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Pedagogías Latinoamericanas: Sueños Posibles en Clave Freireana
Pedagogías Latinoamericanas: Sueños Posibles en Clave Freireana
en clave freireana
Módulo 4. Sueños de niñeces libres. Mirar y
comprender juntes el mundo
Introducción
… recuerdas que deben ser cerca de las seis de la tarde y te
sorprende la inundación de luz de tu recámara.
Nos interesa detenernos, en primer lugar, en el sentido de la reflexión para Freire. Para el
nordestino se trata de un proceso que unifica práctica y teoría, una propuesta que no
siempre recibimos de este modo en las escuelas. Como cuenta Carlos Fuentes en su
novela Aura, la luz del saber y la reflexión pueden de pronto advertirse frente a nuevas
lecturas, conversaciones y experiencias. Se trata de asumir la superación constante que
no proviene solo de las teorías ni del hacer cotidiano, sino de esos momentos en los que
ambos se conjugan. Desde allí, invitamos a volver a pensar con quiénes trabajamos, por
y para quiénes lo hacemos.
Freire recuerda que así como es necesario el instrumento teórico para operar el
conocimiento de la realidad, también se debe reconocer la necesidad de reformularlo a
partir de los descubrimientos que haremos en su aplicación. En los modos en los que
pensamos, compartimos, enseñamos y aprendemos con las niñeces y adolescencias, la
pregunta que se impone es acerca de la posibilidad de dicha operación. ¿Por qué
trascender las perspectivas ligadas al desarrollo con miradas capaces de incluir a sujetos
en un discurso histórico que las y los reconoce dinámicos en sus identidades?
… la reflexión solo es legítima cuando nos remite siempre, como lo señala Sartre, a lo
concreto, cuyos hechos busca esclarecer, tornando así posible nuestra acción más
eficiente sobre ellos. Iluminando una acción ejercida o ejerciéndose, la reflexión
verdadera esclarece, al mismo tiempo, la futura acción en la cual se prueba y que
deberá darse, a su vez, a una nueva reflexión. Frente a todas estas consideraciones
me parece claro que los campesinos analfabetos no necesitan contexto teórico –en
nuestro caso el “círculo de cultura”–para realizar la toma de conciencia de su
condición objetiva de oprimidos. Esa toma de conciencia se da en el “contexto
concreto”. Es a través de toda experiencia cotidiana, con toda la dramaticidad que
ella entraña, que toman conciencia de su condición de oprimidas y oprimidos. Pero
lo que no siempre les da su toma de conciencia, hecha inmersión en su cotidianidad,
es la razón de ser de su propia condición de oprimidas y oprimidos. Esta es una de
las tareas centrales que debemos realizar en el contexto teórico. Pero, por otro lado,
precisamente porque la conciencia no se transforma más que en la praxis, el
contexto teórico no puede reducirse a un círculo de estudios “desinteresados”.
(Freire, 2008a, p. 32)
Objetivos
Contenidos
Un catalejo para mirar a las niñeces y adolescencias antes y después de la pandemia del
COVID-19. Los alcances del enunciado “sujetos de derechos”. Paulo Freire y el tiempo de
la infancia como oportunidad para comprender el mundo. El encuentro con la naturaleza
y la construcción de teorías a lo largo de la vida. Leer y escribir el mundo como
herramienta de liberación
Si bien el desarrollo de las niñas y los niños es parte del aquí y ahora de su biología,
podemos decir, independientemente de la voluntad, que los modos en los que se
comprenden y analizan los distintos aspectos de ese desarrollo, su lenguaje y los modos
de crianza dependen de la estructuración de un campo discursivo. Hemos leído y
estudiado en los últimos años al respecto y quizás la necesidad de plantear la idea de
múltiples infancias y no una sola es uno de los indicios de este análisis más difundido en
el glosario escolar. Se vuelve ineludible, entonces, la pregunta acerca de los modos que
el discurso de las infancias y juventudes adopta hoy.
Freire y Sérgio Guimarães en el libro Partir da infância: diálogos sobre educação ofrecen
sus conversaciones de muchos años y plantean los puntos de encuentro entre un
maestro de Primaria y un educador de adultos. Allí, el pedagogo propone una mirada a la
educación cuya esencia es el pensamiento crítico como herramienta a ejercer y ofrecer.
Es decir, el docente mira su práctica desde la perspectiva histórica, nunca ingenua
porque asume el devenir, la oportunidad, y genera un tiempo para la enseñanza como
Desde estos planteos en primera persona, Freire nos interpela y provoca al pensamiento
y a la interrogación: ¿qué niñeces y adolescencias vemos en las escuelas hoy? ¿Hubo
acaso diálogos entre esos alumnos y alumnas y los hijos e hijas de las familias en las
marcas de la escuela tradicional, la escuela argentina, para ir más allá en el tiempo?
Asumimos que no. En todo caso, esos encuentros no fueron lo suficientemente
frecuentes como para conseguir sistematicidad. Quizás resulte valioso retornar a las
fuentes y recordar que nuestro pedagogo, al igual que aquellos precursores que antes
nombramos, tenía una preocupación originaria ligada a orientar a las familias en la
educación de sus hijas e hijos, porque es con ellas y ellos y en comunidad que se
construye la categoría teórica infancia.
Recordemos que para la segunda mitad de la década de 1950 en Argentina Eva Giberti
inició la Escuela para Padres. La autora luego compiló bajo el mismo título artículos
escritos en el diario La Razón y el diario El Mundo sobre avatares de esa escuela,
publicación que alcanzó tres tomos. “Todo reside en saber qué es un niño”, son palabras
de Giberti en el inicio de ese camino. Según sus propias reflexiones tardías a instancias
de las devoluciones de su amigo Eliseo Verón, sus planteos buscaban establecer un
nuevo orden, sin encontrar siempre en el modo las formas democráticas que impulsaba.
Las y los invitamos a visitar la siguiente “Guía de discusión en los Círculos de Padres y
Maestros” para luego reflexionar acerca de su vigencia o distancia.
¿Cuáles son las primeras impresiones al realizar esta lectura? ¿Qué preguntas
sostendremos hoy? ¿Qué líneas trazamos a diario entre nuestras prácticas de
enseñanza y la oteada al futuro?
En una alianza entre la teoría y la práctica, Freire pensó la niñez como punto de partida.
Se trató de una mirada a los primeros años de vida, que asumía a las niñas y los niños en
familia, en comunidad, y desde allí intervenía. ¿Cómo? Con el cuidado de comprender las
limitaciones materiales y simbólicas del otro en tanto otro. No buscaba “la receta”, sino
el encuentro dialógico, como ya hemos dicho. Al hacerlo, hizo filosofía y ayudó a
construir una posición en el mundo.
Estos contenidos, podríamos decir siguiendo a Berger, son conocidos por las y los más
chicos antes de que se haga presente el lenguaje oral. Somos aquello que vemos antes
de poner palabras y, en ese sentido, lo que presentamos de manera inaugural construye
el mundo que miramos, que nos invita o hace mirar. Desde pequeñas y pequeños
necesitamos tocar para ponernos en relación con los objetos, pero lo hacemos a través
de “la relación entre las cosas y nosotros mismos”. Luego, descubrimos que además de
ver podemos ser vistos y es en ese instante que nos sentimos parte del mundo visible,
dirá Berger; y, nosotras agregamos, es en ese instante que nos sentimos parte del
territorio compartido. Según Berger:
Así volvemos a evocar aquellas imágenes con las que Freire nos explica el surgimiento
de un modo de ver y pensar el mundo, el estar en el mundo. La casa, la hamaca, el jardín,
el piano de su tía, los uniformes de los hombres de la familia, la religiosidad, la bicicleta
deseada, los aromas nordestinos y la musicalidad del portugués devenido dialecto. Con
Freire las y los invitamos a cavilar para saber de dónde partieron ustedes.
En una conversación con Moacir Gadotti, Freire es consultado acerca de qué decir a las y
los jóvenes que harán la educación del futuro. Su respuesta es categórica: solo puedo
responder por las responsabilidades de mi generación en el fin de siglo (recordemos que,
Se trata de una tarea histórica, la tarea del educador como aquel que comprende y
confía. Dirá Freire: “Dialécticamente, la educación no es la clave para la transformación,
pero la transformación es en sí misma educativa” (Freire, 1990).
Freire plantea que las personas construyen la ciencia en su devenir histórico. Creatividad
es entonces otra de las ideas centrales para pensar el vínculo entre la ciencia y la
naturaleza, entre la tecnología y la aplicación de la ciencia. La mujer y el hombre siempre
construyen teorías al desarrollar sus pensamientos y, desde allí, producen
transformación. Escuchemos a Freire.
Las y los invitamos a ver Ideales, mitos y utopías a finales del siglo xx, un diálogo
entre Paulo Freire y Ana P. Quiroga acerca de sus aportes en relación a la educación,
que tuvo lugar en Buenos Aires en 1993.
Una de las ideas más potentes expresadas allí es aquella del “decir” el mundo como
modo de expresarse y expresarlo. Allí la importancia de la educación está ligada a
estimular el desarrollo de lo que el pedagogo llama “necesidad radical” de expresarse de
los seres humanos (2008a, p. 54).
La acción de lectura, el leer, en tanto idea moderna se plantea como acción superior ante
la contemplación para comprender lo que miramos. Cabe aclarar que no abundamos en
relación con los procesos de alfabetización concretos, sino en relación con la perspectiva
filosófica desde la cual Freire habla del leer como proceso de liberación. El proceso de
definir, de cómo leer, de cómo escribir palabras se insertó en el proceso de leer la
realidad.
Nuestra tarea como educadoras y educadores está atravesada por ese acompañamiento
en las lecturas del mundo con otros, en las aulas, en los patios. Expresarlo en las
planificaciones y en cada gesto, cuaderno, carpeta, archivo, imágenes, que muestren el
mundo; sin olvidar que la disputa mayor es precisamente por ese mundo, por esas
primeras imágenes y las posteriores. Asumir la disputa por la historia y las utopías.
Más de una vez nos preguntamos en tiempo presente por el legado de Freire para
pensar a la mujer, como vimos en el módulo 2, y por su lugar en una América que pujaba
por construirse al ritmo de nuevas esperanzas, por el dolor del encierro y el exilio.
Entonces vuelven las preguntas: ¿cuáles son los alcances del enunciado niñas, niños,
adolescentes como “sujetos de derecho” en este siglo XXI? ¿Qué mundo les dejamos o
con cuál las y los recibimos? ¿Qué podemos concebir como docentes para dejar otras
marcas? En esta elección estamos asumiendo lo que fuimos capaces de construir hasta
el presente, lo que tenemos ante nuestros ojos, aquello con lo que vamos a esperar el
futuro siempre incierto, siempre con oportunidad y celebración.
Hoy, mirando hacia atrás desde mis setenta y dos años, hacia tan lejos, percibo
claramente cómo las cuestiones ligadas al lenguaje, a su comprensión, siempre
estuvieron presentes en mí. Por ejemplo, es interesante notar que la primera
influencia decisiva que recibí en ese campo, y que hoy percibo fácilmente, fue la
de Eunice Vasconcelos, ya mencionada en una de mis cartas. Eunice, mi primera
maestra profesional, la que me enseñó a “formar frases”, abre un camino (…).
(Freire, 2008b)
A modo de cierre
Finalmente, quizá sea aquí la ocasión para volver a lo que el filósofo Walter Kohan llama
la “mirada infantil” de Freire hacia el mundo, hacia los otros y sobre todo hacia él mismo.
Amorosa, esperanzada y vital, él ofrece una mirada que le permite sostener la infancia
como presente y no como falta o pasado (Kohan, 2019, p. 168). Ese es su mayor legado,
su convite.
Las y los dejamos en compañía de Freire y les proponemos que tomen notas para la
tarea final.
Les proponemos ver el siguiente documental que indaga en las primeras experiencias
de alfabetización y educación popular de Paulo Freire. Encontrarán fotos, imágenes de
archivo y fragmentos de entrevistas con él y testimonios de sus hijos y de otros
pedagogos.
Gadotti, M. (2001). La voz del biógrafo brasileño. La práctica a la altura del sueño. En
M. Gadotti y C. A. Torres (Comps.), Paulo Freire. Una biobibliografía. México:
Siglo XXI.
Kohan, W. (2019). Paulo Freire mais do que nunca. Uma biografía filosófica. Belo
Horizonte: Vestígio.
Todorov, T. (2003). La conquista de América: el problema del otro. Buenos Aires: Siglo
XXI.