1 Recurso de apoyo

PSICOTERAPIA SISTÉMICA II
UNIDAD 2
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CASOS CLÍNICOS: APLICACIÓN

DESDE LOS MODELOS SISTÉMICO
INTERACCIONAL Y ESTRATÉGICO

Caso 1

Se presenta en su consulta una familia compuesta por una madre, Juana (45

años) y sus tres hijas, Marcela (18 años), Andrea (14 años) y Pamela (9 años).

La madre consulta por Andrea quien hace un año se realiza cortes en los brazos

y se “aísla” de la familia. Juana la llevó a un psiquiatra cuando descubrió las

heridas en los brazos, pero luego de seis meses de estar un tratamiento con

fármacos y un psicólogo individual que le había recomendado el mismo

psiquiatra, suspende las atenciones y los fármacos por los altos costos y porque

no vio “avances”. La llevó a otro psiquiatra, pero “no le gustó” porque lo encontró

“frío”. Juana no entiende lo que le pasa a Andrea y se siente muy angustiada y

culpable, pues cree que esto pasa porque ella trabaja mucho y no le ha dado el

tiempo suficiente. Marcela, la hermana mayor, cree que Andrea quiere llamar la

atención, porque siempre ha sido “regalona”. Juana cuenta que Marcela la

ayudaba a cuidar a sus hijas cuando estaba en el colegio, pero desde que entró

a trabajar y a estudiar en la noche hace un año, Andrea y Pamela pasan la mayor

parte del día solas. Pamela dice que se van juntas a la casa después del colegio

y cuenta que a veces Andrea se encierra en el baño y llora. Después sale y se

va a la pieza.
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Por su parte, Andrea dice que no sabe lo que le pasa, pero que le molesta estar

todo el tiempo sola y tener que cuidar a su hermana chica. Vio por internet que

cuando alguien estaba muy angustiado, una forma de relajarse era haciéndose

cortes. Afirma que no se quiere suicidar y que se hace cortes con un corta uñas

que no le provocan mayores daños. Marcela interrumpe y le pide a Andrea que

le muestre el brazo a usted para que vea que el brazo está lleno de cicatrices.

Juana está muy preocupada, porque el primer psiquiatra le dijo que Andrea era

“bipolar” y el segundo que tenía un “problema de la personalidad”. Quiere saber

qué tiene su hija y cómo detener que se haga cortes. Ha tratado de conversar

con ella, llegando a acuerdos de que no se cortará más, pero esto dura unos

días o pocas semanas y vuelve a lo mismo. Marcela cree que Juana debiese

castigar a Andrea y “ponerse firme”. Sin embargo, Juana ha estado pensando

en buscar un trabajo que pueda hacer desde casa para estar más tiempo con

sus hijas.
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Caso 2

Se presenta en su consulta una pareja compuesta por un hombre de 55 años, René,

y una mujer de 50 años, Sofía. Su único hijo de 25 años, Raúl, hace un año se fue

del hogar para formar su propia familia.

La consulta es solicitada por Sofía, dado que una amiga le recomendó terapia de

pareja, luego que le contara que con René tenían muchas discusiones.

En la consulta Sofía refiere que René está “muy pesado” y que se “enoja por todo”.

Todo esto lo atribuye a que ella comenzó a trabajar hace seis meses, haciendo aseo

en una empresa. Sofía cree que René piensa que le es infiel porque ahora, además

de salir a trabajar, tiene amigos y amigas en el trabajo, con los que conversa por

teléfono y comparte por Facebook.

René señala que no son celos, sino que le molesta que llegue a la casa después

del trabajo y “las cosas no estén hechas”, que ha tenido que calentarse él mismo su

comida y que la casa está muy “desordenada”. Piensa que Sofía cambió cuando su

Raúl se fue. Cree que la atención de ella era solo para su hijo y cuando este se

casó, le dejó de importar la casa.

Según ambos las discusiones no son tan frecuentes, ya que, por lo general, no se

hablan mucho. Más bien se mantienen distantes. René dice que se “aguanta” para

no pelear, pero al finalizar la semana laboral, ya no lo puede hacer y le reclama a

Sofía que tiene la casa “patas para arriba” y que cuando está en la casa se dedica

solo a ver el teléfono. Sofía concuerda con la descripción y agrega que antes no le
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contestaba, pero ahora ha visto que “las mujeres no tienen por qué quedarse

calladas” y cuando René se queja ella le dice: “¿Y por qué no puedes ordenar o

hacer la comida tu? ¿Tienes los dedos ‘crespos’ acaso?”. Cuando Sofía le

responde, René dice unos garabatos al aire y sale de la casa a darse “una vuelta” y

luego vuelve y se acuesta.

René dice que no le dice garabatos a ella, sino que al “aire”, pero Sofía interrumpe

y cuenta que, además, da golpes a la muralla y “pega portazos”. Esto siempre le

molestó, pero le daba “susto” decirle algo. Se apresura en aclarar que este nuca le

ha pegado, pero que no quería arriesgarse. Agrega que ahora no le tiene miedo,

pero que tampoco quiere seguir peleando y que “llevan tanto tiempo juntos”, que

quiere saber si su relación puede mejorar.

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Caso 3

A su consulta llega un padre, Mario (35 años), una madre, Josefina (34 años) y sus

tres hijos en común: Denisse (15 años), Javiera (12 años) y Mauricio (9 años). La

consulta es por Mario, quien fue referido por la escuela. Mario cuenta que los

llamaron del colegio, porque su hijo tenía bajas notas, se mostraba distraído y un

día le encontraron escrito en su cuaderno que “se quería morir”. Esto los preocupó

mucho y decidieron asistir a una terapia familiar por sugerencia de la psicóloga del

colegio.

Josefina dice que no entiende por qué su hijo “escribe esas cosas” y piensa que

puede estar deprimido. Agrega que su madre, abuela de Mauricio, estuvo con una

“depresión muy fuerte” hace unos años y que quizás esto lo heredó su hijo. Dice

que está muy sorprendida, ya que ha criado a sus hijos para que “puedan superar

cualquier dificultad” y no entiende que Mauricio esté llamando la atención de esta

manera.

Mario cree que es un período de la vida y quizás, como le ha ido mal en la escuela,

se sienta estresado, pero que de todas maneras espera que con el tiempo vaya

mejorando sus notas y se sienta mejor. Plantea que la psicóloga del colegio les dijo

que podría estar o sentirse “algo presionado” por rendir mejor en las evaluaciones

y que “tendrían que revisar las expectativas de la familia respecto de su rendimiento

académico”. Ambos padres manifiestan que escucharon la sugerencia de la

psicóloga, pero no comparten el que deban cambiar las “metas” que tienen para sus
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hijos, dado que las hermanas mayores fueron educadas para tener buenas notas y

no tuvieron ningún problema.

Denisse interrumpe y plantea que ellos (por los padres) “no se enteraron” de los

problemas, porque ella sí se sentía presionada para rendir en el colegio, pero le

“daba susto” decirles que no entendía algo o que le costaba algún ramo, porque o

“no la pescaban” (señalando a su padre) o le daban “el discurso de la meritocracia”

(señalando a su madre). Josefina se muestra molesta frente a la interrupción y se

dirige a Denisse, diciéndole que ellos se han “matado” trabajando para que estén

en un buen colegio y que “su única responsabilidad es estudiar y tener buenas

notas”. Denisse mira al terapeuta y se encoje de hombros.

Javiera comienza a llorar y Mario le pregunta qué le pasa y la niña dice que no le

gusta que su mamá pelee con Denisse. Josefina le pide que se calme y le da un

pañuelo desechable.

Al preguntarle a Mauricio sobre qué de la familia le gustaría que cambiara, él dice

que no quiere que su mamá y su hermana peleen por culpa de él. Comenta que

cada vez que trae malas notas su mamá lo reta y Denisse lo defiende y eso le da

pena y rabia con él mismo.