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La vida humana y las creencias colectivas en Julian Marias Juan Manuel Monfort Prades Univetsidad Cardenal Herrera, CEU de Castellon Resumen Ene ensayo pretend mostrar alos lctoet la propesta de Tliin Marias acerca del concepto de creenci, Como heredera de Orgs, lapropesta de Maria te encuadra en la de su maesto, toma lo esencial de Estee intenta ‘una presentaién del mismo que marque a distancia correcta entre ereeacia, uss sociales y vigeneas Palabras clave: Vida humana, estructura socal, creencias, ideas, utos sociales Abstract “This paper tree to show Tulén Maris’ propotal about th concept of elie. ‘As Ortega inert, his approach is inked and inspired by his teacher and Iie takes the essence about it, Nevertheless, he rest grt and distinguish cleanly this concept from others ike social uses, ideas, evigenciasy, et. Keywords: Haman i, toval struct, belief, ideas, social ses La intencién de este trabajo es revisar y valorar el intento de sistematiza- ‘cin que lleva a cabo Marias de la propuesta orteguiana sobre el concepto de ‘reencia. No es cuestion de hacer una exposicién precisa de los conceptos, ‘is bien nos vamos a fijar en una serie de matices para saber a qué atenernos ‘cuando hablamos de la sociologia y de la epistemologia tanto de Ortega como de Marias Se entiende este tabajo como una continuacién de uno anterior en el {que se diferenciaban los usos sociales del concepto de creencia en Ortega’. Alli se destacé que, pese al gran parecido de los conceptos, existe una diferencia T Moafor Prades, JM, “Sobre las slaciones ene Jos usos sociales y las ereencias en los “himor as de Onsps, ndova, Serie rica, ° 34, 201, pp. 173-188 249 importante, la posicién de realidad que marca el carcter de una creencia frente al de uso. En el anilisis que Javier San Martin hace de Jdeas y creencias en. Fenomenologia y cultura en Ortega’, se distinguen dos conceptos de creencia: ‘uno epistemologio-metafisico y otro mis histrico-préctico. Cada uno, después de Ideas y creencias parece seguir un rumbo diferente: el primero es lo que ‘Ortega parece llamar con propiedad creencia y, en cambio, el segundo parece {que coincide con lo que Ortega llama usos sociales en obras como El hombre y a gente. En este sentido, creo que la propuesta de Marias refuerza esta posicisn 1y su forma de plantear la propuesta Orteguiana elimina posibles malentendidos ‘a propésito de la relacién entre vigencias, creencias y usos En Introduccién a la filosofia de 1947 el diseipulo de Ortega ya intro- dujo el concepto de ereencia a propésito de la idea de verdad como autenti cidad; mas tarde dedied a la exeencia dos grandes eapitulos de La estructura social (1955), un capitulo de Razén de la filosofia (1993) y algunos trabajos ‘menores como “Las creencias y las técnicas de la comunicacién”, publicado ‘en La Espaiia real (1975). En los dos primeros, Marias hace suya la propues- ta orteguiana; en los restantes, intenta aplicarla a la problematica del ultimo ccuarto del siglo XX, En su conjunto, en la propuesta de Marias se aprecia perfectamente la distincién citada entre vigencias, usos y creencias, ademas de aportar otros matices que serén comentados y permite organizar de forma ‘mis coherente el anilisis de una estructura social en Ia linea de Ortega, el ccual, por si mismo, parece llevar a cierta confusién terminologica por Ia gran vvariedad de conceptos que utiliza: usos sociales, vigencias, creencias, ideas, creencias basicas, creencias colectivas,instancias, et. {Cuil es el fendmeno social por excelencia para Ortega? En un mismo texto como puede ser En cuanto al pacifismo (1937), en algunas ocasiones afirma que es el «uso» y en otras la «vigencian lo que exige pues una acla- racidn de ambos términos. Estas vigencias de las que habla el texto también se parecen en su formulacién a un concepto como el de cteencia, tal como cs presentado en Ideas y creencias’, por lo que la diferenciacion de estos cconceptos resulta de gran interés y parece que Marias la aborda con acierto cen La estructura social. Ver Sua Manin 1, Fenomenolgiay cultura en Orteg, Teens, Madd, 198, 5. OC IV, p 56 Lar oat completa de Ortega y Gna se stan en fnein del neva ed cin de TauusPundacicn Ortega y Gaset, 2004-2010 SOC.IV.p 518 5.Se puede ver el esumen que propone José Lasaga en Jord Ortega y Gasset (1885-1955). Vida _y floss, Bibotees Nvews, Madd, 2008,» 148, 250 XV Boltin de estos de Slosotay cultura Manuel Mindi Creencia, vigencia y uso aparecen intimamente relacionados y de cllos depende Ja comprensién de la convivencia en la sociedad. La cantidad de textos orteguianos a los que podriamos aluir es notable: En torno a Gali- eo, Historia como sistema y del imperio romano, El hombre y la gente, ete 1. Propuesta de Marias sobre el concepto de creencia Es en La estructura social donde Marias dedica més paginas al estudio de las, creencias. Para ello dedica un capitulo central del libro y, antes de abordar dicho concepto, el filésofo opta por detenerse en la idea de vigencia. Etimo- Iogicamente, vigencia o lo vigente proviene de vigens, es quod viget, lo que esti. bien vivo, lo que tiene vigor, y, en un sentido secundario, lo que esti despierto o en estado de vigilancia o vigilia. Siguiendo a Ortega, Marias afirma que en espafol su uso mas comin tiene lugar en el mundo juridico: una ley vigente es una ley que esté en vigor, ‘que tiene fuerza de ley y que, por lo tanto, obliga’. Otro uso muy comin es cel que hace referencia a cualquier realidad vigente en cuanto vigencia de una época, por ello vigencia podria ser aquello que encuentro en mi contoro social y con lo eval tengo que contar, La definicién que plantea Marias es Ia siguiente: “Vigencia es lo que esta en vigor, lo que tiene vivacidad, vigor 0 fuerza; todo aquello que encuentro en mi contorno social y con lo cual tengo ‘que contar. En este cardcter estriba el vigor de las vigencias”. Que algo sea vigente no quiere decir que yo tenga que adherirme a cllo, puedo diserepar. De hecho cuando se diserepa se puede observar la fuer- za de la vigencia, hay una resistencia, una coaccién a la que puedo plegarme © puedo rechazar a través de un esfuerzo, El caracter de lo social, de lo vi ‘gente, no es simplemente estar ahi, sino la presidn, la coaccién, la invitacién, 6, Onaga ea Bi homie yl gente an que evigzacia» provisn del league urdico, de asa ‘ey vgs, por lo qe vigeaca ex como un apastomecinico de pode (0. X, p. 220), Ea ‘eo tao, “Las opiniones pcticalres de es bose conte nS dea tespo sitll us, de 1984, sist: "Se dice gue uaa ley es Vgente cuando sus efectos no depeaden de qu Yo Ia reconoza, sno que actin y opera preecindiendo de mi adhesin, Paes lo mimo Ia creneia coleetiva para exist y uaitar Sobre al yacaso aplasame, no neceata de que y,individue eteminado, crea en ella. Si ahora acordamos, para enendemos bea lamar dogma soca al, contenido de usa crencia clectiva, estamos lites para poder contisuar nuestra medias! (.C.X,p. 319), 11 Matas, La estructura sola, Revista de Oceideste, Masi, 1972, p80. 251 Ja seduccién, es estar ahi actuando'. Lo propio de los ingredientes que com- ponen la vida colectiva es su vivacidad, su fuerza. Normalmente no somos conscientes de las vigencias, sélo se revelan cuando nos oponemos a ellas, ‘cuando discrepamos 0 cuando no son todavia realmente vigencias. Lo normal es que estemos informados y conformados por ellas de la misma forma que ccuento con la ley de la gravedad, es decir, cuento con ellas de forma pasiva. Son, en definitiva, el hecho social fundamental Las vigencias no son de caricter individual, pero ejercen su fuerza sobre los individuos. Ahora bien, mas que desde un individuo u otto, la pre- sign se ejerce desde la sociedad, Las vigencias sociales no son promulgadas ni derogadas, no son convenciones. Afirma Marias: "Las vigencias no son convencién, porque no son convenidas, no emergen de una decisién de in- dividuos: acabamos de ver que, aun en el caso de que el contenido de una Vigencia proceda de una voluntad individual, para que alcance caricter de Vigencia necesita interponer ottainstancia, igurosamente colectiva e imper- sonal, de la cual se beneficia la voluntad en euestién’®, Una imposiciéa in- dividual nunca es vigente, las vigencias se producen, mas bien, dentro de un rea determinada y suponen un dmbito social dentro del cual son vigentes. En este sentido, es necesario admitir que las vigencias tienen ciertos limites, ‘un dmbito de aceidn, Las vigencias tampoco son naturales, son especificamente sociales, ¥y esto quiere decir que son historicas. {Quién hace la presién? ,Quién da ‘vigor a las vigencias? Si buscamos alguien individual, la respuesta es nadie. Pero podemos hablar de sujetos colectivos, familia, ciculo social, amigos. {.Cémo presiona la vigencia? {De qué depende la cantidad de presién que ejerce? Depende de sus limites. Por ejemplo, en funcién del tiempo: si es una vvigencia inveterada, la represalia suele ser lenta; si la vigencia es reciente- ‘mente constfuida, la represalia suele ser fulminant Podemos distinguir diferentes tipos de vigencias: genctales, parciales © particulares. Las vigencias generales definen tna sociedad, marcan sus li mites, los cuales son flexibles y lébiles, hay muchas vigencias compartidas ‘con otras sociedades. Pueden definir una nacién y por ello se extienden @ una sociedad entera, cuentan con ella todos los individuos de la sociedad. Una {En l fando social del management europe, de 1954, was la preseatacén 6 a dea de wso ‘como una suma de comportaientoy vgencin, habla de ae vgeneas como nforcemente. Algo ‘ue ejetce una presi impositva (0. CX, p- #89). 9. Op.cit,p 88 252 XV Boletin de estos de Slosotay cultura Manuel Mindi vvigencia no define a una sociedad, pero ;cudntas vigencias se necesitan para poder hablar de una sociedad? Si bien la cuestién de la cantidad no tiene una respuesta clara, si podria concretarse la cualidad de las vigencias. De esta forma una sociedad se define por ua conjunto de vigencias bisicas que deter- zminan la conducta en sus rasgos generales, y mas concretamente la conducta, relativa a la convivencia. Sino hay vigencias comunes sobre Ia convivencia no hay sociedad. No son las mismas en todas las sociedades, no son inertes, mis bien estin muy vivas y el flujo vital proviene de un proyecto de vida colectiva, Las fronteras de una sociedad quedan trazadas por el imperio de un sistema de vigencias comunes. Las vigencias parciales corresponden a las diversas formas de organizacién de los ingredientes que componen una sociedad. Definen regiones, es decir, definen sociedades insertivas. Las vigencias particu- lares, por otra parte, son vigencias propias de grupos sociales. Pueden ser interaas, lo que significa que ejercen presién sobre los miembros de lun mismo grupo; si se quiebran, el grupo degenera, se desarticula; pero si gon muy fuertes la convivencia dentro de esa sociedad puede ponerse cen peligro, Por otra parte estin las externas, aquellas que ejercen presién centre grupos, que afectan a la relacién entre grupos al pretender afirmarse unos frente a otros En una sociedad de vigencias fuertes las discrepancias son importan- tes, son incluso exigidas, Fn una sociedad de vigencias débiles las discrepan- cias no llaman Ia atencién. También hay vigencias implicitas, las cuales son fuertes y vigorosas, no se anuncian ni enuncian, por lo que no son fécilmente catalogables a no ser que ya no estén vigentes. Y al contrario, encontramos también vigencias explicitas, cuyo vigor es mas tenue y estin formuladas, por lo que el individuo se sabe sometido a ellas. Ante las vigencias, el estado normal es de adhesion y en ocasiones corgullo, complacencia o satisfaccién (sensacién de estar en casa, 0 como pez cen el agua). El individuo se sienteligado por las vigencias,limitado por ellas. Por otra parte, puede haber repulsa continvada que degenere en vergiienza. Las vigencias en una sociedad varian segiin las generaciones y cdades (jé- vvenes 0 ancianos), y también declinan o desaparecen (por disolucién 0 por sustitucién), La estructura social es un sistema de vigencias, pero una estructura social no es una sociedad, Como dice Marfas: “la estructura social es la socie- dad menos los hombres y, por tanto, lo que de hecho hacen. Porque, en efec- to, as vigencias soa siempre para ciertos individuos, se ejercen sobre ellos, estan parcialmente constituidas por las pretensiones de estos, condicionan su 253 comportamiento, lo limitan © encawzan, pero no lo decide". Para entender tuna sociedad ajena es necesario vivir con sus hombres, asumir su vida de forma virtual o imaginarla. Hay que estudiar as vigencias funcionando real- ‘mente, interaccionando con wna pretensién humana, con ua proyecto, Para hacer esto necesitamos atender a las creencias, a las ideas y a las pretensiones ccolectivas. Con ello si tenemos tna imagen completa de la estructura social. La clave del concepto de creencia en Ortega y Gasset es que las cxeen- cias son posicién de realidad, la tesis doctorales tanto de Rafael Lorenzo como de Alba Milagro han destacado este aspecto sobradamente", ulin Marias in siste en muchas ocasiones en este preciso aspecto. Sila creencia es un tipo muy ‘concreto de vigencia, lo que la diferencia de ottas vigencias es precisamente {que est vinculada con la realidad, es decir, tiene una vertiente fundamental- ‘mente epistemoldgica o metafisica, Veamos cinco definiciones que oftece Ma- tas en La estructura social. Las cteencias “son vigencias radicales acerca de la realidad y de las cosas reales; las interpretaciones recibidas, en las cuales nos encontramos desde Iuego y que son para nosotzos la realidad misma" Las creencias “son siempre un tipo particular de vigencias: aquellas que se refieren a la interpretacién de la realidad”. Las creencias “se refieren prima- riamente al comportamiento de la realidad, las interpretaciones bisicas de lo ‘eal, justamente en Ja medida en que funcionan, en que no son pensadas como interpretaciones, eso son las creencias fundamentales”™* Las creencias “no son ‘un repertorio de respuestas a un cuestionario formal y en principio invariable, son los modos interpretativos de las realidades funcionalmente presentes en cada vida", Y, por tiltimo, las ereencias “son las formas més profundas y clementales de inclusién de las diversas realidades de la vida; son las grandes ‘nterpretaciones funcionales de lo real, de las que se echa mano, a cuenta de las ‘cuales, a crédito ~por eso son creencias— se vive" Estas cinco definiciones de ereencia responden a ese caricter de rea- lidad que Ortega queria destacar. En especial resulta interesante detenerse en. 10-0p.<%, p 119 11. VerLorengo Alguéear, Bl concepo de creencia en Ortega, Test doctoral ntl, UNED, 1999 y Milagro Pato, A, Las crencis em el proyecto metafsico de Ortega y Gase, Tesis doctoral inéita, UNED, 2016, 12 Matias, , La exructura socal, Revista de Oeedente, Madd, 1972, p. 123. 13 Op est p 125 14.0p. iP. 128, 15.p ei, p. 131 16. 0p. eit, p. 129-130, 254 XV Boltin de estos de Slosotay cultura Manuel Mindi {a Gltima, pues parte de un ejemplo de Ortega” y recupera la primera idea que Marfas asocia alas creencias en uno de sus primeros trabajos, Intraduccién 4 la flosofia, cuando se preguntaba qué puede hacer el hombre en tun mundo abierto ante el que tiene que hacer su vida en vistas de un futuro incierto que std por venir: “Como no tiene en su mano lo que necesita para vivir, no le queda otro remedio alhombre que vivir de eréito; por eso aunque no slo por eso er el hombre siempre menesteroso eindigente, La forma pimaria de ete crédito dl cual vive ellombre es litralmente, logue es creditum o crido: las creencias. Mediante cl edit, tengo lo que no tengo en realidad ahora, pevo necesito ahora para Vivi, el eréito supe la ausencia de To que tendtia que estar presente no lo esti...] Las ceensias sn, por onsiguiente, los modos normales de presencia dela inmensa mayoria de as realidades; ahora bien, hems llamado verdad a Ja presencia de las cosas mismas en auesiraeircunstancia; portant, ésta es Ja forma mis importante y general de verdad el sujet primario de la verdad son las ereencias™, Vivir a crédito significa depender; nuestra vida depende de nuestras ‘reencias; en sentido negativo implica dependencia (pender de algo), pero también tiene una vertiente positiva. También implica esperanza en que ese crédito nos saca del apuro, de la situacién radical de naufragio en la que se ‘encuentra el ser humano, La vida de cada no cuelga de las creencias y tam- Dign espera en ellas, espera seguridad, Las ercencias simplemente funcionan, no las tenemos, mis bien nos tienen, se esti en ellas. Nos sostienen, no son contenidas de nuestra vida, sino 17 Sobre a concepeidn dela vida humana como un vivir ero afr Ortega en hombre ‘ya gente; “EL bob scl viviatelectualmente xed de a woiedad en gue vive, crédito de que nose ha hecho euestén nana, Vive portant, como um aulémata de su sociedad, Sél0 ental cul puntos tome el uabajo de revi as cuentas, de somete a citi la idea reebida 1 desechara 0 readstisla”(O.C. Xp. 318) La misma idea la haba recogdo ya en Ilstoria, ‘Como stoma y del imperto romano: “La ceeniasconstyen el extto bic, el mks pein do de i argutectira de nett vida, Vivimos de ella y, por lo mismo, no solemoe pensar en tll, Pensamot en lo que noses i o menos custn, Pot eso decimioe que temo aso lat ‘as ideas. pero aoestasceencas, mis que teeta, las somos. Cabesmbolizar la vida de un hombre come us banco Fst vive acto de un encae oro gus no scl vers, que Yaee en To rofundo de cjasmetlcas ocultas en os sitanos de un cifco. Lamas elemental cata invita 1 tevidar de cuando en cuando cl estado elective de esas gaantlas damon dees ereenca, bases dl ero” (0.C. VE p. 652). 18. Matis, J, roduc ala flor, en Obra Vo. I, Revista de Oecidente, Madi, 1982, pp. 9495, 255 «que mais bien son continentes. Se las descubre por los efectos, estan detris © debajo haciendo que los hombres piensen y actien de una forma concreta. Estoy inmerso en ellas y me constituyen: “Si quiero entender qué es lo que wn hombre hace, necesito tener presente por qué y para qué lo hace; y encuentro que en vista de toda na coyuntura de circunslancias, experiencias, recursos, necesidades, proyectos; pero, ademas ‘movido a fergo por el hecho de encontrarse ~probablemente sn sabetlo~ ine- talado en una serie de ereencias basicas de las que ni siquiera se hace euestién y que son las que confieren un setido conereto a todos los elementos patentes ‘yhacen, en suma, que se encwentee en una situacign determinada y no en ofa Aistinta, que com los mismos ingredients vsibles seria igualmente posible" Reconoce Marias que la distincién entre ideas y creencias es una de las apostaciones capitales de Ortega no solo a la sociologta, sino a la meta- fisica, que es su origen. El problema que se plantea de fondo al estudiar una sociedad es el siguiente: cémo tienen que set las ereencias de una sociedad para que sus ideas y su conducta sean unas y no otras. El nico modo de ac- cceder a las ereencias es Ia historia, su carter operante se revela en el tempo. Pueden confundirse con las ideas, pues cuando el contenido de una creencia es conocido y enunciado se convierte ya en una idea; la creencia, cuando es conocida y enunciada, ya no funciona como creencia, Las ideas son fluctuantes inestables, son problemiticas, se rectifican ¥y matizan, se mueven en el émbito de la cuestién, Por otra pate, la creencia funciona como lo incuestionable, sila ponemos en tela de juicio ya esta en crisis, esti debilitindose, Frente a las ideas, las creencias tienen una cierta ‘vaguedad, La proporcin de ideas y creencias en una sociedad marca el ca- ricer de esta: si hay pocas ideas, Ia evolucién de dicha sociedad es lenta; en cambio, su predomino genera cambios muy rapidos. Ahora bien, que existan muchas ideas, no es incompatible con la existencia de unas pocas creencias y cllo genera una cierta estabilidad dentro de la progresién, Al formular las creencias tendemos a hacerlas entrar en el mundo de las ideas, a mezclatlas con ellas y a juzgarlas en cuanto a su importancia, en ‘cuanto a su solidez.y en cuanto alas conexiones entre cllas de la misma forma «que juzgamos las ideas, lo cual es un error. Distinguir las ideas de las creen- cias en estos tres aspectos es una aportacién muy valiosa de Matias. En cuanto a Ia importancia, cabe decir que las ideas destacan por su ccaricter intelectual y permiten entender lo real; en cambio, las creencias des- 19 Maias, 1, a ertructure social, Revista de Ocedente, Madd, 1972 pp. 125-126 256 XV Boltin de estos de Slosotay cultura Manuel Mindi tacan por su caricter vital, su importancia reside en la medida en que condi- ccionan la vida. En cuanto ala solidez, Marias apunta que las ideas son sélidas porque se basan en demostraciones o evidencias; por otra parte, la solidez de las ‘reencias reside en dénde se implantaa, en qué estrato o fase 0 porcion de la vvida ge implantan, En cuanto a la relacién, es necesario destacar que las conexiones en- tte las ideas son conexiones légicas (como en la ciencia); en cambio, en las ‘reencias, las conexiones son vinculos de fundamentacién vital, de vivifi caciéa, jn qué sentido pueden formar un sistema? Evidentemente no es ‘un sistema tedrico, es un sistema vital, afecta a las zonas de lo real que in- tervienen en la vida y en la proporciéa en que intervienen, Su articulacisn std sostenida por un proyecto, sélo en funcién del drama vital a que sirve € sistemitico el repertorio de las ereencias y todo proyecto se basa en un sistema estimativo, Dice Marias: “El estudio de una estructura social tiene {que incluir una determinacién de ese sistema estimativo: solo en funcién de 41 resulta comprensible lo que pasa, esto es, la marcha efectiva de la historia, Ia estraificacién social, la industealizaciéa,,.”™ apy —_ fess seis fpr Jometassice (Sten | Nie tect) cain Jatin cof vec fe fret mse J rm sean facacte 300p at pe 27 2. Las creencias en la sociedad contemporanea segiin Julién Marias La teoria expuesta en La estructura social fue aplicada por Marias para com- prender tanto la sociedad espaiiola como ottas muchas, como EE.UU., la India, Israel, ete., pues “el sistema vital —no estrictamente intelectual~ de las cteencias es el fundamento de la organizacién del mundo™'. A esta ocu- pacidn dedicé libros ¢ innumerables trabajos. En este apartado simplemente recogeremos algunas ideas sobre los cambios en las creencias que afectaban, a sociedad espaiola en el tltimo cuarte del siglo XX y que en buena me- dida son valides todavia hoy. Para ello se tendrin en cuenta especialmente dos referencias: el capitulo XVI de Razén de la filosofia, que lleva por tivulo “Prefilosofia y filosofia: el subsuelo de las creencias” y también "Las ereen- cias y as téonicas de comunicacién”, publicado en La Espaia real. De ambos ‘wabajos podemos sacar las conclusiones que siguen: 1. En Ia actualidad suftimos el enmascaramiento de las verdaderas creencias. Pata el hombre de hoy la xealidad es primatiamente lo que se dice, ‘mas que lo que efectivamente se vive. Dice Matias: “Si se trata del presente, de las creencias que estin actuando en nosottes, las dficultades son extre- madas, y no es seguro que se pueda levantar suficientemente el velo que "2, Hoy que la intexpretacién/explicacién tiene mis realidad que la percepcién para los espectadores, se vive en un mundo de palabras, escritas, pronunciadas, ofdas, etc. y si ya las ereencias estin por si ocultas, parece que las palabras las esconden més e incluso las suplantan, 2. Respecto a otra época, ha eambiado la ereencia referida al espacio y al tiempo; antes habia en las comunidades un espacio reducido, imitado, y un tiempo dilatado e inmemorial. Hoy el espacio es global, enorme y el tiempo no tiene densidad; Ia historia no condiciona la vida, se actia pensando en el presente", Respecto a otras épocas, también se puede observar un importante desplazamiento de lo natural en favor de lo técnico, Hoy lo téenico ocupa un espacio enorme en el horizonte vital de los occidentales. 3. Nuestra época esta caracterizada por tna gran cantidad de ereencias negativas", es decir, hay muchos huecos dejados por creencias antiguas que se han volatilizado 0 debilitado. Por ejemplo, parece que en la actualidad nada es importante o nada es sagrado. Parece también que en la sociedad no hay horizonte ulterior. Vivimos, por lo general, como si cl hombre en la lag ocala’ ‘Maris, 1, Razén del flbsfi, Alianza Baia, Maid, 1993, p 196. (Op. cit p. 199, Ver Op sit, p 204 258 XV Bolt de estos de Slosotay cultura Manuel Mindi immuerte fuera aniquilado, Una creencia negativa muy notable seria Ia escasez. de amor en sentido estricto en cuanto que nadie es necesario o irrenunciable para otros, Por titi, se podria destacar que no hay normas mis allé de las pactadas, Se da una creencia en la eficacia del didlogo, pero esto no trasluce zis que una creencia negativa que es la falta de confianza en la azén. 4, Una cteencia positiva muy importante hoy es la de que todo lo que ppasa en el mundo nos afecta. Hay un sentimiento oreciente de solidaridad, ‘especialmente con la naturaleza, '. Bn a actualidad se da una pasion extrema por la seguridad. 6. Una de las creencias basicas hoy es la fe en la ciencia, algo que no es nuevo, pero hoy no hay entusiasmo en ella ni esperanza en entenderla. Basta el reflejo de la misma que ofrecen los medios de comunicacién, ‘7, Una creencia fundamental en la actualidad es a ilimitacion de la técnica; nada parece imposible con ella, y esto genera una laminacién del asombro y una atrofia de la cutiosidad. Bl impacto de la técnica sobre las ‘reencias merecié en 1975 un estudio especial para Marias, del cual extra- {jo una serie de conclusiones que a dia de hoy deben tenerse en cuenta. La primera consecuencia es la aceleracign de los procesos sociales debido a la tapider de las connunicaciones y su aleance global, Las ideas se abren paso ‘con rapidez, cuando historicamente se abren paso muy Ientamente en la so- ciedad, La segunda conseeuencia es Ia homogeneidad de la sociedad a causa de lo anterior; la homogeneidad acaba con el juego interno de la fecundacién, mutua, La tercera consecuencia es que las ereencias sufren un proceso de ‘mecanizacién, tienden a una minima adaptacién y resistencia ala adversidad, tienden a ser sustituidas desde fuera y no a nacer unas de otras, lo que crea discontinuidades en las variaciones sociales, Se da asi una gran debilidad de las creencias, no tienen tiempo de arraigar. La cuarta consecuencia es que ccada vez mis las creencias funcionan como ideas y por ello son destruidas. Parece que nuestro tiempo esti haciendo el intento de vivir de ideas, aunque esto no es realmente posible. En quinto y tltimo lugar, se da como conse- ‘cuenecia la facil manipulacién del hombre actual. Afirmna Marias: “El hombre actual esti, en cambio, indefenso, sus ideas-creencias se debilitan si no son fortalecidas por la propaganda: son ficilmente reemplazadas por una nueva ‘ola de presin apoyada por los recursos técnicos™. 24. Ver Op. it 201, 25. Ver Op. cit, p.205. 26 Masig, 1, "Leas creoncasy las técnica de la comunicacién”, La Espa real, Espasa-Calpe, ‘Madi 1978, p-221 259 3. Conclusiones La comprensién de Ia vida sociales, tanto para Ortega como para Marias, un desafio que no pueden reir. Ambos desean saber a qué atenerse respecto a lavida colectiva, Para ello, en Ia filosofia de Ortega y de Marias es fandamen- tal el concepto de ereencia; ahora bien, este concepto no puede aislarse con facilidad para su comprensién de otros como vigencia, uso, idea u opinién, puesto que es en conexién con ellos come la creencia adquiere significado y profundidad. Resulta fundamental analizar las creencias de forma vinculada ‘con este campo semntico de la flosofia orteguiana, En el anilisis de la terminologia de Ortega puede verse que uso y creencia, aunque parecen coincidir en cuanto a su significado, no es asi. La creencia excede al de uso en ua sentido epistemolégico y metafisico, pues ce considerada por Ortega como posiciéa de realidad. Matias, precisamente, insiste en esa posicién de realidad del concepto de creencia y puesto que en. todo el resto de su contenido coincide con el de uso, parece preferir dejar el concepta de uso a un lado y no hacer referencia a él, précticamente no lo utiliza y queda patente c6mo en su obra La estructura social no le dedica ni un sole apartado. Marias escribe La estructura social cuando la vida de Ortega esta lle- ‘gando a su fin, Ortega ha dedicado en sus iltimos afios muchas conferencias ¥ paginas al estudio de la sociedad, en especial ha impartido el curso sobre EI hombre y la gente en el Instituto de Humanidades, fundado con Julin Marias fen el curso 1949-1950, por lo que es dificil pensar que Marias no estaba al ccomtiente de las propuestas de su maestro, Si Ortega, al final, hizo del con- ceplo de uso la piedra angular de sus anilisis sociolégicos, cuando Marias intent6 organizar la propuesta de Ortega, ¢por qué no lo utilizé en La estruc- tura social? Diferenciar entre vigencia, uso y cteencia parece que es un paso jmportante, El esquema de Marias permite distinguir entre uso y creencia y ello aclara la propuesta orteguiana, pues una cosa es lo que se hace y otra por qué se hace. En este sentido, organizar los conceptos desde la vigencia resulta muy itil. Vigencias hay muchas, creencias hay muy pocas. Ortega no procede a una orgenizacién o sistematizacién de estas ideas, mas bien las va construyendo en funcién del momento y ée los temas {que en cada momento son su preocupacién. Pese a las fisuras que podemos ‘encontrar en Ia presentacién de Marias, lo mas relevante es que busca estable- cer una buena comunicacidn con los lectores y una sistematizacién posible y razonable. Busca sobre todo orientar con su texto la vida de los ciudadanos, no penetra en las profuundidades de los conceptos y quiz puede resultar en 260 XV Boletin de etdios de Slosotay cultura Manuel Mind cocasiones superficial, aungue legible y comprensible para lectores no espe- cializados. En este sentido, sigue siendo muy interesante como lectura intro- uctoria a estos conceptos. Meditar sobre la situacién y el futuro de Espaia por un lado, y comprender el proyecto comin de los espaiioles por otro, som inquietudes esenciales en el pensamiento de Julidn Marias, En esto, pese a sus consideraciones y propuestas més personales, se mantiene en el ambito orteguiano mis auténtico. 4. Bibliografia Lasaga, J., José Ortega y Gasset (1883-1955). Vida y filosofia, Biblioteca ‘Nueva, Madrid, 2003 Lorenzo Alguézar, R,, EI concepto de creencia en Ortega, Tesis doctoral inédita, UNED, 1999. Marias, J, La estructura social, Revista de Occidente, Madrid, 1972. ‘Marias, J, “Las creencias y las técnicas de la comunicacién”, La Espaita real, Bspasa-Calpe, Madrid, 1978. ‘Matias, J, Jntroduecidn a la filosofia, en Obras Vol. Il, Revista de Oceidente, Madrid, 1982, Marias, J, Razén de la filosofia, Mlianza Esitorial, Madrid, 1993. Milagro Pinto, A., Las creencias en el proyecto metafisico de Ortega y Gas- ‘set, Tesis doctoral inédita, UNED, 2016 ‘Monfort Prades, J. M., “Sobre las relaciones entre los usos sociales y las cereencias en los tiltimos aiios de Ortega”, Endoxa, Series filoséficas, n°, 34, 2014, pp. 173-188. Ortega y Gasset, J., Obras completas, 10 Vol. Taurus/Fundacién Ortega y Gasset, 2004-2010. San Martin, J, Fenomenologia y cultura en Ortega, Tecnos, Madrid, 1998

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