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LAS DIFICULTADES

DEL
PRIMOGENITO
El nacimiento de un hermano (se entiende,
hermano hermana) pone fin a una situación de
privilegio.

Según el caso, vemos que el niño unas veces toma


conciencia inmediatamente el cambio y se
trastorna en seguida; otras, por el contrario, tarda
en darse cuenta de su importancia y, la reacción,
por ser más tardía, no deja de ser también más
violenta; en todo caso no puede faltar del todo.

La simple sucesión de los hechos, la «frustración»


que comportan, bastaría por sí sola para justificar
las dificultades del mayor; no obstante, la
situación se ve en no pocos casos agravada por la
actitud de los padres.

Los padres y el primogénito


Los padres se comportan, por lo general, de
modo muy diferente con el primogénito, lo
mismo antes que después de nacidos los
demás hijos. Para los padres, el primogénito
es el «fruto de su primer amor»; es el hijo en
quien se centraba toda la solicitud y toda la
admiración de la joven pareja.

Después, de repente, el hijo único se


convierte en el mayor.

En cuanto al hijo que se ve tratado así de modo preferente por


la familia, vemos que no tarda en hacerse a la idea de constituir
un ser excepcional; trata a sus hermanos y sus hermanas desde
su altura y, sabiendo que todo le está permitido, se vuelve
arrogante y tiránico con ellos.

¿Se parece nuestro hijo a alguno de éstos?


El nacimiento del tercer hijo ha tenido un efecto
saludable en el desarrollo de la mayor,
ciertamente citado en el caso de la rivalidad
difícilmente se hubiera vencido por ningún otro
medio, aparte los terapéuticos.

Modo de comportarnos con el primogénito


Descubrir en qué medida es posible prevenir ciertas
dificultades y remediar otras, la madre se refiere, deberá
poner sumo cuidado en no dejarse acaparar totalmente
por el recién nacido.

No permitir que él crea que es así. Se le puede


demostrar con gestos insignificantes que todo cuanto le
atañe nos interesa tanto como antes:
su vida escolar, sus juegos, sus diminutos sinsabores, a
la idea que se apresta a brotar en su cerebro infantil:
“Ya nadie se ocupa de mí, ya no me quieren.”

Preciso desarrollar en el mayor una sociabilidad


positiva hacia sus hermanos menores. Para llegar a
conseguir algo tan sublime, bastará en
muchos,casos inducirle a adoptar una actitud de
protección frente a sus hermanos

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