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La tesis de Parménides afirma que lo que está siendo es, que hay
ser. El hecho de presentar esta certeza como un camino a recorrer su-
giere que a partir de ella un razonamiento bien orientado, metódico,
deberá explicitar su riqueza, deducir las consecuencias últimas que su-
pone su aceptación e, incluso, eventualmente, justificarla. Ya la pre-
sentación de la tesis en el fr. 2 anunciaba que era un camino para pen-
sar, y vimos que el contenido de ese pensamiento se expresaba median-
te un discurso (o, si se prefiere, una frase atributiva) en el cual la ver-
dad resultaba del tipo de predicación que se establecía entre los térmi-
nos. Vale decir que ya desde el fr. 2 (e incluso desde la presentación ale-
górica de la tesis al final del fr. 1) Parménides establece una relación
entre un "objeto", el pensamiento del mismo y su expresión por medio
del discurso.
Ahora bien: los vv. 3 y 5 del fr. 2 mostraron que este "objeto" tenía
carácter absoluto y necesario, pues su negación era imposible. Una
consecuencia se impone, entonces: el pensamiento y el discurso no po-
drán prescindir de él. Más aún: será necesario pensar y decir que sien-
do se es, que hay ser, que lo que existe, existe. Una parte del fr. 8, así
como los dos primeros versos del fr. 6, se encargan de mostrar tal ne-
cesidad.! En efecto, si nada existiese, nada habría para pensar. "Sin lo
que está siendo [eón!', dice Parménides, "no encontrarás el pensar"
1. Wiesner (1996: passim) ha demostrado fehacientemente que el fr. 3, "lo mismo es ser
y pensar", juega un rol esencial en este razonamiento, y que el mismo es "la premisa de
la teoría del conocimiento de B 2.7-8 Y de 6.1a" (p. 162). Nosotros relativizamos el valor
de este fragmento, y Wiesner tiene razón cuando dice que "el rol de B 3 en la argumen-
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tación es dejado en la más completa oscuridad por Cordero" (Wiesner, 1996: 200). La ra-
zón de nuestra desconfianza es simple: este breve texto nos ha llegado aislado de todo
contexto (véase también la opinión coincidente de Tarán, 1965: 42 y 198, quien duda en
aceptar una interpretación literal del mismo) y sólo lo hemos tenido en cuenta cuando
sus términos reaparecen unidos (y, a nuestro juicio, aclarados) en otros pasajes, especial-
mente en 8.34. Véase en p. 104 el comentario de este pasaje.
2. Véase en p. 103 la justificación de esta traducción.
3. "PephQtisménon" ("iluminado", "aclarado") en lugar de ''pephatisménon'' ("expresado").
Nosotros seguimos, como todos los intérpretes, la segunda posibilidad.
4. Esta lectura se encuentra sólo en Simplicio.
5. Esta versión está en todos los manuscritos griegos de Proclo pertenecientes, no obs-
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JJ
nónimo de "hóti en cambio, admite los dos usos normales de este tér-
,
tante, a familias muy diversas (véase Plato Latinus, ed. R. Klibansky y L. Labowsky,
1953: XXXVI), lo cual da a entender que estaba ya en el original. Ella aparece también en
la traducción latina de G. de Moerbeke (Proclus, Commentaire sur le Parménide de Pla-
ton, 1985: xxv), que se apoya en un texto ya muy antiguo. J.M. Dillon sostiene que esta
versión "tiene la ventaja de permitirnos discernir con certeza y claramente el texto grie-
go original (Proclus' Commentary on Plato's Parmenides, 1987: XLIV). El códice más im-
portante entre los que contienen esta traducción latina (Ambrosianus A 167 sup.) con-
serva en griego las citas de Parménides y la lectura "eph' hQi" aparece con claridad en el
folio 189 va (véase Proclus, Commentaire sur le Parménide de Platon, 1985, 11: 426). So-
bre el valor de este manuscrito, véase Klibansky y Labowsky (1953: XII), y C. Steel (Trad.
de G. de Moerbeke (1985) de Proclus, Commentaire sur le Parménide de Platon, 1985:
3*), para quien "el Ambrosianus es el testigo más importante de la tradición, pues es el
que más se acerca al arquetipo". Este autor afirma también que "los términos en griego
han debido encontrarse en el modelo" (ídem: 4*).
6. Por ejemplo, Od. 3.61: "Permite que cumplamos aquello por lo cual [hoúneka} estamos
acá".
7. Por ejemplo, IZ. 9.505: "Ate tiene pies ligeros; es por eso [hoúneka} que llega antes que
todas".
8. Es el caso de Conche (1996: 128), quien traduce: "el pensamiento que «hay»"; Cassin
(1999: 89): "y el pensamiento que «es»" y Gómez-Lobo (1985: 113): "y el pensamiento de
que es".
9. Véase Tarán (1965: 103): "toú heíneken significa «beca use of which»".
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8.34, como han afirmado Diels (1897: 85), K. von Fritz (1945: 237),
Wiesner (1996: 151) y otros, es "es lo mismo pensar y aquello por lo
cual hay pensamiento". Esta significación podría deducirse también
del comentario de Simplicio al pasaje 8:34-37 ("si existe eso en virtud
de lo cual el pensamiento existe, es evidente que se trata de algo inte-
ligible, pues es a causa de lo inteligible que existen el pensar y el inte-
lecto"; Phys. 144.22-24)10 y ofrecería una explicación plausible del ne-
xo causal gár que completa el pasaje. "Aquello por lo cual hay pensa-
miento" es, evidentemente, una paráfrasis de eón (o de etnai).
Los versos siguientes ofrecen las razones de esta afirmación: "Pues
sin lo que está siendo [eón) [. .. ] no encontrarás el pensar". La incógnita
se ha develado: "lo que está siendo" es sinónimo de "aquello por lo cual
hay pensamiento". Sin lo que es, pensar no tiene fundamento, pues (gár,
8.36), como observa Parménides como conclusión de este razonamiento,
sólo hay lo que está siendo (en efecto, "no existe ni existirá ninguna otra
cosa además de lo que está siendo [eón!, (8.36-37). El pensamiento está
condenado a ser pensamiento de lo que es: "Denken hei{3t: Seiendes den-
ken" (Hoffman, 1925: 8). Nada queda fuera de lo que está siendo.
Podemos agregar, entre paréntesis, que estos vv. 8.34-37 nos ofre-
cen el único contexto en el cual puede ubicarse toda interpretación po-
sible del escueto fr. 3,11 "pues lo mismo es pensar [noetn) y ser [etnai]' .12
Si comparamos este enigmático texto, palabra por palabra, con 8.34,
podemos afirmar que "pues lo mismo es pensar" (tó gar autó noetn es-
tin) en el fr. 3 equivale a "lo mismo es pensar" (tautón d'esti noeín)
(8.34); y "y ser" (te kai etnai) encuentra un eco en "y aquello por lo cual
hay pensamiento" (te kal hoúneken esti nó~ma). "Ser" es "aquello por lo
cual hay pensamiento" .13 Hay identidad entre pensar y ser, pero toda
interpretación idealista queda excluida, pues la prioridad la tiene el
ser. El hecho de ser es la causa del pensar 14 y por ello todo pensamien-
10. Sobre las citaciones de Parménides que se encuentran en Simplicio, véase A. Stevens
(1990).
11. Acerca del fr. 3, véase nota 1, en este capítulo.
12. O. Vuia (1961: 82) propuso incluso colocar el verso que constituye el fr. 3 entre 8.33
y 8.34, en tanto premisa de 8.34 ss.
13. Wiesner (1996: 162) rechaza la similitud aparente que habría entre el fr. 3 y 8.34
pues, según él, en el primer caso se trata del aspecto gnoseológico de la teoría y, en el se-
gundo, del aspecto ontológico.
14. "Eón es la conditio de noetn" (Fritz, 1945: 238). "El pensamiento implica aquello por
lo cual hay pensamiento" (Mansfeld, 1964: 85).
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15. En efecto, esta versión sostiene que, como pensar y la causa del pensamiento son lo
mismo, sin lo que es (es decir, sin la causa del pensamiento) no se encuentra el pensa-
miento, en el cual, precisamente, se expresa lo que es. Además, la prioridad del ser so-
bre el pensamiento resulta reforzada, pues si no hubiese lo que es, nada podría expre-
sarse en un pensamiento, pues el pensamiento es la expresión de lo que es.
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16. Como se sabe, Gorgias decide encaminarse polémicamente por el camino prohibido
por Parmenides y dirá que todo lo que se piensa, es (véase fr. 3 § 77-82).
17. Véase Platón, Parm. 147d: "Pronuncias cada uno de los nombres sobre algo [epí ti-
ni} ?"; Soph. 218c: "El hecho sobre el cual [eph'hó.iJ hablamos".
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expresión onomázein epí tini (<<poner un nombre sobre algo») se usa pa-
ra expresar una relación entre los nombres y la realidad".
Este mismo valor de epi más dativo está presente en el texto que
proponemos adoptar en 8.35. El participio pephatísménon hace alu-
sión al hecho de pensar (es el pensamiento lo que está expresado) y el
relativo retoma la noción de eón. La actividad intelectual es posible
gracias a lo que es, que le sirve de base y que es exhibido gracias a la
enunciación. La enunciación (légein, phatízein, phrázein) concreta el
pensar en "pensamientos" (noé.mata), pero el soporte del pensamien-
to es lo que está siendo, que es la "materia" de todo pensamiento. El
v. 8.35 pone en evidencia este hecho: el pensar se expresa (se concre-
ta) ep' ónti, "gracias" (o "a causa": epí nunca pierde su fuerza causal)18
a lo que es. Esta idea está expresada en la frase relativa "eph'hQi", que
es la lectura que proponemos adoptar. Sin lo que está siendo (aneu tou
eóntos, 8.35, al cual se refiere el relativo hQi), el pensar no existe. 19
Éste es el sentido de 8.34-36: "Pensar y aquello por lo cual hay pen-
samiento, son lo mismo; pues sin lo que está siendo, gracias a lo cual
[eph'hQiJ él está enunciado, no encontrarás el pensar".20 En otros tér-
minos: el pensar no existe sino cuando expresa algo sobre lo que está
siendo. Y como "ni hay, ni habrá, otra cosa aparte de lo que está sien-
do" (8.36-37), el pensamiento tiene un solo correlato: lo que es. Cuan-
do de lo que se piensa o de lo que dice el ser está ausente, sólo hay pa-
labras vacías, "nombres" engañadores (8.52), cuyo conjunto forma
parte de las opiniones.
Esta relación necesaria entre lo que está siendo y el pensamiento,
a la que se agregará el discurso en los vv. 6.1-2, vuelve a aparecer en
forma negativa en 8.8-9: "No es afirmable [phatónJ ni pensable [noe-
tónJ que no existe [hQs ouk éstinJ'. Una vez más, Parménides se expre-
sa sin sujeto, lo cual no debe extrañarnos: a esta altura del Poema ya
se sabe que lo único que existe es lo que está siendo, y que por eso es
necesario pensarlo y expresarlo. La negación de la tesis, que pretendía
afirmar que no existe lo que está siendo, debe ser abandonada necesa-
riamente: "Se ha decidido, por necesidad, que uno quede como impen-
18. A propósito de nuestra lectura, Stevens (1990: 48-49) afirma que "este valor causal
de epí se encuentra también en el hoúneken de 8.32 y en el tou heíneken de 8.13".
19. Sin hacer alusión a nuestra lectura del texto, Wiesner (1987, II: 187) llega a una ver-
sión bastante similar: "El pensamiento está expresado en el interior [es así como inter-
preta este autor la preposición en] del pensamiento, pues nada hay fuera del ser".
20. Un análisis más detallado de nuestra posición se encuentra en Cordero (2004: 5-13).
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21. Si bien nunca sabremos en qué orden se encontraban en el original de Parménides las
diecinueve citas que hoy consideramos "fragmentos", dado el carácter metodológico de la
presentación de su filosofia, hay textos que vienen forzosamente antes o después de otros
(véase el capítulo "Presentación de Parménides"). No caben dudas entonces de que el tex-
to llamado hoy "fragmento 6" precede al fragmento 7, y que éste continúa directamente
en el fr. 8.
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22. Nosotros hemos expuesto hace años este texto original (Cordero, 1979), pero pocos
autores nos han escuchado.
23. Un solo ejemplo será suficiente: "Questo bisogna dire et pensare ... " (G. Giannantoni,
1988: 211, n. 7). La misma construcción se encontraba ya en Diels (1903: 153) y en Corn-
ford (1933: 99).
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24. Debo esta información al profesor Leonardo Tarán quien, hace ya varios años, me pu-
so al tanto del verdadero texto del v. 6.1a. Una consulta posterior de todos los manuscri-
tos de Simplicio que contienen este texto me permitió corroborar la exactitud de su in-
formación.
25. Kahn (1988: 261) comparte el punto de vista de Karsten: el segundo tó sería conse-
cuencia de un error de un copista, que repitió el primero allí donde Parménides había
escrito te. La aplicación de este tipo de intuición a otros pasajes del Poema produciría
efectos muy curiosos ...
26. Una explicación detallada de esta tragedia filológica se encuentra en Cordero (1987b:
19-20).
27. Inexplicablemente, un año antes de esta afirmación optimista de Meijer, Wiesner
(1996: 8-18), quien estaba al tanto de nuestro restablecimiento del texto original (Wies-
ner, 1996: 10), continuaba apoyando el carácter demostrativo de tó (ídem: 8-18).
28. Cassin (1980: 54) afirmó que J. Bollack y H. Wismann fueron tentados por esta po-
sibilidad. Ambos "propusieron dar al artículo su pleno sentido demostrativo". Esta posi-
ción no llegó a concretarse, y Cassin (1995: 557, n. 9) admite hoy amablemente que, "con-
vencida por Néstor Luis Cordero, abjuro del te que retuve en Si Parménide".
29. Es verdad que es más común encontrar su uso como sujeto de verbos impersonales
infinitivos sin artículo, pero en Parménides se encuentra también la utilización, como
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que está siendo, es (eón émmenaiJ. Este contenido necesario del pensa-
miento y del discurso es la tesis de Parménides. Émmenai es la forma
eolia del infinitivo épico de etnai,30 o sea que la frase eon émmenai, en
discurso directo, tendría esta forma: eon ésti. Como ya habíamos anun-
ciado, el desnudo y aislado éstin aparece, en este fr. 6, acompañado por
su sujeto eón, "lo que es", "lo que está siendo". No se trata de una no-
vedad. Ya vimos que el único sujeto indudable posible de "es" es "lo que
está siendo", pues se impone por sí mismo, una vez que se ha captado
el alcance del "es" como tesis básica y fundamental de todo filosofar.
Pero Parménides no se limita a presentar su tesis, sino que afirma que
el pensamiento y el discurso deben admitirla necesariamente. ¿Por
qué? Porque la negación de la tesis es inconcebible, inimaginable, inex-
presable. Es la imposibilidad de admitir la negación de la tesis la que
le confiere carácter absoluto y necesario. Como nada hay que no esté
siendo, algo que no estuviese siendo sería impensable e inexpresable,
y, por ello, es necesario decir y pensar que sólo lo que está siendo es.
Parménides expone la imposibilidad de seguir el camino negativo en
los vv. 7 y 8 del fr. 2.
sujeto, de infinitivos con artículo: véase fr. 6.8, ta pélein, que es indudablemente sujeto,
coordinado a ouk einai ("ser y no ser").
30. Véase Jl. 2.249.
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31. Según este autor, Parménides habría debido escribir "nooí~s" ("pensarás") pero, pa-
ra respetar la métrica, utilizó "gnoíes" ("conocerás") (Untersteiner, 1958: CVIII, n. 28).
32. Seguimos la lectura de Simplicio en vez de ephiktón ("accesible"), transmitido por
Proclo. Sobre esta preferencia, véase Diels (1897: 67).
LA TESIS DE PARMÉNIDES, EL PENSAMIENTO Y EL DISCURSO 113
36. Esta manera de presentar las cosas excluye todo tipo de interpretación idealista,
alentada por una lectura aislada del problemático fr. 3, "ser y pensar son lo mismo". Co-
mo observara A. Levi (1927: 270), Parménides "no dice que sólo lo pensable existe, sino
que sólo lo que existe es pensable".