You are on page 1of 7
2 cuadernos | de arquitectura mesoamericana numero 3 © diciembre 1984 UNAM DIVISION DE ESTUDIOS DE POSGRADO .— FACULTAD DE ARQUITECTURA TERMINOLOGIA GENERAL EN MATERIA DE CONSERVACION DEL PATRIMONIO CULTURAL PREHISPANICO* Salvador Diaz-Bertio y Olga Orive B.** This article presents a thoroughful discussion of the principal terms used in Spa- nnish in the field of preservation of the cultural heritage in general —and resiora- tion in particular— as applied to Mesoamerican monumental art. Con motivo de la reciente “REUNION TECNICA CONSUL- TIVA SOBRE CONSERVACION DE MONUMENTOS Y ZONAS AR- QUEOLOGICAS"', y de anteriores platicas con el arquéologo y arquitec- to Augusto Molina Montes, durante la elaboracién de su tesis de Maestria sobre este mismo tema’, advertimos la necesidad de precisar nuevamente aspectos de la terminologia utilizada fen materia de Conservacién y Res tauracién de Monumentos Arqueols- sicos. La tesis de Augusto Molina repre- senta ya un adelanto de gran impor- tancia en este campo particular, que desde hace tiempo hemos considerado desprovisto de fundamentos te6ricos sdlidos, como lo demuestran diversas intervenciones en nuestro patrimonio cultural prehispénico’. A pesar de es- tas interesantes tesis, aun vemos que se lega a afirmar que existe confusién en los términos y conceptos utilizados ‘en la conservacién de monumentos. Pensamos entonces que seria dil resumir y presentar, en forma sintéti- ca, algunas precisiones sobre los tér- ‘minos que mas frecuentemente se uusan en materia de conservacién de monumentos arqueolégicos meso- americanos. Sin embargo, para apli- car adecuadamente una terminologia en un rea especifica como la ar- Quitectura prehispanica mesoameri cana, creemos necesario encuadrar nuestro enfoque desde la perspectiva de la terminologia general, elabora- da, definida y aceptada universal- mente. El primer conflicto surge al mane- jar los dos términos ‘mas amplios, y, también aparente- diversas ocasiones hemos sostenido que ambos términos implican “una misma actitud’” y son ‘'semejantes en su objetivo”; puede afirmarse que la restauracién es el caso limite de la conservacién y nos leva a intervenir fisicamente en el objeto cultural. Po- demos decir también que la conserv: cién es una restauracién preventiv ‘+ Este trabajo fue escrito en 1974 y presenta- 440 como ponencia en el XL Congreso In ternacional de Amercanisat que tuvo hi ‘ren a ciudad de México en julio de aque! ato. ** Salvador Disz-Berrio, Arquitecto, obtuvo su doctorado en Restauracion de Monix ‘mentosen Ia Escuela Técnica Superior de la Universidad de Madrid; es actualmente Jefe 4e Proyectos Técnicos del INAH. Olga Ori- ve B., graduada en Arguitectura, obtuvo una macsria en Restauracién de Moni: como actividad tendiente a evitar la intervencién fisica en el objeto cultural, Siguiendo 1a similitud frecuente- mente evocada con la medicina, sabe- ‘mos que la cirugia es un recurso extre- mo y entendemos fécilmente que el objetivo de la intervencién quirirgica cs el de salvaguardar, y mantener y rolongar la vida del paciente; mismo objetivo de la propia medicina, Con a misma facilidad podemos entender que la restauracién serd a la conserva- cién, como la cirugia lo es a la medi na: una parte o rama especial por su forma material de verificarse y que Participa de los mismos objetivos, rincipios generales y fundamentos Bticos's*, Aunque nos parezca igual, enten- diendo asi ambos términos, el uso de los dos, puesto que comparten el mis- mo objetivo, consideramos mas con- veniente situar el término CONSER- VACION en un primer lugar por implicar un nivel mas general que en a propia “Carta de Venecia’” en- contramos claramente expresado: “La conservacién implica una activi- dad permanente” (Art. 40.) mientras que “La restauracion es una opera- cin excepcional.”” (Art. 90.)". Partiendo de otro enfoque es po- sible que ambas —medicina y cirugia— tienen como objetivo res- tablecer la salud (0 el maximo grado de salud posible, segin cada paciente) y ello lleva implicito el concepto de restaurar. Cada una segin sus nor- ‘mas restaura la salud o el “funcions miento" de un organismo. Ambas conservan la vida y restablecen o res- tauran la salud, pero ninguna de las dos restablece 0 restaura la vida: no “reviven"”, “resucitan’ ni “recons- truyen" Utilizando otras palabras, pode- ‘mos afirmar que no puede volverse atrés en el tiempo real —de los hombres ni de los monumentos— y no es posible pensar en “revivir™, “resucitar’” o “reconstruir” organis- ‘mos producto del tiempo y caracteri- zados sustancialmente por pertenecer al pasado y al futuro, no a nosotros... 6 De abi que la similitud, aparentemen- te lejana entre la salud humana y los bienes culturales, se aproxima tanto fen su esencia, como ya ha sido mani- festado en diversos Acuerdos Interna- cionales (UNESCO, La Ha} nebra, Cruz Roja, etc.)’. ‘Nuestros derechos sobre lo que nos Pertenece deben pues ser limitados al mismo tiempo que nuestras obliga- ciones serdn las de conservar y, en ca- so necesario, restaurar el patrimonio Que transitoriamente heredamos y transmitiremos i de su autenticidas que nosotros no podemos conferir uesto que procede del pasado, y que @ toda costa debe mantenerse para no empobrecer o falsificar este patrimo- nio comin. 1. CONSERVACION La conservacién comprendera en- tonces un conjunto de actividades destinadas a salvaguardar, y mante- ner y protongar la permanencia de los objetos culturales para transmititlos al futuro. Con base en la Convencién de UNESCO de 1972, podemos citar las siguientes actividades: IDENTIFI- CACION, CALAGOCION, PRO- TECCION (fisica o legal,) VIGI- LANCIA y RESTAURACION. Normalmente no surgen dudas en lo que se refiere a los términos de “identificacion””, “‘catalogacién”’, “proteccién”’ y “vigilancia”, que pa- recen simples y desprovistas de in terpretaciones conflictivas, pero yaen el terreno de a aplicacién pueden causar tantos 0 mas daflos que la “restauracién”, aunque no sea mas ue por omisién: es decir, no vigilar, o proteger, no catalogar y no identi- ficar. Conocemos ademas diversos textos legales de pseudo-proteccién que favorecen la destruccién, “vigi- antes” que despojan a los monumen- tos en lugar de conservarlos, y graves crrores en materia de “‘catalogacion’ sin embargo, limitandonos por ahora 4 la terminologia, la claridad de estos términos no parece estar en duda; las dudas suelen surgir al tocar el tema de la “restauracién”. 2. RESTAURACION Entendiendo a la RESTAURA- CION como una operacién especial de CONSERVACION, podemos de- finirla como la actividad u operacién que se realiza fisicamente sobre el ob- Jeto cultural, destinada a salvaguar- darlo, mantenerlo y prolongar su per- ‘manencia para transmitirlo al futuro, Las demés, operaciones ya enumera- das no se realizan necesariamente sobre el propio objeto. Podemos recordar otras defini ciones de RESTAURACION, pero de la misma forma que seria insuficien- te, en 1970, definir a la cirugia, por ejemplo, con una definicién de 1840, las definiciones de Viollet-le-Duc 0 Ruskin deben tomarse en cuenta sola mente como datos historicos, inde- pendientemente de su interés ‘conceptual"!. La definicién de Cesare Brandi, posterior a la Carta de Venecia, y ge- neralmente aceptada, aun siendo mas cexplicita, encaja completamente en la frase propuesta, si aceptamos que la doble instancia o polaridad historico- estética quedan incluidas en el con- cepto de “objeto cultural” 0 “bien cultural”, términos también univer- salmente aceptados: “La restaura- cién constituye el momento metodo- logico del reconocimiento de la obra de arte en su consistencia fisica y en su doble polaridad estético-histérica, con objeto de transmitirla al futuro” Tradicionalmente se han venido ‘mencionando operaciones de cardcter diverso realizadas sobre los bienes culturales —-operaciones de restaura- cién por lo tanto— y que se han deno- minado, desde la época de Camillo Boito, “tipos de intervencién””. Al- gin autor como C. Perogalli llega a enlistar once “tips”, pero en la Car- ta de Venecia encontramos claramen- te cuatro. Seria posible hacer una lar- ga enumeracion de “‘casos” pero es ‘muy posible reducir y asimilar las dis tintas operaciones a los cuatro “ti- os” aceptados", Por ejemplo, las lamadas “res- tauracién de dafos de guerra” o “restauracién de anteriores restaura- ciones’”* no pueden tomarse en cuen- ta como “tipos de intervencién”” por- que se refieren a las causas de los da- fos o deterioros por restaurar y no a las caracteristicas de la propia inter- vencién: si aceptaramos los anteriores “‘tipos"’, igualmente podria hablarse de cién por dafos Por otra parte, la “‘restauracién ur- bana’’o la “restauracién arqueolégi- ca’ nos parecen admisibles como te- ‘mas o capitulos de un libro (el de C. Perogalli en este caso), pero seria po- sible elaborar una lista interminable de *‘casos”” equivalentes: “restaura- cin de ceramica’’, *restauracion de esculturas””, “‘restauraci6n de puen- tes’, “restauracién de fortifica- ciones”. etc... Son evidentes las dife- rencias de tratamientos para los tintos objetos culturales, pero cepto de “‘restauracién” y los “tipos de intervencién”” no pueden depender y variar con cada tipo de objeto por restaurar, ‘Ya que hemos adquirido el concep- to de “bien cultural”, para incluir en €1 a la miniatura y al conjunto urba- no, la zona arqueolégica y la vasija, la obra arquitecténica y la pintura ‘mural, seria imdtil y excesivamente la borioso inventar una “‘restauracién” diferente para cada “bien cultural” ‘con una filosofia o una terminologia diferentes para cada caso de deterioro © cada clase de objeto" En resumen, si tratamos de referir- nos simplemente a las caracteristicas de las intervenciones es si mismas, y en la forma mas general posible, lle- gamos a los cuatro tipos aceptados y establecidos en Venecia en 1964, vali- dos hasta Ia fech: LIBERACION, CONSG@LIDA- CION, REINTEGRACION E IN- TEGRACION Seria posible definir, de la forma mas general posible, estos cuatro ti- os de intervencién fisica en objetos culturales, esencialmente historicos y attisticos: 3. LIBERACION Supresién de elementos agregados sin valor cultural 0 natural que afec- ten a la conservacién o impidan el co- nocimiento del objeto. 4, CONSOLIDACION Introduccién de elementos que ase- guren la conservacién del objeto. 5. REINTEGRACION Restitucion, en su sitio original, de partes desmembradas del objeto, pa- ra asegurar su conservacion. 6. INTEGRACION Aportacién de elementos claramen- te nuevos y visibles para asegurar la conservaciin del objeto. Seria posible incluir mas palabras fn la definicién de cada uno de los términos; en varios articulos de la propia Carta de Venecia se fijan con- diciones y limites bastantes claros de estos tipos de intervencién, sin es- tablecer lo que podemos llamar una definicién; aqui tratamos sin embar- ‘80 de precisar los términos en la for- ‘ma més sintética posible para su ap! cacién general. Creemos conveniente apuntar ade- més algunas precisiones sobre otros ‘términos que suelen usarse en esta materia: 7. RECOMPOSICION Debemos seftalar que en el caso de la “reintegracion” se utiliza también cen el texto de la Carta el término “'re- ‘composicién’’, con el claro sentido de “restitucion” 0 “recoleccién’’ de par- tes en sus lugares originales (anastilo- sis) y no con el sentido de ‘nueva ‘composicién’’; aun siendo equivalen- tes estos tres términos consideramos mis adecuado manejar ‘‘restitucion”” (© “recolocacién”” por evitar la po- plicacion de “creatividad”” 0 mn nueva" que traeria la in- “nueva composi- 8. REPOSICION Puede aceptarse el término “repo- sici6n’” como equivalente a los tres anteriores (restitucién, recolocacién y recomposici6n) en cuanto tenga el sentido de “‘colocar en su posicién anterior” 0 volver a poner el mismo elemento. Sucede sin embargo que se aplica a veces este término con el sen- tido de “‘sustitucién”” o cambio de un elemento por otro. En este caso no puede hablarse de “‘reintegracion” ya que por tratarse de elementos nuevos ccaemos en una operacién que pertenece al rea de la “integracién”. 9. RESTABLECIMIENTO Puede entenderse en forma seme- jante a “reposici6n’, tanto en su sen- tido de “restitucién’", que nos lleva a la “reintegraci6n" como en el de “sustitucién’?, que nos conduce a la ‘integracion’”* 10. REPARACION Es equivalente a “restauraci6n"’ en ‘cuanto implica una “operacién que se realiza fisicamente sobre un objeto (cultural) con objeto de conservario”, ero sucede que se aplica a cualquier objeto, sea cultural o no. Brandi, al establecer la distincién entre objetos cculturales (artisticos € histéricos) y objetos utilitarios, precisa que mientras “reparacion"” puede aplicar- se a cualquier objeto, el término “res- tauracién’” se aplica Gnicamente a los objetos caracteristicos reconocidos como bienes culturales (obras artisticas e hist6ricas)" Conviene seflalar que el término “reparacion” tiene una significacion importante de cardcter historico, es- ecialmente en nuestro idioma, ya que es el término que Torres Balbés utiliz6 en Espafa, para oponerlo al de “restauracion’” en la acepcion ex- puesta por Viollet-le-Duc y en la for- ma en que lo ehtendian Lamperéz y sus seguidores””. La concepcién de la “reparacion”” de Torres Balbas se ‘asemeja mas en realidad a la de “‘res- tauracién’ expuesta después por 1 Boito, Giovannoni, Brandi, Pane, Philippot, Gazzola, y afirmado en los textos de Atenas, de Venecia, del Ico- mos y de la UNESCO", 11, REESTRUCTURACION Este término, que puede entenderse ‘como “dotar de una nueva estructu- 7a”, se ha utilizado a veces en el caso especifico de la arquitectura para re- ferirse a la estabilidad estatica del ob- jeto y a su estructura portante, Cree- ‘mos que este aspecto queda incluido en la “‘consolidacion”, término mas amplio como “‘tipo de intervencién”. Por otra parte, los bienes culturales fen general poseen otras estructuras ademas de la que, ¢omo soporte, ase- gura la estabilidad y aun en el caso de Ja arquitectura nos referimos normal- mente a estructuras formales, espa- ciales, crom: luminosas, numé- ricas, geométricas, etc. El aspecto de Ta estabilidad se limita a una de las componentes de diversos bienes cul- turales, mientras que los términos “estructura’?, “estructuracién”” “reestructuracion”, se_utilizan en forma mucho més amplia para cual- quier actividad humana como la ‘economia, la vialidad, la habitacion, ete. 12, REANIMACION Y REVITA- LIZACION Estos términos se han utilizado re- ccientemente al referirse especialmente ‘a elementos arquitecténicos y urba- nos abandonados, deshabitados 0 desprovistos de “anima” o "vida" y mis se refiere por lo tanto a las condi- ciones de la poblacién, asuarios y ha- ‘bitaciones que a las condiciones fisicas de los bienes culturales inmuebles®. No se trata por lo tanto de operaciones © actividaides de res- tauracién, sino de ‘‘conservacion”” que pueden en ocasiones llevar consi: 20 intervenciones fisicas o ‘‘restaura- clones" de los diversos tipos men- cionados. Es posible que, al tratarse de intervenciones destinadas a dar nueva actividad (‘‘énima" 0 ‘‘vida’” —estimulos financieros, disposi- ciones legales, facilidades de acceso, 8 etc.—) a los usuarios o la poblacién, se llegue mas frecuentemente a opera ciones de “‘integracién” al aportar nuevos elementos para las nuevas actividades™. 2, Como “tipo de restauracién” es evidentemente imposible su aplica cién a elementos arqueologicos en el sentido de volver a dar “anima” 0 ‘vida"” actual a esos objetos. 13, ADAPTACION, ADECUA- CION Y ACONDICIONA- MIENTO ‘Términos utilizados practicamente en forma semejante a los anteriores y que serian igualmente, en caso de in- tervenir fisicamente en los Bienes Culturales, operaciones de “integra- cion™, pero con respecto a los ante- riores no llevan implicita la compo- nente de “anima” o “vida’” que tras- ciende a lo meramente fisico y utilita- rig y es componente esencial de los Bienes Culturales. Siguiendo el plan- teamiento de Brandi podria situarse en el mismo plano que la “repara- cién”, aplicable a cualquier otro ob- jJeto y no sélo a los objetos culturales, To que levaria implicito un enfoque inadecuado si predominan en estas operaciones los intereses. utilitarios sobre los culturales, sobre todo cuan- do los tres términos implican noto- riamente la idea de cambio o modificacin®*, No consideramos adecuado el uso general de estos términos y menos ‘ain su aplicacién a elementos arqueo- logicos, si contamos con téminos ‘més claros y que implican en menor do Ia idea de cambio, como “*habi ‘in’ 0 “*rehabilitacion” 14, REHABILITACION Y HA- BILITACION El término ““rehabilitacion’” ha ve- nido adquiriendo cada vez mayor vi gencia hasta figurar formalmente como uno de los aspectos fundamen- tales de la conservacién, y en el texto de la Convencion de UNESCO de 1972 sustituye pricticamente al término “restauracion”’. Puede equipararse al término “reparacién” por aplicarse a cualquier objeto, no sélo a los obje- tos culturales, siguiendo el plantea- miento de Brandi, pero lleva implici una fuerte componente funcional que permite establecer la equivalencia con el “volver a poner en funcionamien- to” 0 “en eficiencia” (repitiendo pa- labras de Brandi), Io que llevaria a su aplicacién especialmente en el campo de la arquitectura y el urbanismo®, Puede también considerarse seme- Jante y ain mas amplio que los térmi- nos de ‘revitalizacién”” y “reanima- cién”* por implicar el restablecimien- to de una gama mayor de posibilida- des funcionales, ya que no sélo se refiere a “anima” 0 “vida” ‘argo, al igual que en el caso de la “reanimacign”’ y la “revitalizacion", ‘no podemos aplicar el termino —volver poner en funcionamiento— para el caso de elémentos arqueoldgicos 0 prehispanicos, por ser imposible ‘‘re- sucitar”” actividades 0 funciones de una cultura anterior. embargo, al ‘entenderse como “poner en funciona- implica actividades y apor- taciones, con menor incidencia fisica, cambios 0 modificaciones que los tér- cuacién’” 0 La “‘habilitacion’” —poner en funcio- namiento— y no ya la “‘rehabilita- jon"? volver a poner en funcionamiento— puede aplicarse a operaciones y actividades actuales en zonas arqueolégicas, conjuntos de ar- quitectura prehispénica 0 sus entor- nos, en apoyo de la conservacién, co- nocimiento, visita y estudio de los in- muebles culturales. 15, PUESTA EN VALOR, VA- LORIZACION Y REVALO- RIZACION La expresi6n “puesta en valor” no debe tomarse en consideracion, en primer lugar por tratarse de un gali cismo (‘mise en valeur”), por impli car aspectos mercadotéenicos —posi ion... gen funcin de oferta y de- manda?— ajenos a la sustancia de los bienes culturales, y por ultimo parece expresar algo incompleto... “puesta en valor”... en... yen donde?. Si entendemos que no se trata de poner al objeto cultural en un merca- do de valores, como objeto de uso, consumo o explotacién, sino de apre- ciar o incrementar sus valores propios convendria usar —en espaftol— los términos de ‘‘valorizacién” y “reva Jorizacion’’; en tal caso, las acciones se dirigiran sobre todo a la poblacién, blico en general o usuarios, en for- ma pedag6gica y de difusién, en apo- yo de la conservacién de los objetos. Con el mismo fin de conservar y ara apoyar una mejor o mayor apre- ciacién del valor cultural de esos ob- Jetos, se puede legar a interveni fisicamente en ellos, realizando ope- raciones de restauracién de cual- quiera de los cuatro tipos ya sefiala- dos. Estas operaciones y actividades pueden realizarse en cualquier objeto cultural, incluyendo a los elementos arqueolégicos y prehispanicos™””, 16. REMODELACION Se trata de otra expresion que no debe aceptarse ni tomarse en conside- racién en materia de Conversacion de Bienes Culturales, por ser un claro anglicismo (re-model) y se ha puesto de moda aplicarla Gltimamente a ele- ‘mentos arquitect6nicos y urbanos en forma inadecuada e indiscriminadax, Si entendemos por ‘‘remodelar” el ‘cambiar o dar una nueva forma 0 vo- Jumen envolvente, manejamos un tér- able a lo superficial y escul- t6rico, pero insuficiente o incompleto para lo arquitecténico o urbano que contiene elementos esenciales més alld de la forma o volumen envolven- te, Independientemente de este carc- ter, restringido a una parte superficial de las formas arquitectonicas o urb: nas, no puede admitirse su aplicacion a objetos culturales —sustan mente histéricos y estéticos—, a los cuales no podemos ‘‘cambiar o dar una nueva forma’ sin alterarlos o destruirlos, trtese de escultura, ar- quitectura 0 urbanismo de cualquier epoca. Si entendemos que no se trata de intervenir modificando la envolvente formal de los objetos, sino que hace- mos referencia, de manera mas gene- ral, a “realizar un nuevo modelo” 0 “cambiar el modelo actual’” de cual- quier objeto, es también inadmisible realizar ese cambio 0 “nuevo mode- 1o”” con los elementos fisicos de un objeto cultural, sustancialmente his- car la historia ni la estética, 17. INNOVACION Y¥ RENOVA- CION Sion innovacién hacemos referen- cia a operaciones fisicas que aporten elementos nuevos para la consetva- cién de un objeto cultural, debemos situar esos elementos en armonia y subordinados al objeto por conser- var, realizando asi una operacién de cién”* nos referimos a alguna opers cién fisica para “hacer nuevo", “ha- cer de nuevo” 0 “‘modificar” un ob- jeto cultural (histérico y estético), caemos en lo inadmisible; por este motivo se ha rechazado el uso del tér- mino “‘renovacién”, y la acepcién admisible de la “tinnovacién”, se cexpresaria més adecuadamente como “integracion”’. 18. RECONSTRUCCION: Seflalamos ya en un principio la im- posibilidad de hacer una “nueva construccién’” de un objeto producto de un tiempo anterior, lo que seria equivalente a una “renovacién"; si ‘existe la construccién anterior, como unidad o en partes y tratamos de con- servarla, podremos reunir partes dis- persas y al situarlas en su lugar hare- mos una “reintegracion”; si se re- quiere introducir un nuevo elemento hharemos una “‘integracion", pero no Podemos pensar en agregar partes an- tiguas que parezcan nuevas 0 nuevas que parezcan antiguas. Si el objeto 0 construccién anterior no existe como unidad 0 en partes, no podemos ya hablar de “‘conservacién” ni “res- tauracién”” de lo inexistente... y me- nos de querer “‘reconstruir” fisica- mente en este tiempo un objeto que pretenda ser de otro tiempo”. Consideramos por lo tanto eviden- te la nevesidad de evitar el uso de este término y més ain la ejecucion de operaciones de este género en el cam- po de los Bienes Culturales, especial- mente en el area de lo prehispani- co, No pretendemos haber agotado aqui la serie de términos que han apa- recido y pueden aparecer en el campo de la conservacién del Patrimonio Cultural, sino haber mencionado simplemente los mas usuales. Podemos concluir precisando que existen, naturalmente, problemas particulares en areas tropicales, en re- sgiones himedas, secas o muy frias, en zonas sismicas o altamente contami- nadas. Son también particulares los problemas especificos de ciertos ma- teriales: adobe, madera, estucos, ce- ramica vidriada, cera, metales, etc... Y Por supuesto, como ya lo sefala- ‘mos, son particulares los problemas, ‘miétodos y técnicas aplicables a obje- tos de muy diversas escalas...2. 3. Sera muy til particularizar y pro- fundizar en Ips problemas y casos especificos de la arquitectura prehis- nica en el érea mesoamericana, por ejeriplo, pero no creemos posible ir de lo particular a lo general en este ‘campo, cuando podemos disponer de ‘una estructura de conceptos genera- elaborada, experimentada y di- para orientar y normar una actividad cientifica, Por supuesto, es posible y necesa- rio que la experiencia particular en el campo de la arquitectura prehispani- ca enriquezca y aporte nuevos ele- mentos al panorama general en un fu- turo préximo, pero parece més eficaz y légico partir de las bases concep- tuales de un marco general, como ins- trumentos més seguros para lograr ‘mejores soluciones de nuestra proble- matica particular. México, D.F., septiembre de 1974 9 NOTA: Todas las cites, com excepelon de Ia miimero 14, se refleren 8 textos publicados en espaol, 1. Instituto Nacional de Antropologa ¢ Historia (INAH), Sociedad Me- icana de Antropologla (S-M.A.) € Instituto de Investigaciones ‘Antropol6gicas (UNAM), “Primera. Reunign Técnica Consultiva Sobre Conservacion de ‘Monumentes y Zonas Arqucoidgicas", Conclusiones, México, Agosto de 1974. 2. MOLINA MONTES, Augusto, “Consideracione sobre la restau Gn arquiteconica on la arqueologia™, Tesis de Macsri, INAH Mixico, 1974 3, LORENZO BAUTISTA, Jost Lui, “Sitios Cuturales y trabajos a- ‘qucolégicos™, Curso de Astualizacién: “Conservacion y Restaura ‘on de Monumentos”, Ed. Mimeogrifica, Division de Estudios Su- perlores, Escuela Nacional de Arqultectura, UNAM, México, 1971. 4, DIAZBERRIO FERNANDEZ, Salvador, “Evolucin de as Teorlas de Conservacion y Restauracion’", Curso de Actulizaion: “Conser- ‘acion y Restauracion de Monumentos", op. 5. BONFIL CASTRO, Ramén M., “Apuates sobre Restauracion de ‘Monumentos”", Cuadernos de Lectura Popular, Sere Cultura Mexi- cana, S.E-P., México, 1971 6. DIAZ-BERRIO F., Salvador, “Limites de las operaciones de Res tauracion”. ler, SERLACOR (Seminario Regional Latinoamericano de Conservacion y Restauracin", INAH-UNESCO Centro de Ro- sma) México, 1973 7. UNESCO:ICOMOS, “Carta Internacional sobre 1 Restauracin de los Monumentos y os Sitios” 1966 8, DIAZ-BERRIO F., Salvador, “Algunas ideas sobre a enseRanza de Ia Restauracin’, INAH, Boletin No. 6, México, 1974 9. UNESCO-ICOMOS "Carta Iniernacional..", op. et. (Introduc- «ion. 10, UNESCO, “Convencion para la proteeci del Patrimonio Mundial Cultural y Natural”, Pars, 1972. 11, VILLAGRAN GARCIA, Jost, ‘Monmentos”, Memoria del Colegio Nacional, Tomo Vi ico, 1966 12, BRANDI, Césare, “Principios de Teoria de la Resiauracion". Trax

You might also like