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HERMANOS MENORES CAPUCHINOS

NOVENA EN HONOR
A FRANCISCO DE ASIS

Escena tomada de la Tavola Bardi 1243-1257. Biografía figurada de Francisco. Nos


ofrece dos imágenes de Francisco: Francisco cuida como madre y cuida como hermano.

LA VOCACIÓN DE CUIDAR
1
2020
MOTIVACION.
La novena Franciscana para este año 2020 está perfilada sobre el tema
del “cuidado”. Las reflexiones están tomadas del libro “saber cuidar” de
Leonardo Boff y de los mensajes del Papa Francisco. La novena
Franciscana “La vocación de cuidar” busca motivar la reflexión sobre lo
que hace parte de la esencia humana, el cuidado de todo lo que vive y
existe. Esto nos define como seres provistos de sentimientos de bondad,
compasión, ternura, misericordia, y con una gran capacidad de buen
trato con todo lo que rodea al ser humano para romper así con la lógica
de la violencia, del aprovechamiento, del egoísmo y nos permita
construir un mundo mejor”
La novena se realiza para fortalecer desde la espiritualidad franciscana
la responsabilidad del cuidado, sabiendo que hay todavía sectores
descuidados como el de los pobres y marginados, los desempleados, de
los niños y los ancianos, de nuestra casa común, abandono creciente de
la sociabilidad, hay descuido de la dimensión espiritual y una
indiferencia hacia el pecador y un permisivismo del mal, que nos dice
que hacen falta guardianes de la comunidad. Unido a esto constatamos
ciertas patologías que afectan considerablemente el despliegue de
nuestro humanismo, como la negación del cuidado, que es el resultado
de un proceso de deshumanización y de embrutecimiento de las
relaciones, donde se rechaza la relación y se ahoga la capacidad de
ternura y de amor; otras son el descuido, el mal trato y el sobre
cuidado, centrados en el cuidado personal descuidamos nuestra alma y
el bien de los otros.
Por tanto, enseñados por Francisco de Asís animémonos a concretizar el
amor convertido en cuidado y atención a todo lo que existe, empezando
por el cuidado del propio nicho ecológico, porque si no cuidamos la
naturaleza, esa misma naturaleza nos atacará, sólo nos queda cuidar
todo lo que nos cuida; preocupándonos uno del otro en familia: los
cónyuges se guardan mutuamente y luego como padres, cuidan de los
hijos y con el tiempo, los hijos se convertirán en cuidadores de los
padres; concreticemos el amor en el cuidado del otro especialmente de
los más vulnerables, en el cuidado de nuestra salud, en el cuidado de
nuestra vida espiritual, en el cuidado de la salvación de los otros,
especialmente de los que han fallado y finalmente en el cuidado de

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nuestra hermana la muerte, dónde se nos preguntará sobre el cuidado
que tuvimos con el creado.
Que vuelva a estar entre nosotros ese Francisco que cuida de la
naturaleza, que llama a todos hermanos, porque la admiración que
siente por cada una de las creaturas lo lleva a cuidarlas; que vuelva el
espíritu del pobrecillo de Asís, que cuida del más pobre, que cuida la
Iglesia, humana y divina, que cuida las capillas, reconstruyéndolas o
barriéndolas, que cuida la Palabra de Dios, atendiendo que ninguna
palabra escrita sea pisoteada, ese Francisco que se preocupa de la
salvación de todos, que quiere llevarnos a todos al cielo, lo recordamos
ante el Papa pidiendo la indulgencia plenaria para quien visite un templo
franciscano.
Hermanos, que con esta novena en honor a Francisco de Asís,
recuperemos o incentivemos nuestro espíritu de guardianes de todo lo
que vive y existe, que vivamos con un sentido de cuidado, para que
vuelva a nosotros la paz y el bien.

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ORDEN DE LA NOVENA
 CANTO

 ORACION PARA TODOS LOS DIAS

Dios todopoderoso, que otorgaste a


nuestro Padre san Francisco la gracia de
asemejarse a Cristo por la humildad y la
pobreza; concédenos caminar tras sus
huellas, para que podamos seguir a tu Hijo
y entregarnos a ti con amor jubiloso. Por
Jesucristo nuestro Señor

 TEMA DEL DÍA

 símbolo

 Lectura franciscana

 Reflexión

 Actuar.

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 GOZOS

/VEN, VEN, FRANCISCO VEN,


EL MUNDO TE LLAMA QUIERE PAZ Y BIEN/

Ven, Francisco, a tus hermanos,


visita a los pobrecillos;
ven, traspasado de amor
por las heridas de Cristo;
como nueva primavera
después del invierno frío,
¡ven, Francisco!

Ven, que los hombres te vean


por el mundo peregrino:
liberado, sin alforja /
y sin dinero en el cinto;
y anuncia la paz y el bien
con los labios florecidos,
¡ven, Francisco!

Ven, con los brazos sin armas,


hermano suave y pacífico;
ven, menor de los menores,
de corazón compasivo;
profeta sin amargura,
ven con el ramo de olivo,
¡ven, Francisco!

Ven, penitente gozoso,


que lloras de regocijo;
heraldo loco de amor
y paz de los enemigos;
ven por los barrios y plazas,
juglar del perdón divino,
¡ven, Francisco!

Ven, ángel de buenas nuevas,


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háblanos de Jesucristo;
ven, boca del Evangelio,
cristiano sabio y sencillo;
hermano tan deseado,
Francisco tan bien querido,
¡ven, Francisco!.

 ORACION FINAL

Omnipotente, eterno, justo y misericordioso


Dios, danos a nosotros, hacer por ti mismo lo
que sabemos que tú quieres, y siempre
querer lo que te place, para que,
interiormente purificados, interiormente
iluminados y abrasados por el fuego del
Espíritu Santo, podamos seguir las huellas de
tu amado Hijo, nuestro Señor Jesucristo, y
por sola tu gracia llegar a ti, Altísimo, que, en
Trinidad perfecta y en simple Unidad, vives y
reinas y eres glorificado, Dios omnipotente,
por todos los siglos de los siglos. Amén.

 CANTO FINAL

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VIERNES 25
PRIMER DIA.
DIOS ES EL PRIMERO EN CUIDARNOS.
SIMBOLO: Las criaturas de las cuales Dios se sirve para cuidarnos

Omnipotente, altísimo, bondadoso Señor,


tuyas son la alabanza, la gloria y el honor;
tan sólo tú eres digno de toda bendición,
y nunca es digno el hombre de hacer de ti mención.

Loado seas por toda criatura, mi Señor,


y en especial loado por el hermano sol,
que alumbra, y abre el día, y es bello en su esplendor,
y lleva por los cielos noticia de su autor.

Y por la hermana luna, de blanca luz menor,


y las estrellas claras, que tu poder creó,
tan limpias, tan hermosas, tan vivas como son,
y brillan en los cielos: ¡loado, mi Señor!

Y por la hermana agua, preciosa en su candor,


que es útil, casta, humilde: ¡loado, mi Señor!
Por el hermano fuego, que alumbra al irse el sol,
y es fuerte, hermoso, alegre: ¡loado mi Señor!

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Y por la hermana tierra, que es toda bendición,
la hermana madre tierra, que da en toda ocasión
las hierbas y los frutos y flores de color,
y nos sustenta y rige: ¡loado, mi Señor!

Y por los que perdonan y aguantan por tu amor


los males corporales y la tribulación:
¡felices los que sufren en paz con el dolor,
porque les llega el tiempo de la consolación!

Y por la hermana muerte: ¡loado, mi Señor!


Ningún viviente escapa de su persecución;
¡ay si en pecado grave sorprende al pecador!
¡Dichosos los que cumplen la voluntad de Dios!

¡No probarán la muerte de la condenación!


Servidle con ternura y humilde corazón.
Agradeced sus dones, cantad su creación.
Las criaturas todas, load a mi Señor. Amén.

En alabanza de Cristo y del pobrecillo de Asís.


Amén

REFLEXIÓN:
Dios se sirve de las criaturas para cuidarnos, las criaturas actúan en
beneficio del ser humano.
El hermano sol nos da el día y nos alumbra.
La hermana luna y las estrellas nos guían en la noche
El aire y la nube y el cielo sereno y todo tiempo, con todos ellos nos da
sustento.
El hermano fuego ilumina la noche.
La hermana madre tierra nos sostiene y gobierna y produce frutos con
coloridas flores y hiervas.
Lo que hacen las criaturas revela el cuidado atento y premuroso que
Dios tiene por el Ser humano.
La misericordia, entendida como cuidado es considerada la característica
básica de la experiencia espiritual de Jesús de Nazaret. Él experimentó y

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anunció un Dios Padre cuya misericordia no tiene límites: “da el sol y la
lluvia a justos e injustos” y no deja de “amar a los ingratos y a los
malos”. Él es el Dios misericordioso con el hijo pródigo, con la oveja
descarriada, con la pecadora pública. Es un Padre con características de
Madre: muestra misericordia con aquellos que lo llevaron a la cruz.

CUIDAR ES: Un acto que requiere bondad, pide ser vivido con ternura,
custodiar es preocuparse y ocuparse del bien del otro.

ACTUAR. Cuidar a los que nos cuidan.

SABADO 26
SEGUNDO DIA.

EL CUIDADO DE LOS POBRES

SIMBOLO: Una Ruana o una manta.

Del Espejo de perfección

Volviendo una vez de Siena, se cruzó en el camino con pobre, y dijo a


su compañero: «Debemos dar la capa a este pobre, al cual le pertenece,
pues nosotros la hemos recibido de prestado mientras no encontráramos
otro más pobre que nosotros».

El compañero, que valoraba la necesidad del piadoso Padre, se resistía


con tenacidad a que mirara tanto al prójimo, con olvido de sí mismo.
San Francisco le dijo: «Yo no quiero ser ladrón, y por hurto se nos
imputaría si no diésemos la capa al más necesitado». Y el piadoso padre
dio la capa al pobre.

En alabanza de Cristo y del pobrecillo de Asís.


Amén

REFLEXIÓN

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En la tradición occidental, Francisco de Asís (1182-1226) es visto como
una figura ejemplar de gran irradiación. Todo en su vida está
determinado por un extremo cuidado hacia la naturaleza, los animales,
las aves y plantas, los pobres y especialmente con su amiga Clara de
Asís.

Gracias a su fina percepción, sentía un lazo de fraternidad y de


solidaridad que une a todos los seres. Con ternura, llamaba a todos
hermanos y hermanas, al Sol, a la Luna, a las hormigas y al lobo de
Gubbio. Las cosas tienen corazón y él sentía sus pulsaciones colmándose
de veneración y respeto por cada ser, por pequeño que fuera. En los
huertos, las hierbas dañinas tenían también su lugar porque, a su
manera, ellas también loaban al Creador.

En efecto, el corazón de Francisco representa un estilo de vida, la


expresión genial del cuidado, una práctica de confraternización y un
renovado encantamiento por el mundo. Recrear ese corazón en las
personas y rescatar la cordialidad en las relaciones podrá suscitar en el
mundo actual la misma fascinación por la sinfonía del universo y el
mismo cuidado con la hermana y Madre Tierra como fueron vividos de
manera paradigmática por San Francisco.

Hoy más que nunca nuestra sociedad necesita de gestos de encuentro,


de fraternidad, de misericordia. Una misericordia que nazca de la
premura del amor, sin buscar recompensa, sin esperar nada a
cambio. No son necesarios grandes gestos, son los pequeños detalles de
cada día: una sonrisa, una palabra de aliento, escuchar con cariño,
visitar o acompañar a tantas personas que están o se sienten solas…

CUIDAR ES: Una actitud de desvelo, de solicitud y de atención con el


otro.

ACTUAR: Buscar a alguien más pobre que nosotros para regalarle lo que
poseemos.

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DOMINGO. 27
TERCER DIA
EL CUIDADO DE LA IGLESIA-COMUNIDAD.
Francisco, ¿no ves que mi casa está descuidada? Anda, pues, y cuídala

SIMBOLO: Elementos de aseo y de bio seguridad

De la leyenda de los tres compañeros

A los pocos días, cuando se paseaba junto a la iglesia de San Damián, percibió en espíritu
que le decían que entrara a orar en ella. Luego que entró se puso a orar fervorosamente
ante una imagen del Crucificado, que piadosa y benignamente le habló así: «Francisco,
¿no ves que mi casa se derrumba? Anda, pues, y repárala». Y él, con gran temblor y
estupor, contestó: «De muy buena gana lo haré, Señor». Entendió que se le hablaba de
aquella iglesia de San Damián, que, por su vetusta antigüedad, amenazaba inminente
ruina. Con estas palabras fue lleno de tan gran gozo e iluminado de tanta claridad, que
sintió realmente en su alma que había sido Cristo crucificado el que le había hablado.

En alabanza de Cristo y del pobrecillo de Asís.


Amén

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REFLEXION:

 Cuando el hombre falla en esta responsabilidad cuando no nos


preocupamos por la creación y por los hermanos entonces gana
terreno la destrucción, la Iglesia amenaza ruina y el corazón se
queda árido.
 “La vocación de custodiar no sólo nos atañe a nosotros, los
cristianos, sino que tiene una dimensión que antecede y que es
simplemente humana, corresponde a todos. Custodiar es tener
respeto por todas las criaturas de Dios y por el entorno en el que
vivimos. La vocación de custodiar implica cuidar a la gente, el
preocuparse por todos, por cada uno, con amor, especialmente
por los niños, los ancianos, quienes son más frágiles y que a
menudo se quedan en la periferia de nuestro corazón” “añado: el
preocuparse, el custodiar, requiere bondad, pide ser vivido con
ternura. En san Francisco se percibe una gran ternura y una
capacidad de atención, de compasión, de verdadera apertura al
otro, de amor.
 Si nos acercamos a la naturaleza y al ambiente sin esta apertura
al estupor y a la maravilla, si ya no hablamos el lenguaje de la
fraternidad y de la belleza en nuestra relación con el mundo,
nuestras actitudes serán las del dominador, del consumidor o del
mero explotador de recursos, incapaz de poner un límite a sus
intereses inmediatos. En cambio, si nos sentimos íntimamente
unidos a todo lo que existe, la sobriedad y el cuidado brotarán de
modo espontáneo. [LS, 11].

CUIDAR ES: Es preocupación e inquietud, porque el que tiene cuidado se


siente afectivamente implicado y ligado al otro.

ACTUAR. Reconstruir la vida comunitaria desde el cuidado de todos y de


todo.

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LUNES 28
CUARTO DIA

El CUIDADO DE LAS NECESIDADES DE LOS OTROS.

SIMBOLO. Pan y un corazón.

De la Regla no Bulada de san Francisco

“Y manifieste confiadamente el uno al otro su propia necesidad, para que éste le


encuentre lo necesario se lo proporcione. Y cada uno ame y nutra a su hermano,
como la madre ama y nutre a su hijo...” (Rnb.IX, 10-11)

En alabanza de Cristo y del pobrecillo de Asís.


Amén

REFLEXION

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La esencia humana no se encuentra en la inteligencia, en la libertad ni
en la creatividad, sino básicamente en la capacidad de cuidar.

La capacidad para sentirse afectado por el otro, de implicarse en su vida


sin poseerlo ni humillarlo, son los contenidos normativos de toda
relación fraterna. Admitir la prioridad de la bondad y del cuidado,
cuyo fundamento para Francisco es la bondad original de Dios,
impulsa un nuevo modo de vivir las relaciones interpersonales,
que renuncia a todo tipo de poder y dominación, de reducción del
otro a un objeto sin historia ni sentimientos. Admitir la prioridad
del cuidado hace que todo encuentro humano tenga valor y sea
posible la convivencia.

Veamos la actitud de Los apóstoles ante la necesidad de los otros:

Al atardecer, los discípulos se acercaron y le dijeron: “Este es un lugar


desierto y ya se hace tarde; despide a la multitud para que vaya a las
ciudades a comprarse alimentos”. Pero Jesús les dijo: “No es necesario
que se vayan, denles de comer ustedes mismos”. Ellos respondieron:
“Aquí no tenemos más que cinco panes y dos pescados”. Mt 14, 13-21

Nos queremos desentender de ese compromiso que tenemos unos con


otros de cuidarnos, queremos dejárselo todo al comercio, al dinero y
quedarnos con nuestra provisión personal. Es así como renunciamos a
nuestra capacidad de cuidar que es nuestra esencia.

CUIDAR ES: Dar un salto a formas más cooperativas de


convivencia.

ACTUAR. Llevar alimentos a una familia necesitada.

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MARTES 29
QUINTO DÍA
EL CUIDADO DE LA SALVACION DEL HERMANO

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SIMBOLO: Linterna, Binoculares.
De la Regla no Bulada de san Francisco

“Y recuerden los ministros y siervos que dice el Señor: No vine a ser


servido sino a servir, y que, al haberles sido confiados el cuidado de las
almas de los hermanos, tendrán que dar cuenta de ellas...

REFLEXIÓN

Desde los orígenes, con Caín y Abel la fraternidad es una preocupación


de la Palabra. La despreocupación por el otro, la falta de solidaridad, el
entender la vida en soledad es no haber captado que no se puede ser
feliz solo. Esa manera de vivir no está lejos de nuestras expresiones:
“yo no me meto en la vida de nadie. Allá él”, “quien soy yo para
meterme en la vida de nadie”, “¿qué puedo hacer yo ante esta situación
a escala mundial?”, que denotan falta de compromiso. Somos capaces
de juzgar a todo el mundo y ver sus males y e identificar a “los malos”,
pero nos cuesta meternos en el rio de la vida, prefiriendo sentarnos en
la orilla, ver pasar las aguas turbulentas, pero vivir incontaminados y
que nadie nos toque.

En las comunidades siempre hay un cuidador, que guarda la comunidad,


los demás pueden descansar, trabajar, pero cuando escuchen la voz del
cuidador, todos deben acudir para salvar la comunidad, y si alguien no
lo hace está perdido; perdido personalmente. Dios es el guardián de
Israel (según el salmo 121), pero necesita a los cuidadores como
centinelas para llamar y alertar a cada miembro de la comunidad . La
vida espiritual y el alma de cada hermano necesita ser cuidadas. Por
eso, una comunidad sin cuidadores está llamada a enquistarse en el
pasado y a morir.

Vigilamos mucho el bienestar material de los hermanos, pero podemos


correr el peligro de descuidar el alma de ellos. Somos deudores del
amor y a cada uno se nos pedirá cuentas de los hermanos que hemos
cuidado o descuidado.

CUIDAR ES: Sentirse responsable de la salvación de los otros

MIERCOLES 30
SEXTO DIA.

EL CUIDADO DE LA PAZ Y EL BIEN


SIMBOLO: Francisco y el lobo
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De las florecillas de san Francisco.

En el tiempo en que San Francisco moraba en la ciudad de Gubbio, apareció en la comarca


un grandísimo lobo, terrible y feroz, que no sólo devoraba los animales, sino también a los
hombres; hasta el punto de que tenía aterrorizados a todos los habitantes, porque
muchas veces se acercaba a la ciudad. Todos iban armados cuando salían de la ciudad,
como si fueran a la guerra; y aun así, quien topaba con él estando solo no podía
defenderse. Era tal el terror, que nadie se aventuraba a salir de la ciudad.

San Francisco, movido a compasión de la gente del pueblo, quiso salir a enfrentarse con el
lobo, desatendiendo los consejos de los habitantes, que querían a todo trance disuadirle.
Y, haciendo la señal de la cruz, salió fuera del pueblo con sus compañeros, puesta en Dios
toda su confianza. Como los compañeros vacilaran en seguir adelante, San Francisco se
encaminó resueltamente hacia el lugar donde estaba el lobo. Cuando he aquí que, a la
vista de muchos de los habitantes, que habían seguido en gran número para ver este
milagro, el lobo avanzó al encuentro de San Francisco con la boca abierta; acercándose a
él, San Francisco le hizo la señal de la cruz, lo llamó a sí y le dijo:

¡Ven aquí, hermano lobo! Yo te mando, de parte de Cristo, que no hagas daño ni a mí ni a
nadie. ¡Cosa admirable! Apenas trazó la cruz San Francisco, el terrible lobo cerró la boca,
dejó de correr y, obedeciendo la orden, se acercó mansamente, como un cordero, y se
echó a los pies de San Francisco. Entonces, San Francisco le habló en estos términos:

Hermano lobo, tú estás haciendo daño en esta comarca, has causado grandísimos males
maltratando y matando las criaturas de Dios sin su permiso; y no te has contentado con
matar y devorar las bestias, sino que has tenido el atrevimiento de dar muerte y causar
daño a los hombres, hechos a imagen de Dios. Por todo ello has merecido la horca como
ladrón y homicida malvado. Toda la gente grita y murmura contra ti y toda la ciudad es
enemiga tuya. Pero yo quiero, hermano lobo, hacer las paces entre ti y ellos, de manera
que tú no les ofendas en adelante, y ellos te perdonen toda ofensa pasada, y dejen de
perseguirte hombres y perros.

Ante estas palabras, el lobo, con el movimiento del cuerpo, de la cola y de las orejas y
bajando la cabeza, manifestaba aceptar y querer cumplir lo que decía San Francisco. Díjole
entonces San Francisco:

Hermano lobo, puesto que estás de acuerdo en sellar y mantener esta paz, yo te prometo
hacer que la gente de la ciudad te proporcione continuamente lo que necesitas mientras
vivas, de modo que no pases ya hambre; porque sé muy bien que por hambre has hecho
el mal que has hecho. Pero, una vez que yo te haya conseguido este favor, quiero,
hermano lobo, que tú me prometas que no harás daño ya a ningún hombre del mundo y a
ningún animal. ¿Me lo prometes?
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El lobo siguió viviendo dos años en Gubbio; entraba mansamente en las casas de puerta
en puerta, sin causar mal a nadie y sin recibirlo de ninguno. La gente lo alimentaba
cortésmente, y, aunque iba así por la ciudad y por las casas, nunca le ladraban los perros.
Por fin, al cabo de dos años, el hermano lobo murió de viejo; los habitantes lo sintieron
mucho, ya que, al verlo andar tan manso por la ciudad, les traía a la memoria la virtud y la
santidad de San Francisco.

En alabanza de Cristo y del pobrecillo de Asís.


Amén

REFLEXIÓN: El origen de tanto mal está en la falta de cuidado, el lobo


no tenía lo necesario para vivir lo que lo llevó a hacer tanto daño.
Cuando tuvo lo necesario y el pueblo y el lobo se perdonaron
mutuamente volvió la paz a la comunidad. Esto mismo lo cuenta la
canción titulada “Hermano lobo” de Cesareo Gabaraín, dice:
¿Por qué te volviste lobo? Tal vez no te amé bastante.
¿Por qué te volviste lobo? Tal vez no te supe amar.

¿Por qué nos odias tanto? Tal vez yo te odié primero.


¿Por qué nos acosas fiero? Tal vez te enseñé a acosar.

¿Por qué vives en tinieblas? Tal vez te negué mi lumbre,


y toda tu pesadumbre nació de mi crueldad.

Nos habla de cuán importante es el cuidado y de cuanto tenemos


descuidado el amor, por esto nos invita a reconocer que no amamos
bastante o amamos mal, que nuestro descuido es prácticamente odio
hacia los demás, que si hay gente que vive en la oscuridad es porque les
negamos o no les ofrecemos la luz del evangelio y que toda la
pesadumbre nace de nuestro descuido que es en sí crueldad. En
conclusión el cuidado trae paz.

CUIDAR ES: Custodiar a la gente, el preocuparse por todos,


por cada uno con amor, para cuidar la paz.

ACTUAR. Ser instrumentos de paz.

JUEVES 1
DIA SEPTIMO
EL CUIDADO DE LA VIDA ESPIRITUAL.

18
SÍMBOLO: Una biblia.

De la Regla no Bulada de san Francisco.


9
Todos los hermanos, por consiguiente, guardémonos de toda soberbia y
vanagloria. 10Y protejámonos de la sabiduría de este mundo y de la prudencia de
la carne (Rom 8,6). 11Pues el espíritu de la carne quiere y se esfuerza mucho en
tener palabras, pero poco en las obras; 12y no busca la religión y santidad en el
espíritu interior, sino que quiere y desea tener una religión y santidad que
aparezca exteriormente a los hombres. 14Por el contrario, el espíritu del Señor
quiere que la carne sea mortificada y despreciada, vil y abyecta. 15Y se aplica con
empeño a la humildad y la paciencia y a la pura y simple y verdadera paz del
espíritu. 16Y siempre desea, sobre todas las cosas, el temor divino y la sabiduría
divina y el amor divino del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.

REFLEXIÓN.

Existen quienes se resignan y dejan de buscar mejoras para la condición


humana (y espiritual). Se entregan a la gravedad que empuja hacia
abajo y a la comodidad de quien desciende por una ladera. Ellos se
encuentran, por lo general, tristes porque perdieron el entusiasmo y la
alegría de vivir. De esta resignación al cinismo hay apenas un paso.

Cuidar del espíritu significa cuidar de los valores que imprimen un


rumbo a nuestra vida y de las significaciones que generan esperanza
más allá de nuestra muerte. Cuidar del espíritu implica colocar los
compromisos éticos por encima de los intereses personales o colectivos.
Cuidar del espíritu demanda alimentar la brasa interior de la
contemplación y la oración para que nunca se apague. Significa, en
especial, cuidar de la espiritualidad experimentando a Dios en todo y
permitiendo su permanente nacer y renacer en el corazón. Entonces,
podremos prepararnos con serenidad y jovialidad para la última travesía
y el Gran Encuentro.

CUIDAR ES: Vigilar sobre nuestros sentimientos, nuestro


corazón, porque ahí es de donde salen las intenciones buenas y
malas, las que construyen y destruyen.

ACTUAR. Vigilar sobre nuestros sentimientos.


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MIERCOLES 2
OCTAVO DÍA.
EL CUIDADO DE LA AMISTAD

20
SIMBOLO: la palabra LEALTAD

De las admoniciones de san Francisco.


Bienaventurado el siervo que ama y respeta tanto a su hermano cuando está
lejos de él, como cuando está con él, y no dice nada detrás de él, que no pueda
decir con caridad delante de él. Adm 25.
En alabanza de Cristo y del pobrecillo de Asís.
Amén

REFLEXION
Francisco nos deja entrever aquí, que cuando no está presente el hermano se vulnera muchas
veces este amor respetuoso con duras murmuraciones o con rigurosos juicios y condenas; los
cristianos, las comunidades religiosas, no somos una excepción en ese modo de actuar. ¡Tal
vez por eso nos advierte aquí Francisco expresamente sobre este punto! En todo caso, y no
obstante su sobriedad de expresión, esta palabra de amonestación es una maravillosa
indicación del camino que conduce a un amor fraterno auténtico, hecho vida y realidad: «Que,
como yo os he amado, así os améis también vosotros los unos a los otros» (Jn 13,34). Y este
mandamiento tiene vigencia de modo especial cuando hablamos de los demás, sobre todo en
su ausencia. Así es como se abate y remueve uno de los principales obstáculos para amar a
Cristo en nuestros hermanos. Así puede desplegarse en nuestras comunidades, con libertad y
sin obstáculos, el amor de Cristo que habita en nosotros. Un amor cultivado y desarrollado de
este modo, actualiza en medio de nosotros, de manera real y eficaz, un fragmento del Reino
de Dios. Y éste existe sólo cuando hay una actitud correcta de unos con otros. Más todavía: el
Reino de Dios existe precisamente donde se da esa actitud en los encuentros y relaciones de
cada día, y en los que muchas veces no caemos en la cuenta que son lugar de la actualización
y presencia del Reino de Dios.

CUIDAR ES: Vivir con sinceridad las amistades, que son un


reciproco protegerse en la confianza, en el respeto y en el bien

ACTUAR: Proteger a los amigos. Ser amigos de todos.

JUEVES 3
NOVENO DÍA

CUIDAR LA MUERTE

21
TRÁNSITO DE SAN FRANCISCO DE ASÍS

MONICIÓN.

En la muerte se da el verdadero nacimiento del hombre, que implota y


explota hacia dentro de su plena identidad. El cristianismo llama
“resurrección” a ese momento de absoluta realización. La resurrección
es mucho más que reanimar un cadáver y regresar al hombre a su vida
anterior: es la plena concretización de las potencialidades presentes en
el ser humano.

El sentido que damos a la vida depende del sentido que damos a la


muerte. Si la muerte es el fin último, entonces de poco valen tantas
luchas, empeño, sacrificio y cuidados. Pero si la muerte es el fin-meta-
alcanzada, entonces vivir es un peregrinar hacia la fuente. La muerte
pertenece a la vida, representa el modo sabio que la propia vida
encontró para llegar a una plenitud negada en este universo, demasiado
pequeño para su impulso y demasiado estrecho para su ansia de
infinitud. Porque sólo el Infinito puede saciar una sed infinita.

Hermanos: Sean todos bienvenidos. Una vez más nos reunimos para
celebrar la pequeña pascua de San Francisco, como una resonancia
humilde y ejemplar de la Pascua de Jesús: el Transito de Francisco el
pobre de Asís. Que esta celebración renueve nuestro seguimiento de
Jesús, unidos a la mano fraternal de Francisco.

CANTO DE ENTRADA:

LECTOR 1: Cada momento de nuestra vida debe ser un paso hacia


nuestra pascua definitiva. En muchas personas se realizó la Pascua de
Jesús de forma ejemplar. San Francisco vivió este momento con el
mismo espíritu de Jesús, su único Señor, como la total entrega en la
voluntad de Dios. Vamos ahora a revivir los últimos pasos del Santo en
el tramo final de su vida.

LECTOR 2: Era la primavera de 1226. Francisco está en Siena, donde se


sometió a una dolorosa operación de oídos. Su precaria salud se debilita
alarmantemente. Emprende el retorno a Asís. El obispo Guido lo

22
hospeda en su palacio. Francisco contaba 45 años, pero la austeridad de
vida, las enfermedades y, desde hacia dos años, las Santas Llagas,
habían extremado su debilidad. Cuando el médico le manifiesta la
gravedad de su estado, Francisco responde con serenidad:

FRANCISCO: ¡Bienvenida, mi hermana muerte!"

LECTOR 2: Y suplica que lo trasladen a su querida capilla de la


Porciúncula, porque decía que desde una choza se sube mejor al cielo.

LECTOR 1: Apoyado en sus compañeros, Francisco baja por las


empinadas y tortuosas calles de Asís hacia la ermita de Santa María de
los Ángeles. Ya en las afueras Francisco pidió que se detuvieran y lo
colocaran de cara a la ciudad de Asís, que sus ojos casi ciegos no
alcanzaban a ver. Y alzando con dificultad su mano llagada, bendijo a su
ciudad nativa con estas palabras:

FRANCISCO: ¡Bendita seas del Señor, ciudad santa, ya que por ti se


salvarán muchas almas y en ti habitarán muchos siervos de Dios!

LECTOR 1: Llegados a la Porciúncula, Francisco, tendido en el suelo y


recostado sobre unas mantas, fue bendiciendo a cada uno de los
hermanos y hermanas allí presentes, imponiéndoles las manos sobre la
cabeza.

LECTOR 2: Después, Francisco pidió que, por fidelidad a la santa


Pobreza, le tendieran desnudo sobre la tierra, pero el hermano
Guardián, compadecido, lo exhortó a que por obediencia aceptase el
hábito como prestado. El Pobrecillo una vez más obedeció. Cubrió la
llaga del costado con la mano izquierda, fue posando lentamente su
débil mirada sobre cada uno de los hermanos que le rodeaban
entristecidos.

LECTOR 1: Caía la tarde. El recuerdo de la Cena del Señor se avivó en la


memoria de Francisco. Pidió que le trajeran un panecillo, lo bendijo, lo
fue partiendo en pedazos y entregando un trozo a cada uno. Francisco
23
recuerda la Pasión de Jesús y ruega que le lean su pasaje predilecto del
Evangelio de San Juan.

LECTOR 2: Escuchamos este pasaje del Evangelio. Nos ponemos en pie.

LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN JUAN.


Era la víspera de la fiesta de la Pascua. Jesús sabía que le había llegado
la hora de dejar este mundo para ir a reunirse con el Padre. Él siempre
había amado a los suyos que estaban en el mundo, y así los amó hasta
el fin.
El diablo ya había metido en el corazón de Judas, hijo de Simón
Iscariote, la idea de traicionar a Jesús. Durante la cena, Jesús, sabiendo
que había venido de Dios, que volvía a Dios y que el Padre le había dado
toda autoridad, se levantó de la mesa, se quitó la ropa exterior y se
puso una toalla a la cintura.
Luego vertió agua en una palangana y comenzó a lavar los pies de los
discípulos y a secárselos con la toalla que llevaba a la cintura.
Cuando iba a lavar los pies a Simón Pedro, este le dijo: –Señor, ¿vas tú
a lavarme los pies? Jesús le contestó: –Ahora no entiendes lo que estoy
haciendo, pero más tarde lo entenderás. Pedro dijo: –¡Jamás permitiré
que me laves los pies! Respondió Jesús: –Si no te los lavo no podrás ser
de los míos. Simón Pedro le dijo: –¡Entonces, Señor, no solo los pies,
sino también las manos y la cabeza!
Pero Jesús le respondió: –El que está recién bañado no necesita lavarse
más que los pies, porque todo él está limpio. Y vosotros estáis limpios,
aunque no todos. Dijo: “No estáis limpios todos”, porque sabía quién le
iba a traicionar. Después de lavarles los pies, Jesús volvió a ponerse la
ropa exterior, se sentó de nuevo a la mesa y les dijo: –¿Entendéis lo
que os he hecho? Vosotros me llamáis Maestro y Señor, y tenéis razón
porque lo soy. Pues si yo, el Maestro y Señor, os he lavado los pies,
también vosotros debéis lavaros los pies unos a otros. Os he dado un
ejemplo para que vosotros hagáis lo mismo que yo os he hecho.
Palabra del Señor.

LECTOR 2: Vamos ahora a guardar silencio y a reflexionar sobre nuestra


actitud a la hora de cuidar y ser cuidado. (Se coloca la jofaina a los pies
de Francisco)
24
REFLEXIÓN: Cuidar de nuestra muerte es ocupar la vida en dar
descanso y alivio a los pies del prójimo tras la fatiga del camino.
Mostrarle al otro que es merecedor de una dignidad profunda, sea cual
sea su situación. Invertir los rangos y categorías. Acariciar los
cansancios. Despojarse uno de pompas y honras, de títulos y méritos,
para vestirse la toalla de quien está dispuesto a cuidar del otro.

Es lo que haces tú, un Dios hecho hombre, un hombre que refleja Dios,
y ese gesto genera sorpresa e incomprensión, resistencia y miedo.
¿Quién va a abrazar hoy esta lógica absurda? ¿Por qué hacerse pequeño
y no grande? ¿Por qué agacharse para cuidar del sencillo?

Francisco se hizo hermano de la muerte y cuido de ella, para que lo


encontrara abrazando esta lógica de Jesús, de hacerse pequeño para
cuidar al otro, y también cumpliendo la voluntad de Dios y así no probar
la muerte de la condenación.

Cuidar de nuestra muerte es dedicar la vida al servicio de los demás


dejando a un lado nuestras pretensiones y orgullos; Cuidar de nuestra
muerte es dejarnos lavar los pies, evitando así la autosuficiencia y los
individualismos que perjudican a comunidad.

CANTO:

LECTOR 1: La lectura del pasaje del lavatorio siempre provocaba en


Francisco lágrimas de compasión. Ahora, al evocar la muerte de Jesús y
sentir tan próxima la suya propia, esboza una dulce sonrisa y habla así a
los hermanos:

FRANCISCO: No os pongáis tristes, hermanos. Ahora que nuestro señor


tiene a bien llamarme a su lado, alegrémonos y démosle gracias todos
juntos, como hicimos tantas veces durante estos años. Hermano León,
ovejita de Dios, comienza a recitar el Cántico de las criaturas, que yo
humildemente compuse en la choza de San Damián ¿lo recuerdas,
Hermano León?
LECTOR 2: Y el sencillo fray León y los demás compañeros, alzando los
brazos, comenzaron a desgranar los versos del Cántico del Hermano

25
Sol. Escuchemos. (Se van poniendo objetos que hagan referencia al
Cántico)

Omnipotente, Altísimo, Bondadoso Señor,


tuyas son las alabanzas, la gloria, y el honor;
tan sólo Tú eres digno de todo bendición
y nunca es digno el hombre de hacer de Ti mención.

Loado seas por toda criatura, mi Señor,


y en especial loado por el hermano sol,
que alumbra y abre el día y es bello en su esplendor,
y lleva por los cielos noticias de su autor.
Y por la hermana luna, de blanca luz menor,
Y las estrellas claras, que tu poder creó
tan limpias, tan hermosos, tan vivas como son,
y brillan en los cielos, ¡loado, mi Señor!

Y por la hermana agua, preciosa en su candor,


que es útil, casta, humilde: ¡loado, mi Señor!
Por el hermano fuego, que alumbra al irse el Sol,
y es fuerte, hermoso, alegre: ¡loado, mi Señor!

Y por la hermana tierra que es toda bendición,


por la hermana madre tierra, que da en toda ocasión
las hierbas y los frutos y flores de color
y nos sustenta y rige: ¡loado, mi Señor!

Y por los que perdonen y aguantan por tu amor


los males corporales y la tribulación:
¡felices los que sufren en paz con el dolor,

26
porque les llega el tiempo de la coronación!

FRANCISCO: No, hermanos; todavía no digáis amén. Hermano León, te


ruego que escribas los últimos versos que ahora Nuestro Señor se dignó
inspirarme.

LECTOR 2: Y fray León, con mano temblorosa, escribió estos últimos


versos al dictado, de Francisco:

FRANCISCO: Y por la hermana muerte: ¡loado, mi Señor!


Ningún viviente escapa de su persecución;
¡ay si en pecado grave sorprende al pecador!
¡Dichosos los que cumplen la voluntad de Dios!
¡No probarán la muerte de la condenación!

LECTOR 2: Así quedaba terminado el Cántico de las criaturas, Cántico de


la Fraternidad Universal, Himno a la Vida, al Amor, a la misma Muerte
como parte de esa misma fraternidad, ¡como la última hermana del
hombre!

LECTOR 1: Se hizo un silencio denso y sereno. El Cántico de las


Criaturas parecía resonar en toda la creación con ecos de gratitud hacia
su interprete y cantor. Después el mismo Francisco comenzó a recitar el
salmo 141. Los hermanos le acompañaron en el rezo. Leemos juntos
este salmo.

LECTOR 2: Finalizado el salmo, el rostro de Francisco quedó inmóvil


como en actitud contemplativa. Los Hermanos tendieron su cuerpo en el
suelo. La choza se fue llenando de un silencio profundo, trascendente.
Francisco se durmió en su Señor. Su nueva vida se encendía en el Cielo.
Cumplidos en él todos los misterios de Cristo, voló felizmente a Dios.

LECTOR 1: Guardamos silencio. (Se apagan las luces)

27
CANTO:

LECTOR 1: (Se coloca y enciende una antorcha o cirio) En nuestra


oscuridad surge una luz y a partir de ella, las personas y los objetos
adquieren su verdadera forma, luz que da paso a la esperanza, porque
Cristo resucitado y el mismo Francisco, convierten nuestra tiniebla en
luz, cada luz que se enciende comunica una nueva esperanza porque
nos dan la posibilidad de comenzar una nueva vida.

De la antorcha o cirio se van encendiendo nuevas luces, las de todos los


participantes, pasándose la llama de uno a otro. Mientras cantamos “Sal
y luz”.

LECTOR 2: Los hermanos, frailes y seglares que habían ido llegando a la


Porciúncula, se arrodillaron junto al cuerpo del Santo y rezaron todos el
Padrenuestro. Así, lo hacemos también nosotros: Padre nuestro...

CANTO:

Lo visitan los hermnos: Sol, luna, agua, fuego, lobo,


Procesión con el cuerpo de san Francisco

CELEBRACIÓN CAMPESINA

28
CELEBRACION CAMPESINA

BENDICIÓN DE ANIMALES Y
PLANTAS

1. CANTO DE ENTRADA.

Presidente: En el Nombre del Padre del Hijo y del


Espíritu santo

P. Dios que es admirable en todas sus obras,


esté con todos ustedes.

ACTO PENITENCIAL“Usemos misericordia con nuestra casa común”.

MONITOR 1: Francisco manifestó el amor enamorado que sentía por todas las
criaturas: “abraza todas las cosas con indefectible y afectuosa devoción y les
habla del Señor y les exhorta a alabarlo. Deja que los candiles, las lámparas y
las candelas se consuman por sí, no queriendo apagar con su mano la claridad
que le era símbolo de la Palabra de Dios. Anda con respeto sobre las piedras
por consideración al que se llama Piedra...A los hermanos que hacen leña
prohíbe cortar del todo el árbol, para que le quede la posibilidad de echar
brotes. Manda al hortelano que deje a la orilla del huerto franjas sin cultivar
para que a su tiempo el verdor de las hierbas y la belleza de las flores
pregonen la hermosura del Padre de todas las cosas. Manda que se destine
una porción del huerto para cultivar plantas que den fragancia y flores para
que recuerden a cuantos las ven la fragancia eterna. Recoge del camino los
gusanillos para que no los pisoteen.” esta actitud de francisco pone de
manifiesto la relación existente entre él mismo y la naturaleza, a la que
considera como una obra de Dios.

MONITOR 2: Bendigamos a Dios, que con su omnipotencia creo la tierra y con


su providencia la enriquece, y la dio a los hombres para que la cultivasen y de
ella sacaran los frutos con sustentar su vida.

Al mismo tiempo que damos gracias por su generosidad, aprendamos


también, según las palabras del evangelio, a buscar sobre todo el reino de Dios
y su justicia, ya que entonces todo lo que necesitemos se nos dará por
añadidura

Escudemos ahora, hermanos la Palabra de Dios.


29
DEL LIBRO DEL GÉNESIS. Gn 1, 1-31

Al principio creo Dios el cielo y la tierra. Y Dijo Dios: Verdee la tierra hierba
verde que engendre semilla, y árboles frutales que den fruto según su especie
y que lleven semilla sobre la tierra.”

Así fue. La tierra brotó hierba verde que engendraba semilla según su especie,
y árboles que daban fruto y llevan semilla según su especie. Y vio Dios que
era bueno. Y dijo Dios: miren les entrego todas las hiervas que engendran
semilla sobre la faz de la tierra y todos los árboles frutales que engendran
semilla les servían de alimento; y a todas las fieras de la tierra, a todas las
aves del cielo, a todos los reptiles de la tierra, y a todo ser que respira la
hierba verde les servirá de alimento. Y así fue. Y vio Dios todo lo que había
hecho; y era muy bueno.

PALABRA DE DIOS....

SALMO RESPONSORIAL

LOADO SEAS MI SEÑOR POR TODAS TUS CREATURAS

Altísimo, omnipotente, buen Señor:


Tuyas son las alabanzas, la gloria y el honor y toda bendición;
A Ti solo, Altísimo, convienen
y ningún hombre es digno de hacer de Ti mención.

R. LOADO SEAS MI SEÑOR POR TODAS TUS CREATURAS

Loado seas, mi Señor, con todas tus creaturas,


Especialmente por el señor hermano SOL
el cual nos trae el día y por el cual nos iluminas,
y es bello y radiante con gran esplendor
de Ti Altísimo lleva significación.

30
R. LOADO SEAS MI SEÑOR POR TODAS TUS CREATURAS

Loado seas mi Señor, por la hermana LUNA.


Y las estrellas: en el cielo las has formado
Claras, preciosas y bellas
Loado seas mi Señor por el hermano VIENTO,
Y por el AIRE, y el NUBLADO, y el SERENO,
Y todo tiempo, por el cual a tus creaturas das el sustento.

R. LOADO SEAS SEÑOR POR TODAS TUS CREATURAS

Loado seas, mi Señor, por la hermana AGUA,


La cual es muy útil, y humilde y preciosa y casta.
Loado seas, mi Señor, por el hermano FUEGO,
Por el cual alumbras la noche y es bello y alegre,
Robusto y fuerte.

S. LOADO SEAS SEÑOR POR TODAS TUS CREATURAS

Loado seas, mi Señor, Por nuestra


Hermana la Madre TIERRA,
La cual nos sostiene y gobierna,
Y produce frutos diversos, con vistosas
Flores y hierbas.
Loado seas, mi Señor por los que perdonan por tu amor,
Y soportan enfermedad y tribulación

T. LOADO SEAS SEÑOR POR TODAS TUS CREATURAS

PROCLAMACIÓN DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN MATEO 6,25-34

31
En aquel tiempo dijo Jesús a los discípulos: No se inquieten pensando que van
a comer o a beber para subsistir, o con que vestirán su cuerpo ¿no vale más la
vida que el alimento y el cuerpo que el vestido? Fíjense en la aves del cielo; ni
siembran ni cosechan ni guardan en graneros, y sin embargo el Padre celestial
las alimenta ¿no valen ustedes mucho más que ellas? ¿Quién de ustedes, por
más que lo intenten pueden añadir una sola hora a su vida? ¿y por el vestido,
por que se inquietan? Fíjense cómo crecen los lirios del campo; no se fatigan
ni tejen y sin embargo les digo que ni Salomón en todo su esplendor se vistió
como uno de ellos. Pues si a la hierva que hoy está en el campo y mañana se
hecha al fuego Dios la viste así, ¿Qué no hará con ustedes, hombres de poca
fe? Así que no se inquieten diciendo: ¿Con qué nos vestiremos? Esas son las
cosas por las que se preocupan los paganos. Ya sabe el padre celestial lo que
necesitan busquen primero el Reino de Dios y hacer su voluntad y todo les
vendrá por añadidura. No se inquieten por el día de mañana, que el mañana
les traerá su propia preocupación a cada día le basta su propio afán.

PALABRA DEL SEÑOR.

REFLEXIÓN : Se puede recurrir a los pensamientos del papa Francisco en


la encíclica “Laudato sii” Y también se puede usar recurso 1 Antigémesis

PRECES.

Dios providente, Padre de todos, se preocupa amorosamente por sus


hijos y los alimenta y protege bendiciendo la tierra y los animales para
que den los frutos para el sustento del hombre. Invoquémoslo con
espíritu filial, diciendo:

TE ROGAMOS, ÓYENOS.

Tú que nos enseñaste que somos ramas de aquel árbol que es Cristo, haz que
permaneciendo en tu hijo demos fruto abundante.

Tú que bendices la tierra y la enriqueces sin medida, haz que nuestros campos
con tu bendición, produzcan el alimento que necesitamos.

Tu que multiplicas el trigo con el cual nos das el pan nuestro de cada día y el
alimento de la eucaristía, concédenos cosechas abundantes con la lluvia del
cielo y la fertilidad de la tierra.

32
Bendito seas, Señor, que creaste a los animales y los pusiste bajo nuestro
dominio, para que nos ayudaran a nuestro trabajo.

Benditos seas, Señor, que para rehacer nuestras fuerzas nos das como
alimento la carne de los animales.

Bendito seas, Señor, que para entretenimiento de tus hijos, nos das la
compañía de los animales domésticos.
RITO DE BENDICIÓN

FRUTOS DE LA TIERRA

Padre bueno, Dios Hermano, que ya en el principio del mundo


Ordenaste en tu providencia
Que la tierra germinara hierva verde
Y produjera toda clase de frutos,
Y proporcionas semilla para sembrar y pan para comer,
Te pedimos que esta tierra, fecundada por tu bondad
Y cultivada por el trabajo de hombres y mujeres,
Rebose de frutos abundantes,
Y tu pueblo, colmado de tus dones,
Te alabe sin cesar ahora y siempre.
Por J.N.S.

ASPERSIÓN.

ANIMALES.

Oh Dios, que todo lo hiciste con sabiduría,


Y que, después de crear al hombre a tu imagen,
Le diste, con tu bendición,
33
El dominio sobre todos los animales,
Te pedimos que por intercesión de SAN FRANCISCO DE ASIS
Extiendas tu mano con benevolencia
Y concédenos que estos animales nos sirvan de ayuda
Y nosotros, tus servidores,
Ayudados con los bienes presentes,
Busquemos con más confianza los futuros
Por J.N.S.

ASPERSIÓN

BENDICIÓN DE SAN FRANCISCO

El Señor esté con ustedes.....

34
RECURSO 1

“ANTIGENESIS”

... Al final de los tiempos existía la tierra,


rica y hermosa.
El hombre vivió en los campos y en las
praderas con los árboles de la tierra.
El hombre dijo:
"Hagamos nuestras residencias en estos
lugares tan bonitos"
Y construyó, pues, ciudades de cemento
armado y de acero. Y las praderas desaparecieron.
El hombre vio que eso era bueno.

El segundo día, el hombre contempló el agua de la tierra


y dijo: "arrojemos nuestros desperdicios y basuras al agua
para deshacernos de la suciedad"
35
Y el hombre lo hizo así.
Y las aguas poco a poco aparecieron sucios y con el olor fétido.
Y el hombre vio que eso era bueno.

El tercer día, el hombre se fijó en los bosques de la tierra.


Y dijo: "cortemos los árboles para construir cosas
y convirtámoslos en pasta para hacer diarios"
Y lo hizo así los paisajes dejaron de ser verdes
y los árboles dejaron de existir.
Y el hombre vio que eso era bueno.

El cuarto día, el hombre advirtió que había muchos animales


y que las crías jugaban al sol y corrían por las praderas.
Y el hombre dijo: "Pongamos estos animales en jaulas
para divertirnos y juguemos a matarlos".
Y así lo hizo.
Y no hubo más animales sobre la capa de la tierra.
Y el hombre vio que todo eso era bueno.

El quinto día, el hombre respiró (agradablemente) el aire de la tierra.


Y dijo: "lancemos al aire los gases de las fábricas y el viento los llevará".
El aire se cargó de polvo y todas los criaturas vivas murieron asfixiadas
o carbonizados.
El hombre vio que eso era bueno.

El sexto día, el hombre se fijó en sí mismo y,


viendo la diversidad de lenguas y de idiomas de la tierra,
tuvo miedo y se puso a quitarlos.
Y dijo: "construyamos armas poderosas y destruyamos a los otros
antes de que los otros nos destruyan".
El hombre construyó extraños artefactos
y la tierra terminó calcinada por las grandes guerras.
Y el hombre vio que era bueno que ocurriera así.

El séptimo día el hombre descansó de tanto trabajo hecho


y lo tierra quedó tranquila.
Porque el hombre no habitaba ya en la tierra.
Y esto resultó bueno.

Emilio L. Mazariegos

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