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AUTOR

Gordon Allport

Hans Eysenck
Raymond Bernard Cattell
Walter Mischel
Albert Bandura

Carl Rogers
Abraham Maslow
George Kelly
Albert Ellis

Aaron Beck
Erik Erikson
DEFINICION DE LA PERSONALIDAD POSTULADO

La personalidad se refiere a cómo están organizados y funcionan los


aspectos psicológicos de una persona, lo cual influye en su
comportamiento y forma de pensar distintiva. Según Allport, cada
individuo tiene una personalidad única y diferente de los demás, y
además, existe una clara diferencia entre la personalidad durante la
infancia y la edad adulta.

Planteo un modelo de personalidad fundamentado en tres


dimensiones principales: Extroversión/Introversión,
Neuroticismo/Estabilidad Emocional y Psicoticismo. Por otro lado, el
modelo de cinco factores de la personalidad, formulado por Robert
McCrae y Paul Costa, es uno de los enfoques más destacados en el
estudio de la personalidad. Se sustenta en la premisa de que hay
cinco dimensiones clave que explican las diferencias en la
personalidad humana.
Concibe la personalidad como el conjunto de características que nos
posibilita comprender y prever cómo las personas responderán ante
situaciones particulares.
Según Mischel, la personalidad en realidad no existe como una
entidad independiente. En su perspectiva, nuestros rasgos son más
bien estrategias cognitivas o comportamientos que empleamos para
conseguir las recompensas que deseamos.
Al igual que Walter Mischel, Albert Bandura enfatiza la relevancia del
entorno social en la formación de la personalidad. Según su teoría
del aprendizaje social, una persona tiene la capacidad de aprender a
través de la observación y la imitación.

Carl Rogers argumentó que las personas desarrollan su personalidad


cuando se dedican a metas positivas, es decir, cuando sus acciones
están orientadas hacia objetivos que tienen un impacto beneficioso.
De acuerdo con Maslow, la forma en que una persona persiga su
autorrealización determinará el tipo de personalidad que exhibe en
su vida cotidiana. Esto significa que, para Maslow, la personalidad
está ligada a los aspectos motivacionales relacionados con los
objetivos y las situaciones que experimenta cada individuo.
Kelly plantea que nuestra forma de percibir y organizar el mundo es
análoga al proceso de los científicos. Esto implica que observamos los
eventos y datos de nuestras experiencias cotidianas y les asignamos
una interpretación basada en nuestra perspectiva individual. En
esencia, actuamos como científicos al dar sentido a lo que sucede en
nuestra vida.
El término "Homo sapiens", que se traduce como "Hombre Sabio",
ha sido asignado a la especie humana. Esta denominación enfatiza
las habilidades cognitivas humanas, las cuales han llevado a
significativos avances en el ámbito científico y en la sociedad en
general. A nivel personal, los aspectos cognitivos desempeñan un
papel fundamental en el desarrollo y funcionamiento de la
personalidad.

Se percibe como una configuración de sistemas que abarcan


elementos cognitivos, emocionales, motivacionales y conductuales.
Dentro de estos sistemas existen formaciones duraderas
denominadas "esquemas", así como programas conocidos como
"modos". Los trazos de personalidad son expresiones evidentes de
estos esquemas. En los trastornos de personalidad, estos esquemas
pueden ser desadaptativos y resultar en pautas de comportamiento
autodestructivas.
Modificó la caracterización de la personalidad como el resultado de
un proceso constante de desarrollo psicosocial a lo largo de la vida,
caracterizado por una serie de fases que incluyen desafíos
psicosociales particulares. Estos desafíos tienen un impacto en la
construcción de la identidad y en la forma en que una individuo se
vincula con su entorno y con otras personas. La teoría de Erikson
presenta ocho fases de desarrollo, cada una de ellas trata asuntos
concretos relacionados con la identidad y las interacciones sociales.
Bajo esta óptica, la personalidad se concibe como una construcción
en constante desarrollo, moldeándose a lo largo de toda la vida a
medida que las personas confrontan y solventan los retos propios de
cada etapa.
DESCRIBA LA CLASIFICACION DE RASGOS O CARACTERISTICAS DE LA PERSONALIDAD

Los rasgos de la personalidad son aspectos reales y concretos de nosotros mismos, no son meros constructos
teóricos ni etiquetas inventadas para explicar cómo nos comportamos.Estos rasgos influyen en nuestra
conducta y en lo que nos impulsa a actuar de cierta manera. No solo responden a estímulos específicos, sino
que también nos guían para buscar los estímulos adecuados e interactúan con nuestro entorno para generar
nuestra conducta.
Allport inicialmente propuso dos tipos de rasgos: los individuales, que son únicos de cada persona y que
definen su carácter; y los comunes, que son compartidos por varias personas, como por ejemplo los miembros
de una cultura.
En cuanto a los rasgos cardinales, estos son los rasgos más dominantes y definitorios de una persona. Por otro
lado, los rasgos centrales son características más generales que describen a una persona de manera
consistente. Por último, los rasgos secundarios son menos destacados que los rasgos centrales y pueden ser
más específicos para ciertas situaciones o contextos.

Neuroticismo (N): Este factor se enfoca en la estabilidad emocional de una persona. Indica si alguien tiende a
ser emocionalmente inestable, ansioso, preocupado y propenso a experimentar emociones negativas
(puntuación alta en neuroticismo). Por otro lado, si la puntuación es baja, la persona tiende a ser
emocionalmente estable, tranquila y menos propensa a experimentar emociones negativas.
Extraversión (E): Este factor se relaciona con el grado en que una persona busca la estimulación y la compañía
de otras personas. Si hay una puntuación alta en extraversión, es probable que la persona sea sociable,
extrovertida, activa y busque situaciones sociales. En cambio, si la puntuación es baja, es más probable que la
persona sea introvertida, reservada y prefiera actividades solitarias o en grupos pequeños.
Psicoticismo (P): Este factor tiene que ver con la tendencia de una persona a ser impulsiva, agresiva y poco
conformista. Las personas con una puntuación alta en psicoticismo pueden ser insensibles, hostiles y mostrar
menos inhibiciones sociales. Por el contrario, aquellos con una puntuación baja tienden a ser más dóciles,
conformes y empáticos.
Cattell hizo una distinción entre los rasgos comunes y los únicos. Los rasgos comunes son aquellos que todos
poseemos en cierta medida, como la inteligencia, la extroversión y la afiliación. Estos rasgos son compartidos
por todos, pero varían en intensidad de una persona a otra. Por otro lado, los rasgos únicos son aquellos
aspectos de la personalidad que se comparten con muy pocas personas y se manifiestan principalmente en
intereses y actitudes.
Además, Cattell clasificó los rasgos en dos categorías principales: los rasgos fuente, que son los factores
fundamentales subyacentes a la personalidad y que constituyen la base de las diferencias individuales. Entre
los rasgos fuente según la teoría de Cattell se encuentran la inteligencia (Gf), habilidad fluida (Gf), habilidad
cristalizada (Gc), extroversión (E), ansiedad (A), hostilidad (H), autonomía (Q1), y control de impulsos (Q4).
En cuanto a los factores A, B, C y E en la teoría de la personalidad de Raymond Cattell, corresponden a:
afectividad, razonamiento, estabilidad y dominancia. Los factores F, G, H e I corresponden a: impulsividad,
conformidad grupal, atrevimiento y sensibilidad. Por último, los factores L, M, N y O corresponden a:
suspicacia, imaginación, astucia y culpabilidad. Los factores Q, del 1 al 4, son: rebeldía, autosuficiencia,
autocontrol y tensión.
Walter Mischel desafió las teorías tradicionales de la personalidad que se basan en la idea de rasgos estables
que afectan una amplia gama de comportamientos. Su trabajo generó una crisis en la teoría de la personalidad
y condujo a una revisión de estas perspectivas tradicionales. Mischel y sus colegas proponen una perspectiva
distinta sobre la relación entre los rasgos de personalidad y la conducta en diferentes contextos. Argumentan
que los rasgos son explicaciones simplificadas y que su influencia en el comportamiento varía según la
situación. En lugar de depender únicamente de rasgos generales para explicar la conducta, Mischel sugiere
que los psicólogos de la personalidad consideren una serie de procesos psicológicos individuales que
determinan cómo una situación específica afecta el comportamiento de una persona.
Autoeficacia: Es la confianza que una persona tiene en su capacidad para llevar a cabo una tarea o alcanzar un
objetivo específico. Bandura considera este concepto como uno de los más relevantes.
Modelado: Bandura resalta la importancia del aprendizaje a través de la observación e imitación de los demás.
Las personas tienden a modelar su comportamiento según lo que ven en figuras de autoridad o modelos a
seguir.
Autocontrol: Se refiere a la habilidad de una persona para regular sus emociones y comportamientos, incluso
en situaciones desafiantes. Bandura subraya la importancia de desarrollar habilidades de autocontrol.
Eficacia personal: Bandura argumenta que la percepción de eficacia personal es un factor crucial en la
motivación y la toma de decisiones.
Autoobservación: Según Bandura, las personas tienden a monitorear y evaluar su propio comportamiento y
rendimiento. Esta autoobservación puede influir en la autoeficacia y el bienestar emocional.

Rogers se enfocó en la idea de que cada individuo tiene una inclinación natural hacia la autorrealización y el
crecimiento personal, en lugar de centrarse en rasgos específicos. En su enfoque, la personalidad se
comprende a través de conceptos clave como el "self" (yo) y el "self ideal". Aunque es posible mencionar
algunos conceptos relacionados con su teoría:
Self (yo): Rogers resaltó la importancia del "self" o la percepción que una persona tiene de sí misma como una
parte esencial de la personalidad.
Self ideal (yo ideal): También habló sobre el "self ideal", que representa la imagen de lo que una persona
aspira a ser. Puede haber conflictos entre el "yo" real y el "yo ideal" si las experiencias no coinciden con las
aspiraciones de la persona.
Congruencia e incongruencia: Rogers planteó que la concordancia entre el "yo" real y el "yo ideal" es crucial
para el bienestar psicológico. La congruencia implica que la persona tiene una percepción precisa y positiva de
sí misma.
Autoconcepto: Es la percepción que una persona tiene de sí misma, incluyendo creencias y evaluaciones sobre
sus características, habilidades y experiencias. Rogers creía que el autoconcepto se forma a través de la
interacción con los demás y puede cambiar con el tiempo a medida que la persona experimenta nuevas
situaciones y relaciones.
Aunque no distinguimos una clasificación específica de rasgos de personalidad, su enfoque en la
autorrealización y la satisfacción de necesidades humanas básicas influye en la forma en que percibimos
ciertos rasgos de la personalidad.
Autorrealización: Este estado es el punto culminante en la jerarquía de necesidades de Maslow y se refiere a la
búsqueda de uno mismo, el crecimiento personal y la realización plena. Aquellas personas que se esfuerzan
por la autorrealización suelen ser auténticas, creativas, independientes y poseen una fuerte motivación
interna.
Autonomía: Se relaciona con la capacidad de tomar decisiones y actuar en consonancia con los valores y
objetivos personales. Aquellas personas con un alto grado de autonomía tienden a ser independientes,
responsables y capaces de dirigirse a sí mismas.
Empatía: Maslow resaltó la importancia de las relaciones sociales en la satisfacción de las necesidades
humanas. La empatía, o la capacidad de entender y conectarse emocionalmente con otros, es un rasgo de
personalidad que facilita la satisfacción de las necesidades de interacción social y pertenencias.
Resiliencia: Enfrentar desafíos y superar obstáculos es fundamental para alcanzar la autorrealización. Las
personas resilientes tienen la capacidad de adaptarse y recuperarse de situaciones difíciles, lo que les permite
avanzar en su camino hacia la autorrealización.
Creatividad: Este rasgo puede fomentar la autorrealización, ya que implica la habilidad de pensar de manera
original y resolver problemas de forma innovadora.
Autenticidad: Relacionada con ser fiel a uno mismo ya los propios valores personales. Las personas auténticas
tienden a buscar la autorrealización al vivir de manera genuina y sincera.
Altruismo: Ayudar a los demás y contribuir a la comunidad es una forma de satisfacer las necesidades sociales
y de pertenencia, lo cual puede ser importante para alcanzar la autorrealización.
Kelly postuló que a lo largo de nuestra vida generamos múltiples conceptos, uno para cada tipo de individuo o
situación. Estos conceptos personales pueden modificarse con el tiempo a medida que acumulamos nuevas
experiencias y conocimientos. Además, Kelly afirmó que los conceptos personales tienen una naturaleza
bipolar, lo que significa que cada uno tiene dos polos opuestos. Por ejemplo, podríamos tener un concepto
personal de "bueno y malo" y utilizarlo para clasificar eventos y personas en una de esas dos categorías.
Constructos personales: Kelly argumentaba que las personas desarrollan conceptos personales, que son
términos o categorías mentales que empleamos para estructurar nuestra percepción y entendimiento del
mundo. Por ejemplo, alguien podría utilizar el concepto "amable" frente a "no amable" para categorizar a las
personas que conoce.
Construcción de la realidad: Según Kelly, cada individuo construye su propia percepción de la realidad basada
en sus conceptos personales. Nuestra personalidad y comportamiento se ven influenciados por cómo
interpretamos y clasificamos a las personas y situaciones en función de nuestros conceptos personales.
Rangos de conveniencia: Los conceptos personales pueden ser más o menos adaptables. Algunos son muy
amplios y flexibles, mientras que otros son más estrechos y rígidos. Por ejemplo, un concepto amplio como
"inteligente" puede aplicarse a muchas personas, mientras que un concepto estrecho como "buen jugador de
ajedrez" se aplica solo a un grupo reducido de personas.
Proceso de revisión de conceptos: Kelly sostenía que las personas pueden cambiar y revisar sus conceptos
personales con el tiempo a medida que adquieran nuevas experiencias y conocimientos. Esto implica que la
personalidad no es estática y puede evolucionar.
Roles y expectativas sociales: Kelly también subrayó la importancia de los roles que asumimos en la sociedad y
cómo estos roles pueden influir en nuestros conceptos personales y de la manera en que nos percibimos a
nosotros mismos.
Rasgos de personalidad adaptativa:
Autodisciplina: La habilidad para manejar los impulsos de manera efectiva.
Autocompasión: La capacidad de tratarse con amabilidad y compasión en lugar de ser crítico o duro consigo
mismo.
Realismo: La aptitud para ver las cosas tal como son, sin exageraciones o distorsiones cognitivas irracionales.
Rasgos de personalidad mal adaptativa:
Perfeccionismo: Establecer estándares extremadamente altos.
Catastrofismo: Imaginar los peores escenarios futuros y preocuparse excesivamente por los posibles
resultados negativos.
Rigidez: Falta de flexibilidad en el pensamiento y la acción, lo que dificulta adaptarse a cambios o nuevas
situaciones.
Baja tolerancia a la frustración: Reacción exagerada o emocionalmente intensa ante situaciones frustrantes o
desafiantes.
Rasgos de personalidad social:
Empatía: La habilidad de comprender y compartir los sentimientos de los demás.
Asertividad: Expresar de manera efectiva las propias necesidades, deseos y opiniones.
Sociabilidad: Disposición a interactuar y relacionarse de manera abierta y satisfactoria con otras personas.

Aaron Beck es un destacado psicólogo reconocido principalmente por sus contribuciones a la terapia cognitiva,
especialmente en la formulación de la Terapia Cognitiva de la Depresión. Aunque no se le atribuye una
clasificación específica de rasgos de personalidad, su enfoque se centra en los pensamientos automáticos y las
creencias distorsionadas que pueden influir en la forma en que las personas experimentan y responden a
diversas situaciones. Sin embargo, Beck no se enfocó en desarrollar una clasificación de rasgos de personalidad
en sí misma. En su lugar, dedicó sus esfuerzos a la identificación y modificación de patrones de pensamientos
negativos o irracionales que pueden contribuir a los trastornos del estado de ánimo.
Presentó una teoría sobre la evolución de la personalidad fundamentada en una secuencia de etapas que
abarcan toda la existencia, cada una de ellas con su propio desafío psicosocial particular. A pesar de que su
enfoque no se orienta hacia la categorización de características de personalidad de manera convencional, su
teoría ofrece un marco para comprender la creación de la personalidad a lo largo de la trayectoria vital.
TEST, CUESTIONARIO Y OTROS DISEÑADOS POR EL AUTOR

El test de Allport es reconocido como uno de los primeros instrumentos


psicológicos diseñados para evaluar los valores fundamentales o
motivaciones básicas de los individuos. Creada en 1970, esta herramienta
fue elaborada por el psicólogo Gordon Allport, junto con sus colaboradores
Gardner Lindzey y Philip Vernon.

El Inventario de Personalidad de Eysenck (EPI) analiza dos aspectos


fundamentales e independientes de la personalidad: Extraversión-
Introversión (E) y Neuroticismo-Estabilidad (N). Estas dos dimensiones
explican la mayor parte de las diferencias en el ámbito de la personalidad.
Cada cuestionario consta de 57 afirmaciones, a las cuales se responde con
"Sí" o "No", sin repetir ninguna de ellas. También se incluye una escala
para detectar posibles respuestas falsas o distorsionadas. Los rasgos que se
evalúan son la tendencia hacia la Extraversión o Introversión y el grado de
Neuroticismo.
El test de personalidad de 16 factores de Cattell, también conocido como
el test 16 PF, es una de las evaluaciones de personalidad más utilizadas.
Según Cattell, la personalidad está compuesta por 16 factores o rasgos,
como Afectividad, Razonamiento, Estabilidad, Dominancia, Impulsividad,
Conformidad grupal, Atrevimiento, Sensibilidad, Suspicacia, Imaginación,
Astucia, Culpabilidad, Rebeldía, Autosuficiencia, Autocontrol y Tensión.
Cada uno de estos factores contribuye a nuestra forma de percibir el
mundo y de interactuar en la sociedad. El objetivo principal del test es
describir las diferentes personalidades de la población mediante un análisis
factorial.
El famoso test de la golosina de Mischel implica poner a un niño de entre
cuatro y seis años en una habitación con un malvavisco o una galleta. Si el
niño logra resistirse durante quince minutos sin tomar el dulce ni moverse
de la silla, entonces recibirá otro como recompensa, es decir, una ración
doble.
En 1961, Albert Bandura llevó a cabo el famoso experimento del muñeco
Bobo. Su objetivo era respaldar su convicción de que todo
comportamiento humano se adquiere mediante la social y la repetición, en
lugar de ser heredado a través de factores genéticos.

Aunque Carl Rogers no desarrolló pruebas específicas, otros psicólogos han


diseñado instrumentos para medir el ámbito de las experiencias. Algunos
ejemplos incluyen el Inventario de Experiencias de Coan (1972) y la Escala
de Experiencias de Gendlin y Tomlinson (1967).
Autorrealización: moralidad, creatividad, espontaneidad, falta de
prejuicios, aceptación de hechos, resolución de problemas
Reconocimiento: autorreconocimiento, confianza, respeto, éxito
Afiliación: amistad, efecto, intimidad sexual
Seguridad: seguridad física, de empleo, de recursos, moral, familiar, de
salud, de propiedad privada
Fisiología: respiración, alimentación, descanso, sexo, homeostasis
El Test de Rejilla de Kelly, también conocido como la "Rejilla de Evaluación
Personal" o "Teoría de los Constructos Personales" (PCT), fue desarrollado
por el psicólogo clínico y teórico de la personalidad George Kelly en la
década de 1950. Esta teoría se fundamenta en la noción de que las
personas interpretan el mundo a través de sus "constructos personales",
que son sistemas de creencias y categorías que utilizan para dar sentido a
su experiencia y comprender a los demás.
Proceso de aplicación del Test de Rejilla de Kelly:
Identificación de constructos personales: En primer lugar, el terapeuta o
investigador solicita al individuo que genere una lista de personas que
conoce, como amigos, familiares o compañeros de trabajo, por ejemplo.
Selección de tres personas: A continuación, el individuo elige tres personas
de esa lista que sean especialmente significativas para él o ella. Estas tres
personas serán la base para el análisis de los constructos personales.
Comparación de pares de personas: Se le pide al individuo que compare a
estas tres personas en parejas, es decir, compare a la primera persona con
la segunda, luego la segunda con la tercera, y finalmente la primera con la
tercera. En cada comparación, se les solicita que describan en qué
aspectos estas personas son parecidas y en qué aspectos son diferentes.
Construcción de constructos bipolares: Basándose en estas comparaciones,
el individuo crea términos opuestos que describen las diferencias entre las
personas, formando así los constructos personales bipolares.
El Test de Creencias Irracionales de Ellis, creado por el psicólogo Albert
Ellis, es una evaluación psicológica diseñada para determinar la presencia
de pensamientos irracionales en los individuos. Esta prueba presenta una
serie de declaraciones que el participante debe valorar en términos de su
nivel de concordancia o desacuerdo.

El Inventario de Depresión de Beck es una de las herramientas más


empleadas en entornos clínicos para evaluar la intensidad de la depresión
en un paciente. Su popularidad radica en su simplicidad de aplicación y en
su capacidad para medir el grado del trastorno depresivo que experimenta
el individuo. Esta prueba se destaca en la práctica clínica por varias razones
significativas. En primer lugar, posee una alta confiabilidad en sus
resultados. Además, tiene la capacidad de distinguir entre un paciente con
un trastorno depresivo mayor y alguien que simplemente está
experimentando un estado de ánimo bajo.
Aunque Erikson no desarrolló exámenes de personalidad concretos, su
teoría del crecimiento psicosocial brinda una estructura para comprender
la configuración de la personalidad durante toda la existencia y cómo las
vivencias en cada fase pueden tener un impacto en la identidad y el
carácter de un sujeto.
ETAPAS DEL DESARROLLO DE LA PERSONALIDAD PROPUESTA

Desarrollo de la personalidad en la infancia: la formación del yo único. Según Allport,


las interacciones entre padres e hijos desempeñan un papel crucial en el desarrollo
de la autonomía funcional del individuo. Los padres deben estimular la capacidad de
sus hijos para establecer metas y motivarse de manera independiente, al mismo
tiempo que les ayudan a construir una imagen clara de sí mismos y una identidad
coherente.
Personalidad adulta sana: Una persona adulta sana se distingue por poseer una
autonomía funcional persistente y una autonomía bien desarrollada del individuo.
Esto se logra cuando los padres fomentan en sus hijos la habilidad de fijar metas y
motivarse de forma autónoma, al mismo tiempo que les ayudan a forjar una imagen
clara de sí mismos. Allport no abordó si un adulto con tendencias neuróticas podía
superar o contrarrestar las experiencias negativas de la infancia, ya que su enfoque
estaba más centrado en el crecimiento psicológico positivo.

En su teoría de la personalidad, Eysenck destaca tres características fundamentales:


Neuroticismo, Extraversión y Psicoticismo. Sugiere que las personas que obtienen
altas calificaciones en estas tres dimensiones tienen una mayor probabilidad de
mostrar comportamientos antisociales. El psicoticismo es el factor más directamente
relacionado con esta idea. Neuroticismo y extraversión, por otro lado, podrían
intensificar los comportamientos antisociales.
Cattell propuso seis fases que abarcan el desarrollo de la personalidad a lo largo de
toda la vida. Destacó que la infancia, desde el nacimiento hasta los 6 años, constituye
la etapa fundamental en la formación de la personalidad. Durante este período, los
padres, hermanos y las experiencias relacionadas con el destete y la supervisión de
intereses juegan un papel crucial en la influencia sobre el niño.
Infancia (nacimiento-6): destete, control de esfínteres, formación del yo, súper yo y
actitudes sociales.
Niñez (6-14): independencia de los padres e identificación con coetáneos.
Adolescencia (14-23): conflictos relativos a la independencia, ala autoformación y al
sexo.
Madurez (23-50): satisfacción con la carrera, el matrimonio y la familia.
Madurez tardía (50-65): cambios de la personalidad ante circunstancias físicas y
sociales.
Vejez (65+): ajustes ante la pérdida de amigos, de la carrera y del estatus.
Walter Mischel se enfocó en la idea de que la personalidad está fuertemente
influenciada por las situaciones, y que las respuestas de una persona pueden variar
ampliamente según el contexto, en lugar de proponer etapas específicas del
desarrollo de la personalidad. Su teoría destaca varios puntos:
Situacionalidad de la personalidad: Mischel argumenta que las respuestas y
comportamientos de una persona están condicionados por el contexto y la situación.
En lugar de depender de rasgos de personalidad fijos, como la timidez o la
extroversión, sugiere que las personas ajustan su comportamiento según las
exigencias específicas de cada situación.
Variables cognitivas y procesos de autorregulación: Mischel resalta la importancia de
los procesos mentales, como la planificación y la autorregulación, en la forma en que
las personas reaccionan ante las situaciones. Argumenta que las personas emplean
estrategias cognitivas para adaptarse a las circunstancias, y que estas estrategias
pueden cambiar con el tiempo.
Consistencia a lo largo del tiempo: Aunque Mischel subraya la variabilidad situacional
en la personalidad, admite que hay cierta coherencia en las respuestas de una
persona en situaciones similares a lo largo del tiempo. No obstante, esta coherencia
es menos marcada de lo que se creía previamente en la psicología de la personalidad.
Crítica a la estabilidad de los rasgos: Mischel cuestionó la idea de que los rasgos de
personalidad son invariables y consistentes en todas las situaciones. Sostuvo que las
mediciones de rasgos de personalidad no son buenos indicadores del
comportamiento en situaciones específicas.
Bandura resalta la relevancia del aprendizaje social en la formación de la
personalidad. Sostiene que las personas aprendan a observar a otros, imitar
comportamientos e interactuar en su entorno social. Este proceso, conocido como
modelado, desempeña un papel crucial en el desarrollo de la personalidad.
Introduzca el concepto de autoeficacia, que se refiere a la creencia de una persona
en su capacidad para llevar a cabo con éxito una tarea o alcanzar un objetivo. Esta
creencia influye en la elección de metas, el esfuerzo invertido y la perseverancia ante
los desafíos. Una autoeficacia elevada puede contribuir al desarrollo de la
personalidad, ya que las personas tienden a buscar desafíos y superar obstáculos
cuando confían en sus habilidades.
Bandura argumenta que las personas no solo son influenciadas por su entorno, sino
que también tienen la capacidad de influirse a sí mismas. La autorregulación implica
establecer metas, monitorear el progreso y adaptar estrategias cuando sea
necesario. Este proceso permite tomar decisiones conscientes y autodirigidas,
contribuyendo así al desarrollo de la personalidad.
Además, Bandura destaca la importancia de los procesos cognitivos en el desarrollo
de la personalidad. Asegura que las personas no solo imitan comportamientos, sino
que también procesan información, evalúan consecuencias y toman decisiones
basadas en su pensamiento y juicio. Estos procesos cognitivos influyen en cómo una
persona desarrolla su personalidad a lo largo del tiempo.

Carl Rogers no formuló una secuencia concreta de etapas en su teoría del desarrollo
de la personalidad. En su perspectiva humanista de la psicología de la personalidad,
Rogers dio más énfasis a conceptos como el "self" (yo), la congruencia, la
incongruencia y la autorrealización. Su enfoque se concentró en la noción de que las
personas poseen una inclinación natural hacia la autorrealización y el crecimiento
personal, y cómo la percepción y aceptación de sí mismos afectan este proceso.
Las primeras etapas de la vida, como la infancia y la niñez temprana, están
fuertemente influenciadas por la satisfacción de las necesidades fisiológicas
fundamentales, como la alimentación, el sueño y la seguridad. Durante este período,
la personalidad puede estar moldeada por la confianza en la satisfacción de estas
necesidades básicas.
A medida que los individuos crecen, surge una mayor conciencia de la importancia de
la seguridad y la estabilidad en su entorno. Esta sensación de seguridad o inseguridad
en el hogar y en otros entornos significativos puede influir en el desarrollo de la
personalidad, y dar lugar a rasgos como la ansiedad o la confianza.
En la adolescencia y la edad adulta, surge la necesidad de pertenecer a grupos
sociales y establecer relaciones interpersonales significativas. El desarrollo de la
personalidad en esta etapa puede estar marcado por la formación de amistades,
relaciones románticas y el deseo de ser aceptado socialmente.
Durante la adolescencia y la adultez temprana, las personas buscan la autoestima y el
reconocimiento de sus logros. El desarrollo de la personalidad en esta etapa puede
estar relacionado con la construcción de la confianza en uno mismo, la autoestima y
la búsqueda de metas y logros personales.
En la teoría de Maslow, la autorrealización representa el estado más elevado de
desarrollo personal, donde una persona alcanza su máximo potencial y se convierte
en su verdadero ser. En esta etapa, el desarrollo de la personalidad implica la
búsqueda de la autenticidad, la creatividad y la realización personal plena.
Constructos personales: Los constructos personales son las herramientas mentales
que empleamos para interpretar y comprender a las personas y el entorno que nos
rodea. Estos constructos son exclusivos de cada individuo y pueden ser simples o más
complejos, como distinguir entre inteligente y no inteligente.

Rango de conveniencia: Cada constructo personal tiene un rango de situaciones o


experiencias que una persona considera relevantes para ese constructo. Por ejemplo,
si alguien tiene el constructo de "amabilidad", su rango de conveniencia podría incluir
actos amables, como ayudar a los demás.
Constelación de constructos: Según Kelly, las personas poseen múltiples constructos
personales que utilizan en conjunto para interpretar su experiencia. Estos
constructos forman una constelación única que influye en la percepción de uno
mismo y del mundo.
Circunscripción: La circunscripción se refiere al proceso mediante el cual una persona
limita su rango de situaciones relevantes en base a sus constructos personales. Las
personas tienden a priorizar ciertas construcciones ya pasar por alto o excluir otras.
Estructura social: La teoría de Kelly también se aplica a las relaciones sociales. Las
personas interpretan y comprenden a los demás en función de sus constructos
personales, lo que puede llevar a conflictos cuando los constructos difieren
significativamente entre individuos.
Revisión de constructos: A lo largo de la vida, las personas tienen la capacidad de
revisar y ajustar sus constructos personales a medida que adquieran nuevas
experiencias y conocimientos sobre sí mismos y el mundo que les rodea. Este proceso
de revisión es fundamental para el desarrollo y crecimiento personal.
Albert Ellis, reconocido por su desarrollo de la Terapia Racional Emotiva Conductual
(TREC), no presentó una teoría específica sobre las etapas del desarrollo de la
personalidad, como lo hicieron otros psicólogos como Erik Erikson o Sigmund Freud.
En lugar de eso, Ellis se centró en cómo las creencias irracionales y los pensamientos
disfuncionales pueden impactar en la personalidad y la salud mental en cualquier
fase de la vida. No obstante, es esencial tener en cuenta que Ellis sostenía que estas
creencias irracionales se forman en las primeras etapas de la vida a través de
experiencias y mensajes asimilados durante la niñez y la adolescencia. Estas
creencias, como "Debo ser perfecto para ser valioso" o "Todas las personas deben
amarme", pueden persistir en la edad adulta y contribuir a problemas emocionales y
conductuales.

Aaron Beck es conocido por su enfoque en la terapia cognitiva y no es ampliamente


reconocido por desarrollar una teoría específica sobre las etapas del desarrollo de la
personalidad. A diferencia de psicólogos como Erik Erikson o Jean Piaget, Beck se
centró en la identificación y modificación de pensamientos automáticos y creencias
distorsionadas que pueden contribuir a los problemas de salud mental,
especialmente en trastornos del estado de ánimo como la depresión. Sin embargo, si
deseas comprender cómo Beck abordaría el desarrollo de la personalidad desde una
perspectiva cognitiva, podrías considerar la idea de que las experiencias tempranas,
las relaciones familiares y las experiencias de vida pueden influir en la formación de
esquemas cognitivos básicos. Estos esquemas son estructuras cognitivas que guían la
percepción, el procesamiento de la información y la respuesta emocional de una
persona. Los esquemas pueden ser adaptativos o disfuncionales, y Beck se enfoca en
identificar y modificar los esquemas disfuncionales a través de la terapia cognitiva.
Confianza vs. Desconfianza (0-1 año): En esta fase, los bebés dependen de sus
cuidadores para satisfacer sus necesidades básicas. Superar con éxito este conflicto
conduce a desarrollar confianza fundamental en el mundo y en sí mismos.
Autonomía vs. Vergüenza y Duda (1-3 años): Los niños comienzan a forjar un sentido
de independencia y control sobre sus acciones. Resolver este desafío de manera
satisfactoria resulta en la adquisición de autonomía y autoconfianza.
Iniciativa vs. Culpa (3-6 años): Los niños exploran activamente su entorno y toman la
iniciativa en sus actividades. Una resolución exitosa promueve un sentido de
propósito y la habilidad para planear y llevar a cabo tareas.
Laboriosidad vs. Inferioridad (6-12 años): Los niños comienzan a adquirir habilidades
y conocimientos. Resolver este conflicto de manera positiva conduce a un
sentimiento de competencia y habilidades sociales.
Identidad vs. Confusión de Roles (adolescencia temprana, 12-18 años): Los
adolescentes exploran su identidad y roles en la sociedad. Una resolución exitosa
implica la formación de una identidad coherente y un sentido sólido de sí mismos.
Intimidad vs. Aislamiento (jóvenes adultos, 18-40 años): Los adultos jóvenes buscan
relaciones íntimas y compromisos. Superar este desafío con éxito conduce a
relaciones amorosas y comprometidas.
Generatividad vs. Estancamiento (edad media, 40-65 años): Los adultos en la
mediana edad se enfocan en la crianza de sus hijos y en contribuir a la sociedad.
Resolver este conflicto de manera satisfactoria implica la sensación de contribuir a las
generaciones futuras.
Integridad vs. Desesperación (edad avanzada, 65+ años): Las personas mayores
reflexionan sobre sus vidas y logros. Una resolución exitosa se traduce en un sentido
de integridad y aceptación de la vida tal como es.
Cada fase representa un período de desarrollo con desafíos específicos y
oportunidades para el crecimiento personal. Resolver estos conflictos de manera
exitosa contribuye a la formación de la personalidad a lo largo de toda la vida.

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