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Y acá estaba yo, llegando a mi piso de dos ambiente y un baño después de que el dueño de la

empresa donde llevaba trabajando desde que me había graduado de la universidad nos
anunciara que se jubilaba, no sin antes darnos la “buena noticia” (nótese él sarcasmos) de que
se había fusionado con una gran empresa del medio: CREATIVE MS MEDIA donde trabajaba
nada más y nada menos que el reconocido xxx xxx , el hombre más guapo que había visto
nunca, con una carrera impresionante y un cuerpo más impresionante aún, lo mejor de todo
(parece que mi sarcasmo sigue vivo) que las pocas veces que nos habíamos encontrado en
eventos me había confundido no una sino tres veces o con una camarera, o con la señorita de
la limpieza o peor aún con una dama de compañía del que había sido mi jefe hasta hace solo
unas horas. Si, ¡yuju! La alegria me invadía.

Lo odio tanto y lo peor que ambos ocupábamos el mismo puesto y ahora con la fusión,
malditamente no iba a perder mi trabajo.

Brooke Moon
Que rayos pasaba conmigo, no podía decir una maldita mentira sin que mi cara no se pusiera
de color rojo y esperaba que ese hombre no se diera cuenta, sin embargo iba a disfrutar
mucho verlo todos los días apretándo la mandíbula, porque al parecer al señorito no le
gustaba que usara blusas de seda que mostrara mi ropa interior pero la tenía clara, porque
llevar lencería coqueta era lo mío.

Ian Parker

Bar swinger – de encogió de hombros - tampoco lo sabía la primera vez que vine aquí. Pensé
que todos estaban contentos de verme. No te preocupes, no sé te acercarán. Si es una pareja
le interesa, guiñan un ojo. Si le devuelves el guiño ellos vendrán y charlarán contigo.

Uno de los clientes tenía un viñedo pero el dueño era un mafioso, un maldito mafioso, cómo
rayos iba a saber yo eso, pero claro el Señor “Soy arrogante y puedo tener todo lo que quiera”
tenia que saberlo y salvarme de lo que yo no pude ver. Y si bien mi cabeza tenía claro que lo
seguíamos odiando al parecer mi cuerpo no estaba enterado de la noticia porque seguir
reaccionando a esa maldita sonrisa de engreído que tenía.

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