las que se convierten en áreas de influjo, grupos familiares que, ancestralmente, ha-
son inestables y sujetas a frecuentes cam- bían conducido a cada una de las denomi-
bios”. nadas llajtacuna o comunidades que con-
(Moreno, 1981: 96)
formaban un cacicazgo, embrión de un
constitutivo nacional.
En todo caso y sin romper con la idea Por su parte el poder se basaba en la
de permeabilidad fronteriza los límites capacidad que tenía el cacique principal
Runa Yachai / 117

para controlar varios elementos: a. las mu- ríos, fue parte de la alianza política y mili-
jeres, garantizando con ello la producción tar Cayambe-Otavalo-Caranque que ga-
continua de artículos para el intercambio, rantizó la hegemonía y el equilibrio en los
b. el acceso a los tributos y mitas de las llaj- señoríos del norte. Esta confederación ha-
tacuna c. los artículos de intercambio que bría tenido vigencia entre 1470 y 1583, fe-
obtenían los mindalaes, grupo especializa- cha a partir de la cual, eventualmente, fue
do en el comercio y que, adicionalmente, rearticulada. El último esfuerzo restaura-
se encargaba de desarrollar hábiles políti- dor habría sucedido en 1666 (Ramón,
cas de alianza con los otros señoríos y con 1987: 215). La alianza contribuyó a la esta-
los yumbos (Ramón, 1987: 42). bilidad política de la zona y al intercambio
Una de las primeras metas alcanzadas comercial con los pueblos de la costa, los
por la investigación etno-histórica preinca yumbos del oriente y las otras comunida-
ha sido precisar los cacicazgos existentes y des centro-andinas. Adicionalmente, su
su espacio de influencia, así como el tipo brazo militar (los guamaraconas) dio po-
de alianzas que entre ellos se establecían. der de negociación a la diplomacia min-
En el norte se conocen al menos cinco sec- dalae.
tores “nacionales” que se habrían consti- Entonces, nos encontramos con una
tuído en señoríos de los que dependían, a cuenca, en la que con anterioridad a la lle-
la vez, otros grupos de llactacuna de nive- gada de los Incas existieron señoríos que
les organizativos menores: organizaron una alianza multiétnica bas-
tante sólida tanto en lo político como en
“Sin la menor discrepancia, las fuentes re- lo militar. Este hecho fue posible en tanto
conocen a los Pastos, Quillacingas, Caran-
los sectores concurrentes tenían un ethos
gues, Cayambes y Quitos como “naciona-
semejante basado en las oleadas migrato-
les”, es decir como grupos sociales con su-
ficiente desarrollo poblacional y político,
rias del litoral: Atacames primero, Caya-
como para constituir agrupaciones distin- pas y Colorados después, ambos descen-
tas y autárquicas. Casi seguramente todos dientes de la cultura Chibcha-barbacoa.
estos nombres proceden de las denomina- Por esta misma razón ya no está en
ciones antroponímicas de los caciques que discusión su homogeneidad lingüística y
eran señores de los pueblos más impor- la existencia de una identidad específica
tantes. Otavalo nunca es considerado co- que ha permitido caracterizar a estas cul-
mo nación, sino como pueblo, aunque turas como especialmente norandinas.
también se le aplica la denominación de Entre ellas, y probablemente por su privi-
provincia, en una aceptación geográfica legiada ubicación geográfica, construye-
bastante restringida”. ron rápidamente una organización bas-
(Moreno, 1981: 99)
tante sólida cuya hegemonía recayó en los
Cayambis, para la época que nos interesa.
Así, aún cuando Otavalo no parece ha- Sus caciques –los PUENTOS– dirigían la
ber tenido la importancia de otros seño- alianza a la llegada de los Incas.
118 / José Yánez del Pozo

A la muerte de Tupac Yupanqui, que les permitió consolidar su victoria: es-


Huayna Cápac desarrolló la etapa final de tablecieron alianzas matrimoniales, al
la conquista sometiendo a los norandinos mismo tiempo que mantuvieron las for-
y afirmando alianzas que le permitieron mas de organización social que esos pue-
enfrentar la resistencia de la Confedera- blos habían tenido en el pasado. En tal
ción Cayambi-Otavalo-Caranque. La gue- sentido, los mindalaes no fueron tocados
rra duró diez años en los cuales los Incas y sus funciones más bien se integraron a la
se vieron forzados –en más de una oca- dinámica de la expansión, garantizando la
sión– a replegar sus ejércitos ante las for- anexión efectiva de los pueblos fronterizos
tísimas embestidas de sus adversarios nor- con los que siempre habían comerciado.
teños. Como complemento de estas medidas,
La resistencia fue liderada por Nazaco- provocaron grandes movilizaciones de
ta Puento, señor de Cayambe y Otavalo; mitimaes que se asentaron en la cuenca
según parece, los combates más intensos del Guayllabamba. A la vez, 1.000 familias
se libraron en toda la zona de los Pucarás Cayambis fueron llevadas a las plantacio-
de Cayambe, cuyo sistema de defensa era nes de coca de Matibamba en la sierra pe-
mucho más fuerte que el de los otros ruana (Moreno, 1981: 146).
miembros de la alianza: La presencia inca en el Norte no fue
mayor a 30 o 40 años en los cuales se dio
“Factor, entre los más relevantes durante
paso a un acelerado proceso de quichuiza-
la larga resistencia que los aborígenes del
Norte del Guayllabamba ofrecieron a los ción que parece haber estado precedido de
cuzqueños, fue la existencia de complejos anteriores penetraciones lingüístico-cul-
sistemas de fortaleza construidos por los turales favorecidas por aquellos pueblos
grupos sociales preincaicos con fines de- que comerciaban con los incas antes de
fensivos… La concentración más grande que éstos iniciaran su expansión al Norte.
de fortalezas o “pucarás” se encuentra en la De esta forma, el Quichua habría sido la
región de Cayambe, sobre el macizo de “lengua franca” en aquellos sectores en
Pambamarca, la que presenta un núcleo de donde se hablaba diferentes idiomas loca-
13 fortalezas”. les (Moya en Kaarhus 88-89).
(Moreno, 1981: 100) De todas maneras, el proceso de sínte-
sis estuvo muy lejos de concluir a la llega-
Sometido Cayambe, las huestes de Na- da de los españoles. Este “encuentro”
zacota se replegaron, vía Pesillo-Angocha- aportó para el devenir la tercera matriz
hua, hacia Yahuarcocha en donde se dará histórico-cultural de la que son portado-
la batalla decisiva que, según cálculos na- res los indígenas de la sierra norte del ac-
da escandalosos, significó la muerte de al tual Ecuador.
menos 20.000 norandinos. Como sabemos, la llegada de los espa-
Inmediatamente, los incas montaron ñoles al Tawantinsuyo se produce en un
todo el aparato político-administrativo momento de aguda crisis política del im-
Runa Yachai / 119

perio. Por una parte, a la muerte de Huay- bía sucedido con los otros grupos ét-
na Cápac, su mandato sucesorio desem- nicos.
bocó en una guerra del norte con el sur; Estos hechos explicarán por qué mu-
por otra, esta coyuntura fue inicialmente chos caciques aparecen posteriormente
vista por varios señoríos como la oportu- como parte de las fuerzas pacificadoras
nidad de reconstruir sus fuerzas y termi- que reprimieron a las comunidades que
nar con la dominación inca. Estos hechos oponían resistencia a los conquistado-
explican por qué el general Rumiñahui, je- res17.
fe de la resistencia indígena en esta zona, La encomienda se extiende en el perío-
tuvo que arrasar territorios y recurrir a la do de 1534-1630 y coincide con el auge de
“guerra de guerrillas” como táctica de lu- la producción de textiles en los obrajes,
cha. El imperio no pudo superar el vacío producción alentada por el crecimiento
de poder en que había caído. del mercado al norte del Perú y al sur de la
Por estas mismas razones, los cacicaz- Nueva Granada. Allí se instalan enclaves
gos norandinos fueron rápidamente con- mineros (Potosí y Barbacoa) de enorme
quistados. Sin embargo, estudios recientes importancia para los intereses de España
plantean que su fuerza militar, los Guama- (Rivera, 1980: 26).
raconas, se habrían movilizado al Perú co- En el norte, la encomienda utiliza el
mo parte del ejército de Atahualpa y que aparato de producción de los cacicazgos
su regreso sólo se habría producido tres para la recolección de tributos en especie
años después de la incursión del conquis- (algodón), en trabajo (turnos para las
tador español Sebastián de Benalcázar en obras públicas u obrajes) e, incluso, en di-
sus señoríos. Para esta época (1536), la re- nero18.
sistencia resultaba inoficiosa porque los Todo el sector se articuló al modelo
españoles habían tenido tiempo de esta- económico en marcha. En la zona de Ota-
blecer alianzas como aquella que realizan valo se multiplicaron los cumbicamayos,
al favorecer el matrimonio del hijo de Ata- artesanos especializados en la producción
hualpa con la hermana de Don Alonso textil (Rivera, 1980: 26). Por otra parte, en
Otavalo, cacique del Norte (Ramón, 1987: las zonas calientes se producía coca y algo-
122). dón suficientes, no sólo para garantizar el
La fase de consolidación de la presen- pago de los tributos establecidos para ca-
cia española en los territorios del norte da cacicazgo, sino también para permitir
evidencia, por un lado, la habilidad de los ligeros excedentes, que rápidamente fue-
conquistadores para alentar las contra- ron integrados al comercio mindalae y
dicciones internas y evitar la unidad; por que se realizaron al margen del control
otro, la utilización de la estructura de los hispánico.
cacicazgos para otorgar prebendas a de-
terminados señoríos a cambio de su ali- “En efecto, la encomienda a pesar de rear-
neamiento con la corona, al igual que ha- ticular el aparato productivo de los caci-
120 / José Yánez del Pozo

cazgos hacia los artículos que demandaba En conclusión, si bien por un lado el
el mercado y de extraerles una elevada cacicazgo fue la base del poder metropoli-
renta encomendil, al haber elevado el tano, por otro, el ayllu o llactacuna articu-
tiempo de trabajo invertido en la paga de ló formas de resistencia que le permitie-
los fuertes tributos, no logró en la Sierra ron proyectar su estructura socia básica en
Norte controlar directamente el aparato
los primeros 100 años de imposición colo-
productivo, que, incluso, generaba algunos
nial.
excedentes que se escapaban a los enco-
menderos y eran apropiados por los pro- La primera crisis de la explotación mi-
ductores indígenas de algodón y coca. nera sureña, a finales de 1620 causa la
constricción del mercado de productos
(Ramón, 1987: 131) textiles, el aumento de las importaciones
y, por consiguiente, la desigual competen-
En función de la importancia que el
cia con la producción europea, a pesar de
norte adquiere, así como de la indepen- la calidad inferior a la de las piezas textiles
dencia que la economía indígena logra ge- fabricadas en la Real Audiencia de Quito.
nerar en ciertos sectores, la administra- En la búsqueda de salidas políticas y
ción española crea el Corregimiento de económicas, la corona intentó racionali-
Otavalo (antigua Sarance), el 26 de Febre- zar la dinámica productiva de sus colonias
ro de 1548 quedando bajo su dependencia en América. Uno de los mecanismos fue
administrativa los territorios que actual- acelerar el paso de la encomienda a las ha-
mente constituyen Ibarra, Cayambe, Ta- ciendas para garantizar los tributos. Esta
bacundo, San José de Minas, Atuntaqui y circunstancia obligó a los hacendados a
Cotacachi. El corregimiento habitado por diversificar la producción agropecuaria,
indígenas no permitía que “pudieran ave- disminuir la producción de algodón e in-
cindarse gentes de raza blanca, lo cual era crementar la cría de ovinos (Rivera, 1980:
prohibido por la legislación colonial” 29).
(Grijalva 152); así se explica que el 26 de Rápidamente los comerciantes vieron
Septiembre de 1606 se fundara la Villa de crecer sus ingresos al especular con los
Ibarra, destinada al poblamiento blanco. precios del algodón y la lana de borrego.
Asistimos, entonces, a la adopción de Por otra parte, la cría de ovinos y la intro-
un modelo económico que no desarticula ducción de otro tipo de siembras obligó a
el cacicazgo; al contrario, parte de él para los hacendados a ampliar su territorio. El
poder insertarse en el grupo social al que mecanismo más adecuado resultó ser la
busca extraer plusvalía. Este hecho genera intensificación de la apropiación ilegal de
brechas que permiten al indígena iniciati- tierras, incluso de las tierras de páramo,
vas mínimas de control y planificación de destinadas al pastoreo. El incremento de la
su economía afirmándose para ello en la violencia colonial se plasmó jurídicamen-
diversificación de funciones al interior del te en las denominadas “composiciones de
grupo familiar. tierras”.
Runa Yachai / 121

“Las composiciones deben entenderse co- rarlas algún día con más facilidad que
mo la aprobación del estado colonial de las aquellas “cedidas” a terratenientes indivi-
expansiones fraudulentas realizadas por duales en las que el derecho de herencia
los hacendados en terrenos especialmente podría complicar aún más su recupera-
de páramo”. ción.
(Ramón, 1987: 147) Para Galo Ramón el corolario final de
esta transición fue la apertura de diferen-
Adicionalmente, la administración es- cias entre indios libres y sujetos
pañola tuvo el buen cuidado de evitar que
“La economía de los indios libres ha cam-
la utilización de este instrumento cause
biado notablemente; cada unidad domés-
egreso alguno a cuatro comunidades reli- tica debe producir para la autosubsisten-
giosas que en conjunto habían “adquiri- cia, vender los excedentes de maíz y pro-
do” 18 haciendas en la actual Provincia de ducir un artículo para la venta, la lana de
Imbabura. Los beneficiados fueron: los borrego. Este es el cambio central en las
Mercedarios, los Jesuitas, los Dominicos y economías de los indios libres que produ-
los Agustinos (Ramón, 1987: 147). Al ha- ce el tránsito a la hacienda; en tanto, los in-
blar de la comunidad de Caluquí, precisa- dios adscritos a la hacienda han “delega-
mente, nos referimos a los Agustinos, due- do” los asuntos mercantiles para la paga
del tributo a los hacendados, dedicándose
ños de la hacienda, donde trabajaban los a la producción de autosubsistencia en los
caluqueños. Igualmente, fueron los jesui- márgenes que la hacienda ofrece… Se ins-
tas los dueños de la actual hacienda taura una real diferencia entre indios libres
Ocampo, donde trabaja la gente de San e indios sujetos, que más allá que una sim-
Pedro. ple diferencia de las distintas relaciones
Muchos caciques perdieron sus tierras sociales en que se inscriben, es una dife-
porque no estaban en posibilidad de pagar rencia de lógicas económicas que tendrán
el tributo exigido por las composiciones su correlato político ideológico”.
puesto que el complejo hacendatario em- (Ramón, 1987: 209)
pezó a exigir, para su normal funciona-
miento, no sólo la posesión del espacio Y es esta diferencia la que va a permi-
geográfico sino también la posibilidad real tir que muchos indios libres, en especial
de controlar la fuerza de trabajo y las redes en la zona de Otavalo, continúen hasta
de intercambio comercial en la Real Au- nuestros días su artesanía casera para el
diencia o en otros virreinatos. mercado asegurado, especialmente en el
La enajenación de tierras fue un hecho sur de Colombia. Varios de ellos lograron
real para los indígenas. Muchos, incluso adquirir el excedente necesario para pagar
“voluntariamente”, la aceptaron y me- los tributos y proteger sus tierras o, en el
diante la entrega de sus tierras a sujetos caso de los que fueron despojados, adqui-
más impersonales como las cofradías19, rir otras, aunque no fueran las de mejor
quizás con la remota esperanza de recupe- calidad (Kaarhus 98).
122 / José Yánez del Pozo

Este mecanismo permitió a los indíge- poblados y articularlos al consumo. Si a


nas del norte garantizarse un espacio de esto sumamos las mejoras en la infraes-
independencia mayor como no lo tuvie- tructura vial, encontraremos coherentes
ron otras comunidades de la Real Audien- los primeros intentos de la clase terrate-
cia de Quito durante todo el período colo- niente por lograr la mecanización indus-
nial. Allí puede encontrarse la explicación trial.
de la mayor capacidad de acumulación
“Entonces, teniendo condiciones favora-
observada entre los otavalos, especialmen- bles para plasmar sus objetivos mercanti-
te textileros y comerciantes. les, un grupo de terratenientes entre los
La independencia no trajo grandes que podemos mencionar familias como
transformaciones en la composición agra- los Pérez Pareja, Jijón y Carrión, Gómez de
ria del Ecuador. La estructura hacendata- la Torre, Jaramillo Egas y Jaramillo Riva-
ria no fue tocada y, más bien, el naciente deneira, inician un proceso de inversión de
estado ecuatoriano arbitraría todas las los excedentes económicos obtenidos a ba-
medidas tendientes a su protección. se de la explotación rentista en sus com-
En lo administrativo la Ley de Divi- plejos hacendatarios. Las actividades eco-
nómicas que fueron receptoras de este
sión Territorial de 1824 crea la Provincia
proceso de inversión, incluso en períodos
de Imbabura y desplaza a Otavalo –pobla- anteriores a la segunda mitad del siglo pa-
ción de indios– para nombrar a Ibarra co- sado, fueron la destilación de aguardiente
mo capital provincial. Otavalo empieza a de caña, el procesamiento de azúcar y la
sufrir un proceso de desmembración te- mecanización de obrajes textiles”.
rritorial que se continúa en 1854 cuando
se separan Cayambe y Tabacundo; Cota- (Rivera, 1980: 38-40)
cachi lo hace en el período garciano; la Como se observa, estas mejoras tam-
misma suerte correrán posteriormente bién buscaban la diversificación, el desa-
San José de Minas y Atuntaqui (Grijalva rrollo y la renta productiva de las zonas
148). calientes20. No obstante, estos esfuerzos
De esta forma se delimitaba el espacio modernizadores se ven frustrados por el
geográfico actual de la Provincia de Imba- terremoto que en el año 1868 casi devastó
bura que, sin embargo, se realizó sin tener la provincia de Imbabura.
en cuenta parámetros de identidad histó- El segundo intento terrateniente por
rico-culturales dado que, por ejemplo, los renovar su infraestructura fabril se vio fa-
actuales Cayambe y Tabacundo, guardan vorecido por la construcción del ferroca-
mucha más afinidad con el norte que con rril, que iniciada en 1906, llega al norte en
la Provincia de Pichincha. 1925. La intención alfarista era vincular la
Pese a todo, este ordenamiento jurídi- Sierra y la Costa construyendo así las ba-
co-administrativo tuvo la virtud de dina- ses de un mercado interno que permitiera
mizar el crecimiento de algunos centros el desarrollo industrial. Paralelamente, las
Runa Yachai / 123

dos guerras mundiales disminuyen la im- miento de los ‘blancos” en la región de


portación de telas y tejidos. La bonanza Otavalo”.
textilera llegó entonces a la Sierra centro-
(Kaarhus 101)
norte; entre 1910 y finales de los 30 se ins-
talan 24 fábricas, pasando a constituirse la La situación a la que han llegado co-
industrial textil en la rama más importan- munidades como Peguche, Agato, Quin-
te del incipiente despegue industrial en el chuquí y otras cercanas a Otavalo, emi-
Ecuador (Rivera, 1984: 48).21 nentemente textileras, nos ponen en la
Un buen porcentaje de estas fábricas pista de lo que ocurre en un sector impor-
está asentado en el predio hacendatario, tante del pueblo otavalo. ( Cfr. Villavicen-
de suerte que su constitución no tiene que cio, 1973, Uribe, 1990). Allí la diferencia-
ver, en estricto rigor, con la introducción ción de sectores y la atomización del po-
de formas capitalistas de producción, sino der no excluye la conciencia étnica, más
con el interés terrateniente por garantizar bien la profundiza como uno de los rasgos
que en el complejo fábrica-hacienda la de la “lógica étnica”.
mano de obra circule con fluidez, garanti- Si dejamos de lado el sector textilero y
zando cuotas de plusvalía extraordinaria mindalae de la región de Otavalo para
sin afectar la rentabilidad de la produc- centrar nuestro estudio solamente en la
ción agropecuaria. zona más agraria de Cotacachi, donde se
De esta forma, la relación familia-ha- ubica la comunidad de San Pedro, encon-
cienda seguía teniendo vigencia, como si- tramos que en esta región también se gra-
glos atrás los cacicazgos lo hacían con la fica con claridad la relación establecida
encomienda. entre las haciendas y las comunidades no-
En el caso concreto del pueblo otavalo, randinas luego de la conquista. En efecto,
el grupo familiar había logrado ramificar el despojo institucionalizado de las tierras
sus relaciones económicas generando ex- indígenas diseñó un mapa demográfico
cedentes que nuevamente los orientó al que ubicó a los terratenientes (civiles o
impulso del trabajo textil doméstico o a la eclesiásticos) en los valles y zonas bajas,
recuperación de las tierras: mientras los indígenas fueron desplazados
al páramo a los lugares más altos.
“El tipo de economía doméstica que en La zona a la que nos referimos es el ex-
nuestro siglo se ha considerado como típi- tensísimo valle que rodea a Cotacachi en
ca de los indígenas de Otavalo, es una
el que se constituyeron grandes complejos
combinación de producción agrícola para
consumo propio y producción textil, espe-
hacendatarios que tuvieron como base la
cialmente tejido en telar, para la venta. Los producción agrícola, pecuaria y textil. Es
ingresos de la venta se los ha utilizado a su el caso de las haciendas “La Compañía”,
vez para comprar tierra en los lugares “Tunibamba”, “El Rosario”, “San Isidro de
donde era posible; así los indígenas han te- Iltaqui”, “Rumichunga”, “Talchigachi”,
nido éxito en la compra y en el desplaza- “Ocampo”, etc. En cambio, las comunida-
124 / José Yánez del Pozo

des indígenas del sector se ubicaron en las Por esta razón, las relaciones de traba-
laderas del volcán Cotacachi en donde –de jo con los completos hacendatarios tuvie-
sur a norte– están las siguientes comunas: ron como base la yanapería, que consiste
Morocho, Tablón, Topo Grande, Asaya, en un sistema de trabajo esporádico y ba-
San Pedro y Cercado. rato. De esta manera, los indígenas man-
Hasta finales del siglo XVIII, los mayo- tendrían también una vinculación a la tie-
res propietarios de tierras fueron los reli- rra patronal, hecho que –históricamente–
giosos jesuitas. Luego de su salida del país, les ha permitido reclamar derechos y acce-
sus propiedades en Imbabura fueron en- der, vía compra o toma, a parte de los te-
tregadas a administradores o vendidas por rritorios que siglos atrás les fueran arreba-
el Estado. tados a sus antepasados.
Una de las haciendas más grandes fue Esta relación, como en toda la sierra,
La Compañía, que ocupaba todo el sector significó para los indígenas otavalos una
que actualmente es: Cotacachi, Quiroga, gran cuota de sacrificio, puesto que la ac-
titud de los terratenientes nunca se carac-
Calera, Carabuela y Pinsaquí. Con la sali-
terizó precisamente por la ponderación.
da de los jesuitas, esta hacienda pasó a ser
Por ello es que no se han borrado de la
propiedad de Teresa de Ocampo (Monca-
memoria colectiva de los comuneros las
yo 27-28). A partir de entonces, el predio
imágenes de maltrato y vejación de que
sufrirá un continuo proceso de fracciona- fueron víctimas por el simple hecho de
miento por venta o herencia, dando lugar utilizar el pasto, caminar o coger agua de
al surgimiento de haciendas relativamente la hacienda.
más pequeñas. Así surgen la hacienda
agrícola El Rosario, la Ganadera San Mar- “Si nos encontraban pastando el ganado
tín y lo que hoy se conoce como la Ha- en los terrenos de la hacienda, se cogían
cienda Ocampo, límite oriental de la co- los animales y se llevaban como prenda,
para devolvernos teníamos que ir a traba-
munidad de San Pedro.
jar un día entero en la hacienda”.
Pese a que toda la zona aledaña a Co-
tacachi se caracteriza por la presencia de José Túquerres, Comunero de Morocho
grandes haciendas, ninguna de las comu- (en Moncayo 28-29)
nidades vecinas a San Pedro se constituyó
“Cuando éramos pequeños nuestros papa-
en predio terrateniente. Al contrario, mu- ses trabajaban en la hacienda, no les paga-
chas comunidades accedieron a la propie- ban y mejor les quitaban el poncho y el
dad de la tierra desde siglos atrás y perpe- sombrero cuando les encontraban andan-
tuaron ese derecho mediante la herencia. do por ahí y les hacían trabajar gratis.
En cierta medida, el copamiento de las tie- También trataban mal, siempre pegaban,
rras más altas y alejadas –aunque menos azotaban de gana. De ésto no es muchos
productivas– evitó el desplazamiento te- anos que hacían así.
Comunero de Topo Grande
rritorial y permitió la presencia de las co-
munidades en la zona. (en Solís 22)
Runa Yachai / 125

Pero la coerción no se ejercía sólo de de eucaliptos que fue propiedad de los co-
manera privada. El mismo Estado la aus- muneros hasta su ilegal anexión por parte
piciaba a través de las autoridades regio- de los dueños de la Hacienda Ocampo.
nales que cumplían al pie de la letra sus En efecto, en este sector los comuneros
obligaciones matizándolas con gran dosis celebraban la fiesta de Santa Ana y el
de racismo. prioste cumplía con el “paso del cargo”,
para lo cual debía endeudarse en dinero y
“Hace unos 30 años salían policías a las di- en especies con el dueño de la hacienda
ferentes comunidades a las cinco de la ma-
quien, al ver acumuladas sus deudas, pro-
ñana a recoger a los indígenas, para que
cedía a “cobrarlas” adueñándose del terri-
trabajen en la ciudad de Cotacachi ba-
rriendo las calles, sacando las hierbas que
torio mencionado.
se encontraban acumuladas en la urbe, los “Chaita ñucanchic punta mamacuna, cai
policías cumplían órdenes del Comisario Santana nishcaca Virgen mamata carguta
Municipal… este trabajo realizaban du- yallinajushpaca, chai haciendamanta gra-
rante nueve horas y tenían una remunera- nocunata surcushpa, shina carguta yallin
ción de dos sucres. Cuando el indígena se cashca nin; shina, chai granocunamantalla
resistía u oponía era maltratado inmiseri- allpacunaca jacindaman tigrashpa qui-
cordemente…” dashca can nin”.
(Fiallos 33). (Carlos Humberto Farinango)22
Sin embargo, y sin lugar a dudas, el La vinculación hacendataria de los co-
centro de este enfrentamiento ha sido muneros de San Pedro se realizó princi-
siempre la tierra. En efecto, desde hace palmente con “La Ocampo”, aunque algu-
muchos años se mantiene una lucha por nos testimonios dan cuenta de la relación
medio de la cual los hacendados del sector con otras haciendas, en especial la de Tu-
han buscado por todos los medios –lega- nibamba.
les o ilegales– ampliar su territorio y apro- Sin duda que allí también se habrá
piarse de toda la región ubicada en la lade- producido el “pacto social asimétrico”
ra occidental del volcán Cotacachi. Por su anotado para otros casos. Merced a este
parte las comunidades han logrado soste- mismo “pacto” la comunidad gozaba de
ner su legado físico y, pese a sufrir signifi- cierta autonomía para su funcionamiento.
cativas desmembraciones, han llegado De los grupos familiares anotados an-
hasta la actualidad con una base territorial teriormente, recayó en el bisabuelo de los
étnica propia e indiscutible. Guandinango la jefatura principal. Los co-
En el caso de la Comunidad de San Pe- muneros le otorgan el haber iniciado las
dro el centro de este conflicto territorial se gestiones para defender la heredad comu-
sitúa en una loma conocida como Santa nal y alcanzar pequeñas conquistas en be-
Ana, ubicada al sur de la comunidad. Es neficio de la comunidad. Tres parecen ha-
una zona extensa actualmente sembrada ber sido las áreas problemáticas funda-
126 / José Yánez del Pozo

mentales que la comunidad debió enfren- diados de 1940, este conflicto parece haber
tar en aquella época: encontrado uno de los momentos más al-
a. Algunas obras de infraestructura co- tos de agudización, por lo cual los dirigen-
mo la construcción de un camino de in- tes buscaron la intervención de un cuerpo
greso a la comunidad puesto que, ante la de policía en Cercado. Esa empresa les exi-
carencia del mismo, los comuneros debían gió tener estatuto jurídico y adicional-
arriesgarse –para poder ir a Cotacachi– a mente llamarse San Pedro en homenaje a
cruzar los terrenos de la hacienda en los uno de los Santos que tienen en la capilla,
que, en ocasiones, les sorprendían los due- puesto que, anteriormente, solían deno-
ños y les imponían –como sanción– casti- minarse simplemente: “LA COMUNI-
gos físicos y días de trabajo adicional. Este DAD”.
problema se resuelve favorablemente por Este problema se proyectó por décadas
la mediación de un catequista que, al y se solucionó hace unos pocos años cuan-
constatar la situación, ayuda a los dirigen- do los dirigentes de las dos comunidades
tes a realizar las gestiones administrativas encontraron necesario y oportuno el acer-
para solicitar la construcción de la obra. carse y confluir, olvidándose de rencillas
Otra de las necesidades era el agua que pasadas, en un objetivo que les favorecía a
debía ser recogida, en acciones audaces, de las dos comunidades por igual: la conse-
la acequia que recorría la hacienda. Pese a cución del agua entubada.
la antigüedad de esta lucha, sus objetivos El cultivo de las pequeñas parcelas es-
no se cumplieron sino hasta 1985. tá orientado fundamentalmente a la pro-
b. La defensa del territorio, porque ducción del maíz. San Pedro y las demás
continuamente los dueños de la hacienda comunidades de Cotacachi son llamadas,
Ocampo intentaron apropiarse de toda la con razón, “comunidades del maíz” (Mar-
propiedad comunal para ampliar su espa- tínez, 1987).
cio de producción agrícola y ganadera. En
algunos casos –como el de la Loma de “No sólo constituye la base de la alimenta-
Santa Ana–, pese a la cerrada oposición de ción indígena, sino también es la base de la
la comunidad, el objetivo terrateniente se alimentación ritual o festiva. El maíz sirve
cumplió. para todo; para celebrar un nacimiento o
c. La presencia de un “conflicto cultu- un entierro, para elaborar la chicha de las
ral” –¿explicable por la lógica andina de grandes fiestas, para “brindar” maíz tosta-
do a los visitantes, etc.”
las mitades?– con los indígenas de Cerca-
do. Los comuneros de San Pedro siempre (Martínez 6)
han acusado a los Cercado de ladrones
“shuas” y, por esta razón, se ha producido En vista de no poder conseguir el maíz
una serie de enfrentamientos que, en las para todo el año, se ven obligados a com-
fiestas de San Juan, han causado inclusive prar otros alimentos (arroz, fideos,
algunos heridos de consideración. A me- pan…) para lo cual deben obtener dinero
Runa Yachai / 127

en el valle de Salinas o, en último caso, en mientras iba ayudando he aprendido tan-


Quito. to de la agricultura, como de los cuidados
Con la salida del hombre, ¿ha cambia- de los ganados, ganadería, desde los 6,8
do el papel de la mujer? ¿En qué sentido? años en adelante; después, como mi papá
Si desde siempre tuvo una gran parti- trabaja partidario, me iba a ayudar en los
sembríos de cebada, trigo en el monte Co-
cipación en la economía familiar, ahora su
tacachi, más arriba de la comunidad de
trabajo con relación a los hijos y el cultivo San Pedro.
es de tal magnitud que “si todavía se culti-
van productos para la alimentación hu- Me gusta más el pastoreo; también cuando
mana en el campo, se debe en gran parte a hay que sembrar también me gusta.
la sacrificada labor de las mujeres” (Martí-
No sé pero, pienso vivir toda mi vida cul-
nez 10). tivando, cuidando los animales porque me
Y este hecho último, por supuesto, in- gusta. Quisiera aumentar mis propios ga-
fluye decisivamente en la socialización de nados con el tiempo.
los niños y las niñas.El papá y la mamá
conducen al niño o niña en el aprendizaje Me gusta trabajar, aunque soy pobre.
que ellos consideran más adecuado para la Cuando estuve en clases, en la escuela, no
subsistencia. podía ayudar en horas de la mañana sino
Por ejemplo, el testimonio de Luz Ma- ayudaba tarde. A veces cuando me obliga-
ría Morales Morales, de 15 años, es un ba mis papases a trabajar me quedaba pa-
buen ejemplo del aprendizaje para el tra- ra ayudar en el trabajo agrícola.
bajo en la agricultura comunitaria o ha-
Desde que salí de la escuela, me fui con mi
cendataria y en el pastoreo.
mamá a trabajar en la hacienda Ocampo,
“Vivía en una familia humilde y pobre, an-
el trabajo era de lunes a viernes, desde las
tes la casa era más humilde y, desde que yo
7 de la mañana hasta las 4 de la tarde, sin
me acuerdo, he vivido en una familia que
comida y veníamos todos los días a la casa
hasta ahora son atrasados. Estudié hasta
para merendar.
terminar la primaria.
El sueldo era muy poquito, por la necesi-
Comencé a pastar los borregos desde los 6
dad que más me toca. Los patrones eran
años con mi mamá y después que ya me
buenos, solo el pago es malo. A trabajar en
acostumbré, fuí a pastar solita, primero a
la hacienda me voy a veces no más.
lado de la casa, ¿a dónde si no? y después
comencé a salir un poquito más distante El trabajo ahí son: tolar la tierra, desyer-
cada vez más, hasta que ya me sabía ir a bar, cosechar, coger los fréjoles, etc.”
pastar en el monte.
(Luz María Morales, 15 años)
Asimismo, comencé a trabajar en la tolada,
huachada, desyerbada, y en cosechas; todo Luz María parece ser consciente de la
esto, comencé a ayudar a mis papás, y así pobreza y del “atraso” de su familia. Su
128 / José Yánez del Pozo

trabajo de pastoreo empezó muy pronto, a nes– sin el reconocimiento de la semana


los 6 años con su mamá. El aprendizaje integral. Este desplazamiento se facilita
para esta labor fue avanzando paulatina- por las redes de amistad o de parentesco
mente con relación a sus fuerzas y a su que garantizan el contacto laboral. No
edad: “Desde cerquita a la casa hasta el obstante, algunos comuneros –cuando la
monte”. demanda de mano de obra es escasa–
Igualmente, las labores agrícolas y pe- arriesgan sus salidas para concentrarse en
cuarias, para ella, empezaron a la misma los tradicionales sitios quiteños en que se
edad y el aprendizaje se reforzaba mien- ofrece la fuerza de trabajo que no logra
tras ayudaba a los adultos en cada tarea. emplearse (24 de Mayo, El Inca); los resul-
Hasta aquí parece ser su madre, el princi- tados no siempre son halagadores:
pal agente de socialización. Pero también
“Chaipica, huaquinpica, trabajo ima mana
aparece el papá en los sembríos de cebada tarishpa tigramun martesta. Huaquin tra-
y trigo, en el trabajo como partidario. bajo tarishpa rin Quitomantallata sangol-
Y nuevamente la presencia de la ma- quicunaman carucunapi; shina, trabajuta
dre, ahora en el trabajo en la hacienda tarishpapash, llaquilla, yarjac ima pasash-
“Ocampo” donde siente que los “patrones pa myumun”.
son buenos aunque el salario es poquito”.
(Angel Miguel Lanchimba)23
Por último, esta chica encuentra un
cierto conflicto entre el trabajo agrícola y El segundo polo migratorio es la zona
la escuela, por los horarios. Lo que más de Salinas en donde trabajan como miele-
desea, y este es un dato muy interesante, es ros, horneros y –en especial los nuevos–
tener sus propios animalitos. como jornaleros en la limpieza de caña y
Como hemos dicho, la crisis del cam- recolección del bagazo. El contacto con es-
po agudizó la tendencia a salir a partir de te centro laboral se realiza de manera di-
1970. En el caso de San Pedro, se trata de recta a través de contratistas que llegan a
una migración temporal, raras veces defi- la comuna los días lunes a las seis o siete
nitiva, que los hace alejarse de la comuni- de la mañana. El desplazamiento es sema-
dad semanal, quincenal o mensualmente nal y supone un jornal de 800 a 1000 su-
según la distancia del lugar de trabajo y el cres en el que se incluyen la comida y –en
tipo de relación que establecen en él. ocasiones– algo de panela. El salario del
El centro principal de las migraciones Sábado (nunca pagan semana integral) se
es Quito, ciudad a la que se desplazan se- obtiene trabajando el día completo o pro-
manalmente de (lunes a viernes) para tra- longando dos horas la jornada diaria entre
bajar como peones o como albañiles en la semana. Adicionalmente este valor se pue-
industria de la construcción. El jornal es de elevar si los jornaleros están dispuestos
de 1200 a 1300 sucres diarios sin comida, a velar de 5 a 12 de la noche o de 12 a 6 de
ninguna otra garantía de ley y –en ocasio- la mañana; en esos casos, el ingreso sema-
Runa Yachai / 129

nal llega a los 8.000 sucres, es decir, 1.400 Después me fuí a trabajar en las haciendas
diarios. de Pinsaquí, en la misma cosa. En el traba-
Finalmente algunos comuneros han jo éramos solo indígenas y el trato era bue-
referido ocupación eventual en Cotacachi, no. Los patrones eran buenos. El salario
con jornal de 1000 a 1200 sucres diarios iba aumentando a la edad. Después me fuí
a San Lorenzo a trabajar en las plantacio-
sin comida. Es un espacio muy favorable
nes de flores; lo mismo era bueno y era
por su cercanía a la comuna, pero, desgra- con comida. Después a Monjas y después a
ciadamente, la oferta de plazas de trabajo Esmeraldas; aquí comencé a trabajar en las
es ocasional y muy reducida. construcciones de peón; el pago era ya de
En el caso de las mujeres su centro de 120 sucres; yo tenía unos 15 o 16 años;
migración es Quito para trabajar como después a Nápoles en las plantaciones de
empleadas domésticas con sueldos que flores en la compañía Flores, con estos via-
fluctúan entre los 3 y 9.000 sucres men- jes aprendí a hablar en castellano y ahí tu-
suales (100 a 300 diarios) y movilización ve problema con un Cayambe, con un mo-
mensual. Otras viajan, para ocuparse co- cho indígena, nos peleamos.
mo cocineras o trabajar en la recolección Después me fuí a Quito a trabajar en las
de tomate riñón; allí su salario fluctúa en- construcciones desde que pagaba 1.500 se-
tre los 400 a 600 sucres diarios. manales. Por varias partes de Quito como
El caso de Alfonso Guandinango Qui- en Rumiñahui, Carcelén, Puéllaro y des-
sana, de 26 años, es un buen ejemplo de pués a Carapungo, que éste fue lugar don-
un joven que ha tenido que realizar mu- de trabajé más tiempo, casi tres años. No
chos trabajos en varios lugares, con un tuve problema en los pagos ni con los pa-
conjunto de ricas experiencias. trones y maestros. Me comunicaba siem-
pre en el castellano y con los indígenas ha-
“ He estudiado hasta tercer grado y viví en blaba en quichua.
una familia pobre y por la necesidad salí
de la escuela y comencé a trabajar fuera de Antes yo era mocho, me hice criar el pelo
la comunidad. porque participo en un conjunto musical.

Desde los 11 años comencé a trabajar; en El sueldo o salario que gano gasto en he-
la casa trabajaba en los sembríos ayudan- rramientas de trabajo, porque no tiene pa-
do a los mayores como en aflojar el terre- ra trabajar en la tierra; y para víveres y pa-
no, arar, cosechar. ra la salud de la familia”.

De ahí me partí a Ibarra a trabajar en co- (Alfonso Guandinango, 26 años)


sechas de maíz en una hacienda del Señor
Luis Jácome; el pago que recibí por prime- Alfonso, al igual que muchas personas
ra vez, en ese tiempo, me pagó 100 sucres de San Pedro, solo pudo llegar al tercer
semanales, era sin comida. Con ese dinero grado. Tuvo que trabajar, primero en la
compré los vestidos. Me llevó un amigo casa –ayudando a los papás, aprendiendo
con experiencia y era mayor. del campo con ellos, y luego con un ami-
130 / José Yánez del Pozo

go mayor, empezó su largo recorrido: pri- más, que completan el cuadro del apren-
mero en una hacienda de Ibarra, después dizaje a para la subsistencia y la socializa-
a Pinsaquí, luego en San Lorenzo en las ción.
plantaciones de flores, Monjas, Esmeral- No ha de creerse que una comunidad
das, Nápoles son otros tantos lugares de como la de San Pedro carece de problemas
aprendizaje y trabajo. También al aprendi- a su interior. Precisamente ésta y las de-
zaje del castellano. Alfonso le concede im- más comunidades de nuestro estudio in-
portancia. cluyen el conflicto interfamiliar e inter-
De sus patrones guarda un buen re- personal como un elemento clave en la vi-
cuerdo, aunque la pelea que tuvo con uno da cotidiana.
de los “cayambes mochos” fue algo real- Concretamente queremos referirnos a
mente inolvidable, considerando el tiepo algunos problemas que se dan por causa
de identidad que estaba en juego. El mis- de la herencia. El reparto, o mal reparto,
mo fue un “mocho” que se volvió “guan- que un padre, que ha tenido hijos con dos
gudo”. Retomó la identidad de otavalo, lo o más mujeres, hace de su parcela, origina
cual tal vez, lo llevó a una toma de distan- reclamos de los que exigen un reparto
cia –sin que ésto quiera decir que no haya igualitario. Cuando éste no se da, vienen
tenido acercamientos– de los cayambes los resentimientos y rencillas. De hecho, el
mochos, sus vecinos más cercanos, pero sistema de parentesco quichua implica lo
diferentes. que se conoce como bilinealidad en cuan-
Este hecho, probablemente un poco to a derechos sobre la herencia. Esto es
aislado, reafirma el punto de vista central que el individuo tiene derecho a la heren-
de este estudio; la continuidad e identidad cia por parte de ambos padres. El proble-
de las etnias regionales y los pueblos dife- ma viene, especialmente, con los hijos
rentes, en medio de importantes rupturas. procreados fuera del matrimonio legal
El punto actual de trabajo de Alfonso que cada vez se impone sobre el derecho
es Quito donde construye casas, edificios, consuetudinario.
ciudadelas. Es otro tipo de aprendizaje pa- Algunos resentimientos entre familias
ra otro tipo de trabajo. Su relación es pueden llevar inclusive a que los jóvenes
siempre buena con maestros y patrones. que quieren casarse no puedan hacerlo
Su carácter de bilingüe e intercultural pa- por enemistad entre sus familias. “Este es
rece ayudarle para su desempeño en el tra- el caso de NN y NN que no han podido
bajo. El salario, desde el primero en Ibarra festejar el matrimonio y que invadidos
para su vestido, hasta el actual en Quito por el cariño se han aislado y viven los do-
para herramientas o para la salud de su fa- sitos en Quito trabajando.. (A.V.)
milia, es vital en la vida de Alfonso Guan- Los problemas anteriores, y otros más,
dinango. nos están hablando tanto de conflictos ca-
De nuestra propia observación en la si “naturales” como de aquellos produci-
Comunidad tenemos unos pocos datos dos por el contacto con la sociedad envol-
Runa Yachai / 131

vente, que pesan sobre toda la comunidad Ya, arriba, entregaron el cucahui y la
que a veces pueden ritualizarse en la fies- chicha de los que no participaron. Juga-
ta, a fin de encontrar alguna solución. Las ban mientras su padre terminaba de co-
mismas pugnas por el poder se ritualizan mer. La minga de prestamanos contaba
en la fiesta, como lo veremos luego. En es- con 12 personas mayores: cada uno con su
te sentido, no solamente las reglas del pa- azadón se había repartido un metro de
rentesco, la reciprocidad, la redistribución tierra más o menos y trabajaban hasta fi-
son los sistemas de valores que el niño in- nalizar el huacho. En dos o tres tareas de-
troyecta. También debe saber aceptar los jaron listo el lote.
conflictos y vivir con ellos, de alguna ma- Vimos también a dos niños en la min-
nera. ga, el uno de 8-9 anos y el otro de 11-12
La personalidad infantil indígena, en- años. Trabajaban integrados, como uno
tonces, se forja entre la solidaridad y el más, a la minga. Hacían su tarea sin per-
conflicto no solamente por las condicio- derse ni retrasarse de la línea de mingue-
nes de la dominación general sino por los ros. Uno de ellos, cumplida su tarea, fue a
problemas internos. Es una personalidad traer la olla de chicha y la repartió. Lleva-
fuerte que sigue un proceso de aprendiza- ba también una botella de trago. Tomaba
je diferente del niño hispano, generalmen- chicha igual que el otro niño.
te más débil y consentido. Estas tareas infantiles, como ya lo he-
Algunas observaciones finales realiza- mos visto en las otras comunidades, se
das en nuestra estadía en la comunidad complementan con otras, como el cuida-
do de la casa (niños desde 5-6 a), el cuida-
nos ayudarán a comprender mejor esto
do de los hermanitos o acarreo de agua
que afirmamos.
donde la única diferencia entre los niños
Los miembros del equipo de investiga-
está en el tamaño del recipiente según la
ción subimos a la minga con algunos ni-
edad. El lavado de la ropa y la cocina son
ños de 9, 7 y 4 años. Eran hijos del presi- tareas tanto para las niñas como para los
dente de la comuna. Su padre había subi- niños.
do a la minga a eso de las 5 de la mañana; Tantas responsabilidades no se pare-
los niños subieron con nosotros a las nue- cen en nada a las de los niños hispanos de
ve. Iban cargando el refrigerio o cucahui y sectores medios y altos de las ciudades, es-
la chicha. La niña de 4 años llevaba una pecialmente. Nuestro planteamiento es
parte del cucahui bien acomodado en su que los niños indígenas se preparan de es-
manto o quipi. La niña de siete años lleva- ta manera para la hora de salir a trabajar
ba el galón de chicha y el niño de nueve en otros lugares, donde las condiciones
años llevaba la otra parte del cucahui, a la generalmente son difíciles y hostiles. La
vez que lideraba el arreamiento de 4 chan- dureza de la vida, posiblemente, da como
chos que caminaban hasta arriba. Los tres resultado niños y personas duras también
niños no los dejaban pararse. y muy responsables para poder sobrevivir.
132 / José Yánez del Pozo

Todo lo que hemos anotado sucede en hecho sucedido en todas las comunidades,
el marco de una comunidad que tiene su parece haber sufrido algún retraso en
grado de cohesión también en el ámbito aquellas ubicadas al Occidente de Cotaca-
político y cultural y que completa el con- chi y muy especialmente en San Pedro.
texto en el cual los niños de San Pedro En efecto, si bien por un lado observa-
aprenden y se socializan. mos que en la comuna persisten elementos
Dos son las características que mati- seculares en la forma de organizar el tra-
zan la estructura del poder en la comuni- bajo, como la minga, que tiene muy buena
dad de San Pedro. De un lado, el cabildo capacidad de convocatoria; por otro, la co-
de modelo tradicional y, de otro, una vi- munidad aparece desvinculada y aislada
gente fidelidad cultural. de las matrices indígenas provinciales y
La organización comunal tuvo su vér- nacionales a pesar de que formalmente es-
tice en épocas basadas en el trabajo de ca- tá afiliada a la UNORCIC (Unión de Or-
ciques que encabezaron las luchas por la ganizaciones Campesinas de Cotacachi).
defensa de la integridad territorial seria- La relación con esta organización, al
mente amenazada, como ya dijimos, por tiempo de la investigación, no iba va más
los reiterados intentos expansionistas de allá de la irregular asistencia a las reunio-
los terratenientes de la hacienda Ocampo. nes y contactos esporádicos que la diri-
Este, quizás, es el período de mayor forta- gencia del cabildo casi siempre intentaba
leza orgánica en la conducción comunal evaluar en función de una práctica utilita-
(1930-1970), pues su fuerza se fundamen- rista. En otras palabras, la UNORCIC no
taba en el consenso y el reconocimiento de parece ser vista por la comunidad como
indiscutible papel dirigente de dos o tres un espacio más avanzado de organización,
grupos ordinarios que se alternaban en los sino como otra “entidad” cuyo valor se de-
puestos de dirección. termina en función de lo que ofrece.
Sin embargo, una vez que los determi- La UNORCIC –anteriormente
nantes externos así como la paulatina pér- UNORCAC, unión de organizaciones
dida de importancia de la Hacienda campesinas de Cotacachi– se constituye
Ocampo (que sufre varias desmembracio- en 1979 como una alternativa a la FICI y
nes), atenúan estos conflictos, la conduc- como filial de la FENOC. Integra a 40 co-
ción se ve afectada en tanto el estatuto co- munidades indígenas y ha tenido alguna
munal y el reordenamiento de la relación participación en algunas luchas por la tie-
comuna-entorno social obliga al surgi- rra como en el caso de la hacienda Tuni-
miento de nuevos dirigentes que, en este bamba.
caso, ya no son los portadores de una de- Esta organización ha impulsado, sobre
cisión consensual tradicional, sino que todo, varias campañas de alfabetización y
responden a las necesidades de renovación educación bilingüe intercultural. Su polí-
y de encontrar cuadros que den respuesta tica de convenios con varias instituciones
a los nuevos condicionantes surgidos. Este estatales (FODERUMA) o privadas
Runa Yachai / 133

(CAAP, VISION MUNDIAL…) tal vez mente a la financiera. De tal manera que si
haya significado la necesidad de un apro- bien en lo inmediato se “resuelven” los
vechamiento de recursos necesarios para problemas urgentes, esto supone un costo
el desarrollo de la zona, sin dejar de lado muy alto que se ve reflejado en la pérdida
también un cierto riesgo de clientelismo, de fuerza del organismo central, el control
similar al que observamos en San Pedro. político y la imposibilidad de acceder a
Por la presencia y capacidad de sus princi- formas de lucha superiores porque hacerlo
pales dirigentes, la UNORCIC ha conse- significaría perder espacios de “apoyo”24.
guido puestos de representación política Posiblemente a esto se deba la escasa parti-
en el Concejo Cantonal, de importancia cipación de San Pedro en el levantamiento
indiscutible. de Junio y en otras movilizaciones.
Otro hecho digno de mención en San En todo caso, pensamos que dos he-
Pedro, es la presencia de Visión Mundial. chos, a propósito de lo último que deci-
Esta institución si bien no exige, como mos, configuran de manera específica y
condición para su “apoyo” inicial, adoptar diferente las características de la socializa-
sus modelos religiosos, si en cambio me- ción en San Pedro de Cotacachi. Nos refe-
diatiza la lucha y sume a la comunidad en rimos en primer lugar a la participación
una práctica clientelar que la desvincula de política constante de dirigentes indígenas
objetivos más valederos. En San Pedro, Vi- en el Consejo Cantonal y, en segundo lu-
sión Mundial aporta directamente para el gar, a la presencia también significativa, de
funcionamiento de la Huahua Huasi, el organismos foráneos como Visión Mun-
desayuno escolar, la tienda comunal, el dial.
programa de asistencia médica, la siembra Nos parece que son dos instancias di-
de papas en las tierras altas, la construc- ferentes de interculturalidad que, sin du-
ción de la casa comunal, etc. Cada uno de da, influyen en el aprendizaje de los niños.
estos proyectos cuenta con responsables Son como los dos extremos de una cuerda:
administradores que descentralizan su re- el “poder” en manos indígenas y el dinero
lación con el cabildo y se reportan directa- en la bolsa extranjera.
Capítulo III
EL RITO Y LA FIESTA
EN LA SOCIALIZACIÓN INDÍGENA

Todos los grupos humanos, sin excep- transmitir nuestros valores ideales de ge-
ción, hacen uso de una serie de signos, neración en generación”.
símbolos, ritos y mitos para comunicar su
(Rossi y O’Higgins, 1981: 57-58).
particular manera de ser, tanto a su propia
gente (mediante la socialización, por De los pueblos estudiados, podemos
ejemplo), como al resto de la sociedad, en recordar, por ejemplo, el distintivo usado
el caso de países multiétnicos y pluricultu- por los chimbos como un verdadero sím-
rales como el Ecuador. bolo del grupo étnico. Y por el estilo, po-
Hay una diferencia clara entre el signo dríamos enumerar una larga lista de sím-
(por ejemplo, el humo de una casa campe- bolos indígenas en cada acción de la vida
sina es señal de que allí están cocinando) y diaria. Es así como, sin necesidad de pala-
el símbolo (la misma señal de humo pue-
bras sino con una inmensa carga de senti-
de significar que una persona de la casa ha
do (el vestido, el “huango” otavaleño, el
muerto). Así, mientras el signo nos remite
mote caliente para el visitante…) de la
a algo conocido por todos, el símbolo nos
cultura, se han transmitido los valores
lleva hacia un sentido dado en un contex-
to cultural. ideales, deseables, de generación en gene-
Toda nuestra vida está cargada de sig- ración. Ese, precisamente, ha sido uno de
nos o señales y de símbolos o sentidos. En los papeles de la socialización. El miedo, el
la cultura hispano-india-urbana hacemos afecto o la pena se expresan en la vida co-
mucho uso de una flor, una tarjeta, un tidiana mediante determinados símbolos.
abrazo, una bandera, un color, un vestido, Ahora bien, cuando el grupo humano
un gráfico, como símbolo de algo. junta una serie de símbolos (palabras, ges-
Igual ha sucedido en las culturas indí- tos, imágenes, etc.), se produce el rito, co-
genas desde tiempos muy antiguos. Por mo una especie de “símbolo hecho ac-
desgracia no se ha investigado suficiente- ción”. Estos ritos o rituales son utilizados
mente sobre los símbolos prehispánicos generalmente en circunstancias especiales
que, como todo símbolo, de la vida.
Igualmente, junto a los ritos, encon-
“forma el corazón mismo de la cultura;
tramos los mitos que vienen a ser explica-
mediante /los símbolos/ expresamos nues-
tros más íntimos pensamientos e ideales, y ciones sobre los orígenes, sobre el sentido
de ellos nos servimos para almacenar y de la vida y de la muerte, de las personas y
136 / José Yánez del Pozo

de los animales, de las plantas y de las co- raíces pre-incaicas, con los cusqueños los
sas. Si el rito es “símbolo en acción”, el mi- ritos se perfeccionaron y diversificaron,
to sería “símbolo en palabras”. dentro de una cosmovisión bastante simi-
Si dejamos para otra ocasión un análi- lar. Cuando llegaron los españoles, la rup-
sis detenido del mito en las comunidades tura fue radical porque la visión cultural y
estudiadas, veamos algunos de sus ritos y religiosa que se imponía era totalmente
su influencia en la socialización. diferente. La cristianización impuesta pe-
có, entre otras cosas de:
3.1 Los Ritos de Transición
“1. Violación de la conciencia indígena,
Parece ser que ya en tiempos incásicos agravada por las armas y la enco-
se practicaban tres tipos de ritos comuna- mienda,
les (Marzal, 1976). 2. Superficial y masiva,
a. Impretatorios, relacionados con la 3. Sacramentalizadora y devocional.”
veneración, la purificación y la curación. (Rueda 81)
Entre estos ritos se pueden enumerar los
siguientes: compartir la chicha con la Pa- Sometida a la nueva religión mediante
cha Mama, ayunos y abstinencias, comilo- métodos violentos, la población indígena,
nas, bebelonas, cantos, danzas, adivina- a través de los años y los siglos, ha venido
ción y curación. practicando una suerte de religiosidad
b. Festivos, relacionados con algunos propia que algunos llaman sincrética don-
momentos del ciclo agrícola o con épocas de, en la mayoría de los casos, resulta muy
críticas como inundaciones, sequías o difícil separar qué corresponde a que ma-
temblores. Junto a estos ritos festivos no triz cultural. En todo caso, no creemos
faltaban los sacrificios de ciertos animales que el punto central sea encontrar un tipo
especiales como la llama y el cuy. de religión indígena pura dado que la cul-
c. De transición, realizados en los mo- tura popular, como ya dijimos, no se ex-
mentos críticos de la vida de la persona plica por las esencias y los orígenes sino
como el nacimiento o la muerte. por el uso y la función que ahora cumple.
Sin duda, cada uno de los grupos tuvo Está ya tan enraizado este sentimiento
una riqueza inmensa de ritos impretato- religioso de origen múltiple que agarra
rios, festivos o de transición. De lo que he- fuertemente a la persona, su comunidad y
mos estudiado, destaca otra vez el pueblo su pueblo que la única ruptura brutal se
de los warankas con sus ritos especiales al produce cuando ocurre una invasión cul-
Chimborazo. Las fiestas o los ritos de cu- tural nueva a través de una secta religiosa
ración de este y los otros pueblos y vigen- fundamentalista. Cuando no sucede esto
tes hasta nuestros días, son una prueba de último, la comunidad andina continúa
esta riqueza. utilizando los ritos más antiguos para ca-
Si bien es cierto, estos rituales tienen da ocasión y también para señalar el paso
Runa Yachai / 137

de una etapa a otra en la vida de la perso- “huambra”, “cuitsa” (chico o chica); “lun-
na. Un breve análisis de los ritos de transi- gu”, “sultira” (adolescente); 4. “runa”,
ción nos ayudará a entender mejor lo que “huarmi” (hombre o mujer)”.
afirmamos. Para señalar el paso entre estas etapas,
Los aymaras del Perú y Bolivia, por están presentes, de lo que sabemos, algu-
ejemplo, distinguen las siguientes etapas nos ritos que se realizan en el momento
en el desarrollo humano, cada una de ellas del nacimiento del niño como el “cocido
marcada por un rito especial: de la boca del huahua”, “el baño con leche
“Los aymaras nos clasificamos según para que tenga color y se haga blanquito”
nuestro desarrollo: por la edad, por la for- o la invocación “shuncu, shuncu” para
mación moral y física y, sobre todo, por evitar el espanto en el niño que cae (Balla-
nuestras responsabilidades25. De acuerdo a delli 390 y ss.) entre los cayambis.
las reglas, costumbres, experiencias que se Otros ritos nativos de paso entre las
van adquiriendo y a las pruebas aprobadas, etapas se habrían perdido o se habrían re-
un aymara es considerado “Q’ipichu” o fundido en los ritos occidentales. El bauti-
“Asu wawa” (bebé), “irqui”, “muchu” (niño
zo o entrada en el mundo terrenal, el ma-
o niña), “Yuqalla”, “imilla” (chico o chica),
“Q’axu” (adolescente), “wayna”, “tawaqu” trimonio o entrada en la adultez y en la vi-
(joven) y “aymar jaqi” (el hombre ay- da plena de la comunidad y los funerales o
mara)” entrada en el mundo de los muertos, son
rituales que todos siguen y en los cuales
(Ochoa, 1984: 9) los niños aprenden los nuevos valores.
Un proceso similar entre los quichuas Según Bock (109) todo rito de transi-
ecuatorianos incluiría las siguientes eta- ción supone tres momentos: separación,
pas: transición, reincorporación, en los mo-
1. “llullu huahua” (bebé); 2. “cari hua- mentos críticos de la vida como el naci-
hua”, “huarmi huahua” (niño o niña); 3. miento, la adultez o la muerte.

Cuadro Nº 12
El rito del bautismo
Estatus A Estatus B
SEPARACION INCORPORACION
Los padres Los padrinos
entregan entregan
su niño el niño
a los padrinos a sus padres:
representantes la comunidad
de la TRANSICION lo acepta
comunidad Ceremonia y lo devuelve
del
Bautismo
138 / José Yánez del Pozo

En el bautismo entre los puruháes, por “Están en una fiesta. Están bailando. María
ejemplo, realizado a pocos días del naci- está cocinando en la cocina para dar de co-
miento se produce la sucesión de los tres mer a los invitados. Otros están sentados
momentos, seguidos por el rito festivo. en la banca. Una mujer está golpeando en
Lo interesante de destacarse es que, la puerta del bautizo de la hija que se lla-
ma Laura, y la mamá se llama María y el
mientras el momento TRANSICION se
papá se llama Juan. La madrina se llama
realiza según el ritual oficial, en términos Margarita y el Padrino se llama Miguel”.
generales, los momentos SEPARACION y
REINCORPORACION están cargados de (María Aurora Atupaña)
muchos gestos, saludos, bendiciones, re- 3er grado
galos de carácter netamente indígena. Lo
Estos dos niños exponen, con toda cla-
más destacable es, en este aspecto, la re-
ridad, los principales elementos de la fies-
creación del COMPADRAZGO que rea-
ta, por el bautizo de un niño.
firma el sistema de relaciones, con deberes
En primer lugar, se representa a los pa-
y obligaciones entre los compadres y entre
dres y a la niña bautizada, con sus propios
padrinos y ahijados y viceversa.
nombres. Los otros personajes centrales
En Cocotog, por ejemplo el padrino
son los padrinos, también con sus nom-
vela por el ahijado, por lo menos hasta los
bres. El nombre, en este caso (shutichina),
12 años en lo referente a la salud y a la
indica la reincorporación a la comunidad
educación, especialmente. No faltará ade-
y el cambio de estatus de todos los involu-
más el regalito simbólico de un caballito o
crados: padrino, ahijado, compadre.
una muñequita de pan, según el sexo, en el
En honor a este acontecimiento se ce-
día de Difuntos.
lebra la fiesta: “María está cocinando para
Luego de la reincorporación del niño y
los invitados”; “una señora pasa el trago a
del cambio de estatus de todos los involu-
un señor”; “baila con una señora con mo-
crados, la comunidad realiza el rito fes-
tivo del bautizo”.
tivo.
La comida (comida ritual de mote, pa-
En una conversación sobre el bautis-
pas, carne, granos), la bebida (bebida ri-
mo, uno de los niños migrantes de Chim-
tual de chicha, trago o cerveza) y el baile
borazo en Quito, escribe al pie de un grá-
(de la música indígena ecuatoriana), son
fico, elaborado con su propia mano:
captados por los niños como los elemen-
“Una señora pasa el trago a un señor. Bai- tos claves de esta fiesta que, casi impercep-
la con una señora por motivo de bautizo tiblemente les introduce en una serie de
en la casa de la señora. valores del grupo étnico general, en un
aprendizaje directo y vívido.
(Luis Alberto Tarco)
2do. grado Si con el bautismo el niño pasa oficial-
mente a ser miembro de la comunidad
Y una niña escribe, asimismo: con sus padres y padrinos como garantes,
Runa Yachai / 139

con el matrimonio la pareja pasa al grupo 8. Jatarichi. Los novios se levantan y


de los adultos con voz y voto para todas y son reconocidos oficialmente como
cada una de las decisiones importantes. esposos por la comunidad.
Entre los puruháes, se pueden encon- 9. El “entriegue”. Delante de la comu-
trar los siguientes momentos del ritual del nidad, una persona escogida entre-
matrimonio. ga un novio al otro y declara sus
responsabilidades”.
“1. Rimayaicui, mañari, huarmirimai.
El muchacho pide a la muchacha en (Botero 71-72)
matrimonio.
2. Japitucui ricuri. El muchacho, días Como podemos darnos cuenta tam-
después del mañari, oficializa el bién aquí encontramos los tres momentos
consentimiento trayendo presentes típicos de un rito de transición:
a la novia. Con el ritual cargado de significados,
3. Huillai. La novia anuncia oficial- la comunidad asegura el futuro individual
mente su matrimonio a la comuni- y colectivo, mediante lazos que se reafir-
dad. man y una identidad que se transmite a las
4. Matrimonio civil futuras generaciones. El niño como
5. Baño del novio (o de los novios) en miembro de su comunidad y de su grupo
la madrugada del día del matrimo- introyecta cada uno de los valores que él
nio eclesiástico. mismo deberá reproducir en su vida
6. Matrimonio eclesiástico. cuando tenga que hacerlo.
7. Sirichi. Los novios pasan, oficial- Después del ritual, viene la fiesta. Vea-
mente, su primera noche juntos. mos como interpretan los niños de la Es-

Cuadro Nº 13
El rito del matrimonio
ESTATUS A ESTATUS B

SEPARACION REINCORPORACION
Los novios, no Marido y mujer son
reconocidos aún como reconocidos por la
marido y mujer, comunidad con una
como adultos plenos
se separan de sus serie de derechos y
respectivas familias deberes
1,2,3,4,5. 8y9
TRANSICION
ceremonia
eclesiástica
y ritos indígenas
6y7
140 / José Yánez del Pozo

cuela “Alejo Sáenz” el rito festivo del ma- dad no por ello han perdido su propia
trimonio: identidad puruhá. Los puruháes de nues-
tro estudio y, más aún, los demás pueblos,
“En una fiesta de matrimonio, esta bailan-
mantienen una relación grande con la na-
do, cantando, chumados, en la casa, tocan-
turaleza donde todo nace, crece, se repro-
do la guitarra y el bombo. Tocan y bailan.
Una señora pasa el trago”. duce y muere en un ciclo interminable.
Por este motivo el enfrentamiento con la
José Manuel Illicahi muerte forma parte también del aprendi-
2do. grado zaje infantil.
Un observador poco avisado podría
“Está borracho mi papá, está yendo jalado creer que, ante tantos niños pequeños que
el trago: los huahuas también están bailan- mueren de enfermedad o desnutrición y
do, están en la fiesta de matrimonio” con tantos hombres y mujeres jóvenes que
Fabiola Guamán Gualli mueren por enfermedad o accidente en la
2do. grado ciudad, o por asesinatos en los campos los
indígenas se han vuelto insensibles ante la
Estos niños de 9-10 años, igual que en muerte; algo así como que se acostumbra-
el bautismo, recuerdan claramente como ron a ella desde antes, cuando su pobla-
es una fiesta de matrimonio: el trago, la ción fue literalmente diezmada por los
música y el baile están presentes, otra vez, conquistadores y dominadores.
en las descripciones infantiles. No creemos que se deba hablar de in-
Algunos elementos como el vestido, el sensibilidad. Además de estar presente
licor o el tipo de regalos, sin duda, están
otra manera de entender la vida y la muer-
cambiando pero, en esencia, el rito se
te, está la seguridad en la continuidad de
mantiene con las implicaciones que he-
un pueblo que se resiste, por todos los me-
mos anotado. El niño aprende a ser perso-
dios a la extinción total. Como vemos si-
na de estas maneras y con estos rituales
concretos. Niños y niñas, desde muy gue vivo el pensamiento de Dolores Ca-
pronto, saben que un día se casarán y son cuango que nos decía: “mil muriendo, mil
preparados para cumplir los roles respec- reponiendo” (Yánez del Pozo, 1986: 5).
tivos. Ahora, los “huahuas están bailando Cuando muere una persona en la co-
en la fiesta de matrimonio” de otros. Des- munidad, el ritual fúnebre que se realiza
pués de poco serán los protagonistas de su tiene la función de conceder al fallecido el
propio rito de matrimonio. estatus de antepasado, perteneciente al
Algo que debemos resaltar es que estos grupo de los ancestros, tan importantes en
niños que prácticamente viven en la ciu- la vida de la comunidad.
Runa Yachai / 141

Cuadro Nº 14
El ritual fúnebre
ESTATUS A ESTATUS B

SEPARACION INCORPORACION
Dejar de vivir, separarse Pasar a ser parte de
físicamente de la los antepasados -
familia y la guardianes de la
comunidad comunidad, mientras
los deudos adquieren
el estatus de huérfano
o viuda (hhuaccha)

TRANSICION
Rituales en
la iglesia y
fuera de ella

Tal vez en éste, más que en los otros ri- ma infantil, también le ayudan a recono-
tos, lo nativo propio tiene una vigencia ca- cer las señales y a estar preparados para la
si total: las creencias, el paño y el arreglo muerte.
del cadáver, el llanto “jiquiado” o simula-
“Se tiene esa creencia de que se encuentra
do de las mujeres mientras cuentan la vi-
un insecto que es una especie de avispa
da del fallecido, los juegos funerarios de
grande; se encuentra peleando con una
una variada gama de entretenimientos pa- araña y que si la araña ya está muerta o el
ra el velorio, el entierro mismo y las mani- insecto le está llevando arrastrando para
festaciones “exageradas” de entrar con el enterrarle, eso significa que algún miem-
difunto a la fosa: los baños rituales para bro de la familia en corto plazo va a morir,
evitar “huairashcas” o “malos vientos” y y no pasa dos meses, tres meses que al-
los rituales de Noviembre se mantienen guien de la familia muera.
muy presentes en todas las comunidades.
Otra tradición, bueno de que como, que le
Veamos algunos de estos elementos en
digo, de algunos animales, por ejemplo,
los sectores concretos de nuestra investi- que, cuando han visto un animal que le
gación: llaman el Chusig, cuando han visto a este
En Cocotog, antes del momento de la animal dicen que, por ejemplo, es fijo que
separación toda la comunidad, y especial- algún familiar va a morir en corto tiempo,
mente los más allegados “sienten” lo que si es en hoyo pequeño va a morir un niño,
va a ocurrir, mediante señales enviadas si es hoyo grande va a morir un mayor, o si
por los animales cercanos. Estas creencias es un hoyo, más o menos entre pequeño y
contadas por los mayores a los niños, a la grande, es un joven”.
vez que producen mucho temor en el al-
(Oswaldo Acero, 30 años)
142 / José Yánez del Pozo

“Cuando canta la gallina es mal aguero “Cuando moría en una familia tonces pri-
porque falta un mes, quince días para mo- mer lugar hacían bañar al muerto, ya cam-
rir uno, cualquier familiar, o dentro de la biaban la ropita, ya todo, ya haciendo ves-
casa o familia otra lejana, para eso cantan tir, ya ponían donde está ya le acomoda-
las gallinas”. ban en el sitio, tres días así como está en la
mesa se pone unos palos, ahí sabía hacer
(Simón Cóndor Siñalin, 40 años)
acostar; un día ya velado así pasaba cuan-
“Si, decían cuando una persona muere, o do eran los mayores, casados mueren ton-
digamos, antes de morir, ¿no?, no era ces era, con una campana, tonces en una
cuando ya había muerto, el que ya iba a campana de 4 libras o 5 libras de eso era.
morir su alma su espíritu ya comenzaba a Tonces, con eso ahí avanzaba y hacía so-
andar, que por eso que los perros le veían nar, ya para ir a Zámbiza de ahí ya para lle-
a esa alma, sentían temor y comenzaban a var al cadáver ya ponían en ataúd, sabía
aullar; entonces cuando aullaba en la casa dar la vuelta a la casa, tonces daba la vuel-
de mi padre un perro decían que alguien ta todo, sabía dar tres veces la venia, tonces
ha venido acá a despedirse antes de morir- esa era la despedida del difunto, ya iba no
se, porque ya está recogiendo los pasos, más… todo, toda la gente que muere era
entonces nosotros teníamos temor de salir de avanzar a Zámbiza. Entonces en Zám-
afuera porque quizás nos va a coger esa al- biza, ya se va, primero entraba cuando te-
ma, ese espíritu, cuando los perro y des- nía madrinas, padrinos en Zámbiza, a esa
pués de muerto teníamos el temor de que casa hacían entrar al difunto, hasta que era
nos encuentre otra vez porque creíamos
hora de la Santa Misa, cuando ya se oía la
que iba a volver, ¿no?, quizá cuando tenía-
campana, la última campana de santa mi-
mos algún problema con alguien me decía
sa, ya iba a la iglesia, tonce ya de la iglesia
que va a volver para desquitarse, eso era
iba al cementerio, hasta eso otras personas
nuestro temor, y eso catalogaban casi la
mayor parte de los antiguos ¿no?”. rogadas sabían estar ya huequiando el
hueco, para el entierro, ya cavando unos
(Juan Alvaro, 30 a.) 0.50 o un metro máximo, un viente así no
más de hondo.
Cuando muere la persona y antes de
realizar el rito en la Iglesia, la familia efec- Después del entierro así mismo, así ya da-
túa una serie de rituales de purificación y ban ahí mismo obligación: de ahí, ya ve-
veneración. nían.
Después del rito religioso en la Iglesia,
Sí, lo más era asímismo tomaba no mas
siguen los ritos en el cementerio, luego de era: del cementerio, viniendo a la plaza to-
lo cual viene la celebración o incorpora- maba ya; lo que avance, ese tiempo era
ción (estatus B). Como en los demás ritos bastante mal, se emborrachaba bastante en
festivos, también aquí están presentes los Zámbiza, el que menos y algunos se que-
elementos principales: la comida y la bebi- daban tomando demás, no avanzando ve-
da rituales. nir, eso.
Runa Yachai / 143

Llegando a la casa asímismo, motecito co- vecino o de algún amigo y la colada mo-
cinadito y sopa de arroz, chicha, colada rada.
por haber acompañado, por haber cabado
la tierra, el hueco; tonce, por eso, era agra- Son contadas las casas que tienen horno,
decer, cocinando motecito así con carneci- pero allá se va las familias y, muchas veces,
ta era de merendar y de tomar por haber hay que coger turno desde tempranas ho-
ayudado y los que acompañaban también ras de la tarde y se desocupa a altas horas
chichita o trago así, era de obligación. de la madrugada del día siguiente, porque
como son pocos los hornos, tonces llega
Después hacia, llegando a la casa, esa mesa bastante gente, y hay que esperar que siga
tendiendo mantelito, mote regaban en ese saliendo los primeros que han llegado.
mantel, hasta donde que están las gentes,
tonces cabecera dicho eso era de un sitio En la ida al cementerio, se va con una ca-
de la cabecera dicho los más mayorcitos, o nasta, bueno ya, los mayores van así, lo que
así los que han hecho algún servicio, alcal- se llama a hacer rezar por los difuntos: lle-
de, asímismo danzante, prioste que han van pues, una canasta, un poco de mote,
hecho, a esos ponían a la cabecera, de ahí llevan también el pan, los oritos o el ma-
si seguían atendiendo el motecito, los que queño, o los plátanos, y si es que también
no hemos hecho nada así, esos eran al úl- pueden la morada, tonces, eso, eso llevan
timo, ahí daban de tomar, de comer, ahí al cementerio, y por ahí se asoman los que
daban ese champús dicho en platito, en rezan, tonces ellos rezan por el pago de un
platito si es que haiga habido las nueras”. pan, de un plátano, tonces eso o depende
de la posibilidad del que va llevándole pa-
(Oswaldo Acero) ra que rece, del deudo, él le brinda un buen
platazo para que le rece, tonces ahí le reza
En las culturas indígenas, desde tiem- unos dos, tres padres nuestros, unas cinco
pos muy antiguos, los antepasados ocu- ave marías, encomendado el alma.
pan un lugar fundamental en la vida de la
comunidad y del grupo todo. Recordemos Los que rezan son personas que vienen, al-
los rituales fúnebres que Paz de Maldona- gunos son de Zámbiza, otros vienen de
do escribía en referencia a la práctica de Nayón, así y que se ofrecen a rezar por el
los puruháes. alma de un difunto.
Los cronistas como Guamán Poma de Se comparte, es decir entre familia, porque
Ayala (1980: 1058) ya nos hablan del Aia el cementerio es pequeño, entonces existe
Marcai Quilla (mes de llevar difuntos) que bastante, esta afluencia de gente que van a
después coincidió (?) con la celebración visitar.
cristiana de Noviembre.
Lo que esa, se decía o decían mis abuelos,
“Bueno el dos de noviembre, lo que se lla- es que el alma viene en la época que Dios
ma finados, pues aquí la tradición es hacer les da permiso, pues para que venga a visi-
el pan, en todas las casas generalmente se tar a los familiares que están aquí en la tie-
hace el pan, el pan donde, en el horno del rra, tonce que de cierto modo ellos no co-
144 / José Yánez del Pozo

mían, pero ellos absorbían el valor de la El día uno, los grupos familiares reuni-
comida, el valor nutritivo, así. dos, concurren por la mañana a una misa.
De entre ellos, se destacan algunos que ha-
Yo pienso que se vale la pena recordar y
por lo menos en ese día, ¿no?, porque en cen la tarea de angel callpac (angel corre-
otros días del año, ¿qué se hace?, uno pasa dor) que con sus ayudantes recogen las
preocupado en otras situaciones de la vi- ofrendas (UPRINTA PUNCHA) consis-
da; yo creo que es un buen día para poder- tentes en frutas, pan o dinero a cambio de
se recordar de los difuntos. los rezos.
El día dos de Noviembre, en Cotacachi
(Oswaldo Acero) y en los demás lugares, indígenas y mesti-
En la actualidad, a pesar de la influen- zos se desplazan al mismo cementerio, el
cia occidental y urbana y de la manipula- cual, sin embargo, tiene una clara distri-
ción generalizada, el rito festivo de no- bución cultural y económica que refleja
viembre mantiene toda su vigencia. Ahora no solamente las diferencias entre las cul-
bien, en la medida en que varias culturas turas sino al interior de cada una de ellas.
compiten por el mismo espacio y tiempos Por una parte los mestizos prefieren
sagrados, resulta interesante comparar los los nichos –aunque no exclusivamente– y,
ritos de indígenas y mestizos a fin de en- mediante una ceremonia sencilla de una
tender mejor los valores que se trans- oración, unas flores y el arreglo de la tum-
miten. ba, terminan su compromiso. Su comida
Los indígenas de Cotacachi, por ejem- ritual de colada morada y huahuas de pan,
plo, incluidos los de San Pedro, emplean 3 aunque puede muy bien ser considerada
días en la celebración de Noviembre. como una prueba de raíces indígenas

Cuadro Nº 15
Cementerio de Cotacachi
Runa Yachai / 145

fuertes, no parece tender ningún puente He aquí un claro ejemplo de un rasgo


con la población indígena. que no cambia en su estructura funda-
Su comida ritual del 2 de Noviembre mental y que también es un elemento im-
es mucho más compleja, pues consta de portante de la identidad indígena hacia
varios alimentos de sal como las papas, el dentro de sí y hacia el mundo exterior.
arroz, la carne, los granos y el pan. El rito
3.2 La fiesta y las identidades
de la comida incluye además el gesto nece-
sario de la reciprocidad. Se come entre to- “La fiesta es una celebración jubilosa. Es
dos y se da algo al pobre (huaccha) que re- una condensación de ritos significativos,
za por el difunto en clara alusión a la po- no cotidianos y anunciadores… es un vivir
breza o soledad del muerto- desligado de intenso fuera de lo ordinario: no se vestirá
los lazos familiares. Con la comida que se como siempre, no comerá lo de todos los
le deja se pretenderá acortar esta gran dis- días, no hará lo que hace cada día, no esta-
rá allí donde suele estar, no se encontrará
tancia y soledad. En este hecho parece,
con sólo los suyos, no hablará de lo que se
además, estar implícita la práctica ances- ocupa ordinariamente la mente. Es un vi-
tral de velar por los pobres en este mismo vir no cotidiano, el bien enraizado en la vi-
mes del Aia marcai Quilla (Guamán Poma da. La fiesta es enunciadora.
de Ayala, 1980).
Ella es prometedora de algo mejor, es jubi-
El día tres de Noviembre, solamente
losa. Se celebra la muerte, se festeja la
los indígenas vuelven al cementerio, ahora vida”.
con comida de dulce. Con esto se cumple
con la dualidad andina de sal - dulce, al (Rueda, Marco 34)
igual que, en otros contextos, se cumple
En pocos días se puede condensar la
con el ciclo frío - caliente y alto - bajo.
vida entera no sólo de una persona sino de
De esta manera, en Cocotog, en Cota-
todo un pueblo, y no sólo de 50 o 60 años,
cachi y en las demás comunidades se ha
sino de varios siglos. Es el conjunto de ri-
cumplido con los ritos fúnebres a los cua- tos y símbolos los que hace posible ésto.
les los niños asisten y en los cuales partici- Para realizar esta representación de la vida
pan activamente. larga en un tiempo corto hay una prepara-
Aunque en la zona de Calderón, por ción, una celebración y un agradecimien-
ejemplo, el turismo pretende comerciali- to o conclusión. Una comida y bebida es-
zar o folclorizar el día dos de Noviembre, peciales, un vestido diferente, unos ritmos
no es menos cierto que los quitu-runas –al y canciones que harán posible esta repre-
igual que las demás etnias– lo único que sentación jubilosa, fuente también de so-
hacen es continuar con una celebración cialización.
que hunde sus raíces en los tiempos prein- En la fiesta –Carnaval o San Juan - San
cásicos. Pedro, por ejemplo– los grupos dicen: ES-
146 / José Yánez del Pozo

TO SOMOS NOSOTROS, ESTO SEGUI- Con este análisis pretendemos sentar


MOS SIENDO. Los demás pueden no en- las bases de una de las maneras de apro-
tender el mensaje, ignorarlo o ridiculizar- piación –o de reapropiación de la identi-
lo. Pero la fiesta ha cumplido su papel de dad por parte de los niños que, a su edad
enunciadora de identidad y de anuncia- y después, reproducen los mismos esque-
dora de algo mejor, de condiciones más mas centrales, en una lucha sin fin por la
equitativas para unos y otros. subsistencia material y cultural.
En el caso de los pueblos indígenas y Los quitu-runas de Cocotog han deja-
no indígenas del Ecuador la dinámica es do de celebrar su “fiesta grande con los
yumbos y disfrazados”. En otros sectores
tal que constantemente se están notando
cercanos del mismo pueblo, por ejemplo
las influencias mutuas y de otras culturas
en El Inca, Cotocollao o La Magdalena, la
más lejanas y los cambios, algunos apa- denominada yumbada tiene aún plena vi-
rentemente sin sentido, absurdos. Como gencia. Otras fiestas, más familiares como
hemos dicho, no solamente podemos sim- las que se realizan en honor al niño Jesús,
plemente hablar de sincretismo religioso. cumplen ahora con la misma función cen-
Se trata de procesos vivos de los pueblos tral de la fiesta grande.
que constantemente reacomodan y repre- Además, tanto para los quitus como
sentan, según su propio sentir, todo lo que para los puruháes otras celebraciones co-
cotidianamente viven, incluyendo en el mo las “fiestas de Quito” (6 de Diciembre:
proceso lo que algunos podrían llamar ¿día de la fundación española?, ¿día de Ru-
“antivalores”, como reflejos de la situación miñahui?) tienen significaciones y una vi-
de dominación. vencias que, sin duda, serán diferentes que
Para nuestro estudio, queremos refle- para otros sectores y grupos étnicos de
xionar brevemente sobre dos fiestas prin- Quito, la gran urbe, multicultural y plu-
cipales: riétnica.
1. La fiesta de Carnaval vivida por los
3.2.1. El Carnaval Waranka
chimbu-warankas (similar a la de los pu-
ruhá-quichuas) por oposición a la misma Cuando se hace la lista de fiestas ecua-
fiesta vivida por los hispanos, de la pro- torianas, junto al 6 de Diciembre en Qui-
vincia de Bolívar, como un ejemplo de dos to, el Yamor en Otavalo, el 9 de Octubre en
identidades en convivencia y en conflicto. Guayaquil, el 3 de Noviembre en Cuenca o
2. La fiesta de San Juan – San Pedro vi- el 12 de Abril en Riobamba, se nombra
vida por los otavalos y los cayambis que, a también dos tipos de carnavales que con-
la vez que condensan una y otra identidad centran gran cantidad de público.
diferenciada, manifiesta una manera pro- Por una parte, está el Carnaval de Am-
pia de ser frente a los mestizos imbabure- bato que, por presiones de diverso tipo,
ños o pichinchanos. tuvo que “culturizarse” y juntarse con la
Runa Yachai / 147

Fiesta de las Flores y las Frutas. En todo el danzantes ejecutaban los pasos, orienta-
país es el único sitio (aparentemente) dos por un delegado del cabildo y, en oca-
donde está absolutamente prohibido el siones, por el profesor bilingüe; mientras
uso del agua. A cambio de ello, se ha ela- tanto, el resto de la comunidad observaba
borado un extenso programa-espectáculo y comentaba la cercanía del carnaval. En
que ahora no entramos a analizar. las casas se seleccionaba los animalitos y
En el otro extremo, y como represen- los productos que iban a ser parte de la co-
tativo del carnaval tradicional, se coloca el mida y la bebida especiales de la fiesta,
Carnaval de Guaranda. Su propio ritmo mientras que uno que otro golpeteo de
de danzante, sus coplas, sus comparsas en bombo se oía a lo lejos.
los principales pueblos, su comida propia La comparsa ensayaba al ritmo de un
y su bebida especial, aún sus característi- carnaval largo y prolongado, ejecutado
cas grotescas y de imitación, constituyen por jóvenes de la comunidad que impro-
para el mestizo bolivarense su carta de visaban coplas y se convertían en el centro
presentación en el país. receptor de información y al que, a menu-
Sin embargo, algo que no es muy co- do, se integraban nuevas voces. A medida
nocido es que hay otros bolivarenses, que se acercaba la fecha de la presenta-
otros habitantes de la misma provincia ción, la actividad aumentaba, al punto que
que también hacen su gran fiesta de Car- dos días antes, en todos los sectores, se
naval, con la cual, de igual modo, se pre- sentía el inminente desplazamiento a la
sentan ante sí mismos y ante los demás. capital provincial.
Ellos son los chimbu-warankas con su El último día, la misma escuela realizó
carnaval propio, algunas de cuyas caracte- un acto cuyo objetivo, consciente o in-
rísticas pudimos observar. Los dos carana- consciente, resultó ser el inicio del Carna-
vales se relacionan y se tocan en algunos val. Al sonar de las primeras coplas, los ni-
momentos, pero tiene cada uno una diná- ños, jóvenes y viejos iniciaron el baile, for-
mica propia. mando parejas indistintamente, sin respe-
En 1990, en Pucarapamba, la prepara- tar un orden de edades: era frecuente ob-
ción de la comparsa para el desfile de servar niños de poca edad bailando con
Guaranda fue asumida directamente por adultos. Después de ésto, el baile derivó en
el cabildo, y el centro de actividades fue la un juego con agua que polarizó dos gru-
escuela. Se organizó un grupo de 14 dan- pos: uno de hombres y otro de mujeres,
zantes, siete hombre y siete mujeres, cuyas niños y niñas también, cada uno de los
edades fluctuaban entre los siete y los cuales se apropió de un grifo mientras in-
treinta y cinco años, más o menos. tentaba por todos los medios “capturar” al
Con doce días de anterioridad, toda la del otro bando para llevarlo a su espacio y
comunidad se reunía para observar los di- ejecutar el baño ritual.
ferentes ensayos y los avances del grupo El día de la presentación, los comune-
escogido. Durante dos o tres horas los ros vistiendo sus mejores ropas, iniciaron
148 / José Yánez del Pozo

una movilización colectiva hacia la capital Al día siguiente, domingo, la capital


provincial. En Guaranda, se habían con- provincial vivía el apogeo de su carnaval:
centrado no menos de cuarenta compar- el desfile anual, una especie de imitación
sas indígenas de varias comunidades que de carnavales de otras latitudes; jóvenes
desfilaron por el centro de la ciudad hasta colegiales presentaban grupos de charles-
la “Plaza Roja”; cada comunidad iba presi- tone, rock y ritmos en boga (la lambada
dida de un grupo de música que, al ritmo por ejemplo); no faltaron aquellos que ha-
del carnaval, alegraba al grupo de danzan- bían decidido disfrazarse de indígenas
tes que, en algunos casos llegaba a constar “para rescatar el folklore”. En todo el des-
de 30 miembros, grupos siempre mixtos y file, no faltaron las famosas coplas del
de diferentes edades. Carnaval de Guaranda, de inagotable
En la plaza, el acto empezó con la lle- creatividad. He aquí algunas como ejem-
gada de la primera comparsa mientras los plo:
acompañantes se ubicaban en los alrede-
dores. Asistimos a una presentación apa- A la voz de carnaval
rentemente anacrónica y desordenada, todo el mundo se levanta (bis)
puesto que los grupos de danzantes repe- ¡Qué bonito es carnaval!
tían incontables veces la presentación y,
además, lo hacían al mismo tiempo; eran Amor imposible mío
diez a doce grupos en escena, muchos de por imposible te quiero (bis)
ellos entrecruzándose unos con otros. ¡Que bonito es carnaval!
Mientras se escuchaban los compases
del carnaval, instrumentados y cantados Porque el que ama un imposible
por diez o doce grupos, un altoparlante es amante verdadero
permitía a los dirigentes dar sus opiniones ¡Domingo de carnaval!
a los concurrentes sobre el valor y el signi- Mas conociendo la voz
ficado del carnaval indígena. En el contor- del que suspirando canta (bis)
no, la feria semanal estaba en todo su apo- ¡Qué bonito es carnaval!
geo.
Los citadinos, no parecían dar impor- Cantemos el carnaval
tancia al suceso, tanto en el desfile como ya que Dios ha dado vida
en los actos de la plaza roja: apenas un ¡Qué bonito es carnaval!
grupo de jóvenes se dedicó a la tarea de
mojar a las comparsas. Tira la casa por la ventana
Cerca de las cuatro de la tarde, las herime el pecho menos el alma
comparsas se alejaron de Guaranda; pese a ¡Qué bonito es carnaval!
las casi seis horas de baile, la mayoría de Por vos bonita por vos señora
ellos continuaban haciendo música, bai- guarandeñita me muero yo!
lando y bebiendo. la la la la
Runa Yachai / 149

Esta vez la asistencia de público fue Alhaja canayuyito


masiva: indígenas y mestizos se apostaron martirio de mi shunguito
alrededor de las calles. Terminado el desfi- para qué me cuyachiste
le todo Guaranda se sumió en un ir y ve- para dejarme solito
nir de bombas, agua, harina; nadie escapó
de ser integrado al juego. Achachay el Chimborazo
El juego y las coplas, la bebida y la co- si no llueve esta nevando
mida siguieron hasta el martes por la no- así estará mi huambrita
che. si no llora suspirando.
El miércoles mientras muchos mesti-
zos descansaban de la gran fiesta o acu- De la costa estoy saliendo
dían a la iglesia para el rito de la ceniza, el montado en un pericote
carnaval indígena continuaba en las zonas al primer brinco que dió
rurales; la celebración se prolongaría por ¡fuera mi tonga de mote!
una semana entera. Toda la región aledaña
a la antigua Vía Flores empezó a llenarse Los dueños de casa esperaban a cada
de grupos de tres, cinco y hasta diez perso- grupo, para darles chicha, trago, comida
nas que al ritmo del carnaval, recorrían (cuy, mote, fritada, chiguiles, gallina, ají,
cada una de las casas. etc.) A la par que aceptaban la bebida que
La música brotaba incontenible de traían los músicos, generosamente los pol-
guitarras, flautas, quenas, rondadores, veaban con harina en la cara y en el pelo.
acordeones, tambores, armónicas, en fin, Esta escena se repetiría toda la semana;
de todo aquello que pudiera producir mú- las coplas no pararían ni un sólo instante
sica de carnaval. Los grupos se multiplica- pues siempre se formarían nuevos grupos
ban, se cruzaban; los más organizados se de copleros que, de casa en casa, entrega-
guiaban por la negra o la huarmitucushca ban música y recibían, en reciprocidad,
(un hombre disfrazado de mujer negra) chicha y comida a ser repartida entre to-
para dirigir la comparsa, poner el humor, dos.
desarrollar la improvisación, halagar al Quienes no salían a “caminar” o no se
dueño de casa. integraban al “vamos a caminar”, celebra-
Las coplas de carnaval se cantaban en ban en sus casas y recibían comparsas.
castellano o en “chaupilengua” (una mez- Nunca las casas estaban solas; siempre ha-
cla de los dos idiomas), con una voz baja, bía alguien que recibía, incluso los niños
que sólo se logra comprender adentrán- que sabían exactamente en que momento
dose en el grupo. La copla saluda, molesta, salir, como recibir y qué dar mientras re-
se refiere a todos los aspectos de la vida petían, al despedirse, “volverán”, “no nos
diaria, socializa experiencias, se burla de la dejarán solos”, “les esperamos”, “shamun-
realidad. quichic, ¿no?”.
150 / José Yánez del Pozo

Así sucedía en todas las casas, en todas hace mucho tiempo descansan bajo la tie-
las comunas, excepto en aquellas en las rra de las penalidades de este mundo, en el
que los evangelistas habían reclutado fie- que como hojas arrebatadas por el viento
les; en esos casos no había respuesta a los del destino cruel, obligóles a vivir ahí para
copleros, ni siquiera se podía entrar. siempre y morir luego lejos del suelo que
nacieron.
Cómo empezaron estas costumbres …Y un día, en que la pareja salió de paseo
por montes y collados, al caer de la tarde,
No podemos asegurar, con exactitud,
cuando el sol agonizaba lento, cubriendo a
en qué momento las fiestas del equinoccio
instantes de sombra densa los campos por
invernal que, seguramente, se hacían des-
donde habían pasado, dejando huellas im-
de tiempos preincaicos, se juntaron con
borrables de un amor tierno y bien senti-
las costumbres del carnaval traído por los do, sentáronse a descansar para luego, ven-
españoles. Algo de relación ya anotába- cidos por el agotamiento que produce el
mos al hablar de las recepciones de los cansancio, quedarse profundamente dor-
chimbus a los visitantes. midos, quizás soñando en la amarga con-
En la actualidad, mestizos e indígenas, dición de ser nada ni nada menos que obe-
insisten en encontrar explicaciones distin- dientes gobernados.
tas para su fiesta. Estas diferentes interpre-
taciones nos hablan claramente de la vi- Más he aquí que escucharon al viento con
vencia diferenciada del carnaval. su gemir lastimero; a las aves montaraces
Los chimbu-hispanos repiten, de ge- con su trinar melodioso; al río cercano con
su murmurar alegre y danzarino; música
neración en generación, la interpretación
con acentos de danzante que, habiendo
siguiente: penetrado muy hondo en el sentimiento
“Ella nos ha dicho que se llamaba Encar- de los dos, al despertarse entonaron al uní-
na, pero que todos, incluso los suyos, sim- sono. Entonces sonrieron y emprendieron
plificaron su nombre llamándole sola- el camino de retorno, llegaron a la casa del
mente Carna. Él, en cambio, respondía al patriarca Huaranga para ofrecerle las dul-
nombre de Valerio; y por Valerio también ces melodías que les había brindado la voz
le conocía el patriarca de la parcialidad; y de la naturaleza. El patriarca les escuchó y
les conocía así a los dos; guapos y solteros; estudió los efectos psicológicos que pro-
y viéndoles en estado y aptitud para que ducían en sus pueblos. Considerándolas
multipliquen la especie resolvió llamarles buenas, acto seguido mandó tañir la boci-
al estado del matrimonio. na que acostumbraba para convocar al
pueblo a una reunión general. Delante de
Ambos eran ramas de un mismo tronco su pueblo congregado, ordenó a la Carna y
común; habían tenido por ascendientes a al Valerio que le entonaran nuevamente.
mitimaes que no se sabe si fueron de Caja- La emoción de la concurrencia fue tal, que
marca o de donde. Sus mayores, sus ante- en el mismo momento solicitó que esta
pasados, unos antes, otros después, desde música que fielmente interpreta el agridul-
Runa Yachai / 151

ce de su vivir reciba un nombre, como ho- Lo curioso es que este mito de origen
menaje a esa mujer, la más bella y hermo- no incluye ningún elemento español, lo
sa de la parcialidad, lo tomaría del que lo cual no es muy común entre la gente que
llevaba, formando contracción con las tres tiene problemas para reconocer sus raíces
primeras letras de él; más como la pareja indígenas. O tal vez, solamente en la fiesta,
lo había ofrecido al patriarca, este era el
que es ruptura de lo cotidiano, se produce
dueño, la música era de él y de nadie más
esta vuelta al pasado indígena por unos
que de él. Ratificaba la aprobación por la
concurrencia, se autorizó hacer la procla- pocos días aunque en el resto del año se
mación con el nombre que debía llevar; vaya por otros caminos.
sonó de nuevo la bocina y ante el pueblo le Los indígenas, en cambio, más que in-
puso el nombre de Carnaval de Huaranga, teresados en encontrar los orígenes de su
nombre con el que hasta ahora le conoce- fiesta, se muestran muy atareados en reci-
mos, y así se llamará mientras habite en bir a Taita Carlos (= Taita Chimborazo)
tierra guarandeña un descendiente de que recorre todas las casas, una por una,
nuestros aborígenes los guarangas”. para controlar si todos le hacen la fiesta.
Para él, es que se cantan las coplas, se bebe
(Saltos, 1985)
el trago y se come la comida.
En esta tradición mestiza se destacan Si no lo hicieran, la comunidad sufri-
algunos elementos: ría mucho con las heladas y con el frío. En
A los nombres de Carna y de Valerio lugar de las llamas sacrificadas anterior-
–la pareja de antepasados venidos de lejos, mente, ahora la ofrenda sagrada al padre
mitimaes del Sur– se suma al nombre del Chimborazo es la fiesta de Carnaval.
Taita Carlos vive en el Chimborazo –es
cacique Chimbu de nombre Guaranga.
el mismo– que recorre cada año las comu-
Según vimos en la etnohistoria de los
nidades y que vuelve a su lugar solamente
chimbus esta tradición tiene un asidero
cuando termina el Carnaval indígena. La
real. Habla también del mestizaje original,
personificación del carnaval, que entra y
base del mestizaje posterior, que supone sale de cada casa en la persona de los car-
su cuota de desarraigo. navaleros, es un hecho muy indicador de
La descripción de la música original es la vivencia indígena, que explica la reci-
muy hermosa. Se hace del trino de los pá- procidad festiva.
jaros y del gemir del viento. Surge el dan- De esta manera, los dos pueblos o gru-
zante que “fielmente interpreta el agridul- pos étnicos pugnan por la ocupación del
ce de su vivir”. De esta manera, este ritmo mismo espacio y el tiempo festivos. Para el
–junto a los demás elementos es la carta pueblo mestizo el juego con agua –princi-
de identidad del pueblo hispano de Bolí- pal elemento del carnaval– empieza prác-
var “mientras habite en tierra guarandeña ticamente en Año Nuevo. Es la manera al-
un descendiente de nuestros aborígenes go violenta que tiene el chico de hacerse
los guarangas”. presente ante la chica. Entre indígenas el
152 / José Yánez del Pozo

juego con agua no tiene tanta importan- mensaje social y las coplas de despedida,
cia. Más utilizan el tizne o la harina.‘ en un mensaje concentrado de “socializa-
Unos y otros –aunque de distinta ción cantada”. Las coplas de contrapunto,
fuente– se ven obligados a reunir el dine- entre hombres y mujeres reflejan otra vez
ro suficiente para los gastos de la fiesta y la atracción y el desquite entre los dos se-
para recibir bien a los familiares y a los xos.
amigos. Para el pueblo indio, por su lado, la
Entre los indígenas, es más evidente presencia masiva en la ciudad de Guaran-
que el sistema de parentesco funciona co- da viene a constituirse en una verdadera
mo mecanismo de integración entre to- toma ritual del centro del poder político.
dos. La reciprocidad de comida y bebida a Por un día al año, los mestizos no son due-
cambio de música y canto, así como la re- ños de su ciudad. Se la han tomado los in-
distribución entre todos, reafirman la vi- dios organizados en la FECAB, animados
vencia del nosotros. por la Dirección Indígena de Educación.
Para el pueblo mestizo, por otra parte, Esta toma –como la del levantamiento de
la comparsa de carnaval en los días centra- Junio de 1990– atemoriza, a la población
les es una costumbre que data de hace un hispana, que no acaba de entender “como
par de décadas. Posiblemente la influencia han cambiado los tiempos” y “el peligro
de otras ciudades o, inclusive, de otros que hay con las actitudes indias”.
países, vía televisión (Brasil) contribuye Las coplas indígenas tienen una temá-
para que se de esta competencia entre los
tica más bien cotidiana y amorosa que tie-
pueblos principales. Tal vez lo más impor-
nen la virtud de abrir todas las puertas, en
tante –más que las representaciones va-
cada recorrido.
rias, o las reinas– continúe siendo el agua,
La diferencia radical, sin embargo, es-
la música, la bebida y la comida.
triba en la duración de la fiesta. Mientras
Con el agua puede estar implícito un
deseo de conquista y purificación. Según para los mestizos todo termina el martes
la crónica de Guamán Poma de Ayala por la noche, para los indígenas, el carna-
(1980:1031), además, Febrero era el Pau- val continúa hasta el domingo.
car Varai (mes de vestirse taparrabos) y de La actividad central es la visita en gru-
experimentar la fuerza del agua de los ríos pos a cada una de las casas de familiares y
y la lluvia, que alimentarán la tierra. amigos con la huarmitucushca y los can-
Con la música está la creatividad de tantes.
todo un pueblo en torno a varios temas: el En estos recorridos, los adultos van
anuncio de la fiesta, la alusión a la vida co- enseñando a los niños la manera de bailar,
tidiana y sus personajes, la sátira, el matri- tocar y cantar; de comer y tomar; de tratar
monio, el sexo, la amistad, el desengaño, el a la gente.
Runa Yachai / 153

La otra diferencia fundamental es la tenemos camino largo


celebración del “carnaval femenino” en hasta donde que avance
una fecha en que ya nadie celebra el carna- si así se hace carnaval
val. En Agosto –después de la cosecha y de
la temporada fuerte de migración a la cos- V
ta– se festeja el huarmi carnaval.
Esta fiesta consiste en un baile y en un Shamupashunlla yayitucuna
canto organizado solamente por las muje- shamupashunlla mamitacuna (bis)
res jóvenes, mientras van recorriendo las carnaval nicpi ñuca shamuni
casas de la comunidad. fiestalla nicpi ñuca shamuni
Veamos algunas coplas propias de las chaita tumaipash shucta cunpidai
mujeres: huantuchishcapash cashca cashcaipash
shayactapasha urmachincami
I tiyactopasha sincuchincami
umacmari, carnavaaal.
Taquicrinchic ñucanchic raimimanta
Alli shuncuhuan, tucui mashicuna uya-
Señores dueño de casa
chun, tucui huahua mashicunaman, rucu-
yo les vengo a saludar
préstenme su corredor cunachincunaman, tucuiman.
para cantar carnaval. VI
II
Los jóvenes de este tiempo
Sirva trago cantinero son como palo pudrido
dueño de casa primero donde quiera riega polvo
después los carnavaleros que cara tan sinverguenza
iasí se hace carnaval! isi así se hace carnaval…!
Las mujeres de este tiempo
III son como una bicicleta
monta el uno, monta el otro
Muchas gracias señoritas
isi así se hace carnaval…!
agradeciendo me voy
asímismo para otro año VII
viviendo no más molesto
moriendo todo se acaba Ñucanchicmi taquicrinchic amu Gerardo
¡si así se hace carnavali nishcata
IV Pasai pasailla amu Girardu
ama pucllanqui amu Girardu
Vámonos compañeritos ama pucllanqui Pedro Girardu
tenemos que caminar ñuca ñañaca ricucunllami
154 / José Yánez del Pozo

ñuca mamaca chapacuncami En el segundo bloque, cantado en


ñuca yayaman huillancallami Quichua y en Castellano, se habla otra vez
ñuca turiman parlancallami del saludo, la bebida y sus efectos, “un cae
ñuca frutapi ama llushpiri y levanta” producido por el trago, en ese
ñuca mangopi ama churapi estado indefinible que es la borrachera.
Notemos que esta idea viene de las muje-
VIII
res que también beben licor.
Jacu nicpica mana uyanqui En este estado indefinible las chicas
rishun nicpica mana uyanqui proclaman su mensaje que debe ser oído
imashina chashna causashun por todos: amigos, niños y viejos.
ima shina chashna purishun En Pucarapamba y en otras comuni-
rishun nicpica gulpisha ninqui dades de este pueblo las niñas aprenden y
jacu nicpi jaitasha ninqui se socializan de esta manera, a fin de estar
Huahuancunaca shitashcallari bien preparadas para el matrimonio.
cari huahuaca llancai illaicri Según las mujeres, los jóvenes son co-
huarmi huahuaca quillcai illairi mo un palo podrido que “riega el polvo”
canpac yuyaica chaqui talunpi en cualquier parte. Las jóvenes mismas
ñuca yuyaica uma saunapi parecen compararse con una bicicleta, en
referencia a su actividad sexual bastante li-
En estas coplas viene reflejados mu-
chos valores según un punto de vista fe- bre. Aunque estas comparaciones no son
menino. exclusivas del mundo indígena, ¿se podría
Las jóvenes dicen: encontrar en el carnaval femenino, la ex-
“Vamos a cantar de nuestra fiesta”, su plicación a la abundancia de casos de ma-
fiesta femenina. dres solteras en Pucarapamba?
El rito festivo empieza con el saludo al El último bloque, de una manera muy
dueño de casa, en cuyo corredor se quiere hermosa, nos habla del amo Gerardo y sus
cantar carnaval. pretensiones. ¿Quién es el amu Gerardo?
Luego viene la bebida, servida primero ¿Es un mestizo? ¿Es un patrón? ¿Es un in-
al dueño y luego a los carnavaleros. Termi- dígena rico?
na la visita con una despedida, en la cual
se habla del deseo de repetir la fiesta, el Pasa, pasa no más, amo Gerardo
año próximo. Este deseo se hace más fuer- Pasa, pasa no más, Pedro Gerardo
te porque está muy presente la cortedad de no juegues amo Gerardo
la vida y sus molestias así como la muerte mi hermana está viendo
y el fin de todo. mi mamá ha de estar espiando
El grupo retoma el camino y se dispo- a mi papá ha de avisar
ne a continuar con el “camino largo”. a mi hermano le ha de decir.
Runa Yachai / 155

En mi fruto no te resbales pre hay alguien que decide porque repre-


en mi mango no te tengas senta la voluntad del grupo, ni más ni me-
nos que el dirigente del cabildo. Los cople-
Te digo vamos y no oyes ros entregan música, coplas, alegría, bebi-
cómo viviremos así da, confianza y reciben chicha y comida
cómo caminaremos así (es decir son reciprocados con lo mejor
si te digo vamos me quieres golpear que tiene la casa). Esa comida, como en las
si te digo vamos me quieres patear mingas, es compartida entre todos.
los huahuas están botaditos La copla transmite visiones del mun-
El varoncito no tiene trabajo do, es un instrumento de educación colec-
La mujercita no sabe escribir tiva. Tantas horas de cantar coplas, supo-
Tu idea está en el talón del pie nen creatividad, improvisación y sobre to-
mi pensamiento está en la cabeza do alternabilidad. Todos deben cantar, to-
car, apoyar al grupo de caminantes, nadie
Es el eterno forcejeo que reafirma las es imprescindible.
identidades y los roles de cada uno de los Las comparsas del “carnaval grande”
sexos. Las chicas y los chicos aprenden a son multietáreas, tanto para los desfiles
ser tales de una manera agridulce con el cuanto para las visitas casa a casa. Niños,
canto y el llanto, con el trago y la caída. La jóvenes y viejos, representan por igual a la
preocupación por la casa y los huahuas comunidad al cantar, bailar, comer o be-
pareciera ser la principal demanda de la ber.
mujer frente a un hombre “que no oye”, En el “carnaval femenino”, en cambio,
porque tiene su cabeza en los pies frente a solo están mujeres que proclaman su pun-
la mujer que tiene su pensamiento en la to de vista, posiblemente no siempre to-
cabeza. Es la dualidad andina del arriba y mando en cuenta, en un tiempo en que
el abajo, el Jawa y el uray que se hace pre- cambian los roles tradicionales, en detri-
sente también en la fiesta. mento de la mujer.
En términos generales, estos carnava- Los días de celebración en Guaranda
les concentran y reproducen la esencia aparecen como el puente que inconscien-
cultural de las comunidades bolivarenses. temente se tiende entre dos culturas. Nos
En el carnaval indígena, nadie se luce referimos a dos desfiles, dos formas de ce-
individualmente, ni siquiera una compar- lebración, dos estéticas diferentes. Muy a
sa, o grupo, en relación de otra. Por eso se pesar de las distancias que unos y otros es-
presentan de diez en diez. El festejo se di- tablecen, a menudo aparecen juntas. En
mensiona en conjunto donde todos apor- realidad, son continuidad y enfrentamien-
tan y todos se realizan en la celebración. to a la vez. Por ello, a momentos, la sim-
De igual manera sucede en las visitas biosis de los sectores en la fiesta adopta
casa por casa; cuando no es la negra, siem- formas interesantes. Por su parte, cuando
156 / José Yánez del Pozo

los sectores dominantes hablan de “cultu- Huacai Cusqui Quilla (mes del descanso
rizar el carnaval”, es que no han logrado de la cosecha) y que Diciembre es el Capac
captar, ni de lejos, la cultura profunda de Inti Raymi Quilla (mes de la festividad del
los estratos popular, urbano, indígena o Señor Sol), seguramente atemorizado por
mestizo, no han logrado entender el car- las ideas cristianas.
naval y sus manifestaciones ancestrales. En todo caso, no hay duda que es una
En este sentido, el carnaval pone de fiesta importante en el tiempo de la cose-
manifiesto que existen dos visiones del cha mayor que incluye entre sus elemen-
mundo, de la fiesta. Se socializa el conflic- tos muchos elementos simbólicos, algunos
to entre dos pueblos. Igual que el carnaval de los cuales vamos a reseñar.
femenino socializa el conflicto entre el Las dos fiestas –SAN JUAN en la co-
hombre y la mujer.
munidad de Caluquí y SAN PEDRO en la
3.2.2 Las fiestas de San Juan y San Pedro de comunidad de San Pedro– se parecen bas-
los cayambis y los otavalos tante en su estructura general. Tal vez la
diferencia más notoria sea la rama de ga-
En el capítulo anterior, tratamos de llo presente en Caluquí.
acercarnos al proceso histórico y econó- Allí la celebración se remonta hacia el
mico seguido tanto por los otavalos como mes de mayo. El 20 se realizó la entrega del
por los cayambis que, siendo muy simila- primer gallo al “dueño - prioste”. El segun-
res y cercanos, presentaban características do, el 21; el tercero, el 23; el cuarto, el 27
diferenciadas. de mayo y, así sucesivamente, hasta el mes
De hecho, las comunidades de nuestro de julio.
estudio –Caluquí y San Pedro– represen- Este ritual consiste en que trece perso-
tan a estos dos grupos étnicos de manera nas –que han tomado el año pasado un
bastante clara. Las diferencias existentes al
caldo de gallina, llamado”gallu caltu”, en
interior de cada una de ellas, no impide,
casa del prioste, deben traer, a su vez, una
sin embargo, considerarlas como entida-
rama de gallos amarrados que luego serán
des identificables. A nivel del lenguaje, por
degollados y preparados para toda la con-
ejemplo, los cayambes llaman a los otava-
currencia en la fiesta.
los “huangudos” y éstos, a su vez llaman
Esta costumbre se vivía ya en tiempos
“mochos” a los cayambes, en clara alusión
de la hacienda cuando era el patrón el que
al corte de pelo.
obligadamente tomaba parte en el ritual
Ambos pueblos celebran su fiesta
indígena; era una forma de presión para el
principal en el mes de Junio. Según algu-
cumplimiento del “pacto social” del que
nos autores (Khaarus, 1990) esta fiesta
hablábamos antes.
alude al Inti Raimi o Fiesta del Sol de los
antiguos indígenas. Guamán Poma de “La rama de gallos, como lo recuerdan
Ayala (1980: 1043) dice que Junio es el hasta hoy los viejos ex-huasipungueros,
Runa Yachai / 157

comenzaba cuando el capitán de la fiesta nosotros su experiencia, sintetizada de la


pedía un gallo, una polla blanca a la ha- siguiente manera:
cienda. El capitán invitaba a comer de ese
gallo a sus amigos trabajadores como él, de “Pasan el gallo para entregar, ahora, a Ma-
la hacienda, con lo que se comprometían a ría Cuascota; tienen que darle 13 gallos
colaborar en el año siguiente en que de- porque el día del Santo saben cocinar las
bían de volver doce gallos al hacendado… gallinas, les saben comer, lo que arrancan
la idea de un capitán por gallo, integraba a dan a los amigos. Si, el que comió caldo de
los diferentes núcleos de afinidad. El baile gallina tiene que ir a dar gallo. Bailan, y los
por campos y casa, ritualizaba el espacio y niños también, y toman; yo si tomo trago.
la territorialidad de indios y hacendado. Desde el lunes están bailando, yo bailé ayer
Por fin, el patrón debía reciprocar la entre- por Mariscal, andamos bailando de casa
ga de los gallos, devolviendo chicha, trago, en casa y vamos cantando… “clavelito co-
comida, música y toros. Momento máxi- lorado” (ja, ja, ja).
mo de ritualización de un pacto asimétri-
Toditos tocan, por partido saben tocar, no-
co y de su renovación; los indios bregando
sotros no, un niño de aquí no mas sabe to-
por un pacto justo, recíproco y el patrón
car guitarra, el sabe tocar quena. Nosotros
aceptando con reticencias el poder in-
sabemos ir tocando de aquí a la escuela.
dio… la fiesta a pesar de la participación
de los hacendados y de los elementos sin- A veces los chiquitos saben ir a bailar con
créticos que incorpora, era una conquista los mayores, cuando no avanzan a caminar
india; exigía en el rito la reciprocidad del igual, saben quedar. Ellos, ca, dejan no
hacendado”. más. Ellos mismos van a la casa, vuelven
despacito, despacito. Hasta que vaya a la
(Ramón, 1987: 258-259)
casa ya trincan ya. Entre chiquitos también
Ahora, cuando la hacienda ya ha per- van, saben tocar guitarra, quena.
dido vigencia, es el prioste –en otros casos, Hacen también gallo pata. Hay que marcar
como en Tabacundo, es el presidente de la el gallo, cogen el gallo, y amarran la pata.
Federación el que centraliza los gallos– el El que arranca el gallo tiene que hacer el
encargado de recoger todo el aporte de los gallo caldo con el callo que cogió, en cual-
jefes de familia. El prioste, además, con es- quier casa pueden hacer esto y el gallo cal-
te paso del cargo, es admitido oficialmen- do también, ahí esta colgado en la soga tie-
te a la comunidad. nen que sacar; aunque sea chiquito tienen
¿De qué manera los niños viven la fies- que arrancar. Y el que arranca, ese con el
ta e introyectan sus valores? dueño del gallo aparan entre los dos el ga-
Raimundo, Lorenzo y Javier de primer llo. Ese tiene que hacer el gallo caldo. El
que pasa fuera del camino atajan para
grado, Franklin y Raymundo de segundo
adentro y tiene que comer el gallo (ja, ja).
grado, Elías y Galo de cuarto grado y Mi-
guel y Marco de sexto grado de la Escuela Como quiera, payasos saben poner care-
Bilingüe de Caluquí compartieron con tas. Diablos o sea lo que ponen diablo
158 / José Yánez del Pozo

uma, el diablo uma sabi pegar. Hace chis- Para estos niños, la rama de gallo es el
tes, pega porque no bailan bien, pone cari- elemento central. Según Galo Ramón, éste
ta; baila. es un rito que trata de presionar al patrón
Los diablos uma va adelante de los grupos a fin de que cumpla su parte en el “pacto
de las partidas. Saben entrar a casa de los social asimétrico” vigente entre los cayam-
que están haciendo gallo, saben coger de la bis y que nosotros también lo hemos
comida; saben sacar una gallina, un cuy, aceptado como existente en tiempos de la
solito come; “queré, queré” diciendo de ahí hacienda26.
nadie sabe querer dar de comer. Unos 10- Hoy por hoy, sin embargo, este rito re-
15 son de la partida. fleja bastante claramente la reciprocidad
andina: “el que come el plato de gallu cal-
El hombre sabe poner el centro y la cami-
du tiene que reponer, a su vez, para la ra-
sa, alpargatas, se hace mujer. Está bailando
ma de gallos”. De esta manera, se asegura
como mujer, tocando guitarra. Baila como
mujer, algunos saben alzar el centro, es la
una parte importante de la fiesta como es
huarmitucushca, hombres saben abrazar, la comida para todos.
saben molestar, para bailar hacen eso. Es- El acto de “arrancar el gallo”27 lleva
tán abrazados. implícita, además una idea de purificación
o pago a la Pacha Mama con la sangre de-
Jóvenes, viejos, huahuas van con guitarra, rramada.
payasos, charango. Los personajes como el huarmi tu-
Ese chiquito sabe tomar, yo también, si sa- cushca o el payaso unido a un tipo de aru-
be mover la cabeza. Los mayores cuando chicos con campanas y acial (que no apa-
emborrachan se saben pelear. Chuman ca- rece en los testimonios) le dan a la fiesta
beza. de los cayambis, su propia personalidad
frente a los otavalos.
Un plato de gallo comen en donde están Según nuestro estudio todos estos ele-
haciendo gallo caldo. De ahí acaba el, en- mentos entre otros, son parte de la socia-
tonces el que come gallo caldo tiene que lización infantil. De hecho, podemos ver
traer un gallo para el otro San Juan un ga-
en el testimonio colectivo de los niños
llo vivo, si eso más, tiene que ser un gallo
–entre los 6 y los 12 años– su participa-
bien gordo y bien pesado. Si es que es livia-
nito el que recibe bota en la cara mismo.
ción activa en el baile, la bebida, el canto y
De ahí, entrega al otro año un gallo entero la comida. Inclusive, se tiene en considera-
el que comió un plato de gallo y para otro ción a los niños más pequeños, que no
año, de ahi vuelta el tiene que hacer el ga- pueden intervenir al mismo ritmo que los
llo caldo y hasta 13, no ves que comen has- demás.
ta trece personas. Y si come 10, diez. A los Esta, pues, no es una fiesta espectáculo
que van a entregar el gallo el dueño de ca- donde hay prohibición expresa de que los
sa les da cuy, gallina, papa, chicharrón” niños participen. Ellos aprenden a ser: a
Runa Yachai / 159

ser hombres o mujeres de un grupo étnico únicamente nos satisfacemos con visitar
determinado que tiene sus propios valores sólo esas casas; una vez acabada toda la co-
como son la solidaridad en la comida y en munidad donde se vive; se sale a otras co-
la bebida y la alegría en la música y en el munidades cercanas y lejanas, de igual ma-
baile. nera; con más preferencia se va a las casas
de los amigos, conocidos donde les atien-
Para el caso de la fiesta entre los otava-
den bien. Pero por lo general, se visita sean
los, contamos con el testimonio central de o no sean conocidos.
Alberto Velásquez, miembro a la vez del
pueblo otavalo y de nuestro proyecto de Ahora, para la gente joven, la preferencia
investigación. Tiene la ventaja de ser un para las visitas son las casas donde viven
relato bastante completo, hecho por una muchachas jóvenes; por lo general se va
con la finalidad de compartir los senti-
persona enterada de los objetivos centra-
mientos afectuosos y vacilarlas.
les de la investigación.
Para los niños más bien la fiesta de San
“Primero vale señalar que esta fiesta es una Juan, constituye solo diversión. Unos van
fiesta tradicional, que se viene realizando junto a sus padres, y otros más grandecitos
año tras año, constituyendo de tal forma van agrupándose sólo entre ellos. Estos
una fiesta de sacrificio religiosa, de índole, muchachos, no bailan mucho, nada más
católica. Teniendo esta concepción, los in- hasta media noche y pronto regresan a
dígenas, de las comunidades campesinas dormir a sus casas. Además ellos, en gene-
mas que todo, dan mayor importancia a ral, no toman tragos, como ya se dijo solo
este acto cultural, religioso y divertido. andan visitando las casas, por diversión.
Antes de la llegada de la víspera de San Las mujeres casadas durante estos días que
Juan vivimos conmovidos y preocupados dura una semana, son encargadas de se-
para pasar lo mejor posible en San Juan; guir a sus esposos, para cuando se embo-
por lo tanto, en un mes antes ya nos some- rrachan cuidarlos de todo riesgo, así de los
temos a cualquier trabajo, como vender trajes, peleas, instrumentos de tocar, etc.
los animales para obtener el dinero; con Cuando un esposo se emborracha y se
esto se compra la ropa nueva para mudar- queda tendido en el camino o donde sea,
se durante la fiesta; además se invierte en la esposa le hace dormir, asegurándo que
la compra de ingredientes básicos para ha- esté bien la cabecera y con lo que tenga le
cer la buena chicha, comida, hervidos y, cobija. Mientras duerme el esposo, la es-
por lo general, para comprar los tragos, posa le cuida a su lado hasta que se recu-
para con ello ingerirse, poner ánimo y se- pere y luego llevarlo a la casa. Además, la
guir divirtiéndose con los amigos, familia- función de la mujer durante la fiesta de
res, visitando de casa en casa en toda la co- San Juan es la de preparar y arreglar todo
munidad; los más preferidos para visitar lo que va a ser necesario para pasar esta
son las casas de los compadres, amigos ín- fiesta, así la de preparar la chicha, pan, cas-
timos donde les brindan mejor, tanto las tillo, comidas (mote, cuy, gallina) y arreglo
comidas como las bebidas. Al cabo, no de la casa.
160 / José Yánez del Pozo

Para hacer la chicha, primero, tiene que mezclado con ingredientes sabrosones co-
contar con la jora, cebada. La jora y ceba- mo la pepa de sambo o maní, el ají y si es
da se tuestan, luego se va al molino y se ha- que poseen el chocho.
ce moler. Una vez que se tiene listo se po-
ne en una olla grande lleno de agua y El cuy, la gallina, es parte sólo entre fami-
cuando está tibio se pone la harina de jora liares, compadrazgos, es decir, no se les
y cebada, y el dulce (panela). Se hace her- brinda comúnmente a otros.
vir bien y luego se pone en un túnel o una
Hablando de la preparación del asado del
vasija grande de barro (mauma), para que
cuy; primero se mata, se calienta el agua y
se fermente. Después de unos tres días ya
se pela, luego se abre la barriga, se lava las
está listo
tripas. Una vez que se tiene listo, se amarra
La chicha constituye lo básico para pasar traspasando y sujeta bien en un palo, se
estas fiestas. En todas las casas se prepara pone un poco de manteca, sal y se asa en el
chicha. Por lo tanto, el brindis común es fogón. De esta manera, les dan a las perso-
un balde de chicha, este brindis le corres- nas estimadas que bailan en el San Juan. El
ponde dar al dueño de casa, pues, llama la cuy va acompañado con papas, ají, mote. Y
atención o menciona el nombre de la per- luego un buen mate de chicha, trago y si-
sona si es que le conoce y le da primero un guen bailando hasta el fin.
mate o pilche de chicha y luego le da el
balde. Este reparte a los demás, es decir a Se disfrazan con zamarros, petates, pin-
los que están bailando. De este círculo de tándose la cara, se disfrazan de militares,
baile se salen uno por uno para tomar el de mejicanos, de mujeres; generalmente
pilche (vaso) de chicha; de igual manera los hombres utilizan unas buenas botas
salen cuando menciona o le llama por se- para zapatear puestos.
ñas para que se la tomen.
Las muchachas solteras durante esta fiesta
En segundo lugar va el aspecto comestible se visten lo mejor con sus ropas nuevas pa-
como el mote, cuy, gallina, chochos, etc. ra brillar ante los ojos de los muchachos
De éstos el más común es el mote. El mo- solteros y galantear generalmente de día en
te es preparado por las mujeres. Comien- los lugares.
zan generalmente los días de comienzo y el
Antes del propio San Juan (vísperas, bañan
fin del San Juan, es decir el día 24 y 29. La
a los santos con yerbas (flores) y luego po-
mujer o ama de casa pone a cocinar en las
nen en el altar; para este acto revientan los
primeras horas del anochecer y más o me-
voladores. Además encienden velas y en el
nos hasta las 3 de la mañana ya está listo.
castillo que va en la parte superior de este
Generalmente los bailadores (bailarines)
santo, ponen naranjas. Esta estampilla es
del San Juan, a esas alturas ya sienten el
envuelta en una manta.
hambre, cansancio y frío; el motivo de que
les regalan el mote caliente, significa una El día 24 de Junio, los llevan a oir la misa
buena atención para satisfacer la necesi- en Otavalo o Cotacachi. En esa manta está
dad biológica del organismo. El mote es envuelto el santo, amarran billetes de altas
Runa Yachai / 161

cantidades. Lleva marcado el prioste o la tía, etc. Entonces los unos atacan con toda
persona nombrada para este acto. la fuerza (churos, instrumentos musicales,
azial, hasta piedras); se masacran, hasta
Una vez que regresan a casa, así mismo re- hay casos que se han muerto. De ésto po-
vientan los voladores, y a la persona encar- demos deducir que hay bastantes heridos.
gada (misa del santo) le dan el mediano
(cuy, gallina, papas), y el trago y la chicha. Esta pelea es sólo temporal, es decir, sólo
en estas fiestas; en el caso anterior dicho de
Desde esta noche comienza el baile hasta las comunidades de Cotacachi suelen ha-
el último. cer en San Pedro (29-30-31, Junio).
Las peleas tienen un carácter “machista” En Otavalo, la pelea es el sector del barrio
del indígena, por lo tanto se pelean por ga- San Juan; en este lugar hay una capilla del
nar el espacio donde se concentran, por
mismo nombre; la pelea es justo en los
ganar la capilla (Otavalo), por ganar la
días de San Juan (26, 27, 28 Junio). Lo mis-
plaza (parque Cotacachi).
mo, llegan unos grupos para entrar en pe-
Las peleas son directamente con los garro- lea (para lanzarse piedras, garrotes) con
tes, lanzándose piedras, azoteando con otros grupos; ya se conocen como parte ri-
azial, etc. Por otro lado, se puede decir que val los unos con los otros.
esta pelea ya es una costumbre porque año
La concentración, en el caso de Otavalo es
tras año se ha venido peleándose. Las pe-
leas generalmente con los habitantes de en San Juan Capilla y en Cotacachi, en el
otras comunidades, de otros grupos. Así parque principal.
en Otavalo se pelean los de Punyaro, San- El instrumento musical utilizado para
tiaguillo con los de Cotama, Río Blanco. producir el tono bailable son la guitarra, la
En Cotacahi los de San Pedro, Azaya con quena, el bombo, la zampoña, el rondador,
los de Calera, Morochos. En fin; a una co- el churango, la melódica, el violín, y el
munidad principal en la pelea le ayudan rondín, éste último es más común. El rit-
las comunidades aledañas. mo de esta música San Juan es combinado
con las voces de versos cantados por los
Por momento, después de haber bailado festejantes. Cantan tanto en quichua como
toda la noche (grupo) al día siguiente van en español.
con dirección al lugar de concentración,
bailando, bailando por el camino. Más o El baile es circular y zapateando, se des-
menos pasado el medio día llegan a la pla- cansa un rato tomando la chicha y luego se
za o parque (Cotacachi) y comienza a bai- baila. La duración del baile en cada casa es
lar alrededor del parque (dan 6 - 8 vuel- más o menos unos 20 - 30 minutos.
tas).
El fin del baile es en San Pedro o sea se bai-
Luego viene otro grupo de otra comuni- la hasta la media noche del 29 de Junio. Es-
dad (“enemigos”). Ahí comienza la polé- te mismo día por la tarde se quema algu-
mica, el no hacer caso, demostrar la valen- nas ramas secas para despedirse del San
162 / José Yánez del Pozo

Juan y evitar que los diablos entre o regre- A pesar de que Topo es una comuni-
sen a las casas. dad aparentemente más pobre, tiene el
Esto último es como un aspecto mitoló-
control político de toda la zona frente a La
gico. Calera que, con un nivel “mejor” de vida,
parece no preocuparse por tal poder.
Hay un día especial para las mujeres. Las Pero, llega la fiesta y se produce la to-
mujeres se agrupan entre ellas y salen al ma de la Plaza Principal de Cotacachi que
parque; lo mismo que los hombres dan al- refleja claramente varios niveles de identi-
gunas vueltas zapateando.
dad: en primer lugar, la identidad indíge-
Todas las mujeres llevan consigo las bote- na frente a la identidad mestiza, que no
llas de trago, semiborrachas se lanzan a la participa para nada en la fiesta, a lo más
pelea, a hacer polémica con otros grupos como espectadores atemorizados y que
de mujeres de otras comunidades (enemi- tiene su expresión diferenciada de identi-
gas temporalmente). dad en la fiesta de la Jora (septiembre), co-
Son semidisfrazadas. La música tocan mo los mestizos de Otavalo tienen su YA-
unos dos o tres hombres apoyándoles”. MOR.
Y en segundo lugar, la pugna de las
(Alberto Velásquez, 23 a) mitades janan y urin nos remiten a la mis-
Aunque entre la gente de Otavalo y la ma identidad indígena que guarda a su in-
de Cotacachi hay también diferencias, po- terior elementos de contradicción y de
demos afirmar, por las características de complementariedad, como un verdadero
esta fiesta por ejemplo, que pertenecen al motor de desarrollo étnico.
mismo grupo étnico, al mismo pueblo. Los demás elementos de la identidad
Partamos pues, de la comunidad don- del grupo –concretados en la comunidad,
de hemos trabajado para este estudio. San que proporciona la identidad de base– se
Pedro es una comunidad ubicada hacia los mueven asímismo por oposiciones o dua-
2.400 metros, es decir pertenece al espacio lidades.
de arriba denominado en Quechua JA- La comida combina lo “fresco” y lo
WUA (Janan) junto con otras como Cer- “caliente”, lo “dulce” y lo de “sal”. Es intere-
cado, Azaya, Morocho, Tunibamba. sante, en este punto, el pensamiento de Al-
Aunque entre San Pedro y Cercado, berto en cuanto a que el mote es para to-
como lo vimos, la oposición también se ha dos y el cuy y la gallina son para los más
hecho presente repitiendo el esquema Ja- cercanos; aunque el mismo mote, pero ca-
nan-Urin, a niveles más amplios bien po- liente, puede, a su vez, ser una señal de es-
demos hablar de las comunidades de arri- pecial diferencia.
ba en alianza con Topo en pugna con las Mediante la circulación del alcohol no
comunidades de abajo como San Martín, solamente se refuerzan los lazos recípro-
Piana, La Bolsa, en alianza con La Calera. cos actualmente existentes, sino también
Runa Yachai / 163

se adquiere cierta movilidad hacia arriba a de reafirmar la identidad de género que


fin de acceder a ciertos recursos escasos, puede estar siendo afectada al cambiar los
especialmente en tiempos malos. roles tradicionales.
De esta manera cada familia usa el in- En cuanto a los niños, precisamente
tercambio de alcohol según su estatus eco- Alberto cree lo siguiente sobre la manera
nómico y su punto en el ciclo de vida. Se como ellos entran en estos patrones cultu-
cumple, así, el ciclo del intercambio recí- rales:
proco de dar-recibir y devolver (Mauss,
1967: 11), en una sociedad donde las dife- “Para los niños, adquirir las habilidades
festivas son evidentes; cuando los padres
rencias sociales y económicas, inclusive en
hacen una cosa, sus hijos aprenden; por lo
el ámbito indígena, son cada vez más
tanto, ha venido permaneciendo esta iden-
grandes. tidad hereditaria de padres a hijos. De esta
El vestido masculino, sin duda, hace manera, podemos notar que la socializa-
referencia al “blanco”, al cual se pretende ción se origina dentro de la familia misma;
ridiculizar, en una demostración clara de los niños aprenden, pues, de los más repre-
autoafirmación frente al otro grupo. En sentativos, como cabe señalar de sus pa-
este punto, es curioso como cambian los dres, hermanos mayores o su vecinos.
disfraces a medida que pasa el tiempo. No
Aprenden en sentido formal, de cómo dis-
solamente es el mexicano o el militar sino
frazarse, presentarse, figurarse o a la vez
también Batman, Kaliman, o algunos per-
del vestido normal mismo para andar en
sonajes de la televisión que tanto atraen, estos días.
especialmente, a los niños mestizos. ¿Po-
dríamos afirmar que el rito del baile con Por parte del padre siempre hay exigencia
tal disfraz supone eliminar la influencia a sus hijos, que se vistan bien o que se dis-
perniciosa de estos personajes en los niños fracen de lo mejor, entonces, los pequeños
indígenas? van acostumbrándose. En conclusión, del
La fiesta también reafirma los roles de padre dependen los hijos para que man-
sexos y edades. tengan esta identidad.
El papel del hombre –que no podría En otros casos (evangélicos) si los padres
calificarse, precisamente, de “machismo”, no les permiten, van olvidándose, como
desde nuestro punto de vista– está claro que no fuera algo propio de ellos. Es decir,
en el baile y en la pelea. tienen una concepción diferente.
El papel de la mujer se relaciona ma-
Los niños de los padres católicos o libres,
yormente con la cocina y el hecho de ser
en general, a la fiesta de San Juan hacen
esposa fiel junto a todas las circunstancias una acogida de diversión, alegría, un mo-
de su marido. El hecho de la fiesta de las mento de bailar y comer, beber. Ya, en
mujeres, similar al “huarmi carnaval” de otros términos se podría decir, que los ni-
los warankas por otra parte, tiene la virtud ños tienen una concepción festiva, es decir,
164 / José Yánez del Pozo

tal como es importante el ambiente de cambio de filiación étnica o cruce de la


fiestas de Quito o Carnaval, para los mes- frontera étnica hacia el mestizaje. La rup-
tizos. tura por el cambio de religión quita la “li-
Los niños también tienen una mentalidad bertad” para seguir reproduciendo la cul-
de ambiente festivo en San Juan, les gustan tura y transmitiéndola de generación en
estar juntos con sus padres el momento generación.
que salen a bailar en otras casas, comuni- Cuando no ocurre lo anterior, nos po-
dades; les gustan ver disfrazadas a perso- demos imaginar el cariño especial de los
nas desconocidas, les gustan los gestos de padres que se preocupan por el vestido
los bailadores, etc. De tal manera, que es- que su hijo debe llevar, la comida e, inclu-
tos pequeños guardan esta costumbre para sive, la bebida especiales que también al
el futuro cuando sean grandes, padres de niño le vuelven “festivo”.
familia, siguen enseñando o transmitiendo El baile, los disfraces, toda la fiesta,
sus costumbres y el sentido ritórico mis-
una verdadera “condensación de la vida”
mo”.
es aprendida por imitación “para que
Una ruptura fuerte de identidad se cuando sean grandes sigan enseñando y
produce, como en todas partes, cuando se transmitiendo sus costumbres y el ele-
da el cambio de religión. Posiblemente es- mento ritualístico mismo”.
ta ruptura sea tanto o más radical, que el
Capítulo IV
CONCLUSIONES

A lo largo de las páginas anteriores, so, un tanto diferente, es el de los puru-


hemos hecho el acompañamiento lento y háes, que habrían hecho uso de un sistema
sostenido a varios varios pueblos quichuas de “archipiélago o islas separadas”, al hacer
de nuestro país. de la “isla de Quito”, su nuevo lugar de re-
En el afán de encontrar la runa yachai, sidencia, lejos de Puesitús, su comunidad
la sabiduría indígena basada en la “lógica de origen.
de sobrevivencia” y, por lo tanto, en la “ló- La presencia incaica no parece haber
gica de socialización”, hemos tratado de alterado el sistema, sino más bien haberlo
determinar las características más especí- profundizado, en vista de experiencias si-
ficas de lo nor-andino y de indagar si, de milares en otras partes del imperio y de la
una u otra manera, las mismas han per- utilidad que brindaban al nuevo sistema.
manecido hasta ahora a pesar de las evi- Lo anterior, sin embargo, no quiere
dentes rupturas experimentadas por estos decir que no haya habido enfrentamientos
pueblos. contra los cusqueños como ha sido evi-
Si bien no se han revisado todas las denciado en todos los casos. Especial
fuentes etnohistóricas y el trabajo global mención merece tanto la resistencia ca-
aún está inconcluso –en el sentido de los yambi de Nazacota Puento como la de los
valores transmitidos a través del cuento, quitus. Ambos casos supusieron cantida-
del sistema de medicina nativa o de la es- des grandes de gente caída en manos de
cuela, por ejemplo– creemos que estamos los sureños.
en capacidad de esbozar algunas conclu- ¿Quiere ésto decir que la experiencia
siones referentes a lo que ya hemos estu- incaica no ha sido tomada en cuenta en la
diado. lucha por la supervivencia? Todo lo con-
1. Los diferentes pueblos del Ecuador, trario. Como es necesario reconocer, todo
desde tiempos pre-incaicos, se han carac- lo andino está “marcado” por lo incaico. El
terizado por la utilización eficiente de di- punto es que la experiencia de estos pue-
ferentes pisos ecológicos, en un sistema blos está cargada de una ambivalencia
micro-vertical que les ha proporcionado constante de lealtades y referentes.
los principales recursos para vivir. El caso 2. Precisamente la dominación espa-
de los kitu-runas, estudiado por Frank Sa- ñola se vio facilitada porque algunos de
lomon, es realmente esclarecedor. Un ca- los caciques indígenas creyeron ver en los
166 / José Yánez del Pozo

europeos la posibilidad de safarse de los mestizo, en general. Lo que se aprendía


incas que, además, les habían impuesto antes por parte de los niños está cambian-
varios grupos de mitmas, controladores, y do profundamente en la actualidad. Las
nuevos tributos. vivencias son diferentes, el movimiento
Pero lo que ocurrió realmente fue que indígena aparece con verdaderas posibili-
los españoles utilizaron los “servicios” de dades de interlocución real frente al grupo
estos jefes intermedios para la recolección terrateniente y frente a toda la sociedad, y
de los tributos y para la explotación de la la escuela bilingüe, por fin, enseña otros
mano de obra indígena en las encomien- comportamientos.
das, las mitas y los obrajes. 4. Aparte de estas formas –la de los ca-
Esta doble lealtad de parte de los caci- ciques y la del “pacto social”– alianza-re-
ques –el caso más patético fue el de Don sistencia-, también nos hemos referido a
Pedro de Zámbiza– ¿ha sido y es una polí- algunas rebeliones y enfrentamientos más
tica seguida hasta hoy, probablemente, directos.
por ser la única en condiciones de domi- En el levantamiento de junio de 1990,
nación? De cualquier manera es impor- por ejemplo, las zonas del estudio donde
tante tenerla en cuenta porque genera ac- hubo mayor participación, han sido la de
titudes que se aprenden desde la infancia. los warankas y la de los cayambis. De he-
3. En la época de las haciendas se pro- cho, en esas misma zonas la lucha por la
dujo el denominado “pacto social”, sugeri- tierra sigue muy vigente hasta los días pre-
do por Ramón, entre el patrón y los traba- sentes, inclusive con asesinatos a los diri-
jadores. Se trata de un forcejeo desigual, gentes como es el caso del compañero Ju-
en el cual el momento culmen se produce lio Cabascango de Caluquí, caído el 31 de
al nivel de lo simbólico –no por ello me- Marzo de este año.
nos real– en la fiesta, por ejemplo en la ra- Para éstos y los demás casos, la organi-
ma de gallo de los cayambis. zación nacional y las organizaciones re-
Cuando uno oye en la actualidad que gionales han tenido un papel importante,
los directivos de los terratenientes dicen aunque, por lo que nos consta, varias de
que están dispuestos al diálogo con la diri- las reivindicaciones generales planteadas
gencia indígena “siempre que no sean los aún no sean del sentir mayoritario. Como
de la CONAIE y que sea sólo sobre los ya lo hemos dicho, hará falta una labor de
problemas posibles de solucionar y no so- acercamiento y comprensión a cada una
bre planteamientos políticos absurdos” no de los pueblos y sus organizaciones para
podemos dejar de pensar en este mismo tener una idea de sus particularidades y
pacto social igualmente conflictivo, aun- sus lealtades locales que den pie a una
que ahora las fuerzas no parezcan tan de- identidad más general.
sequilibradas como antes. En este sentido, un dato interesante
En este sentido, vale recalcar el cambio puede ser el carácter de las organizaciones
de actitud frente al patrón y al blanco- de los warankas que avanzan mediante
Runa Yachai / 167

acuerdos muy concretos, algo similar a lo simples asentimientos o amenaza de casti-


que ocurre entre cayambis y otavalos en go, que van modelando la personalidad
Imbabura. del niño con relación a sus responsabilida-
El caso de la organización de los puru- des.
háes en Quito es muy digno de resaltarse Creemos que es en esta edad cuando
por varios motivos: en primer lugar, re- los niños aprenden la estrecha relación
presenta aquello que estamos seguros va a con los animales. Les ponen un nombre,
producirse cada vez más en las ciudades les remedan, hablan y juegan con ellos, es-
ecuatorianas, es decir, la presencia, organi- pecialmente con sus preferidos. Con ellos
zada, o no de muchos indígenas. Por otra se ensucian y comparten su tiempo.
parte, es un ejemplo de ayuda mutua y Esta experiencia de cercanía a la tierra,
sostén solidario para la gente que tiene a los árboles, a las hierbas, al sol y a la llu-
que acomodarse en la ciudad. El afán de via, al viento y al frío les marcará para to-
sostener la escuelita bilingüe intercultural da la vida con una doble característica: la
de El Panecillo, frente a todas las dificulta- dureza del medio ambiente en el que vi-
des es también un ejemplo digno de se- ven, pero a la vez, la hermosura y la ternu-
guirse. ra de cada pequeña cosa de la naturaleza.
5. En este contexto y con estos condi- Es también la etapa en la que se ad-
cionamientos generales, hemos podido quiere el lenguaje nativo –sea el Quichua o
entender mejor la socialización infantil el Castellano campesino hablado por sus
indígena, según ocurre en nuestros días. padres– donde se fijan algunos de los con-
a) Luego de un par de años de una de- ceptos más importantes sobre su entorno.
pendencia grande del niño con respecto a Junto con el lenguaje verbal, el niño
su madre que da de lactar a su pequeño al aprende todo el código de signos cultura-
que lleva a todas partes cargado o “amar- les y desarrolla su capacidad psico-motriz
cado”, el niño empieza a independizarse. gruesa.
Para alguien que no es de la cultura in- b. En la “segunda infancia” a partir de
dígena, acostumbrado a dar un excesivo los cinco años el niño empieza su activi-
mimo a los niños, puede parecerle muy dad de pastor, como algo fundamental en
extraño y hasta chocante, el hecho de que su aprendizaje. En todas las comunidades
a partir de los dos o tres años los pequeños estudiadas, excepto en el caso de los puru-
tengan responsabilidades como dar de co- háes, el niño con su madre, su abuela o su
mer a los animales domésticos (gallinas, hermana mayor empieza a tener bajo su
cuyes, puercos, perros) o velar por los her- responsabilidad el cuidado de ovejas o
manitos más pequeños. En estas tareas es chivos.
la mamá, especialmente, la que conduce a Esta actividad es el espacio adecuado
los niños en su aprendizaje de la forma de para el conocimiento de muchas noveda-
hacer cada cosa. Los estímulos pueden ser des referentes a los animales como las cla-
168 / José Yánez del Pozo

ses, las enfermedades y sus curaciones, la cialmente, en los varones. En Pucarapam-


utilización de la carne y la lana, la repro- ba, Caluquí y San Pedro, los niños salen a
ducción, el parto y la muerte. las plantaciones o a las ciudades como
Es también la oportunidad para hacer- Quito, con su papá, hacia los 10 u 11 años.
se de amigos muy entrañables con los cua- Su rica experiencia en el aprendizaje en la
les se juega, se come, se habla y se pelea. ciudad (el idioma diferente, la defensa
Son amistades que pueden durar hasta la frente a los peligros de los autos y las per-
adultez, precisamente, por haber empeza- sonas, las reglas de juego en la venta y en
do en una etapa de la vida de tanta magia la compra de los productos y de su propia
y aventura. fuerza de trabajo) la realizan con su papá,
Los cuentos del lobo y su experiencia su hermano o su cuñado. Igualmente co-
mágico-terrorífica, matizan fuertemente mún entre los otavalos, por ejemplo, es el
la experiencia del pastoreo. aprendizaje en la venta ambulante de tex-
La actividad del pastoreo no exime a tiles, continuando con la práctica de los
los chicos ni a las chicas de otras tareas al antiguos mindalaes.
interior de la casa como la cocina, el lava- En el caso de los niños puruháes o qui-
do de la ropa o el cuidado de los hermani- tus, que prácticamente viven en la ciudad,
tos pequeños. este aprendizaje se ve, sin duda completa-
Tampoco están exentos, según la edad, do por el grupo de amigos indígenas o
de las tareas de la agricultura sea en la mestizos y por la influencia de la televi-
misma comunidad o en las haciendas cer- sión o el cine.
canas. El uso de la pala, el azadón o el co- El salario ganado y defendido de posi-
nocimiento de los tipos de abono o de los bles ladrones, generalmente es usado para
tiempos mejores para la siembra, el des- la ropa o la educación y también para la
hierbe o la cosecha son parte de la prácti- mamá que redistribuye el ingreso total en-
ca vital del niño o la niña que aprenden en tre toda la familia.
familia y en comunidad, todo el inmenso La cercanía del niño con la gente de su
bagaje de tecnología andina acumulada comunidad, hace que no se puedan com-
durante siglos. parar los casos estudiados con los llama-
En algunos casos, hacia los 9 o 10 años dos niños de la calle, muchos de los cuales
varios niños ya han salido a trabajar fuera, ya no tienen el referente principal de fami-
y ya han ganado su primer salario. Sin em- lia y comunidad.
bargo, por lo general, la etapa escolar que Con todo, no podemos pensar que la
ahora también es importante para los pa- experiencia en la ciudad o en la planta-
pás y los niños, por lo menos hasta terce- ción, por más que respondan a una lógica
ro o cuarto grados, retrasa un poco esta probada desde hace mucho tiempo, sea al-
nueva experiencia. go siempre positivo para el niño indígena
c. La práctica necesaria de la salida de actual. Las condiciones de la vivienda es-
la casa para trabajar fuera es general, espe- trecha y sin los elementales servicios o la
Runa Yachai / 169

mala calidad del transporte, así como el ti- músicos, el tipo de comida y bebida. Todo
po de alimentación que puede ya no res- un cúmulo de actitudes, de lenguaje no
ponder a los patrones culturales andinos, verbal que se aprende vivencialmente.
posiblemente esté minando la salud física En el caso de los rituales fúnebres o la
y mental del niño y del joven indígena fiesta de finados también es interesante
que, además, no siempre está en capacidad insistir en la relación que los niños tienen
de seleccionar lo mejor de la “cultura occi- con la muerte, como algo bastante natural
dental” a fin de ayudarse a sí mismo y a los desde la más tierna infancia. La tristeza y
suyos a crecer como personas humanas. el miedo que el fenómeno puede suponer
Es obvio que las condiciones de la cri- en las cabecitas infantiles se equilibra con
sis que, inclusive, afecta a los sectores me- los juegos entretenidos en el velorio, la ri-
dios, impacta gravemente a las capas más ca comida (el uchu-cuta en Cocotog) en el
pobres de nuestro país. cementerio y el caballito o muñequita de
d. La socialización producida en los pan del padrino en Noviembre.
momentos culminantes de la vida me- Por otro lado, las fiestas del Carnaval y
diante los ritos de transición o la fiesta, es San Juan que hemos revisado en el traba-
algo también muy importante. jo nos muestran también el sistema de va-
La población indígena realiza muchos lores vividos, observados, compartidos,
ritos en los momentos fuertes de la pro- transmitidos y aprendidos. Como lo he-
ducción, la siembra, la cosecha, la venta o mos repetido, la solidaridad y la reciproci-
la compra de algo. En ningún momento dad, el valor de la comida y el simbolismo
hemos querido decir que la actividad pro- de la bebida, los pasos de baile zapateando
ductiva esté desritualizada y que éso no involucran al niño desde muy pequeño. Él
sea aprehendido por el niño junto a la téc- y ella saben que bien vale cualquier sacri-
nica respectiva. ficio para bailar en San Juan o en Carna-
Sin embargo, hay algunos ritos o con- val.
juntos de ritos que recrean y transmiten la Inclusive la dura pelea de San Juan le
identidad más gráficamente, más conden- sirve al niño quichua no sólo para apren-
sadamente. der a participar en ella y a alegrarse o a en-
En el caso de los ritos de iniciación es tristecerse con la ganancia o la derrota, si-
especialmente interesante la idea que los no también para entender que hay unas
niños puruháes tienen de la fiesta del bau- comunidades de arriba y unas de abajo
tizo y del matrimonio. En los gráficos de que son “enemigos temporales” que se re-
estos pequeños –no presentados en este chazan y se complementan.
estudio– se pueden ver los roles diferentes Especialmente en el caso del Carnaval,
captados por los niños y que ellos deberán hemos visto que el niño aprende que su
asumirlos cuando sean grandes: los pa- fiesta, si bien se parece y se realiza en el
dres, los padrinos, los acompañantes, los mismo tiempo que la de los mestizos, no
170 / José Yánez del Pozo

es exactamente la misma. Al fin y al cabo, cialización tenemos una idea de la inmen-


es otro grupo con otra identidad que cele- sa variedad de rasgos y características que
bra su fiesta de un modo diferente. guarda la nacionalidad Quichua del Ecua-
En la coyuntura actual, más aún, el dor.
grupo mestizo –dirigentes y pueblo llano– Sinceramente esperamos que la Escue-
debe tomar más conciencia de las reivin- la Bilingüe Intercultural no deje de lado
dicaciones indígenas so pena de que no se éstos y otros valores particulares sino que
llegue muy lejos en los afanes de construir los retome y los potencialice a fin de dar la
una sociedad realmente plural. seguridad a todos y cada uno de los niños
6. Finalmente, creemos que a partir de que saben mucho de lo suyo y que están
la Etnohistoria y de la Historia Oral de es- abiertos a aprender más y más de lo que,
tos pueblos, de su lógica de sobrevivencia, adecuadamente pueda, brindárseles.
de sus identidades y de sus formas de so-
ANEXOS

Anexo Nº 1: Testimonio de Segundo Ni- tomar mucho, un poquito, un piticito no


colás Tibanlombo Báez más.
No roban la plata. Dentro del calzon-
“Me gusta ir a Chimbo; ahí no hay cito guardamos. Los mestizos nos llaman
moscos; en cambio, abajo (en la Costa) diciendo paisano. Nosotros nos resenti-
hay demasiado. Por eso no me enseño, hay mos, nos apenamos porque nos dicen pai-
que sacarse el poncho; el sombrero no me sano, queriendo decirnos runa.
saco. Desde las 7 hasta las 3 trabajamos; al
En Echeandía, el año pasado gané cin- medio día los dueños nos saben regalar
co mil sucrecitos a la semana; este año he dos platos de caldo y un plato de arroz.
ganado diez a la semana. Carne también regalan.
Con esa plata me compro ropita y la
A Echeandía saben ir gente de todas
comida para la casa.
partes: de Quindihua saben ir, de aquí sa-
La última vez, me compré zapatos y un
ben ir, de Corazón saben ir, los de abajo
suéter. No doy el dinero a mi mamá. A los
Illangamacuna saben ir, de Larcaloma sa-
huambras (sobrinos) dí comprando un
ben ir, de todas las comunidades saben ir.
suetercito.
No peleamos, mas bien nos hacemos ami-
Me gasto todo, no ahorro nada. Para
comprar tierra no alcanza. gos, nos ayudamos. Los de Chimborazo
En Echeandía, a veces, ando rozando también saben ir. Del lado de Ambato sa-
con el machete. A veces me he cortado la ben ir.
pierna o la mano, bastante sangre ha sali- Nos gusta la vida indígena aunque los
do, yo mismo me he curado comprando mestizos nos han tenido aplastados. En el
remedio. mes de Junio, cuando hubo el levanta-
Desde aquí, a veces, nos sabemos ir en- miento indígena yo también me fui a
tre cuatro. Con los mestizos hablamos en Guaranda. Reunidos entre todos los pa-
Castellano, pero entre nosotros hablamos rientes, en los caminos de arriba, tirando
en Quichua. piedras, durmiendo ahí por las noches pa-
En Echeandía vivimos en la casa de los sábamos, en el punto llamado Ayora, para
patrones. Ellos mismos dan la comida. que no pasen los carros.
Vamos cuando nos lleva uno u otro, Después de eso fuimos a Guaranda to-
uno que conoce nos lleva; mi papá había ditos reunidos. De ahí hubo unos policías
conocido antes y yo me fui siguiendo. El que nos hicieron correr con una bomba.
ha sabido caminar desde antes. A mi me Nos asustamos. Pero todos avanzamos. El
gusta ir con mi papá una y otra vez. Cuan- amigo profesor Germán dirigía y con eso
do va él solo, sabe tomar mucho. Y no sé me envalentoné y ya no tuve miedo. Tres
172 / José Yánez del Pozo

“cohetes” lanzaron ahí mismo. Eramos rras calientes de abajo, de Quevedo, Venta-
bastantes ahí. nas, Echeandía, eso conozco.
Los mestizos estaban un poco asusta- Desde que tengo 14 años camino y
dos. Los ví tristes mismo. No podían co- ahora ya tengo 20 años. La primera vez sa-
mer, agua tampoco tenían; los amigos pi- lí con mi papá. Quise salir, queriendo pla-
sando los parques andaban. ta gané 600 en un día con comida y con
A veces pienso que los mestizos nos dormida. Después de tres semanas volví y
van a aplastar, pero, como somos fuertes, fui a Echeandía.
no nos aplastarán. Allí hay todas las frutas: naranjas, plá-
Ahora, de Pucarapamba, de Corazón tanos, aguacates. Hay toda clase de fruta.
están queriendo la tierra de esa hacienda. Ellos no son como nosotros, son diferen-
Mi papá también entró y es socio. Pero tes, hablan Castellano.
pienso que no han de dar. En cada reu- Al año voy 3 ó 4 veces. Para Carnaval
nión, eso sí, damos la colaboración. voy un mes, después de eso voy en Agosto,
Para los años que vienen quiero ense- cinco semanas. Después de eso tal vez vol-
ñar en la escuela. Quiero aprender todo las veré.
cosas necesarias. Ahora he ido a Chimbo, a traer grani-
Los profesores no eran “muy com- to; los mestizos que vienen a comprar pa-
prensivos”, por eso, por andar al trópico, pas aquí me han avisado.
no voy a la escuela. Este año pierdo. En la Para la cosecha fuimos entre tres. Me
nocturna he caminado. Por el trabajo no demoré una semana. Dormimos en una
he podido seguir. posada que teníamos, no pagan ni en co-
Estoy pensando dejar de ir al trópico. mida ni en dinero; sólo para ganar grani-
Quiero ir a Chimbo, pero no mucho tiem- to, triguito me fuí. Volveré el año próximo.
po sino poco, así no más quiero ir. Es un trabajo duro; cortando, cargan-
Quiero aprender y además quiero en- do hay que andar. Me levanto a las seis y,
señar en la escuela. de ahí, desde las 7 hasta las 4 cortamos
No tengo mujer todavía. Sí quiero así, juntos con la hoz, de ahí, cargamos. Es di-
así pero todavía no estoy buscando. fícil!
No quiero vivir ni en Echeandía ni en
No podemos cargar en el costal.
Chimbo, porque aquí he nacido”.
Lo que hemos cortado ponemos a la
(Segundo Nicolás Tibanlombo Báez,
soga para cargar haciendo parva. Cuando
20 años)
se termina todo, hay una máquina, y no-
Anexo Nº 2: Testimonio de Segundo Ti- sotros tenemos que llevar en los brazos y
banlombo poner a la máquina.
Claro que el polvo entra en la nariz.
“Vivo con mi mamá y mi papá. Con Cuando nos enfermamos ahí mismo nos
mi hermano y mi sobrina conozco el pue- curamos.
blo de Chimbo. Además conozco las tie- (Segundo Tibanlombo, 19 a)
Runa Yachai / 173

Notas 12 El capariche era el encargado de la limpieza de


Quito. Provenía de comunidades como Llano
1 “Porque ha habido aquí abajito un “pucará” Grande y su nombre puede derivar de capari-
han seguido llamando Pucarapamba. Ahí hay na (gritar) en alusión al llamado en el momen-
un “pucará” y cuando fue levantada la escuela to de recoger la basura. Su figura –con poncho,
ya han seguido diciendo Pucarapamba. Por esa trenza, sombrero y escoba– está siempre pre-
peña se llamó Pucarapamba”. sente junto al yumbo, el negro, el payaso en las
2 Entrevista y traducción de Tránsito Chela. fiestas actuales de los quitu-quichuas.
3 Traducción Anexo Nº 1. 13 El Tubito es una cantina, lugar de reunión de
4 Traducción - Ver Anexo Nº 2. varios trabajadores municipales.
5 “Queremos realmente vivir como indígenas. 14 El presidente del Cabildo se queja de que la
Aquí viviré porque aquí hemos nacido”. gente no quiere participar de las mingas y reu-
6 “Desde las tierras calientes viniste a liberarnos niones, por lo cual hay que entender la partici-
“barbas de chivo” Yaya Alfaru. pación como un proceso de acercamiento y
En Gatazo se levantaron los hombres bravos, distanciamiento influído también por otros
carajo! A los curuchupas los hicieron correr valores de tipo urbano.
En la plaza de Guamote, el indio Sáes, el indio 15 Para recordar una vez más este concepto, reto-
Guamán cogieron los papeles de la libertad. mamos la propuesta conceptual de Randhi
Por eso con gran dolor nos diste la libertad. Kaarhus quien citando a Oberem, señala que
Ay carajo! ay carajo!”. “mi-croverticalidad quiere decir que los habi-
7 chaucha se denomina al trabajo esporádico, tantes de un pueblo tenían campos situados en
aparte del cotidiano, que le significa a la fami- diferentes pisos ecológicos alcanzables en un
mismo día, con la posibilidad de regresar al lu-
lia un ingreso económico adicional con el cual
gar de residencia por la noche”. (Kaarhus,
redondea su presupuesto.
1989: 67).
8 Hasta la actualidad, en Cocotog, el maíz tiene
16 Galo Ramón (1989) afirma que el intercambio
una importancia vital. En 1989 se realizó el
se hacía entre oro, coca y collares del Oriente
FESTIVAL de la comida del maíz, donde innu-
con perros, sal y mantas de los Otavalos, Ca-
merables platos –algunos de los cuales la gen-
yambis y Caranhues. Los mindalaes eran el
te afirmaba que ya no había comido “hace
puente de unión de los señoríos étnicos con
tiempos”– fueron preparados en medio de un
los “Yumbos”.
regocijo general. El kau, el mote, el tostado, la
17 En el caso de las Rebeliones de Lita y Quilca
chuchuca, la chicha, el choclo, entre otros, fue-
(1550), las fuerzas pacificadoras incluyeron a
ron recuperados comunitariamente. Cañaris, Paeces del Norte y a Sancho Hacho,
9 Con la dominación incaica, según dice Salo- cacique de Latacunga. Igualmente el movi-
mon (1987: 143), su estilo fue generalizado in- miento nativista de los Quijos (1578) fue re-
clusive por los mismos españoles, de una for- primido por fuerzas dirigidas por los caciques
ma paradógica o quizás bastante lógica dada la Sancho Hacho de Latacunga y Gerónimo
diferencia fundamental que iba a producirse Puento de Cayambe (Moreno, 1981: 9-11-12)
entre unos y otros. con lo cual la figura especialmente de Sancho
10 Los añadidos / / son nuestros. Hacho, actualmente tan revalorizada entre al-
11 Si son verdaderas las últimas afirmaciones de gunos sectores altos de la sociedad (Cfr. Jura-
Salomon, entonces, todo nuestro estudio se do, 1990) reafirma su carácter polémico.
ubicaría en la zona de influencia de la etnia 18 Así por ejemplo, la monetarización del tributo
Quitu, entre Puruhá-Chimbo, por el sur, hasta en Otavalo no buscó que los indios estuvieran
Cayambi-Otavalo por el norte. obligados a conseguirlo con la venta de su
174 / José Yánez del Pozo

fuerza de trabajo. Al contrario, los caciques de mau en 1915. En 1919, Pérez Quiñonez y en
la zona estuvieron en la posibilidad –vía co- 1928 los Hermanos Pinto registraban las fábri-
mercio– de obtener oro para la venta de sus cas San Pedro y San Miguel respectivamente
productos (Ramón, 1987: 125). (Rivera, 1988: 46).
19 En el norte, la apropiación de tierras aparece 22 “Nuestras abuelas han sabido pasar el cargo de
en forma de “donaciones” por parte de los in- Santa Ana, Virgen Mama; sacando los granitos
dígenas a la iglesia mediante la figura de “mer- de la hacienda han sabido pasar el cargo, dicen;
cedes, donaciones, compras y composiciones”. así, por haber sacado estos granitos, las tierras
Por éstos mecanismos el Estado Colonial legí- se han quedado como tierras de la hacienda,
tima para la iglesia el 66% de las tierras que dicen”.
poseían en el norte. En particular fueron favo- 23 “Ahí, a veces, cuando no hay trabajo regresa-
recidos los mercedarios y los dominicos (Ra- mos el martes. Si encontramos algún trabajo
món, 1987: 152-155). vamos al mismo Quito o, lejos, a Sangolquí;
20 A pesar de todo, será el sector textil el que dé así, aunque encontremos trabajo, tristes, ham-
los pasos más importantes. Así por ejemplo, en brientos, pasando cualquier cosa, rodeamos”.
la zona de Imbabura, la hacienda Peguche, cu- 24 Sobre el papel de Visión Mundial en el Ecua-
yo propietario es Manuel Jijón Carrión a par- dor se puede consultar Andrade, Susana, Vi-
tir de 1833. Inicia un ambicioso proceso de sión Mundial: entre el cielo y la tierra. Reli-
mecanización. Más tarde, en 18… Pedro Pérez gión y desarrollo en la sierra ecuatoriana,
invierte 300 mil pesos en su fábrica de tejidos (1990).
de algodón ubicada en la hacienda la Quinta 25 El subrayado es nuestro.
para pagar la maquinaria adquirida en Inglate- 26 El rito del Jacchigua de los quitus bien puede
rra (Vargas en Rivera, 1988: 41). ser el equivalente de la rama de gallo.
21 En la Provincia de Imbabura empieza a fun- 27 Similar al gallo compadre de los chimbu-wa-
cionar la fábrica “La Joya” de Francisco Dal- rankas.
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